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El propósito de comenzar por este triángulo es que puedas aplicar las

herramientas aquí expuestas a lo que sigue en los otros capítulos. El


conocimiento de este libro es incremental; puedes aplicar lo que aprenderás
del manejo consciente a la destrucción de creencias o patrones (triángulo
generativo), o la formación de hábitos al planteamiento de estrategias
(triángulo direccional). Los tres triángulos se encuentran interconectados.
Dentro de los modelos mentales existen distintas subdivisiones, algunos
dividen la mente entre consciente e inconsciente, otros entre consciente y
subconsciente, otros entre el consciente, el subconsciente y el inconsciente.
Para nuestros efectos, separaremos a la mente en consciente y hablaremos de
la mente inconsciente o no consciente como sinónimos.

A. El sistema operativo mental: sistema


consciente e inconsciente
Comparada con una analogía sencilla, tu mente es como tu smartphone;
en su pantalla este muestra lo que deseas en ese preciso momento, presenta la
información con la cual estás interactuando en un lenguaje sencillo y
amigable para que puedas entenderlo, mientras que, tras bambalinas y sin que
lo notes, tu smartphone procesa gran cantidad de información, controla la
información que envía y recibe desde Internet; ejecuta el manejo de archivos
del sistema; actualiza las aplicaciones, el control del estado del hardware y la
optimización de sus condiciones; mantiene las aplicaciones que se ejecutan
en segundo plano; entre muchas otras cosas que debe llevar a cabo para
mantener el funcionamiento óptimo para el cual fue diseñado.
Como usuario, casi toda interacción que tienes con tu teléfono la
ejecutas con lo que está en pantalla y si quieres realizar alguna otra función
con este debes realizar una acción manual, como presionar algún icono.
Ahora bien, lo que ocurre en segundo plano (en el inconsciente), se ejecuta en
modo piloto automático. No se requiere que interactúes con la programación
del teléfono, son acciones rutinarias que este ejecuta una y otra vez, a veces,
con una frecuencia impensable.
Tu cerebro funciona de forma similar; tu consciente se encarga de
trabajar, únicamente, con lo que está en tu foco de atención y, durante el
procesamiento de esa información, filtra, elimina y generaliza en base a
creencias, percepciones, etc. En inglés, el prestar atención a algo se traduce
como «pay attention» (algo así como «pagar atención») y es que el ser
humano sólo puede prestar atención a una cosa a la vez y cuando decide
saltar de un foco a otro, se paga un precio. No sólo dejas de prestar atención
al foco anterior, sino que también se produce lo que se llama una ceguera
atencional; por una fracción de segundo dejamos de prestar atención a
cualquier cosa y nos perdemos de lo que sucede en el medio. (Raymond et
al., 1992).
El procesamiento consciente requiere de un alto consumo energético,
pero recordemos también que nuestro cerebro es una máquina de patrones;
cuando reconoce que algo es repetitivo, le delega la tarea a la parte no
consciente de nuestra mente, la cual es más eficiente y tiene mayor capacidad
de procesamiento.
Si sabes conducir, ¿recuerdas la primera vez que manejaste un
automóvil? Probablemente no te podías concentrar mucho en el camino, tu
preocupación estaba centrada más en presionar el embrague, mover la
palanca de cambios, presionar el acelerador, soltar el embrague, mirar los
espejos retrovisores… todo sin pasar por alto una luz roja o una señal de
«Pare»; cosa que quizás hiciste más de alguna vez, pues nuestra atención es
limitada. Sin embargo, si ya llevas conduciendo algún tiempo, sabrás que hoy
puedes manejar de un lugar a otro sin problemas, sin tener que prestar
atención a cada paso que debes dar para conducir durante el camino. Ese es tu
piloto automático en acción.
Somos una máquina de patrones. Aunque pueda sonar desalentador,
«caer en la rutina» es normal para el ser humano puesto que somos
«eficientes». Tenemos una rutina para estudiar, para estar con nuestra pareja,
para el trabajo, seguro hasta tienes exactamente la misma rutina para secarte
con la toalla luego de una ducha. ¿Cómo esperas lograr resultados distintos si
siempre ejecutas las mismas rutinas, una y otra vez? Así se forman los
hábitos, así se forman los patrones de pensamiento, de esta forma es como
terminas por «ser tú mismo».
B. La consciencia activada
Generar un estado de consciencia es el primer paso para generar
cualquier cambio, para identificar qué está sucediendo, romper patrones y
esquemas mentales, y usar tu facultad crítica a tu favor y, sin juicios,
discernir si un comportamiento es algo que quieres mejorar, cambiar o
eliminar.
Existen cuatro fases dentro de todo proceso de aprendizaje/cambio:

1. La incompetencia inconsciente: en esta etapa «no sabes que no


sabes». Simplemente actúas. Algunas veces tendrás éxito, aunque
en la gran mayoría de las veces no obtendrás los resultados
esperados y ni siquiera te cuestionarás el por qué o, peor aún,
culparás a cualquier cosa menos a ti. Sabes que el automóvil
existe, pero aún no eres consciente de que no eres capaz de
ponerlo en marcha.
2. La incompetencia consciente: luego, comienzas a analizar con
mayor detenimiento y te das cuenta de que «sabes que no sabes».
Te liberas de algunas creencias y dices: «Bueno, al parecer hay
algo que no sé hacer bien, después de todo», te haces consciente de
eso y comienzas a aprender. Eres capaz de hacer el análisis de que
lo que haces no se traduce en resultados concretos. Ahora te subes
al automóvil, sabes que aún no tienes las habilidades suficientes
para conducirlo, pero sabes también que puedes aprender.
3. La competencia consciente: con las repeticiones y experiencia,
comienzas a obtener buenos resultados de forma consistente.
«Sabes que sabes, y que puedes mejorar». Logras poner en marcha
el auto, pero aún eres consciente de cada cambio y cada ejecución
para avanzar, frenar, estacionar, etc., aún no es algo natural para ti,
aunque vas por buen camino.
4. La competencia inconsciente: finalmente «sabes y no tienes que
enfocarte en ello», en esta etapa simplemente fluyes. Puedes
conducir del punto A al punto B sin pensar cada movimiento que
hiciste durante el recorrido. El camino en el campo de trigo ya está
formado.
Fases del aprendizaje

De ahí en más, este es un ciclo que se repite constantemente. Es cuando


entramos en el llamado «estado de flujo», en el que, simplemente, actuamos
de forma natural sin cuestionarnos el éxito o el fracaso, sólo entendemos
resultados y avanzamos sin detenernos y sin importar los obstáculos. Estás
seguro de que sabes conducir y puedes seguir mejorando.
Si te das cuenta, el denominador común es el nivel de consciencia. En el
estado en el que te encuentras, deben existir muchas cosas que ya sabes sobre
ti mismo; te has tomado el tiempo de hacer un análisis introspectivo para
descubrir tus fortalezas y tus oportunidades de crecer, sin embargo, puede
que aún desconozcas muchas de ellas. La primera etapa es comenzar a tomar
consciencia, entrenar a tu cerebro para que le sea más fácil saber qué ocurre,
cuándo y por qué ocurre, de esta manera podrás realizar el cambio que te
propones.
«Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente
seguirá dirigiendo tu vida, y tú lo llamarás destino». Ni la formación de
hábitos, ni el descubrimiento y cambio de creencias, ni el rompimiento de
patrones, ni nada de lo que está en este libro será posible si no tomas
consciencia, si no haces un análisis crítico de ti mismo y de lo que crees
como cierto. Pero no basta con que tomes consciencia, también debes
distinguir el grado de control o injerencia que tienes sobre los hechos. De
nada servirá que tomes consciencia de algo si «todo es responsabilidad de los
demás», o que «todo es responsabilidad mía».
Descripción
Este es un ejercicio simple y complejo al mismo tiempo. Las preguntas a
responder son simples, pero se requiere de un sentido de autopercepción
tremendo. Haz el compromiso de analizarte sin juicios y responde: en
general, ¿las cosas ocurren por efecto de mis propias acciones o como
resultado del azar, destino o actuar de otros?
Puedes encontrar una guía en profundidad para este ejercicio en:
https://www.60horas.com/recursos/
Esto es lo que se conoce como locus de control interno o externo. En el
primer caso, las personas con locus interno tienden a valorar positivamente el
esfuerzo, habilidad y responsabilidad personal, mientras que las personas con
locus de control externo, tienden a atribuir méritos o responsabilidades a
otros. Esto no quiere decir que siempre te comportes de una u otra manera, es
una tendencia. La invitación que te hago es que identifiques cuál es tu locus
de control y, con base en ello, puedas equilibrar la balanza por medio del
juicio objetivo. Si quieres tomar el control de tu destino, lograr entender esto
es crucial. Las cosas deben dejar de ocurrir siempre, debes empezar a hacer
que ocurran cuando así lo desees. Toma consciencia, con conciencia.
Me adelantaré un poco y te haré otra recomendación: empieza a
entender tus creencias como hipótesis. ¿Cuál es la diferencia? Ambos son
supuestos de la realidad, pero la diferencia es que las hipótesis nos invitan a
probarlas, nos convidan a ser personas de mente abierta y permitir que el
mundo nos demuestre si algo es cierto o no. Todo aquello que afirmes sin
haberlo comprobado, sin tener un sustento en el cual basarse más que una
opinión, será indicio de una creencia. Toda reacción frente a un evento con el
cual no estés contento, será un patrón de comportamiento.
El estado en el cual prestamos atención a nuestros propios procesos
internos es la primera puerta que debemos abrir, esta se encuentra custodiada
por el guardia de seguridad, pero basta que hagamos que este estado de
consciencia y apertura sea un invitado habitual o emotivo, o que formemos el
hábito de pensar sobre nosotros sin juicios, basta con recordarle a ese
guardia, al menos en un inicio, que debe realizar esa acción.

B.1. Potenciar el estado de consciencia


Recuerda, el primer paso es tomar consciencia, esto es parte
fundamental de todos los capítulos. Ahora no nos interesa responder,
puntualmente, los «por qué» de lo que pensamos, el «¿por qué pienso que
puedo fallar?» o «¿por qué asocio el bienestar a la tranquilidad emocional?»,
nos interesa ser conscientes de nosotros mismos y nuestros procesos internos,
sin juicios, el responder esas preguntas vendrá después.
Nuestro estado de consciencia estará caracterizado por el SAR y por lo
que este activa dentro de nuestros esquemas mentales (es decir, lo que estará
sobre nuestro escritorio). Abordaremos tres ejercicios diferentes: de
activación o priming, entrenamiento de la atención e interrupción de patrones.

B.1.1. Activación o priming


El priming es el cómo produciremos la activación de nodos y esquemas.
Como se mencionó en la sección de mindset, los estímulos para producir la
activación pueden ser múltiples, tanto visuales, auditivos, kinestésicos o una
mezcla de ellos.
¿Quieres ver cómo se entrena al SAR y sus resultados esta noche?
Simple, antes de dormir, repite en tu mente un par de veces: «Esta noche me
acordaré de lo que sueñe y podré repasarlo al despertar», mejor aún, si
además te imaginas despertando al día siguiente habiendo recordado todo.
Tan sólo con pensar en algo y, sobre todo, si lo haces repetitivamente, le
comunicas a tu SAR que debe prestar atención a ello. Luego, al despertar,
verás los resultados.
Formas de hacer priming existen millones. Algunas de las técnicas para
generar activación, que verás en esta y otras secciones, ya se encuentran
diseñadas para producir este efecto. A continuación, podrás encontrar
herramientas de aplicación inmediata, como lo son la visualización, las
variables de entorno, el ejercicio con afirmaciones y la meditación.
Visualización
Esta es una técnica que se suele utilizar bastante en psicología deportiva
de alto rendimiento.
En un famoso experimento, que se ha repetido con distintas variantes,
algunos investigadores tomaron tres grupos de personas que nunca habían
jugado al basketball y midieron su rendimiento inicial como línea base. Al
primer grupo de personas le pidieron practicar tiros al aro durante treinta días.
Al segundo grupo le pidieron sólo imaginar que lo hacían, es decir, sólo
debían visualizarse a ellos mismos lanzando el balón y encestando. El tercer
grupo, sirvió de control.
Transcurridos los treinta días, a cada grupo se le pidió encestar la mayor
cantidad de veces posibles. En los resultados de este experimento el tercer
grupo (de control) fue el que obtuvo los peores aciertos, mostrando nula
mejoría con respecto a la línea base. El primer grupo, quienes habían
practicado, mejoraron en un 25%. El segundo grupo, quienes sólo habían
practicado «mentalmente», mejoraron en un 24% (Stryker, s.f.).
La visualización genera un efecto de priming que, por repetición y
exposición, fortalece las conexiones neuronales requeridas en dicha actividad
o creencia. Por otro lado, mientras más activación generes en el tiempo, lo
que haces, básicamente, es enseñarle a tu guardia de seguridad a dirigir tu
inconsciente en la consecución de dicha visualización. Este es el secreto de
«El Secreto».
Descripción
Este es un ejercicio que debes realizar en papel. Lo que buscamos es lo
que se describió con anterioridad. No te limites, no tengas pudor, solo déjate
llevar.
Puedes aplicar este ejercicio para lo que desees. Puntualmente, y sólo
para efectos de esa sección, te recomiendo que busques una visualización
para lograr un objetivo a corto plazo, que simbolice tu estado potenciado de
consciencia.
Instrucciones

1. Imagina un episodio futuro en el cual deseas estar. Por ejemplo:


dando una charla frente a una multitud de personas que fueron a
verte.
2. ¿En cuánto tiempo quieres que esto suceda?, ¿uno o tres meses?,
¿seis meses?, ¿tres años? ¿Más?, tú eliges.
3. Toma lápiz y papel. Cuánto mejor si es una hoja grande que luego
puedas colgar en una pared de tu casa, por ejemplo, y mejor aún si
tienes lápices de distintos colores.
4. Dibuja aquella escena, aquella imagen mental que tienes de ese
episodio futuro. Tú debes estar presente en este dibujo.
5. Haz el dibujo vívido: llénalo de estímulos visuales con colores,
expresiones faciales, texturas que puedan verse, símbolos, entre
otros; los auditivos puedes representarlos con simbología, como
por ejemplo, nubes de conversación u otros y en los kinestésicos
su representación puede ser similar al anterior, puedes agregar un
termómetro para representar la temperatura, por ejemplo.
6. Al terminar el dibujo, fírmalo, ponle tu nombre y escribe la fecha
futura.
7. Cuélgalo en algún lugar visible de tu hogar o lugar de trabajo.

Al estimular los sentidos, no sólo hacemos la imagen vívida en nuestra


mente, también generamos una inmersión emocional que, a su vez, disminuye
la facultad crítica de nuestro cerebro. Recuerda, el cerebro no distingue entre
la realidad y la fantasía, mientras más vívida sea la fantasía, más difícil le
será hacer una separación.
Te recomiendo mucho utilizar esta técnica en la sección «propósito», del
triángulo direccional. De hecho, ¿quieres extrapolar esto al liderazgo de
otros, en una empresa quizás? Hazlo. Te aseguro que, al utilizar esta
herramienta, el impacto y penetración de un propósito, visión o misión dentro
de la organización será mayor que un ejercicio tradicional de estrategia.
Variables de entorno
Son todas las variables externas a tu cuerpo/mente. La decoración de tu
casa, los cuadros, los libros en el estante, las fotografías que tienes en la
puerta de tu refrigerador, la música que escuchas, las personas que frecuentas,
todo. Algunas tiendas lo saben y llegan, incluso, a seleccionar la música
ambiental (por ejemplo: música francesa) para influenciar las compras de sus
clientes (por ejemplo, vino francés) (North et al., 1999).
Esto es bastante amplio, lo sé. Por ahora, el propósito sólo es tomar
mayor consciencia, por lo que puedes partir, por ejemplo, escribiendo en una
pizarra o colocando cuadros en tu casa que tengan frases como: «Debes ser
consciente de tu propio ser», «La introspección es la llave de tu mente»,
«Puedo darme cuenta de todos mis comportamientos sin juzgarlos», entre
otros que tú prefieras y te hagan un mayor sentido o que te ayuden a estar
«más despierto». Más adelante puedes repetir este ejercicio para instalar
creencias, por ejemplo.
Lo importante es que entiendas la lógica acerca de cómo funciona tu
mente. El objetivo es decirle a tu SAR: «¡Ey!, tomar consciencia es
importante. Pon esto en la superficie de mi cabeza para que pueda hacerlo
cada vez con mayor frecuencia» y, al hacer esto algo repetitivo, le enseñarás
al guardia de seguridad que este mensaje es un invitado habitual, que no
necesita cuestionarlo y, por consiguiente, empezará a reconocerlo.
¿Quieres más ejemplos? Internet está lleno. Busca pósteres
motivacionales, escucha constantemente podcasts de crecimiento personal,
escoge adornos con simbolismos que representen lo que deseas activar (en
este caso un estado de consciencia), cambia el fondo de pantalla de tu
teléfono, modifica el tipo de ropa que utilizas, el estampado de tus camisetas,
calcomanías representativas en tu automóvil, puedes transformar,
literalmente, todo tu entorno en un gran elemento de activación.

Afirmaciones
Este ejercicio es conocido en el mundo del desarrollo personal, pero
comúnmente es mal entendido o explicado. Por ahora nos iremos directo a su
ejecución ya que necesito que entiendas otras cosas además del priming (más
adelante volveremos a hablar de este ejercicio).
Descripción
La esencia de este ejercicio, a este nivel, es simple y directa. Lo que
hacemos es lo mismo que con las variables de entorno; activar un mindset
para tomar consciencia y, por lo tanto, forzar al SAR para «buscar» algo.
Nuevamente, este ejercicio lo puedes utilizar para lo que desees. Los
ejemplos que verás a continuación están enfocados en potenciar tu estado de
consciencia.
Instrucciones

1. Busca frases que sean ciertas para alguien con un estado de


consciencia potenciado. Puedes utilizar las mismas del ejercicio
anterior o crear nuevas.
2. Escríbelas en presente y en tercera persona.
3. Deben ser motivantes para prestar atención a tus procesos internos.
4. Enciende la grabadora de tu teléfono.
5. Léelas en voz alta.
6. Cuando termines, guarda tu grabación. Debes procurar tener
acceso fácil a ella, por ejemplo, puedes colocar un acceso directo
en la pantalla inicial de tu teléfono.
7. Escucha esta grabación durante algunas semanas (lee la sección de
hábitos para más detalles).
Ejemplo de frases

1. Cada día logras ser más consciente de tu diálogo interno.


2. Puedes darte cuenta cuando te criticas.
3. Cada día te es más y más fácil reconocer tus pensamientos.
4. Tienes la capacidad de analizar tus pensamientos sin juicios.
5. Tienes un gran potencial y te das cuenta de ello.

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