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GEOLOGÍA DE LA COSTA

MESETA OCEÁNICA Y ARCOS INSULARES DEL SUROESTE DE ECUADOR: SU LUGAR EN


LA EVOLUCIÓN GEODINÁMICA DEL NOROESTE DE SUDAMÉRICA.

Cédric Reynaud, Étienne Jaillard, Henriette Lapierre, Marc Mamberti, Georges H. Mascle

1. INTRODUCCIÓN

La subducción de las placas oceánicas se produjo bajo el margen occidental de la placa continental
sudamericana desde, al menos, la época del Tutelaje (por ejemplo, James, 1971; Aspden et-& 1987; Jaillard
et al., 1990). Sin embargo, mientras que en América del Sur central no se conocen complejos mafiosos ni
terrones oceánicos exóticos (Mégard, 1987), el noroeste de América del Sur se caracteriza por la presencia
de terrones mafiosos de origen oceánico (por ejemplo, Gansser, 1973; Toussaint y Restrepo, 1994). Trabajos
recientes realizados en el oeste de Colombia han demostrado que varios terranos acrecidos son restos de
mesetas oceánicas (Millward y otros, 1984; Nivia, 1996; Kerr y otros, 1996; Kerr y otros, 1997a,b), cuya
flotabilidad puede explicar por qué no han sido subducidos. En Ecuador, se ha trazado un mapa de sutura
ophiolítica del Jurásico Tardío-principio del Cretácico (Aspden y Litherland, 1992), que separa el basamento
cristalino de la Cordillera Oriental (Litherland et al., 1994) de las rocas volcánicas oceánicas del Ecuador
occidental (Fig. 1). La terrena costera se consideraba un fragmento de suelo oceánico (Goossens y Rose,
1973; Goossens et al., 1977; Juteau et al., 1977), superpuesto por arcos volcánicos intra oceánicos (Lebrat et
al., 1987; Jaillard et al., 1995), y se acumularon en el margen andino durante el Cretácico Superior (Lebrat et
al., 1987), el Paleoceno (Daly, 1989; Van Thournout et al., 1992) y/o el Eoceno (Feininger y Bristow, 1980;
Bourgois et al., 1990). No se han realizado estudios geoquímicos e isotópicos detallados de las rocas máficas
de la costa del Ecuador, y su naturaleza, edad y origen todavía no están bien delimitados. El objetivo de este
trabajo es presentar nuevos resultados sobre la mineralogía, la petrología y las firmas geoquímicas e
isotópicas del basamento ígneo de la costa de Ecuador. Junto con estudios geológicos recientes y actuales
(Jaillard y otros, 1997; Cosma y otros, 1998; Lapierre y otros, 1999), los nuevos datos permiten refinar la
evolución geológica y el significado geodinámico de este terrón probablemente compuesto, comparar su
historia y significado tectónico con los fragmentos de la meseta oceánica del oeste de Colombia, y discutir
su origen.

2. MARCO GEOLÓGICO

La Formación Piñón es considerada como el basamento ígneo CCretáceo del oeste del Ecuador, compuesto
por basaltos de almohadilla tholeíticos y flujos masivos, localmente asociados con almohadillas-brechas,
hialoclastitas y sedimentos silíceos subordinados. Hasta ahora, se considera como un trozo de suelo oceánico
(Goossens y Rose, 1973; Juteau et al., 1977; Lebrat et al., 1987), que localmente posee afinidades isleño-
arco (Goossens et al., 1977; Henderson, 1979). Las rocas volcánicas están intruidas por existencias
doleríticas y/o gabroicas. Las muestras estudiadas provienen de dos dominios geológicos distintos de la
costa de Ecuador. En el área noroccidental (Manabí, Figs. 1 y 2), los flujos basálticos alterados y
metamorfoseados de composición MORB tipo N, atribuidos a la Formación Piñón, produjeron edades K-Ar
poco confiables que van de 110 a 54 Ma (Goossens y Rose, 1973). La Formación Piñ6n es de edad pre-
tardía campiñesa (mpre-78 Ma), ya que está .superpuesta por sedimentos paleontológicamente datados como
de edad tardía campiñesa y atravesada por intrusiones tardías campiñesas (Pichler y Aly, 1983;
WallrabbeAdams, 1990). La zona noroeste parece estar separada de la zona central por un sistema de fallas
de dirección NE a NNE que se extiende al este de Manta y al sudeste de Esmeraldas (Fig. 1). En el área de
San Lorenzo (Fig. l), los grajales de grano grueso y los conglomerados volcaniclásticos asociados con flujos
basálticos, lechos de cenizas, diques y escasos lechos de caliza delgada, se interpretan como descansando en
la Formación Piñón. Estas rocas volcánicas, denominadas Formación San Lorenzo, están relacionadas con la
actividad de un arco intra oceánico (Lebrat et al., 1987). Los sedimentos interpilares de la Formación San
Lorenzo están fechados por la microfauna tardía campaniana y maastrichtiana (Sigal, 1969; Faucher et al.,
1971; Jaillard et al., 1995; Ordoñez, 1996). Las rocas volcánicas produjeron edades K-Ar de 85-65 Ma
(Goossens y Rose, 1973; Pichler y Aly, 1983) y una edad 40Ar-39Ar de 72,7 f 1,4 Ma (Lebrat et al., 1987).
Esta sucesión se superpone luego de manera inconformista con los sedimentos marinos del antearco de la
edad del Eoceno Medio (Cerro, Formaciones San Mateo), dentro de los cuales la abundancia de cuarzo
detrítico indica que esta área ya se encontraba acrecida en el margen continental (Cuenca de Manabí,
Benítez, 1995; Jaillard et al., 1995, 1997; Fig. 2). El área central (área de Guayaquil) es una zona poco
deformada, donde se pueden observar secciones buenas y continuas, excepto localmente, al sur de las fallas
de Chongón-Colonche. En las afueras de Guayaquil (localidad de Las Orquídeas, sección perimetral) y en la
Cordillera Chongón-Colonche, la Formación Piñón sin fecha está superpuesta por una fina capa de basaltos
fítricos almohadillados, a los que aquí se denomina Miembro de Las Orquídeas (Fig. 2). A lo largo de la
sección perimetral, el Miembro Las Orquídeas está estratigráficamente superpuesto por una sucesión de 200
m de espesor de pizarras negras pelágicas, calizas e intercalaciones volcánicas o vulcaniclásticas de capa
delgada (Formación Calentura), que dieron lugar a una microfauna cenomaniana a turónica, una amonita
turónica y nanofósiles turónicos a coniacianos (Thalmann, 1946; Sigal, 1969; revisión en Jaillard et al.,
1995). Por lo tanto, el Miembro de Las Orquídeas es de edad pre-cenomaniana a pre-turoniana (-pre-95 Ma),
y la Formación Piñón subyacente es muy probablemente de edad pre-cretácea tardía (Fig. 2). La Formación
Calentura está estratigráficamente superpuesta por una serie turbidítica de 2.000 m de espesor de lutitas,
grauvacas y conglomerados (Formación Cayo). La Formación Cayo, de edad Coniaciana a Campania, se
interpreta como el producto de la erosión de un arco insular (Thalmann, 1946; Wallrabbe Adams, 1990;
Benítez, 1995). Se superpone gradualmente con unos 400 m de esquistos oscuros pelágicos, pizarras, tobas
silíceas y turbiditas subordinadas de capa fina (Formación Guayaquil, Fig. 2). La Formación Guayaquil, de
edad Maastrichtiana a Paleoceno Tardío (Thalmann, 1946; Faucher et al., 1971; Jaillard et al., 1995), está
desprovista de sedimentos continentales. Al sur de la falla Chongón-Colonche, la Formación Santa Elena es
un equivalente fuertemente deformado de la Formación Guayaquil (Sinclair y Berkey, 1924; Thalmann,
1946; Jaillard et al., 1995). La Formación Santa Elena es afectada por planos de corte suavemente inclinados
y pliegues apretados que exhiben una división axial penetrante, con evidencia de empuje hacia el norte. Está
superpuesta inconformemente por una serie de megaturbiditas ricas en cuarzo de 2000 m de espesor del
último Paleoceno hasta la primera edad del Eoceno (Fm. Azúcar, Jaillard et al., 1995). Este importante
evento tectónico del Paleoceno tardío (-57 Ma) se interpreta como el resultado de la acreción de esta área al
margen andino (Jaillard et al., 1997). En toda la costa del Ecuador, las rocas volcánicas y volcaniclásticas
del Paleoceno Cretácico están superpuestas de manera inconformista por una secuencia sedimentaria poco
profunda de la edad del Eoceno Tardío al Eoceno Tardío (Benítez, 1'995; Jaillard et al., 1995; Fig. 2). En
este trabajo utilizaremos el mismo nombre (Formación Piñón) para el basamento ígneo de las zonas de
Manabí y Guayaquil, aunque posiblemente no sean de la misma edad.

3. PROCEDIMIENTOS ANALÍTICOS Y METEMORFISMO DE BAJO GRADO DE LAS


ROCAS ÍGNEAS DEL OESTE DEL ECUADOR

Se han recogido muestras del sótano ígneo (Formación Piñón), del Miembro Las Orquídeas y de las
Formaciones San Lorenzo y Cayo (Fig. l). Se analizaron catorce muestras en busca de elementos mayores,
menores y trazas (Tabla 2). Entre estas muestras, se determinaron las composiciones isotópicas de Nd-Sr en
nueve de las menos alteradas (Tabla 3). La ubicación de estas muestras (Fig. 1) y sus características
petrográficas se enumeran en la Tabla 1.
3.1. Procedimientos analíticos

Los elementos mayores y menores fueron analizados por G. Mevelle en el Centre de Recherche
Pétrographiques et Géochimiques (CRF'G) de Nancy. Los oligoelementos, incluido el REE, fueron
analizados por ICP-MS mediante la disolución ácida de una muestra de 100 mg en el Laboratoire de
Géochimie isotopique de l'université Paul Sabatier de Toulouse siguiendo el procedimiento de M. Valladon
y otros (informe inédito). Se pesan 100 mg de rocas pulverizadas en un crisol de Pt, con 320 mg de
metaborato de litio y 80 mg de borato de litio (Fluka). Después de mezclar cuidadosamente los polvos, el
crisol se calienta para la fusión a 1000°C. Después de enfriarse, se añaden 8 ml de HN03 (12 N) bidestilado
para la disolución del vidrio. La dilución final a 30 ml de una alícuota de 15 ml, con agua MilliQTM y tras
la adición de los patrones internos (In-Re), corresponde a una dilución total de 3000. Los límites de
detección son: REE e Y = 0,03 ppm, U, Pb y Th = 0,5 ppm, Hf y Nb = 0,1 ppm, Ta = 0,03 ppm, y Zr = 0,04
ppm. Los estándares utilizados para los análisis fueron JB2, WSE Bir-1 y JR1. El análisis de la muestra
EQl2 se duplicó siguiendo el procedimiento de Barrat y otros (1996). Para los análisis isotópicos de Sr y Nd,
las muestras se lixiviaron dos veces en una mezcla de 2 N HC1-0.1 HF. Para las determinaciones de isótopos
de Pb, se lixiviaron sucesivamente rocas enteras en 2 N HC1 caliente durante 20 min en un baño ultrasónico,
se enjuagaron con agua tri-destilada, se lixiviaron en 1 N HN03 frío durante 20 min y se enjuagaron con
agua tri-destilada en un baño ultrasónico durante 15 min. Las composiciones isotópicas de Nd y Sr se
determinaron en un espectrómetro de masas multicolector Finnigan MAT 261 en el Laboratoire de
Géochimie isotopique de l'université Paul Sabatier en Toulouse, utilizando los procedimientos analíticos de
Lapierre y otros (1997). La corrección del efecto de discriminación de masas se hizo normalizando la
relación ssSr/86Sr a un valor de 8,3752. El estándar NBS 987 se midió con una relación ssSr/s6 de 0,71025
(f22). Los 143Nd/144Nd medidos se normalizaron a un avalúo de 146Nd/144Nd = 0,71219 (Wasserburg et
al., 198 1). Los resultados de la norma de La Jolla arrojaron 143Nd/144Nd = 0,511850 y 8 (media en 39
corridas), lo que corresponde a una reproducibilidad externa de 0,00001. Las relaciones isotópicas
06Pb/'04Pb, 207Pb/204Pb y 20sPb/204Pb se midieron en un espectrómetro de masas multicolector del
sector VG del Laboratorio de Geología isotópica de la Universidad de Montpellier II (Tabla 3) siguiendo el
procedimiento analítico adaptado de Manhès y otros (1980). El total de Pb en blanco es inferior a 65 pg para
una muestra de 100 mg.

3.2. Metamorfismo y alteración de las rocas ígneas del oeste de Ecuador.

Todas las rocas ígneas del oeste del Ecuador, con la excepción de las rocas de arco de la Formación San
Lorenzo, se metamorfosean en una facies de zeolita y prehnite-pumpelita de bajo grado, y las texturas
ígneas se conservan siempre. En las muestras analizadas, el clinopiroxeno permanece fresco mientras que el
ortopiroxeno es reemplazado por esmectitas de cloritos. Cuando se altera, el clinopiroxeno es reemplazado
por esmectitas, cloritos o actinolita incolora. La plagioclasa a menudo es reemplazada por sericita o calcita,
pero a veces permanece fresca. Sin embargo, en las lavas de arco del Miembro de Las Orquídeas, la
plagioclasa se albitiza. Las vesículas están llenas de esmectita, clorita, epidota y pumpelita, que también
están presentes en la masa del suelo, que a veces incluye abundante calcedonia (EQ94-02; Tabla 1). El
vidrio es sistemáticamente recristalizado en esmectitas marrones rojizas o de color pálido a verde intenso.
La alteración hidrotérmica de las rocas volcánicas hipabisales puede causar una importante movilidad de
algunos elementos principales (Na, K, Ca, Si) y trazas (Rb, Ba, Sr), mientras que el contenido de Na20 (2-
4% en peso; Tabla 2) es relativamente homogéneo. El KzO (51,3 % del peso; Tabla 2) y el Rb (0,3 < Rb
ppm < 1 1,8; Tabla 2) están más dispersos y es muy probable que expresen una alteración de la roca. La
pérdida de peso al momento de la ignición (LOI) oscila entre el 2,1 y el 7,6% (Tabla 2). La LOI
generalmente se correlaciona positivamente con la abundancia de Ca0 debido a la presencia de epidota y
calcita menor. En este estudio, los elementos alcalinos (K, Rb y Na) y alcalinotérreos (Sr, Ba, Ca) y el SiO2
sólo se presentan como información de fondo y sólo se utilizan los elementos menos móviles Ti, Nb, Th,
Ta, Zr, Hf y REE para la discusión geoquímica.

4. SÓTANO DE LA COSTA SUR DE ECUADOR (FORMACIÓN PIÑÓN)


4.1. Petrología y química mineral

Los componentes ígneos de la Formación Piñón consisten en basaltos y doleritas libres de olivina (Tabla 1).
Los basaltos muestran texturas desde intersertales (EQ93-02, Cal, EQ11) hasta afíricas (EQI). Los basaltos
intersertales consisten en láminas de plagioclasa y agregados de glomeropireno clinopireno incrustados en
una masa de tierra pobre en vidrio que contiene pequeñas vesículas redondeadas llenas de esmectitas +
epidoto +- calcedonia y cristales de clinopireno plumoso o dendrítico apagados. El tamaño de las láminas de
plagioclasa es muy variable y oscila entre 0,1 y 1 mm. La plagioclasa fresca muestra una composición de
labradorita (An66). Los óxidos Fe-Ti son a veces ricos en Ti02 (24,5%). Los basaltos afíricos están
formados por agregados de clinopiroxeno, ya sea o no asociados con la plagioclasa que se encuentra en una
masa de tierra rica en vidrio que incluye microfenocristales de plagioclasa aislados. En ambas lavas, los
óxidos de Fe-Ti son anédricos y el último mineral en precipitarse. Las doleritas exhiben texturas ópticas
(EQ9, EQlO) a intersertales (EQ5) y están compuestas de láminas de plagioclasa encerradas en
clinopiroxeno anhedral. El plagioclasa etéreo está dividido en zonas con núcleos de labradorita (An69) y
bordes de oligoclasa (Anl*). Las doleritas se diferencian por el tamaño de los óxidos de clinopiroxeno y
FeTi y la abundancia de vidrio intersticial. Los óxidos de clinopiroxeno subédrico y anhedral Fe-Ti pueden
presentarse como cristales grandes de hasta 1 cm y 0,5 cm, respectivamente. Los óxidos son
titanomagnetitas (Ti02 5 10%) con láminas de exsolución fina de ulvospinel (21 < Tio2% < 52). Se puede
producir ortopireno. El clinopiroxeno débilmente zonificado muestra una composición similar en los
basaltos y las doleritas; es un augita (wO39-33, E1~1-47 Fs9-15; Morimoto, 1988) con bordes ligeramente
enriquecidos con Fe.

4.2. Geoquímica

Los basaltos y doleritas han restringido los rangos de Sioz, A1203 y Ti02 (Tabla 2). Los basaltos y las
doleritas tienen contenidos similares de MgO (Tabla 2; Fig. 3) con la excepción de una dolerita (EQ12) que
tiene un menor contenido de MgO y correlativamente mayores abundancias de Fe203, Ti02, Nb e Y (Fig. 3).
Esta roca representa la roca más fraccionada del conjunto (Tabla 2). A niveles similares de MgO, los
basaltos y las doleritas (excepto EQ12) tienen un amplio rango de concentraciones de Zr e Y, mientras que
su contenido de Nb sólo varía entre 3 y 5 ppm (Tabla 2; Fig. 3). El Tio2 aumenta mientras que el MgO
disminuye (Fig. 3). Ambas rocas muestran altas proporciones de Ti/V (19.5 < Ti/V -= 23) y bajas
proporciones de La/Nb (< 1). Los basaltos y las doleritas muestran patrones planos de REE (0.8 <
(La/Yb)cN < 1.3; Fig. 4) relativos a la condirita (Sun y McDonough, 1989). Sin embargo, se pueden
distinguir dos grupos en función de las relaciones (La/Yb)N. El Grupo 1, compuesto por los basaltos, se
caracteriza por patrones de LREE ligeramente reducidos con ratios (La/Yb)cN < 1 (Fig. 4A), mientras que
las doleritas del Grupo 2 exhiben patrones ligeramente enriquecidos con LREE con ratios (La/Yb)cN > 1
(Fig. 4B). En ambos grupos, las pequeñas anomalías de Eu negativas o positivas (Tabla 2) pueden reflejar
una menor eliminación o acumulación de plagioclasas, respectivamente. En relación con el MORB de tipo N
(Sun y McDonough, 1989; Fig. 5), estos basaltos y doleritas muestran un enriquecimiento significativo en
LREE, valores altos de Nb, Ta y Th (1,5-5 veces los valores N-MORB), y niveles bajos en Zr y Hf (0,3-1
veces los valores N-MORB. La distinción en dos grupos para las rocas ígneas de la Formación Piñón
también es válida con respecto a sus patrones de oligoelementos normalizados N-MOW. El grupo 1 está
enriquecido con Th-, Ta- y Nb y muestra un leve agotamiento en Zr y Hf (Fig. 5A). Las doleritas del grupo 2
difieren del grupo 1 por la falta de enriquecimiento de Th (especialmente marcada en las muestras EQlO y
EQ12) y por las anomalías negativas más marcadas de Zr y Hf (Fig. 5B). Tanto en el Grupo 1 como en el 2,
los contenidos de HREE e Y son más o menos similares a los de N-MORB o ligeramente superiores (3
veces los valores de N-MORB para las rocas más fraccionadas). Además, las relaciones Nb/Ta y Zr/Hf de
estas rocas son menores que las del N-MORB pero U/Th es mayor (Fig. 6). Las basaltos y una dolerita
tienen un rango bastante restringido de relaciones Nb/U (38< Nb/U<52; Fig. 6) que son ligeramente
superiores a las del N-MOM (Fig. 6), pero están dentro del rango del manto oceánico (Nb/U = 47f10;
Hofmann, 1988). Dos doleritas (EQ5 y EQ2) difieren de los basaltos por relaciones Nb/U significativamente
más altas (107 y 214; Tabla 2), lo que refleja, muy probablemente, la adición posmagmática de U. Así, los
basaltos y doleritas de la Formación Piñón muestran afinidades basálticas de la meseta oceánica pero
difieren en alguna distribución de oligoelementos (i.e. LREE, Zr, Hf y Th).

4.3. Composición isotópica de Nd y Sr y Pb

Los datos isotópicos de los basaltos y doleritas de la Formación Piñón han sido corregidos por el
decaimiento in-situ con una edad de 123 Ma (ver más abajo la discusión sobre la edad de la Formación
Piñón).

Los basaltos y doleritas muestran relaciones variables de 8Nd que oscilan entre +4,5 (Cal) y +10 (EQ1,
Tabla 3; Fig. 7). Dos doleritas (EQ5, MA18) y dos basaltos (EQ93-02, EQ11) muestran ratios Nd
homogéneos de +7. Con la excepción de la EQ1, que es similar a la N-MORB, estas relaciones Nd caen
dentro del rango de los basaltos de las islas oceánicas (OIB). Todas las rocas ígneas de Piñón muestran un
amplio rango de relaciones (87Sr/86Sr)i (0,70435 a 0,70466), excepto dos muestras (EQ1 y EQ5) que
tienen relaciones (87Sr/86Sr)i más bajas (0,70321 y 0,70335, respectivamente; Tabla 3; Fig. 7). A ratios
similares de Zr/Nb (-15) y (La/Yb)cN (-0.8- 0.9) los basaltos y una dolerita (MA18) muestran un gran
número de ratios (+10 a +4), excepto para la dolerita EQ5 que tiene ratios más bajos de Zr/Nb (5.8) y más
altos (La/Yb).

Las composiciones isotópicas iniciales de plomo de las separaciones de rocas y minerales enteros muestran
una gran variedad de composición (Tabla 3; Fig. 8; Lapierre et al., 1999). EQl2 tiene la proporción más baja
de 206Pb/204Pb y parcelas cerca de la fuente de DMM mientras que Cal tiene la proporción más alta de
206Pb/204Pb similar a las de las recientes lavas de Galápagos. Las altas proporciones de 207Pb/204Pb de
estas rocas podrían indicar cantidades menores de sedimentos pelágicos (Doe, 1970) en la fuente del manto.
La EQ1 tiene la mayor proporción de Nd (+lo), reflejando la derivación del componente más agotado. Sin
embargo, la (206Pb/204Pb)i de esta roca es más alta (18.16) que la de las lavas de Piñón, debido al alto
contenido de U en relación con Th. De hecho, esta roca no traza la tendencia de correlación Th/U sino que
está desplazada hacia el lado U del diagrama (Fig. 6). Esto refleja la movilidad de U ligada a un evento
hidrotérmico que afectó a EQ1. En contraste, Cal se caracteriza por las relaciones más bajas de Nd (+4) y
las más altas de 206Pb/204Pb (18,92), lo que sugiere la derivación de una fuente más enriquecida.

4.4. Resumen y comparaciones

Los basaltos y doleritas de la Formación Piñón muestran patrones planos de REE y enriquecimientos de Ta-
y Nb relativos al N-MOlU3 (Fig. 9). Los basaltos están ligeramente agotados en LFEE, Tio2, Ta y Nb en
relación con las doleritas y algunos basaltos muestran contenidos de Th más altos que las doleritas. Los
basaltos de Piñón y las doleritas muestran un rango bastante restringido de relaciones Nd (+7,03 a +7,76) y
(206Pb/204Pb)i (17,41 a 17,90), con la excepción de dos rocas. En conjunto, se interpretan como los
productos de una meseta oceánica. Los basaltos y doleritas de la Formación Piñón son probablemente más
antiguos que los basaltos de la Provincia de la Meseta Oceánica del Caribe y Colombia (CCOP) del
Cretácico Superior (92-88 Ma). En la costa de Ecuador, los basaltos del Piñón están superpuestos
estratigráficamente por sedimentos pelágicos de Cenomanía a Coniaciano (99-87 Ma; Haq y Van Eysinga,
1998). Los basaltos y doleritas de la Formación Piñón son menos radiogénicos en Pb que los basaltos de la
CCOP y las lavas recientes de Galápagos (Fig. 8; Lapierre et al., 1999). Esto sugiere que las tholeiitas de la
meseta oceánica de la Formación Piñón derivaron de fuente(s) de manto(s) agotada(s) en Pb isotópica, en
comparación con las del hotspot de Galápagos. Por lo tanto, la pluma que generó la formación Piñón de la
meseta oceánica es probablemente diferente de, y probablemente más antigua que el hotspot responsable de
la formación de la CCOP y/o de las Galápagos.

5. LAVAS DEL CRETÁCEO SUPERIOR (¿PALEOCENO INFERIOR?) (LAS FORMACIONES


MIEMBRO DE LAS ORQUÍDEAS, CAYO Y SAN LORENZO)
5.1. La petrología y la química mineral de las lavas y los sedimentos volcánicos

Las rocas ígneas de los arcos insulares del Cretácico Superior del Paleoceno Inferior son lavas máficas y
doleritas muestreadas en la Formación Las Orquídeas Member y San Lorenzo (Figs. 1 y 2; Tablas 1 y 2). En
el sur de la costa de Ecuador, la Formación Cayo consiste únicamente en sedimentos volcánicos. Los
basaltos del Miembro Las Orquídeas son fíriicos de plagioclasa-piroxeno (Tabla 1). El EQ94-01 consiste en
pseudomorfos de plagioclasa, ortopiroxeno y clinopiroxeno en una masa de tierra rica en vidrio que incluye
pequeñas cantidades de clinopiroxeno y plagioclasa y muy pocos óxidos. El EQ94-02 exhibe una textura
intersertal con fenocristales de clinopiroxeno conservados de composición augítica (W037-42, E149-~2,
Fs8-1~) (Benitez, 1995). Los óxidos de Fe-Ti están incluidos en la plagioclasa y en los fenocristales
augíticos y, por lo tanto, representan cristales de cristalización temprana. Las rocas ígneas de la Formación
San Lorenzo son frescas comparadas con las del Miembro Las Orquídeas. La EQ2 es una dolerita (Tabla 1)
que está formada por plagioclasa etérea y augita anédrica (En424, F~~0-17, wO38-39). Tanto la plagioclasa
como el clinopiroxeno incluyen magnetita rica en TiOz (15 a 18%). La plagioclasa se presenta en forma de
grandes fenocristales de hasta 1 cm de largo y pequeños listones y exhibe una composición de labradorita
(AnS2-63) con bordes ricos en Na. La EQ7 es una andesita basáltica porfídica (Tabla 1) que está formada
por labradorita (An61-67) y fenocristales clinopiroxeno zonificados. La plagioclasa incluye cristales de
magnetita etérea rica en Ti y muestra localmente núcleos de bytownite (An75). El clinopiroxeno muestra
núcleos diopsídicos (Ends, Fs~, W046; Morimoto, 1988) con borde de augita (En44, Fs I G, W040). Las
muestras estudiadas de la Formación Cayo son brechas volcánicas y grisallas. Las brechas volcánicas
(EQ93.03, EQ94.04; Fig. 1) están compuestas por fragmentos basálticos y andesíticos y por fenoquistes de
piroxeno. Cuando se conservan, los piroxenos muestran composiciones clinoenstatíticas (En64-75, Fs22-32,
Wo2-4) y augíticas (En43-44, Fs I 6-19, wO38-41) (Benítez, 1995) que caen en el campo basáltico
orogénico de los diagramas de Leterrier et al. (1982) (no presentados aquí). Los fragmentos basálticos son
ortopileno, piroxenopireno, plagioclasas fíricas. La andesita se diferencia de los basaltos por la abundancia
de fenocristales plagioclasas. Los greywackes (EQ94.03; Fig. 1) están formados por fragmentos basálticos, y
fenocristales de augita (En35-44, Fs15-26, WO40-45) y plagioclasa, rotos o no (Benítez, 1995).

5.2. Geoquímica

Las rocas ígneas del Membresía Las Orquídeas y de la Formación San Lorenzo muestran afinidades
calcáreo-alcalinas (Fig. 10; Tabla 2) con la excepción de la EQ94.01 que exhibe una afinidad arco-agolítica
(Fig. 10; Tabla 2). Estas rocas de arco están enriquecidas con LREE (2.31< (La/Yb)cN = 3.57; Fig. 10A) y
sus diagramas de elementos normalizados N-MORB% (Sun y McDonough, 1989; Fig. 1OB) son muy
similares a los de las suites orogénicas. Además, las lavas de Las Qrquídeas y San Lorenzo poseen una
anomalía Nb-Ta negativa, similar a las rocas volcánicas relacionadas con el arco. Las lavas del Miembro Las
Orquídeas se diferencian de las rocas de la Formación San Lorenzo en que tienen niveles muy bajos de Y y
HREE (menos de 10 veces los valores condriticos; Tabla 2; Fig. lOB), lo que sugiere la presencia de granate
residual en la fuente del manto.

5.3. Química isotópica


Se han tomado las edades de 100 y 75 Ma para calcular las proporciones iniciales de 87Sr/86Sr y las
proporciones de las rocas ígneas del Miembro Las Orquídeas y de la Formación San Lorenzo,
respectivamente (Tabla 3). Las relaciones Nd de estas rocas de arco oscilan entre f6.1 y +7.2 (Tabla 3). Las
relaciones (s7Sr/s6Sr)i oscilan entre 0,7034 y 0,7046. Este amplio rango de (s7Sr/86Sr); las relaciones
podrían reflejar la alteración hidrotérmica o la participación de los sedimentos subducidos en la fuente o los
fluidos liberados de la losa subducida alterada hidrotérmicamente.

6. COMPARACIONES CON LAS ZONAS VECINAS Y EL ORIGEN DEL TERRENO DEL Piñón
6.1. Comparación entre la costa y la Cordillera Occidental del Ecuador

En la Cordillera Occidental, las rocas volcánicas y sedimentarias del Cretácico-Paleoógeno están en contacto
tectónico con el basamento metamórfico de la Cordillera de los Andes. La estratigrafía de estas series
cretáceas-paleógenas (Macuchi Formation s.l., Henderson, 1979, 1981) todavía no está clara debido a una
gruesa cubierta volcánica del Terciario y porque la mayoría de las unidades litológicas están separadas por
contactos tectónicos (McCourt et al., 1998). La sucesión de las cinco unidades litológicas principales puede
reconstruirse de la siguiente manera (Faucher y otros, 1971; Kehrer y Van der Kaaden, 1979; Cosma y otros,
1998). Las rebanadas tectónicas de rocas plutónicas máficas y ultramáficas y los basaltos de almohadas
están apretadas a lo largo del contacto entre los terranos oceánicos y el margen continental. Sobre la base de
estudios petrográficos y geoquímicos, se interpretó que pertenecían a la Formación Piñón del Cretáceo
preclásico (Juteau y otros, 1977; Lebrat y otros, 1987; Desmet, 1994; McCourt y otros, 1998). Nuestros
datos apoyan esta interpretación, ya que la química de los oligoelementos e isotópicos muestra que estas
rocas representan los niveles profundos de una meseta oceánica geoquímicamente similar a la Formación
Piñón (Cosma et al., 1998; Lapierre et al., 1999). Además, un isócrona interno de 123 k 13 Ma Sm/Nd
obtenido de un gabro portador de anfibios (Lapierre et al., 1999) es consistente con los datos estratigráficos
del área de Guayaquil. Por lo tanto, de acuerdo con los datos disponibles, se supone que la Formación Piñón
de la costa de Ecuador es de edad Cretácica temprana. Por esta razón, se ha utilizado una edad de 123 Ma
para las correcciones de decaimiento in-situ. Los basaltos de almohadillas tholeíticas sin fecha y las
andesitas que afloran en la parte occidental de la Cordillera Occidental (lechos de Toachi) se desarrollaron
en un ambiente de arco intraoceánico (Cosma et al., 1998). Se interpreta que los lechos de Toachi están
superpuestos por grauvacas (lechos de Pilatón) que tienen faunas de inoceramida de Turonia a Coniaciano
tardía, lo que puede correlacionarse con la Formación Cayo de la zona de Guayaquil (Faucher et al., 1971;
Kehrer y Van der Kaaden, 1979). Por lo tanto, la sucesión cretácea de la Cordillera Occidental es
comparable a la de la zona de Guayaquil de la costa de Ecuador (Fig. 2), y los lechos de Toachi pueden
correlacionarse con el Miembro Las Orquídeas de la zona de Guayaquil, de edad pre-cenomaniana a pre-
turoniana (Cosma et al., 1998). Los grauvacas de los lechos de Pilatón están localmente superpuestos de
manera inconformista por los esquistos maastrichtianos y las turbiditas ricas en cuarzo de la Formación
Yunguilla (Faucher y otros, 1971; Bristow y Hoffstetter, 1977; Kehrer y Van der Kaaden, 1979). Aunque la
Formación Yunguilla es coevaluada con la Formación Guayaquil, la primera contiene abundante cuarzo
detrítico, que está ausente en la segunda (Fig. 2). Esto indica que por lo menos parte de la Cordillera
Occidental había sido acrecida al margen continental por la época maastrichtiana (Faucher y otros, 1971;
Kehrer y Van der Kaaden, 1979; Lebrat y otros, 1987; Cosma y otros, 1998). La reciente datación de las
cuarzo-areniscas como las de principios a mediados del Paleoceno en la Cordillera Occidental apoya esta
interpretación (McCourt et al., 1998). Por lo tanto, la historia tectónica de parte de la Cordillera Occidental
difiere de la de la zona de Guayaquil, ya que, a finales de la época maastricista, parte de la Cordillera
Occidental ya se encontraba acrecida en el margen continental. Las rocas volcánicas y las andesitas
calcáreas y alcalinas, dacitas y brechas (lechos de Tandapi, Formación Silante) descansan inconformes en la
Formación Yunguilla. Estas rocas volcánicas han sido datadas por radiolarios del Terciario (Bourgois et al.,
1990), escasas edades K-Ar (hornblenda) que van de 51,5 f 2,5 Ma a 40 f 3 Ma (Eoceno temprano a medio;
Wallrabbe-Adams, 1990; Van Thoumout et al., 1990), y calizas entrelazadas y turbiditas ricas en cuarzo que
produjeron microfósiles del Eoceno medio a tardío (Henderson, 1979; Bourgois et al., 1990). Dado que estas
rocas volcánicas descansan en los terrones oceánicos de la Cordillera Occidental y exhiben características
geoquímicas de un arco magmático continental (Cosma et al., 1998), la acreción de la Cordillera Occidental
se logró en el Eoceno temprano (Fig. 2). Esta interpretación se apoya en el hecho de que las rocas cretáceas-
paleógenas de la Cordillera Occidental están superpuestas de manera inconformista por una secuencia
sedimentaria de edad eocena comparable a la de la costa de Ecuador (Bourgois et al., 1990; Jaillard et al.,
1995; Fig. 2).

En resumen, debido a la comparable sucesión cretácea superpuesta y a sus similares características


geoquímicas, seguimos a los trabajadores anteriores al admitir que la Formación Piñón del área de
Guayaquil se correlaciona con el basamento ígneo del Cretáceo Temprano (-123 Ma) de la Cordillera
Occidental, aunque su evolución tectónica puede diferir.

6.2. Comparación entre el oeste de Ecuador y el oeste de Colombia

Estudios recientes realizados en el oeste de Colombia distinguen tres suites basálticas distintas de afinidades
de la meseta oceánica (Fig. ll), es decir, las rocas ígneas máficas de la Formación Amaime (>lo0 Ma), la
Formación Volcánica (90 Ma) y la Serranía de BaudÓ (78-73 Ma), que se acumularon sucesivamente en el
margen andino (Marriner y Millward, 1984; McCourt et al, 1984; Desmet, 1994; Nivia, 1996; Kerr y otros,
1996, 1997b; Sinton y otros, 1998). Parece difícil correlacionar el basamento de la meseta oceánica
(Formación Piñ6n y sus raíces plutónicas) de la Cordillera Occidental y la zona costera del Ecuador con los
basaltos y sus raíces plutónicas de la Formación Amaime de Colombia. De hecho, esta última formación está
intruida por el batolito Buga, fechado en 113 & 10 Ma (K-Ar) y 99 f 4 Ma (Rb-Sr) (McCourt et al., 1984), lo
que indica que la acreción de la Formación Amaime en el margen del noroeste de Colombia debe haber
ocurrido mucho antes de los 100 Ma (Kerr et al., 1997b). Se interpreta que las edades tempranas del
Cretáceo (129- 104 Ma) de las rocas metamórficas de alta presión asociadas a la Formación Amaime
reflejan las etapas tardías de acreción, que ocurrieron muy probablemente entre 140 y 124 Ma (Aspden y
McCourt, 1986; Toussaint y Restrepo, 1994). Así pues, la Formación Amaime probablemente ya se
acrecientaba mientras que la Formación Piñón del Ecuador hacía erupción. Además, en vista del mapa, la
Cordillera Occidental del Ecuador no es la continuación de la zona de sutura de Colombia (Fig. 11). En
contraste, la zona de sutura colombiana es probablemente correlativa con la 'sutura oceánica' del Jurásico-
principio del Cretácico, expuesta a lo largo del borde occidental de la Cordillera Oriental del Ecuador
(Aspden y Litherland, 1992; Litherland et al, 1994) y/o con las rocas ultramáficas y máficas del Complejo
de Raspas del sudoeste de Ecuador (Aspden et al., 1995), cuyo metamorfismo a alta presión ha sido datado
en 132 Ma (K-Ar, Feininger, 1982; Fig. 11). La edad del basamento de la meseta oceánica de la zona
noroccidental de la costa del Ecuador (zona de Manabí) es pre-tardía campiñesa porque en esta zona se
encuentran lavas de arco intra oceánico y sedimentos pelágicos asociados, ambos de edad tardía campiñesa-
maastrichtiana (Lebrat et al., 1987). Por lo tanto, esta meseta oceánica puede ser coevaluada con la
generación de la meseta oceánica del Cretácico Superior del oeste de Colombia, o coevaluada con la meseta
oceánica del Cretácico Superior de la zona de Guayaquil y la Cordillera Occidental del Ecuador. Se
necesitan más fechas radiométricas para distinguir entre estos dos supuestos. El arco intraocéanico tardío
campano-maastrichtiano (Formación San Lorenzo) puede correlacionarse con el conjunto tolutivo campano-
ricaurte del sur de Colombia, que parece no tener equivalente más al norte (Spadea y Espinosa, 1996; Fig.
11). Por último, no se conoce hasta ahora en el Ecuador ningún equivalente de la meseta oceánica del
Cretácico tardío (-78-72 Ma) del extremo occidental de Colombia (Serranía de Baudó, Kerr y otros, 1997b).

Por lo tanto, con la posible excepción de la zona noroccidental, los terrones de la meseta oceánica
ecuatoriana son distintos de los que se encuentran en el margen colombiano, y no se puede considerar que,
en su conjunto, pertenezcan a la meseta oceánica colombiana y caribeña del Cretácico Superior, tal como la
definen Kerr et al. (1997a).

6.3. Un origen del Pacífico sudoriental para el terrón del Cretáceo temprano de Ecuador.

La edad de 123 Ma de isócrates sugiere que la meseta oceánica de la costa de Ecuador es coevaluada con las
grandes mesetas oceánicas del Pacífico Sur generadas durante el 'superpliegue' del Cretáceo temprano (-125-
100 Ma, Larson, 1991), es decir, Kerguelen, Nauru, Manihiki y las mesetas de Java de Ontong. Más
concretamente, algunos de los fragmentos de la meseta oceánica ecuatoriana son coetáneos del evento ígneo
temprano de la Meseta de Ontong Java, registrado en 123 Ma (Mahoney et al., 1993; Coffin y Eldhom,
1993). El carácter excesivamente espeso y anormalmente boyante del sótano del oeste del Ecuador puede
explicar por qué este terrón oceánico ha sido acrecido y no subducido debajo del margen andino (por
ejemplo, Cloos, 1993). Además, la Formación Piñón forma el basamento de distintos y sucesivos arcos
insulares del Cretácico Superior, lo que indica que se comportó como una placa superior flotante en un
sistema de subducción intraocéanica. Se sabe muy poco sobre la cinemática de la placa antes del último
Cretáceo. Basándose en un marco de referencia de punto caliente fijo, Duncan y Hargraves (1984)
propusieron una reconstrucción cinemática de la dirección y velocidad de las placas norteñas de Farallón y
sur de Phoenix desde el primer Cretáceo. Según esta reconstrucción, un punto arbitrario transportado
pasivamente por la placa Farallón entre 123 y 80 Ma, edad de la primera acreción de la terrena de Piñón al
margen andino, recorrió -3500 km hacia el norte y más de 3000 km hacia el este. Un punto situado en las
actuales Galápagos hace 123 Ma se ubicaría cerca de Florida en un mapa SO Ma reconstruido. Aunque las
incertidumbres son grandes en tal reconstrucción, la Formación Piñón del Cretáceo Temprano no puede
haber sido generada por el Hotspot de Galápagos, y su fuente debe estar localizada mucho más al sur o al
suroeste. Las tasas de migración cretácea de la placa Fénix fueron más lentas que las de la placa Farallón
(Duncan y Hargraves, 1984) y, en consecuencia, un punto que colisionó con el margen ecuatoriano hace 80
Ma debe haberse situado unos 2000 km más al sur y más de 2500 km al oeste, hace 123 Ma. Por lo tanto, si
es transportada pasivamente por la placa oceánica, la Formación Piñón del Cretáceo Temprano debe haber
sido generada entre 3000 y 4000 km al suroeste de Ecuador en un mapa reconstruido de 80 Ma, que está
mucho más cerca del Hotspot Sala y Gómez (Pilger y Handschumacher, 1981) que del Hotspot de
Galápagos. Sin embargo, la presencia de productos de la isla pre-campeana del arco iris (Miembro de Las
Orquídeas, Formación Cayo, lechos de Toachi y Pilatón) indica que la Formación Piñón ha constituido la
placa superior de un sistema de subducción intra oceánica, y no ha sido transportada pasivamente por la
placa oceánica durante todo el lapso de tiempo de 123-80 Ma. Por lo tanto, el punto caliente responsable de
la generación de la Formación Piñón puede haber estado ubicado más cerca del margen ecuatoriano. El
origen en el Pacífico sudoriental de la terrena Piñón es consistente con los escasos datos paleomagnéticos
disponibles, que sugieren que el Ecuador costero (tomado como una sola terrena) se originó 5" al sur de su
actual ubicación (Roperch et al., 1987).

7. RESUMEN Y CONCLUSIONES

(1) Estudios petrográficos, mineralógicos, químicos e isotópicos indican que el sótano del Ecuador
occidental está formado por restos de meseta oceánica de edades posiblemente diferentes. Su origen en la
meseta oceánica puede explicar por qué estas rocas se han acumulado en el margen andino, y por qué
soportaron arcos de islas intraoceánicas. (2) En el Ecuador occidental se deben distinguir tres dominios
geológicos distintos. a) En la zona del noroeste (zona de Manabí), el basamento es de edad pre-tardía
campiana, un arco intraoceánico desarrollado en la época tardía campiano-maastrichtiana, y la acreción
ocurrió antes del Eoceno Medio. b) En la zona central (zona de Guayaquil), el sótano es de edad cretácea
temprana, los arcos de las islas estuvieron activos desde el Cretáceo tardío-principio(?) hasta el Cretáceo
tardío, y la acreción se produjo en el Paleoceno tardío (-57 Ma). c) En la Cordillera Occidental, el sótano,
conservado en forma de rebanadas en la zona de sutura, es de edad Cretácica Temprana (-123 Ma), los arcos
intra oceánicos se desarrollaron durante el Cretácico Tardío(?) hasta el Cretácico Tardío, y la acumulación
ocurrió durante el Cretácico Tardío (-80 Ma). (3) No se conoce hasta ahora ningún equivalente de la meseta
oceánica del Cretáceo Temprano del oeste de Ecuador en el oeste de Colombia. Sin embargo, no se puede
descartar la posibilidad de que el basamento de la zona noroccidental de la costa de Ecuador (Manabí) sea
coevaluado a la Meseta del Caribe (-92-88 Ma). Además, los restos de la meseta oceánica del Cretáceo
tardío de la parte más occidental de Colombia (-78-72 Ma) son todavía desconocidos en Ecuador. Estas
observaciones indican que la mayoría de las tenanas oceánicas del oeste de Ecuador no pertenecen a la
meseta oceánica de Colombia y el Caribe. La pluma que generó la Meseta de Piñón del Cretáceo Temprano
debe haber estado ubicada en el Pacífico sudoriental, muy al sur del actual Hotspot de Galápagos.
Fig. 1. (A) Mapa geológico
esquemático de Ecuador que
muestra las principales unidades
geológicas y tectónicas y la
ubicación del área estudiada.

(B) Croquis geológico de la costa


sur del Ecuador que muestra la
distribución de las unidades
magmáticas estudiadas y la
ubicación de las muestras
analizadas.

Fig. 2. Nomenclatura estratigráfica


y configuración geodinámica de
las rocas cretáceas-terciarias del
oeste de Ecuador.
Fig. 3. Diagramas de correlación Zr
(ppm), Nb (ppm), Tio2 (wts) e Y
(ppm) vs. MgO (% en peso) de los
basaltos y dolentes de la Formación
Piñón.

Fig. 4. Patrones de elementos de Fig. 5. N-MORB normalizó (Sun y


tierras raras normalizados con McDonough, 1989) spidergrams
condrita (Sun y McDonough, 1989) de los basaltos (A) y doleritas (B)
de los basaltos (A) y dolentes (B) de de la. Formación Piñón.
la Formación Piñón.

Fig. 6. Diagramas de correlaciones Ta-Nb,


Hf-Zr, U-Th, Nb / U-U de los basaltos y
doleritas de la Formación Piñón. Las
muestras alteradas se han omitido en los
diagramas U-Th y Nb / U-U.
Fig. 7. ENd, i-Zr / Nb (A), ENd, i- (La /
Yb) N (B) y ~~ d, i- [~~ sr /% r) i (c)
diagramas de correlación para los
basaltos y doleritas de la Formación
Piñón (datos de Aitken y Echeverría
(1984) y Castillo et al. (1986), entre
otros).

Fig. 8. ("lxPb /" "Pb), vs. (206Pb /" '4Pb) i y (a7Pb /'
"4Pb), vs. (206Pb / 2" 4Pb), diagramas de
correlación para los basaltos y doleritas de La
Formación Pifión. Datos de los complejos ígneos
Nicoya y Herradura (90 Ma) (Costa Rica) después de
Hauff et al. (1997) y Sinton et al. (1997, 1998). Los
campos de las picritas, komatiitas, tholeiitas y K-
tholeiitas de Gorgona son posteriores a Dupré y
Echeverria (1984). El campo de los basaltos
Dumisseau de Haití es de Sen et al. (1988) El MOB
del Pacífico Este y la Isla Galápagos son de White et
al. (1987, 1993). NHRL = Línea del hemisferio norte
después de Hart (1984).
Fig. 9. Similitudes geoquímicas de elementos
traza de los basaltos y doleritas de la Formación
Piñón con los basaltos de la meseta oceánica del
Cretácico Tardío de la Española y el oeste de
Colombia y los basaltos del fondo oceánico de la
meseta de Nauru.

Fig. 10. Patrones de elementos de tierras


raras normalizados con condrita (Sun y
McDonough, 1989) (A) y arañas (B)
normalizadas con N-MORB (Sun y
McDonough, 1989) de las rocas ígneas del
miembro de Las Orquídeas y San Lorenzo
Formación.

Fig. 11. Mapa geológico esquemático


del oeste de Columbia y el oeste de
Ecuador. Los números indican la
edad de las mesetas oceánicas
(negrita) y los arcos insulares
(estándar).

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