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• Gn 3 introduce el tema del pecado.


• Las consecuencias del pecado afectan directamente a la sexualidad y esto se
manifiesta en:
• El hombre siente vergüenza de su desnudez. Se siente amenazado por el otro.
Esta amenaza parte de sentirse objeto.
GENESIS: EL PECADO
• La vergüenza es una manifestación de la tendencia a encubrir los valores
sexuales para que éstos no oculten el valor de la persona.
• Se rompe la armonía entre el hombre y la mujer
• Se introduce en las maldiciones el dominio del hombre sobre la mujer.

Sexualidad en el Adulterio
Antiguo Testamento • El adulterio es prohibido expresamente por Éx 20,14 y por Dt 5,17.
• En la práctica, la norma es más tajante con relación a la mujer, puesto que la
ley permite la poligamia (Dt 21,10-14).
• El marido sólo es considerado como adúltero si «entrega su lecho conyugal a
la mujer de su prójimo» (Lev 18,20). También la iniciativa del divorcio está
reservada al marido (Dt 24,1-4).
• El adulterio en el AT es más bien un crimen contra el derecho exclusivo de
posesión del ba 'al (señor) de la esposa que contra la castidad. Esta conclusión
queda confirmada por Lev 19,20.21
• Las penas contra los adúlteros son severas (Lev 20,10; Dt 22,22), como lo eran
en el Código de Hammurabi y en las leyes asirias.
• Para las adúlteras se prevé la lapidación, aunque se concede un cierto poder
de decisión al marido (Os 2,5; Jer 3,8) y no es seguro que de hecho se
ejecutara tal pena (Ez 16,40; 23,47; Jn 8,5).
• Si un hombre seduce a una doncella, todavía no prometida en matrimonio, ha
de pagar la dote (mohar) para poder adquirirla como esposa y tiene, en
efecto, la obligación de desposarla. Si los parientes de la doncella no se la
entregaran, el seductor habrá de entregar de todas formas como reparación
un pago en plata (Éx 22,15.16).
• Dt 22,28 añade una precisión: se fija el mohar y se determina que el
matrimonio sea obligatorio. Si, una vez celebrado el matrimonio, la mujer no
es hallada virgen, es lapidada.
• Si su marido la acusara falsamente, habría de pagar una multa y no podría
repudiarla (Dt 22,13-21). Una vez más, es posible observar la diferencia de
trato con relación al otro sexo.
• El adulterio es prohibido expresamente por Éx 20,14 y por Dt 5,17.
• En la práctica, la norma es más tajante con relación a la mujer, puesto que la
ley permite la poligamia (Dt 21,10-14).
• El marido sólo es considerado como adúltero si «entrega su lecho conyugal a
la mujer de su prójimo» (Lev 18,20). También la iniciativa del divorcio está
reservada al marido (Dt 24,1-4).
• El adulterio en el AT es más bien un crimen contra el derecho exclusivo de
posesión del ba 'al (señor) de la esposa que contra la castidad. Esta conclusión
queda confirmada por Lev 19,20.21
Divorcio
• En realidad Dt 24,1-4 supone el divorcio admitido (cf. Dt 1,14; 22,19), y
prohíbe solamente al marido volver a tomar a la esposa repudiada, tras
haberla despedido y enviado el "libelo de repudio" (Dt 24,1) que daba
testimonio de que le había devuelto la libertad permitiéndole desposarse con
otro hombre.
La prohibición de los matrimonios con mujeres cananeas y extranjeras en general,
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alcanzó de hecho una gran amplitud (cf Ex 2,21, 2 Sam 3,3, 1 Re 11,1 ss) A la vista
de la realidad, la prohibición hubo de ser reforzada con tonos solemnes al retorno
del exilio, al menos por lo que se refería a los sacerdotes (Esd 9,1-15, Neh 13,23-
27)
Tales matrimonios se prohibían en la práctica tan solo cuando podían suponer
una ocasión próxima de idolatría

La sexualidad y el
amor en el Cantar
de los cantares

• Cuando el mensaje de los profetas utiliza la experiencia sexual y el amor


humano como metáfora, no sólo queda ilustrado el significado —las
relaciones de Yahvé con su pueblo—, sino el mismo significante. La misma
sexualidad humana es valorada en su dignidad ontológica y en su expresividad
La sexualidad en los
significativa, pero es también considerada en su ambivalencia ética. La
profetas
sexualidad está abierta a la expresión del amor fiel, pero también a la
infidelidad y la traición hacia el ser amado.

• Oseas. Habla desde la sinceridad de las más amargas experiencias. Gómer, su


esposa, se ha ido detrás de sus amantes. El profeta escribe el más desgarrado
poema del amor mal pagado. Sus hijos llevan nombres simbólicos que evocan
el dolor de los afectos traicionados En su propia desventura va descifrando la
historia de su propio pueblo.
• A partir de esa experiencia, las idolatrías del pueblo serán descritas como
Oseas
verdaderas prostituciones o adulterios Olvidar al Dios del amor es encontrarse
en el mundo de las relaciones no personales El profeta nos hace vislumbrar
que en todo amor autentico se da un cuasi-sacramento del amor de Dios a su
pueblo El amor entre los seres humanos se trasciende a sí mismo para
convertirse en signo de un amor más profundo, mas duradero, más fecundo

Jeremías • Jeremías: utiliza la imagen del amor juvenil y las atenciones típicas del
noviazgo para reflejar la ternura que Dios siente por su pueblo (2,2).
• El pueblo de Israel, en efecto, ha sentido muchas veces la tentación de vivir la
fecundidad como un don de los dioses a los que los cananeos ofrecen
sacrificios en los montes y en los bosques Aquellos cultos a los dioses de la
fertilidad debían de ser más atrayentes y seductores que el culto al Dios
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invisible que no se deja representar más que por la historia misma de los
hombres Jeremías utiliza el esquema de aquellos cultos de la fertilidad para
representar las infinitas apostasías de Judá e Israel (2,20, cf Núm 25)
• El amor humano resalta, pues, como un don mutuo en la sacrificada entrega,
en la fidelidad y la estabilidad, en la ternura, en la apertura al misterio de lo
invisible (3,1-13) 20.

• Ezequiel. Es sobre todo Ezequiel quien, en una larga alegoría que evoca la
historia del pueblo de Dios (Ez 16) y en otra que compara el comportamiento
del reino de Israel con el de Judá (Ez 23), evoca el hondo misterio de elección
y fidelidad —o infidelidad— que se esconde en toda experiencia humana de
amor y sexualidad.
Ezequiel
• El hombre que en el campo se encuentra una niña recién nacida, representa
de nuevo a Yahvé que ha llamado a Israel y lo ha recogido en el desierto.
• Es ésa una historia de elección y de ternura. Una historia de pecado y de
perdón. Una historia de misericordia y de fidelidad.

• La prostitución es censurada con frecuencia en los libros sapienciales El


consejo de evitar a la prostituta (y la cantadora) se apoya en razones
económicas —no malgastar los dineros—, pero también en el aprecio de la
propia dignidad y libertad —no rebajarse, no perder el vigor físico o la propia
libertad—
Sexualidad en los
• La prostituta es asimilada a una fosa y un pozo, tal vez para evocar el reino de
Libros Sapienciales
la muerte (Prov 23,27)24 Acercarse a ella es perder la sabiduría.
• La pasión sexual es incompatible con el cultivo de la sensatez (Prov 29,3) y,
por otra parte, la insensatez puede presentarse y actuar como una ramera
(Prov 9,13-18)25 B

• No se compagina con las orientaciones de vida dictadas al hombre por la


Sabiduría, que advierte al hombre contra las palabras halagadoras de la
prostituta (Prov 2,16, cf 7,14-20)
• — Conduce a la pérdida del honor personal en la sociedad y aun a la pérdida
de la propia vida, puesto que la ramera es aliada y enviada de la muerte (Prov
5,1-14) 26
• — El adúltero olvida de hecho la presencia constante de Yahvé, espectador y
juez de la conducta humana, que vigila sobre el camino de los seres humanos
Sexualidad en los
(Prov 5,20-23, cf Si 23,19)
Libros Sapienciales:
• — Tal comportamiento desencadena con frecuencia deseos de venganza y
Adulterio
aun la muerte de los implicados en tales transgresiones: no quedará impune
quien se junte con la mujer del prójimo y recibirá golpes e insultos (Prov 6,23-
7,27)
• — El adulterio es, sobre todo, un signo evidente de la necedad del adúltero,
aun cuando se tratara de relaciones con una esclava (Eclo 41,22-24)
• — Los hijos de los adúlteros, además, no alcanzaran madurez y la raza salida
de un lecho pecador desaparecerá (Sab 3,16)

Jesús interpreta el relato de la creación de la mujer como si fuera el de la institución


Interpretación de
del matrimonio; de ello saca una conclusión que los "antiguos" no dedujeron (Mt
Jesús sobre la
5,21.27.31): la indisolubilidad del matrimonio (Mt 5,31.32; 19,3-12; Mc 10,2-12; cf. Lc
sexualidad
16,18).
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• G S 47. El bienestar de la persona y de la sociedad humana y cristiana está


estrechamente ligado a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar.
Por eso los cristianos, junto con todos lo que tienen en gran estima a esta
comunidad, se alegran sinceramente de los varios medios que permiten hoy a
los hombres avanzar en el fomento de esta comunidad de amor y en el
respeto a la vida y que ayudan a los esposos y padres en el cumplimiento de
su excelsa misión; de ellos esperan, además, los mejores resultados y se

afanan por promoverlos.


Dignidad del
• Sin embargo, la dignidad de esta institución no brilla en todas partes con el
matrimonio y de la
mismo esplendor, puesto que está oscurecida por la poligamia, la epidemia
familia
del divorcio, el llamado amor libre y otras deformaciones; es más, el amor
en el mundo actual
matrimonial queda frecuentemente profanado por el egoísmo, el hedonismo
y los usos ilícitos contra la generación.
Por otra parte, la actual situación económica, social-psicológica y civil son origen de
fuertes perturbaciones para la familia. En determinadas regiones del universo,
finalmente, se observan con preocupación los problemas nacidos del incremento
demográfico. Todo lo cual suscita angustia en las conciencias. Y, sin embargo, un
hecho muestra bien el vigor y la solidez de la institución matrimonial y familiar: las
profundas transformaciones de la sociedad contemporánea, a pesar de las dificultades
a que han dado origen, con muchísima frecuencia manifiestan, de varios modos, la
verdadera naturaleza de tal institución.
• G S. 48. Fundada por el Creador y en posesión de sus propias leyes, la íntima
comunidad conyugal de vida y amor se establece sobre la alianza de los
cónyuges, es decir, sobre su consentimiento personal e irrevocable. Así, del
acto humano por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente, nace,
aun ante la sociedad, una institución confirmada por la ley divina. Este vínculo
sagrado, en atención al bien tanto de los esposos y de la prole como de la
sociedad, no depende de la decisión humana.

• ….es el mismo Dios el autor del matrimonio, al cual ha dotado con bienes y
fines varios, todo lo cual es de suma importancia para la continuación del
género humano, para el provecho personal de cada miembro de la familia y su
El carácter sagrado
suerte eterna, para la dignidad, estabilidad, paz y prosperidad de la misma
del matrimonio y de
familia y de toda la sociedad humana. Por su índole natural, la institución del
la familia en la G S
matrimonio y el amor conyugal están ordenados por sí mismos a la
procreación y a la educación de la prole, con las que se ciñen como con su
corona propia.
• De esta manera, el marido y la mujer, que por el pacto conyugal ya no son
dos, sino una sola carne (Mt 19,6), con la unión íntima de sus personas y
actividades se ayudan y se sostienen mutuamente, adquieren conciencia de su
unidad y la logran cada vez más plenamente.
• Esta íntima unión, como mutua entrega de dos personas, lo mismo que el
bien de los hijos, exigen plena fidelidad conyugal y urgen su indisoluble
unidad.

Visión de la • — La sexualidad humana es vista en cuanto integrada en la creación del varón


sexualidad en el y de la mujer, y en la vocación humana al amor y a la comunicación (2331: FC
catecismo 11).
• — «La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la
unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad,
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a la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud


para establecer vínculos de comunicación con otro» (2332).
• — La vivencia adecuada de la sexualidad exige el conocimiento de la propia
identidad, de la complementariedad entre los sexos, la necesidad y el apoyo
mutuos (2333).

• — La virtud de la castidad implica un aprendizaje del dominio de sí (2339) que


dura toda la vida (2342) y está sujeto a unas leyes de crecimiento (2343), al
tiempo que se inserta en un esfuerzo cultural (2344) y requiere la gracia de
Dios (2345).
• — La virtud de la castidad se desarrolla en la amistad: la que el Señor nos ha
manifestado y la que nos une con los demás hermanos, del mismo sexo o de
sexos distintos (2347)29. «Cada uno de los dos sexos es, con una dignidad
igual, aunque de manera distinta, imagen del poder y de la ternura de Dios. La
unión del hombre y de la mujer en el matrimonio es una manera de imitar en
Catecismo: castidad la carne la generosidad y la fecundidad del Creador» (2335)
• — «La castidad significa la integración lograda de la sexualidad en la persona,
y por ello en la unidad interior del hombre en su ser corporal y espiritual. La
sexualidad, en la que se expresa la pertenencia del hombre al mundo corporal
y biológico, se hace personal y verdaderamente humana cuando está
integrada en la relación de persona a persona, en el don mutuo total y
temporalmente ilimitado del hombre y de la mujer. La virtud de la castidad,
por tanto, entraña la integridad de la persona y la integralidad del don»
(2337).

La pureza • El Bautismo confiere al que lo recibe la gracia de la purificación de todos los
pecados. Pero el bautizado debe seguir luchando contra la concupiscencia de
la carne y los apetitos desordenados. Con la gracia de Dios lo consigue
• — mediante la virtud y el don de la castidad, pues la castidad permite amar
con un corazón recto e indiviso;
• — mediante la pureza de intención, que consiste en buscar el fin verdadero
del hombre: con una mirada limpia el bautizado se afana por encontrar y
realizar en todo la voluntad de Dios (cf Rm 12, 2; Col  1, 10);
• — mediante la pureza de la mirada exterior e interior; mediante la disciplina
de los sentidos y la imaginación; mediante el rechazo de toda complacencia
en los pensamientos impuros que inclinan a apartarse del camino de los
mandamientos divinos: “la vista despierta la pasión de los insensatos” (Sb 15,
5);
• — mediante la oración…
• Catecismo 2520 
• El Bautismo confiere al que lo recibe la gracia de la purificación de
todos los pecados. Pero el bautizado debe seguir luchando contra la
concupiscencia de la carne y los apetitos desordenados. Con la gracia
de Dios lo consigue
• — mediante la virtud y el don de la castidad, pues la castidad permite
amar con un corazón recto e indiviso;
• — mediante la pureza de intención, que consiste en buscar el fin
verdadero del hombre: con una mirada limpia el bautizado se afana por
encontrar y realizar en todo la voluntad de Dios (cf Rm 12, 2; Col 1, 10);
• — mediante la pureza de la mirada exterior e interior; mediante la
disciplina de los sentidos y la imaginación; mediante el rechazo de toda
complacencia en los pensamientos impuros que inclinan a apartarse
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del camino de los mandamientos divinos: “la vista despierta la pasión


de los insensatos” (Sb 15, 5);
• — mediante la oración…
• Catecismo 2520
 La pureza cristiana exige una purificación del clima social.
Obliga a los medios de comunicación social a una información cuidadosa del
respeto y de la discreción.
La pureza de corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que
favorecen el exhibicionismo y las imágenes indecorosas. Catecismo 2525
La apología que ciertos medios de comunicación hacen de aberrantes conductas
sexuales contribuye a deformar el concepto y la naturaleza de los papeles
sexuales con los que deben identificarse los jóvenes.

El pudor  La pureza exige el pudor. Este es parte integrante de la templanza.


El pudor es la tendencia, del todo particular del ser humano, a esconder sus valores
sexuales en la medida en que serían capaces de encubrir el valor de la persona. Es un
movimiento de defensa de la persona que no quiere ser un objeto de placer, ni en el
acto, ni siquiera en la intención, sino que quiere, por el contrario, ser objeto del amor.
• El pudor preserva la intimidad de la persona y protege el misterio de las
personas y de su amor.
• Invita a la paciencia y a la moderación en la relación amorosa;
• Exige que se cumplan las condiciones del don y del compromiso definitivo del
hombre y de la mujer entre sí.
• El pudor es modestia; inspira la elección de la vestimenta.
• Mantiene silencio o reserva donde se adivina el riesgo de una curiosidad
malsana; se convierte en discreción. Catecismo 2522
• Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Está ordenado
a la castidad, cuya delicadeza proclama.
• Ordena las miradas y los gestos en conformidad con la dignidad de las
personas y con la relación que existe entre ellas. Catecismo 2521
El pudor puede constituir una experiencia ambivalente: No equivale a la castidad,
aunque la tutela y promueve.
No se debe confundir con la pudibundez y el encogimiento.
No es, en principio, un signo de represión sobre la espontaneidad humana.
Corresponde a una dimensión antropológica inevitable de la autoposesión humana.
Puede ser modificadao por la comprensión social del ser humano y de su mundo.
Puede ser introyectado e impuesto artificialmente.
• El pudor es una virtud humana, en cuanto que inclina a la persona a la defensa
de su propia dignidad y a la ejecución de actos y la promoción de actitudes
que propician la integración de toda la persona.
• Es una virtud cristiana, en cuanto reconoce y tutela la cuasi-sacramentalidad
del cuerpo humano y la riqueza de significado de la entrega amorosa que
encuentran su plenitud en la fe en la encarnación y la resurrección.
• La virtud de la castidad, a su vez, está llamada a tutelar el pudor humano, en
cuanto defensa de la dignidad, intimidad e inviolabilidad de la persona y en
cuanto manifestación de la vocación divina y redimida de la corporeidad
humana.
• Según Juan P. II: La persona…« es dueña de sí misma; nadie, excepto Dios
Creador, puede tener sobre ella derecho alguno de propiedad. Se pertenece,
tiene el derecho de autodeterminación, por lo que nadie puede atentar contra
su independencia. Nadie puede hacerse dueño de ella en propiedad, a menos
de que consienta ella misma dándose por amor. Esta inalienabilidad objetiva
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de la persona y su inviolabilidad hallan su expresión precisamente en el


fenómeno del pudor sexual, que no es más que un reflejo natural de la
esencia de la persona [...] Así es como se ve que toda la moral sexual se funda
en la interpretación correcta del pudor sexual» .*
• Según Juan P. II: toda la moral sexual se funda en la interpretación correcta
del pudor sexual. *K.WOJTYLA, Amor y Responsabilidad.
• Según el Catecismo: «El pudor, elemento fundamental de la personalidad, se
puede considerar como la conciencia vigilante en defensa de la dignidad del
hombre y del amor auténtico. Tiende a reaccionar ante ciertas actitudes y a
frenar comportamientos que ensombrecen la dignidad de la persona. Es un
medio necesario y eficaz para dominar los instintos, hacer florecer el amor
verdadero e integrar la vida afectivo-sexual en el marco armonioso de la
persona. El pudor entraña grandes posibilidades pedagógicas, y merece por
tanto ser valorizado. Niños y jóvenes aprenderán así a respetar el propio
cuerpo como don de Dios, miembro de Cristo y templo del Espíritu Santo;
aprenderán a resistir al mal que les rodea, a tener una mirada y una
imaginación limpias y a buscar el manifestar en el encuentro afectivo con los
demás un amor verdaderamente humano con todos sus elementos
espirituales» (OAH 90; cf. CEC 2521-2524).

Impudor del cuerpo es la manera de ser o de comportarse de una persona concreta,


cuando ésta pone en primer plano los valores del sexo, de suerte que no oculten éstos
el valor esencial de la persona. Consiguientemente, la persona misma se encuentra en
la situación de un objeto de placer (sobre todo en la segunda acepción del término), la
El impudor
de un ser del que se puede uno servir sin amarlo.
El impudor de los actos de amor es la negativa que opone una persona a la tendencia
natural de su interioridad a tener vergüenza de esas reacciones y actos en que la otra
persona aparece únicamente en cuanto objeto de placer.
Las ofensas a la Las ofensas a la castidad
castidad Catecismo 2351: La lujuria es un deseo o un goce desordenados del placer venéreo. El
placer sexual es moralmente desordenado cuando es buscado por sí mismo, separado
de las finalidades de procreación y de unión.
Catecismo 2352: La masturbación
Por masturbación se ha de entender la excitación voluntaria de los órganos genitales a
fin de obtener un placer venéreo. “Tanto el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con
una tradición constante, como el sentido moral de los fieles, han afirmado sin ninguna
duda que la masturbación es un acto intrínseca y gravemente desordenado”. “El uso
deliberado de la facultad sexual fuera de las relaciones conyugales normales
contradice a su finalidad, sea cual fuere el motivo que lo determine”. Así, el goce
sexual es buscado aquí al margen de “la relación sexual requerida por el orden moral;
aquella relación que realiza el sentido íntegro de la mutua entrega y de la procreación
humana en el contexto de un amor verdadero” (Congregación para la Doctrina de la
Fe, Decl. Persona humana, 9).
Para emitir un juicio justo acerca de la responsabilidad moral de los sujetos y para
orientar la acción pastoral, ha de tenerse en cuenta la inmadurez afectiva, la fuerza de
los hábitos contraídos, el estado de angustia u otros factores psíquicos o sociales que
pueden atenuar o  tal vez reducir al mínimo la culpabilidad moral.
Catecismo 2353: La fornicación es la unión carnal entre un hombre y una mujer fuera
del matrimonio. Es gravemente contraria a la dignidad de las personas y de la
sexualidad humana, naturalmente ordenada al bien de los esposos, así como a la
generación y educación de los hijos. Además, es un escándalo grave cuando hay de
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por medio corrupción de menores.


Catecismo 2354: La pornografía consiste en sacar de la intimidad de los protagonistas
actos sexuales, reales o simulados, para exhibirlos ante terceras personas de manera
deliberada. Ofende la castidad porque desnaturaliza la finalidad del acto sexual.
Atenta gravemente a la dignidad de quienes se dedican a ella (actores, comerciantes,
público), pues cada uno viene a ser para otro objeto de un placer rudimentario y de
una ganancia ilícita. Introduce a unos y a otros en la ilusión de un mundo ficticio. Es
una falta grave. Las autoridades civiles deben impedir la producción y la distribución
de material pornográfico.
Catecismo 2355: La prostitución atenta contra la dignidad de la persona que se
prostituye, puesto que queda reducida al placer venéreo que se saca de ella. El que
paga peca gravemente contra sí mismo: quebranta la castidad a la que lo
comprometió su bautismo y mancha su cuerpo, templo del Espíritu Santo (cf 1 Co 6,
15-20). La prostitución constituye una lacra social. Habitualmente afecta a las mujeres,
pero también a los hombres, los niños y los adolescentes (en estos dos últimos casos
el pecado entraña también un escándalo). Es siempre gravemente pecaminoso
dedicarse a la prostitución, pero la miseria, el chantaje, y la presión social pueden
atenuar la imputabilidad de la falta.
Catecismo 2356: La violación es forzar o agredir con violencia la intimidad sexual de
una persona. Atenta contra la justicia y la caridad. La violación lesiona profundamente
el derecho de cada uno al respeto, a la libertad, a la integridad física y moral. Produce
un daño grave que puede marcar a la víctima para toda la vida. Es siempre un acto
intrínsecamente malo. Más grave todavía es la violación cometida por parte de los
padres (cf. incesto) o de educadores con los niños que les están confiados.

Los bienes del matrimonio son el bien de la fidelidad, el bien de la indisolubilidad y el


bien de los hijos. Las relaciones matrimoniales son correctas cuando los cónyuges
respetan la ordenación del matrimonio y la vida conyugal, viviendo en monogamia,
Moral y los Bienes
guardándose fidelidad y abriéndose a la vida.
del matrimonio
El amor conyugal es pleno, exclusivo, total, procreativo y para toda la vida. Es fuerza
unitiva que hace a los esposos una sola carne y fuerza operativa que genera los fines
del matrimonio y las conductas que tienden a adquirirlos.
• CEC 1646. El amor conyugal exige de los esposos, por su misma naturaleza,
una fidelidad inviolable. Esto es consecuencia del don de sí mismos que se
hacen mutuamente los esposos. El auténtico amor tiende por sí mismo a ser
algo definitivo, no algo pasajero. "Esta íntima unión, en cuanto donación
mutua de dos personas, así como el bien de los hijos exigen la fidelidad de los
cónyuges y urgen su indisoluble unidad" (GS 48,1).
• CEC 1649. Existen, sin embargo, situaciones en que la convivencia matrimonial
se hace prácticamente imposible por razones muy diversas.
• En tales casos, la Iglesia admite la separación física de los esposos y el fin de la
La fidelidad del
cohabitación.
amor conyugal
• Los esposos no cesan de ser marido y mujer delante de Dios; ni son libres
para contraer una nueva unión.
• En esta situación difícil, la mejor solución sería, si es posible, la reconciliación.
• La comunidad cristiana está llamada a ayudar a estas personas a vivir
cristianamente su situación en la fidelidad al vínculo de su matrimonio que
permanece indisoluble (cf FC; 83; CIC can 1151-1155).
• Si los divorciados se vuelven a casar civilmente, se ponen en una situación que
contradice objetivamente a la ley de Dios. Por lo cual no pueden acceder a la
comunión eucarística mientras persista esta situación, y por la misma razón
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no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales.


• La reconciliación mediante el sacramento de la penitencia no puede ser
concedida más que aquellos que se arrepientan de haber violado el signo de
la Alianza y de la fidelidad a Cristo y que se comprometan a vivir en total
continencia.

CEC 1650. Hoy son numerosos en muchos países los católicos que recurren
al divorcio según las leyes civiles y que contraen también civilmente una nueva unión.
El divorcio = ofensa a
La Iglesia mantiene, por fidelidad a la palabra de Jesucristo ("Quien repudie a su
la dignidad del
mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido
matrimonio
y se casa con otro, comete adulterio": Mc 10,11-12), que no puede reconocer como
válida esta nueva unión, si era válido el primer matrimonio.
El divorcio es una injusticia porque:
1. El amor conyugal es pleno, exclusivo, total, procreativo y para toda la vida. Es
fuerza unitiva que hace a los esposos una sola carne y fuerza operativa que
genera los fines del matrimonio y las conductas que tienden a adquirirlos.
2. Cuando se niegan los derechos naturales se niega al hombre el carácter de
persona, luego si el hombre no es persona no puede tener derechos naturales
ni positivos.
3. De este razonamiento se deduce que el divorcio es inmoral, porque es una
Divorcio = injusticia violencia contra otra persona, con la que se ha hecho un pacto jurídico,
basado en la fidelidad y la indisolubilidad, y es injusto, porque viola un
derecho natural.
4. El divorcio no puede romper un vínculo que, por su esencia, es indisoluble,
porque negar el derecho natural, niega el derecho positivo, pues todo
derecho positivo procede de un derecho natural y al negar a la persona sus
derechos, ésta pierde su carácter de sujeto de derecho positivo, porque no es
persona. Aquí radica fundamentalmente la falta de lógica del divorcio.
 
OTRAS OFENSAS A Incesto
LA DIGNIDAD DEL CEC 2388: Incesto es la relación carnal entre parientes dentro de los grados en que
MATRIMONIO está prohibido el matrimonio (cf Lv 18, 7-20). San Pablo condena esta falta
particularmente grave: “Se oye hablar de que hay inmoralidad entre vosotros [...]
hasta el punto de que uno de vosotros vive con la mujer de su padre. [...] En nombre
del Señor Jesús [...] sea entregado ese individuo a Satanás para destrucción de la
carne...” (1 Co 5, 1.4-5). El incesto corrompe las relaciones familiares y representa una
regresión a la animalidad.
Cec 2389; Se puede equiparar al incesto los abusos sexuales perpetrados por adultos
en niños o adolescentes confiados a su guarda. Entonces esta falta adquiere una
mayor gravedad por atentar escandalosamente contra la integridad física y moral de
los jóvenes que quedarán así marcados para toda la vida, y por ser una violación de la
responsabilidad educativa.
Unión libre
CEC 2390: Hay unión libre cuando el hombre y la mujer se niegan a dar forma jurídica
y pública a una unión que implica la intimidad sexual.
La expresión en sí misma es engañosa: ¿qué puede significar una unión en la que las
personas no se comprometen entre sí y testimonian con ello una falta de confianza en
el otro, en sí mismo, o en el porvenir?
Esta expresión abarca situaciones distintas: concubinato, rechazo del matrimonio en
cuanto tal, incapacidad de unirse mediante compromisos a largo plazo (cf FC 81).
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Todas estas situaciones ofenden la dignidad del matrimonio; destruyen la idea misma
de la familia; debilitan el sentido de la fidelidad. Son contrarias a la ley moral: el acto
sexual debe tener lugar exclusivamente en el matrimonio; fuera de éste constituye
siempre un pecado grave y excluye de la comunión sacramental.

Fecundidad
CEC 1652 "Por su naturaleza misma, la institución misma del matrimonio y el amor
conyugal están ordenados a la procreación y a la educación de la prole y con ellas son
coronados como su culminación" (GS 48,1)
De ahí que el cultivo verdadero del amor conyugal y todo el sistema de vida familiar
que de él procede, sin dejar posponer los otros fines del matrimonio, tienden a que
los esposos estén dispuestos con fortaleza de ánimo a cooperar con el amor del
Creador y Salvador, que por medio de ellos aumenta y enriquece su propia familia
cada día más» (GS 50,1).
La apertura a la
CEC 1653 La fecundidad del amor conyugal se extiende a los frutos de la vida moral,
fecundidad
espiritual y sobrenatural que los padres transmiten a sus hijos por medio de la
educación. Los padres son los principales y primeros educadores de sus hijos
(cf. GE 3). En este sentido, la tarea fundamental del matrimonio y de la familia es estar
al servicio de la vida (cf FC 28).
• CEC 1654 Sin embargo, los esposos a los que Dios no ha concedido tener hijos
pueden llevar una vida conyugal plena de sentido, humana y cristianamente.
Su matrimonio puede irradiar una fecundidad de caridad, de acogida y de
sacrificio.

Poligamia: ofensa • Jesús pensaba en el matrimonio establecido por el Creador, estrictamente


contra la dignidad monogámico (Gen 1, 27 y 2, 24) e indisoluble (“Lo que Dios ha unido, que no
del matrimonio lo separe el hombre”).
• La idea del matrimonio monogámico, nacida en la mente y en la voluntad de
Dios, ha sido alterada también por el pueblo elegido.
• Frecuentemente se pretende justificar la poligamia de los patriarcas por el
deseo de tener una descendencia numerosa; de modo que la procreación, fin
objetivo del matrimonio, justificaría la poligamia de la que encontramos
ejemplos en el Antiguo Testamento, y, por analogía, debería
consiguientemente justificarla dondequiera que la poligamia se adoptase para
obtener el mismo fin.

• Las Sagradas Escrituras suministran asimismo numerosas pruebas de que la


poligamia da al hombre la ocasión de considerar a la mujer como una fuente
de deleites sensuales, un objeto de goce, lo que da por resultado una
degradación de la mujer y un rebajamiento del nivel moral del hombre; basta
recordar la historia del rey Salomón.
• La poligamia es contraria a las exigencias de la norma personalista, como lo es
la disolución de un matrimonio legalmente contraído (divorcio), el cual, las
más de las veces, conduce a la poligamia. Si un hombre ha poseído a una
mujer en cuanto esposa, gracias al matrimonio legal, y si, al cabo de un cierto
tiempo, la deja para unirse con otra, demuestra con eso mismo que su esposa
no representaba para él nada más que valores sexuales. Los dos hechos van a
la par: considerar a la persona de sexo opuesto como un objeto que no trae
consigo sino valores sexuales y ver en el matrimonio, en vez de una institución
que debe servir para la unión de dos personas, una institución que no tiene
otro objetivo que los valores sexuales.
11

• 2387 Es comprensible el drama del que, deseoso de convertirse al Evangelio,


se ve obligado a repudiar una o varias mujeres con las que ha compartido
años de vida conyugal. Sin embargo, la poligamia no se ajusta a la ley moral,
pues contradice radicalmente la comunión conyugal. CEC 2387
• La poligamia “niega directamente el designio de Dios, tal como es revelado
desde los orígenes, porque es contraria a la igual dignidad personal del
hombre y de la mujer, que en el matrimonio se dan con un amor total y por lo
mismo único y exclusivo” (FC 19; cf GS47, 2). El cristiano que había sido
polígamo está gravemente obligado en justicia a cumplir los deberes
contraídos respecto a sus antiguas mujeres y sus hijos.

El Derecho Canónico considera aborto la muerte del feto mediante su destrucción


mientras depende del claustro materno o por su expulsión prematuramente
provocada para que muera, tanto si no es viable como si lo es.
La Medicina entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada, en el
período no viable de su vida intrauterino, es decir, cuando no tiene ninguna
posibilidad de sobrevivir. Si esa expulsión del feto se realiza en período viable pero
antes del término del embarazo, se denomina parto prematuro, tanto si el feto
sobrevive como si muere.
El aborto puede ser espontáneo o provocado.
Espontáneo: se produce o bien porque surge la muerte intrauterinamente, o bien
porque causas diversas motivan la expulsión del nuevo ser al exterior, donde fallece
dada su falta de capacidad para vivir fuera del vientre de su madre.
Provocado: se realiza o bien matando al hijo en el seno materno o bien forzando
Aborto artificialmente su expulsión para que muera en el exterior.
Aborto y ciencias biológicas
• Desde el momento de la fecundación del óvulo, queda inaugurada una vida
que no es ni la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano
que se desarrolla por sí mismo. No llegará a ser nunca humano si no lo es ya
entonces.
• No es incumbencia de las ciencias biológicas dar un juicio decisivo acerca de
cuestiones propiamente filosóficas y morales, como son la del momento en
que se constituye la persona humana y la legitimidad del aborto.
• Tampoco existe autorización para manipular la vida humana de la forma que
sea: el progreso de la ciencia debe estar a su servicio, para asegurar mejor el
juego de sus capacidades normales, para prevenir o curar las enfermedades,
para colaborar al mejor desarrollo del hombre.

Aborto y ciencias biológicas


• Desde el momento de la fecundación del óvulo, queda inaugurada una vida
que no es ni la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano
que se desarrolla por sí mismo. No llegará a ser nunca humano si no lo es ya
entonces.
Aborto y ciencias • No es incumbencia de las ciencias biológicas dar un juicio decisivo acerca de
biológicas cuestiones propiamente filosóficas y morales, como son la del momento en
que se constituye la persona humana y la legitimidad del aborto.
• Tampoco existe autorización para manipular la vida humana de la forma que
sea: el progreso de la ciencia debe estar a su servicio, para asegurar mejor el
juego de sus capacidades normales, para prevenir o curar las enfermedades,
para colaborar al mejor desarrollo del hombre.
12

• "Dios no hizo la muerte; ni se goza en la pérdida de los vivientes"


• En el plano humano, "por la envidia del diablo entró la muerte en el mundo"
(Sab 2, 24); introducida por el pecado, la muerte queda vinculada a él, siendo
a la vez signo y fruto del mismo.
• La tradición de la Iglesia ha sostenido siempre que la vida humana debe ser
protegida y favorecida desde su comienzo como en las diversas etapas de su
desarrollo.
ABORTO a la luz de • El mandamiento de Dios es formal: "No matarás" (Éx 20, 13). La vida al mismo
la fe tiempo que un don es una responsabilidad: recibida como un "talento" (Mt
25, 14-30).
• Un cristiano no puede jamás conformarse a una ley inmoral en sí misma; tal es
el caso de la ley que admitiera en principio la licitud del aborto. Un cristiano
no puede ni participar en una campaña de opinión en favor de semejante ley,
ni darle su voto, ni colaborar en su aplicación. Congregación para la doctrina
de la fe. Declaración sobre el aborto. No

Y el primer derecho de una persona humana es su vida. Ella tiene otros bienes y
algunos de ellos son más preciosos; pero aquél es el fundamental, condición para
todos los demás.
• No se podrá tratar nunca a un hombre como simple medio del que se dispone
para conseguir un fin más alto.
• La ley divina y la ley natural excluyen, pues, todo derecho a matar
directamente a un hombre inocente.
• La mujer no tiene derechos sobre la vida del hijo, por estar dentro de su
cuerpo.

• El hecho de que en una determinada fase de su vida el hijo necesite el


ABORTO a la luz de
ambiente del vientre materno para subsistir no implica que sea una parte de
la Ley
la madre.
• La ley no está para zanjar las opiniones o para imponer una con preferencia a
otra. Pero la vida de un niño prevalece sobre todas las opiniones: no se puede
invocar la libertad de pensamiento para arrebatársela.
• Desde la fecundación el ser humano tiene ya su propio patrimonio genético
distinto del de la madre, y su propio sistema inmunológico diferente también
del de la madre, con quien mantiene una relación similar a la del astronauta
con su nave: si saliese de ella moriría, pero no por estar dentro forma parte de
la nave.

• Aborto ético: Se le ha dado este nombre por los que consideraban que el
aborto provocado en casos de violación, incesto, embarazo de una persona
minusválida mentalmente, etc. era éticamente admisible.
• Hoy, con esta expresión se quiere transmitir la sensación de que se remedia
un acto de salvajismo como es toda violación, aunque, en realidad, el aborto
¿Aborto ético?
no remedia nada, ya que la violación no puede dejar de haber existido, y el
hijo fruto de la violación es completamente inocente.
• Abortar por causa de violación no tiene nada que ver con la ética, porque no
es una actitud ética el tratar de compensar una injusticia con otra injusticia

El aborto eugenésico • El aborto eugenésico es aquel que pretende evitar el nacimiento de niños
con malformaciones o anomalías.
13

• La palabra "eugenésico" significa "de buen origen". Desde fines del siglo
pasado se estudia la eugenesia, que es la ciencia que estudia cómo mejorar
los factores hereditarios en las especies vivas, también en la humana, y que
tuvo un gran desarrollo en Estados Unidos; ya entrado este siglo, en la
Alemania nazi se fomentó el nacimiento de niños de padres de raza aria, y se
trató de evitar, mediante la esterilización, la reproducción de personas con
reales o supuestas taras genéticas.
La denominación aborto eugenésico no es idónea, ya que mediante esta forma de
aborto no se consiguen mejorar los factores hereditarios de la especie humana.
• El pensar que al abortar un ser humano por malformación conduce a la
aberración de suponer que dar muerte a un ser humano en determinadas
circunstancias es hacerle un favor.
• La muerte como remedio va directamente en contra no sólo de los más
elementales planteamientos humanitarios, sino también del sentido común.
• Ante la posibilidad de minusvalía físicas o mentales, enfermedad o
deformación los poderes públicos deberán:
a. promover una legislación que preste atención especialísima a estos seres.
b. Solidarizarse con estos seres y sus familiares con una legislación que ayude
positivamente a la más plena integración social de los deficientes y al logro
por su parte de toda la calidad de vida que les sea asequible.
c. Combatir la insolidaridad que patrocina la muerte del ser humano con graves
taras cuando ya existe y está vivo, aunque sea antes de su nacimiento.

• El aborto no es un problema de conciencia individual de la madre, ni del


padre, pues afecta a alguien distinto de ellos: el hijo ya concebido y todavía no
nacido. Otra cosa es que abortar pueda crear problemas de conciencia.
• Los poderes públicos deben intervenir positivamente en la defensa de la vida
y la dignidad del hombre, en todos los períodos de su existencia, con
independencia de las circunstancias de cada cual, aunque este principio,
patrimonio común de todos los ordenamientos desde el cristianismo, sea hoy
puesto en cuestión por algunos.
• El aborto provocado no es sólo un asunto íntimo de los padres, sino que
afecta directamente a la solidaridad natural de la especie humana, y todo ser
humano debe sentirse interpelado ante la comisión de cualquier aborto.
Aborto: ¿cuestión
• El aborto provocado no es sólo un asunto íntimo de los padres, sino que
de conciencia
afecta directamente a la solidaridad natural de la especie humana, y todo ser
individual?
humano debe sentirse interpelado ante la comisión de cualquier aborto.
• La autonomía de la conciencia individual debe respetarse en función de la
persona humana, pero precisamente por esta convicción los Estados tienen la
exigencia ética de proteger la vida y la integridad de los individuos.
• Los Estados tienen obligación de poner los medios, también los jurídicos, para
que no se practiquen abortos, del mismo modo que tienen obligación de
poner los medios necesarios para que no se asesine, se viole o se robe; y
conforme a las técnicas jurídicas actuales, la tipificación penal del aborto
como delito es la medida jurídica proporcionada a la gravedad del atentado
que supone contra la vida humana.

¿Permitir el aborto ¿Se puede permitir el aborto?


para evitar el aborto El mal siempre es mal aunque haya que tolerarlo. El bien no se tolera; se desea,
clandestino y no se busca, se intenta conseguir.
14

• Sólo se puede tolerar lo que es negativo mientras lo negativo no se puede


suprimir, pero nunca es legítimo ver como bueno lo que intrínsecamente es
malo, como por ejemplo el aborto.
• Los valores básicos y esenciales, como la vida del ser humano y su dignidad,
son previos, independientes y superiores a las determinaciones de las
mueran madres? mayorías.
• Los Estados no deben guiarse por las opiniones de la mayoría en lo que hace
referencia a la naturaleza de las cosas.
• Las cosas no son verdaderas o falsas, bellas o feas, buenas o malas, porque así
lo pueda disponer una mayoría en un momento concreto.

Culpa moral
Quien consiente y deliberadamente practica un aborto, acepta que se lo
practiquen o presta una colaboración indispensable a su realización, incurre en
una culpa moral y en una pena canónica, es decir, comete un pecado y un delito.
Aborto: Culpa moral • La culpa moral es un pecado grave contra el valor sagrado de la vida humana.
El quinto Mandamiento ordena no matar. Es un pecado excepcionalmente
grave, porque la víctima es inocente e indefensa y su muerte es causada
precisamente por quienes tienen una especial obligación de velar por su vida.

Aborto: Pena • El que procura un aborto, si sabe que la Iglesia lo castiga de este modo
canónica riguroso, queda excomulgado. El Canon 1398 dice: "Quien procura un aborto,
si éste se produce, incurre en excomunión Latae sententiae“. Con esta
expresión se quiere decir que el que incurre en ella queda excomulgado
automáticamente, sin necesidad de que ninguna autoridad de la Iglesia lo
declare para su caso concreto de manera expresa.
• El Canon 1041 del Código de Derecho Canónico establece que el que procura
un aborto, si éste se consuma, así como los que hayan cooperado
positivamente, incurre en irregularidad, que es el impedimento perpetuo para

recibir órdenes sagradas.


• Si se dan las condiciones que configuran la pena de excomunión, en este caso
quedan excomulgados, además de la mujer que aborta voluntariamente,
todos los que han prestado colaboración indispensable a que se cometa el
aborto: quienes lo practican, quienes los ayudan de modo que sin esa ayuda
no se hubiera producido el aborto, etc.
• La expresión: "si éste -el aborto- se produce“ quiere decir que, para que se
produzca la pena de excomunión, el aborto debe consumarse, es decir, el hijo
ha de morir como consecuencia del aborto. Si, por cualquier circunstancia, el
aborto no llega a consumarse, no se producirá la excomunión, aunque se dará
el pecado.
Están libres de la pena canónica:
• Dado que en Derecho Canónico no existe delito si no hay pecado
grave, hay circunstancias en las que no se incurre en esta pena, que
requiere plena imputabilidad. No quedan excomulgados:
• los que procuran un aborto si ignoran que se castiga con la
excomunión;
• los que no tengan conciencia de que abortar voluntariamente es
pecado mortal;
• los que han intervenido en un aborto forzados con violencia irresistible
contra su voluntad o por miedo grave;
• los menores de edad...;
15

• en general, los que han obrado sin plena advertencia y pleno


consentimiento

La mujer no tiene derechos sobre la vida del hijo, por estar dentro de su cuerpo.
El hecho de que en una determinada fase de su vida el hijo necesite el ambiente del
vientre materno para subsistir no implica que sea una parte de la madre.

• De los documentos siguientes se deduce una amplia reflexión personal sobre


el don y la tarea de la sexualidad humana:
• La exhortación pontificia Familiaris consortio (22-11-1981)
DOCUMENTOS
• Carta apostólica Mulieris dignitatem (15-8-1988),
IMPORTANTES DE
• Carta del papa Juan Pablo II a las familias Gratissimum sane (2-2-1994),
LA IGLESIA SOBRE
• Sexualidad humana: verdad y significado (8-12-1995)
LA SEXUALIDAD
• Vademécum para los confesores sobre algunos temas de moral conyugal (12-
2-1997), publicados por el Consejo Pontificio para la Familia.

Homosexualidad
• Según el Catecismo “La homosexualidad designa las relaciones entre hombre
Homosexualida o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante
d hacia personas del mismo sexo.” La persona homosexual no quiere pertenecer
al sexo opuesto, porque se identifican con su propio sexo.

• En el homosexualidad el hombre o la mujer se dirige al tú del mismo sexo, en


lugar de hacerlo hacia el tú del otro sexo, desviando así la orientación de la
sexualidad. La homosexualidad procede de la incapacidad de abrirse a la
alteridad sexual.
• En la actividad homosexual se realiza un acto deliberado con el que se acepta
libremente la orientación espontánea. Este acto deliberado puede ser desde
una fantasía homosexual, acompañada de masturbación, hasta un acto genital
con otra persona del mismo sexo. Catecismo de la Iglesia Católica. 2367

• La transexualidad se da en personas que se perciben en un sexo diferente al


que les correspondería según su psicología. Se sienten atrapadas en un cuerpo
que no les corresponde sexualmente.
• El comportamiento homosexual, que se refiere a la práctica homosexual
deliberada.
• La tendencia homosexual, que puede darse en personas que practiquen o no
la homosexualidad, cuando experimentan una tendencia hacia su propio sexo,
ya sea en una época de su vida o siempre.  
•  
También se distingue entre:
Pseudohomosexualidad cuando se crea una relación de dependencia o de dominio o
de ambas, que puede desembocar en una acción erótica.
Homosexualidad transitoria experimentada principalmente por los adolescentes o por
personas que se encuentran temporalmente aisladas del otro sexo, como es el caso de
los encarcelados.
Homosexualidad definida (llamada por otros, irreversible) cuando la persona vive y
expresa su tendencia homosexual de modo habitual.
Homosexualidad imaginaria o temida que se presenta entre los adolescentes en
períodos de inseguridad o depresión en los que tienen miedo a volverse
16

homosexuales, quizás por tener una atracción fugaz o un pensamiento repentino


sobre alguna actividad con una persona de su propio sexo.
Pederastia: indica las relaciones sexuales con personas jóvenes del mismo sexo.

• La homosexualidad es una representación psicológica de la vida instintiva del


individuo, que se articula alrededor de personas del mismo sexo, excluyendo
el otro.
• Las razones psicológicas que llevan a los individuos a radicarse en esta
dinámica afectiva son de diverso orden:
• Cuando la fijación es precoz, el sujeto puede tener la impresión de que nació
con esa tendencia.
• Entre los seis y los dieciocho meses, el niño vive un periodo llamado periodo
de espejo, en el cual él comienza a tomar conciencia de sí mismo a través de
la mirada de los padres, sobre todo de la madre, y puede enamorarse de su
imagen que él percibe, buscándola a continuación en las demás personas del
mismo sexo.

• En la niñez y la adolescencia el sujeto pasa por unos períodos de excesiva


energía psicológica sobre su persona que pueden desencadenar narcisismo,
complejo de Edipo, bisexualidad psíquica, entre otros fenómenos.
• La bisexualidad psíquica en este momento significa que el sujeto puede hacer
Homosexualidad: un
dialogar los dos sexos en su interior, que no es lo mismo que decir que el
trastorno de la
sujeto es hombre y mujer a la vez, significa que el sujeto realiza una necesaria
personalidad
identificación con otros sujetos de su mismo sexo para confortar su identidad
sexual.
• El fracaso de este proceso favorece la aparición de tendencias sexuales
anormales, que se expresan como falta de simbolización de la diferencia
sexual, períodos alternados de relaciones intensas con uno u otro sexo, duda y
confusión de identidad, homosexualidad, transexualidad y pederastia.

En el hombre la homosexualidad expresa una relación femenina con el padre, del que
el sujeto siente resentimiento, porque rechaza en él, de manera más o menos
imaginaria, su ausencia, o su debilidad o porque siente un vago deseo hacia el padre a
quien ve como inalcanzable. Como no valoriza ni reconoce el lugar del padre,
sobreestima a la madre.
En la mujer hay una identificación con el padre mezclada al mismo tiempo con una
repulsa paradójica a la imagen masculina, esto ocurre porque en el momento
adecuado no se dio la debida identificación con la madre, que es lo que genera la
feminidad. La lesbiana adopta actitudes viriles o, por el contrario, de sumisión frente a
otras mujeres.

El homosexual no • El proceso de identificación comienza de manera positiva o negativa


nace: se hace dependiendo de la imagen que la persona tiene de los padres. Si la imagen es
negativa, el niño rechazará al padre de su mismo sexo y buscará en otra
persona de su propio sexo ese polo de autoridad paterna o de ternura y
afecto materno en una persona de su mismo sexo, sublimándola o
convirtiéndola en algo imaginario.
• Cuando este sentimiento permanece y es erotizado el sujeto se instala en una
conducta defensiva con respecto al sexo contrario y es este el momento
preciso en que, si la persona siente que su inclinación es valorada por alguien
o por la sociedad, pierde la orientación correcta de su sexualidad y la norma
17

de relación sexual en su proceso de socialización.


• Se ha confirmado como cierta una de las teorías de Freud, según la cual la
homosexualidad es la expresión del fracaso de la experiencia de Edipo y una
regresión a pulsos pre-genitales.

• Por lo general, el homosexual es un deprimido, encubierto o no, y quiere


compensar su estado depresivo demandando aceptación o haciéndose la
víctima, porque en el fondo nunca podrá tener una vida plena, es un
deficiente.
• Sus relaciones afectivas son inestables, por culpa de una erotización inmediata
El carácter del
y paranoica de su pareja.
homosexual
• Como el sujeto se siente de algún modo deficiente, trata de afirmarse
cultivando el físico, por ejemplo en el caso de los hombres, o buscando
compensaciones narcisistas a las frustraciones que él mismo se provoca
progresivamente.

La Iglesia no rechaza • La doctrina de la iglesia considera a la homosexualidad como objetivamente


al homosexual, pero mala, porque es un vicio contra la naturaleza, ya que la relación sexual que se
no puede justificar da entre homosexuales niega el carácter unitivo y procreativo de la unión
su conducta sexual.
• En nuestros días, fundándose en observaciones de orden psicológico,
han llegado algunos a juzgar con indulgencia, e incluso a excusar
completamente, las relaciones entre ciertas personas del mismo sexo,
en contraste con la doctrina. Se hace una distinción, que no parece
infundada, entre los homosexuales cuya tendencia, proviniendo de una
educación falsa, de falta de normal evolución sexual, de hábito
contraído, de malos ejemplos y de otras causas análogas, es transitoria
o a lo menos no incurable, y aquellos otros homosexuales que son
irremediablemente tales por una especie
Ahora bien, en cuanto a los sujetos de esta segunda categoría, piensan
algunos que su tendencia es natural hasta tal punto que debe ser
considerada en ellos como justificativa de relaciones homosexuales en
una sincera comunión de vida y amor. Declaración acerca de ciertas
cuestiones de ética sexual. .
• Indudablemente esas personas homosexuales deben ser acogidas, en
la acción pastoral, con comprensión y deben ser sostenidas en la
esperanza de superar sus dificultades personales y su inadaptación
social. También su culpabilidad debe ser juzgada con prudencia. Pero
no se puede emplear ningún método pastoral que reconozca una
justificación moral a estos actos por considerarlos conformes a la
condición de esas personas. Según el orden moral objetivo, las
relaciones homosexuales son actos privados de su regla esencial e
indispensable. En la Sagrada Escritura están condenados como graves
depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de
una repulsa de Dios. Este juicio de la Escritura no permite concluir que
todos los que padecen de esta anomalía son del todo responsables,
personalmente, de sus manifestaciones; pero atestigua que los actos
homosexuales son intrínsecamente desordenados y que no pueden
recibir aprobación en ningún caso.

• “Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias


homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual; ésta constituye
para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con
18

respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de


discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de
Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las
dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”.
• “Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes
de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el
apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental,
pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.”
Catecismo de la Iglesia Católica. No. 2358
“Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes
de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el
apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental,
pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.”
• Catecismo de la Iglesia Católica No. 2358

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