Está en la página 1de 11

JOSE ASUNCION SILVA

GOTAS AMARGAS
Análisis poético

CLAUDIA PATRICIA ZULUAGA TORO

PROFESOR
LUIS FERNANDO BASTIDAS
MATERIA
TEORIA DEL TEXTO POETICO

LIC. EN ED. CON ENFASIS EN HUMANIDADES LENGUA CASTELLANA


FACULTAD DE EDUCACION
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
MEDELLIN JULIO 25 DE 2012

LA ESCENA CINICA DE LA VIDA MISMA EN LAS “GOTAS AMARGAS”


José Asunción Silva

José Asunció n Silva fue un poeta colombiano, que nació en Bogotá en 1865 y murió en
1896. Silva nace en pleno furor del romanticismo, este había empezado en Colombia en
1850 pero desde muy niñ o comienza a lidiar con esta “sensiblería” para poco a poco dejar
testimonio con su propia muerte de lo inusual que resultaba ocultarse bajo ese manto
romá ntico cuando en las vidas de las personas lo que estaba sucediendo era otra realidad,
por esta razó n es que este autor es también reconocido como uno de los iniciadores del
modernismo en Colombia, muy a pesar de no ser la época, sus escritos si lo eran. Como
afirma Quintero Ossa (1996)

“Silva murió en la «plenitud» de su vida -no había cumplido los 31 añ os de edad- y no


obstante, cuando en la mañ ana del domingo 24 de mayo, hace cien añ os, atentó contra él
mismo, ya era un hombre viejo, lleno de experiencias. Igual puede afirmarse acerca de su
pretendida precocidad en la creació n poética, la que, si se mira bien, corresponde a un
trayecto creativo que inició cuando todavía era un niñ o y culminó en plena juventud.”

Silva tuvo influencias muy notables que marcaron su vida y le dieron las bases para
destacarse: su padre, las tertulias literarias que este organizaba, el hecho de que a los tres
añ os ya sabía leer y escribir, las relaciones a temprana edad con personajes que má s
adelante serian escritores reconocidos, también influyo en su mirada hacia la vida el hecho
que desde temprana edad estuviera rodeado de tragedias familiares; en fin se puede decir
que todos estos eventos fueron forjando la vida de Silva y desentrañ ando su lucidez y
acercamiento a la muerte.

Por otro lado, su estadía en París, a donde viaja en 1884, será definitiva en la formació n de
su sensibilidad como escritor y hombre. La Ciudad Luz es el centro de la exquisitez, la duda
y el pesimismo. Lee a los autores renombrados del momento, llamando su atenció n Charles
Baudelaire, Anatole France, Guy de Maupassant, Paú l Régnard, Emile Zola, Stephan
Mallarmé, Paú l Verlaine, Marie Bashkirtseffy Arthur Schopenhauer.

Considerado como un “chiflado” para la época por su “presunció n” y por su idea de hacerse
ver como todo un dandy1 y por su idea de renovar la poesía en Colombia, cosa que
obviamente logro, aunque vale la pena añ adir que este logro se debe no solo a sus
influencias o a su estilo de vida sino también a la revaloració n que constantemente le
estaba dando a lo que escribía.

LA ESCENA CINICA

Para este trabajo se ha decidido tomar como punto de partida las GOTAS AMARGAS como
criterio de enlace en la bú squeda de este sentido, como se sabe estos poemas son
publicados en el añ o 1908, 12 añ os después de su muerte, y esto entonces genera cierta
inquietud pues es después de su muerte que su amargura se deja ver, pero esta amargura
esta fuera de toda discusió n porque el cinismo es la contraparte que amañ a la idea de
1
Se refiere específicamente a la delicadeza en modales y vestimenta, es decir a una persona "refinada". Es algo así
como decir "es todo un caballero", con la diferencia que el dandy estaba más a la moda.

2
renovació n que este poeta propone. Ya se sabía escritor de una verdad latente y sin
embargo, era una voz oculta que solo fue reconocida añ os después de su muerte.

En los quince poemas generalmente reunidos bajo el título de GOTAS AMARGAS son en su
orden, segú n la edició n de Orjuela publicada por el Instituto Caro y Cuervo en 1979, los
siguientes: "Avant-propos", "El mal del siglo", "La respuesta de la tierra", "Lentes ajenos",
"Cá psulas", “Madrigal", "Enfermedades de la niñ ez", "Psicoterapéutica", "Futura",
"Zoospermos", "Filosofías", "Idilio", "Egalité", "Resurrexit" y "Necedad yanqui". Sin
embargo, es importante notar que en el conjunto de poemas titulados Cenizas, del Libro de
versos, hay otros dos poemas muy pró ximos en tono y visió n del mundo: "Lá zaro" y
"Psicopatías", sin embargo para la demostració n de la escena cínica en estas GOTAS
AMARGAS se hará uso de cinco de ellos, los cuales son, a saber: "Avant-propos", "Cá psulas",
“Psicoterapéutica", “Filosofías”, "el mal del siglo".

El poeta desplaza hacia estos poemas una crítica cínica de la vida en Bogotá , los poemas
está n fuera de las consideraciones tradicionales y de época en cuanto a rima y ritmo, es
decir que el lenguaje prosaico que acompañ a a estos poemas, podría en el algú n momento
considerarse que lo que intentan es poner en chiste lo critico de la vida.

Su contemplació n real de la vida no está fuera de cada “Capsula” que encierra ese aterrizaje
hacia la vida real ya que el “sá ndalo midy” suprime el dolor es poner en manos de la
medicina natural de la época un problema referente al sentir todo esto porque para el
poeta el amor en estas GOTAS AMARGAS es objeto de burla “tras de los éxtasis
Del amor de Aniceta, fue infeliz” y un asunto fá cil de dominar, tan es así que las capsulas de
“éter de cleptran” son utilizadas para controlar el vó mito o algú n asunto digestivo, he ahí el
cinismo demostrado con respecto al amor y má s aú n cuando en su decisió n de no acuñ arle
características importante señ ala que en ese caso es mejor “curarse con las capsulas de
plomo de un fusil”, eventualmente podemos ver que el poeta asume una posició n ecléctica
cada vez que propuso temas poéticos, pero en las GOTAS AMARGAS es definitivamente
obsesivo, cortante y poco cordial, su sá tira esta rayada por el cinismo de saberse conocedor
del mundo, sus placeres, displaceres y los procesos que cunden en el cuerpo humano
cuando hay molestias que con alguna receta se curan en Avant-Propos.

“Le prohíben las cosas dulces,


Le aconsejan la carne asada
Y la hacen tomar como tó nico
Gotas amargas”

Un tono simple que señ ala una filosofía de la vida, como diciendo que no hay porque darle
vueltas al asunto de vivir, en Filosofías:

“Y si evitas la sífilis, siguiendo


la sabia profilaxia,
al llegar los cuarenta irá s sintiendo
un principio de ataxia”

3
Porque para el poeta el vivir está ligado al morir, es el fin al que se llega
determinantemente, por eso no es extrañ o los consejos que calman ese mal de estar vivo…
en Filosofías

“Deja el estudio y los placeres; deja


la estéril lucha vana
y, como Cakia-Muni lo aconseja,
hú ndete en el Nirvana.”

El cinismo tiende la mesa de la escena en donde lo prohibido es a juzgar por el poeta, un


riesgo innecesario que correr ya que el espíritu sufre las consecuencias de saberse
enredado en asuntos que marginan el alma y revelan la posibilidad de tener una vida má s
“normal”, responde el poeta con fó rmulas creadas a través de la invenció n científica de la
época, evocando con ello una imposibilidad de comprensió n de lo profundamente humano,
esto, lo humano, lo interno no está en estudio de la ciencia, eso no importa porque las
soluciones está n a la mano y por eso el abuso ya tiene solució n creada por la ciencia en
Picoterapeútica:

“De los filó sofos etéreos


huye la enseñ anza teatral
y aplícate buenos cauterios
en el chancro sentimental”

Siendo un “chancro” una lesió n de la sífilis resulta una ironía cínica comparar el amor con
tal inflamació n desde luego todo ello resaltado de manera intencional ya que como dice
Castro García (1994) “entender e interpretar,(…) también plantea problemas sobre la vida, la
condició n social y, en general, sobre el hombre, por ser éste el objeto propio de la obra literaria y
del arte de la literatura”(pp.3) el poeta se esfuerza por darse a conocer, pero está cansado de
este mal del siglo, sugiere en toda la obra un cambio de actitud, beber GOTAS AMARGAS
produce una reacció n y esa es la reacció n de la que se vale el poeta en Filosofías:

“De la copa que guarda los olvidos


bebe el néctar que agota;
perderá s el magín y los sentidos
con la ú ltima gota.”

Los olvidos son las amarguras y la perdida de imaginació n por supuesto producirá esa
cínica amargura de lo ya vivido pero no resuelto.

Ahora bien, Silva había recibido influencias notables de escritores europeos como los
poetas malditos con Mallarme y Rimbaud, entre otros, estas influencias y su positiva
acogida se refleja en el desparpajo con el que escribe, en la desnudez de su amargura que si
bien no quiere producir lastima, instiga y provoca un razonamiento que empieza en la boca
literaria y en sus desembocaduras, es la razó n poética que lo inspira para satirizar los
cambios de fin de siglo en El mal del siglo

“El Médico:

4
-Eso es cuestió n de régimen: camine
de mañ anita; duerma largo: bá ñ ese;
beba bien; coma bien; cuídese mucho:
¡lo que, usted tiene es hambre!...”

Tener hambre responde entonces a ese aspecto que convierte al hombre en ser pensante.
El escepticismo por la realidad circundante refleja una visió n desencantada de la vida y un
cinismo acelerado que produce “un estado de á nimo apropiado para alcanzar la autosuficiencia,
que le libere de los imprevistos y le endurezca para permanecer impasible ante "adversarios
existenciales" como el hambre, el frío o la pobreza ”2, he ahí que para Silva fuera de gran
importancia subrayar las diferentes acepciones que se tenían de lo venidero en materia de
literatura, pero también en materia de la vida misma, el poeta muere por ser
incomprendido y de ahí el cinismo de su existencia que se refleja en gotas que crean
pequeñ os espacios. El poeta termina siendo pobre, pero su pobreza mayor se refleja en
aquello que el nuevo siglo no le puede dar. La ciencia preparada para ser prestidigitadora
del devenir del humano no responde al alma de ese humano que no se haya, que no
encuentra respuesta en su propio mundo, ese poeta que solo ante el mundo con su inusual
modo de pensar se enfrenta a su propia destrucció n, el cinismo del que hablan los poemas
cuando dice en Psicoterapéutica:
“Si quieres vivir muchos añ os
y gozar de salud cabal,
ten desde niñ o desengañ os,
practica el bien, espera el mal”

Muestra también un enfado que se hace recurrente en toda la obra en Filosofias:


“Al arte sacrifícate: ¡combina,
pule, esculpe, extrema!
¡Lucha y en la labor que te asesina,
-lienzo, bronce o poema-
pon tu esencia, tus nervios, tu alma toda!
¡Terrible empresa vana!
pues que tu obra no estará a la moda
de pasado mañ ana”

Silva recoge entonces el pensamiento de una época que no se atreve a decir, es cínico,
iró nico y satiriza el mal de fin de siglo, pone en escena la enfermedad como parte
fundamental de eso de estar vivo y lo aleja de lo sensible y la afectació n de los sentires. Se
muestra frio y determinante. Provocador y punzante. Silva no resuelve realmente nada,
propone una mirada diferente sin que con ello se trasfieran otros sentires mas que el hecho
de estar vivo y pertenecer al campo de lo humano, esto demuestra el cinismo del cambio al
que se acoge la sociedad y del cual no puede escapar aunque a ella solo le preocupe
modernizar las manera de ver el mundo mas no de sentirlo. Parafraseando a Martin Sueldo3

2
En las fronteras de la filosofía. La risa.
3
Cinismo y aislamiento en “Gotas Amargas” de J.A. Silva

5
se puede decir que la poesía explora para suplir al poeta en su bú squeda metafísica y en
Silva se cumple a cabalidad.
Cínico, despojado de si, satírico es Silva con sus GOTAS AMARGAS quien nos convoca en
esta lectura y quien alude al otro, al lector, al amante desprevenido, al médico inconsciente,
a una sociedad ostentando su progreso a ras del alma humana.

CIBERGRAFIA

6
EN LA FRONTERA DE LA FILOSOFÍA. Cínicos. Disponible en
http://www.cinicos.com/cinicos.htm, consultado el 23 de julio de 2012

JARAMILLO, María Dolores. Gotas amargas de José Asunció n Silva. Tomo XLVIII. Nú m. 1 (1993).
Disponible en http://cvc.cervantes.es/lengua/thesaurus/pdf/48/TH_48_001_161_0.pdf.
Consultado el 23 de julio de 2012

QUINTERO OSSA, Robinson. José Asunció n Silva (1865-1896), Vida del poeta. Revista
credencial historia. Edició n 76, abril de 1996. Biblioteca Virtual del Banco de la Repú blica.
2005-05-16.. Disponible en
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/abril1996/abril1.htm,
consultado el 23 de julio de 2012

SILVA, José Asunció n. Gotas Amargas. Poesía y prosa con 44 textos sobre el autor. Edició n a
cargo de Santiago Mutis Durá n y J. G. Cobo Borda. Bogotá : Instituto Colombiano de Cultura,
1979. Disponible en
http://www.bdigital.unal.edu.co/285/1/GOTAS_AMARGAS.html#3c. Consultado el 23 de
julio de 2012

SILVA, José Asunció n. Biografías y vida. Disponible en


http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/silva.htm, consultado el 23 de julio de 2012

SUELDO, Martín. Cinismo y aislamiento en “Gotas Amargas” de J.A. Silva. Magazine


Modernista. Revista digital para los curiosos del modernismo. Mayo 19 de 2009. Disponible
en http://magazinemodernista.com/2009/05/19/cinismo-y-aislamiento-en-
%E2%80%9Cgotas-amargas%E2%80%9D-de-ja-silva/. Consultado el 24 de julio de 2012

ANEXOS

7
AVANT-PROPOS

Prescriben los facultativos,


Cuando el estómago se estraga,
al paciente, pobre dispéptico,
dieta sin grasas.
Le prohiben las cosas dulces,
Le aconsejan la carne asada
Y la hacen tomar como tónico
gotas amargas.
¡Pobre estómago literario
Que lo trivial fatiga y cansa,
No sigas leyendo poemas
llenos de lágrimas!
Deja las comidas que llenan,
historias, leyendas y dramas
y todas las sensiblerías
semi-románticas.
Y para completar el régimen
que fortifica y que levanta,
ensaya una dosis de estas
gotas amargas.

CAPSULAS

El pobre Juan de Dios, tras de los éxtasis


Del amor de Aniceta, fue infeliz.
Pasó tres meses de amarguras graves,
y, tras lento sufrir,
se curó con copaiba y con las cápsulas
de Sándalo Midy.
Enamorado luego de la histérica Luisa,
rubia sentimental,
se enflaqueció, se fue poniendo tísico
y, al año y medio o más,
se curó con bromuro y con las cápsulas
de éter de Clertán.
Luego, desencantando de la vida
filósofo sutil,
a Leopardi leyó, y a Schopenhauer
y en un rato de spleen,
se curó para siempre con las cápsulas
de plomo de un fusil.

PSICOTERAPEUTICA

8
Si quieres vivir muchos años
y gozar de salud cabal,
ten desde niño desengaños,
practica el bien, espera el mal.
Desechando las convenciones
de nuestra vida artificial,
lleva por regla en tus acciones
esta norma: ¡lo natural!
De los filósofos etéreos
huye la enseñanza teatral
y aplícate buenos cauterios
en el chancro sentimental.

FILOSOFIAS

De placeres carnales el abuso,


de caricias y besos
goza, y ama con toda tu alma, iluso;
agótate en excesos.
Y si evitas la sífilis, siguiendo
la sabia profilaxia,
al llegar los cuarenta irás sintiendo
un principio de ataxia.
De la copa que guarda los olvidos
bebe el néctar que agota;
perderás el magín y los sentidos
con la última gota.
Trabaja sin cesar, batalla, suda,
vende vida por oro:
conseguirás una dispepsia aguda
mucho antes que un tesoro.
Y tendrás ¡oh placer! de la pesada
digestión en el lance,
ante la vista ansiosa y fatigada,
las cifras de un balance.
Al arte sacrifícate: ¡combina,
pule, esculpe, extrema!
¡Lucha y en la labor que te asesina,
-lienzo, bronce o poema-
pon tu esencia, tus nervios, tu alma toda!
¡Terrible empresa vana!
pues que tu obra no estará a la moda
de pasado mañana.
No: sé creyente, fiel, toma otro giro
y la razón prosterna
a los pies del absurdo: ¡compra un giro
contra la vida eterna!

9
Págalo con tus goces; la fe aviva;
ora, medita, impetra;
y al morir pensarás: ¿y si allá arriba
no me cubren la letra?
Mas si acaso el orgullo se resiste
a tanta abdicación,
si la fe ciega te parece triste,
confía en la razón.
Desprecia los placeres y, severo,
a la filosofía,
loco por encontrar lo verdadero
consagra noche y día.
Compara religiones y sistemas
de la Biblia a Stuart Mill,
desde los escolásticos problemas
hasta lo más sútil
de Spencer y de Wundt, y consagrado
a sondear ese abismo
lograrás este hermoso resultado:
no creer ni en ti mismo.
No pienses en la paz desconocida.
Mira: al fin, lo mejor
en el tumulto inmenso de la vida
es la faz interior.
Deja el estudio y los placeres; deja
la estéril lucha vana
y, como Cakia-Muni lo aconseja,
húndete en el Nirvana.
Excita del vivir los desengaños
y en tête-à-tête contigo,
como un yogui senil pasa los años
mirándote el ombligo.
De la vida del siglo ponte aparte;
del placer y el amigo
escoge para ti la mejor parte
y métete contigo.
Y cuando llegues en postrera hora
a la última morada,
sentirás una angustia matadora
de no haber hecho nada...

EL MAL DEL SIGLO

El Paciente:

10
-Doctor, un desaliento de la vida
que en lo íntimo de mí se arraiga y nace:
el mal del siglo...el mismo mal de Werther,
de Rolla, de Manfredo y de Leopardo.
Un cansancio de todo, un absoluto
desprecio por lo humano... ; un incesante
renegar de lo vil de la existencia,
digno de mi maestro Schopenhauer;
un malestar profundo que se aumenta
con todas las torturas del análisis...
El Médico:
-Eso es cuestión de régimen: camine
de mañanita; duerma largo: báñese;
beba bien; coma bien; cuídese mucho:
¡lo que, usted tiene es hambre!...

11

También podría gustarte