Está en la página 1de 26

4.

ASPECTOS HIDRÁULICOS

La información que se presenta en este capítulo fue tomada esencialmente de la Memoria de las
Obras del Sistema de Drenaje Profundo del Distrito Federal (DDF, 1975), y de El Agua en el Valle de
México de Alain Musset (1992).

4.1 Introducción
Es interesante precisar que la cuenca de México es muy extensa, de casi 100 km por 100 km, está
conformada por varias sierras y cadenas montañas y en su interior existen sierras aisladas. A la parte
más plana de la cuenca convencionalmente se denomina el Valle de México y en el pasado fue un
enorme lago que al secarse se dividió en varios cuerpos lacustres, uno de cuyos remanentes fue el
lago de Texcoco, del cual el área confinada por el albarradón de Nezahualcóyotl en el oriente y por los
terrenos elevados de las lomas del poniente se le conoció como el Lago de México.

La identificación de las antiguas playas del enorme lago permite inferir que en los períodos
geológicos de mayor precipitación llegó a tener unos 80 km. del norte al sur y unos 45 km de oriente
al poniente, Fig. 19. Las islas más importantes eran las de Tenochtitlán, Tlatelolco, Nonoalco,
Mixhuca y Tlalpan. Alimentaban al lago numerosos ríos, decenas de arroyos y gran cantidad de
manantiales; siempre fue poco profundo y su fondo ascendió gradualmente a medida que se
depositaban materiales. La parte más profunda es lo que ahora conocemos como el lago Texcoco,
razón por la cual se concentró la salinidad en su vaso, que según lo midió Humboldt, tenía una
densidad relativa de 1.025, similar a la del agua del mar, con 33,000 ppm de sales. Esta peculiaridad
permitió que desde la época prehispánica se evaporara el agua en estanques para producir sal en su
rivera nororiente y donde todavía en 1912 se obtenían 1 000 t de sal para consumo humano (Musset,
1992). En esa orilla nororiente del lago también se obtenía el tequesquite, un carbonato de calcio que
se empleaba para transformar el maíz en nixtamal. Humboldt midió también la densidad de las aguas
de Xochimilco y encontró que era de 1.0009 y la calificó de calidad excelente.

Cuando el clima se calentaba, las aguas del gran lago bajaban de nivel y se formaban lagos separados,
Fig. 19. Ya desde 1824 se llevaba un registro de las elevaciones de los lagos más importantes (Ward,
1828) y en 1864 se hizo una determinación más precisa de las elevaciones de los cinco lagos
principales con relación al de Texcoco, al que se le asignó la cota 0.00 m. El lago de Zumpango,
vecino al de San Cristóbal, tenía 5.06 m de elevación relativa; drenaba al Xaltocan que se elevaba
3.00 m sobre el nivel del lago de Texcoco, el cual era el más bajo de todos. El nivel del lago de Chalco
estaba a 2.57 m y se unía al de Xochimilco cuya elevación relativa era de 2.60 m y ambos drenaban al
de Texcoco. Los ciclos de inundación y sequía los unían o separaban, Fig. 20.

El poblamiento del Valle por numerosos grupos empezó cuando los lagos formaban uno solo, Fig. 21.
Cuando subía de nivel sus efectos eran catastróficos para los pobladores de sus márgenes y de los
islotes pero las grandes sequías, como las de 1454 y 1556, fueron un desastre todavía mayor.

33
EPOCA DILUVIAL COMIENZO SIGLO XIX

N N

ZUMPANGO ZUMPANGO
JERÓNIMO S. GERÓNIMO

TEOTIHUACAN Xaltocan
TEOTIHUACAN
CUAUTITLAN
CUAUTITLAN ACOLMAN ACOLMANN
S. CRISTOBAL
TEXCOCO
TLALNEPANTLA TEXCOCO
TLALNEPANTLA
GUADALUPE Texcoco

TACUBA MÉXICO MÉXICO


TACUBAYA TACUBAYA

TLÁHUAC
TLALPAN TLALPA
CHALCO
CHALCO
XOCHIMILCO
XOCHIMILCO TLAHUAC

COMIENZO SIGLO XVI AÑO 1889


N N
Zumpango ZUMPANGO
ZUMPANGO

Xaltocan
Xaltocan
TEOTIHUACAN
CUAUTITLAN
TEOTIHUACAN
S. Cristobal CUAUTITLAN

S. CRISTOBAL
TLALNEPANTLA TEXCOCO

Texcoco TEXCOCO
GUADALUPE
Texcoco
TACUBA MÉXICO MÉXICO

TACUBAYA
TACUBAYA

TLALPAN
CHALCO
TLALPAN CHALCO
XOCHIMILCO XOCHIMILCO
TLAHUAC Teutil
0 5 10 15 20 25 km

Fig. 19 Evolución de los lagos

34
Sierra
de Pac
huca

ca
de Pachu
an
alp
ntl
0 5 10 15 Km

zo
Te

d as
Escala gráfica 20º 00’

de

ni
ve

ra

A
er

e las
Si
Sierra Pitos
d

o
Ri
o Papelote

n

z ot
ot
d na

p
go

Te
gu

de
an
mp e
La

ra Lago
er
Si de
Zu

Xaltocan
n
titla

zotlán
au

Laguna de
pot
Cu

Río Te San Cristobal


Río

nP
Sa edr o
Río
a
en
m

ol
l aC pe Río Papal
Río S uadalu ot
Río S ierra de G

la
a
epantla
n

laln
Ja

T
v

os emedio Lago Río Tex


ío

ier

los Re edi s 19º 30’


sR

R de
Río Cha coco
o m
Río chic
e lo

p
Río Sn. Berningo
d

de
Río

a
Río Sta. Mónrdino
ca
Texcoco
i

o
nd
Ho Tenochtitlan
Río
Cd. De México
la traza de cortes
Cerro o
cisc
Mo

la Estrella n
Fra
n.
Sierra d

a
nte

St a
S

rra arin
Sie Cat
R ío

de

Lago
Xoch
Río
e

imilc
o
las

FrÍo

Chal
co
C ruc
es

V. Ixtaccíhuatl
Sierra del Ajusco
Rí o

SIGNOS CONVENCIONALES: e
d

Sie
ada

Am
< 500 M.S.N. Valle
rra eca
Cu
Sierra Nev

atz
500 A 1000 M.S.N. Valle in
1000 a 2000 M.S.N.
> 2000 M.S.N. Valle
99º 30’

Parteaguas general de la cuenca V. Popocatépetl


Parteaguas de las subcuencas 19º 00’
99º 00’

98º 30’

0’

Fig. 20 Antiguo funcionamiento hidrológico de la cuenca (DDF, 1975)

35
La cuenca es tan grande que tiene diversos climas y su régimen pluvial varía zonalmente. Hoy, en la
parte norte la lluvia media es de 400 mm, en cambio en el sur del Valle es hasta de 1 400 mm. Se puede
también decir que en el Valle llueve durante todos los meses del año aunque en la época de estiaje las
lluvias son locales y pequeñas.

4.2 Ríos principales


Entre los 30 ríos que alimentan al lago, ocho son los principales, Fig. 22. Los que históricamente han
tenido las mayores crecientes por precipitaciones de temporales son los ríos del poniente como el
Cuautitlán, el Tepotzotlán y el de la Magdalena Contreras. El primero fue el más temido por los
españoles porque fue el causante de las grandes inundaciones del siglo XVII. En orden de
importancia le siguen los ríos de Tlalnepantla y el de Los Remedios. El único que llega por el norte, el
de las Avenidas de Pachuca, en general conduce poca agua al igual que los del lado oriente, como el
Texcoco. Por su parte, el Amecameca y el Tlalmanalco, que se alimentan de los deshielos de los
volcanes Popocatépetl e Iztaccihuatl hasta ahora no han sido peligrosos aunque es interesante anotar
que Humboldt los calificó como de riesgo, porque podría ocurrir un deshielo rápido de los volcanes,
como el que presenció en el Chimborazo de Ecuador, a consecuencia de una emisión de cenizas
calientes. Para subrayar este riesgo vale recordar que recientemente ocurrió lo mismo en 1993 en el
Nevado del Ruiz en Colombia y que las erupciones que ha tenido el Popocatépetl desde 1994 siempre
conllevan ese riesgo.

4.3 Manantiales
Dentro de la cuenca afloraban numerosos manantiales con abundante gasto; unos diez brotaban en
Chalco y Xochimilco, otros seis al poniente y unos cinco en el norte y poniente, además de otros
varios de aguas termales. Son muy interesantes los trabajos que sobre la geohidrología del Valle de
México nos dejó Orozco y Berra (1875). En particular, sus comentarios sobre manantiales permiten
comprender las condiciones de piezometría y artesianismo que existían en el Valle. De sus escritos se
desprende información que permite clasificar a los manantiales en: a) de agua dulce, como los de
Chapultepec, Xochimilco, Churubusco, Coyoacán y Santa Fe; b) los de aguas salobres o amargas,
como los de Iztapalapa y c) de aguas termales, como los del Peñón de los Baños y el Pocito de
Guadalupe. Llama la atención uno de sus párrafos relativos al lago de Texcoco, donde Orozco y Berra
dice "Una de las circunstancias notables de este lago es la de encontrarse muy frecuentemente con
ojos de agua dulce, a distancias muy cortas de las orillas y en algunas isletas llamadas por los
naturales tlalteles (de tlaltetelli, montón de tierra). Algunas de estas isletas, que no alcanzan sobre la
superficie de las aguas salobres más de 60 centímetros, están cubiertas de vegetación, aunque
desmedrada y raquítica. Los indios sacan grandes ventajas de los tlalteles, apagando en ellos la sed
cuando andan ocupados en sus faenas en medio del lago".

Orozco y Berra (1902), le dedica un párrafo al manantial de Xancopinca, ubicado a un cuarto de legua
(1.3 km aproximadamente), al norte de Santiago Tlatelolco, cuyas aguas perennes eran consideradas
de excelente calidad, mejor que las de Santa Fe y Chapultepec. Otros manantiales famosos fueron el
de Pantitlán, sobre el que Don Carlos de Sigüenza y Góngora discutió en 1631 si era un "ojo de mar" o
sumidero capaz de resolver el problema de la gran inundación que sufría la ciudad en ese año
(González Ortega, 1902 y DDF, 1975). A este respecto resulta interesante recordar que en el islote
original de Tenochtitlán existió al menos un manantial y que pudo ser razón principal para fundar ahí
la ciudad mexica. Se trata del mítico Tozpálatl, probablemente ubicado en el costado poniente de la
Catedral Metropolitana. En los recientes trabajos efectuados en ese importante monumento se
encontraron evidencias geotécnicas que sugieren la existencia de otro manantial cerca del crucero
(Ovando y Manzanilla, 1997), aunque también hay crónicas que hablan de otro nacimiento de agua
cercano al Sagrario. Finalmente, se debe destacar que del manantial Santa Fe salía lo que se

36
Zumpango N
Coyotepec Lago Xaltengo
Atlipicuilco
Zumpango 0 5 km
Mextlapan
Teoloyucan Escala gráfica

Tepozotlán Xaltocan
Tenopalco Lago Teotihuacán
Xaltocan Tonanitla
Cuautitlán Atlatongo
Chiconautla Acolman

Tepexpan
Ecatepec
Cuautepec
Tultepec
Tenayuca
Tlalnepantla
Lago
Ixhuatepec Texcoco
Texcoco
Azcapotzalco Atzacoalco
Tlaltelolco Huexotla
Tacuba
Coatlinchán
Peñón de Tepetzingo
Tenochtitlan (Los Baños)
Chapultepec
Tacubaya Chimalhuacán

Santa Fe Churubusco
Mixcoac Peñón del Tepeculco
Coyoacán (del Marqués)
Iztapalapa
Mexcalzingo

Tizapán Culhuacán Ixtapaluca

Lago Zapotitlán Tlapacoya


Lago
Xochimilco
Cuitláhuac
Chalco
Tlalpan Chalco
Xico
Xochimilco Tulyehualco Chimalpa

DIQUE DE NETZAHUALCÓYOTL CALZADAS MÁS IMPORTANTES TENOCHTITLÁN

DIQUE DE AHUÍZOTL POBLADOS

Fig. 21 Lagos del Valle de México a principios del siglo XVI,


obras de defensa (Cruickshank, 1998)

37
N Pachuca

Tula 0 5 10 km

Río T
Escala gráfica

00
lau 24

Tequisquiac

2
C Cincoque
ca
de Pachu
nidas
3 Huehuetoca Ave
e las

d
Ca
Gu nal d

Rí o
ad e
4 alu
pe

Lago de C Gordo
Zumpango
5

2400
6 Lago de
n Xaltocan
po otlá
Rí o Te t z
C Chiconautla
n
titlá

au
Cu
Río Sierra de
7
Guadalupe

2400

lnepantla
Tla
Río emedios Texcoco
R
os

l 15 Lago
de
Río de Río
Texcoco Te
10 c
x
oc
o

9 Peñón de
11
los Baños
Chapultepec 8

Santa Fe 12 Peñón del


Marqués
13
1 Tajo abierto después del socavón
2 Socavón ina
atar
3 Tajo abierto y río Cuauhtitlán ta. C
aS
4 Canales de vertedores y Guadalupe Sierr
5 Dique que separaba a Coyotepec de
Citlaltepec Lago de Lago
14 Río
6 Canal de Castera Xochimilco de Tl
Xitle
al

7 Dique que separaba a San Cristóbal de Chalco


m


a na

Tetzoco e iba de Ecatepec a Venta de Carpio o


A
lc

o
8 Albarradón de Nezahualcóyotl
m
ec

9 Albarradón de San Lázaro Ajusco


am
e

10 Calzada de Tepeyac o Guadalupe


ca

11 Calzada de Tlacopan o Tacuba


12 Calzada de San Antonio Iztapalapan
13 Dique de Mexicaltzingo que dividía a las
lagunas de México y Xochimilco
14 Dique de Cuitláhuac que dividía a las lagunas
de Xochimilco y Chalco
Límite de la Cuenca de México

Fig. 22 Ríos, lagos, albarradones y desagüe (DDF, 1975)

38
consideraba la mejor agua para la ciudad de México y que Vasco de Quiroga construyó una iglesia en
su vecindad.

4.4 Inundaciones catastróficas


Eventos históricos. Las perturbaciones ciclónicas simultáneas en ambos litorales hacen factible que
en zonas del altiplano mexicano ocurran ocasionales lluvias de intensidad extraordinaria, como las
que afectaron a Tenochtitlán en 1449 y 1498. Este riesgo obligó a los mexicas a construir un
ingenioso sistema de diques de control hidráulico del que formaban parte las calzadas de acceso a la
ciudad, con puentes y compuertas que se operaban conforme se requería, Fig. 21. El dique más
importante fue el Nezahualcóyotl que, de 12.6 km de longitud y 6.7 m de ancho, partía del pueblo de
Atzacoalco y llegaba a Iztapalapa. En la conquista ese sistema quedó muy dañado y fue parcialmente
reparado en el México colonial, a pesar de lo cual ocurrieron graves inundaciones en 1555, 1579,
1604 y la más severa en 1629. Durante esta última la ciudad permaneció inundada por cinco años,
pues las precipitaciones de 1631 y 1634 acrecentaron los niveles del lago. Las aguas subieron más de
dos metros, las consecuencias de esta violenta inundación fueron dramáticas: perecieron unas 20 000
personas y se destruyeron casi todas las construcciones importantes que existían en aquel entonces lo
cual explica la ausencia de elementos arquitectónicos del siglo XVI en esta ciudad (Zaldívar, 1990 y
Arancón, 1992). También se desató una epidemia de peste que orilló a la mayoría de los habitantes
españoles mudarse a la ciudad de Puebla. Para rehabilitar la ciudad se reconstruyó el importante
dique de Ahuizotl al que en adelante se le conoció como albarradón de San Lázaro. Otras importantes
inundaciones ocurrieron en 1674, 1691, 1707, 1714, 1747, 1792, 1819 y 1865.

Soluciones planteadas. La dramática inundación de 1629 motivó que, bajo la dirección de religiosos
franciscanos, se reconstruyeran la ya mencionada albarrada de San Lázaro y otros diques. Sin
embargo, los españoles y criollos que habitaban la ciudad veían en los lagos una amenaza de la
naturaleza y desconfiaban de los indígenas que conocían y operaban el sistema de control. Por ello
surgió el empeño de abatir el nivel de los lagos y fue Francisco Gudiel, quien propuso en 1555
canalizar el río Cuautitlán a un tajo en el puerto de Huehuetoca (Musset, 1992). Cinco lustros más
tarde, el alarife Claudio de Arciniega se sumó a la propuesta de evitar que las aguas de ese río llegaran
al Valle. Posteriormente, ya entrado el siglo XVII, se encargó a Enrico Martínez el estudio y la
solución de ese gran problema que aún hoy sigue preocupando a la ciudad.

4.5 Desagüe de los lagos


Proyecto de Enrico Martínez. En 1604 se presentaron al 11º Virrey Luis de Velazco varios proyectos
para el desagüe de las lagunas. Eligió el del erudito cartógrafo e impresor alemán Heinrich Martin,
cuyo nombre españolizado fue Enrico Martínez, el cual consistía en desviar los ríos Cuautitlán y
Tepotzotlán (en la parte alta de sus cuencas) para evitar que sus aguas llegaran a la laguna de
Zumpango. El proyecto de Martínez incluía la construcción de un túnel o socavón en Nochistongo
con el cual se daría una salida hidráulica al Valle y se eliminaría el exceso de agua que aportaban esos
dos ríos al sistema lacustre (González Ortega, 1902 y DDF, 1975).

Las obras se iniciaron en 1607 bajo la dirección del jesuita Juan Sánchez y del propio Enrico
Martínez; las excavaciones de 13.3 km de longitud duraron cuatro años y en ellas trabajaron, "muy
por la buenas", 29,650 indios así como 3,556 mujeres preparando las comidas. El tajo de entrada de
Zumpango tenía 7,500 varas de longitud y 13 de profundidad. Para la construcción del socavón, que
se extendía por 670 varas más, se abrieron 42 lumbreras, la más profunda de 57 varas. El tajo de salida
tenía una longitud de 780 varas de longitud (1 vara = 0.835m). La ubicación de esas obras se muestra
esquemáticamente en la Fig. 22. Toda la excavación del túnel se hizo con herramientas de mano y se
dice que durante la excavación perecieron miles de indígenas.

39
Al término de la obra se presentaron problemas cuando sobrevino la primera creciente del río
Cuautitlán ya que inexplicablemente el túnel se dejó sin recubrimiento, lo cual seguramente provocó
colapsos locales que obturaron el túnel cuando se saturaron los materiales tobáceos que atravesaba.
El dictamen que se elaboró cuando se examinaron las causas de la catástrofe injustamente juzgó a
esta obra como inadecuada, aduciendo que no era capaz de drenar las aguas de los lagos de Texcoco y
México, siendo que su objetivo consistía únicamente en evitar el ingreso de las aguas del Cuautitlán,
dada la cota del desagüe.

Proyecto de Adrián de Boot. Este súbdito holandés, conocedor de la operación de los canales en su
país, fue enviado en 1614 por el Rey Felipe III a Diego Fernández, 13º Virrey de la Nueva España,
con la misión de resolver el problema hidráulico de la ciudad de México (Velasco, 1999). A
principios de 1620 presentó su proyecto que consistía en mantener los lagos, construir diques y
canales navegables, pero mejorados con los ingenios y bombas que se usaban en Holanda. A
diferencia de Enrico Martínez, de Boot creía que los ríos del sur eran los causantes de las
inundaciones aunque, al parecer, aceptaba concluir el desagüe de Huehuetoca, para evitar los riesgos
de las crecidas de los ríos Cuautitlán y de las Avenidas de Pachuca.

Torpe decisión. El 14º Virrey, Diego Carrillo, Marqués de Gelves, trató de aclarar las diferencias de
opinión entre Martínez y de Boot respecto a cuáles ríos eran los causantes de las inundaciones, para lo
cual ordenó cerrar la entrada al tajo en 1623 y reconstruir algunas albarradas con el objeto de
comprobar de dónde venía el agua. La consecuencia de esta autoritaria y torpe decisión fue el mayor
desastre que haya sufrido la ciudad de México, pues la ya referida inundación de 1629 no pudo ser
controlada como lo hacían los aztecas. Enrico Martínez fue hecho responsable de la inundación y
pasó varios años en la cárcel aunque, posteriormente, las pruebas con que se defendió demostraron su
inocencia y finalmente fue liberado.

Para enfrentar a la gran inundación se intentó todo, incluyendo la reconstrucción de los diques y la
búsqueda del remolino de Pantitlán, el "ojo de mar" al que los mexicas arrojaban corazones de niños
sacrificados, pues se pensaba que ese sumidero se "tragaría" el exceso de agua (Espinosa Pineda,
1996). También se recurrió a otros métodos todavía favorecidos en la actualidad, como los rezos, las
plegarias y las procesiones religiosas. Se dice que las invocaciones a la divinidad fueron las que
trajeron, en 1634, una intensa sequía gracias a la intercesión de la Virgen de Guadalupe. Hacia 1635
los lagos habían retornado a sus niveles normales. Con relación al remolino de Pantitlán, las
inspecciones del sitio en las cuales participó Don Carlos de Sigüenza y Góngora, demostraron que en
realidad se trataba de un manantial.

Desagüe general. En 1628 el Virrey pidió a Enrico Martínez la solución definitiva al problema del
drenaje general para lo cual propuso excavar una salida del Valle a un nivel tal que permitiera la
expulsión del agua de las lagunas por gravedad. En 1637 comenzó la rehabilitación del desagüe bajo
la dirección del jesuita Fray Luis López, quien durante 15 años abrió 3,587 varas y recortó el
socavón, en un peligroso trabajo donde murieron cientos de indígenas que transformaron el túnel de
Enrico Martínez en un tajo abierto de 1,500 varas de largo y más de 25 m de profundidad máxima.
Además, profundizó toda la conducción en dos varas a lo largo de todas sus 18,000 varas de longitud
(1 vara = 0.835 m). Es interesante mencionar que en 1653 el franciscano Gregorio Guido recurrió al
empleo de explosivos para facilitar las excavaciones. Entre 1665 y 1675 las obras quedaron a cargo
del Padre Manuel Cabrera quien abrió otras 2,196 varas de canal y desazolvó todo el tajo. La
ubicación de las obras se muestra en la Fig. 22.

A pesar de todos estos trabajos ocurrieron inundaciones en 1707, 1714, 1747 y 1764. En 1767, con la
expulsión de los jesuitas de la Nueva España, se decidió revisar todo el sistema de drenaje y elaborar
nuevos proyectos. Uno de ellos, que nunca se intentó, consistía en abrir otro socavón al sur de la
laguna de Chalco, hacia el Valle de Cuernavaca. Hoy esa alternativa podría ser de interés.
40
Nivelaciones topográficas. Don Joaquín Velázquez de León, profesor de matemáticas de la Real y
Pontificia Universidad, fue encargado de dictaminar, en 1774, sobre cuál era el mejor sistema de
desagüe. De sus observaciones y mediciones topográficas concluyó que los proyectos de Enrico
Martínez habían sido los más acertados, en lo que coincidió con su antecesor Simón Méndez.
También demostró que para que el agua fluyera en un canal se requería de una inclinación de 0.5
varas en 100 de longitud lo cual lo llevó a afirmar que la salida por Nochistongo debería estar 200
varas por debajo de la superficie (167 m), pues estimó la distancia entre Nochistongo y Texcoco en
33.5 km.

Apertura del Tajo de Nochistongo. El Tribunal del Consulado de la ciudad de México (unión de
comerciantes) se encargó de los trabajos del tajo y de reconstruir el dique de San Cristóbal, para
contener las aguas de Zumpango. El Arq. Francisco de Garay fue nombrado Maestro Mayor del Real
Desagüe en 1783 con lo cual las obras que realizaba el Tribunal del Consulado quedaron a su cargo.
Excavó otro canal y otro socavón pequeño para aliviar la Laguna de Zumpango. A esa estructura se le
llamó el Canal de Guadalupe, pero desgraciadamente su eficiencia fue muy reducida. A pesar de las
acertadas recomendaciones de Velázquez de León, se decidió abrir lo que quedaba de socavón y
transformarlo en el tajo abierto de Nochistongo, uno de cuyos tramos se muestra en la Fig. 23. En
1789 se completó el tajo el cual funcionó con cierta eficiencia a partir de ese año. Finalmente se
cumplió el propósito original de Enrico Martínez y las aguas del río Cuautitlán se desviaron hacia
Nochistongo, sin llegar al sistema lacustre.

Fig. 23 Tajo de Nochistongo en su parte más profunda, en una


fotografía de principios del siglo XX. (DDF, 1975)
Como ya se mencionó, la pendiente del tajo no permitió aprovecharlo integralmente como elemento
de desagüe por lo cual el problema persistió y apareció otro proyecto, el del Arq. Ignacio Castera
quién se encargó del plano regulador de la Ciudad y del drenaje del Valle a comienzos del siglo XIX.
A petición del Virrey Iturrigaray, Alexander von Humboldt revisó ese proyecto en 1804. El erudito
alemán centró su interés en los aspectos hidráulicos y también en la identificación de las osamentas
de los mamuts que se descubrieron durante las excavaciones del tajo y concluyó que "la ciudad
correrá siempre riesgos, mientras no se abra un canal directo al lago de Texcoco". Sin embargo, el
nivel topográfico del drenaje requerido era muy profundo, lo cual hacía de ese canal y ese túnel una

41
obra prácticamente imposible de construir en aquella época y que por ello el peligro continuaría
estando latente.

Proyecto Smith. Es interesante mencionar que una acción que se realizó para dificultar la entrada del
ejército norteamericano durante la guerra de 1847 fue romper los diques o albarradones que aún
existían, para inundar el oriente de la ciudad de México. Esto motivó que durante la ocupación
norteamericana se encomendara al Topógrafo Teniente M.L. Smith una solución. El teniente
recopiló y revisó los proyectos anteriores para reafirmar que se requerían un canal de 26.5 millas y un
túnel de 6.5 millas (1 milla = 1,852 m).

Proyecto Garay. El Arq. Francisco de Garay propuso en 1848 un proyecto para el manejo y
aprovechamiento de las aguas de la cuenca (Hernández Franyuti, 1997). Incluía canales de
navegación, zonas de riego, un canal de drenaje de 50.4 km y un túnel de 8.87 km que conduciría un
caudal de 35 m3/seg.

Concurso de 1856. El Arq. Francisco de Garay, ganador del concurso nacional convocado por el
gobierno para resolver los problemas hidráulicos de la cuenca, propuso abandonar el tajo de
Huehuetoca propuesto por el Ing. Castera y construir un túnel por Tequixquiac. Las luchas sociales y
políticas de aquel tiempo impidieron realizar el proyecto el cual, sin embargo, fue el inspirador del
que se construyó posteriormente.

Empeños de Maximiliano y Juárez. En 1866, el Archiduque Maximiliano decretó la construcción de


un tajo de 39.5 km de longitud que comenzaría en Texcoco y de un túnel de casi 10 km en la barranca
de Tequixquiac que requería de 24 lumbreras para excavarlo. El trabajo se inició con gran intensidad,
pero en abril de 1867 se suspendió. Posteriormente, bajo la administración del presidente Benito
Juárez se reiniciaron tanto las excavaciones del canal Texcoco a Zumpango, empezando por
profundizar las lumbreras, pero en ellas se presentaron muchos problemas de penetración de agua y
en 1871 nuevamente se detuvieron las obras.

En 1879 el Ing. Luis Espinosa se hizo cargo del proyecto, bajo la administración del presidente
Manuel González. Elaboró un nuevo proyecto en el cual el túnel sería de 9.5 km de longitud y el canal
que se requería, de 50 km de largo, con una pendiente 0.185 m por kilómetro, plantilla de 8.6 m y
taludes laterales de 45º. Refirió sus niveles a la Tangente inferior del Calendario Azteca. La Fig. 24 es
el plano de su proyecto.

Trabajos durante el Porfiriato. Lo que se describe aquí sobre las obras del drenaje de la ciudad de
México entre 1880 y 1910 fue tomado de los libros de Priscilla Connolly (1997) y Manuel Perló
Cohen (1999), excelentes recopilaciones con mucha y muy valiosa información sobre este tema.

En 1886 se designó a los miembros de La Junta Directiva del Desagüe que se encargarían de las obras
de salida de las aguas negras de la ciudad de México conforme al proyecto del Ing. Luis Espinosa.
Inicialmente los trabajos se llevaron a cabo por administración y se otorgó un contrato de excavación
a la compañía norteamericana Bucyrus, pero su falta de eficiencia hizo necesario buscar otras
empresas que realizaran todo el trabajo.

La construcción de los primeros 6,000 m del túnel quedó a cargo de la compañía inglesa Read &
Campbell mediante un contrato que le fue adjudicado en 1889. Tuvo muchos problemas para
controlar las aguas porque en algunas de las lumbreras los gastos fueron de hasta 600 gal/min (38
lt/min) y se pensó en rescindirle el contrato. La Junta Directiva optó por recurrir a la ayuda de
mineros de Pachuca que tenían la técnica y equipos necesarios para el manejo del agua; con la ayuda
de los mineros y la ampliación del contrato, la empresa terminó el túnel en 1894 el cual tiene una

42
H.S. Sebastián de
ran
oG Tlapanaloya

Ranchería Huipoxtla
PUERTO
MONTERO DESEMBOQUE
Almacen DEL TÚNEL
N
Loma
Larga Los Fernández
Cuevas
San Xilocingo
Gregorio
0 5000 m

TÚNEL
SINCOGUE
Escala gráfica
Almacen
C. JALPA
Santa Huehuetoca Providencia
Teresa
BOCA DEL
Puente Grande Zitlaltepec Tlila TÚNEL

Santiago
Zumpango San Miguel
Los Pájaros
F.C

Santa María
. CE

San Lorenzo
LAGO ZUMPANGO
NT

San Marcos
RA

Coyotepec Palo Alticuapilco


L

Grande
Puente de Ecatitlán
Santo Tomás
Xaltengo
F.C. DE HIDALGO Atocan Molango
Teoloyucan Miltenco
Nextlapan Atepango
LTO

Santa María Santa Inés Xaltocan


F.C. DE L SA

Tenocalco
Visitación AL LAGO DE XALTOCAN
Santa
Bárbara
Ca

AN
na

San Tonanitla
l

C
de

San Mateo
AN

Lorenzo Ozumbilla
Ca

Tultepec
ste

GR

Ojo de Agua
ra

Las
Cuautitlán
Salinas
Presidio CHICONAUTLA
LA
G
O Santa María
San Lorenzo DE
La Magdalena S
.C Santo Tomás
RI
Haucalco ST
O Carpio
BA
L
Calvario .
Palacio de los am
PE

Virreyes Áp
de
D A LU

i no
m
Ca
NO
DE GUA

CA

Proyecto elaborado
XI
ME

en 1879
S IE R R A

Cerro Gordo
L

Cuautitla
NA

Xalostoc
CA
L
RI

AN
AR
OC

GR
RR
FE

Río Villa de Guadalupe LAGO Texcoco


de
Gu
ad
alu DE
pe
Aragón
Vallejo
Río
Ch
TEXCOCO
Peralvillo
ico
CIUDAD
DE
Peñón de los
o

MÉXICO
lad

Baños
su

Aragón
on
eC

F.C
od

. MO

RE
LO
S

Peñón Grande

Fig. 24 Plano del Ing. Luis Espinosa (DDF, 1975)

43
longitud total de 10,021 m y cuyo portal de ingreso se muestra en la Fig. 25. La Read & Campbell
también excavó el canal de entrada al túnel, de unos 500 m longitud.

A la compañía S. Pearson & Son, también inglesa, se le adjudicó en 1890 el importante contrato de la
excavación del Gran Canal de 41.5 km de longitud, 5 a 6.5 m de ancho, pendiente de 20 cm por
kilómetro y taludes laterales de 45°. La relación personal entre el Presidente Porfirio Díaz y el
presidente de la compañía, el Sr. Whitman D. Pearson, facilitó a este último tramitar con el gobierno
británico el financiamiento de la obra por lo cual este caso se constituyó en el modelo que se siguió en
subsecuentes inversiones inglesas.

Fig. 25 Presa y compuerta del túnel para el desagüe del valle. (DDF, 1975)
Pearson intentó iniciar las obras con las máquinas que la Bucyrus dejó a la Junta Directiva, pero lo
inadecuado de ellas le llevó a buscar otra técnica de excavación, que consistió en recurrir a dragas de
canjilones. Una de esas 5 dragas se muestra en la Fig. 26, con esas máquinas lograron excavar
7,106,400 m3 de los 11,869,200 m3 que se requerían (60 % del total necesario) debido a que fueron
incapaces de operar en los suelos más blandos del lago de Texcoco. El descontento de los técnicos
mexicanos indujo a la Junta Directiva a hacerse cargo de la excavación de los primeros 9 km del canal
localizados en arcillas blandas, los cuales se excavaron a mano. Las dragas requerían un tirante de
agua de 2 a 3 m para flotar, condición que en algunos tramos no se daba e impedía su operación, que
los técnicos y obreros mexicanos también resolvieron excavando a mano.

44
47.5 m
25 m

Dragas utilizadas en la excavación del Gran Canal:


Fecha de inicio y terminación del trabajo
Blasón heráldico del
Vizconde Cowdray Fecha de Número
Fecha de inicio
Nombre terminación de meses
del trabajo
del trabajo trabajados

Carmen 9 de febrero de 1891 abril de 1895 50


Annie 27 de abril de 1891 abril de 1895 48
Conchita 20 de julio de 1891 mayo de 1895 45
Lucy 29 de enero de 1892 junio de 1895 40
Cuauhtémoc 22 de junio de 1892 abril de 1895 34

Fig. 26 Dragas empleadas en el Gran Canal. (Connolly, 1997)

45
Los problemas técnicos fueron graves desde el principio de las obras porque los consultores
extranjeros fueron incapaces de prever los problemas geotécnicos de los suelos del Valle. A las
molestias que se generaron, se sumaron los abusos en cargos excesivos que hacía la empresa.
Finalmente, el Secretario de Hacienda, José Yves Limantour, canceló el contrato de la Pearson &
Son. Sin embargo, Don Porfirio la compensó con otros para la construcción de los puertos de
Veracruz y Salina Cruz y del Ferrocarril Trans-Ístmico con los cuales Pearson amasó una enorme
fortuna. Los fondos que acumuló con estas obras le permitieron iniciar la industria petrolera en
México con sus compañías El Águila y Anglo Mexican Petroleum. Sus "méritos" fueron reconocidos
en Inglaterra y sus servicios a la corona británica le valieron su nombramiento como Lord Cowdray,
cuyo escudo incluye a un indígena mexicano. Lord Cowdray fundó, Fig. 26, posteriormente, el
hospital inglés ABC de la ciudad de México.

El gobierno porfiriano encargó a la Junta Directiva del Desagüe concluir la obra cuya fase final, se
dijo en su época, "constituye un indudable mérito del Ing. Luis Espinosa"; fue él quien, llevando la
obra por administración, completó el revestimiento de 12 lumbreras y de todo el túnel, ayudado por
mineros conocedores de la operación de bombas. Simultáneamente el Ing. Roberto Gayol dirigió la
construcción de lo que fue un moderno sistema de colectores con lavado a presión y una planta de
bombeo complementaria para conducir las aguas al Gran Canal. Su meticuloso trabajo incluyó
nivelaciones topográficas de la ciudad y precisó el hundimiento diferencial que sufrían las
alcantarillas apenas construidas. Su trabajo topográfico es una referencia magnífica de origen en el
estudio de la evolución del hundimiento de la ciudad, que se describe en el Capítulo 9 de este ensayo.
Las formidables obras fueron inauguradas el 17 de marzo de 1900 y con frivolidad se declaró que la
amenaza de inundación se había alejado para siempre. En la Fig. 24 se muestra esquemáticamente la
ubicación de todas las obras integradas por el túnel de 10.5 km de largo y 4 m de diámetro, y el canal
de 46.5 km de longitud; el sistema de colectores fue una compleja red de alcantarillas.

Segundo Túnel de Tequixquiac. El nuevo orden político posterior a la Revolución Mexicana alentó
el crecimiento de la ciudad, con el consecuente aumento del caudal de aguas negras. La explosión
demográfica y la acelerada expansión urbana obligaron a expandir la red de drenaje y también a la
apertura de más pozos para la extracción de agua, el hundimiento se aceleró lo que a su vez elevó el
nivel relativo de las aguas del lago de Texcoco con lo cual retornaron las amenazas de inundación.
Así, en 1937 la ciudad padeció una nueva inundación que se repitió en 1941, 42 y 44. En respuesta a la
primera de estas contingencias las autoridades decidieron abrir el segundo túnel de Tequixquiac cuya
construcción se llevó a cabo entre 1937 y 1942, Fig. 27.

Por esos mismos años se construyeron 35 presas en todos los ríos del poniente de la ciudad para
controlar sus avenidas. La ubicación de estas presas se muestra en la Fig. 28; las principales son las de
Tacubaya, río Hondo y Mixcoac. Desgraciadamente casi todas han perdido funcionalidad por el
azolve que las ha colmado y sólo algunas de ellas se rehabilitan cada año.

Última inundación. El sistema de drenaje porfiriano trabajó eficientemente de 1900 hasta 1930 pero
dejó de ser funcional debido al hundimiento regional que aumentó conforme crecía la ciudad
(Pineda, 1998). Aunque su eficiencia se renovó cuando entró en operación el segundo túnel de
Tequixquiac, en 1949 ocurrió una gran inundación en casi todo el Centro Histórico de la Ciudad. El
agua alcanzó un tirante de un metro en la Av. 16 de Septiembre, algunas construcciones
permanecieron sumergidas durante casi tres meses y en muchas zonas de la ciudad se regresó al uso
de lanchas como medio de transporte. Entre las colonias más afectadas se cuentan la Cuauhtémoc, la
Roma Sur, la del Valle, Narvarte y la Condesa. Este desastre obligó a la instalación de varias centrales
de bombeo para elevar el agua al Gran Canal y también a reconocer que el hundimiento de la ciudad
había reducido la efectividad del sistema de drenaje.

46
N

Río Salado
Río del Salto
0 10 20 km

Hidalgo
do
2 Túnel
de Tequisquiac

Tajo de er
1 Túnel
Nochistongo
de Tequisquiac
Lago de
Zumpango Edo. de México
(Drenaje Profundo)
Emisor Central Gran Canal del Desagüe

Tlaxcala
Interceptor Lago
del Poniente de
Texcoco
Interceptor
Central Puebla
Interceptor
Oriente Límite de
Z.M.C.M. la cuenca

Distrito
Federal

Línea parteaguas

Z. M. C. M. Zona metropolitana de la Ciudad de México

Fig. 27 Localización de las obras de drenaje del


Valle de México (Cruickshank, 1998)

Sistema de drenaje profundo y emisor central. La inundación de 1949 demostró que la ciudad
seguía expuesta a esa amenaza lo cual justificó, en 1967, el comienzo de la construcción del Sistema
de Drenaje Profundo y de su Túnel Emisor (CICM, 1996). Concebido y proyectado por el Ing. Raúl
Ochoa como una red de túneles con más de 135 km de longitud y un túnel profundo de 40 km de largo
que pasa al oeste del cerro Sincoque, a profundidades hasta de 200 m. Este túnel fue diseñado para un
gasto de 200 m3/seg, pero ha operado con picos hasta de 300 m3/seg. Los túneles colectores profundos
se perforaron por arriba de la Primera Capa Dura, bajo la hipótesis de que a esa profundidad estarían
menos expuestos a los hundimientos diferenciales. Esta magna obra se inauguró, con el túnel emisor
y el colector central terminados, en junio de 1975, Fig. 29. Las autoridades de la época de nuevo
reiteraron con frivolidad que se había eliminado definitivamente el riesgo de que la ciudad se
volviera a inundar. En el inciso 9.2 se comentan los hundimientos en los túneles.

Comportamiento del Gran Canal. El hundimiento regional afecta diferencialmente al Gran Canal.
En su tramo cercano a San Lázaro, por ejemplo, se hunde a razón de unos 25 cm al año, mientras que

47
Río el Río el N
Salto Salado

Tajo de Nochistongo Cuenca del Alto Lerma


Túnel nuevo Túnel viejo Cuenca del Valle de México
de Tequixquiac de Tequixquiac
Emisor central
Laguna de
Zumpango

P Concepción Río Tepozotlán

Río San Ildefonso P Guadalupe


P Iturbide
Río Cuautitlán Gran Canal
P la Colmena
Río la Colmena Emisor del del Desagüe
poniente Canal de
P San Juan Río San Javier
Castera
P las Ruinas
Emisor
Central
P Madín
Río San Juan Teotihuacán
Río Tepatlaco
Río Popalotla
Túnel Ventorrillo Interceptor
Río Tlalnepantla Oriente Canal
Río San Mateo P la Colorada de la Río Xalapango
draga Canal de
P el Colorado Vaso del sales Río Coxcacoaco
Río el Colorado Cristo
Vaso
P Julianas
Vaso Carretas Lago
Fresno
P los Arcos de Río Texcoco
Río Chico delos R Río de los Texcoco
L R Horaria
Remedios Río Chapingo
Río Totolica P Totolica Interceptor
P los Cuartos
Centro Río San Bernardino
Poniente
Río Cuartos Gran Canal Lago Nabor
P Sordo del Desague Carrillo Río Santa Mónica
Río Sordo Río Hondo Canal el Interceptor Lago
Poniente
Tornillo Churubusco Río Coatepec
P Hondo
P Tornillo
P Capulín P el Tornillo P Periodistas Interceptor
Central
Río San Joaquín P San Joaquín P Tecamachalco Río Churubusco
Río
Río Tecamachalco Consulado
Río Barrilaco P Barrilaco
Colector L R iztapalapa
Río Dolores P Dolores Churubusco
Río de la Compañía
Río Tacubaya P Tacubaya PT Tacubaya Río de la Interceptor Iztapalapa
Piedad
Río Becerra P Becerra P Becerra A

Río San Francisco


P Becerra B

Río Mixcoac P Mixcoac


Arroyo Puente Grande
P Tarango
Arroyo Puente Colorado
P Pilares Río Churubusco Río de la Compañía
Río Tequilasco P Lamina Canal Nacional
P Tequilasco
Arroyo las Flores P las Flores
Ciénega
Grande Canal
Río San Angel P Texcalatlaco Canal de Chalco General
Río Coyotes D Coyotes

Río Magdalena Río Sanbuenaventura


Presa Anzaldo Ciénega Chica
Río Eslava
Canales de
Xochimilco
Río Ameca
P San Lucas

Río Santiago
Río San Lucas

Límite de la
Presa Cauce abierto Laguna o lago mancha urbana

Fig. 28 Esquema del sistema de drenaje (GDF y CM, 2000)


La ciudad de México en el fin del segundo milenio

48
Lumbrera de acceso Túnel estabilizado con concreto lanzado

Tramo de túnel Revestimiento final

Fig. 29 Túnel emisor de 40 km de longitud (DDF, 1975)

en la vecindad del Evaporador Solar de Sosa Texcoco (El Caracol), lo hace a tasas que varían entre 2
y 3 cm/año. Esta pérdida de pendiente se ha recuperado parcialmente al sobrelevar sus bordos
laterales hasta donde lo permite la baja la resistencia del subsuelo. Con estas tendencias de
hundimiento, el Gran Canal está condenado a perder su funcionalidad. Sin embargo, sigue siendo
necesario para drenar las aguas del oriente de la Ciudad y también, durante el estiaje, para sacar toda
el agua que emite la ciudad y posibilitar los trabajos de mantenimiento del Túnel Emisor. Por ello se
construyó en 2002 una planta de bombeo sobre un dique conformado con tablestacas de acero en
arreglo circular o "cofferdam" que sobrelevará el agua 3.5 m en el km 18.5 del Gran Canal, Fig. 30;
esta planta necesitará de otras complementarias que se construirán posteriormente.

49
4.6 Rehabilitación del lago Texcoco
Proyecto Texcoco. En 1965 el Dr. Nabor Carrillo propuso la idea de aprovechar el remanente de los
terrenos del lago de Texcoco (en ese entonces más de 30,000 ha). Los dos principales objetivos del
proyecto de Carrillo eran: a) permitir la reducción de la extracción del agua del subsuelo y b) eliminar
las tolvaneras que durante los meses de febrero y marzo imponían intolerables condiciones
ambientales en la ciudad. Ambos se lograrían creando un gran lago artificial y rehabilitando
ecológicamente su entorno con pastizales y cortinas de árboles. El lago operaría como el receptor del
agua pluvial, que "una vez tratada en una planta nuclear" se podría aprovechar en la zona industrial de
la ciudad. Sin embargo, siendo el sistema de drenaje de la ciudad de una sola tubería, en el cual se
mezclan las aguas negras con las pluviales o aguas grises, resultó casi imposible tratar las aguas
negras, y la complejidad del Proyecto Texcoco aumentó. La única opción fue aprovechar sólo los ríos
del oriente del Valle y gradualmente se incorporarían los del poniente, interceptándolos arriba de las
zonas habitadas. Carrillo imaginó recibir en esas aguas en un lago artificial de unos 15 m de
profundidad, deprimiendo la superficie natural por la extracción de agua de la masa del subsuelo,
usando el mismo mecanismo de hundimiento regional que daña a la ciudad (el hundimiento en el
Centro Histórico era de 7 m).

En el proceso se recibieron los consejos de los Profesores Arthur Casagrande y Raúl J. Marsal. El
primero propuso realizar un "programa de pruebas piloto" para evaluar la eficacia del bombeo como
inductor de asentamientos y, de ser necesario, identificar otra técnica para formar el futuro lago. El
Ing. Roberto Graue coordinó los trabajos de campo los cuales consistieron en un sondeo geológico de
2,000 m de profundidad, tres sondeos geotécnicos de 200 m de profundidad con un detallado
programa de pruebas de laboratorio, tres líneas de refracción sísmica e inspecciones geológicas, Fig.
31. Las pruebas piloto para experimentar los posibles métodos de formación del lago se describen
con detalle en las publicaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP, 1969a y b). A
continuación se hace un breve resumen sobre los resultados de esas pruebas.

Prueba de bombeo. Esta, que fue la prueba más importante, tuvo por objeto generar una depresión
por extracción de agua. Para ello se instalaron 16 bombas sumergibles a 60 m de profundidad en un
cuadro de 300 m de lado. Después de 260 días de operación, extrajeron del orden de 1x106 m3 de agua.
El área de influencia de la prueba resultó de unos 300,000 m2, de forma casi cuadrada de 550 m de
lado; desafortunadamente el hundimiento medio inducido fue de sólo 1.5 m de profundidad al centro
del área, pequeño valor en comparación a los 15 m esperados.

La capacidad del bombeo para producir hundimientos superficiales se calificó con el cociente entre
el volumen que encierra a la depresión inducida y el volumen de agua extraída. Conviene dar a este
indicador el nombre de Relación de Hundimiento RH, y en el caso del Proyecto Texcoco resultó ser
igual a 30 %, lo cual implica que la reducción de volumen que sufrió la arcilla por efecto del bombeo
equivale a ese porcentaje el cual, además, produce el hundimiento superficial. Más adelante se
presentan el valor de este parámetro indicador para el Centro Histórico y otro general para el bombeo
profundo.

Prueba de dragado. Se hizo con una draga flotante que excavó una zanja de 119 m de largo, 34 de
ancho y 8 m de profundidad. La inclinación de los cortes fue de 2:1, valor audaz para ese suelo tan
blando y tal como se esperaba, ocurrió una falla en el talud. La otra parte de la prueba consistió en
experimentar métodos para endurecer con secado solar el material que arrojaba la draga.

Prueba con explosivos. El Prof. Casagrande trató de confirmar si ocurriría licuación de las arcillas
del lago aplicándoles una gran de energía concentrada. El área de la prueba fue un cuadrado de 30 m

50
N

0 10 m
Escala gráfica

Estructura
celular
Rejillas
A A’

Mampara

´PLANTA

S Estructura celular N
N +34.0
0 N +31.24
N +29.8
5

N +24.0 N +24.0
Profundidad, m

10

15
N +16.5
Limo endurecido
20
Serie arcillosa
25

30 CORTE A-A

Fig. 30 Planta de bombeo Gran Canal

51
de lado, en la cual se detonaron de 400 kg de Toval colocado en 16 perforaciones de 15 m de
3
profundidad; el volumen de suelo involucrado fue de 13,500 m . El resultado fue que a escaso 1 m de
los pozos detonados la resistencia de la arcilla era prácticamente la misma.

Comentarios. Los resultados de la prueba de bombeo fueron paradójicos, porque a pesar de su


eficiencia inicial, fue incapaz de ahondar la depresión formada. La prueba de dragado fue poco
eficiente, además el material sacado permanecía con baja resistencia a pesar del intenso efecto solar.
La prueba de explosivos demostró que su efecto sobre las arcillas fue mínimo. La evaluación de estas
pruebas piloto se apoyó en la medición de la resistencia a corte de los suelos, lo cual se hizo con una
veleta de campo la cual demostró ser un instrumento confiable (Santoyo, 1969). A la muerte de
Carrillo se perdió el impulso del Proyecto Texcoco y se continúo con la invasión desordenada de
terrenos, hasta que parte de la zona del proyecto está constreñida por áreas habitacionales.

Plan Texcoco. Con este nombre el Ing. Gerardo Cruickshank retomó el empeño de la rehabilitación
del vaso del antiguo lago, en una superficie de unas 10,000 ha. El plan incluyó la formación de un
lago artificial de 4.3 por 3.2 km, mucho menor que el imaginado por Carrillo. Se decidió formarlo por
bombeo mediante 180 pozos de 60 m de profundidad. Durante los seis años que operaron las bombas
se extrajeron 60x106 m3 de agua y se formó una oquedad que encierra un volumen de 12x106 m3 con
un hundimiento máximo de 3.15 m y de 0.87 m en promedio con lo cual se obtiene aproximadamente
una relación de hundimiento RH = 20 %. El lago recibió el nombre del precursor del plan, Nabor
Carrillo, Fig. 30, y al igual que en la prueba piloto de 1965, la limitación fue la baja eficiencia del
bombeo para inducir hundimientos superficiales. Por ello, la capacidad del lago se incrementó
construyendo un bordo perimetral, que por la poca resistencia del suelo sólo pudo alcanzar 3.5 m de
altura. Posteriormente se utilizó el mismo método para formar el lago Churubusco mientras que el de
Regulación Horaria se formó con dragado. En la formación del primero se emplearon 72 pozos de
60 m de profundidad de los cuales se extrajeron 14.2x106 m3 de agua, lo cual permite deducir una
Relación de Hundimiento RH = 34.5% (deducida de los datos de Cruikshank 1998 y Murillo et al,
1991).

Las aves migratorias regresaron a los nuevos lagos y como parte del plan se ha intentado desarrollar
zonas con pastizales, arbustos y árboles así como el fomento de actividades agropecuarias, aunque
con poco éxito. No obstante, la siembra de pasto local rústico en buena parte de las superficies secas
del lago trajo como beneficio a la ciudad la notable disminución de las tolvaneras. En la imagen de la
Fig. 31 se señalan los cuerpos de agua; también se advierte parte de la inmensa invasión habitacional
del vaso y se señalan las casi 600 ha ocupadas por rellenos sanitarios que han sido motivo de muchos
estudios para verificar su buen comportamiento, así como las otras 320 ha adicionales que se
requieren para ese propósito.

Posibilidades actuales del lago Texcoco. La oportunidad de realizar el genial Proyecto Texcoco de
Nabor Carrillo se perdió por descuido y falta de previsión. Recientemente el Arq. Teodoro González
de León, a la cabeza de un grupo de distinguidos arquitectos, urbanistas, ecólogos e historiadores
(González de León et al, 1998) retomó el tema y propone lo que denomina "la reinvención de la
ciudad lacustre" que esencialmente consiste en aprovechar los logros del Plan Texcoco, regenerar
otros cuerpos de agua, rescatar los ríos y racionalizar el uso del agua. En su proyecto sugiere trasladar
el aeropuerto de su posición actual a otro sitio más al nororiente y transformar en un parque público el
terreno de 750 ha que ocupan hoy sus pistas.

La Fig. 31 muestra la mayor parte de los terrenos remanentes del lago Texcoco así como el Lago
Nabor Carrillo y las plantas de tratamiento de aguas negras, la Carretera Peñón Texcoco y los pozos
abandonados de la antigua explotación de Sosa Texcoco. Las etapas Bordo Poniente BP I a III
contienen desechos sólidos y los desechos de las construcciones destruidas por los sismos de 1985; la

52
N

Gra
0 1 2 km

n Ca
Escala Gráfica

nal
Planta de
Evaporador solar

Ca
Bombeo

na

án
“El Caracol”

ld

ac
e

u
Ca

tih
Sa
na

o
les

Te
ld
e

an
la

tla
Dr

Ju
l

ag

alo
na

n
a Cerro

Sa

ap
Ca

San Miguel

oP
o

an


e
Gr

id
m
irá

Futuro Aeropuerto
.P

lez
vr

Cerro
Bl

nzá

Canal de Sales Huatepec

Pista
Go

Pista
ank

Pista
3
Pista

ea
Dren General del Valle

Pista
sH

Lín
o
pang
Xala

Pista
arlo

Río
.C
(Av

o
ac
co
xca
ral

o
oC
ent


C

S-4
Av.

Lago
BNP-2 cola
de pato

S-5
Laguna
Xalapango
Río
Texc
o co

Río
de
los
Rem
edio
s
oco
exc
BNP-3
eñ ón T
ra P Río Chapingo
rete
Car
BP-I
o

Etapa
ric

BNP-1
rifé

Lín
Pe

ea

Lago de BP-II
illo

1
An

Regulación Etapa
Horaria
BP-III Prueba Lago
Etapa de Nabor Carrillo Línea 2
Bombeo
PS

PP-1
BP-IV
Etapa
Aeropuerto
Actual
Lagunas SÍMBOLOS
Facultativas
na le Pozo de extracción. Acuífero Nº1
Río

gu ib
La Fus Lago Pozo de extracción. Acuífero Nº2
d

el
e la

Churubusco
sco
rubu

Com

Alameda
Chu

pañ

Oriente
ia

21/feb/2001 Santoyo
Río

Relleno sanitario
BNP 1 a 3 Sondeos de exploración a 200 m
PP 1 Sondeo profundo de 2000 m
Pozos de Sosa Texcoco

Fig. 31 Localización de la infraestructura en ex-lago Texcoco Norte

53
Etapa Bordo Poniente BP-IV es la que opera actualmente y toda ella está sobre membranas de
polietileno de alta densidad HDP de protección. Finalmente el tiradero Bordo Xochiaca de unas 35
ha (fuera de la figura) carece de dicha membrana. Estos rellenos se han señalado como un gran riesgo
urbano, sin reconocer que las arcillas dan una protección. En cambio, las fugas del Drenaje Profundo
constituyen un mayor riesgo, porque ocurren debajo de las arcillas. Finalmente, en la figura se señala
el área que se consideró podría ocupar el nuevo aeropuerto de la ciudad de México, casi 4000 ha, en la
parte norte del vaso del lago, de acuerdo con el anteproyecto. Paradójicamente esa obra pudo ser la
única barrera capaz de detener la presión urbana para invadir y urbanizar lo que queda del lago
Texcoco.

4.7 Extracción de agua


La extracción de agua del acuífero que subyace a las arcillas se inició en 1847, cuando los señores
Pane y Molteni abrieron los primeros pozos de hasta 105 m de profundidad (Téllez Pizarro, 1899).
Hacia 1857 se habían abierto 168 pozos que operaban con artesianismo lo cual hacía subir el agua
hasta el segundo nivel de las casas. En una inspección de nueve de esos pozos en el centro de la
Ciudad se encontró que producían un promedio de 1.5 lt/seg por pozo. Posteriormente se intensificó
la perforación y se sabe que en 1870 funcionaban unos 1,000 pozos. Poco a poco, el artesianismo se
agotó y en adelante se requirió bombeo para extraer el agua. En ese entonces se inició el dramático
problema del hundimiento regional, originado por la pérdida de la presión del agua intersticial.

Sobre la extracción de agua para fines agrícolas, la más intensa ocurre en el oriente del Valle y en el
lago de Chalco, donde se inició también a principios de siglo y se le sigue utilizando para esos fines.

Estadísticas de extracción de agua del subsuelo. La información sobre los gastos de agua que se
extrajeron del subsuelo y de otras fuentes tiende a ser dispersa, con algunas coincidencias, por lo cual
conviene anotar los valores que más se han difundido. Los gastos de agua de pozos de bombeo que
oficialmente suministran algunas autoridades del Gobierno del Distrito Federal se consignan en la
Tabla 4.1, los datos que presenta el Ing. Rodrigo Murillo en la Tabla 4.2 (Murillo, 1990) y los de otras
fuentes oficiales en la Tabla 4.3.

TABLA 4.1 SUMINISTROS PARCIALES DE AGUA


(Información del Gobierno del Distrito Federal)

ORIGEN DEL AGUA CAUDAL


3
Sistema Norte Chiconautla y red con 56 pozos 2.4m /seg
Sistema Centro Poniente con 76 pozos 2.1
Sistema Sur con 242 pozos 9.2
Sistema Oriente con 46 pozos 1.9
Manantiales y pozos particulares 1.3
Sistema Norte Gravamex con 136 pozos 2.3
Sistema Sur Gravamex con 25 pozos 0.7
3
Total parcial que se extrae del subsuelo (19.9 m /seg)*
Sistema Lerma con 243 pozos 4.9
Sistema Cutzamala 9.9
3
TOTAL 34.7 m /seg
* Este valor es probable

54
TABLA 4.2 SUMINISTROS TOTALES DE AGUA
(Información de Murillo, 1990)

ORIGEN DEL AGUA CAUDAL


3
Extracción del acuífero del Valle 51.9 m /seg
Obtenida de presas y ríos 4.7
Agua importada de otras cuencas 11.5
3
TOTAL 68.1 m /seg

TABLA 4.3 SUMINISTRO DE AGUA


(Según varias fuentes oficiales)

ORIGEN DEL AGUA CAUDAL


3
Ríos Magdalena y Tlalnepantla (presa Madín) 1.5 m /seg
Bombeo en de agua subterránea del Estado de México 35.4
Manantiales de Xochimilco y Desierto de los
Leones y del bombeo dentro del Distrito Federal 20.2
Sistema Lerma 6.0
Sistema Cutzamala 13.5
3
TOTAL 76.6 m /seg

El análisis más reciente del volumen de agua que se extrae del subsuelo lo llevó a cabo el Prof.
Marcos Mazari en colaboración con otros investigadores de la UNAM (Mazari,1996). La
información que presentan en ese trabajo se reproduce en la Tabla 4.4. Mazari y sus colaboradores
infieren que en 1994, el consumo de agua bombeada en la zona metropolitana de la Ciudad de
México y el área conurbada del Estado de México se acerca a los 73.3 m3/seg que se indican en esa
Tabla a lo cual deben agregarse los 19.5 m3/seg que se importan de las cuencas del Lerma y del
Cutzamala, lo que les permite estimar que la totalidad de lo que en ese año se consumía era de
92.8 m3/seg. Señalan que la extracción de agua está generando una condición de alarma por las
consecuencias que tendrá en el hundimiento regional que seguirá creciendo y provocando daños.
Suponen que en los próximos cinco años la extracción de agua se incrementará en 6.8 m3/seg a lo
cual también faltaría sumar lo que se importa de las cuencas vecinas. La relación de hundimiento
que se alcanzó en los últimos años se analiza en el Capítulo 9.

TABLA 4.4 CARACTERÍSTICAS HIDRÁULICAS DE LA ZONA LACUSTRE


DE LA CUENCA DE MÉXICO (1994)
(Información de Mazari et al, 1996)

1989 1994 Q (5años)


SUBCUENCA N° de Pozos Q en N° de Pozos Q en m3/seg en m3/seg
m3/seg
Zumpango a Cd. De México 13 1.0 45 3.4 2.4
Zumpango ---- --- 70/115 5.3/8.7 ---
Texcoco 161 12.1 273 20.5 0.7
Ciudad de México 264 19.8 273 20.5 0.7
Chalco-Xochimilco 377 28.3 417 31.3 3.0
TOTALES 815 61.2 975 73.3 6.8
Q = caudal de agua Q = incremento del caudal

55
80

70
Gastos de agua extraída
60 3
1870 2 m /seg
3
1940 5 m /seg
Extracción en m /seg

3
50 1952 9 m /seg
3

3
1980 52 m /seg
3
2001 73 m /seg
40

30

20

10

0
1850 1900 1950 2000 2050

Años
3
Fig. 32 Cuantificación de la extracción de agua del subsuelo en m /seg

Una manera simplificada de representar la alarmante evolución de la extracción de agua del subsuelo
aparece en la Fig. 32, de la que se infiere que a partir de los años 1950 el incremento del bombeo ha
sido constante a pesar de la veda propuesta por el Ing. Fernando Hiriart y el Prof. Raúl J. Marsal, que
estableció en 1958 el jefe del Departamento del Distrito Federal y que se publicitó como la solución
al problema del hundimiento. La Fig. 33 es la representación que elaboró el Dr. Enrique Tamez
(1992) sobre la extracción de agua, en la cual aclara el origen de los distintos aportes.

En cuanto al abastecimiento futuro de agua para la ciudad de México, se ha dicho que se podrán
incorporar otras fuentes de abastecimiento como la cuenca del Alto Amacuzac, la del Alto Tecolutla,
la cuenca del Valle Oriental y la de Taxhimay (Ramírez Sama, 1990). También se analiza recuperar el
agua que ahora aflora en nuevos y abundantes manantiales originados por el riego excesivo que se
practica en el Valle del Mezquital y la alimentación a estratos del subsuelo desde la presa de Endó. En
ambos casos el origen de esas aguas lo constituyen las aguas negras provenientes de la ciudad de
México. Como se mencionó en el Capítulo 2, también existe la posibilidad de explotar el agua de las
calizas que subyacen a la cuenca.

Sosa Texcoco. Es interesante comentar el peculiar bombeo de agua del subsuelo que realizó esta
empresa en un área de 27,000 ha gracias a la concesión que recibió por cincuenta años, a partir de
1944. El agua salobre se extraía de los estratos de arcilla del vaso de lago Texcoco, mediante una red
de pozos inicialmente de 30 m de profundidad que, hacia 1967 contaba con unos 200 de ellos. La
cantidad de pozos aumentó gradualmente, sin que se pueda precisar su número exacto. En algunos
planos se señalan 316 pozos de 30 m de profundidad (acuífero 1) y 208 pozos de 60 m (acuífero 2),
aunque algunos opinan que el número fue todavía mayor. Toda el agua que hasta 1990 se bombeaba
de esos pozos (cada uno extraía del orden de 1 l/seg), se conducía al evaporador solar El Caracol, Fig.
31, el cual es un canal helicoidal de unas 900 ha y de unos 3 km de diámetro, donde el agua se
concentraba al centro en una salmuera. El proceso industrial consistía en hacer reaccionar esa
salmuera con cal viva y gas carbónico, para obtener principalmente carbonato de calcio y cloruro de
sodio y de manera complementaria cloruro de potasio, bicarbonato de sodio y boratos alcalinos. La

56
Año
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000
0
INICIAL ACELERACIÓN FRENADO REACTIVACIÓN
C

1 80
NABOR CARRILLO

Hundimiento
2 de la 70
Referencia TICA B
VEDA CUTZAMALA
HUNDIMIENTOS EN METROS

3 PERIFÉRICO LOS REYES 60


Nuevos
(9.5 m3/s)
proyectos

DESCARGA, m3/s
XOCHIMILCO
4 50
+50 POZOS

A
(2.5 m3/s)

AD
RT
5 40

PO
Ahorro

IM
UA
AG
CHICONAUTLA + PEÑON
6 (4 m3/s) 30
SOBREEXPLOTACIÓN Reciclado
DEL ACUÍFERO
ACUEDUCTO LERMA
7 Riego 20
agricola
Demanda de agua
D
8 10
A RECARGA DEL ACUÍFERO

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000
0

Fig. 33 Relación entre el hundimiento regional en el Centro Histórico y la


extracción de agua del subsuelo del Valle de México (Tamez, 1992)
producción anual que esa planta alcanzó en 1966 llegó a ser de 135,500 t de carbonato de sodio y de
60,000 t de sosa cáustica (Sosa Texcoco, 1966). En 1966, cerca de la planta se formaron estanques
donde se empezó a cultivar el alga espirulina azul verde, conocida como Tecuítlatl, olvidado
nutriente mexica para los humanos de alto contenido en proteínas.

Las instalaciones fueron abandonadas en 1995. Se desconoce cuánta agua se sacó del subsuelo en los
cincuenta años que duró la concesión y también se ignora cuánto se hundió la superficie del terreno
por la explotación de los acuíferos, así que la Relación de Hundimiento RH también es una incógnita.
Sin embargo, a simple vista se advierte que muchos de los ademes de los pozos están hasta dos metros
por arriba de la superficie del suelo circundante. Los pozos de extracción, Fig. 31, quedaron tal como
se operaban, todos con su ademe metálico y muchos hasta con sus bombas lo cual los ha
transformado en una indeseable herencia. Además, quedan los desechos de polvo de carbonato de
calcio, cal apagada, algo de potasio y cloruros, restos que forman una colina de casi 3,000,000 m3.

Se puede hacer una estimación del volumen de agua del subsuelo que se extrajo en 50 años,
considerando un promedio de 200 bombas operando a 1 l/seg (Murillo et al, 1991). Resulta así un
volumen de 315x106 m3 de agua. El área en la que se trabajó es de aproximadamente 3 200 ha y
aceptando como hipótesis que el hundimiento medio sea igual a los 2 m, el volumen total deprimido
resultaría de 64x106m3, lo cual daría un valor probable de la Relación de Hundimiento RH = 20%.

57
2240000

N
2220000

2200000
0 20 km

Escala gráfica

2180000

2160000

58
Mancha urbana

2140000

2120000

2100000
440000 460000 480000 500000 520000 540000 560000 580000

Superficie de la Mancha Urbana, Cuenca de México


Lámina 5 (Méndez Sánchez, 2003)

También podría gustarte