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Viernes 12 de abril de 2019// NACIONAL CARTA AL DIRECTOR

Prisioneros del celular

Señor director:
Qué duda cabe de que la sociedad actual está dominada por los teléfonos celulares. Qué más
democrático que un celular: lo usa todo tipo de gente, sin importar su posición social o credo político.
Aquí no vale ni el estilo de vida, grado de instrucción, estatura, grado de religiosidad o si es del Colo
Colo, la Chile o la Católica. El celular también se usa como “ayudamemoria” en las pruebas y
exámenes escritos. Las personas recurren a él en la consulta médica, cuando van manejando, solos o
acompañados, en el restorán, en la playa o en la montaña; y después de acostarse a dormir lo dejan
prendido, porsiaca. Sagradamente lo usan en la iglesia. ¡No vaya a ser cosa que nos llame Dios y
cometamos la falta de respeto de tener el celular apagado! Se cumple, de esta manera, la observación
de un ayudante de Graham Bell, en la segunda mitad del siglo XIX, cuando informó que el ideal es
que “todo el mundo lleve un teléfono del tamaño de un reloj y que si llamamos a alguien y no
contesta, la única razón es que haya muerto”. Podemos decir que su aspiración de partir de este
mundo con un teléfono del tamaño de un reloj en la mano, o en el bolsillo, se ha hecho realidad.
Mauricio Pilleux Dresdner.

Viernes 12 de abril de 2019// NACIONAL CARTA AL DIRECTOR

Prisioneros del celular

Señor director:
Qué duda cabe de que la sociedad actual está dominada por los teléfonos celulares. Qué más
democrático que un celular: lo usa todo tipo de gente, sin importar su posición social o credo político.
Aquí no vale ni el estilo de vida, grado de instrucción, estatura, grado de religiosidad o si es del Colo
Colo, la Chile o la Católica. El celular también se usa como “ayudamemoria” en las pruebas y
exámenes escritos. Las personas recurren a él en la consulta médica, cuando van manejando, solos o
acompañados, en el restorán, en la playa o en la montaña; y después de acostarse a dormir lo dejan
prendido, porsiaca. Sagradamente lo usan en la iglesia. ¡No vaya a ser cosa que nos llame Dios y
cometamos la falta de respeto de tener el celular apagado! Se cumple, de esta manera, la observación
de un ayudante de Graham Bell, en la segunda mitad del siglo XIX, cuando informó que el ideal es
que “todo el mundo lleve un teléfono del tamaño de un reloj y que si llamamos a alguien y no
contesta, la única razón es que haya muerto”. Podemos decir que su aspiración de partir de este
mundo con un teléfono del tamaño de un reloj en la mano, o en el bolsillo, se ha hecho realidad.
Mauricio Pilleux Dresdner.

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