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+Contiendas: como sacar la contienda de tu vida

Proverbios 30:32-33. “Si como un necio te has


engreído, o si algo maquinas, ponte a pensar que
batiendo leche se obtiene mantequilla, sonándose
fuerte sangra la nariz, y provocando la ira se acaba
peleando”.

Si quieres ser más feliz, esfuérzate y controla tu


temperamento ante cualquier provocación, así evitas
que tu lengua empiece a disparar toda clase de
palabras hirientes que van a provocar que los demás
te ataquen sin piedad y al final de esa batalla verbal,
termines con heridas en el alma.

No pronuncies palabras cargadas de violencia, no


hagas nada con ira, no tires las cosas, respira
profundamente y di: “Señor: ayúdame a ser libre de las
emociones que dañan mi alma y mi cuerpo. Padre
bueno, se propició a mí y recibe mi gratitud por
escuchar mi ruego y darme la sabiduría que necesito
para vencer en este instante”.

Proverbios17:27-28. “El que ahorra sus palabras tiene


sabiduría; de espíritu prudente es el hombre
entendido. Aun el necio, cuando calla, es contado por
sabio; el que cierra sus labios es entendido”.

Practica tantas veces como necesites el arte de


quedarte en silencio y mucho más cuando percibas
que estas enojado. No te enredes en una discusión
con gritos y falta de respeto.

Aprende a expresarte con Amor, en calma, en tono


suave, sin gritar y sin gesticular demasiado tu rostro y
tus manos porque eso es de muy mal gusto.

Has de cuenta que es como presentar un examen


tantas veces sea necesario para que lo pruebes y
puedas pasar a un nivel superior donde el Espíritu de
Dios gobierne sobre tus emociones y sentimientos. 

En dicho nivel de permanencia las demás personas no


pueden robar tu Paz y tu gozo pues tú no estás listo
para polemizar como un necio. Dios es Amor y a Él
tienes que imitar en su carácter si deseas que te use
como instrumento de su Paz.

Pocos contraen matrimonio pensando en divorciarse,


cada cual hace sus votos libremente ante Dios
prometiendo estar unidos en amor hasta que la muerte
les separe.

Amar en el noviazgo es fácil, pero en el matrimonio


hay que cuidar la unidad, la armonía y el respeto para
conservar la alegría de estar juntos toda la vida.

Después de casados se descubren facetas ocultas del


conyugue que quizá nos molesten y necesitamos
sabiduría a Dios para no entrar en críticas y juicios
inoportunos.
No discutas por simplezas: porque no se apagó la luz
de la habitación, no se cerró la puerta del baño, se
perdió la pasta dental. Mejor es hablar y corregir a
tiempo las diferencias. La Tolerancia es importante, no
hagas guerra con palabras ofensivas.

Acepta lo que «no» le parece, busca la forma de


mejorar cada día para que tu mañana sea mejor.

Proverbios 10: 19 “En las muchas palabras no falta


pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente”.

Hay momentos en que tendrás que cerrar fuerte tus


labios para bloquear tu enojo en medio de una
encendida discusión. “Callar» es provechoso, recuerda
somos esclavos de lo que decimos y “Amos” de lo que
callamos.

Pisa muy fuerte el freno de la prudencia sobre tu


lengua, no caigas en la trampa de hacerte esclavo de
tus palabras, no hay razón alguna para invertir tu vida
en conflictos innecesarios.

Quizá algunas discusiones serán inevitables pero la


contienda no debe ser parte de tu estilo de vida.

Un sabio consejo: Toma la decisión de callar y ser más


feliz aunque tengas la razón. A veces se gana
perdiendo, el Señor nos enseñó que el que se humilla
es exaltado y el que se exalta es humillado. Renunciar
al orgullo es de valientes, pasa ese trago amargo con
altura.

No dejes que el “Ego” te manipule. El de carácter


humilde es inteligente, pues evita las ofensas y
protege tu tranquilidad y la de tus seres queridos.

Efesios 4:26: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el


sol sobre vuestro enojo”, es decir: “enójense pero no
cometan locuras, y no den lugar al rencor al permitir
que ese enojo tome ventaja sobre vuestra forma de
hablar y de actuar”.

Si la paciencia no es compatible con tu carácter,


entonces vas a tener que esforzarte más hasta
desarrollar esta virtud. Lee y medita en el Salmo 40.
Vigila que tu enojo no sea por mucho tiempo, no te
vayas a dormir enojado con alguien. “Reconcíliate”.

Si llegas a morir enojado irías rumbo al infierno. Es de


sabios perdonarse mutuamente. Aunque el enojo es
una reacción humana como cualquier otra, necesita
límites porque es un arma mortal del diablo que
destruye el amor y las metas.

El enojo contamina el alma con desamor, queja,


insatisfacción y descontento. La virtud clave para tener
paciencia es vivir en: AMOR. Lee 1 Corintios 13 y
entérate que el verdadero amor es sufrido.
Significa que son muchas las ocasiones en que vas a
tener que tolerar y soportar acciones desagradables de
otras personas por amor a Cristo, quien se elevo por
encima de toda mala reacción humana y clamo al
Padre mientras agonizaba: Padre perdónales porque
no saben lo que hacen. Todos tenemos virtudes y
defectos, nos casamos con todo el paquete completo.

El amor cubre la multitud de pecados con silencio, con


disculpa y con perdón. No es hacerse el de la vista
gorda para alcahuetear, sino que vamos a Dios en
oración, y con amor y sabiduría corregimos el error. No
olvides que al casarse pactaste ante Dios amarse y
respetarse toda la vida.

No rompas tu pacto a la ligera, mira como Dios tiene


paciencia contigo y piensa: “El que ahorra peleas evita
tormentos ”“Resistid al diablo y a la ira huira de
vosotros”.
Las peleas dividen las personas y una familia dividida
contra sí misma no prospera, se estanca y pierde
muchas bendiciones. Ámense con nuevas
misericordias cada día. Bendice al que te maldiga,
Dios honra a quienes le honran y “ningún arma contra
ti prosperará y tu boca será llena de risa y tu lengua de
alabanza porque grandes y maravillosas son las obras
que Dios hace en favor de los que le buscan y en Él
perseveran”. Todo lo puedes en Cristo que te fortalece.

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