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Lección 17
I. Definición de términos
¿Qué es una pasión? Pasión, del latín passiō (patī), históricamente ha significado “sufrir,”
“someter,” o “padecer.” Las pasiones pueden ser definidas, en las palabras de Sam Renihan, como
“las mociones (o movimientos) del alma manifestadas por el cuerpo, relativas a percibir bien o
mal. Estas dependen de objetos externos.”1
Ireneo
Si hubiesen conocido las Escrituras, y sido enseñados por la verdad, habrían conocido,
sin lugar a dudas, que Dios no es como los hombres; y que sus pensamiento no son como
los pensamientos de los hombres [Is. 55:8]. Pues el Padre de todo está a una distancia
lejana de aquellos afectos y pasiones que operan entre los hombres. Él es un Ser simple y
sin composición, sin miembros diferentes, y todo idéntico, e igual a sí mismo, debido a
que él es completamente entendimiento, y completamente espíritu…y la fuente completa
de todo lo que es bueno.2
Juan Calvino
Que Dios no se puede arrepentir, es evidente por esta razón: porque nada sucede de
forma inesperada o que él no haya previsto. La misma consideración se debe tener en lo
que sigue: cómo es que Dios se lamentó. Ciertamente Dios no sufre ni se lamenta, sino
que siempre permanece él mismo en su bendito y celestial reposo. 3
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por los teólogos y ha sido establecida por siglos. Está profundamente arraigada en la
tradición cristiana y confesada por cada protestante inglés importante.4
• Génesis 6:6-7
• Deuteronomio 9: 7-8
• 1 Samuel 15:11
• Jonás 3:10
• Los textos que hablan del ser de Dios o su naturaleza toman prioridad sobre los textos
que nos hablan de las acciones de Dios.
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IV. La excelencia de este atributo
Thomas Adams dijo: “Lo que son pasiones en nosotros son perfecciones en él.”
Pero el amor en Dios no es así como el que está en nosotros, no más de lo que el ser que
nos ha dado es como el que él es en sí mismo.…Y en Dios es sumamente perfecto (porque
no hay nada imperfecto en él) pero en nosotros es imperfecto, y unido a pasión y a
afectos impuros y a debilidades de la mente. Por tanto, aunque nos sintamos atraídos a
tener en cuenta el amor que está en nosotros para considerar qué tipo de amor es el de
Dios, no obstante no todas las cosas que encontramos en nuestro amor han de ser
transferidas al amor de Dios sino solo aquello que expresa perfecciones y es más
apropiado para la naturaleza de Dios.…Por tanto, la regla que hemos usado en otro lugar
debe mantenerse: que toda imperfección que encontramos en nuestros afectos, amor, y
misericordia, siendo de alguna manera limpiados de toda imperfección, debe ser
atribuido a Dios. Por tanto, el amor en Dios no expresa sentimiento o pasión como en
nosotros, sino cosas totalmente perfectas. Zanchius
…Y esta es la opinión común, que sencillamente todavía no apruebo. La razón por la que
piensan eso es porque consideran la misericordia en nosotros y luego la transfieren de
nosotros a Dios, pensando que es llamada misericordia tan apropiadamente y de sí misma
como lo es en nosotros: y eso porque no puede ser tal en Dios, a saber, con pasión, como
lo es en nosotros.…Pero a mi juicio es todo lo contrario. Porque el nombre de
misericordia, es primero en Dios, antes de que lo sea en nosotros; porque primero estaba
en él, y en Dios es eterna.…Porque Dios es misericordioso, de su propia esencia eterna y
simple, y también bueno, gentil, poderoso: por lo cual esa partícula, debilidad de mente,
no es necesaria en la definición de la misericordia verdadera, sino que por accidente es
así en nosotros, pues somos de tal naturaleza sujeta a penas y pasiones, como para no
poder escuchar, ver, o pensar en la miseria de otro, especialmente si fuera afín a nosotros,
o de nuestra nación, o de algún otra forma unida a nosotros por el lazo natural, o por
amistad, sin empatía y dolor.…Más bien, como la sabiduría, la vida, la justicia, la bondad,
y otros dones buenos, así también la misericordia debe primero de sí misma y
propiamente decirse de Dios, y en segundo lugar, y con menos propiedad, de nosotros:
porque es perfecta en Dios, e imperfecta en nosotros. Zanchius
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