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Medicina tradicional

Tal como la define la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Medicina Tradicional (MT) es la
suma de conocimientos, técnicas y prácticas basadas en las teorías, creencias y experiencias de
diferentes culturas, utilizadas para mantener la salud física y saludable. Espíritu. Vale la pena
mencionar que TM también se conoce como: complementario, alternativo, popular, suave,
marginal, no oficial, poco ortodoxo y poco convencional. De hecho, en las últimas décadas, la MT
se ha extendido ampliamente por todo el mundo, incluso en los países desarrollados. No hay una
sola explicación para esto, sino varias superposiciones, principalmente la migración, la economía y,
en algunos casos, otras alternativas, la ineficacia e ineficacia de la llamada medicina
“convencional” (MC). Ante esta realidad, es necesario hacerse las siguientes preguntas:

En cuanto al tratamiento:

Funciona es seguro ¿Es de buena calidad? ¿Puede la medicina tradicional (como las hierbas
medicinales) interactuar con la medicina tradicional? Para los médicos de cabecera (proveedores),

¿Están bien entrenados? ¿Está actualizado? ¿Están tan regulados como los médicos? ¿Es suficiente
la información que se le da al paciente sobre los beneficios de la terapia? Para TM en general, si es
realmente útil:

¿Por qué no evaluar la terapia de CM con su rigor científico? ¿Por qué sus entrenamientos son en
su mayoría privados? ¿Cuánta regulación (supervisión) hay en su práctica? Entonces, ¿por qué no
hay promoción oficial? Las autoridades sanitarias continúan impulsando la regulación y el uso
racional de esta práctica tanto a nivel internacional (como la Organización Mundial de la Salud)
como a nivel local (como nuestro Ministerio de Salud). Sin embargo, todavía hay muchos retrasos
en este asunto. Sin desconocer la efectividad de algunas terapias de MT, la pregunta principal es si
cumplen con los cuatro principios básicos de la bioética: autonomía, beneficencia, crueldad y
justicia.

Autonomía: Este principio se refiere al derecho del paciente a tener acceso a toda la información
relevante para elegir un tratamiento ya ser informado sobre las diferentes alternativas. Las
disposiciones anteriores obligan a los proveedores de medicina tradicional a informar a sus
pacientes sobre las pruebas que respaldan los efectos del tratamiento que ofrecen o, en su caso,
dejar en claro que no existen o son insuficientes. En la mayoría de los casos, este principio no se
sigue porque no ha sido estudiado científicamente, o si lo está, es insuficiente. Por lo general, los
pacientes que usan la medicina tradicional también usan la medicina tradicional, pero se la ocultan
a sus médicos, quizás porque los médicos tradicionales han devaluado los remedios tradicionales.
Esto último puede tener graves consecuencias, ya que los tratamientos tradicionales a veces
entran en conflicto con la medicina convencional o pueden causar síntomas que conducen a un
diagnóstico erróneo u otras enfermedades o afecciones desconocidas.

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