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Puntos, comas_y pe réntesis El arte hecho revolucién, la revolucién hecha arte por EL ESCRIBA Vuelvo a leer El Barco aquélla que no impone un partid el impacto - los acontect- ¢s derivar hacia nuestras costas, en las que se integra nada meros qué la libertad de toda Latino- américa, Por Ultimo, ese Futuro Vigor... El acier- to del adjetivo rimbaldiano radica en que ese futuro vi- Or que el poeta demanda, estf como enralzado en | vigor mismo. Su excia- macién no se fundamenta ou una lamertacion o afio- por el contrario, ahi ani eat, el Vigor —Pre- sente y también Puturo. ¥ 41 es, perfectamente apli- cable, » nuestra actual con- Hingencia = revolucionaria; en una palabra, Reyoluciér y Vigor son una y la mis- ma cosa, {Qué quiere, puts, la Re- volucton de nosotros, escri- tores, poetas, —_pintores, miisicos escultores? En su- ma, gqué quiere la Revo- tuctén de nuestros artis- tas? Pues quiere que to- dos ellos sean ese Futuro Vigor, y que mediante ¢t Jat afiriten Ia expresen, Ia Tepreserten, la hagan, ca- da vez mas, jucton ReVolucién confir- mada, Revolucién perma- nente Todo esto parece lirismo. tirada sentimental. Las pa- labras, puestas en cierto or- den, son susceptibles de de nosotros que la expre- semos, no estamos hacien- do otra cosa que esperan- do pxpresarnos nosotros mismos. Cuba estaba més @ menos presente en nues- tros escritos, en nuestras pinturas, en nuestras mi- sicas, pero era una Cube desvirtuada, o una Cuba asada por Paris, o una Cuba plena de impoten- clas, 9 acaso una Cuba envenenada con el terrible téxico de ia frustracién. Todo eso tiene su valor, ¥ Jos que expresaron esa Cu- ‘ba incompleta, que qui¢- ranlo o nd, no era China © Ceildn... sino Cuba, és0s, digo, son acréedores al eens de ln Pa- trie, En el caso especitico de Jos escritores se ha habla- do de torres de marfil. Le que callaban esos i ciles detractores es que la torre marfilefia estaba, a Su vez, sumida en otra, que podriamos, sin ninguna exageraciOn, calificar ¢o- mo torre de 1a inanidad, y que recibia e] ironico t= tulo de Repablica de Cuba, Libre y Soberana... Pues tal torre vénia a ser, en realidad, un solo cuerpo de edificio: en sus pisos bajos se revoleaban todos’ aque- Mos que hacian con nues tra patna una Babilonia grotesca adorando de ro- dillias al Becerro de Oro... En sus pisos altos, es de- cir, en Im parte marfilefia de in torre, buscaban refu- gio, como —_acorralados, aquellos que, tan cobardes como los de abajo, al me- Nos preservaban el magro tesoro espiritual y alta ral de Ja nacién. Ahora, todo eso ha caido por su base, y ya no hay Abajo ni arriba: un minis- tro no es, potencialmente, mis importante que un poeta, y éste ro se estima cien toesas por arriba de un obrero. El Vigor rim- baldiano es —_ patrimonjo comin: el politico no os Uonitronante- ni - el -eseri- tor vive de la conmisera- cién d@ los amigos ni al- mactna ¢r. sU alma [85 clen humillaciones cotidia- nas. La Revolue! ha Apartado de nuestfos ojos la imagen atroz de una Cuba despedazada, frag- mentada, reemplazdndola con un organismo revolu- clorario intacto. Ni ley, ni sancién, ni tratado Inter- nacional, programe eduea- Live, plan de obras publi cas. ec fn, todo lo que constituye la vida nacional no sdlo se partceré a lo hecho por goblerros an- teriores sino que en sf mismo sera absolutemente revolucionario, Y ah{ ¢s- tan para confirmarlo iss nuevas leyes: Reforma Agraria, Reforma Tributa- rig, Ley de Alquileres, Nue- vo Plan de Ahorro y Vi- viendas. Entonces, si Ia Revolu- cion es el Vigor Presente y el Puturo Vigor, si por el uno y él otro @sas leyes aludidas se plasman, en el sector de Ia cultura las co- Sas deben producirse al mismo compas. Nos piréce- ria un habitante caldo de Marte, o un — espécimen anacrénico aquel —eseritor © artista que se enpefase en-el marfil o en un cor- teJo pavorealesco de pala- bras supuestamer.te poéti- eas. O ese otro que, ampa- randose en no se sabe bien qué clase de hazafas, perviviria Ia cobardia en que hasta ahora estuvimos sumidcs. Por el contrario. el nuevo escritor de nues- tro momento debe y ene que vivir en peligro, com- prometerse mafiana, tarde y noche, y si la Beileza si gue sierdo, a lo que pa- rece, el motor de] Arte, expresar en su obra Ja her- ° mosura virll de Ia Revo- lucion, Esa hermosura esté ahj{, todavia intoceda, inex- presada. (Pero si ¢s un cuerno de lq abundancia!: nuevos mitos, nuevos. sim- bolos, Ia montafia, e} Ya- no, Ims barbas, ¢] clandes- tinaje. Jos héroes, Ing tor- turas, Jos chivatos, los pla- nes de invasion, los con- trarrevolucionarios, Ias ast- chanzas de] exterior, les incursiones a¢reas y hasta e805 nuevos peligros y esas nuevas esperanzas que es- tdn aun por macer, Todo esto es tremendamente se- ro, y ¢l tacritor que no quiera posar de payaso o de algo mas incalificable, buscard en esa cantera ci- clopea. Desde ei simple a1 > Hevlo-ty~ptenso-en~ ta pa * gina dos CION) hasta ia obra de “ ereaclén debe evitar cul- Gadosamente caer ¢r le pura retarica o en el en- tregulsmo del espiritu. :Se- Tia concebible que a ¢stas alturas nototros, por pere- Za mental o por acomoda- Ucla frivolidad. traicio ramos la Revolueién? que su hermosura va a rt- solverse en ese infausto Din-bhi-ba del « a ble? Espr’-mos que no, ¥ la formula —si es que hay alguna— seria ésta: El Arte hecho Revoluciér:; Ia Revoluciin hecha Arte.

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