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EL BULLYING

Profesora, compañeros, tengan ustedes muy buenas tardes, mi nombre es


Mariana Borges y el día de hoy quiero compartir con ustedes un tema de gran
importancia que afecta actualmente a los adolescentes y juventud, no solo a nivel
local ni nacional, sino que es de impacto internacional. Me refiero al acoso escolar
mejor conocido como bullying.

El bullying o acoso escolar es una problemática muy común en las instituciones


educativas. Familias, docentes y autoridades escolares coinciden en el diagnóstico
del asunto: es un flagelo existente y cada vez más reiterado entre los
adolescentes. Sin embargo, el remedio más apropiado para su cura no es
compartido por todos.

Una de las razones por las cuales el bullying se hace presente cada vez más en
las escuelas es su negación. Quitarle valor o dimensión a esta problemática, lejos
de hacerla desaparecer, lo único que hace es permitir que siga afectando
negativamente a los jóvenes que padecen el acoso. El primer paso para combatir
el bullying es aceptar que existe y entender de qué se trata.

Comprender de qué se trata el bullying, qué tipos de acoso escolar existen, cómo
se manifiesta, sus causas y consecuencias es la mejor manera para combatirlo.
Ignorar la problemática o creer que son conductas propias de los adolescentes es
un grave error. Negar el bullying es la peor estrategia posible si lo que se quiere es
prevenirlo. A continuación, algunos apuntes para comprender este flagelo.

Ahora les pregunto, ¿saben ustedes cómo combatir el bullying?

La prevención del bullying no es una tarea sencilla, y mucho menos solitaria. El


acoso escolar se produce en la escuela, es cierto; pero sus causas no se están
únicamente en la institución escolar, sino que la exceden. En este sentido, la
educación y la acción en equipo de las familias y las instituciones educativas es
una tarea primordial para echar por tierra el flagelo del bullying.

La promoción del diálogo, el respeto por el otro y la tolerancia de unos con otros
requiere tanto de la escuela como de los padres. La convivencia escolar, factor
clave en la proliferación (o no) de situaciones de bullying, no puede reducirse a
sancionar normas de comportamiento y aplicar castigos cuando no son
respetadas. Es responsabilidad de la institución escolar ir más allá de eso. Por
ejemplo, poniendo en práctica hábitos democráticos o trabajando en las
asignaturas contenidos relacionado al bullying desde distintos enfoques.
Los especialistas en educación coinciden en proponer una serie de estrategias
para atacar, o al menos paliar, el acoso escolar:

1. Concientizar: Utilizando materiales de lectura o didácticos para que los


estudiantes reflexionen sobre valores, sentimientos y la importancia del
respeto mutuo.
2. Instruir: Aplicando a los alumnos sobre el bullying, sus consecuencias y sus
partícipes. Además, remarcándoles sobre la importancia de no callar ante
situaciones de violencia, sean contra nuestra integridad o contra la de otra
persona, confiando en los docentes, directivos y padres.
3. Promover: Invitando a los estudiantes a que planteen y organicen
actividades de convivencia o de debate. Así, se podrá analizar situaciones
conflictivas en clase y juzgarlas de forma crítica.
4. Legislar: Tratando de establecer reglas sobre la convivencia (además de los
reglamentos formales que tienen las escuelas). Cartulinas, afiches,
mensajes compartidos con fines educativos hecho por los mismos alumnos.
Y penalizando las conductas agresivas, acosadoras, intimidatorias.
5. Difundir: Multiplicando las reuniones entre padres, docentes y no docentes.
Junto con ellos, puede mejorar y potenciarse las acciones y los mensajes
en relación al acoso escolar. Esto ayudará a que exista coherencia entre
todas las partes y que todos se sientan protagonistas de la causa.

En resumen, el combate contra el acoso escolar o bullying no es una misión fácil.


Los hechos, la ciencia y los protagonistas así lo prueban. Cuando hablamos de
bullying estamos haciendo referencia a una problemática que tiene lugar en
muchas escuelas y en todo el mundo.

Hoy en día, no hay acuerdos unánimes sobre por qué se produce el bullying y
cómo prevenirlo efectivamente. Sin embargo, no es verdad que sea una causa
perdida. Lo que sí sabemos es que esta problemática no puede quedar librada al
azar. Mucho menos creer que el paso del tiempo cicatrizará las heridas que
produce en agresores y víctimas. Familia, directivos y docentes deben unir
esfuerzos para combatir este flagelo.

Muchas gracias por su atención.

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