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EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

LA AVENTURA NORDICA

CURSO: REVISIONISMO HISTÓRICO III - 1er SEMESTRE 134 NhK


URKAL: BORT AS NOTHURÄM
1. EL RELATO NÓRDICO
• América no fue descubierta por Cristóbol Colón el 12 de octubre de 1492.

• Su historia, si es que puede llamarse tal, se ha conservado en las "sagas",


relatos tradicionales cuyo fondo de veracidad no ponen hoy en duda los
investigadores. De éstas la denominada "From the Saga of fhe Greenlanders"
relata el descubrimiento- de América. Este hecho tuvo lugar alrededor del año 985
de la era cristiana, y el primero en avistar la costa americana fue Bjarni Herjulfson,
quien partió de Groenlandia lugar al que regresó casi un año después.

• A Islandia, la antigua "Thule de Ptolomeo, llegaron los irlandeses antes que los
vikingos pero fueron desplazados en 861 por la expedición de Naddod, procedente
de Noruega. Los vikingos hicieron de Islandia su base de operaciones, y de allí,
huyendo del despotismo del rey Haroldo, emigraron en un número cercano a un mi
llar hacia Groenlandia en 872. Con posterioridad a los hechos relatados, alrededor
del año 1000, grupos más o menos numerosos de vikingos establecieron factorías
y poblados en la tierra firme del continente americano. Fueron las expediciones de
Gunnbjarn, Erik el Rojo, Leif Erikson, Thorfin Karlsefni, Thorstein, Gudrid y otros,
que dieron nombres a diferentes lugares de la costa norte americana, conforme al
producto que obtenían de ella, como Vineland, Markland, Helluland, etc.
• nombres que no se han conservado, pero la sola enumeración de
algunos de los jefes expedicionarios y de los lugares reconocidos, de sus
colonias establecidas en tierra a las que regresaban periódicamente, o
en las que incluso invernaron a veces, nos indica que América fue para
ellos una tierra muy conocida y visitada.
2. ORIGEN DEL NOMBRE AMERICA

• Existen muchas teorías para identificar el origen del nombre de nuestro


continente, la más popularmente aceptada es que este nombre fue
heredado del marino italiano Américo Vespucio, de quien se dice fue el
verdadero descubridor de América y que el cartografista alemán Matthias
Ringmann bautizara el continente cómo América, en honor al italiano
Américo Vespucio.
• Pero así también hay otra teoría no menos plausible que se relaciona con
los nórdicos y por ser la menos popular pero tal vez la que se ajusta con
mayor verosimilitud a su origen es que la damos a conocer.
• Según el marino chileno el capitán Luis Bravo Bravo, quien publica en la
revista Marina el año 1979, un estudio etimológico del nombre de nuestro
continente America, llega a la conclusión que tal nombre tendría un origen
en lengua nordica, en sus propias palabras cuenta:
o En efecto, como fue verificado para el autor, con impagable
amabilidad, personalmente, por el Embajador de Noruega en Chile, Sr. Frode
Nilsen, al solicitarle acceso a la biblioteca de la Embajada, en diccionarios
del noruego antiguo al idioma moderno, que quien escribe estas líneas no
hubiera podido emplear personalmente por desconocimiento total del
idioma, "omme" significa "lejano", "último", "final", "el término", "lo más
remoto", "lo más apartado", "lo más alejado".
La palabra "rike" existe en cambio aún en el noruego moderno, y fue usada
por los vikingos para designar grandes extensiones terrestres, y sus raíces
pueden encontrarse aún hoy en los nombres de los lugares de las áreas de
operación de los vikingos.
o Frecuentemente la palabra se encuentra levemente modificada o
deformada por el paso de uno a otro idioma y por el transcurso de los
siglos, pero su presencia puede ser fácilmente reconocida en virtud de
que su significado en el noruego antiguo se pronunciaba como en la
palabra "América". Se deletrea con frecuencia de diversas maneras,
según el idioma en que la encontremos, pero siempre se pronuncia en
forma muy parecida a "rige", "rega", "rike", "rikya", "reykia", "rica", etc. En
alemán derivó en "reich", pero siempre significa lo mismo: país, tierra,
reino, imperio. Ejemplos de lo aseverado lo encontramos en nuestro
propio idioma en la palabra "Noruega", que en el antiguo idioma vikingo
se pronunciaba "Noregue" o "Norrege".
o Incluso está en el origen de la palabra "Suecia", "Sweden" en inglés,
derivado de "Sverige", que se pronuncia tal como la lee un lector latino.
Otro ejemplo es Frankrike, que se pronunciaba Frankrige, es decir reino
de los francos o Francia, como hoy la llamamos en castellano. Pero quizás
si el ejemplo más típico sea el país que en español llamamos Austria, y
que en alemán se denomina "Ostereich", evidente derivación de "Oste-
rike", pronunciada "Osterige" u "Osterika".
o Combinando, pues, las palabras del noruego antiguo (repetimos, idioma de
los vikingos, descubridores del " Nuevo Mundo) "Omme" y "Rike", se
obtendría la pronunciación "Omeriga", virtualmente idéntica a "América", lo
que además tendría idéntico significado a la legendaria "Ultima Thule" de
los escritos clásicos.
o En efecto, si aceptamos que la misteriosa "Thule" de Ptolomeo no es otra
que la colonia fundada en Islandia por los vikingos, entonces la legendaria
"Ultima Thule" es lo que su nombre en latín indica: "última", en tal lengua
muerta significa "final", "lo más lejano", "lo más remoto", "lo que está más
allá de...", "lo que está aún más distante que...", "lo más alejado del mismo
nombre"; en otras palabras, es la misma idea encerrada en la derivación del
noruego antiguo de la palabra América, que ya analizamos: la "Thule" más
alejada, la final, la más remota; al igual que América significaría el reino
más lejano, el país más distante, el que sigue más allá del reino conocido,
en síntesis, la misma idea en dos lenguas diferentes pero contemporáneas.
o Y tal denominación es lógica, puesto que s¡ los geógrafos, escritores e
historiadores llamaron "Thule" a la colonia de Islandia, la colonia de
Groenlandia, la que seguía más alejada hacia el oeste, sería para ellos la
Thule siguiente, hasta aparecer una tercera colonia, allá en el confín, en
América, la última de todas las Thules o colonias de los vikingos, la más
remota, más allá de la cual ya no puede existir otra "Ultima Thule" en latín,
"Ommerike" en noruego.
3. PRUEBAS DE LA PRESENCIA NORDICA EN AMERICA
• Ya para el año 1874, Rasmus B. Anderson, profesor de la Universidad de
Wisconsin, fue el primero en declarar que “América no fue descubierta por
Colón”, y en señalar a los Vikingos como los reales descubridores de estas
tierras, específicamente la parte norte del continente. Su afirmación estaba
basada en las revisiones historiográficas y lingüísticas de las antiguas sagas
vikingas, como la “Saga de los groenlandeses” y la “Saga de Erik el Rojo”,
escritas en los siglos XIII y XIV.
• En 1960 el arqueólogo danés Jørgen Meldgaard y los noruegos Helge Ingstad
y su esposa Anne Stine Ingstad estaban buscando evidencias arqueológicas de
presencia vikinga en Terranova y Labrador en un pequeño pueblo llamado
L’Anse aux Meadows, cuando encontraron deformaciones en la tierra que se
podían asemejar a casas vikingas (McGovern, 1990).
• Además de este asentamiento en Terranova, se han descubierto artefactos
nórdicos dispersos en diferentes sitios arqueológicos de la cultura esquimal
inuit (13) en Canadá y Maine. Por ejemplo, en Goddard (Maine) se encontró un
penique nórdico, moneda que sólo se había visto en el oeste de Islandia.
• La mayor concentración de restos vikingos presentes en asentamientos
esquimales, fuera de Groenlandia, se encuentran en Ellesmere, próximo a
Thule en Montreal. Las excavaciones realizadas por Peter Schledermann y
Karen McCullough han localizado piezas tales como paños y restos de una
armadura de malla.
• La teoría de Rasmus B. Anderson fue finalmente comprobada en octubre de
2021, gracias a una investigación que, utilizando tecnología de punta, logró
establecer la fecha exacta de la primera visita vikinga a América del Norte: tuvo
lugar en 1021.

• Para hacerlo, analizaron la edad de los restos de madera recuperados en las


excavaciones arqueológicas en la isla de Terranova (actualmente una provincia
de Canadá), un sitio llamado L’Anse aux Meadows, en el que en 1960 fueron
descubiertos ocho estructuras que se asemejaban a ruinas vikingas de Islandia
y Groenlandia.

• La excavación posterior arrojó varios objetos, entre ellos una aguja de hueso,
una piedra de afilar y un verticilo de esteatita, que demostraron que el sitio
pertenecía a los nórdicos. Si bien la mayor parte de la evidencia sugirió que
L’Anse aux Meadows se estableció a fines del siglo X o principios del XI, las
técnicas de datación disponibles en ese entonces seguían siendo imprecisas.
• Pero el artículo publicado en Nature logró establecer una fecha más
precisa. El estudio se centró en tres piezas de madera obtenidas de L’Aanse
aux Meadows. Cada una había sido cortado con una herramienta de metal,
tal vez un hacha, una tecnología que no era utilizada por los grupos
indígenas de la zona en el siglo XI.

• Los científicos que lideraron el estudio luego centraron su atención en la


dendrocronología, o datación de anillos de árboles, un campo cuya precisión
ha avanzado considerablemente en los últimos años. Tras la identificación
de un evento inusual llamado Miyake en 993 y 994, en el que los picos del
isótopo carbono-14 en la atmósfera cambiaron la forma en que aparecen
los anillos de los árboles de ese momento, los científicos buscaron esta
firma de radiocarbono distintiva en los anillos de sus tres especímenes.
Usando este método, calcularon que los árboles fueron talados 28 años
después de 993: exactamente hace un milenio, en 1021.
4. CONCLUSIONES

• A la actualidad es irrefutable el argumento que los pueblos nórdicos hayan


establecido colonias en tierra americana, basándonos no solo en sus
legendarias sagas sino en descubrimientos arqueológicos que gracias a las
tecnologías modernas nos hablan de un hecho históricos y además del curioso
aporte lingüístico sobre el nombre de nuestro continente, pero hay más aún, es
el relato alucinante que desarrolla el gran investigador Jacques de Mahieu en
su extensa obra que nos revela indicios más que elocuentes de la presencia de
los hombres nórdicos en toda América.
• Jacques de Mahieu posee un doctorado, y se titula antropólogo y director de
un "Instituto de Ciencia del Hombre" en la ciudad de Buenos Aires, y dado que
sus obras han sido publicadas en francés y en castellano por una importante
editorial franco-argentina, su teoría formulada con gran seguridad y no poca
erudición no puede ser ignorada por quienes desean estar al tanto de la
antropología americanista en la actualidad y que pasamos a reseñar.
• Antes de exponer y comentar lo dicho por J. de Mahieu en sus publicaciones,
puede ser útil hacer una cronología de las misas y de los trabajos realizados
por el Instituto de Ciencia del Hombre por él formado:
• 1969: Se organiza la "Misión Argentina Mariscal Francisco Solano
López", con el auspicio del Ministerio de Cultura y Educación y la colaboración
financiera del Ministerio de Bienest.ar Social del gobierno argentino. (Para los
viajes y expediciones que se harán en los años siguientes se cuenta también
con el apoyo de las autoridades paraguayas).
• Principios de 1970: Los licenciados Pedro E. y Jorge A. Rivero
realizan el primer estudio antropológico-físico de indígenas Guayaquí en el
Cerro Morotí (Paraguay).
• Mediados de 1970: Se redacta un informe preliminar sobre los
estudios antedichos. En septiembre de ese año J. de Mahieu y P. Rivero
completan el relevamiento antropométrico en Cerro Morotí, y obtienen tres
fragmentos de cerámica pintada desenterrada poco antes.
• Noviembre 1970: P. Rivero y E. Codina efectúan una excavación en el
sitio de hallazgo de los fragmentos citados. Encuentran urnas fragmentadas y
una entera, con fragmentos grabados y pintados en su interior. Se lo interpreta
como un escondrijo, atribuido a principios del siglo XVII, época en que los
indígenas guayaquíes se encontraban acosados por las Milicias Guaraníes de
los jesuítas.
• 1971: Se publica en Francia el primer libro de Jacques de Mahieu: Le
grand voyage du Dieu-Soleil. (Ed. Hachette, Paris). Al año siguiente se publica
una edición alemana.
• Febrero 1972: Segunda campaña de estudio del grupo guaraní de
Cerro Morotí. Relevamiento de los petroglifos del Cerro Polilla, en el Cerro
Ivytiruzú, cerca de Villarrica.
• 1972: El Instituto de Ciencia del Hombre publica otro artículo sobre el
origen de los Guayaquí.
• Octubre 1972: El Instituto de Ciencia del Hombre publica el folleto de
45 páginas Las inscripciones rúnicas precolombinas del Paraguay. Basado
sobre todo en los trazos pintados que presentan los fragmentos de cerámica
del yacimiento de Cerro Morotí, y en algunos de los grabados rupestres del
Cerro Polilla.
• Enero 1973: Se dan noticias periodísticas en Asunción sobre el
descubrimiento de numerosos petroglifos en grutas o abrigos rocosos del Cerro
Guazú y de otros sitios de la Sierra de Amambay. Habían sido localizados a partir
de 1970 por el geólogo Pedro M. González, pero sin dárseles importancia en su
momento.
• Septiembre-octubre 1973: Expedición de relevamiento de una parte de
los citados petroglifos, por parte de dos colaboradores del instituto (J.F.
Mongibeaux y J.P. Bouleau), quienes contaron para ello con una beca de la
"Dotation Nationale de L'Aventure" de París. También localizan un "dolmen” en el
flanco sur de la Sierra de Amambay.
• Febrero 1974: Un aficionado de Buenos Aires, el arquitecto Franz Pirker,
visita bajo la guía del geólogo González los sitios del Cerro Guazú y obtiene
documentación fotográfica. (Se publica un informe en forma de entrevista en el
diario en lengua alemana "Freie Presse" de Buenos Aires el 2.Vl.1974,
aceptándose la posibilidad de que existan signos rúnicos).
• 1974: Se publica en Francia el segundo libro de J. de Mahieu: L'agonie
du Dieu-Soleil. (Incluye los datos publicados en el folleto de octubre de 1972).
• 1974: El runólogo prof. Herman Munk "descifra" parte de las
inscripciones grabadas en el Cerro Guazú. Se dan las primeras noticias en la
Argentina sobre estos hallazgos y su interpretación (Revista "Gente").
• 1974: Según lo manifestado en su tercer libro, J. de Mahieu viaja al estado
de Piauí (N.E. del Brasil), para examinar el sitio de "Sete Cidades" Y sus pinturas
rupestres.
• 1975: Se publica en Francia el tercer libro de J. de Mahieu: Drakkars sur
l'Amazone.
• 1975: El Instituto de Ciencia de1 Hombre publica el folleto: Las
inscripciones rúnicas precolombinas del Paraguay. Complemento: Cerro Guazú. (11
pp.). Se publican fotos, y se presenta la versión "normalizada" y traducción de
algunas de las presuntas frases en el antiguo idioma escandinavo, así como
algunos dibujos con caballos y una presunta silueta de drakkar (embarcación de los
vikingos).
• Septiembre 1975: Mahieu anuncia en Asuncíón el descubrimiento de
ruinas con restos de murallas en Cerro Corá y en Tacuatí (N.E. del Paraguay). Las
"murallas de tipo incaico'' de Cerro Corá son interpretadas como pertenecientes a
una instalación vikinga. (Información de las agencias Telam- EFE, 27.IX.197 5)
• 1976-1979: Diversos reportajes, notas periodísticas en Argentina y Brasil
(por ej.: Revista "La Nación", 25.1.76; "Manchete", 18.11.78; "Radiolandia 2000",
27. VII.79) y emisiones televisivas se refiere a los hallazgos antedichos y a las
teorías de Mahieu.
• Se podrá poner en duda la presencia nórdica en América por lo
inverosímil de los resultados de las investigaciones de J. de Mahieu, pero no
se puede negar la seriedad y rigurosidad científica de toda su obra, por lo que
con mayores antecedentes esta investigación deberá continuar para ya no
solo pesquisar la presencia del hombre blanco en América sino también de su
influencia en el desarrollo cultural americano pre-colonial.

CHAVIN DE HUANTAR
LOS CHACHAPOYAS
MARKAHUAMACHUCO

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