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PALEOGENO)
VALLEJO,2007
RESUMEN
La subducción de corteza oceánica en un límite convergente de placa se puede mirar como un
proceso contínuo. La interrupción o la finalización de este proceso comúnmente se asocian a la
llegada de un objeto boyante. Los arcos volcánicos y corteza continental son las clases de objetos
comúnmente implicados en colisiones. En este trabajo, se proporciona un análisis detallado de una
clase menos familiar de colisión, la de un plateau oceánico. La determinación precisa de la colisión
entre plateaus oceánicos y la corteza continental proporciona una comprensión de como las placas
tectónicas responden a eventos colisionales. El basamento volcánico de la Cordillera Occidental
(Formación Pallatanga y Unidad San Juan) se compone de rocas máficas y ultramáficas con
afinidades geoquímicas de plateau oceánico. Una edad de cristalización SHRIMP (zircón) de
87.1±1.66 Ma. (2σ) y de 40Ar/39Ar (hornblenda) de 84.69±2.22 Ma. (2σ) de fragmentos
accrecionados del plateau, se superponen con una edad 40Ar/39Ar (hornblenda) de 88±1.6 (2σ) Ma.
obtenida para las rocas oceánicas del basamento de la Formación Piñón en la costa de Ecuador
(Luzieux et al., 2006), y una serie de edades de ~92-88 Ma. reportadas para las secuencias de plateau
oceánico en Colombia y la región del Caribe. Estos resultados son consistentes con la idea que las
rocas de plateau oceánico de la Cordillera Occidental y la Costa de Ecuador se derivan del Plateau
Oceánico del Caribe y Colombia (CCOP) de edad Cretácico Tardío. Las secuencias de arco de isla
intraoceánico (Granito de Pujilí, Grupo Río Cala, Unidad Naranjal) sobreyacen a rocas del plateau y
tienen edades de cristalización que se extienden entre ~85-72 Ma. La geoquímica y las edades
radiométricas de las lavas asociadas al arco de Río Cala, combinado con el rango de edades y la
geoquímica de sus productos turbídíticos y volcanoclásticos indican que el arco se inició por
subducción hacia el oeste debajo de el CCOP, y son contemporáneas con las rocas del arco de isla
de la Costa de Ecuador (Formaciones Las Orquídeas, San Lorenzo y Cayo). Estas unidades del arco
de isla se pueden relacionar con el Gran Arco Cretácico del Caribe. Los análisis paleomagnéticos de
rocas volcánicas, de las formaciones Piñon y San Lorenzo de la zona de antearco (Luzieux, 2007),
indican su extrusión pre-colisional en latitudes ecuatoriales. Además, los datos paleomagnéticos de
la declinación del basamento y de la cobertura sedimentarias de la región costera (Luzieux, 2007)
indican 20-50° de rotación en sentido horario cerca de la época de la colisión, durante el
Campaniano. La rotación fue probablemente síncrona con la colisión de la secuencia de plateau
oceánico y de arco con Sudamérica. Rápida exhumación (>1km/ma) a lo largo del margen
continental durante el Cretácico tardío durante ~75-65 Ma es consistente en tiempo con el inicio de
sedimentación clástica derivado del margen continental en el Campaniano Tardío – Maastrichtiano
(Formación de Yunguilla). La colisión inicial entre la Placa Sudamericana y el Plateau del Caribe fue
síncrona con el levantamiento y la exhumación acelerados dentro del margen continental, en un
área que se extendía tan lejos como la Cordillera Oriental, y con la depositación de material
siliciclástico derivado del continente en el antearco y trasarco (las formaciones Yunguilla y Tena
respectivamente). Colectivamente, esta evidencia demuestra que la colisión inicial entre el Plateau
Caribe y el margen de Ecuador ocurrió durante el Campaniano Tardío - Maastrichtian (73-70 Ma.), y
dio lugar al bloqueo de la zona de subdución, a la terminación del magmatismo del arco de isla, y a
la deformación del margen continental. El magmatismo asociado al arco Río Cala (Campaniano -
Maastrichtiano Temprano), que se produjo sobre la Formación Pallatanga, cesó durante el
Maastrichtiano y fue seguido por la iniciación de subducción hacia el este, debajo del plateau
oceánico acrecionado. El nuevo margen activo dio lugar al arco volcánico Silante del Maastrichtiano
Tardío (aprox. 65 Ma.), que fue depositado en un ambiente terrestre. Durante el Palaeoceno al
Eoceno, las condiciones marinas fueron dominantes en el área ahora ocupada por la Cordillera
Occidental, y las rocas volcánicas de la unidad Macuchi fueron depositadas, posiblemente como
continuación del arco volcánico de Silante. Este volcanismo submarino fue contemporáneo con la
depositación de las rocas siliciclásticas del Grupo Angamarca, y la Formación Saguangal, que fueron
derivadas principalmente de la Cordillera Oriental que emergía. Finalmente, ninguna evidencia
existe para apoyar hipótesis anteriores que sugieren que el arco volcánico Macuchi fue acrecionado
en el Eocene Tardío, causando la inversión estructural de la Cuenca de Angamarca. Es
geométricamente difícil sugerir que el bloque Macuchi se acrecionó en el Eoceno Tardío, e insertó
entre los bloques de Piñón y Pallatanga, que fueron acrecionados durante el Cretácico Tardío.
Además, turbiditas del Grupo Angamarca sobreyacen conformablemente rocas volcánicas de la
Unidad Macuchi..
CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN
Los bloques aumentados se caracterizan por una gran anomalía positiva de Bouger dentro de las
regiones de las Cordilleras occidentales y las regiones externas del antebrazo de Colombia y Ecuador
(Case et al., 19 1; Feininger y Seguin, 1983), lo que indica que están respaldados por un grueso
secuencia (> 10 km) de rocas cristalinas máficas. En consecuencia, el margen noroeste de la Placa
de América del Sur representa una región donde la corteza continental creció mediante procesos
de acreción durante el Cretácico, y por lo tanto, una comprensión cuantitativa de la evolución de
los Andes del norte proporcionará información útil sobre los mecanismos del crecimiento de la
corteza continental. Esta tesis presenta un análisis detallado de la estratigrafía y la evolución
tectónica de la Cordillera Occidental del Ecuador (Fig. 1.2) entre 1 ° N (la frontera colombiana) y 3 °
Sur. Los datos adquiridos se han utilizado para proponer un modelo paleogeográfico y tectónico
coherente para la evolución de la Cordillera Occidental. Posteriormente, el modelo se ha integrado
en el contexto tectónico de placas del sistema de subducción del Pacífico norte andino.
Varios investigadores en la Cordillera Occidental del Ecuador (por ejemplo, Wolf, 1892; Sauer, 1965;
Egüez, 1986; Kerr et al., 2002a; Jaillard et al., 2004; Spikings et al., 2005) han aportado
contribuciones útiles para comprender el Evolución estratigráfica y tectónica de este complejo
acumulativo océano-continente. Sin embargo, varios problemas geológicos permanecen sin
resolver, principalmente debido a la naturaleza pobre y discontinua de las exposiciones a rocas, así
como a la falta de un marco cronoestratigráfico coherente, determinado utilizando datos
cuantitativos. Las preguntas clave pendientes que requieren respuesta, antes de desarrollar un
modelo para la evolución geológica de la Cordillera Occidental, son:
· La edad y el origen del sótano volcánico alóctono de la Cordillera Occidental.
· El tiempo y la duración de la acumulación de los bloques alóctonos.
· La historia del paleógeno de la cordillera occidental.
· El origen alóctono versus autóctono de la Unidad Macuchi (una secuencia de arco volcánico).
Este estudio aborda estas preguntas mediante la adquisición e interpretación de nuevos datos
cualitativos (por ejemplo, descripciones de estudios de campo) y cuantitativos (por ejemplo,
geoquímica y geocronología) de rocas de la Cordillera Occidental del Ecuador. Los estudios de
procedencia de las formaciones sedimentarias en la Cordillera Occidental permiten restringir la
composición mineralógica y química, la edad y, por lo tanto, la ubicación y el origen aproximados de
las regiones de origen, así como establecer correlaciones estratigráficas. Los análisis radiométricos
40Ar / 39Ar y U / Pb se han utilizado para proporcionar un marco temporal para la evolución de las
secuencias de la cubierta volcánica y del sótano. Se han realizado estudios de campo detallados y
muestreo de rocas a lo largo de varias secciones orientadas de este a oeste a través de la Cordillera
Occidental, que se cruzan con las principales unidades de roca sedimentaria y sótano.
1.2 AJUSTE GEOGRÁFICO DEL ÁREA DE ESTUDIO
Los Andes en Ecuador comprenden las cordilleras orientales de norte a sur orientales y occidentales,
que están separadas por la baja depresión topográfica, Interandean. El área estudiada se encuentra
en la Cordillera Occidental del Ecuador entre 0º 20 'N a 3º S (Fig. 1.2), en un área que recientemente
fue mapeada por el British Geological Survey (BGS) y el Ecuadorian Geological Survey (CODIGEM,
luego renombrado DINAGE) entre 1996 y 2000. El límite oriental del área de estudio se define por
una falla a escala regional parcialmente oculta (Falla Calacalí-Pujilí-Pallatanga) que separa las
secuencias estratigráficas Cretácicas y Terciarias de la Cordillera Occidental de las rocas volcánicas
cuaternarias gruesas de La Depresión Interandean. El borde occidental de la Cordillera Occidental
es una marcada ruptura topográfica que marca su límite con una llanura costera plana.
La altitud de la Cordillera Occidental varía de 1000 a 4000 msnm, y los picos más altos están
definidos por volcanes recientes (por ejemplo, el volcán Chimborazo; 6300 msnm; Fig. 1.3). La
depresión interandina está conectada a la costa a través de carreteras, que siguen los valles de los
ríos que cortan la cordillera occidental, y proporcionan acceso a afloramientos a menudo
degradados y pobremente expuestos. La región estudiada alberga varios sistemas ecológicos, que
incluyen bosques tropicales costeros, bosques nubosos premontanos y montanos, y páramo
(praderas de gran altitud) por encima de 3800 msnm. Entre 200 my 1 00 m la vegetación es densa y
consiste en bosque tropical primario.
Fig. 1.3. Modelo digital de elevación de la Cordillera Occidental (Datos de Souris, 2001).
1.3 PANORAMA GEOLÓGICO DEL ECUADOR
El margen continental activo de Ecuador se caracteriza por la subducción de la placa de Nazca debajo
de la placa sudamericana, a una tasa media de 58 mm / año. (Trenkamp et al., 2002). Al norte de la
zona de fractura de Grijalva (Fig. 1.2), la corteza oceánica joven (<25 Ma) producida en el centro de
expansión CocosNazca se está subduciendo en un ángulo de 25-35º (Lonsdale, 19 8; Lonsdale y
Klitgord, 19 8 ), mientras que la corteza oceánica más antigua (> 25 Ma) se está subduciendo al sur
de la escarpa (por ejemplo, Lavenu et al., 1992).
Ecuador puede subdividirse en cinco regiones morfotectónicas distintas (Fig. 1.2): (1) Las tierras
bajas costeras, con un sótano compuesto de corteza oceánica (Feininger y Bristow, 1980; Jaillard et
al., 1995; Reynaud et al., 1999) y cubierto por depósitos de antearco Paleógeno a Neógeno, (2) La
Cordillera Occidental, que está compuesta de rocas extrusivas e intrusivas máficas e intermedias,
yuxtapuestas tectónicamente con depósitos mayormente turbidíticos del Cretácico Tardío al
Oligoceno. (3) El valle de Interandean se encuentra al este de la Cordillera Occidental, y alberga
densos depósitos volcánicos de Plioceno a Pleistoceno, que entierran su sótano. Sin embargo,
pequeñas incrustaciones y enclaves en rocas volcánicas muestran que el sótano está compuesto por
rocas cristalinas metamórficas y máficas (por ejemplo, Bruet, 198). La depresión interandina se
extiende hacia el norte hacia Colombia, y está unida a la Cordillera Occidental (Fig. 1.2) de los Andes
del norte por la falla Calacalí - Pujilí (en Ecuador) y la falla Cauca Patia (en Colombia). Estas fallas
definen una parte de la sutura desmembrada del Cretácico tardío entre el margen continental
sudamericano y los bloques alóctonos máficos, que están parcialmente expuestos en la Cordillera
Occidental (por ejemplo, Litherland y Aspden, 1992). (4) La Cordillera Oriental está compuesta de
rocas metamórficas paleozoicas y granitoides mesozoicos (Aspden y Litherland, 1992; Litherland et
al., 1994), y está separada del Valle Interanino por la Falla Pelteteca, que es una continuación hacia
el sur del Romeral. Falla de Colombia. El límite oriental de la Cordillera Oriental está representado
por la falla de Cosanga que se inclina hacia el oeste. (5) La cuenca del Oriente, incluida la zona
subanina, es una cuenca del Cretácico tardío-reciente que se desarrolló en el margen de la placa
sudamericana, en respuesta al crecimiento de la cordillera oriental.
1.3.1 La cordillera occidental
La Cordillera Occidental del Ecuador consiste en bloques oceánicos alóctonos, que comúnmente se
cree que se acrecieron contra el margen de la Placa Sudamericana durante el Cretácico Tardío
(Goosens y Rose, 19 3, Feininger, 1980; Jaillard et al., 1995). El desplazamiento de fallas
transcurrentes a lo largo de fallas de tendencia N-S aproximadamente ha resultado en un
ensamblaje complicado de unidades tectonoestratigráficas (Fig. 1.4), que yuxtapone sucesiones
volcanosedimentarias de litologías similares, pero de edades diferentes.
El Bloque Pallatanga está expuesto a lo largo del borde oriental de la Cordillera Occidental, y está
separado del margen continental por una zona de sutura deformada (la Falla Calacalí - Pujilí -
Pallatanga), que representa una parte de la sutura del océano Cretácico Tardío y el continente, y se
considera la prolongación sur del sistema de fallas Cauca - Patia en Colombia (por ejemplo, Hughes
y Bermúdez, 1997; Litherland y Aspden, 1992). El sótano del Bloque Pallatanga (Formación
Pallatanga) no ha sido fechado anteriormente, principalmente debido a la ausencia de muestras de
roca fresca. Sin embargo, los análisis geoquímicos revelan una composición de tipo E-MORB
(Lapierre et al., 2000; Hughes y Pilatasig, 2002; Kerr et al., 2002a; Mamberti et al., 2003), lo que
sugiere que la Formación Pallatanga surgió de un penacho de manto , que puede estar representado
por el punto de acceso actual de Galápagos. Además, también se ha sugerido que las rocas están
genéticamente relacionadas con la meseta oceánica del Caribe (Lapierre et al. 2000; Spikings et al.,
2001; Kerr et al., 2002a).
La Unidad Macuchi está ubicada a lo largo de la frontera occidental de la Cordillera Occidental y su
frontera oriental coincide con la falla regional Chimbo Toachi (Hughes y Bermúdez, 1997; Hughes y
Pilatasig, 2002). Se considera comúnmente que las rocas volcánicas y sedimentarias de la Unidad de
Macuchi se han depositado en un entorno de arco de isla intraoceánica (por ejemplo, Egüez, 1986;
Aguirre y Atherton, 198), y se superponen a rocas de MORB (Boland et al., 2000) o meseta oceánica
(Chiaradia y Fontbotè, 2001) afinidad. La edad de la Unidad de Macuchi está escasamente limitada,
pero probablemente varía desde el Paleoceno hasta el Eoceno tardío, como se indica en las edades
radiométrica y bioestratigráfica (por ejemplo, Egüez, 1986; Hughes y Pilatasig, 2002; Spikings et al.,
2005). Anteriormente se creía que la acumulación de la Unidad de Macuchi ocurrió durante el
Eoceno tardío (Egüez, 1986; Hughes y Pilatasig, 2002; Jaillard et al., 2004), y la evidencia de apoyo
incluyó: (a) la identificación de una sobreimpresión tectónica regional evento durante el Eoceno
(Egüez, 1986; Spikings et al., 2001), (b) elevadas tasas de enfriamiento y exhumación en la Cordillera
Oriental durante 43-30 Ma (Spikings et al., 2001), y (c) la Unidad Macuchi está entrometido por
granitoides de tipo I no deformados, que producen edades K / Ar de aproximadamente 20-38 Ma
(por ejemplo, Boland et al., 2000; Egüez, 1986). Sin embargo, el origen alóctono de la Unidad
Macuchi es muy cuestionado a lo largo de esta tesis porque el Bloque Piñón adyacente (Fig. 1.2) se
acrecentó en el continente sudamericano durante el Cretácico Tardío (Luzieux et al., 2006), y es
geométricamente desafiante para sugieren que el Bloque Macuchi se acrecentó en el Eoceno tardío
y se insertó entre los Bloques Piñón y Pallatanga.
El Bloque Naranjal está restringido a la parte norte de la Cordillera Occidental (Fig. 1.2), y puede
extenderse a las tierras bajas costeras (Mamberti et al., 2003) y al sur de Colombia (Kerr et al.,
2002a). Los análisis geoquímicos del sótano del Bloque Naranjal producen afinidad de arco insular y
meseta oceánica (Boland et al. 2000; Kerr et al., 2002a). Kerr y col. (2002a) sugirieron que el Bloque
Naranjal se acrecentó en el margen continental durante el Eoceno.
1.4 TRABAJO ANTERIOR EN LA CORDILLERA OCCIDENTAL
Wolf (1892) informó inicialmente de la existencia de rocas extrusivas máficas e intermedias en la
Cordillera Occidental, quien describió las rocas volcánicas como rocas porfiríticas y esquistos verdes.
Mucho más tarde, Sauer (1965) se refirió a los basaltos del sótano de la Cordillera Occidental como
Formación Diabásica-Porfirítica, y Goosens y Rose (1973) luego agruparon la Formación Diabásica-
Porfirítica con la Formación Piñón de la región costera, y se refirieron colectivamente a ellos como
el Complejo ígneo básico, que también se extendió a Colombia y América Central. Henderson (1979)
reclasificó el sótano ígneo de la Cordillera Occidental como la Formación Macuchi, los distinguió de
la Formación Piñón, debido a la presencia de lavas tholeiitic y calc-alcalinas, las interpretó como un
conjunto de arcos de islas. Además, Henderson (1979) demostró que el sótano volcánico de la
Cordillera Occidental está cubierto por turbiditas de grano fino (Formación Yunguilla) que se
depositaron durante un período de tiempo que abarca desde el Cretácico tardío hasta el Eoceno.
Según Henderson (1979), durante el Eoceno se produjo un evento tectónico acumulativo y la
posterior deformación de las rocas de la Cordillera Occidental. Posteriormente, Feininger (1980)
propuso que las rocas cristalinas máficas en la Cordillera Occidental y la región costera se produjeran
por la subducción por inmersión al suroeste de una placa oceánica, lo que dio lugar a un sistema de
arco intraoceánico que colisionó contra la Placa Sudamericana durante el Eoceno.
Egüez (1986) resolvió las rocas turbidíticas del Cretáceo Tardío tardío en dos secuencias turbidíticas
distinguibles de diferentes edades, a las que se refirió como la Formación Yunguilla del Cretácico
Tardío y la Formación Apagua del Eoceno. Lebrat y col. (198) reconocieron rocas con afinidades de
arco volcánico y elementos ligeros de tierras raras (LREE) enriquecidos tipo MORB (E y TMORB),
dentro de la Formación Macuchi. Las rocas con afinidades de arco volcánico se interpretaron como
rocas de arco volcánico intraoceánico, mientras que las rocas de tipo T-MORB se interpretaron como
cortes del sótano de la Formación Macuchi.
De 1996 a 2001, el mapeo sistemático liderado por el British Geological Survey (BGS) en
colaboración con el Ecuatoriano Geological Survey (CODIGEM) produjo cinco mapas a gran escala,
geológicos, escala 1: 200,000, que cubren toda la Cordillera Occidental (Fig. 1.4 ) El trabajo BGS-
CODIGEM introdujo la nomenclatura del terreno para referirse a los bloques alóctonos de la
Cordillera Occidental, y redefinió la Formación Macuchi al introducir la Unidad Pallatanga, que se
definió como el sótano ultramáfico y máfico de la Cordillera Occidental que tiene una afinidad MORB
enriquecida ( E- y T-MORB de Lebrat et al., 1987). El programa de mapeo BGS-CODIGEM también
reconoció dos secuencias de depósitos de arco en la isla, una de edad Cretácica Tardía (Bloque
Naranjal) y la otra de edad Terciaria (Unidad Macuchi). La Unidad Macuchi estaba restringida
geográficamente a las rocas volcánicas y sedimentarias del arco de la isla de la edad del Eoceno
ubicadas al oeste de la falla Chimbo-Toachi (Hughes y Bermúdez, 1997; Hughes y Pilatasig, 2002).
Lapierre y col. (2000) informaron una edad isócrona interna Sm / Nd de anfíbol-plagioclasa-roca
entera de 123 ± 13 Ma de un gabro en el complejo ultramáfico de la Formación San Juan (Fig. 1.4),
que previamente se había interpretado como la raíz ultramáfica de los basaltos tipo E-MORB del
Bloque Pallatanga (por ejemplo, Hughes y Bermúdez, 1997). Más tarde, Mamberti (2001) apoyó esta
interpretación, quien utilizó datos geoquímicos para mostrar que la Unidad de San Juan
corresponde a las raíces plutónicas de una meseta oceánica. Spikings y col. (2001) reportaron tasas
de enfriamiento elevadas en la Cordillera Oriental durante 65-55 y 43-30 Ma, que posiblemente
fueron impulsadas por la exhumación en respuesta a la acumulación de corteza oceánica
heterogénea durante la colisión de los bloques oceánicos Pallatanga y Piñón, contra el noroeste de
América del Sur .
Kerr y col. (2002) y Hughes y Pilatasig (2002) adquirieron datos geoquímicos de rocas volcánicas de
la Cordillera Occidental, que mostraron que la Cordillera Occidental está compuesta de rocas de una
variedad de entornos tectónicos oceánicos, incluyendo mesetas oceánicas (Formación Pallatanga),
islas de arco de la isla. (Unidades Naranjal y Macuchi), basaltos de cuenca de arco posterior
(formación La Portada) y lavas alcalino-calcáreas (formación Silante). Estos autores también
propusieron que el Bloque Pallatanga se acreció al margen continental durante un evento
acrecionario prolongado que ocurrió durante el Cretácico Tardío, mientras que los arcos de la isla
Naranjal Cretácico Tardío y el Eoceno Macuchi pueden haberse acumulado contra el margen
continental durante el Eoceno. La acumulación de los bloques Macuchi y Naranjal puede haber
ocurrido a lo largo de las fallas Chimbo - Toachi y Mulaute, respectivamente (Fig. 1.4).
Mamberti y col. (2003), Jaillard et al. (2004) y Toro et al. (2005) subdividieron el Bloque Pallatanga
en dos secuencias de meseta oceánica diferentes de las edades albiana y cretácica tardía,
denominadas los terrenos San Juan - Multitud y Guaranda, respectivamente. De acuerdo con Jaillard
et al. (2004), el San Juan - Multitud Terrane se acrecentó hasta el margen continental durante el
Santoniano hasta principios del Campanian (~ 85-80 Ma), mientras que el Guaranda Terrane se
acreció durante el Maastrichtiense tardío (68-65 Ma).
Finalmente, Spikings et al. (2005) presentaron 40Ar / 39Ar y datos de seguimiento de fisión de la
Cordillera Occidental, que registran tasas de enfriamiento elevadas durante 85 a 60 Ma, con un pico
durante 85 a 80 Ma. Estos autores propusieron que el enfriamiento fue una consecuencia de la
exhumación que se produjo en respuesta a la acumulación del Bloque Pallatanga en ese momento,
lo que concuerda con un pico de restablecimiento de edades K / Ar reportado por Aspden et al.
(2002) en la Cordillera Oriental.
Figura 1.4a. Mapa geológico de la Cordillera Occidental de 1º N a 1º S (modificado de BGS-CODIGEM,
1996-2000 y observaciones propias)
Figura 1.4b. Mapa geológico de la Cordillera Occidental de 1º S a 3º S (modificado de BGS-CODIGEM,
1996-2000 y observaciones propias)
Edad. Hasta ahora, la Formación Pallatanga no ha sido datada radiométricamente, debido al alto
grado de alteración de las rocas. Sin embargo, trabajos previos sugirieron que la formación es más
antigua que la de Campanian, ya que la cubren las radiolaritas de Maastrichtiense (Jaillard et al.,
2004). Los circones extraídos de un gabro en capas de la Unidad de San Juan (ver más abajo), que
se interpreta como la zona de la raíz ultramáfica de la secuencia de la meseta oceánica de Pallatanga
produjo una edad media ponderada de U / Pb (CAMARÓN) de 87.10 ± 1.66 Ma (2σ). Esta edad se
interpreta como la edad de cristalización del sótano máfico de la Formación Pallatanga.
Relaciones estratigráficas. Los contactos de la Unidad de San Juan con formaciones adyacentes
tienen fallas. En la localidad tipo, las fallas de tendencia norte-sur separan la Unidad de San Juan de
la Formación Yunguilla al este y la Formación Pallatanga al oeste.
Geoquímica y entorno de formación. Los acumulados ultramáficos se agotan en LREE, mientras que
los gabbros producen patrones de LREE planos o ligeramente enriquecidos. Sus composiciones
químicas son similares a los basaltos de la meseta oceánica acumulados y los umbrales diferenciados
en el oeste de Ecuador (Mamberti et al., 2004). La Unidad muestra un rango estrecho de εNd (+8 a
+5) y un rango bastante grande de relaciones isotópicas de Pb (Mamberti, 2001; Mamberti et al.,
2004). La evidencia geoquímica sugiere que la Unidad de San Juan representa los componentes
plutónicos de una meseta oceánica, en un modelo similar al propuesto previamente por Kerr et al.
(1998) para la relación entre el Complejo Ultramáfico Bolívar y la Fm volcánica basáltica. en la
Cordillera Occidental de Colombia (Fig. 2.4). El complejo ultramáfico Bolívar de Colombia incluye las
mismas litologías descritas en la Unidad de San Juan, y forma parte de la porción más oriental de la
Cordillera Occidental de Colombia, donde también se han identificado basaltos derivados de plumas
de manto (Fm volcánica).
Edad. Lapierre y col. (2000) reportan una edad isócrona interna Sm / Nd de 123 ± 13 Ma de un gabro
con anfíboles de la Unidad de San Juan. Sin embargo, los anfíboles extraídos de la misma muestra
producen un espectro de edad 40Ar / 39Ar en forma de silla de montar, que produce una edad
máxima de 99.2 ± 1.3 Ma (Mamberti et al., 2004). En el presente trabajo, los circones extraídos de
un gabro en capas de la Unidad de San Juan produjeron una edad media ponderada de U / Pb
(SHRIMP) de 87.10 ± 1.66 Ma (2σ), lo que interpretamos como el momento de la cristalización de la
Unidad de San Juan ( ver capítulo 4), y de ahí la meseta oceánica de la cual forman las raíces
ultramáficas. En el modelo de Kerr et al. (1998), los gabbros en capas se formaron por la
acumulación de cristales en la base de las cámaras de magma, dentro de una meseta oceánica (Fig.
2.4).
Fig. 2.4. Hypothetical cross-section through an oceanic plateau based on ultramafic sequences in
Western Colombia (Kerr et a., 1998)
Fig. 2.6. Manto primitivo normalizado (Sun y McDonough, 1989) parcela de elementos múltiples
para las formaciones de Río Cala, Mulaute y Pilatón y el Granito Pujilí. La naturaleza de subducción
de estas secuencias es evidente por el enriquecimiento relativo en elementos LILE y la anomalía
negativa de Nb, esta última no se observa en rocas de la Formación Pallatanga (es decir, datos de
rocas enteras mostrados en campo gris; Hughes y Pilatasig, 2002).
Fig. 2.7. Diagrama de correlación de εNdi- εSri para las formaciones de Río Cala, Mulaute, San Juan
y Granito Pujilí, incluidos los datos de Cosma et al. (1998) y Mamberti et al. (2004)
El enriquecimiento de LILE y las anomalías negativas de Nb y Ti, en combinación con las proporciones
isotópicas juveniles, sugiere que el granito cristalizó dentro de un arco de isla intraoceánico. La
geoquímica del granito Pujilí comparte similitudes con los TTG de Archean (tonalita-
trondhjemitegranodiorita) y los análogos modernos, adakitas. Las adakitas son magmas con alto
SiO2 (> 57%), Al2O3 elevado, Na2O, Na2O / K2O, LILEs, Sr y bajo HREE (Drummond y Defant, 1990).
Se infiere que estas rocas se derivan de la fusión parcial de una losa subductora (Kay, 1978). Ha sido
propuesto por Sajona et al. (1993) que los magmas con características adakíticas se pueden formar
durante las primeras etapas de la subducción mediante la fusión parcial de la corteza oceánica
basáltica subducida debajo de una cuña de manto anormalmente caliente. Del mismo modo, la
fusión a niveles profundos de una secuencia de meseta oceánica podría crear fundidos de silicio con
firmas geoquímicas adakíticas (Condie, 2005). La asociación de rocas graníticas del Cretácico tardío
con firmas de arco de la isla y rocas de la meseta oceánica máfica del Cretácico tardío también se
describe en la isla de Aruba (White et al., 1999). El batolito de Aruba y el granito de Pujilí tienen
firmas parcialmente adakíticas y producen proporciones isotópicas similares (εNdi ~ 7), lo que, al
considerar las reconstrucciones tectónicas predominantes del Pacífico oriental (ver más adelante),
sugiere que pueden haberse cristalizado dentro de la misma zona de subducción. , al mismo tiempo.
Además, las tonalitas del batolito de Aruba producen edades de sonda de iones de circón de 86 ± 1
Ma (Richard Spikings, comunicación personal), que es indistinguible de la edad de cristalización de
URRP de U / Pb de circón de 85.5 ± 1.4 Ma para el granito de Pujilí ( vea abajo). White y col. (1999)
interpretaron que el batolito de Aruba se producía por el derretimiento parcial de la meseta del
Caribe sobre una zona de subducción incipiente con una cuña de manto anormalmente caliente,
que pudo haber provocado el derretimiento en la base de la meseta oceánica. Se puede proponer
un escenario similar para el origen del granito Pujilí. Sin embargo, los agotamientos HREE del Granito
Pujilí indican que se formó debajo del campo de estabilidad de granate (~ 60-70 km de profundidad),
lo que indica que el Granito Pujilí también puede tener un componente derivado de la fusión de una
losa subducida, que puede tener en cuenta para la firma adakitica.
Años. Spikings y col. (2005) obtuvieron mica blanca y biotita 40Ar / 39Ar meseta con edades de 86
± 1 y 82 ± 1 Ma respectivamente, de granitoides foliados (granito Pujilí) y un hornblende 40Ar / 39Ar
edad de 83 ± 2 Ma para un bloqueo dacítico en la melange . Según estos autores, las edades
representan un enfriamiento rápido impulsado por la acumulación del Bloque Pallatanga contra la
Placa Sudamericana durante el Santoniano (~ 85 Ma). En el presente estudio, se obtuvo una edad
de cristalización de circonio media ponderada U / Pb (SHRIMP) de 85.5 ± 0.7 Ma para el granito
Pujilí. Estos datos, por lo tanto, refutan interpretaciones anteriores, que propusieron que el Granito
Pujilí representa fragmentos de plutones triásicos que actualmente están expuestos en la Cordillera
Oriental, y se incorporaron a la zona de melange durante la colisión entre el océano y el continente
(por ejemplo, Hughes y Pilatasig, 2002; Spikings et al. ., 2005).
Fig. 2.8. Perfil geológico a lo largo del tramo de carretera Otavalo - Selva Alegre. (Modificado de
Egüez et al., 1988).
Ocurrencia. Basaltos de La Portada y Pallatanga Fms. solo se pueden distinguir por sus
composiciones geoquímicas, porque son litológicamente similares, y todos los contactos con las
secuencias de rocas yuxtapuestas son tectónicas. De acuerdo con Kerr et al. (2002a), la sección tipo
de La Portada Fm. está expuesto en la Quebrada La Portada, a lo largo de la carretera Otavalo - Selva
Alegre (UTM: 784500/00287). Van Thournout y col. (1992) también informaron lavas de almohadas
con composiciones químicas similares a la Formación La Portada en la carretera Salinas Lita, al oeste
del pueblo de La Concepción (UTM: 818623/10064857). También se informan rocas
geoquímicamente similares en el río Guayllabamba (UTM: 741300/10027600), en rocas mapeadas
como la Unidad Naranjal por Boland et al. (2000) (ver también Kerr et al; 2002a).
Litología y espesor. La Formación La Portada incluye basaltos almohadados y lavas de cuerda en el
tramo de carretera Otavalo - Selva Alegre. Los basaltos son afíricos con una matriz vítrea, que se
recristaliza parcialmente en pumpellyita, clorita y epidota. Las rocas volcánicas están fuertemente
oxidadas (enrojecidas) y alteradas hidrotermalmente. A menudo se observan vetas de calcita y
vacuolas de relleno de zeolita, y la alteración aumenta hacia el contacto con la Formación Silante.
En las exposiciones al oeste de La Concepción, las litologías son similares a las exposiciones en el
camino Otavalo - Selva Alegre, aunque las lavas al oeste del pueblo de La Concepción están menos
oxidadas y la alteración hidrotermal se manifiesta por abundantes grietas llenas de calcita.
Relaciones estratigráficas. Los basaltos de almohada de la Formación La Portada que están
expuestos a lo largo del camino Otavalo - Selva Alegre, están en contacto tectónico con turbiditas
de la Formación Natividad al este, y con rocas volcánicas de la Formación Silante más joven al oeste
(Fig. 2.8) . Cerca de La Concepción, las turbiditas de la Formación Natividad están en contacto
tectónico con rocas volcánicas deformadas de la Formación La Portada (Fig. 2.9).
Fig. 2.9. Contacto tectónico entre turbiditas de la Natividad Fm. y basaltos de la Portada Fm. (UTM:
0818623/0064857) a lo largo de la carretera Ibarra - Lita.
Geoquímica y entorno de formación. Los análisis geoquímicos (Van Thournout, 1991; Kerr et al.,
2002a) de andesitas basálticas de la Formación La Portada producen firmas relacionadas con el arco
(por ejemplo, anomalía negativa de Nb). Las rocas están ligeramente agotadas en LREE (Fig. 2.10),
con SiO2 ~ 49%, CaO2 de ~ 15.45% en promedio, alto MgO (> 8%), alto Cr (> 500 ppm), alto Al2O3
(> 23%) y bajas concentraciones de TiO2 (<0.5%), Zr e Y.
Figura 2.10. Gráficos primitivos multielementos y REE normalizados por el manto (valores de
normalización de Sun y McDonough 1989) de la Formación La Portada, que también muestran la
muestra M5-773 de la Unidad Naranjal. Datos geoquímicos compilados de Van Thournout et al.
(1992) y Kerr et al. (2002a).
Las características geoquímicas son similares a las de las boninitas (por ejemplo, Crawford et al.,
1981). Una interpretación predominante para las rocas boniníticas es que definen la etapa temprana
de la actividad volcánica del arco de la isla (Stern y Bloomer, 1992; Pearce et al., 1992), generada
debajo de la corteza oceánica muy joven y caliente (Stern et al., 1991). De acuerdo con la relación
CaO / Al2O3 (1.07 en promedio) producida por rocas de la Formación La Portada, se pueden
clasificar como boninitas de alto Ca, cuya formación requiere la interacción del manto residual 'seco'
caliente, que puede asociarse con plumas y un componente portador de H2O relacionado con la
subducción (Sobolev y Danyushevsky, 1994). En general, se acepta que los altos contenidos de
magnesio de rocas enteras y fenocristales, y la muy baja abundancia de HFSE observada en las
boninitas resultan de la fusión de peridotita de manto refractario altamente empobrecido (Crawford
et al., 1989). En nuestra opinión, el componente del manto altamente empobrecido puede estar
representado por la extracción previa por fusión debajo de una meseta oceánica. El enriquecimiento
en LILE y otros elementos fluidos móviles en boninitas resulta de la participación de fluido hidratado
derivado de losas o fusión hidratada, como se ha propuesto para boninitas en otras áreas (por
ejemplo, Crawford et al., 1989; Pearce et al. , 1992). Por lo tanto, las rocas de la Formación La
Portada pueden haberse formado por subducción de la corteza oceánica, debajo de una meseta
oceánica, lo que permite la interacción de una cuña del manto altamente agotada con fluido
hidratado derivado de losas. Esta interpretación también es consistente con la estrecha asociación
espacial actual de la Formación La Portada con rocas del Grupo Rio Cala, que se formó en un entorno
de arco de isla.
Años. La edad de la Formación La Portada se basa en fósiles de foraminíferos recuperados de lutitas
intercaladas dentro de las almohadas lavas a lo largo del camino Otavalo - Selva Alegre. La
foraminifera Rugoglobigerina cf. pilula y Conorbina sp, y Valvulineria cf. camerata (muestra M5-
JX12, en Boland et al., 2000), indica una edad de Santoniano a Campaniana temprana (Wilkinson,
1998).
Formación Mulaute.
Trabajo previo. Hughes y Bermúdez (1997) definieron la Formación Mulaute como una secuencia
mixta volcánico-sedimentaria que surge a lo largo del camino Alóag - Santo Domingo. Autores
anteriores (por ejemplo, Faucher y Savoyat, 1973; Bristow y Hoffstetter, 1977) incluyeron rocas
sedimentarias de la Formación Mulaute en la Formación Cayo de la Sierra, o los Lechos de Pilatón
(Kehrer y Van der Kaaden, 1979). El término Formación Mulauta se usa aquí para rocas basálticas
(Unidad Toachi de Egüez, 1986), con sedimentos turbidíticos intercalados expuestos a lo largo del
camino Alóag - Santo Domingo.
Ocurrencia. Los cortes tectónicos de la Formación Mulaute están restringidos a la parte norte de la
Cordillera Occidental (Fig. 1.4). Los afloramientos principales ocurren a lo largo de la carretera Alóag
- Santo Domingo, (UTM: 7357588/9962157), que se consideran como la sección tipo. También se
pueden observar buenas exposiciones al este del pueblo de Pacto Loma, a lo largo de la carretera
Calacalí - La Independencia.
Litología y espesor. La Formación Mulaute a lo largo del tramo de carretera Alóag - Santo Domingo
incluye turbiditas de lecho grueso a mediano (Fig. 2.11), con abundante plagioclasa, piroxeno y
epidota. Esta facies es litológicamente similar a la Formación Pilatón previamente definida de
Hughes y Bermúdez (1997), y se observa al oeste de La Esperie Batholith (UTM: 738772/9961656).
Al este de este punto, las rocas volcánicas primarias, incluidas las andesitas basálticas, las tobas y
las brechas volcánicas, dominan la secuencia. Las rocas volcánicas contienen abundante epidota,
pumpellyita y clorita, lo que sugiere que han experimentado una sobreimpresión metamórfica de
bajo grado. Anteriormente, esta sucesión volcánica se denominaba Unidad Toachi (por ejemplo,
Egüez, 1986; Cosma et al., 1998), y produce características geoquímicas de arco insular (Cosma et
al., 1998).
Figura 2.11. Turbiditas de lecho grueso de las formaciones Pilatón y Mulaute. A) Pilatón Fm. expuesto
a lo largo de la carretera Ibarra-Lita (UTM: 0810301/0079791). B) turbiditas meteorizadas del
Mulaute Fm. expuesto a lo largo de la carretera Alóag - Santo Domingo (UTM: 731253/9965439).
Hughes y Bermúdez (1997) y Boland et al. (2000) incluyeron lutitas y limolitas metamorfoseadas,
que subyacen y son transitorias con brechas volcánicas andesíticas que se pueden observar a lo
largo del río Guayllabamba, al este del pueblo de El Chontal (UTM: 750957/260297), dentro de la
Mulatue Fm. Sin embargo, nuevas observaciones petrográficas, combinadas con análisis de
procedencia, sugieren que estas litologías no están relacionadas con la Formación Mulauta (ver
capítulo 3), y clasificamos estos depósitos como la Formación Saguangal. El espesor total restante
de la Formación Mulaute se estima en ~ 1000 m.
Relaciones estratigráficas. La Formación Pilatón se superpone a la Formación Mulaute a lo largo del
tramo de la carretera Alóag - Santo Domingo, aunque la naturaleza del contacto es difícil de
determinar debido a la abundante vegetación. Un contacto defectuoso con la Unidad Macuchi más
joven se infiere de afloramientos a lo largo del tramo de carretera Alóag - Santo Domingo (UTM:
731297/9964928). Se pueden observar cortes tectónicos de areniscas turbidíticas ricas en cuarzo,
similares a la Formación Yunguilla, yuxtapuestas con la formación Mulaute a lo largo de la carretera
Alóag - Santo Domingo (UTM: 0734827/9962686).
Geoquímica. Cosma y col. (1998) utilizaron datos geoquímicos adquiridos de basaltos de la
Formación Mulaute (Unidad Toachi de Egüez, 1986) para asignarles una afinidad toleiítica de arco
de isla. En este estudio, analizamos toda la geoquímica de roca de los basaltos, que se yuxtaponen
tectónicamente contra las areniscas turbidíticas a lo largo de la carretera Alóag - Santo Domingo.
Los basaltos tienen patrones REE ligeramente enriquecidos (Fig. 2.6), con relaciones de N (La / Yb)
de 1.74 y 1.50, y producen una anomalía negativa de Nb, que es típica de las rocas formadas en una
zona de subducción. Los valores de εNdi (Fig. 2.7) de +7 a +9 obtenidos de basaltos (muestra
02CV130, UTM: 739370/9962477) e intrusiones dioríticas (00RS40, UTM: 733130/10001508),
indican una fuente de manto juvenil, que no había sido contaminada por corteza continental
evolucionada.
Ambiente deposicional. Las rocas sedimentarias de la Formación Mulaute se depositaron en la
parte proximal a medial de un ventilador turbidítico submarino, y se obtuvieron de una fuente
volcánica contemporánea de afinidad de arco de isla.
Años. La edad de la Formación Mulaute es pobremente limitada y no se han obtenido edades
bioestratigráficas confiables. Hughes y Bermúdez (1997) informan una edad de K / Ar de hornblende
de 48.28 ± 0.55 Ma para una diorita, que se entromete en la Formación Mulaute al norte de la aldea
de La Palma (UTM: 7340/99698), lo que indica que la Formación Mulaute es preeocena. Además, la
Formación Senonia Pilatón se superpone a la Formación Mulaute. Aunque la naturaleza del contacto
no está clara, no hay evidencia de una no conformidad. Obtuvimos una edad de meseta 40Ar / 39Ar
de 20.66 ± 2.2 Ma (véase el capítulo 4) de una andesita basáltica, recolectada en la sección de
carretera La Palma - Chiriboga (UTM: 736880/9966987). Sin embargo, esta edad se interpreta como
un restablecimiento y no se puede utilizar para limitar la edad de la Mulaute Fm.
Formación Pilatón.
Trabajo previo. Hughes y Bermúdez (1997) definieron la Formación Pilatón como una secuencia
turbidítica de lecho grueso, que surge a lo largo del camino Alóag - Santo Domingo. Esta secuencia
sedimentaria se denominó anteriormente la Formación Cayo de la Sierra en el Mapa Geológico
Nacional de Ecuador (1969), porque las rocas sedimentarias se correlacionaron con la Formación
Cayo de la región costera (por ejemplo, Savoyat et al., 1970; Faucher y Savoyat, 1973). Kehrer y van
der Kaaden (1979) introdujeron el término Camas de Pilatón para estas turbiditas en cama, mientras
que el Mapa Geológico Nacional de 1982 (Baldock, 1982) incluyó los sedimentos de la Formación
Pilatón en el Miembro Chontal de la Formación Macuchi.
Ocurrencia. La Formación Pilatón se puede observar a lo largo de las carreteras Alóag - Santo
Domingo, Pacto - Gualea y Pacto - El Paraíso. Las buenas exposiciones también están presentes a lo
largo de las carreteras Ibarra - San Lorenzo y Quito - Chiriboga. La sección a lo largo de la carretera
Alóag - Santo Domingo es la más representativa y se considera la sección tipo (UTM:
741694/9958725).
Litología y espesor. La Formación Pilatón está compuesta de areniscas turbidíticas de lecho grueso
que son ricas en fragmentos volcánicos y microbreccias que contienen fragmentos volcánicos líticos.
Las areniscas son de lecho grueso (Fig. 2.11) y fueron depositadas por flujos de turbidita de alta
densidad, que reelaboraron las tobas primarias. Las camas individuales tienen una base afilada y
muestran una clasificación gruesa de la cola, lo que sugiere una fuente proximal. A lo largo del
camino Alóag - Santo Domingo, las rocas sedimentarias de la Formación Pilatón se inclinan hacia el
este y se pliegan isoclinalmente, con ejes plegables orientados de norte a sur. Las areniscas
turbidíticas se componen principalmente de plagioclasa, piroxeno y epidota, y los minerales máficos
se reemplazan parcialmente por epidota, clorito y pumpellyita, debido al metamorfismo de bajo
grado y la alteración hidrotermal. La composición mineral general de las areniscas indica una fuente
volcánica. Las rocas sedimentarias a menudo están silicificadas y, a veces, se intercalan con las
placas. La Formación Pilatón está fuertemente resistida en su frontera occidental y no se puede
distinguir de la Formación Mulaute. Las facies de la Formación Pilatón en la parte norte de la
Cordillera Occidental son muy similares a las exposiciones en el tramo de la carretera Alóag - Santo
Domingo, dominadas por turbiditas derivadas de volcanes de lecho grueso, con verrugas
intercaladas. Van Thournout (1991) informó intercalaciones basálticas dentro de rocas
sedimentarias de la Formación Pilatón a lo largo del tramo de carretera Ibarra - Lita (UTM:
810863/78904). La Formación Pilatón tiene un espesor aproximado de 2000 m.
Relaciones estratigráficas. Los contactos de la Formación Pilatón con las formaciones vecinas son
principalmente tectónicas. En el camino Alóag - Santo Domingo, las turbiditas de la Formación
Pilatón se superponen a las rocas basálticas (Unidad Toachi de Egüez, 1986) de la Formación
Mulaute. Kehrer y van der Kaaden (1979) y Egüez (1986) indican que posiblemente se produzca un
hiato de sedimentación en la base de la Formación Pilatón. Egüez (1986) indicó que las rocas
volcánicas de las facies volcánicas Tandapi de la Formación Silante se superponen
inconformablemente a la Formación Pilatón. En este estudio, no pudimos observar este contacto,
aunque las direcciones jóvenes a lo largo del tramo de la carretera Alóag - Santo Domingo indican
que la Formación Silante es más joven que la Formación Pilatón.
Geoquímica. Van Thournout y col. (1992) presentan datos geoquímicos de un basalto recolectado
en la carretera Salinas - Lita (muestra EC1004). La muestra analizada tiene una afinidad tholeiitica,
el gráfico normalizado de la condrita REE de la muestra produce un perfil plano, y los gráficos de
elementos múltiples normalizados al manto primitivo muestran una anomalía negativa negativa de
Nb-Ta. La geoquímica de esta muestra es consistente con una configuración de arco de isla primitiva.
La composición química de los clinopiroxenos detríticos (véase el capítulo 3) también respalda el
origen de un arco insular para los sedimentos turbidíticos de la Formación Pilatón.
Ambiente deposicional. Los sedimentos de la Formación Pilatón se depositaron en la parte proximal
de un abanico submarino, que provenía de un arco volcánico contemporáneo (véase el capítulo 3).
Hughes y Bermúdez (1997) interpretaron la ausencia de tobas primarias y lapilli acumulados como
evidencia de vulcanismo submarino. La presencia de abundante sideromelano en las tobas
reelaboradas también indica que los productos volcánicos de la Formación Pilatón estallaron en un
entorno submarino. Por lo tanto, la evidencia geoquímica y petrográfica general sugiere que los
basaltos de la Formación Pilatón estallaron en la parte proximal de un abanico submarino, asociado
con un arco de isla intraoceánico.
Años. Sigal (1968) reporta una fauna foraminífera (Globotruncana sp., Guembelina sp. Y Globigerina
sp.), Que indica una edad senoniana (88.5 a 65.0 Ma). Faucher y Savoyat (1973), y Reynaud et al.
(1999) indicaron una edad de Turoniano a Coniacian para esta Formación, que se interpretó a partir
de la existencia no comprobada de un fósil de Inoceramus peruanus. Todos los fósiles fueron
recuperados en el camino Alóag - Santo Domingo. La edad del Cretácico Tardío también está
respaldada por el hecho de que la Formación Silante del Paleoceno se superpone a la formación
Pilatón en la carretera Alóag - Santo Domingo. Por lo tanto, concluimos que la Formación Pilatón
fue depositada durante el Cretácico Tardío, probablemente durante el período Campaniano -
Maastrichtiano, como lo indica Sigal (1968).
Natividad Formación
Trabajo previo. Boland y col. (2000) aplicaron el nombre "Formación Natividad" a las rocas
sedimentarias turbidíticas que se encuentran a lo largo de las carreteras Ibarra - Lita y Otavalo -
Selva Alegre, en la Quebrada Natividad (UTM: 7860/00300). Anteriormente, Egüez et al. (1988)
correlacionaron estas rocas sedimentarias con turbiditas de la Formación Cayo de la Sierra. Van
Thournout. (1991) se refirieron a las mismas rocas sedimentarias turbidíticas en el norte de la
Cordillera Occidental que las unidades Mirador y San Jerónimo, y sugirieron que fueron depositadas
durante el Eoceno y el Cretácico, respectivamente. Los mismos autores describieron las
exposiciones de la Unidad Mirador a lo largo de la carretera Otavalo - Selva Alegre en detalle, y
mostraron que estaban compuestas por una serie turbidítica, intercalada con lavas y brechas
amigdaloidales, todo intrusado por diques y antepechos andesíticos.
Ocurrencia. La sección tipo de la Formación Natividad se desarrolla en la carretera Otavalo - Selva
Alegre (UTM: 0786354/0030440) (Fig. 2.9), y en la Quebrada Natividad (UTM: 786101/30068). Hay
otros afloramientos extensos al oeste de Perucho y a lo largo del camino Ibarra - Lita.
Litología y espesor. Boland y col. (2000) describieron la Formación Natividad como una secuencia
sedimentaria, que incluye areniscas turbidíticas, lutitas, pedernales y lavas y tobas intercaladas de
composición basáltica (Fig. 2.12). Las lavas y los diques dentro de la Formación Natividad están bien
expuestos en la carretera Otavalo - Selva Alegre. Las intercalaciones volcánicas son andesitas
basálticas, con cristales milimétricos a centimétricos de clinopiroxeno. Las areniscas están
fuertemente silicificadas y tectonizadas, y contienen abundante epidota producida por el
metamorfismo de bajo grado de minerales máficos. Se observa una secuencia ascendente de
turbiditas de la Formación Natividad en el tramo Salinas - Lita (UTM: 0818623/0064857) . En esta
localidad, las turbiditas de la Formación Natividad se intercalan con rocas volcánicas primarias, que
son petrográficamente similares a la Formación Río Cala (ver más abajo). Esta similitud llevó a
Boland et al. (2000) para proponer que los basaltos de Río Cala fueron la fuente de los sedimentos
de la Formación Natividad. En el límite oriental de la Cordillera Occidental (por ejemplo, al noreste
de la aldea de Nono), las exposiciones aisladas de rocas sedimentarias marinas con rocas volcánicas
intercaladas se mapearon como la Formación Natividad; sin embargo, las litologías y la geoquímica
de las rocas volcánicas son diferentes a las observadas en la localidad tipo. En consecuencia, algunas
de estas exposiciones pueden no estar relacionadas con la Formación Natividad.
Figura 2.12. Turbiditas de grano fino intercaladas con tobas basálticas de la Formación Natividad a
lo largo de la carretera Ibarra - Lita. (UTM: 818653/10064565)
Relaciones estratigráficas. Se puede observar un contacto tectónico entre las astillas tectónicas de
las turbiditas de la Formación Natividad y los basaltos de la Formación La Portada en la carretera
Salinas - Lita cerca del pueblo de Tres Pasos (UTM: 0818069/0065248). En esta localidad, una
secuencia ascendente gruesa de la Formación Natividad está en contacto tectónico con lavas de
almohada oxidadas y alteradas hidrotermalmente en la Formación La Portada (Fig. 2.9). En el camino
Otavalo - Selva Alegre, andesitas y brechas basálticas de la Formación Río Cala se superponen e
intercalan con turbiditas de la Formación Natividad (Fig. 2.13).
Ambiente deposicional. La Formación Natividad se depositó en la parte medial a distal de un
ventilador turbidítico, durante la actividad coeval de un arco volcánico.
Figura 2.13. Columna estratigráfica compuesta idealizada del tramo de carretera Otavalo - Selva
Alegre
Figura 2.14. A) Gráficos primitivos multielementos y REE normalizados por el manto (valores de
normalización de Sun y McDonough, 1989) de la Formación Rio Cala, utilizando datos geoquímicos
compilados de Kerr et al. (2002a). B) Gráficos tectónicos discriminatorios de Zr, Ti, Y y Zr vs. Ti (Pearce
y Cann, 1973) de muestras de Rio Cala Fm.
Autores anteriores propusieron que la Formación Yunguilla está en contacto estratigráfico con la
Formación Silante (Henderson, 1979; Hughes y Pilatasig, 1997) y la Formación Pallatanga (Jaillard et
al., 2004). Sin embargo, ninguno de estos contactos se puede verificar en el campo.
Ambiente deposicional. La Formación Yunguilla representa las partes media a distal de uno o varios
ventiladores turbidíticos, y probablemente se depositó en una cuenca del antebrazo. La abundancia
de cuarzo y minerales metamórficos indica que la Formación Yunguilla probablemente provenía de
batolitos jurásicos (y más antiguos) y rocas metamórficas del Cretácico temprano (y más antiguos)
en la Cordillera Oriental. Jaillard y col. (2005) sugieren que la Formación Yunguilla puede estar
correlacionada con depósitos similares en el norte de Perú (región de Paita); Estos autores
propusieron que la Cuenca Yunguilla - Paita era una cuenca de antebrazo muy extendida, que se
extendía desde el norte de Perú hasta Quito. Su interpretación es coherente con la posición real de
la Formación Yunguilla, al este de los bloques oceánicos acrecentados, y que proviene de la
Cordillera Oriental
Años. Sigal (1969) obtuvo una edad bioestratigráfica maastrichtiana para depósitos detríticos
expuestos en el área tipo (norte de Quito), y Bristow y Hoffstetter (1977) informaron una edad
maastrichtiana para la formación Yunguilla en la parte sur de la Cordillera Occidental. Wilkinson
(1996) observó foraminíferos Heterohelix sp., Guembelina globulosa y Rugoglobigerina aff.
rotundata, Rugoglobigerina aff. rugosa y Globigerinelloides aff. prairiehillensis, que sugiere una
edad de Maastrichtiense temprana a media para la Formación Yunguilla recolectada en la carretera
Guaranda - Riobamba. Boland y col. (2000) encontraron Bolivinoides decoratus, Osangularia
"cordieriana" y Globerigerinelloides volutos de la era Campanian-Maastrichtiense, en la Formación
Yunguilla al norte de Calacalí (UTM: 777000/1001200). Jaillard y col. (2004) informaron sobre la
ammonida Exiteloceras sp. y Phylloceras (Nophylloceras) sp., que indica una edad de Campanian
tardío a Maastrichtiano temprano, al oeste del pueblo de Sicalpa (UTM: 73950/98064). Los mismos
autores informan sobre la foraminífera Pseudoguembelina excolata de la era de Campania tardía a
la de Maastrichtiense, desde lutitas intercaladas con calciturbiditas de la Formación Yunguilla, al
oeste de la aldea de San Juan (74200/981980). Savoyat y col. (1970) informan sobre la fauna de
foraminíferos del río Alambi, que, según estos autores, indica una edad del Paleoceno para la
Formación Yunguilla. Sin embargo, estas rocas sedimentarias se superponen conforme a la
Formación Silante, y contienen una proporción modal significativa de material derivado volcánico,
y por lo tanto es probable que no formen parte de la Formación Yunguilla. En nuestra opinión, estas
rocas sedimentarias son correlacionables con la Formación Pilaló del Ecuador central (ver Formación
Pilaló). En conclusión, la Formación Yunguilla tiene una edad de Campania tardía a Maastrichtiense
muy limitada.
La facies Tandapi (sensu Kehrer y van der Kaaden, 1979) es una secuencia volcánica primaria dentro
de la Formación Silante, que comprende andesitas, conglomerados volcánicos y brechas volcánicas.
Hughes y Bermúdez (1997) interpretaron las brechas volcánicas y los conglomerados con una matriz
tobafosa expuesta en el camino Alóag - Santo Domingo, como peperitas, producidas por la intrusión
de rocas andesíticas en sedimentos húmedos. Litológicamente, las rocas volcánicas de las facies
Tandapi son andesitas porfiríticas, con fenocristales de plagioclasa, piroxenos y hornblende. La
facies Tandapi está claramente más evolucionada geoquímicamente que las rocas volcánicas de las
Formaciones del Cretácico Tardío, Mulaute y Pilatón. La ausencia de estructuras de almohadas y el
metamorfismo del fondo marino en la secuencia sugieren fuertemente un ambiente terrestre. A lo
largo del tramo de carretera Nono - Tandayapa (Fig. 2.17), las rocas volcánicas Tandapi incluyen
lavas basálticas de grano fino, que tienen una textura intergranular, petrográficamente similar a la
Unidad Macuchi. En esta sección, las lutitas rojas y los conglomerados volcánicos de la Formación
Silante se superponen a las rocas volcánicas Tandapi, que corroboran la presencia de xenolitos de
tipo Silante en las lavas de las volcánicas Tandapi. Las instrucciones consistentes de orientación
juvenil hacia el este hacia las facies Tandapi a lo largo del camino Nono Tandayapa indican que las
rocas volcánicas Tandapi son más jóvenes que la secuencia sedimentaria local de la Formación
Silante en esta sección (Fig. 2.18). También se observan volcanes Tandapi que contienen xenolitos
rojos más al norte, en el tramo de carretera Yunguilla - El Golan (UTM: 771381/10003937). En el
tramo de carretera Otavalo - Selva Alegre, las facies volcánicas Tandapi se encuentran en la parte
media de la secuencia, mientras que en la carretera Alóag –Santo Domingo, las rocas volcánicas
primarias se encuentran en la base de la secuencia Silante (Egüez, 1986). Por lo tanto, sugerimos
que las volcánicas Tandapi son las facies volcánicas de la Formación Silante. Henderson (1979)
estima un espesor máximo de la Formación Silante en el rango de 5400 m en el tramo de carretera
Nono - Calacalí. Sin embargo, el verdadero grosor de esta formación es difícil de determinar debido
al plegamiento de las rocas.
Relaciones estratigráficas. La formación Silante solo se encuentra en contacto tectónico con rocas
máficas, rocas cristalinas del sótano y la mayor parte de la secuencia de la cubierta sedimentaria. La
naturaleza del contacto con la Formación Yunguilla es controvertida ya que varios autores han
propuesto que la Formación Silante se superpone a la Formación Yunguilla (por ejemplo, Hughes y
Pilatasig, 2002), mientras que otros autores informan el escenario inverso (por ejemplo, Henderson,
1979; Wallrabe-Adams , 1990). Estas diferentes interpretaciones se derivaron después de observar
afloramientos de las formaciones Yunguilla y Silante ubicadas al noroeste de Quito (área de Nono).
De acuerdo con nuestras observaciones de campo del tramo de carretera Nono - Tandayapa, las
andesitas de las facies Tandapi están cubiertas por una secuencia de calciturbiditas, cristales y lutitas
negras de la Formación Paleocene Pilaló. Geoquímica de las facies volcánicas de Tandapi. Varios
investigadores han presentado datos geoquímicos de rocas volcánicas primarias dentro de la
Formación Silante. Kehrer y van der Kaaden (1979) obtuvieron una afinidad calcino-alcalina por las
rocas de las facies Tandapi. Del mismo modo, Egüez (1986) y Cosma et al. (1998) publicaron datos
geoquímicos de andesitas de las facies volcánicas Tandapi en la carretera Alóag - Santo Domingo,
que también revelan una afinidad calc-alcalina (Fig. 2.19), con un enriquecimiento en LREE y una
anomalía negativa de Nb, lo que sugiere una continental configuración de arco volcánico. En este
estudio, obtuvimos datos isotópicos (εNd +6.88; εSr -14.7; Fig. 2.7) de una andesita de las facies
volcánicas Tandapi recolectadas en el camino Otavalo - Selva Alegre (muestra 02CV98; UTM:
780518/10032317), lo que sugiere que los magmas no estaban contaminados por la corteza
continental. Cosma y col. (1998) informaron datos isotópicos similares adquiridos de muestras de
las facies volcánicas Tandapi en el tramo de la carretera Alóag - Santo Domingo, lo que sugiere que
el arco de Silante hizo erupción a través de rocas isotópicamente juveniles.
Figura 2.19. Gráficos primitivos multielementos y REE normalizados por el manto (valores de
normalización de Sun y McDonough, 1989) de las facies volcánicas Tandapi de la Formación Silante.
Datos geoquímicos compilados de Cosma et al. (1998).
Ambiente deposicional. La presencia mixta de lutitas rojas llanas fluviales y conglomerados fluviales
con rocas volcánicas y lavas andesíticas primarias (Fig. 2.16), ocurre más comúnmente durante la
sedimentación en un ambiente continental, asociado con un arco volcánico contemporáneo. La
contribución del material de arco volcánico coeval está respaldada por la abundancia de rocas
volcánicas primarias observadas a través de la secuencia, y el hecho de que las lavas andesíticas de
las facies Tandapi parecen ocurrir en diferentes niveles dentro de la formación. Los datos isotópicos
sugieren que el arco volcánico se construyó sobre la corteza juvenil, lo que sugiere que puede haber
entrado en erupción a través de la Pallatanga Fm.
Edad y comparaciones. Boland y col. (2000) informaron la presencia de fauna de foraminíferos en
Silante Fm., Incluyendo Bulimina secaensis, Globigerina angiporoides, Globorotalia munda y un solo
espécimen de Neouvigerina chirana. Los fósiles se recolectaron de rocas sedimentarias marinas
atribuidas a la Formación Silante, al norte de Calacalí, y el ensamblaje produce una edad del Eoceno
tardío. Sin embargo, las muestras fueron recolectadas a lo largo de un contacto defectuoso entre la
Formación Silante y las rocas sedimentarias que probablemente son correlacionables con el Grupo
Eoceno Angamarca, que crece al oeste de la falla. Por lo tanto, la edad del Eoceno de Boland et al.
(2000) puede no estar relacionado con la Formación Silante. Los datos de seguimiento de fisión de
circón de tobas intercaladas en lechos rojos producen una edad de 16.8 ± 0.8 Ma (Hughes y
Bermúdez, 1997). Sin embargo, las edades de la pista de fisión de circón se restablecen parcialmente
a temperaturas> ~ 220 ° C (Tagami et al., 1998), y por lo tanto, la edad solo representa una edad
mínima de cristalización. Durante el presente estudio, obtuvimos varias edades de 40Ar / 39Ar a
partir de rocas magmáticas de la Formación Silante. Las rocas volcánicas de las facies Tandapi, en el
tramo de carretera Nono - Tandayapa, produjeron una meseta 40Ar / 39Ar edad de 65.68 ± 4.36 Ma
(2σ, masa terrestre). De manera similar, las rocas de las facies Tandapi en el tramo de carretera
Calacalí - Pacto produjeron edades de meseta de 58.1 ± 3.9 Ma (2σ, masa terrestre), 61.0 ± 1.1 Ma
(2σ, masa terrestre) y 63.96 ± 10.7 Ma (2σ, plagioclasa; ver capítulo 4) Estas edades indican que las
rocas volcánicas dentro de la Formación Silante, y por lo tanto, la formación en sí misma se depositó
durante el último Paleoceno de Maastrichtiense. De acuerdo con las litologías y edades
radiométricas de la Formación Silante, esta secuencia se correlaciona con la Formación Sacapalca
en el sur de Ecuador, que incluye flujos volcánicos andesíticos, rocas sedimentarias tuffables, lutitas
rojas, areniscas y conglomerados volcánicos. Pratt y col. (1997) y Hungerbühler (2002) describieron
la Formación Sacapalca como una secuencia volcánica no metamorfoseada, depositada en un
ambiente terrestre, que se depositó en la corteza continental. Hungerbühler y col. (2002)
obtuvieron una edad de seguimiento de fisión de circón de 66.9 ± 5.8 Ma (2σ) de un dacita al oeste
de la ciudad de Catacocha (UTM: 646051/9555116), y la secuencia es cortada por el plutón San
Lucas, que produjo un Rb / Sr (isochron) edad de 53 ± 2 Ma (Aspden et al., 1992b).
La sección del río Alambi (Fig. 2.21) alberga calciturbiditas bioturbadas, lutitas negras y tobas. Las
calciturbiditas contienen abundantes fósiles de foraminíferos, y las tobas se vuelven a trabajar y
contienen plagioclasa, piroxeno, clastos andesíticos y fragmentos de madera de hasta 4 cm de ancho
(UTM: 766049/9993478). La madera carbonizada sugiere el transporte de plantas terrestres desde
áreas continentales a la cuenca marina a través de erupciones volcánicas. Las tobas tienen
fragmentos de vidrio vesicular y típicamente incluyen clastos andesíticos oxidados rojos, similares a
las exposiciones en el área de Pilaló. La proporción de material volcánico aumenta hacia la base de
la formación (Fig. 2.21). Se pueden observar lutitas negras con intercalaciones de areniscas
volcánicas, brechas y tobas ricas en cristales que son correlacionables litológicamente con la
Formación Pilaló al sur del pueblo de Sigchos, a lo largo del camino hacia el pueblo de Chugchilán.
En esta localidad, las camas se sumergen hacia el oeste, similar a la sección del río Alambi. El espesor
de la Formación Pilaló es difícil de determinar, aunque Hughes y Bermúdez (1997) reportan un
espesor estimado de 1000 m.
Relaciones estratigráficas. La Formación Pilaló en el río Alambi se superpone a las facies volcánicas
Tandapi de la Formación Silante. (Fig. 2.18). A lo largo de la carretera Latacunga - La Maná, la
Formación Pilaló está en contacto con la Unidad Macuchi, aunque no se puede determinar la
naturaleza del contacto. Hughes y Bermúdez (1997) asumieron que el contacto coincide con la falla
Chimbo - Toachi, que estos autores consideraron una sutura entre el bloque Macuchi y el bloque
Pallatanga. Se interpreta que el contacto de la Formación Pilaló con la Piedra Caliza suprayacente
de Unacota en el tramo de carretera Latacunga - La Maná (Fig. 2.22) es conforme y se puede
observar en el río Chilcas (Hughes y Bermúdez, 1997).
Ambiente deposicional. La Formación Pilaló se depositó en una llanura de cuenca marina, según lo
determinado por la presencia de cuarzo pelágico y capas de esquisto negro. La actividad volcánica
coeval se revela por la presencia de brechas y tobas volcánicas. El arco volcánico activo
probablemente estaba situado en un entorno terrestre, como lo sugiere la presencia de clastos
oxidados y fragmentos de madera carbonizados observados en las tobas. La fuente del material
volcánico fue probablemente la facies volcánica Tandapi coeval y parcialmente continental de la
Formación Silante.
Años. Savoyat y col. (1970) recuperaron la fauna de foraminíferos de dos muestras en la sección del
río Alambi. La primera muestra produjo Rzehakina (o Sigmoilina), Globigerina sp., Haplopragmoides
sp., Tritaxia sp., Globotruncana gr. bulloides Vogler, G. gr. Arca (Cushman), G. gr. linnei (d`Orbigny),
Globigerinella sp., Guembelina sp., Rugoglobigerina cf. hantkeninoides Brönnimann). De acuerdo
con Savoyat et al. (1970), estos ensamblajes se correlacionan con el danés. Sin embargo, el conjunto
fósil puede ser más indicativo de una edad de Maastrichtiense (M. Caron, comunicación personal).
La segunda muestra en la misma sección produjo los siguientes foraminíferos: Gaudryina sp.,
Marsonella sp., Nodosaria sp.,? Pseudoparella sp., Turborotalia sp., Globogerina sp., Bolivinopsis
sp., Haplopragmoides sp., Clavulinoides sp., Globorotalia sp., Lenticulina sp., Rzehakina epigona
(Rzehak), Ceratobulimina sp., Robulus sp., Trochammina sp., Spiroplectammina sp., Verneuilina sp.
La presencia de Rzehakina epigona sugiere que la muestra puede ser del Paleoceno, porque esta
forma se conoce en los estratos Paleoceno a Eoceno temprano en el norte de Sudamérica
(Molinares y Jaramillo, 2005). Del mismo modo, en el área de Pilaló, las calizas del Eoceno de la
Formación Unacota se superponen a la Formación Pilaló, corroborando una edad del Paleoceno
para la Formación Pilaló, posiblemente extendiéndose al Eoceno temprano.
Egüez y Bourgois (1986) obtuvieron una edad de plagioclasa K / Ar (roca completa) de 24 ± 1.2 Ma
de una andesita fírica de plagioclasa, que interfiere con la Formación Pilaló en el área de Pilaló, lo
que representa una edad mínima para la Formación Pilaló. Wallrabe-Adams (1990) obtuvo una edad
de roca completa K / Ar de 52.7 ± 2.9 Ma de una andesita observada en la base de la Formación
Pilaló en el río Alambi, que puede representar una edad de cristalización, aunque también puede
restablecerse parcialmente.
Fig. 2.22. Stratigraphic column of the Latacunga - La Maná section. CTSZ = Chimbo Toachi Shear
Zone.
En el presente estudio, un stock andesítico encontrado entre las aldeas de Sigchos y Chugchilán
(UTM: 733589/9919408) arrojó una meseta 40Ar / 39Ar edad de 34.81 ± 1.35 Ma (2σ, hornblende),
que también puede considerarse como una edad mínima para esta formación De una andesita
intercalada con rocas sedimentarias marinas de la Formación Pilaló, obtuvimos una meseta 40Ar /
39Ar edad de 64.3 ± 0.4 Ma (2σ, piroxeno), que puede aproximarse a la edad de depósito de la
Formación Pilaló. Esta edad es indistinguible con nuestras edades de 40Ar / 39Ar (~ 65 Ma)
obtenidas de andesitas y andesitas basálticas de las facies volcánicas Tandapi de la Formación
Silante, que directamente conforman rocas sedimentarias de la Formación Pilaló, al oeste de la
aldea de Nono (ver capítulo 4) . Por lo tanto, la evidencia indica que la Formación Pilaló es más
probable que sea del Paleoceno temprano al Eoceno temprano.
Formación Saquisilí
Trabajo previo. Hughes y Bermúdez (1997) definieron por primera vez la Formación Saquisilí basada
en edades del Paleoceno obtenidas de lechos de turbidita en el área de Saquisilí. Trabajadores
anteriores correlacionaron estas rocas sedimentarias con la Formación de Yunguilla del Cretácico
Tardío, similar a la de la litología (véase, por ejemplo, Baldock, 1982). Jaillard y col. (2004)
informaron turbiditas del Paleoceno desde el tramo de la carretera Riobamba a Guaranda, que son
temporalmente correlacionables con la Formación Saquisilí. Los mismos autores también incluyeron
en los conglomerados del miembro de Gallo Rumi en la Formación Saquisilí, que interpretaron como
parte del mismo sistema de ventilador turbidita.
Figura 2.25. Características sedimentarias y litológicas del Grupo Angamarca en la parte central de
la Cordillera Occidental. A) turbiditas de lecho medio de la Saquisilí Fm, incluidas las estructuras de
carga con base y parte superior afiladas (UTM: 738259/9821523). B) turbiditas de lecho delgado de
la Apagua Fm. Intrusionado por un alféizar andesítico a lo largo de la carretera Apagua - Angamarca
(UTM: 731437/9882254). C) Conglomerados de lecho grueso de la Rumi Cruz Fm. en el tramo
carretera Apagua - Angamarca. Estos conglomerados se interpretan como depósitos delta del
abanico.
Unacota Formación
Trabajo anterior. Faucher y col. (1971) y Echeverría (1977) describieron las calizas de la Formación
Unacota en afloramientos a lo largo de la carretera Latacunga - La Maná, cerca del pueblo de
Unacota. Anteriormente, las calizas fueron utilizadas para producir cemento por Cementos
Cotopaxi. Egüez (1986) obtuvo una edad del Eoceno para la piedra caliza de Unacota y observó que
la Formación Eguace de Apagua se superpone a la Formación Unacota.
Ocurrencia. La Formación Unacota está expuesta al oeste del pueblo de Apagua, en la carretera La
Maná - Latacunga (UTM: 728252/9891115), y la sección Río Chilcas (UTM: 728571/9895034). Se
observan rocas calcáreas litológicamente similares en la Quebrada Tenefuerte (UTM: 7152/99020),
donde las calizas se presentan como bloques en la parte superior de la Unidad Macuchi.
Litología y espesor. La Formación Unacota es una secuencia de calizas micríticas y esparíticas,
expuestas como lentes discontinuas o bloques cubiertos por turbiditas y rocas sedimentarias
pelágicas de la Formación Apagua. Al este de Zumbagua (UTM: 728252/9891115), las calizas son en
su mayoría bioclásticas, incluidas las bioesparitas y los biolitos, que muestran camas variables con
espesores de unos pocos centímetros a metros. La fauna reportada incluye los foraminíferos
Nummulites, Amphistegina sp., Sphaerogypsina sp., Helicolepidina (Bristow y Hoffstetter, 1977) y
briozoos. Hughes y Bermúdez (1997) informaron morfologías típicas de montículos de algas o
arrecifes, así como esteras de algas de tipo estromatolito. La piedra caliza Unacota tiene un espesor
variable, con un máximo de 80 m.
Relaciones estratigráficas. Existe un contacto estratigráfico conformable entre la piedra caliza
Unacota y la formación de Apagua suprayacente. El adelgazamiento progresivo de los lechos de
piedra caliza y la intercalación de turbiditas de lecho delgado que se vuelven más gruesas hacia
arriba, define la transición. El contacto se puede observar en el río Chilcas (UTM: 728/9895) y al
oeste de Zumbagua (UTM: 728252/9891115). Al oeste de Pilaló, la piedra caliza de Tenefuerte se
considera equivalente a la piedra caliza de Unacota, y recubre las rocas volcánicas de la Unidad
Macuchi, aunque la naturaleza del contacto es difícil de establecer debido a la abundante
vegetación.
Ambiente deposicional. Echeverría (1977) y Egüez (1986) indican que la piedra caliza Unacota fue
depositada en un ambiente reefal. Sugerimos que las calizas Unacota se depositaran en una rampa
de carbonato, corroborando la falta de corales y la gran abundancia de foraminíferos y briozoos
bentónicos. La transición a las turbiditas superpuestas de aguas profundas de la Formación Apagua
indica que el sistema de carbonato de Unacota se ahogó antes de la deposición de la Formación
turbidítica de Apagua. Este evento puede estar relacionado con un aumento en el nivel del mar o
un hundimiento tectónico durante el Eoceno tardío.
Años. Se ha recogido abundante fauna de algas y foraminíferos en la Formación Unacota (por
ejemplo, Bristow y Hoffstetter, 1977; Egüez, 1986), que incluyen: Discocyclina barkeri,
Sphaerogypsino, Amphistegina sp., Nummulites sp, Globorotalia, Discocyclina marginata. Los
conjuntos de foraminíferos indican una edad del Eoceno medio a tardío.
Formación Apagua
Trabajo previo. La Formación Apagua fue establecida por Egüez y Bourgeois (1986) como una serie
de turbiditas expuestas cerca del pueblo de Apagua. Autores anteriores incluyeron erróneamente
esta secuencia dentro de la Formación Yunguilla (por ejemplo, Faucher y Savoyat, 1973; Henderson,
1979), debido a las facies turbidíticas comunes.
Ocurrencia. La extensión real de la Formación Apagua todavía es poco conocida debido a su
similitud litológica con la Formación Yunguilla. La sección tipo se encuentra cerca del pueblo de
Apagua a lo largo de la carretera La Maná - Latacunga (UTM: 729476/9891834). Hay afloramientos
más aislados en Huayrapungu, y debajo del cono del estratovolcán de Quilotoa (Hughes y Bermúdez,
1997). La Formación Apagua también está expuesta a lo largo de la carretera Guaranda - Riobamba
y al suroeste del Valle de Pallatanga, a lo largo del Río Chimbo. Hughes y Bermúdez (1997) también
incluyeron lutitas negras, areniscas de grano medio con tobas intercaladas, que están expuestas a
lo largo del camino de Sigchos a Chugchilán, en la Formación Apagua. En nuestra opinión, estas rocas
no pertenecen a la Formación Apagua, ya que albergan un contenido volcanoclástico significativo,
que contrasta con la Formación Apagua en la localidad tipo, que es rica en cuarzo y minerales
metamórficos. Por lo tanto, correlacionamos las exposiciones en el área de Sigchos con la Formación
Pilaló.
Litología y espesor. La Formación Apagua consiste en areniscas de grano medio, limolitas y lutitas
de color gris oscuro, y lutitas limosas silícicas depositadas dentro de una facies turbidítica. Las
areniscas son típicamente feldespáticas y contienen abundantes cuarzos y micas, y se clasifican
como litharenitas y sublitharenitas feldespáticas. Los óxidos de hierro se observan frecuentemente
en la matriz. Los umbrales y las existencias de composición andesítica se observan a través de la
Formación Apagua (Fig. 2.25), y están bien expuestos a lo largo del camino de Apagua a Angamarca
(UTM: 0732482/9880205). Al sur del valle de Pallatanga, las tobas de flujo de cenizas se intercalan
dentro de la Formación Apagua (UTM: 7172/97627).
Relaciones estratigráficas. La Formación Apagua está conformada por la piedra caliza Unacota, y es
de transición con la Formación Rumi Cruz suprayacente (Fig. 2.22), a lo largo de la carretera
Latacunga - La Maná. En el valle de Pallatanga, la Formación Apagua se superpone
conformablemente a rocas volcánicas y sedimentarias de la Unidad Macuchi (Fig. 2.26); sin
embargo, la Formación Apagua se superpone conforme a la Formación Saquisilí, sin la Formación
Unacota, a lo largo de la carretera Riobamba - Guaranda.
Ambiente deposicional. La Formación Apagua representa la parte proximal a medial de un
ventilador turbidítico submarino, que se obtuvo de una fuente metamórfica y granítica. Una fuente
volcánica coeval es evidente por el abundante material volcánico encontrado dentro de la
secuencia.
Años. La fauna foraminiferal de la Formación Apagua indica una edad del Eoceno medio (Egüez,
1986; Wilkinson, 1997). En el área de Cumanda, la Formación Apagua contiene flujos de cenizas
intercalados dentro de los lechos turbidíticos. Dunkley y Gaibor (1997) fecharon las tobas y
obtuvieron una edad de seguimiento de fisión de circón de 37.8 ± 3.5 Ma, que es consistente con la
edad paleontológica. Aunque la edad de la pista de fisión también puede ser una edad de reinicio.
Figura 2.26. Columna estratigráfica del contacto entre la Unidad Macuchi. y el Apagua Fm. sur de la
ciudad de Pallatanga, (UTM: 0721613/9769283).
Formación El Laurel
Trabajo previo. Van Thournout (1991) introdujo la Unidad El Laurel y la describió como una serie de
areniscas de grano fino, que recubren las calizas expuestas en la parte norte de la Cordillera
Occidental. En este estudio, la Unidad El Laurel se redefine como una formación, que se incluye en
el Grupo Angamarca, en base a similitudes de análisis petrográfico y de procedencia.
Ocurrencia. La Formación El Laurel está restringida a la parte norte de la Cordillera Occidental, cerca
de la frontera con Colombia. La localidad tipo se encuentra en el pueblo de El Laurel (UTM:
827956/10092519) y a lo largo del camino de Maldonado a los pueblos de Tufiño. También se
pueden observar buenos afloramientos en la cantera de Hualchan, al noreste de La Carolina (UTM:
772459/10031242).
Litología y espesor. La Formación El Laurel incluye lutitas de capa fina, negras y grises intercaladas
por areniscas de grano fino. Las camas individuales no son más gruesas de 5 cm. En el área de
Hualchan, las calizas ricas en material bioclástico, incluidos corales, gasterópodos y bivalvos, se
superponen a las areniscas de grano fino. El espesor total es difícil de estimar debido a las fallas
intensas, aunque Van Thournout sugiere que no excede los 1800 m.
Relaciones estratigráficas. La Formación El Laurel ocurre dentro de cortes con fallas, que están
separados de otras formaciones por fallas de tendencia NNE. La Formación San Juan de Lachas, se
superpone inconforme a la Formación El Laurel, al oeste del pueblo de La Carolina (UTM:
804226/10083100).
Ambiente deposicional. Se depositaron rocas sedimentarias de la Formación El Laurel en la parte
distal de un abanico submarino.
Años. La edad de la formación El Laurel se basa en datos de foraminíferos del miembro de piedra
caliza, que ocurre en la parte superior de la formación. Los fósiles incluyen Asterosomalina, Ramena,
Asilina Subpamiri, Lepidociclina Undosa, Lithotamnium s.l. (Van Thournout, 1991). La presencia de
Lepidociclina (Eulepidina) Undosa sugiere que la parte superior de la formación El Laurel puede
extenderse al oligoceno inferior y, por lo tanto, puede ser coeval con la formación Rumi Cruz.
Figura 2.27. Características litológicas de la Unidad Macuchi. A) Contacto estratigráfico entre rocas
volcánicas de la Unidad Macuchi (derecha) y turbiditas de Apagua Fm (izquierda) en la carretera
Pallatanga - Bucay (UTM: 721613/9766370). Tenga en cuenta que la inmersión de las camas es
similar en ambas formaciones. B) Turbiditas de la Unidad Macuchi. (Turbiditas Las Juntas) en la
carretera Alóag - Santo Domingo (UTM: 728072/9965008). C) Lavas basálticas de la Unidad Macuchi
expuestas en el río Toachi (UTM: 0717347/9967521).
Aguirre y Atherton (1987) sugirieron que la Unidad Macuchi está estratigráficamente recubierta por
rocas sedimentarias volcanoclásticas de la Formación Paleocene Pilaló, lo que implica un Paleoceno
o una edad más avanzada para la Unidad Macuchi, a lo largo del camino Latacunga - La Maná. Sin
embargo, en la misma sección del camino, las rocas volcánicas de la Unidad Macuchi están cubiertas
por las calizas de Tenefuerte, que posiblemente sean un equivalente lateral de la piedra caliza de
Unacota del Eoceno medio. Por lo tanto, dos secuencias volcánicas submarinas litológicamente
similares, una de la edad del Paleoceno y la otra de la edad del Eoceno, se conservan en el tramo de
la carretera Latacunga - La Maná, y ambas se mapean como la Unidad Macuchi.
Se puede observar un contacto estratigráfico entre rocas volcánicas de la Unidad Macuchi y
turbiditas con cuarzo de la Formación Apagua, en el Valle de Pallatanga, cerca del pueblo de Las
Rocas (Fig. 2.28) (UTM: 0721613/9769283). En este sitio, la Unidad Macuchi está compuesta de
andesitas basálticas con tobas intercaladas, que tienen la misma caída que la Formación de Apagua
suprayacente. Además, Dunkley y Gaibor (1997) informan una edad de seguimiento de fisión de
37.8 ± 3.5 Ma para la Formación Apagua, cerca de su contacto con la Unidad Macuchi.
Figura 2.28. Sección este-oeste que cruza el valle de Pallatanga al norte de Bucay, mostrando el
contacto estratigráfico entre las formaciones Macuchi y Apagua. Una falla inversa separa este
bloque de los basaltos del Pallatanga Fm. Modificado de Lebrat et al. (1985)
Anteriormente, Egüez (1986) y Aguirre y Atherton (1987) llegaron a una conclusión similar, que
sirvió de modelo para las investigaciones de Hughes y Pilatasig (2002) y Kerr et al. (2002a), quienes
concluyeron que el arco volcánico de Macuchi era alóctono a la placa sudamericana. Sin embargo,
las restricciones espaciales y cronoestratigráficas obligan a la necesidad de reordenamientos
estructurales complicados postacrecionales, si sus hipótesis son precisas. Chiaradia y Fontboté
(2001) mostraron que la Unidad Macuchi está enriquecida con plomo radiogénico (alto 206Pb /
204Pb), lo que sugiere la asimilación de una fuente enriquecida con 206Pb, que, según los autores,
probablemente era una meseta oceánica.
Además, la presencia de circones detríticos con edades cámbricas (véase el capítulo 3) dentro de la
Unidad Macuchi sugiere que el arco volcánico se formó adyacente al margen de la Placa
Sudamericana. Por lo tanto, sugerimos que las rocas volcánicas de la Unidad Macuchi entraron en
erupción a través de las rocas derivadas de la capa de manto del Pallatanga Fm., Que ya se habían
acumulado en la Placa Sudamericana. Las variadas afinidades geoquímicas diferentes (es decir,
calco-alcalinas y tholeiitic) de las rocas volcánicas de la Unidad Macuchi, sugieren que el sótano al
Arco Macuchi era heterogéneo.
Años. Egüez (1986) describe la intercalación de rocas sedimentarias dentro de andesitas y tobas de
la Unidad Macuchi en La Unión del Toachi (UTM: 727823/9964642). Los foraminíferos incluyen:
Eusyringium fistuligerum, Giraffospyris didiceros, Lychnocanoma cf. bandica y Dictyopora cf. ánfora,
que indica una edad del Eoceno tardío. El mismo autor también obtuvo edades de K / Ar que van
desde ~ 42–36 Ma de intrusiones andesíticas de alto nivel a lo largo del tramo de carretera
Latacunga - La Maná. Spikings y col. (2005) proporcionaron una edad de pista de fisión de circón de
baja precisión de ~ 67.5 ± 10.7 (1σ) Ma de una andesita basáltica, al este de la ciudad de Alluriquín
(UTM: 724073/9965044).
Tabla 2.1 Edades reportadas de la Unidad Macuchi.
En el presente estudio, obtuvimos una plagioclasa 40Ar / 39Ar edad de 42.62 ± 1.3 Ma (2σ) de un
flujo de lava andesítica en el tramo de la carretera Alóag Santo Domingo (UTM: 724880/9964662).
La edad representa la edad mínima de un espectro de edad en forma de silla de montar, lo que
implica que es una edad máxima de plagioclasa 40Ar / 39Ar. De manera similar, se obtuvo una edad
de meseta de 40Ar / 39Ar (masa terrestre) de 35.12 ± 1.66 Ma (2σ) Ma a partir de un flujo de lava
andesítica expuesta cerca de la ciudad de Lita (UTM: 783857/95572). Estos datos, cuando se
combinan con las relaciones estratigráficas con las formaciones superpuestas de Unacota y Apagua,
sugieren que la Unidad Macuchi entró en erupción durante el Eoceno temprano y tardío. Con
respecto a las posiciones estratigráficas con la Formación Pilaleo Paleoceno a lo largo del tramo de
carretera Latacunga - La Maná (Fig. 2.22), y considerando el rango de edad joven de la edad de la
pista de fisión de circón indicada por Spikings et al. (2005), se puede sugerir una edad del Paleoceno
para los términos basales de la Unidad Macuchi. Las edades reportadas de la Unidad Macuchi se
resumen en la tabla 2.1.
Ocurrencia. La Unidad Naranjal está restringida a la parte norte de la Cordillera Occidental y puede
extenderse a las tierras bajas costeras. La sección tipo de la Unidad Naranjal está expuesta en el
pueblo de Salto de Tigre (UTM: 7213/100260) a lo largo del río Guayllabamba. Boland y col. (2000)
correlacionaron las exposiciones en el río Guayllabamba con rocas volcánicas expuestas a lo largo
del camino Salinas - Lita, al oeste del pueblo de Cachaco (UTM: 784106/10095939). Sin embargo,
existen diferencias geoquímicas y de edad significativas entre estos dos lugares (ver más adelante).
Kerr y col. (2002a) indican que el arco de Naranjal puede correlacionarse temporal y
geoquímicamente con el arco de Campanica Ricaurte de Colombia, que produce edades
bioestratigráficas y firmas geoquímicas similares.
Litología La Unidad Naranjal, definida por Boland et al. (2000), se compone de una secuencia de
almohadas basálticas lavas (Fig. 2.30) y andesitas con rocas sedimentarias intercaladas. Los basaltos
son afíricos con microlitos de plagioclasa, piroxeno y olivina, y están expuestos principalmente en el
área del río Guayllabamba (exposiciones del suroeste). Las andesitas tienen texturas porfiríticas con
fenocristales de plagioclasa y piroxeno en una matriz de microlitos de plagioclasa, vidrio y opacos.
Las rocas andesíticas están expuestas principalmente en el tramo de carretera Ibarra - Lita. Las
almohadas lavas en el río Guayllabamba están fuertemente oxidadas e intercaladas con brechas
volcánicas y lutitas. Se reporta fauna radiolariana en las lutitas (Boland et al., 2000).
Relaciones estratigráficas. La Unidad Naranjal está en contacto defectuoso con la mayoría de las
formaciones en la Cordillera Occidental. La Formación Tortugo Eoceno se superpone inconforme a
los basaltos de almohada de la Unidad Naranjal en la sección del río Guayllabamba. Boland y col.
(2000) indican que la Unidad Naranjal está cubierta por turbiditas Campanianas de la Unidad
Colorado.
Geoquímica y ambiente deposicional. Boland et al. Presentaron análisis geoquímicos de rocas
enteras de la Unidad Naranjal. (2000) y Kerr et al. (2002a), que mostró que las andesitas y los
basaltos se formaron tanto en la meseta oceánica como en los entornos de arco volcánico (Fig.
2.31A). Las rocas que estallaron sobre un penacho de manto oceánico producen patrones planos
típicos, característicos de una fuente influenciada por el penacho (Kerr et al. 2003), mientras que
las rocas con afinidades de arco volcánico poseen una anomalía de Nb negativa y distintiva, y se
enriquecen en los LREE con (La / Yb) N ratios> 2 (Kerr et al., 2002a). Las rocas de arco se trazan tanto
en los campos tholeiitic como calc-alcalino en el diagrama discriminatorio Zr vs. Ti de Pearce y Cann
(1973) (figura 2.31B). Una muestra de la sección del río Guayllabamba (muestra M5-773, Boland et
al., 2000) se enriquece en MgO (~ 8%) y se agota en LREE, similar a las rocas boniníticas descritas en
la Formación La Portada. Las rocas que producen afinidad por la meseta oceánica están
geográficamente restringidas al borde suroeste de la Unidad de Naranjal mapeada (Fig. 2.32).
Años. Boland y col. (2000) reportaron fauna radiolariana en lutitas intercaladas en lavas de
almohada de afinidad de arco insular (Boland et al., 2000; Kerr et al., 2002a) ubicadas en la parte
suroeste de la secuencia, cerca del río Guayllabamba. La fauna radiolariana recuperada incluye:
Amhipyndax pseudoconulus, Amhipyndax tylotus, Archaeodictyomitra lamellicostata, Dictyomitra
formosa, Dictyomitra kozlovae y Xitus grandis, que sugieren una edad de Campania tardía. La Unidad
de Naranjal mapeada probablemente incluye dos unidades litotectónicas claramente diferentes: a)
una meseta oceánica posiblemente más antigua que el Campanian tardío, yb) un arco de islas del
Cretácico tardío. Estas unidades litotectónicas pueden correlacionarse tentativamente con la
formación de Conlacian Pallatanga y los basaltos del arco de la isla del Grupo Cretácico Tardío
Tardío, respectivamente, lo que sugiere fuertemente que tanto los Bloques de Pallatanga como el
de Naranjal pueden tener la misma secuencia del sótano de la meseta oceánica, y que su arco de la
isla del Cretácico Tardío secuencias formadas en la misma zona de subducción.
Figura 2.31. A) Parcelas primitivas normalizadas multielementales y condrita REE normalizadas (Sun
y McDonough, 1989) parcelas de la Unidad Naranjal, que muestran las rocas volcánicas con
afinidades de arco y meseta oceánica. Datos geoquímicos compilados de Hughes y Pilatasig (2002)
y Chiaradia y Fontboté (2001). B) Gráficos tectónicos discriminatorios de las muestras de la Unidad
Naranjal (Pearce y Cann, 1973). Datos compilados de Kerr et al. (2002a) y Boland et al. (2000)
Figura 2.32. Distribución de afinidades geoquímicas conocidas de muestras volcánicas de las
unidades Naranjal y Macuchi dentro de la parte norte de la Cordillera Occidental. Datos geoquímicos
compilados de Boland et al. (2000)
Figura 2.33. Columnas estratigráficas de las principales secciones estudiadas en el presente trabajo.
CAPÍTULO 3: ANÁLISIS DE PROCEDENCIA
Este capítulo presenta los resultados de un estudio de análisis de procedencia, que utiliza determinaciones
de ensamblaje de minerales pesados (HM), análisis geoquímicos de cristales individuales y datación de circón
detrital utilizando el método del espectrómetro de masas de plasma acoplado inductivamente (LA ICPMS).
El objetivo de esta investigación es determinar la naturaleza (es decir, la configuración tectónica) y la edad
de las regiones de origen de las formaciones sedimentarias y volcánicas acumuladas antes y después. El
análisis de procedencia ayuda a dilucidar posibles cambios en las regiones fuente sedimentarias, que pueden
estar relacionadas con la colisión de bloques alóctonos contra la placa sudamericana. Estos métodos también
nos permiten establecer correlaciones estratigráficas entre las formaciones sedimentarias diseccionadas
estructuralmente de la Cordillera Occidental. Los resultados del análisis de procedencia se obtuvieron de
turbiditas de las formaciones Cretáceo Tardío y Pilatón, Formación Yunguilla Maastrichtiense, Grupo
Paleoceno a Eoceno Angamarca y el arco continental. rocas de la Formación Silante, que colectivamente se
superponen a la Formación Pallatanga. Para comparar con los clinopiroxenos detríticos, también se analizó
la geoquímica del clinopiroxeno de un solo grano de las posibles rocas de origen volcánico. La ubicación de
la muestra, la litología y los datos estratigráficos se presentan en el apéndice, y sus ubicaciones, con respecto
a los bloques de fallas locales, se pueden ver en la Fig. 3.1.
Los conjuntos de minerales pesados son indicadores sensibles de la procedencia sedimentaria, que se utilizan
junto con la datación radiométrica mineral geoquímica y detrítica, es un poderoso indicador de procedencia
de rocas clásticas (por ejemplo, Morton, 1985; Nechaev e Ishpording, 1993; Acquafreda et al. 1997), y
también como evidencia de correlaciones estratigráficas dentro de estratos sedimentarios monótonos. Los
minerales pesados se definen aquí como granos minerales del tamaño de arena, con una densidad igual y
superior a 2.9. Este grupo de minerales tiene muchas ventajas sobre los minerales ligeros, ya que los
minerales pesados incluyen un espectro más amplio de silicatos, sulfatos (por ejemplo, barita), sulfuros (por
ejemplo, pirita), óxidos (por ejemplo, espinela) y fosfatos (por ejemplo, apatita) que los minerales ligeros en
la arena. fracción de tamaño, que normalmente está dominada por cuarzo, feldespatos y minerales calcáreos
(Dill, 1998).
Las determinaciones de minerales pesados en las areniscas son indicadores útiles de los cambios en la fuente,
que en el contexto geodinámico de la Cordillera Occidental, pueden ayudar a distinguir entre las secuencias
de rocas preacrónicas y posteriores a la acumulación y, por lo tanto, limitan el momento de la acumulación
de bloques alóctonos en los márgenes continentales, si Se puede determinar la edad de las secuencias de
rock. Esta sección presenta una descripción general de los conjuntos de minerales pesados más comunes y
las fuentes de rocas asociadas. Los granos de circón, turmalina y rutilo (ZTR) son generalmente translúcidos
y comúnmente ocurren con minerales de brookita, anatasa y titanita (ensamblaje BRANTI) en los detritos
erosivos de los terrenos graníticos a dioríticos.
Fig.3.1. Localizacion de las provincias analizadas
Su presencia puede estar correlacionada con la corteza continental poco profunda (a menudo con cobertura
sedimentaria) en el área de origen. Del mismo modo, la "madurez" mineralógica de los conjuntos de
minerales pesados de areniscas se define cuantitativamente por un índice propuesto de circonita-turmalina-
rutilo (ZTR) (Hubert, 1962). El índice ZTR es el porcentaje de los granos combinados de circón, turmalina y
rutilo entre los minerales pesados detríticos transparentes, no micáceos. Debido a su alta estabilidad
mecánica y química, el circón, la turmalina y el rutilo se concentran con cuarzo más fragmentos de roca de
cuarzo y metarticita a medida que las areniscas se vuelven progresivamente más cuarzosas.
Los minerales metamórficos comunes incluyen, en orden de grado metamórfico creciente, pumpellyita
(grado bajo), epidota, clinozoisita, zoisita, cloritoide (grado medio) y anfíboles, cianita, silimanita y estaurolita
(grado alto). El granate puede derivarse de rocas fuente metamórficas de grado medio y alto, dependiendo
de la mineralogía del protolito. Un ensamblaje metamórfico puede indicar que la región fuente estaba
compuesta de corteza continental, si los minerales ZTR la acompañan. Los filosilicatos que incluyen
muscovita, biotita y clorito también son indicativos de una fuente granítica y / o metamórfica; sin embargo,
su concentración es altamente impredecible, ya que depende del comportamiento hidrodinámico de los
granos. Por lo tanto, los minerales micáceos solo se estiman cualitativamente. Los minerales metamórficos,
como el grupo epidota (epidota, clinozoisita, zoisita), pueden derivarse de una región fuente compuesta de
rocas ígneas básicas alteradas hidrotérmicamente y / o metamorfoseadas, cuando están asociadas con un
conjunto de piroxenos.
Los clinopiroxenos (diopsido-augita), ortopiroxenos y hornblende verde-marrón son abundantes en las suites
de minerales pesados derivados de una fuente volcánica (por ejemplo, Nechaev e Ishpording, 1993), y la
presencia de hipereseno también puede indicar la presencia de granitos y sienitas. El diópsido puede ser
indicativo de basaltos alcalinos, andesitas y algunas rocas subalcalinas, pero también se documenta su
presencia en rocas metamórficas regionales y de contacto con alto contenido de Ca (skarns). Las rocas de la
Cordillera Oriental representan el margen continental del Cretácico tardío de Ecuador (ver Capítulo 1). La
cordillera está compuesta de rocas metamórficas y graníticas de edades más antiguas que el Cretácico
temprano. Por lo tanto, el tiempo más temprano de llegada de minerales derivados metamórficos y / o
graníticos a los bloques alóctonos puede usarse para estimar su tiempo de acreción contra el margen
continental. Por el contrario, la ausencia de estas asociaciones de minerales pesados dentro de las rocas
sedimentarias de los bloques alóctonos puede indicar que todavía estaban aisladas del aporte detrital
continental. Sin embargo, los minerales pesados no deben usarse como evidencia absoluta para reconstruir
los cambios en la fuente, y deben combinarse con otros datos geológicos (por ejemplo, geoquímica de un
solo grano, facies sedimentarias, etc.).
3.2.2 Resultados
En este estudio se analizaron cientos de areniscas de grano fino a medio. Un tercio de las muestras, que eran
principalmente turbiditas volcanoclásticas de las formaciones Mulaute, Pilatón y Natividad, o no contenían
un número suficiente de granos minerales pesados, o los granos minerales pesados se produjeron por
alteración secundaria. Los resultados del análisis de minerales pesados se presentan en diagramas de barras,
que muestran la composición de minerales pesados de muestras individuales. Los procedimientos analíticos
se indican en el apéndice 3. 3.2.2.1 Formación Pilatón Las muestras analizadas en la Formación Pilatón
corresponden a areniscas turbidíticas de grano medio, recogidas en la carretera Alóag-Santo Domingo
(muestras 02CV131, 00RS25) y los tramos Ibarra - Lita (muestra 02CV72). Las muestras recolectadas a lo largo
del camino Calacalí - Pacto no produjeron minerales pesados porque las areniscas estaban fuertemente
silicificadas y erosionadas. Los conjuntos de minerales pesados de ambas secciones tienen composiciones
similares de minerales pesados (Fig. 3.2). Estos conjuntos están dominados por clinopiroxenos (98%), con
pequeñas cantidades de cromo espinela (<1%). Esta asociación indica fuertemente una fuente volcánica
basáltica para la Formación Pilatón; sin minerales derivados de rocas metamórficas o los típicos de la corteza
continental rica en granitoides.
Fig. 3.2: Ensambles de minerales pesados de formaciones Pilatón, Mulaute y Sanguangal.
La Muestra 02CV62 es una arenisca turbidítica de grano medio, recolectada en la carretera Calacalí - Pacto
Fig. 3.1), cerca del contacto con la Formación Pilatón suprayacente. Los ensamblajes HM (Fig. 3.2) incluyen
piroxenos (~ 86%), espinela de cromo (11%) y pequeñas cantidades de epidota (4%). La muestra 00RS24 se
recolectó en la carretera Alóag - Santo Domingo, al oeste de la Esperie Batholith (Fig. 3.1). La mayoría de los
HM de esta muestra (82%) pertenecen al grupo epidota (epidota, clinozoicita), que se interpretan como
autigénicos y pueden derivarse del metamorfismo hidrotérmico de las rocas sedimentarias de la Formación
Mulaute. El piroxeno se presenta como un componente menor (<15%). Similar a la Formación Pilatón, los
datos de HM indican que las turbiditas de la Formación Mulauta se derivaron de una fuente volcánica
basáltica.
Para comparar, analizamos una muestra de la Formación Yunguilla (muestra WW3311) en el área de Cumbe,
al sur del área estudiada. En esta localidad, la Formación Yunguilla comprende más de 1.5 km de estratos
adyacentes a la Cordillera Oriental y está superpuesta de manera inconformista por la Formación Paleocene
Sacapalca (Pratt et al., 1997). Los minerales pesados albergan un conjunto ZTR significativo (82%), con
pequeñas cantidades de brookita, anatasa y titanita (~ 5%). El granate y la epidota representan ~ 13% (Fig.
3.2). Este conjunto sugiere que el material detrítico de la cuenca de Yunguilla que actualmente está expuesto
en el sur de Ecuador se deriva predominantemente de la erosión de rocas graníticas y / o rocas metamórficas
en la Cordillera Oriental.
La muestra 02CV37 es de una arenita de cuarzo de grano fino, que se intercala en una secuencia de lutitas
rojas que están expuestas a lo largo del camino Quito - Chiriboga (Fig. 3.1). La muestra 03CV268 es arenisca
fluvial laminada y de grano grueso, ubicada a lo largo de la carretera Calacalí - Pacto. Las muestras 02CV136,
00RS28 y 02CV56 (Fig. 3.1) son areniscas de grano medio de la Formación Silante recolectadas a lo largo de
la carretera Alóag - Santo Domingo. Las muestras 02CV136 y 00RS28 se recolectaron en el borde oriental de
la sucesión de Silante, interpretadas como el flanco oriental de un amplio sinclinal, cerca del contacto con la
cubierta volcánica cuaternaria suprayacente. No existe una variación significativa dentro de los conjuntos de
minerales pesados (Fig. 3.4). Los HM están dominados por cantidades variables de hornblende marrón (25-
90%) y augita diopsídica (1095%), y pequeñas cantidades de turmalina y epidota (<4%). La muestra 02CV136
incluye cristales euédricos aciculares de circón (<2%) de supuesto origen volcánico. En todas las muestras, la
epidota y el granate solo se presentan en pequeñas cantidades (<2%). La presencia de hornblende marrón
de posible origen volcánico, junto con clinopiroxenos y circones euédricos, indica una fuente volcánica
andesítica coeval.
Fig. 3.4: Ensambles de minerales pesados de las formaciones Silante, Pilaló y Macuchi (turbidita Las Juntas).
La muestra 00RS14 es una arenisca de grano medio recolectada a lo largo de la carretera Latacunga - La
Maná, cerca del contacto tectónico con rocas volcánicas de la Unidad Macuchi (Fig. 3.1). El ensamblaje HM
de esta muestra es pobre (Fig. 3.4) porque incluye pocos cristales de circones euédricos y aciculares, con
pequeñas cantidades de minerales de alteración (por ejemplo, pompellyita, clorita). La presencia de circones
euédricos aciculares de posible origen volcánico puede indicar que la arenisca representa material tobaceado
reelaborado, lo que también es sugerido por fragmentos de vidrio observados en la sección delgada de la
arenisca analizada. La muestra 02CV11 se recolectó de un nivel superior de la Formación Pilaló y también
alberga una pequeña cantidad de minerales pesados, que incluyen brookita, piroxeno, apatita diagenética y
clorito. El número de minerales pesados recuperados de esta muestra fue demasiado pequeño para
representar en la Figura 3.3. Sin embargo, la asociación puede indicar una fuente de roca volcánica. El
ensamblaje HM de una muestra de arenisca en la sección del río Alambi (muestra 03CV309; Fig. 3.1) incluye
apatita y pocos cristales de circón euédrico. Similar a la muestra 00RS14, la asociación HM de esta muestra,
muy probablemente refleja el material tobafoso reelaborado transportado a la cuenca de Pilaló.
La muestra 02CV33 es una arenisca de grano medio recolectada de un corte tectónico en la sección de la
carretera Quito - Chiriboga, que anteriormente se mapeó como Formación Yunguilla (ver BGSCODIGEM
Western Cordillera Map, 0 ° - 1 ° S). Sin embargo, los conjuntos de minerales pesados (Fig. 3.4) están
compuestos exclusivamente por augites diopsídicos, lo que indica que los sedimentos posiblemente se
derivaron de una fuente volcánica. Además, Hughes y Bermúdez (1997) informaron de areniscas que
contienen clastos de limolitas rojas, una característica que se observa con frecuencia en la Formación Pilaló
en otros lugares.
La muestra 00RS34 es una arenisca de grano medio, ubicada en un bloque delimitado por fallas mapeado
como la Formación Yunguilla en la carretera Calacalí - Pacto (Fig. 3.1). Los minerales pesados asociados
consisten en anfíboles (50%), piroxenos (46%) y muy pocos circones euédricos (1%), que indican una roca
volcánica de origen predominantemente andesítico. Este resultado es completamente diferente de las
muestras previamente descritas de la Formación Yunguilla, que se tomaron muestras de la misma sección
(muestras 00RS33 y 02CV51) y, por lo tanto, la muestra se asignó a la Formación Pilaló, interpretación que
también es compatible con los datos geoquímicos de grano único. (vea abajo).
La muestra 02CV223 proviene de un bloque de fallas, que previamente se asignó a la Formación Yunguilla
(por ejemplo, McCourt et al., 1997) en la carretera Guaranda - Riobamba (Fig. 3.1). La muestra se recolectó
en una zona tectonizada cerca de la falla de Pallatanga, en contacto con la Formación Miocene Cizarán.
Jaillard y col. (2004) informaron una edad del Paleoceno para las rocas que ocurren en este sitio, lo que
sugiere que no están relacionadas con la Formación Yunguilla de Campania tardía a Maastrichtiense. El
ensamblaje HM de la muestra 02CV223 (Fig. 3.4) está dominado por augitas diopsídicas (98%), con pequeñas
cantidades de apatita y epidota (<2%). Estos conjuntos indican que esta muestra se deriva de una fuente
volcánica.
La muestra 00RS38 es una arenisca de grano medio, recolectada al suroeste de la ciudad de San Miguel de
Los Bancos (Fig. 3.1). La composición mineral pesada está dominada en gran parte por cristales translúcidos
de piroxeno (> 98%) y minerales de alteración secundaria (Fig. 3.2), como clorito y pumpellyita, que están
presentes en cantidades muy pequeñas (<2%). La muestra 00RS39 proviene de una arenisca de grano grueso
en el río Cocaniguas, al suroeste de la muestra 00RS38. Las relaciones de campo indican que esta muestra
pertenece a la parte más baja de la sucesión de la Formación Saguangal. Los ensamblajes HM están
compuestos de piroxeno (92%), hornblende marrón (~ 7%) y algunos granos de epidota (<1%). Se tomaron
otras dos muestras (03CV137 y 03CV139) cerca de la aldea de Saguangal. El circón es el componente principal
(68%) en la muestra 03CV137, algunos de los cuales son redondeados, lo que indica que pueden haber sido
reelaborados varias veces. Sin embargo, algunos circones también son euédricos, lo que sugiere que pueden
derivarse de la actividad volcánica coeval (ver las edades de circón LA-ICPMS presentadas más adelante en
este capítulo). Los granos de turmalina representan menos del 10%, mientras que el piroxeno y el hornblende
ocurren en aproximadamente el 23% del conjunto total. La muestra 03CV139 se tomó de un nivel superior
en la sucesión estratigráfica, muy cerca de la zona de corte de Mulaute mapeada. La muestra contiene ~ 55%
de cloritoide, a expensas de circón, piroxeno y hornblende. La presencia de cloritoide no refleja la
composición de las rocas fuente; en su lugar, sugerimos que se formó durante el metamorfismo de bajo a
mediano grado de la Formación Saguangal, que posiblemente se relacionó con la actividad a lo largo de la
zona de corte de Mulaute.
Formación Saquisilí
Se recogieron muestras de la Formación Saquisilí en la localidad tipo cerca del pueblo de Saquisilí, y a lo largo
de la carretera de Riobamba a Guaranda. En la localidad tipo, la formación también ocurre como bloques
métricos dentro de la Melange Pujilí. El análisis HM de turbiditas de grano fino en el área de Saquisilí
(muestras 00RS32 y 02CV26), contiene minerales ZTR que oscilan entre el 15 y el 45% del ensamblaje total.
Los minerales derivados metamórficos, que incluyen granate (incoloro), epidota y cloritoide, representan ~
45% (Fig. 3.5), mientras que el piroxeno y el hornblende son menos abundantes (10 - 35%). Otras cuatro
muestras (03CV203, 03CV204, 03CV215, 02CV47) fueron recolectadas a diferentes niveles estratigráficos
dentro de la formación en la sección Riobamba - Guaranda. La muestra 03CV203 se recolectó cerca del
contacto con la Formación Yunguilla subyacente, mientras que la muestra 02CV47 es de la parte superior de
la sucesión. Además, determinamos el contenido de HM de la matriz de dos conglomerados (02CV124,
02CV125) del miembro Gallo Rumi de la Formación Saquisilí, expuesto a lo largo del tramo de la carretera
Riobamba - Guaranda (Fig. 3.1). Los conjuntos HM (Fig. 3.5) en todas las muestras están dominados por los
minerales del grupo ZTR (52-70%), mientras que los minerales BRANTI (brookita, anatasa y titanita)
representan el 4%, y los minerales metamórficos, incluidos el granate y la epidota, comprenden ~ 40% del
total de ensamblajes HM (Fig. 3.5). El análisis geoquímico en granate (ver más abajo) indica que puede
derivarse de rocas metamórficas. El piroxeno y el hornblende son de menor importancia (5-18%). La
presencia de cromo espinela (~ 8%) sugiere que una fuente máfica a ultramáfica puede contribuir al detrito
de la Formación Saquisilí.
Formación Apagua
La Apagua Fm. fue muestreada a lo largo del tramo vial Latacunga - La Maná. Las muestras 02CV17, 02CV18,
00RS13 y 03CV254 se recolectaron en diferentes niveles dentro de la Formación Apagua, con la muestra
02CV17 en la base de la sucesión, cerca del contacto estratigráfico con la Formación Unacota subyacente,
mientras que la muestra 03CV254 se recogió debajo del contacto con el suprayacente. Formación Rumi Cruz
(Fig. 3.1). Los ensamblajes de HM están dominados por minerales de ZTR y BRANTI (Fig. 3.5), con un aumento
ascendente en estos minerales del grupo del 50 al 80%, mientras que las cantidades de pirenoxeno,
hornblende y espinela de cromo disminuyen del 30 al 10%. La muestra 00RS7 se recolectó en el valle de
Chimbo, al sur de la aldea de Pallatanga (Fig. 3.1) a partir de una secuencia ascendente de turbiditas, que se
extiende estratigráficamente sobre las rocas volcánicas de la Unidad Macuchi. El ensamblaje HM en la
muestra 00RS7 tiene una composición similar a las muestras recogidas más al norte. Los minerales ZTR son
los componentes principales (56%), con el cloritoide representando el 10% del conjunto HM, mientras que el
piroxeno, el hornblende y la espinela de cromo son el 34%.
La muestra 00RS3 es una arenisca turbidítica de grano medio, recolectada en la carretera Cuenca - La Troncal
(Fig. 3.1).
Los ensamblajes de HM están dominados por minerales derivados del volcán (75%), que incluyen piroxeno
translúcido (augita diopsídica), hornblende marrón y espinela de cromo. Los minerales pesados derivados de
una fuente granítica, incluidos los circones redondeados y euédricos, representan el 22%, mientras que los
minerales derivados de una fuente metamórfica representan menos del 3% del conjunto total.
La Formación Rumi Cruz (muestras 03CV250, 03CV251, 02CV24, 00RS12) expuestas a lo largo de la carretera
Apagua - Angamarca produce un ensamblaje HM que indica un aumento en la entrada de minerales ZTR
(92%), en comparación con la Formación Apagua subyacente ( Fig. 3.5). Los porcentajes modales de material
derivado metamórfico y minerales del grupo BRANTI son menos importantes, con un máximo de ~ 4% del
conjunto total. También se observaron pocos cristales de piroxeno y hornblende en los ensamblajes HM,
aunque su abundancia representa menos del 2%. La muestra 03CV240 se recolectó de una porción limitada
de falla de lutitas rojas con areniscas intercaladas de grano medio, yuxtapuestas contra la Formación Saquisilí,
expuestas en la carretera Riobamba - Chimbo (Fig. 3.1). La muestra analizada es una arenisca de grano medio,
intercalada en una secuencia dominada por lutita roja. Los ensamblajes HM de esta muestra incluyen epidota
y clinozoicita (87%), circón (11%), mientras que el granate representa menos del 1% del ensamblaje HM total
Formación El Laurel
Se obtuvieron muestras de la Formación El Laurel de una cantera en el área de Hualchán, al norte de la aldea
de La Carolina. Dos areniscas de grano fino (02CV76 y 02CV77), que están cubiertas por calizas masivas de
lumaquela de una posible edad del Eoceno tardío al Oligoceno (Boland et al. 2000), producen grandes
porcentajes modales de minerales ZTR (55-82%; Fig. 3.5) , mientras que los minerales derivados
metamórficos corresponden al 18-28% del ensamblaje total e incluyen granate, epidota y cloritoide. Los
minerales BRANTI representan menos del 10% del conjunto total de HM.
Analizamos los conjuntos de minerales pesados de una secuencia turbidítica del Eoceno tardío, ubicada en
La Unión del Toachi (muestra 03CV197) en la carretera Alóag - Santo Domingo (Fig. 3.1). Las turbiditas están
intercaladas por andesitas masivas de la Unidad Macuchi. Los conjuntos de minerales pesados (Fig. 3.4)
incluyen clinopiroxenos (95%), con epidota menor y hornblende (5%), lo que sugiere que la región fuente
estaba dominada por rocas volcánicas.
Las composiciones de clinopiroxenos varían de acuerdo con la química de sus lavas huésped (Nisbet y Pearce,
1977; Schweitzer et al., 1979; Leterrier et al., 1982), porque la composición de clinopiroxeno está
directamente relacionada con el tipo de magma y, por lo tanto, el entorno tectónico (Le Bas, 1962; Nisbet y
Pearce, 1977; Leterrier et al., 1982; Beccaluva et al., 1989). De acuerdo con Beccaluva et al. (1989), la
variabilidad de la composición del clinopiroxeno se relaciona principalmente con las diferencias en la química
general de los magmas básicos del huésped, y solo se debe en parte al fraccionamiento magmático y / o las
condiciones físicas de cristalización.
En los siguientes párrafos se presenta la composición geoquímica de las posibles áreas fuente de las rocas
sedimentarias que se han estudiado en esta tesis, que se ha comparado con los datos geoquímicos obtenidos
de clinopiroxenos recuperados de las formaciones sedimentarias. Todas las muestras fueron sometidas a
diversos grados de alteración hidrotermal del suelo oceánico en condiciones de facies de esquisto verde bajo
a intermedio (por ejemplo, Aguirre y Atherton, 1987); sin embargo, los clinopiroxenos analizados son frescos
sin signos de alteración.
Leterrier y col. (1982) propusieron un conjunto de diagramas discriminatorios tectónicos que se basan en la
composición química de las rocas volcánicas recientes que estallaron en varios entornos tectónicos. Su
discriminación propuesta también se ha aplicado con éxito a los basaltos altamente alterados, donde los
minerales más frescos son clinopiroxenos (por ejemplo, Krawinkel et al., 1999). Estos diagramas comparan
los átomos por unidad de fórmula (apfu) de elementos principales dentro de los granos individuales de
clinopiroxeno. El siguiente procedimiento de Leterrier et al. (1982) se utilizó en este estudio:
(1) Inicialmente, Ca + Na vs. Ti se usa para distinguir entre los basaltos alcalinos y los basaltos subalcalinos
(tholeiitic y con afinidad calc-alcalina). Su hipótesis se basa en la observación de que los clinopiroxenos de
los basaltos alcalinos son ricos en Ca, Al y Ti, pero pobres en Si, con respecto a los clinopiroxenos de las
toliitas. Los basaltos alcalinos del volcanismo intraplaca oceánico o continental están enriquecidos en Na y Ti
y agotados en Si, con respecto a los basaltos, que entran en erupción por encima de una zona de subducción.
(2) Una segunda comparación de Ca con Ti + Cr, discrimina entre basaltos formados en zonas de subducción
y basaltos formados en márgenes divergentes o configuraciones intraplaca. Los basaltos asociados con las
zonas de subducción (islas de arco de isla, basaltos calcoalcalinos y shoshoníticos) se agotan en Cr y Ti con
respecto a los basaltos, que entran en erupción en entornos tectónicos dispersos (crestas oceánicas, cuencas
de arco posterior, grietas continentales, islas oceánicas).
(3) Finalmente, Al vs. Ti distingue entre magmas tholeiitic y calc-alcalino. Kushiro (1960) y Le Bas (1962)
mostraron que el contenido de Al de los piroxenos cálcicos (augita y diópsido) aumenta con la disminución
de la concentración de SiO2 en el magma. Además, determinamos las composiciones de elementos traza,
incluidas las composiciones de elementos de tierras raras (REE) de los clinopiroxenos detríticos. Las
composiciones de trazas y elementos de tierras raras de rocas volcánicas son ampliamente diagnósticas del
entorno tectónico en el que se formaron (por ejemplo, Rollinson, 1993). Por ejemplo, un enriquecimiento en
LREE (en relación con HREE) se encuentra regularmente en rocas formadas en zonas de subducción, mientras
que el agotamiento de LREE y los patrones REE planos son más indicativos de rocas volcánicas relacionadas
con el tipo MORB y las plumas volcánicas.
Para determinar la composición de los magmas parentales de clinopiroxeno, se calcularon las composiciones
REE de fundidos en equilibrio con estos minerales utilizando coeficientes de partición derivados
experimentalmente para los clinopiroxenos que cristalizan en rocas basálticas (Hart y Dunn, 1993). La
composición REE del magma padre proporciona información importante sobre el entorno tectónico en el que
se formó la roca fuente. Otro parámetro discriminatorio importante utilizado en este estudio es el número
de magnesio (XMg), [= Mg / (Mg + Fetot)], que puede usarse como un indicador de diferenciación de rocas
volcánicas (por ejemplo, Roddaz et al. 2002, Pinto et al. 2004). Además, comparamos los valores de XMg con
la concentración de Al de clinopiroxenos, que es un indicador robusto del grado de diferenciación de las rocas
volcánicas que contienen clinopiroxeno.
Fig 3.6. Composición de clinopiroxenos (Morimoto, 1988) del sótano volcánico y la cubierta sedimentaria
del Bloque Pallatanga.
3.3.2 Resultados
Todos los clinopiroxenos analizados fueron ópticamente homogéneos, y múltiples análisis de granos
individuales indican que son químicamente homogéneos y carecen de zonificación. Con base en estas
observaciones, se utilizaron análisis geoquímicos de clinopiroxenos detríticos recuperados de areniscas de
unidades sedimentarias de la Cordillera Occidental para determinar las afinidades magmáticas de las
regiones de roca fuente. Los datos geoquímicos de todos los clinopiroxenos analizados en este estudio
indican que corresponden a clinopiroxenos cálcicos con composiciones diopsídicas a augiticas, como se indica
en el diagrama clásico de wollastonita (Wo) - enstatita (En) - ferrosilita (Fs) (Fig. 3.6; Morimoto, 1989 ) Para
comparar las diferentes fuentes de clinopiroxenos detríticos, primero describimos la geoquímica de un solo
grano de los clinopiroxenos separados directamente de las rocas volcánicas primarias, y luego continuamos
presentando la geoquímica de un solo grano de los granos detríticos. En el apéndice se presenta la
geoquímica de elementos principales y trazas de granos individuales.
Fig. 3.7: Diagramas discriminatorios (Leterrier et al., 1982) para clinopiroxenos de las formaciones de
Pallatanga y Rio Cala.
Los clinopiroxenos de una andesita basáltica de la Formación de Rio Cala (muestra 02CV104) caen en el
campo de los basaltos tholeiitic o calc-alcalinos en el diagrama discriminatorio de Ca + Na vs. Ti (Fig. 3.7),
como es típico para valores relativamente bajos de Ti (<0.02 apfu) en rocas subalcalinas. La fusión calculada
de la Formación Rio Cala (02CV104) muestra un fuerte enriquecimiento en LREE, con una relación La / Yb de
~ 11.6. Esta muestra tiene enriquecimientos REE anormalmente altos, lo que se explicó como producido por
la contaminación con una fuente enriquecida con LREE, posiblemente una meseta oceánica (Allibon et al.,
2005). Se obtuvieron resultados similares con toda la geoquímica REE de roca (ver capítulo 2). Sin embargo,
la naturaleza primitiva de la Formación Rio Cala es evidente por los altos valores de XMg (0.83-0.93), que son
los XMg más altos de todas las muestras analizadas (Fig. 3.8). La geoquímica del clinopiroxeno de la
Formación Rio Cala (Fig. 3.9) está en línea con la geoquímica de rocas enteras y los datos isotópicos
presentados en el capítulo 2, que también indican un arco de isla intraoceánica para la Formación Rio Cala.
Fig. 3.8. Concentraciones de Número de Magnesio (XMg) vs. Al de clinopiroxenos recuperados en
formaciones sedimentarias y volcánicas de la Cordillera Occidental. De este gráfico es posible observar una
disminución general de XMg de rocas primitivas del Grupo Pallatanga y Río Cala hacia las rocas volcánicas
más evolucionadas del Grupo Silante, Pilaló, Angamarca y parte de la Unidad Macuchi
Los clinopiroxanos extraídos de turbiditas de lecho grueso de la Formación Pilatón (muestras CV131 y CV172)
producen concentraciones bajas de Ti (<0.02 apfu) y Cr, lo que indica que la roca huésped del clinopiroxeno
se formó en un ajuste de la zona de subducción (Fig. 3.10), y una comparación de Al y Ti sugiere que tenía
una afinidad tholeiitic. La naturaleza primitiva de la fuente también es obvia a partir de los altos valores de
XMg de 0,85 a 0,95 (Fig. 3.8), que corrobora la alta abundancia de Al (~ 0.15 apfu).
Figura 3.10. Diagramas discriminatorios (Leterrier et al., 1982) para clinopiroxenos de las formaciones
Pilatón, Mulaute y Saguangal
Formación Silante
Formación Pilaló
Los clinopiroxenos detríticos analizados se separaron de una arenisca volcánica (muestra 02CV223), dentro
de una zona tectonizada de la Formación Pilaló, cerca del contacto con la Formación Cizarán (Fig. 3.1), y una
arenisca de grano medio (muestra 00RS34) dentro una falla limitada de la formación Pilaló en la carretera
Calacalí Pacto. La muestra 03CV172 forma parte de un bloque defectuoso de la Formación Pilaló al este del
pueblo de Nono. Los clinopiroxenos se separaron de una andesita intercalada con sedimentos marinos.
Utilizando los criterios discriminatorios de Leterrier et al. (1982), los clinopiroxenos se derivaron de una
fuente volcánica subalcalina, aunque una comparación de Al y Ti no distingue entre una composición calco-
alcalina o tholeiitic para estas muestras (Fig. 3.11). Sin embargo, los bajos números de Al y magnesio (0,62 a
0,65) sugieren que las regiones fuente estaban compuestas de rocas fraccionadas, que generalmente
soportan una afinidad alcalino-calcificada.
Figura 3.12. Diagramas discriminatorios para clinopiroxenos detríticos (Leterrier et al., 1982) del Grupo
Angamarca
Formación saguangal
Los clinopiroxenos detríticos extraídos de una arenisca de grano grueso (muestra 00RS39), que forma parte
de la sucesión más occidental de Saguangal (Fig. 3.1), se encuentran dentro del campo de arco alcalino-cal
de Leterrier et al. 1982 (figura 3.10). La naturaleza evolucionada de la fuente también es evidente a partir de
valores bajos de Al (~ 0.08 apfu) y XMg (0.67-0.73) (Fig. 3.8), así como la presencia de hornblende en el
conjunto de minerales pesados (Fig. 3.2). La masa fundida de equilibrio calculada tiene una abundancia REE
que es aproximadamente cien veces mayor que la de los valores de condrita, y una relación (La / Yb) N de ~
2.3 (Fig. 3.9).
Grupo Angamarca
Formación Saquisilí
Los clinopiroxenos detríticos recuperados del conglomerado Gallo Rumi miembro de la Formación Saquisilí
(02CV124; Fig. 3.1), producen una abundancia de Ti muy baja (<0.02 apfu; Fig 3.12), que de acuerdo con los
diagramas discriminatorios de Leterrier et al. (1982) indican un entorno relacionado con la subducción (Fig.
3.12). Una comparación de Al y Ti sugiere que las rocas fuente tenían un geoquímico calcalino (figura 3.12),
y los valores de XMg de los clinopiroxenos oscilan entre 0.76 y 0.8 (figura 3.9), lo que se superpone al rango
obtenido de los clinopiroxenos de la Formación Silante.
Formación Apagua
Los clinopiroxenos detríticos de turbiditas de Las Juntas se caracterizan por bajos contenidos de Ti. En el Ca
+ Na vs. Ti se trazan en el campo definido para una fuente subalcalina (tholeiitic o calc-alcalina), como lo
indican las bajas concentraciones de Ti (<0.02 apfu). El diagrama discriminatorio de Ca vs. Ti + Cr indica que
la fuente volcánica de los clinopiroxenos se formó en un arco volcánico relacionado con la subducción (Fig.
3.11). En el diagrama Al vs. Ti, los clinopiroxenos se agrupan en el campo calcalcalino. La naturaleza
evolucionada de la fuente es evidente en los patrones REE normalizados de condrita, con la fusión calculada
en equilibrio con los clinopiroxenos enriquecidos hasta 90 veces los valores condríticos, y los valores de XMg
de clinopiroxeno entre 0,75 y 0,8 (figura 3.8).
Los elementos principales de la geoquímica de los granates de las areniscas turbidíticas en la formación
Saquisilí (muestra 02CV47) se caracterizan por un alto contenido de almandina (61-77%) y bajo contenido de
K (grosularita <9%) , lo que indica una composición de granate de alto pirope. Los tipos de alto piropo indican
la derivación de terrenos metamórficos de facies de granulita de alto grado que comprenden
metasedimentos y / o charnockitas (Sabeen et al., 2002). Alternativamente, el predominio de los granates
bajos en Ca también puede indicar el reciclaje de areniscas más antiguas que fueron sometidas a una fase de
diagénesis que eliminó los granates altos en Ca menos estables (Morton, 1991).
3.4.1 Resultados
Hemos fechado con el método ICPMS de ablación láser U / Pb (LA-ICPMS), circones detríticos de la Formación
Yunguilla y Saguangal. Los resultados se presentan como diagramas e histogramas de Concordia. Los cálculos
de edad y el trazado se realizaron con ISOPLOT (Ludwig, 2001). Los resultados se presentan en diagramas
Concordia 207Pb / 235U vs. 206Pb / 238U. Además, se analizaron circones extraídos de una piedra arenisca
volcánica de la Unidad Macuchi para determinar la edad de las rocas fuente. Estos zircones fueron analizados
por Mark Fanning, utilizando una micro sonda de iones SHRIMP disponible en la Universidad Nacional de
Australia en Canberra. Las edades de detrito U / Pb circón se agrupan dentro de las poblaciones, que tienen
edades similares y pueden compartir una fuente común. Los procedimientos analíticos y los resultados
individuales de U / Pb se indican en el apéndice.
Figura 3.13. Diagramas de Concordia e histograma de frecuencia para LA-ICPMS U / Pb datación circónica
detrítica de la Formación Yunguilla (muestra 00RS33).
Analizamos la edad de 27 circones detríticos, de una muestra de la Formación de Yunguilla, que se recolectó
en la carretera Calacalí - Pacto (muestra 00RS33), utilizando el método de datación por ablación láser ICPMS
U / Pb (Fig. 3.13 ) Los resultados se representan en diagramas de Concordia, junto con el histograma de
población por edad (Fig. 3.13). La mayoría de los puntos de datos son concordantes o se trazan cerca de la
línea Concordia.
Las edades obtenidas dan información importante sobre la edad de las rocas fuente de la Formación Yunguilla
(Fig. 3.13). Las edades del circón se pueden subdividir en 5 poblaciones. La población A1 oscila entre 69-100
Ma. Dentro de esta población, los tres circones más jóvenes arrojaron una edad media ponderada de 72,4 ±
6,4 Ma (2σ), que se puede correlacionar con la edad bioestratigráfica informada para la Formación Yunguilla
(Jaillard et al., 2004), lo que sugiere la presencia de una fuente volcánica coeval. . Además, la población B1
contiene circonitas de 384-639 Ma, población C1: 755–978 Ma, población D1: 1112–1318 Ma y población E1:
1789–1867 Ma. Un solo circón produjo una edad de 2642 Ma, que es la más antigua registrada para esta
muestra.
Las edades de circón detrital de LA-ICPMS de la Formación Saguangal se pueden dividir en cinco poblaciones
de edades distintivas. La población A2 (56-86 Ma) consiste en granos de Campania a Paleoceno. La mayoría
de estos granos son euédricos debido al escaso transporte, lo que puede indicar que se derivaron de una
fuente volcánica coeval. Se calculó una edad ponderada a partir de las circonitas más jóvenes que arrojaron
una edad de 58.8 ± 8.9 Ma. Esta edad puede aproximarse a la edad estratigráfica, que se estima en Paleoceno,
como el Sanguangal Fm. está superpuesto a la Formación Mulaute Campanian - Maastrichtiense, y a su vez
está cubierto por la Formación Eocene Tortugo. Las edades de circón de la población B2 oscilan entre 229-
478 Ma, la población C1 567-881 Ma, la población D2 10171151 Ma y la población E2 tienen las circonitas
más antiguas con edades de 1563 a 1914 Ma
Cinco granos de circón detríticos recuperados de una arenisca volcánica (muestra 02CV08) de la Unidad
Macuchi fueron fechados con el método U / Pb SHRIMP. La muestra analizada fue recolectada en el tramo
vial Latacunga - La Maná (UTM: 716283/9902024). Los granos de circón son cristales redondeados, lo que
posiblemente indica un reciclaje múltiple. Las edades de cristalización obtenidas (Fig. 3.15) oscilan entre
538.9 ± 5.8 y 589.9 ± 7.4 (1σ). Estas edades son muy diferentes a las edades bioestratigráficas y radiométricas
obtenidas para la Unidad Macuchi en otros lugares, lo que indica una edad del Eoceno (por ejemplo, Egüez,
1986; Hughes y Pilatasig, 2002). Por lo tanto, las edades de circón Precámbrico - Cámbrico representan la
entrada detrital de fuentes más antiguas a la Unidad de Macuchi, muy probablemente ubicada en el Cratón
de América del Sur.
Figura 3.15. Diagrama de concordia de Tera-Wasserburg para la datación de U-Pb SHRIMP (circón) de
circones detríticos dentro de la Unidad Macuchi (muestra 02CV08).
3.5 INTERPRETACIÓN
Los datos de minerales pesados en las Formaciones Pilatón, Mulaute y Natividad de la era de Campania a
Maastrichtiense indican que estas formaciones provenían principalmente de un arco volcánico (Tabla 3.1).
Estas formaciones sedimentarias no recibieron material derivado continental durante la deposición, lo que
indica un claro origen pre-acumulativo, lo que sugiere que estas formaciones se depositaron lejos del
continente.
La geoquímica de grano único de los piroxenos detríticos indica una fuente primitiva de arco volcánico para
el Grupo Rio Cala. Esto se evidencia por el muy bajo Ti típico de las rocas formadas en una zona de subducción,
así como por las bajas concentraciones de LREE en la masa fundida calculada a partir de la cristalización de
los clinopiroxeno. Las bajas composiciones de REE son típicas de rocas primitivas de arco de isla, formadas
en una afinidad de arco de isla intraoceánica. La presencia de pumpellyita, epidota y clorita indica un
metamorfismo submarino de bajo grado que afecta a las rocas del Grupo Rio Cala. Este tipo de metamorfismo
ocurre por la interacción entre rocas volcánicas y agua de mar bajo un gradiente térmico moderado a alto
(Aguirre y Atherton, 1987), que también es consistente con un arco de isla intraoceánico.
Tabla 3.1. Resumen de los datos de minerales pesados. ZTR = circón, turmalina y rutilo. BRANTI = brookita,
anatasa y titanita.
En las ocurrencias comprobadas de la Formación Yunguilla indica que esta formación claramente tenía una
fuente continental granítica y metamórfica, y posiblemente la Formación Yunguilla recibió material detrítico
derivado de la reelaboración de formaciones sedimentarias más antiguas, como Se evidencia por los
abundantes circones redondeados que se encuentran en los conjuntos de minerales pesados. Esto también
se confirma por la datación con circón ICPMS de ablación láser de grano único, que indica que la formación
Yunguilla contiene material detrítico derivado de provincias cratónicas graníticas o metamórficas más
antiguas.
La Formación Yunguilla tiene una edad similar a las rocas del Grupo Rio Cala. Sin embargo, la procedencia y,
por lo tanto, el entorno tectónico son completamente diferentes. El Grupo Rio Cala se formó en un arco de
isla intraoceánica, mientras que la Formación Yunguilla probablemente se depositó cerca del cratón
sudamericano, como lo indican los datos de minerales pesados y la datación de circón U / Pb LA-ICPMS (ver
discusión más abajo). Otro soporte para esta conclusión proviene de la posición tectónica, la Formación
Yunguilla se encuentra principalmente en rodajas tectónicas ubicadas al este de la Formación alóctona
Pallatanga, en el sur de Ecuador, se superpone inconformistamente a las rocas metamórficas de la Cordillera
Oriental.
Los ensamblajes HM de areniscas en la Formación Silante son diagnósticos para una fuente volcánica. Sin
embargo, para discriminar bien esta formación de otros edificios volcánicos, en particular se requiere una
comparación con el Grupo Rio Cala. La geoquímica de un solo grano en los clinopiroxenos indica que los
sedimentos se obtuvieron principalmente de una unidad volcánica proximal con una afinidad alcalina-
calcárea, que se formó en una zona de subducción. La geoquímica de los clinopiroxenos detríticos de la
Formación Silante está más evolucionada que los sedimentos subyacentes y las rocas volcánicas del Grupo
Rio Cala; El ambiente deposicional también es muy diferente. El Grupo Rio Cala se depositó en un entorno
de aguas profundas, mientras que la Formación Silante se formó en un sistema continental, lo que apunta a
una importante reorganización tectónica del margen que ocurre antes de la deposición de la Formación
Silante. Este evento coincidió con la acumulación del Bloque de Pallatanga contra el continente, que pudo
haber producido un salto hacia el oeste de la zona de subducción y el inicio de la subducción hacia el este
debajo de las unidades de meseta oceánica de Pallatanga ya acumuladas (ver capítulo cinco)
El análisis de procedencia de la Formación Pilaló indica que esta formación se deriva principalmente de una
fuente volcánica activa. Esto se indica por la abundancia de minerales derivados de volcanes (por ejemplo,
piroxenos, circones euédricos, apatitas volcánicas). Los minerales derivados de una fuente metamórfica o
granítica no se observaron en los ensamblajes HM. Las relaciones de campo indican que esta formación se
depositó encima de la Formación Silante. La presencia de clastos de tipo Silante en las brechas de la
Formación Pilaló, así como la geoquímica de los clinopiroxenos detríticos, sugiere que la fuente volcánica de
la Formación Pilaló fue el arco volcánico continental de la Formación Silante. De manera similar, los análisis
geoquímicos en granos detríticos de la Formación Saguangal indican que esta formación se derivó
parcialmente de una fuente andesítica de afinidad alcalino-calcificada, que es consistente con un origen del
arco volcánico Silante. Sin embargo, el análisis de procedencia en la parte superior de la Formación Saguangal
muestra un cambio importante en la fuente, los conjuntos de minerales pesados están dominados por granos
detríticos derivados de una fuente granítica y metamórfica. La datación con circón U-Pb LA-ICPMS produjo
diferentes poblaciones de edad, desde precámbrico hasta paleoceno. Las diferentes poblaciones de edad de
circón pueden correlacionarse con diferentes fuentes en la Cordillera Oriental y el cratón de América del Sur
(ver más abajo), que contienen cinturones litotectónicos de edades paleozoicas y precámbricas (Litherland
et al., 1985).
A partir de circones detríticos se calculó una edad máxima de 58.8 ± 8.9 (2σ) Ma para la parte superior de la
Formación Saguangal. Esta edad es una buena aproximación a la edad estratigráfica, e indica que la
Formación Saguangal fue depositada coevaliosamente con las últimas Formaciones Maastrichtiense a
Paleoceno Pilaló y Silante. Los datos presentados implican que durante el Paleoceno, la meseta de Pallatanga
y el arco de la isla supuesta de Río Cala ya estaban acrecentados en el margen continental. La Formación
Saguangal suprayacente recibió material derivado del margen paleocontinental, así como de un arco
volcánico coeval (el arco continental de Silante). El arco volcánico se estableció poco después de la
acumulación del Bloque Pallatanga. (~ 7 Ma).
El análisis de minerales pesados de la Formación Paleocene Saquisilí indica que esta formación se obtuvo
principalmente de una fuente granítica y metamórfica. El análisis modal del marco de arenisca (Jaillard et al.,
2004) sugiere una procedencia de un orógeno reciclado donde las rocas sedimentarias y volcánicas estaban
en proceso de levantamiento y erosión. Los minerales pesados también registran un aumento progresivo de
minerales ZTR derivados de una fuente granítica en la sucesión de Angamarca, lo que puede reflejar el
levantamiento y la erosión del margen continental, exponiendo la raíz de la Cordillera Oriental. El
levantamiento y la erosión de las regiones de origen pueden explicarse por la acumulación de los Bloques de
Pallatanga y la deformación sucesiva del margen continental (Spikings et al., 2001; Jaillard et al., 2004). Con
respecto al contenido detrítico, existen diferencias importantes entre las secuencias sedimentarias del
Paleoceno. Por ejemplo, la Formación Saquisilí probablemente se derivó de una fuente metamórfica,
mientras que la Formación de Pilaló coeval se derivó de una fuente volcánica. Estos datos sugieren que la
Formación Saquisilí era parte de un ventilador turbidítico formado adyacente a la Cordillera Oriental,
mientras que la Formación Pilaló se formó adyacente a un arco volcánico activo de composición alcalino-
calcárea que puede corresponder al arco volcánico Silante o Macuchi.
El análisis de procedencia en los sedimentos del Eoceno de la Formación Apagua que se encuentran
directamente sobre la Formación Unacota en la carretera La Maná - Latacunga muestra un aumento gradual
hacia arriba de minerales derivados de fuentes graníticas y metamórficas, lo cual es consistente con una
fuente en la Cordillera Oriental. Sin embargo, la presencia de cantidades importantes de minerales derivados
de los volcanes de esta formación, en particular los ubicados al sur del Valle de Pallatanga (muestra 00RS7,
00RS3) indica que una fuente volcánica estaba activa en forma de coeficiente. La ubicación cercana de un
arco volcánico también está indicada por los umbrales andesíticos frecuentes observados dentro de la
Formación Apagua. El arco probablemente era el arco volcánico de Macuchi, que estuvo activo al menos
hasta el Eoceno tardío, como es evidente a partir de la edad del Eoceno tardío obtenida para las turbiditas
de Las Juntas (Egüez, 1986). Esta interpretación también es corroborada por firmas geoquímicas similares en
clinopiroxenos de las turbiditas Las Juntas, formaciones Saquisilí y Apagua. La Formación Rumi Cruz se
superpone conforme a la Formación Apagua y representa un aumento en los minerales del grupo ZTR, lo que
indica que la raíz granítica de la Cordillera Oriental se levantó durante la deposición de la Formación Rumi
Cruz. La Formación El Laurel tiene ensamblajes HM similares a las otras formaciones dentro del Grupo
Angamarca, que provienen de una fuente granítica y metamórfica, lo que sugiere de manera similar una
derivación de la Cordillera Oriental.
Los datos de minerales pesados de areniscas turbidíticas del Eoceno tardío dentro de la Unidad Macuchi
están dominados por material derivado de una fuente volcánica. La geoquímica de grano único del
clinopiroxeno detrítico indica una fuente volcánica de composición alcalino-calcificada. Sin embargo, el
vulcanismo toliítico también está indicado en clinopiroxenos recuperados de rocas volcánicas primarias (ver
capítulo 2), lo que indica que ambos tipos de rocas volcánicas estaban comprendidas en la Unidad Macuchi
mapeada.
El Grupo Rio Cala, tal como se presentó en la sección anterior, se formó en un ambiente activo de arco de
islas intraoceánicas. La edad de Campanian a Maastrichtiense del arco de la isla está limitada por datos
bioestratigráficos de sedimentos de este grupo (por ejemplo, Natividad Fm), indica una edad de Campania a
Maastrichtiense. Del mismo modo, los volcanes de arco insular de la Formación San Lorenzo de la región
costera se han fechado en 72 Ma (Lebrat et al., 1987). Además, Luzieux et al. (2006) informaron edades de
Campania de medio y tardío para los sedimentos volcánicos de arco de la isla de la Formación Cayo. Los
circones detríticos de la Formación Yunguilla revelan al menos cinco poblaciones de diferentes edades. Los
circones más jóvenes arrojaron una edad media ponderada de 72.4 ± 6.4 Ma (2σ), presumiblemente derivada
del arco de la isla coeval de Río Cala. Esta huella en la cuenca del Yunguilla fue posible, porque el arco de Río
Cala se acercaba desde el oeste hacia el antebrazo. Los circones datan de 384–639 Ma de edades solapadas
reportadas en rocas Paleozoicas de la Cordillera Oriental. Las edades del circón de 755 a 978 se pueden
correlacionar con los cinturones geocronológicos panafricanos del interior del Craton sudamericano (por
ejemplo, Litherland et al., 1985). La población D2 (1112–1318 Ma) puede correlacionarse con la orogenia de
Sunsas fechada en 1000 Ma (Litherland et al. 1985). Un equivalente notable de tales rocas fuente se
encuentra en el sur de Colombia, donde se interpreta que el Cinturón Granulítico de Garzón representa una
extensión del Cinturón Sunsas. La edad de la población E2 (1789-1867 Ma) indica que los circones
posiblemente se derivaron del cinturón Río Negro - Juruena, descrito por Colombo et al. (1999)
La Formación Saguangal se superpone inconforme a la secuencia de arco de isla alóctona del Grupo Rio Cala.
Por lo tanto, la presencia fechada de material derivado continental dentro de la Formación Saguangal
proporciona información importante para el momento de la colisión de los bloques alóctonos. Las edades de
circón detríticas obtenidas de la Formación Saguangal se superponen parcialmente a las poblaciones de edad
de circón de la Formación Yunguilla (Fig. 3.13), lo que puede indicar fuentes similares, o alternativamente
que la Cuenca Saguangal recibió parcialmente material reciclado de la Formación Yunguilla. Similar a la
Formación Yunguilla, los circones detríticos de la Formación Saguangal pueden estar relacionados con
fuentes potenciales dentro de los cinturones de la era Paleozoica o Precámbrica en el interior del continente
sudamericano. Las edades de circón de la Formación Saguangal de la población B2 (229-478 Ma) se
superponen en parte a las edades reportadas para las rocas metamórficas paleozoicas de la división Loja y
los granitoides triásicos tipo S de la Unidad Tres Lagunas de la Cordillera Oriental del Ecuador (Litherland et
al. ., 1994). La población C2 (567-881 Ma) se correlaciona con la parte central del rango de edad de la orogenia
brasileña, que se puede correlacionar con la orogenia panafricana de 800 a 450 Ma (Machado y Gauthier,
1996), o los cinturones móviles brasileños de Litherland et al. (1985) La población D2 (1017-1151 Ma) se
superpone con la provincia de Sunsas. La población E2 (1563-1914) es la más antigua y se correlaciona en
edad con el cinturón Río Negro - Juruena del cratón amazónico (por ejemplo, Colombo et al., 1999).
Estas edades detríticas indican claramente que la Formación Saguangal se originó en terrenos más antiguos
que forman parte del Craton sudamericano. Dos escenarios pueden explicar la presencia del material
detrítico Paleozoico y Precámbrico dentro de la Formación Saguangal: (1) el material detrítico se suministró
directamente del craton, y (2) la formación Saguangal se derivó de la erosión de rocas sedimentarias y
metasedimentarias de la cordillera oriental. La primera hipótesis es altamente improbable, porque la
Cordillera Oriental ya existía y presumiblemente formó una barrera entre la cuenca del Amazonas y los
bloques alóctonos acrecentados del antebrazo (por ejemplo, Ruiz et al., 2004). Para la segunda hipótesis,
debemos considerar la naturaleza de las rocas metasedimentarias que forman la Cordillera Oriental.
Litherland y col. (1994) describieron las rocas metasedimentarias del Loja Terrane de la era Paleozoica, y
originalmente se formaron en un ambiente intracratónico, y posiblemente recibieron material erosionado
del interior del craton. Posteriormente, estas secuencias fueron metamorfoseadas por una orogenia Triásica
(Hall y Calle, 1982; Litherland et al., 1994). Por lo tanto, parece que la raíz de la Cordillera Oriental se formó
a partir de material derivado de la erosión de los cinturones litotectónicos más antiguos que forman el Craton
sudamericano, y luego en un segundo o tercer ciclo sedimentario fueron reciclados a la Formación Saguangal.
La presencia de circones detríticos de la edad cámbrica dentro de la Unidad Macuchi, sugiere fuertemente
que el arco volcánico de Macuchi se formó adyacente a una fuente granítica más antigua y más probable,
que puede correlacionarse con la Cordillera Oriental de manera similar a como se propone para las
formaciones Yunguilla y Saguangal. . Este es un argumento importante a favor del origen autóctono del arco
de Macuchi como se propone en el capítulo 2.
Se han realizado numerosos intentos para fechar el sótano ígneo de la Cordillera Occidental, aunque la
mayoría no ha logrado adquirir edades precisas debido a los bajos contenidos de K y a un alto grado de
alteración. Las pocas edades radiométricas informadas de rocas cristalinas de la Cordillera Occidental (por
ejemplo, Egüez, 1986; Wallrabe-Adams, 1990; Van Thournout et al., 1992; Boland et al., 2000) se adquirieron
principalmente utilizando el método K / Ar (Tabla 4.1) Solo un estudio ha obtenido edades Sm / Nd de la
secuencia del sótano. Lapierre y col. (2000) obtuvieron una edad isócrona interna Sm / Nd (anfíbol-roca
entera-plagioclasa) de 123 ± 13 Ma de un gabro, que se mapea como parte de la Formación San Juan. Sin
embargo, Mamberti et al. (2004) obtuvieron una edad de 40Ar / 39Ar (anfíbol) de 99.2 ± 1.3 (2σ) Ma para la
misma roca de la Formación San Juan, aunque el espectro de edad tiene forma de silla de montar, lo que
sugiere que puede haber un exceso de 40Ar, y la edad representa un valor máximo Estos datos de edad
contrastantes sugieren que el San Juan Fm. puede estar mapeado incorrectamente y puede comprender
rocas cristalinas con orígenes no relacionados. La secuencia de arco de la isla del Cretácico tardío conservada
en la Cordillera Occidental no ha sido datada radiométricamente, aunque su equivalente potencial en el área
costera (arco de la isla de San Lorenzo) produjo una edad K / Ar de 72.7 ± 1.4 Ma (Lebrat et al., 1987) .
Wallrabe-Adams (1990) informó una edad K / Ar (roca completa) de 52.7 ± 2.9 para la Formación Silante.
Egüez (1986) reporta edades K / Ar de 41.6 ± 2.1 (roca completa) para una andesita basáltica y 35.8 ± 1.8 Ma
(roca entera) para una dolerita basáltica de la Unidad Macuchi a lo largo del camino Latacunga - La Maná. De
manera similar, se informa de un cinturón de intrusiones felinas de la edad del Eoceno Medio (método K /
Ar) a lo largo del borde occidental de la Cordillera Occidental (Van Thournout et al., 1992; Hughes y
Bermúdez, 1997; Boland et al., 2000), que eran coeval con volcanismo dentro del arco de Macuchi, y por lo
tanto probablemente representan su componente intrusivo. Se ha obtenido una edad K / Ar del oligoceno
de 32.6 ± 1.3 Ma (hornblende) del norte de la Cordillera Occidental, en andesitas de la Formación San Juan
de Lachas (Van Thournout, 1991). El vulcanismo oligoceno de la parte norte de la Cordillera Occidental se ha
correlacionado con el arco volcánico Saraguro del sur de Ecuador (por ejemplo, Boland et al., 2000). Sin
embargo, el volcanismo oligoceno temprano en la parte norte de la Cordillera Occidental parece haber
ocurrido aún en condiciones subaéreas, como lo demuestran los sedimentos marinos de la Formación El
Laurel, mientras que el volcanismo de la Formación Saraguro ocurrió en un ambiente continental. Además,
indicó Steinmann (1997), el volcanismo de la Formación Saraguro comenzó solo durante el Oligoceno tardío
(~ 29.5 Ma)
A pesar de la escasez de datos radiométricos, varios autores (Hall y Calle, 1982; Egüez, 1986; Van Thournout
et al., 1992) propusieron que se pueden identificar tres fases principales del vulcanismo en la Cordillera
Occidental, que abarca desde el Cretácico tardío hasta el Oligoceno. período: 1) una serie tholeiitica cretácica
tardía, 2) granitoides, intrusiones de nivel superficial y lavas basálticas a andesíticas de edad del Eoceno
medio a tardío, y 3) rocas andesíticas de edad oligocena. Las rocas volcánicas de la edad del Paleoceno se
encuentran localmente en el sur de Ecuador (Sacapalca Fm.), Y el Paleoceno se representa normalmente
como un hiato en todas las regiones restantes de los Andes ecuatorianos (Hall y Calle, 1982).
Tabla 4.1 Edad radiométrica reportada desde el Cretáceo hasta el Oligoceno en la Cordillera Occidental. Sm
/ Nd * es un isócrono interno. M.P = fase mineral, amp. = anfíbol, w.r. = roca entera, z. = circón, hb. =
hornblende, plg. = plagioclasa, bio. = biotita, w.m. = mica blanca, px. = piroxeno
El método de datación radiométrica de uranio-plomo es uno de los métodos radiométricos más precisos,
especialmente cuando se aplica al circón (ZrSiO4), aunque también se puede utilizar con otros soportes de
uranio minerales como titanita, monazita y baddeleyita. El circón incorpora átomos de uranio y torio en su
estructura cristalina, pero rechaza fuertemente el plomo incompatible en el momento de la formación
(Faure, 1986). Sin embargo, el circón retiene plomo radiogénico, formado por la descomposición del uranio
y el torio, a temperaturas inferiores a aproximadamente 900 ° C. El daño por radiación acumulado interrumpe
la red cristalina ordenada, lo que hace que las zonas parcialmente metamíticas sean más difusas, lo que
puede provocar la pérdida de plomo radiogénico a temperaturas significativamente inferiores a 900 ° C. Una
ventaja significativa de la datación con uranio-plomo es que cualquier muestra proporciona dos rutas
radiogénicas independientes, una basada en la descomposición de 235U a 207Pb con una vida media de
aproximadamente 700 millones de años, y una segunda basada en la descomposición de 238U a 206Pb, con
una vida media de aproximadamente 4.5 billones de años. Colectivamente, estas cadenas de desintegración
proporcionan un medio para determinar la precisión de una edad. Cuando el mineral que se está fechando
ha permanecido cerrado a U y a todos sus isótopos hijos, ambas cadenas de descomposición producirán
edades idénticas y, por lo tanto, concordantes. Sin embargo, si se produce plomo significativo, habrá una
discordancia entre ambas edades U / Pb. La zonificación de crecimiento dentro de cristales individuales
también puede generar imprecisiones en los métodos de datación de cristal único, como la espectroscopía
de masas de ionización térmica, y los métodos in situ (por ejemplo, SHRIMP, SIMS, LA-ICPMS) son necesarios
si se identifica la zonificación de crecimiento.
El SHRIMP (Microprobe de iones sensibles de alta masa de resolución) es un microprobe de iones que realiza
análisis isotópico in situ de minerales con una resolución de ~ 30 µm, y es particularmente útil para la datación
U / Pb de zonas específicas de crecimiento de cristales individuales
Fig. 4.1. Datación radiométrica de rocas ígneas de la Cordillera Occidental. Mapa geológico del programa de
mapeo BGSCODIGEM (1996-1997) y observaciones propias
El aparato se usa más comúnmente para la geocronología U-Th-Pb de circón y monazita, aunque también se
puede usar para analizar sistemas de isótopos adicionales. Se pueden encontrar más detalles sobre la técnica
SHRIMP en Compston et al. (1992) o Williams (1998). En este estudio, la técnica SHRIMP se usó para fechar
el sótano ígneo de la Cordillera Occidental, porque la mayoría de estas rocas son de composición basáltica o
andesítica, y los cristales de circón se produjeron como cristales muy pequeños en pequeñas cantidades, por
lo tanto, la precisión analítica en minutos grano de circón, haga que el método U / Pb SHRIMP sea muy útil
para las rocas analizadas. Del mismo modo, la estabilidad del circón durante largos períodos de tiempo puede
permanecer como un sistema cerrado; incluso a altas temperaturas (~ 900 ° C), el método es adecuado para
este estudio, considerando la larga historia de deformación de la Cordillera Occidental
4.1.2 SHRIMP-Resultados
Los cristales de circón se recuperaron con éxito de un gabro de la Formación San Juan y un granito en la zona
de melange (Granito Pujilí). Para la otra formación volcánica, que en su mayoría es basáltica y andesítica, los
granos de circón eran demasiado pequeños o la cantidad de granos no era suficiente para el análisis de U /
Pb utilizando el método SHRIMP.
Fig. 4.2. A) Diagrama de Tera-Wasserburg para la muestra 02CV34, B) Edad promedio ponderada de todos
los análisis y C) Imagen de incienso catódico (CL) de las circonitas analizadas.
Las circonitas se obtuvieron de un gabro en capas de grano grueso, ubicado al oeste de la aldea de San Juan,
a lo largo de la carretera Quito - Chiriboga (Fig. 4.1), que anteriormente se mapeó como parte de la San Juan
Fm. El análisis petrográfico de sección delgada muestra que el gabro es holocristalino con una textura opítica,
que contiene cristales de plagioclasa, clinopiroxeno, ortopiroxenos y anfíboles, este último producido por la
alteración de los orto y clinopiroxenos (uralización). La plagioclasa tiene una textura entrelazada. Las
imágenes de incienso catodoluminiscente (Fig. 4.2C) muestran que los zircones tienen una zonificación
oscilatoria intacta, que es indicativa de un origen magmático, y no se identificaron núcleos relictos. Los
análisis U / Pb (SHRIMP) tanto en el núcleo como en los bordes de 15 cristales arrojaron edades
analíticamente concordantes, excepto uno con menor discordancia inversa, que se interpreta que han
experimentado pérdida de Pb. Las edades oscilan entre 84.6 ± 2.4 y 89.1 ± 2.2 Ma (2σ), definiendo una edad
media ponderada de 87.10 ± 1.66 Ma (2σ). La muestra no muestra evidencia de metamorfismo y deformación
de alto grado. La edad de 87.10 ± 1.66 Ma representa el tiempo de cristalización del ensamblaje ultramáfico-
máfico de San Juan, que puede representar un fragmento de la secuencia de la meseta oceánica coniaciana.
Fig. 4.3. A) Diagrama de Tera-Wasserburg para la muestra 02CV258, B) Edad promedio ponderada de todos
los análisis y C) Imagen de incienso catódico (CL) de las circonitas analizadas.
Muestra 02CV258 Granito Pujilí
La muestra analizada es un clast de granito de grano grueso (pegmatita), que crece dentro de una mélange
tectónica, ubicada a lo largo del flanco oriental de la Cordillera Occidental, al oeste de la ciudad de Saquisilí,
dentro de la Quebrada Picisí. El bloque granítico alberga estructuras S-C y está rodeado por basalto
serpentinizado, que. El bloque está arrastrado en una zona tectonizada de la Formación Pallatanga (Melange
Pujilí). El granito consiste en feldespato, cuarzo y moscovita, con feldespato parcialmente reemplazado por
sericita de grano fino. Los minerales accesorios incluyen circón y rutilo. Las imágenes de incienso
catodoluminiscente de los cristales de circón revelan texturas de crecimiento intactas (Fig. 4.3C), lo que
sugiere que son magmáticas, y no se encontraron núcleos relictos. El núcleo y las llantas de 17 cristales de
circón se analizaron en este estudio, que arrojó edades entre 83.3 ± 3 y 89.6 ± 4.0 Ma (2σ), definiendo una
edad media ponderada de 85.5 ± 1.4 (2σ) Ma. La muestra no muestra signos de metamorfismo de alto grado.
Esta edad U / Pb (SHRIMP) se interpreta como la edad de cristalización del granito.
La datación 40Ar / 39Ar se basa en la descomposición radiogénica natural de 40K a 40Ar, y las
transformaciones naturales que se utilizan son idénticas a las del método K / Ar. Brevemente, las especies
cristalinas que contienen K acumularán 40Ar * radiogénico a una velocidad determinada empíricamente y,
por lo tanto, la edad de K / Ar puede determinarse después de cuantificar el valor de 40K / 40Ar. Las
imprecisiones se introducen por la pérdida de argón (causada por recristalización, alteración o difusión
activada térmicamente) y el exceso de 40Ar en el componente no radiogénico (Lanphere y Dalrymple, 1976).
La pérdida de argón ocurre cuando el 40Ar * radiogénico producido dentro de una roca / mineral escapa
después de su formación. Claramente, la pérdida de Ar resulta en una reducción de la edad de fusión total,
en relación con la edad de cristalización de un mineral, mientras que el exceso de argón (40ArE) puede causar
que la edad de K / Ar calculada sea mayor que la edad de cristalización del material fechado (MacDougall et
al., 1969). De manera similar, el retroceso de Ar dentro de una muestra puede causar etapas de baja
temperatura mayores que las edades de cristalización. El retroceso de Ar se produce durante la irradiación
de una muestra en un reactor nuclear, un neutrón rápido ingresa al átomo de 39K y lo convierte en 39Ar
cuando se libera un protón (Baksi, 1994). La datación 40Ar / 39Ar permite identificar las inexactitudes
causadas por la pérdida de Ar, el exceso de 40Ar y 39Ar, lo que aumenta teóricamente la precisión general y
la precisión del método. Las fases minerales individuales se irradian con neutrones de alta energía en un
reactor nuclear, que son capturados por núcleos de 39K que conducen su transformación a 39ArK. 39ArK se
toma como un proxy para el isótopo padre 40K porque la relación natural 40K / 39K es conocida y es
constante. En consecuencia, tanto el isótopo hijo como el proxy del isótopo progenitor son isótopos de Ar,
que pueden analizarse de forma rutinaria simultáneamente en un espectrómetro de masas de colector
múltiple (por ejemplo, Alexandre et al., 2006), lo que aumenta significativamente la precisión sobre el
engorroso método analítico de K / Ar.
La edad 40Ar / 39Ar se relaciona con la medición de la relación 40Ar * / 39ArK. Todos los análisis realizados
en este estudio se realizaron utilizando la técnica de calentamiento por pasos 40Ar / 39Ar, donde Ar se libera
en pasos sucesivos, a temperaturas progresivamente más altas. Suponiendo que la muestra no se
homogeneizó por reacciones de deshidratación durante el calentamiento al vacío, este enfoque permite al
usuario identificar la pérdida de Ar, el exceso de 40Ar y el retroceso de 39Ar (en la mayoría de los casos) y,
por lo tanto, las omisiones pueden omitirse durante el procedimiento final de reducción de datos . Si una
muestra de roca o mineral ha sido un sistema cerrado de potasio y argón desde su formación, entonces la
proporción de 40Ar radiogénico a 39Ar producido por neutrones, y por lo tanto la edad aparente, debe ser
constante en cada paso incremental (Lanphere y Dalrymple, 1971), y el método 40Ar / 39Ar se puede utilizar
como herramienta geocronológica. Los sistemas parcialmente alterados se pueden utilizar para extraer
información termocronológica, suponiendo que los isótopos hijos se hayan perdido por difusión activada
térmicamente (Harrison y MacDougall, 1981). Sin embargo, este estudio no intentó realizar ningún análisis
termocronológico.
4.2.2 Resultados
Se separaron 26 muestras para fechar con el método 40Ar / 39Ar. Las muestras analizadas son principalmente
andesitas y basaltos del sótano oceánico y la cubierta volcánica de la Cordillera Occidental. Los basaltos en
general tienen bajos contenidos de potasio, y la mayoría de los afloramientos en el área de estudio están
parcialmente alterados, lo que no los hace particularmente adecuados para el método 40Ar / 39Ar. Sin
embargo, se han publicado varios estudios exitosos, que analizaron la masa basáltica libre de fenocristales y
vidrio con el método 40Ar / 39Ar (por ejemplo, Sinton et al., 1998; Kooppers et al., 2000). Para minimizar la
influencia de la alteración de las muestras, solo aquellas muestras que parecían estar inalteradas después del
análisis de sección delgada se seleccionaron para la datación. Los análisis de calentamiento por etapas 40Ar
/ 39Ar se realizaron en anfíboles, plagioclasa, masa base e incluso separaciones de piroxeno. Los detalles
analíticos para la separación de minerales se indican en el apéndice 9. Las mesetas se definen aquí como la
liberación de ≥50% del gas total de 39Ar liberado en tres o más pasos sucesivos concordantes dentro del
error 2σ. Se calcularon las edades individuales para cada paso de 40Ar / 39Ar después de las correcciones
para los espacios en blanco, el fraccionamiento en masa y el contenido de argón atmosférico. Para la
reducción de datos, se utilizó ArArcalc v22 de Koppers (2002). Los datos brutos se presentan en el apéndice,
y los espectros de edad y los isócronos inversos se muestran en las figuras 4.4 a 4.10. Además, las edades
isócronas se calcularon utilizando los diagramas de correlación de isótopos inversos que representan 39Ar /
40Ar frente a 36Ar / 40Ar. Estas gráficas se incluyen en figuras adyacentes al diagrama de espectro de edad
respectivo, así como el MSWD de los datos (un indicador de bondad de ajuste), el número de puntos
utilizados en la regresión de edad y el porcentaje de gas incluido en la correlación. En los diagramas de
correlación 36Ar / 40Ar – 39Ar / 40Ar, se empleó el esquema de ajuste de mínimos cuadrados cúbicos
descrito por York (1969) para hacer retroceder los datos.
La línea de regresión produce dos intersecciones; la inversa de las intersecciones 39Ar / 40Ar produce una
edad interceptada (calculada a partir de la inversa de la intersección del eje x), mientras que la inversa de la
intersección 36Ar / 40Ar (eje y) indica la composición de un componente de argón no radiogénico (inicial
Relación 40Ar / 36Ar). Se informa una desviación estándar de 2σ en cada edad aparente. Los detalles
analíticos se indican en el apéndice 12, y los resultados se resumen en la tabla 4.2.
Tabla 4.2 Resumen de edades de circón U / Pb y edades de meseta de 40Ar / 39Ar de roca ígnea de la
Cordillera Occidental obtenidas en este estudio.
La Muestra 03CV234 es una anfibolita recolectada al este de la aldea de Totoras (Fig. 4.1). Los anfibolitos
están en contacto tectónico con basaltos de la formación Pallatanga. La muestra analizada es una anfibolita
de grano medio a grueso con cuarzo, plagioclasa y feldespato potásico. Los datos geoquímicos de la anfibolita
indican que el protolito de la roca tiene una afinidad de meseta oceánica (Beaudon et al., 2005). El
calentamiento por pasos de 40Ar / 39Ar de un hornblende puro produce un espectro de edad casi inalterado
(Fig. 4.4), con una edad de meseta de 84.69 ± 2.22 Ma (2σ) obtenida de 3 pasos consecutivos que representan
el 96.15% del total de 39Ar liberado, y con un MSWD aceptable de 0.5 (por debajo del valor crítico de 2.5).
La misma muestra produce una edad isócrona inversa indistinguible de 88.68 ± 8.82 Ma (2σ) (MSWD 0.25)
que corrobora la edad de la meseta, y una intersección inicial de 40Ar / 36Ar de 274.24 ± 22.97, que es
indistinguible del valor atmosférico (~ 295). La edad de la meseta indica el tiempo de enfriamiento por debajo
de ~ 550-500 ° C, durante el retroceso después del metamorfismo de facies de anfibolita.
Fig. 4.4. Espectros de edad aparente y diagramas de correlación de isótopos inversos para muestras de
anfibolita de Totoras. La edad de meseta (indicada) se ha determinado a partir de la media ponderada de
las etapas contiguas y concordantes. Las casillas para cada paso se extienden verticalmente a ± 2σ y
horizontalmente en proporción a la fracción de 39Ar liberada en el paso.
La Muestra 02CV104 es un basalto de la Formación de Río Cala recolectada a lo largo de la carretera Otavalo
- Selva Alegre, al norte del pueblo de Padre Chupa (Fig. 4.1). El basalto alberga fenocristales de piroxeno
frescos de hasta 1 cm de tamaño. Los fenocristales de plagioclasa son un componente menor y se reemplazan
parcialmente por sericita y calcita. La matriz está ligeramente cloritizada y tiene una textura intersertal, que
incluye microlitos de plagioclasa y piroxenos. Los análisis geoquímicos de elementos principales y traza (véase
el capítulo 2) indican que esta roca se formó en un arco de isla intraoceánica, que se construyó en la cima de
una meseta oceánica.
El análisis 40Ar / 39Ar de piroxenos rindió y el espectro de edad con una edad de meseta de 66.7 ± 7.16 Ma
(2σ) que tiene un MSWD aceptable de 1.17 (Fig. 4.5). La edad de la meseta se calculó a partir de seis pasos
consecutivos, lo que representa el 81% del total de 39Ar liberados. La edad de la meseta de Maastrichtiense
puede aproximarse a la edad de cristalización de la roca volcánica, y dentro del error se superponen
parcialmente las edades de Campanian a Maastrichtiense informadas para la Formación Natividad, que se
interpreta que se deriva de la Formación Rio Cala (Boland et al., 2000) .
Fig. 4.5. Espectros de edad aparente para muestra de Rio Cala Fm. La edad de meseta (indicada) se ha
determinado a partir de la media ponderada de las etapas contiguas y concordantes. Las casillas para cada
paso se extienden verticalmente a ± 2σ y horizontalmente en proporción a la fracción de 39Ar liberada en
el paso.
Muestra 02CV174
La muestra 02CV174 es un basalto de grano fino a medio, que tiene una textura de óptica a granular, similar
a las doleritas. La muestra se recolectó de una secuencia volcánica expuesta en la sección del camino Nono-
Tandayapa (Fig. 4.1), que recubre los depósitos continentales de la Formación Silante, también evidenciada
por la presencia de xenolitos de la secuencia del lecho rojo subyacente en las lavas. El calentamiento por
pasos de 40Ar / 39Ar de un concentrado de masa de tierra produjo una edad de meseta de 65.68 ± 4.36 Ma
(2σ), lo que representa tres pasos consecutivos (Fig. 4.6A) que abarcan el 86% de 39Ar liberado, con un
MSWD de 1.02. La edad de la meseta es concordante dentro del error con la edad isócrona inversa imprecisa
de 67.32 ± 32.14 Ma (2σ), que produce un MSWD de 1.04. El contenido inicial de 40Ar / 36Ar de 283.47 ±
116.83 sugiere que la masa de tierra no puede contaminarse con un exceso de 40Ar (aunque claramente el
resultado es impreciso). La edad de meseta se interpreta como una aproximación de la edad de cristalización
de la roca volcánica, y es consistente con edades similares de ~ 65 Ma obtenidas en la misma área, así como
con las edades bioestratigráficas de sedimentos suprayacentes de la Formación Pilaló de Maastrichtiense -
Paleoceno.
Fig. 4.6. Los espectros de edad aparente y los diagramas de correlación de isótopos inversos para muestras
de las fms de Silante y Pilaló. La edad de meseta (indicada) se ha determinado a partir de la media
ponderada de las etapas contiguas y concordantes. Las casillas para cada paso se extienden verticalmente a
± 2σ y horizontalmente en proporción a la fracción de 39Ar liberada en el paso
Muestra 03CV162
La muestra 03CV162 se tomó de una cantera, al oeste de Calacalí (Fig. 4.1). La muestra se recogió cerca del
contacto tectónico con la Formación Yunguilla. La muestra es una andesita, que tiene una textura porfirítica
con fenocristales de plagioclasa y clinopiroxeno. La matriz está compuesta de microlitos aciculares de
plagioclasa con pequeñas cantidades de piroxeno y vidrio. Los fenocristales de plagioclasa tienen un aspecto
polvoriento y están parcialmente alterados y reemplazados por sericita y clorito, mientras que los microlitos
en la matriz permanecen frescos. La geoquímica del clinopiroxeno de una brecha de lava andesítica (muestra
00RS35; Capítulo 3) indica una afinidad de arco volcánico por la sucesión en esta localidad. La masa de tierra
separada de esta muestra arrojó una meseta de 40Ar / 39Ar edad de 61 ± 1.09 Ma (2σ), con un MSWD
aceptable de 1.81. La edad de la meseta se calculó a partir de cuatro pasos consecutivos (Fig. 4.6B), que
liberaron el 99% del total de 39Ar. La edad de meseta es concordante con una edad isócrona inversa de 60.04
± 2.51 Ma (MSWD = 2.05), y la intercepción no radiogénica 40Ar / 36Ar de 284.379 ± 18.74 es indistinguible
de una composición atmosférica.
Muestra 02CV55
La muestra 02CV55 se recolectó a lo largo del camino Calacalí - Pacto (Fig. 4.1), 2 km al oeste de la muestra
02CV162, y de manera similar se interpreta que descansa sobre los sedimentos continentales de la Formación
Silante. La muestra es una andesita porfirítica, con fenocristales de plagioclasa y clinopiroxeno y una matriz
compuesta de vidrio y microlitos de plagioclasa y piroxenos menores. Los fenocristales se reemplazan
parcialmente por clorito y sericita. Una masa de tierra separada produjo una edad de 40Ar / 39Ar de 58.14 ±
1.95 Ma (2σ), con un MSWD de 0.76 (Fig. 4.6C). Esta edad se calculó a partir de tres pasos consecutivos, que
producen el 83.07% del total de 39Ar liberado. La edad de la meseta es concordante con una edad isócrona
inversa de 52.48 ± 8.45 Ma (2σ), que también produce una relación inicial 40Ar / 36Ar extremadamente
imprecisa de 487.89 ± 366.6.
Muestra 03CV263
La muestra 03CV263 forma parte del Silante Fm. y se recolectó en el camino Calacalí - Pacto (Fig. 4.1), donde
está en contacto tectónico con turbiditas de la Formación Yunguilla. La roca es una diorita con cristales de
plagioclasa, clinopiroxeno y cuarzo. Una plagioclasa separada produjo una edad media ponderada imprecisa
de 63.96 ± 10.74 (2σ) y una MSWD de 7.64 (Fig. 4.6D), lo que indica que los datos no definen estrictamente
una meseta. Además, la muestra no produce una isócrona inversa (MSWD = 0.00), aunque la edad media
ponderada es consistente con edades similares obtenidas para la Formación Silante en la misma área
La Muestra 03CV172 es una andesita tentativamente asignada al Pilalo Fm. La muestra se recolectó al norte
de la aldea de Nono (Fig. 4.1) en un corte tectónico de 100 metros de ancho previamente mapeado como la
Formación Natividad (por ejemplo, Boland et al., 2000). La andesita está intercalada con lutitas negras,
litológicamente similar a la Formación Pilaló expuesta al oeste en el tramo de carretera Nono-Tandayapa, y
tiene fallas limitadas contra la Formación Yunguilla. Los datos geoquímicos de los clinopiroxenos de esta
muestra muestran que la roca volcánica está altamente fraccionada y formada en forma de arco volcánico
(ver capítulo 3), que contrasta con la naturaleza más primitiva de las rocas del Grupo Rio Cala (incluida la
Formación Natividad). La muestra se recolectó en la misma área donde se obtuvieron las edades del
Paleoceno temprano para la parte superior de la Formación Silante. La muestra analizada tiene una textura
porfirítica, con fenocristales de clinopiroxeno y plagioclasa en una matriz de vidrio y clorito. Los fenocristales
de plagioclasa se reemplazan parcialmente por sericita, mientras que los clinopiroxenos generalmente no se
alteran. Los análisis 40Ar / 39Ar de separaciones de clinopiroxenos arrojaron una edad de meseta de 64.3 ±
0.4 Ma (2σ), lo que se interpreta como un tiempo aproximado de cristalización de la roca volcánica que
alberga los piroxenos. La edad de meseta se obtuvo de tres pasos consecutivos que cubren el 90% del total
de 39Ar liberado (Fig. 4.6E). Esta edad es concordante con una edad isócrona inversa de 63.4 ± 0.6 Ma (2σ),
y la intercepción no radiogénica 40Ar / 36Ar de 301 ± 3, es extremadamente cercana a una composición
atmosférica, lo que sugiere que la edad no se ve afectada por el exceso de 40Ar.
La Muestra 02CV126 forma parte de la Unidad de Macuchi, y fue recolectada en la carretera Alóag - Santo
Domingo, 1 km al este del pueblo de Alluriquín (Fig. 4.1). La muestra es una dolerita de grano fino,
moderadamente clinopiroxeno-plagioclasa-fírica con una textura subofítica a ligeramente intersertal. Los
datos geoquímicos de una muestra (RH278b) recolectada en la misma localidad por Hughes y Pilatasig (2002)
indican que esta roca es un arco basalto primitivo. El calentamiento por pasos de 40Ar / 39Ar produjo un
espectro de edad en forma de silla de montar, lo que sugiere que hay un exceso de 40Ar dentro de la muestra,
aunque esto no se pudo identificar categóricamente debido a la baja precisión del isócrono inverso (relación
inicial de 40Ar / 36Ar de 317.18 ± 23.93 ; Fig. 4.7A). La edad media ponderada para los seis pasos, que definen
la parte más plana del espectro de edad, y abarcan aproximadamente el 54% del 39Ar liberado, produce una
edad media ponderada de 42.62 ± 1.3 Ma (2σ) y un MSWD de 7.43. La edad media ponderada es concordante
con la edad isócrona inversa de 39.75 ± 6.19 (2σ; MSWD = 7.53), y se considera que representa una edad
máxima de plagioclasa de 40Ar / 39Ar para la muestra. Sin embargo, la edad del Eoceno tardío es consistente
con las edades bioestratigráficas (Egüez, 1986) obtenidas de rocas sedimentarias intercaladas dentro de
rocas volcánicas de la Unidad Macuchi. En la misma zona.
Fig. 4.7. Los espectros de edad aparente y los diagramas de correlación de isótopos inversos para muestras
de la Unidad Macuchi. La edad de meseta (indicada) se ha determinado a partir de la media ponderada de
las etapas contiguas y concordantes. Las casillas para cada paso se extienden verticalmente a ± 2σ y
horizontalmente en proporción a la fracción de 39Ar liberada en el paso.
Muestra 02CV67
La muestra 02CV67 representa parte del flujo de lava de andesita, recolectada en el área de Lita (Fig. 4.1), a
lo largo de la carretera Ibarra - Lita. Esta secuencia volcánica se mapeó previamente como parte de la Unidad
Naranjal (Boland et al., 2000). Sin embargo, según las relaciones de campo y los datos radiométricos, estas
exposiciones se asignan a la Unidad Macuchi. La andesita tiene una textura porfirítica, con fenocristales de
plagioclasa y clinopiroxeno, y una matriz con una textura traquítica, compuesta de microlitos aciculares
orientados sub-paralelos de plagioclasa. La sericita y el clorito reemplazan parcialmente a los fenocristales
de plagioclasa, mientras que los microlitos de plagioclasa en la matriz permanecen frescos. Boland y col.
(2000) informaron datos geoquímicos de muestras en esta localidad, que indican que las rocas tienen una
afinidad alcalina-calk. El análisis de calentamiento por pasos 40Ar / 39Ar de una masa de tierra separada
produce un espectro de edad discordante general, con las edades más antiguas ocurriendo tarde dentro del
experimento de liberación de gases por etapas (Fig. 4.7B). Sin embargo, los pasos de calentamiento a
temperaturas más bajas e intermedias arrojaron una edad de meseta concordante de 35.12 ± 1.66 Ma (2σ),
con un MSWD aceptable de 1.74, que es concordante dentro de la edad isócrona inversa de 32.09 ± 4.29. La
imprecisa relación inicial de 40Ar / 36Ar de 354.05 ± 79 sugiere que el exceso de 40Ar puede no estar presente
y, por lo tanto, la edad de meseta se aproxima a la edad de cristalización de la roca volcánica. La edad es
consistente con las edades K / Ar del Eoceno tardío reportadas para rocas volcánicas e intrusivas en el área
(Fig. 4.1), que oscilan entre 32 y 44 Ma (por ejemplo, Van Thournout, 1991; Boland et al., 2000).
La Muestra 02CV75 fue recolectada de un flujo andesítico de la Formación San Juan de Lachas, ubicada al sur
del pueblo Jijón y Caamaño a lo largo del camino Ibarra - Lita (Fig. 4.1). En esta localidad, las rocas volcánicas
de San Juan de Lachas están superpuestas de forma inconforme a los sedimentos del Cretácico Tardío de la
Formación Pilatón y a los sedimentos del Eoceno de la Formación El Laurel. La andesita tiene una textura
porfirítica, con fenocristales de hornblende y plagioclasa. Cristales y cristales microscópicos de cuarzo,
plagioclasa y minerales opacos forman la matriz. Sericite ha reemplazado parcialmente los cristales de
plagioclasa, mientras que los cristales de hornblende son frescos. El análisis de calentamiento por pasos 40Ar
/ 39Ar arrojó una edad de meseta de 32.90 ± 0.64 Ma (2σ), con un MSWD de 1.02 (Fig. 4.8B). La edad de la
meseta se calculó a partir de cinco pasos consecutivos, que abarcan todo el espectro de edad (98% de 39Ar
liberado).
La edad de la meseta es concordante con una edad isócrona inversa de 29.06 ± 7.52 Ma (2σ), que tiene una
intercepción imprecisa 40Ar / 36Ar de 408.6 ± 109.22, que se superpone con una composición atmosférica.
La concordancia de las edades de meseta e isocrón, y los bajos valores de MSWD para los isócronos, implican
que la edad es válida, y dada la alta temperatura de cierre de hornblende (550-500 ° C), probablemente
representa el tiempo de cristalización de la roca.
Fig. 4.8. Los espectros de edad aparente y los diagramas de correlación de isótopos inversos para un stock
andesítico que se entromete en la Formación Pilaló (A) y la formación San Juan de Lachas (B) (ver la Figura
4.1 para las ubicaciones). Las edades de las mesetas (indicadas) se han determinado a partir de la media
ponderada de las etapas escalonadas contiguas y concordantes. Las casillas para cada paso se extienden
verticalmente a ± 2σ y horizontalmente en proporción a la fracción de 39Ar liberada en el paso.
La muestra 03CV144 fue recolectada de una cantera (Fig. 4.1) en el camino de Pacto a la aldea El Chontal, al
suroeste del Apol Batholith, y está intrusando sedimentos metamorfoseados de la Formación Saguangal. La
evidencia de metamorfismo de contacto es proporcionada por sobrecrecimientos de anfíboles alineados en
paralelo, superponiendo la textura porfirítica original de la andesita. Del mismo modo, la matriz de la andesita
se recristaliza fuertemente. La muestra se recolectó para determinar una edad máxima para los sedimentos
de la Formación Saguangal. La roca era originalmente una andesita que tenía una textura porfirítica con
fenocristales de plagioclasa ligeramente seritizados. Las separaciones de anfíboles produjeron una edad de
meseta de 25.6 ± 0.81 Ma (2σ), con un MSWD de 0.59 (Fig. 4.9A). La edad de la meseta incluye seis pasos
consecutivos, que representan el 92% de los 39Ar lanzados. La edad isócrona inversa correspondiente de
25.75 ± 1.85 es concordante (MSWD 0.73) con la edad de meseta, y produce una intersección inicial imprecisa
de 40Ar / 36Ar de 292.71 ± 31.59, que no se puede distinguir de una composición atmosférica. La edad de
meseta se interpreta como una edad de reinicio, probablemente asociada al metamorfismo de contacto por
el batolito de Apuela.
Fig. 4.9. Los espectros de edad aparente y los diagramas de correlación de isótopos inversos para muestras
de las formaciones Saguangal y Mulaute. La edad de meseta (indicada) se ha determinado a partir de la
media ponderada de las etapas contiguas y concordantes. Las casillas para cada paso se extienden
verticalmente a ± 2σ y horizontalmente en proporción a la fracción de 39Ar liberada en el paso.
La Muestra 03CV165 se tomó de un stock andesítico, parte de la sucesión volcánica de la Formación Mulaute
a lo largo de la carretera La Palma - Chiriboga (Fig. 4.1). El calentamiento por pasos de 40Ar / 39Ar de una
masa de tierra separada produjo una edad de meseta de 20.66 ± 2.2 Ma (2σ, MSWD 0.83), calculada a partir
de tres pasos consecutivos, que representan el 69% del total de 39Ar liberado (Fig. 4.9B).
Desafortunadamente, la muestra fue irradiada más de un año antes de su análisis, lo que resultó en grandes
errores en el diagrama de isócronos inversos debido a la corrección mejorada de la descomposición de 37Ar.
La edad de la meseta es claramente una edad de reinicio, debido a la edad del Cretácico Tardío de las rocas
volcánicas y sedimentarias de la Formación Mulaute. Lo más probable es que el reinicio se haya producido
por una perturbación térmica producida por las intrusiones, que ocurrieron en el área, pero la mayoría de
ellas no se han fechado radiométricamente.
La Muestra 03CV232 es una andesita de la Formación Cizarán, recolectada cerca del contacto tectónico con
la Formación Yunguilla, en el camino de Sicalpa a Chimbo (Fig. 4.1). No se observó la naturaleza del contacto,
aunque Dunkley y Gaibor (1997) interpretaron las relaciones de campo para sugerir que la Formación Cizarán
se encuentra de manera inconforme sobre la Formación Yunguilla. La muestra analizada es una andesita que
contiene grandes fenocristales de plagioclasa y piroxeno, con una matriz compuesta de pequeños microlitos
aciculares de plagioclasa. Los fenocristales se reemplazan parcialmente por calcita y clorito, mientras que la
matriz permanece bastante fresca. Una masa de tierra separada produjo una edad de meseta de 40Ar / 39Ar
de 12.16 ± 2.24 Ma (2σ, MSWD = 2.27), que se calculó a partir de los últimos seis pasos consecutivos,
abarcando el 49% del total de 39Ar liberado (Fig. 4.10).
Figura 4.10. Los espectros de edad aparente y los diagramas de correlación de isótopos inversos para la
muestra de la Fm de Cizarán. La edad de meseta (indicada) se ha determinado a partir de la media
ponderada de las etapas contiguas y concordantes. Las casillas para cada paso se extienden verticalmente a
± 2σ y horizontalmente en proporción a la fracción de 39Ar liberada en el paso.
La edad de meseta es concordante con una edad isócrona inversa de 9.21 ± 2.85 Ma (2σ; MSWD 0.12), y la
imprecisa intersección inicial 40Ar / 36Ar de 365.23 ± 52.2 es indistinguible de la composición atmosférica.
Esta edad se considera aproximada a la edad de cristalización. La datación radiométrica previa de esta
Formación arrojó una edad de K / Ar (hornblende) de 7.15 ± 0.38 Ma (Dunkley y Gaibor, 1997) y una edad de
seguimiento de fisión de circón de 6.8 ± 0.8 Ma (Steinmann, 1997). Por lo tanto, nuestro nuevo 40Ar / 39Ar
indica que el volcanismo dentro de la Formación Cizarán puede ser más antiguo de lo sugerido
anteriormente.
4.3 INTERPRETACIÓN
los Zircones extraída de un gabro en capas, que se mapea como la Formación San Juan, produce una edad
media ponderada de U / Pb (SHRIMP) de 87.10 ± 1.66 Ma (2σ; Fig. 2) Sin embargo, Lapierre et al. (2000)
obtuvieron una edad Sm / Nd del Cretácico Temprano de un gabro isotrópico, que también se mapea como
San Juan Fm. Lapierre y col. (2000) también realizaron análisis geoquímicos en la muestra que fecharon
(muestra SJ13), y concluyeron que las rocas del Cretácico Temprano estallaron sobre una columna de manto
en un entorno oceánico. Sin embargo, la edad U / Pb del Cretácico Tardío obtenida en este estudio representa
el tiempo de cristalización de los componentes máficos de la Formación Pallatanga, que también estalló por
encima de un penacho de manto, en un entorno oceánico. En consecuencia, la edad reportada por Lapierre
et al. (2005) es posiblemente inexacto o puede representar una secuencia de sótano ultramáfica del Cretácico
temprano anterior en la Cordillera Occidental más oriental (por ejemplo, Litherland et al., 1994; Jaillard et
al., 2004). La edad U / Pb (circón) obtenida en este estudio se superpone con el pico de edades (92–88 Ma)
obtenidas de los basaltos de la actual Meseta del Caribe utilizando el método 40Ar / 39Ar (Sinton et al., 1998;
Kerr et al. ., 2003). La edad U / Pb también es indistinguible de una meseta hornblende 40Ar / 39Ar edad de
88 ± 1.6 Ma (2σ), obtenida de basaltos derivados del penacho del manto de Piñón Fm. en el forearc costero
de Ecuador (Luzieux et al., 2006). Las primeras secuencias de rocas del Cretácico reportadas por Lapierre et
al. (2000) pueden representar fragmentos desprendidos de la Unidad Pelteteca ultramáfica-máfica del
Cretácico Temprano, expuestos en el borde occidental de la Cordillera Oriental, que producen firmas
relacionadas tanto con MORB enriquecido como con subducción (R. Spikings, com. Pers.), Y pueden tener
acumulado en el continente sudamericano durante el Aptian (Litherland et al., 1994).
La anfibolita de Totoras produce una meseta de Hornblende 40Ar / 39Ar edad de 84.69 ± 2.23 Ma, que
representa el tiempo de enfriamiento a 550-500 ° C durante la retrogresión del metamorfismo pico. Los
anfibolitos probablemente se formaron por reacciones metamórficas en la base de la secuencia espesa de la
meseta oceánica (Pallatanga Fm .; véase el capítulo 2) que forma el sótano de la Cordillera Occidental. La
retrogresión de los anfibolitos a ~ 550-500 ° C a 84.69 ± 2.23 Ma probablemente fue simplemente el resultado
de la relajación térmica de la meseta oceánica, ya que se desplazó de las regiones de alto flujo de calor.
El Granito Pujilí produce una edad U / Pb de 85.5 ± 1.4 Ma, que no se puede distinguir de la meseta 40Ar /
39Ar edades de 86 ± 1 (moscovita) y 82 ± 1 (biotita) Ma reportado por Spikings et al. (2005) Interpretaciones
anteriores, que propusieron que el Granito Pujilí representa fragmentos de anatectitas de la corteza del
Triásico que actualmente están expuestas en la Cordillera Oriental (Granito Tres Lagunas, Litherland et al.,
1994), y se incorporaron a la zona de la melange durante la colisión del océano-continente (Hughes y
Pilatasig, 2002; Spikings et al., 2005) ya no son plausibles. En nuestra interpretación (véase el capítulo 2), el
Granito Pujilí puede haberse formado como un fragmento intrusivo fraccionado producido durante el inicio
de la subducción por inmersión hacia el oeste debajo del borde delantero de las rocas derivadas de la capa
de manto, lo que resulta en la formación de un arco de isla en el Cretácico Tardío. secuencia. Las edades
radiométricas de las secuencias de meseta y arco sugieren que el inicio de la subducción por debajo de la
meseta oceánica puede haber ocurrido poco después (~ 3 my).
La edad del Granito Pujilí (85.5 ± 1.4 Ma) también es consistente con las edades de Santonian a Campanian
Temprano (Boland et al., 2000) reportadas para boninitas (Van Thournout, 1991) de la Formación La Portada
(ver capítulo 2), que también puede haberse producido durante el inicio de la subducción debajo de la meseta
oceánica (Vallejo et al., 2006). La asociación de un arco de isla intraoceánica de Santonian a Maastrichtiense
sobre rocas derivadas de penacho de manto está documentada por abundantes rocas relacionadas con el
arco de la isla, sedimentarias y volcánicas reportadas en la región del Caribe (por ejemplo, Donnelly et al.,
1990), así como en el área costera ( Arco de San Lorenzo) y Cordillera Occidental del Ecuador (Lebrat et al.,
1987; Jaillard et al., 1995; Cosma et al., 1998; Vallejo et al., 2006; Luzieux et al., 2006). Se encuentra evidencia
adicional de una secuencia de arco de isla en el Cretácico tardío en el sur de Colombia, donde Spadea y
Espinosa (1996) informaron edades radiolarianas de Campania a partir de rocas que intercalan lavas de arco
de isla (Arco Ricaurte). Se obtuvo una meseta imprecisa de 40Ar / 39Ar edad de 66.74 ± 7.16 Ma (2σ) de una
roca volcánica de la Formación Rio Cala, parte de la secuencia del arco de la isla del Cretácico Tardío en la
Cordillera Occidental. A pesar del gran error, esta edad es consistente con las edades bioestratigráficas de
Campania - Maastrichtiense obtenidas de rocas sedimentarias de la Formación Natividad, que se interpreta
como derivada de la Formación Río Cala (por ejemplo, Boland et al., 2000). Del mismo modo, en la zona
costera de Ecuador, Reynaud et al. (1999) reportaron rocas de arco de la isla de la Formación Las Orquideas,
al noroeste de Guayaquil. Según Luzieux (2007), los resultados magnetoestratigráficos documentan la
actividad de Campania en la secuencia del arco de la isla de Las Orquídeas. Lebrat y col. (1987) reportaron
una edad de 40Ar / 39Ar de 72.7 ± 1.4 Ma para una isla de basalto de afinidad en la Formación San Lorenzo
de la región costera de Ecuador, lo que indica que la secuencia del arco de la isla preservada en el área costera
y la Cordillera Occidental puede haber sido coeval , y posiblemente parte del mismo sistema, activo entre el
Santoniano hasta principios de Maastrichtiense, con posibles equivalentes en la región de Colombia y el
Caribe (véase el capítulo 5).
Maastrichtiense y Paleoceno, las andesitas calcálicas alcalinas y las andesitas basálticas expuestas al noroeste
de Quito se incluyen en la Formación Silante (facies volcánica Tandapi), y proporcionan restricciones
importantes sobre la evolución Cenozoica de la región ahora definido por la Cordillera Occidental. Estas rocas,
que antes eran desconocidas en Ecuador, se consideran equivalentes a las rocas volcánicas andesíticas de
afinidad alcalino-calcárea expuestas en la carretera Alóag - Santo Domingo (Unidad Tandapi de Egüez, 1986).
En ambas áreas, las rocas andesíticas están asociadas con rocas sedimentarias continentales de la Formación
Silante. Las últimas edades de erupción de Maastrichtiense a Paleoceno de la Formación Silante también
corroboran las edades bioestratigráficas de Maastrichtiense a Dania (por ejemplo, Savoyat et al., 1970)
reportadas para rocas sedimentarias de la Formación Pilaló al este de la aldea de Nono (Fig. 4.1), que fue
parcialmente derivado de la formación Silante. La composición alcalino-calcificada de las facies volcánicas
Tandapi de la Formación Silante contrasta con las firmas mayoritariamente tholeiiticas de la secuencia de
arco subyacente de la isla de Rio Cala, y la Formación Pallatanga derivada de la capa de manto, lo que sugiere
que un evento geológico importante puede haber separado estas secuencias ígneas. . Las edades
radiométricas de la Formación Silante indican que el cambio repentino del ambiente marino al terrestre, y la
iniciación del volcanismo de arco continental ocurrió antes de los 65 Ma, lo que probablemente fue
impulsado por la colisión del Bloque de Pallatanga y el posterior salto hacia el oeste de la zona de subducción
y giro de la dirección de subducción. Además, cualquier "evento" invocado tendría que explicar una transición
del volcanismo de arco de isla submarina del Grupo Rio Cala, a un arco volcánico continental de la Formación
Silante. La terminación del volcanismo tholeiitico cretácico tardío indica el cese de la subducción por
inmersión hacia el oeste debajo de las rocas derivadas de la capa de manto, y el inicio de la subducción a lo
largo del margen acrecido dio lugar al volcanismo de arco continental de la Formación Silante. Las edades
obtenidas en este estudio sugieren que la Formación Silante puede correlacionarse con la Formación
Sacapalca del sur de Ecuador, que produjo una edad de seguimiento de fisión de circón de 66.9 ± 5.8 Ma
(Hungerbühler, 1997), y está entrometida por El Tingo Pluton, que es fechado radiométricamente (K / Ar,
biotita) a 50 ± 3 Ma (Kennerly, 1980). Teniendo en cuenta que la edad de la pista de fisión de circón puede
restablecerse parcial o completamente calentando a temperaturas> 200 ° C, es razonable sugerir que el
volcanismo del Paleoceno fue generalizado, aunque está mal conservado.
Solo se han obtenido unas pocas edades radiométricas de los basaltos y las andesitas basálticas de la Unidad
de Macuchi, y por lo tanto su edad no está limitada con precisión. Sin embargo, en este estudio se obtuvo
una edad de 42.62 ± 1.30 Ma a partir de andesitas basálticas de la Unidad Macuchi a lo largo del camino
Alóag - Santo Domingo, que se interpreta como una edad de cristalización. De manera similar, Egüez (1986)
informó una edad K / Ar indistinguible (roca entera) de 41.6 ± 2.1 Ma de una andesita basáltica de la Unidad
Macuchi al este del pueblo de Pilaló, y una edad K / Ar (roca entera) de 35.8 ± 1.8 Ma de una lava basáltica
recogida a lo largo de la carretera Alóag - Santo Domingo. Las edades del Eoceno medio también se informan
en un cinturón de granitoides ubicado en el borde occidental de la Cordillera Occidental (Fig. 4.1), que
coincide con la posición real de la Unidad Macuchi, y puede representar las rocas ígneas intrusivas asociadas
al arco volcánico Macuchi . Boland y col. (2000) reportaron edades K / Ar (hornblende) de 42.4 ± 2.1 y 44.6 ±
2.2 Ma para el batolito de Santiago en la parte norte de la Cordillera Occidental, y 47.2 ± 2.4 Ma para un
basalto de arco insular diorita de la Formación Naranjal en el río Guayllabamba, al oeste del batolito de
Apuela (Fig. 4.1). Por lo tanto, suponiendo que las edades radiométricas sean precisas y no hayan
experimentado una alteración isotópica posterior a la cristalización, todas estas rocas pueden relacionarse
con el arco volcánico Macuchi del Eoceno Medio, que se desarrolló en el borde occidental de la Cordillera
Occidental real. Un stock andesítico, que interfiere en las rocas sedimentarias de la Formación Pilaló, al sur
del pueblo de Sigchos (Fig. 4.1), produce una edad de 40Ar / 39Ar de 34.81 ± 1.34 Ma. Hughes y Bermúdez
(1997) informaron una edad K / Ar (hornblende) de 38.09 ± 0.39 Ma para una intrusión granodiorítica en la
misma región, ubicada al sureste del pueblo de Pucayacu, y Egüez (1986) informa una edad K / Ar (roca
entera) de 38,6 ± 1,9 Ma para el batolito La Esperie en la carretera Alóag - Santo Domingo. Del mismo modo,
las rocas volcánicas previamente mapeadas como la Unidad Naranjal (por ejemplo, Boland et al., 2000), en
la parte norte de la Cordillera Occidental, producen una edad de 40Ar / 39Ar de 35.12 ± 1.66 Ma, lo que
indica que el volcanismo del Eoceno tardío fue generalizado, y de hecho, puede representar una continuación
septentrional del arco Eoceno Macuchi. Esto también fue corroborado por las edades bioestratigráficas del
Eoceno tardío reportadas para turbiditas intercaladas con rocas volcánicas de la Unidad Macuchi (Egüez,
1986).
La edad del Oligoceno 40Ar / 39Ar de la Formación San Juan de Lachas es consistente con una edad K / Ar
(hornblende) de 32.6 Ma, informada por Van Thournout et al. (1992) Autores anteriores correlacionaron la
Formación San Juan de Lachas con la Formación Silante (por ejemplo, Van Thournout, 1991); sin embargo,
los nuevos datos presentados aquí demostraron que ambas formaciones son diferentes en edad, y lo más
probable es que la Formación San Juan de Lachas pueda representar la continuación del oligoceno del
volcanismo de la Unidad Macuchi. Sin embargo, un evento de deformación importante tuvo que ocurrir al
comienzo del Oligoceno, antes de la deposición de la Formación San Juan de Lachas, porque esta formación
está superpuesta de forma inconformable a las rocas sedimentarias de la Formación Eoceno El Laurel.
Varios autores han propuesto que las rocas del sótano de la región costera plana y la Cordillera Occidental
del Ecuador consisten en rocas volcánicas que tienen afinidades geoquímicas con mesetas oceánicas (por
ejemplo, Lapierre et al. 2000; Boland et al., 2000; Kerr et al., 2002b ; Mamberti et al., 2003). Además, también
se ha enfatizado que el sótano del oeste de Ecuador se puede correlacionar específicamente con las rocas de
la meseta oceánica que actualmente están expuestas en la Placa del Caribe y en el oeste de Colombia (por
ejemplo, Lapierre et al., 2000; Spikings et al., 2001; Kerr et al., 2002b). Por lo tanto, este capítulo presenta
inicialmente las principales características geológicas de la fragmentada Meseta del Caribe y las rocas
volcánicas asociadas, lo que proporciona información útil para comprender la procedencia tectónica de los
bloques oceánicos alóctonos del Cretácico Tardío acumulados en el margen continental ecuatoriano.
Los datos sísmicos (Mauffret y Leroy, 1997) revelan la presencia de una corteza oceánica anormalmente
gruesa en la Placa del Caribe. Extensos análisis geoquímicos de rocas perforadas en la cuenca del Caribe, así
como en tierra, arrojan características geoquímicas de E-MORB, que se han interpretado como una meseta
oceánica, que comprende la mayoría del sótano de la placa del Caribe (por ejemplo, Lapierre et al., 2000 ;
Kerr et al., 2003; Mamberti et al., 2003). Fragmentos de la meseta del Caribe están expuestos en Panamá,
Costa Rica, el norte de Venezuela, Aruba, Curazao y República Dominicana (Fig. 5.1; Revillon et al., 2000;
Lapierre et al., 2000; Kerr et al., 2003) . Sin embargo, recientemente se ha sugerido que las secuencias de la
meseta oceánica en Colombia y Ecuador pueden representar fragmentos acumulados de la meseta del Caribe
(por ejemplo, Spikings et al., 2001; Kerr et al., 2003). El grosor de la corteza de la meseta del Caribe es de ~
20 km (Sinton et al., 1998; Revillon et al., 2000), y la mayoría de los autores están de acuerdo en que las rocas
estallaron en el Océano Pacífico (por ejemplo, Duncan y Hargraves 1984; Pindell et al. 1988; Burke, 1988;
Pindell y Barret 1990; Kerr et al., 2003). Una pieza clave de evidencia para un origen del Pacífico es la
presencia de fauna microfósil cretácea en la meseta del Caribe, que es similar a la fauna contemporánea en
el Océano Pacífico (Montgomery et al., 1994). Las placas continentales de América del Sur y del Norte se
separaron durante el Triásico hasta el Cretácico tardío, lo que resultó en la formación de una brecha
continental, que permitió a la meseta del Caribe migrar hacia el este-noreste, desde el Océano Pacífico, a su
posición actual. La deriva ENE de la meseta del Caribe resultó en la subducción de la corteza oceánica
protocaribeña debajo del borde de ataque de la meseta oceánica. La meseta del Caribe era probablemente
más ancha que la brecha intercontinental entre las placas de América del Norte y del Sur, lo que resultó en
colisiones entre esas placas y la meseta del Caribe durante el Cretácico tardío (por ejemplo, Burke, 1988;
Pindell et al., 2005). La posterior migración hacia el este de la meseta del Caribe entre las placas continentales
americanas dio como resultado límites complejos transcurrentes, y la deformación de los límites de las placas
en, por ejemplo, Yucatán, Colombia y Venezuela, y la subducción debajo del margen norte de la placa
sudamericana (Pindell et al. al., 2005). Las unidades defectuosas de picritos, basaltos, doleritas y ankaramitas
T-MORB y E-MORB en las regiones del antebrazo y el arco de Ecuador y Colombia son testimonio de la
fragmentación de la meseta, que puede haber ocurrido durante su colisión con la placa continental.
Fig. 5.1. Exposiciones de fragmentos de meseta oceánica en el norte de América del Sur y la región del
Caribe. Después de Kerr et al. (2003)
La Tabla 5.1 presenta un resumen de las edades radiométricas obtenidas de basaltos, andesitas basálticas y
gabbros en secuencias de meseta, así como las edades bioestratigráficas de sedimentos intercalados dentro
de las rocas de meseta en la región del Caribe y el noroeste de América del Sur. Claramente, la mayoría de
las edades se agrupan entre 92-88 Ma, aunque una fase menor de vulcanismo menor ocurrió durante 76-72
Ma (por ejemplo, Kerr et al; 2003). Hoernle y col. (2004) obtuvieron edades de 40Ar / 39Ar a partir de vasos
y muestras de rocas enteras de basaltos de meseta oceánica en la Península de Nicoya (Costa Rica), de 118 ±
5 Ma y 137 ± 2 Ma. Estos autores sugieren que las edades revelan la presencia de un pulso volcánico anterior
de vulcanismo de meseta, cuyos fragmentos también pueden incluir lavas albianas-ápticas en Cuba (Kerr et
al., 1999) y rocas acumuladas ultramáficas y máficas que producen un Sm / Nd edad de 123 ± 13 años de
edad (Lapierre et al., 2000), en la Cordillera Occidental del Ecuador. Sin embargo, no es posible confirmar
que estas edades del Cretácico Temprano dispersas geográficamente estén relacionadas genéticamente, o
incluso si son precisas.
Posiblemente, la edad de 123 ± 13 años reportada en Ecuador puede representar un fragmento de corteza
oceánica del Jurásico temprano al Cretácico temprano, que se acrecentó contra Sudamérica durante el
Cretácico temprano (por ejemplo, Litherland et al., 1994). En consecuencia, la mayoría del volcanismo de la
meseta oceánica que ahora se encuentra en la región del Caribe, estalló durante 92-88 Ma, lo que coincide
con las edades de cristalización radiométrica obtenidas de los bloques de Piñón y Pallatanga en Ecuador
(Luzieux et al., 2006; Vallejo et al., 2006).
Tabla 5.1. Resumen de las edades radiométricas (principalmente 40Ar / 39Ar) y bioestratigráficas en las
rocas de la meseta oceánica del Caribe y el norte de América del Sur, no todos los documentos informan
sus edades por completo y, por lo tanto, no es posible evaluar su precisión y exactitud. (Modificado de Kerr
et al., 2003).
La reconstrucción de la historia del Cretácico Tardío de la meseta del Caribe se ve obstaculizada por la falta
de crestas extendidas y la escasez de anomalías magnéticas de datos en la región del Caribe. Además del
mapeo geológico incompleto, no ha habido una identificación formal de la corteza oceánica original a través
de la cual la meseta del Caribe entró en erupción. La mayoría de los modelos de la evolución geológica de la
meseta del Caribe proponen que se originó a partir del penacho del manto de Galápagos, ubicado debajo de
la corteza oceánica de la placa Farallon (por ejemplo, Duncan y Hargraves, 1984; Spikings et al., 2001, Hoernle
et al., 2002; Thompson et al., 2003). Se considera que la amplia gama de edades radiométricas y
paleontológicas, combinadas con variaciones en la composición geoquímica, reflejan la presencia de
múltiples cabezas de penacho, que estuvieron activas durante el Cretácico, algunas de las cuales pueden
estar representadas por el punto caliente de Sala y Gómez en el Pacífico sur (por ejemplo, Reynaud et al.,
1999; Lapierre et al., 2000, Kerr et al., 2002b; Kerr y Tarney, 2005). Sin embargo, los datos paleomagnéticos
adquiridos de rocas tipo E-MORB del antebrazo ecuatoriano (Roperch et al., 1987, Luzieux et al., 2006) y la
cuenca del Caribe (Acton et al., 2000) sugieren que las rocas de la meseta oceánica, que cristalizaron. a ~ 90
Ma, estalló en las paleolatitudes ecuatoriales. En consecuencia, no se requiere un modelo de penacho
múltiple para dar cuenta de las rocas ultramáficas y máficas ~ 90 Ma E-MORB que se encuentran en el
antebrazo plano y la Cordillera Occidental del Ecuador. Sin embargo, como lo sugieren Revillon et al. (2000),
los episodios más antiguos de vulcanismo de meseta (suponiendo que sus edades del Cretácico Temprano
sean precisas) pueden estar relacionados con un penacho de manto que se encontraba en el Océano Pacífico
meridional.
5.3 EL GRAN ARCO DEL CARIBE Las rocas cretáceas intrusivas y extrusivas con afinidades geoquímicas de arco
de islas están asociadas con las rocas de la meseta oceánica, en la región del Caribe y el noroeste de América
del Sur (Fig. 5.2). Las secuencias de arco de la isla del Cretácico tardío en la región del Caribe incluyeron los
tipos IAT (islas de arco de isla) y CA (serie calc-alcalina). Burke (1988) indicó que este sistema de arco de islas
se originó en el Océano Pacífico oriental, y posteriormente migró hacia el Océano Atlántico central. Las rocas
de arco más antiguas producen edades del Jurásico Tardío (por ejemplo, en la isla de La Desirade; Fig. 5.2), y
se formaron sobre una zona de subducción que se sumerge hacia el este, que consumió la Placa de Farallón
debajo de la Placa de América del Norte (Fig. 5.3). Estas primeras secuencias de arco se conocen comúnmente
como el Gran Arco del Caribe. Los fragmentos de corteza subducida aún se conservan en la Placa del Caribe
(por ejemplo, Tobago), donde generalmente se asocian con rocas metamórficas de alta presión, y están
cubiertos por rocas sedimentarias Albian (Mattson y Pessagno, 1979; Pindell et al., 2005). Según varios
autores (Burke, 1998; Kerr et al., 1998; White et al., 1999), la meseta del Caribe pudo haber chocado con el
proto-Gran Arco del Caribe durante el Cretácico tardío. Burke (1988) sugirió que este evento resultó en un
cambio de polaridad de subducción, de subducción de inmersión este a oeste. Sin embargo, más
recientemente Pindell et al. (2005) propusieron que el evento de inversión de polaridad ocurriera en el
Aptian, antes de la erupción de una meseta (Fig. 5.3). El evento de polaridad de subducción, que resultó en
una zona de subducción que se sumerge hacia el oeste, fue posteriormente responsable de la deriva del
noreste de la meseta del Caribe desde el Pacífico, hacia la brecha oceánica que se formó entre las placas de
América del Norte y América del Sur. Esta zona de subducción está activa hoy en el límite oriental de la Placa
del Caribe, donde es responsable de la actividad volcánica en el Arco de las Antillas Menores.
Independientemente de cuándo se produjo el cambio de polaridad de la subducción, la subducción hacia el
oeste consumió el fondo del océano protocaribeño debajo de la meseta oceánica durante el Santoniano,
dando lugar a un arco cretáceo tardío, que comúnmente se conoce como el Gran Arco del Caribe (Fig. 5.3 )
Fig. 5.2: Mapa que muestra la ubicación de las rocas conocidas del arco de la isla del Cretácico en el Caribe
y América Central y del Sur. (Kerr et al., 2003).
5.4 SECUENCIAS DE ARCO DE LAS ISLAS OCEÁNICAS CRETÁCEAS TARDÍAS EN EL NORTE DE LOS ANDES
(ECUADOR Y COLOMBIA)
Las rocas volcánicas con E-MORB, afinidad del manto de manto han sido reconocidas en Colombia por varios
autores (por ejemplo, McCourt et al., 1984; Millward et al., 1984; Nivia et al., 1996; Kerr et al., 1998). Estas
rocas están expuestas al oeste de la Falla Romeral (Restrepo y Toussaint, 1974; Aspden y McCourt, 1986;
Aspden et al., 1987; Megard, 1987; Spadea et al., 1989; Nivia, 1996; Kerr et al., 1997 ), que se considera la
extensión norte de la Falla Pelteteca del Ecuador (Fig. 5.4). Las litologías incluyen basaltos tholeiiticos,
doleritas y gabbros, con intercalaciones de sílex y lutitas, que en conjunto surgen en la Cordillera Occidental
de Colombia, que es la continuación hacia el norte de la Cordillera Occidental de Ecuador.
Fig. 5.3. A) Reconstrucción tectónica de la región del Caribe durante el Coniaciano, basada en Burke (1998).
La meseta del Caribe se originó en el Océano Pacífico y luego se movió entre América del Norte y del Sur,
colisionando con el Gran Arco del Caribe e invirtiendo la polaridad de la subducción en el Campanian. B)
Según Pindell (1993), la meseta del Caribe extruyó sobre la corteza de Farallón después de la inversión de la
polaridad de subducción, que pudo haber ocurrido en el Cretácico temprano (de Pindell et al., 2006).
El sótano de la meseta oceánica de la Cordillera Occidental de Colombia se conoce como el Grupo Diabase
(Millward et al., 1984) o la Formación Volcánica (Nivia, 1996; Kerr et al., 1997).
Las secuencias más occidentales en Colombia son rocas volcánicas cretáceas, derivadas de plumas (Kerr et
al., 1997) (basaltos, gabbros y doleritas), expuestas en la región de la Serranía de Baudó a lo largo de la costa
del Pacífico (Figura 5.4). Fragmentos de rocas volcánicas con afinidades de meseta oceánica también están
expuestos en el borde occidental de la Cordillera Central. (Fig. 5.4), y la isla Gorgona incluye komatitas y
picritas con alto contenido de magnesio, que tienen afinidades de meseta oceánica (por ejemplo, Kerr y
Tarney, 2005). Las similitudes geoquímicas y petrográficas entre las secuencias de la meseta oceánica en
Colombia y la región del Caribe llevaron a varios autores (por ejemplo, Millward et al., 1984; Nivia, 1996; Kerr
et al., 2003) a agruparlos como parte del genéticamente “Caribe- Meseta Oceánica Colombiana ”(CCOP).
Fig. 5.4. Mapa que muestra las exposiciones de la meseta oceánica del Cretácico y las secuencias de arco de
islas en las regiones occidentales de Colombia y Ecuador (modificado de Kerr et al., 2003).
Las rocas de la meseta oceánica en la Cordillera Occidental de Colombia producen edades de 40Ar / 39Ar
(roca entera) de 91.7 ± 2.7 y 76.3 ± 1.6 Ma (Sinton et al., 1998), y rocas similares en la Isla de Gorgona
producen isócronas Re-Os con edades de 89,2 ± 5,2 (Walker et al., 1999). Estas edades son similares a las que
se encuentran en la Placa del Caribe. Sin embargo, las rocas derivadas de la columna de manto de la Serranía
de Baudo producen rocas enteras y plagioclasas con edades de meseta 40Ar / 39Ar que oscilan entre 78 y 73
Ma (Kerr et al., 1997) y una edad de 70 ± 3.5 Ma (aunque el método geocronológico no está especificado;
Bourgois et al., 1982), que son más jóvenes que la mayoría de las edades obtenidas de la Placa del Caribe. En
Ecuador, las secuencias de la meseta oceánica están expuestas en la Cordillera Occidental y la región costera.
En la Cordillera Occidental se les conoce como la Unidad Pallatanga, que cristalizó durante 87.1 ± 1.66 Ma
(ver capítulo 4). Los basaltos y gabbros de la meseta oceánica de la Formación Piñón en la costa del Ecuador,
producen una edad meseta (hornblende) indistintamente 40Ar / 39Ar de 88 ± 1.6 Ma (Luzieux et al., 2006;
Luzieux, 2007). Un pequeño interior de basaltos y doleritas, que producen afinidades geoquímicas de la
meseta oceánica (Mamberti et al., 2003), está expuesto en el valle central de Interandean, al este de Ambato
(Quillán; Fig. 5.4). Desafortunadamente, no se han fechado utilizando un método radiométrico preciso, pero
su presencia puede sugerir que el sótano del Valle Interandean está formado en parte por fragmentos de
rocas de la meseta oceánica. Coteccia y Zezza (1969) informan una edad K / Ar (fase mineral no informada)
de 51.5 ± 2.5 Ma, aunque esta edad puede restablecerse parcialmente. Las secuencias del arco de las islas
cretáceas se conservan en Colombia en el Complejo Quebrada Grande (Nivia et al., 1996; Kerr et al., 1997) y
el Arco Ricaurte del sur de Colombia (Spadea y Espinosa, 1996). Ambas secuencias producen firmas
geoquímicas de arco, incluidas anomalías negativas de Nb, LREE alto y LILE (Kerr et al., 2003). Los fósiles de
rocas sedimentarias del Complejo Quebrada Grande producen edades Hauterivianas a Albias, mientras que
las edades bioestratigráficas de rocas sedimentarias intercaladas en el Arco Ricaurte producen edades
Campanianas (Spadea y Espinosa, 1996). Las secuencias de arco de la isla del Cretácico tardío en Ecuador se
encuentran en dos áreas; la región costera y la cordillera occidental. En la región costera, los basaltos y los
gabbros con afinidades geoquímicas de arco insular se conocen como las Formaciones San Lorenzo y Las
Orquídeas (Reynaud et al., 1999; Luzieux et al., 2006).
Ambas secuencias se superponen a las rocas volcánicas de la meseta oceánica de la Formación Piñón. Los
basaltos de la Formación San Lorenzo producen una edad 40Ar / 39Ar (plagioclasa) de 72.7 ± 1.4 Ma (Lebrat
et al., 1987), mientras que la Formación Las Orquideas puede tener una edad Campaniana (Luzieux, 2007),
aunque su exposición es pobre. y no tiene fecha En la Cordillera Occidental, el Grupo Rio Cala tiene firmas
geoquímicas similares a las rocas formadas en una secuencia de arco de isla intraoceánica en la cima de una
meseta oceánica. La datación bioestratigráfica (Boland et al., 2000) y radiométrica (este estudio), indica
fuertemente que la secuencia del arco de la isla preservada en la Cordillera Occidental estuvo activa desde
el Santoniano hasta el Maastrichtiano temprano, que se superpone con las edades bioestratigráficas y
radiométricas reportadas para la isla secuencias de arco en la región costera (Lebrat et al., 1987; Luzieux,
2007). Del mismo modo, las concentraciones de elementos traza de los basaltos de arco de la isla en la región
costera se superponen parcialmente con sus concentraciones dentro de los basaltos de arco de la isla y las
andesitas de la Cordillera Occidental (Fig. 5.5), lo que implica que ambas series volcánicas pueden
corresponder al mismo sistema de arco de la isla. Los tipos de rocas de arco de islas del Cretácico tardío de
Colombia tienen firmas geoquímicas de arco de islas similares a las producidas por los tipos de rocas de arco
de islas preservadas en la región costera y la Cordillera Occidental del Ecuador (Fig. 5.5). Kerr y col. (2002) ya
notaron similitudes entre las rocas de arco de la isla del Arco Ricaurte del sur de Colombia con las rocas
volcánicas de arco de la isla de la Unidad Naranjal, que producen edades bioestratigráficas de Campania. De
manera similar, existe una superposición de las concentraciones REE de rocas volcánicas del arco de Ricaurte
de Colombia y del arco de San Lorenzo de la región costera (Fig. 5.5), lo que sugiere que el arco de Ricaurte
es la continuación norte de las secuencias de arco de la isla del Cretácico tardío. de la Cordillera Occidental y
la región costera del Ecuador.
Figura 5.5. Condrita normalizada (Sun y MacDonough 1989) concentraciones REE de rocas volcánicas con
afinidad de meseta oceánica en Colombia (A) y Ecuador (B). Manto primitivo normalizado (Sun y
McDonough 1989) parcela de varios elementos de rocas del arco de la isla del Cretácico Tardío de la
Cordillera Occidental y la región costera de Ecuador, y el Arco Ricaurte de la Cordillera Occidental de
Colombia (C). (Redibujado de Kerr et al., 2002; Kerr et al., 2003, Spadea y Espinosa, 1996 y datos propios).
Por lo tanto, dadas las similitudes cronológicas y geoquímicas de los basaltos y los gabbros de las islas, y las
litologías de la meseta oceánica en el norte de los Andes y la Placa del Caribe (Tabla 5.1), así como la meseta
oceánica del Cretácico tardío y las rocas de arco de la isla en la región costera y la Cordillera Occidental de
Ecuador representan fragmentos acrecentados de la misma provincia ígnea grande que colisionó contra la
placa sudamericana durante el Cretácico tardío.
Los resultados obtenidos en el presente estudio no respaldan modelos anteriores que invocan eventos de
acreción múltiple desde el Cretácico tardío porque: • No hay evidencia de subducción por inmersión hacia el
este debajo del sector ecuatoriano de la Placa de América del Sur durante el Cretácico tardío. El volcanismo
del Cretácico tardío está restringido a los basaltos alcalinos intraplaca, que se interceptan en los pozos de
sondeo en la Cuenca de Oriente, que se formaron a través de una corriente ascendente astenosférica
intracratónica (Barragán et al., 2005); El volcanismo relacionado con la subducción se restringió al norte del
Perú. Las reconstrucciones paleotectónicas (por ejemplo, Ross y Scotese, 1988) colocan una falla de
transformación proximal y paralela al borde del margen ecuatoriano. En consecuencia, el consumo de corteza
oceánica entre la Placa de América del Sur y la Meseta del Caribe, se logró mediante subducción por
inmersión hacia el oeste debajo de la Meseta del Caribe. • Modelos evolutivos anteriores de la Cordillera
Occidental, asignaron una edad del Cretácico Temprano a la Formación Piñón (por ejemplo, Goosens y Rose,
1973; Jaillard et al., 1995), basados en dataciones bioestratigráficas erróneas de las rocas sedimentarias
marinas suprayacentes, y el Pallatanga Fm . No tenía fecha. Sin embargo, las formaciones Pallatanga y Piñón
tienen la misma edad (~ 88 Ma; Luzieux et al., 2006; Vallejo et al., 2006). • Es improbable la acumulación del
Eoceno tardío del Bloque Macuchi, porque la Unidad Macuchi produce edades del Eoceno tardío (Turbiditas
de Las Juntas), lo que se confirma con nuestros análisis radiométricos 40Ar / 39Ar de un basalto de la Unidad
Macuchi (ver capítulo cuatro). Además, y posiblemente lo más importante, Luzieux et al. (2006) utilizaron
datos paleomagnéticos para mostrar que el Bloque Piñón se acrecentó durante el Cretácico Tardío, al mismo
tiempo que el Bloque Pallatanga se acreció (Vallejo et al., 2006), lo que implica que formaron un solo bloque.
En consecuencia, es geométricamente desafiante sugerir que el Bloque Macuchi se acumuló en el Eoceno
tardío y se insertó entre los Bloques Piñon y Pallatanga. Tal escenario implica la existencia de fallas
transcurrentes complicadas de gran magnitud (por ejemplo, 100 kms).
Este estudio propone un nuevo modelo comprobable para la evolución geológica de las rocas de la Cordillera
Occidental del Ecuador, que se basa en los datos presentados en este estudio y en estudios anteriores (por
ejemplo, Egüez, 1986; BGS- Programa de mapeo CODIGEM 1996-2002). El modelo presentado aquí, está
respaldado por un marco estratigráfico consistente para el sótano volcánico ígneo y la cubierta sedimentaria
y volcánica, teniendo en cuenta que las rocas máficas y ultramáficas derivadas del mantleplume del sótano
de la Cordillera Occidental y la región costera fueron originalmente parte de la misma. meseta oceánica
(Vallejo et al., 2006; Luzieux et al., 2006; Luzieux, 2007) que es equivalente a ~ 88 Ma CCOP. Según los
resultados presentados en este estudio, la geología puede explicarse por un solo evento de acreción, y esa
actividad volcánica posterior fue casi continua desde el último Maastrichtiense.
La edad de circón U / Pb (SHRIMP) de 87.1 ± 1.66 Ma (2σ) de un gabro tipo E-MORB de la Unidad de San Juan,
es la primera edad radiométrica U / Pb que se obtiene de las rocas del sótano máfico de las rocas de la meseta
oceánica de la cordillera occidental. La edad U / Pb es consistente con el volcanismo asociado con la meseta
del Caribe durante 91–88 Ma (Sinton et al., 1998) y una edad 40Ar / 39Ar de 88 ± 1.6 Ma (2σ) de las rocas de
la meseta oceánica de la Formación Piñón costera (Luzieux et al., 2006). Los anfibolitos de Totoras pueden
haberse formado poco después de la meseta extruida en la base de la meseta, y la edad de 40Ar / 39Ar
(hornblende) de 84.69 ± 2.22 Ma (2σ) indica el tiempo de enfriamiento por debajo de ~ 550-500 ° C, durante
el retroceso después del metamorfismo de facies de anfibolita. Los análisis paleomagnéticos de la Formación
Piñón (Luzieux et al., 2006) muestran que estas rocas cristalizaron en latitudes ecuatoriales o bajas del sur.
Sin embargo, no es posible reconstruir su separación longitudinal original del margen de la Placa
Sudamericana.
Fig. 5.6 Dos interpretaciones contrastantes para las posiciones del punto caliente de Galápagos durante el
Cretácico tardío y su relación con el origen de la meseta del Caribe. (A) Reconstrucción paleotectónica de la
región del Caribe a 80 Ma. Posiciones de placa y movimientos en el marco de referencia del punto de
acceso (Duncan y Hargraves, 1984). En este modelo, la Meseta del Caribe se originó en el punto de acceso
de Galápagos, sin embargo, de acuerdo con la dirección del movimiento de la Placa de Farallón (NE), la
meseta no habría chocado contra América del Sur. (B) Posición de la Placa del Caribe a ~ 90 Ma después de
Pindell et al., 2006. Estos autores indican que la Meseta del Caribe estaba ubicada al menos a 1000 km al
este del Punto de acceso de Galápagos en ese momento, lo que sugiere que la meseta no fue extruida del
punto de acceso de Galápagos.
La reconstrucción paleotectónica del Cretácico Tardío y los movimientos de placas de la Meseta del Caribe y
la Placa de Farallón en relación con América del Sur aún no están bien restringidos, y las reconstrucciones de
placas de la Placa del Caribe tienden a ser imprecisas para la región ecuatoriana debido a la falta de datos
cuantitativos. Duncan y Hargraves (1984) propusieron un modelo en el que la ~ 90 Ma Caribbean Plateau se
formó sobre el punto de acceso de Galápagos (Fig. 5.6A) y su borde oriental se ubicó ~ 2200 km al este de la
Placa Sudamericana. En consecuencia, la meseta tendría que desplazarse hacia el este para colisionar con la
placa sudamericana del noroeste. Sin embargo, esto no es totalmente consistente con la deriva dirigida hacia
el NE de la Placa Farallon, como lo proponen Pilger (1983) y Engebretson (1985). Además, Pindell et al. (2006)
sugirieron que el punto de acceso de Galápagos estaba ubicado ~ 1000 km al oeste del sitio donde se extruyó
la meseta del Caribe (Fig. 5.6B). Tales reconstrucciones contrastantes reflejan la escasez de datos
cuantitativos, y como ya lo sugirieron Pindell et al. (2006), la meseta del Caribe puede haberse originado más
cerca del margen sudamericano. Al considerar el movimiento del barrio noreste de la Placa Farallón durante
el Cretácico Tardío, es probable que el borde delantero de la Meseta del Caribe colisionara oblicuamente con
la Placa Sudoccidental del noroeste (Fig. 5.7).
Fig. 5.7. Reconstrucción de la meseta del Caribe durante el Santonian-Maastrichtian. (Modificado de Ross y
Scotese, 1988). Se han realizado extensiones esquemáticas postuladas del Gran Arco del Caribe para incluir
la secuencia del Arco de Río Cala. El bloque Pallatanga se muestra como un fragmento de la meseta del
Caribe. GHS: punto de acceso de Galápagos.
5.6.2 Santoniano a Campaniano temprano (85-83 Ma): Iniciación de la subducción debajo de la meseta
oceánica
La iniciación de la subducción por inmersión hacia el oeste en el borde delantero de la meseta fue
probablemente responsable de la generación del arco isleño relacionado con el océano Santoniano, Pujilí
Granito, y boninitas de la Formación La Portada. El lapso de tiempo entre la erupción de los basaltos de la
meseta oceánica y la secuencia del arco de la isla sugiere que la migración de la meseta del Caribe y la
posterior iniciación de la subducción hacia el oeste debajo de la meseta ocurrió dentro de ~ 3 my de la
erupción de la meseta. Dado el corto período de tiempo entre el inicio de la subducción y el volcanismo de
arco, vale la pena considerar el mecanismo que inició la subducción en el borde de ataque de la meseta.
Burke (1988) argumentó que la colisión de la meseta oceánica con el Proto-Gran Arco del Caribe anterior a
90 Ma (Fig. 5.3) ocurrió poco después de que estallara la meseta (~ 3 Ma), lo que resultó en la inversión de
la polaridad de subducción y el inicio de subducción hacia el oeste debajo de la meseta oceánica. White y col.
(1999) propusieron un escenario similar para el origen del ~ 86 Ma Aruba Batholith en las Antillas de
Sotavento. Según su modelo, el lapso de tiempo entre la erupción de la meseta oceánica, estimada en
alrededor de 89-87 Ma y la erupción del batolito de Aruba es de solo ~ 2 Ma, lo que sugiere que el proceso
de colisión, inversión de polaridad de subducción y magmatismo de arco ocurrió dentro este intervalo, que
no es realista. La meseta de Ontong Java proporciona un análogo, que colisionó contra el arco de la isla
Salomón en el suroeste del Océano Pacífico.
Fig. 5.8 Reconstrucción paleotectónica de la Cordillera Occidental y áreas vecinas desde el Cretácico tardío
hasta el Oligoceno. Ver texto para más detalles.
Petterson y col. (1999) indicaron que la colisión ocurrió en el Mioceno temprano, y que el cambio de
subducción pudo haber ocurrido en el Mioceno medio, lo que sugiere que los procesos de cambio de
polaridad de colisión y subducción ocurren durante períodos prolongados de tiempo (~ 6 Ma), lo cual es
inconsistente con Los modelos de Burke (1988) y White et al. (1999) Por lo tanto, se debe invocar un
mecanismo diferente para explicar el corto tiempo entre la producción de basaltos de meseta oceánica y
rocas de arco de isla. Niu y col. (2003) propusieron que el inicio de la subducción debajo de una meseta
oceánica puede ser producido por una diferencia de densidad entre la meseta oceánica joven y flotante y el
MORB circundante de la corteza oceánica. Según estos autores, los bordes de las mesetas oceánicas flotantes
que están bajo compresión desviadora (por ejemplo, empuje de cresta) pueden fallar a través de fallas
inversas, lo que permite que el MORB más denso se subduzca debajo de la meseta oceánica dominante
flotante, si se superan las fuerzas de fricción. Su modelo también puede explicar la formación de boninitas
de Santonian-Campanian de la Formación La Portada, a través del inicio de la subducción de la corteza
oceánica normal debajo de una cuña de manto caliente y altamente agotada, debajo de la meseta del Caribe,
durante las primeras etapas del arco de magmatismo ( Fig. 5.8A), que coincide con un ajuste tectónico poco
después de la erupción de la meseta del Caribe. El granito Pujilí, que produce afinidades geoquímicas típicas
de los TTG y los fundidos silíceos adakíticos (véase el capítulo 2), y los valores isotópicos de NS similares a la
meseta oceánica (+6), también pueden haberse formado durante este período a través de la acumulación y
la cristalización fraccionada de los fundidos en la base de la gruesa meseta oceánica, y un componente
derivado de la losa de subducción durante el inicio de la subducción. Además, las rocas con afinidades TTG y
boninitas se consideran en general indicativas del inicio de la subducción debajo de la corteza oceánica
engrosada (por ejemplo, Niu et al., 2003; Escuder Viruete et al., 2006).
La secuencia del Arco de Río Cala, que está expuesta en el norte de la Cordillera Occidental, se define como
una serie de turbiditas volcánicas (formaciones de Natividad, Pilatón y Mulaute), con secuencias intercaladas
de lavas basálticas (por ejemplo, las facies volcánicas de la Formación Mulaute, las formaciones de Río Cala
y La Portada). Esta secuencia de arco también puede incluir la Unidad Naranjal de la frontera occidental de
la Cordillera Occidental. Las firmas geoquímicas de trazas y elementos principales de las facies sedimentarias
y volcánicas son típicas de las rocas formadas en un arco de isla. Se han obtenido valores altos de εNdi (+6 a
+9) a partir de la secuencia del arco de Rio Cala (véase el capítulo 2), que se superponen con los adquiridos
de los basaltos de la meseta del Cretácico tardío y el Gran Arco en la región del Caribe actual (p. Ej. Thompson
et al., 2003). Se depositaron rocas sedimentarias turbidíticas en ventiladores submarinos derivados de
volcanes de arco de isla (Fig. 5.8B). Como se demostró anteriormente, las rocas de arco de la isla de la
Cordillera Occidental pueden correlacionarse temporal y geoquímicamente con las rocas de arco de la isla de
la zona costera, que incluyen las formaciones Las Orquídeas, San Lorenzo y Cayo (Fig. 5.9). Por lo tanto, es
probable que formaran partes del mismo sistema de arco de isla. Los elementos traza y los datos isotópicos
(Pb) indican que las rocas de arco de la isla de la Formación Río Cala pueden haber estallado a lo largo de una
meseta oceánica (Allibon et al., 2005), lo que sugiere una subducción de inmersión al oeste debajo de la
meseta oceánica. La Formación Yunguilla se depositó en una cuenca de margen pasivo orientada de norte a
sur a lo largo del margen continental de América del Sur, y es coeval con el volcanismo de arco de la isla. El
detrito fue erosionado de las rocas de la Cordillera Oriental actual (Fig. 5.8B), como lo indican nuestros
análisis de procedencia (capítulo 3), que definieron el margen de la placa continental contemporánea.
La colisión del magmatismo relacionado con la subducción del bloque de Pallatanga debajo del borde
delantero de la meseta oceánica terminó durante el Maastrichtiense, lo que indica que cesó la subducción
por inmersión en el oeste, que probablemente fue causada por la obstrucción de la zona de subducción
durante la colisión de la corteza meseta oceánica continental (Fig. 5.8C). El cese del magmatismo de arco fue
sincrónico con cambios rápidos en la declinación paleomagnética (rotación vertical de 20-50 ° en el sentido
de las agujas del reloj; Luzieux et al., 2006) entre 73 y 70 Ma en los bloques Piñón y San Lorenzo. Además, las
rocas sedimentarias de la Formación Yunguilla se deformaron mucho antes de la deposición de la Formación
Paleocene Saquisilí Colectivamente, estos eventos dramáticos y significativos, que ocurrieron
simultáneamente a grandes distancias (por ejemplo, 1000 km), se interpretan como una consecuencia de la
colisión. entre la placa sudamericana y la meseta del Caribe. El mismo período de tiempo también se
caracteriza por un enfriamiento rápido y exhumación (> 1 km / my) en la Cordillera Oriental y el Complejo
Amotape (Spikings et al., 2000, 2001, 2005), que probablemente se asoció con la elevación de rocas porque
fue sincrónico con la deposición de rocas sedimentarias de alta energía en las regiones foreland y retro-
foreland. Aspden y col. (1992b) informan el restablecimiento generalizado de las edades de K / Ar adquiridas
de rocas del Cretácico Jurásico Inferior en la Cordillera Real durante 85-65 Ma. Sin embargo, es difícil evaluar
si alguna edad K / Ar individual es discordante (exceso de 40Ar; reinicio parcial o completo), lo que puede
explicar el rango de edad extendido (20 my), lo que lo hace insatisfactorio para distinguir entre Santoniano-
Campaniano temprano y Enfriamiento tardío de Campania - Maastrichtiense, por ejemplo El primer evento
significativo de enfriamiento y exhumación detectado a lo largo del margen continental por 40Ar / 39Ar (mica
blanca, biotita) y la termocronología de la pista de fisión (circonita, apatita) ocurrió durante 75-65 Ma en el
Complejo Amotape (Spikings et al., 2001; 2005 ) Esto ha sido confirmado por una nueva meseta indistinguible
40Ar / 39Ar edades de migmatitas triásicas (edad de circón U / Pb de 227 ± 2 Ma; Litherland et al., 1994) de
68.5 ± 0.4 (mica blanca) y 68.6 ± 0.5 (biotita) Ma del sur de la Cordillera Oriental (Vallejo et al., 2006), que se
interpretan para indicar un enfriamiento rápido a 380 ° -330 ° C durante el Maastrichtiense. El levantamiento
de rocas y la exhumación de la Cordillera Oriental dieron lugar a la principal fuente de detritos para la
Formación Maastrichtiense Yunguilla.
En la Cuenca de Oriente, ubicada al este de la Cordillera Oriental, la Formación Tena se depositó en una
cuenca retro-sobrecargada, que recibió proporciones modales crecientes de minerales metamórficos, como
resultado de la exposición progresiva de los niveles profundos de la exhumación. Cordillera Oriental (por
ejemplo, Baldock, 1982; Aspden y Litherland., 1992). Colectivamente, esta evidencia, recolectada tanto de la
región de estudio (que se encuentra próxima a la zona de colisión) como de otras partes del norte de los
Andes, favorece fuertemente la hipótesis de que el borde de ataque de la meseta del Caribe y su arco
asociado colisionaron con el sector ecuatoriano. de la placa de América del Sur, en el Campanian-
Maastrichtiano tardío (~ 75-65 Ma). La presencia de rocas acumuladas máximas dentro de los bloques con
fallas del Bloque Pallatanga (Unidad de San Juan), y como bloques dentro de las zonas de cizallamiento en la
región de Guaranda, indica que la colisión puede haber sido responsable de la exhumación de los niveles
profundos de la meseta. Los indicadores de sentido de cizalladura en la falla Calacalí - Pujilí - Pallatanga
sugieren una sensación de movimiento dextral, asociada con la colisión orientada al barrio este-noreste de
la meseta del Caribe.
Durante el último Maastrichtiense, los bloques Pallatanga y Piñon (y sus secuencias de arco asociadas a las
islas San Lorenzo y Río Cala) ya se habían acrecentado en el margen continental y formaron el margen
noroeste del sur Plato Americano. Nuestra identificación de una serie de rocas volcánicas que producen
firmas geoquímicas alcalino-calcáreas (facies volcánicas Tandapi) durante ~ 65–60 Ma, que están asociadas
con rocas sedimentarias continentales de la Formación Silante, indica fuertemente que una nueva fase de
volcanismo a lo largo del NO El margen sudamericano comenzó al final del Maastrichtiense. El cambio
abrupto y regional de las toliitas de arco de isla a una serie volcánica alcalino-calcárea de alto K coincide con
la subducción de inmersión hacia el este durante el Maastrichtiense (Fig. 5.8D). El Arco Silante hizo erupción
en la parte superior del bloque alóctono acrecido en la parte norte de la Cordillera, y en la parte superior de
la corteza continental en las latitudes del sur (Sacapalca Fm.). La masa terrestre se hizo emergente durante
el último Maastrichtiano hasta el Paleoceno temprano, porque la Formación Silante suprayacente se
depositó en un entorno terrestre. Las tasas elevadas de exhumación continuaron después de la colisión inicial
posiblemente causada por un rebote isostático combinado con tensiones de compresión prolongadas. Los
datos termocronológicos de la Cordillera Oriental indican un enfriamiento acelerado de 65 a 55 Ma,
impulsado por el aumento de las tasas de exhumación (Spikings et al., 2000, 2001), que fue sincrónico con el
depósito de lechos rojos de la Formación Tena en la Cuenca del Oriente de Ecuador , lo que indica que un
ambiente terrestre estaba muy extendido al final del Maastrichtiense.
5.6.6 Paleoceno: las condiciones marinas del Arco de Macuchi se reiniciaron durante el Paleoceno temprano
(Fig. 5.8E) en el antebrazo, porque las rocas volcánicas de la Unidad de Macuchi estallaron por debajo del
nivel del mar y pueden representar una continuación del último Arco de Silante de Maastrichtiense. Las
formaciones sedimentarias de Pilaló y Saguangal se depositaron en las latitudes septentrionales, y
probablemente provenían del Arco de Macuchi y la Formación Silante, como lo sugieren las firmas
geoquímicas de sus detritos volcánicos (ver capítulo 3). Sin embargo, la cuenca del Saguangal también recibió
material detrítico de rocas fuente metamórficas y graníticas, corroborando la soldadura completa del actual
antebrazo ecuatoriano. Las rocas sedimentarias hemipelágicas de la Formación La Cubera en el Bloque
Naranjal, y la Formación Guayaquil del área costera (Fig. 5.9) presumiblemente representan equivalentes
distales de la formación Pilaló y Saguangal. Durante el mismo período, la Cuenca Saquisilí se formó entre el
Arco Macuchi y la Cordillera Oriental. La cuenca fue abastecida predominantemente por la emergente
Cordillera Oriental.
La deposición de la Formación Pilaló, probablemente continuó hasta el Eoceno Temprano, como se indica en
el tramo de carretera Latacunga - La Maná, donde la Formación Pilaló está conformada por las calizas del
Eoceno Medio de la Formación Unacota, que pueden haberse formado a lo largo de los flancos de la Arco de
Macuchi (Fig. 5.8F), como sugirió anteriormente Egüez (1986). Durante el Eoceno medio, el emplazamiento
de los granitos de tipo I a lo largo de lo que ahora es el borde occidental de la Cordillera Occidental fue coeval
con la erupción de rocas volcánicas de la Unidad Macuchi (ver los datos 40Ar / 39Ar en el capítulo 4). Los
datos geoquímicos de transición (series tholeiitic y calc-alcalina) adquiridos de basaltos y andesitas basálticas
sugieren que este sistema de arco puede haber entrado en erupción a través de rocas del sótano que
comprenden tanto la corteza oceánica como la corteza continental evolucionada geoquímicamente, aunque
este estudio no puede dar cuenta de tal Una posible yuxtaposición de secuencias de sótanos.
Durante el Eoceno tardío, se depositaron rocas turbidíticas de la Formación Apagua sobre las calizas de la
Formación Unacota (Fig. 5.8G). Se registra una sucesión litoestratigráfica similar (1) en la secuencia del sótano
de la cuenca Manabí de la costa del Ecuador, donde las turbiditas de la Formación San Mateo cubren las
calizas de la Formación San Eduardo (por ejemplo, Kennerly, 1980) y (2) en el Piñón Bloquee los depósitos de
abanicos de las profundidades marinas de Las Masas y la Formación Ancón se superpone a las Calizas de San
Eduardo (Luzieux, 2007). Tal cambio generalizado del ambiente de depósito refleja la profundización general
de las cuencas. En contraste, se estaba produciendo un enfriamiento rápido de la Cordillera Oriental,
impulsado por la exhumación entre 40 y 30 Ma (Spikings et al., 2001). Estos cambios en el Eoceno tardío se
correlacionan con un período de rápida convergencia oblicua de las placas de Nazca (Pardo Casas y Molinar,
1987) y de América del Sur. La deposición de conglomerados gruesos ricos en clastos metamórficos en la
Cuenca del Oriente, atestigua la rápida elevación de la superficie de la Cordillera Oriental (Spikings et al.,
2000; Ruiz, 2002; Ruiz et al., 2004).
El Arco de Macuchi estuvo activo durante el Eoceno tardío, como lo demuestran las rocas ígneas extrusivas
e intrusivas en la Cordillera Occidental, que producen edades de ~ 35 Ma. Además, el material volcánico de
este arco volcánico se puede encontrar localmente en turbiditas de la Formación Apagua. El detrito volcánico
se distribuyó regionalmente, porque las rocas sedimentarias del Eoceno tardío de la región costera
(formaciones de Punta Blanca, San Mateo y Zapallo) recibieron grandes cantidades de minerales derivados
del volcán (Bristow y Hoffstetter, 1977; Luzieux, 2007). Las rocas sedimentarias turbidíticas del Eoceno tardío
de las formaciones Apagua y El Laurel, se depositaron en la parte central y norte de la Cordillera,
respectivamente. El análisis de procedencia indica que estas formaciones registran un aumento ascendente
de minerales metamórficos y ZTR, lo que sugiere que el núcleo Paleozoico más profundo y más antiguo de la
Cordillera Oriental se estaba elevando y erosionando progresivamente. Toro y col. (2005) llegaron a
conclusiones similares de los análisis modales de areniscas de las formaciones Apagua y Rumi Cruz. El fan
delta facies del Rumi Cruz Fm. documenta la etapa final del cierre de la cuenca. Finalmente, este estudio
concluye que no hay evidencia de acreción del Eoceno tardío de un arco de Macuchi alóctono, como lo
sugieren autores anteriores (Jaillard et al., 1995; Hughes y Pilatasig, 2002) para explicar la inversión
estructural de la cuenca de Angamarca. Por el contrario, como se muestra en capítulos anteriores, las rocas
volcánicas de la Unidad Macuchi están conformadas por turbiditas de la Formación Apagua. Además, el
volcanismo continuo en todo el Eoceno, y parte del Oligoceno, impide un evento de colisión durante este
período. No hay evidencia que respalde el desplazamiento estructural del Eoceno a lo largo de la falla Chimbo
- Toachi, que actualmente se encuentra a lo largo del margen este de la Unidad Macuchi (Fig. 1.4). La falla
Chimbo - Toachi, es una estructura orientada a NNE-SSW que se desarrolló al oeste de la falla más grande de
Calacalí - Pujilí - Pallatanga. Las edades de la pista de fisión del Mioceno tardío desde la zona de falla Chimbo
- Toachi sugieren que puede ser una estructura neógena, que se formó como parte de un extenso sistema
transcurrente, que fue responsable de abrir la Depresión Interandean (Winkler et al., 2005; Spikings y
Crowhurst , 2004; Spikings y otros, 2005), y puede ser una de varias estructuras, que acomodan el
desplazamiento a gran escala del Bloque Andino del Norte hacia el noreste (por ejemplo, Winkler et al., 2005)
Un evento tectónico importante afectó a amplias áreas de Ecuador durante el último Eoceno a Oligoceno.
Durante este período, la elevación de la superficie dentro de la Cordillera Occidental central generó una masa
de tierra emergente (Fig. 5.8H), como lo documenta una disconformidad angular entre la formación Rumi
Cruz y la Formación Zumbagua del Mioceno suprayacente. En la parte norte de la Cordillera Occidental, la
formación oligocena de San Juan de Lachas se deposita de manera inconformista en la parte superior de la
formación de laurel del eoceno y la formación del cretáceo tardío Pilatón. Presumiblemente, estas relaciones
coinciden con un importante evento oligoceno de la Cordillera Occidental, que produjo ejes plegados NS en
las secuencias pre-Oligoceno de la Cordillera Occidental. Similar. el período Oligoceno está representado por
una pausa generalizada en la región costera (Luzieux, 2007), mientras que en la cuenca Oriente, los
sedimentos oligocenos de la Formación Orteguaza se encuentran sobre los lechos truncados de la Formación
Tiyuyacu (por ejemplo, Balkwill, 1995). Esta disconformidad puede estar relacionada con un evento tectónico
regional en las cordilleras occidentales y orientales adyacentes y en las regiones del antebrazo.
Fig. 5.9 Evolución geológica de la Cordillera Occidental del Ecuador, incluida la correlación con series
estratigráficas de la región costera, la actividad ígnea y el marco geodinámico durante el Cretácico tardío al
Oligoceno.
CAPÍTULO 6: CONCLUSIONES
1. Nuestra nueva edad U / Pb SHRIMP (circón) de 87.1 ± 1.66 Ma (2σ) y 40Ar / 39Ar (hornblende) edad
de 84.69 ± 2.22 Ma (2σ), son las primeras edades radiométricas adquiridas de las rocas del sótano
máfico de Pallatanga Fm. en la Cordillera Occidental del Ecuador, que representan un fragmento
acumulado de una meseta oceánica. Colectivamente, estas edades, cuando se combinan con las
afinidades geoquímicas de las rocas, apoyan fuertemente una derivación del coeval Caribbean
Plateau. Las edades radiométricas son consistentes con el volcanismo asociado con la meseta del
Caribe durante 92–88 Ma (Sinton et al., 1998; Kerr et al., 2003) y una edad 40Ar / 39Ar de 88 ± 1.6
Ma de rocas de la meseta oceánica del Piñón Fm. (Luzieux et al., 2006), ubicado a lo largo de la costa
de Ecuador.
2. El inicio de la subducción en el borde de ataque de la meseta fue probablemente responsable de la
generación del granito Pujilí relacionado con el arco de la isla del océano, a ~ 85 Ma. Además, las
boninitas de Santonian-Campanian (~ 85-75 Ma) de la Unidad La Portada (Grupo Rio Cala) también
se produjeron durante las primeras etapas del magmatismo de arco, a través de la subducción por
inmersión al oeste debajo de la meseta del Caribe. Las edades radiométricas y las composiciones
químicas de las rocas del arco de la isla del Cretácico Superior de la Cordillera Occidental se
correlacionan con las rocas del arco de la isla de la costa de Ecuador, Colombia y la región del Caribe.
Por lo tanto, es razonable sugerir que las rocas de arco de la isla de la Cordillera Occidental y la región
costera de Ecuador pueden representar la extensión hacia el sur del Gran Arco del Caribe.
3. La ausencia de actividad ígnea relacionada con la subducción a escala regional a lo largo del margen
continental ecuatoriano durante 85-65 Ma es indicativo de un cese de la subducción debajo del
margen continental, como consecuencia del cierre de la cuenca oceánica que se acomoda
únicamente por la subducción hacia el oeste debajo de la meseta del Caribe
4. La meseta oceánica y el arco de la isla suprayacente se desplazaron hacia el este y chocaron con el
margen continental sudamericano durante el Campaniano (~ 73 Ma). La terminación del
magmatismo de arco en el período temprano de Maastrichtiense (~ 70 Ma) corresponde a la
obstrucción de la zona de subducción por colisión entre la flotante Meseta del Caribe y la Placa
Sudamericana. Los datos de declinación paleomagnética de sótanos y rocas de cubierta sedimentaria
en la región costera (Luzieux et al., 2006) indican que experimentaron 20–50o de rotación en sentido
horario durante el Campanian tardío (73-70 Ma), que fue sincrónico con la colisión del océano
meseta y secuencia de arco con la placa sudamericana, lo que indica que la colisión puede haber sido
oblicua
5. La colisión entre la Placa de América del Sur y la Meseta del Caribe resultó en una exhumación rápida
(> 1 km / my) y un levantamiento de la superficie en la Cordillera Oriental, con erosión y deposición
en el arco anterior y retroarco. Además, el inicio de la exhumación rápida en todo el margen
continental durante ~ 75-65 Ma corrobora temporalmente el inicio de la sedimentación clástica
derivada del margen continental durante el final del Campanio-Maastrichtiano.
6. La colisión de la meseta del Caribe y la placa sudamericana inició la subducción por inmersión hacia
el este debajo de la meseta oceánica acrecida. El nuevo margen activo dio origen al último arco
volcánico Silante de Maastrichtiense (ca 65 Ma), que se depositó en un entorno terrestre.
7. Durante el Paleoceno hasta el Eoceno, se depositaron rocas volcánicas de la Unidad Macuchi, lo que
puede representar una continuación temporal del arco volcánico Silante. Este vulcanismo submarino
fue coeval con la deposición de rocas sedimentarias siliciclásticas del Grupo Angamarca y la
Formación Saguangal, que se derivaron principalmente de la emergente Cordillera Oriental.
8. No hay evidencia de acreción del arco de Macuchi durante el Eoceno tardío, como lo sugieren autores
anteriores, quienes afirman que la acreción fue responsable de la inversión estructural de la cuenca
de Angamarca. Por el contrario, las rocas volcánicas de la Unidad Macuchi están conformadas por
turbiditas del Grupo Angamarca. Además, es geométricamente difícil conciliar la acumulación del
Eoceno Tardío de la Unidad Macuchi, dado que actualmente se encuentra entre los Bloques Piñón y
Pallatanga, que se acumularon en el Cretácico Tardío.