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BOSQUEJO GEOLÓGICO
2.1 Introducción
El material sobre temas geológicos relacionados con la Cuenca de México ha crecido tanto en los
últimos años que daría para llenar un volumen grueso. Por tal razón en este capítulo se recurre a un
artificio muy común en geología: presentar dibujos con valor de 1,000 palabras cada uno y agregarle
a cada uno un texto de unas 100 palabras. Así, el lector irá rápidamente desde el periodo Permo-
Triásico al Reciente, desde el Pacífico al Atlántico, desde el basamento a la superficie, aunque
siempre haciendo referencia al Valle y a la Cuenca de México. El autor de este capítulo, Federico
Mooser, confía que no resulte un salto demasiado temerario y que no ofenda a puristas y ortodoxos;
además, ciertas partes de lo expuesto esperan su confirmación mediante estudios de reflexión
sísmica profunda.
Este bosquejo aparece a ocho años de haberse publicado el álbum de 35 mapas geológicos de la
Cuenca de México con las vecinas cuencas de Toluca y Puebla (Mooser et al, 1996), aportación que
ha servido a ingenieros como base práctica para la planeación de las más diversas obras civiles. Hoy,
ante su aún vigente actualidad, el conjunto de nuevos datos geológicos reunidos en el bosquejo viene
a proporcionar nuevas luces y con ello también más apoyo para la comprensión de la naturaleza que
envuelve a la cuenca.
Esto ocurre a una hora en la que la capital se encuentra ante nuevos problemas que requieren de la
formulación y evaluación de importantes proyectos, en los que se basarán magnas obras del próximo
futuro. Destacan entre ellos dos proyectos. El primero consiste en mejorar la red de agua potable en la
cual se pierde 35% del caudal en fugas o sea, unos 11 m3/seg; si se lograra recuperar 4 m3/seg, se
compensaría lo que la federación (CNA) no ha podido aportar desde Temascaltepec en la última
década. El segundo se refiere al tratamiento de aguas residuales en grandes volúmenes para inyectar
3
hasta 10 m /seg continuos al subsuelo, como acción para reducir los hundimientos y almacenar a la
vez agua potable. Paralelamente se ha comenzado a evaluar como posible alternativa la explotación
del acuífero profundo debajo de la ciudad, lo cual permitiría contar con nuevos volúmenes de agua
potable, sin que su explotación causara ulteriores hundimientos en el área urbana de arcillas
lacustres. También se está considerando en este momento el regreso a la Cuenca de importantes
volúmenes de agua desde el Mezquital, donde las aguas negras de la ciudad, después de ser utilizadas
para riego, se infiltran y manan de nuevo, tratadas y algo mejoradas por la naturaleza, en manantiales
a orillas del Río Tula.
La mancha urbana creciente ha comenzado a invadir los malpaíses al sur de la ciudad, esponjas
naturales que absorben las lluvias desde milenios y las hacían reaparecer en prolíficos manantiales de
5
agua potable al pie de la Sierra del Chichinautzin entre Xochimilco y Mixquic. Hoy los nuevos
poblados que crecen en los altos por el flujo continuo de gente que abandona la provincia impiden ya,
por la creciente pavimentación, la infiltración pluvial natural aquí, lo cual genera torrentes salvajes
de aguas que descienden por las calles en cascadas a la planicie e inundan las vías de comunicación.
El control de tales avenidas se logra en este momento únicamente a través de la rápida recarga hidro-
geológica artificial de estas aguas pluviales, la cual continuará hasta que se construya una nueva red
de drenaje y alcantarillado en las citadas colonias.
Por fin, también se estudia en este momento el proyecto de darle una mayor salida a las aguas negras
de la capital, ya que el Túnel Emisor, la última gran obra para el desagüe de la ciudad, ya opera casi a
su máxima capacidad y la megalópolis sigue creciendo. Así que se plantea excavar otro gran túnel.
En todas las obras proyectadas hay que tener presente lo que dijo el filósofo Francis Bacon (1561-
1626): "nature, to be commanded, must be obeyed" (para dominar a la naturaleza hay que
obedecerla). En esta batalla la geología ayuda extraordinariamente a las obras civiles por su
comprensión de la naturaleza.
Corteza terrestre. La Fig. 2 explica en 9 pasos y desde el punto de vista de la cuenca el desarrollo de
la corteza mexicana y de su forma a través de los últimos 230 millones de años, o sea desde el Triásico
hasta el Reciente. Partiendo de la suposición de que la corteza terrestre en la región sur de México es
distinta al resto de la masa continental, se infiere una antigua geosutura que separa a ambas regiones.
Subsecuentemente, en el Jurásico se desarrolla un vulcanismo extenso que afecta el centro y poniente
meridional de México, representado por la Formación Taxco Viejo. Algo después, también en el
Jurásico, se abre el Golfo de México ejerciendo esfuerzos de cuña sobre el suroeste del Golfo de
México en un punto al norte de Veracruz. A este proceso tensional y de hinchamiento con
hundimiento central, dirigido al SW, se le adjudica también la creación de fracturamientos profundos
paralelos, genéticamente ligados a él y subsecuentemente por conexión con la antigua geosutura, la
formación de un proto-eje volcánico; todo indica que la apertura del Golfo también quebró el centro
de México. La misma apertura puede haber ejercido también un esfuerzo de cuña en la porción del
Istmo.
6
PLACA DE NORTE AMERICA
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PLACA COCOS
4.3 cm/año
Faja Volcánica del
Mioceno superior
al reciente
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1 Arco de Nayarit
2 Arco Tarasco TR
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OXFORDIANO: GOLFO DE MÉXICO
C) JURÁSICO SUPERIOR MEDIO:
AUN CERRADO; MASA AL SUR
RIFT ABRE MAS AL GOLFO:
DE GEOSUTURA (G) NO DIFERENCIADA B) JURÁSICO SUPERIOR (BASE): PRODUCE CUÑA ÍSTMICA.
RIFT ABRE EL GOLFO, AFECTA A
MÉXICO ABRIENDO CUÑA EN ORIENTAL Y A LO LARGO
Km DE GEOSUTURA, PRODUCE FRACTURAS AL NE CON
0 CENTRO EN ÁREA DE ORIENTAL.
30
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D) JURÁSICO SUPERIOR
F) OLIGOCENO:
(CIMA): SE ABRE
SUBDUCCIÓN DE LA
GOLFO ENTERAMENTE AMPLIA
E) FINES DEL CRETÁCICO PLACA FARALLON
APERTURA DEL EJE VOLCÁNICO
Y PRINCIPIOS DEL TERCIARIO: GENERA VULCANITAS DE LA
Y PRODUCE 2 CUÑAS EN EL
8
SE PLIEGA LA SIERRA MADRE SIERRA MADRE OCCIDENTAL:
PONIENTE DE LA SIERRA MADRE
ORIENTAL POR DECOLLEMENT CENTRO AMERICA SE DESPLAZA
DEL SUR (COLIMA Y NAYARIT)
DESDE EL PONIENTE. AL ORIENTE.
El eje volcánico y el sur de México. La Fig. 3 cubre el sur de México desde el Pacífico hasta el
Caribe. Resume mucho de lo expuesto en la Fig. 2. Así aparecen las cinco masas corticales de
expresión morfológica; destaca la de Oaxaca que cabalga al norte en el Mioceno inferior y crea
alrededor de ella el arco de Pliegues Oaxaqueños, que se pueden diferenciar de los Pliegues
Laramídicos más antiguos (Mooser, 1996). La masa de Chiapas aparece también empujada al norte,
lo cual puede haber sido posible debido a la existencia de una falla transístmica inferida y
posiblemente formada a consecuencia de una cuña anterior.
En conjunto se interpreta la Cañada de Oaxaca como la parte central de una larga geosutura que se
extendería al poniente de la Malinche por debajo del Eje Volcánico hasta Nayarit, mientas que al
oriente de Oaxaca su extensión sería la falla Polochic-Motagua. En este arreglo las masas cratónicas
(fragmentos de la corteza terrestre) I a IV resultan ser un conjunto genéticamente distinto a la masa V;
las primeras se sitúan al sur de la geosutura inferida y la última al norte de ella.
En la misma Fig. 3 aparecen los distintos arcos volcánicos y la "cuña" del Chiconquiaco, por donde
puede haber entrado en el Jurásico la influencia resquebrajante del rift del Golfo sobre la masa
cortical mexicana. Todo señala que el Eje Volcánico Transmexicano es una estructura compleja de
arcos volcánicos terciarios sobrepuestos a una corteza originalmente resquebrajada en el Jurásico.
Basamento cretácico de la cuenca. La Fig. 4 muestra la Masa de Oaxaca que en el Mioceno inferior
avanzó cabalgando al norte; afectó a los previos pliegues laramídicos cercanos (calizas marinas
plegadas) y creó el Arco de Pliegues Oaxaqueños. La Cuenca de México oculta con sus vulcanitas
terciarias precisamente una zona donde los pliegues de ambos tipos chocan y se cruzan. La línea roja
interrumpida separa a ambos tipos de pliegues. Esta división puede adquirir importancia para el
futuro, ya que en ella se basaría una posible diferenciación del acuífero profundo de la Cuenca de
México, que aún espera su explotación.
Fracturas y estructuras del eje volcánico oriental. La Fig. 5 muestra la porción oriental del Eje
Volcánico, desde el Nevado de Toluca y la Fosa de Acambay en el oeste, hasta el Pico de Orizaba y el
Chiconquiaco en el este. Resalta en el centro sur el frente cabalgante de la Masa de Oaxaca, cuyo
límite norte queda marcado por asciuramiento. Por otra parte, la influencia de la apertura del Golfo en
el Jurásico sobre la corteza continental se manifiesta a través de un extenso levantamiento a lo largo
del espacio ocupado posteriormente por la Sierra Madre Oriental con fracturas perpendiculares a ella
orientadas al este-noreste y que forman en el centro un graben ancho, reactivado en el Mioceno
inferior, el cual se extiende desde el Golfo, entre el río Nautla y Laguna Verde hasta la Caldera de los
Húmeros y el Cofre de Perote; dicho graben también proporciona el control tectónico a la Malinche.
Este tectonismo extiende su influencia al poniente y regenera fallas jurásicas dirigidas al suroeste en
el Terciario las cuales controlan en el borde sur del Eje Volcánico a los grandes volcanes, desde el
Pico de Orizaba hasta el Nevado de Toluca, y en el borde norte a grandes calderas y colapsos. El
conjunto tectónico forma fosas y pilares. También queda reflejado en la figura el arco volcánico
9
N LA BARRANCA DE OAXACA Y LA FRACTURA
PROFUNDA
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TEZIUTLAN-MALINCHE SON LAS DEBILIDADES QUE
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CEDIERON ANTE EL EMPUJE AL NORTE DE LA
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MASA DE OAXACA. UNA FALLA TRANSISTMICA
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GEOSUTURA
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FRACTURAMIENTOS I MASA JALISCO
PROFUNDOS II MASA MICHOACAN PLIEGUES
III MASA GUERRERO LARAMIDICOS
TRINCHERA IV MASA OAXACA PLIEGUES
DE ACAPULCO V MASA CHIAPAS OAXAQUEÑOS
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PLIEGUES S
DE CHIAPAS GRANDES VOLCANES
CABALGADURAS LÍMITE INFLUENCIA
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Laramídicos
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DE MASA CABALGADURAS NOTA- Fallas, bloques y fosas del
OAXACA jurásico superior, reactivadas
Acultzingo en el Cenozóico
Es interesante señalar que la sierra formada desde el Pico de Orizaba hasta el Cofre de Perote, con
dirección norte-noreste, depende de fracturas jurásicas reactivadas, mientras que las sierras de las
Cruces y Nevada, que flanquean a la Cuenca, deben su orientación al noroeste probablemente a
cizalleos a la derecha (en el sentido de las manecillas del reloj), ejercidos entre los arcos Tarasco y
Chichinautzin, Fig. 3.
Dentro de todo resaltan también la sorprendente y profunda fosa Roma del Oligoceno, el enorme
colapso cuaternario que rodea a la Caldera de los Húmeros, así como el colapso algo menor al
suroeste del Pico de Orizaba, que afecta parcialmente a un anticlinal en el frente del arco de Pliegues
Oaxaqueños (Mooser, 1996; Mooser et al, 1996).
Por fin interesa también observar cómo en el poniente, en los límites de las cuencas de Toluca y
México, se desarrollan fallas curvas que se adaptan en el norte al tectonismo dirigido al noreste y en
el sur al Arco Chichinautzin, Fig. 6, dirigido al oeste-suroeste. Tales fallas son características desde el
norte de la Sierra de las Cruces hasta la región al oriente del Cerro de Jocotitlán.
La cuenca y sus fracturas. La Fig. 6 muestra los arcos volcánicos que atraviesan la Cuenca y a la vez
interpreta su dinámica. En la esquina inferior derecha aparece en un recuadro el conjunto tectónico
en forma resumida. Las sierras de las Cruces y Nevada, dirigidas al noroeste, se interpretan como
corredores de cizalleo lateral derecho, formados entre los arcos Tarasco y Chichinautzin; los
fracturamientos profundos dirigidos al noreste, originados en el Jurásico, y reactivados en el
Terciario, también sufren cizalleos, aunque en dirección opuesta (en el sentido contrario a las
manecillas del reloj).
También existen fracturamientos circulares ligados a vulcano-tectónica: son calderas como la del
Iztaccihuatl en el oriente de la Cuenca y los colapsos como los denominados Ajusco-Salazar-Río
Hondo y Monte Alegre-Cerro de la Palma-Mixcoac en el poniente de la ciudad, que son de
proporción espectacular.
Es en el Cerro de San Miguel (Fig. 7), con su cráter mas reciente, el Cerro de La Palma, que pueden
observarse reunidos todos los cuatro sistemas dominantes. Aparecen aquí, como elementos más
antiguos, dos fallas con desplazamientos visibles en el Arco Chichinautzin, dirigidas al este-noreste:
las fallas de Padierna y Santa Catarina. Su relativa antigüedad con respecto a los colapsos circulares
posteriores que produjeron los cerros del Triángulo y el Ajusco, resalta con claridad. Además, los
fracturamientos al noreste muestran su influencia a través del alineamiento del centro de los colapsos
del Cerro de San Miguel con la caldera Picachos; también aparece una falla de este sistema que corta
el labio sur del cráter del Cerro de la Palma. Por fin, el sistema de fallas con dirección al noroeste
también se reconoce, ya que forma el control tectónico del Cerro de San Miguel: este se eleva sobre la
prolongación al sureste de la Fosa de Salazar.
13
FRACTURAMIENTOS PROFUNDOS
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Cerro Navajas - Cerro Palma II
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COLAPSOS A Zonas de fosas Acambay-Pachuca y Chignahuapan
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Ajusco-Salazar-Río Hondo B Arco Tarasco (viene del cerro Tancitaro)
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Fallas de cizalleo Ajusco-Cuajimalpa-Tacubaya C Arco Chichinautzin
S
Arreglo general
a Las Sierras Mayores se deben a fallas b
a Fallas tipo Tlaloc-Apan de cizalleo Z , generadas entre los Arcos
c b Fallas tipo Sierras Mayores Tarasco y Chichinautzin. Las fallas a y c
c Fallas tipo Sta. Catarina sufren cizalleo también.
Ambos movimientos están alternamente
b activos.
Fracturamientos dominantes en
el área de la Ciudad de México
Los colapsos del cerro San Miguel. Ya en el álbum de mapas geológicos de 1996 (Mooser et al,
1996) resaltaban claramente las largas fallas curvas que surcan a las lomas del oeste de la ciudad.
Estas fallas corresponden a un gran arreglo de origen común, lo cual se comprobó cuando se
estableció que las fallas curvas al sureste del cráter del Cerro de San Miguel (Cerro de la Palma) son
la continuación de las primeras y que juntas representan colapsos. Así se logró comprender que este
escudo-volcán complejo a través de su vida ha ido creciendo y a la vez colapsando, erupción tras
erupción, emitiendo los flujos piroclásticos de toba Cuquita (aproximadamente 600,000 años de
antigüedad), Xolopo (430,000 años de antigüedad) y Arenas Azules (270,000 años de antigüedad).
La Fig. 7 muestra las trazas de estas elipses vulcanotectónicas cuyo máximo producto volcánico es el
Ajusco. La estructura circular mayor la forma el colapso Ajusco-Salazar-Río Hondo que cruza el
Valle del Tezontle. La intermedia la forma el del Ajusco-Cuajimalpa-Tacubaya; es de expresión
morfológica extraordinaria y acusa hundimientos de unos 20 m al sur de la carretera México-Toluca
por el km 16. A medida que se acerca uno al centro de los colapsos resultan elipses menores. Una de
ellas es la que pasa por la barranca de Hueyatla y otra, más chica, la que arranca del Valle de Monte
Alegre, pasa por el borde este del cráter de la Palma y se prolonga a través de varios semicírculos a la
Barranca de la Magdalena Contreras. Una variante del trazo puede haber continuado al cerro del
Judío, este último un domo que podría ligarse a colapsos tempranos del sistema de hundimientos.
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15
Por fin y visto en grande, la grandiosa barranca de la Magdalena Contreras parece formar hoy el
núcleo de todos los colapsos, junto con el Valle de Monte Alegre, su continuación en el sur. Con
relación a estos colapsos interesa notar su relativa juventud; son todos posteriores a los
desplazamientos del arco Chichinautzin, cuyas fallas, las de Santa Catarina y Padierna, cortan
solamente al elemento más antiguo del Cerro de San Miguel situado al sur de la Magdalena
Contreras.
Surgen dos preguntas. ¿A qué profundidad se encuentra la cámara magmática que produjo estos
colapsos a través de sus erupciones en los últimos 500,000 años aproximadamente? ¿Hay aún calor
volcánico económicamente explotable debajo del Cerro de San Miguel? Considérese que sus últimas
dos erupciones, que crearon a la "Capa Dura" en la planicie, se produjeron hará apenas unos 120,000
años; a ellas se deberán probablemente también los surges (flujos piroclásticos emitidos desde la
base de los cráteres) con lapilli que afloran en el parteaguas de Las Cruces sobre la carretera a Toluca.
Con relación a un termalismo moderno de la sierra se señala que pozos perforados en Mixcoac han
alumbrado agua caliente.
Mientras que en el norte y sur de la cuenca domina la tectónica moderna plio-pleistocénica, (Fig. 6),
en la Sierra de Guadalupe y de Pachuca, ubicada más al norte, se manifiesta también una tectónica
antigua, debido a que en ellas afloran vulcanitas del Oligo-Mioceno. Es obvio que en estas sierras, las
calizas de los pliegues laramídicos se acercan a la superficie y por estar fuertemente fracturadas
podrían contener agua útil para la población urbana.
16
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ARCO TARASCO
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Depósitos Aluviales 3000
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Sierra Nevada
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Aglomerados Mioceno
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Escalón
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Pliegues Oaxaqueños Roma
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Falla Xochihu
Pliegues Laramidicos
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Paleoceno inferior
0 1 2 km
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Caldera
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de flancos
Serie Picacho
MIO-PLIOCENO
Sierra de Guadalupe
Serie Tenayo
Vulcanitas Grupo
Serie La Huila
Serie La Joya
Serie Patlacate
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Serie Guerrero HU
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OLIGOCENO MIOCENO
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Barrientos
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Grupo
Caldera doble
Serie Barrientos de Atenco
Caldera
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Indio
Falla
Atizapán
Grupo
Serie El Tigre
La cuenca en visión tridimensional. La Fig. 10 reúne de manera gráfica tridimensional casi todo lo
esencial expuesto en las figuras anteriores para la cuenca. Esta figura es la última versión de varias
anteriores (Mooser, 2000); abarca desde el Chichinautzin hasta Pachuca, desde la Sierra de las
Cruces hasta la Sierra Nevada. Aparecen en ella los Arcos Tarasco y Chichinautzin y dos de los
colapsos del Cerro de San Miguel. Por fin ofrece también la estratigrafía condensada de la cuenca en
un corte a lo largo de la Sierra del Chichinautzin, que muestra también la fosa Roma.
18
ESTRATIGRAFÍA TECTÓNICA
1 Planicie aluvial A Fosas de las
1a Lacustre (Pleistoceno sup.-Holoceno) Sierras Mayores Plio-Pleistoceno
B
2 Sierra de Chichinautzin (Cuaternario Sup.)
3 Sierra de las Cruces y Nevada (Sierras Mayores) C Fosa Roma ....... Oligoceno
D Cabalgaduras ....... Mioceno inferior Sierra
3a Abanicos volcánicos (Tarango) Sierra de Navajas
4 Conos volcánicos plio-cuaternarios - Pachuca 8 e ja
chuca pl
bay - Pa m
5 Lavas y Lahares del Tepozteco d e F o s as Acam pan co uac
Zona ua
Chignah o sa náh
6 Sierras volcánicas del Mio-Plioceno (Sierras Menores) Sierra F A
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Pitayas ul
7 m
Depósitos lacustres del Plioceno co
Arco Tarasc
o 6 eco
8 Vulcanitas del Mioceno T
9 Vulcanitas del Oligoceno
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10 Formación Balsas
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11 Formaciones marinas (Mezcala y Morelos), 6 Tochac
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plegados al poniente. arasco
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A D C D D B
Ante este arreglo, una sección geológica N-S entre la Ciudad de México y Cuernavaca resulta como
sigue: partiendo de la falla Chapultepec-Peñón en el norte y avanzando al sur se acentúa más y más el
hundimiento tectónico; la sección pasa entonces la importante falla de Santa Catarina y enseguida la
de Xochitepec para entrar de pleno en un primer hundimiento; después al avanzar más al sur, la
sección asciende tectónicamente de nuevo, superando los lineamientos (fallas) Tlalli-Pelado y
Zempoala-Tres Marías-Chichinautzin para descender a un segundo hundimiento, la prolongación de
la fosa Izta-Malinche, y salir entonces definitivamente al sur del extraordinario hundimiento cortical
doble.
También en la porción norte de la cuenca y dentro del espacio del Arco Tarasco hay fallas tectónicas
de longitud considerable que han ofrecido ascenso a magmas basálticos, aunque no en cantidad
parecida a los del Chichinautzin.
Finalmente también destacan en la Fig. 10 las sierras de las Cruces y Nevada. Dirigidas al noroeste y
probables productos de cizalleos a la derecha; estas elevaciones alargadas, compuestas de grandes
volcanes, están asociadas igualmente a fosas (Fosa Salazar). Representan hundimientos de menor
profundidad en la corteza, por lo que los magmas que aquí surgieron son de composición intermedia
a ácida, ligados a cámaras magmáticas relativamente superficiales.
Antiguo drenaje fluvial pre-Chichinautzin. La Fig. 11 muestra la red de valles sepultados que se ha
detectado debajo de la planicie lacustre (Mooser et al, 1991). Drenaban al sur y existieron antes de
que se formara la Sierra del Chichinautzin; fue formada por erosión en los abanicos volcánicos
antiguos de las sierras, en el relleno clástico del Tepozteco, así como en depósitos aluviales antiguos.
Esta red de valles conforma dos sistemas, uno menor que desembocaba al área de Cuautla y el otro al
de Cuernavaca, lo cual se dedujo del análisis de las líneas sísmicas de reflexión profunda tiradas
después del terremoto de 1985 por PEMEX. Los valles fueron rellenados por depósitos aluviales en
el centro de la cuenca y por depósitos aluviales y lacustres en el sur, durante los últimos 600,000 años.
Los sedimentos lacustres arcillosos finales fueron extendiéndose desde el pie del Chichinautzin más
y más al norte, hasta invadir finalmente el espacio limitado por Huehuetoca y los Reyes Xoloc en la
zona centro-norte de la cuenca. Dentro del área de la ciudad los valles sepultados alcanzan unos 400
m de profundidad. Es de los rellenos aluviales, contenidos en dichos valles, de donde se extraen los
mayores volúmenes de agua. Entre valle y valle se extienden mesetas que alcanzan unos 200 m de
altura, o sea 200 m debajo de la superficie de la planicie.
20
Tepeyac
Ca
rre
Peñón N
ter
L-22
L-13
5
Cerro L-19 0 5 Km
Chapultepec L-20
L-5
L-11
T L-18
L-21
A L-16
R
L-5
2
L-15
1 L-1
A L-26 4
L-12
N L-10 1-5 pozos profundos
L-3
L-13
G
L-17
O Frente supultado
L-6
L-11
de Tarango
L-28 Cerro Formación
L-30 Estrella Tepozteco
ra
L-8 Sier RINA Valle
ATA
9 TA C L-2 Línea sísmica
3 SAN
L-
De reflexión
L-2
L-7 L-4
Sierra de las 4
Cruces Cerro XICO
L-1
PEDREGAL
CALDERA
Como esta secuencia no se conoce a profundidades mayores de 150 m (los sondeos con buena
recuperación no han avanzado más allá) no aparece la morfología sepultada a profundidad, deducida
por sismología. Toda la ciencia de la mecánica de suelos y de la ingeniería sísmica para el área de la
ciudad de México, que es extensa, compleja y fascinante, se desarrolla solamente en esta porción del
subsuelo. Los edificios, o se cimientan en pilotes de fricción dentro de las Arcillas Superiores para
hundirse simultáneamente con ellas, o se desplantan sobre la Capa Dura para no hundirse, o de ser
muy pesados, se apoyan en los Depósitos Profundos. Además, una cimentación a cierta profundidad
también resulta necesaria para evadir las extraordinarias amplificaciones de la intensidad sísmica
que se desarrollan en las capas muy blandas de las arcillas superficiales (Singh et al, 1988).
Las arcillas y las erupciones volcánicas. La Fig. 13 muestra la columna estratigráfica de mayor
detalle de la ciudad; incluye cenizas volcánicas y capas de pómez producidas por los volcanes. En
general, la secuencia está formada por depósitos lacustres arcillosos y arcillo-arenosos, originados
en un lago represado por la gran presa volcánica del Chichinautzin, formada en los últimos 600,000
años. Conocemos la secuencia litológica de los primeros 150 m con cierta exactitud. El polvo que
transportan las tolvaneras año tras año, consistente en vidrio pumítico muy fino meteorizado, se
deposita en el lago central, en donde se hidrata en un ambiente a menudo alcalino para formar una
arcilla compresible, con elevado contenido de agua.
Cuando ocurren erupciones volcánicas violentas se depositan en el lago sus capas de cenizas.
Cuando éstas no son muy delgadas se mantienen por lo general intactas, formando horizontes índice
claros. En la columna resaltan los horizontes que han sido fechados. Con su ayuda puede deducirse
que en la parte superior cada metro de sedimentos corresponde a un intervalo de ~4,000 años.
21
W E
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19
PROYECCIÓN HORIZONTAL, km
AV. PALMAS Y
FUENTE REFORMA
2280 PETROLEOS
AUDITORIO ZÓCALO I. ZARAGOZA Y
REFORMA
AV. TELECOM
Y
2260 1 RÍO TIBER
2 3
2240
A
B
ELEVACIÓN, m
2220
B 4 B
2200 7
C
2180 P 5
22
PÓMEZ GRUESA
2160
D
TURBAS 6
PÓMEZ GRUESA
2140
3
4
5
m
m s.n.m. año a.c.
0 Presente
RECIENTE
L
2240
O
Holoceno
H
10,000 años
A
WISCONSINIANO
E
10 2230 6 28,600 200 años a.c.
A
S
E SERIE LACUSTRE
16 m 7 SUPERIOR
S
F
30 2210 A
( ENIANO )
S
SANG-
AMON
E
70 2170
A A : arcillas
S : Paleosuelos
xx xx Coincide con
Ar Ar : arenas arcillosas lacustres erupciones Xolopo
E : erupción importante
430,000 años
con pómez x
80 2160
1 Suelos del Holoceno superior 4 Pómez Tripartita del Nevado de Toluca 11,000 a.c.
2 Arcillas negras del Holoceno 5 Pómez con andesita del Popocatépetl 15,000 a.c.
3 Caliche : 9,000 años 6 Ceniza “Negra Durazo” del V. Santa Catarina 28,600 a.c.
Así se cuenta hoy, en las arcillas del Valle de México, con un registro histórico de unos 120,000 años;
el hombre apareció aquí hace unos 28,000 años en Tlapacoya (Lorenzo y Mirambell, 1986); cuando
el Popocatépetl aún en su juventud generaba erupciones violentas y más frecuentes y nació el volcán
de Santa Catarina.
23
2.4 Temblores en la cuenca
Los sismos más frecuentes de la propia cuenca constituyen eventos someros (0.5-15 km de
profundidad) con magnitudes Richter de 3 a 4 ( Singh et al, 1988). Es obvio que la corteza fracturada
de la cuenca, por hallarse en el centro del Eje Volcánico y estar sometida a la vez a compresiones
desde la fosa de Acapulco, a tensiones por calentamiento y ascenso de magmas, a cizalleos de
derecha a izquierda y viceversa, de vez en cuando reaccione sísmicamente. La profundidad máxima
de 15 km muestra que en el área de la cuenca la corteza con espesor de 45 km (Delgadillo Peralta,
2001) acusa tensión en su tercio superior. Los sismos pueden generarse preferentemente dentro de
los arcos que atraviesan a la cuenca de oeste a este, en los corredores de cizalleo de las sierras
mayores dirigidas al noroeste, o a lo largo de las fallas profundas dirigidas al noreste. Finalmente,
pueden producirse también leves sismos sobre las trazas de los colapsos circulares que rodean al
Cerro de San Miguel.
Considerando la magnitud del colapso de la Magdalena Contreras, no sorprendería que éste pudiera
producir un temblor violento de foco somero. Por lo pronto solamente se producen sismos ligeros en
Mixcoac y Tacubaya. Con relación a estos, aún no se puede asegurar que se deban a movimientos
dentro de los colapsos 2 y 3 (Fig. 7). Es muy probable también que los pequeños y frecuentes
tremores de Acopilco se originen en la traza norte del colapso Monte Alegre-Cuajimalpa-Tacubaya.
Reproduce la Fig. 8 superior una sección geológica norte-sur de la cuenca. Para el área debajo de la
ciudad se diferencian 3 acuíferos (Mooser y Molina, 1993):
El intermedio, que comprende las vulcanitas del Mioceno y Oligoceno, con su base
impermeable en las lutitas marinas de la formación Méndez.
La actual explotación exclusiva del acuífero superior (Aluvión, Basaltos, Tarango y Tepozteco), que
3
suma los 15 m /seg, produce hundimientos que son un continuo daño costoso para la ciudad de
México desde los años 1940. En un futuro próximo habrá que recurrir al tratamiento de aguas
residuales a gran escala o explorar la posibilidad de extraer agua del acuífero profundo, lo cual
teóricamente no afectaría a las arcillas superficiales del Valle. Un punto preferente para una
perforación exploratoria de unos 1,500 m de profundidad se halla en la zona de Tlalpan, porción
probablemente más honda de dicho acuífero en la cuenca. Otro punto de interés sería Cuauhtepec, en
24
el centro de la Sierra de Guadalupe; aquí a solo unos 700 m de profundidad se podría alcanzar el
acuífero de las calizas.
Hay que considerar que las calizas del Cretácico debajo del Eje Volcánico están fuertemente
fracturadas y probablemente afectadas por carsticidad, lo cual les impartiría buena permeabilidad y
transmisividad. Además constituyen una cuenca hidrológica mucho más extensa que el acuífero
superior del sur de la cuenca, actualmente en explotación. El acuífero profundo abarca las cuencas de
Toluca, México y Puebla; recibe recarga en el norte, desde la fosa de Acambay hasta las calizas de
Tula y las fracturas de Pachuca, y fluye lentamente al sur en buena parte debajo de la Cuenca de
México, hasta Morelos. Sería posible interceptar sus aguas en varios puntos dentro del Distrito
Federal. Sin embargo, para hacerlo se deberá incrementar el precio del agua. En las calizas el agua
mantendría su nivel estático probablemente a los 1,700 msnm y por ello afloran al sur de Cuernavaca;
su explotación implicaría una especie de minería hidrológica.
2
21 19
22 95 0
N 00
SIERRA DE GUADALUPE
224
2220
0
22
20
0 5 km
2200
21
95
10
22
2190
21
TEXCOCO
90
95 21
21 95
0
220
TR
ED
ITO
O.
AZCAPOZALCO
DE
FE
LAGO NABOR
DE
ME
CARRILLO
RA
X.
2200
219
L
2200
AEROPUERTO
185
80 2
21
2240
2230
223
219
221 2220
0
5
0
220
0
21
85
2180
219
0
CERRO 22
10 22
00
DE LA ESTRELLA 22
CERRO
22 60
20
22
40
EL PINO
80
21
22
SIERRA DE
00
20
22
XOCHIMILCO
EX.
AL
2185 5
2190
219 CHALCO
22
30
2220
SIERRA CHICHINAUTZIN
221
0
2220