Machine Translated by Google

INVESTIGAR

LESIÓN GENITAL FEMENINA A CONTINUACIÓN

SEXO CONSENSUAL Y NO CONSENSUAL :
ESTADO DE LA CIENCIA

Autores: Jocelyn C. Anderson, MSN, BSN, RN y Daniel J. Sheridan, PhD, RN, FAAN, Baltimore, MD

Obtenga hasta 10,5 horas de CE. Consulte la página 598.

Introducción: las enfermeras que evalúan a los pacientes después de una
agresión sexual a menudo se enfrentan a la tarea de identificar lesiones
genitales y brindar testimonio legal sobre la naturaleza de las lesiones.
Después de una decisión judicial del estado de Virginia de 2000, los
enfermeros examinadores de agresiones sexuales han tenido que luchar
para responder a las preguntas: "¿Son las lesiones genitales consistentes
con el historial del paciente?" y “¿Son las lesiones genitales consistentes
con una agresión sexual?”
Métodos: Se realizó una búsqueda de la literatura científica relevante. Se
examinaron y revisaron las fuentes para identificar lo que se sabe
actualmente sobre las lesiones genitales femeninas adultas asociadas
con las relaciones sexuales consentidas o no consentidas.
Resultados: Las lesiones genitales femeninas ocurren con contacto sexual
consensuado y no consensuado. Aunque algunos estudios sugieren que
pueden existir diferencias en los patrones, tipos o ubicaciones de las
lesiones, los datos no confirman inequívocamente estos hallazgos.
Discusión: Actualmente, la presencia o ausencia de lesiones genitales no
debe utilizarse para emitir una opinión sobre el consentimiento para las
relaciones sexuales. Se necesita más investigación para determinar si los
patrones de lesión pueden distinguir el sexo consensuado del no consensuado.
Palabras clave: Lesión genital femenina; Enfermera examinadora forense;
Enfermera examinadora de agresión sexual (SANE); Lesiones genitales;
Lesiones por sexo consentido; Lesiones por sexo no consentido; Agresión sexual;
Violación

Por lo tanto, la Encuesta Nacional sobre la Violencia contra la Mujer de 2006

problema. Casi 1 de cada 5 mujeres estadounidenses informa encontró que las mujeres tenían una incidencia significativamente mayor de
La agresión
habersexual es un importante
sido víctima de violenciaproblema
sexual.1 legal,
Aunquesocial y médico.
la agresión agresión sexual a lo largo de su vida (17,6 %) en comparación con los hombres (3 %).1
sexual puede resultar en la gratificación sexual del agresor, con La definición penal de agresión sexual varía de un estado a otro,
mayor frecuencia es un acto cometido para afirmar el poder y el pero incluye tanto el contacto sexual no deseado como la violación.
control sobre la víctima. Dichos ataques a menudo dejan a los La violación se define comúnmente como la penetración física forzada
sobrevivientes con cicatrices físicas y mentales duraderas que o bajo coacción, incluso si es leve, de la vulva o el ano usando un pene
incluyen depresión, trastorno de estrés postraumático y disfunción o un objeto.3 Después de una agresión sexual, muchas sobrevivientes
sexual.2 Aunque tanto hombres como mujeres corren el riesgo de sufrir violenciaacuden
sexual a los departamentos de emergencia para recibir tratamiento
médico y recolectar evidencia. Durante los últimos 20 años, las
enfermeras con formación forense se han convertido en proveedores
clave de atención de la salud para esta población vulnerable. Los
enfermeros examinadores de agresiones sexuales (SANE, por sus
siglas en inglés), a veces llamados enfermeros forenses examinadores,
Jocelyn C. Anderson es enfermera clínica IM, Hospital Johns Hopkins y estudiante de se utilizan cada vez más para obtener un historial detallado de la
doctorado, Escuela de Enfermería de la Universidad Johns Hopkins, Baltimore, MD. agresión denunciada, realizar una evaluación física de pies a cabeza y
Daniel J. Sheridan, Miembro, Capítulo Metropolitano de Baltimore de la ENA, es Profesor proporcionar un examen médico forense completo que incluye
Asociado, Escuela de Enfermería de la Universidad Johns Hopkins, Baltimore, MD.
documentación escrita y fotográfica. y recolección de evidencia.4 Los
Para correspondencia, escriba a: Daniel J. Sheridan, PhD, RN, FAAN, 525 N Wolfe St,
equipos de respuesta a agresiones sexuales (SART, por sus siglas en
Room 467, Baltimore, MD 21205; Correo electrónico: dsheridan@son. jhmi.edu.
inglés), que consisten en personal encargado de hacer cumplir la ley,
proveedores médicos y defensores de crisis con enlaces a recursos
J Emerg Nurs 2012;38:518-22.

Disponible en línea el 22 de abril de

comunitarios, trabajan en conjunto con SANE para brindar atención
2011. 0099-1767/$36.00 integral y holística y seguimiento de pacientes. Se ha demostrado que

Copyright © 2012 Asociación de Enfermeras de Emergencia. Publicado por Elsevier Inc.

los programas SANE aumentan la satisfacción del paciente al tiempo
Reservados todos los que brindan una variedad de servicios para el paciente, como profilaxis
derechos. http://dx.doi.org/10.1016/j.jen.2010.10.014

518 REVISTA DE ENFERMERÍA DE EMERGENCIA VOLUMEN 38 • NÚMERO 6 Noviembre 2012

Machine Translated by Google
laxitud para infecciones de transmisión sexual, recolección de
evidencia y anticoncepción de emergencia.4 Un elemento central
del rol de SANE es identificar y documentar correctamente
cualquier lesión genital observada en el examen físico. Con
frecuencia se hace referencia a esta documentación durante los
procedimientos judiciales, especialmente en el curso de los debates
judiciales sobre el consentimiento de una mujer para tener relaciones
sexuales. Se puede llamar a un SANE para que sea testigo de hecho
o perito en estos procedimientos. En el papel de testigo de hecho,
un SANE solo puede testificar sobre los hechos de un examen y no
puede emitir una opinión. Los peritos pueden tanto declarar los
hechos como emitir una opinión.
Si el tribunal lo califica como experto, se le puede pedir a un SANE
que brinde una opinión sobre la posible causalidad de las lesiones y
la congruencia de las lesiones con la causa informada.
El propósito de este estudio fue revisar el estado de la ciencia para
determinar si se pueden sacar conclusiones con respecto a las
lesiones genitales derivadas durante las relaciones sexuales
consentidas versus no consentidas.
Fondo
La teoría de Masters y Johnson sobre la sexualidad humana ha sido
utilizada por profesionales que evalúan la agresión sexual desde la
década de 1970.5 Su teoría proponía que las respuestas sexuales
naturales de una mujer la protegen de lesiones durante las relaciones
sexuales consentidas.6 Los cambios fisiológicos asociados con la
respuesta sexual humana (p. ej., lubricación, aumento de la tensión
muscular y alargamiento de la salida vaginal), en combinación con
la cooperación de las parejas sexuales, se planteó la hipótesis de
proteger a las mujeres de lesiones. Por el contrario, durante la
agresión sexual, la falta de estas respuestas contribuiría a la
aparición de lesiones genitales. Con base en esta teoría de larga
data, cualquier lesión genital detectable por visualización
macroscópica se consideraba evidencia de agresión sexual.7 En las
décadas de 1980 y 1990, el uso de kits de recuperación de
evidencia física y examinadores especialmente capacitados
estandarizaron la evaluación física y forense de la agresión sexual.
pacientes.8 Durante esta era, los examinadores también comenzaron
a utilizar nuevas técnicas y equipos para mejorar la visualización de
lesiones. Las lesiones genitales sufridas durante las relaciones
sexuales suelen ser pequeños desgarros, equimosis o abrasiones
que requieren una intervención médica mínima o nula. Los
colposcopios, los anoscopios y las tinciones tisulares ahora se
utilizan de forma rutinaria para aumentar y mejorar la visualización
de las lesiones genitales.4 En un estudio de 1997 de pacientes
tratados con SANE, Slaughter et al.9 publicaron uno de los
primeros informes para comparar los hallazgos genitales en
sobrevivientes de agresiones sexuales con las de personas que
tuvieron relaciones sexuales consentidas. Usando las nuevas
técnicas de magnificación, Slaughter descubrió que las lesiones
Noviembre 2012 VOLUMEN 38 • NÚMERO 6
Anderson y Sheridan/INVESTIGACIÓN
estuvieron presentes tanto en los sobrevivientes de agresión sexual
como en los sujetos de control, pero las tasas fueron más altas en el
grupo de sexo no consensuado. Este trabajo ha sido criticado porque
el grupo de control estaba compuesto por voluntarios y mujeres que
se retractaron de las acusaciones de agresión sexual después del
examen inicial.10 Posteriormente, en un juicio por violación de 2000,
un tribunal de Virginia sopesó los datos del estudio Slaughter y
otros y dictaminó que la evidencia científica, de hecho, no respaldaba
una diferencia en los patrones de lesiones genitales entre las mujeres
involucradas en relaciones consensuales y no consensuales.
Por supuesto.11 El tribunal dictaminó además que una enfermera
que actuaba en el papel SANE no podía testificar sobre la teoría de
Masters y Johnson de la respuesta sexual humana porque no era
consistente con la investigación existente. Esta decisión judicial ha
dado lugar a una mayor investigación sobre los patrones de lesiones
resultantes tanto de la agresión sexual como de las relaciones
sexuales consentidas.
Una revisión de los casos legales relacionados con la agresión
sexual observó una tasa más alta de enjuiciamiento exitoso cuando
se documentaron las lesiones.12 Cuando se les presentan pruebas
recopiladas por SANE, es más probable que los sospechosos se
declaren culpables que cuando no se recopilaron pruebas. Por lo
tanto, los datos precisos sobre las lesiones asociadas con las
relaciones sexuales consentidas y no consentidas le darían a SANE
el conocimiento necesario para testificar en casos legales y ayudarían
al personal encargado de hacer cumplir la ley, los fiscales y otros
miembros del equipo legal a interpretar las implicaciones de la
presencia o ausencia de lesión. A medida que las enfermeras
continúan expandiendo el papel de SANE, se les pide regularmente
que brinden testimonio experto sobre los patrones de lesiones y su
posible causa. Las enfermeras de agresión sexual deben tener un
conocimiento actualizado de la evidencia con respecto a los patrones
de lesiones genitales para brindar atención médica eficiente y
adecuada, así como proporcionar documentación precisa y testimonio legal inform
Métodos
Se realizó una revisión bibliográfica utilizando las bases de datos
PubMed, CINAHL y Embase, así como el motor de búsqueda Google
Scholar. Se realizaron búsquedas de palabras clave para "lesión por
agresión sexual", "lesión sexual no consentida" y "lesión sexual
consentida" en cada base de datos. También se realizaron búsquedas
de encabezados con los encabezados más apropiados de cada base
de datos, incluidos "delitos sexuales", "abuso sexual", "delitos
sexuales", "heridas y lesiones", "violación" y "lesiones genitales". Se
establecieron límites para restringir la búsqueda a artículos publicados
desde 2004 que involucran a mujeres de 18 años o más. Este límite
de edad se reevaluó más tarde para incorporar a personas más
jóvenes si un estudio también incluía adultos, porque varios artículos
examinaron sujetos en todo el mundo.
WWW.JENONLINE.ORG 519
Machine Translated by Google
INVESTIGACIÓN/Anderson y Sheridan
esperanza de vida. Los artículos elegidos para la inclusión final
involucraron a participantes de hasta 12 años. No se incluyeron los
informes que examinaron solo poblaciones pediátricas; en la mayoría de
las jurisdicciones, los menores tienen una capacidad limitada para
consentir legalmente la actividad sexual. Los artículos seleccionados se
limitaron a los disponibles en inglés.
En total, se evaluaron 527 resúmenes en función de los resultados
de la búsqueda y se incluyeron 13 fuentes en la revisión final de la
literatura. La mayoría de los estudios solo examinaron sujetos en el grupo
consensuado (3 artículos) o no consensuado (8 artículos); solo se
encontró un estudio de comparación, con resultados publicados en 2
fuentes. La mayoría de los estudios de relaciones sexuales no
consensuales fueron revisiones retrospectivas de gráficos, incluido uno
que se limitó a casos de penetración digital forzada. Se identificaron y
excluyeron tres revisiones publicadas de la literatura. Uno de estos se
centró específicamente en las lesiones del cuello uterino como resultado
de una agresión sexual, un segundo en los patrones de lesiones por
agresión sexual y el tercero se centró en las lesiones genitales de las
mujeres posmenopáusicas.
Resultados
LESIONES Y RELACIONES NO CONSENSUALES En los estudios
que examinaron las relaciones sexuales no consensuadas, las tasas de
lesiones genitales oscilaron entre el 20 % y el 81 %. La tasa más alta de
lesiones (81 %) se encontró en el estudio limitada exclusivamente a la
penetración digital forzada.13 Sugar, Fine y Eckert14 definieron agresión
sexual para incluir todos los tipos de penetración vaginal o rectal usando
un dedo, pene u objeto. La mayoría de los informes de investigación
carecían de detalles sobre el tipo de penetración involucrada. Solo un
estudio documentó específicamente las tasas de lesiones para diferentes
tipos de penetración.15 Del mismo modo, no se utilizó ningún método
consistente de documentación de lesiones entre los estudios. Un
enfoque clínico comúnmente utilizado para la documentación de lesiones
genitales es el mnemotécnico Tears, Ecchymoses, Abrasions, Redness,
and Hinchazón (TEARS).16-18 TEARS, sin embargo, es una ayuda para
la memoria, no un sistema de puntuación. Algunos informes clasificaron
las lesiones por tipo y ubicación,13,14,19,20 mientras que otros
simplemente señalaron la presencia o ausencia de lesiones genitales.15,21
El enrojecimiento y la hinchazón no se definieron como lesiones en 2 de
los estudios debido a la identificación inconsistente, mala confiabilidad
entre evaluadores y limitaciones asociadas con fotografiar estos
hallazgos.19,20 Se documentó una mayor frecuencia de lesiones en
pacientes que reportaron estado virgen antes del incidente14,15 y en
sobrevivientes cuyos exámenes se completaron dentro de las 24
horas posteriores a la relación sexual no consensuada.15 -un estudio
seccional diseñado para examinar el color de la piel, controlando otras
variables, concluyó que el color claro de la piel estaba asociado con
520 REVISTA DE ENFERMERÍA DE EMERGENCIA
aumento de lesiones genitales.22 Varios estudios de revisión de casos
retrospectivos, con tamaños de muestra que oscilaron entre 153 y 3356
sujetos, identificaron una mayor frecuencia de lesiones en personas
menores de 20 años o mayores de 40 años.14,15,20,21 Un estudio
encontró que los adolescentes tenían más probabilidades de tener
destacar que, en ninguno de los dos estudios adultos.16
de casos yEs importante
controles
diseñados específicamente para examinar esta relación, se observó
asociación entre la edad y la lesión en lesiones múltiples que en los
jóvenes.16,22 Un factor asociado con menos lesiones identificadas fue
un intervalo más largo entre el coito y el examen. Este intervalo se
definió como más de 48 horas en un estudio15 y más de 72 horas en otro
estudio.21 En 2 estudios, tanto un historial de embarazos múltiples como
la relación con el agresor informado se correlacionaron con una menor
incidencia de lesiones genitales.15, 20
LESIONES Y RELACIONES CONSENSUALES De los 3
estudios que examinaron a pacientes después de relaciones sexuales
consensuales, 2 informaron tasas generales de lesiones genitales del 55
% .17,18 el área disminuyó significativamente entre la inspección inicial y
un examen de seguimiento 24 horas después.23 El tipo de penetración
no se informó en ninguno de los estudios que examinaron a mujeres
involucradas en sexo consentido; sin embargo, un estudio documentó las
tasas de lesiones en comparación con el tamaño del pene y el tiempo de
penetración informados.17
Dos informes de Anderson4,10 relacionaron datos de un solo
estudio que incluyó sujetos con relaciones sexuales consensuadas y no
consensuadas. Los sujetos de relaciones sexuales consentidas fueron
reclutados para participar en el estudio a través de anuncios en un
hospital, universidad y entorno comunitario.
Se describieron tasas de lesiones del 30% en el grupo consensuado y
del 32% en el grupo no consensuado. Esta diferencia no fue
estadísticamente significativa.4 Las lesiones se definieron como desgarros,
equimosis y abrasiones que se identificaron mediante un examen que
incluyó tinción de tejidos y colposcopia. De posible importancia clínica,
Anderson10 encontró que el grupo no consensuado tenía más
probabilidades de tener múltiples tipos de lesiones consistentes en alguna
combinación de desgarros, abrasiones y equimosis. Las lesiones en los
labios menores también fueron más comunes en el grupo no consensuado,
mientras que las lesiones en la horquilla posterior ocurrieron por igual en
ambas cohortes de sujetos.4 Debido a la incapacidad de fotografiar
adecuadamente el enrojecimiento y la hinchazón para que un segundo
observador los verificara, estos hallazgos no se confirmaron. documentadas
como lesiones.4 El trabajo de disertación de Anderson informó tasas
significativamente más altas de equimosis en el grupo no consensuado y
enrojecimiento en el grupo consensuado.10 Sin embargo, las diferencias
entre el número de sitios de lesión y la lesión total
VOLUMEN 38 • NÚMERO 6 Noviembre 2012
Machine Translated by Google
superficie no fueron estadísticamente significativas. Es importante
destacar que los dos informes de Anderson se basaron en una sola
muestra, que carecía de poder estadístico suficiente, con aproximadamente
50 sujetos en cada grupo.4,10
Es probable que las variaciones en las muestras de sujetos, las
metodologías, las técnicas de recopilación de datos y el tiempo de examen
hayan afectado significativamente las tasas generales de lesiones
notificadas u observadas en los estudios revisados. Otras incongruencias
que dificultan enormemente la comparación de estudios incluyen la falta
de una definición estándar de lo que constituye una lesión genital en este
contexto. Indudablemente, la información inconsistente sobre el tipo de
contacto sexual involucrado y las variaciones entre el tiempo del contacto
sexual y el examen también afectan las tasas de lesiones informadas y
sirven para explicar resultados extremadamente diferentes.
Desafortunadamente, estas inconsistencias limitan en gran medida la
capacidad de generalización de esta investigación, lo que dificulta sacar
conclusiones relacionadas con la práctica.
La presencia de lesiones genitales, incluso lesiones leves, parece apoyar
un hallazgo de penetración. Sin embargo, según los datos actualmente
disponibles, la presencia o ausencia de lesiones no se puede utilizar para
determinar las relaciones sexuales consentidas versus las no consentidas.
Deben diseñarse estudios futuros para comparar el patrón, el
tamaño, el número, el tipo y la ubicación de las lesiones genitales
después del contacto sexual consensuado y no consensuado.
Idealmente, se llevaría a cabo un gran estudio prospectivo en múltiples
sitios en el que los sujetos de sexo consensuado y no consensuado
serían emparejados demográficamente y recibirían el mismo examen
genital macroscópico y microscópico, incluida la documentación fotográfica.
La fotografía permitiría la clasificación de lesiones por parte de un segundo
examinador para establecer la confiabilidad entre evaluadores. Información
sobre el uso de condones y lubricantes; penetración digital, del pene o de
objetos; y también se debe recopilar la posición del paciente y de la pareja/
agresor durante el encuentro. Una segunda evaluación 24 horas después
del examen inicial proporcionaría datos sobre la curación y los cambios
en las lesiones a lo largo del tiempo.
Discusión e implicaciones para las enfermeras de emergencia
Con base en la literatura hasta la fecha, las enfermeras involucradas en
el examen médico legal de pacientes que reportan agresión sexual deben
tener mucho cuidado al afirmar que las lesiones ocurrieron como resultado
de sexo no consentido.
A pesar de las inconsistencias entre los estudios, cada uno de los
estudios revisados identificó que las lesiones genitales macroscópicas y
microscópicas pueden ocurrir durante el contacto sexual consentido. Por
lo tanto, las lesiones genitales documentadas después de una supuesta
agresión sexual no deben considerarse prueba de agresión, ni la falta de
lesiones genitales indica que las relaciones sexuales fueron consentidas.
Noviembre 2012 VOLUMEN 38 • NÚMERO 6
Anderson y Sheridan/INVESTIGACIÓN
En el registro médico forense, las enfermeras deben documentar
minuciosamente el historial informado del paciente y las lesiones
observadas sin abordar la cuestión del consentimiento frente al no
consentimiento. Históricamente, sin embargo, la presencia de lesiones
genitales se ha relacionado con tasas más altas de enjuiciamiento exitoso
en casos de supuestas relaciones sexuales sin consentimiento.12,24
De hecho, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y los
fiscales pueden suponer que no vale la pena continuar con un caso si no
se encuentran lesiones durante un examen médico legal. Es importante
que SANE ayude a todas las partes involucradas a comprender que la
presencia o ausencia de lesiones genitales no debe ser un factor determinante.
Conclusiones
Esta revisión de lesiones genitales femeninas adultas después de
relaciones sexuales consensuales y no consensuadas identificó que las
lesiones genitales ocurren en ambas categorías de sujetos. No existe
consenso con respecto a la cantidad de lesiones o el tipo de lesión (p. ej.,
enrojecimiento, hinchazón, equimosis y hematomas) que permitirían a un
médico determinar el consentimiento durante el coito. Aunque hay alguna
indicación de que ciertas ubicaciones o patrones de lesiones son más
consistentes con el sexo no consentido, la evidencia actual es escasa.
Las enfermeras de emergencia que atienden a pacientes de agresión
sexual deben continuar documentando las lesiones como parte de una
evaluación médica integral, pero deben abstenerse de documentar o
testificar en un tribunal que las lesiones ocurrieron como resultado de
sexo no consentido.
REFERENCIAS
1. Instituto Nacional de Justicia. Alcance, naturaleza y consecuencias de la victimización por
violación: hallazgos de la Encuesta Nacional de Violencia contra la Mujer.
Washington, DC: Instituto Nacional de Justicia; 2006.
2. Campbell R, Dworkin E, Cabral G. Un modelo ecológico del impacto de la agresión sexual
en la salud mental de las mujeres. Trauma Violencia Abuso. 2009;10:225-46.
3. Dahlberg LL, Krug EG. La violencia: un problema de salud pública mundial. Informe mundial
sobre la violencia y la salud. Ginebra, Suiza: Organización Mundial de la Salud; 2002.
pág. 149.
4. Anderson S, McClain N, Riviello RJ. Hallazgos genitales de mujeres después de relaciones
sexuales consentidas y no consentidas. J enfermeras forenses. 2006;2:59-65.
5. Ledray LE. Agresión sexual. En: Lynch V, editor. Enfermería Forense.
St. Louis, MO: Mosby; 2006. pág. 279-91.
6. Maestros WH, Johnson VE. La hembra humana: anatomía de la sexualidad
respuesta. Minnesota Med. 1960; 43:31-6.
7. Girardin BW, Faugno DK, Seneski PC, Slaughter L, Whelan M. Color Atlas of Sexual Assault.
St. Louis, MO: Mosby; 1997.
8. Campbell R, Patterson D, Lichty LF. La efectividad de los programas de enfermeras
examinadoras de agresión sexual (SANE): una revisión de los resultados psicológicos,
médicos, legales y comunitarios. Trauma Violencia Abuso. 2005;6:313-29.
9. Slaughter L, Brown CR, Crowley S, Peck R. Patrones de lesión genital en víctimas de
agresión sexual femenina. Soy J Obstet Gynecol. 1997; 176: 609-16.
10. Anderson SL. Lesiones genitales posteriores a relaciones sexuales consensuales y no
consensuales, incluidos los cambios a lo largo del tiempo [disertación]. Charlottesville:
Escuela de Enfermería de la Universidad de Virginia; 2007.
WWW.JENONLINE.ORG 521
Machine Translated by Google
INVESTIGACIÓN/Anderson y Sheridan
11. Commonwealth v. Steven David Johnston, Decimonoveno Circuito Judicial de Virginia, 1
de noviembre de 2000. Disponible en: www.devineconnell.com/pdfs/johnston.pdf .
Consultado el 10 de junio de 2009.
12. Gray-Eurom K, Seaberg DC, usa RL. El enjuiciamiento de casos de agresión sexual:
correlación con evidencia forense. Ann Emerg Med. 2002; 31:39-46.
13. Rossman L, Jones JS, Dunnuck C, Wynn BN, Bermingham M. Trauma genital asociado
con la penetración digital forzada. Soy J Emerg Med. 2004;22:101-4.
14. Azúcar NF, Fine DN, Eckert LO. Lesión física después de la agresión sexual: hallazgos
de una gran serie de casos. Soy J Obstet Gynecol. 2004; 190:71-6.
15. Drocton P, Sachs C, Chu L, Wheeler M. La validación establece correlatos de una lesión
genital después de una agresión sexual. J Acad Emerg Med. 2008;15:231-8.
16. Baker RB, Sommers MS. Relación de las lesiones genitales y la edad en adolescentes
y adultos jóvenes sobrevivientes de violación. J Obstet Gynecol Neonat Nurs.
2008;37:282-9.
17. Sommers MS, Zink T, Baker RB, et al. Los efectos de la edad y el origen étnico en las
lesiones físicas por violación. J Obstet Gynecol Neonat Nurs. 2006;35:199-207.
522 REVISTA DE ENFERMERÍA DE EMERGENCIA
18. Zink T, Fargo JD, Baker RB, Buschur C, Fisher BS, Sommers MS.
Comparación de métodos para identificar lesiones anogenitales después de una
relación sexual consentida. J Emerg Med. 2009;39:113-8.
19. Maguire W, Goodall E, Moore T. Lesión en mujeres adultas denunciantes de agresión
sexual y factores relacionados. Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol. 2009;142:149-53.
20. Palmer CM, McNulty AM, D'Este C, Donovan B. Lesiones genitales en mujeres que
denuncian agresión sexual. Salud sexual. 2004; 1:55-9.
21. Grúa PA. Predictores de lesiones asociadas con la violación. J enfermeras forenses.
2006;2:75-83,89.
22. Sommers MS, Zink T, Baker RB, et al. Los efectos de la edad y el origen étnico en las
lesiones físicas por violación. J Obstet Gynecol Neonat Nurs. 2006; 35:199-207.
23. Anderson SL, Parker BJ, Bourguignon CM. Cambios en los patrones de lesiones genitales
a lo largo del tiempo en mujeres después de una relación sexual consentida. J Medicina
Legal Forense. 2008;15:306-11.
24. Lincoln C. Lesión genital: ¿es significativa? Ley de Ciencias Médicas. 2001;41:
206-16.
VOLUMEN 38 • NÚMERO 6 Noviembre 2012