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VIRGILIO PINERA: ---Literatura y - Revolucion » “La URSS. no es un estado comunista” e Posicién del escritor cubano actual e Los que seran puestos en‘ evidencia Es de sobra conocido que el clasico postulado marxis- ta: “La literatura al servi- _ tio de Ja Revolucién", ha ido r ndo, con el decursar 1 tiempo, su severo dogma- smo. Por ejemplo, lei no hace mucho en la revista in- glesa ter que actual- mente en la Rusia Soviética los escritores pueden tratar el tema del Amor (hasta ese momento prohibido por el Partido), y afiadia el articu- lista que el piblico habia recibido con agrado aunque con clerta extrafieza las pri- meras novelas con tema amoroso, También es’ sabl- do que ciertos escritores que estaban en el Index comu- nista han sido devueltos a las blibliotecas y editoriales; igualmente, Marien en su conferencia sobre Mala- kovski'dice que si la litera- tura rusa es dirigida ello se debe a que todavia la Unién de Repu Socialistas So- viéticas no es un estado co- munista. me Marien que si los tores soviéticos escriben sobre-e] obrero, el campo, las uinas, etc., es porque la Rusia actual no es plenamente e] comunismo si no un Estado socialista,* y¥ que en el momento en que el mismo advenga, és decir, cuando las clases sociales se hayan refundido en el Hom bre mismo ya no habra ne cesidad de una literatura di- Hgts. igo esto a propdsito del compromiso de escritores cubanos con ja Revolucién. Ninguno de nuestros escrito- res —a menos que no se sienta habitante de otro pla- neta, o lo que seria més rist- ble: habitante de la literatu- ra pura Ciqué es sao, pu comprom so. Para empezar, la Revo- lucién ha prestado un - disimo servicio al or: Jo ha sacado del impasse es- tetizante en que se encolr traba para colocarlo en un Plano de confrontacién in- mediata consigo mismo y con su proplo pueblo, éQuiere esto decrr que el escritor cubano tenga, de hoy en adelante, que escribir sus libros segin consignas? iQue reciba érdenes_peren- torias, que terige que amol- darse a los temas que le se fiale la Revolucién? Para evitar malentendidos (iy cudntos no se originan dia por dia!) diremos que la pro- pia Revolucién no ha pen- sado por un momento en dar yee al escritor, os con- jo a escribir lo que ella - quiere. La Revolucion quiere mas y més tractores Pero no ha dicho al escritor que haga odas al tractor o que escriba una novela sobre la R. Agraria. Si el escritor Produce literatura d €s cosa que é) deve resol por = ak en el oe que uzgue oportuno y realmente se stents dotario para poner sobre un plano artistica la maquinaria re- volucionaria, Todo el mundo ae ¥ pol a propdsito de eee teratura-Re- volucién, Unos sostienen que Ja misién del escritor es pu- ramente revolucionaria; otros arguyen que hacer li- teratura segiin una consigna significaria limitar la liber- tad creadora. Quien piense de uno u otro modo ser, mal que le pese, o un candoroso o un casuista. A mi modo de ver, e] compromiso esta en que el escritor, frente a a-un hecho consumado no Puede ignorarlo;-que ese he- cho consumado ha cambia- do profundamente Ja vida nacional; que por pertenecer ese escritor a la comunidad también su propia vida ha sufrido un cambio; por dl- timo, que su habitual enfo- Que de las cosas tendré que ser revisado, Si el escritor cubano (tan- to el de Ja vieja guardia co- mo el de la nueva) no esta muerto o se hace tal, sentira que su hasta ahora vegetati- va vida literaria ha termina- do de una vez por todas; que ha llegado el momento de abandonar su refugio mar- filefio (ése que no fue erigi- do por propia e irresponsa- ble determinacién si no fa- bricade @ impuestd por las cochinerias de cincuenta afios de contubernios de to- do género); que su obra, con ser valiosa y represen- tar un acto de herojsmo in- telectual (no se vive si no heroicamente entre tanta podredumbre) es una etapa, que justamente cumple su ciclo en el momento que se produce e! triunfo revolucio- nario; que el hecho mismo de este triunfo s una toma de conclencia; que su obra puede ser todo lo exqui- Sila y fara que se quiera con tal que no esté-marcada con el sello de Ja gratuidad, finalmente, que Ja comuni- cacién con e] pueblo (y por pueblo también enter mos al lector de ic) sea tan demostrable como la exis- tencia_del Primer Ministro o la aplastante realidad. de mil tractores, - Este es el compromiso y no otro, Por cierto, un com- promiso blen comprometido. Seré mas facil cumplir el pretendido de las consignas que este otro, asentado nada menos-que en el. Ser..mismo ito a mirarse sus propias o entrafias. Cualquier en- gafio puede ser valido pero el del escritor termina siem- pre por volverse contra él mismo. Digo esto, porque hablando de compromisos, Pienso en esos escritores que dicen marchar codo con co- do con la Revolucién y en el fondo la traicionan. La Lite- Tatura tiene sus contrarre- volucionarios que actian a base de Inclenso y cestos de flores, Desconfiese de! escri- tor pretendiente revoluciona- rlo que se apoya en la ico- noclastia: mas ortodoxa (val- ga la redundancia) para rie- gar y destruir todo. El lector no prevenido quedara agra- dablemente sorprendido con sus golpes de efecto: “Aqui no pay literatura, todos son unos idiotas, somos un pue- blo analfabeto, la Revolucién debe proscribir a los inte- lectuales que se las dan de sabihondos sin saber nada"... Y asi por este tenor. En el fondo, sdlo esta poniendo de manifiesto su propia impo- tencia, su desolada frustra- dién, y cuando escribe ar- ticulos de esta laya se pinta a si mismo de mano maes- tra, Su resentimiento arma el engafio, instaura Ja con- fusién, vy aunque en definiti- va sea é] el dnico engafiado, no deja de producir desasé- siego en el lector. Baudelaire decia que Jules Janin era su “bete noir” a causa del pretendido com- promiso de-este-escritor con Ja literatura de su tiempo, y también pevsaba un poco lo mismo de Saint-Beuve que coqueteaba con Napoledén III y presidia el salén de la-so- brna de éste: Ja Princesa Matilde. Lo cua) significa que los®mixtificadores ter- minan (por ser puestos en evidencia, Nosotros los tene- mos;-y-no son unos pocos, Si bien es cierto que el escritor cubano es, hasta el presente, tan sdélo un proyecto, no por ello vamos a ser condenados a la desfenestracién, y de un proyecto bien. intencionado, mejor comprometido puede surgir un ser en plena rea- lizacién. Ahora bien, de un compromiso simulado sdéjo se forma esa palabra que se supone Cambronne dijera en el campo de batalla de Wa- terloo, ;¥ qué oportuno!: ter- m r tener ellos tam- bién su Waterloo.

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