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Geología y Metalogénesis de la

Cordillera de la Costa entre


Tocopilla y Antofagasta

I) Geología Regional y
Evolución Tectónica

Constantino  Mpodozis
Paula Cornejo 
Rodrigo Mora

Antofagasta Minerals
Diciembre 2014
Geología Regional y Evolución Tectónica de la Cordillera de la C
osta entre Tocopilla y Antofagasta

Constantino Mpodozis, Paula Cornejo, Rodrigo Mora


Antofagasta Minerals
Diciembre 2014

Introducción

La geología de la Cordillera de la Costa entre Tocopilla y Antofagasta está caracterizada


por extensos afloramientos de rocas volcánicas e intrusivos del Jurásico-Cretácico
inferior que, tradicionalmente, han sido atribuidos a la actividad del “Arco Volcánico”
de La Negra (Mpodozis y Ramos, 2008, Figura 1). Este sistema magmático que
evolucionó durante el Jurásico habría estado activo hasta el Cretácico inferior cuando se
extinguió y el frente volcánico se desplazó hacia el este (actual Depresión Central).
Remanentes del basamento de este sistema ocurren al este de Antofagasta, donde
existen afloramientos de secuencias sedimentarias de bajo grado metamórfico intruidas
por granitoides del Triásico-Jurásico inferior (Niemeyer et al., 1997; Basso, 2004;
González y Niemeyer, 2006, Cortés et al., 2007). Desde el punto de vista estructural la
Cordillera de la Costa se encuentra disectada por el Sistema de Fallas de Atacama, el
rasgo estructural dominante en la Cordillera de la Costa del norte de Chile que ha sido
considerada como un sistema de fallas de rumbo activo desde el Cretácico y (Arabaz,
1971; Scheuber y Andriessen, 1990; Scheuber y González, 1999; González et al., 2006).
Esta zona ha sido objeto de numerosos estudios geológicos referentes tanto a la
estratigrafía como a la estructura y la naturaleza de los complejos metamórficos (ver por
ejemplo, Ferris y DiBiase, 1978; Baeza y Venegas, 1985, 1988; Lucassen y Franz,
1992, 1996, Lucassen et al., 1996; Casquet et al., 2013), la naturaleza y edad de las
rocas volcánicas intrusivas y sedimentarias mesozoicas (Buchelt y Téllez, 1988;
Pichowiak, 1994, Nemeth et al., 2004¸ Kramer et al., 2005; Oliveros et al., 2006, 2007)
y/o a la geología estructural y evolución tectónica durante en Mesozoico y Terciario
(Scheuber y Anudriesen, 1990, Scheuber y González, 1999, González, 1996, 1999;
Cembrano et al., 2005; Allmendinger y González, 2010).
Durante la última década se han publicado mapas geológicos a regionales a escala
1:100.000 (Basso, 2004; Niemeyer y González 2005; Cortés et al., 2007). Sin embargo,
a pesar de las numerosas edades radiométricas K/Ar Rb/Sr y 40Ar/39Ar (y escasas edades
U/Pb) publicadas la cronología de rocas alteradas y/o afectadas por múltiples eventos
intrusivos, ha sido complejo de establecer lo cual ha hecho difícil la construcción de un
modelo tectónico integrado de la evolución tectónica regional. La debilidad de la base


 
geológica ha impedido la elaboración de modelos metalogénicos que expliquen los
controles geológicos de los yacimientos existentes en la zona. Estos comprenden
yacimientos cupríferos de mediano tamaño, dentro de los cuales se encuentran depósitos
vetiformes en los plutones jurásicos (Distrito Tocopilla, Gatico, Boric et al., 1990;
Tristá-Aguilera y Kojima, 2003), algunos de las yacimientos “estratoligados” más
conocidos y estudiados de Chile, emplazados en la Formación La Negra (Michilla,
Mantos Blancos , Maksaev y Zentilli, 2000; Cornejo et al., 2006; Ramírez et al., 2006,
2008) y pórfidos cupríferos del Cretácico inferior como Antucoya (Maksaev et al.,
2006), los más antiguos de este tipo, con valor económico, conocidos en Chile.
Los trabajos efectuados por los autores en la zona incluyeron una revisión en gabinete y
en terreno de la información geológica disponible, un reconocimiento geológico de las
zonas no cubiertas por mapas geológicos y una campaña sistemática de dataciones U/Pb
en circones y algunas dataciones 40Ar/39Ar en minerales de alteración o metamorfismo
(albita, anfíbola y biotita). Estos han permitido refinar la estratigrafía del basamento,
establecer la edad precisa del volcanismo de la Formación La Negra, determinar la
distribución de los episodios intrusivos asociados y su relación con la mineralización, y
establecer la evolución estructural de la zona, poniendo en valor la importancia de los
fenómenos de extensión cortical a gran escala ocurridos en el Jurásico medio.
En las páginas que siguen se describe en forma breve la estratigrafía y la evolución
estructural de la Cordillera de la Costa entre Tocopilla y la zona sur de Antofagasta, la
cual se divide en episodios discretos separados por cambios mayores en el régimen
tectónico. En cada caso se indica la naturaleza y el estilo de la mineralización asociada,
la cual se describe, con mayor detalle, en el Capítulo II (Metalogénesis) de este informe.


 
El “basamento” Paleozoico superior

Las rocas más antiguas expuestas en el segmento de la Cordillera de la Costa ,


comprendido entre Antofagasta-Tocopilla, corresponden a rocas metasedimentarias de
bajo grado metamórfico, rocas sedimentarias detríticas y calcáreas, intrusivos y rocas
volcánicas, con edades comprendidas entre el Devónico y el Pérmico, que afloran en el
borde oriental de la Cordillera de la Costa al este de Antofagasta (Sierra El Tigre-
Cerros de Cuevitas ) y al este de Tocopilla (Sierra Angostura-El Toco) y, también, a lo
largo de una franja de bloques elevados y limitados por fallas en el margen occidental
de la Depresión Central en la zona de Cerro Palestina-Cerro El Árbol y Cerro Mina
Jardín (ver Mapa Geológico adjunto).
En la Cordillera de La Costa el basamento está formado principalmente por rocas
meta-sedimentarias que afloran en un macizo rodeado por fallas que constituye uno los
elementos morfo-estructurales más distintivos de la zona ubicada al sur de Mantos
Blancos. Este núcleo de basamento (ver Figura 2) está formado por extensos
afloramientos de metareniscas y lutitas de bajo grado metamórfico (Formación Sierra
El Tigre) cuya base no está expuesta y que han sido atribuidas al Devónico en base a la
presencia de braquiópodos (Niemeyer et al., 1997, González y Niemeyer, 2005). De
acuerdo a Niemeyer et al., 1997 y Bahlburg et al. (1987, 2009) la Formación Sierra del
Tigre representa a depósitos de abanico submarino con direcciones de aporte
provenientes desde el NNW. Unidades equivalentes afloran también más al norte en el
borde oriental de la Cordillera de la Costa, al norte de Antucoya, donde fueron
atribuidas a la Formación El Toco (Harrington, 1961, Maksaev y Marinovic, 1980;
Bahlburg et al., 2009) y en la cual se han reportado, recientemente el hallazgo de restos
vegetales del Devónico superior (Moisan et al., 2012).
En contraste con la zona cercana a Antofagasta, los afloramientos del basamento en los
bloques limitados por fallas en el borde occidental de la Depresión Central, en la
región de Cero Palestina-Cerro El Árbol (Figura 3) comprenden rocas ígneas. Estas
incluyen a una unidad de tobas y brechas piroclásticas ácidas que Marinovic et al.
(1995), Matthews et al. (2007) y Ferrando et al. (2013) incluyeron dentro de la
Formación La Tabla (nombre con el cual aparecen en el mapa). Aunque en la zona
estudiada, su base no está expuesta, en Sierra Argomedo, al sur del yacimiento El
Peñón, riolitas y tobas cubren en discordancia angular a una secuencia metasedimentaria
pelítico-arenosa depositada en una plataforma marina somera: la Formación Argomedo
(Breitkreuz, 1985; Matthews et al., 2007) cuya población de circones detríticos más
joven tiene una edad del Carbonífero superior (323±5Ma; Augustson et al., 2014).
Dataciones U/Pb en circones de 314.5±1.7 y 304.9±2.9 Mahan sido reportadas para las
riolitas y tobas dentro del área de estudio (Matthews et al., 2007, Ferrando et al., 2013).
En las cercanías de Cerro El Árbol, las tobas ácidas están intruidas por granitoides del


 
Carbonífero superior en los cuales Matthews et al. (2007) obtuvieron edades de
310±4.5 Ma (U/Pb) y 319±7 Ma (K/Ar biotita, edad máxima?) similares, dentro del
rango a las obtenidas en las rocas volcánicas, señalando que ambas unidades se habrían
emplazado durante el Carbonífero superior. Las dataciones citadas son, sin embargo,
más antiguas que las edades U/Pb pérmicas (282-270 Ma) obtenidas, recientemente en
tobas del lugar tipo de la Formación La Tabla (Maksaev et al., 2014), lo cual indica que
estas estas registran un evento volcánico más joven que el documentado en la zona de
estudio
En la zona de Cerro del Árbol y Sierra Mina Jardín las tobas riolíticas están cubiertas
en discordancia por una serie sedimentaria marina fosilífera, detrítica terrígena y
carbonatada del Pérmico inferior (Formación Cerro El Árbol, Niemeyer et al., 1997,
Matthews et al., 2007, Cisterna et al., 2014). Esta unidad es equivalente a la Formación
Cerros de Cuevitas (no representada en el mapa) que aflora en la zona costera de
Antofagasta donde cubre, en discordancia angular a la Formación Sierra El Tigre e
incluye pequeños afloramientos de rocas carbonatadas y clásticas terrígenas, portadoras
de fósiles del Pérmico inferior (Niemeyer et al., 1997; Cisterna et al., 2014). Ambas
secuencias son el resultado de una transgresión marina que afectó gran parte de los
Andes centrales en el Pérmico inferior (Davidson et al., 1981; Díaz-Martínez et al.,
2000). Sin embargo, a escala regional, las unidades del Paleozoico superior, de la
Cordillera de la Costa y Depresión Central de la región de Antofagasta, son diferentes a
los afloramientos del núcleo de basamento de la Cordillera de Domeyko a la latitud de
la zona estudiada. Allí no se han reconocido secuencias carbonáticas comparables con
la formación Cerro El Árbol y basamento incluye grandes volúmenes de rocas
volcánicas e intrusivas pérmicas, con edades comprendidas entre los 290 y 270 Ma
(Mpodozis et al., 1993; Cornejo et al., 2006; Marinovic, 2007; Basso y Mpodozis;
2012; Maksaev et al., 2014).

Los eventos magmáticos y sedimentarios del Triásico-Jurásico inferior

Entre los 250 y 190 Ma, la Cordillera de la Costa de la región de Antofagasta-Tocopilla


guarda el registro de procesos volcánicos y plutónicos que aparecen en forma dispersa a
lo largo de la región y que representan dos pulsos discretos de actividad magmática
ocurridos en el Triásico inferior (250-245 Ma) y el Triásico superior-Jurásico inferior
(220-190 Ma, Figura 4), que dieron origen tanto a rocas volcánicas como intrusivas.
Junto a éstos en la Península de Mejillones se encuentran afloramientos de rocas
metamórficas (consideradas, anteriormente de edad precámbrica y /o paleozoica) cuyas
poblaciones de circones detríticos y relaciones de contacto parecen indicar que el
protolito de ellas se habría acumulado durante el Triásico superior-Jurásico inferior.


 
Los intrusivos del Triásico inferior-medio (250-245 Ma)
Al este de Antofagasta, las rocas metasedimentarias de la Formación Sierra El Tigre
están intruidas por granitos gráficos y sienogranitos, en parte con muscovita, que
constituyen un stock de gran volumen (Plutón Gallinazo, Figura 2) y cuerpos menores
como los expuestos más al sur en el curso medio de la quebrada Púa. En estos se han
obtenido tres nuevas edades U/Pb en circones de 250.9±3.2, 248+3.2/-10.4 y
244.9+3.4/3.1 Ma, correspondientes al Triásico inferior. Estudios recientes (Tomlinson
y Blanco 2008; Cornejo et al., 2006 a; Munizaga et al., 2008; Boric et al., 2009; Basso
y Mpodozis, 2012; Henriquez et al., 2014) han permitido reconocer y datar este evento
magmático, tanto en facies intrusivas como volcánicas, a lo largo de la Precordillera
entre La Escondida y Collahuasi, donde está asociado a mineralización de tipo pórfido
cuprífero datada en ca. 244 Ma (Munizaga et al., 2004). Otros equivalentes intrusivos
del Plutón Gallinazo en la Cordillera de la Costa incluyen se encuentran al sur de
Antofagasta en la zona de Agua Verde (Carta Catalina) , donde han sido datados (U/Pb)
en 245.9±1.7 Ma (Espinoza et al., 2011).
Las series estratificadas e intrusivos del Triásico superior-Pliensbachiano (230-190
Ma)
Un evento volcánico, intrusivo y sedimentario, más joven que el anterior, está registrado
en la parte oriental del área cubierta por el mapa donde es posible observar algunos
afloramientos de una distintiva unidad de tobas y brechas piroclásticas y domos
riolíticos (en el mapa: Rocas volcánicas del Triásico superior-Jurásico inferior). Estas,
que fueron datadas (233±9.6 Ma; U/Pb) y descritas por primera vez por Basso (2004,
Hoja Baquedano). Forman una pequeña franja de rocas volcánicas de dirección NNE,
situada al norte de Sierra Miranda, comprendida entre la traza de la falla Salar del
Carmen, por el este y plutones jurásicos, por el oeste (Figura 5). Durante el presente
trabajo se pudo comprobar que estas rocas también ocurren al sur de Sierra Miranda
donde, de igual modo, forman afloramientos limitados por la Falla Salar del Carmen, y
en los cuales se obtuvo una edad U/Pb más precisa de 196+3.9/-2.6 Ma (Sinemuriano).
Rocas de este grupo también afloran en la zona del yacimiento Rencoret, donde forman
un complejo de tobas riodacíticas soldadas asociadas a domos riolíticos, datado (U/Pb
en circones) en 220±19 Ma (cerro Camaleón; Basso 2004), que muestra un paso gradual
y concordante a niveles de rocas sedimentarias marinas fosilíferas, clásticas y
carbonatadas del Hettangiano-Sinemuriano? (Estratos de Rencoret, Tobar, 1966; Basso
2004; Cortés et al., 2007).
Los Estratos de Rencoret afloran también al norte del yacimiento Mantos Blancos donde
forman pequeños roof-pendants dentro de los intrusivos del Jurásico y Cretácico
inferior. Aún más al sur, en la zona de Cuevitas-Salar de Navidad, pequeños “parches”
calcáreos de esta unidad se apoyan, directamente sobre las metareniscas y pizarras
paleozoicas de la Formación Sierra El Tigre. En el extremo SE del área cubierta por el


 
mapa en la zona cercana a Cerro El Árbol y sin relación directa con las unidades
anteriores, este grupo de rocas volcánicas y sedimentarias, está representada por una
secuencia de areniscas arcósicas con intercalaciones de calizas fosilíferas marinas con
fauna fósil del Triásico y material bioclástico retrabajado de las secuencias pérmicas
subyacente (Matthews et al., 2007, Ferrando et al., 2013).
Plutones con edades cercanas al límite Triásico-Jurásico también ocurren en la zona e
incluyen un intrusivo monzonítico cuarcífero de hornblenda y biotita emplazado en las
tobas riolíticas triásicas, que aflora inmediatamente al oeste de la falla Salar del
Carmen, al norte de Sierra Miranda, en el cual se obtuvo una edad U/Pb en circones de
199.4±2.9 Ma (Figura 5). Dentro de este grupo se encuentra un plutón, formado por
tonalitas de biotita y hornblenda de grano grueso expuesto en el extremo norte del
bloque de Península de Mejillones (Tonalita Morro Mejillones, Campano et al., 1982;
Baeza y Venegas, 1998; Cortés et al., 2007), emplazado en las rocas metamórficas
(formación Punta Angamos). El intrusivo ha sido datado recientemente (U/Pb en
circones) en 208±2 Ma por Casquet et al. (2013).
Las rocas volcánicas, sedimentarias y volcánicas e intrusivas del Triásico superior-
Jurásico que afloran en la Cordillera de la Costa de Antofagasta y también en la zona
de Taltal (Suárez et al., 1985) serían el resultado un evento extensión, rifting y
magmatismo bimodal, registrado gran parte del norte de Chile. Granitos leucocráticos
que intruyen a rocas metasedimentarias paleozoicas, datados (U/Pb) en ca. 203.5 Ma
han sido reconocidos, al sur de Antofagasta al NE de Agua Verde (Espinoza et al.,
2011). Rocas de este grupo son comunes en la Cordillera de Domeyko, tal como ocurre
en el Distrito Centinela donde se han obtenido numerosas edades U/Pb entre 220-190
Ma en secuencias volcánicas que incluyen desde tobas riolíticas hasta basaltos con
intercalaciones sedimentarais (Estratos de Las Lomas, Marinovic y García, 1999).
Unidades de similar edad y facies también ocurren más al sur en la región de Oficina
Domeyko (formación Cerro La Ballena, Marinovic, 2007, Matthews et al., 2007) y en la
zona cercana a La Escondida (Cerro Pascua, Matthews et al., 1997). Su edad es, en
parte, equivalente a la de los niveles sedimentarios marinos que forman la sección basal
de la formación Profeta entre La Escondida y Sierra Exploradora (Marinovic et al.,
1995; Ardill et al., 1998, Cornejo et al., 2009). Al norte de la Escondida pequeños
afloramientos de pórfidos dacíticos y granodioríticos con edades K/Ar y 40Ar/39Ar en
biotita de 216 y 203 Ma, que intruyen a granitoides pérmicos, presentan evidencias de
mineralización de tipo pórfido cuprífero con edades Re/Os en molibdenita de 218±1 Ma
(Cornejo et al., 2006 a).

El protolito de los complejos metamórficos de Península de Mejillones


Una de las unidades más estudiadas, pero aún mal comprendidas, de la Cordillera de la
Costa de Antofagasta, está formada por las rocas metamórficas de la Península de
Mejillones (Figura 6) que originalmente fueron atribuidas al Precámbrico y/o


 
Paleozoico (i.e. Damm et al., 1990, Baeza y Venegas, 1985, a b, 1988). Sus grandes
diferencias con el resto de las unidades expuestas en la Cordillera de la Costa, llevó a
algunos autores a considerarlas parte de un terreno tectonoestratigráfico independiente
(“Mejillonia”, Ramos, 1988; Bahlburg y Hervé, 1987, Casquet et al., 2013). Según
Ramos (1988) y Omarini et al. (1999), entre otros, este complejo metamórfico podría
ser, parte un terreno exótico que se habría acrecionado al margen sudamericano durante
el Paleozoico.
Las rocas metamórficas afloran en dos bloques independientes limitados por fallas, en la
zona norte y central de la península y presentan asociaciones mineralógicas que
indicaría metamorfismo en facies esquistos verdes y anfibolitas desarrolladas sobre
protolitos ígneos y sedimentarios. Las rocas de la zona norte descritas por Baeza y
Venegas (1985a, 1988) como Formación Punta Angamos (Figura 6) incluyen,
principalmente esquistos cuarzo-micáceos y cuarcitas, con gneises y anfibolitas
subordinadas. Las rocas metamórficas de la parte central de la Península, al W de la
falla Caleta Herradura, que en el mapa se describen bajo el nombre de Metamorfitas
Morro Jorgino (Figura 7) estudiadas por Baeza y Venegas (1988) y Cortés et al. (2007)
corresponden a una unidad diferente, formada por metapelitas (paragneisses, esquitos
micáceos, pizarras microplegadas) y anfibolitas de granate deformadas.
Al estudiar complejos metamórficos se debe analizar en forma independiente la historia
del protolito de la historia del metamorfismo/deformación. Una herramienta poderosa
en el caso de rocas con protolito sedimentario es la datación U/Pb de las poblaciones de
circones detríticos, que por un lado permiten determinar la edad máxima de depósito y
por otro la edad de la fuente de los componentes detríticos. Estudios de circones
detríticos han sido efectuados en la Península de Mejillones por Casquet et al. (2013).
Muestras de los esquistos pelíticos de la Formación Punta Angamos incluyen
poblaciones de circones detríticos precámbricos (1600-900 Ma), paleozoicos (500-450,
340 Ma) y finalmente una población de circones más jóvenes del Triásico superior (ca.
210 Ma). En el mismo estudio Casquet et al. (2013) determinaron que muestras de
gneises de biotita, de protolito sedimentario, de las Metamorfitas de Morro Jorgino,
incluyen poblaciones de circones detríticos con edades U/Pb de 800-1900 Ma
(Proterozoico), 550, 485 Ma (Paleozoico inferior), 300-290 Ma (Pérmico inferior) y,
también un grupo más joven de circones del Triásico (255-220 Ma) e, incluso, algunos
granos del Jurásico inferior (183-172 Ma). Estas últimas fueron consideradas sin
significado geológico por “provenir de rocas plegadas y foliadas” (?). Un cuerpo de
leucogranitos con granate concordante con la foliación de los gneises presenta una
población muy compleja de circones con algunos granos con edades comprendidas entre
los 210 y 147 Ma.
Estos datos indican que la edad máxima de depositación de ambos complejos es por lo
menos triásica superior. Como la Formación Punta Angamos está intruida por la
Tonalita Morro Mejillones (208 Ma; Baeza y Venegas, 1988; Casquet et al., 2013) esta


 
edad sería muy cercana a la edad de sedimentación, lo cual permite compararlas las
rocas volcánicas e intrusivas del Triásico superior-Jurásico inferior, que afloran en
Sierra Miranda y también con unidades equivalentes expuestas en la Cordillera de
Domeyko (Estratos de Las Lomas y Formación Cerro La Ballena). El metamorfismo
que las afecta es un evento posterior de edad, probablemente, jurásica (ver más
adelante).

El evento intrusivo del Jurásico inferior (Toarciano, ca. 180 Ma)


 

Intrusivos del Jurásico más bajo (ca. 180 Ma) ocurren tanto al este (zona de Baquedano-
Rencoret) como al oeste (Península de Mejillones) de la Cordillera de la Costa. Los
intrusivos de este grupo tienen edades U/Pb similares a las edades más antiguas
obtenidas en la Formación La Negra y conforman plutones de gran tamaño que se
caracterizan por presentar una notable foliación sinmagmática e importantes zonas de
deformación dúctil (milonitas).
Este conjunto intrusivo incluye, en zona oriental de la Cordillera de la Costa, dos
cuerpos formados por granodioritas a tonalitas de hornblenda (con núcleos de piroxeno)
y biotita, de grano grueso. El mayor de ellos es el Batolito Ercilla, intrusivo de forma
lenticular y sigmoide, de 50 km de largo, con el eje mayor orientado en dirección NNE
y limitado por las fallas Sierra Valenzuela, al NW y la Falla Sargento Aldea, al SE (ver
Figura 8) y para el cual Basso (2004) obtuvo una edad U/Pb en circones de 181.2±0.5
Ma. Al sur de Mantos Blancos, otro intrusivo de esta asociación plutónica, el Plutón
Quebrada Púa corresponde a un cuerpo intrusivo foliado, de protolito tonalítico a
granodiorítico, de biotita y hornblenda, y forma subcircular, emplazado en las rocas
meta-sedimentarias de la Formación Sierra El Tigre. Está afectado en parte por anchas
bandas de deformación dúctil (gneises miloníticos con biotita). En una muestra de las
cuales se obtuvo una edad U/Pb de 181.9±2.5 Ma. Los afloramientos que se prolongan
hacia el sur del área estudiada en la Hoja Aguas Blancas, fueron incluidos por
Marinovic y Hervé (1989) dentro de la “Unidad Barazarte” del batolito costero.
Rocas de este grupo aparecen también expuestas, al oeste de la Cordillera de la Costa,
en el extremo SW del bloque de la Península de Mejillones (Morro Moreno-Punta
Tetas) donde se encuentra un conjunto de rocas ígneas (Complejo Ígneo Morro
Moreno, Figuras 6 y 8), originalmente consideradas como parte del “basamento” de
edad precámbrica o paleozoica (Venegas, 1979; Ferraris y DiBiase, 1978; Skarmeta y
Suárez, 1979). Estas incluyen a un conjunto de dioritas y tonalitas foliadas, en parte
cataclásticas de grano grueso con porfiroclastos de piroxeno y plagioclasa, entre bandas
de biotita, hornblenda y cuarzo. Además, en este complejo se han descrito gabros e
inclusiones de rocas ultramáficas (piroxenitas). Las rocas plutónicas presentan tanto


 
zonas con foliación magmática, como bandas miloníticas de biotita producto de cizalle
dúctil y están cortadas por varias generaciones de diques, ácidos y máficos,.
Gonzaléz y Nimemeyer (2007) atribuyeron una edad jurásica inferior al Complejo Ígneo
Morro Moreno considerando, entre otros antecedentes, dos edades U/Pb publicadas por
Damm et al. (1986). Con posterioridad Casquet et al. (2013) reportaron, para una
muestra de dioritas cuarcíferas, fuertemente foliadas, expuestas en Punta Tetas, una
edad U/Pb de 184±1 Ma, considerada como edad de cristalización. Esta es cercana a las
edades radiométricas que se han obtenido en el Batolito Ercilla y Plutón Quebrada Púa,
aunque dada la heterogeneidad del complejo no puede descartarse que este incluya los
productos de varios eventos magmáticos.
González y Niemeyer (2007) indicaron que las rocas plutónicas de Morro Moreno y
Punta Tetas se podrían correlacionar con uno de los grupo de rocas
intrusivas/metamórficas máficas expuestas en la zona costera al sur de Caleta Coloso
(Metadioritas (Ortogranulitas) de Cerro Bolfín, ver más adelante), lo cual los llevó a
incluir ambos en la Carta Geológica 1:100.000 Antofagasta y Punta Tetas dentro de una
de una sola unidad denominada “Metadioritas de Bolfín-Punta Tetas”. Sin embargo, las
diferencias petrográficas (composicionales y texturales) existentes entre ambos
afloramientos y la falta de datos geocronológicos precisos nos hacen dudar de esta
correlación.
Los intrusivos de este grupo no están, generalmente, en contacto directo con las rocas
volcánicas, en parte sincrónicas, de la Formación La Negra, las cuales no están foliadas
y muestran estructuras volcánicas primarias muy bien preservadas (Nemeth et al., 2004,
Cornejo et al., 2006 b). Cuando ello ocurre, el contacto es siempre tectónico. Los
intrusivos foliados de esa edad (182-180 Ma) representan probablemente tal como lo
indican Clerk et al. (1993) para el caso del Complejo Morro Moreno, los productos
deformados de cámaras magmáticas que evolucionaron en niveles medio altos de la
corteza durante el Jurásico, asociadas al magmatismo inicial del “arco” de La Negra y
que habrían sido exhumados por procesos tectónicos (extensión) ocurridos durante el
Jurásico medio a superior.

La Formación La Negra: Un pulso volcánico del Toarciano -Aaleniano


(180-170 Ma)

La Formación La Negra es la unidad volcánica de mayor desarrollo y más característica


de la Cordillera de la Costa de la región de Antofagasta (Figuras 1, 7). Su lugar tipo
(Quebrada La Negra) donde fue descrita por primera vez por García (1967) se encuentra
dentro de la zona cubierta por el mapa, inmediatamente al este de Antofagasta. En los


 
mapas geológicos regionales recientes se le atribuye una edad “jurásica” sensu lato y
espesores mayores a 7000 m (i.e. Basso, 2004; González y Niemeyer, 2005; Cortés et
al., 2007). Muchos autores consideran que representaría el producto de la actividad
volcánica asociada a la actividad de un arco magmático desarrollado a lo largo de la
actual Cordillera de la Costa del norte de Chile (Scheuber y González, 1994; Oliveros et
al., 2006). Descripciones previas indican estaría formada por andesitas de piroxeno,
basaltos de olivino y piroxeno y algunos niveles de tobas dacíticas y riolíticas de
afinidades químicas calco-alcalinas a toleíticas (Kramer et al., 2005; Oliveros et al.,
2007, Figura 9) aunque Nemeth et al. (2004) ya habían llamado la atención acerca de la
abundancia de intercalaciones de rocas volcanoclásticas máficas y piroclásticas de
composición ácida.
Los trabajos de campo y nuevas dataciones U/Pb efectuadas por los autores de este
informe indican que la Formación La Negra representa un evento volcánico de corta
vida, de sólo 10 Ma, ocurrido cerca del límite Jurásico inferior y medio. Nuestras
observaciones indican que la formación está constituida por tres asociaciones de facies
volcánicas y volcanoclásticas que forman parte de dominios discretos separados por las
fallas regionales mayores de la Cordillera de la Costa (Figura 8):
El dominio oriental limitado, al oeste por la traza de la falla Sierra Valenzuela y
su prolongación hacia el sur, la falla Salar del Carmen, está formado por algunos
afloramientos discontinuos de rocas volcánicas, intruidas por plutones cretácicos.
Al sur de Mantos Blancos éstas se apoyan, concordantemente sobre niveles
sedimentarios fosilíferos del Sinemuriano de los Estratos de Rencoret. Esta
secuencia está formada, pricipalmente, por lavas y brechas andesíticas y
basálticas. Sin embargo, sus niveles inferiores incluyen, en la zona de Mantos
Blancos, tobas líticas riodacíticas en las cuales Cornejo et al. (2006 b) obtuvo
cuatro edades U/Pb (TIMS) en circones entre 182 y 181 Ma, indistinguibles de
las del Batolito Ercilla. Hay que mencionar que, de igual modo, en el extremo
norte de este, en la zona de Rencoret se encuentran sub-afloramientos de rocas
porfídicas subvolcànicas de composición dacítica de hornblenda y biotita, con
“ojos” de cuarzo y alteración leve a clorita y albita datadas (U/Pb en circones en
182.6±2.3 Ma) también coincidentes con las edades del batolito y de la Formación
La Negra. Una edad U/Pb más joven de 169.1±5.3 Ma (Figura 10) fue reportada
para una muestra una delgada intercalación de tobas riolíticas proveniente de la
parte alta de la secuencia, al este de Baquedano, reportada por Basso (2004).
El dominio central forma el núcleo de la Cordillera de la Costa entre las fallas
Sierra Valenzuela-Salar del Carmen, por el este y la falla Mititus, por el oeste. En
este dominio generalmente su base no está expuesta aunque, al norte de
Antucoya, la formación se apoya discordantemente sobre la formación El Toco.
Está formada, principalmente, por lavas andesíticas y andesíticas basálticas

10 
 
afaníticas y también porfídicas, vesiculares y rocas piroclásticas vítreas y tobáceas
andesítico-dacíticas, areniscas rojas y brechas volcánicas, en parte hialoclásticas
(Figura 11).En este dominio se obtuvo cuatro edades U/Pb en circones de
179.0±2.3, 177.9+2.7/-2.8, 174.3+2.6/-2.6 y 174.0+2.8/-2.2 Ma, en rocas
hialoclásticas y brechosas, de composición intermedia (Figura 10).
El dominio occidental al oeste de la falla Mititus incluye los clásicos
afloramientos del acantilado costero que se extienden entre Tocopilla y
Antofagasta (Figura 12), formados en su mayor parte por una potente secuencia de
basaltos vesiculares de olivino y piroxeno, con intercalaciones de brechas
piroclásticas de aspecto “vítreo”. Aunque no fue posible obtener datos
geocronológicos, debido a la ausencia de circones en los basaltos, estudios de
magneto-estratigrafía efectuados por Goguitchaivili et al. (2010) en la zona de
Tocopilla indican que la secuencia expuesta, en esa zona, se habría depositado
alrededor de los 180 Ma. Una edad (isócrona) de Rb/Sr de 186,5± 13 Ma fue
publicado previamente para una muestra recolectada en las cercanías de Tocopilla
(Rogers, 1985; Rogers y Hawkesworth, 1989).

Edad y Significado del volcanismo de la Formación La Negra Dataciones U/Pb de 174


Ma obtenidas en plutones del Jurásico medio a superior que la intruyen, tanto en el
dominio central como en el dominio costero, acotarían la edad mínima de la secuencia
volcánica. La Formación La Negra ha sido considerada como el producto de la
actividad un arco volcánico jurásico bordeado al este por una cuenca de tras arco
(cuenca de Tarapacá, Mpodozis y Ramos, 1990) donde se habría acumulado en forma
sincrónica, potentes secuencias sedimentarias marinas, terrígenas y carbonatadas con
edades comprendidas entre el Hettangiano y Tithoniano (Ardill et al., 1998). Sin
embargo, es claro que en la zona de Antofagasta la Formación La Negra se acumuló en
un breve lapso comprendido ente el Toarciano y Aaleniano (180 a 170 Ma) cuya
duración es mucho menor que la edad de las secuencias sedimentarias de la cuenca de
Tarapacá. En la zona de Antofagasta, la Formación La Negra se apoya sobre rocas
sedimentarias marinas del Hettangiano-Sinemuriano (Estratos de Rencoret). En la zona
de Iquique el equivalente local de la Formación La Negra, la Formación Oficina Viz
(Thomas, 1970), con edades U/Pb y 40Ar/39Ar entre 176 a 170 Ma, está cubierta por
calizas fosilíferas del Bajociano-Oxfordiano (Formación Caleta Lígate del Grupo
Huantajaya, Sepúlveda y Vázquez, 2009; Blanco et al., 2012, Figura 13), indicando,
para el Jurásico una paleogeografía más compleja de la supuesta por los clásicos
modelos de “engrane” hacia el este entre las rocas volcánicas del “arco La Negra” y las
secuencias sedimentarias de una cuenca de tras-arco.
En la literatura geológica se considera, generalmente, que la Formación la Negra, que,
en la zona de Antofagasta se acumuló en un corto lapso de sólo10 Ma entre el

11 
 
Toarciano y el Aaleniano, sería el resultado de la actividad volcánica del “arco” Jurásico
de los Andes centrales. Sin embargo, la gran superficie cubierta por las rocas volcánicas
jurásicas en el norte de Chile y sur del Perú ha llevado autores como Nemeth et al.
(2003) y Oliveros et al. (2005) a compararlas con los productos de una “Large Igneous
Province” (LIP), tales como los basaltos del Columbia River plateau (ver Bryan y
Ferrari, 2013). La rápida acumulación/preservación de la pila volcánica requiere la
creación de un significativo espacio de acomodación que se puede alcanzar, como ya lo
habían sugerido Buchelt y Téllez (1988), en una cuenca de tras-arco o bien como lo
indican Nemeth et al. (2003) en una cuenca de intra-arco rápidamente subsidente
como las que caracterizan a un sistema de subducción en régimen marcadamente
extensional. Ejemplos de sistemas activos de este ultimo tipo se pueden encontrar en el
arco volcánico de América Central (Plank et al., 2002), la zona volcánica de Taupo, en
Nueva Zelandia (Cole y Spikings, 2009, Figura 14A) y también ha sido descritos para el
Jurásico del suroeste de Norteamérica (ver Busby 2012, Figura 14B).

Los eventos intrusivos del Jurásico medio a superior


 

En forma sincrónica con las etapas terminales del volcanismo, la Formación La Negra
fue intruida por un conjunto de plutones con edades comprendidas entre los 174 y 160
Ma (Figura 14). Las edades de los intrusivos más antiguos, emplazados durante el
Aaleniano (174-169 Ma), se traslapan con las edades U/Pb más jóvenes obtenidas en la
Formación La Negra, mientras que los intrusivos más jóvenes se emplazaron durante el
Bajociano-Oxfordiano (165-160 Ma),con posterioridad al cese de la actividad volcánica
jurásica en la Cordillera de la Costa.
Los intrusivos del Aaleniano-Bajociano (174-169 Ma)
Este conjunto está formado por dos cuerpos mayores (plutones Naguayán y Astoreca)
que intruyen a la faja central de la Formación La Negra entre las fallas Mititus y Salar
del Carmen (Figuras 15, 16) y están formados, a diferencia del Batolito Ercilla, por
intrusivos epizonales de grano fino a medio, isótropos (sin deformación). Su petrografía
corresponde a monzodioritas de clino y ortopiroxeno y en ellos se obtuvo dos edades
U/Pb en circones de 173.6+2.2/-2.8 Ma (plutón Astoreca) y 169.6+2.3/-2.6 Ma (plutón
Naguayán). Similar textura caracteriza a un grupo de pequeños stocks de monzodioritas
de piroxeno y biotita de distintivo color pardo rojizo, que intruyen a rocas de la faja
central de la Formación La Negra, al este de Antucoya y están, en la actualidad,
cortados por la falla Salar del Carmen. En este grupo se obtuvo una edad U/Pb en
circones de 174.1+2.6/-2.9. Ma. Hacia el sur, un intrusivo de características similares
aflora en la zona de Sierra Miranda, emplazado en lavas riolíticas triásicas y limitado,
en este caso, al este, por la falla Salar del Carmen y para el cual se obtuvo una edad
U/Pb en circones de 170.9+2.3/-2.6 Ma. Hacia el oeste, en el acantilado costero, al

12 
 
oriente de Mejillones otro stock: el plutón Cerro Gris (Figuras 15, 16) con una edad
similar (U/Pb en circón: 174.8 ±2.4 Ma) intruye a las coladas de basaltos vesiculares de
la franja occidental. Este plutón está formado, a diferencia de los anteriores, por dioritas
cuarcíferas y tonalitas foliadas de hornblenda y biotita de grano grueso, lo cual
indicaría un nivel de emplazamiento más profundo que las monzodioritas ubicadas al
este.
Los intrusivos de esta asociación plutónica tienen importancia metalogénica, ya que el
plutón Naguayán hospeda un numeroso grupo de vetas de Cu, Fe-Cu (Au) que
representa el primer episodio de mineralización identificado, en este sector de la
Cordillera de la Costa.

Los intrusivos del Bajociano-Oxfordiano (169?-160 Ma)


Este grupo está constituido por intrusivos que afloran, principalmente, en el acantilado
costero, donde intruyen a lavas basálticas vesiculares del dominio occidental de la
Formación La Negra. Este conjunto (Figuras15, 17) comprende, entre otros, al
voluminoso plutón Tocopilla, y algunos cuerpos satélites menores, formado por gabros
y dioritas mesocumuladas, de orto y clino piroxeno con fases intersticiales tales como
actinolita, apatito, magnetita y turmalina, el cual fue datado (U/Pb en circones) en 165.8
±2.2 Ma. Este grupo incluye, además a otro intrusivo, ubicado al este del acantilado
costero (plutón El Tigre), emplazado en la zona de contacto entre los dominio central y
occidental de la Formación La Negra. Forma un “megadique”, elongado, en dirección
NS de 40 km de largo por 5 km de ancho constituido por monzonitas porfídicas de
piroxeno, con agujas de anfíbola kaerssutítica rojiza (rica en Ti), abundante feldespato
potásico y magnetita, en cuyo extremo norte se obtuvo una edad U/Pb de 165.3 ± 2.4
Ma. El intrusivo más joven y más evolucionado de este grupo está formado por rocas
mesocráticas a leucocráticas (dioritas y granodioritas de piroxeno, hornblenda y
biotita) que forman parte del plutón Gatico, expuesto en el acantilado costero al sur de
Tocopilla, y que fue datado (U/Pb en circones) en 161+2.5/-2.3 Ma. Una edad de 159.8
± 2.0 Ma concordante, dentro del rango de error, con la anterior se obtuvo para uno de
tres stocks menores de similar petrografía y modo de afloramiento expuestos aún más
al sur, entre Gatico y Caleta Michilla (Figura 17).
Al igual que en caso del plutón Naguayán, los plutones mayores de este pulso intrusivo
están asociado mineralización cuprífera de cierta importancia, la que ocurre tanto en
forma de numerosas veta s mesotermales al interior de los plutones (distritos Tocopilla
y Gatico, Boric et al., 1990, Tristá-Aguilera y Kojima, 2003) como en yacimientos
estratiformes emplazados en la formación La Negra, en la periferia de los intrusivos.
En el caso del plutón Tocopilla la mineralización periférica de mayor relevancia
corresponde al yacimiento Buena Esperanza. Esta se asocia un cuerpo gabroico de
pequeño volumen y brechas ígneas emplazados en las coladas vesiculares y niveles
brechosos de la Formación La Negra, 5 km al sur del borde del plutón Tocopilla

13 
 
(Losert, 1973, Palacios, 1990; Boric et al., 1990, Maksaev y Zentilli, 2002). En el
caso del plutón Gatico su principal depósito “periférico” corresponde al yacimiento
Mantos de La Luna, , sistema de vetas y cuerpos estratiformes ubicado muy cerca del
borde oriental del intrusivo, asociados espacialmente, a diferencia de Buena Esperanza
a sills y diques discordantes, de composición aplítica y granodiorítica (Leiva, 2010).

Magmatismo básico y metamorfismo de alta temperatura en el Jurásico


superior (Oxfordiano-Tithoniano): Los complejos máficos de la costa al
sur de Antofagasta
La zona costera al sur de Antofagasta se caracteriza por afloramientos de rocas meta-
ígeas de protolito máfico y complejos de gabros que incluyen fases cumuladas que
afloran en la zona comprendida entre Cerro Bolfín y Caleta Coloso (Figura 18). Estas
rocas fueron descritas, por primera vez, por Ferraris y DiBiase (1978) quienes las
atribuyeron al Paleozoico y han sido estudiadas y analizadas con mayor detalle por
Lucassen y Franz (1992, 1994, 1996), Lucassen y Thirwal (1998), González (1990) y
González y Niemeyer (2007). A escala regional, las rocas máficas se sitúan en el
extremo norte de extensos afloramientos de intrusivos que forman la mayor parte de la
Cordillera de la Costa entre Antofagasta y Paposo (Batolito Vicuña Mackenna; Hervé y
Marinovic, 1989; Marinovic et al., 1995; Pichowiak, 1994). Su principal componente
está formado por rocas básicas como las que, al este de Paposo, intruyen a secuencias
equivalentes a la Formación El Tigre y Estratos de Rencoret y, aparentemente, también
a la Formación La Negra. Este complejo (Unidad Paranal, de Hervé y Marinovic, 1989)
que incluye gabros, noritas y monzogabros de dos piroxenos, en parte bandeados, y
dioritas de hornblenda. Sin embargo, estas rocas no ha podido ser datadas con precisión
mostrando una gran dispersión en la edad (170-128 Ma) de las muestras hasta ahora
analizadas por K/Ar y Rb/Sr y que, en parte reflejan los efectos térmicos de episodios
intrusivos sobreimpuestos (Hervé y Marinovic, 1989).
Los afloramientos de rocas máficas expuestos en la costa al sur de Antofagasta,
incluyen un macizo de gabros bandeados (Gabros Coloso, Figura 18), que hacia el sur
también forman parte de varios bloques de rocas máficas de escala variable entre
kilométrica y métrica que forman “megainclusiones” dentro de rocas metamórficas de
protolito ígneo máfico (Lucassen y Franz, 1991, 1996). La más llamativa de
corresponde a un grupo de rocas foliadas afectadas por metamorfismo de alta
temperatura y que en el mapa geológico de la Carta Antofagasta y Punta Tetas
(González y Niemeyer, 2005) aparecen mencionadas bajo el nombre de “Ortogranulitas
del Cabo Jara” y en este trabajo, denominadas como Granulitas máficas y Anfibolitas
de Cabo Jara (Figura 18). Las granulitas de piroxeno muestran un paso gradual o bien
están en contacto por falla, hacia el este, a través de la falla Bolfín con un franja de
rocas ígneas descritas, como “anfibolitas” por Lucassen y Franz, (1992, 1994), o bien

14 
 
como “metadioritas” por González y Niemeyer (2007) y que, en este trabajo se
describen bajo el nombre de Metadioritas (Ortoanfibolitas) de Cerro Bolfín.
Los Gabros Coloso están representados no sólo por el intrusivo mayor que aflora en la
costa al sur de la caleta homónima (Figura 18) sino que, además, por cuerpos de menor
tamaño que han sido identificados dentro de los afloramientos de rocas meta-ígneas
expuesto hacia el sur. Sí bien Lucassen y Franz (1996) consideran que los gabros
intruyen a las granulitas y metadioritas, González (1996) indicó, en cambio, que estos
podrían representar a rocas afines con aquellas que forman en parte, el protolito de las
granulitas que fueron preservadas de la deformación dúctil (y metamorfismo?). El
intrusivo bandeado (“layered intrusion”) de Caleta Coloso está compuesto por capas
subhorizontales métricas de leucogabros anortosíticos y melanogabros de piroxeno,
olivino y espinela, de grano grueso. Sus características geoquímicas indican que son
rocas muy primitivas, sin evidencias de contaminación cortical, notoriamente anhidras,
lo cual, sugiere, según (Lucassen y Franz, 1994; Lucassen et al, 1996) que los magmas
pueden haberse formado por fenómenos de “decompresional melting” dentro de un
régimen tectónico extensional, que llegó a producir un notable adelgazamiento de la
corteza continental.
Las Granulitas Máficas y Anfibolitas de Cabo Jara (Figura 18) corresponden a rocas
de protolito ígneo-máfico, de grano fino a medio, de color verde oscuro que presentan
una penetrativa foliación subvertical de rumbo NNE a NE, dentro de las cuales se
observan núcleos (lentes) relictos, no deformados de rocas meta-ígneas máficas
isótropas. Al microscopio (Figura 19), los núcleos isótropos están formados por un
agregado granoblástico de clinopiroxeno y plagioclasa cuya textura ígnea original está
obliterada por la recristalización metamórfica. De acuerdo a la clasificación de Coutinho
et al. (IUGS; 2007) estas corresponden a ortogranulitas máficas de piroxeno, en que en
algunos casos el piroxeno metamórfico aparece retrogradado a anfíbola. A escala de los
afloramientos, las granulitas alternan o forman lentes dentro de bandas de anfibolitas
retrógradas de textura lepido a nematoblástica con anfíbola, biotita y abundante
titanita, lo cual parecen indicar los efectos de un episodio de metamorfismo dinámico,
más tardío, que alcanzó hasta las facies de esquistos verdes (Lucassen y Franz, 1996).
Estas rocas, de protolito ígneo gabroico, y en parte diorítico, presentan bajas razones
87
Sr/86Sri, Nd, patrones planos de Tierras Raras y bajos contenidos de elementos LILE,
que indican que derivan de magmas mantélicos “primitivos” que no muestran
evidencias de interacción o asimilación de material cortical (Lucassen y Franz, 1992,
Lucassen y Thirwal, 1998). De acuerdo a Lucassen y Franz (1992, 1994, 1996) las
granulitas de Cabo Jara se habrían originado a partir de intrusivos gabroicos que fueron
metamorfizados, sin cambios químicos, en condiciones anhidras, a elevada temperatura
(ca. 700°-800°C) y moderada presión (> 5 Kb), a una profundidad aproximada de 20
km. Condiciones como éstas se logran en zona de anormalmente alto gradiente térmico,
en ambientes tectónicos dominados por extensión y adelgazamiento cortical extremo

15 
 
(ver Sandiford y Powell, 1986; Touret y Huizenga, 2012). Con posterioridad, a medida
que se enfriaban, a menor temperatura (600-700°C) la introducción tectónicamente
controlada de fluidos en algunos sectores los piroxenos habrían sido transformados en
hornblenda para dar origen a las“granulitas anfibolitzadas”.
Las Metadioritas (Ortoanfibolitas) de Cerro Bolfìn. Estas rocas, descritas
anteriormente, como ya se indicó, como “anfibolitas” (Lucassen y Franz, 1996) o
“metadioritas” (González y Niemeyer, 2007) forman afloramientos amaicillados de
rocas máficas y coloración grisácea, que se encuentran principalmente al este de la Falla
Bolfín, dentro de los cuales destacan en el relieve algunos cuerpos de discontinuos de
gabros (Figura 18). Hacia el este las metadioritas están intruidas por granodioritas y
tonalitas del plutón Los Cristales (ca. 147 Ma, Figura 18). El contacto con el cual está
marcado por una ancha banda de milonitas. Las Metadioritas de Cerro Bolfín,
corresponden a rocas meta-ígneas de grano grueso (granofels en el sentido de Coutinho
et al., 2007), afectadas por metamorfismo en facies de anfibolita. Observaciones
efectuadas en afloramientos ubicados al oeste de Cerro Cristales indican que, en esa
zona, corresponden a rocas faneríticas de grano grueso de probable protolito diorítico,
constituidas por agregados granoblásticos alotriomórficos e isótropos de plagioclasa
cálcica, hornblenda y abundante titanita, sin evidencias de deformación dúctil. Las rocas
faneríticas están atravesadas por varios familias de diques melanocráticos de grano fino,
plásticamente desmembrados y cortados a su vez por diques y venas “leucocráticas”,
pegmatíticas de grano muy grueso pero, cuya mineralogía dominante (agregados de
plagioclasa y hornblenda) es, a pesar de las diferencia texturales y tamaño de grano,
similar a la de los diques y facies intrusivas de grano grueso. Estas rocas representan a
un complejo ígneo que fue afectado, en su totalidad, por una pervasiva recristalización
metamórfica, lo cual llevó a su transformación en Ortoanfibolitas (en el sentido de
Coutinho et al., 2007). El proceso ocurrió en presencia de agua, a menor temperatura
que el metamorfismo anhidro característico las granulitas máficas de Cabo Jara
indicando una progresión en el grado metamórfico creciente hacia el oeste.
Edad de los complejos metaígneos máficos. Establecer la edad de los complejos
máficos expuestos en la zona costera al sur de Caleta Coloso ha sido difícil, debido a las
dificultades inherentes al estudio geocronológico de rocas máficas afectadas por varios
eventos de deformación y metamorfismo. Aunque Lucassen y Thirwal (1998)
consideran que las Granulitas de Cabo Jara tendrían una edad cercana a los 200 Ma,
reportaron varias dataciones Sm/Nd (isócronas plag-opx, cpx, roca total) comprendidas
entre los 171±11 y 150±8 Ma, interpretadas sólo como edades de cierre del sistema
Sm/Nd por debajo de los 650ºC. Estos datos son, sin embargo, consistentes con el hecho
de que, durante este trabajo, se obtuvo una edad U/Pb en circones ígneos de 155.7±2.8
Ma (Figura 20) lo cual ha permitido, por primera vez, fechar, con certeza la edad de
cristalización de su protolito intrusivo máfico. Lucassen y Thirwall (1986) obtuvieron
también una edad Sm/Nd (isócrona hb-plag-roca total) de 163±23 Ma para los Gabros

16 
 
de Caleta Coloso, idéntica, dentro del rango de error a las de las granulitas y cercana a
la indicada por una imprecisa datación U/Pb en circones de 153±2 Ma reportada por
Damm et al. (1986). Una nueva datación 40Ar/39Ar efectuada, durante este trabajo en los
cúmulos de anfíbolas tardimagmáticas de los Gabros de Coloso (hornblenda edenítica
rica en magnesio; determinación DRX) indicó una edad de 150.2±0.8 Ma. Finalmente,
tres edades 40Ar/39Ar entre 152.9 y 151.7 Ma en hornblenda reportadas por Scheuber et
al. (1995) para muestras de “anfibolitas” afines, con las Metadioritas de Cerro Bolfín,
recolectadas al sur de Cerro Cristales, son ligeramente más jóvenes que la anterior y
pueden ser consideradas como edades de enfrimiento, aunque la edad de cristalización
de las dioritas no haya sido, aún, establecida. Estos datos son, en resumen, consistentes
con la hipótesis de que las rocas máficas no deformadas, como los Gabros de Coloso,
corresponden probablemente, a intrusivos similares a los gabros que forman el protolito
de las granulitas que fueron preservados de la deformación dúctil tardía sobreimpuesta
(ver más adelante).

El Plutón Vireira-Colupito (Tithoniano, ca. 150 Ma) magmas más


evolucionados que los complejos máficos de la zona costera.
 

El magmatismo del Jurásico superior no estuvo restringido sólo a la faja costera. Dentro
de los intrusivos de esta edad destaca, al este de Michilla, ya en la zona oriental de la
Cordillera de la Costa, un cuerpo intrusivo de gran volumen, que forma un plutón de eje
mayor orientado en dirección norte sur, de 70 km de largo por hasta 10 km de ancho,
emplazado en las lavas y tobas del dominio central de afloramientos de la Formación La
Negra. Este intrusivo polifásico (Plutón Virerira-Colupito, Figura 21) está formado por
monzodioritas de piroxeno, de grano medio, y, en menor proporción, anfíbola, aunque
incluye también fases granodioríticas de hornblenda y biotita y porfídicas monzoníticas.
Un rasgo distintivo de este plutón, para el cual se obtuvo una edad U/Pb en circones de
150.0+1.8/-1.7 Ma, es su extensa aureola de rocas córneas oscuras, lo cual indicaría que
se emplazó en un nivel epizonal con alto contraste de temperatura. La ausencia de zonas
de alteración hidrotermal o mineralización, tanto dentro del intrusivo como en su
aureola de rocas córneas señala, por otro lado, que en la cúpula del plutón no existía un
gran volumen de fluidos exsueltos. Además de estas características, su edad es cercana a
las edades U/Pb y 40Ar/39Ar (ca. 150 Ma) obtenidas tanto en los Gabros de Coloso
como en las Granulitas de Cabo Jara. Es posible que el plutón Vireira represente a un
complejo intrusivo epizonal contemporáneo de los intrusivos máficos la zona costera.
Sin embargo, en contraste con aquellos, éste deriva de magmas más evolucionados,
emplazados en niveles estruturalemente más elevados, y además sobre una corteza
continental de mayor espesor que la existente en la zona de Bolfín-Coloso durante el
Jurásico superior.

17 
 
El régimen tectónico del Jurásico superior: Extensión y adelgazamiento
cortical extremo entre los 155 y 150 Ma

Para comprender el significado del magmatismo y el régimen tectónico prevaleciente


durante del Jurásico superior se debe analizar las relaciones geométricas en tres
dimensiones existentes entre los intrusivos básicos de la zona de Coloso, Bolfín y
Península de Mejillones y los niveles volcánicos de la Formación La Negra. Mapas y
secciones geológicas publicadas para la zona de Antofagasta indican que, al oeste de la
falla Salar del Carmen, la Formación La Negra se dispone como un panel con manteo de
45° W y hasta 70°W (González, 1999; Scheuber y González, 1999; González y
Niemeyer, 2005, Figuras 22, 23). Este panel está cortado por numerosas fallas normales
de alto ángulo (en superficie) inclinadas al este, muchas de las cuales coinciden con las
trazas neógenas del Sistema de Fallas de Atacama (fallas Mititus, Ordoñez, Salar del
Carmen, etc.). La formación de este panel rotado habría ocurrido, principalmente, entre
los 170 Ma, edad de término del volcanismo, y los 140 Ma, edad aproximada de los
conglomerados basales de la Formación Caleta Coloso que, al sur de Antofagasta
cubren en discordancia a las capas inclinadas de Formación La Negra (Flint et al.,
1986; González y Niemeyer, 2007).
La mejor manera para explicar estructuras de esta clase y escala es a través de rotación
de bloques limitados por fallas normales, hipótesis que ya había sido sugerida por
Pichowiak (1994) y Scheuber y González (1999). Diversos modelos estrucurales
indican que en sistemas extensionales asociados a rotación de boques las fallas
normales convergen, en profundidad a un nivel de despegue que corresponde a una falla
normal, de geometría lístrica. Fallas normales subhorizontales separando la Formación
La Negra de las secuencias infrayacentes del Triásico superior-Jurásico inferior han sido
efectivamente descritas, al sur de Antofagasta, en la zona de Taltal (Scheuber y
González, 1999; Grocott y Taylor 2002, ver Figura 24). Las fallas que limitan los
bloques rotados en el bloque colgante pueden tener, a su vez, un geometría lístrica
(modelo de “listric fan”, de Gibbs, 1984) o bien, como se indica en la Figura 25,
correponder a fallas planas que limitan bloques rotados en estilo dominó (Wernicke y
Burchfiel; 1982 Faulds et al., 2012). La rotación de bloques permitiría, también,
explicar el “espesor” anormalmente elevado descrito en algunos trabajos para la
Formación La Negra, ya que cada uno de los bloques rotados repetiría la secuencia
estratigráfica expuesta en cada uno de los bloques adyacentes (Figura 25). Un modelo
de este tipo implica que los procesos de extensión que originaron el espacio necesario
para la acumulación de las secuencias volcánicas continuaron después del cese de la
actividad volcánica, hasta producir la característica rotación de bloques de la zona de
Antofagasta. Las fallas normales (en este caso inclinadas al este) deberían enraízarse, en

18 
 
profundidad, según los modelos citados, en un plano de despegue (falla normal) de bajo
ángulo que, en la zona de Antofagasta debería estar inclinado, suavemente, hacia al este
(Figura 24).
El característico manteo hacia el oeste de la Formación La Negra se mantiene a lo largo
del acantilado costero, norte de Antofagasta, hasta la latitud de Michilla. Sin embargo,
más al norte, entre Michilla y Tocopilla, las capas de la Formación La Negra presentan
un sistemático manteo hacia el este (Figura 26). Junto a lo anterior, las fallas normales
NS con manteo al E, que predominan al este de Antofagasta, en la zona de Michilla
desparecen contra un sistema de fallas de alto ángulo de rumbo ENE, inclinadas al sur,
(fallas Tames, Muelle etc.) que, hacia el este atraviesan la mayor parte de la Cordillera
de la Costa. Este cambio en la geometría estructural parece indicar que el corredor
estructural de Michilla representaría una zona de transferencia entre dos dominios
estructurales de distinta polaridad, con morfología de hemigraben dentro del dominio
extensivo asociado a rotación de bloques en estilo dominó (Figura 27). Este estaría
controlado por una superficie de despegue (detáchment) basal inclinado al sur de
Michilla, hacia el este al este, y entre Tocopilla y Michilla, al oeste (ver McClay y
White 1995 o Bose y Mitra 2010).
El período de máxima extensión y rotación de bloques de la Formación La Negra
ocurrió mientras que, a los 155-150 Ma en la zona costera se producía el emplazamiento
de los intrusivos máficos de la zona de Bolfín-Caleta Coloso. Lucassen y Franz (1994,
1996) consideran que estos complejos representa las partes profundas exhumadas del
“arco jurásico” de la Cordillera de la Costa indicando que, cuando se produjo el
emplazamiento (ca.155 Ma) de las rocas máficas, el marco tectónico estuvo dominado
por extensión. El metamorfismo de facies de granulita habría ocurrido, a alta
temperatura y baja presión (800°C /ca. 5 kbar) en las raíces de la corteza adelgazada y a
una profundidad cercana a los 20 Km (Lucassen y Thirwhall, 1998) lo cual explicaría la
ausencia, en las granulitas de fases minerales de mayor presión como el granate. Según
Lucassen y Franz (1996) durante este período, el basamento prejurásico de la zona de
Cerro Bolfín-Cabo Jara habría sido, en gran parte, “removido” por la extensión y el
espacio generado reemplazado por las rocas ígneas máficas generadas a partir de
magmas de origen mantélico.
Como en la actualidad las rocas máficas de la zona de Cerro Bolfín-Cabo Jara están en
contacto a través de fallas frágiles con lavas de la Formación La Negra, éstas deben
haber sido exhumadas prácticamente desde la corteza inferior hasta niveles corticales
muy superficiales. Una datación de trazas de fisión en apatita de 118±14 Ma, reportada
por Hammerschmidt y Scheuber (1991) para anfibolitas expuestas al sur de Caleta
Bolfín, señala que a fines del Cretácico inferior las rocas metamórficas estaban
prácticamente en la superficie. Aunque, la historia completa de exhumación de las rocas
máficas expuesta al sur de Caleta Coloso sea difícil de establecer, ésta puede estar

19 
 
ligada de manera importante a la extensión jurásica, que habría continuado después de
los 155 Ma. Estudios geobarométricos efectuados por González (1996, 1999) en el
plutón Los Cristales (147 Ma), que intruye, por el oeste, a las Metadioritas de Cerro
Bolfín indican que éste se emplazó a una profundidad cercana a los 13 km, lo cual
implica que, antes del límite con el Cretácico, este fue exhumado en cerca de 10 km. Sí
el progresivo “destechado tectónico” ocurrió como consecuencia de la extensión
regional, ésta continuó por los menos hasta los 147 Ma, cerca del límite Jurásico-
Cretácico.
Las relaciones descritas permiten sugerir, de este modo, que la rotación de bloques de
la formación La Negra sobre una falla normal de muy bajo ángulo, inclinada al este
(supradetáchment extension, en el sentido de Armitage y Allen, 2010, Figura 28) habría
ocurrido en forma sincrónica al emplazamiento de magmas básicos en la zona costera.
La extensión habría continuado hasta antes de los 146 Ma llegando producir la
exhumación parcial de las granulitas y gabros. Deformación de este tipo, que permite
poner en contacto diversos niveles estructurales durante un período extensional es
característico de sistemas cuya evolución culmina con la exposición, en superficie, de
núcleos de rocas metamórficas similares a los descritos para complejos de núcleo
metamórfico (“core complexes”) expuestos en regiones sometidas a extensión extrema
como el Basin and Range de Norteamérica (Lister y Davis, 1989) o la Islas Cícladas , en
el Egeo (Jolivet et al., 2001, Figura 29). A pesar de ello, en el caso de Antofagasta, la
extensión jurásica no parece haber alcanzado a exponer directamente, en un sólo paso,
las granulitas en superficie.
Si la extensión ocurre en condiciones de alto gradiente termal, como en zonas de
magmatismo activo, los magmas pueden canalizarse hacia las zona de extensión
(Schenker et al., 2012; Whitney et al., 2013). El adelgazamiento de la corteza produce
además, un elevado flujo de calor, a escala regional, que debe también manifestarse en
niveles más altos de la corteza sometida a extensión. Esta hipótesis es consistente con
las numerosas edades 40Ar/39Ar (plagioclasa) entre 164 y 150 Ma obtenidas por Oliveros
et al. (2006) en las lavas de la Formación La Negra expuestas en el acantilado costero al
norte de Antofagasta (Figura 30) y érroneamente consideradas como indicativas de la
edad del volcanismo. La extensión jurásica puede ser consecuencia de la retirada de la
fosa hacia el oceáno (“slab rollback”) durante el Jurásico superior, fenómeno que ha
sido descrito por numerosos autores para otras zonas de convergencia activa (i.e,
Doglioni, 1993; Heuret y Lallemand, 2005; Faccena et al., 2009; Nakakuki y Mura,
2013). El proceso debe haber finalmente producido el desacople entre un fragmento
(“sliver”) separado del borde continental por una zona de corteza extremadamente
adelgazada generando un sistema parecido al que actualmente caracteriza al Estrecho de
Bransfield, en la Península Antártica (González-Casado et al., 2000; Galindo-Zaldívar
et al., 2004, ver Figura 31). Remanentes de este elemento tectónico no están
preservados, ya que este habría sido, posteriormente, removido por la activa erosión por

20 
 
suducción (Rutland, 1971; von Heune y Ranero, 2003) que caracteriza a este segmento
de los Andes Centrales.

Jurásico superior-Cretácico inferior (148-140 Ma): Magmatismo y


deformación durante cambios mayores en el régimen tectónico desde
extensión a cizalle sinistral

Entre los 148 y 138 Ma después del colapso extensional del sistema volcánico de La
Negra, la Cordillera de la Costa guarda el registro de un proceso mayor de cambio
desde un régimen dominado por extensión en el Jurásico superior hacia otro donde el
motivo principal, durante el Cretácico inferior, es el cizalle sinistral. El análisis crítico
de la literatura, combinado con los nuevos datos aportados por las dataciones U/Pb
permite trazar la evolución del período hasta antes de la formación del Sistema de Fallas
de Atacama, alrededor de los 125 Ma. Este ciclo incluye cuatro etapas sucesivas;
(1) 148-146 Ma (Tithoniano): Emplazamiento en la zona costera, de plutones de
composición granodiorítica hasta granítica (plutones Los Cristales, Fortuna I, Las
Toscas, Figura 32).
(2) Intrusión de enjambres de diques que registran cambios en la orientación de la
direcciones de stress regional asociados a una reactivación tectónica de la zona de
transferencia de Michilla. Durante esta etapa, se produjo el evento de
mineralización que dio origen a los yacimientos de Michilla y Mantos Blancos
(Figura 32).
(3) 145-143 Ma (Berriasiano): Cizalle dúctil sinistral que, en la zona costera, da
origen a fajas de milonitas en los granitoides y complejos metamórficos de la zona
de Cabo Jara-Cerro Bolfín.
(4) 142-140 Ma (Berriasiano-Valanginiano): Emplazamiento, en la zona costera, de
intrusivos, post tectónicos, que cortan a los plutones deformados y enjambres de
diques (i.e. plutón Fortuna II). Hacia el este, emplazamiento de intrusivos
hipabisales en parte relacionados a mineralización de tipo pórfido cuprífero
(Antucoya).

1) Los intrusivos del Tithoniano (148-146 Ma)

Este episodio está bien representado al sur de Caleta Coloso, por un cuerpo intrusivo de
forma lenticular, orientado en dirección NNE, paralelo a la traza de la falla Caleta
Coloso, que lo limita por el este (Figura 33). El plutón Los Cristales está formado por

21 
 
tonalitas y granodioritas de biotita-hornblenda de grano medio a grueso. Incluye, al
este, un núcleo de granodioritas isótropas, en el cual se obtuvo una edad U/Pb de
146.7±2.0 Ma, más precisa que las edades K-Ar y Rb/Sr entre 149-138 Ma reportadas
más al sur por González (1996) y Marinovic y Hervé (1989). Las granodioritas gradan
progresivamente, hacia el oeste, a rocas foliadas que muestran bandeamiento
sinmagmático y, en su borde externo occidental, a una banda de milonitas y
protomilonitas, con indicadores cinemáticos que señalan movimientos de cizalle
sinistral. Como se indica en las figuras 33 y 34 González (1999) postuló que el plutón
Los Cristales se habría emplazado en una zona de cizalle prexistente. Sin embargo,
nuevas dataciones U/Pb señalan que la deformación por cizalle sinistral es un fenómeno
que, aunque puede haber comenzado durante el emplazamiento del plutón, estuvo
activo, principalmente, después de su emplazamiento hasta los 143 Ma (ver más
adelante). Determinaciones geobarométricas (basadas en el contenido de Al en
hornblenda), y análisis estructurales efectuados por González (1996, 1999) indican el
plutón Los Cristales se habría emplazado, aproximadamente a 13 km de profundidad.
Al norte de Antofagasta, en el acantilado costero, aflora otro intrusivo con una edad y
características similares, el Plutón Fortuna I, formado por dioritas cuarcíferas a
tonalitas de hornblenda y biotita, de grano fino a medio con orientación sinmagmática
de los cristales y bandas de milonitas, que intruyen a la Formación La Negra y en el cual
se obtuvo una edad U/Pb en circones de 148.9+2.0/-2.1 Ma, concordante con una edad
40
Ar/39Ar de 148.5± 1 Ma reportada previamente por Maksaev (1990). Edades K-Ar en
biotita, más antiguas de hasta 153 Ma publicadas por Cortés et al. (2007) son
incompatibles con la nueva edad U/Pb y revelan probablemente problemas de exceso
de argón en la biotita. En el borde sur del plutón se observa una faja EW de milonitas,
caracterizada por una foliación ENE-WSW/50°-60°S, formada, probablemente durante
el emplazamiento del intrusivo y en la cual se obtuvo una edad K-Ar de 145±5 Ma en
hornblenda (González, 1996).
Plutones de edad similar afloran también al este de la falla Salar del Carmen, en la zona
sur-oriental del área cubierta por el mapa, aunque, a diferencia de los plutones Los
Cristales y Fortuna I no presentan evidencias de deformación dúctil y están formados
por rocas texturalmente isótropas. El mayor de éstos corresponde al Plutón Las Toscas
(Figura 33) intrusivo subcircular de 14 km de diámetro, emplazado en rocas de la
Formación Sierra El Tigre, expuestas al este de la Estación La Negra. Está constituido
por monzogranitos rosados de biotita de grano grueso para el cual, durante este trabajo
se obtuvo dos edades U/Pb concordantes entre sí de 148.7+1.8/-2.7 y 148±5 Ma,
cercanas a la edad obtenida en el plutón Los Cristales. Otro complejo intrusivo de edad
análoga es un conjunto de plutones y stocks menores y diques que afloran en la zona
cercana a Mantos Blancos. Dentro de estos se encuentra la denominada Granodiorita
Alibaud (Figura 38, Cornejo et al., 2006b; Cortés et al., 2007), stock formado por
granodioritas de hornblenda y biotita, emplazado en el contacto entre la Formación La

22 
 
Negra y el Batolito Ercilla, inmediatamente al norte de la mina Mantos Blancos y para
el cual se ha reportado una edad 40Ar/39Ar en biotita de 148.2±0.15 Ma (Cortés et al.,
2007).

2) Enjambres de Diques, rápidos cambios de régimen tectónico y mineralización


cuprífera (Michilla y Mantos Blancos, 148?-145 Ma)

El emplazamiento de los intrusivos del límite Jurásico-Cretácico culminó con la


intrusión de emjambres de diques emplazados, en parte, en los cuerpos intrusivos como
los plutones Los Cristales y Fortuna I. Este último está cortado por varias familias de
diques de composición diorítica y andesítica, hasta daciandesítica de hornblenda (Cortés
et al., 2007) en uno de los cuales cuales Maksaev (1990) obtuvo una edad 40Ar/39Ar de
148.5 ± 1.0 Ma y Scheuber y González (1999) dos edades edad K-Ar en hornblenda de
147±6 y 146±5 Ma. Estos sistemas de diques, portadores de sulfuros metálicos (pirita,
Plutón Fortuna I) son característicos dentro de los plutones del Jurásico superior de la
Cordillera de la Costa y fueron estudiados en detalle por Scheuber y González (1999)
quienes llegaron a clasificar los plutones mayores considerando simplemente la
presencia o ausencia de diques e indicaron que, en forma sistemática, los intrusivos “sin
diques” son más jóvenes y tendrían, generalmente, edades menores que 140 Ma.
Estudiando la orientación de diques en la zona comprendida entre Taltal y Tocopilla
observaron que éstos forman dos familias principales orientadas en dirección ENE-
WSW a NE- SW y otra de rumbo variable entre NS a NW-SE.

Sistemas de diques verticales, como parecen ser muchos de los diques en la Cordillera
de la Costa, se emplazan en forma paralela a la orientación del eje de stress horizontal
máximo (hmax), el que puede coincidir con 2 o 1 mientras que 3 es perpendicular a
la orientación de los diques (Emmermann y Marett, 1990). Según Scheuber y González
(1999) durante el emplazamiento de los diques observados en la Cordillera de la Costa,
la dirección de Shmax habría rotado, desde NE-SW hasta NW-SE. Estas direcciones,
oblicuas a la orientación del actual margen andino, contrastan con las que prevalecieron
durante el Jurásico medio a superior, donde el régimen tectónico estuvo dominado por
extensión EW y los ejes de stress intermedio y mínimo se ubicaban sobre el plano
horizontal (3=EW/2=NS). Es en este contexto de cambio de régimen tectónico donde
se emplazaron dos de los mayores sistemas mineralizados de la Cordillera de la Costa:
los numerosos depósitos del Distrito Michilla y el yacimiento Mantos Blancos. Ambos
muestran una relación estrecha con sistemas de diques e intrusivos subvolcánicos, cuya
edad es similar a la de los enjambre de diques que cortan a los plutones del Jurásico
superior.

23 
 
La región de Michilla, ubicada dentro de la zona de transferencia entre los dos
dominios mayores de bloques rotados de la Cordillera de la Costa, se caracteriza por la
ocurrencia, dentro de los afloramientos de la Formación La Negra, de numerosos
yacimientos (Lince-Estefanía, Buena Vista, Juárez, Viruca, etc.) que forman parte de
uno de los más clásicos distritos de yacimientos de cobre “estratoligados” del norte de
Chile (Boric et al., 1990, Maksaev y Zentilli, 2002). Desde el punto de vista estructural,
en esa zona la Formación La Negra constituye un homoclinal de rumbo WNW a ENE
inclinado 25°a 42° al norte (González, 1999; Arévalo, 2008). El “Monoclinal de
Michilla” está cortado por un sistema de fallas mayores de alto ángulo de rumbo NNE
a ENE (fallas Tames, Muelle, etc.) inclinadas al sur, con una componente de
desplazamiento normal, que atraviesa la mayor parte de la Cordillera de la Costa e
interrumpen y reemplazan las fallas regionales NS inclinadas al este (i.e. fallas Mititus,
Ordoñez) que dominan la estructura interna de la Cordillera de la Costa entre Michilla y
Antofagasta. Dentro del distrito, el panel rotado está cortado, además, por numerosas
fallas normales menores, de rumbo EW, inclinadas al sur.

Arévalo (2008) fue el primero en señalar que la formación del “Monoclinal de


Michilla”, sería el resultado ya sea de la rotación del panel completo sobre un falla
normal lístrica o bien de la rotación de bloques y fallas normales en estilo dominó,
durante una fase de extensión mayor. Este episodio parece ser independiente del evento
mayor de extensión EW que produjo la rotación de la Formación La Negra en la zona
de Antofagasta y podría ser el resultado de la reactivación, por extensión oblicua, de la
zona de transferencia de Michilla durante las fase final de emplazamiento de los
enjambres de diques en la Cordillera de la Costa y rotación de los ejes de stress
regionales entre los 148 y 145 Ma. Según Maksaev et al. (1990), Wolf et al (1990),
Townley et al. (2007) o Acevedo et al. (2014), la mineralización, en Lince- Estefanía
(Susana) está asociada a stocks de gabros y pórfidos dioríticos, emplazados en zonas
de falla normales, rumbo NNE a EW inclinadas al sur, que cortan al monoclinal
inclinado al norte que caracteriza a la Formación La Negra.
Las brechas ígneo-hidrotermales contienen mineralización cuprífera, la cual se extiende
lateralmente formado varios cuerpos tabulares en los techos de las coladas vesiculares
que forman las rocas de caja (Figura 36). Intentos de dataciones 40Ar/39Ar en albita de
provenientes de muestras de superficie de la brecha Susana como también de las zonas
más profundas del yacimiento, han entregado valores erráticos entre 140 a 130 Ma, con
alto errores (ca. 25 %) debido al extremadamente bajo contenido de Ar radiogénico en
esos feldespatos. La datación en Re-Os de 160 ±16 Ma (isócrona en asociación de
sulfuros) reportada por Tristá-Aguilera et al. (2006) no tiene significado geológico
debido a las grandes incertezas del método cuando se aplica en asociones de sulfuros, en
vez de molibdenita pura (ver Zimmerman et al. 2014). Sin embargo, en las zonas
profundas del yacimiento Lince se obtuvo una edad U/Pb en titanita de 148.3+6.9/-3.9
Ma, asociada a mineralización de sulfuros hipógenos contenida en vetillas de actinolita,

24 
 
titanita y epidota, en brechas volcánicas metasomatizadas adyacentes a intrusivos
microdioríticos de piroxeno que también contienen mineralización y han sido datados
mediante K-Ar roca total en 149±4 Ma (Astudillo, 1983)La edad U/Pb de la titanita, es
similar a una edad 40Ar/39Ar de ca.148 Ma obtenida por Oliveros et al. (2008a) en
plagioclasas sericitizadas de una muestra de microdioritas.
Los datos geocronológicos obtenidos en minerales relacionados a la mineralización y
en los intrusivos, son consistentes con los resultados del detallado estudio
paleomagnético efecuado en Michilla por Townley et al. (2007) quienes señalaron que
“la baja inclinación paleomagnética sugiere, para la mineralización, una edad cercana a
las 145 Ma, periodo durante el cual la placa sudamericana se encontraba en las paleo-
latitudes más bajas de todo el Mesozoico.” La edad de los procesos de
mineralización/alteración está limitada, en todo caso, por la edad de sets de diques post
minerales, estériles. Un dique andesítico de este grupo fue datado (40Ar/39Ar, anfíbola)
en 137.4 ±14.1 Ma por Oliveros et al. (2008a). En otros aún más tardíos y libres de toda
alteración (denominados, en la mina como “diques dacíticos”) se han obtenido edades
de 118±14 y112±4 Ma (40Ar/39Ar, anfíbola y plagioclasa; Venegas et al., 1991).
En la zona de Mantos Blancos ubicada al este de la Falla Salar del Carmen, no hay
evidencias de deformación tan significativa como la que se observa en Michilla.En la
mineralización está emplazada en capas subhorizontales y en la zona del yacimiento
estudiado, entre otros, por Chavéz (1985); Ramírez et al. (2006, 2008) y Cornejo et al.
(2006 b), tobas riodacíticas y cuerpos subvolcánicos ácidos pertenecientes a los niveles
basales de la Formación la Negra, están intruidas por un conjunto de diques y filones de
pórfidos andesíticos de hornblenda de rumbo NNE a NE (Figura 37), que poseen
edades 40Ar/39Ar 147.9±0.8 y 147.4±1.2 Ma (Cornejo et al., 2006 b, Munizaga et al.,
1991) concordantes, aunque ligeramente más jóvenes que la edad de la granodiorita
Alibaud. En torno a los intrusivos más profundos del yacimiento se encuentran
complejos de brechas ígneas mineralizadas. Datos reportados para la asociación de
minerales de alteración hidrotermal, indican valores entre 146-145 Ma (40Ar/39Ar albita;
Munizaga et al., 1991) y 147.5 a 145.6 Ma (40Ar/39Ar en sericita; Oliveros, 2008 b).
Estos antecedentes geocronológicos permiten ligar el origen del yacimiento Mantos
Blancos, considerado como un depósito “estrato-ligado”, a la interacción de fluidos de
origen magmático asociados a los intrusivos subvolcánicos y brechas magmático-
hidrotermales de esta edad. Esta inferencia es consistente con la composición de los
isotopos estables (i.e. δ34S 3.5-20/00) reportada para Mantos Blancos (Sasaki et al., 1984;
Vivallo y Henríquez, 1998) que también indicaría una proveniencia magmática. Al igual
que los yacimientos del Distrito Michilla, la mineralización de Mantos Blancos parece
haber ocurrido mientras se reordenaba la orientación de los ejes regionales de stress al
mismo tiempo que, enjambres de dique se emplazaban en los intrusivos de la zona
costera entre los 148 y 145 Ma.

25 
 
Una relación con sistemas de diques y brechas ígneo-hidrotermales se observa también
en el yacimiento Iván –Zar, ubicado en el extremo sur del plutón Naguayán (ca. 170
Ma), donde se han descrito intrusivos hipabisales dioríticos con relación espacial con
cuerpos de brechas hidrotermales con una asociación paragenética similar a Mantos
Blancos y Michilla. Se cuenta con una edad 40Ar/39Ar de 144 ± 12 Ma en albita
(Vivanco, 1993). Más al norte al NW de Antucoya, emplazado en rocas volcánicas de la
Formación La Negra se encuentra, además, un pequeño cuerpo intrusivo formado
pórfidos riodacíticos con “ojos” de cuarzo y alteración a clorita y smectitas en el en se
obtuvo una edad U/Pb en circones de 149.5 ± 2.0 Ma (prospecto Dannia), que ha sido
objeto de exploración por una eventual mineralización de tipo “pórfido cuprífero” (?).

3) Cizalle dúctil sinistral en el Berriasiano (145-143 Ma)

El plutón Los Cristales muestra un paso progresivo, al oeste, desde su núcleo isótropo
hacia rocas que muestran: primero una foliación sinmagmática y luego una ancha franja
de milonitas, que tambien afecta a las Metadioritas de Cerro Bolfína, a las cuales
intruye. Indicadores cinemáticos señalan cizalle de rumbo en sentido sinistral
(González, 1996, 1999). Más al oeste, la foliación principal observada en las Granulitas
de Cabo Jara podría estar asociada a los efectos de un evento dinámico/termal tardío, y,
que alcanzó temperaturas propias de las facies de esquistos verdes asociado,
principalmente, a la neoformación de biotita y titanita, y que, según Lucassen y Franz
(1996) sería más joven que el metamorfismo de alta temperatura que dio origen a las
granulitas y retromorfismo a facies de anfibolita. Durante este trabajo se obtuvo una
datación U/Pb, en titanita de neoformación, de 143.0±4.0 Ma de una muestra
proveniente de una de las bandas foliadas, ricas en anfíbola de las Granulitas de Cabo
Jara. Esta es similar a la edad 40Ar/39Ar de 143.5±0.7 Ma en biotita, también de
neoformación reportada, más al norte, por Maksaev (1990) para una muestra de los
Gabros de Coloso. Ambas son prácticamente idénticas a las edades Rb/Sr (143.9±0.3
Ma) y 40Ar/39Ar en biotita (142.8± 1.4 Ma) reportadas por Scheuber et al. (1995) para el
núcleo de una zona de cizalle dúctil que afecta a gabros deformados que afloran cerca
del borde SW del Plutón Los Cristales. Estos antecedentes indican que, tanto el plutón
Los Cristales como las rocas máficas expuestas al sur de Caleta Coloso fueron afectados
por deformación dúctil producto de cizalle sinistral (Figura 38). Esta habría ocurrido en
condiciones de convergencia oblicua establecidas después de la rotación de los ejes de
esfuerzo regionales y emplazamiento de los sistemas de diques en los intrusivos del
Jurásico superior. La deformación de cizalle dúctil se concentró en la zona de Cerro
Bolfín-Caleta Coloso, ya que esta corresponde a la zona de máximo adelgazamiento
cortical y máximo debilitamiento termal durante el peak de la extensión, ocurrido entre
los 155 y 150 Ma. Existen evidencias locales de que también otras fajas de cizalle dúctil
se formaron en este periodo. Mas al este del Plutón Los Cristales, al interior del plutón

26 
 
Quebrada Púa, emplazado en el Jurásico inferior (ca. 182 Ma, Figura 2) se encuentra
una banda de milonitas donde se obtuvo una edad 40Ar/39Ar (biotita) 143.2±0.2 Ma.
Uno de los problemas pendientes es la edad de la deformación/metamorfismo de los
complejos metamórficos e intusivos máfico de Península de Mejillones y su relación
con los procesos de deformación y metamorfismo observados en la zona de Cerro
Bolfín-Cabo Jara. Todas las muestras analizadas por Casquet et al. (2013) de rocas
metasedimentarias provenientes Metamorfitas de Morro Jorgino incluyen algunos
granos de circones con edades U/Pb del Jurásico inferior (183-172 Ma, en el rango de
edades de la Formación La Negra). A pesar de que estas fueron consideradas, como
edades “demasiado jóvenes, sin significado geológico”(?) queda abierta la posibilidad
de que el protolito de los esquistos y pizarras de Morro Jorgino tenga una edad máxima
de depositación cerca del límite entre el Jurásico inferior y medio. Basei et al. (1996)
reportaron, para la Formación Jorgino, edades K/Ar de 147 y 162 Ma (biotita), 159 Ma
(hornblenda) y una edad de 144 Ma (U/Pb en circones) para una veta de granito que
la intruye, en la cual se cuenta con dataciones K/Ar en muscovita de 152 y 143 Ma. De
similar modo Lucassen et al., (2000) reportaron dos edades K/Ar de 152 Ma (anfíbola)
y 151 Ma (biotita) en muestras provenientes también de Morro Jorgino. En conjunto,
estos antecedentes indican que las rocas metamórficas de Península Mejillones (al
menos las Metamorfitas de Morro Jorgino) guardan registro de un evento intrusivo y
termal del Jurásico superior-Berriasiano (?), cuya edad parece ser similar al identificado
en la zona de Caleta Coloso y Cerro Bolfín.
Baeza y Venegas (1988) señalaron que las Metamorfitas de Morro Jorgino se podrían
comparar con las rocas metamórficas que afloran al sur de Antofagasta (i.e. Granulitas
de Cabo Jara) mientras que Skarmeta y Suárez (1979) indicaron que el Complejo Ígneo
de Morro Moreno, está afectado por bandas de milonitas separadas por zonas no
deformadas lo cual también caracteriza a las Granulitas de Cabo Jara. González (1996)
indicó que la orientación NNE-SSW que presenta la foliación principal en Morro
Moreno es similar a la observada, al sur, en las granulitas. Estos antecedentes permiten
que, aunque la edad de las rocas sea aún incierta, sugerir (en carácter de hipótesis
preliminar) que parte del metamorfismo y deformación de las rocas de Península de
Mejillones haya ocurrido al mismo tiempo que el evento de deformación dúctil
documentado al sur de Antofagasta. Es posible que, en conjunto, todas estas unidades,
ígneas y metamórficas estén genéticamente relacionadas dentro de una ancha faja de
cizalle dúctil sinistral del Jurásico superior-Cretácico inferior, que afectó la zona
comprendida entre Cerro Bolfín-Caleta Coloso, hasta Península de Mejillones entre,
por lo menos, los 148 y 143 Ma.

27 
 
4) Los intrusivos postectónicos y pórfidos cupríferos del Berriasiano-Valanginiano
(142-136 Ma)

En la zona del acantilado costero al este de Mejillones, el plutón Fortuna I (datado por
U/Pb en 148-149 Ma) e intruido por numerosos diques de composición andesítica a
diorítica está cortado por un pequeño stock de tonalitas a granodioritas de hornblenda
(parte del grupo de “plutones sin diques” de Scheuber y González, 1999) que ocupa
una superficie de sólo 4km2 y está limitado al este por la traza de la Falla Mititus
(“Tonalita Fortuna” de Cortés et al., 2007, y en este trabajo, plutón Fortuna II). Ese
pequeño stock corta también al dique datado 148.5 Ma (40Ar/39Ar en anfíbola) por
Maksaev (1990). Dataciones reportadas por González (1996) y Scheuber y González
(1999) indica edades valores de 141±3 (K-Ar biotita), 140± 5Ma (K-Ar, anfíbola) y
137.4± 2.2 Ma (40Ar/39Ar anfíbola). Su edad parece ser, por lo tanto, más joven que el
“peak” de deformación de cizalle dúctil sinistral, registrado en las milonitas del plutón
Los Cristales y las granulitas y anfibolitas de Cabo Jara, determinado entre los 145 a
143 Ma.
La ausencia de deformación cataclástica y/o milonítica y sus relaciones de campo
permiten considerar a este stock como un intrusivo postectónico en relación a la fase de
cizalle dúctil de la zona costera. Plutones de mayor volumen y de similares
características afloran al sur de Caleta Coloso y comprenden al plutón Varillas, ubicado
entre la fallas Caleta Coloso y Salar del Carmen y al plutón Quebrada Mateo (ver
Figura 33) ubicado al este de esta última. Ambos no muestran evidencias macroscópicas
de deformación dúctil. Aunque, de acuerdo a Uribe (1987) y González y Niemeyer
(2007) el plutón Varillas está intruido por un complejo de diques dacíticos” plegados”,
lo cual llevó al primero a considerarlo como un intrusivo sintectónico (?) a pesar de que
el plutón no presente efectos de cataclasis y/o deformación dúctil. En el plutón Varillas
se obtuvo una edad (U/Pb en circones) de 142.7±1.9 Ma y en el plutón Quebrada
Mateo, otra, concordante, de 141.7±1.9 Ma.
Intrusivos hipabisales, emplazados en niveles estructurales más elevados y de edad
cercana a la de los plutones del Cretácico inferior de la zona costera, ocurren en el
sector oriental del área estudiada, donde intruyen a las rocas volcánicas de la Formación
La Negra y no guardan relación con plutones de mayor volumen. Algunos de ellos están
asociados a zonas alteración hidrotermal y en la zona de Antucoya son portadores de
mineralización de tipo pórfido cuprífero. El primero de éstos, ubicado al norte de
Mantos Blancos, corresponde al sistema de pórfidos de Sierra Valenzuela, que cubre
un área de 12 km2 y consiste en pórfidos daciandesíticos a dacíticos de hornblenda,
biotita y cuarzo. En una muestra de éstos se obtuvo una edad U/Pb 136.1+1.7/-1.5Ma.
Aunque están afectados por alteración fílica y zonas remanentes de alteración potásica,
a la fecha no presentan mineralización reconocida de importancia. En la periferia de la

28 
 
zona alterada se han reportado edades de 40Ar/39Ar anfíbola de 138.±2.4 y K-Ar biotita
de 141± 3 Ma (Cortés et al., 2007).

En el yacimiento Antucoya (Figuras 39, 40), el sistema consiste en un conjunto de


cuerpos tabulares subverticales (dyke-swarn) de pórfidos daciandesíticos ricos en
cristales de plagioclasa y hornblenda y pórfidos granodioríticos de anfíbola y biotita;
con edades U/Pb (SHRIMP y LA-ICP-MS) que se extienden en un rango entre 142 a
136 Ma (Maksaev et al., 2007; Ponce et al., 2013), incluyendo un grupo principal de
pórfidos mineralizados emplazado alrededor de los 140 Ma. El sistema mineralizado se
concentra en dos centros intrusivos coalescentes (Pórfido Antucoya y Buey Muerto) que
presentan alteración potásica y están asociados a complejos de brechas ígneas con
biotita y magnetita y, en superficie, aureolas de alteración fílica en las rocas volcánicas
de la Formación La Negra. Datos Re/Os en molibdenita correspondientes diferentes
eventos de mineralización indican valores de 144±1Ma en rocas volcánicas con
alteración potásica y 141.4±0.5 Ma en pórfidos daciandesíticos y Ar/Ar albita 141.9±0.5
Ma (Ponce et al, 2013) y K-Ar en biotita de 137±4 Ma (Perelló et al, 2002).
Hacia el norte de Antucoya, al oeste de la Falla Salar del Carmen, se encuentran otros
centros intrusivos hipabisales composición granodiorítica, que exhiben ciertos rasgos de
alteración hidrotermal periférica e indicios de mineralización cuprífera, aunque con
edades ligeramente más antiguas que las obtenidas en Antucoya. Estos incluyen, al NW
de Antucoya, a los intrusivos asociados al prospecto Ivannia, los cuales corresponden a
granodioritas finas de anfíbola y biotita alteradas, donde se obtuvo una edad U/Pb en
circones de 143.3±2.5 Ma. También al norte de Antucoya se encuentra, en Cerro
Colorete, un pequeño afloramiento de pórfidos daciandesíticos finos con hornblenda
alteradas a biotita y pequeños “ojos” de cuarzo, con una edad U/Pb en circones de
142.8±2.0 Ma

El Hemigraben de Caleta Coloso y las secuencias sedimentarias


discordantes del Cretácico inferior

Entre Quebrada El Way y Estación La Negra, la Formación La Negra está cubierta en


discordancia angular por una secuencia sedimentaria marina y continental, cuyos
afloramientos están limitados hacia el SW por la Falla Caleta Coloso, que los pone en
contacto tectónico con los Gabros de Coloso y rocas intrusivas del Cretácico inferior del
plutón Los Cristales (147 Ma). Esta secuencia (Figura 41) está formada en su base por
una unidad de rocas sedimentarias continentales rojas de hasta 1000 m espesor: la
Formación Caleta Coloso (Brüggen 1950) la cual también aflora, al norte de
Antofagasta, en el sector este de la Península de Mejillones (Cortés, 2006). En la zona
de Coloso, sus niveles inferiores están formados por brechas con clastos subangulosos y

29 
 
mal seleccionados de hasta 1,2 m de diámetro, que representan a facies de abanico
aluviales proximales. Estos gradan hacia arriba a conglomerados clasto-soportados y,
finalmente, a conglomerados matriz soportados, areniscas y lutitas rojas, que representa
parte de un complejo deltaico progradante (“Formación Lombriz” de Flint et al., 1986).
De acuerdo a Flint et al. (1986) las direcciones de aporte detrítico desde el W y SW
indican que estos derivan de la erosión de un relieve ubicado al oeste de la línea actual
de costa (Figuras 42, 43).
La formación Caleta Coloso representaría las facies de relleno de un hemigraben
extensional, limitado, por el W por una falla normal “precursora” de la falla Caleta
Coloso. Sus componentes detríticos, andesíticos en la base, incluyen hacia el techo,
según Flint et al. (1986) y Turner et al. (1984), clastos de granodioritas lo cual indicaría
el destechado progresivo del sistema volcánico de La Negra y los intrusivos del límite
Jurásico-Cretácico (i.e. plutón Los Cristales). La aparición de clastos granodioríticos
coincide, dentro de la secuencia, con la ocurrencia de pequeños yacimientos
estratoligados con óxidos y sulfuros de cobre cementando la matriz de los
conglomerados, cuyo origen podría estar ligado, en parte, a la circulación de fluidos
hidrotermales de origen magmático, de temperatura moderada (Flint y Turner, 2000).
Hacia el este, los niveles deltaicos más altos de la Formación Lombriz engranan con una
secuencia marina carbonatada: la Formación El Way (Ferraris y DiBiase, 1978,
González y Niemeyer, 2005) que alcanza hasta 600 m de espesor y es portadora de
fauna fósil de ammonites del Hauteriviano y el Barremiano (132-125 Ma; Jurgan 1974;
González y Niemeyer, 2005).
Las relaciones observadas en la zona de Antofagasta también han sido documentadas en
la zona de Iquique. En ese segmento de la Cordillera de la Costa, tanto la Formación
Oficina Viz (equivalente de la Formación La Negra) y las secuencias marinas del
Grupo Huantajaya, estan cubiertas en discordancia angular por conglomerados y
areniscas rojas continentales del Cretácico inferior, con edades comprendidas entre los
129 y 125 Ma, que forman parte de la Formación Punta Barranco (Figura 44). Estas
fueron depositadas en depocentros discretos limitados por fallas EW (Sepúlveda y
Vázquez, 2009; Blanco et al., 2012). En síntesis, los antecedentes expuestos y las
relaciones de terreno indican que tanto la formación Caleta Coloso como la formación
El Way se acumularon durante el Cretácico inferior (140?-125 Ma) en cuencas
tectónicamente controladas, limitadas por fallas frágiles durante las etapas iniciales de
actividad del Sistema de Fallas de Atacama.

30 
 
La formación del Sistema de Fallas de Atacama, actividad magmática y
mineralización entre los 133 y 115 Ma

El rasgo estructural más distintivo de la geología de la Cordillera de la Costa


corresponde a las numerosas fallas del Sistema de Fallas de Atacama (SFA, Arabasz,
1971), muchas de las cuales presenta actividad neotectónica e incluso sismicidad activa
relacionada (González et al., 2003; Loveless et al., 2010; Figura 45). Considerando las
zonas deformación dúctil que afectan a los intrusivos del Jurásico superior y a las
Granulitas de Cabo Jara, algunos autores han señalado que el SFA se habría formado
durante el Jurásico (ver Scheuber y González, 1999) a pesar que estas fajas de
deformación no poseen continuidad regional y no están asociadas en sentido estricto a
las “fallas”. En la zona de Antofagasta, las estructuras que se pueden, efectivamente,
relacionar con un sistema regional de fallas, postdatan a las zonas de cizalle dúctil del
Cretácico inferior. Ello es evidente en la costa al sur de Antofagasta donde se observan
estructuras frágiles, tales como las fallas Salar del Carmen, Coloso y Bolfín cortando a
las rocas foliadas e incluyen a un dúplex de rumbo (Dúplex Caleta Coloso, Figura 46)
limitado por las trazas de rumbo NNW de las Fallas Jorgillo y Bolfín. En conjunto
muestran una cinemática compatible con movimientos de rumbo sinistrales (Cembrano
et al., 2005; Mitchell y Faulkner, 2009; Olivares et al., 2010, Jensen et al., 2011).
Al sur de la zona estudiada, fallas frágiles de rumbo NW cortan y desplazan en sentido
sinistral a intrusivos del Cretácico inferior datados en ca. 144 Ma (K-Ar en biotita,
Hervé, 1987), mientras que la geometría de las fallas que afectan a intrusivos del
Cretácico inferior en el borde oriental de la Cordillera de la Costa, en la Hoja Aguas
Blancas (Marinovic et al., 1995) también es consistente con la existencia de
movimientos de rumbo en dominio frágil con sentido sinistral. Edades K/Ar y 40Ar/39Ar
entre 141 y 119 Ma obtenidas por Olivares et al. (2010; Figura 47) en rocas
cataclásticas y rocas de caja cercanas a las fallas del dúplex Caleta Coloso, indicarían el
rango de edad de este período de deformación, lo cual también se ha reconocido en
otros segmentos del SFA (Brown et al., 1993; Dallmeyer et al., 1996; Wilson et al.,
2000). Una edad más precisa de la actividad del SFA, al sur de Antofagasta ha sido
proporcionada por Scheuber et al. (1995) quienes obtuvieron edades 4 0Ar/39Ar entre
126-125 Ma para biotitas provenientes milonitas del núcleo de la zona aledaña a la falla
Paposo, al este de Cerro Paranal, edades que son consideradas como edades de
deformación a lo largo de este segmento del SFA.
La deformación a lo largo del SFA coincide en el tiempo con un nuevo episodio de
magmatismo y mineralización, aunque en la zona estudiada no existe una relación
genética ni espacial directa entre los intrusivos de esa edad y las trazas del SFA. El
magmatismo, en referencia, ocurre en el extremo nororiental del área estudiada, al norte
de Antucoya, donde, intruyendo al bloque de rocas metasedimentarias de la Formación

31 
 
El Toco, ubicado al este de la traza neógena de la Falla Salar del Carmen, se emplaza un
grupo de cuerpos menores de pórfidos dioríticos, tonalíticos, riodacíticos a dacíticos, de
anfíbola, asociados a sistemas de tipo pórfido cuprífero en los depósitos Puntillas y
Galenosa, en los cuales se obtuvieron dos nuevas edades U/Pb en circones de 132.9±1.8
Ma (Galenosa) y 123.9±1.7 Ma (Puntillas), dentro de un rango mas amplio de edades
entre 133 y 115 Ma reportadas por Hermosilla et al (inédito). El pórfido datado en
Puntillas, es más joven, exhibe efecto de alteración potásica en superficie, con biotita,
feldespato potásico y múltiples venillas B con óxidos de Cu, mientras que el sistema de
Galenosa, de composición riodacítica, presenta texturas propias de emplazamiento
subvolcánico y está afectado por una alteración hidrotermal de menor intensidad con
clorita y carbonatos.
La fase temprana de actividad del SFA no solo coincide en el tiempo con el
emplazamiento de los pórfidos Puntillas y Galenosa. Cabe señalar que al sur del área
estudiada, en la región de Chañaral a lo largo de las trazas de las fallas del segmento El
Salado de la SFA (Brown et al., 1993), se produjo, al mismo tiempo, el emplazamiento
de extensos plutones elongados (“megadiques”), de decenas de kilómetros de largo en
sentido NS y sólo algunos kilómetros de ancho, tales como los plutones Las Tazas (130-
125 Ma) y Sierra Dieciocho (127-120 Ma, Wilson et al., 1999, Grocott y Taylor, 2002).
Inmediatamente al E del Plutón Las Tazas se encuentra el conocido yacimiento IOCG
de Manto Verde (Rieger et al., 2011), donde la mineralización de cobre y hierro,
ubicada principalmente en brechas tectónicas cementadas por hematita, calcopirita-
magnetita-mushketovita, clorita y calcita, tendría una edad estimada por Rieger et al.
(2011 entre 121-116 Ma y aparece asociada a fallas frágiles de rumbo NW, subsidiarias
entre las trazas principales del SFA.
Al norte de Manto Verde, Gelcich et al. (2005) obtuvieron edades U/Pb en circón y
apatita y 40Ar/39Ar en actinolita entre 131 y 127 Ma, tanto en depósitos de tipo IOCG,
como en cuerpos macizos de magnetita-apatita e intrusivos dioríticos en el Distrito
Carmen-Sierra Áspera, al este de la SFA. Estos antecedentes indican que la fase de
deformación frágil inicial de la SFA estuvo acompañada, al sur de Antofagasta, por
mineralización del tipo IOCG y cuerpos de magnetita-apatita. Incluso, según la
interpretación de Flint y Turner (2000), fluidos hidrotermales que circularon durante
este período estuvieron involucrados en la génesis de los yacimientos estratoligados
tipo “red beds” hospedados en las capas rojas del Cretácico inferior de la cuenca
sintectónica de Caleta Coloso.

32 
 
Los eventos volcánicos e intrusivos del Cretácico superior en el borde
oriental de la Cordillera de la Costa
Los últimos episodios de actividad volcánica e intrusiva que ocurrieron en la Cordillera
de La Costa entre Tocopilla y Antofagasta incluyen unidades de rocas expuesta en el
borde oriental de la Cordillera de La Costa y en la Depresión Central lo cual evidencia
un desplazamiento del frente volcánico hacia el este en relación al Jurásico. Estas
unidades que marcan la reaparición de volúmenes importantes de rocas volcánicas
desde el término del volcanismo Jurásico de la Formación La Negra a los 170 Ma
incluyen dos grupos principales de rocas volcánicas e intrusivas: el primero, entre el
Albiano y el Turoniano (110-83 Ma) y el segundo entre el Campaniano y el
Maastrichtiano (72-66 Ma).

Albiano-Turoniano (110-83 Ma)


El elemento más antiguo de este conjunto está formado por un plutón de gran tamaño,
que aflora en parte la zona suroriental del área cubierta por el mapa, donde intruye tanto
a las rocas del basamento (Formación. Sierra El Tigre) como a los intrusivos del
Jurásico inferior del plutón Quebrada Púa (en el mapa: “Tonalitas y granodioritas del
Albiano”). Incluye a algunos cuerpos satélites emplazados en la Formación Sierra El
Tigre. En la zona estudiada González y Niemeyer (2005) obtuvieron una edad K-Ar
(biotita) de 112±3 Ma. Sus afloramientos se extienden hacia el sur y este en las hojas
Palestina (Cortés, 2000) y Aguas Blancas (Marinovic et al., 1995) donde presentan una
composición variada, desde dioritas a granitos y edades K-Ar (biotita) comprendidas
entre los 107 a 98 Ma (Marinovic et al., (1995). Este plutón corresponde a una de los
numerosos intrusivos de gran tamaño de esa edad que forman parte del borde oriental de
la Cordillera de la Costa entre Antofagasta y Copiapó (Lara y Godoy, 1998; Arévalo
2005) y se encuentran asociados en esta última zona a la mineralización tipo IOCG de
Candelaria (Marshick y Fonboté, 2001, Arévalo et al., 2006).
Inmediatamente al este de este cuerpo intrusivo y separados de él por la depresión de los
salares Laguna Seca de Cuevitas y Mar Muerto, se encuentran extensos afloramientos
de rocas volcánicas y sedimentarias, dispuestas en discordancia angular sobre lavas de
la Formación La Negra (quebrada Culebrón) y calizas jurásicas en la zona de Cerro
Palestina (Figura 48). Esta secuencia fue descrita bajo el nombre de Estratos de
Quebrada San Cristóbal (Basso, 2004) o como Estratos de Paradero del Desierto
(Cortés, 2000). La unidad incluye un nivel basal de conglomerados, brechas y areniscas
rojas (Quebrada Culebrón y Cerro Palestina) y un nivel superior de tobas riolíticas,
lavas y brechas andesíticas. En ella se han obtenido edades K-Ar (biotita) y U/Pb
(circones) comprendidas entre los 98-93 Ma. (Basso, 2004; Cortés, 2000; Matthews et
al., 2007, Ferrando et al., 2013). Otra unidad volcánica, la Secuencia volcánica Cerro
Cortina corresponde a una secuencia volcánica andesítica a andesítica-basáltica, con
intercalaciones de tobas riolíticas y niveles volcánico-sedimentarios, que aflora en el

33 
 
borde oriental de la Cordillera de la Costa hasta la zona de Tocopilla-María Elena,
donde se apoya, en discordancia sobre las rocas metasedimentarias devónico-
carboníferas de la Formación El Toco. En ella se han obtenido edades U/Pb circones y
40
Ar/39Ar en plagioclasa, más jóvenes que los Estratos de Paradero del Desierto, con un
rango entre los 92 y 86 Ma. Junto a esta secuencia volcánica, aunque sin relación directa
con ella, en la zona de Rencoret se encuentra un pequeño grupo de pórfidos dioríticos y
daciandesíticos de piroxeno y hornblenda que afloran al este de falla Sierra Valenzuela
(Intrusivos Hipabisales del Cretácico superior) entre los cuales se encuentra un
intrusivo hipabisal (Pórfido Deseada), de edad U/Pb circones de 93.6 ±1.4 Ma, que
consiste en un pórfido daciandesítico de anfíbola brechizado y alterado a feldespato
potásico, clorita y calcita, con cierta impronta de lixiviación de sulfuros (py-cp?) y
óxidos de cobre supérgenos. De estar mineralizado podría considerarse como un
equivalente temporal de los sistemas de pórfidos cupríferos como Dos Amigos o
Tricolor (106-96Ma, Maksaev et al., 2010).), asociados a la zona de alteración de
Domeyko, entre Vallenar y La Serena

Campaniano-Maastrichtiano (72-66 Ma): la Formación Quebrada Mala


El evento volcánico más joven reconocido en la zona cubierta por el nuevo mapa
geológico corresponde a una secuencia volcánica y sedimentaria que aflora al sureste de
Baquedano. Esta cubre, en marcada discordancia angular, a los Estratos de Quebrada
San Cristóbal y que está formada por lavas andesíticas, tobas riolíticas, areniscas y
conglomerados. La unidad volcánica-sedimentaria que corresponde a la Formación
Quebrada Mala (Montaño, 1976; Cortés, 2000; Basso, 2004; Matthews et al., 2007) y
para la cual se han obtenido tanto en el área estudiada como más al este numerosas
edades U/Pb circones comprendidas entre los 76-66 Ma (Matthews et al., 2007;
Ferrando et al., 2013). En el extremo sureste del área cubierta por el mapa está intruida
por los Batolitos Sierra El Buitre y Zanelli, formados principalmente por cuerpos
intrusivos dioríticos y monzodioríticos de piroxeno y biotita, para los cuales se han
obtenido edades K-Ar entre 71 a 66 Ma, contemporáneos con la secuencia volcánica y
sedimentaria. En el borde oriental del Batolito Zanelli/San Cristóbal (Matthews, et al.,
2007) se hospeda el yacimiento cuprífero de Lomas Bayas, formado un complejo de
pórfidos granodioríticos afectados por alteración fílica intensa, asociado a brechas
hidrotermales de turmalina. La molibdenita de uno de los eventos principales de
mineralización en el distrito fue datada en 65.6+0.4 Ma (Re/Os; Vega et al., 2009).
La Formación Quebrada Mala y los batolitos del Cretácico más tardíos asociados, que
se emplazaron después de la fase orogénica “peruana” (Mpodozis y Ramos, 1990),
representan el último episodio magmático registrado en el borde oriental de la
Cordillera de la Costa de Antofagasta. Una nueva fase de deformación de importancia
regional (Evento K-T; Cornejo et al., 2003) ocurrió entre los 66 a 64 Ma. Este nuevo
episodio de deformación compresiva produjo la deformación de las secuencia volcano-

34 
 
sedimentarias cretácicas, cese del magmatismo y el desplazamiento del frente volcánico
hacia la Depresión Central, fuera del área cubierta por el mapa, donde durante el
Paleoceno-Eoceno inferior se desarrolló una vigorosa actividad volcánica (Matthews et
al, 2007) cuyos productos no están registrados en la Cordillera de la Costa, que se
comportó desde ese momento como un bloque pasivo, aunque afectado durante el
Cenozoico por movimientos tardíos a lo largo del Sistema de Fallas de Atacama (i.e.
Allmendinger y González, 2009).

Tectónica y sedimentación neógena


 

La actividad magmática tanto intrusiva como volcánica terminó en la Cordillera de la


Costa de Antofagasta durante el Cretácico superior, con el emplazamiento en el borde
oriental de ésta, de las secuencias volcánicas de los Estratos de Quebrada San Cristóbal
y la Secuencia volcánica de Cerro Cortina, las cuales evidencian a su vez un
desplazamiento del frente magmático hacia el este. Edades de trazas de fisión en apatito
entre los 110 y 90 Ma (Damm et al., 1986; Maksaev et al., 2000; Scheuber y
Andriessen, 1990) obtenidas en la zona de Antofagasta indican que desde fines del
Cretácico inferior, la Cordillera de la Costa constituyó un bloque exhumado y
prácticamente expuesto en superficie, lo cual también ocurrió, más al sur en la zona de
Chañaral (Nalpas et al., 2005). Los efectos directos de las fase de deformación que
afectaron la Depresión Central y la Cordillera de Domeyko durante el Cretácico
superior y Terciario tales como el evento “K-T” (Cornejo et al. 2003) o la fase incaica
del Eoceno Oligoceno (Mpodozis y Cornejo, 2012) no son evidentes en la Cordillera de
la Costa aunque Juez-Larré et al. (2010) han documentado recientemente, en base a
edades (U-Th)/ He en apatito, un evento de enfriamiento ocurrido entro los 50 y 40 Ma,
que podría ser un efecto distal de la fase incaica.
Durante el Terciario parte del relieve fosilizado en la Cordillera de la Costa fue cubierto
por extensos depósitos de gravas (González y Niemeyer, 2005) y retrabajado por la
actividad neotectónica del Sistema de Fallas de Atacama, la formación gran escarpe del
acantilado costero y el alzamiento de Península de Mejillones (i.e. Naranjo, 1987;
DeLouis et al., 1998; González et al., 2003, Cantalamessa et al., 2006; Conteras-Reyes
et al., 2012). Los estudios estructurales indican que durante el Plioceno y Cuaternario,
las diversas trazas de Falla de Atacama se han comportado, principalmente como fallas
normales “down to the east” (Allmendinger y González, 2009; Figura 49). Sus
movimiento habrían estado asociados a los grandes sismos de subducción (Loveless y
Pritchard, 2008; Loveless et al., 2010, Cortés-Aranda et al., 2015) y a los activos
procesos de erosión por subducción (von Heune y Ranero, 2003) que afectan a este
segmento de los Andes Centrales (Figura 50).

35 
 
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Figura 1. Ubicación de la
zona estudiada mostrando
la distribución de las
unidades volcánicas e
intrusivas mesozoicas de la
Cordillera de la Costa y las
fallas mayores del Sistema
de Fallas de Atacama
Estratos de Rencoret
(Jur inf)

Antofagasta Plutón Gallinazo
(Tr inf, 251‐245 Ma)

Fm Sierra del Tigre
(Dev‐Carb)

Plutón Las Toscas
(Jur sup, 148 Ma)

Plutón Quebrada Púa
(Jur inf, 182 Ma)

Figura 2. Mapa geológico mostrando la distribución de los afloramientos de la formación Sierra del Tigre, granitoides del
Tríásico inferior (plutón Gallinazo) e intrusivos jurásicos emplazados en el núcleo de basamento al este de Antofagasta
Grupo Caracoles
(Jurásico)

Granitoides del
Carb sup (320-310 Ma)
Estratos de Queb
San Cristóbal
(Cret sup)

Formación “La Tabla”


(Carb superior, 320-310 Ma)

Figura 3. Extracto del mapa


geológico regional mostrando la
distribución de los afloramientos
Tr sedimentario
Cerro
de las secuencias volcánicas y
Palestina sedimentarias del Carbonífero
superior-Triásico y los intrusivos
carboníferos que afloran en la
zona de Cerro Palestina -Cerro
El Árbol

Granitoides del
Carb sup (320-310 Ma)

C°Mina
Jardín
Formación Cerro El Árbol
(Pérmico inf)

Tr sedimentario
Cretácico Jurásico Triásico Perm
sup inf sup med inf sup med inf

Granulitas de
Probabilidad relativa

Cabo Jara
Pórfido  Gabro Coloso
Deseada Pl Vireira‐Colupito
Fm La Negra
Porf Antucoya, 
Sa Valenzuela Batolito Ercilla,
Colorete.. Pl Queb Púa Granitoides
del Tr inf 
Porf Puntillas‐
Porf Puntillas‐ Pl El Tigre Intrusivos del (Pl Gallinazo)
Galenosa
Galenosa Tr sup‐Jur inf

Rocas volc del 
Tr sup‐Jur inf

100 120 140 160 180 200 220 240 260 Ma


Pl C| Cristales Pl Los Cristales, Pl Tocopilla, Pl Naguayán, 
Queb Mateo, C° Fortuna  Gatico. Astoreca..

Figura 4. Diagrama de densidad de probabilidades de dataciones U-Pb de la Cordillera de la Costa entre Tocopilla y
Antofagasta indicando la distribución estadística de edades de los diversos eventos intrusivos y volcánicos del Mesozoico.
Durante el Jurásico, la actividad volcánica (formación La Negra) aparece concentrada, solamente, entre los 180-170 Ma
199,4+2,9/-2,8
199,4+2,9/-2,8 Ma
Ma
Tr Sup-Jur inf
Intrusivos 233±9,6 Ma

Rocas volcánicas Michilla

208±2 Ma
Tonalita 
Morro Mejillones
196,6+3,9/-2,6 Ma

Mejillones Rencoret

Pampa Mejillones

Mantos Blancos

Antofagasta

Figura 5. Boque diagrama mostrando la distribución de los afloramientos de intrusivos y rocas volcánicas del Triásico superior-
Jurásico inferior (230-190 Ma). Sus afloramientos se encuentra limitados, al este, por la traza de la falla Salar del Carmen
Fm Punta
Angamos

Tonalita
Mejillones

Jur Tr Per
Frequency/Relative Probability

Complejo Ígneo
Morro Moreno

Detrital Zircon U-Pb age (Ma)

Figura 6. Diagrama Tera-Wasserburg de una muestra (MEJ 1824) de la Tonalita Mejillones (Triásico superior) y
gráfico de distribución de edades de circones detríticos de la formación Punta Angamos. La población de circones más
jóven en la muestra MEJ1025 tiene una edad triásica superior (210 Ma) muy cercana a la edad U-Pb de la Tonalita
Mejillones (Casquet et al, 2013).
Jur Tr Per

Metamorfitas
Morro Jorgino

Complejo
Ígneo Morro
Moreno

Figura 7. A) Gráfico de distribución de edades de circones detríticos de muestras de gneisses de las Metamorfitas Morro
Jorgino. La poblaciones de circones más jóvenes de las muestras FO0930 y FO1139 tiene edad jurásicas (183,172 Ma). B)
Diagrama Tera-Wasserburg de una muestra (MEJ 18031) de Complejo Ígneo Morro Moreno (Jurásico inferior, 184 Ma).
(Casquet et al, 2013).
Falla Salar del Carmen

María Elena

Antucoya
Falla Sierra Valenzuela
Batolito Ercilla

Michilla
Falla Mititus

3 2
1
Mantos Blancos
Mejillones

Antofagasta

Figura 8. Bloque diagrama, construido a partir del mapa geológico, indicando la distribución de las rocas
volcánicas de la formación La Negra (en tonos de azul) (1) Dominio oriental (al este de la falla Sierra Valenzuela),
(2) Dominio central (entre las fallas Sierra Valenzuela y Mititus), (3) Dominio occidental (acantilado costero).
Kramer et al, 2005,
Chemie der Erde

Lucassen et al, 2006,


Cont Miner & Petrol

Oliveros et al, 2007,


Rev Geol Chile

Figura 9. Antecedentes
geoquímicos de la
formación La Negra

La secuencia volcánica esta formada por rocas sub-alcalinas (andesitas basálticas y andesitas y escasa dacitas, Kramer et
al, 2005) con diseños planos de Tierras Raras (Oliveros et al, 2007), altos valores de la razón 143Nd/144Nd y bajos de
87Sr/86Sr (Lucassen et al, 2006). Estos antecedentes son compatibles con magmas asociados a una zona de subducción,

originados en el manto, y que no presentan evidencias mayores de interacción con una corteza continental adelgazada.
171,6±1,5 Ma
179,0±2,3 Ma

174,0+2,9/-2,2
174,3+2,6/-2,6

177,9+2,7/-2,6
163,5+4,5/-3,8
(Ig Prat) 169,1±5,3 (1)

Mejillones

Antofagasta

Figura 10. Ubicación de nuevas dataciones U-Pb en rocas volcánicas y piroclásticas de los dominios oriental y
central de la formación La Negra. (1) Edad U-Pb de Basso (2004, Hoja Baquedano)
E W Figura 11 .

(A) Afloramientos de la formación La


Negra “central” al W del Cerro Naguayán,
La secuencia, inclinada al oeste, está
formada por andesitas y basaltos con
intercalaciones de rocas piroclásticas de
composición dacítica a daciandesítica

(B) Microfotografía de las muestraCCP-24


proveniente de una de las intercalaciones de
rocas piroclásticas del bloque central de la
formación La Negra: Corresponde a una
toba daciandesítica, soldada con pómez y
fiammes aplastados
Flujos andesíticos a basálticos de la formación La Negra en Óxidos de Cu rellenando vesículas en lavas basálticas de
el Escarpe Costero (Tocopilla) la formación La Negra en las cercanías de Antofagasta

Figura 12 . Fotografías de campo de los afloramientos de la formación La Negra expuestos en el Escarpe Costero
Fm Estación Montevideo (Oxfordiano-
Titoniano). En la base, capas de yeso
masivo. Hacia el techo, limolitas,
calizas y areniscas fosilíferas
Fm Santa Rosa (Oxfordiano)
Calizas macizas, fosilíferas

Fm El Godo (Bajociano-Oxfordiano)
Lutitas y areniscas calcáreas en parte
bituminosas. En la costa,
intercalaciones volcánicas submarinas

Fm Caleta Lígate (Bajociano)


Areniscas fosilíferas con
intercalaciones de rocas piroclásticas

Fm Oficina Viz (Sinemuriano-?-


Bajociano) Lavas andesíticas y
andesítico basálticas amigdaloidales

(199?-170 Ma)

-El Jurásico
Figura 13. Columna en la Cordillera
estratigráfica deJurásico
generalizada del la Costa
de la Cordillera de la Costa de la región de Iquique (Blanco et al,
2012). La formación Oficina Viz, equivalente a la formacíón La Negra de la región de Antofagasta y cuya edad estaría
de Iquique
comprendida entre los 199?-170 Ma (Sinemuriano?-Aaleniano) se encuentra cubierta por secuencias marinas carbonatadas del
Bajociano-Titoniano (Grupo Huantajaya)
Figura 14. Cuencas de intra-arco
extensionales que pueden ser consideradas
como casos análogos al depocentro de la
fromación La Negra:

(A) Caso actual. El rift volcano tectónico de


Taupo, en Nueva Zelandia (Cole y Spinks,
2009).

(B) Ejemplo mesozoico: La


cuenca de intra-arco del
Triásico superior-Jurásico del
SW de Norteamérica (Busby,
2012).

-Notar como un sistema de


fallas de rumbo se forma, con
posterioridad, a lo largo del eje
de la cuenca, zona de corteza
adelgazad por la extensión y
termalmente debilitada por el
magmatismo. La evolución es
similar al Sistema de La Negra
Pliensb
Kimm

Calov

Toarc
Berr

Bath
Oxf
Tith

Aal
Baj
Actividad
Volcánica

Vetas de Cu-
Probabilidad relativa

Fe (Au?) Batolito Ercilla (181 Ma)


(“IOCG”) Plutón Queb Púa (182 Ma)
(Naguayán)
Estratoligados y vetas
en intrusivos
(M de la Luna, Gatico, Formación
Tocopilla…) La Negra
Pl. Gatico (160 Ma) Plutones (182-169 Ma)
Naguayán (170 Ma)
Plutones Astoreca (174 Ma)
Tocopilla (166 Ma) C° Gris (175 Ma)
El Tigre (165 Ma)

140 150 160 170 180 190 Ma


Figura 15., Diagrama de densidad de probabilidades, edades U-Pb de rocas intrusivas y volcánicas del Jurásico
inferior a medio, Cordillera de la Costa entre Antofagasta y Tocopilla indicando los principales eventos de
magmatismo y mineralización ocurridos entre los 185 y 160 Ma
Plutón Astoreca
(174 Ma)

Plutón Cerro Gris


(174 Ma)

Plutón Naguayán
(170 Ma)

Figura 16 . Extracto del Mapa Geológico mostrando la distribución de las rocas intrusivas que forman parte de
los grandes intrusivos del Aaleniano (174-169 Ma, plutones Naguayán, Astoreca, Cerro Gris). Sus edades U-Pb
se traslapan, parcialmente, con las edades U-Pb más jóvenes obtenidas en el bloque central de afloramientos de
la formación La Negra ( 179-174 Ma) en la cual se emplazan.
Plutón Tocopilla

160±2 Ma 165,3±2,4 Ma
Plutón El Tigre
165,8±2,2 Ma

María Elena
161,6+2,5/-3,6 Ma Antucoya
Falla Salar del Carmen

Tocopilla

Michilla

U/Pb en circón
39Ar/40Ar (biotita)
K/Ar (biotita) Mejillones

Figura 17. Bloque diagrama mostrando la distribución de los afloramientos de la formación La Negra en el Acantilado Costero
entre Mejillones y Tocopilla indicando las edades radiométricas de los intrusivos mayores del Bajociano-Oxfordiano (plutones
Tocopilla, Gatico, y El Tigre; 166-159 Ma) que la cortan.
Granulitas máfficas y anfibolitas
de Cabo Jara
Gabro Coloso
1) Protolito gabroico, emplazado a los
156 Ma
Metadioritas 2) Metamorfismo en facies de
(Ortoanfibolitas) Granulitas
de C° Bolfín -Mineralogía: opx,cpx, plag

Granulitas máficas y
-Textura granoblástica
Anfibolitas de Cabo Jara -Metamorfismo:700° 800°C/5 Kb

3) Enfriamiento, retromorfismo de px a
anfíbola (700°-600°C)

4) Cizalle dúctil en el Cretácico inferior


(ca 143 Ma). Metamorfismo en facies
esquistos verdes

Figura 18. Afloramientos de las Granulitas de px y anfibolitas de Cabo Jara, Metadioritas/Granulitas de hb de Cerro
Bolfín y Gabro Coloso, en la costa al sur de Antofagasta. En recuadro: eventos magmáticos metamórficos y deformación
registrados en las Granulitas.
CCP-53 Granulitas isótropas de clinopiroxeno, CCP-55 Anfibolitas foliadas con hornblenda,
plagioclasa, textura granoblástica, protolito gabroico plagioclasa y titanita

Figura 19. Microfotografías (CCP53 ,nícoles cruzados, y CCP 55 paralelos,) de muestras de las Granulitas máficas y
Anfibolitas de Cabo Jara mostrando diferencias petrográficas y texturales entre granulitas de piroxeno, isótropas (edad
de cristalización de protolito gabroico ca. 156 Ma) y anfibolitas foliadas con anfíbola y titanita. En estas últimas, el
piroxeno fue reemplazado por anfíbola debido a la introduciion de fluidos mientras disminuía la temperatura
180
CCP 54, Circones box heights are 2

170

160

Age
150

140
TuffZirc Age = 155.7 +2.4 /-2.8 Ma
TuffZirc Age = 155.74 +1.57 -2.05 Ma
130 (95% conf, from coherent group of 31)
(95% conf, from coherent group of 31)

320
CCP 54, Titanita box heights are 2
280

240

200

Age
160

120

80

40
TuffZircAge
TuffZirc Age= =143.00
143.00+2.35
+2.35/-2.1
-2.01MaMa
0 (95% conf,
Figura 20. Microfotografías (nícoles cruzados y paralelos) y (97.9% conf,from
fromcoherent
coherentgroup
groupof
of 16)
16)
diagramas TuffZirc de muestra CCP 54, bandas de anfibolitas
foliadas en las Granulitas y Anfibolitas de Cabo Jara. La
datación en circones indica la edad de cristalización del
protolito ígneo mientras que la datación en titanita refleja el
metamorfismo asociado a la deformaciónn de cizalle dúctil del
Cretácico inferior
Plutón
Colupito

ca 150 Ma

Plutón
Vireira
ca 162 Ma
Michilla-Lince

Figura 21. Mapa mostrando la distribución de los


afloramientos del plutón Vireira-Colupito, aflorante al E de
Michilla y datos geocronológicos U-Pb de muestra datada
(CCP 14, diagrama TuffZirc y gráfico de densidad de
probabilidades)
Figura 22. Mapa geológico
25 km
simplificado de la región de
Antofagasta y Península
Mejillones (González, 1999)
mostrando la fuerte inclinación
hacia el oeste que caracteriza a la
formación La Negra al este de
Antofagasta. Notar que, al norte
de Mejillones y hasta la zona de
Michilla las capas aparecen, en
Sedimentos cenozoicos
cambio, inclinadas hacia el norte
Rocas sedimentarias
Del Jur sup‐Cret inf
Plutones Jurásicos 
Complejos básicos de 
Morro Moreno‐Bolfín‐
Coloso (180‐150 Ma)
Formación La Negra (180‐
170 Ma)
Complejos 
Metamórficos de  
Penisula de Mejillones
Falla Salar
W del Carmen
Falla Aeropuerto Falla Mititus

Carta Mejillones

Falla Salar Falla Sa Valenzuela E


del Carmen

Carta Baquedano

Figura 23. Sección estructural compuesta de la Cordillera de la Costa de Antofagasta incluyendo perfiles publicados en las
cartas geológicas Mejillones-Península de Mejillones (Cortés et al, 2007) y Baquedano (Basso, 2004). Notar el manteo
generalizado hacia en oeste en la formación La Negra, el enorme “espesor” de la secuencia volcánica y las fallas normales de
alto ángulo inclinadas al este. Una estructura de este tipo sólo se podría explicar por rotación de bloque en estilo dominó,
limitados por fallas normales lístricas que convergen en profundidad con una falla normal de bajo ángulo (detáchment”
extensional) inclinada suavemente hacia el este (ver Figura 25)
Taltal

L Cretaceous plutonic complexes,


c.130 -106 Ma
Monardes-Moradito, c.138 Ma
U Jurassic sill complexes, c.160 Ma
U Jurassic plutonic complexes,
c.190 ma
L Jurassic plutonic complexes
Triassic plutons, c.230-217 Ma
Permian plutons, c. 282 Ma

Chañaral

Figura 24. Mapa geológico


simplificado de la Cordillera de la
Costa entre Taltal y Caldera. En
celeste los afloramientos de la
Formación La Negra. La fallas que
aparecen (figura derecha)
indicadas como TFS (“Tigrillo
Fault System”) corresponden a
fallas normales subhorizontales
que, en muchos lugares forman el Caldera
contacto basal de la formación La
Negra (Grocott y Taylor, 2002)
W E

Figura 25. Modelo 3D de un sistema extensional asociado al movimiento de paneles discretos limitados por fallas normales
planares que convergen en profundidad con una falla lístrica (Wernicke y Burchfiel, 1982; Faulds et al, 2002). La extensión
produce la rotación de bloques en estilo dominó y en ausencia de capas guías (como es el caso en la formación La Negra)
generan un aparente “homoclinal” o “monoclinal” donde, en realidad. la secuencia estratigráfica está varias veces repetida.
Cambios en la magnitud de desplazamiento y/o inclinación de las fallas pueden crear problemas de espacio . Estos se
resuelven a través de la formación de un sistema pliegues. Este modelo es consistente con las relaciones de campo que se
observan en los afloramientos de la formación La Negra inmediatamente el este de Antofagasta.
W E

Figura 26. Fotografías


de campo de la zona
costera al norte de
Michilla ilustrando en
Acantilado Costero al N de  Mina Mantos de La Luna
manteo hacia el este
que caracteriza, en esa
W E zona, a los
afloramiento de la
formación La Negra

Costa al N de Caleta Michilla
Zona de Transferencia 
(Michilla)

Figura 27. Zona de transferencia entre dos sistemas de hemigrabens de polaridad alternante (Paul & Mitra, 2013, AAPG Bull).
Este sistema, basado en ejemplos del Valle del Rift de Africa oriental podría ser aplicado al caso de la Cordillera de la Costa de
Antofagasta, explicaría el cambio observado en la inclinación de las capas al norte y sur de una zona de transferencia oblicua.
Esta se ubicaría en la zona de Michilla donde se observa un sistema de fallas de orientación NE-SW (ie. fallas Tames,
Muelle…) que cortan a las fallas NS, inclinadas al este, que dominan la arquitectura estructural entre Tocopilla y Antofagasta.
En el caso de Antofagasta la magnitud de la extensión sería mucho mayor que la indicada en modelo lo cual es necesario para
expliacar la fuerte inclinación al W al sur y E, al norte de la zona de transferencia
Figura 28. Modelos de cizalle
cortical y rifting ( tomado de Ziegler y
Cloteingh, 2004): En el caso de la
“cuenca de La Negra” la extensión
se habría producido por cizalle puro
o un mecanismo “combinado” con
rotación de bloques corticales sobre
un “detáchment” (falla normal de
bajo ángulo) cuyo manteo, a escala
regional, varía a lo largo del rumbo.
1) Corinth Stage
(Rigo et a, 1996, Sorel, 2000, Tiberi et al,2000

Brittle crust Figura 29. Evolución del complejo


de núcleo metamórfico (“core
Brittle‐ductile transition complex”) mioceno del Egeo
mostrando secciones con diferente
Ductile crust magnitud de la extensión (Jolivet,
2) Tinos Stage
2001).
(Jolivet and Patriat, 1998)
-Relaciones como las observadas
entre las Granulitas de Cabo Jara,
las Metadioritas de Cerro Bolfín y la
formación La Negra se pueden
lograr en etapas avanzadas de
extensión (“i e Naxos Stage”)
cuando el desplazamiento del
Granulitas/anfibolitas boque colgante (superior) sobre el
de Cabo Jara y C° Bolfín “detáchment” basal pone en
Fm La Negra
3) Naxos Stage contacto directo niveles altos de la
(Gautier et al, 1993)
corteza con rocas ubicadas,
originalmente bajo el límite de la
zona de transición frágil-dúctil
Modelo para la 
(BDT).
Extensión 
migmatites Jurásica en el 
Norte de Chile
Dataciones 39Ar/40Ar
Fm La Negra Rango de nuevas
Oliveros et al, 2006, edades U/Pb entre
Tocopilla y
Antofagasta

Figura 30. Gráfico de edades 39Ar/40Ar vs latitud para rocas volcánicas e intrusivas jurásicas de la Cordillera
de la Costa entre los 18°y 28°S (Oliveros et al (2006).Estas edades son sistemáticamente más jóvenes que
las indicadas por las dataciones U-Pb en circones, y registran probablemente el efecto térmico del colapso
extensional del sistema volcánico de La Negra entre los 155-150 Ma
Figura 31- Esquema que muestra la formación de la depresión tectónica del Estrecho de Bransfiled, al este de la Península Antártica por
ruptura y colapso extensional plioceno de arco magmático (Galindo Zaldívar et al, 2004). En sólo 3 Ma, la extensión, gatillada por procesos de
“trench rollback” llegó a separar el bloque de las Shetlands del Sur de la Península Antártica debido al adelgazamiento extremo de la corteza del
arco. Notar como la extensión está acompañada por rotación de bloques, sobre falla normal de bajo ángulo inclinada al oeste y emplazamiento
de magmas básicos en el eje del rift recién formado. En el caso del Jurásico en la región de Antofagasta, el bloque externo, occidental, habría
sido removido por erosión por subducción
Pl Los Cristales C° Fortuna
Las Toscas
(149 -147 Ma)

Colapso
Extensional
Michilla
Mantos Blancos Pl Vireira -Colupito
(150Ma)
Pl Varillas-Queb Mateo
143-41 Ma) Cizalle Granulitas/anfibolitas
Pórfidos (Dac-Gd) (dúctil)
Sinistral de Cabo Jara
C° Colorete (143 Ma)
Sa Valenzuela (143 Ma)
Antucoya (140 -136 Ma)

Puntillas (133 Ma)

Galenosa (124 Ma)

110 120 130 140 150 160 Ma 


Figura 32. Diagrama de densidad de probabilidades, edades U-Pb de rocas intrusivas y volcánicas del Jurásico
medio al Cretácico inferior, Cordillera de la Costa entre Antofagasta y Tocopilla, indicando los principales eventos
tectónicos, magmatismo y mineralización, ocurridos entre los 160-135 Ma Ma
Gabro Coloso

Plutón
Las Toscas
(148 Ma)

Metadioritas
(Ortoanfibolitas) de
C° Bolfín Plutón
Queb Mateo
Plutón (142 Ma)
C° Varillas
Granulitas máficas y
(143 Ma)
Anfibolitas de Cabo Jara

Plutón Los
Cristales
(147 Ma)

Figura 33. Extracto del Mapa Geológico mostrando la distribución de intrusivos del Jurásico superior-
Cretácico inferior aflorantes al sur de Caleta Coloso
A Plutón Los Cristales B(1)
Tonalitas isotrópicas
Tonalitas con foliación
23°50’
magmática
Rocas de caja del PCC

140±4 Ma
F
Zona de cizalle dúctil

magmático a
Foliación de flujo

Foliación en l
ultramilonitas
Lineación l
Franjas de
ultramilonitasa
CCP 57
24°00’ 23 ±
Edad K/Ar, Hb,
Edad K/Ar Biot
148±17Ma Edad Rb/Sr B(2)
128±9 Ma
24°05’

145±10Ma
137±6 Ma

5km
24°15’

138±3 Ma
152,9±4 Ma
151,7±3,2 Ma 149,3±1,4 Ma
151,7±2,9 Ma 142,8±1,4 Ma

Figura 34. A): Mapa estructural del plutón Los Cristales (González, 1999), B) (1) Diagrama Tera-Wasserburg, (4)
Gráfico TuffZirc de la muestra CCP57 (tonalita cataclástica de hornblenda y biotita) del borde oriental del plutón, cerca de
la falla Caleta Coloso. Las edades K/Ar y Rb/Sr son las indicadas por González (1999)
N
Fase1:> 153 Ma?, cizalle dúctil, 15 km
de profundidad

Stock
Fase 2 : Plegamiento de la zona
de cizalle e intrusión del stock

Conducto alimentador
Fase 3 : Inyección de magma en la de magma
zona de cizalle, formación de una
cámara magmática

Tranpresiónsinistral
Fase 4 : Expansión y en el borde del plutón
consolidación del plutón
(143-145 Ma)

Figura 35. Modelo indicando el mecanismo de emplazamiento del plutón Los Cristales en una zona de cizalle dúctil,
sinistral (González,1999). Nuestros dato indican que las zonas de cizalle dúctil estuvieron activas, principalmente
después del emplazamiento del intrusivo.
Susana Lince Buena Vista

Figura 36. Secciones simplificadas de algunos de los yacimientos del Distrito Michilla (Kojima et al, 2003). Las
diferentes familias de intrusivos y cuerpos de brechas se emplazan a lo largo de fallas normales, son “antitéticas” a la
inclinación (al norte) de las capas de la formación la Negra que forman parte del “Monoclinal de Michilla”.
Granodiorita Alibaud (148 Ma)

Estratos de Rencoret

Mejillones

Pl Galinazo 250.245Ma)

Mantos Blancos

Fm Sierra El Tigre (Dev-Carb)

Diques y cuerpos hipabiales


(148-147 Ma)

Figura 37. Bloque diagrama mostrando la distribución de los afloramientos de la Granodiorita Alibaud (ca 148 Ma)
y los numerosos pequeños stocks y diques del Cretácico inferior (148-147 Ma) que afloran en las cercanías de Mantos
Blancos
1200
Intrusion de
protolito grabroico
(155Ma) Emplazamiento
1000 del plutón Los
Cizalle dúctil
Cristales (147 Ma)
sinistral
T (°C)
800

Metamorfismo
600 (anhidro) en facies
de granulitas.
Reequilibrio de
minerales Anfibolitización.
Introducción
400 tectónicamente
Metamorfismo
dinámico
controlada, de
sobreimpuesto
fluidos

200 Alzamiento/enfriamiento 110-100 Ma


por debajo de T° de
cierre de trazas de fisión
Tiempo en apatita
0
Figura 38 . Evolución metamórfica de la Granulitas de px/anfibolitas de Cabo Jara en un gráfico Temperatura /Tiempo
(basado en Lucassen y Franz, 1992, modificado)
(2)
Sec Volc
C° Cortina
2
Pl Molibdenita (Re/Os)
(92-83 Ma)

Probabilidad Relativa
Colupito
Dania
Ivannia Albita (40Ar/39Ar)
Pórfidos Antucoya
Pl (142‐136 Ma) Pórfidos Antucoya indif
Vireira (U/Pb, AMSA, n=5)
(150 Ma)
Monzodioritas
de px‐bt (174 Ma) 1

Dacitas albitizadas
(fm La Negra)

Pl
Astoreca Fm La Negra
(174 Ma) 0
“central”
(1) 175 170 165 160 155 150 145 140 135 130
Edad (Ma)

Figura 39. (1) Mapa geológico de la zona de Antucoya mostrando la relaciones entre los intrusivos mineralizados con la
formación La Negra y las trazas de falla Salar del Carmen, estructura post mineral. (2) Edades radiométricas disponibles
para el yacimiento
Dacitas jurásicas de la Fm. La Negra 
(U/Pb 171 Ma) ,alteradas a albita 
(40Ar/39Ar 140 Ma)

Pórfido daciandesítico de 
hornblenda (U/Pb 140 Ma) con 
alteración potásica y anhidrita 

Figura 40. Microfotografías de muestras datadas de las rocas de caja (formación La Negra) y pórfidos
asociados a la mineralización de Antucoya
Fm Caleta Coloso

Fm El Way

Gabro Coloso
(ca 150 Ma?)

Granulitas/Anfibolitas de
Cabo Jara(155 Ma)

Plutón C° Cristales
(147 Ma)

Plutón C° Varillas

Figura 41. Segmento de la Carta Geológica Antofagasta-Punta Tetas (esc 1:100.000, González y Niemeyer, 2005) mostrando al
relación de contacto, a través de la falla Caleta Coloso entre las formaciones Coloso y El Way con los complejos intrusivos y
metamórficos jurásicos de la zona costera de Caleta Coloso-Cerro Bolfín.
Tableado Fm (marine carbonates) W
E

gabbro
& gneiss

Lombriz Fm

Cu Cu grano-
diorite

Coloso Fm

500 m

La Negra Fm 1 km

Figura 42. Asociaciones de facies y relaciones estratigráficas entre las secuencias sedimentarias que forman el relleno
de la Cuenca Coloso (Flint et al, 2000). La formación Caleta Coloso aparece dividida aquí en dos unidades :Coloso
(inferior) y Lombriz (sup). Esta última engrana, en parte con los niveles marinos, fosilíferos (Hauteriviano-Barremiano) de
la formación El Way (fm “Tableado”). Los depósitos de Cu estratoligados de Caleta Coloso se ubican en un nivel de
conglomerados, con clastos de granodioritas en el techo del nivel inferior
Antofagasta
Fm “Lombriz”
(Titoniano?-Hauteriviano Jurassic
(135?-125 Ma)
volcanics

Alluvial Fan

Coloso Igneous
Complex Fm El Way
(Hauteriviano-
Baremiano
(132-125 Ma)

Subaqueous
Sheetflows

Figura 43. Reconstrucción paleogeográfica y direcciones de aporte de las secuencias sedimentarias de la cuenca de Caleta
Coloso-El Way , durante el Cretácico inferior ( ver Flint et al, 2000).
Figura 44. Columna estratigráfica
generalizada de la Cordillera de La Costa
Formación Punta Barranco de Iquique ( Blanco et al, 2012). La
Formación Punta Barranco
(Berriasiano?-Albiano) formación Oficina Viz = fm La Negra y
(Berriasiano?-Albiano)
145-100 Ma) niveles sedimentarios marinos del Grupo
145-100 Ma)
Huantajaya (Bajociano-Titoniano ?) están
Hiatus,Disc
Hiatus, Dic cubiertos por secuencia continentales
rojas y rocas volcánicas, que afloran
hacia el este y , que en conjunto fueron
Formación Estación Montevideo atribuidas a la formación Punta Barranco.
(Oxfordiano-Titoniano)
Las unidades sedimentarias, occidentales
Grupo Huantajaya

(163-152 Ma)
se pueden correlacionar con las
formaciones Caleta Coloso y El Way.
Según Blanco et al (2012) la formación
Punta Barranco se habría acumulado en
depresiones tectónicas, algunas de las
cuales están limitadas por fallas normales
de rumbo EW

Formación Oficina Viz


(Sinemuriano-?-Bajociano)
199?-170 Ma)
Falla Sierra
Valenzuela
Falla Salar del Carmen Falla Ercilla
Falla Sargento Aldea
Falla Caleta Coloso Falla Mititus

Falla Caleta Herradura

Falla Mejillones

Figura 45. Las


fallas mayores del
Sistema de Fallas
de Atacama en la
región cercana a
Antofagasta. La
mayoría de ellas Antofagasta
muestra evidencias Falla Bolfín
de actividad
neotectónica (i.e,
Allmendinger y
González, 2009)
Figura 46 . Un ejemplo
de fallas frágiles
asociadas al Sistema de
Fallas de Atacama,
activas en el Cretácico
inferior entre los 130 y
120 Ma: El Duplex
Caleta Coloso (figura de
Mitchell y Faulkner, 2009)
Figura 47 . Edades Rb/Sr, 39Ar/40Ar, K/Ar
y trazas de fisión en rocas afectadas por
deformación frágil en las cercanías de las
fallas mayores del sistema de Fallas de
Atacama, (Olivares et al (2010). La banda
gris indica la edad estimada para la
formación del Dúplex Caleta Coloso entre
los 126 y 118 Ma. Para comparación se ha
incluido se ha incluido el rango de las
edades 39Ar/40Ar obtenidas por Oliveros et
al (2006) en rocas volcánicas de la
formación La Negra.
Formación
Quebrada Mala
(72-66Ma) Batolito Zanelli,
(70-66 Ma)

Lomas Bayas

Estratos de Quebrada
San Cristóbal
(98-93 Ma)

Mantos 
Blancos

C° Palestina
Lag Seca de
Cuevitas

Salar 
Mar Muerto

Figura 48. Bloque diagrama mostrando la distribución de los afloramientos de intrusivos y rocas volcánicas del Cretácico superior
(Estratos de Quebrada San Cristóbal, formación Quebrada Mala, Batolito Zanelli) en la zona entre el Salar Mar Muerto-Cuevitas y
Lomas Bayas
Figura 49
Bloque diagrama de la Cordillera de la Costa a
la latitud de Mejillones-Antofagasta (23ºS)
mostrando la geometría de las fallas normales
activas inclinadas al este. La falla Mejillones
es interpretada como un falla lístrica que
marca el límite entre los afloramientos de la
formación La Negra y los complejos
metamórficos de Península de Mejillones
(comparar con la Figura 25) mientras que las
fallas ubicadas más al este son consideradas
como fallas en estilo dominó que podrían
resultar de la reactivación de fallas normales
planares jurásicas. Los círculos rojos
corresponden a focos de las réplicas del sismo
de Tocopilla (Noviembre 2007). Vista hacia el
sur. (Allmendinger y González, 2009)
Figura 50 Sección estructural a través del margen continental ente la Cordillera de la Costa y la Fosa de Chile Perú a la latitud de
Antofagasta. El perfil ilustra el proceso de erosión por subducción y las relaciones entre éste y la actividad neotectónica (fallas
normales inclinadas al este) en el borde costero ((von Heune y Ranero, 2003).

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