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el propósito o el «para qué» de una actividad específica, pero, además, nos

servirá para llevar a cabo las técnicas específicas de priming o activación de


esquemas mentales, para hacer de esta forma de pensar un patrón recurrente
que será ejecutado por nuestro inconsciente, transformándolo en el patrón de
menor resistencia, esto es lo que buscamos desde un punto de vista más
estricto.
Descripción
Si te fijas, este ejercicio es similar a uno de los pasos de las preguntas de
foco, en el que debes buscar un punto de vista positivo. La principal
diferencia es que esta es una aplicación directa a cualquier evento o patrón
que lo amerite.
Instrucciones
Es simple; para cada actividad o evento para el cual identifiques que
tienes una percepción negativa pregúntate:

1. ¿Cómo me ayuda esto?


2. ¿Cómo puedo ver esto como una oportunidad?
3. ¿Qué es lo positivo de esto?

Si no te gusta hacer las labores hogareñas, el lado bueno quizá pueda ser
que realizándolas inviertes tiempo para otras actividades y te distraes, o que
podrás ver un espacio ordenado que te ayuda a activar un mindset de
disciplina o de tranquilidad y orden. Dentro de este capítulo encontrarás un
ejercicio llamado preguntas de foco que es, esencialmente, una herramienta
de reencuadre. Por ahora puedes partir con esta dinámica simple.
Al principio será raro, sentirás que lo que estás haciendo no tiene sentido
y que, además, se siente incómodo, como el ejercicio del pulgar o el de hacer
público tu compromiso al cambio. Eso es normal, de hecho, espero que se
produzca. Cuando haces ejercicio físico, no sólo te cansas, también duele
cuando te exiges mucho. Nuestro cerebro funciona de forma similar; no sólo
se cansa por el consumo de energía, también suele producirse un efecto
llamado disonancia cognitiva, que es el comportarte de una forma que va en
contra de tus creencias que, a su vez, genera estrés. Es como cuando, por
ejemplo, sabes que debes hacer algo como tener una conversación difícil,
pero te resistes a hacerlo y eso te genera ansiedad. Necesitas hacer
repeticiones para hacer que eso se transforme en un hábito, por lo que te
recomiendo que utilices las técnicas de formación de hábitos, que vimos
anteriormente, para realizar el siguiente ejercicio.
Cada noche, antes de dormir, repasa tu día y evalúa todos los eventos
relevantes que vengan a tu mente, toma apunte de esos pensamientos. Luego,
anota la respuesta a la siguiente pregunta: ¿cómo puede ser esto una
oportunidad? O ¿Cómo esta actividad me puede resultar positiva? Al
finalizar, lee cada una de las respuestas que anotaste.
¿Por qué de noche? Porque te irás a dormir habiendo hecho priming de
abundancia; todo lo que pusiste en el escritorio virtual de tu mente fueron
oportunidades. Este priming se verá intensificado ya que, al dormir, y en los
momentos previos, no sólo nuestra mente tendrá una alta activación de este
mindset de oportunidades, sino que también nuestra facultad crítica desciende
hasta un punto en el que, en ocasiones, no logramos distinguir un sueño de la
realidad. Más adelante exploraremos algunas técnicas, como la de sueños
lúcidos o la autohipnosis, que nos permitirán tomar control de este estado de
alta permeabilidad mental y ponerlo a nuestro favor.
Nuevamente, lo que te enseño son herramientas que puedes combinar y
modificar a tu gusto y según sea tu realidad. Volvamos al propósito.
En el libro «Piense y Hágase Rico» de Napoleon Hill, se define el deseo
como el propósito definitivo, que sería, a su vez, lo que guía tu vida con toda
vehemencia, ese algo por lo cual estarías dispuesto a arriesgarlo todo. Es lo
que guiará el camino que debes seguir, ese destino motivante al que deseas
llegar y que te motivará a sortear cualquier obstáculo que surja. Por otro lado,
Jim Kwik, define el propósito como la aplicación de tu pasión en la ayuda de
los demás.
En japonés, existe un concepto llamado Ikigai, que significa «la razón de
ser». Este concepto se basa en la existencia de cuatro dimensiones que
definen tu pasión: lo que amas, lo que te permite subsistir o ganar dinero, lo
que necesita el mundo, y en qué eres bueno.
Ikigai: «Tu razón de ser»

Definiciones de propósito encontrarás millones, pero notarás que todas


convergen en lo mismo: hacia dónde quieres dirigir tu vida. Lo interesante es
lo siguiente: los mecanismos inconscientes de los cuales ya hablamos
repetidamente a lo largo de este libro, son mecanismos automáticos en los
cuales su principal función es perseguir los objetivos para los cuales son
programados.
Descripción ejercicio 1
¿No tienes claro tu propósito? Asumiremos, por ahora, que tus mapas
son robustos, si no lo son, en el siguiente capítulo los abordaremos.
Instrucciones
Responde las siguientes preguntas:
¿Cuáles fueron las últimas actividades que realizaste y que
disfrutaste mucho?
¿Cuáles fueron las últimas situaciones en las que te comprometiste
al 100%?
¿A qué dedicas tu tiempo libre?
Si tuvieras un millón de dólares para cubrir el costo de tu vida;
¿qué harías, a qué dedicarías tu tiempo?
¿De qué te sientes orgulloso en tu vida?
Si te dijera que en cinco años más aparecerás en la portada de un
periódico, ¿qué te gustaría que dijera el titular?
¿Qué harías sin importar el pago?
¿Cómo fue la última vez que le entregaste algo significativo a
alguien?, ¿qué fue?
Busca las respuestas detenidamente. Puedes pedirles a otros que te
ayuden a responder según lo que ellos ven de ti. Si te sientes un poco
desorientado es normal, no eres el único.
Descripción ejercicio 2
Este es un ejercicio de reframing que te ayudará a visualizar distintas
perspectivas y a resolver muchas interrogantes. Lleva el nombre de Disney
pues era un ejercicio utilizado en el proceso creativo de sus altos ejecutivos
cada vez que enfrentaban un desafío.
1. Toma tres sillas o asientos.
2. Coloca dos frente a frente y una en el medio, como en la imagen.
3. La de un extremo te representará a ti.
4. La del otro extremo representará a alguien que estimas y que te conozca
muy bien.
5. La silla que se encuentra en medio es la de un observador.
Ejercicio de creatividad de Disney

Siéntate en la primera silla y ten un diálogo imaginario con la persona


que tienes en frente sobre tu propósito. No hay una pauta, sólo háblale a esa
persona, cuéntale qué piensas, cuáles son tus dudas y tus inquietudes.
6. Cuando estés listo, siéntate en la silla de enfrente. En esta oportunidad
encarnarás a aquella persona con quién estabas hablando y conversarás
con tu yo ficticio sentado en la silla del paso anterior. Responde a lo
que él te dijo anteriormente.
7. Finalmente, siéntate en la silla del medio, ahora encarnas al observador
que estuvo atento al diálogo, cuéntales a ambos lo que piensas de
aquella conversación.
8. Repite el proceso todas las veces que estimes conveniente.

Una vez que ya tengas alguna noción de tu propósito, bien sea que
puedes verbalizarlo o no, utiliza el ejercicio de visualización: dibuja tu
propósito de forma vívida e imagínate en ese estado futuro.

¿Eres un cangrejo?
Ya hemos dicho que el mundo externo también tiene efectos
fundamentales en nuestra mente. Nuestro entorno es un mar de estímulos que
realizan un priming sobre nuestra mente, lo queramos o no; el cómo está
diseñada una oficina, si estudio en mi hogar o en una biblioteca, si entreno en
un gimnasio o en un parque, todo influye sobre cómo nos comportaremos.
En un experimento, algunos investigadores tomaron un centro de
llamadas destinado a la recaudación de fondos. Al inicio del turno,
entregaban las instrucciones impresas para comunicar de mejor manera el
mensaje y así lograr recaudar una mayor suma de dinero. A un grupo en
particular, se les entregó la lista impresa en una fotografía de un atleta
llegando a la meta. Al final del turno, este último grupo recaudó un 60% más
que el resto de las personas del centro de llamadas (Latham y Piccolo, 2012).
Las variables del entorno, que abordamos en el capítulo anterior, tienen un
impacto más profundo del que imaginamos.
Tony Robbins salta, todas las mañanas, a una piscina de agua fría con el
único y exclusivo propósito de entrenar su determinación. «Si digo voy, es
voy». ¿Qué acciones puedes tomar, inmediatamente, para adecuar tu entorno
de modo que los estímulos que recibes sean favorables para ti? ¿Quizá pintar
tu hogar de otro color, colgar cuadros que inspiren éxito, o cambiar el fondo
de pantalla de tu teléfono u otro?
¿Qué hay de nuestro círculo cercano? En el libro «The Compound
Effect» de Darren Hardy (Hardy, 2012), se cita un estudio de David
McClelland (Harvard) en el que se concluye que las personas con quienes
pasamos más tiempo, son responsables del 95% del éxito que alcanzaremos
en nuestra vida. Existen muchos estudios que cuestionan si son las cinco
personas más cercanas o si son diez, si es 95% o un 50%, lo cierto es que
todas convergen en que hay una relación directa entre nuestro éxito y nuestro
entorno cercano.
Descripción
Este es un ejercicio simple para ponerlo en el papel, pero difícil en la
práctica. Hazlo a consciencia y ejecútalo sin pensar.
Instrucciones

1. Busca la plantilla para realizar este ejercicio en la sección de


recursos en la página web del libro
(https://www.60horas.com/recursos/).
2. En cada burbuja, anota el nombre de las personas más cercanas a
ti, pueden ser personas de tu familia, amigos cercanos, compañeros
de trabajo, o una combinación de estos. Puedes agregar nuevas
burbujas si así lo deseas.
3. Del 1 al 10, siendo el 10 la mejor nota que logras al conjugar todos
los factores, hábitos, esquemas mentales y definiciones de éxito,
que aspiras alcanzar para lograr el éxito como persona, ¿qué nota
te pondrías actualmente?, anótala.
4. Utilizando la misma forma de evaluación, ¿qué nota le pondrías a
cada uno de los miembros de tu círculo cercano?
5. Finalmente, calcula el promedio de la nota que pusiste a tu círculo
cercano y compara: ¿cómo es este promedio con respecto a la
autoevaluación que hiciste en el paso 3?

¿Qué acciones inmediatas puedes tomar para mejorar tu «nota»? ¿Qué


debes hacer con las relaciones que te restan para lograr tu propósito? Y, ¿qué
debes hacer con aquellas que te suman?
Evaluación de impacto de tu entorno
Bien. Digamos que aspiras a llegar a un 10, tu estado actual es un 6.
¿Cuál es el promedio de la nota de las cinco personas más cercanas que te
rodean?
Supongamos que el promedio de quienes te rodean es un 4; lo más
probable es que tú también estés en ese nivel. Esto no se debe,
necesariamente, a que la valoración de ellos resultó ser una «peor» nota, sino
más bien por el desgaste que el grupo ejerce en ti. Y quizás no sea el grupo
completo, sino sólo una persona o dos. El grupo al cual perteneces determina
quién eres y también el cómo los demás te juzgan (social proof).
La recomendación parece sencilla; rodéate de gente que te aporte para
alcanzar un 10, personas a las que admires y que contribuyan con tu
crecimiento personal. Despréndete de relaciones tóxicas que sólo te agregan
peso y te hacen daño. Pero, ¿qué pasa si una de esas personas es un familiar?,
¿acaso uno no se debe a la familia? Este ejercicio no es fácil, no existe una
única respuesta y no todo es blanco y negro; busca la forma de gestionar tus
relaciones de la mejor manera, acorde con esta realidad; si puedes
desprenderte de relaciones tóxicas, hazlo. Si no puedes, busca la manera de
tomar suficiente distancia de ellas.
¿Qué es la mentalidad de cangrejo? Los pescadores de cangrejos, suelen
utilizar recipientes para depositarlos vivos mientras siguen realizando sus
labores. Naturalmente, el instinto de los cangrejos es escapar del contenedor,
hecho por el cual intentan escalar por las paredes. Aunque el contenedor esté
relativamente lleno y los cangrejos, eventualmente, logran escapar, los
pescadores saben que no es necesario colocar una tapa, ¿por qué? Cuando
uno de los cangrejos está a punto de lograr el escape, y con ello su libertad,
los otros cangrejos se aseguran de que no sea así, arrastrándolo nuevamente
al contenedor, ¿te suena esto familiar?
En algunas culturas es más acentuado que en otras el hecho de que cada
vez que alguien intenta surgir, su entorno busca rebajar a aquella persona,
bien sea deslegitimando su éxito, haciendo burlas, o a través de la proyección
de creencias limitantes en esa persona. En Nueva Zelanda demostraron un
incremento del 18% en el rendimiento escolar cuando las notas eran
reportadas privadamente a cada estudiante, sin que los demás se enterasen de
los resultados de sus compañeros (Spacey, 2015).
¿Consideras que tu entorno limita el entendimiento o ejecución de tu
propósito? Escapa de allí, rodéate de personas que te motiven a sacar la mejor
versión de ti mismo, sin importar si fallas, sino que, por el contrario, te
enseñen que fallar no significa fracasar, es sólo un resultado que trae
aprendizaje y que eso es algo normal. Rodéate de gente que te sume,
procurando también sumar.

B. Motivación: motivo para tomar acción


La motivación es una fuerza motora que hay dentro de nosotros y que
nos estimula para tomar acción, para realizar alguna actividad, embarcarnos
en algún proyecto, o para hacer algo que no queremos hacer, pero aun así lo
hacemos. Es la puesta en marcha del propósito táctico o ulterior. La
motivación para realizar una actividad o adoptar un cambio, es decir, el qué.
Este interactúa con cuatro elementos que determinan el resultado del
comportamiento: el para qué, el cómo, el mindset y la habilidad.

El «para qué» lo constituye el propósito tanto táctico como


ulterior. Ya lo abordamos en la sección anterior, por lo que no será
necesario repetir más detalles.
El «cómo» será la estrategia y los objetivos necesarios a seguir
para llegar a destino paso a paso, desarrollaremos esta idea en los
párrafos siguientes.
El «mindset», como ya vimos, es el conjunto de recursos mentales.
En este caso es el estado emocional y la determinación necesaria
para generar la inercia requerida, las creencias que determinan qué
es posible y qué no, la dirección de nuestro foco de atención, el
priming que hagamos en nuestra mente, etc.
La «habilidad» será nuestra destreza para realizar la actividad. Por
ahora, quiero que te grabes lo siguiente: si la actividad está fuera
de nuestro espectro de lo que podemos lograr, simplemente eso
nos desmotivará, las simulaciones que podamos hacer de nosotros
ejecutando una acción serán «borrosas y lejanas», por lo que parte
de los objetivos iniciales para el logro del propósito, debiera
enfocarse en adquirir dichas habilidades.

¿Qué pasa con la procrastinación? «Por más que lo intente, no logro


encontrarle un sentido motivante a lavar platos o a hacer la tarea». Nuestro
cerebro no sólo considera el ganar o perder algo al realizar una actividad,
existen otros factores en la ecuación que hacen que el resultado sea
estimulante o no. Estos factores son la simulación y las asociaciones
activadas.
Cuando pensamos en realizar una actividad, ya sea tediosa o no,
simulamos en nuestra mente la ejecución de esa actividad. ¿Recuerdas el
ejemplo del rendimiento de las acciones, en la bolsa de valores, cuando estas
eran fáciles de leer o procesar por nuestra mente? Mientras más vívida o real

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