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El documento discute dos posturas sobre la prostitución. Algunos opinan que las mujeres deberían tener la libertad de vender su cuerpo, mientras que otros creen que la prostitución nunca es voluntaria debido a la dominación del hombre sobre la mujer. Aunque se opone a la prostitución, el autor argumenta que los activistas deberían centrarse en defender los derechos y protección de las trabajadoras sexuales por ahora.
El documento discute dos posturas sobre la prostitución. Algunos opinan que las mujeres deberían tener la libertad de vender su cuerpo, mientras que otros creen que la prostitución nunca es voluntaria debido a la dominación del hombre sobre la mujer. Aunque se opone a la prostitución, el autor argumenta que los activistas deberían centrarse en defender los derechos y protección de las trabajadoras sexuales por ahora.
El documento discute dos posturas sobre la prostitución. Algunos opinan que las mujeres deberían tener la libertad de vender su cuerpo, mientras que otros creen que la prostitución nunca es voluntaria debido a la dominación del hombre sobre la mujer. Aunque se opone a la prostitución, el autor argumenta que los activistas deberían centrarse en defender los derechos y protección de las trabajadoras sexuales por ahora.
Por lo siguiente, una prostituta no es ninguna víctima.
Lo es cuando el Estado ilegaliza la
prostitución y la deja sin cobertura ni derechos legales. Según Fernando Savater nos llega a hacer entender lo siguiente. El drama de la trata siempre nos lleva a hablar de algo más general y complejo: La prostitución. A este respecto, sustentare dos posturas: quienes opinan que no hay nada de malo en que mujeres libres decidan hacer negocio con su cuerpo y quienes opinamos que la prostitución jamás se ejerce en libertad, pues es consecuencia de un sistema de dominación en el que se cosifica a la mujer para disfrute del hombre. No obstante, considero que quienes así pensamos, pecamos en muchas ocasiones de moralistas. Nos quedamos en la consigna moral y denunciamos como cómplice de la explotación de la mujer cualquier postura diferente, ignorando que la política es ese “arte de lo posible”. Del mismo modo hay muchos de los que ideológicamente nos consideramos anticapitalistas -y que, por lo tanto, estamos en contra de un mundo donde la mayoría desposeída se vea obligada a alquilar su fuerza de trabajo a una minoría para poder subsistir- hemos asumido que con la actual correlación de fuerzas a lo máximo que podemos aspirar es a defender ciertos derechos conquistados, a defender lo que tenemos de democracia frente al capital, tal vez, quienes estamos por la abolición de la prostitución debamos asumir que, por ahora, la lucha debe centrarse en la defensa de los derechos de las trabajadoras sexuales, en su protección, aunque esta “legitimación” de una práctica a la que nos oponemos conlleve una contradicción moral.
El pasado 30 de julio fue el Día Mundial contra la trata de personas.