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LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Una mirada desde la realidad latinoamericana*
Guillermo Fuentes,
Ma. Cecilia Güemes, Carolina Isaza1
*
Este artículo corresponde a una versión corregida del artículo publicado en la Revista Enfo-
ques (2009) Vol. VII N° 1 1, pp. 57/86, Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública Universi-
dad Central de Chile.
1
Guillermo Fuentes Doctorando en Gobierno y Administración Pública, Instituto Universitario
Ortega y Gasset (Universidad Complutense de Madrid, España), Docente e investigador del Instituto de
Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República (Uruguay). Uruguay. Mail:
guifuen@gmail.com
Ma. Cecilia Güemes Doctoranda en Gobierno y Administración Pública, Instituto Universitario
Ortega y Gasset (Universidad Complutense de Madrid, España), Magíster en Ciencias Sociales orien-
tación Sociología y Ciencias Políticas en FLACSO (Argentina). Investigadora del Instituto de Investiga-
ción, Estado, Territorio y Economía (www.giete.org.ar), Docente de Introducción a la Sociología en la
Universidad Nacional del Litoral (Argentina). Argentina Mail: cecilia.guemes@gmail.com
Carolina Isaza Doctoranda en Gobierno y Administración Pública, Instituto Universitario Ortega y
Gasset (Universidad Complutense de Madrid, España), Máster en Política comparada y relaciones
internacionales del Instituto de Estudios Políticos de Bordeaux (Francia), Politóloga de la Universidad de
los Andes de Bogotá (Colombia), Consultora, docente e investigadora. Colombia caroisaza@gmail.com
tionarla (Ramió, 2005, Pollit y Bouckaert, nado a una única agencia u oficina, lo que
2000). pone por tierra el éxito de todo el sistema
Para resumir, la NGP propone la in- de evaluación por resultados, debido a
troducción de la lógica de gestión priva- que las responsabilidades se diluyen fá-
da dentro del sector público, ignorando, cilmente (Narbondo y Ramos, 2003).
eso sí, las particularidades de este últi- Es debido a estos inconvenientes, en-
mo (Pierre, 2009). Desde este punto de tre otras cosas –a las que habría que su-
vista, se podría decir que las ventajas o marles por ejemplo un retraimiento de
fortalezas que presenta este modelo ra- las corrientes más anti estatales–, que
dican, entre otras cosas, en una mayor ciertos discursos y prácticas concretas
cercanía del servidor público a las nece- se han ido orientando hacia la necesidad
sidades del ciudadano (cuya concepción de recuperar algunos rasgos del modelo
es asimilada en este caso al concepto de jerárquico burocrático. Presentaremos a
“cliente”); una administración pública continuación algunas de las ideas más
más eficaz y eficiente a través de organi- sugerentes que han surgido como res-
zaciones y, sobre todo, de gerentes que puesta a los excesos de la NGP.
responden directamente por sus actos; a
la vez que al separar nítidamente “la de-
Neoweberianismo
cisión” de “la ejecución”, se estaría evi-
tando la intromisión de la política den-
Observando los problemas derivados
tro del espacio más técnico y especiali-
de la implementación poco crítica de la
zado. La consecuencia lógica de este últi-
NGP como herramienta de moderniza-
mo punto sería la supuesta protección
ción y readaptación de la Administra-
del administrador ante presiones
ción Pública, especialmente en espacios
externas.
territoriales donde la burocracia profe-
Pero este modelo no está exento de sional nunca logró desarrollarse, a me-
debilidades ni de problemas, y justamen- diados de los noventa surge un cuerpo
te la mayoría de ellas provienen de los de estudios teórico-empíricos que vienen
postulados que sus defensores asumen a revalorizar algunas enseñanzas ya
como fortalezas. Quizás el primer pro- contenidas en los escritos de Weber.
blema sea que, pasados al menos veinte Estos autores se cuidan mucho de no
años desde el inicio de estas experiencias, caer presos de la retórica que contrapo-
no existen evidencias empíricas claras de ne la “vieja y tradicional burocracia” a
que las promesas de sus defensores se los “nuevos modelos de organización”,
hayan logrado alcanzar (Olías de Lima, presuponiendo que lo viejo está perimi-
2005). Por otra parte, el ámbito público do y resulta obsoleto y en cambio lo nue-
ha demostrado tener particularidades vo es bueno y necesario. No obstante, no
tan específicas, que las medidas aplica- por ello dejan de reconocer la existencia
das por igual en el sector privado obtie- de rasgos negativos, ineficacias o desidia
nen generalmente resultados e incenti- en el funcionamiento de ciertas burocra-
vos totalmente distintos (Ramió, 2005). cias públicas y privadas (Evans, 1996;
El problema es que, en general, la aplica- Pollit & Bouckaert, 2000; Olsen 2005).
ción de este tipo de reformas no ha teni-
do en cuenta las particularidades histó-
ricas, culturales e institucionales de los Los neoweberianos son plenamente
países receptores. conscientes de dos cuestiones: a) la de-
mocracia representativa requiere del uso
Asociada a esta complejidad del sec- de la jerarquía y del ethos burocrático y
tor público, aparece también la dificul- b) la construcción de estructuras estata-
tad de adjudicar un resultado determi- les profesionales es prerrequisito inelu-
dible para que el Estado pueda llevar dad (Rauch & Evans, 1999; Lapuente,
adelante eficazmente sus funciones, cua- 2009).
lesquiera que estas sean (ya sean funcio- Mientras reivindica un estatus dife-
nes “mínimas” o de bienestar) (Evans, rencial para el servicio público y resguar-
1996; Geddes, 1994). La clave en este caso da principios básicos de ciudadanía
es fortalecer y reformar la Administra- (como igualdad ante la ley, seguridad ju-
ción Pública, no liquidarla o privatizarla. rídica y control sobre las acciones esta-
Dicho lo cual, esta vertiente se pre- tales), este enfoque también busca inno-
senta como un saludable antídoto a la var respecto al modelo tradicional de ins-
promoción acrítica y radical de recomen- piración weberiana (Evans, 2003;
daciones “gerencialistas”, “eficientistas” Dreschler, 2005; Dunn, 2007; Lynn, 2008).
y “privatistas” en lo que respecta a la Los principales puntos que merecen aten-
organización y funcionamiento de las ción son:
Administraciones Públicas (especial- a) Orientación externa, más que in-
mente para aquellos casos donde las bu- terna, de la Administración Pública. En
rocracias no llegaron a institucionalizar- este punto ganan espacio conceptos ta-
se sino parcial y excepcionalmente) les como enraizamiento, coproducción o
(Prats, 1998; Rauch & Evans, 1999; coordinación público-privada. Luego, si
Arellano, 2002; Evans, 2003; Pollit & bien las sinergias entre el Estado y la So-
Bouckaer, 2004; Olsen, 2005; Dreschler, ciedad Civil son deseables desde muchos
2005 y 2007; Dunn, 2007). puntos de vista (democratización, efica-
cia, eficiencia, calidad del servicio, etc.)
Reafirmando la centralidad del Esta- la participación ciudadana no debe caer
do en contextos globalizados, el valor de en la equiparación de actores privados
la democracia representativa y el desa- con funcionarios públicos o en la delega-
fío del desarrollo económico y social, el ción de funciones de interés público en
neoweberianismo reivindica la impor- manos privadas, sino que la cooperación
tancia del Servicio Público y la vigencia debe buscarse desde el reconocimiento
de ciertas máximas weberianas como de la especificidad y relevancia de la fun-
presupuestos de una burocracia eficaz y ción y la cultura públicas.
efectiva (más que eficiente). Ni el térmi- b) Complemento de la democracia re-
no “burocracia” ni las ideas teóricas y presentativa con procedimientos de de-
observaciones empíricas que se le aso- mocracia directa y deliberativa. Lo que
cian a Weber resultan irrelevantes, ob- en resumidas cuentas el neoweberianis-
soletas o incompatibles con los nuevos mo viene a destacar es que la democracia
tiempos, cuando se trata de entender o representativa debe ser reactualizada
explicar la administración pública y el pero no reemplazada, pues se continúan
gobierno en las democracias contempo- necesitando los mecanismos de represen-
ráneas (Olsen, 2005). tación a través de partidos y parlamen-
Estudios comparados demuestran tos, el respeto a la ley, la regulación de los
estadísticamente cómo ciertas caracte- mercados, la preservación de la equidad,
rísticas institucionales típicas del mode- la competencia y control de las burocra-
lo burocrático de inspiración weberiana cias, etc. Este particular ítem que el enfo-
(tales como el reclutamiento por mérito que promueve junto veremos detallada-
o cierta centralización del poder) influ- mente a continuación, será el eje nodal
yen positivamente cuando se evalúa la del debate sobre la democratización. En
eficacia del Estado, la performance burocrá- cierto sentido, son varios los autores que
tica, la calidad de la democracia, la auto- entienden a las corrientes democratiza-
nomía de la burocracia y su predictibili- doras como un aporte de la teoría políti-
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Se entiende por gobernanza la dirección de la sociedad llevada a cabo tanto por el gobierno como
por la sociedad y el mercado, trabajando en redes. El término fue aplicado a la actividad del Estado por
los organismos transnacionales, quienes lo tomaron de la literatura de administración de empresas, y se
ha popularizado enormemente a pesar de su imprecisión conceptual y su uso ambiguo y poco riguroso.
Ver Olias de Lima, 2005; Kooiman, 2003 y Pierre, 2009b.
3
El original es en inglés: “when citizens are recast as consumers, they operate within an attenuated
form of democracy”. Traducción de los autores.
4
Se debe anotar que, en cualquier caso, la democracia y la democratización en la ciencia política son
conceptos mucho más amplios y complejos que la noción de democratización aplicada exclusivamente
a la administración pública. Como esta última es la abordada en el artículo, se omitirá la discusión más
general sobre qué es la democracia, y se dirá únicamente que no se comparte la visión puramente
procedimental o electoral de la misma.
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Por otra parte, según Pierre, la participación de organizaciones tipo ONG tampoco está siempre
asegurada, pues resulta que muchas ONG prefieren no mezclarse con el Estado pues eso las
deslegitimaría.
para hacerlo (Maíz, 2006). También se gobernanza, y al igual que las anterio-
debe señalar que la participación de base res, se ha implementado en diversos lu-
individual es mejor que la asociativa, que gares, con algunas experiencias exitosas.
puede resultar en un nuevo corporati- También existen críticas para esta pro-
vismo y en la exclusión de los no organi- puesta: de forma muy destacada, la ad-
zados (Cunill, 2004). vertencia sobre la necesidad de tener cla-
La segunda forma de democratizar es ro que es el Estado quien tiene la respon-
la introducción de mecanismos para que sabilidad mayor sobre los servicios y
los ciudadanos elijan entre servicios o sobre las decisiones acerca de los objeti-
entre alternativas predefinidas por la vos finales de los mismos, y la contra-
administración. Esto puede equivaler a parte privada no puede llegar a tomar
la utilización de votaciones o plebiscitos ese lugar porque no comparte los valo-
para temas muy específicos, o puede ser res ni las lógicas de lo público, ni tiene la
interpretado como la versión de la NGP capacidad para asumir las consecuencias
de la democratización, en la cual en rea- de las decisiones y sus resultados.
lidad no es el ciudadano sino el “cliente” Además de esas tres formas de parti-
o “consumidor” quien decide acerca de cipación de los ciudadanos, las corrien-
la calidad de los servicios que recibe, y tes democratizadoras incluyen otros
en esa medida elige entre varias opcio- mecanismos de ejercicio de la ciudada-
nes, incluyendo las del sector privado. nía, como la rendición de cuentas
Se debe notar que si bien a esto se le lla- (accountability) y la transparencia (Villoria
ma democratización, puede referirse a 2009). Estos son responsabilidades de las
veces a fenómenos más cercanos al mer- autoridades con respecto a los ciudada-
cado que a la democracia, y propiciar una nos, que les permiten a estos ejercer sus
desaparición del ciudadano político con derechos de participación de manera in-
derechos y con participación efectiva en formada y controlar efectivamente a
la toma de decisiones realmente quienes toman las decisiones en su
importantes. nombre.
En realidad, según señalan autores
como Peters (2007), hay una contradic- Sin embargo, la implementación de
ción de fondo entre la NGP y la idea de los anteriores postulados exige la exis-
democratizar la administración. Otorgar tencia de una ciudadanía involucrada en
cotas de poder a funcionarios o incluso a la participación, activa y comprometi-
sectores de la sociedad civil significa re- da, que contrasta con la constatación de
ducir el poder y la discrecionalidad del niveles cada vez mayores de desafección
gerente, quien es el actor central en la en las democracias contemporáneas
vertiente neogerencialista de la NGP (Arendt, 1998). Por lo tanto, este meca-
(Peters, 2007). En efecto, hay una “idea nismo se antoja interesante para resol-
equivocada que la administración legal ver cuestiones específicas, pero al mis-
racional es menos democrática que la que mo tiempo puede ser necesario que con-
se basa en resultados” (Arenilla, 2003), tinúe funcionando un esquema de buro-
cuando en realidad puede ocurrir más cracia más tradicional que se ocupe de
bien lo contrario. los problemas rutinarios (Peters, 2007).
Esto deja planteada la pregunta de en qué
Finalmente, el tercer mecanismo de áreas es deseable una mayor y mejor
democratización (Cunill, 2004) es la co- participación, y hasta qué punto los ciu-
producción público-privada de servicios dadanos están preparados y dispuestos
que tradicionalmente proveía la admi- a participar, así como el papel de la ad-
nistración pública por sí sola. Esta es la ministración en la activación de esa
democratización asociada a la idea de disposición.
en muchos países ciertas regiones se han que ponen en cuestión elementos claves
constituido históricamente como “feu- como el ingreso por mérito, lo que puede
dos” de determinadas familias o parti- traer como consecuencia grandes dificul-
dos políticos. Esta realidad, que aún no tades a la hora de movilizar de forma efec-
se ha desterrado, presenta un grave pro- tiva el conjunto de capacidades de la bu-
blema a la hora de enfrentar los fuertes rocracia en pos de la ejecución de las dis-
intentos de descentralizar las adminis- tintas políticas.
traciones nacionales. De cualquier manera, esta adopción
Además, en líneas generales se puede acrítica no es únicamente patrimonio de
advertir que los distintos intentos de re- las corrientes gerencialistas, sino que
forma se han concentrado en pocas uni- puede hablarse de una conducta genera-
dades organizativas. Si bien parece sen- lizada en la región. Sobre este punto se
sato avanzar poco a poco en la imple- centrará el siguiente punto del trabajo.
mentación de cambios muy radicales,
para poder ir traspasando las experien-
Más allá del isomorfismo o el “co-
cias acumuladas, lo cierto es que en mu-
piar y pegar”. Volver la mirada sobre la
chas oportunidades el impulso inicial no
realidad latinoamericana
fue continuado, lo que redundó en la con-
formación de “islas de excelencia”, con
Como afirma el CLAD, a pesar de que
más y mejores recursos y capacidades
se implantaron núcleos de excelencia y
organizativas (en general en áreas estra-
reglas de mérito en el servicio público de
tégicas como las relacionadas con la eco-
varios países latinoamericanos, ningún
nomía), mientras que el resto de la Ad-
país de la región completó la construc-
ministración permanecía con los mismos
ción del modelo burocrático weberiano
males y sin la atención política.
en los niveles de las naciones desarrolla-
De acuerdo al estudio IPES (2006), los
das (CLAD, 1998:10; Arellano, 2002). Di-
países latinoamericanos han afrontado
cho lo cual, la reforma de las burocracias
estas dificultades de diferentes maneras.
no puede limitarse a imitar modelos de
Al respecto pueden ser clasificados de
modernización desarrollados e imple-
acuerdo al grado de autonomía de sus
mentados en países como Nueva
burocracias en tres grupos: las burocra-
Zelanda o Estados Unidos, y ni siquiera
cias con desarrollo mínimo, que inclui-
en países europeos.
ría a la mayoría de países de Centroamé-
rica, Bolivia, Ecuador, y Paraguay; los sis- Más allá de la pertinencia, bondad o
temas de Servicio Civil medianamente maldad de ciertos instrumentos concep-
conformados como Argentina, Colom- tuales es preciso atender a las necesida-
bia, Costa Rica, México, Venezuela y Uru- des, tradiciones y recursos con que cuen-
guay; y por último los sistemas más ins- ta cada sistema político, pues reformas
titucionalizados que únicamente son inspiradas en instrumentos conceptua-
Brasil y Chile (IPES, 2006). les idénticos tienen diferentes efectos
cuando se aplican en otros países (inclu-
En el primer grupo de países, existen
so en regiones y sectores de un mismo
grandes dificultades para poder retener
país) (Pollit & Bouckaert, 2000; Ramió,
al personal mejor capacitado debido a que
2001; Arellano, 2002; Olsen, 2005).
no existe una carrera que ofrezca incen-
tivos reales al buen desempeño; mientras Asimismo, es bueno recordar que las
que en el segundo grupo, si bien la carre- políticas de reorganización y reforma de
ra administrativa ha sido implementa- la administración no se reducen a reco-
da con mayores garantías, lo cierto es que mendaciones técnicas o deliberaciones en
las estructuras más formales conviven torno a formas organizacionales, sino
diariamente con mecanismos paralelos también implican luchas en torno a sím-
6
En este punto cabe recordar el popular trabajo de Geddes (1994) quien sugiere que uno de los
mayores problemas con las reformas administrativas es empezarlas y sostenerlas. Resulta que asumir
las reformas es tanto como asumir la creación de un bien público, lo cual nos conduce a los dilemas de
acción colectiva y cooperación. En contextos de incertidumbre ningún actor político está dispuesto a
arriesgar e invertir su capital político en reformas que solo darán beneficios a largo plazo y sobre las
cuales no existe seguridad de que todos los beneficiarios estén dispuestos a colaborar e invertir sus
recursos (típico dilema del prisionero). Mientras los políticos necesitan “algo que mostrar”, la reforma
administrativa reclama tiempo y continuidad (Pollit & Bouckaert, 2000).
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Con este comentario no estamos afirmando que la eficiencia no sea deseable, sino simplemente
llamamos la atención de los riesgos que acarrea priorizar la misma frente a otros valores como la
igualdad o considerarla el único objetivo de la modernización.
Al principio del trabajo nos pregun- Entre las pautas comunes identifica-
tábamos ¿Cómo es posible modernizar y das, coincidimos en la necesidad de:
reestructurar estructuras burocráticas
-Profesionalizar el cuerpo funciona-
como las latinoamericanas?
rial, esto es: edificar estructuras burocrá-
A lo largo del texto hemos podido pun-
ticas estables y reclutadas en base al
tualizar que no existen recetas universa-
mérito como paso lógico de una burocra-
les de modernización que, amparadas en
cia eficaz, y condición sine qua non para
un tecnicismo neutral, conduzcan mági-
que el Estado logre concretar en la reali-
camente a hacer las administraciones
dad las decisiones tomadas a nivel
públicas más eficaces y efectivas.
político.
Tampoco son recomendables las es-
trategias que agrupan herramientas ba-
- En consonancia con el punto ante-
sadas en diferentes marcos teóricos y las
rior, revitalizar y reconstruir una ética y
yuxtaponen sin un debate político pre-
una cultura de lo público, integrando a
vio, que ponga en claro el modelo de Es-
los funcionarios públicos en un proyecto
tado y Administración que se persigue,
común y colectivo (Schick, 2004, Brugué,
y por tanto enfatice un núcleo central y
2006).
coherente de reforma.
- Favorecer la transparencia y la res-
Como hemos querido mostrar, este
ponsabilización democrática de la admi-
estilo “ecléctico” de reforma, que se apo-
nistración ante la sociedad.
ya en la concepción de las distintas es-
trategias de reforma como “cajas de he- - Integrar y activar al ciudadano, ya
rramientas, o que se produce involunta- sea a través de democratizar la adminis-
riamente debido a la acumulación “por tración o hacerla más abierta; lo impor-
capas” de elementos de diferentes mode- tante es integrar nuevas herramientas
los introducidos por administraciones que promuevan el diálogo y comunica-
sucesivas, tiene dos grandes problemas: ción entre partes y que vaya más allá de
a) al no existir un análisis de la incompa- la simple “receptividad” (Vigoda Gadot,
tibilidad teórica y práctica entre estas 2004).
vertientes cargadas de ideologías diferen- - Derivado de lo anterior, favorecer la
tes, se termina imponiendo por la fuerza cooperación público-privada en la bús-
de los hechos siempre alguna de estas queda de soluciones a los problemas
corrientes y se elude el debate consciente sociales.
sobre la preferida, y b) sigue pendiente En definitiva, no se trata de que Amé-
de definición el fondo del asunto (qué so- rica Latina se encierre en sí misma o re-
ciedad queremos, qué Estado queremos niegue de los aportes de teorías foráneas,
y por tanto qué administración necesi- sino que, tomando en cuenta experien-
tamos). cias comparadas, cada país se piense a sí
Pese a las heterogeneidades de la re- mismo desde sus particularidades y rea-
gión, probablemente se puedan acordar vive una reflexión que es intrínsecamen-
algunas pautas comunes de moderniza- te política.
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