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consejos para la
superación
Los celos e inseguridades pueden convertirse en uno de los
peores enemigos de las relaciones por ello, te mostramos cómo
controlar los celos.
13 diciembre, 2018 15:49
1. CELOS
2. INTELIGENCIA EMOCIONAL
3. RELACIONES DE PAREJA
Ada Funes
Seguro que en alguna ocasión habrás sufrido celos. Se trata de una
reacción ante una posible amenaza de perder algo que
queremos, como por ejemplo a nuestra pareja. Es importante
tener presente que los celos aparecen cuando una persona tiene
sospechas de que la persona a la que se quiere puede tener
sentimientos por otra.
También puede referirse al sentimiento de envidia hacia otras
personas, como pueden ser amigos, compañeros de trabajo, etc.
Según los expertos en psicología, los celos pueden llegar a
aparecer en personas de cualquier estrato social, situación
económica, cultura, etc.
Causas de los celos
Las causas de los celos pueden llegar a ser muy diferentes. Entre
ellas, destacan:
5. No ‘juegues’ juegos
8. Apréciate a ti mismo
Una de las principales
razones por las que las personas son celosas es debido a una baja
auto-estima y por inseguridad. Piensan que no son suficientemente
buenos para merecer la relación de pareja, que su pareja se dará
cuenta tarde o temprano y buscará alguien más. Ten presente que tu
pareja eligió estar contigo y tiene razones para hacerlo. Esta elección
proviene necesariamente del hecho que tienes la capacidad de
hacerle sentir bien, y por esto decide estar contigo. Y esta capacidad
es algo tuyo, y que sería deseable que fuera recíproco (que tu pareja
también tenga la capacidad de hacerte sentir bien). Es decir, recuerda
que es por tus cualidades positivas que tu pareja está a tu lado.
10. Sé positivo
Los celos son comportamientos que se alimentan del miedo. Pasas
tiempo con angustia preocupándote de algo que no ha sucedido y que
probablemente nunca vaya a suceder. Al hacer esto, aumentas las
probabilidades que malas cosas sucedan al dar lugar a la sospecha y
la falta de confianza. Intenta más bien en enfocarte en lo positivo. Sé
feliz de lo que tienes. Y piensa que si alguien va a heriste, no hay
nada que puedas hacer, pues no puedes impedirlo. De poco sirve que
lo vigiles, lo acuses o espíes, esto no es lo que impedirá que alguien
más pueda herirte. Si confías en alguien, entonces ofrécele un voto de
confianza. El beneficio de la duda es importante para que una relación
pueda funcionar. Evidentemente no se trata de confiar ciegamente en
el otro, pues nadie es perfecto y se puede equivocar, pero tienes que
hacerle saber con claridad que es un requisito el ser confiables el uno
para el otro. Y si sientes que la persona no te da confianza, si sientes
que la persona parece mentirosa o no es seria respecto al
compromiso, entonces mejor no te enganches en una relación. Confía
en que puedes construir una mejor relación con alguien más.
Los celos están relacionados con la inseguridad y la falta de confianza en uno mismo.
Algunas personas consideran los celos como un tipo de envidia, aunque, en realidad, se
trata más bien de un temor; consisten en el miedo a perder algo, como por ejemplo una
persona, una cosa o una posición social. Los celos, por lo tanto, son una respuesta
emocional que pretende proteger ese elemento que se considera bajo amenaza.
Cuando hablamos de celos en la pareja, nos referimos al miedo a que esta nos sea infiel
o a perderla. El temor a ser rechazados o a ser sustituidos por otra persona da lugar a
pensamientos distorsionados o irracionales; estos miedos llevan en última instancia a
intentar controlar a la pareja, pretendiendo alcanzar una seguridad que reafirme la
relación.
Todas las personas, en un momento dado, hemos sentido celos. Se trata de una reacción
emocional inherente al ser humano, y como tal no puede ser evitada. Estos celos pueden
ser más o menos intensos, en función de diversos factores, pero principalmente de la
causa que los motiva. Así, podemos hablar de diferentes elementos que pueden dar
lugar a los celos:
Otras veces, hay personas que simplemente no saben estar solas; necesitan de una pareja
permanentemente a su lado para dar plenitud a su vida, y sin ella se sienten inseguras.
En estos casos, los celos no vienen motivados tanto por afecto al otro, sino por una
preocupación hacia uno mismo.
Otras veces, el miedo real es a no poder tener otra pareja. En la sociedad actual, puede
parecer que tener pareja es casi una meta no escrita de todas las personas. Esta presión
puede hacer creer a algunos individuos que deben aferrarse como sea a su actual pareja,
no vaya a ser que no encuentren otra.
Baja autoestima.
Existen estudios que relacionan los problemas de apego en la infancia con los celos en
la vida adulta. Las personas que se han criado con problemas de apego suelen
tener patrones afectivos desestructurados; esto les suele hacer emocionalmente
inestables, inseguros y con baja autoestima. Del mismo modo, quienes han tenido unos
padres cuya relación estuvo marcada por los celos, es más probable que reproduzcan
estas actitudes en su vida adulta.
Experiencias previas
Otra de las causas comunes de los celos se encuentra en los patrones afectivos mal
aprendidos. En este caso hablaríamos de relaciones previas en la que nuestra anterior
pareja era celosa; esta forma de comportamiento puede dar lugar a llegar a creer que lo
normal es ser celoso. En estos supuestos, debemos entender que el haber vivido un mal
hábito no debe dar lugar a que lo repliquemos; si en nuestra anterior relación nuestra
pareja era celosa, sería contraproducente replicar ese error con nuestra actual pareja.
¿Cuáles son las principales señales de alarma de que los celos se están convirtiendo en un
problema?
Tal y como hemos mencionado, todas las personas sienten celos en un momento u otro
de su vida; se trata de una reacción normal, y no necesariamente negativa. El problema
sin embargo se da cuando estos celos se vuelven patológicos. En estos casos, se trata de
un problema serio que puede requerir de la intervención de un profesional cualificado.
Así, los síntomas más comunes de los celos patológicos son los siguientes:
Síntomas emocionales
Síntomas cognitivos
Síntomas conductuales
No cabe duda de que podemos hablar de la existencia de diferentes tipos de celos: sobre
el desempeño laboral, sobre la autorealización personal, respecto a los hermanos,
respecto a posesiones materiales, sobre la posición social, etc. Sin embargo, en este caso
nos ceñimos específicamente a los celos en la relación de pareja. En este sentido,
podríamos hablar de tres tipos muy diferenciados de celos:
Cuando los celos empiezan a deteriorar la relación de pareja, puede ser necesario acudir
a un profesional que nos ayude. En cualquier caso, el primer paso será determinar cuál
es su causa; solo así podremos empezar a buscar una solución efectiva que nos permita
ponerles fin o, al menos, controlarlos. Muchas veces la persona que sufre celos es
consciente de tener un problema, pero suele mostrarse reacia a buscar ayuda; o lo que es
peor, hace constante propósito de enmienda, pero realmente nunca llega a cambiar.
Sea como sea, hay varios elementos sobre los que trabajar cuando tratamos problemas
de celos. El primer aspecto es la autoestima del celoso, ya que esta es el origen de la
mayor parte del problema. Así, si se consigue reforzar su autoimagen personal y
autovaloración, se habrá realizado un gran avance.
Otro apartado que trabajar es el del desarrollo personal, los intereses y las aficiones
particulares. Cuando la persona con celos descubre la posibilidad de realizar actividades
individuales, y ver que esto no implica que vaya a establecer relaciones con otras
personas, asumirá con mayor naturalidad la parcela de individualidad de su pareja.
Celos infantiles
Generalmente suelen aparecer en el núcleo familiar, cuando el
niño siente que el cariño de sus padres ha disminuido o que no le
consienten como antes, lo que puede ocurrir debido a su
crecimiento o a la llegada de un nuevo miembro a la familia.
Celos debidos a la llegada de un hermanito: para un infante es muy difícil
comprender que la atención de los padres debe ser compartida entre
hermanos, más aún si se trata del primer hijo, ya que este está acostumbrado a
ser el centro de atención del hogar. Cuando esta es las circunstancias los
pequeños no miden la intensidad de sus celos y en muchas ocasiones hasta
exageran sus reacciones y se alteran, por lo que su inconformidad se hace
evidente.
Celos debidos a la reducción de afecto como consecuencia de su crecimiento: Si
se trata de que el infante percibe que las muestras de afecto han disminuido,
pero estas no están siendo destinadas a otro individuo, sino que ocurre porque
sus padres ya esperan un grado mayor de madurez y han dejado de mimarlo
como cuando era más pequeño, entonces el sentimiento de desolación lo
invade y trata de llamar la atención.
En ambos casos es importante explicarle al niño lo que sucede,
repetirle que se le quiere y demostrárselo; además, si de un nuevo
bebé se trata, es trascendental hacer todo lo posible por incluir al
infante en la vida de su nuevo hermano, para que este cree un
vínculo de amor y protección que desplace los celos y permita
sentar las bases de una buena relación en el futuro.
Celos de pareja
Es el tipo más común, incluso cuando se emplea el
término celos las personas lo asocian directamente con problemas
en las relaciones amorosas, ya que no conocen los otros ámbitos
en los cuales estos pueden manifestarse.
Son diversas las causas por las que se producen los celos de
pareja, sin embrago, existen algunas circunstancias que pueden
resultar determinantes para que estos se presenten, como por
ejemplo la falta de confianza, la autoestima baja, la inestabilidad y
la inseguridad que siente el individuo que expresa los celos; así
como el interés que alguno de los involucrados pueda demostrar
por otra persona. Cuando aparece un tercero, ya sea un amigo,
compañero de trabajo, vecino, o se ocasiona algún reencuentro
con un conocido que se tenía años sin ver, las personas celosas lo
perciben como una amenaza, sobre todo si notan algún tipo de
atracción por parte de alguno de los involucrados.
Asimismo, cuando ya la relación ha atravesado por un proceso
difícil, en el cual alguno de los individuos ha sido infiel, es común
que el afectado sienta que en cualquier momento su compañero
puede volver a hacerlo, lo que genera que active la vigilancia y los
pensamientos negativos, los cuales a su vez desatan episodios
de ansiedad. También puede darse el caso de que la persona
celosa imagine escenarios en los que su pareja repite la
infidelidad, y hasta puede llegar a asimilarlos como reales, lo que
empeora el sentimiento de traición y deteriora aún más la
relación.
En una relación de pareja la confianza debe ser el pilar
fundamental, y esta siempre tiene que ir acompañada del respeto
y la compresión. Sin duda, el verdadero cariño se encuentra
cuando los sujetos están en libertad de elegir a alguien más y
prefieren quedarse con el ser amado, con quien ya han
compartido innumerables momentos. Por ello, a pesar de que los
celos son el reflejo del temor que se tiene de perder a esa persona
especial, deben ser controlados, pues es la única manera de vivir
una feliz vida de pareja.
Celos ocasionales
Se manifiestan cuando ocurre algún evento que despierta este
mecanismo de defensa, el cual provoca que el individuo se ponga
en alerta y ejecute acciones que demuestren su molestia o
denoten la incomodidad que la situación les produjo. Este nivel
suele conocerse como el natural, pues el período de tiempo entre
una escena de celos y otra suele ser largo.
Celos reactivos
Son los que se producen después de haber atravesado por un
episodio de celos intenso, lo que origina que cada vez que ocurra
algún problema los implicados recuerden el evento anterior y
traten de justificarse rememorando el pasado. La diferencia entre
este nivel y el anterior, es que los celos reactivos se manifiesta en
una etapa avanzada de la relación, por lo que existe mayor
compromiso, las escenas se presentan con cierta regularidad y
suelen afectar más a los involucrados. Estos son los celos que se
experimentan después de haber sufrido alguna infidelidad.
Celos proyectados
Son aquellos que aparentemente se expresan de manera
injustificada, pues no existe algún hecho concreto que haya sido
el responsable de despertar esta emoción, sin embargo, desde el
punto de vista psicológico, se trata de deseos reprimidos por la
persona que manifiesta las escenas de celos, pues lo que esta le
critica a su compañero es aquello que tiene anhelos de realizar y
no lo hace por la responsabilidad o el compromiso que siente de
mantenerse en la relación; por ello se conocen como celos
proyectados. En el caso de las parejas sentimentales, este nivel de
celos es muy común en la persona que se encuentra tentada a ser
infiel.
Celos patológicos
También conocidos como enfermizos. En ellos las escenas de
celos son recurrentes, debido a que la persona que manifiesta
esta condición se aprovecha de circunstancias reales o imaginarias
para retar a su compañero. Quienes sufren de este nivel de celos
siempre fracasan en sus relaciones, ya sean de índole familiar, de
amistad o amorosa, porque nunca se encuentran conformes con
las actitudes de los individuos que los rodean y es tal la
desconfianza en sí mismos que siempre creen que el otro está en
búsqueda de algo mejor o que tiene expectativas más elevadas de
las que ellos pueden cubrir.