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Capítulo I.- Introducción.

I.1.- Desarrollo histórico.


El primer motor de reluctancia del que se tiene certeza documental fue
diseñado por Robert Davidson, en 1838, y cuatro años más tarde, Davidson,
utiizo un motor de reluctancia para impulsar una locomotora en la línea férrea
que unía Glasgow y Edimburgo. La autonomía de las baterías solamente
permitió un recorrido de 2 km (el vehículo con motor y baterías pesaba 5 Tm y
se apoyaba sobre dos ejes de dos ruedas). Posteriormente, en 1851, Charles
Grafton Page construyó otro motor de reluctancia para aplicaciones de tracción
que resultó un fracaso [CAS 99]. Las limitadas prestaciones de estos motores,
fundamentalmente debidas a que la conmutación de las bobinas que
constituían las fases del motor se realizaba de forma manual y el rápido
desarrollo, en la segunda mitad del siglo XIX, de los motores de corriente
continua hicieron que este tipo de motores se perdiera pronto en el olvido
[MIL01].

Aunque la denominación Switched Reluctance Motor (SRM) fue utilizada por


vez primera por Nasar en 1969 y las primeras patentes sobre motores de
reluctancia autoconmutados fueron registradas, por Bedford & Hoft, en 1971 y
1972. No es hasta finales de la década de los años 70 del siglo pasado cuando
a partir de los trabajos de investigación sobre vehículos eléctricos alimentados
desde batería, realizados en las Universidades de Leeds [LAW80] y Nottingham
[RAY79] y esponsorizados por Chloride Technical Ltd., que puede decirse que
comienza la era moderna del motor de reluctancia autoconmutado. Este
renacimiento del motor de reluctancia autoconmutado fue gracias a la
utilización de los interruptores de estado sólido (en aquel tiempo el tiristor,
posteriormente, PowerMosfets e IGBTs) que solucionaron el problema de la
conmutación de las fases, a las mejoras de los materiales ferromagnéticos y al
desarrollo de la electrónica de regulación y control. Desde entonces ha
despertado gran interés en la comunidad universitaria concretándose en un
ingente número de comunicaciones en congresos internacionales y revistas
especializadas y ha creado grandes expectativas en el mundo industrial.

I.2.- El SRM en el contexto de los accionamientos eléctricos.


En la actualidad para mejorar la calidad y la productividad en la industria es
necesario incrementar la automatización y potenciar el ahorro energético de los
procesos industriales. Este desarrollo de la automatización y ahorro de energía
está íntimamente ligado al de los accionamientos eléctricos de velocidad
variable. Por este motivo, hoy en día, se esta realizando un gran esfuerzo a
nivel mundial en la investigación y desarrollo, tanto en el ámbito de las
empresas como de las Universidades, en el campo de los accionamientos
eléctricos.

Paralelamente el mercado de los accionamientos eléctricos no cesa de crecer y


también, día a día, es capaz de ofrecer a los usuarios un abanico más amplio
de opciones mejor adaptadas a sus necesidades. Así pues, la elección de un

I.2
Capítulo I.- Introducción.

accionamiento eléctrico para una aplicación concreta


depende, además de los requisitos específicos de la propia
aplicación, de la potencia, del tipo de alimentación, del
margen de velocidades, de las condiciones ambientales, de
la capacidad térmica y del coste. En la figura I.2.1, se
presenta una clasificación de los accionamientos eléctricos
para una potencia inferior entre 0,25 y 10 KW.

En esta clasificación el motor de reluctancia autoconmutado


ocupa una posición equidistante entre los motores de
corriente alterna y de corriente continua debido a que en el
SRM el par no se produce por interacción entre un flujo y una
corriente sino por la tendencia del rotor a alinearse en la
posición de mínima reluctancia.

Hoy por hoy, los accionamientos de corriente alterna tienden


a cubrir cada vez más cuota de mercado. Los
accionamientos con motor de inducción y convertidor de
frecuencia (V/Hz) para aplicaciones de propósito general y
los accionamientos con control vectorial y motores de
inducción o sincronos para aplicaciones de altas
prestaciones y como servomotores. Sin embargo, los
accionamientos de corriente continua están lejos de
desaparecer y mantienen su posición en determinadas
aplicaciones.

A pesar de esta situación existen nichos de mercado para


soluciones especificas que pueden cubrirse ventajosamente
con accionamientos alternativos, entre los cuales destaca el
accionamiento de reluctancia autoconmutado.

Figura I. 2.1.- Clasificación de los accionamientos eléctricos potencia


entre 0,25 y 10 kW.

I.2
Capítulo I.- Introducción.

I.3.- Constitución y principio de funcionamiento del


SRM.
El accionamiento de reluctancia autoconmutado es un
accionamiento electromagnético, sin colector de delgas, sin
escobillas, sin devanado eléctrico en el rotor y sin imanes
permanentes que esta constituido por una estructura
reluctante con polos salientes tanto en el estator como en el
rotor. En los polos

I.2

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