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Investigación histórica.

Un método de investigación para realizar el trabajo de interpretación histórica consiste en seguir


cuatro pasos: definición de tema y formulación de hipótesis; selección de fuentes del pasado y
bibliografía; revisión y estudio de las fuentes seleccionadas: la heurística; e interpretación de los
hechos históricos: la hermenéutica.

Paso 1. Definición de tema y formulación de hipótesis.

El historiador define un tema sobre el que quiere investigar y fórmula una hipótesis de trabajo o una
serie de hipótesis con base en preguntas como las siguientes: ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué? y
¿cómo? La hipótesis es una primera explicación o argumento sobre el tema que deseamos estudiar
y, en general se construye a partir de conocimientos previos sobre los hechos o fenómenos históricos
que nos proponemos entender con mayor profundidad.

Paso 2. Selección de fuentes del pasado y bibliografía.

Una vez elegido su tema de investigación, el historiador debe conseguir la información necesaria
para comprender aquello que le preocupa o lo inquieta. Para conocer la historia hay que buscar las
diferentes huellas que ha dejado a su paso. Todo aquello que es producto de la conciencia y de la
actividad humana, que guarda un fragmento de memoria, de recuerdo del tiempo en que se creó o
utilizó, forma parte de lo que conocemos como fuentes del pasado.

A pesar de la diversidad de fuentes, el documento impreso sigue siendo la fuente más empleada en
el quehacer del historiador. En muchas ocasiones, la documentación o los testimonios originales que
no han sufrido alteración y pertenecen a la época que estamos estudiando son el elemento primordial
de nuestro trabajo y las llamamos fuentes de primera mano (primarias) o fuentes directas. Existe una
gran variedad de fuentes de primera mano, desde los escritos que se encuentran en diarios y
periódicos, pasando por los testimonios orales, hasta el registro gráfico, sonoro y audiovisual de
acontecimientos del pasado. Por eso no es extraño que la iconografía tenga un importante valor
como fuente de conocimiento por medio de la imagen y que el documento cinematográfico sea
también fuente histórica, pues con este se pueden hacer exploraciones retrospectivas que ya
sobrepasan los 100 años.

Las fuentes indirectas (secundarias) son textos y documentos elaborados para describir cómo narrar
y explicar los hechos históricos. La bibliografía comprende todos los libros impresos que se refieren a
los estudios qué otros científicos han hecho sobre el tema que nos interesa. También nos podemos
encontrar con libros que contienen fuentes de primera mano en algunas de sus páginas.

La bibliografía nos sirve para enmarcar un trabajo, para ayudarnos a crear el modelo o
representación formal del objeto de estudio y, naturalmente, como punto de apoyo para completar
aspectos no conocidos. Con este fin se recurre a lo ya investigado y elaborado por otros
especialistas. Lo más seguro es que en un trabajo que nos hemos propuesto existan aspectos que ya
fueron investigados por otros. Para lo ya conocido recurriremos a la bibliografía; para lo desconocido,
a las fuentes primarias.

Paso 3. Revisión y estudio de las fuentes seleccionadas: la heurística.

La heurística es la parte objetiva de la investigación histórica, en la cual el historiador tiene que buscar
sus fuentes de información, verificar su veracidad y organizarlas. La heurística le pide a este que
haga el trabajo de un detective. Sus pesquisas sobre el pasado lo llevarán a buscar los datos que
requiere en archivos, bibliotecas, entrevistas, pinturas u objetos materiales, basado en técnicas
claras y específicas para reunir y ordenar la información, con el fin de reconstruir lo más fielmente
posible los fenómenos del pasado. Toda esta información sirve como punto de partida de una buena
investigación histórica.

Como parte de la heurística se debe verificar la autenticidad de los testimonios recogidos en los
documentos. En este momento el historiador se pregunta: ¿cómo percibir el pasado que se esconde
tras las letras de un periódico, un diario personal, el testimonio recolectado en una entrevista o la
fotografía que recuperamos del archivo de nuestros abuelos? Para sacar a la luz esa información se
requiere formular preguntas para interrogar al documento y determinar si su contenido es de calidad,
confiable, auténtico, sincero, original, objetivo, etcétera, a modo de clasificarlo para su lectura y
análisis. A las operaciones preliminares de la heurística de búsqueda y selección de fuentes de
información, así como su ordenamiento y clasificación, se les conoce como crítica externa. Por su
parte la crítica interna tiene la tarea de establecer el grado de objetividad de la información para la
reconstrucción de los hechos del pasado proporcionada por las fuentes.

Paso 4. Interpretación de los hechos históricos: la heurística.

Una vez clasificadas y analizadas las fuentes, comienza la reconstrucción de los hechos históricos a
partir de los datos obtenidos. Esta reconstrucción es la interpretación en conjunto que el historiador
hace de los datos y se considera la fase subjetiva de la investigación, ya que, por más cauteloso que
sea en la selección de sus fuentes, no se puede desprender de los motivos que lo llevaron a estudiar
los procesos históricos de su interés ni de su particular forma de mirar el pasado, así como tampoco
se desprenderá de su propio punto de vista a la hora de interpretar las fuentes.

Como parte de la interpretación, el historiador procede a estudiar el hecho o fenómeno en su


contexto histórico; es decir, en el tiempo y el espacio en que sucedió, y en relación con las
circunstancias particulares de la sociedad que lo produjo. Una vez llevada a cabo la interpretación de
los hechos el historiador elabora una síntesis y escribe la historia que ha reconstruido para darla a
conocer a su comunidad por medio de la divulgación y la docencia.

Rico, Ernesto. (2018). Historia de México 1. Ciudad de México, México: MacMillán.

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