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Efecto Retorno Sobre La Psicosis Ordinaria
Efecto Retorno Sobre La Psicosis Ordinaria
América dividida
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profesional. Quería que tomara amplitud y ver hasta dónde podía llegar
esta expresión.
Estaba inspirado por lo que Lacan había hecho con el pase. Saben que él
llamaba al verdadero fin de análisis "El pase". Pero no dio más que una
definición esbozada, porque no quería que la gente lo imitara. Si ustedes
dicen que pueden reconocer el fin del análisis cuando el sujeto hace esto o
aquello o dice esto o aquello, todo el mundo va a hacerlo inmediatamente.
Es el caso de la Universidad. Si tienen necesidad de una nota, deben decir
las cosas de una cierta manera y en un cierto estilo. Y entonces la gente se
conforma con eso y vive un mundo de sombras, una "Ciudad de
fantasmas", como en el artículo de Jean–Louis Gault. Debo confesarles que
la Universidad es una ciudad de fantasmas con gente que imita lo que son
supuestos ser. Lacan dio solo un esbozo de definición del pase y propuso
que se experimente para ver, una vez definido el momento, lo que surgía,
aquello a lo que la gente contribuiría. Quisiera hacer algo de ese tipo con la
psicosis ordinaria. Y creo que eso atrajo el sentido en potencia. Mucha
gente se acercó luego para decir: "¡Yo conozco un caso de psicosis
ordinaria!" Si nos vemos tentados de darle una definición, es pues una
definición a posteriori.
N/P
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Así, nuestra clínica tenía un carácter esencialmente binario. Resultado:
durante años veíamos a los clínicos, a los analistas, a los psicoterapeutas,
preguntarse si su paciente era neurótico o psicótico. Cuando ustedes
recibían a esos analistas en control, podían verlos retomar, año tras año,
ese paciente x, y si le hubiesen preguntado: "¿Ya decidió si es neurótico o
psicótico?", ellos habrían dicho: "No, no lo he decidido por el momento". Y
eso continuó así durante años. Claramente, no era una manera satisfactoria
de considerar las cosas.
N/P
Entonces, había algo que no iba bien porque, si era una neurosis, no era
una psicosis, y si era una psicosis, no era una neurosis.
N/_P
Era una manera de decir, por ejemplo, que si tuvieron durante años
razones para dudar de la neurosis del sujeto, pueden apostar a que se trata
más bien de un psicótico ordinario. Cuando se trata de la neurosis,
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¡Ustedes lo deben saber! La contribución de ese concepto permitía decir
que la neurosis no es un fondo de pantalla (wallpaper).
No es, pues, seguro que la psicosis ordinaria sea una categoría objetiva. Se
tienen que preguntar si es una categoría de la cosa–en–sí. ¿Pueden decir
que la psicosis ordinaria existe objetivamente en la clínica? No es seguro.
La psicosis ordinaria interesa al saber de ustedes, a la posibilidad que
tienen de conocer algo del paciente. Ustedes dicen: "psicosis ordinaria",
cuando no reconocen signos evidentes de neurosis, y así son conducidos a
decir que es una psicosis disimulada, una psicosis velada. Una psicosis
difícil de reconocer tal cual, pero que deduzco de pequeños índices
variados. Se trata más de una categoría epistémica que objetiva. Esta última
concierne a nuestra manera de conocerla.
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puede poner en tela de juicio porque está la incidencia del lenguaje. En
efecto, desde el inicio el sujeto está inmerso en el lenguaje. Pero en su
texto clásico sobre la psicosis, como en casi todos sus textos de los
Escritos –a excepción de los últimos–, Lacan construyó la dimensión
fundamental de sujeto como perteneciendo a la dimensión imaginaria. Es,
pues, el nacimiento supuesto común, que sea un futuro neurótico, un
futuro normal, un futuro perverso, un futuro psicótico, depende de cómo
habite, podríamos decir, el estadio del espejo.
2. El orden simbólico
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hablar de extracción, de sustracción, pero es siempre la misma idea.
Cuando se introduce el elemento ordenador del Nombre del Padre, se
obtiene una sustracción a nivel de la libido, del goce y las pulsiones. En
términos del falo tenemos el falo imaginario completo Φ de un lado, y del
otro el menos–phi–φ que quiere decir "castración", la palabra freudiana
para esta extracción de goce.
+NP Φ
–J (–φ)
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delirio. El Campo freudiano es un delirio, no tiene una existencia bien
delimitada. Es algo para unas miles de personas en el mundo que hablan
del Campo freudiano, pero eso no tiene existencia precisa a decir verdad.
Cuando leen a propósito de Mohammed –Dios no permita que yo diga lo
que sea contra Mohammed– que se fue solo, que llevaba un mensaje divino
y que escribía, ese discurso ordenó a un millón de personas en el mundo.
Era un delirio divino. En efecto, la hipótesis según la cual un delirio puede
ordenar el mundo no es completamente tirada de los pelos.
Debo decir que un su última enseñanza, Lacan está próximo a decir que
todo el orden simbólico es un delirio, incluida su propia construcción del
orden simbólico. La vida no tiene ningún sentido. Producir sentido es ya
delirante. Es una convicción profundamente inculcada en Lacan. En la
práctica, cuando comprenden lo que el paciente dice, están capturados por
su delirio, por su manera de producir sentido. El trabajo de ustedes, en
tanto que clínicos, no es comprender lo que el paciente dice. De esa
manera, ustedes no participan de su delirio. El trabajo de ustedes es captar
la manera particular, insólita de dar sentido a las cosas, de dar sentido a la
repetición de la vida.
NP(x)
Un elemento tal que funciona como Nombre del Padre para el sujeto. Este
elemento es el principio que ordena su mundo. Eso no es el Nombre del
Padre, pero tiene la cualidad, la propiedad. Es igualmente muy útil cuando
pensamos el hecho de que Schreber llevó una vida aparentemente normal
durante cincuenta años. Su psicosis se desencadenó recién cuando tenía
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cincuenta y un años, durante lo que se llama en medicina el climaterio de
la vida masculina. La idea nos ayuda a comprender cómo podía funcionar
su mundo. ¿Qué habría pasado si Schreber hubiese venido al análisis antes
del desencadenamiento de su psicosis? No había todavía psicoanálisis en
esa época, pero imagínense si él hubiera sido tratado por Freud. Quizá
antes de los cincuenta y un años ustedes podrían ya haber observado
particularidades en la construcción de su mundo que les habría hecho
decir que era un psicótico ordinario. Freud no conocía la psicosis ordinaria
–es evidente que él conocía muchas otras cosas mucho más importantes–,
pero quizá lo que nosotros llamamos psicosis ordinaria es una psicosis que
no se manifiesta hasta su desencadenamiento. Es, por ejemplo, una de las
maneras de captar el concepto sobre el cual ustedes debatieron.
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provocado en la juntura más íntima del sentimiento de la vida en el
sujeto".[4] Es la frase sobre la cual insisto desde hace años en mis cursos y
en las discusiones con mis colegas, en la página 224 del tomo II de los
Escritos. En la excelente edición anglófona de Bruce Fink, en la página 466,
está traducido por "a disturbance". Esa es una muy buena traducción de
desorden. Él no pone trastorno, que habría sido un término del DSM, sino
"disturbance": "a disturbance that accuredat the inmost junctureof the
subject's sens of life".[5] Y bien, es eso lo que buscamos en la psicosis
ordinaria. Ese desorden en la juntura más íntima del sentimiento de la vida
en el sujeto. "Sens of life" se traduce por "sentimiento de la vida" o "cómo
viven ustedes su propia vida". Es muy difícil de analizar ese término. Los
psiquiatras intentaron delinear ese "sentimiento de la vida". Ellos hablan de
síntesis, de sentimiento general del sujeto, de "estar en el mundo".
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desenganche, una desconexión. Ven a veces sujetos que van de una
desconexión social a otra, desconectarse del mundo de los negocios,
desconectarse de la familia, etc. Ese es un trayecto frecuente en los
esquizofrénicos.
Dije esquizofrenia. Esa puede ser la realidad del sujeto, aunque pueda
parecer una psicosis ordinaria, porque no va de suyo. Pero la psicosis
ordinaria es, entonces, desde el punto de vista de ustedes. Una vez que
dijeron que es una psicosis ordinaria, traten de clasificarla de un modo
psiquiátrico. No deben decir simplemente que es una psicosis ordinaria,
deben ir más lejos y encontrar la clínica psiquiátrica y psicoanalítica
clásica. Si no hacen eso –y ese es el peligro del concepto de psicosis
ordinaria– es lo que se llama un "asilo de la ignorancia". Eso se transforma
en un refugio para no saber. Si hablamos de psicosis ordinaria, ¿de qué
psicosis hablamos?
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trabajo tiene un valor simbólico extremo. Las personas están dispuestas a
llenarse de trabajos mal pagos solo para tener el valor simbólico de estar
en el trabajo. Los gobiernos son suficientemente inteligentes para entender
esto claramente y para ofrecerles trabajos miserablemente remunerados. El
gobierno francés quiere en este caso extenderlo a los psicólogos y a los
psicoterapeutas. Es de esto de lo que hablamos en estos días. Ellos quieren
crear una nueva profesión de psicoterapeutas que estaría peor pagada que
la kinesioterapia.
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3. Una externalidad subjetiva
No voy a discutir la vida sexual. Luego de la realidad social –el Otro social–
y el Otro corporal, les hablaré del Otro subjetivo. Lo más habitual es
localizar en esa experiencia el vacío, la vacuidad, la vaguedad en el
psicótico ordinario. Pueden encontrarlo en diversos casos de neurosis, pero
en la psicosis ordinaria busquen un indicio de vacío o vaguedad de una
naturaleza no dialéctica. Hay una fijación espacial de este indicio.
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diez por ciento de castración". [Risas] No es divertido, pero en las
conferencias clínicas la gente se ríe mucho de cosas que no son divertidas.
Este sujeto dice también: "¿Por qué habría un Dios bondadoso? Soy
afortunado, esto explica esta mortaja funesta, esta paranoia… no debería
quejarme tanto", conectado a la referencia a Dios. Es también una pequeña
clave, una "mortaja funesta" –esto puede ser dicho por un neurótico
romántico–, pero clínicamente, eso se inclina más bien hacia la psicosis.
Cuando dice más adelante que "el centro no se sostiene más, todo se
divide, es científico", todos esos laberintos de frases parecen tener la
misma ausencia en su centro. Julia Richards agrega que "su punto de
identificación más sólido, aunque imaginario, está construido con cada
fragmento de identificación paterna a su disposición". Esto es
completamente característico de la psicosis ordinaria, las identificaciones
que son construidas como un popurrí. Pregunté cómo traducir popurrí en
inglés antes de la exposición. No conocía esta traducción: "Flotsam and
jetsam". Me gusta mucho. ¡Mr. Flotsam and Dr. Jetsam!
Una dirección nos conduce hacia una afinación del concepto de neurosis.
Como ya lo he dicho, la neurosis es una estructura particular, no es un
fondo de pantalla (wallpaper). Ustedes necesitan ciertos criterios para decir
"es una neurosis": una relación al Nombre del Padre –no un Nombre del
Padre–; deben encontrar algunas pruebas de la existencia del menos phi –φ,
de la relación a la castración, a la impotencia y a la imposibilidad; tiene que
haber –para utilizar los términos freudianos de la segunda tópica– una
diferenciación tajante entre el yo y el ello, entre los significantes y las
pulsiones; un superyó claramente trazado. Si no hay todo esto y otros
signos, entonces eso no es una neurosis, es otra cosa.
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en 1978. Comenté esta frase en las últimas lecciones de mi curso de este
año: "Todo el mundo está loco, es decir, delirante". Ese no es un único
punto de vista, pero en un cierto nivel de la clínica es así. Ustedes no
pueden funcionar como psicoanalistas si no son concientes que lo que
saben, que el mundo de ustedes es delirante –fantasmático, podemos
decir– pero, justamente, fantasmático quiere decir delirante. Ser analista es
saber que el propio mundo, el propio fantasma, la propia manera de dar
sentido, es delirante. Es la razón por la cual intentan abandonarlo, para
poder percibir el delirio propio del paciente, su manera de dar sentido.
Bien, soy conciente de haber sido sensato durante una hora y media.
Entonces, ¡tengan cuidado con lo que digo!
Roger Litten: –Seguí con gran interés lo que usted dijo, particularmente su
advertencia sobre "dar sentido". Hay, sin embargo, algo que no hace
sentido para mí. Hay casi una contradicción entre dos ejes que usted
siguió. Comenzando con la clínica binaria inicial –la distinción entre
neurosis y psicosis– y con la emergencia, podemos decir, de la noción de
psicosis ordinaria, para llegar a la ampliación o al oscurecimiento de la
distinción entre neurosis y psicosis, pero enseguida, del otro lado, pone
mucho cuidado en resituar el concepto de psicosis ordinaria en la clínica
psiquiátrica y binaria.
N/P
N/_P
…Retorno a la psicosis.
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posibilidad de la emergencia de la psicosis. Tenemos casi simultáneamente
la distinción de la clínica binaria y el oscurecimiento de esta distinción. Me
pregunta si hay algo ahí en lo que me pierdo.
El Nombre del Padre está ahí (en la columna de la izquierda). El Nombre del
Padre no está ahí (en la columna del medio). En la psicosis ordinaria no
tienen el Nombre del Padre, pero hay algo ahí, un aparato suplementario.
Ahora bien, logro tener una clínica binaria, una clínica ternaria, y una
clínica unitaria, ¡todo en uno! ¡Como la Santa trinidad!
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esquizofrenias socialmente desconectadas, mientras que los paranoicos,
socialmente, están totalmente conectados. Ciertas grandes organizaciones
están dirigidas frecuentemente por potentes psicóticos cuya identificación
es súper social. El campo de las psicosis es por lo tanto inmenso.
Jacques–Alain Miller: –No mencioné la palabra "defensa" más que una sola
vez. ¡Usted es el que eligió hacer un Nombre del Padre de esta exposición!
La idea general es que nos defendemos de lo real, de lo que no podemos
volver sensato o que volvemos locamente sensato. Solamente en nuestros
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sueños pasa que lo que no tiene sentido resurge. Es verdad, los sueños
tienen sentido, pero las pesadillas que nos despiertan, nos despiertan
generalmente sobre un elemento de no–sentido. Es ahí que tocamos quizá
de más cerca la verdad. Es claro que los delirios están construidos
alrededor de ese real que no tiene sentido, y fuera de sentido aparece y
produce agujeros en el discurso del paciente. Incluso en la presentación de
enfermos, en una hora de tiempo, pueden ver esas flechas que Lacan
dibujó en el esquema I traspasar el discurso del paciente. El discurso del
paciente está tejido alrededor de lo real. Pueden incluso llamarlo una
defensa.
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En lo que concierne a la psiquiatría soviética que hacía su diagnóstico
sobre la lectura de Kafka, de hecho, lo que se reveló en 1992 si recuerdo
bien, ¡era que la Unión Soviética era en sí un delirio! En efecto, ¡eso
desapareció completamente! Era una realidad delirante. ¡Fue el sueño de
Lenin durante setenta años!
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consistía en dejar eso en suspenso porque estimulaba así un gran interés
en muchos comentarios interesantes de mis colegas. Pero de todos modos,
el punto de capitón de esta cuestión no está en el libro de Freud, sino en el
libro de Ruth Mack Brunswick[10].
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Jacques–Alain Miller: –Cuando hablamos de CMB, se trata de una
compensación de la forclusión del Nombre del Padre. Entonces,
supuestamente, para desencadenar esta psicosis tienen que tener un
elemento que venga a un tercer lugar bajo la modalidad de Un–Padre. Si
suponemos que hay forclusión del Nombre del Padre, no tienen que tener
necesariamente Un–Padre, pero sí algo que venga a ese lugar tercero en
relación al sujeto.
Bibliografía
Ibíd., p. 540.
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