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Resumen Gestión Ambiental Parcial 1

Módulo 1

Lectura 1: Recursos naturales

Materia y energía

El flujo de la energía y el ciclo de la materia permiten la vida en el planeta. Además de ser soporte de nuestra existencia,
el ecosistema mantiene esencialmente dos aspectos fundamentales en relación con el hombre: ser fuente proveedora de
recursos y ser sumidero de sus residuos. A una escala más concreta, las personas requerimos permanentemente de
recursos y energías no solo para impulsar y sostener nuestros procesos vitales, sino porque necesitamos elementos más
o menos tangibles que permitan satisfacer nuestros deseos, concretar cada acción esperada y materializar cada proyecto
que surja. El hombre posee necesidades ilimitadas, requiere recursos para vivir, necesita de la materia y la energía, de
los recursos y sus propiedades, y se vincula con ellos mediante la tecnología, a la cual toma del medio y, al hacerlo,
causa un impacto.

Algunas necesidades humanas son consideradas básicas por su condición fundamental y determinante para la vida,
pero también hay otras creadas por la cultura y las realidades que construimos. Cada acción que realizamos en nuestra
rutina se vincula con recursos del entorno, algunos más tangibles y fáciles de identificar que otros; pero, siempre, son los
bienes y servicios ambientales los que nos permiten vivir.

Recursos, bienes y servicios ambientales

Los recursos de la naturaleza, entendidos como todo aquello que tiene una utilidad y un valor para el hombre, pueden
ser clasificados según su disponibilidad y capacidad de renovación. Los recursos perennes o de flujo son potencialmente
renovables (llamados renovables habitualmente) y no renovables, esta es una buena clasificación para poder
comprenderlos.

Imagen: Recursos naturales en el ecosistema urbano

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En relación con la definición de recursos naturales o ecosistémicos encontramos la conceptualización de los bienes y
servicios ambientales. Su entendimiento surge a partir de los movimientos ambientalistas, cuando se empieza a
considerar cómo las personas afectan el entorno para nutrirse de recursos y la importancia que tiene conservar el
ambiente como fuente de provisión.

La idea de bienes ambientales está relacionada con la de recursos más bien tangibles, los recursos ambientales de un
ecosistema; la biodiversidad (animales, plantas y otros seres vivos), ríos, lagos y toda forma de agua útil, recursos
minerales y suelos, madera y energía contenida. La idea de servicios ecosistémicos o ambientales está relacionada más
con aspectos intangibles. Suelen considerarse, de este modo, aquellos procesos que generan o permiten la existencia de
los bienes ambientales o aquellos servicios del entorno que dan soporte a los procesos de la vida y al equilibrio de la
biosfera, y que benefician al humano como especie y ser vivo.

En los asentamientos urbanos, a veces, la dimensión ambiental y puntualmente los aspectos ambientales pueden ser
más difíciles de identificar, ya que estos tecnoecosistemas muchas veces desdibujan los elementos naturales que
conforman su base.

Se puede mencionar también que algunos servicios ambientales se mantienen en cierta forma ajenos al uso humano, ya
que no son aprovechados de manera directa y se manifiestan como procesos ecológicos de la ecósfera en la que
estamos insertos. Ejemplos de lo mencionado son la regulación del clima, la biodiversidad, el reciclaje de materiales y la
biodisponibilidad de nutrientes por los ciclos biogeoquímicos. Otros servicios ecosistémicos son especialmente
relevantes porque permiten el desarrollo o cobran sentido por su valor para la actividad humana. Son ejemplos de esto
el aprovisionamiento de recursos extractivos (como los materiales para construir las viviendas y el desarrollo de obras
civiles) o los recursos que son necesarios para la alimentación, vestimenta y abastecimiento de sistemas productivos.

Tomando lo planteado por Erazo (2013), podemos clasificar los servicios ambientales de la siguiente manera:

★ Servicios de autosostenimiento de la biósfera: son procesos ecológicos que sostienen beneficios intangibles para
el hombre, pero elementales para el funcionamiento de los ecosistemas.
★ Servicios de aprovisionamiento antrópico: son aquellos servicios que permiten el aprovechamiento de recursos
para el beneficio humano.
★ Servicios culturales: son aquellos servicios que se prestan a partir de las condiciones ambientales o
ecosistémicas y están relacionados con el bienestar de las personas porque permiten el desarrollo intelectual,
disfrute o recreación

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Tabla: Bienes, servicios ambientales y desarrollo urbano

Como vimos, independientemente de si se vive en una gran ciudad, una zona de elevados recursos o un asentamiento
precario o marginal, el hombre necesita ser consciente del valor de los recursos que dan soporte a su vida. ¿Cómo

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podemos cuidar o aprovechar de manera sustentable algo si desconocemos su importancia? Justamente, comenzamos
diciendo que un recurso es algo que resulta útil para el hombre y tiene por sí mismo un valor de importancia, de cambio
y económico en nuestro sistema. Nuestra comprensión y conocimiento limitado restringe la utilidad real de todo lo que
nos rodea, ya que las tecnologías y el nivel cultural terminan definiendo el concepto de un recurso. Hoy se valoran los
bienes y servicios ambientales en función de su utilidad, pero hay un potencial inmenso que podemos desconocer. Un
elemento fundamental consiste en reconocer las problemáticas de degradación o los impactos ambientales que
generamos a partir de nuestra actividad y cómo esta afecta a los recursos, los bienes y servicios ecosistémicos, tanto en
nuestra ciudad como en la contribución global.

Es importante tomar conciencia, entender el concepto de recurso potencial y comprender que nuestro actuar es clave en
la generación de oportunidades y mejores prácticas de aprovechamiento. Debemos pensar en el hoy y el mañana. Existe
una relación muy fuerte entre los bienes y servicios ambientales que existen en una región y la posibilidad de desarrollo
de sus comunidades y de su actividad económica.

Es necesario pensar en las generaciones próximas, sus necesidades y sus posibilidades de aprovechamiento. La equidad
intergeneracional e intrageneracional nos invita a ser conscientes, trabajar en nuestra huella ecológica y realizar un uso
racional y sustentable de los ecosistemas que nos sostienen.

Lectura 2: Desarrollo humano y población

Podemos definir el concepto población como aquel conjunto de individuos que tienen la capacidad de reproducirse y
dejar descendencia fértil. Al estudiar una población se debe considerar que hay muchas características relevantes en su
concepción, como tamaño, densidad, estructura por edades y sexo, distribución o disposición espacial, dispersión,
potencial biótico, estrategias reproductivas y formas de crecimiento, entre otras.

Nuestras ciudades

En nuestras ciudades, la población se conglomera y constituye como un complejo nicho ecológico en el que convergen
los ideales y las tensiones propias que se desprenden del potencial económico, social y ambiental que las integra. En los
asentamientos y en la manifestación de nuestro territorio se expresa el desarrollo, más o menos sustentable, que
alcanzamos como construcción colectiva, tanto de sentido local como global.

Ya analizamos cómo la sociedad entiende y aprovecha los recursos naturales, pero la idea de sustentabilidad nos lleva
mínimamente a integrar tres dimensiones en la ciudad, considerando para ello no solo los aspectos ecológicos, sino
también los sociales y económicos.

El desarrollo sostenible de las ciudades de América Latina y el Caribe presenta grandes desafíos para la política
territorial-urbana en sus niveles regionales, nacionales, subnacionales y locales. Requiere la convergencia en el espacio
urbano de la necesidad de internalizar los costos ambientales (vía mejoras en la gestión y gobernabilidad de los
sistemas asociados), asumir y resolver las inequidades sociales (vía mejoras en la habitabilidad urbana y la inversión en
capitales) y reconocer y abordar restricciones económicas relacionadas a la eficiencia (mejorar la oferta de
financiamiento)

En el abordaje de esta realidad, reconocemos que muchos elementos surgen como problemáticas características que
alejan a América Latina del ideal de desarrollo sostenible, o al menos representan elementos que indican que queda
mucho esfuerzo por hacer. Por ejemplo, la concentración de la riqueza manifiesta la inequidad en muchos sentidos y
visualiza exclusiones sociales y marcadas diferencias entre quienes viven por debajo de la línea de la pobreza y quienes
tienen la posibilidad de una realidad más acomodada. Otro punto relacionado al desarrollo tiene que ver con las

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opciones de crecimiento económico, empleo y productividad; en general, todos son aspectos vinculados a la
globalización económica y tienen características particulares en estos territorios en vías de desarrollo. En el ámbito
social, la pobreza urbana, los asentamientos marginales y las condiciones de vida (o calidad de vida), que muchas veces
derivan en hacinamiento, denotan una problemática significativa. Las condiciones de infraestructura, y en numerosos
casos la capacidad de gestión de los Estados, se muestran insuficientes.

Las problemáticas ambientales forman parte de nuestra realidad, ya que el consumo energético irracional, la pérdida de
biodiversidad, la degradación y contaminación de los recursos, entre otros fenómenos, forman parte de la postal urbana
en las ciudades de América Latina y el Caribe.

El elemento central de la sostenibilidad es haber reconocido que los costos ambientales de la urbanización no pueden
ser transferidos a las generaciones futuras. De esta forma, nos corresponde asumir una actitud activa y, como personas,
tomar una posición de cara al desarrollo.

Crecimiento de la población humana

El tamaño de una población está determinado por la sumatoria de los individuos que la conforman. Históricamente,
hubo un crecimiento gradual de la población humana marcado por factores densodependientes, y se mantuvo en cierta
manera estable en unos 250 millones de personas hasta el año 1500, momento a partir del cual comenzó a crecer de
manera sostenida hasta finales del siglo XVIII, para luego pasar a tener una aceleración y un crecimiento excesivamente
rápido. Un indicador que muestra esto es el tiempo de duplicación de la población sobre la Tierra, el cual es cada vez
menor. Esto está asociado a lo que se conoce como tasa de crecimiento anual acumulativo poblacional.

Por ejemplo:

➔ Para pasar de 500 millones a 1000 millones de personas > 300 años
➔ Para pasar de 1000 millones a 2000 millones de personas > 130 años
➔ Para pasar de 2000 millones a 4000 millones de personas > 45 años
➔ Para pasar de 4000 millones a 8000 millones de personas > ¿40 años?

Hoy en el planeta somos más de 7 mil millones de personas, y el crecimiento de la población global ha estado
especialmente marcado por factores densoindependientes. Las condiciones sociales, políticas, económicas y
tecnológicas (avance de la ciencia) han sido determinantes; en este sentido, América Latina es también parte del
proceso.

Capacidad de carga y huella ecológica

Al momento de interpretar el concepto de desarrollo sostenible, o de definirlo en el contexto de un desarrollo territorial


o urbano, surgen muchas miradas. Una manera de bajar la conceptualización de sustentabilidad o interpretar el nivel
desarrollo sostenible de los asentamientos humanos es utilizando herramientas o índices que, a partir de la medición y
cuantificación, expresan los datos de forma objetiva. De esta forma, podemos obtener un elemento útil para el
diagnóstico y también realizar un seguimiento del desempeño para, por ejemplo, monitorear de qué forma afectan las
políticas y acciones planificadas a las dinámicas del desarrollo urbano.

Algunas de las herramientas o índices son el cálculo de la huella ecológica, el índice de bienestar económico sostenible,
el análisis de flujos de carbono y flujos de materiales, y el environmental sustainability index.

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Un concepto asociado a la dinámica poblacional es la capacidad de carga del planeta. Este concepto plantea el potencial
de nuestro territorio para soportar la población, siendo fuente de alimento y sumidero de sus resultantes.

Se puede observar cómo muchas veces las condiciones sociales y de vida llevan a que una sociedad ejerza una carga
particular sobre el sistema natural. Es la población la que puede sostener un nivel de consumo determinado en un área
determinada. Esto depende de la cantidad de recursos que las personas utilicen y la cantidad de recursos que se
mantenga libres para las demás especies. Existen límites en la capacidad de carga de la ecósfera, cada hábitat tiene
recursos determinados para permitir la vida de cierto número de individuos sin degradarse.

Otro concepto relacionado a todo lo planteado es el de la huella ecológica, que indica justamente la presión del humano
sobre el entorno, y tiene en consideración cuánta área biológicamente productiva se requiere para dar soporte a un país,
población, actividad o persona. Este instrumento de medición también considera todos los recursos que se necesitan
para el desarrollo (comida, energía, transporte, etc.) y la asimilación, por parte del entorno, de los desechos e impactos
que el hombre produce.

Se estima que nuestro planeta demora un año y medio en regenerar los recursos que se usan anualmente. Los
escenarios proyectados en el mundo infieren que, si las tendencias de consumo y crecimiento poblacional se mantienen,
en las próximas décadas serían necesarios dos planetas para soportar a la población.

Además de lo expuesto, reconocemos un marcador anual que indica cuándo empezamos a vivir más allá de nuestros
recursos en un año determinado y lo denominamos el Día del Exceso o Sobregiro de la Tierra. Se considera que, en este
día, el planeta Tierra agotó su presupuesto ecológico anual, tal como indica la organización Red Global de Huella.

Determinamos los días de exceso de la Tierra de este año utilizando la edición de las Cuentas Nacionales de Huella y
Biocapacidad del año anterior. Al fijar la fecha de sobreimpulso basada en la edición anterior, podemos proporcionar
días de sobreimpulso del país más temprano en el año calendario, al mismo tiempo que mantenemos la consistencia de
datos para todos los países. También evita cambiar repentinamente las fechas a medida que una nueva edición de las
Cuentas Nacionales de Huella y Biocapacidad esté disponible (generalmente en la primavera). Por lo tanto, los días de
exceso de la Tierra para el año 2020 se basan en la edición del año 2019. La edición de 2019 presenta datos de la
huella ecológica y la biocapacidad desde 1961 hasta el último año de datos que fue en 2016. Por lo general, hay un
retraso de dos a cuatro años entre el último año de datos y el presente, debido al proceso de presentación de informes
de la ONU.

Según los modelos de cálculo, la humanidad ha consumido los recursos anuales en menos de nueve meses. Para el año
2000, el día de exceso se alcanzó en octubre, mientras que en 2016 se alcanzó el límite en agosto, y en 2020 en
Argentina se marcó el día de exceso el 26 de junio. Año a año seguimos disminuyendo el capital natural y agotando más
rápidamente lo que el planeta regenera. Se debe pensar qué actitud hay que tomar como sociedad para contribuir en
nuestro lugar y para hacer que nuestras ciudades sean más sustentables.

Lectura 3: Problemática ambiental

Hoy entendemos nuestro ecosistema como el ambiente constituido por elementos vivos, no vivos, naturales, artificiales y
las relaciones que existen entre ellos. La ciudad puede ser reconocida como un ecosistema urbano. El ser humano es
parte de este sistema complejo, y más allá de los diferentes atributos que permitan la caracterización social, será parte
clave en la conformación, preservación y evolución de estos ecosistemas, debido a que sus acciones impactan
sistémicamente en el entorno.

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Problemas ambientales

Toda acción antrópica repercute en su entorno. El hombre, en su desarrollo, se vincula con otros y su entorno en una
dialéctica permanente: desarrolla tecnologías, materiales, consume recursos, desecha, transforma, etc. A partir de las
técnicas y procesos, mantiene una relación de aprovechamiento, uso y apropiación de los recursos naturales y servicios
ambientales. Así como el hombre incide en el medio, el propio medio también determina la vida del hombre, y es en esta
dialéctica donde se producen los problemas ambientales.

Desde la acción más simple que el hombre pueda ejecutar, hasta el proyecto más complejo tienen impactos ambientales
asociados. Los problemas ambientales surgen por un quiebre o desvío en la racionalidad ambiental, es decir, por una
inconsistencia entre los principios, valores y conductas aceptados racionalmente en la relación de la sociedad con la
naturaleza y lo que realmente ocurre.

Esta racionalidad ambiental nos permite entender y valorar un estado ambiental o nuestro actuar como adecuado. De
esta forma, cualquier situación que produzca un desequilibrio en las condiciones deseadas o se manifieste como una
pérdida de calidad ambiental respecto a lo establecido representa una problemática ambiental. Otra situación a
considerar es que existen problemáticas ambientales asociadas a un origen natural, el riesgo ambiental asociado a
catástrofes naturales, que pueden tener consecuencias de daño masivo humano y alteración de los sistemas ecológicos.

Hay problemas ambientales de diversa índole, algunos son más sencillos de identificar y otros casi imposibles sin una
alta inversión en recursos de tecnología o metodologías específicas. Los problemas ambientales pueden ser clasificados
también según su extensión o forma de afectación territorial. La categorización se da de la siguiente manera:

❖ Problemas ambientales globales: afectan o inciden a nivel planetario, son inherentes a la población mundial.
Ejemplos: cambio climático o calentamiento global, degradación de los océanos, debilitamiento de la capa de
ozono, pérdida de biodiversidad, deforestación, desertificación, consumismo, pobreza y pauperización.

❖ Problemas ambientales regionales: afectan o inciden en una región o una unidad ecológica, como una cuenca o
un ecosistema particular. Esto ocurre porque la naturaleza no mantiene límites jurisdiccionales. Al contaminarse
un río, por ejemplo, probablemente sus consecuencias se reflejan en aguas abajo, lo que afecta a otras zonas o
localidades ajenas a la contaminación puntual. Ejemplos: contaminación de ríos, lagos (cuencas hídricas),
contaminación de sistemas freáticos, lluvia ácida, incendios, inundaciones, desertización, agotamiento de
acuíferos.

❖ Problemas ambientales locales: en general, se relacionan con focos de contaminación o degradación puntual
donde se afecta un espacio concreto de una localidad o zona. Ejemplos: contaminación del suelo, contaminación
de microcuencas, contaminación por residuos, contaminación visual, contaminación acústica, impactos
ambientales puntuales.

Las relaciones humanas, la satisfacción de necesidades y el poder también son un eslabón fundamental para entender
la problemática ambiental. La forma en que se desarrolla una sociedad a partir de la ocupación del espacio, la
intervención en el territorio, las formas de distribución y aprovechamiento de los recursos, los patrones de consumo o
políticas de gestión de los recursos naturales y la energía, así como también la modificación de las dinámicas y procesos
naturales, suelen ser causales de los principales problemas ambientales. Cuando la dinámica humana no es coherente
con la dinámica de la naturaleza surgen los problemas ambientales. Cuando las tasas de uso de los recursos superan las
tasas naturales de renovación o cuando las tasas de generación de residuos o la magnitud de los impactos superan la
biocapacidad y fuerza de la naturaleza para asimilarlos, se degrada el ambiente.

Desde una definición multidimensional de desarrollo sustentable, podemos observar problemas asociados a la
dimensión ecológica, la degradación y contaminación de los factores ambientales y recursos naturales que se
manifiestan de distintas maneras, como, por ejemplo, la contaminación de las napas, degradación del suelo, pérdida de
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biodiversidad, por mencionar algunas. Pero existen también problemáticas ambientales vinculadas a la dimensión
socioeconómica que se asocian a impactos ambientales y afectación del bienestar o calidad de vida humana. La pobreza,
el hacinamiento y el consumo son los principales desafíos a enfrentar por los países en vías de desarrollo. Sabemos que
la pérdida de recursos naturales es un tema crítico para países en vías de desarrollo y a esto le sigue, en materia de
significancia, el deterioro del medioambiente urbano que se constituye como el problema más grave que enfrentamos.

La urgencia en adoptar políticas de desarrollo urbano sostenible se impuso en la región en el cuadro de la fuerte
urbanización registrada por todos los países, y las tensiones que esta ha presentado en la urbe. A esto se han agregado
nuevos problemas a escala global, en particular el impacto que la urbanización puede tener sobre el calentamiento
global, sobre la contaminación transfronteriza, la reducción de la capa de ozono y el consumo de los recursos. En la
actualidad se plantea con mayor fuerza la erradicación de la pobreza, el cambio de los patrones de consumo y
producción, la protección de los recursos naturales, como objetivos globales y requerimientos esenciales para el
desarrollo sostenible. La aplicación de estos tipos de criterios a la planificación y gestión urbanas, y su integración a las
políticas de desarrollo de las ciudades, en general, no se han materializado en la región.

Los procesos de urbanización en la región y la expansión urbana descontrolada han generado segregación social y
espacial, inequidad, pobreza y oportunidades muy diferentes. Encontramos así, asentamientos que carecen, muchas
veces, de adecuada infraestructura, de adecuados servicios públicos, con amplias desigualdades en las condiciones de
vivienda y calidad de vida.

Las condiciones de deterioro y pobreza, el hacinamiento y la vulnerabilidad de los sectores más necesitados aumentan el
nivel de riesgo de daño en la salud. Este sector es el más expuesto a los contaminantes y con menor opción de
respuesta.

En resumen, los problemas ambientales pueden ser de origen natural o de origen antrópico, y representan una pérdida
de calidad ambiental, entendida como un impacto ambiental negativo, degradación, contaminación y sobrecarga de
ecosistemas.

Crisis ambiental

En cierta manera, la relación del hombre con el ambiente mantiene una dialéctica contradictoria: el hombre altera el
ambiente para sobrevivir y, si las formas de uso no son las apropiadas, se destruye la fuente de vida. Esto plantea una
crisis que va más allá de lo técnico y encuentra sentido en la complejidad de una realidad limitada en el espacio y el
tiempo que está marcada por una cultura que hace uso de tecnologías disponibles. Todo esto, bajo el poder de una
sociedad que se materializa en el entramado de relaciones, intereses y contradicciones internas.

Lectura 4: Abordaje de la complejidad

En la gestión ambiental, el paradigma determinista, que se relaciona con la uniformidad, independencia, simplicidad y
estabilidad, debe ser dejado de lado para dar lugar al paradigma de la complejidad o incertidumbre, caracterizado por su
dinamismo, interdependencia y diversidad.

Complejidad ambiental

La complejidad ambiental no emana de la evolución de la materia ni se descubre en el mundo objetivo. La complejidad


emerge como una nueva racionalidad y un nuevo pensamiento sobre la producción del mundo a partir del conocimiento,
la ciencia y la tecnología; es el espacio donde se articulan la naturaleza, la técnica y la cultura.

El enfoque de gestión nos propone integrar la variable ambiental desde las distintas actividades del hombre en relación
con otros hombres y la naturaleza. Por esta razón, se trata de mantener una visión holística, crítica e integradora de los
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conceptos y las problemáticas abordadas. Entender y operar con la gestión ambiental (GA) significa una gran diferencia
profesional y puede ser una fortaleza técnica para un alumno y futuro profesional de cualquier disciplina o carrera
cursada.

Los desafíos técnicos y de gestión ya no se plantean tanto sobre temas específicos, sino sobre problemas insertos en un
contexto, relacionados con múltiples variables e interrelacionados con otros temas o problemas. Las situaciones
problemáticas atraviesan los escenarios de gestión y las situaciones de conflicto pueden caer sobre cualquier actor
social. Podemos interpretar esta realidad en los desafíos para el desarrollo sostenible de las ciudades en América Latina
y el Caribe, donde se plantea de manera permanente la cantidad de variables que determinan el desarrollo urbano
poblacional.

Para interpretar este complejo sistema, entenderlo y diagnosticarlo, se necesita de la interdisciplina, de una multiplicidad
de miradas entendidas a nivel de experiencia, conocimiento y no solo de titulación académica. Estos equipos pueden ser
idealmente coordinados por una persona formada en su entendimiento desde la generalidad, y es aquí donde la función
del licenciado en gestión ambiental es fundamental. Se necesita liderar equipos de trabajo, manejar un metalenguaje,
unir esfuerzos, rellenar vacíos de conocimiento y conducir las energías en pos del cumplimiento de los objetivos y la
resolución de los problemas.

Teoría general de los sistemas

Un elemento o herramienta importante a la hora de orientar el trabajo es la teoría general de los sistemas (TGS) o, de
una manera simplificada, la visión o el enfoque por sistemas. Desde la gestión ambiental nos interesa más la TGS como
una forma de ver al mundo que como teoría. Representa, de manera práctica, una forma sistemática de entendimiento y
aproximación a la realidad que nos permite interpretarla y accionar en ella. Esta herramienta aplica perfectamente al
caso de análisis, ya que la TGS aborda los sistemas desde
el reconocimiento de la complejidad holística y nos invita
a trabajar desde la interdisciplina.

La metodología de la TGS propone el análisis de los


fenómenos como totalidades constituidas por elementos
en interacción, la existencia de entradas (inputs) y la
generación de salidas (outputs). Busca integrar en el
análisis las partes del fenómeno con el fin de alcanzar en
sus límites la concepción de una totalidad lógica. Deja de
lado el paradigma analítico reduccionista para montarse
en una concepción integral y sintética, y busca
sistematizar en la generalidad sin perder el contenido.

Imagen: Concepciones de la TGS

Goldfarb indica que las ideas clave que propone el abordaje de sistemas son:
➔ Buscar la optimización del todo y no solamente de subsistemas y partes aisladas.
➔ Sostener el énfasis en el abordaje interdisciplinario y trabajo en equipo.
➔ Dar un denominador común y establecer una línea de convergencia entre las distintas disciplinas del
conocimiento humano.
➔ Poseer carácter sistemático, reiterativo y de constante evaluación.

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Bajo el enfoque de sistemas se pretende entender un proceso u objeto de estudio dentro de los límites de una totalidad,
un sistema definido, procurando incorporar todos aquellos elementos relacionados con los fenómenos internos que
pueden determinar o influir en las respuestas o salidas del propio sistema. Para trabajar desde este enfoque suelen
utilizarse técnicas de simulación, modelado, diagramas de flujo y tecnología informática.

Podemos definir un sistema como un conjunto de elementos relacionados que mantienen un objetivo común. Los
elementos que componen un sistema son: (ver imagen)

Los elementos básicos son los componentes que en su forma de organización e interacción proporcionan estructura a la
unidad. Son interdependientes y ejercen influencias, funcionan en un conjunto que busca ofrecer una salida o respuesta
que alcance el objetivo del sistema. Gráficamente, y en relación con el caso, podríamos pensar en las personas que
habitan un territorio en el que mantienen individualidad, pero están organizados de determinada manera bajo una
relación pensada, por ejemplo, una organización productiva (una cantera de áridos) ofrece la posibilidad de cumplir el
objetivo (extracción de mineral). La interacción forma la organización y permite el trabajo.

Los sistemas tienen estructura, funcionamiento y elementos de control, lo que hace a su organización. Las ciudades
pueden entenderse como sistemas muy complejos, ya que podemos encontrar estos elementos.

Los flujos que atraviesan los límites, hacia adentro y hacia afuera del sistema, son los que llamamos entradas y salidas.
Ambas marcan la función de un sistema. A veces es complejo definir los límites de un sistema, debido a que podemos
interpretar límites físicos, conceptuales (o bajo un criterio definido), geográficos y hasta temporales con mayor
abstracción. Al buscarlos, debemos de pensar en el tipo de relación que tienen sus componentes y el nivel y tipo de
control que existe en las entradas y salidas del sistema.

Así, por ejemplo, si pensamos en un asentamiento precario como sistema y pensamos a los vecinos como componentes,
veremos que algunos de ellos tienen una relación o vínculo directo entre sí al agruparse en familias, pertenecer al mismo
club o al ir a la misma iglesia. De esta manera, los vínculos que conforman se traducirán en subsistemas o subconjuntos
de elementos, que a su vez tendrán una relación indirecta con otros subsistemas. Esta relación entre subsistemas ha
definido límites que se han establecido por el criterio del tipo de interacción.

En relación con los inputs y outputs, cuando un flujo entra a un conjunto de componentes y este no tiene control sobre
su ingreso, se entiende que hay un input en el sistema y podemos definir un límite que lo separa de otros sistemas o
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unidades, tal como la que producirá el input que recibió. Por ejemplo, la radiación solar es un input en el sistema urbano
porque la ciudad no ofrece control natural sobre la energía emitida por el sol y hasta lo que hoy conocemos no ofrece
control en su recepción. La estructura de un sistema depende de las características asociadas a sus componentes, el
número y tipo de componentes, y la interacción o arreglo que exista entre ellos. La trama urbana, por ejemplo, es
consistente con esta estructura. La estructura con la que se define un sistema está muy relacionada con la función.

En lo referente a las relaciones de los componentes, también pueden darse distintos tipos. Puede existir una relación
donde la salida de un componente sea la entrada directa de otro, y se denomina cadena directa. También puede existir
una retroalimentación entre los componentes, lo que define una cadena cíclica. Y, por último, puede existir una situación
de competencia por la misma entrada, en la cual dos componentes mantienen una relación del tipo competitivo. Estas
relaciones pueden estar presentes individualmente en sistemas simples, o en casos más complejos donde pueden existir
en conjunto. Las relaciones determinan el arreglo característico de un sistema, que, si le sumamos el tipo y número de
componentes, conforma la estructura.

Cuando hablamos de sistemas y sus funciones, siempre los definimos en términos de procesos. La función se vincula con
inputs y outputs y es resultante directa de la estructura. Retomemos lo expresado por Goldfarb (2003): los criterios más
significativos para caracterizar un proceso tal vez sean la productividad, la eficiencia y la variabilidad.

Para abordar y estudiar un fenómeno o proceso desde el enfoque de sistemas, se debe primero definirlo e identificar los
cinco elementos básicos que están siempre presentes. Debemos encontrar el sentido del sistema, definir sus límites,
subsistemas y componentes, analizar las variables y sus atributos, ver cómo se conforman y manifiestan las relaciones,
las tensiones, los controles, las entradas y salidas, caracterizar la estructura, pensar en el arreglo y la función. Una
estrategia de trabajo puede ser definir un esquema o modelo del sistema complejo. Como indicamos, estos representan
una simplificación del sistema.

Modelar favorece la interpretación y el análisis. Resulta útil en la generación de conocimiento, permite comprender y
generar hipótesis de funcionamiento, valorar comportamientos, atributos de las variables y descubrir propiedades
emergentes. Modelar permite comprender, predecir consecuencias y planificar acciones a implementar.

Módulo 2

Lectura 1: Calidad de vida y consumo

Se vincula la calidad de vida con cierta capacidad de interpretación, valoración y disfrute (apropiación) del entorno y sus
elementos, por parte de las personas. "La calidad de vida se considera que es una combinación de elementos objetivos y
de evaluación individual de dichos elementos”.

En general, las personas entienden la calidad de vida como el estado que se alcanza cuando se cubren las necesidades
básicas. Una vez que están cubiertas las cuestiones esenciales para el funcionamiento humano, se da espacio para
comenzar a trabajar en el verdadero bienestar.

Calidad de vida es un estado de satisfacción general, derivado de la realización de las potencialidades de la persona.
Posee aspectos subjetivos y aspectos objetivos. Es una sensación subjetiva de bienestar físico, psicológico y social.
Incluye como aspectos subjetivos la intimidad, la expresión emocional, la seguridad percibida, la productividad personal
y la salud objetiva. Como aspectos objetivos el bienestar material, las relaciones armónicas con el ambiente físico y
social y con la comunidad, y la salud objetivamente percibida.

Factores de la calidad de vida

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El hombre mantiene necesidades ilimitadas que necesita cubrir y los recursos económicos pueden facilitar el acceso a
cuestiones materiales, pero no se debe confundir calidad de vida con nivel de vida. Como dice la frase popular: el dinero
no compra la felicidad.

Imagen izquierda: Factores de la calidad de vida Imagen derecha: Aspectos subjetivos y objetivos de la

calidad de vida

Al ser un concepto tan integral, la calidad de vida se construye también socialmente y cobra sentido en las
individualidades dentro de una sociedad. El concepto puede ser vivido de diferentes maneras, en distintas culturas o,
incluso, a nivel global entre sociedades desarrolladas, subdesarrolladas o emergentes.

Es necesario un desarrollo armónico con el ambiente para que todos tengamos un contexto apropiado que permita
alcanzar la calidad ambiental que contribuye al bienestar. El concepto de calidad de vida se ha reconstruido
considerando las sociedades, las propias crisis, el requerimiento de optimización en asignación de recursos, etc.
Entendemos que, si no se satisfacen ciertas condiciones mínimas relacionadas con la accesibilidad, la salud, el trabajo y
el desarrollo, es casi imposible hablar de calidad de vida. El concepto de calidad de vida y bienestar material se asocia
con la felicidad. Tal como se mencionó anteriormente, si bien el bienestar material o la riqueza no son garantía de
felicidad, no tener cubiertas las necesidades básicas, dificulta alcanzar la felicidad.

Si tenemos cubiertas nuestras necesidades básicas materiales nos sentimos sanos, seguros, productivos; podemos
expresarnos y compartir nuestra intimidad, manteniendo una buena relación con la sociedad y el ambiente; nos
encontramos, probablemente, muy cerca de la idea de felicidad y poseemos calidad de vida.

Consumo

Somos una sociedad marcada por un modelo de consumo. Es necesario pensar un nuevo modelo de vida, más
respetuoso con el ambiente y más centrado en los valores que nos llevan a mejorar la calidad de vida. El consumo
responsable o consciente se plantea como una oportunidad. ¿De qué se trata? Es una idea que se basa en el consumo de
bienes y servicios que son concebidos considerando los aspectos ambientales y sociales asociados con ellos, y no solo
las variables relacionadas a la utilidad, precio y calidad.

Desde la propuesta de consumo consciente, el ciclo de vida del producto tiene especial sentido, ya que cobran
importancia aquellos productos que se asocian con situaciones de impacto socioambiental positivo, participación
ciudadana, valorización de la cultura, equidad y cuidado de los recursos naturales y ecosistemas. Por otra parte, se

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desprecian procesos y productos asociados con la inequidad o degradación ambiental. La forma de consumo de cada
individuo deja huellas, positivas o negativas, en el ambiente.

La reducción del consumo puede ser una vía de liberación o, simplemente, ayudarnos a ajustar nuestra vida a nuestros
valores. En teoría, el consumo tendría que ser un medio para una vida mejor, pero se convirtió en un fin, con efectos
contrarios, pues devoró nuestra calidad de vida, la vida fue sacrificada en beneficio del consumismo.

Los tres aspectos que conforman un consumo responsable son:

➔ Consumo ético: es un consumo crítico, donde a la hora de elegir un producto se valoran ciertos aspectos que
ayuden a discernir entre la necesidad real y su disociación de la idea de felicidad o bienestar que puede hacer
brillar al producto gracias a la magia de las comunicaciones o la publicidad.
➔ Consumo ecológico: se considera, especialmente, el ciclo de vida y los procesos de producción, favoreciendo la
eficiencia en los consumos de materiales, el reciclaje y reutilización, así como los procesos naturales de
producción y aquellos con menor impacto en el entorno, tales como procesos artesanales, orgánicos o
ecológicos.
➔ Consumo social o solidario: tiene en cuenta el entramado y las condiciones sociales en las que surge el bien o
servicio. Se busca la valorización real del trabajo, las adecuadas condiciones laborales y el fortalecimiento de
capacidades productivas locales y de las personas. Se favorece la integración y el desarrollo de alternativas
productivas más sustentables.

Lectura 2: Degradación y contingencias

Los cambios en el planeta, causados por el hombre en las últimas décadas, son comparables en su magnitud con los
cambios que pueden llegar a producirse a través de miles de años por actividad natural. Pérdida de la biodiversidad,
degradación del suelo (erosión, desertificación, agotamiento), contaminación de acuíferos, ríos y mares, alteración de las
condiciones y procesos de la atmósfera son solo algunos impactos.

El desarrollo de las ciudades, lejos del concepto de sustentabilidad, contribuye directamente con cambios que están
estrechamente relacionados con la pérdida de calidad ambiental y afectación del bienestar de las personas. A su vez,
otro fenómeno que también ha marcado un antes y después en el desarrollo de asentamientos poblacionales, son las
contingencias ambientales,

Luego de la pérdida de ciertos recursos naturales, el deterioro del medioambiente urbano es el problema más grave que
enfrenta la región en este campo del desarrollo. En términos generales, las causas del aumento de la contaminación del
aire, suelo y agua se vinculan a procesos de urbanización no planificados, a la agricultura (uso de técnicas no sostenibles
y de sustancias agroquímicas) y a la inadecuada gestión del medioambiente. El crecimiento descontrolado de las
ciudades ha expuesto a una vasta proporción de la población al deterioro de la calidad del aire y del agua; a la
contaminación por desechos sólidos y peligrosos y a la degradación de las zonas costeras. El hacinamiento, la carencia
de infraestructura y la expansión urbana descontrolada aumentan el grado de exposición de los agentes contaminantes
resultando ser, habitualmente, los sectores más pobres las primeras víctimas de la contaminación.

El suelo es un recurso fundamental, provee servicios y reviste funciones esenciales para el sistema natural y la vida
humana. El uso excesivo del suelo y su contaminación son los dos aspectos fundamentales que conllevan a su
degradación.

La contaminación ocurre por la incorporación de sustancias que alteran la composición natural del suelo. Respecto a la
degradación por uso excesivo, sabemos que el avance de la frontera agrícola, la mayor demanda de uso para la
producción de alimentos (agricultura y ganadería) o recursos (madera, minerales, sustrato), y su ocupación para el
soporte y expansión humana (ciudades, carreteras, obras civiles) ha alcanzado demasiada intensidad y su

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materialización en problemáticas ambientales es indiscutible. La presión sobre el suelo continúa siendo fuerte debido a
la expansión de la demanda de viviendas, servicios, suministros públicos, espacios recreativos, parques industriales y
redes viales.

El acceso al suelo como recurso e inversión es muy diferente para los distintos sectores sociales, los más acomodados
pueden acceder para su vivienda, por ejemplo, a terrenos legales y seguros, mientras que las familias de bajos ingresos,
muchas veces acceden de manera informal a la ocupación de sitios inseguros con un alto riesgo ambiental. La
deforestación y los cambios de uso del suelo se asocian, de manera directa, con la degradación del suelo.

Se estima que una tercera parte de la superficie terrestre ha sido reutilizada para cubrir estas necesidades, y su
crecimiento ha ido conforme al de la población mundial. El consumo de energía para realizar estos cambios y el calor
que ello genera ha tenido un alto costo ambiental. Aunque los beneficios de estos cambios de uso del suelo son
innegables para el desarrollo de la población humana, es necesario considerar su impacto ambiental para buscar
estrategias de solución sostenibles.

Los bosques, montes, selvas y hasta el propio arbolado urbano cumplen funciones importantes para el ecosistema y el
hombre, ya que son fuentes de importantes bienes y servicios ambientales, regulan el clima, captan dióxido de carbono,
protegen las cuencas hidrográficas y el suelo, albergan y protegen la biodiversidad; además, proveen recursos como la
madera, alimentos y compuestos químicos para el desarrollo científico, tecnológico y la producción.

La cubierta vegetal puede degradarse por causas naturales como incendios o erupciones volcánicas, pero el impacto
mayor se debe a la intervención humana. El uso de suelo, la sobreexplotación, la alteración de su estructura o
cimentación son aspectos asociados con casi cualquier actividad.

Imagen: Formas de degradación de los recursos

Degradación del agua

El agua es el elemento fundamental para el proceso de fotosíntesis y forma parte de todos los seres vivos. El agua es
vida, y la problemática asociada con este recurso puede ser entendida en dos dimensiones: la de su escasez o
disponibilidad y la de su calidad o contaminación.

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No se registran carencias de recursos hídricos en la región de América Latina y el Caribe, con excepción de algunas islas
del Caribe. Sin embargo, la contaminación del agua constituye un problema de importancia debido al vertimiento de
desechos líquidos provenientes de fuentes municipales, industriales y mineras, así como a la contaminación difusa
causada por productos agroquímicos.

El acceso al agua potable, en términos de calidad y nivel de suministro, se presenta como deficiente en muchas regiones
o sectores. Si bien la agricultura es la actividad humana que mayor presión ejerce sobre el agua, ya que requiere un alto
nivel consumo y produce contaminación, las ciudades tienen una gran incidencia en la demanda. El agua virtual asociada
a los consumos, la ineficiencia en la distribución y el uso del recurso son algunas de las causas que se asocian con la
degradación y contaminación.

Problemas de la atmósfera

Sabemos que las ciudades tienen un altísimo impacto en la afectación de la calidad del aire. La contaminación del aire se
produce, esencialmente, por distintos tipos de emisiones y contaminantes asociados con fuentes fijas como industrias,
chimeneas del hogar o transporte (por ejemplo, los vehículos, ya que en zonas urbanas su uso se intensifica). Si bien
muchas ciudades han desarrollado programas para la preservación y el control de la calidad del aire, no todas poseen
los medios o las políticas adecuadas.

En América Latina y el Caribe, la contaminación del aire afecta gravemente la salud de más de 80 millones de habitantes
de la región, causando la pérdida de alrededor de 65 millones de jornadas de trabajo. También es la principal causa de
unos 2,3 millones de casos anuales de insuficiencia respiratoria crónica en niños, así como de más de 100.000 casos de
bronquitis crónica en adultos.

Más allá de la contaminación y la calidad del aire, existen dos problemas de la atmósfera que merecen ser destacados:
la degradación de la capa de ozono y el calentamiento global. Cabe señalar que los asentamientos humanos
contribuyen a que estos problemas se incrementen. La capa de ozono filtra la radiación solar ultravioleta; esta capa
sufrió un adelgazamiento y cantidades crecientes de radiación ultravioleta alcanzaron el nivel del suelo, causando daños
en los sistemas biológicos y una mayor incidencia de cáncer de piel en las personas. Por otra parte, actualmente, sin
duda, el mayor problema a nivel atmosférico es el calentamiento global con un altísimo potencial de afectación sobre la
biodiversidad, el equilibrio planetario y, por supuesto, los humanos.

Pérdida de biodiversidad

Los riesgos de cambios significativos e irreversibles en los ecosistemas son cada vez mayores. En los últimos 50 años, la
pérdida de biodiversidad ha sido más veloz que en cualquier momento de la humanidad. Expertos indican que estamos
ante la sexta extinción masiva en la historia del planeta y la primera causada por el hombre.

Muchas especies han desaparecido y muchas otras están en peligro de extinción. El resguardo de la diversidad biológica
es esencial, demás está remarcar su importancia. Por mencionar solo algunos aspectos, podemos decir que es fuente de
recursos y servicios ecosistémicos, está ligada al desarrollo sociocultural y económico, sostiene a la humanidad,
estrechamente vinculada con su cultura, religión, sustento (hábitat, alimento, medicina, vestimenta), producción y
desarrollo tecnológico y científico.

La degradación de la diversidad responde a complejas y relacionadas causas, naturales y antrópicas. Entre los aspectos
humanos podemos mencionar el cambio en el uso de la tierra y destrucción de sus hábitats, la caza indiscriminada, la
introducción de especies exóticas, la manipulación genética, la contaminación de los recursos y el cambio climático.

Desastres ambientales

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La gestión del riesgo comenzó a ganar importancia en las agendas públicas y planificación del desarrollo,
especialmente, logrando una mejor comprensión de los fenómenos naturales y la toma de conciencia sobre la
emergencia ambiental. No obstante, los elevados índices de pobreza, el nivel socioeconómico y el deterioro ambiental
dejan, a nuestra región, en una posición de vulnerabilidad.

La región de América Latina y el Caribe está sujeta a eventos climáticos y fenómenos naturales extremos que se
producen en ciclos a menudo recurrentes; estos eventos y fenómenos (terremotos, tormentas tropicales, huracanes,
inundaciones, sequías, erupciones volcánicas) no se toman debidamente en cuenta en la planificación y la gestión
urbana. La región es extremadamente vulnerable frente a estos fenómenos naturales cada vez más intensos y
frecuentes que afectan sus sistemas ecológicos y sociales cada vez más frágiles. Las ciudades de la región son
extremadamente vulnerables a los desastres, tanto de origen natural como tecnológico (aquellos inherentes a
actividades de riesgo), lo cual tiene consecuencias micro y macroeconómicas negativas a nivel local, regional y nacional.

Si bien nadie en el mundo se encuentra exento, el riesgo de sufrir algún tipo de contingencia asociada con las fuerzas de
la naturaleza es mayor en los países de América Latina y el Caribe. Además, la consecuencia de los desastres se
manifiesta con una severidad mayor en estos países, ya que la vulnerabilidad se asocia directamente al nivel de
desarrollo. Estrategias relacionadas con la planificación del uso de la tierra y sistemas de alerta temprana están
marcando un camino hacia la prevención y mejora de la capacidad de respuesta y mitigación ante el riesgo.

Lectura 3: Contaminación

Cuando la adición de materia o energía al medio altera su composición o estado de equilibrio, existe contaminación. En
las ciudades, tenemos liberación permanente de contaminantes físicos, químicos y biológicos al sistema.

Tipos de contaminantes

La exposición a dosis de contaminantes que sobrepasen los niveles existentes regularmente en la naturaleza puede
producir daño o efectos adversos en los seres vivos. Si no se produce alteración, podemos hablar de contaminación
inocua.

Las condiciones precarias de hacinamiento o saturación en aglomeraciones urbanas suelen exponer a los habitantes a
niveles de contaminantes nocivos para su salud. Los contaminantes son una de las principales causas de degradación
ambiental y constituyen una importante problemática actual de los asentamientos urbanos.

El hombre es un ser inquieto que permanentemente explora y descubre nuevas opciones tecnológicas y de desarrollo. A
partir de su capacidad, crea nuevos materiales, prácticas y tecnologías que la naturaleza, muchas veces, no reconoce ni
está preparada para incorporar y procesar para su degradación.

Las ciudades y dinámicas urbanas son causales de nuevos impactos ambientales, asociados a emisiones, residuos y
distintas formas de contaminación. Así la alteración y degradación de los recursos, y la potencial afectación de los bienes
y servicios ambientales, suele ser un efecto no deseado del desarrollo poblacional, cuando la gestión del ambiente no se
da de la forma deseada.

La contaminación puede ser clasificada, según su origen, en contaminación natural o contaminación antrópica.

Contaminación natural: Se da por procesos propios de la biósfera o geoclimáticos, tales como pueden ser una erupción
volcánica o un incendio forestal por causas naturales. Esta forma de contaminación, en general, se manifiesta de manera
dispersa y la propia naturaleza tiene capacidad de diluir sus efectos.

Contaminación antrópica: Es generada por causas humanas. Aquí, encontramos todo tipo de actividades generalmente
asociadas a aspectos ambientales, como la generación de residuos, emisiones líquidas o gaseosas, pérdidas de energía o

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contingencias ambientales. Este tipo de contaminación suele presentarse concentrada en volúmenes relativamente
pequeños de agua, aire y suelo, por lo que su concentración es un gran problema.

Imagen: Tipos de contaminantes

Como vemos en la imagen, según las


características de los contaminantes, la
contaminación puede clasificarse en biológica,
física y química.

● Contaminación biológica: se presenta


cuando hay organismos no deseados que afectan
al sistema natural y producen el desequilibrio.
Este tipo de contaminación representada por
microorganismos como bacterias, algas, virus,
hongos y gusanos, generalmente, suele estar
asociada a condiciones de higiene deficientes y
sociedades con necesidades básicas insatisfechas.

Es un tipo de contaminación que, si se trabaja a tiempo, es relativamente fácil de controlar, pero si


lamentablemente se concreta, sus consecuencias suelen ser graves, manifestándose muchas veces de forma
masiva y provocando alta mortalidad en poco tiempo. Por ejemplo, enfermedades como el cólera, la peste
bubónica o la gastroenteritis son provocadas por contaminantes biológicos en las personas. En el medio, ciertas
algas pueden agotar el oxígeno y causar anoxia.

● Contaminación física: es causada por agentes físico-mecánicos, relacionados generalmente con formas de
energía. Son ejemplos de este tipo de agente contaminante las radiaciones (ionizantes y no ionizantes), la
temperatura y el ruido. Este tipo de contaminación suele ser difícil de identificar (una onda electromagnética, por
ejemplo, no se ve, no se escucha, no se siente) y tiene una incidencia sutil y acumulativa o efectos que se
manifiestan muy desplazados en el tiempo. Ej: ruido, temperatura.
● Contaminación química: este tipo de contaminación es causada por agentes químicos, elementos o compuestos
orgánicos o inorgánicos que llegan al medio natural. La contaminación química puede ser difícil de controlar,
debido a la gran variabilidad de sustancias que existen, sus características y formas de manifestación. Se puede
presentar en forma de partículas, gases, corrientes líquidas.

Tabla: Contaminantes físicos, químicos y biológicos en las ciudades

En la siguiente tabla, se ejemplifican algunos de


los contaminantes ambientales que podemos
encontrar.

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Tabla: Características que definen a los contaminantes

Algunas propiedades y características de los agentes contaminantes definen su riesgo para el medio y la salud humana.

Los efectos de los contaminantes pueden manifestarse a corto, mediano o largo plazo, y sus efectos en la salud
dependen de la vulnerabilidad del receptor y la dosis recibida (tiempo de exposición, concentración del contaminante y
blindaje o protección).

Las fuentes de contaminación son clasificadas en fijas y móviles, según el modo en el que se produce la descarga.

● Fuentes fijas: indican una descarga localizada, puntual e identificable, por ejemplo, un vertido de un comercio o
industria, una descarga cloacal, la percolación de un depósito de residuos.
● Fuentes móviles: están representadas por cualquier medio en movimiento que descargan contaminantes al
sistema natural. En general, representan elementos de transporte, como autos, trenes o transporte público.

Fuentes de contaminación humana

Realizaremos una vista rápida de las principales fuentes antropogénicas de contaminación. Son 4: la industria, el hogar,
la actividad agrícola y el comercio.

La actividad industrial es una importante fuente de generación. Los subproductos y resultantes de procesos pueden ser
elementos que afecten al entorno o la salud humana. Las descargas al agua o a la atmósfera son aspectos ambientales
característicos de procesos productivos. Son ejemplos de contaminantes atmosféricos el CO2, el CO, los NOx, los óxidos

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de azufre, el material particulado, mientras que compuestos orgánicos o inorgánicos, como los nitratos, sulfatos y
desechos ácidos o alcalinos, suelen ser ejemplo de contaminación del agua.

La actividad comercial suele pasar inadvertida por su aceptación y transversalidad en nuestra vida diaria. Los residuos
generados a partir de la actividad comercial, en un estilo de vida basado en el comprar-usar-tirar, tienen un gran
impacto.

La actividad agrícola tradicional está asociada a insumos y prácticas que pueden incorporar contaminantes al entorno.
Los contaminantes químicos son los más importantes y los agroquímicos, como fertilizantes y pesticidas, son el principal
ejemplo.

Por último, cabe destacar la actividad humana como fuente generadora de contaminación. Todas nuestras acciones
generan energía y materiales de descarte, por lo que es muy importante dimensionar la cantidad de personas que
somos, entender los volúmenes y la toxicidad de nuestros aportes residuales. Pensando en los desechos y
contaminantes químicos, hay tipificadas más de 80 mil sustancias químicas que se usan en nuestros hogares de manera
cotidiana (insecticidas, productos de limpieza, componentes de artefactos del hogar, combustibles, elementos de
perfumería, alimentos, etc.). La mayoría de estos residuos termina siendo gestionada como residuos sólidos urbanos,
cuando podría tener características de peligrosidad.

Lectura 4: Impacto ambiental

El hombre se desarrolla en estrecha vinculación con el ambiente en el que habita; y la relación que ha sostenido con
este, en la mayoría de los casos, ha sido fuera de una racionalidad que entienda la capacidad de renovación y soporte
del medio. Si bien el desarrollo de muchas culturas se basó en el conocimiento y respeto de su ambiente, las ciudades,
actualmente, se caracterizan por un desarrollo más bien caótico o que ha respondido a otros factores como la
accesibilidad, la disponibilidad de servicios, el valor de la tierra o la calidad visual del entorno.

Aspectos e impactos ambientales

Las comunidades, muchas veces, han usado los recursos más allá de sus límites; esto generó un impacto en el sistema,
que, generalmente, supera a su capacidad de carga. Las habilidades y tecnologías administradas por el hombre han
posibilitado superar los límites y la resistencia ambiental ofrecida por el entorno. Sabemos que las urbanizaciones tienen
un efecto directo sobre la degradación de los recursos, incluso más allá de su jurisdicción; ejemplos de esto son el
consumo de recursos, la contaminación, la reducción de la capa de ozono y el calentamiento global.

Aunque la riqueza del planeta y el deslumbramiento en las ciudades, en cierta forma, han hecho que el impacto
producido por el uso excesivo de recursos pase desapercibido, actualmente con el tamaño de la población mundial, las
tecnologías existentes y un mayor nivel de conciencia e involucramiento social, resulta imposible ignorar nuestro
impacto en el mundo.

Vamos a revisar el significado de aspecto ambiental (AA) e impacto ambiental (IA).

El vocablo impacto hace referencia al resultado de la actividad humana, es decir, a la alteración que una acción o
actividad introduce o produce en el medio. La palabra ambiental tiene que ver con este entorno y los efectos sobre el
bienestar humano. Tomando como referencia estándares técnicos, como la norma ISO 14001, podemos definir los
términos planteados de la siguiente forma:

● Aspecto ambiental: es aquel elemento inherente a las actividades, o naturaleza de la organización, que puede
interactuar con el medioambiente.
● Impacto ambiental: es un cambio en el ambiente tanto positivo como negativo, total o parcial, que resulta de las
actividades, productos o servicios de una actividad u organización.
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La relación que existe entre los aspectos
ambientales relacionados a un sistema o
actividad y los impactos ambientales que estos
generan es una relación de causa y efecto. Los IA
se traducen en una alteración de la calidad
ambiental. Identificar, predecir y valorar esta
afectación permite ponderarlos por su
significancia y trabajar en su adecuada gestión
estableciendo planes de prevención, control y
mitigación. Si pensamos en las ciudades como
sistemas y, por ejemplo, en las instituciones o
industrias dentro de ellas como subsistemas,
podemos identificar impactos ambientales asociados a su dinámica.

El reconocimiento y la gestión de los aspectos ambientales son la base de la gestión ambiental. Es esencial lograr la
identificación de los aspectos ambientales de las actividades, proyectos u organizaciones. Desde una mirada macro, sería
inapropiado alcanzar la sustentabilidad en un territorio y no reconocer los aspectos e impactos asociados a este.

En este sentido, los impactos ambientales estarán directamente relacionados con las acciones, procesos, productos o
servicios existentes; y la gestión ambiental determinará la causalidad de un potencial impacto en el entorno. Los
aspectos ambientales, y especialmente los impactos derivados de ellos, son muy diferentes según el tipo de proyecto,
organización o asentamiento urbano. Por ejemplo, si un territorio tiene vocación productiva orientada a las actividades
extractivas, explotaciones agrícolas ganaderas, industrias de producción, empresas de servicios, o desarrollo
tecnológico, por la naturaleza de sus actividades, este tendrá aspectos ambientales particulares. Asimismo, la vida
urbana, la forma de consumo y calidad de vida o la propia segregación social tendrán, seguramente, potenciales
impactos diferentes sobre el territorio.

Las ciudades son un crisol de agentes y actores sociales. Los organismos de gobierno, instituciones educativas,
organizaciones del tercer sector, entre otras formas de organización, tendrán aspectos ambientales característicos que
marcarán su relación con los factores del entorno en el cual inciden. Una actividad debe integrarse al entorno de forma
tal que favorezca la maximización de sus efectos positivos y reduzca los negativos. Por otra parte, se debe buscar la
mejor forma de trabajar con el entorno, tanto aprovechando su potencial como minimizando los riesgos que las
actividades puedan causar.

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Imagen: Actividades y aspectos ambientales en los asentamientos urbanos

Para analizar el caso del desarrollo de los asentamientos humanos, las normas, como herramientas técnicas, nos pueden
servir. En el apartado 4.3.1 de la norma ISO 14001 se proporciona un proceso orientativo para identificar los aspectos
ambientales y determinar cuáles son significativos y deberían atenderse como prioritarios desde la gestión ambiental.

Si nos enfocamos en las organizaciones, lo estipulado por la norma ISO 14001 indica que se deben implementar
procedimientos para identificar los aspectos ambientales, siendo considerados los elementos de entrada y los
resultados asociados a las actividades, tanto en condiciones de operación normal como en condiciones de operación
anormal o de emergencia. Además, se deben determinar los aspectos de AA e IA que sean significativos.

El reconocimiento de AA e IA es muy importante y se asocia a muchos instrumentos de gestión. Por ejemplo, en relación
con el territorio, se puede vincular con la evaluación ambiental estratégica, el análisis de riesgo, los estudios de impacto
ambiental y las evaluaciones de impacto que servirán para determinar los efectos de un proyecto.

El ordenamiento territorial también considera la existencia de pasivos e impactos en el sitio. Las auditorías consideran
los aspectos de AA e IA en el plan de desarrollo y, por lo tanto, son la base para desarrollar la planificación estratégica,
y necesariamente deben tomarse en cuenta a la hora de establecer, implementar y mantener un sistema de gestión
ambiental.

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Generalmente, se considera significativo aquel aspecto ambiental que puede originar, justamente, un impacto ambiental
significativo. La evaluación de la significancia del impacto causado va a depender también de los atributos que se
evalúen y, lógicamente, de la caracterización y vulnerabilidad del entorno y contexto de la organización.

Ejemplos de atributos a considerar son:

● Signo ● Momento
● Inmediatez ● Persistencia
● Acumulación ● Reversibilidad
● Sinergia ● Periodicidad

Los aspectos ambientales sobre los que aplica puntualmente un requisito legal se consideran significativos, ya que
sobre ellos debe recaer una gestión específica. Las metodologías suelen incluir una matriz de identificación de aspectos
e impactos, en la cual se relacionan los componentes de la organización, sus aspectos ambientales asociados y los
factores ambientales.

Es importante destacar que sea cual fuere la metodología empleada para determinar la significancia de los AA e IA, el
resultado debe ser coherente e incluir criterios de evaluación con base en los requisitos y problemáticas legales, temas
ambientales e inquietudes de las partes interesadas.

Es importante la definición y valoración de los componentes ambientales y de los criterios de valoración de la magnitud
o importancia de los IA. Luego de que estos sean identificados, se debe trabajar en el análisis de medidas preventivas,
protectoras, correctoras y compensatorias, en el caso de que se materialicen los IA, y que se otorgue un plan de control y
vigilancia ambiental.

Es de especial importancia, y un verdadero desafío para la gestión, realizar el análisis y la planificación para encontrar la
mejor alternativa sistémica en función de los impactos potenciales previstos.

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