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UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE ZACATECAS

UNIDAD ACADEMICA DE PSICOLOGIA


MAESTRIA EN CLINICA PSICOANALITICA
DOCENTE DR. CARLOS GERARDO GALINDO PEREZ
SEGUNDO SEMESTRE
ALUMNA ROSARIO RESENDEZ MARQUEZ

FOBIAS Y NEUROSIS OBSESIVA

La idea de este trabajo es sistematizar para tener un conocimiento sobre los


conceptos de neurosis obsesiva y las fobias, los cuales fueron trabajados
principalmente por el Dr. Sigmund Freud fundador del psicoanálisis y por Jacques
Lacan, este último por su parte dentro de sus seminarios ninguno fue dedicado
estrictamente a la neurosis obsesiva, pero si fue un tema recurrente durante sus
clases.
Mostrando un esquema hipotético del origen de la Fabia, la neurosis obsesiva y
sus principales síntomas.
En principio dejaremos en claro que Freud distingue a la neurosis obsesiva
y la fobia como neurosis separadas, que ninguna de las dos depende de
una degeneración mental y tampoco pertenecen a la neurastenia.
Señala que en toda obsesión hay 2 cosas; la primera es una idea que se
impone al enfermo y la segunda es un estado emotivo asociado, donde por
parte del obsesivo aparece la duda, el remordimiento y la colera.
El estado emotivo persiste inalterable en tanto la idea asociada varia, es
decir, se puede encontrar en los antecedentes del enfermo y el origen de
las obsesiones la idea original, la cual es sustituida pues corresponden a
impresiones penosas de la vida sexual del individuo que se ha esforzado
por olvidar, logrando reemplazar la idea inconciliable por otra idea
inapropiada para asociarla con el estado emotivo que por su parte
permaneció idéntico.

Sigmund Freud nos proporciona un ejemplo sobre una muchacha que tenía
un poco de remordimiento a causa de haber robado, maltratado a sus
hermanas y haber fabricado monedas falsas, si nos damos cuenta la idea
cambia, pero el estado emotivo sigue idéntico, en este ejemplo tenía
buenas razones para sentir sus remordimientos.

Con respecto de la idea original que es sustituida por otra idea


reemplazante, se observa que la idea original también fue reemplazada,
pero no por otra idea, sino por actos o impulsiones que sirvieron como
alivios o procedimientos protectores, mostrados como una asociación
grotesca con un estado emotivo que no concuerda con ello.
Esta sustitución es posible consumarse por una disposición psíquica como
en el caso de la Histeria y a la vez se puede considerar un acto de defenza
del yo contra la idea inconciliable pues se esfuerzan por ahuyentar de la
conciencia la idea penosa (S. Freud,11893, pàg.75-80)

Como es común los pacientes cuentan con una salud psíquica hasta que
sobreviene un caso inconciliable en su vida, es decir se presenta en su YO
una vivencia, una representación que despertó un afecto tan penoso que la
persona decide olvidarlo pues no confía en su Yo para poder solucionarlo
mediante un trabajo de pensamiento.
Freud observo que con mayor frecuencia se presentaba en personas del
sexo femenino estas ideas inconciliables debido a su vivenciar y sentir
sexual, quienes acuerdan no pensar en ella y sofocarla, olvidándola.

Pero ese olvido no se logra y lleva al paciente a diversas reacciones, en el


caso del síntoma neurótico, el Yo defensor trata la representación
inconciliable como insoluble para él, intentando convertir esta
representación intensa en una débil para quitarle el afecto, la suma de
excitación que sobre ella gravita, de esta manera ya no le exigirá un trabajo
asociativo ya que no confía en que el YO lo resuelva mediante un proceso
de pensamiento. Hasta aquí parecen iguales los procesos de la histeria, la
fobia y las representaciones obsesivas pero los caminos comienzan por
separarse.

En el caso de la histeria resuelve la representación inconciliable


trasponiendo la excitación a lo corporal, es decir, tiene una capacidad de
conversión, en el caso de una persona predispuesta a la neurosis no está
presente la capacidad convertidora para defenderse de una representación
inconciliable (S. Freud, 1894, pág.47-53).

Hasta el momento las experiencia de Freud con pacientes, le señalo que la


etiología de la neurosis eran factores sexuales que tenían un papel
sobresaliente y comienza su apuntalamiento respecto de la concepción del
proceso sexual, donde se constituye lo que llamo neurosis de angustia,
pues afirma “produce neurosis de angustia todo cuanto aparte de lo psíquico la
tensión sexual somática, todo cuanto perturbe el procesamiento psíquico de ella”
“el desvió de interés psíquico respecto de la sexualidad son los factores etiológicos
de lo por mi llamada neurosis de angustia” donde encontramos un punto que
coincide que tanto la neurosis de angustia y la obsesiva su etiología son
factores sexuales(S. Freud, 1894, pág.123 y124).
Para su asombro para los problemas de neurosis habla de soluciones
simples, pero bien sustentadas, la etiología de la neurosis obsesiva es una
vivencia sexual en la primera infancia, se trata de una actividad sexual
ejecutada con placer.
En la temprana infancia las vivencias de seducción sexual posibilitan la
represión después aparecen bajo la forma de acción-reproche, el recuerdo
de aquellas acciones se anudan en un reproche y el nexo con la vivencia,
se reprime ese reproche y se sustituye por un síntoma defensivo primario
como la vergüenza o desconfianza de sí mismo.
Posteriormente aparece la enfermedad por el retorno de los recuerdos
reprimidos, su defensa fracaso, aunque es incierto el despertar de esos
recuerdos que surgen de manera casual o por perturbaciones sexuales en
su actualidad.

Las neurosis obsesivas pueden entenderse de 2 maneras, la primera es


donde las representaciones obsesivas típicas traen sobre si la atención del
enfermo sintiendo solo un displacer y conviene solo como resultado un
reproche y la segunda es donde esta produce una conquista, no
únicamente del contenido mnémico reprimido, si no del reproche que
igualmente también se encuentra reprimido, es decir, ambas formas están
bajo la represión el contenido de la representación obsesiva deja de ser el
mismo pues se encuentra desfigurado porque una representación actual
reemplaza la del pasado.

Los síntomas que muestra el neurótico obsesivo son el resultado del


retorno de lo reprimido, un total fracaso de la defenza, por ello forma una
serie de otros síntomas de origen diverso, que se podrían llamar defensa
secundaria, estos síntomas constituyen medidas protectoras apareciendo
aquí las acciones obsesivas que su única función es una defenza y nada
más, estas pueden tener éxito por su violento desvió a otros pensamientos
con contenidos contrarios o se aferra a cada idea obsesiva con un trabajo
lógico de sus recuerdos consientes llevándolo a la compulsión de pensar y
examinar, así como la manía de la duda.

Algunos otros síntomas de esta defensa secundaria y dentro de los efectos


obsesivos están las medidas protectoras o acciones protectoras expiatorias
como las ceremonias, las preventivas como fobias, colección de papeles y
aturdimiento (S. Freud,1895, pág. 169).
La novela familiar del neurótico marca ciertas características que el niño
vive a través de los procesos de desasimiento del padre y la imagen que
tiene de sus padres.

“El individuo que crece, su desasimiento de la autoridad parental es una de las


operaciones más necesarias y dolorosas, es necesario que se cumpla y es de
suponer que todo hombre devenido normal lo ha llevado a cobo en cierta medida”

Desde el principio para el niño los padres son la única autoridad y fuente de
toda creencia, así como llegar a parecerse al progenitor de igual sexo,
muestra como ahí el deseo es más intenso, sin embargo, con el paso del
tiempo el niño ubica la categoría a la que pertenecen sus padres y al
compararlos con otros padres, este se permite dudar del carácter único que
a ellos le atribuyo, iniciando una crítica como si fuesen preferibles otros
padres por distintos aspectos.

El niño presenta mociones hostiles hacia los padres, enfáticamente hacia el


padre, por que estos no le corresponden en plenitud a sus inclinaciones, un
ejemplo sería por tener que compartir el amor de ellos con sus hermanos
echando de menos ese amor, es aquí donde aparece una particularidad de
la neurosis llamada la actividad fantaseadora. Donde la fantasía del niño se
ocupa de librarse de sus padres y sustituirlos por otros con mayor ventaja,
claro estas fantasías consientes dependen de la destreza del niño.

La novela familiar del niño puede llegar a experimentar cierta limitación


cuando el niño suma la noticia sobre las condiciones sexuales de los
padres, pues termina por conformarse con enaltecer al padre, otro aspecto
importante es que con frecuencia los niños neuróticos han sido castigados
por sus padres a raíz de sus malas costumbres sexuales, pero ellos toman
venganza mediante la actividad fantaseadora.

Su afán por sustituir al padre por otro es solo la expresión de la añoranza


del niño por la edad en que su padre le parecía noble y poderoso y su
madre la mujer más bella y amorosa, llevando todo esto al adulto normal a
la sobrestimación de los padres (S, Freud,1906-1908, Pág. 217-220).

Como se podría explicar esta conducta hostil hacia los padres con un
particular énfasis en el padre, por ello Sigmund Freud lo explica a partir de
lo que el llamo complejo de Edipo y la importancia del padre.

Tomando con relevancia el tema de las fobias y de las obsesiones, en el


caso de las fobias hay niños que comienzan a tener miedo a algún tipo de
animal, aunque este nunca haya tenido contacto alguno con el que origina
su miedo.

El mecanismo de las fobias es distinto de las obsesiones pues no es que


haya una sustitución de una idea original por otra idea mas concebible,
como lo hace el neurótico por que el estado emotivo que rige una fobia es
la angustia que ha puesto en primer plano todas las ideas aptas para
devenir objeto de una fobia fundamentándose de ciertos recuerdos (S.
Freud, 1894, pag.81)

Para ampliar el tema de las fobias trabajó en el caso Hans donde no solo se
centra en el miedo que el niño tiene hacia los caballos, si no que explico la
sexualidad infantil de un niño que tenía una fobia.
Nos explica que con respecto de los lazos con su padre y madre Hans
confirma la teoría sobre los vínculos sexuales de los hijos con sus
progenitores donde el es un pequeño Edipo que querría tener alejado o
muerto a su padre para poder estar con su bella madre, esta angustia ante
el padre surge por ese deseo de muerte por que Hans ama a ese mismo
padre (S. Freud,1909, pág. 91)

Entonces podemos concluir que el niño tenía temor al padre, pero desplazo
este temor a los caballos, dándose una sustitución o desplazamiento, el
afecto que marca la secuencia de la fobia es la angustia, el niño le teme al
padre porque no quiere enfrentar a alguien a quien ama, por eso desplaza
la angustia hacia los caballos propiciando una fobia.

Retomando que Hans era un pequeño Edipo ahora retomaremos, el


complejo de Edipo revela cada vez su significación como fenómeno central
del periodo sexual de la primera infancia, la niñita se considera la amada
predilecta del padre y el varoncito que considera a la madre de su
propiedad y aun donde no ocurren dichos acontecimientos la falta de
satisfacción esperada determinara que los pequeños enamorados
abandonen su inclinación sin esperanzas, posteriormente aparece la
masturbación que es solo la descarga genital de la excitación sexual
perteneciente al complejo ofreciéndole dos posibilidades de satisfacción
una activa y una pasiva, pudo situarse de manera masculina en lugar del
padre, ahora la aceptación de la castración del pene puesto fin a las dos
posibilidades de satisfacción del complejo de Edipo donde ambas conllevan
la perdida del pene una la masculina con la perdida del pene en calidad de
castigo y la otra la fémina con premisa (S. Freud,1924, pág.181-184).
La relación de la fobia de Hans tiene que ver con el temor al padre y su
amenaza de castración apareciendo la angustia a esta, dándose una
sustitución o desplazamiento del temor.

Conclusión

El hablar de neurosis obsesiva desde el psicoanálisis es una estructura,


donde se escucha a el inconsciente para atender la posición del paciente
con respecto de su propio goce y la posición del sujeto frente a su pulsión.

El obsesivo genera su posición con respeto a como es el proceso del


complejo de Edipo, cuando el pasa por la separación con la madre por que
la lógica del falo esta entre ellos, es la ley edípica, la prohibición del incesto
lo que posibilita esta separación, justo en la etapa fálico-genital donde el
niño ya se identifica perteneciente al género masculino y está separado de
su madre, encuentra goce en su pene, para el niño su madre le pertenece
pero es ahí donde comienza a inscribirse en su inconsciente la posibilidad
de una perdida, nos referimos a la amenaza de castración y la prohibición
del incesto, así que el niño tiene que elegir entre la madre y el pene, si elige
a la madre se quedara sin pene, en este caso elige conservar su pene,
abandona su relación incestuosa con la madre y sale del complejo de
Edipo.

¿Dónde se instaura la neurosis obsesiva? en la elección entre su pene y el


amor por su madre, como si estuviera en el centro o el medio para elegir es
decir el neurótico obsesivo elige no elegir, esto provoca una regresión a la
etapa sádico anal, divorciándose donde su superyó va a ser por un lado
sádico (pensamientos compulsivos) y por el otro bueno, el obsesivo se
caracteriza por no poder elegir, siempre aparece la duda por qué no quiere
perder, a él no le gusta renunciar, el obsesivo reconoce su propio
sufrimiento a nivel mental.

BIBLIOGRAFIA
1) Freud, S. Obsesiones y Fobias (1894) vol. III. Buenos aires. Ed. Amorrortu.
2) Freud, S. Las neuropsicosis de defenza (1894) vol. III. Ed. Amorrortu.
3) Freud, S. A propósito de las críticas a la neurosis de angustia (1895) vol. III
Ed. Amorrortu.
4) Freud, S. Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa
(1896) vol. III Ed. Amorrortu.
5) Freud, S. Análisis de la fobia de un niño de cinco años (1909) vol. X. Ed.
Amorrortu.
6) Freud, S. La novela familiar de los neuróticos (1909) vol. IX. Ed. Amorrortu.
7) Freud, S. La predisposición a la neurosis obsesiva (1913) vol. XII. Ed.
Amorrortu.
8) Freud, S. El sepultamiento del complejo de Edipo (1924) vol. XIX. Ed.
Amorrortu.

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