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¿Cómo Funciona la Fe?

Pastor Mark Hankins


Abril 2 2015

Marcos 11: 22 – 24
“Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a
este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo
que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo
recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que
también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas”.

2 Tesalonicenses 1: 3
“Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe
va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás”.

Tú puedes crecer en fe, nuestra fe crece excesivamente.

Romanos 12: 3
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto
concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe
que Dios repartió a cada uno”.

Dios te ha dado una medida de fe, es un ingrediente sobrenatural; tú tienes una medida pero esta
puede crecer. Jesús animó a sus discípulos a tener fe en Dios. En Marcos 11 Jesús acababa de
hablarle a la higuera, al hacerlo los discípulos le dijeron que era asombroso y Jesús les dijo que
tuvieran fe en Dios. Luego, Jesús dijo que cualquiera puede hacer eso y al final lo confirma al decir
que cualquiera tendría lo que sea que haya dicho.

Jesús dijo que tu fe en Dios no sólo puede funcionar en un árbol sino sobre una montaña y en toda
área de tu vida. La fe funciona al hablarla; tu fe en Dios necesita una voz y si te quedas callado, la vas
a perder. Al diablo no le importa lo que crees si te quedas callado; la fe funciona al creer, al decir y
hablar.

2 Corintios 4: 13
“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé,
nosotros también creemos, por lo cual también hablamos”.

Pablo dice que el Espíritu de fe es lo que tenemos, creemos y hablamos. Cuando tú crees y hablas, tus
palabras tienen un poder que puede mover montañas, ¡así que estas serán removidas de tu vida! Jesús
usó la palabra montaña porque ya estaban impresionados con la higuera.

Jesús explicando la fe usa otra palabra; en vez de árbol, Él dice “montaña”. Cuando Él dijo la palabra
monte estaba pensando en que tu fe puede mover una montaña, que nada te será imposible cuando
decides creerle a Dios pero no sólo te basta creer, tú tienes que hablar. Tú debes levantar tu voz pues
tus palabras tienen poder sobrenatural y autoridad; cuando levantes tu voz, montañas se moverán.

El Señor le dijo a la montaña que se quitara y se echara en el mar. ¿Por qué dijo el mar? Porque el mar
tiene la capacidad de recibir el monte y de disolver la montaña, y así no volverá jamás. Tu fe en Dios
puede mover montañas y estas no volverán; esa enfermedad será removida y no va a volver, la
depresión será removida y no volverá, la pobreza será removida y no volverá.

La montaña no sólo se ira para siempre sino que además no dejará evidencia de que existió. Tu fe en
Dios es fe que mueve montañas; Jesús dijo que Dios no lo va a hacer por ti, ¡tú debes hacer tu parte!
Si fuera la voluntad de Dios que la montaña estuviera allí, entonces Jesús no te diría que la movieras.
Tu fe en Dios moverá la montaña y cambiará el escenario.

Nosotros hacemos nuestra parte y Dios hace la suya. Si lo que tienes en la vida le corresponde todo a
Dios, entonces Jesús nunca hubiese dicho que tus palabras, tus deseos y oraciones pueden abrir lo
sobrenatural. Todo es posible al que cree y habla, es algo que le puede funcionar a cualquiera, en
cualquier lugar. Cuando tienes fe en Dios y levantas tu voz, tus palabras te dan autoridad sobre
diablos, demonios, espíritus malignos y cosas que parecían imposibles de ser removidas.

Estamos esperando un cambio de escenario, cosas que te están lastimando serán removidas del
camino y tú irás hacia adelante a nuevos escenarios, bendiciones y territorio. Dios tiene un plan y Él
quiere que nosotros le creamos a Él; créele a Dios y habla, nosotros tenemos el mismo espíritu de fe:
creemos y hablamos.

La puerta a lo sobrenatural se abre con dos bisagras: La primera es creer y la segunda es hablar.
Pablo lo llama el espíritu de fe, es creerle a Dios pero no quedarse callado sino levantar la voz y abrir
la puerta a lo sobrenatural. Cuando estás cansado de resultados naturales y quieres resultados
sobrenaturales, entonces debes tener fe en Dios, creer en Él y en Su Palabra y levantarte a hablar, eso
abre la puerta a lo sobrenatural.

Nunca quites a Dios de tu fórmula de fe; no sólo tienes fe sino que tienes fe en Dios. Cuando estás
creyendo a Dios, tú debes estar más consciente de Él que de tu fe. Dios no sólo va a hacer lo que Él
dice, Él lo va a hacer como lo haya establecido. Así es como funciona la fe: yo le creo al Señor, yo creo
la Palabra de Dios y luego, levanto mi voz y abro la puerta a lo sobrenatural.

A veces estamos tan intimidados por el tamaño de la montaña que no hacemos nuestra parte. Puede
ser algo que parece imposible o incurable en nuestra vida, algo que el diablo te dice que nunca va a
cambiar, que siempre será así en tu cuerpo, en tu mente o en tu familia. Si estás intimidado, te
quedarás callado pero solo tú puedes creer que esta situación en tu vida cambiará y el Señor es quien
lo hace. Cuando tú crees y hablas, le abres la puerta a Dios, Él es un Dios de fe. Cuando tú crees y
hablas, tu fe está en Dios y Él abrirá la puerta a lo sobrenatural.

La montaña no es problema para Dios y no es mi trabajo mover la montaña, mi trabajo es introducir la


montaña al poder de Dios, a la habilidad de Dios. Cuando yo creo y hablo, abro la puerta, Dios entra
por ella y la montaña se tiene que mover. En tu cuerpo, tu mente, tus finanzas y en cada área de tu
vida, tú tienes autoridad como creyente. Yo creo y hablo que cualquiera tendrá lo que sea que haya
dicho pero mi fe está en Dios. Él es el Dios Todopoderoso, es mi Padre Dios, es mayor que cualquiera,
es un Dios de amor y misericordia, Él te ama y está aquí para trabajar en tu vida.

Dios tiene una reputación de grandes obras maestras, hay diferentes lugares para tener fe en Dios. El
justo por la fe vivirá; caminamos por fe, ésta es la que ha vencido al mundo. Caminamos por fe y no
por vista. En Hebreos 11 dice 20 veces “por la fe”; sin fe es imposible agradar a Dios, Él es un Dios de
fe, quien viene a Dios tiene que creer que Él es y que es galardonador de los que lo buscan
diligentemente. La fe le agrada y obtiene Su atención; Dios no es tan difícil de complacer, lo único que
nos pide es simplemente creer.

Es importante creerle a Dios, estar de acuerdo con Él y hablar Su Palabra. Creer es una actitud de fe
pero hablar es el acto inicial de aquel que la posee. Tu fe tiene que ser lo suficientemente fuerte para
mover tu boca; creer es una acción que se debe combinar con una actitud. Hablar es el acto inicial de
la fe, palabras fueron las que crearon todo en el principio. Dios dijo y luego, Él vio; en Génesis 1 todo
fue creado por palabras. Muchas personas quieren un cambio de escenario pero Dios quiere un
cambio de sonido porque el sonido viene antes de la vista. El sonido tiene autoridad sobre lo que ves,
tú hablas lo que crees.

Romanos 3: 25
“a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en Su sangre, para manifestar Su justicia, a
causa de haber pasado por alto, en Su paciencia, los pecados pasados”.
Yo creo en la sangre de Jesús; tú no puedes creer más allá de tu conocimiento de la Palabra de Dios.
Tienes que buscar las Escrituras que te dicen lo que la sangre de Jesús está haciendo por ti, debes
tener fe en la sangre de Jesús. Dios es un Dios fiel, lleno de amor, misericordia, poder, promesas; es
un Dios que obra, es tu Dios. Yo tengo fe en Dios, Él es mi Dios.

Salmo 63:1
“Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en
tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el
santuario”.

David era un matador de gigantes pero su fe estaba en Dios. Mi fe está en un Dios personal;
Jesucristo murió por ti y por mí, fue resucitado para ti. Cuando Él estaba en la cruz, tú estabas en Su
mente, Él estaba pensando en ti. Él te conoce aún antes de que hayas nacido, Él conoce tu dirección y
los retos por los que pasas… ¡Él tiene un plan! Aún antes del problema, Él ya ha hecho la provisión, Él
es tu Dios, Sus promesas te pertenecen. Mi fe está en Dios pero yo tengo fe en la sangre de Jesús, así
que tengo que levantar mi voz sin importar cómo me sienta.

La sangre preciosa de Jesús me redime, me perdona, me restaura. Yo tengo acceso a la Presencia de


Dios, yo entro confiadamente a causa de la Sangre, yo creo y yo hablo. Yo tengo fe en Dios y en la
sangre de Jesús; debemos tener fe en el poder de Dios,

1 Corintios 2: 5
“para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”.

Cuando tengo fe en Dios, tengo fe en el poder de Dios y en Su habilidad. Mi fe está en Dios, cuando
yo hablo, abro la puerta a la habilidad de Dios.

Efesios 3: 20
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que
pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”.

Cuando tienes fe en Dios, abres la puerta a lo sobrenatural, y Dios es poderoso para hacer más de lo
que pides y más de lo que puedas pensar. Cuando crees y hablas, abres la puerta a la habilidad de
Dios.

2 Corintios 9: 8
“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre
en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”

Cuando yo creo y hablo, se abre la puerta a la habilidad de Dios. La tierra y todo lo que hay en ella es
del Señor, nosotros somos herederos de Dios y coherederos con Jesucristo. Cuando creo y hablo, abro
la puerta, las montañas se mueven y todo cambia.

Romanos 14: 4
“Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa”.

Cuando tú ves que alguien pasa por un problema, en vez de juzgarlo, sólo dile que Dios es poderoso
para hacer que esté firme y se ponga en pie. Dios es poderoso para hacerte estar firme.

Judas 1: 24
“Y aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con
gran alegría”.
El diablo puede decir que no vas a permanecer, que no vas a poder terminar pero tú dices que Dios es
poderoso para guardarte sin caída y presentarte en Su Presencia sin mancha y con alegría. Cree, habla
y ¡abre la puerta a lo sobrenatural!

2 Timoteo 1: 12
“Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy
seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día”.

No sólo debes decir lo que crees sino ser consciente de en quién has creído. Dios es poderoso para
guardar tu depósito para aquel día; vendrá un día en la eternidad donde estaremos parados frente a
Él, tu fe te llevará por medio de esta vida hasta que ese momento llegue. Dios es poderoso para
guardar lo que tú le has dado.

En esta vida siempre hay cosas que tú no entenderás pero vendrá un momento en el que por ti
mismo, le entregarás estas circunstancias a Dios y dirás que no te vas a preocupar, ni vas a llorar ni a
estar bravo porque sabes en quién has creído. El Señor es poderoso para guardar tu depósito, Él se va
a encargar. Tú no vas a llorar ni te vas a preocupar pero vendrá un día en el que estarás frente a Él,
quien es poderoso de guardar su plan para ti.

Hebreos 7: 25
“por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre
para interceder por ellos”.

Cuando tú vienes a Dios por medio de Jesucristo, Él es poderoso para salvarte, librarte y restaurarte
perpetuamente y no a medias sino completamente. Jesús fue levantado de los muertos y ahora está a
la diestra del Padre, Él es tu abogado, tu defensor, ¡Él está vivo! Es el Señor, es cabeza de la Iglesia, es
tu abogado, tu intercesor, está obrando por ti y es capaz de salvarte perpetuamente porque siempre
vivirá para interceder por ti. El diablo te dice que no vas a poder hacerlo pero tú debes crees que lo
vas a hacer porque el Señor es capaz de sanarte, librarte y restaurarte en toda área de tu vida.

Hebreos 2: 18
“Pues en cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados”.

Cuando estás siendo tentado, cuando estás enfrentando un problema o cuando estás bajo presión,
debes llamar a Jesús. Él conoce tu dirección y tus sentimientos, y aún en tus noches más oscuras,
cuando tu corazón está quebrantado, cuando estás desilusionado, Él es poderoso para correr a tu
clamor; Su Presencia llegará a tu cuarto o donde quiera que estés.

El libro de Hebreos dice que Jesús fue tentado en todos los puntos como nosotros, así que Él sabe
cómo te sientes. En medio de todo, tú crees y hablas que Jesús es tu Señor, tu intercesor, ayudador y
fortalecedor.

En el momento en que yo creo, yo levanto mi voz. Cuando nos sentimos traicionados o cansados,
debemos sentir lo mismo que estaba sintiendo Jesús cuando venció ese sentimiento: debemos
caminar por fe. Jesús es Señor, Él es capaz de hacerte parar, es poderoso para terminar lo que
empezó en tu vida.

Tú eres quien cree pero Jesús es el que obra, Él lo llevará a cabo a medida que lo alabas, te gozas y
cantas. Mientras tú gritas y hablas todo, el cielo está obrando hacia ti. Si Dios está conmigo, ¿quién
contra mí? Si Dios te dio a Jesús, ¿cómo no te dará todas las cosas?

Ten fe en Dios, pon tus ojos en Jesús, pon tus expectativas en Él y nunca estarás defraudado. Dios
tiene millones de personas satisfechas; no uses quejas, mejor dile a Dios que Él es tu Señor, que
tienes fe en Él, que te aferras a Su fidelidad. Cree y habla; Jesús dijo que si tú puedes creer, todo es
posible.

Romanos 4:12
“y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen
las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado”.

Nosotros caminamos en los mismos pasos de fe que Abraham tomó, así que tú puedes ver lo que el
padre de la fe hizo. La Palabra de Dios dice en Romanos 4:16 que Abraham es el padre de todos, así
que tú eres bendecido con la misma bendición de Abraham.

Romanos 4:16-21
“(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual
da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. Él creyó en esperanza contra
esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu
descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo
de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la
promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era
también poderoso para hacer todo lo que había prometido”.

Si vamos a caminar en los pasos de tener fe en Dios, debemos saber que Él llama las cosas que no
son como si fuesen; uno de los aspectos de la fe más difíciles de entender es esta parte. Dios te dirá
cosas de las que no hay evidencia que existan, excepto por Su promesa. Tú solo tienes una Palabra de
Dios y no parece o no lo sientes.

Un ángel llega a Gedeón en el antiguo Testamento y este hombre era un fracaso; estaba viviendo en
un hueco, totalmente derrotado. El ángel dijo a Gedeón que era un gran hombre de valor; Gedeón dijo
que si Dios estaba con él, por qué estaba viviendo en un hueco y por qué el enemigo lo vencía. Él dijo
que era el peor en toda su familia pero Dios le dijo que era un campeón y un gran hombre de valor.

Dios llama las cosas que no son como si fuesen y si Él lo dijo, lo hará. Si lo ha hablado, hará que
suceda porque Él es poderoso para hacer lo que ha prometido. Por la sangre de Jesús, Dios te llama
salvo; tú eres redimido, justo, salvo y bendecido al entrar y al salir. Gedeón finalmente estuvo de
acuerdo con Dios y todo empezó a cambiar; este hombre transformó toda una nación. Si tú le crees a
Dios, la bendición del Señor cambiará tu familia, tu ciudad y tu nación.

Cuando le empezamos a creer a Dios, no sabemos dónde terminará Su bendición. Puede venir sobre
tu familia, tus hijos, tus nietos, bisnietos, sobre toda la nación. Aún después de tu funeral, la
bendición seguirá; la misma fe que está en tu mamá y en tu abuela, estará en tus hijos y en tus
nietos. Satanás no podrá dominarte nunca más; Jesús es Señor, yo creo y yo hablo.

Romanos 4:18
“Él creyó en esperanza contra esperanza”.

Abraham vio su falta de habilidad y vio su situación; luego de considerarlo, puso sus expectativas en
las promesas de Dios y no se debilitó sino que se fortaleció en las promesas de Dios. Cuando vio la
promesa, pudo tambalear y dudar pero el Señor me ha enseñado esto: Sólo porque tú sabes cómo
funciona la fe, no significa que tú vas a saber cómo funciona el milagro.

Tú no tienes que saber cómo se va a ir el cáncer, no tienes que saber cómo va a venir el dinero. Dios
es Dios, Él es Todopoderoso, Él lo puede hacer como quiera. Es el gran médico, es tu sanador; Él hizo
tu cuerpo, Él puede arreglarlo y hacerle nuevas partes, ¡ten fe en Dios! Muchas personas piensan que
no van a tambalear frente al problema pero en la Biblia solo se nos exhorta a no tambalear frente a la
promesa.

2 Pedro 1:3–4
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por Su divino poder,
mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por Su gloria y excelencia, por medio de las cuales
nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la
naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia”.
En la Palabra de Dios hay promesas excesivas y grandes. Dios ya nos ha dado todo lo que le
pertenece, todo lo que necesitas para la vida y para la piedad; son cosas grandes, promesas
preciosas. A veces tambaleamos al ver las promesas y llegamos a tener duda, pero Abraham vio la
promesa de Dios y vio su situación personal. Luego volvió a ver la promesa de Dios y ya no se debilitó
en la fe sino que se fortaleció dando gloria a Dios, estando totalmente persuadido que Dios era
poderoso para hacer lo que Él había prometido.

No hay diablo que te detenga, no hay gobierno que te detenga; tenemos la Palabra de Dios, Él dijo
que lo hará y lo llevará a cabo. Nosotros creemos, hablamos y a medida que le hablamos a Dios,
abrimos la puerta a Sus promesas. El poder que levantó a Cristo de entre los muertos es para todo
creyente; cuando Dios resucitó a Cristo, Él desató suficiente poder para deshacer todo lo que Satanás
había hecho. Cuando tú crees en ese poder y levantas tu voz, abres puerta a las promesas.

Abraham alabó a Dios por esta bendición aún antes de que sucediera. A medida que alabas a Dios,
totalmente persuadido de lo que Él ha prometido, Él es poderoso para hacerlo. Tú no puedes quedarte
callado, hay una pelea en la fe, es una pelea que tú ganas, es una pelea de victoria. Pero no puedes
quedarte callado; cuando te levantas en la mañana, debes levantar tu voz y darle gracias al Señor.
Cuando hablas, todo el cielo te pone atención pero el infierno también; nosotros tenemos el mismo
espíritu de fe: creemos y hablamos, y podemos poseer la tierra.

Nuestro Dios suplirá todas nuestras necesidades de acuerdo a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
El Señor es nuestro Pastor y nada nos faltará; a nosotros no nos falta oportunidad ni habilidad, ni
dinero. El Señor es nuestro Pastor y Padre, siempre se encarga de nosotros.

¡Grande es la fidelidad del Señor! Dale gracias por Su misericordia, por la sangre, la Palabra, Su poder
Sea cual sea la montaña que tengas al frente, ¡cree a Dios! Y los diablos huirán. Yo le creo a Dios, yo
tengo fe en Dios, soy un creyente y no alguien que duda. El Señor es poderoso para hacer mucho más
abundantemente de lo que pensamos; es un Dios personal, de promesa, poderoso, es un Dios que
obra. Él hará que suceda, así que levanta tu voz y dale gloria, ¡dale gracias!

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