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Finanzas Públicas II
MODULO I
MARCO GENERAL DE LA HACIENDA PUBLICA ESTATAL Y
MUNICIPAL
A la pregunta del por qué surge la necesidad de reformar una categoría tan
profundamente enraizada en la cultura política como es el Estado, la respuesta natural
es que las sociedades contemporáneas se transforman a gran velocidad, a un ritmo
más rápido que las propias instituciones fundamentales que les dan sustento, por lo
que periódicamente se torna necesario, en verdad indispensable, revisarlas.
1.1.1. Conceptualización
La reforma del Estado es uno de los temas fundamentales de nuestro tiempo; seguirá
siéndolo, menciona Pichardo Pagaza, durante varias décadas del presente siglo. La
expresión es equívoca; no todos entendemos lo mismo al escucharla o al emplearla 2 .
Es preferible describir los contenidos atribuibles a una reforma del Estado que intentar
su definición. Agrega este autor que la reforma del Estado es el proceso consistente
en revisar los contenidos y relaciones de las categorías jurídico-políticas
fundamentales que componen el Estado en una sociedad determinada.
Huntington (1992, 303) señala que definir a la reforma es complicado, debido a que
la línea divisoria para diferenciarla de la revolución es muy vaga. Sin embargo, a la
reforma se le puede diferenciar en función de la velocidad, alcances y dirección de
cambio en los sistemas político y social.
1
Pichardo Pagaza, Ignacio. Modernización administrativa. Propuesta para una reforma
inaplazable, México, El Colegio Mexiquense-UAEMEX, 2004, p.58
2
. Idem, p.57
valores, la estructura social, las instituciones políticas, la política gubernamental y el
liderazgo sociopolítico, por su parte, la reforma es un proceso de modificaciones de
limitado alcance y moderada velocidad en el liderazgo, la política de gobierno y las
instituciones políticas.
Entonces de acuerdo con este autor, las reformas son poco frecuentes debido a que
se requiere talento político para convertirlas en realidad. Asimismo, el reformador
debe poseer el control en el dominio del cambio social, pero este cambio debe ser
gradual y no convulsivo; debe ser selectivo y discriminar las áreas que serán
reformadas." Reforma se identifica generalmente con mejoramiento, con la
generación de una "buena administración" y consecuentemente tiene un matiz
claramente prescriptivo. Así, la reforma es concebida como un proceso de cambio
que en cuanto a velocidad, alcances y dirección se implementa de manera gradual
y limitada, por lo que afecta sólo determinados campos de las instituciones del
Estado.
Por reforma del Estado, dice Aziz 3, vamos a entender el proceso de reacomodo
del Estado como poder y como aparato, para la resolución de dos factores
básicos: las condiciones de gobernabilidad de un régimen político que empezó
a ser obsoleto, y readecuar el desarrollo económico a las nuevas condiciones
internacionales, después del agotamiento del modelo sustitutivo proteccionista.
Reformas estructurales:
Reforma de las relaciones entre los tres poderes nacionales o centrales
del Estado.
Reforma de las relaciones entre los poderes central o nacional del
Estado y los poderes provinciales, locales o regionales (incluye
prominentemente la reforma a las relaciones financieras entre distintos
órdenes o niveles gubernamentales).
Reformas para atender las “nuevas” demandas de los ciudadanos:
derechos humanos, reconocimiento a las ONG, participación en
procesos decisorios, transparencia y acceso a la información de los
poderes públicos, etcétera.
Entre las características de la reforma del Estado hay que tomar en cuenta las
siguientes 6 :
Debe establecer prioridades entre sus posibles materias y contenidos.
5
Pichardo Pagaza, op cit., p. 60
6
Idem, p. 61
Debe ser gradual, avanzando parcialmente hasta abarcar todas las
fases de la reforma.
Debe distinguir entre las medidas o etapas de corto, mediano y largo
plazos.
Debe ser producto del consenso entre las fuerzas políticas y los
principales actores sociales y económicos.
a.5) Por su posición jurídica, la reforma del Estado suele mirarse como un
proceso de reformas constitucionales. Si bien una reforma del Estado puede
ir acompañada de cambios en la Constitución, no todas las reformas
estatales requieren de modificaciones jurídicas en ese nivel. Bajo
consideraciones jurídicas también se incluye una visión de reforma del
Estado de acuerdo al grado de eficiencia de la justicia. Esta es una
dimensión de suma importancia pues gran parte de la pérdida de legitimidad
del Estado y sus instituciones depende de la impartición de justicia que, en
el caso de México es fuertemente cuestionada por la gran mayoría de la
población. Las grandes transformaciones económicas mundiales también
son el origen de los cambios jurídicos, y el derecho contribuye a orientar y a
estabilizar el proceso de cambios que se dan constantemente. La dimensión
de la justicia es un área eminentemente del Estado y es de los ámbitos más
resistentes al cambio.
La reforma del Estado surgió a mediados de los años 80’s del siglo pasado
como uno de los puntos centrales en la agenda de la reestructuración amplia
de las economías y las sociedades de América Latina, a partir de la
reconfiguración de la economía mundial y de la crisis regional. Con desigual
amplitud y profundidad ha sido llevada a cabo en prácticamente todos los
países de la región, aunque en México, dice Vilas, el proceso muestra
profundos desniveles. Usualmente referida al estallido de la llamada “crisis de
la deuda externa” en 1982, al modo en que los gobiernos la encararon y a las
transformaciones impulsadas en sus estructuras orgánicas, en las
corporaciones estatales y en la capacidad reguladora de las relaciones sociales
y de mercado de las agencias gubernamentales, la reforma del Estado debe
enfocarse e interpretarse ante todo en su sentido público más profundo; vale
decir, en lo que ella comporta de efecto y resultado de los cambios en las
relaciones de poder entre actores sociales y económicos tanto a nivel
doméstico como regional e internacional.
7
VILAS Carlos M, La reforma del Estado como cuestión política,
http://www.xoc.uam.mx/polcul/pyc08/147-185.pdf , consultada el 03 de febrero de 2009.
Como quiera que se conceptualice al Estado, población y territorio son sus
elementos materiales constitutivos. La promoción de la globalización
financiera por el Estado, y la reforma de éste, afectan a ambos elementos
materiales en varios sentidos.
En este contexto, puede afirmarse que no hay una relación causa-efecto entre
reforma política y reforma administrativa. Puede haber reforma política sin
reforma administrativa, como la realidad de numerosos países pone de
manifiesto y también puede haber reforma administrativa, no sólo sin reforma
política, sino como un freno a la reforma política como ha ocurrido en no pocos
regímenes autoritarios. Esto significa que la reforma administrativa tiene una
autonomía no sólo conceptual, sino también fáctica con respecto a la reforma
política y obedece a una lógica que hay que captar separadamente, para
intervenir sobre ella con eficiencia.
INTERNET
BRESSER Pereira, Luiz Carlos, La reforma del Estado de los años noventa.
Lógica y mecanismos de control, en http://www.economicasunp.edu.ar/03-
EPosgrado/posgrados/trelew/P%FAblica/EGob_AdmPub/info/Bresser
%20Pereira-%20La%20reforma%20del%20estado%20de%20los%2090.pdf,
consultada 03 febrero 2009.