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Proteger la Amazonía fue la parte central de la política ambiental de Brasil durante gran
parte de las últimas dos décadas. En el pasado, Brasil había intentado presentarse como
líder en la protección de la Amazonía y en el combate al calentamiento global. Entre
2004 y 2012 el país creó áreas de conservación, incrementó las medidas de monitoreo y
les quitó los créditos públicos a productores rurales que fueran capturados intentando
derribar áreas protegidas. La deforestación alcanzó su nivel más bajo desde que hay
registros. Sin embargo, esos avances tuvieron tropiezos pues cuando la economía
brasilera cayó en 2014, el país se volvió más dependiente de sus productos agrícolas
para la exportación como la soja y la carne, cuya producción impulsa la deforestación.
La tala empezó a subir de nueva cuenta.
Esta situación empeoró con la elección del presidente Jair Bolsonaro, que ha sido
multado personalmente por violar regulaciones medioambientales. Prometió eliminar el
resto de las barreras para el desarrollo de tierras protegidas. También ha hablado con
desprecio del trabajo de la agencia medioambiental, cuyos efectos ha sentido de primera
mano.
Durante su campaña para la presidencia en 2018, Bolsonaro declaró que las amplias
tierras protegidas de Brasil eran un obstáculo al crecimiento económico y prometió
abrirlas a la explotación para fines comerciales. A siete meses de su mandato, eso ya
está sucediendo.
La parte brasilera de la Amazonía ha perdido más de 3000 kilómetros cuadrados de área
boscosa, de acuerdo con la agencia del gobierno que monitorea la deforestación. En
junio,
cuando empezó la temporada más seca y templada que facilita la tala, la tasa de
deforestación aumentó de manera drástica: alrededor de 80 por ciento más pérdidas que
en junio de 2018.
Ricardo de Aquino Salles, senador del estado brasileño, quién no respondió a varias
solicitudes de entrevista, ha reconocido que las agencias de protección medioambiental
se quedan cortas en la vigilancia de actividad comercial en áreas protegidas. Respecto al
medioambiente en sí, ha dicho que el gobierno tiene como prioridad problemas urbanos,
como mejorar el sistema de tratamiento de desechos y aguas residuales, que el ministro
dijo están en un estado “lamentable”.
Frente a esta situación la delegación estadounidense junto a la delegación brasileña el
pasado viernes 13 de septiembre de 2019 han promovido el desarrollo del sector privado
en la Amazonía, donde el recrudecimiento de la deforestación y los incendios generó
recientemente alarma mundial, mediante el desarrollo económico responsable en la
región.
"Queremos estar juntos en el esfuerzo por crear desarrollo para la región amazónica, el
cual estamos convencidos de que es la única forma de proteger realmente la selva", dijo
Araujo. Y agregó: "Necesitamos iniciativas, nuevas iniciativas productivas, que generen
empleos, que generen ingresos para las personas en la Amazonia, y ahí es donde nuestra
asociación con Estados Unidos será muy importante para nosotros".
Las soluciones que la delegación de Estados Unidos propone frente a esta situación son
las siguientes:
Bibliografía:
https://www.dw.com/es/eeuu-y-brasil-promover%C3%A1n-el-desarrollo-del-sector-
privado-en-la-amazon%C3%ADa/a-50429740
https://www.eluniverso.com/noticias/2019/09/13/nota/7516513/brasil-promovera-
desarrollo-privado-amazonia-ayuda-estados-unidos
https://www.nytimes.com/es/2019/07/29/deforestacion-amazonas-bolsonaro/
https://elordenmundial.com/la-deforestacion-amazonica/