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UN DIÁLOGO NECESARIO.
Ecodependientes e interdependientes
Somos ecodependientes porque somos una más de las especies y obtenemos de la naturaleza lo
que necesitamos para estar vivos.
Las sociedades occidentales son casi las únicas que han establecido una ruptura radical entre
naturaleza y cultura.
Comprender lo humano como superior y opuesto a la naturaleza impide comprender las
relaciones de dependencia, considerar la naturaleza como almacén a disposición de algunos y
aboga por destruir o alterar la dinámica que regula y regenera lo vivo, toda una tendencia suicida.
También somos profundamente interdependientes. Dependemos desde el nacimiento hasta la
muerte, emocional y físicamente del tiempo que otras personas nos dan. Y en particular en
algunos momentos críticos del ciclo vital.
El cuerpo considerado como una mercancía más. Sin asumir vulnerabilidad de la carne,
contingencia de la vida humana, menos se reconocen trabajos que se ocupan de atender cuerpos
vulnerables. Invisibilizan la interdependencia, desvalorización de centralidad antropológica de las
relaciones y vínculos entre personas, subordinación de emociones a la razón, característica de la
sociedad patriarcal.
Economía feminista sostiene: contradicción reproducción natural y social y proceso de
acumulación de capital. Inviabilidad economía inconsciente de límites biogeofísicos y ritmos
naturales.
El dialogo entre paradigmas es necesario porque podría ser una sociedad con conciencia y
responsabilidad ecológica, pero profundamente patriarcales y al revés, dar propuestas de
reorganización feminista, pero con un consumo inviable de materiales y generación de residuos.
Cada paradigma por separado en condición necesaria pero no suficiente en sus visiones.
Fundamentalismo económico
1. La producción puede desvincularse de la vida.
Se reduce el concepto de valor al de precio. Se va desde el valor de uso y la satisfacción de
necesidades al valor de cambio y generación de beneficios.
Así desaparece del campo de análisis todo lo que no se compra ni vende. Se expulsa la compleja
regeneración natural y los trabajos humanos fuera de la esfera mercantil.
Las primeras nociones de ciencia económica, producción basada en la capacidad de acrecentar
riquezas que producía la naturaleza, sin menoscabar la base física de la regeneración cíclica.
La economía capitalista da un giro, producción como cualquier proceso que aumenta el valor
monetario. Producidos a voluntad, sin idea de límite, como simple extracción.
2. tierra y trabajo sustituibles por capital
Parece asombroso el cultivo en invernaderos o hidroponia (que requiere mucho capital).
Pero para cosechar hay mucho detrás, petróleo para el plástico, agua (desde otros lados o de allí),
químicos fertilizantes y fitosanitarios, trabajo duro. En países enriquecidos lo hacen en condiciones
casi de explotación muchas veces.
Mientras hay tierras y mano de obra barata puede que se siga en esta línea, pero por más que se
pague, no se puede regenerar lo destruido, no en tiempos a escala humana.
La pobreza energética aflora en países enriquecidos, evidenciando la inviabilidad de mantener el
esquema desigual de acceso a la energía.
Quienes apuestan a sociedades más justas e igualitarias, el esfuerzo de austeridad deberá
realizarlo en territorios en que las personas sobreconsumen por encima de lo posible.