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CUADERNILLO N° 2 (Segundo Semestre Ciclo 2022)

Compensación.

La Creación de la ONU

Cuatro meses después de la finalización de la Conferencia de San Francisco, las


Naciones Unidas empezaron a existir oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de
que la Carta fuera ratificada por China, Francia, la Unión Soviética, el Reino Unido, los
Estados Unidos y la mayoría de los demás signatarios.

Ahora, más de 75 años más tarde, las Naciones Unidas siguen trabajando para mantener
la paz y la seguridad internacionales, brindar asistencia humanitaria a quienes la
necesitan, proteger los derechos humanos y defender el derecho internacional.

Al mismo tiempo, las Naciones Unidas están desempeñando una nueva labor que sus
fundadores no habían previsto en 1945. La Organización se ha fijado objetivos de
desarrollo sostenible para 2030, con el fin de lograr un futuro mejor y más sostenible para
todos nosotros. Los Estados Miembros de la ONU también han acordado acciones
climáticas para limitar el calentamiento global.

Con numerosos logros ahora en su pasado, las Naciones Unidas miran hacia el futuro,
hacia nuevos logros. La historia de las Naciones Unidas aún se está escribiendo.

LOS INICIOS DE UNA IDEA


La Carta de la ONU fue firmada el 26 de junio de 1945 por representantes de los 50 países
que asistieron a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional en
San Francisco. Polonia, que no estuvo representada, lo firmó más tarde y se convirtió en uno
de los 51 Estados miembros originales de la ONU. El concepto de paz y seguridad
internacionales en la Carta de la ONU comenzó a desarrollarse con las ideas expresadas en la
Carta del Atlántico en agosto de 1941. Pero dos meses antes, en Londres, una Declaración
hablaba de la necesidad de la colaboración global. Veamos entonces el recorrido de La Carta
de las Naciones Unidas:

1941: La Declaración del Palacio de St. James:

En junio de 1941 nueve gobiernos en exilio tenían sus sedes en Londres. Hacía 22 meses que
la capital británica sufría los efectos de la guerra, y en sus calles destrozadas por las bombas
alemanas se oía aún, con demasiada frecuencia, el clamor de las sirenas de alarma. El Eje se
había apoderado de casi toda Europa, y los barcos que atravesaban el Atlántico, cargados con
artículos indispensables, se perdían en el mar con trágica regularidad. Pero la fe en la victoria
final no se había extinguido ni en Londres ni entre los gobiernos y los pueblos aliados. Ya
entonces se miraba más allá de la victoria militar en busca de un porvenir más estable para los
años de la posguerra. El 12 de junio de 1941 los representantes de Gran Bretaña, Canadá,
Australia, Nueva Zelanda y la Unión de Sudáfrica y de los gobiernos en el exilio de Bélgica,
Checoslovaquia, Grecia, Luxemburgo, los Países Bajos, Noruega, Polonia, Yugoslavia y del
General de Gaulle de Francia, se reunieron en el Palacio de St. James y firmaron una
declaración que decía, en parte:

“La única base cierta de una paz duradera radica en la cooperación voluntaria de todos los
pueblos libres que, en un mundo sin la amenaza de la agresión, puedan disfrutar de
seguridad económica y social; nos proponemos trabajar, juntos y con los demás pueblos
libres, en la guerra y en la paz, para lograr este fin”

1941: La Carta del Atlántico:

El origen de la Carta de las Naciones Unidas se remonta a la Carta del Atlántico, firmada el 14
de agosto de 1941, en la que Franklin D. Roosevelt, Presidente de los Estados Unidos de
América, y Winston Churchill, Primer Ministro del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del
Norte, hicieron conocer “algunos principios sobre los cuales fundan sus esperanzas en un
futuro mejor para el mundo”.

En el párrafo octavo de este documento, se hizo referencia incidentalmente a

“establecer un sistema de seguridad general, amplio y permanente”.

1942: La Declaración de las Naciones Unidas:

El 1° de enero de 1942, 26 Estados en guerra con las Potencias del Eje, incluidos los Estados
Unidos, el Reino Unido, China y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS),
subscribieron el programa común de propósitos y principios consagrados en la Carta del
Atlántico en un documento que se denominó “Declaración de las Naciones Unidas”. Otros 21
Estados se adhirieron a la Declaración en una fecha posterior. El nombre de "Naciones
Unidas", acuñado por el Presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, se utilizó
oficialmente por primera vez en la “Declaración de las Naciones Unidas”.

La Declaración de las Naciones Unidas:

Cuando tres años después se iniciaban los preparativos para la conferencia de San Francisco,
únicamente se invitó a participar a aquellos estados que, en marzo de 1945, habían declarado
la guerra a Alemania y al Japón y que habían firmado la Declaración de las Naciones Unidas.

Signatarios Originales de la Declaración de la ONU:

Los 26 signatarios originales fueron: Los Estados Unidos de América, el Reino Unido de la
Gran Bretaña e Irlanda del Norte, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, China,
Australia, Bélgica, Canadá, Costa Rica, Checoeslovaquia, El Salvador, Grecia, Guatemala,
Haití, Honduras, India, Luxemburgo, Nicaragua, Noruega, Nueva Zelandia, Países Bajos,
Panamá, Polonia, República Dominicana, Unión Sudafricana, Yugoeslavia.

Más tarde se adhirieron a la Declaración los siguientes países (en el orden de las firmas):
México, Colombia, Iraq, Irán, Liberia, Paraguay, Chile, Uruguay, Egipto, Siria, Francia,
Filipinas, Brasil, Bolivia, Etiopía, Ecuador, Perú, Venezuela, Turquía, Arabia Saudita, Líbano.

1943: Las Declaraciones de Moscú y Teherán:

Del 18 de octubre al 1° de noviembre de 1943 se celebró una conferencia en Moscú con la


participación de los Estados Unidos, el Reino Unido, la URSS y China. Al término de la
conferencia los gobiernos participantes aprobaron una Declaración Conjunta de las Cuatro
Potencias en la que, entre otras cosas

“reconocieron la necesidad de establecer, lo antes posible, una organización internacional


general basada en el principio de la igualdad soberana de todos los Estados amantes de la
paz, abierta a la participación, en calidad de miembros, de todos los Estados, grandes y
pequeños para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales”.

Así, la idea de establecer una organización internacional para mantener la paz después del
término de la Segunda Guerra Mundial se mencionó expresamente en un documento oficial
por primera vez. Tras esta Declaración, los cuatro Estados interesados nombraron comités
nacionales de expertos que trabajaron por separado en la redacción de una Carta para la
futura organización.

1943 en Teherán:

Del 28 de noviembre al 1° de diciembre de 1943, el Presidente Roosevelt, el Primer Ministro


Churchill y el Presidente de la URSS, José Stalin, se reunieron en una Conferencia en
Teherán, donde volvieron a confirmar su política común, en particular expresando su
determinación de que sus países

“deberán trabajar juntos en la guerra y en la a la paz que seguirá”, y reconociendo “la


responsabilidad suprema que recae sobre nosotros y todas las Naciones Unidas de lograr
una paz que consiga la buena voluntad de la mayoría de los pueblos del mundo y de poner fin
al flagelo y terror de la guerra durante muchas generaciones siguientes”.

También anunciaron que “buscaremos la cooperación y participación activa de todas las


naciones, grandes y pequeñas, cuyos pueblos, estén dedicados por completo a la eliminación
de la tiranía y la esclavitud, la opresión y la intolerancia” en una “familia mundial de las
naciones democráticas” (Declaración de las Tres Potencias, Teherán, 1/12/1943).

Dumbarton Oask:
Del 21 de agosto al 7 de octubre de 1944, los representantes de los Estados Unidos y el Reino
Unido se reunieron por separado con representantes de la URSS (21 de agosto a 28 de
septiembre) y de China (29 de septiembre a 7 de octubre), en Dumbarton Oaks en el contexto
de las “Conversaciones de Washington sobre una organización internacional para el
mantenimiento de la paz y la seguridad” (o Conferencia de Dumbarton Oaks). En la
Conferencia se intercambiaron los informes preparados a nivel nacional por cada uno de los
gobiernos después de la Conferencia de Moscú.

Se encargó a un comité directivo la tarea de lograr un acuerdo sobre las principales cuestiones
de fondo y un grupo conjunto de formulación redactó un texto derivado de esas negociaciones
en forma de tratado. El documento final preparado por la Conferencia, publicado el 9 de
octubre de 1944, se denominó “Propuestas para el establecimiento de una organización
internacional general”, siendo el documento de trabajo inicial en la Conferencia de San
Francisco, celebrada en 1945.

Las negociaciones sobre la futura organización internacional continuaron en la Conferencia de


Yalta, a la que asistieron el Presidente Roosevelt, el Primer Ministro Churchill y el Presidente
Stalin, del 4 al 11 de febrero de 1945.

Las actas de esta conferencia incluyeron una sección consagrada a la “Organización Mundial”,
en la que figuró, entre otras cosas, la decisión de 25 de abril de 1945 de convocar en los
Estados Unidos una “Conferencia de las Naciones Unidas sobre la organización mundial
propuesta”. En el documento se especificaron los países que serían invitados a la conferencia,
así como el texto de la invitación que se extendería.

También se expresó apoyo a las propuestas de Dumbarton Oaks en la Conferencia de


Repúblicas Americanas, celebrada en el Distrito Federal de México del 2 de febrero al 8 de
marzo de 1945.

Pero en Dumbarton Oaks aún no se había llenado: el procedimiento de votación en el Consejo


de Seguridad. Esto se hizo en Yalta en Crimea, donde Churchill, Roosevelt y Stalin, junto con
sus funcionarios se reunieron en la conferencia. El 11 de febrero de 1945, la conferencia
anunció que esta cuestión se había resuelto, y se convocó la Conferencia de San Francisco.

“Hemos decidido -los tres líderes declararon- sobre el establecimiento de una organización
internacional general para mantener la paz y la seguridad, con nuestros aliados [...] Hemos
acordado que una Conferencia de las Naciones Unidas debe ser llamada para reunirse en
San Francisco, Estados Unidos, el 25 de abril de 1945, para preparar la Carta de dicha
organización, a lo largo de las líneas propuestas en las conversaciones formales de
Dumbarton Oaks.”

La invitación:
Las invitaciones se enviaron el 5 de marzo de 1945, y a los que fueron invitados se les informó
del acuerdo alcanzado en Yalta y sobre el procedimiento de votación en el Consejo de
Seguridad.

La muerte del Presidente Roosevelt

Poco después, en los primeros días de abril, murió repentinamente el presidente Roosevelt,
cuya política había contribuido tanto a la proyección de la conferencia de San Francisco. Se
temió entonces que quizás ésta tuviese que aplazarse; mas su sucesor el vicepresidente
Truman decidió completar los preparativos que ya se habían hecho, y la conferencia se
inauguró en el plazo señalado.

La Conferencia de San Francisco

Delegados de cincuenta naciones se reunieron en San Francisco entre el 25 de abril y el 26 de


junio de 1945 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional.
Trabajando en las propuestas de Dumbarton Oaks, el Acuerdo de Yalta y las enmiendas
propuestas por varios gobiernos, la Conferencia acordó la Carta de las Naciones Unidas y el
Estatuto de la Nueva Corte Internacional de Justicia.

Cuarenta y seis naciones, comprendidas las que habían apadrinado la conferencia, fueron
invitadas a San Francisco; todas ellas habían declarado la guerra a Alemania y al Japón y
habían suscrito la Declaración de las Naciones Unidas. Sólo una - Polonia - no concurrió
debido a que la formación de su nuevo gobierno no llegó oportunamente a conocimiento de la
conferencia. Por tanto, se dejó un espacio en blanco para la firma de dicho país, que se
contaba entre los signatarios originales de la declaración. Cuando se reunió la conferencia no
existía un gobierno polaco universalmente reconocido, mas, a su advenimiento el 28 de junio
de 1945, se allanó este obstáculo, y el 15 de octubre del mismo año dicho país firmó la Carta y
se convirtió en uno de los miembros originarios.

La conferencia invitó directamente a cuatro estados más: la R.S.S. de Bielorrusia, la R.S.S. de


Ucrania, Dinamarca, que acababa de ser liberada, y Argentina. En esta forma, los delegados
de cincuenta naciones, que representaban un ochenta por ciento de la población total del
mundo, se reunieron en la Conferencia de San Francisco en abril de 1945.

La Carta de las Naciones Unidas, junto con el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia,
que forma parte integrante de la Carta, se aprobó por unanimidad al término de la Conferencia,
el 25 de junio de 1945 en la Ópera de San Francisco, y se firmó al día siguiente en el auditorio
del Teatro Herbst del Veterans War Memorial Building. Entró en vigor, de conformidad con el
párrafo 3 de su Artículo 110, el 24 de octubre de 1945, tras el depósito de los instrumentos de
ratificación de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y una mayoría de
los demás signatarios.

Delegaciones y personal suman miles


Asistieron 850 delegados, que con sus asesores y colaboradores, y el personal de la
secretaría, sumaban 3500. Fueron allá, además, 2500 representantes de la prensa, la radio y
los noticieros cinematográficos, y observadores procedentes de numerosas organizaciones y
sociedades. En suma, la conferencia de San Francisco fue una de las más importantes de la
historia, y quizás también la mayor de las reuniones internacionales que jamás se hayan
efectuado. Los jefes de delegación de los países que la convocaron, Gran Bretaña, EE.UU.,
China y la URSS, se turnaron en la presidencia de las sesiones plenarias. En reuniones
posteriores, lord Halifax reemplazo al señor Eden, el Sr. V. K. Wellington al Sr. T. V. Soong, y
el señor Gromyko al señor Molotov.

En conferencias de esta índole, las sesiones plenarias constituyen siempre la etapa final, pues
antes de que en ellas se someta a votación cualquier proposición, es necesario realizar una
gran suma de trabajo en las comisiones preparatorias. El procedimiento de votación que se
empleó en San Francisco es de inusitada importancia, pues cada parte de la Carta tuvo que
ser aprobada por una mayoría de dos tercios de los delegados. He aquí cómo pudo la
conferencia de San Francisco terminar su gigantesca labor en sólo dos meses.

La Carta es aprobada

La existencia de las Naciones Unidas no se inició al firmarse la Carta. En muchos países ésta
tuvo que ser sometida a la aprobación de sus respectivos congresos o parlamentos. Se había
convenido en que la Carta entraría en efecto cuando la hubiesen ratificado los gobiernos de
China, Francia, Gran Bretaña, la Unión Soviética, los Estados Unidos y la mayoría de los
demás países signatarios, y cuando estos hubiesen notificado del hecho al departamento de
estado de los Estados Unidos. El 24 de octubre de 1945 se habían llenado los requisitos, y las
Naciones Unidas comenzaron a funcionar. Los proyectos de cuatro años y las esperanzas de
muchos siglos acababan de cristalizar en una organización internacional encaminada a acabar
con la guerra y promover la paz y la justicia y una vida mejor para toda la humanidad.

Actividad:

1- Confeccione una línea de tiempo con las principales acciones que llevaron a la
creación de la ONU.

2- En un cuadro de información, determine fechas, lugares y hechos significativos de cada


uno de los eventos mencionados en la pregunta anterior.

3- En un mapa de información, señale los lugares de los eventos mencionados y el orden


de los mismos.

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