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EVANGELIO DE SAN MARCOS

NOTAS PERSONALES AL CAPÍTULO 6

En la sinagoga de Nazaret: si no tenemos fe Dios no puede obrar milagros en nosotros. Para


que obre esos milagros, primero hemos de ser nosotros los que queramos creer.

Misión de los doce: Jesucristo nos manda a predicar la Buena Noticia en nuestra vida
cotidiana. Con la fe nuestra y la de la comunidad (los manda de dos en dos) podemos ser
capaces de obrar los mismos milagros que hizo Jesucristo.

Muerte de Juan el Bautista: La comunidad, al igual que Juan el bautista, ha de ser valiente
para denunciar los actos ilícitos, empezando por los nuestros propios, sin perder de vista
nuestro verdadero “catecismo” que son las palabras de Jesucristo, aún arriesgándonos a sufrir
martirio, igual que Juan el bautista y Jesucristo.

Da de comer a cinco mil: Jesùs llama a parte a sus discípulos para que le cuenten lo que han
hecho y enseñado. Nosotros también hemos de rendir cuentas, pensar y reflexionar lo que
estamos enseñando en casa, en nuestro trabajo, en nuestra vida cotidiana, y sobre todo, como
comunidad.
Cuando se dan cuenta que les sigue una multitud, Jesús les pide que sean ellos los que les den
de comer. Somos nosotros los que hemos de alimentar el ansía de Dios que todo el mundo
tiene y que muchos cubren con el yoga, filosofías orientales, ... puesto que no ven en nosotros
el verdadero reflejo de la comunidad que Jesús quiere para la Iglesia. ¿Damos de comer a los
hambrientos De Dios?

Camina sobre las aguas: Nosotros nos ad nutramos en las aguas turbulentas de la sociedad,
estamos a merced del oleaje de la sociedad, tenemos, hoy más que otras épocas, el viento
social en contra. Pero los discípulos, pese a ello, remaban en la misma dirección.
¿Remamos nosotros en la misma dirección como comunidad, o por contra, construimos
capillas donde cada grupo está cerrado y hace sólo lo que le gusta, sea útil o no?
Sólo en la medida en que rememos todos en la misma dirección, vendrá Cristo a nuestro
encuentro, tratando de adelantarnos, para decirnos: no temáis, soy yo y estoy con vosotros. Y
subirá a la barca con nosotros.

Curaciones en Genesaret: La gente reconoce a Jesús entre la comunidad. Hemos de


preguntarnos si con nuestra vida comunitaria hacemos realmente presente a Jesucristo.

NOTAS PERSONALES CAPÍTULO 7


La tradición: Lo que condena al hombre es lo que sale de su corazón, son sus obras. Son
nuestras obras y nuestra actitud lo que nos ha de llevar al rito y a las leyes, y no al contrario.
De nuestras obras ha de venir la necesidad del encuentro con Dios.

La mujer cananea: Aquí Jesús nos hace ver que Dios es de todos y no sólo de los judíos, puesto
que no tiene inconveniente en realizar milagros en personas que lo piden con fe. Nos muestra
que todos somos hijos y a todos nos quiere por igual. Y por esto, debemos acoger y ayudar a
todo aquel que nos lo pida.

El sordomudo: En este pasaje muestra cómo Jesús es capaz de hacer comprender su mensaje y
a la transmitirlo. Nosotros somos esos sordos que no entendemos ni sabemos hacer para que
los alejados vean en nosotros el mensaje de Jesucristo.
NOTAS CAPÍTULO 8
Da de comer a cuatro mil: pide a los discípulos que sean ellos los que den de comer de lo que
tienen. Somos nosotros, con nuestros dones y capacidades los que tenemos que dar vida a la
comunidad.
La señal del cielo: Todos pedimos señales, seguridades De Dios. Pero las señales las tenemos
delante. Dios nos habla siempre, pero tenemos que estar atentos a su mensaje, a su palabra,
no ya sólo de la Biblia, sino de cualquier circunstancia.
El ciego de Betsaida: Jesús cura a un ciego pero no lo hace a la vista de todos. En nuestras
comunidades muchas veces nos centramos en cosas que nada tienen que ver, aunque lo
creamos, con el evangelio, cosas que hacemos pero que realmente no suponen un gesto o n
acto de evangelización.
Confesión de Pedro: Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Dios no revela quién es. Pero
nosotros ¿sabemos reconocerlo? A él le importa que seamos nosotros los que le
reconozcamos como Mesías, que sea la comunidad la que le reconozca y lo hagamos ver a los
demás.
Predice su muerte y resurrección: Nosotros muchas veces no somos conscientes de lo que nos
implica ser cristianos, seguidores de Cristo: estar dispuestos a dar la vida por nuestros
semejantes. Esto en lugar de miedo nos tiene que dar grandes dosis de valentía, puesto que
sabemos que no es el final, aunque en ocasiones, como Pedro, dudamos.

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