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LA CAIDA DEL IMPERIO

Profesora: Yuliana María Monsalve Ruiz

Autoras: Luciana Rodríguez, Salomé Trujillo, Karen Ledy Arroyave Rúa, Laura Salazar
Moncada, Susana Cuartas Carvajal.

Colegio de la presentación envigado


2021
LA CAÍDA DEL IMPERIO

En la época de la edad media, existía el nuevo Imperio Republicano, dentro de sus


territorios se encontraba un pequeño pueblo con pocos habitantes llamado Fascia y allí
había un joven guerrero llamado Bertrand, que vivía con su madre Elena.

Escena I (Exterior–noche)

Un día de la nada, el fuego comenzó a arder en el pueblo de Fascia mientras todos


dormían, el caos invadió el pueblo, y el fuego alcanzo la pequeña casa donde vivían
Bertrand y su madre.

Elena - ¡Hijo mío! ¡Corred y sálvate! – (grito con voz de terror)

Y en medio del caos de la situación, su joven madre fue consumida de forma inmediata
por las llamas, mientras Bertrand que logro salvarse, corrió y corrió por horas, ya que el
pueblo estaba destruido.

Escena II (Exterior-mañana)

En medio de la mañana el joven guerrero asustado y triste, después de ver como se


consumió su pueblo, logro llegar hasta el pueblo vecino Veracita, miro a su alrededor y
no había nadie.

Bertrand - ¿Eh? ¿Por qué no hay nadie? - Oh mirad hay una anciana allí- (exclamo con
voz sorprendida, mientras divisaba una pequeña figura que caminaba hacia él)

Bertrand -Buenas tardes- ¿sabe usted por qué no hay nadie por aquí?

Anciana - ¿Niño mío… no lo sabéis? Dejadme contarte una pequeña historia, hace un
tiempo había un pueblo de otro imperio, fue destruido por un ejército del Imperio
Republicano, y solo una Sabia bruja fue capaz de sobrevivir, al cabo de unos días de
agonía murió y su alma llena de odio ronda en este pueblo en búsqueda del guerrero de
corazón puro, para vengar a su pueblo, y como recompensa le concedería un deseo, pero
por miedo a la bruja devora almas, las personas se fueron del pueblo.
El niño quedó en silencio, sin prestar atención al mito y siguió su camino buscando
comida, por las solitarias calles. Pero cuando llegó a un callejón muy vacío se encuentra
a la bruja, su presencia era tan fría que parecía congelar el aire, y daba una sensación
de escalofrió, era una bruja desterrada de fascia siglos atrás, pero esto no lo sabía el
Joven.

Bruja - ¿De dónde vienes?, espero que no sea de Fascia, ya que todo aquel que proceda
de allí tendrá una muerte trágica - (dijo la bruja mirándolo detalladamente y con voz
maliciosa),

El joven estaba muy asustado, ante la presencia malévola de la extraña y por eso mintió

Bertrand - ¿Fascia? ¿Qué es eso? (contesto con voz temblorosa, mientras negaba con
la cabeza)

Bertrand - Yo vengo de las montañas- (respondió con mucha seguridad, mientras


intentaba mirarla a la cara)

La bruja - ¡He encontrado a mi guerrero de corazón puro, apúrate y ve a vengar mi


pueblo! – (contesto la bruja mirándolo detalladamente, con sospechas)

La bruja - Me presento joven guerrero, soy Circe y tú me ayudarás a vengar a mi pueblo,


¡sé quién es el culpable, es el imperio Republicano ve y destrúyelos, haciendo que toda
arda, y como recompensa te cumpliré un deseo! - (hablaba con entusiasmo, mientras
miraba al joven con detenimiento)

El joven pensaba en las palabras de la bruja, y su amenaza a los provenientes de Fascia,


y aun sabiendo de su engaño a la bruja y las consecuencias, decidió pedirle como gran
recompensa, el deseo de traer nuevamente su madre a la vida.

Bertrand – ¡Deseo que revivas a mi madre, y yo te ayudare-! (contesto casi gritando, y


sin pensarlo dos veces)
Bruja -Oh pequeño, no hay nada más que decir, entonces es un trato- (sonriendo con
malicia)

Escena III (Exterior -tarde)

Días después el joven a pesar de las palabras de la bruja y del destino que enfrentaría si
ella se daba cuenta de su mentira, decidió empezar la aventura, con el firme deseo de
salir triunfante de esa situación, se dirigió a un pueblo llamado Rolto, que estaba a dos
días de distancia, una vez allí se dirigió a las calles del pueblo a reclutar jóvenes fuertes,
que en realidad eran esclavos sin fortunas.

Bertrand -Ayúdenme a destruir el Imperio Republicano y les daré lo que deseen-


(gritando en las calles del pueblo)

De esta forma los jóvenes ignorantes, decidieron acompañar a la guerra a aquel forastero
y así se creó un pequeño ejército, que inmediatamente se armó y se encamino al Imperio,
y luego con astucia se infiltraron como sirvientes en el castillo, con la finalidad de
envenenar al Rey y a la Reina, para tomar el control.

Bertrand -Bien, lancen el fuego- (les grito a los esclavos)

Después de dos días de guerra intensa entre ejercito del imperio y los esclavos, estos
lograron tomar el control del Imperio, hubo muchas muertes como la de los reyes,
pueblerinos e integrantes de ambos bandos. Bertrand se dirigió a unas colinas cercanas
donde estaba la Bruja.

Escena IV (Exterior- noche)

El joven guerrero feliz por la derrota del Imperio, y tras haber tomado el control, se
reencuentra con la bruja en unas colinas cercanas, para hablarle de su triunfo.

Bertrand -El paisaje es devastador todo arde en llamas, te he cumplido Cerci (contesto
muy entusiasmado)

Bruja -sí, es. ¡Hermoso! ¡Estoy muy complacida! (con una sonrisa)
Bertrand -Ahora ¿Cumplirás mi deseo? (respondía el joven guerrero con voz un tanto
dudosa)

Bruja –Sí …. tu madre se levantará mañana como si nada hubiera pasado- (guardo
silencio por un rato)

Bruja –Sé que me mentiste, (con voz de Ironía) - yo que puedo ver a través de tus ojos,
sé que vienes de Fascia, en este mundo debes aprender quien es el cazador, el cuchillo
y la presa, todo aquel proveniente del imperio merece morir (alzo su bastón.)

El joven guerrero sorprendido del acierto de la bruja, recordó su mentira, pero fueron más
importantes los momentos que paso con su madre y sonrió con nostalgia, ya la amenaza
de la bruja le parecía indiferente.

Bertrand –¿Vas a cumplir tu promesa? (con voz de dudosa)

Bruja- si...-un acuerdo es un acuerdo. ¡Claro que cumpliré la promesa! (le responde
pausadamente, mientras le da una escalofriante sonrisa)

Bertrand -- –¡Esta bien! Entonces, Yo no he perdido nada, ya tengo lo que quería, en


este momento estoy ¡tan feliz! Que no le temo a morir (con voz de resignación y mirando
el paisaje)

La bruja frunció el ceño, al escuchar las arrogantes palabras del joven, y sin pensarlo dos
veces, corto la cabeza de Bertrand, pero de un momento a otro la bruja comenzó a
desvanecerse mientras se escuchaban sus palabras cada vez más lejanas.

Bruja – Supongo que yo también tengo lo que quería, oh, mi bello y odiado, pueblo de
Fascia- (Exclamo con una cara nostálgica y las llamas del paisaje se reflejaban en sus
ojos)

Y así la bruja se desvaneció y Bertrand murió.

FIN.

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