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Salud y lugar 67 (2021) 102389

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La necesidad de la ciencia SIG en el mapeo de COVID-19

Leah Rosenkrantza,*, Nadine Schuurmana, Nathaniel Bellb, Ofer AmramC

aDepartamento de Geografía, Universidad Simon Fraser, Burnaby, BC, Canadá
bFacultad de Enfermería, Universidad de Carolina del Sur, Columbia, SC, EE. UU.
CDepartamento de Nutrición y Fisiología del Ejercicio, Facultad de Medicina Elson S. Floyd, Universidad Estatal de Washington, Spokane, WA, EE. UU.

RESUMEN

Desde que se rastreó por primera vez en China a fines de 2019, los efectos del coronavirus COVID-19 han dado forma a los patrones globales de morbilidad y mortalidad, y han expuesto las fortalezas y
limitaciones de los sistemas de atención médica y las redes de seguridad social. Sin duda, la información sobre su impacto se ha reforzado en gran parte a través del mapeo diario casi en tiempo real de
casos y muertes. Aunque estos mapas sirven como una herramienta política y social efectiva para comunicar el impacto de la enfermedad, la mayoría de las visualizaciones enfatizan demasiado su
utilidad para rastrear la progresión de la enfermedad y las respuestas apropiadas. Los datos de salud desordenados e inconsistentes son una gran parte de este problema, al igual que la escasez de
datos espaciales de alta resolución para monitorear los resultados de salud. Otro problema es que la facilidad de producir productos listos para usar supera en gran medida la respuesta a los desafíos
centrales inherentes a la mala calidad de la mayoría de los datos georreferenciados. Adoptar un enfoque de ciencia GIS y, en particular, hacer uso de herramientas de inteligencia basadas en la
ubicación, puede mejorar las deficiencias en el informe de datos y revelar con mayor precisión cómo COVID-19 tendrá un impacto a largo plazo en la salud mundial.

1. Introducción a ningún beneficio real, algunos de los cuales distorsionan la realidad, ya sea intencionalmente o no ("

Desde el coronavirus hasta los incendios forestales, los mapas engañosos están distorsionando la

La comprensión global del impacto de COVID-19 ha crecido proporcionalmente con realidad”, 2020).

el uso de aplicaciones de mapeo en los sectores público y privado, las más notables son
las publicaciones diarias de las agencias de noticias o los paneles en línea casi en tiempo
real ("Centro de recursos de coronavirus de Johns Hopkins”, sin fecha; Veces, sf). Aunque
estos mapas brindan una representación visual importante de su impacto en la
morbilidad y la mortalidad y sirven como una herramienta política y social efectiva para
comunicar el impacto de la enfermedad, la mayoría de las ilustraciones enfatizan
demasiado su utilidad para rastrear la progresión de la enfermedad y desarrollar
respuestas apropiadas. Por ejemplo, muchos mapas tienen una resolución espacial
demasiado baja para informar los esfuerzos de prevención o mitigación a nivel local,
mientras que otros tergiversan áreas enteras al usar inapropiadamente mapas de
coropletas para ilustrar datos absolutos en lugar de datos relativos (“Un mapa de calor de
los casos de coronavirus en Canadá - Macleans. ca”, y; “coronavirus canadá(COVID-19)
Mapa de seguimiento | AccuWeather”, sin fecha; “Mapa,”Dakota del Norte; “Mapeo del
brote de Covid-19 a nivel mundial”, sin fecha;Brackley, 2020; “La ciudad publica el mapa
de vecindarios de Toronto de infecciones por COVID-19”, 2020). El problema es que el
auge del software cartográfico de código abierto ha hecho que la creación de mapas sea
accesible para casi cualquier persona con una computadora y algunos conocimientos
técnicos. Si bien esto es positivo en última instancia, la proliferación de mapas
interactivos "listos para usar" (por ejemplo, ArcGIS en línea, Tableau) está haciendo que
ciertos tipos de mapeo de eventos de COVID (por ejemplo, mapas de coropletas,
símbolos graduados) sean más omnipresentes que nunca. El resultado ha sido una
Hay dos motivos de preocupación, y ambos tienen que ver con los datos subyacentes
que los impulsan. La primera es que los datos disponibles suelen ser confusos e
inconsistentes. Los cambios en la capacidad de prueba, las discrepancias en los informes
sobre muertes y las diferencias generales en las metodologías han hecho que la
interpretación de los datos sea un desafío, especialmente cuando se trata de comparar
una región geográfica o un período de tiempo con otro (Paul y Abbott, 2020). La segunda
es que asegurar los datos de salud geolocalizados con una resolución espacial lo
suficientemente alta como para detectar patrones significativos ha demostrado ser un
desafío debido a las limitaciones de privacidad. En América del Norte, los datos de salud
se informan predominantemente a nivel de condado, ciudad o estado ("Departamento de
Salud Pública del Condado de Los Ángeles”, sin fecha;nychealth/coronavirus-datos, 2020;
“Panel de resumen de brotes de COVID-19 de PHSKC”, sin fecha). Si bien esto es un
comienzo, las personas no son seres estáticos y no se pueden resumir claramente en un
solo punto o polígono, como suele ser el caso en los datos informados por las
autoridades sanitarias. Además, la mayoría de los investigadores aún no han obtenido
acceso a los datos de la trayectoria individual de las personas infectadas a medida que
avanzan en su vida diaria.
2. Poner la ciencia SIG a trabajar
Como geógrafos de la salud, sabemos que los mapas pueden desempeñar un papel más importante

plétora de mapas mediocres de COVID-19 que sirven de poco en el conjunto de herramientas de los analistas de políticas, los tomadores de decisiones y el público en la

construcción de una respuesta a largo plazo al COVID-19. Adoptar un enfoque de ciencia SIG, y

* Autor correspondiente.
Dirección de correo electrónico:lrosenkr@sfu.ca (L. Rosenkrantz).

https://doi.org/10.1016/j.healthplace.2020.102389
Recibido el 1 de junio de 2020; Recibido en forma revisada el 16 de junio de 2020; Aceptado el 23 de junio de 2020
Disponible en línea el 1 de julio de 2020
1353-8292/© 2020 Elsevier Ltd. Todos los derechos reservados.
L. Rosenkrantz et al. Salud y Lugar 67 (2021) 102389

en particular, hacer uso de herramientas de inteligencia basadas en la ubicación puede ayudar a
los investigadores y a los encargados de formular políticas a abordar las deficiencias en los datos
y conducir a análisis espaciales más matizados de la enfermedad. Dos esfuerzos separados
pueden satisfacer estas necesidades.
El primero es un esfuerzo de "Gran Hermano" de arriba hacia abajo en el que la
vigilancia del gobierno puede hacer uso de aplicaciones de teléfonos inteligentes que
recopilan datos de ubicación del teléfono celular de un usuario (por medio de GPS, torres
de telefonía celular y/o WiFi), pulseras electrónicas , transacciones con tarjetas de crédito
y sistemas de circuito cerrado de televisión (CCTV) para rastrear la propagación de
enfermedades y, en algunos casos, hacer cumplir las medidas de aislamiento social (
Figura 1). Este método de vigilancia es una forma completa y rápida de recopilar datos
sobre el movimiento y el estado de salud de las personas. China, por ejemplo, está
utilizando una aplicación respaldada por el gobierno que recopila el nombre del usuario,
el número de identificación nacional y la información de salud, entre otros datos, y les
exige escanear su teléfono en varios puntos de control para rastrear el movimiento del
usuario. Luego, la aplicación genera una calificación de riesgo de infección personal para
determinar si se les permite pasar por el punto de control (Calvo et al., 2020). De manera
similar, al comienzo de la pandemia, el gobierno israelí también adoptó la vigilancia a
nivel de la población, autorizando la reutilización de una aplicación antiterrorista de
rastreo de teléfonos para propósitos de COVID-19 (Calvo et al., 2020;Halbfinger et al.,
2020;Jarpal, 2020). La aplicación se usó para monitorear los movimientos de los
infectados y rastrear contactos potenciales, sin embargo, desde entonces se prohibió
debido a problemas de privacidad (Halbfinger et al., 2020; "YOIsrael prohíbe el uso de la
aplicación de seguimiento utilizada para poner en cuarentena a los pacientes con
coronavirus”, 2020; Jarpal, 2020). Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y algunos estados de
la India también han adoptado medidas similares (Cellan-Jones, 2020;Jarpal, 2020;
Vaidyanathán, 2020).
Otro método para satisfacer las necesidades de datos espaciales es de abajo hacia
arriba; los ciudadanos sonellos mismosparticipar en la vigilancia de datos ofreciéndose
como voluntario o dando su consentimiento para compartir su propia ubicación e
información personal en un esfuerzo colectivo para hacer frente a la pandemia. La
información geográfica voluntaria (VGI) no es un concepto nuevo; el renombrado
geógrafo Michael Goodchild acuñó por primera vez el término en 2007 para hablar sobre
el fenómeno cada vez más popular de la participación generalizada de los ciudadanos en
la creación de información geográfica (Buen niño, 2007). Si bien VGI se ha utilizado para
rastrear información de salud y enfermedades antes ("Gripe cerca de usted,”nd), la
urgencia de la pandemia de COVID-19 ha impulsado un rápido aumento en la cantidad
de aplicaciones móviles y web de VGI localizadas y, a su vez, la cantidad de personas que
ofrecen sus datos voluntariamente ("'COVID Near You' multitud de fuentes de
seguimiento de coronavirus”, 2020;
“Rastreador de síntomas de COVID: ayude a frenar la propagación de COVID-19,”Dakota del
Norte; “Aplanar,”Dakota del Norte;Vamos a vencer; “Kit Privado: Caminos Seguros; Rastreo de
contactos de privacidad por diseño usando GPSþbluetooth | caminos seguros,”Dakota del Norte;
Nicas y Wakabayashi, 2020; ServicioMar. 22 et al., 2020). Por ejemplo, una nueva aplicación de
crowdsourcing, llamada Private Kit: Safe Paths, dirigida por un investigador del Instituto de
Tecnología de Massachusetts, registra y almacena los datos de ubicación GPS de un usuario cada
5 minutos durante un máximo de 28 días ("Kit Privado: Caminos Seguros; Rastreo de contactos de
privacidad por diseño usando GPSþbluetooth | caminos seguros,”
Dakota del Norte). Si un usuario da positivo porCOVID-19-19, pueden optar por compartir esos
datos con la aplicación, que luego notificará a los funcionarios de salud ("Kit Privado: Caminos
Seguros; Rastreo de contactos de privacidad por diseño usando GPSþbluetooth | caminos
seguros,”Dakota del Norte;Servicio, 2020). Una iteración futura de la aplicación que se lanzará
pronto irá más allá, comparando la ruta de las personas infectadas con las ubicaciones recientes
de los usuarios, alertando a aquellos que pueden haber estado en riesgo de infección ("Kit
Privado: Caminos Seguros; Rastreo de contactos de privacidad por diseño usando GPSþbluetooth
| caminos seguros,”Dakota del Norte;Servicio, 2020).
Empresas como Kinsa Inc. también están dando un paso al frente para utilizar las
herramientas y los datos que tienen a su disposición para rastrear y responder al
COVID-19. La empresa de tecnología de salud pública con sede en EE. UU. está utilizando
datos de salud y ubicación voluntarios recopilados de sus termómetros domésticos
inteligentes para rastrear enfermedades febriles en todo el país ("Mapa meteorológico
de salud de EE. UU. por Kinsa,”Dakota del Norte). Si bien los datos que recopilan no
distinguen entre COVID-19 y otras enfermedades que causan fiebre, es una base de
datos sólida con la capacidad de identificar y pronosticar picos inusuales de fiebre y
puede proporcionar indicadores tempranos de los efectos del distanciamiento físico y las
medidas de aislamiento en el nivel de la comunidad (McNeil Jr., 2020).
Por supuesto, tanto las estrategias gubernamentales como las de vigilancia
ciudadana tienen debilidades. Con los esfuerzos de vigilancia del gobierno de arriba
hacia abajo, tanto los activistas como los investigadores han expresado su seria
preocupación por la privacidad y la violación de las libertades civiles.Calvo, Deterding y
Ryan (2020) aumentar aún más la alarma sobre los problemas de "deslizamiento de la
vigilancia" cuando se trata de estas nuevas medidas gubernamentales (Calvo et al., 2020).
Por otro lado, el enfoque de abajo hacia arriba tiene dificultades para garantizar que se
recopilen suficientes datos para utilizarlos con precisión con fines cartográficos o
analíticos. Dado que estos datos son voluntarios, lleva más tiempo alcanzar un tamaño
de muestra mínimo que las medidas de arriba hacia abajo obligatorias.

Fig. 1. Geovigilancia de la trayectoria diaria de un individuo.A la izquierda, el receptor GPS de un teléfono inteligente, las señales de la torre del teléfono celular o las
conexiones Wi-Fi se pueden usar para rastrear y recopilar datos sobre las trayectorias diarias de las personas. Junto con otros datos, como el estado de infección por
COVID-19, los datos de trayectoria se pueden usar para identificar las ubicaciones recientes de pacientes infecciosos y advertir a otras personas que estuvieron
potencialmente expuestas en estos lugares para que se autoaíslen. A la derecha, la tecnología Bluetooth se puede utilizar para identificar a las personas que se han
acercado mucho. Si bien el uso de esta tecnología no permite la identificación de la ubicación de estos usuarios, puede rastrear a los usuarios que han estado en contacto
cercano entre sí. Junto con otros datos de ubicación, como GPS o el uso de torres de telefonía celular,

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L. Rosenkrantz et al.
3. Contar una historia más grande
Cualquiera que sea el método de recopilación, el aumento de la resolución
más alta y los datos geolocalizados dinámicos sobre COVID-19 pueden permitir a
los investigadores ir más allá de los simples mapas del presente para contar una
historia mucho más grande y detallada. Por ejemplo, los datos geolocalizados
pueden permitir una comprensión más explícita de su impacto en las condiciones
sociales y de salud a corto y largo plazo dentro de las comunidades. El problema,
particularmente en los Estados Unidos, es que las tendencias en los eventos de
COVID-19 están destacando disparidades de salud profundamente arraigadas en
todo el país a lo largo de líneas étnicas y raciales. Los primeros informes de las
pruebas de COVID-19 han demostrado que es menos probable que los médicos
deriven a los afroamericanos para la prueba cuando se presentan para recibir
atención con signos de infección que otras razas (28). Estas tendencias reflejan
hallazgos de larga data que compiten directamente (por ejemplo, por
proveedores) e indirectamente (por ejemplo,Agricultor, 2020).
Al mismo tiempo, las disparidades en el acceso a las pruebas resaltan solo una parte
del panorama. También han surgido informes de que tanto el gobierno federal como el
estatal no están recopilando datos sobre raza o etnia (Akilah Johnson y Buford, 2020).
Tampoco ha habido pruebas sistémicas y codificación de eventos relacionados con la
mortalidad, lo que probablemente conduce a un conteo insuficiente sustancial de
eventos ("Defectos fatales: el número de muertos por covid-19 parece más alto de lo que
sugieren las cifras oficiales”, 2020). Combinadas, las limitaciones actuales en la
codificación de datos sientan las bases para que los científicos de GIS controlen los
cambios en las causas subyacentes de muerte y busquen patrones anormales de
mortalidad que podrían atribuirse a las disparidades raciales en el acceso a la atención
durante el brote. Si bien es un momento precario para los más vulnerables, es poco
probable que comprendamos la verdadera importancia de COVID-19 en los cambios a
largo plazo en los resultados de salud de la población sin aprovechar también las
propiedades de enlace y análisis de datos de GIS para superar las limitaciones en los
informes de datos actuales. y estadísticas de lanzamiento.
De manera similar, se necesitarán investigaciones para evaluar si la
probabilidad de recibir tratamiento, así como las consiguientes
intervenciones sociales y económicas, varía según la comunidad, en
particular aquellas que ya estaban experimentando la peor parte de la
carga de otras enfermedades. Se pueden utilizar métodos
geoespaciales bien establecidos para investigar esto. Por ejemplo, un
método para modelar estos efectos podría ser a través de análisis de
disminución de la distancia, una técnica que podría ayudar a descubrir
el sesgo de selección en las evaluaciones de recuperación de la
comunidad, así como las variaciones en los resultados atribuidos al
acceso a los recursos. Otra es a través de modelos de clasificación
multinomial basados en grupos espaciales superpuestos de
recuperación y condiciones socioeconómicas.
Finalmente, a medida que la sociedad comienza a hacer la transición de regreso a la
"normalidad", los datos geolocalizados de alta resolución también desempeñarán un
papel fundamental en la gestión de los brotes de COVID-19 hasta que se pueda controlar
el virus. Las medidas actuales de intervención no farmacéutica (NPI, por sus siglas en
inglés) que se están implementando para frenar la propagación del virus (p. ej.,
aislamiento social, confinamientos, etc.) son herramientas efectivas a nuestra disposición
pero, debido a la desaceleración económica resultante, no pueden utilizarse durante
largos períodos de tiempo. . En un futuro cercano, la flexibilización de estas medidas para
permitir una mayor actividad económica será un paso crítico, y la vigilancia en tiempo
real de los brotes de COVID-19 será esencial para implementar medidas específicas de
NPI en lugares específicos y limitar la interrupción económica a nivel nacional. Mediante
el uso de datos de teléfonos inteligentes anónimos para rastrear el movimiento humano
junto con técnicas de análisis espacial, los investigadores pueden identificar dónde se
correlaciona una mayor actividad grupal con nuevos brotes de COVID-19, lo que permite
una comprensión más completa de cómo el movimiento humano y las grandes reuniones
se relacionan con posibles nuevos brotes. de la enfermedad Dichos datos también son
valiosos para el modelado geoespacial predictivo que se puede usar para una variedad
de propósitos, incluida la predicción de la transmisión basada en la comunidad y, en
última instancia, la predicción de dónde podrían surgir puntos críticos.
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4. Conclusión
La historia de COVID-19 es mucho más grande de lo que muestran los mapas
actualmente, y los ejemplos proporcionados anteriormente son solo una pequeña
muestra de lo que se puede preguntar y responder aprovechando todo el potencial de la
ciencia GIS. La captura de datos geolocalizados en una escala más granular (por ejemplo,
mayor resolución), ya sea a través de una estrategia de arriba hacia abajo (es decir,
vigilancia del gobierno) o de abajo hacia arriba (es decir, GIS voluntario) es esencial para
realizar los tipos de análisis que necesitamos para abordar la múltiples desafíos sociales,
económicos y de atención de la salud provocados por la enfermedad, y desarrollar una
respuesta más considerada. El acceso a estos datos por parte de los analistas espaciales
es la base para la toma de decisiones informada y basada en evidencia, así como para
mantener el orden social a través de una comunicación clara al público.
Fondos
Los autores no recibieron apoyo financiero para la investigación,
autoría y/o publicación de este artículo.
Apéndice A. Datos complementarios
Los datos complementarios a este artículo se pueden encontrar en línea enhttps://
doi. org/10.1016/j.healthplace.2020.102389.
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