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Si no te gusta hacer las labores hogareñas, el lado bueno quizá pueda ser
que realizándolas inviertes tiempo para otras actividades y te distraes, o que
podrás ver un espacio ordenado que te ayuda a activar un mindset de
disciplina o de tranquilidad y orden. Dentro de este capítulo encontrarás un
ejercicio llamado preguntas de foco que es, esencialmente, una herramienta
de reencuadre. Por ahora puedes partir con esta dinámica simple.
Al principio será raro, sentirás que lo que estás haciendo no tiene sentido
y que, además, se siente incómodo, como el ejercicio del pulgar o el de hacer
público tu compromiso al cambio. Eso es normal, de hecho, espero que se
produzca. Cuando haces ejercicio físico, no sólo te cansas, también duele
cuando te exiges mucho. Nuestro cerebro funciona de forma similar; no sólo
se cansa por el consumo de energía, también suele producirse un efecto
llamado disonancia cognitiva, que es el comportarte de una forma que va en
contra de tus creencias que, a su vez, genera estrés. Es como cuando, por
ejemplo, sabes que debes hacer algo como tener una conversación difícil,
pero te resistes a hacerlo y eso te genera ansiedad. Necesitas hacer
repeticiones para hacer que eso se transforme en un hábito, por lo que te
recomiendo que utilices las técnicas de formación de hábitos, que vimos
anteriormente, para realizar el siguiente ejercicio.
Cada noche, antes de dormir, repasa tu día y evalúa todos los eventos
relevantes que vengan a tu mente, toma apunte de esos pensamientos. Luego,
anota la respuesta a la siguiente pregunta: ¿cómo puede ser esto una
oportunidad? O ¿Cómo esta actividad me puede resultar positiva? Al
finalizar, lee cada una de las respuestas que anotaste.
¿Por qué de noche? Porque te irás a dormir habiendo hecho priming de
abundancia; todo lo que pusiste en el escritorio virtual de tu mente fueron
oportunidades. Este priming se verá intensificado ya que, al dormir, y en los
momentos previos, no sólo nuestra mente tendrá una alta activación de este
mindset de oportunidades, sino que también nuestra facultad crítica desciende
hasta un punto en el que, en ocasiones, no logramos distinguir un sueño de la
realidad. Más adelante exploraremos algunas técnicas, como la de sueños
lúcidos o la autohipnosis, que nos permitirán tomar control de este estado de
alta permeabilidad mental y ponerlo a nuestro favor.
Nuevamente, lo que te enseño son herramientas que puedes combinar y
modificar a tu gusto y según sea tu realidad. Volvamos al propósito.
En el libro «Piense y Hágase Rico» de Napoleon Hill, se define el deseo
como el propósito definitivo, que sería, a su vez, lo que guía tu vida con toda
vehemencia, ese algo por lo cual estarías dispuesto a arriesgarlo todo. Es lo
que guiará el camino que debes seguir, ese destino motivante al que deseas
llegar y que te motivará a sortear cualquier obstáculo que surja. Por otro lado,
Jim Kwik, define el propósito como la aplicación de tu pasión en la ayuda de
los demás.
En japonés, existe un concepto llamado Ikigai, que significa «la razón de
ser». Este concepto se basa en la existencia de cuatro dimensiones que
definen tu pasión: lo que amas, lo que te permite subsistir o ganar dinero, lo
que necesita el mundo, y en qué eres bueno.
Ikigai: «Tu razón de ser»
Una vez que ya tengas alguna noción de tu propósito, bien sea que
puedes verbalizarlo o no, utiliza el ejercicio de visualización: dibuja tu
propósito de forma vívida e imagínate en ese estado futuro.
¿Eres un cangrejo?
Ya hemos dicho que el mundo externo también tiene efectos
fundamentales en nuestra mente. Nuestro entorno es un mar de estímulos que
realizan un priming sobre nuestra mente, lo queramos o no; el cómo está
diseñada una oficina, si estudio en mi hogar o en una biblioteca, si entreno en
un gimnasio o en un parque, todo influye sobre cómo nos comportaremos.
En un experimento, algunos investigadores tomaron un centro de
llamadas destinado a la recaudación de fondos. Al inicio del turno,
entregaban las instrucciones impresas para comunicar de mejor manera el
mensaje y así lograr recaudar una mayor suma de dinero. A un grupo en
particular, se les entregó la lista impresa en una fotografía de un atleta
llegando a la meta. Al final del turno, este último grupo recaudó un 60% más
que el resto de las personas del centro de llamadas (Latham y Piccolo, 2012).
Las variables del entorno, que abordamos en el capítulo anterior, tienen un
impacto más profundo del que imaginamos.
Tony Robbins salta, todas las mañanas, a una piscina de agua fría con el
único y exclusivo propósito de entrenar su determinación. «Si digo voy, es
voy». ¿Qué acciones puedes tomar, inmediatamente, para adecuar tu entorno
de modo que los estímulos que recibes sean favorables para ti? ¿Quizá pintar
tu hogar de otro color, colgar cuadros que inspiren éxito, o cambiar el fondo
de pantalla de tu teléfono u otro?
¿Qué hay de nuestro círculo cercano? En el libro «The Compound
Effect» de Darren Hardy (Hardy, 2012), se cita un estudio de David
McClelland (Harvard) en el que se concluye que las personas con quienes
pasamos más tiempo, son responsables del 95% del éxito que alcanzaremos
en nuestra vida. Existen muchos estudios que cuestionan si son las cinco
personas más cercanas o si son diez, si es 95% o un 50%, lo cierto es que
todas convergen en que hay una relación directa entre nuestro éxito y nuestro
entorno cercano.
Descripción
Este es un ejercicio simple para ponerlo en el papel, pero difícil en la
práctica. Hazlo a consciencia y ejecútalo sin pensar.
Instrucciones