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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL

DE LOS LLANOS OCCIDENTALES


“EZEQUIEL ZAMORA”
UNELLEZ

La universidad que siembra


VICERRECTORADO DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
PROGRAMA CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS
SUBPROGRAMA DERECHO
GUANARE-PORTUGUESA

SUSTITUCIÓN
Y
REPRESENTACIÓN

DERECHO CIVIL IV (FAMILIA Y SUCESIONES)

BACHILLER C.I
María Inés. Vetancourt 22.090.079
4to año de Derecho semipresencial
Sección “B”
Facilitador: Freddy Vargas

Guanare, Septiembre de 2022


Si bien es cierto, la sustitución dentro de la esfera sucesoral, constituye de
una u otra forma el respectivo llamamiento que hace el testador a un segundo
heredero a título universal o particular legatario, para el supuesto de que el
primero no tenga lugar, es decir, es el llamamiento de un posible sucesor
subordinado a la improcedencia del llamamiento precedente, el mismo opera
en virtud de disposiciones por las que el testador llama a un tercero en defecto
de otra persona o después de ella; a efectos nuestro Código Civil venezolano
en su Sección VII De las Sustituciones, específicamente el Artículo 959 reza
“Puede sustituirse en primero o ulterior grado otra persona al heredero o al
legatario para el caso en que uno de ellos no quiera o no pueda aceptar la
herencia o el legado. Se pueden sustituir varias personas a una o una a varias”,
así pues, la sustitución supone la previsión que el causante hace en su
testamento para el supuesto de que el o los llamados en primer término no
lleguen a serlo.

Por su parte la representación es una institución de carácter social que tiene


como fundamento proteger la estirpe, de allí que, para que la representación
tenga efecto jurídico se requiere que falte el representado, de hecho, puede
faltar el representado y dejar su vacante por haber renunciado o repudiado a su
herencia, por la muerte del heredero directo, que doctrinalmente se conoce
como la premuerte, por incapacidad por causa de indignidad y por la
declaración de ausencia, ello en las sucesiones intestadas; en las sucesiones
testamentarias la premuerte del heredero no es una condición para invocar la
representación, así pues, la representación sucesoria es aquella figura del
derecho de sucesiones que protege a los descendientes de un heredero en
cuatro casos previstos por ley. Cuando este no haya podido recibir la herencia
(premoriencia, indignidad, desheredación) o cuando este no haya querido
(renuncia). Se dice que la herencia en estos casos se divide por estirpes. En
tanto que, la sustitución procede en aquellos casos en que no quieran o no
puedan aceptar la herencia, al respecto el art. 960 del Código Civil expone “Si
en la sustitución se ha expresado solamente uno de los dos casos, el de no
querer o el de no poder, y si el primer llamado no quiere o no puede obtener la
herencia o el legado, el otro caso se entiende tácitamente comprendido,
siempre que no conste la voluntad contraria del testador”. En cuanto a las
formas del llamado en la sustitución, la misma puede ser catalogada de forma
directo o simple que alude en si misma a un solo llamado para el instituido y el
sustituto, o bien podría ser de forma indirecto, oblicuo o múltiple, es decir, se
realizan dos llamamientos sucesivos, aquí una persona toma lo que deja la otra
o después de ella. De allí que, la sustitución podría ser directa o indirecta, en
efecto es directa cuando se designa una persona en defecto de otra, e
indirecta, cuando se llama a un heredero después de otro. Ahora bien, siendo
la sustitución la disposición testamentaria en virtud de la cual un tercero es
llamado a la titularidad de la herencia en defecto de una primera persona o
después de ella, teniendo su régimen legal precisamente enmarcado en el
Código Civil venezolano, Sección VII De las Sustituciones, específicamente el
Artículo 959 y sigs. Disposiciones que dejan claro que, una vez aceptada la
herencia o legado toda sustitución es ineficaz, dado que la herencia o legado
se transmite por el aceptante a sus herederos legítimos o testamentarios; que
la herencia o legado pueda ser instituido por el sustituto, en defecto del
sustituido, es necesario que este no quiera o no pueda aceptar la herencia o el
legado.Todo lo anterior expuesto, nos conlleva a confundir lo que es la
sustitución con la representación, y es precisamente allí donde nace la
necesidad de distinguir una de la otra, razón por la cual es indispensable saber
que, esta última es una ficción legal por la cual se supone vivo al representado
a fin de que los llamados a representados reciban los derechos que
correspondían a aquel, en consecuencia estas suelen en diferenciarse en que
la sustitución es una institución característico de la sucesión testada, mientras
que la representación es una figura propia de la sucesión intestada, es decir,
cada una de ellas se concibe en sucesiones totalmente diferentes, y como la
sustitución opera por voluntad del causante manifestada en el testamento, al no
existir el mismo entonces opera la representación testamentaria, de igual forma
en la sustitución existen dos delaciones, la del causante al primer instituido y la
de este al sustituto, mientras que en el derecho de representación existe una
sola delación, que es la del causante al representante.

En relación al derecho de acrecer, el mismo constituye por sí solo, aquel


que corresponde al heredero o legatario de incrementar su porción o cuota en
virtud de la parte que otro coheredero o colegatario no ha de recibir, ya sea por
renuncia o imposibilidad, de tal manera que, si varias personas son llamadas a
una herencia, y una de estas no participa en la misma, ciertamente tal porción
se revertirá a la masa de la sucesión y aumentará la cuota de todos los demás,
de hecho, el fundamento del derecho de acrecer se atribuye a la presunta
voluntad del causante respecto de favorecer a varias personas con
determinada masa patrimonial, a falta de distinción de quien recibirá más y
quien menos, de allí que se afirme que el derecho de acrecer se basa en la
voluntad del disponente, teniendo la institución carácter dispositivo o supletorio,
por lo que queda descartada por disposición contraria del testador, también se
considera fundamento de la figura la delación o vocación solidaria; esto es, una
conjunción o vocación solidaria en virtud de la cual se entiende que cada uno
de los sucesores llamados lo habría sido a la totalidad si no fuera por la
concurrencia de los otros. Igualmente, este derecho tiene fundamento legal,
pues si bien, se puede afirmar categóricamente que la situación de que el
derecho de acrecer esté contemplado en nuestro Código Civil. Asimismo se
puede concebir que, esta procede por diferentes causas, en la que cabe
destacar el hecho de que dos o más sean llamados a una misma herencia o a
una misma porción de ella, sin especial designación de partes; o bien que
quede una porción de la herencia vacante porque uno de los herederos muera
antes que el testador o renuncie a la herencia o sea incapaz de recibirla; que el
testador no haya establecido que no ha de proceder el acrecimiento, o no haya
establecido la existencia de un sustituto, en cuyo caso pasara al mismo la
porción vacante y no habrá lugar al derecho de acrecer. Es de saber que, el
derecho bajo análisis tiene lugar cuando concurren ciertos requisitos o
condiciones, siendo estas que la institución de herederos o legatarios se haya
hecho sin designación de cuotas o a partes iguales, conforme a ello, dispone el
artículo 943 “El derecho de acrecer procede entre coherederos, cuando en un
mismo testamento y por una misma disposición se les haya llamado
conjuntamente, sin que el testador haya hecho entre ellos designación de
partes, posteriormente agrega el artículo 944 “La designación de partes se
juzga hecha solo en el caso en que el testador haya indicado expresamente
una cuota para cada uno. La simple expresión por iguales partes u otras
semejantes, no excluyen el derecho de acrecer”. Así pues, el derecho de
acrecer procede en principio cuando el causante no hace designación o
distribución de partes o cuotas, respecto de los instituidos, o las hace a partes
iguales, aclara el citado artículo 944 aunque ello es innecesario, que la
institución bajo análisis no se excluye por expresiones que denoten lo anterior
como por iguales partes u otras semejantes.

En cuanto al derecho de acrecer entre herederos y colegatarios, nuestro


código civil, en su artículo 942 reza “Si uno de los herederos instituidos muere
antes que el testador, o renuncia la herencia, o es incapaz, su porción pasará
al coheredero o a los coherederos cuando haya lugar al derecho de acrecer,
salvo lo que se establece en el artículo 953”. Así pues, tomando en
consideración la diferencia del derecho de acrecer entre herederos y
colegatarios se puede establecer que, el derecho de acrecer es la facultad que
se da en derecho de sucesiones a los demás herederos a acrecentar su
herencia añadiendo parte de la de otro heredero que previamente renuncio a
tomar su parte, en efecto en ese caso, el porcentaje de la herencia que no ha
sido aceptada deberá distribuirse entre el resto de herederos, de igual forma en
las sucesiones legitimas la parte del que repudia la herencia acrecerá siempre
a los coherederos; vale agregar que, las obligaciones y cargas conexas serán
aquellas a las que él hubiese quedado sometido, todo ello conforme al artículo
945, del mismo modo se aplicará también al colegatario en cuyo provecho sea
procedente el derecho de acrecer, y al heredero o al legatario, a quienes sea
beneficiosa la caducidad del legado, (art. 950).

Dentro de este mismo estudio, se ubica la aceptación de la herencia,


considerada como el acto jurídico mediante el cual una persona manifiesta su
voluntad, de forma expresa o tacita, de convertirse en heredero de otra que ha
fallecido, razón por la cual, dicha aceptación deberá reunir los requisitos de
todo acto jurídico y debe ser posterior al fallecimiento y dentro del lapso, es por
ello que el artículo 1.011 del Código Civil venezolano establece que “ La
facultad de aceptar una herencia no se prescribe sino con el transcurso de diez
años”. En este sentido, como caracteres esenciales de la aceptación de la
herencia cabria mencionar que la aceptación debe ser pura, simple, lisa y llana,
es decir no debe estar sometida a condición o termino, conforme al artículo 997
del Código Civil venezolano, además es un acto entre vivos, pues si bien a
causa de muerte lo es el testamento, ya que la regulación que establece es
para después de la muerte del testador, pero el declarar, admitir o rechazar la
herencia son negocios entre vivos, ya que lo que establece no es para cuando
muera el declarante; igualmente es de carácter irrevocable por cuanto la
aceptación de la herencia no puede ser impugnada de ninguna manera, salvo
que dicha aceptación provenga del consentimiento viciado mediante actos de
violencia, dolo o lesión que produzca la anulabilidad del acto conforme al art.
1.010 eiusdem. Cabe destacar que, las clases de aceptación de la herencia
pueden catalogarse en pura y simple o a beneficio de inventario, no obstante,
ambas modalidades producen efectos diferentes, por cuanto la aceptación pura
y simple acarrea toda la carga de derechos y obligaciones inherentes a la
misma, respondiendo aun con el matrimonio propio, mientras que la aceptación
a beneficio de inventario limita dicha carga respondiendo solo con el patrimonio
heredado. De igual modo la aceptación puede ser de forma expresa o tacita, y
es que, el Código Civil venezolano establece en el párrafo segundo del artículo
1.002 que la aceptación de la herencia “Será expresa, cuando se tome el título
o cualidad de heredero en un instrumento público o privado, por su parte en
este mismo artículo párrafo tercero establece que “Será tácita, cuando el
heredero ejecute un acto que suponga necesariamente la voluntad de aceptar
la herencia, acto que no tendrá derecho de ejecutar sino en calidad de
heredero”. En relación a los efectos de la aceptación pura y simple de la
herencia puede destacarse que existe una unión de patrimonios, por cuanto, se
confunden o fusionan en un solo patrimonio propio del heredero con el
patrimonio hereditario; el heredero responde ilimitadamente de las obligaciones
del patrimonio hereditario con su patrimonio propio; además se extingue por
confusión o consolidación los derechos crediticios recíprocos que antes
pertenecían a los dos patrimonios; además el heredero hace suyo los frutos
que se produjeron con posterioridad a la apertura y antes de la aceptación de la
herencia. Asimismo resulta oportuno saber que, la facultad de aceptar una
herencia no se prescribe sino con el transcurso de diez años.

En lo que respecta a la aceptación de la herencia a beneficio de inventario,


la misma constituye, la declaración escrita del heredero ante el Juez de primera
instancia en lo civil del lugar donde se abrió la sucesión, de que solo con el
patrimonio hereditario se pagaran las deudas y las cargas de la herencia, y por
tanto, no queda obligado con sus bienes personales, de hecho su justificación
se basa en que su propósito fundamental es la protección y amparo del o los
herederos, donde al no existir el beneficio de inventario, cada vez que el pasivo
de la herencia exceda del correspondiente activo o que la situación neta del
patrimonio hereditario parezca dudosa, la persona llamada para la sucesión
normalmente opta por repudiarla, a fin de evitar el riesgo de responder con
bienes propios, a las deudas y cargas de la herencia, de allí que, el beneficio
de inventario es la facultad concedida por la Ley a los herederos para aceptar
la herencia con la modalidad de no responder de las obligaciones del finado
ilimitadamente, sino solo hasta donde alcance el valor de los bienes
hereditarios. Por otro lado, el Código Civil establece en los artículos 1.023 y
siguientes las formalidades legales que debe cumplir el sucesor que pretende
acogerse al beneficio de inventario, razón por la cual, es necesario que cumpla
con el procedimiento para ello establecido según sea el caso; en este sentido,
pueden presentarse dos escenarios siendo estos cuando el heredero se
encuentra en posesión física o real de los bienes de la herencia, o ha
intervenido en la administración de ellos, o bien cuando el heredero no se
encuentra en posesión física o real de los bienes de la herencia, ni ha
intervenido en la administración de ellos, o bien cuando el heredero, de allí que
tratándose del primer supuesto, el procedimiento a seguir se encuentra
enmarcado en los art. 1.027, 1.028 y 1.029 del Código Civil venezolano, en
razón del segundo supuesto anteriormente expuesto el procedimiento a seguir
se encuentra consagrado en el artículo 1.030 del mismo Código. En
consecuencia, el beneficio de inventario produce en favor del heredero diversos
efectos, entre ellos cabe mencionar que, el heredero no queda obligado a
pagar las deudas y demás cargas de la herencia sino hasta donde alcancen los
bienes de la misma; conserva contra el caudal hereditario todos los derechos y
acciones que tuviera contra el difunto y no se confunden para ningún efecto, en
daño del heredero, sus bienes particulares con los que pertenezcan a la
herencia, asimismo existen causales que pueden poner fin a este beneficio a
saber; por renuncia a la herencia; repudiar la herencia a beneficio de inventario
y aceptarla de manera pura y simple; cuando omite en forma dolosa algún bien
de la herencia; cuando se apropia u oculta algún bien de la misma o cuando se
enajena bines de la herencia sin la debida autorización judicial. En relación a la
condición jurídica del heredero beneficiario respecto a la herencia, si el
heredero tiene la posición real de los bienes de la herencia, deberá hacer el
inventario dentro de los tres meses a contar desde la apertura de la sucesión, o
desde que se sepa que, se le ha deferido aquella herencia, en este último caso
corresponde indudablemente al sucesor probar el día que se hizo su
llamamiento; en caso contrario, si él no tiene la posesión real de dichos bienes
ni ha intervenido en la administración de la misma, se puede hacer la
declaración de que acepta la misma a beneficio de inventario o de ke solicita la
formación de este para luego decir sobre el particular, mientras no haya
prescrito su facultad de aceptar la herencia, al sucesor declarar al tribunal el
deseo de aceptar la herencia a beneficio de inventario, cuenta con tres meses
como lapso para concluir el inventario, y la posibilidad de solicitar prorroga por
tres meses más, no obstante si no concluye el inventario en este lapso se
tendrá como heredero puro y simple. En base a las diferencias entre
aceptación pura y simple y la aceptación a beneficio de inventario y aceptación
beneficiaria de la herencia, vale acotar que, la aceptación pura y simple no
impide la confusión de patrimonios, mientras que, la aceptación a beneficio de
inventario tiene por finalidad fundamental impedir la confusión de patrimonios,
asimismo en la aceptación pura y simple el heredero debe responder con sus
bienes propios, para hacer frente a las deudas y cargas de la herencia, en
sentido contrario ocurre con la aceptación a beneficio de inventario, pues esta
evita el riesgo de responder a dichas deudas y cargas y finalmente la
aceptación pura y simple no amerita declaración escrita del heredero por ante
el Juez de primera instancia, para la aceptación de la herencia, en tanto que la
aceptación a beneficio de inventario requiere de dicha declaración escrita ante
el Juez competente.

Con respecto a la renuncia de la herencia esta representa por sí misma la


cesación o pérdida de manera voluntaria de la cualidad de heredero, es decir,
constituye un acto jurídico unilateral por el que el llamado a la herencia declara
su voluntad de repudiarla inclusive esta se caracteriza fundamentalmente por
ser una declaración expresa y formal por la que rechaza la herencia, sobre la
forma, (artículo 1.012 del Código Civil ), en efecto, esta debe ser hecha
siempre en forma expresa, sin embargo existe en el Código Civil venezolano un
solo caso de renuncia tácita o implícita, previsto en el art. 1019, el cual
establece que cualquier persona que tenga acción contra la herencia puede
dirigirse al Juez para que compela al heredero a declarar si acepta o repudia la
herencia; el juez fijará un plazo (no superior a seis meses) para que haga su
declaración, vencido dicho lapso sin que se haya hecho la declaración, se
considera repudiada la herencia. Cabe destacar que, pierden el derecho a
repudiar la herencia, los llamados a una herencia que se encuentren en
posesión real de los bienes que la componen conforme a ello responde el art
1.020, igualmente pierden este derecho los herederos que hayan sustraído u
ocultado bienes pertenecientes a la herencia y el heredero que no haya hecho
la declaración preceptuada en el artículo 1.023, en el termino de tiempo
establecido. Resulta oportuno señalar que, se puede repudiar la herencia
durante todo el lapso de diez años establecido para poder aceptar, excepto en
los casos de los arts. 1.020 y 1.021. Finalmente tenemos la última fase de la
adquisición de la herencia, la cual es en esencia la determinante de que, con
mayor o menor alcance, el heredero se haga cargo de las deudas de su
causante, es decir, es el traspaso de los bienes del causante al llamado,
supone la efectiva sustitución de los herederos en las relaciones del difunto, en
razón de la aceptación expresa o tácita, por otro lado la transmisión de la
posesión y de la propiedad, es un acto de carácter formal en donde una
persona con derechos de propiedad sobre un determinado bien o activo
transfiere estos derechos a otra persona, de allí que, por la sucesión, el
heredero como representante del difunto, subentra en todas las relaciones
jurídicas y queda investido de todos los derechos y obligaciones de este como
si originariamente hubiesen surgido en la persona de dicho heredero, de
hecho, el patrimonio del causante es adquirido por el heredero como una
unidad indivisible sin que la transmisión produzca modificación alguna, solo
cambia el titular, así pues, el heredero adquiere todos los bienes y derechos
del difunto, con ello las deudas y obligaciones nuevas, consistente en el
cumplimiento de ciertos gravámenes que se crearon en virtud de la
sucesión. Además, aparece una acción en favor del heredero llamada
la petitiohereditatis, en la cual puede pedir el heredero el reconocimiento de su
cualidad frente a cualquiera que lo desconozca o niegue y reivindicar el
patrimonio hereditario de todo tercero que ilegalmente lo detente.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Bello, 12ª edic. Caracas-Venezuela.

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Coello, Enrique. (1990). Derecho Civil Derecho De Familia. Tomo 68, Volumen
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Pérez, María. (2010). Derecho de Familia y Sucesiones. Nostra ediciones 2010.

Sánchez, Manuel. (S/F). Diccionario Básico De Derecho. Editorial Casa de la


Cultura Núcleo de Tungurahua, Ambato.

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