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Magmatismo en el Ecuador: implicaciones geodinámicas

INTRODUCCIÓN

Cinco eventos tectono-magmáticos (cinturones magmáticos) principales han ocurrido a lo


largo de la evolución geodinámica del Ecuador, desde el Triásico Tardío hasta el Terciario
Medio – Tardío. El evento más antiguo corresponde a un cinturon de plutones tipo S
relacionado al rompimiento de Gondwana Occidental, separando en el Triásico-Jurásico a los
continentes Norte América y Sur América (Aspden, J.A. & Litherland, M., 1992; Litherland et al.
1994). Posterior ha esto por la subducción de la Placa Farrallón/Nazca durante el Jurásico, en
el margen occidental del Cratón Amazonico, aparecen en la zona subandina y en la Cordillera
Real.

MAGMATISMO PÉRMICO –TRIÁSICO

Los periodos Pérmico y Triásico estan constituidos por una compleja asociación de rocas
metamórficas de medio-alto grado, las litologías típicas incluyen ortogneis y paragneis de
grano grueso a medio. Litherland et al. (1994) reportan la presencia de migmatitas, cuyo
protolito es un intrusivo y son cartografiadas como ortogneis las cuales contienen cuarzo,
plagioclasa, biotita y muscovita. Geoquímicamente, los granitoides incluidos en este dominio
tienden a ser tipo S o de Anatexia (Litherland y et al., 1994) sugiriendo que las rocas gnéisicas
tanto de la Cordillera Real como del Bloque Amotape Tahuín comparten un mismo origen. Las
edades radiométricas indican edades de c.a. 228 Ma y confirma la relación entre los
granitoides anatécticos de la Cordillera Real y el BAT. Las edades K – Ar de 70 – 80 Ma en micas
y de alrededor 130 Ma en Hornblenda posiblemente indican eventos metamórficos. Durante el
Pérmico-Triásico en el inicio de la fragmentación de Pangea Occidental en un ambiente de
rifting denominado evento Moromoro - Tres Lagunas (Litherland et al., 1994; Prodeminca,
2000) se emplazaron en el Terreno Loja (Cordillera Real) y Amotape-Tahuín estos granitoides
deformados tipo S (Litherland et al., 1994).

JURÁSICO

En el Jurásico Medio-Tardio una gran actividad magmática ocurre en el flanco oriental de la


Cordillera Real, formado durante una doble subducción del mar proto-Caribe, que tambien es
responsable del Arco de Islas Alao. Este arco magmático continetal ha sido agrupado en las
rocas del Complejo Intrusivo de Zamora (Rosa Florida, Abitagua y Zamora) y la Subdivisión
Azafrán (Chingual y Azafrán) que son interpretadas por Litherland et al. (1994) como de Tipo I,
la subdivisión Azafrán se ecuentra variablemente deformada y consta de granodioritas y
tonalitas masivas a gnéisicas, mientras el CIZ son generalmente rocas de grano grueso no
deformadas de monzonita de biotita cuarzo, monzogranitos y granitos de hornblenda-biotita,
granodioritas y algunas dioritas. Geoquímicamente presentan características calcoalcalinas,
típicas de un ambiente continental (Litherland et la., 1994; Romeouf et al., en Ruiz, 2002), se
las asigna como del Jurásico Medio-Superior. El arco volcánico continental de Salado –
Misahualli estaría asociada a la actividad tectónica Jurásica como parte efusiva de la intrusión
de estos batolitos (Aspden & litherland, 1992; Eguez & Aspden, 1993).

Cretácico

Emplazado dentro del dominio litotectónico denominado Cuenca Lancones-Alamor esta el


Batolito de Tangula que presenta un rango de edad entre 110 y 93 Ma (Kennerley, 1973;
Bristow y Hoffstetter, 1977; PMA.GCA, 2007), con una sola edad de 48 Ma (Kennerley, 1973)
que discrepa de las anteriores, sin embargo por observaciones estratigráficas su edad sigue
siendo controversial (Eguez y Poma, 2001). Los resultados de los análisis geoquímicos indican
que la roca tiende a ser una granodiorita, tipo I, relacionado a procesos de subducción
(PMA.GCA, 2007).

Hall y Calle sobre pascuales

Cordillera Real Pimampiro, Magtayan y Condue ?

Barragán et al. (2005) reportan edades plateu (roca total) 40Ar/39Ar de 110–82 Ma de
volúmenes pequeños de basaltos alcalinos en la cuenca Oriente de Ecuador. Ángulos altos de
convergencia oblicua dextral entre el margen del noroeste de Sudamérica y la Placa del Caribe
(Kennan y Pindell, 2009) resultaron en el magmatismo intraplaca (Barragán et al., 2005)
durante 115-100 Ma, lo que puede haber ocurrido durante el empinamiento de un slab
obsoleto (Spikings et al., 2014).

Cenozoico

La evolución tectónica y magmática de los Andes del Ecuador durante el Terciario está
controlada por la interacción de varios factores, incluyendo cambios en las tasas de
subducción, oblicuidad y ángulo de subducción, y subducción de dorsales sísmica
(Hungerbuhler et al. 2002). El arco calo-alcalino Sacapalca-Macuchi se desarrollo durante el
cenozoico temprano (60-38 Ma), donde el Batolito de Santiago y los plutones de Cachaco, Río
Baboso, La Esperie, Rio Hugshatambo se interpretan como representantes del magmatismo de
este arco (Eguez et a., 1997), estos intrusivos están compuestos de granodioritas a tonalitas de
grano medio a grueso ricas en hornblenda y biotita. Geoquímicamente son granitoides calc-
alcalinos del tipo I, de arco volcánico. Las edades minerales K-Ar para estas intrusiones dan un
rango de 44-38Ma (Van Thournout, 1991; Hughes et al., 1998). En el límite Oligoceno-Eoceno
posiblemente debido a la acreción de Macuchi-Sacapalca existe un importante cambio en el
levantamiento y erosión regional. Posterior ha esta acreción, grandes pulsos magmáticos
parecen haber ocurrido en el Oligoceno (35–27 Ma), Mioceno (21–8 Ma) y Plioceno (4–2 Ma)
(Chiaradia et al 2004;Lavenu et al. 1992). El arco volcánico calco-alcalino Saraguro (35-22 Ma)
se desarrolla sobre los Andes Ecuatorianos.

Dataciones disponibles de K-Ar (Bristow and Hofstetter 1977; Prodeminca 2000) y fision track
(Steinmannet al. 1997; Hungerbuhler et al. 2002) indican que muchos plutones fueron
emplazados desde el Eocen al Mioceno a lo largo de la Cordillera Occidental (e.g., Balzapamba,
35–33 Ma; Echeandia, 26–23 Ma; Telimbela, 21–19 Ma; El Corazón, 16–14 Ma; Chaucha, 10–
12 Ma), en el suroeste de Ecuador (e.g., El Tingo, 21 Ma; Portachuela, 20 Ma; Paccha,
Uzhcurrumi, Shangli, 20–17 Ma) y en la Cordillera Real (e.g., Amaluza, 48 Ma; Pungala, 42 Ma;
San Lucas, 39 Ma; Cojitambo, 7.1–5.4 Ma).

El Batolito de Apuela es una cuarzodiorita de grano medio a grueso, con hornblenda y biotita.
Geoquímicamente es un granitoide cálcico, metaluminoso de arco volcánico. El batolito
principal tiene una edad K-Ar de 16.5± 1.1Ma y la intrusión satélite de La Merced dio una edad
similar de 15.6± 1.1Ma. Ambas edades apoyan la edad Miocénica anteriormente publicada de
18.5± 0.9Ma (Van Thournout, 1991)

La evolución tectónica y magmática de los Andes del Ecuador durante el Terciario está
controlada por la interacción de varios factores, incluyendo cambios en las tasas de
subducción, oblicuidad y ángulo de subducción, y subducción de dorsales sísmicas
(Hungerbuhler et al. 2002). El arco calo-alcalino Sacapalca-Macuchi se desarrollo durante el
cenozoico temprano (60-38 Ma), donde el Batolito de Santiago y los plutones de Cachaco, Río
Baboso, La Esperie, Rio Hugshatambo se interpretan como representantes del magmatismo de
este arco (Eguez et a., 1997), estos intrusivos están compuestos de granodioritas a tonalitas de
grano medio a grueso ricas en hornblenda y biotita. Geoquímicamente son granitoides calc-
alcalinos del tipo I, de arco volcánico. Las edades minerales K-Ar para estas intrusiones dan un
rango de 44-38Ma (Van Thournout, 1991; Hughes et al., 1998). En el límite Oligoceno-Eoceno
posiblemente debido a la acreción de Macuchi-Sacapalca existe un importante cambio en el
levantamiento y erosión regional. Posterior ha esta acreción, el slab de subducción salto al
oeste y es responsable del magmatismo desde el Oligoceno-Mioceno asociado con el arco
volcánico calco-alcalino Saraguro (35-20 Ma) y desde el Mioceno hasta nuestro dias el
magmatismo asociado al arco volcanico actual (NVZ).

Dataciones disponibles de K-Ar (Bristow and Hofstetter 1977; Prodeminca 2000) y fision track
(Steinmannet al. 1997; Hungerbuhler et al. 2002) indican que muchos plutones fueron
emplazados desde el Eoceno al Mioceno a lo largo de la Cordillera Occidental (e.g.,
Balzapamba, 35–33 Ma; Echeandia, 26–23 Ma; Telimbela, 21–19 Ma; El Corazón, 16–14 Ma;
Chaucha, 10–12 Ma), en el suroeste de Ecuador (e.g., El Tingo, 21 Ma; Portachuela, 20 Ma;
Paccha, Uzhcurrumi, Shangli, 20–17 Ma) y en la Cordillera Real (e.g., Amaluza, 48 Ma; Pungala,
42 Ma; San Lucas, 39 Ma; Cojitambo, 7.1–5.4 Ma).
El Batolito de Apuela es una cuarzodiorita de grano medio a grueso, con hornblenda y biotita.
Geoquímicamente es un granitoide cálcico, metaluminoso de arco volcánico. El batolito
principal tiene una edad K-Ar de 16.5± 1.1Ma y la intrusión satélite de La Merced dio una edad
similar de 15.6± 1.1Ma. Ambas edades apoyan la edad Miocénica anteriormente publicada de
18.5± 0.9Ma (Van Thournout, 1991)

El presente trabajo recopila alrededor de 290 edades radiométricas publicadas de las rocas
magmáticas del Ecuador, así como su petrografía, geoquímica y volcanismo asociado, junto
con el modelo geodinámico más probable para explicar la generación de los diferentes tipos de
magmas en el Ecuador. El evento más antiguo corresponde a un cinturon de plutones tipo S
relacionado al rompimiento de Gondwana Occidental, separando en el Triásico-Jurásico a los
continentes Norte América y Sur América (Aspden, J.A. & Litherland, M., 1992; Litherland et al.
1994). En el Jurásico-Cretácico Temprano una gran actividad magmática ocurre en el flanco
oriental de la Cordillera Real, generado por la subducción de la Placa Farallón bajo la Placa Sur
Americana. Durante el Neocomiano un evento de compresión importante ocurre en el margen
occidental en los Andes del Norte, está época es incierta y se relaciona con el Arco Alao el cual
no presente edades confiables. La zona de subducción Jurásico- Cretácico Temprano se retiró
hacia el Oeste, resultando en un magmatismo intraplaca muy pequeño en la Cuenca Oriente
(Barragán et al., 2005), además la subducción por debajo noroeste de Sudamérica durante este
período fue restringido al norte de Colombia y el sur de Ecuador (Tangula). Se genera un zona
de subducción con inmersión hacia el Oeste bajo el Plateau Oceánico Caribeño (Piñon-
Pallatanga), desarrollando un Arco de Isla (e.g. Arco Rio Cala; Vallejo 2007). La acreción del
Plateau Oceánico Caribeño resulto en un cambio en la subducción hacia el Este debajo de los
terrenos oceánicos acrecionados dando lugar al arco volcánico Silante del Maastrichtiano
Tardío, el cual probablemente se prolonga temporalmente como Arco Macuchi-Sacapalca
donde el Batolito de Santiago y los plutones de Cachaco, Río Baboso, La Esperie, Rio
Hugshatambo se interpretan como representantes del magmatismo de este arco

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