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COVID Y EL BIG DATA.

El big data y los beneficios de la transmisión de información casi en tiempo real

Un ejemplo de esta nueva tendencia es una plataforma gratuita en Estados Unidos


llamada Opportunity Insights Economic Tracker, la cual proporciona datos actualizados de empresas
y organizaciones privadas sobre el gasto de los consumidores, la actividad de las pequeñas empresas
y las ofertas de empleo. Un proyecto coordinado por Alberto Cavallo y Roberto Rigobón de la
Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), hace un seguimiento de
la inflación recogiendo datos de vendedores por internet. Y una iniciativa de MIT y de la empresa de
análisis predictivo Endor utiliza los datos de localización de los teléfonos móviles para rastrear el
número de visitantes de distintos vecindarios a los hospitales. Esto, a su vez, permite predecir qué
vecindarios es probable que tengan un aumento en el número de hospitalizaciones por COVID-19
durante las dos semanas siguientes – información clave para la buena asignación de recursos de
salud.
¿Sabías que gracias al Big Data se logró predecir la pandemia el 30 de diciembre de 2019?
BlueDot es el sistema basado en Big Data e Inteligencia Artificial que fue capaz de anticiparse a la
realidad.

Este dispositivo puede procesar miles de noticias en tiempo real. De esta forma, es como detectó la
rápida transmisión de la Covid-19, catalogándola como pandemia mundial antes que ningún
Organismo Internacional.

¿Qué más ha aportado esta tecnología para hacer frente a la Covid-19?

La tecnología del Big Data ha supuesto un punto de inflexión en el control, estudio e investigación
del nuevo virus.
La injerencia de las nuevas tecnologías en el ámbito médico, clínico y de la investigación, ha
comportado un salto cualitativo en el modo de cómo se presta asistencia sanitaria, cómo se llevan a
cabo los estudios clínicos y de qué forma se desarrollan las investigaciones sobre enfermedades,
medicamentos o vacunas.

Han sido muchas las tecnologías que han contribuido a este avance. Sin embargo, hay una que
destaca entre el resto por su gran versatilidad y utilidad: el Big Data.

¿Por qué ha irrumpido con tanta fuerza esta tecnología en el ámbito de la salud?
Todas aquellas entidades que forman parte del sector salud -como hospitales, clínicas médicas,
centros de investigación, o asociaciones y fundaciones- generan diariamente un enorme volumen de
datos e información que, hasta no hace mucho, se almacenaba en papel.
La mayoría de los datos son considerados como “estáticos” o “estructurados”. Por ejemplo, el
nombre del paciente, su edad, o los resultados de alguna prueba realizada en un laboratorio. Toda
esta información puede ser almacenada, analizada y consultada de forma sencilla a través de
mecanismos de gestión simples –como una tabla de datos en Excel-.

La complejidad proviene de los datos “no estructurados”, entre los que encontramos:
Datos relacionados con un seguimiento periódico.
Notas manuscritas de los profesionales.
Radiografías.
Escáneres.
Resonancias.
Y un largo etcétera.

Gracias a la capacidad del Big Data para asimilar y procesar datos estructurados y no estructurados,
se ha podido avanzar muchísimo en el campo de la atención primaria y la investigación médica, así
como en el ámbito epidemiológico.

El Big Data como herramienta epidemiológica


Los modelos matemáticos epidemiológicos para predecir y estudiar la evolución de enfermedades
han sido utilizados desde hace mucho tiempo. En 1918 fueron empleados para investigar la aparición
y evolución de la Gripe Española. Una de las epidemias más devastadoras de toda la historia.

Más de 100 años después, estos modelos se siguen aplicando, aunque su sistema de funcionamiento
es mucho más complejo.

El Big Data ha permitido mejorar los resultados y eficacia de los modelos epidemiológicos
tradicionales, los cuales se siguen utilizando como base para la creación de algoritmos inteligentes.

Estos algoritmos, presentes en el Big Data y en otros dispositivos complementarios, permiten una
optimización, análisis y clasificación mucho más rápida y eficaz. Por ello, esta tecnología se ha
convertido en una de las más precisas para llevar a cabo estudios en los que se deba tener en cuenta
múltiples datos, factores e información. Este es el caso del ámbito epidemiológico.

En esta pandemia, el Big Data ha demostrado ser tremendamente útil. Ha ayudado a crear modelos
predictivos fiables y desarrollando nuevas herramientas para hacer frente a la Covid-19.
Ejemplos de cómo el Big Data ha contribuido en la lucha contra la Covid-19
El Big Data ha sido una de las tecnologías que mayor utilidad ha demostrado en esta pandemia, junto
con la Inteligencia Artificial.

Gracias a ellas, se han creado dispositivos y sistemas inteligentes que han contribuido en la lucha
contra este nuevo virus.

1. Big Data para la creación de Apps de rastreo.

Las aplicaciones móviles de rastreo han cumplido un papel fundamental en el control de la expansión
del virus:
 Alertando al usuario si ha estado en contacto con un positivo.
 Identificando aquellas zonas que presentan una mayor tasa de contagios.

Estas apps se basan en el análisis de diferentes datos para poder identificar, rápidamente, las
personas que han podido estar en contacto con un positivo. De esta manera, potencian la capacidad
de respuesta ante un posible contagio y frenan la cadena de transmisión del virus. 

Países como China o Corea del Sur han desarrollado aplicaciones que acceden a datos personales,
como los de localización o identificación del usuario. Por otro lado, y respetando las políticas de
protección de datos vigentes en territorio europeo, algunos países de la Unión Europea -como España
con Radar Covid-19 – han diseñado aplicaciones de rastreo que permiten cumplir las mismas
funciones sin acceder a datos personales del usuario (utilizando la tecnología Bluetooth Low
Energy).
2. Big Data en la investigación contra la Covid-19.
A raíz de la aparición de la Covid-19 se ha disparado el número de estudios que buscan entender su
comportamiento, así como encontrar una vacuna y tratamiento.

Según la revista Science1, desde enero de 2020, se han publicado más de 23.000 estudios científicos
sobre la Covid-19 y sus efectos en la salud de las personas. Una cifra que va en aumento cada día. 

Como proyecto pionero, destaca la investigación que está llevando a cabo un grupo de investigadores
del del Laboratorio Nacional de Oak Ridge, en Estados Unidos, perteneciente al Departamento de
Energía.

Estos investigadores están utilizando el superordenador Summit. Es el ordenador con mayor


capacidad de procesamiento de datos del mundo. Está siendo utilizado para encontrar medicamentos
existentes que puedan ser útiles para combatir la infección. Asimismo, es capaz de identificar nuevos
compuestos que puedan emplearse como tratamiento contra el virus.
 

Gracias a esta gran capacidad de procesamiento de datos, con un rendimiento máximo de 200
petaflops -potencia mayor a la de un millón de ordenadores portátiles-, los investigadores han podido
simular hasta 8.000 compuestos en un sólo día. 

Así pues, este potente dispositivo basado en el empleo del Big Data, ofrece la posibilidad de analizar
miles de variables en un tiempo reducido. De este modo crea modelos y simulaciones para ayudar a
encontrar las respuestas que tanto necesitamos.
3. Big Data en el estudio del comportamiento del virus y la evolución de la enfermedad.
Muchos científicos, investigadores y médicos de todo el mundo están recopilando numerosa
información sobre los efectos de la Covid-19, así como su comportamiento y evolución. 

En este sentido, observamos diferentes proyectos encaminados a desentrañar los secretos de este
nuevo virus. 

Destaca el estudio COVID-19 Host Genetics Initiative llevado a cabo por los investigadores de la


Universidad de Toronto -Canadá-. En él, se han analizado datos de más de 375.000 personas
contagiadas, procedentes de diferentes partes del mundo. 

Esta investigación pretende determinar si factores como la latitud, temperatura o humedad ambiental,
pueden producir cambios en el comportamiento del virus. 

Por otro lado, un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha creado
un nuevo sistema para predecir cuál será la evolución de la infección en pacientes ingresados. 

Este sistema, que combina el Big Data y la Inteligencia Artificial, es capaz de procesar miles de
datos –tales como síntomas, comorbilidades o resultados de pruebas de laboratorio- para ofrecer un
pronóstico personalizado de cada paciente. De esta manera, se puede saber con antelación cuál va a
ser el devenir de la infección y cómo va a responder a la misma el cuerpo del paciente.

El Big Data: un gran aliado en la lucha contra la Covid-19


Sin duda, el Big Data es una de las tecnologías que más nos ha ayudado a avanzar en la lucha contra
el Covid-19, promoviendo el desarrollo de nuevos sistemas de investigación para paliar los efectos
de este virus y lograr acabar con él.
El COVID-19 ha implicado una una crisis multidimensional que afecta todos los ODS. Y, al día
de hoy, muchas aplicaciones de big data responden a la pandemia mientras abordan los Objetivos.
Estas aplicaciones van desde el despliegue de tecnología de big data que permite la recopilación de
datos en tiempo real sobre la epidemia para el análisis, visualización y pronóstico, hasta la provisión
de recursos de computación en la nube sobre COVID-19 de acceso gratuito. Esta información se
convierte en un insumo valioso para las políticas públicas y la toma de decisiones. ¿Cuándo y dónde
aumentarán las tasas de contagio del coronavirus? ¿Cómo está respondiendo la población a las
medidas de cuarentena? ¿Y cómo está afectando la pandemia la actividad económica y social de las
personas?
Las
respuestas
a estas
preguntas
y las
medidas de
políticas
adoptadas
en
respuesta a
ellas son
fundamentales para mejorar el bienestar y salvar vidas. El problema es que en medio de una
pandemia tan compleja y que cambia tan rápidamente a menudo los gobiernos no cuentan con la
información necesaria para tomar buenas decisiones.

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