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SÍNTESIS - CAPITULO 1: TRES INTERESES HUMANOS FUNDAMENTALES

Según la obra de Grundy, el interés humano por la sobrevivencia lo condujo a orientarse


hacia el conocimiento. No obstante, la contingencia de ese interés explica que el conocimiento
se haya entendido de diversas formas. En este sentido, el interés puro por la razón se expresa
en la forma de tres intereses constitutivos del conocimiento: 1) el interés técnico; 2) el interés
práctico; 3) el interés emancipatorio.

Apoyándose en la teoría de Habermas sobre el interés cognitivo, Grundy sostiene que


el “interés técnico” nace por la necesidad de controlar el medio -físico o humano-, necesidad
que conduce a este interés a objetivarlo. El hecho de observar el medio como objeto, implica
considerar una serie de operaciones de control, lo que conduce a la formación de las “ciencias
empírico-analíticas”. Éstas, conceptuadas normalmente con el nombre de “positivismo”, parten
del supuesto de objetivar la realidad con el fin de controlarla y modificarla para beneficio de un
segmento de la humanidad. Los procedimientos que emplean implican la selección de muestras
del medio, para su estudio, manipulación y manejo de éste. De esta manera, las ciencias
empírico analíticas toman como punto de partida la deducción, siguen con la observación, para
posteriormente ocupar o modificar una realidad o voluntad. En el plano del curriculum, éste
nace por deducción con el fin de controlar el hecho educativo.

El “interés práctico” en cambio, antes que pretender el control del medio, busca
comprender e interactuar como sujeto con ‘el. De esta manera, nacen las “ciencias histórico –
hermenéuticas”, disciplinas que buscan comprender e interactuar con un medio ya establecido,
registrando información de él a través de su estudio textual. Al igual que las ciencias 2empírico
analíticas”, las ciencias “histórico – hermenéuticas deben transformar el medio en algo que
pueda estudiarse. No obstante, a diferencia del positivismo que se apoya en la deducción y la
observación para la objetivación y selección de muestras, las ciencias histórico – hermenéuticas
fundan su procedimiento en la comprensión, registrando datos dl medio a través de
descripciones etnográficas, grabaciones o métodos equivalentes, para convertirlos en “textos”
interpretables. De esta manera, las ciencias histórico – hermenéuticas son subjetivistas,
analizando la interacción del estudioso como sujeto en relación a otros agentes, o en vinculo
con un medio físico. En el plano del curriculum, este nace como hecho o construcción interactiva
entre docentes y educandos, por tanto, como praxis educativa. No obstante, en este proceso
corremos peligro de engañarnos, ya que existe una tendencia humana al autoengaño con
respecto a nuestra propia praxis.

Con el fin de evitar este tipo de autoengaños, el libro valora en forma significativa el
“interés emancipatorio”. Si bien éste se encuentra más próximo al interés práctico, el interés
emancipatorio se caracteriza por la búsqueda de diversos grados de autonomía en los sujetos y
colectividades humanas. De esta manera, la autonomía genera libertad, objetivo que obliga a
este interés a identificar posibles “falsas conciencias” o dogmas deformadores de la realidad. Es
por ellos que el interés emancipatorio se apoya en una serie de teorías críticas, que permiten
identificar la dimensión dogmática de la cultura, y con ello generar autonomía humana. En este
sentido, Grundy observa ejemplos de estas teorías en el psicoanálisis y en el marxismo, ya que
el primero generó grados de autonomía individual, mientras el segundo habilitó en ciertas
autonomías colectivas.

En el plano del curriculum, el interés emancipador busca identificar los posibles dogmas
presentes en éste, con el fin de elaborar una nueva propuesta curricular que garantice
autonomía y libertad tanto a docentes como estudiantes. De esta manera, el curriculum
emancipador tenderá a la libertad en una serie de niveles, sobre todo en el plano de la
conciencia. En el plano de la práctica, el curriculum emancipador implicará a los participantes
en el encuentro educativo -tanto profesor como alumno-, en una acción que trate de cambiar
las estructuras en las que se produce el aprendizaje y que limitan la libertad. Según Grundy, un
curriculum emancipador supondrá una relación recíproca entre autorreflexión y acción, lo que
conducirá a una constante reflexión de la práctica pedagógica.

Según la autora, los intereses cognitivos tienen una serie de implicancias teóricas en el
curriculum, proposición que se aborda a lo largo de toda la obra. Por lo mismo, y en función de
la inclinación teoría de Grundy, el libro hace hincapié tanto en el curriculum emancipador, como
en el método de investigación-acción como procedimiento óptimo para el análisis de la práctica
pedagógica.

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