E – 36-375-A-12

Valoración respiratoria
preoperatoria
S. Carreira

El objetivo de la valoración respiratoria preoperatoria es detectar los factores de riesgo de

complicaciones postoperatorias para decidir la conducta médica más adecuada. Las ciru-
gías abdominales supramesocólicas y cardiotorácicas son las más expuestas a un riesgo
de complicaciones respiratorias. Inducen la disminución de los volúmenes pulmonares
(capacidad vital [CV], capacidad residual funcional) y la formación de atelectasias, las
cuales aumentan el trabajo ventilatorio, alteran los intercambios gaseosos y favorecen el
desarrollo de neumopatías. En los mecanismos fisiopatológicos de la formación de ate-
lectasias intervienen los efectos directos de la anestesia y de la cirugía sobre el aparato
respiratorio, pero también con frecuencia una disfunción diafragmática postoperatoria.
Los pacientes afectados por enfermedades respiratorias crónicas son especialmente vul-
nerables a las agresiones anestésicas y quirúrgicas. La mejor evaluación preoperatoria de
estos pacientes se basa en la anamnesis y la exploración física. El estado general, la auto-
nomía y la gravedad de las comorbilidades, sobre todo cardíacas y broncopulmonares,
son los mejores factores predictivos de las complicaciones respiratorias postoperatorias.
Las exploraciones complementarias del aparato respiratorio (pruebas funcionales, gases
en sangre arterial, radiografía de tórax) rara vez modifican la conducta anestésica. Sus
indicaciones han sido determinadas recientemente en una reunión de expertos de la
Société Française d’Anesthésie-Réanimation (SFAR).
© 2014 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Anestesia; Valoración preoperatoria; Función respiratoria;

Complicaciones postoperatorias; Cirugía abdominal; Cirugía torácica

Plan ■ Influencia del tratamiento médico en el riesgo

de complicaciones respiratorias postoperatorias 6
■ Definición del problema 1 Elección de las técnicas de anestesia y analgesia 6
Elección de una técnica quirúrgica 6
■ Fisiopatología de las complicaciones respiratorias
■ Manejo perioperatorio de las enfermedades
postoperatorias 2
Riesgo respiratorio relativo a la anestesia 2 respiratorias crónicas 7
Riesgo respiratorio relativo a la cirugía 2 Asma 7
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica 7
■ Riesgo respiratorio relativo al paciente 3 Beneficio de la abstinencia de tabaco preoperatoria 8
Edad del paciente. Insuficiencia cardíaca congestiva 3 Síndrome de las apneas obstructivas del sueño 8
Estado general y autonomía del paciente 3 Kinesiterapia y rehabilitación respiratoria 8
Tabaquismo y enfermedad pulmonar obstructiva crónica 4
■ Conclusión 9
Obesidad y síndrome de las apneas obstructivas del sueño 4
Situaciones infrecuentes que exponen a un riesgo
respiratorio elevado 4
■ Indicaciones de las pruebas complementarias
preoperatorias
Radiografía de tórax y gasometría arterial (cirugía no
5
 Definición del problema
cardiotorácica) 5
Las complicaciones respiratorias postoperatorias (CRP)
Exploraciones funcionales respiratorias (cirugía no
se acompañan de una morbimortalidad tan elevada como
cardiotorácica) 5
las complicaciones cardiovasculares, sobre todo en los
Pruebas complementarias antes de una cirugía de resección
pacientes afectados por enfermedades respiratorias cróni-
pulmonar 5
cas [1–3] . Uno de los objetivos de la consulta de anestesia es
detectar los factores vinculados al paciente y a la cirugía
que pueden inducir complicaciones respiratorias, con el
fin de proponer la conducta anestésica más adecuada [4] .

EMC - Anestesia-Reanimación 1
Volume 40 > n◦ 3 > agosto 2014
http://dx.doi.org/10.1016/S1280-4703(14)68113-5
E – 36-375-A-12  Valoración respiratoria preoperatoria

 Fisiopatología de las • una disminución de la capacidad residual funcional

complicaciones respiratorias
postoperatorias
La definición de las CRP engloba, según los estudios, un
conjunto muy diverso de complicaciones: dificultad respi-
ratoria aguda, broncoespasmo, neumotórax, neumopatía
infecciosa, atelectasia, edema agudo del pulmón, embolia
pulmonar, etc.
Esta ambigüedad en la definición de las CRP complica
su registro; su incidencia global, estimada en el 2-5%, no
refleja la existencia de índices muy elevados de CRP en
algunos grupos de pacientes y después de algunas cirugías,
en especial abdominales y torácicas [5–8] .
Una CRP puede hacer que se prolongue la estancia hos-
pitalaria y que haya que recurrir a la ventilación mecánica,
incluso puede causar el fallecimiento del paciente [1, 9–13] .
Riesgo respiratorio relativo
a la anestesia
La anestesia, con o sin depresión de los músculos
respiratorios, modifica considerablemente la función res-
piratoria. Durante la inducción de la anestesia disminuye
la tonicidad del diafragma, lo que conduce a:
• un desplazamiento del diafragma hacia arriba;
• una disminución del volumen torácico;
• un aumento de la presión intratorácica;
• un desplazamiento del volumen sanguíneo hacia el
tórax;
(CRF) (Fig. 1);
• la formación de atelectasias por compresión cuando
la CRF cae por debajo del volumen de cierre pulmo-
nar [14–17] .
Al mecanismo de compresión se agregan atelectasias
vinculadas a la alteración de la función del surfactante
y atelectasias por reabsorción: cuando la concentración
intraalveolar de oxígeno aumenta, la difusión del oxí-
geno a través de la membrana respiratoria se acelera y el
volumen alveolar disminuye [18, 19] .
En resumen, la compresión, la reabsorción del aire
alveolar y la alteración de la función del surfactante indu-
cen la formación de atelectasias, que a su vez causan:
• un trastorno de las relaciones ventilación/perfusión;
• un aumento del trabajo respiratorio;
• el desarrollo de neumopatías infecciosas.
Además, en cirugía mayor es necesario usar curares, lo
que puede conducir a una curarización residual, que se
caracteriza por la disminución de la respuesta a la hipo-
xia y una disfunción faríngea. Para establecer su presencia
se recurre a la monitorización neuromuscular, ya que las
pruebas clínicas (prueba de levantar la cabeza, evalua-
ción subjetiva visual) no permiten descartarla de manera
categórica. Las consecuencias de la curarización residual
pueden ser graves, pues está demostrada su asociación a
un riesgo más elevado de atelectasias y de neumopatías
infecciosas postoperatorias [20–22] (Fig. 2).
Riesgo respiratorio relativo a la cirugía
De forma esquemática, el aparato respiratorio está com-
puesto por las vías aéreas de conducción, una bomba

Figura 1. Efectos de la anestesia sobre la función

respiratoria (según [104] ). Consecuencias de la anes-
tesia sobre el sistema ventilatorio: disminución de la
capacidad residual funcional, disminución de la dis-
tensibilidad pulmonar, aumento de las resistencias
de las vías respiratorias secundario a la disminución
de su calibre.
A. Despertar.
B. Anestesia.

A B

Evaluación visual del tren de cuatro

2 respuestas 4 respuestas
Esperar

Curare largo Curare intermedio DBS – DBS +

¿T4/T1? Acelerometría

Según curare y lapsos T4/T1 ≤ 0,9 T4/T1 > 0,9

Antagonización Sin Antagonización Sin

Antagonización
mitad de la dosis antagonización mitad de la dosis antagonización

Figura 2. Árbol de decisiones. Algoritmo para la antagonización de un bloqueo muscular residual en función de las respuestas a la
monitorización instrumental de la curarización (según [105] ).

2 EMC - Anestesia-Reanimación

CPT
CVI CVE
VRI
VRE
VR CRF
Capacidad vital Capacidad vital
inspiratoria espiratoria
Figura 3. Ejemplo de los volúmenes y las capacidades pul-
monares obtenidos con las pruebas funcionales respiratorias
(según [106] ). VR: volumen residual; VRE: volumen de reserva
espiratoria; VT: volumen corriente; VRI: volumen de reserva
inspiratoria; CRF: capacidad residual funcional; CI: capacidad ins-
piratoria; CPT: capacidad pulmonar total; CVI: capacidad vital
inspiratoria; CVE: capacidad vital espiratoria.
neuromuscular y el parénquima pulmonar, contenidos
en su conjunto por una pared musculoesquelética rígida.
Durante una intervención quirúrgica, los elementos de
este sistema pueden sufrir lesiones o una disminución de
sus capacidades funcionales.
Cirugía abdominal
Entre las cirugías abdominales, conviene distinguir las
supramesocólicas de las inframesocólicas. La cirugía abdo-
minal supramesocólica induce una disminución de los
volúmenes pulmonares, sobre todo de la capacidad vital
(–60%) y la CRF (–30%), en relación con los valores preo-
peratorios (Fig. 3). Estas anomalías son máximas a las
24 horas y se normalizan a los 10-21 días, pero en cam-
bio lo hacen en 3 días si se trata de una intervención
inframesocólica. Los trastornos de la función ventilato-
ria tras una cirugía abdominal se deben en parte a una
disfunción diafragmática [23] cuyos mecanismos no son
unívocos, aunque participarían la inflamación local, la
inhibición refleja de la contracción diafragmática y el
dolor postoperatorio [24] .
En resumen, la incidencia de las CRP de la cirugía abdo-
minal varía entre el 6 y el 80% en función de:
• la definición de la CRP;
• la proximidad del sitio quirúrgico y del diafragma;
• las comorbilidades.
Sin embargo, si sólo se consideraran las atelectasias y
las neumonías, la incidencia de las CRP estaría cercana al
20% [25–27] .
Cirugía cardiotorácica
La mortalidad después de una cirugía torácica es del
3-6% y la causa principal es la complicación pulmo-
nar. En una cirugía torácica, la función respiratoria se
altera debido a la incisión de la pared torácica y del
parénquima pulmonar, al dolor y a una disfunción dia-
fragmática similar a la que se observa en la cirugía
abdominal.
Estos mecanismos inducen el desarrollo de atelecta-
sias y aumentan el trabajo ventilatorio, lo que a su vez
depende de la función respiratoria previa a la cirugía [28, 29] .
Los principales factores de riesgo de complicaciones
postoperatorias por una cirugía pulmonar son el estado
funcional deficiente, la escala ASA (American Society of
Anesthesiologists), la duración de la cirugía y el volumen
EMC - Anestesia-Reanimación
Valoración respiratoria preoperatoria  E – 36-375-A-12
espiratorio máximo en un segundo (VEMS) postoperato-
rio estimado [30–32] .
Las complicaciones respiratorias de una cirugía cardíaca
son menos frecuentes que las complicaciones cardiovas-
culares (el 7% frente al 29%); sin embargo, son más
graves porque conducen al fallecimiento del paciente en
el 20% de los casos (frente al 8% en caso de complica-
ción cardiovascular) [33] . En la cirugía cardíaca, las CRP son
inflamatorias (síndrome de dificultad respiratoria aguda
asociado a la circulación extracorpórea o a la transfu-
sión), infecciosas (neumonía adquirida bajo ventilación
mecánica) o mecánicas (neumotórax, atelectasia, derrame
pleural).
La esternotomía disminuye la capacidad vital y el VEMS
en el 50%, y la CRF en el 30% [34, 35] . Estas modificaciones
de la mecánica ventilatoria se asocian a una disfunción
diafragmática postoperatoria variable y casi constante.
Los principales factores de riesgo de disfunción diafrag-
mática son la disección de la arteria mamaria interna y
la cardioplejía fría [36] . La lesión unilateral de un nervio
frénico puede pasar inadvertida en una persona con pul-
mones sanos, pero las consecuencias pueden ser serias en
caso de enfermedad broncopulmonar previa. En cambio,
la lesión bilateral de los nervios frénicos suele ser el origen
de una insuficiencia respiratoria, sobre todo durante el
sueño, en el que la activación voluntaria de los músculos
respiratorios accesorios está abolida.
 Riesgo respiratorio relativo
al paciente
Los antecedentes del paciente son determinantes mayo-
res del riesgo de CRP. Aun cuando los resultados de los
estudios observacionales no son unívocos, la edad, el
estado general, la insuficiencia cardíaca, el tabaquismo,
la obesidad y la presencia de una enfermedad broncopul-
monar crónica suelen presentarse como factores de riesgo
de una complicación respiratoria.
Edad del paciente. Insuficiencia
cardíaca congestiva
La influencia de la edad sobre el riesgo de CRP es
causa de controversia, porque el envejecimiento suele
acompañarse de un aumento de las comorbilidades.
Sin embargo, los estudios más recientes sugieren que
la edad sería un factor de riesgo independiente de CRP,
con un efecto acumulativo de los años. Así, el riesgo sería
dos veces mayor en los pacientes de más de 70 años de
edad que en los de menos de 60 años. Asimismo, se ha
demostrado que, en los pacientes de 80 años, la presencia
de signos de insuficiencia cardíaca es predictiva del des-
arrollo de complicaciones cardiovasculares, neurológicas
y respiratorias [1, 10–13, 37] .
Estado general y autonomía
del paciente
Los datos relativos a los pacientes que dependen de ayu-
das externas para las acciones de la vida diaria sugieren
que éstos tienen un riesgo más elevado de complica-
ciones neurológicas, cardiovasculares y respiratorias. La
dependencia funcional duplicaría o triplicaría el riesgo de
CRP [1, 11, 37] . Para estimar el estado general del paciente se
dispone de algunas escalas compuestas, como la escala
ASA y los índices de Charlson y de Goldman [38, 39] . Una
escala ASA superior o igual a tres triplicaría el riesgo de
CRP, y cada punto adicional de los índices de Charlson o
de Goldman aumentaría el riesgo respiratorio postopera-
torio [11, 40, 41] .
3
E – 36-375-A-12  Valoración respiratoria preoperatoria
Tabaquismo y enfermedad pulmonar
obstructiva crónica
De cada 8 millones de intervenciones quirúrgicas
efectuadas cada año, 2 millones conciernen a pacien-
tes fumadores. Ahora bien, el tabaquismo aumenta
considerablemente el riesgo de complicaciones postope-
ratorias [42, 43] .
En los fumadores, el riesgo de CRP se multiplicaría por
seis, con una incidencia global de hasta el 22%. Este riesgo
depende de la cantidad total de tabaco fumado, con un
umbral de 20 paquetes por año, más allá del cual aumen-
taría de manera considerable [11, 40, 43] .
Sin embargo, el riesgo perioperatorio por el tabaco
no es sólo respiratorio, sino también cardiovascular e
infeccioso. Los pacientes fumadores tienen un riesgo
más elevado de complicaciones postoperatorias y, sobre
todo, un aumento del riesgo de parada cardiorrespirato-
ria (riesgo relativo [RR] = 1,57), de infarto del miocardio
(RR = 1,8) y de shock infeccioso (RR = 1,55) [44, 45] .
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
es una de las complicaciones principales del tabaquismo
y duplica el riesgo de CRP. Sin embargo, su influencia en
el período postoperatorio depende de la gravedad de la
enfermedad y de la intervención de la que se trate. Así,
en cirugía cardíaca, la determinación en las pruebas fun-
cionales respiratorias (PFR) de un VEMS inferior al 60%
del valor teórico se asociaría a un gran aumento de la
mortalidad postoperatoria (el 25% frente al 1,5% en los
pacientes sin anomalías en las PFR). En cambio, en ciru-
gía no cardiotorácica, el interés de las PFR es incierto y la
presencia de signos clínicos de EPOC (disnea de esfuerzo
o en reposo, expectoración abundante) o una hipoxe-
mia en reposo son los mejores signos predictivos de una
CRP [11, 46] .
Obesidad y síndrome de las apneas
obstructivas del sueño
La obesidad, definida como un índice de masa corporal
superior a 27, en general no forma parte de los anteceden-
tes que supuestamente incrementan el riesgo respiratorio
perioperatorio. Sin embargo, se acompaña de anomalías
de la fisiología respiratoria causantes de enfermedades
cardiorrespiratorias con frecuencia soslayadas. Por eso,
la exploración física preoperatoria de un paciente obeso
debería centrarse en la detección de las complicaciones
frecuentes que a veces no se tienen en cuenta, como el
síndrome de las apneas obstructivas del sueño (SAOS) o
incluso una insuficiencia respiratoria crónica (disnea de
esfuerzo o en reposo) [47–49] .
El SAOS es una afección frecuente que expone a los
pacientes a un mayor riesgo de CRP, en especial a una des-
aturación inferior al 90% y a la curarización residual [50–52] .
Además, se ha sugerido que el SAOS exponía a un mayor
riesgo de ventilación difícil con mascarilla, debido a su
frecuente asociación con la obesidad y el ronquido [53, 54] .
Las causas de la obstrucción faríngea postoperatoria no
están claramente establecidas, pero podrían incluir una
mayor sensibilidad de las vías respiratorias superiores a
la sedación [55] . Aunque el diagnóstico de SAOS se basa
en la polisomnografía, la frecuencia de la afección y las
dificultades para acceder a esta exploración han dado
lugar a la creación de diversos cuestionarios que permiten
detectar su presencia, sobre todo el cuestionario STOP-
BANG (Cuadro 1) [56, 57] . Este cuestionario, cuyo nombre es
el acrónimo inglés de Snoring-Tired-Observed-Pressure-BMI-
Age-Neck-Gender, consta de ocho preguntas que el paciente
debe responder con sí o por no. La probabilidad de un
SAOS y su gravedad aumentan con el número de respues-
tas positivas. Así, la existencia de menos de tres respuestas
positivas permite excluir de un modo razonable la presen-
cia de un SAOS, mientras que la de cinco a ocho respuestas
4 EMC - Anestesia-Reanimación
Cuadro 1.
Cuestionario «STOP-BANG» de evaluación del riesgo de sín-
drome de las apneas obstructivas del sueño (SAOS).
Ítem Traducción Sí No
Snoring ¿Ronca tan alto que incluso
(ronquidos) podría escucharse desde otra
habitación?
Tiredness ¿Con frecuencia se encuentra
(cansancio) fatigado durante el día?
Observed ¿Ha observado alguien que
(observación) haga pausas al respirar
mientras duerme?
Pressure ¿Ha sido o es tratado de
(presión) hipertensión arterial?
BMI IMC mayor de 35 kg/m2
(IMC)
Age Edad mayor de 50 años
(edad)
Neck Circunferencia cervical mayor
(cuello) de 40 cm
Gender Sexo masculino
(sexo)
Atribuir un punto por respuesta afirmativa. Si el resultado es inferior
a tres puntos, riesgo bajo de SAOS. Si el resultado es superior a tres
puntos, riesgo elevado de SAOS. IMC: índice de masa corporal.
positivas insta a continuar las exploraciones con el pro-
pósito de demostrar un SAOS grave que justificaría el uso
por la noche de un dispositivo específico [58] .
Situaciones infrecuentes que exponen
a un riesgo respiratorio elevado
Traumatismo medular
En Francia, por ejemplo, alrededor de 1.200 personas
cada año son víctimas de traumatismos medulares, lo que
representaría un total de 50.000 pacientes, de los cuales
6.500 serían tetrapléjicos y unos 100 dependerían de la
ventilación mecánica. El manejo de estos pacientes de
riesgo supone un adecuado conocimiento de las modi-
ficaciones fisiopatológicas asociadas a los traumatismos
medulares. La intensidad del efecto depende del nivel de
la lesión. En caso de traumatismo cervical, una lesión por
encima de C4 causa a menudo una disfunción diafragmá-
tica de gravedad variable que puede necesitar ventilación
mecánica de modo definitivo, en especial durante el
sueño, cuando está abolido el control voluntario de la
ventilación.
En caso de disfunción diafragmática, la inspiración
depende de los músculos inspiratorios accesorios, en
especial del esternocleidomastoideo y de los músculos
intercostales.
Además de comprometer los músculos inspiratorios, los
traumatismos medulares torácicos o cervicales inducen
una disfunción de los músculos espiratorios de la pared
abdominal y un aumento de la producción de moco, lo
que favorece la obstrucción bronquial y el desarrollo de
una insuficiencia respiratoria [59] .
Estas alteraciones de la ventilación se expresan en las
PFR por una reducción de la capacidad vital, secundaria
al aumento del volumen residual, y por una disminución
del volumen de reserva espiratoria.
En resumen, los pacientes que sufren traumatismos
medulares, dependan o no de la ventilación mecánica,
tienen una gran vulnerabilidad respiratoria y desarrollan
atelectasias con rapidez. En el período postoperatorio,
podrían tratarse mediante ventilación positiva continua
o ventilación no invasiva, incluso con kinesiterapia respi-
ratoria [60] .

Escoliosis
La cirugía de la escoliosis es una cirugía mayor cuyas
complicaciones pueden ser cardiovasculares, respiratorias
y neurológicas. La escoliosis puede causar un síndrome
restrictivo caracterizado por disminución de la capacidad
vital y de la capacidad pulmonar total. Debido a la dismi-
nución de los volúmenes pulmonares, el VEMS también
está disminuido, pero el índice de Tiffeneau (VEMS/CV)
suele ser normal. Desde el punto de vista gasométrico, la
anomalía más precoz es la disminución de la presión par-
cial de oxígeno en sangre arterial. El aumento de la presión
parcial de dióxido de carbono es más tardío y refleja una
afectación respiratoria grave.
La gravedad de la afectación respiratoria depende del
ángulo de Cobb y de los datos de las PFR. Un ángulo de
Cobb superior al 100% se acompaña de un trastorno res-
piratorio grave, mientras que una capacidad vital inferior
al 30% del valor normal aumenta la posibilidad de tener
que usar ventilación mecánica postoperatoria [61, 62] .
 Indicaciones de las pruebas
complementarias
preoperatorias
Las indicaciones de las pruebas más corrientes para
evaluar la función respiratoria preoperatoria han sido
revisadas recientemente, incluso se han restringido en
relación con las recomendaciones de 1998 [63] .
Radiografía de tórax y gasometría
arterial (cirugía no cardiotorácica)
Las recomendaciones de la Société Française
d’Anesthésie-Réanimation (SFAR) de 1998 indicaban
que la radiografía de tórax era conveniente en los pacien-
tes procedentes de una zona de endemia tuberculosa o
cuando no era posible evaluar clínicamente la función
cardíaca o respiratoria.
En las recomendaciones de 2012 se ha suprimido el con-
cepto de riesgo tuberculoso y se ha reforzado el conjunto
de argumentos sobre la escasa utilidad de esta exploración,
ya que se recuerda que sólo en el 4% de los pacientes se
descubre una lesión inesperada y que el manejo periope-
ratorio se modifica en menos del 1% de estos casos.
Estas observaciones también son válidas para la gasome-
tría arterial, de la que se espera la prueba de una hipoxemia
o de una hipercapnia, compensada o no. Aun cuando la
normalidad de la radiografía de tórax y/o de la gasome-
tría arterial se revele tranquilizadora, ninguna de las dos
pruebas complementarias permite predecir el desarrollo
de una CRP con un buen valor predictivo positivo.
Por lo tanto, la radiografía de tórax sólo se recomienda
antes de una anestesia general en caso de enfermedad
pulmonar evolutiva o aguda.
Asimismo, la gasometría arterial antes de una anestesia
general sólo se indica en presencia de anomalías reveladas
por la exploración física o los datos de la anamnesis. Ade-
más, datos recientes sugieren que la pulsioximetría, fácil
de practicar en la consulta, permite identificar a un grupo
de pacientes con un riesgo respiratorio 10 veces más ele-
vado que el promedio si la saturación es inferior al 90% [1] .
Exploraciones funcionales respiratorias
(cirugía no cardiotorácica)
El objetivo de la PFR preoperatorias es identificar a
los pacientes con un riesgo quirúrgico inaceptable. Sin
embargo, los datos de las publicaciones no permiten con-
cluir en la existencia de un nexo entre el resultado de las
EMC - Anestesia-Reanimación
Valoración respiratoria preoperatoria  E – 36-375-A-12
PFR y el riesgo de CRP [64–66] . Aun cuando la normalidad de
las PFR sea tranquilizadora, el valor predictivo positivo y la
ganancia informativa son mediocres. Por consiguiente, las
PFR preoperatorias no deberían prescribirse en ausencia de
signos de alarma clínicos o anamnésicos.
Pruebas complementarias antes de una
cirugía de resección pulmonar
La cirugía de resección pulmonar es el mejor trata-
miento del cáncer pulmonar de células no pequeñas,
puesto que la supervivencia a 5 años es del 70%, frente
al 14% cuando la resección no es posible.
Por desgracia, los cánceres broncopulmonares se obser-
van con frecuencia en pacientes que presentan una
alteración del estado general y una enfermedad respira-
toria crónica. La cirugía de resección pulmonar produce
complicaciones postoperatorias en el 30% de los pacien-
tes y un índice de mortalidad cercano al 5% [31] . En la
mayoría de los casos, las complicaciones responsables del
fallecimiento de los pacientes son respiratorias (58,8%),
hemorrágicas (23,5%) y cardiovasculares por infarto de
miocardio (17,6%) [67] .
Varias son las recomendaciones que hay que tener en
cuenta en las evaluaciones previas a las cirugías de resec-
ción pulmonar (Figs. 4 y 5) [68–70] . La primera etapa de la
evaluación de operabilidad antes de una cirugía torácica es
la valoración cardiovascular (coronaria, del ritmo cardíaco
o valvular). Una vez efectuada, el objetivo es responder a
dos preguntas:
• ¿cuál es la gravedad de la lesión respiratoria del
paciente?;
• ¿qué grado de función respiratoria puede esperarse des-
pués de la cirugía?
La primera etapa de la evaluación respiratoria antes de
una cirugía de resección pulmonar es la realización de una
espirometría (determinación de los volúmenes y flujos res-
piratorios). En los pacientes no disneicos, si el VEMS es
superior a 1,5 l para una lobectomía o superior a 2 l para
una neumonectomía, la cirugía puede efectuarse sin nin-
guna otra exploración previa [69] .
Debido a la influencia de la edad y de la corpulencia de
los pacientes sobre los volúmenes pulmonares, algunos
algoritmos recomiendan expresar los volúmenes pulmo-
nares en porcentaje del valor estimado. En este sentido, un
VEMS de 1,5 l corresponde al 40% del valor estimado des-
pués de una neumonectomía en un paciente de 75 años y
1,70 m de estatura, pero sólo al 30% del valor estimado en
un paciente de igual estatura de 50 años de edad. En este
caso, se admite que un VEMS superior al 80% del valor
estimado autoriza la neumonectomía [68] .
Si el paciente es disneico o el resultado de la espi-
rometría no basta por sí solo para autorizar la cirugía,
se recomienda medir la capacidad de transferencia del
monóxido de carbono (TCO ). La cirugía se autoriza si el
resultado es superior al 80% del valor estimado [71] .
La segunda etapa de la evaluación consiste en el cál-
culo postoperatorio del VEMS y de la TCO estimados a
partir de la gammagrafía de perfusión. Si el VEMS y la
TCO postoperatorios estimados son superiores al 40% de
su valor teórico, se considera que el riesgo de la cirugía es
aceptable.
Cuando las condiciones precedentes no se cumplen,
puede indicarse la realización de pruebas de esfuerzo. Se
efectúan con una cinta rodante o una bicicleta ergonó-
mica para calcular el consumo de oxígeno en el pico del
esfuerzo. Si es inferior a 15 ml/kg/min, se considera que el
riesgo de la cirugía es elevado.
El esfuerzo pulmonar durante el ejercicio puede medirse
de manera muy simple con pruebas de marcha o de subir
escaleras. Por ejemplo, la prueba de caminata de carga pro-
gresiva predice un riesgo quirúrgico elevado si el paciente
es incapaz de caminar más de 250 m. Asimismo, algunos
5
E – 36-375-A-12  Valoración respiratoria preoperatoria

Pruebas funcionales respiratorias

VEMS > 1,5 l lobectomía VEMS < 1,5 l lobectomía

VEMS > 2 l neumonectomía VEMS < 2 l neumonectomía
VEMS > 80% valor estimado VEMS < 80% valor estimado

Disnea inexplicada u opacidades

difusas en la radiografía o en
la TC de tórax

No Sí

Medida de DLCO

DLCO > 80%T DLCO < 80%T Estimar VEMS y DLCO postoperatorios

VEMS estimado VEMS estimado VEMS estimado < 30% T

o DLCO T > 40% o DLCO T < 40% VEMS estimado × DLCO T < 1.650

Medida de la capacidad
con el esfuerzo

VO2 máx > 15 ml/kg/min O2 máx 10–15 ml/kg/min VO2 máx < 10 ml/kg/min

Riesgo moderado Riesgo elevado

Figura 4. Árbol de decisiones. Algoritmo del American College of Chest Physicians destinado a la evaluación respiratoria preoperatoria
de una cirugía de resección pulmonar (según [107] ). VEMS: volumen espirado máximo en un segundo; TC: tomografía computarizada;
DLCO: difusión libre del monóxido de carbono; T: teórico; VO2 máx: consumo máximo de oxígeno.

datos sugieren que el riesgo quirúrgico de una lobecto-
mía o una neumonectomía sería aceptable si el paciente
es capaz de subir unos 15 escalones [72–74] .
Por último, a pesar de la rigidez de los algoritmos de las
exploraciones preoperatorias, la discusión colegiada per-
siste debido a que la asociación de técnicas quirúrgicas
poco invasivas y un tratamiento médico intensivo per-
mite someter a cirugía a algunos pacientes supuestamente
«inoperables» sin inducir un aumento de la mortalidad.
 Influencia del tratamiento
médico en el riesgo de
complicaciones respiratorias
postoperatorias
Elección de las técnicas de anestesia
y analgesia
En el paciente de riesgo, y si el tipo de cirugía lo per-
mite, la elección entre anestesia general y locorregional
debe discutirse en todos los casos, ya que la anestesia
general siempre expone a una hiperreactividad bronquial,
supone el uso de medicamentos depresores respiratorios y
puede ser responsable de una alteración de los intercam-
bios gaseosos.
En los pacientes con riesgo de CRP debería evitarse sobre
todo el uso de los curares de eliminación lenta (pancuro-
nio, vecuronio), ya que el riesgo de curarización residual
con estas moléculas es especialmente elevado.
La analgesia peridural (APD), asociada a la anestesia
general, presenta numerosas ventajas teóricas en relación
con el uso de opioides por vía parenteral. Además de
una analgesia excelente, podría mejorar la calidad de la
tos y el bienestar respiratorio y disminuir la disfunción
diafragmática postoperatoria. Sin embargo, los estudios
aleatorizados y los metaanálisis más recientes no revela-
rían un beneficio claro de la APD en cuanto a prevención
de CRP [75–78] . Así, aunque en una revisión reciente de la
Cochrane Collaboration se señala un efecto favorable de la
APD sobre la duración de la ventilación mecánica perio-
peratoria, esta conclusión carece de pertinencia clínica,
por un lado porque la extubación suele efectuarse en el
período postoperatorio inmediato y, por otro lado, por-
que la APD no disminuye la duración de la estancia en la
unidad de cuidados intensivos (UCI).
Al contrario, en un estudio retrospectivo efectuado en
pacientes afectados por una EPOC mediante la aplicación
de escalas de propensión, publicado después de la revi-
sión de la Cochrane Collaboration, se demostró que la APD
permite disminuir el riesgo de neumopatía postoperato-
ria [79] .
En resumen, aun cuando el beneficio de la APD respecto
a la prevención de las CRP no está claramente estable-
cido, hay numerosos datos que sugieren su eficacia, sobre
todo en los pacientes con mayor riesgo de desarrollar
una CRP.
Elección de una técnica quirúrgica
Teniendo en cuenta la influencia de la vía de acceso
quirúrgica y de la duración de la intervención sobre el
desarrollo de una complicación postoperatoria, en los
pacientes de mayor riesgo sería prudente considerar un
procedimiento quirúrgico menos complejo. Se ha demos-
trado, sobre todo, que las alteraciones de los intercambios
gaseosos y de la mecánica ventilatoria son menos intensas
después de una cirugía laparoscópica que de una lapa-
rotomía [80, 81] . Se ha demostrado también que la sonda

6 EMC - Anestesia-Reanimación
 Valoración respiratoria preoperatoria  E – 36-375-A-12

Evaluación del riesgo cardíaco

VEMS o DLCO < 80% VEMS et DLCO > 80%

< 35% T o < 10 PFR con esfuerzo 75% T o > 20

ml/kg/min (VO2 máx) ml/kg/min

35-75% T o 10–20
ml/kg/min

VEMS y DLCO VEMS y DLCO >

estimados postoperatorios 30% teórico

Si uno de los dos

valores < 30%

VO2 máx estimado

postoperatorio

> 35% teórico o >

10 ml/kg/min

Lobectomía o
neumonectomía Resección pulmonar Neumonectomía
no recomendadas autorizada autorizada

Figura 5. Árbol de decisiones. Algoritmo de la European Respiratory Society (ERS) y de la European Society of Thoracic Surgery (ESTS)
destinado a la evaluación respiratoria preoperatoria de una cirugía de resección pulmonar (según [108] ). PFR: pruebas funcionales respira-
torias; VEMS: volumen espirado máximo en un segundo; DLCO: difusión libre del monóxido de carbono; VO2 máx: consumo máximo de
oxígeno; T: teórico.

nasogástrica favorece el desarrollo de neumopatías pos-
toperatorias por inhibición del reflejo tusígeno y porque
ponen en comunicación los sistemas digestivo y respi-
ratorio. Las indicaciones de la sonda nasogástrica deben
limitarse entonces al mínimo necesario en los pacientes
con riesgo elevado de CRP [82] .
 Manejo perioperatorio
de las enfermedades
respiratorias crónicas
El objetivo de la exploración física es evaluar la gra-
vedad y el carácter estable de la enfermedad respiratoria
crónica. Es especialmente deseable intervenir a los pacien-
tes afectados por enfermedades respiratorias crónicas bien
estabilizadas.
Asma
La anestesia a un paciente asmático se efectúa en el
mejor de los casos después de estabilizar el tratamiento
del asma y a distancia de una infección respiratoria, con
el fin de disminuir el riesgo de broncoespasmo periopera-
torio [83] . La mayoría de las veces, la enfermedad asmática
se estabiliza con corticoides y broncodilatadores por inha-
lación. Si el asma está mal controlada, la administración
de una preparación de prednisona (0,5 mg/kg) y agonistas
␤2 -adrenérgicos durante algunos días permite disminuir
los accidentes respiratorios sin aumentar el riesgo de com-
plicaciones postoperatorias [84] .
La anestesia locorregional se prefiere siempre que sea
posible, así como la mascarilla laríngea en lugar de la
intubación [85] . En la elección anestésica también debe
tenerse en cuenta una premedicación con hidroxizina,
debido a sus efectos antihistamínicos, y el uso de anes-
tésicos con propiedades broncodilatadoras (propofol,
ketamina, sevoflurano) y curares que estimulan poco la
liberación de histamina (cisatracurio) [86] . Por último, a
título informativo, la descurarización con neostigmina
podría inducir un aumento de la secreción bronquial o
un broncoespasmo.
Enfermedad pulmonar obstructiva
crónica
La exploración física permite apreciar de manera fiable
la gravedad de la EPOC. La presencia, sobre todo, de disnea
en reposo, broncorrea, signos de hiperinsuflación pulmo-
nar y saturación de oxígeno en sangre arterial inferior al
90% se asocia a un riesgo más elevado de CRP y de ven-
tilación mecánica postoperatoria [1, 87] . Estos elementos
deben conducir a optimizar el tratamiento medica-
mentoso e incluso a postergar la intervención algunos
días.
El tratamiento farmacológico de la EPOC consiste en
la administración de broncodilatadores de acción corta o
prolongada (agonistas ␤2 -adrenérgicos o anticolinérgicos)
y, en los pacientes más graves, de corticoides por inhala-
ción.
Los corticoides por vía oral no se usan en el tratamiento
de fondo de la EPOC debido a sus efectos adversos a largo
plazo (atrofia muscular, osteopenia, complicaciones infec-
ciosas, etc.), pero algunos pacientes se benefician de ellos
en las exacerbaciones agudas de la enfermedad. A seme-
janza de la preparación del paciente asmático, algunos

EMC - Anestesia-Reanimación 7
E – 36-375-A-12  Valoración respiratoria preoperatoria
datos obtenidos en pacientes de cirugía cardíaca sugie-
ren que un tratamiento corto con corticoides por vía oral
podría disminuir el riesgo de CRP, pero es probable que,
al igual que en las exacerbaciones agudas, no todos los
pacientes respondan a dicho tratamiento.
Además, los pacientes afectados por una EPOC por
tabaquismo tienen un riesgo cardiovascular elevado, por
lo que con frecuencia se plantea la posibilidad de un
tratamiento ␤-bloqueante (isquemia miocárdica periope-
ratoria, coronariopatía conocida antes de la intervención,
insuficiencia cardíaca, etc.). Ahora bien, el temor de
desencadenar un broncoespasmo es un freno para esta
prescripción [88] .
En realidad, se ha demostrado que los ␤-bloqueantes
cardioselectivos (atenolol, bisoprolol, metoprolol) son
20 veces más eficaces sobre los receptores ␤1 que sobre
los ␤2 y que, por consiguiente, la disminución del VEMS
sería insignificante.
En resumen, los tratamientos ␤-bloqueantes cardiose-
lectivos pueden proseguirse o indicarse sin riesgo en el
período perioperatorio.
Beneficio de la abstinencia de tabaco
preoperatoria
El aumento del riesgo quirúrgico por el tabaquismo es
indudable. Sin embargo, el momento ideal para dejar de
fumar antes de una intervención quirúrgica es motivo de
controversias [89] .
En varios estudios aleatorizados se ha demostrado
que dejar de fumar 4-8 semanas antes de la cirugía
permite reducir a la mitad las complicaciones postope-
ratorias [90, 91] . Sin embargo, en estos estudios no se ha
demostrado ningún beneficio cuando se había dejado
de fumar menos de 1 mes antes, incluso algunos datos
sugieren un aumento del riesgo respiratorio en los fuma-
dores en abstinencia desde menos de 3 semanas atrás.
Esta observación podría explicarse por el aumento tran-
sitorio de la broncorrea al principio de la abstinencia de
tabaco, pero esto no se observa en todos los estudios, de
modo que el aumento del riesgo quirúrgico vinculado a
una interrupción demasiado tardía del hábito de fumar
es motivo de controversias [43, 92] . En resumen, se admite
que debe alentarse la abstinencia de tabaco en cualquier
circunstancia, ya que los beneficios esperados sobre la
cicatrización y las complicaciones cardiovasculares rela-
tivizan posible el aumento del riesgo de CRP [93, 94] . Hay
numerosos métodos de ayuda para dejar de fumar, pero
la mayoría se basa en los sustitutos de la nicotina y el
seguimiento en la consulta sobre tabaquismo. Por último,
es posible obtener ayuda medicamentosa; recientemente
se ha demostrado que una intervención farmacológica
(vareniclina) facilitaba la abstinencia tabáquica antes de
la cirugía, con un beneficio que podía persistir hasta 1
año [95] .
Síndrome de las apneas obstructivas
del sueño
Los pacientes afectados por un SAOS suelen sumar los
riesgos de éste a los de la obesidad. Tienen, por tanto,
un riesgo elevado de ventilación con mascarilla y de
intubación difícil. Así, la inducción anestésica debería
ser efectuada por al menos dos personas y el material
para intubación difícil debe ser fácilmente accesible. Ade-
más, la preoxigenación podría optimizarse con ayuda de
la ventilación no invasiva, efectuada con el paciente en
posición semisentada [96] . En el período postoperatorio,
los pacientes afectados por un SAOS tienen un mayor
riesgo de desaturación. En la analgesia postoperatoria
deberían privilegiarse las técnicas de anestesia locorregio-
nal y los analgésicos no morfínicos. Por último, la venti-
lación no invasiva con presión positiva continua podría
8 EMC - Anestesia-Reanimación
aplicarse desde el ingreso del paciente a la sala de cuidados
posquirúrgicos y la pulsioximetría de pulso se vigilaría de
forma prolongada (durante al menos 3 horas) [97] .
Kinesiterapia y rehabilitación
respiratoria
El interés de la kinesiterapia respiratoria posquirúr-
gica ha sido demostrado en el contexto de la cirugía
abdominal, la cirugía cardíaca y la cirugía torácica. El
objetivo es familiarizar al paciente con las técnicas que
se han de usar, sobre todo después de la intervención, el
entrenamiento de los músculos inspiratorios, la espiro-
metría incitativa, la respiración controlada, los ejercicios
de expansión torácica y el aprendizaje de la espiración
forzada. En cirugía cardíaca, la kinesiterapia respiratoria
permitiría disminuir la incidencia de las CRP y reducir
la duración de la estancia hospitalaria en los pacientes de
riesgo [98, 99] . En cirugía torácica y abdominal, la kinesitera-
pia respiratoria proporcionaría una ganancia en términos
de fuerza de los músculos respiratorios, aunque no se
ha demostrado su beneficio sobre la prevención de las
CRP [100, 101] .
La rehabilitación respiratoria prequirúrgica es un con-
junto de cuidados dispensados al paciente afectado por
una enfermedad respiratoria crónica, con el objetivo de
“ Puntos esenciales
• Las complicaciones respiratorias postoperato-
rias son tan graves como las complicaciones
cardiovasculares.
• La anestesia es el origen de una disminución
de la CRF y de la formación de atelectasias, las
cuales favorecen el desarrollo de complicaciones
respiratorias postoperatorias.
• Las consecuencias de la anestesia sobre la fun-
ción ventilatoria son mayores cuando el paciente
tiene una discapacidad respiratoria previa sinto-
mática.
• Las cirugías abdominales supramesocólicas, car-
díacas y torácicas causan graves alteraciones de la
función respiratoria.
• La cirugía es responsable de una disfunción
diafragmática postoperatoria, la que a su vez
aumenta el riesgo de CRP.
• La valoración clínica del estado general del
paciente y de sus comorbilidades es mucho más
informativa sobre el riesgo respiratorio postopera-
torio que las pruebas complementarias.
• La indicación de PFR, radiografía de tórax o
gasometría arterial debe basarse en los datos de
la exploración física.
• La utilidad de la analgesia peridural sobre
la disminución de las complicaciones respirato-
rias postoperatorias no está demostrado, pero
sus beneficios sobre el dolor y la rehabilitación
postoperatoria justifican su uso en cirugía supra-
mesocólica.
• Una abstinencia de tabaco de 6-8 semanas es
necesaria para hacer desaparecer el riesgo de com-
plicaciones postoperatorias vinculadas al tabaco,
pero hay que alentar al paciente a dejar de fumar
en cualquier circunstancia.

reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida [102] . Los
programas de rehabilitación respiratoria constan de varias
partes:
• entrenamiento al ejercicio;
• educación terapéutica;
• abstinencia de tabaco;
• seguimiento nutricional;
• apoyo psicológico y social.
La eficacia de la rehabilitación respiratoria prequirúr-
gica se ha demostrado en el contexto de la cirugía de
reducción de volumen pulmonar. Por desgracia, la dura-
ción de los programas (3-8 semanas) no siempre permite
indicarlos a los pacientes que esperan una cirugía, sobre
todo oncológica. El efecto de los programas de rehabilita-
ción de 4 semanas sobre el desarrollo de una CRP está en
curso de evaluación en este tipo de pacientes [103] .
 Conclusión
El objetivo de la evaluación respiratoria prequirúrgica
es identificar los factores de riesgo de complicaciones
postoperatorias y definir la mejor estrategia de manejo
perioperatorio. La exploración física es el elemento central
de esta evaluación. El estado general del paciente, su auto-
nomía, la presencia de signos de insuficiencia cardíaca y la
gravedad de una posible enfermedad respiratoria crónica
predicen mejor que las pruebas complementarias el des-
arrollo de una CRP. Debe prestarse una atención especial
al tabaquismo, ya que la dejar de fumar permite disminuir
la incidencia de complicaciones postoperatorias.
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Información Informaciones Auto- Caso
al paciente complementarias evaluación clinico
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