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En su intento de crear una filosofía del ser humano para el ser humano, Kant
terminó por convertirse en uno de los más grandes filósofos de la Ilustración y de
la historia. Su filosofía marcaría una nueva etapa, siendo también el padre de uno
de los grandes movimientos filosóficos que estaban por llegar: el idealismo alemán.
“Dormía y soñé que la vida era belleza; desperté y advertí que es deber”. Kant
“Vemos las cosas no como son, sino como somos nosotros”. Kant
EPICUO
Epicuro es, por tanto, un hedonista, sí, pero no de la manera de otros filósofos,
como por ejemplo Aristipo de Cirene (que es lo que se entiende normalmente por
hedonista: un amante de los placeres corporales). El de Samos apuesta por el
placer, pero lo hace desde un punto de vista del todo racional. Los principales
placeres que hemos de perseguir no son los corporales, pues, pese a su intensidad,
son efímeros y desaparecen enseguida. Hemos de buscar antes los placeres
espirituales. Ahora bien, para escoger y saciar cualquier deseo placentero, es
necesario hacer uso de una virtud, la prudencia, pues sólo con ella podremos
disfrutar de un modo inteligente. Es gracias a la prudencia que somos capaces de
rechazar un placer que más tarde podría provocarnos dolor (como ocurre con las
adicciones).
Epicuro apuesta por la búsqueda de los placeres, pero no los corporales, que son
efímeros, sino los espirituales
¿En qué se traduce entonces su idea de una vida feliz? En una vida sencilla, con
sólidas amistades, pequeños placeres y alejada de tensiones innecesarias. Una vida
tranquila, sin excesos. Independiente. Autónoma. Autárquica. Una vida basada en el
mismo principio de la filosofía estoica: la ataraxia. La tranquilidad de ánimo. La
paz de espíritu. Y toda su filosofía está enfocada a ello. Para Epicuro, el
conocimiento no sirve para nada si no ayuda al hombre a ser feliz.Teoría del
conocimiento
Epicuro, de Carlos García Gual (Alianza Editorial)
Epicuro, de Carlos García Gual (Alianza Editorial)
En cuanto a epistemología, es decir, la teoría de conocimiento, Epicuro comparte
ideas con los ya citados estoicos y con Aristóteles, entre otros. Determina qué
fuente de nuestro conocimiento son las sensaciones. Ante estas, nos vemos sometidos
a diferentes respuestas emocionales, entre ellas, las que moldean la moral: el
placer y el dolor. Estas sensaciones, repetidas una y otra vez por la experiencia,
acaban formando en nuestra mente lo que podríamos denominar «ideas generales» (o
previas) que serían el principio a partir del cual empezamos a conocer la realidad
que nos rodea.
Esta realidad, dice el filósofo griego, está compuesta por dos elementos: átomos y
vacío, que es el espacio en el que se mueven los átomos. Estos elementos forman la
realidad, el universo en el que vivimos. Un universo que, dice Epicuro, es eterno,
lo que supone un gran golpe de efecto en cuanto a las opciones metafísicas
aportadas antes y después de él. Olvidémonos de motores inmóviles, de Dioses y de
primeros principios. La existencia, sencillamente, existe. Desde siempre y para
siempre. No tiene principio ni fin. La existencia es infinita.
Entre sus análisis Mill investigó el proceso de formación de los salarios, el valor
de los bienes basándose en su utilidad y la relación real de intercambio. Mill
también expuso la idea de un estancamiento del capitalismo por la reducción
progresiva de los beneficios y propuso diversas medidas para la mejora de la
distribución de los ingresos en la sociedad.
1863: El utilitarismo.
1865: Examen de la filosofía de sir William Hamilton.
1873: Autobiografía.