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BOLILLA 1

SOCIEDAD INTERNACIONAL
Se impone ahora analizar las características del medio social intern contemporáneo, en cuyo seno se ha producido la
crisis del D.l. clásico y que, por tanto, ha influido en la configuración del nuevo tipo histórico de ordenamiento jco al que
denominamos DI contemporáneo.
A partir de su rasgo más representativo, que no es otro que su ámbito mundial o uni​versal, que hoy resalta todavía más
a causa de los intentos de globalización económica, hay que exponer los elementos estructurales que definen los caracteres
de la S.I..
a) La S.I. es universal, ya que forman parte de la misma y están ligados por el Ordenamiento intern general todos los
Estados de la Tierra. Cada parcela de territorio está bajo la jurisdicción de un Estado soberano o tiene un régimen admitido
de administración más o menos asumido c/ válido por la comunidad intern en su conjunto.
b) La S.I. es compleja por la impresionante lista de problemas muy diversos pen​dientes de resolver en su seno, desde el
imp/ble aumento de la población y la pobreza extrema de muchos países en desarrollo hasta el deterioro y la contaminación
del medio ambiente. Tb por la importancia e intensidad de los cambios que se producen en su seno a veces vertiginosa// y
en muy variados frentes.
c) La S.I. es heterogénea por la desmesurada desigualdad económica entre Estados desarrollados y en desarrollo, que
divide de hecho a éstos en dos mundos bien diferentes (el Centro y la Periferia, o el Norte y el Sur, según se prefiera), y
que parece el resultado re-moto de la revolución industrial de Occidente favorecida por el proceso de acap/ción y
explotación colonial. Tb es heterogénea por la evidente desigualdad del poder políti​co entre las grandes potencias y el
resto de Estados, que es en buena medida complemento y consecuencia de la escisión anterior.
d) La S.I. está muy fragmentada y consecuente// poco integrada porque su gra​do de institucionalización sigue
siendo relativo a pesar del extraordinario número de Or​ganizaciones internacionales de ámbito universal y regional hoy
existentes, que actúan c/ cauces e instancias de la cooperación entre los Estados en campos específicos, so​bre todo en
materia económica, social y técnica; pero predomina la fragmentación im​puesta por las diferencias económicas, políticas y
culturales entre los Estados.
e) La S.I. es tb interdependiente porque los Estados nunca fueron siquiera re​lativa// autosuficientes; todos ellos se
encuentran en situación de dependencia, in​cluso las gdes potencias, lo que obliga a una lógica complemen​tariedad que
compense suficiente// la muy heterogénea distribución de fuentes de energía, rec y población entre todos los E del sist.
En resumen, la S.I. contemporánea sigue siendo descentralizada e interestatal, sólo está parcial// organizada, y se
distingue, por dos grandes escisiones, la escisión económica entre Centro y Periferia o Norte y Sur, y la escisión política
entre las gdes potencias y el resto de E, a las que se suma las diferen​cias culturales que entrecruzan todo el sist. En síntesis,
la S.I. contemporánea se mue​ve hoy entre la pretendida globalización y la fragmentación, siendo el propio E so​berano el
epicentro de la tensión entre estas tendencias.
Desde un punto de vista estructural, podemos identificar tres estructuras presentes en el sistema intern: una estructura
relacional reflejada en una S.I. predominante-// interestatal, descentralizada, paritaria y fragmentada; una estructura
institucional reflejada primordial// en la cooperación institucionalizada a través de las Organiza​ciones internacionales; y una
estructura comunitaria regida por el pcpio de la solida​ridad que, bien es cierto, se encuentra todavía en proceso de
formación. Estas 3 es​tructuras coexisten en la S.I. contemporánea. Ninguna de ellas tiene vocación de sustituir a la otra, sino
que se encuentran trabadas en la estructura única de la S.I. contemporánea. C/ veremos, estas estructuras se reflejan tanto en
las funciones que cumple el orde​namiento jco intern, c/ en sus caracteres pcpales.

CONCEPTO DE DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO


Dice el Maestro Baquero Lazcano "El DIP es el conjunto sistematizado de pcpios y reglas jcas, fundadas en la nat hum
y de las cosas, interpretadas por la razón y en la historia, que rige las relaciones mutuas de las personas internacionales, p/
que puedan satisfacer sus justos intereses".
"
Cdo definimos, decimos lo que algo es. La palabra ser" que nos permite efectuar dicha definición, tiene un significado
aná​logo, pues con ellos se expresan diversas rela​ciones y proporciones respecto de un único sentido.
Esta analogía del término "ser" permite efectuar distinciones. Y la más profunda es la que se da entre esencia y
existencia. Esencia es aquello que una cosa es, o dicho más gráfica//, aquello que hace que una cosa sea lo que es. En
cambio, existencia es aq´por lo cual una cosa es Pedro.
La esencia de cualquier cosa queda determinada por la causali​dad formal y por la causalidad material, en el universo
sensible en que actuamos. Pero esta esencia entra en la existencia por la acción de la causa eficiente, que es siempre movida
por la causalidad final. Causa material es el pcpio indeterminado de un ente, corno lo es la madera del escritorio, que pudo
ser cama y fue escritorio. La causa formal es el pcpio determinante de un ente, c/ lo es la forma de escritorio, y en virtud de
la cual es escritorio y no cama. La causa eficiente es quién pone a la causa formal, c/ lo es el carpintero que le dió forma. Y
la causa final es el término intencional en la acción del agente, o sea el surgimiento en la existencia del escritorio de
made​ra.
LA DEFINICIÓN INCLUYE A LAS 4 CAUSAS, SUPERANDO ASÍ LA DESCONEXIÓN CON LA REALIDAD.
1- La causalidad material está dada por las relaciones recípro​cas de las personas internacionales. Su materialidad se
ve con nitidez por su indeterminación, toda vez que las referidas relaciones pueden ser valoradas u organizadas por diversas
disciplinas.
La relación intern, que nos parece tan distante, no es sino una relación hum. Y ésta es un accidente necesario de la
sustancia hum.
La relación es la afectación del interés de un ser, por otro. El interés es el apetito, material o espiritual, natural o
elaborado, subje​tivo u objetivo; y el apetito es el deseo, si es conciente, o la tendencia, si no es conciente.
Bien señala Fichter que La pluralidad de seres hums los lleva natural// a relacionarse, por razón de su corporalidad y por
razón de su espiritualidad. Por su corporalidad, que origina a la limitación física y abre la necesidad del socorro ajeno. Por
su espiri​tualidad, o sea su aptitud de pensar lo universal y de elegir ame alternativas, que origina a la asunción por cada
persona concreta, de la totalidad del Universo, en el conocimiento y en el amor, de tal suerte que por éstos, los seres hums se
llevan los unos a los otros.
La relación interhum tiene dos maneras de realizarse: a) una es natural, forzada, y en ella, el hombre se encuen​tra
arrojado en este mundo; b) otra es cultural, libre, y en ella, el hombre asume a la relación con su deliberación y libertad.
Llamamos así Comunidad a la relación interhum natural y forzosa, y la definimos por la concurrencia de tres elementos:
plurali​dad de sujetos, pues toda relación supone dos o más sujetos; un hecho natural o un conjunto de hechos naturales que
se imponen a todos esos sujetos; intereses similares entre aquellos sujetos, produci​dos por estos hechos.
La Soc, se define por la concurrencia de tres elementos: pluralidad de sujetos; un acto o un conjunto de actos
deliberados y libres de aquellos sujetos; y fines concertados entre los referidos sujetos por medio de estos actos deliberados
y libres. La Comunidad es el estadio natural de la relación y, por lo tanto, el primitivo, el inicial; la Soc es el estadio
culminante de la rela​ción, en el que se han desarrollado las potencias específica// hums. No puede haber Soc sin Comunidad
previa, pues aquélla transfigura en fines a intereses comunes previos; puede en cambio, existir la Comunidad sin la Soc,
pues surge de actos libres, que, por serlo, no deben producirse fatal//. Sin embargo, toda Comunidad tiende a convertirse en
Soc, pues el ser hum tiende a asumir con su espíritu a la materia, a culturizar a lo natural, a intencionalizar lo dado. A su vez
la constitución de Soces, da ocasión al surgimiento de nuevas comunidades, porque la pluralidad de Soces similares genera
entre ellas, intereses comunes. Así surgió la Comunidad intern.
"
El tránsito de comunidad a Soc en las relaciones internacionales, constituye el eje orientador p/ entender la evolución
histórica de las mismas y elaborar consiguiente//, etapas de dicha evolución (ver etapas de evolución).
Así, pues, la propia nat hum llevó a esta esforzada historia de tránsito de la relación interpopular, desde el estadio
inicial de forzada comunidad, al deliberado, libre y cultural de Soc, pasando por la etapa de transición de la Soc
supranacional regional, y dedicada ahora ya asentada la S.I. planetaria, a perfeccionar sus instituciones.
2- La causalidad formal es la normatividad jca. La conver​gencia de ésta con las relaciones recíprocas de las personas
internacionales determina, que el surgimiento del DIP. Hemos dicho anterior// que la esencia de cualquier ente está
determinada por la unidad de la causalidad formal y de la material. El DIP, pues, es la normatividad jca de las relaciones
recíprocas de las personas internacionales.
a) El 1º problema, obvia//, es saber qué es lo jco, cuándo una norma o sea una exigencia de conducta, es jca. Según el
Doctor Angélico (Sto. Tomás) no es en la estructura de la norma, ni en el objeto material de la misma, en donde
encontraremos la determinación de lo jco, sino en el objeto formal. El objeto formal del Dcho es la justicia en la conduc​ta
interrelacionada de los seres hums, de donde resulta que la normatividad jca es la exigencia de cierta conducta
interrelacio​nada hum, o sea que, la norma jca en tanto yen cuanto exige que la interrelación hum se realice de una manera y
no de otra. Por eso, la justicia es el valor supremo del Derecho, pues da a cada uno, en la relación plural, lo suyo. Y así ha
podido decirse que el objeto del Dcho es lo justo, ya que la conducta interrelacionada hum es exigida c/ justa por el Dcho.
Porque la Justicia es la perfección de la interrelación hum.
b) El 2º problema es saber si el DI tiene validez, esto es, si tiene juridicidad. Describe acertada// Diez de Velazco que
"
"las negaciones llenan un período muy am​plio de nuestra ciencia .
A su vez, ha dicho el Maestro: "La existencia del DIP es reconocida hoy c/ una realidad que no puede negarse; más
aún, es reconocida c/ una necesidad, desde que habiendo una S.I., es indispensable que esa Soc tenga su ley y su derecho".
3- Las esencias necesitan ser actualizadas en y por las exis​tencias. El acto existencial de la potencialidad esencial, es
obra de la causalidad eficiente. La única realidad sustancial del Dcho es la persona hum.
"
Ahora bien, si tomamos las diferentes concepciones de lo que se entiende por persona , veremos que subyacen ciertos
elementos comunes, Santo Tomás, siguiendo la definición de Boecio, entiende por persona a toda sustancia individua
naturae rationalis, en tanto p/ Kant será tal el ente capaz de independencia frente al mecanicismo de la nat y p/ Max Scheler
"
la persona es la unidad de ser concreta y esencial de actos diversos. En realidad, los caracteres que podemos extraer de
estas concepciones, son simila​res. En cuanto cosa en sí, la persona es el sujeto de las relaciones jcas. En cuanto totalidad
"
independiente, la persona es el fin de las relaciones jcas. En cuanto potencia espiritual, la persona es la creadora de la Soc .
Pero como es unidad en tanto es sustancia en la que reposan los diversos accidentes y es inde​pendiente porque es racional,
la definición de Santo Tomás, sigue vigente.
Sustancia, quiere decir subsistencia, ser en sí, mientras que individual está designando a la sustancia en su
individualidad y en su independencia. Indivisible, por cuanto su división la haría desaparecer convirtiéndo​se en pluralidades
distintas de sí; independiente, por cuanto no es parte de otro ser. Nat es esencia c/ pcpio operativo, o sea aquello que hace
que una cosa sea lo que es y no otra cosa. Racional quiere decir que tiene aptitud p/ conocer lo universal. De esto deriva la
lib o libre albedrío.
Y entonces ya podemos explicar la definición - persona es la sustancia individual de nat racional - diciendo que persona
es todo ente subsistente indivisible e independiente, cuya esencia es inte​lectual y libre. Si continuamos profundizando la
definición, veremos que, en la persona, por ser subsistente, intelectual y libre, convergen en la unidad, tanto su ser, c/ su
conocer, su querer; la realidad, la idealidad y el valor; los tres originales del ser. Esto hace que toda persona tenga
interioridad, y que, en su interioridad, pueda dar nueva existencia al universo del ser. Pero c/ la interioridad es la suprema
jerarquía onto​lógica, por no necesitar p/ operar, de lo distinto, la persona hum es la suprema realidad de la vida jca intern.
Ahora bien, en la vida intern, la persona hum actúa habitual// c/ pueblo. Esto impone distinguir entre Pueblo, Estado,
Nación y Soc política.
Nación, Soc y Estado, son conceptos referidos a relacio​nes entre las personas hum. Pueblo, según enseña Maritain
designa justa// a los relacionados y no a la relación.
Por eso, enseña el Maestro, que la nación es una aso( ion malura), espontánea, formada por un número considerable de
personas hums u familias, que viven general// en un territorio que les pertenece, y que presentan unidad de cultura,
costumbres, tradiciones históricas, idiomas, raza, religión, aspiraciones o ideales históricos comunes p/ el porvenir y que
tienen conciencia de lo propia nacionalidad: de esos factores hay algunos Que no son indispensables, es decir que aunque
ellos falten, la nación puede existir; hay otro, en cambio, que son indispensables y cuya ausencia trae c/ resultado que la
"
nación no existe . Y nos da c/ ejemplo la carencia de territorio, que no impide la subsistencia de la nación, y, en cambio, si
es obstáculo a ella, la carencia de tradición y de espectativa.
Pero la Nación no es sujeto del DIP. Es que, siendo comunidad y no Soc, sola// tiene intereses comunes y no fines.
La Soc política, suele identificarse con el E, pero ello no es correcto. En efecto, la Soc política es la relación perdurable
de personas, familias y Soces intermedias, asentadas en un territorio, dotadas de autoridad y que persigue el bien común de
sus miembros. El E es la estructura jca, política, adm y técnica de esa aut. Por eso, se los suele confundir. Pero en realidad,
si E es parte de la Soc política, c/ lo es la propia aut, aunque no necesaria// ésta se organiza bajo forma estatal. Pero justa//
c/ el Estado es la estructura de la autoridad de la Soc política, y la autoridad es la que expresa la voluntad de ésta, es claro
que el Estado representa a la Soc política organizada bajo forma estatal. La Soc política, en tanto Soc, tiene fines, que son la
transfiguración de intereses comunitarios, yen tanto tiene fines, puede ser sujeto del DIP, ya que dichos fines operan c/
referentes de las relaciones hum. De ahí que la historia de las relacionen internacionales nos exhiba a los Estados c/ sus
habituales sujetos.
Cdo se habla de elem, el 1º de ellos, la población, es la única realidad sustan​cial de la relación política, pues esta rel no
existe en sí, sino c/ accidente nec de las plurales sustancias hum que se relacionan. Estas plurales sustancias hums
constituyen el pueblo, al cual podemos definir c/ la pluralidad de seres política// relacionados. Y c/ la sustancia tiene
superior jerarquía ontológi​ca que los accidentes, decimos que los fines de la Soc política y del E, en último término son
fines del pueblo. Si se reconoce personería al Estado es por representación de la Soc, y ésta, por representación del Pueblo.
Más c/ la causalidad material del DI es la relación entre pueblos diversos, y ésos son la única realidad sustan​cial en dicha
relación, concluimos afirmando que los Pueblos constituyen la causalidad eficiente, o sea quienes pretenden ordenar sus rel
recíprocas de manera justa. Pero decir que la causalidad eficiente son los Pueblos, es decir que son los seres hums, de tal
suerte que tanto podamos señalar a los pueblos, corno a los hombres, p/ determinar la causalidad efi​ciente del DIP.
4- El Maestro ha enseñado que la finalidad es la satisfacción de los justos intereses de las personas internacionales. No
cualquier interés, pues con no escasa frecuencia los Estados se mueven con fines inmorales. La cau​salidad final o sea la
satisfacción de los justos intereses de las perso​nas internacionales, constituye el bien común intern, o sea el buen vivir de la
pluralidad de los pueblos, producido por la acción concertada de todos ellos.
Sabemos que el bien común no es el fin último del ser hum. La actualización de las potencias de cada hombre es tarea
personal y no social, pero es tarea social crear las mejores condiciones p/ el desarrollo personal.
En cuanto el bien común supone creación de condiciones p/ el mejor desarrollo de la nat hum, implica un juicio sobre lo
que es la nat hum y, por consiguiente, un juicio moral sobre lo que es adecuado p/ su desarrollo o contrario a éste. Por otra
parte, las condiciones se crean p/ servir a la persona hum y no p/ absorberla. Es pues, el bien común, de nat moral y de
función personalista. Su concreción histórica es dinámica, ya que la nat del hombre está en el tiempo y en el espacio, de
manera que aquella concreción práctica va siguiendo el curso variable del devenir.
El fin de toda Soc es el bien común de los socios. En tanto bien, implica un elemento moral, ya que es la Moral quien
enseña lo que es bueno y lo que es malo.
Por la intercorrespondencia necesaria entre S.I. y DIP, el vaciamiento moral de éste, conlle​va el vaciamiento ético de los
fines concretos de la vida intern.
Los fines concretos actuales de la S.I. son los antiguos intereses de la comunidad intern, transfigurados. La S.I. se
constituye sobre la base de la comunidad intern que, tenía dos intereses esenciales: no dañarse y ayudarse. La
transfiguración de esos dos intereses cons​tituye dos finalidades: la paz v el desarrollo_ Por eso, Naciones Unidas tiene dos
finalidades esenciales y dos fines instrumentales, que sola-// sirven p/ mejor cumplir aquellos objetivos esenciales. H Art. 1°
" "
de la Carta Constitucional de Naciones Unidas establece c/ objetivos, esenciales, mantener la paz y la seg internacionales
"
(inc. 1°) y realizar la cooperación intern en la solución de problemas internacionales de carác​ter econ, social, cultural o
humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los dchos hums y a las lib fundamentales de todos ..." (inc. 3°). Las
rel de amistad (Inc 2) se procuran "p/ fortalecer la paz universal" (inc. 2°), en tanto que el centro de diplomacia universal
"
(inc. 4°) se propone p/ "alcanza; estos propósitos comunes (inc. 4°).
La causalidad final (la Paz y el Desarrollo) mueve a la causalidad eficiente (los seres hums, los pueblos) a unir la
causalidad formal (la Justicia) con la causalidad material (las relaciones internacionales). Es así c/ el orden ideal o esencial
del DI ingresa en la historia.
DEFINICIÓN POSITIVISTA POR DIEZ DE VELAZCO:
“Sistema de principios y normas que organizan jurídica// la sociedad internacional”.
-Pcpios concentrados en que los E se ponen de acdo. No c/ que provienen de la nat. Hum., por tanto los pcpios pueden
ser reemplazados.
-Por ello no nos dá una causa final
CARACTERES DEL DIP
"El DIP es, en cuanto a su nat, en parte un Dcho nat y de subordinación y en otros aspectos un Dcho positivo y de
coordinación entre las distintas soberanías".
De estas consideraciones derivan tres caracteres: obligatorie​dad, universalidad y complejidad. A la
obligatoriedad la precisa di​ciendo que consiste "en la fuerza de ley que tienen las normas que lo integran "; a la
universalidad, por alcance de esta obligatoriedad, extendida a todos los sujetos del DIP: "obligato​riedad p/ todos los
Estados y Organizaciones internacionales". Por último, la llama complejidad a la condición de esta disciplina de que. "sin
perjuicio de la universalidad que presenta en sus dos grandes ramificaciones, el Dcho Natural y el Dcho Positivo General,
el tiene modalidades especiales en determinadas regiones de la tierra". Estas modalidades especiales surgen de tratados y
costumbres parti​culares entre los Estados.
1- La obligatoriedad permite distinguir al DIP, de otros ordenamientos c/ la Moral Intern y la Cortesía Intern, siempre
que se entienda "obligatorio" en el sentido de "obligatoriedad coercible", o sea por el Dcho de ejer​cer fuerza p/ hacer
cumplir la obligación.
2- La universalidad permite diferenciar al DIP, del DI interno. Si la diferencia con otros ordena​mientos se determina
por la causalidad formal. La diferencia dentro del Derecho, cuya causalidad formal es la misma, sea interno o sea intern,
vendrá determinada por la causalidad material, por la cantidad y extensión de las relaciones regula-das. En efecto, mientras
el Dcho Interno regula las relaciones de personas que constituyen el pueblo de un Estado, el DI regula las relaciones de
todas las personas del mundo, a través de la normatividad relativa a las rel de todos los pueblos del mundo
3- La complejidad permite visualizar fácil// la orginalidad de de este DIP, ya que por la extensión de su causali​dad
l
material y por la potencia de sus súbditos, necesita adecuarse a las modalidades especiales en determinadas regiones de
planeta, siempre que no eclipse a sus pcpios y reglas universales.
Estos caracteres aparecen bien nítidos en el Dcho Intern Positivo cuya Constitución es la Carta de las Naciones unidas:
a) universalidad: el art.4°, inc. 1 del Magno Tratado dice que "podrán ser miembros de las Naciones Unidas todos Ida
demás Estados amantes de la paz que acepten las obligaciones consignadas en esta Crta, y que, a juicio de la Organización,
estén capacitados p/ cumplir dichas obligaciones y se hallen dispuestos a hacerlo". Confirmando lo expuesto, el Art. 2°, inc.
1 de la Carta consagra la igualdad soberana de todos los Estados miembros de Naciones Unidas.- b) Obligatoriedad: es
objetivo explícito de la Institución intern "crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las
obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del DIP" (Preámbulo de la Carta de Naciones Unidas). Esta
obligatoriedad buscada queda nítida// consagrada por los arts. 4, inc. 1 y 2° inc. 6, que ya hemos visto.- c) La complejidad
del Dcho Inter Positivo emergente de la Carta constitucional de Naciones Unidas, lo reconoce en su Art. 52, inc. 1°:
"Ninguna disposi​ción de esta Carta se opone a la existencia de acuerdos u organismos regionales cuyo fin sea entender en
los asuntos relativos al manteni​miento de la paz y la seguridad internacionales y susceptible de acción regional, siempre
que dichos acuerdos u organismos, y sus actividades, sean compatibles con los Propósitos y Pcpios de las Naciones
"
Unidas .

Dos caracteres señala Diez de Velasco: "el carácter eminente// jco del DIP, lo que nos conducirá a su distinción
de otras esferas de normación, c/ son la moral, la cortesía, etcéte​ra"; y por otra parte, "su carácter no estático, o sea
su nat cambiante, analizando p/ ello los factores que influyen en su transformación". En realidad, en nuestro concepto,
aceptamos el 1º, que corresp a la obligatoriedad de que hemos hablado. En cto al 2º, no lo consideramos atributo
identificatorio de la nat del DIP, pues alude a la dinamicidad de la realidad regulada por el Dcho y no a la dinamicidad del
Dcho que regula a esa realidad.
Alfred Verdross señala once caracteres… Verlos de los apuntes de clase

a) Pcpio de la responsabilidad colectiva. Sostiene que el DI dirige sus preceptos y prohibiciones a la organización del
Estado, requiriendo un cierto y determinado resultado, por lo que las conse​cuencias jcas de la infracción del DIP, se dirigen
contra la totalidad de los ciudadanos del E. El sujeto responsable concluye diciendo que "el sujeto resp en DI no es el
Estado c/ organización, sino el pueblo organizado en E.

b) El carácter incompleto del DI se configu​raría porque, "sólo comprende normas abstractas" que necesitan concretarse
por normas internas de ejecución. No nos parece aceptable el criterio, pues el DIP impone una conducta al Estado, a través
de su precepto, c/ es propio de toda norma jca.

c) La relativa falta de órganos centrales y con ello alude a que, a diferencia de los ordenamientos jcos internos, "carece
el DI de órgano legislativo central", lo que se intensifica por cuanto la solución pacífica de los conflictos tiene que recorrer
el camino del mutuo acuerdo de partes, al menos c/ regla, y, por último, se carece de un órgano coercitivo central, con la
excepción novedosa del Consejo de Seguridad.
Es cierto que se da una relativa falta de órganos centrales, pero esto no integra los elementos esenciales del DIP. Las
esencias no se distinguen por la manera de su realización, sino por sus propios ele​mentos integrantes.
d) La relatividad de los deberes jco-internes en cuanto "los Estados no están obligados sin más a un determinado
comportamiento, sino que sólo tienen el deber de observar cierto comportamiento con respecto a Estados particulares".
Reconoce el venerable autor que tal situación ya no se confi​gura en el sistema de Soc de las Naciones y en el sistema de las
"
Naciones Unidas, pues "ambas organizaciones reconocen deberes p/ con la comunidad, protegidos por sanciones colectivas .
A tal extremo llega NU que impone el respeto a sus Pcpios a Estados que no sean miembros de la Organización (ver Art. 2,
inc. 6 CNU).
e) El quinto carácter es la mediatización del hombre, en el sentido de que el hombre "no es considerado por el DI c/
indivi​duo", sino c/ súbdito del Estado- Señala Verdross que tal carácter exhibe ya algunas grietas, tanto por el crecimiento
del pcpio de intervención por razones de humanidad, lo cual avanza desde el siglo XIX, cuanto por la recepción en la
propia Carta de Naciones Unidas, del pcpio de respeto de los derechos hums, desarrollado en la Declaración Universal de
los Derechos Hums.
"
f) Carácter individualista del DIP, y que precisa diciendo que en DI los intereses individuales de los Estados se tienen
todavía mucho más en cuenta que el interés general de la comunidad ..." . El acelerado desarrollo actual de las instituciones
de la S.I., desvanece este carácter. Nos permiti​mos reiterar la invocación de dos art.s alta// significativos de la Convención
de Viena sobre Dcho de los Tratados (1969): el Art. 53 establece que "es nulo todo tratado que, en el momento de intern
"
general . Y el Art. 64 señala que "si surge una nueva norma imperativa de DI general, todo tratado existente que esté en
"
oposición con esa norma se convertirá en nulo y terminará .
g) La relativa escasez de sujetos, pues "si los sujetos del Dcho Interno son una masa de individuos anóni​mos, los
sujetos normales del DI son comunidades individual// determinadas".
h) La mayor parte de las normas del DI común tiene simple// carácter dispositivo. Pero c/ se acepta por el autor
estudiado, la existencia de normas de ius cogen en DIP, el carácter mencionado queda reducido a una cuestión cuantitativa.
i) La distinción entre DI común y DI particular, traído c/ noveno carácter, no constituye un atributo exclusivo de la
disciplina, pues tb en el orden interno hay un Dcho que podemos llamar particular, regido por la voluntad de las partes, y
del cual es claro ejemplo el Art. 1 197 C.Civil Arg, que expresa// prescribe que el acuerdo de los parti​culares, es ley p/
ellos.
" "
j) El pcpio de efectividad: significa que una situación de hecho se considera c/ un supuesto que da lugar a derecho . La
réplica la da el mismo Verdrossr: "lo que es susceptible de dar lugar a un Dchono es la efectividad del hecho c/ tal, sino la
efectividad reconocida jco-intern//”.
k) El sistema del DIP tiende a transi​tar, de la ordenación jusprivatística a una sistemática juspublicística. P/ ello ya no
se parte del Estado, sino de la comunidad de Estados. No advertimos que ello dé una nota distintiva a nuestra disciplina,
pues la relación de la S.I. y sus miembros, los Estados, es rigurosa// similar a la existente entre la Soc nacional y sus
miembros.

DIVISIÓN DEL DIP


1- Si atendemos a la causalidad material, la disciplina admite tantas divisiones c/ el Dcho Interno, pues las diversas
materias de relación interhum no se modifican cualitativa// por la mayor extensión de la S.I..

A) El DI Constitucional, c/ todo De​recho, tiene por objeto formal a la justicia, pero limitada a la relación constituyente
del sistema normativo positivo. Se integra por la Carta de las Naciones Unidas, pero tb por la de los organismos regionales y
los estatutos jcos de los organismos especializados, integrados al sistema de Naciones Unidas.

B) El DI Administrativo es definido c/ "el conjunto de normas relativas a la organización y funcionamiento de la


administración pública intern, p/ la satisfacción de las necesidades públicas, que no se limitan al territorio de un Estado, sino
que trasciende al orden intern". Así, la actual Unión Intern de Telecomunicaciones (UIT), cuya finalidad nos exhibe clara//
el propósito de servicio público intern: "mantener y ampliar la cooperación intern p/ el mejoramiento y el empleo racional
de toda clase de teleco​municaciones; favorecer el desarrollo de los medios técnicos y su más eficaz explotación, a fin de
aumentar el rendimiento de los servicios, acrecentar su empleo y generalizar lo más posible su utilización por el público.

C) El DI Penal que no es el Dcho Penal Intern, se constituye, al decir de aquél, por "las normas relativas a la
prevención o represión de delitos o infracciones contrarias a las normas del DIP". . En cambio, del Dcho Penal Intern es "el
Dcho relativo a la prevención y represión de delitos que, cometidos en el territorio de un Estado, tienen efectos en el
territorio de otro Estado extranjero, afectando personas y bienes en ese país extranjero, lo que exige la colaboración de las
distintas soberanías p/ la prevención y represión de esa clase de delitos".

D) El DI Procesal es el sistema normativo cuyo objeto formal es la justicia en las relaciones internacionales entabladas
p/ solucionar los conflictos internacionales en el caso concreto.

E) El Dcho Diplomático es el sistema normativo intern que tiene por objeto formal la justicia en las relaciones
estableci​das p/ la expresión de una persona intern ante otra. En efecto, la Con​vención de Viena sobre relaciones
diplomáticas, establece en su Preámbulo que las "inmunidades y privilegios se conceden, no en beneficio de las personas,
sino con el fin de garanti​zar el desempeño eficaz de las funciones de las misiones diplomáticas en calidad de representantes
"
de los Estados .

F) El DI Marítimo es el sistema normativo intern que tiene por objeto formal a la justicia en las relacio​nes
internacionales que se constituyen y desarrollan p/ el uso y aprovechamiento del mar o c/ ocasión de ello. La nueva
Conven​ción de las Naciones Unidas sobre el Dchodel Mar se inspira en el deseo de "solucionar con espíritu de comprensión
y cooperación mutuas todas las cuestiones relativas al Dchodel mar y conscientes del significado histórico de esta
Con​vención c/ contribución importante al mantenimiento de la paz y la justicia y al rogreso p/ todos los pueblos del
mundo".

G) El Dcho Espacial se enseña ya c/ Dcho autóno​mo. Pero es indudable que el origen, regulación y finalidad del Dcho
Espacial, es materia específica del DIP. Así, es el DIP, por medio de tratados internacionales, el que ha regulado la
exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, las actividades de los Estados
en la Luna y otros cuerpos celestes, la responsabilidad intern por daños causados por objetos es​paciales, el salvamento y
devolución de astronautas y restitución de objetos lanzados al espacio ultraterrestre, etc.

2- La causalidad formal, admite una división de la disciplina en razón de la manera analógica y no unívoca en que
ejerce su autoridad sobre los súbditos. En tal sentido, cabe distinguir el DI imperativo y el DI dispositivo. El ilustre
Verdross dice que "la mayor parte de las normas del DI común tiene simple// carácter dispositivo". El proceso, decimos
nosotros, de desarrollo gigantesco de la S.I. y de sus instituciones, después de la segunda guerra mundial, ha estimula-do el
crecimiento de las normas imperativas. Pues la distinción más profunda entre ambas radica en que la N imperativa es
estableci​da por una de las parles de la relación jca regulada, o sea por la autoridad pública. Yen el orden intern, la aut públ
es la S.I.. Así, pues, en tanto ésta crezca, crecerá el jus cogens o Dcho imperati​vo; en tanto aquélla decrezca, se irá
reduciendo.
Ahora bien, la autoridad pública intern legitima su regulación jca, cdo está comprometida su existencia misma o su
esencia.
La violación repetida de los Pcpios de la Carta de Naciones Unidas es castigada con la expulsión misma del infractor
(Art. 6 de la mencionada Carta), cuidándose así la esencia, el ser mismo de la Organización a fin de evitar que la
"
inconducta de un miembro la desnaturalice. Pero tb dispone el Art. 2, inc. 6 de la Carta, que la Organización hará que los
Estados que no son miembros de las Naciones Unidas se conduzcan de acuerdo con estos Pcpios en la medida que sea
"
necesaria p/ mantener la paz y la seguridad internacionales , o sea la existencia de la S.I., amenazada externa//.
Hay, pues, normas jcas cuyo respeto interesa de modo específico a la S.I.. Son aquéllas que aseguran su existencia y su
esencia. Señala Verdross que "si en pcpio los Estados son libres de concertar tratados con otros Estados sobre cualquier
objeto, tales acuerdos, sin embargo, han de atenerse a los pcpios del DI común; y según éste, un tratado carece de fuerza
"
obligatoria por su contenido si se opone a una norma del DI positivo o si es natural// imposible o está moral// prohibido .
La Convención de Viena sobre Dcho de los Tratados, 1969, dispone en su Art. 53: "Es nulo todo tratado que, en el
momen​to de su celebración, esté en oposición con una norma imperativa de DI general. P/ los efectos de la presente
Con​vención, una norma imperativa de DI general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad intern de Estados
en su conjunto c/ norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser modificada por una norma ulterior de DI
general que tenga el mismo carácter". Coinci​dente//, el Art. 64 prescribe que, "si surge una nueva norma imperativa de DI
general, todo tratado existente que esté en oposición con esa norma se convertirá en nulo y terminará". Así, pues, el
concepto esencial es el de que una norma es imperativa cdo, según la comunidad intern, no admite acuerdo en contrario. Es
evidente que una cosa no admite acuerdo contrario, cdo su ser está comprometido. Y el ser de la S.I. es esencial y
existencial.
Así, pues, c/ conclusión, digamos que el DI imperativo es aquél integrado por normas que no admiten acuerdo en
contrario, según la S.I.; o bien, aquél cuyas normas son establecidas por la autoridad pública p/ preser​var la esencia y
existencia misma de la S.I.; o bien, aquél cuyas normas son impuestas por una de las partes de la relación jca, o sea la
autoridad pública en relación con sus súbditos, los Estados y demás personas internacionales. El fundamento jco está dado
por el Art. 103 de la Carta de Naciones Unidas: "en caso de conflicto entre las obligaciones con-traídas por los miembros
de las Naciones Unidas en virtud de la presente Carta y sus obligaciones contraídas en virtud de cualquier otro convenio
"
intern, prevalecerán las obligaciones impues​tas por la presente Carta . En cambio, el DI dispositivo se integra por las N
establecidas por todas las ptes de la relación intern, obrando en igualdad de aut.

3- La causalidad final, permite distinguir dos aspectos fundamentales del DIP: el general y el particular. Diez de
"
Velasco dice que al lado del DI General que tiene validez universal c/ la propia Comunidad, existe un DI cuya vigencia es
más limitada -a un grupo de sujetos sola// y no a todos- y que es conocido por DI Particular" Verdross señala que "las
normas que sólo obligan a dos o más Estados constituyen el llamado DI particular". El Dr. Carlos Castellano Garzón,
enseñaba que el DI es general, cdo los intereses que consti​tuyen la finalidad de la normativa intern, son coincidentes p/ las
partes; en tanto el DI es particular, cdo dichos intereses son contrapuestos. Así, por ej, un tratado c/ el de la Corte de NU, es
clara// general, pues todos los signatarios de la Carta quieren satisfacer el mismo interés o sea la existencia. En cambio, un
tratado comercial es típica// un sistema normativo particular.
El fundamento jco intern constitucional está dado por el Art. 1°, inc. 2 de la Carta de Naciones Unidas, al fijar c/
propósito de la institución "fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al pcpio de la igualdad
de derechos..." (Dcho particular); y por el Art. 1°, inc. 4 del mismo Cuerpo normativo, al señalar c/ propósito de las NU,
"servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes" (Dcho general). El
pcpio de igualdad de derechos, sirve cierta// p/ el Dcho general, pro tb p/ el Dcho particular; el pcpio de armonizar esfuerzos
sirviendo a propósitos comunes, es idóneo p/ fundamen​tar el Dcho general.

4- La causalidad eficiente tb permite distinguir ramas en el DIP. Pode​mos distinguir un DI Natural, definido c/ "aquél
que estás fundado sólo en la nat hum o de las cosas, interpretadas por la razón, y que establece sus preceptos en forma
doctrinaria o conceptual y de acuerdo con las condiciones requeridas por la nat p/ su propio desenvolvi​miento". El Maestro
añade: "no es un conjunto de simples aspiraciones ideales, que tengan valor pura// doctrinario y que sólo tienda a mejorar el
Dcho positivo, sino que es, por el contrario, un Dcho tan vigente y tan obligatorio c/ el Positivo, y aún más impor​tante que
éste en cuanto las reglas del Dcho Positivo sólo pueden existir, en cuanto no se opongan a las normas del Dcho Natural".
El Dcho Natural, tiene reconocimiento positivo en el Art. 1°, inc. 1 de la Carta de San Francisco, pues el propósito de
"
alcanzar y mantener la paz y seguridad internacionales ha de realizarse "de conformidad con los pcpios de la justicia .
El Maestro define al Dcho Positivo y los subdivide, dicien​do: "El DIP Positivo es aquel que se origina y manifiesta por
medio de tratados, convenios y costumbres internacionales. Deriva del consentimiento de los Estados, otorgado expresa// en
los tratados y tácita// en las costumbres; sus reglas tienen formas positivas, en cuanto se manifiestan por medio de tratados o
costumbres; y tienen fuerza obligatoria, lo mismo que Dcho Natural, con cuyos pcpios deben conformarse las reglas del
Dcho Positivo".
Hay pues, una regulación jca entre las personas internacionales, que deriva necesaria// de la esencia del hombre: es
cierta// universal e inmutable, c/ tal esencia.
Pero tb existe una regulación jca entre las personas internacionales, que deriva de la decisión de la autoridad pública, en
todo aquello que no viene exigido necesaria// por la nat hum, o sea, el mundo de las contingencias del hombre. Allí el
Dchocambia y se adecua a las circunstancias de tiempo, lugar y accidentes. Y c/ esa decisión de la aut, se manifiesta de
modo expreso o tácito, tenemos DI positivo Convencional y un DI Consuetudinario.
Fundamos esta división del DIP, en Natural y Positivo, pues en un caso actúa la persona hum en su nat o esencia
inmutable y universal; en tanto en el otro caso, el del Dcho Positivo, la persona hum actúa en virtud de sus accidentes no
esenciales.

RELACIONES CON OTRAS DISCIPLINAS


1- La causalidad material del DIP, según ya vimos, está constituida por las relaciones recíprocas de las personas
internacionales. Se trata, pues, de un fenómeno social, de una relación interpersonal, de tal modo que la Ciencia cuyo objeto
es el estudio de los fenómenos de interrelación hum, o sea la Sociología, encuentra con el DI una materia común, aunque la
r
organización fo mal de ésta, difiera, pues el DI se ocupará de la normatividad coercible c/ pcpio organizador de esas
relaciones, y la Sociología, de sus constantes tendenciales.
Entre las disciplinas de la Nat, la Geografía física ocupa una función de relevancia p/ nuestra materia, pues es la
geografía el escenario natural donde se desenvuelve la historia universal, la cual, básica//, es historia intern. Inclusive se ha
llegado a configurar una disciplina con pretensión autónoma, la Geopolítica, que procura sistematizar los pcpios y leyes
tendenciales que resulten de la gravitación del medio físico en la conducta política de los pueblos. El DI tb le impone
límites, c/ la prohibición del uso de la fuerza armada p/ la expansión territorial invocando la doctrina geopolítica del
espacio vital.
2- La causalidad formal se confi​gura por la normatividad coercible justa. Se trata, pues, de una valoración de la
conducta. Y toda valoración es un acto cultural, pues la estimación que realiza el ser hum es una estimación racional. Y
toda actividad racional referida a la nat, de las cosas o del hombre mismo, es una colocación de sentido en la realidad,
efectuada por el espíritu. Por eso, todas las Ciencias particulares de la Cultura, desde la Economía ala Historia, contribu​yen
a perfeccionar la normatividad intern, informando al DI justa// sobre los valores desenvueltos por el hombre.
Pero de una manera particular, es por la causalidad formal que el DIse relaciona con el Dcho Interno, en particular con
el Dcho Constitucional, habida cuenta que es la Constitución de un Estado el fundamento de todo su Dcho Positivo. Justa//
la relación entre el DI y el Dcho Interno o Nacional, ha abierto una de las cuestiones doctrinarias que más ocupan a
internistas.
En efecto, de lo que se trata es saber si el DIy el DchoNacional constituyen un sólo orden jco o bien si constituyen dos
órdenes jcos distintos (VER ESCUELAS).
En el caso Merck, la Soc Anónima Merck, conslituida en 1930, fue intervenida por el Poder Ejecutivo argentino, quien
nom​bra un Gerente Delegado, privándole de la posesión de sus bienes, en, por lo que ésta acude a la Justicia en demanda de
protección. Obtiene sentencia favorable en primera instancia, pero es revocada por la Cámara Federal y llega por vía del
recurso extraordinario ante la Suprema Corte, la cual confirma el pronunciamiento de la Cámara, y allí sostiene la fac
exclusiva y excluyente del PE de la Nación en el ejercicio de sus poderes de guerra p/ calificar de enemiga a la propiedad de
la Soc Merck, a la vez que señala que nuestro país mantiene una concepción dualista en estado de paz, p/ sostener que, en
estado de guerra, el rigor con que deben cumplirse los tratados internacionales, le coloca en situación monista.
"
Más coherente ha sido la posición de la Corte en el caso Martin, cdo la Soc Martin & Cía. Ltda. S.A." demanda
repetición de lo pagado por servicios portuarios de almacenaje, guinche y elingaje, a la Administración General de Puertos
de la Nación Arg., por cuanto se considera amp/da por el art. 7 del Tratado de Comercio y Navegación celebrado entre Arg.
y Brasil, aprobado por ley 12688, y contradicho por el Decreto Ley 6575/58 que impone el pago de los rubros pertinentes.
La petición obtiene recepción en la competencia ordinaria, pero llega a la Corte Suprema por recurso extraordinario y la
misma revoca la sentencia, por considerar que el mencionado Decreto verdadera-// modifica al Tratado de Comercio. El
"
fallo es de una rica sustancia jca, y la Corte Suprema considera que la posible cuestión de orden intern subsistente es ajena,
"
c/ pcpio, ala jurisdicción de los tribunales de justicia interna . En una palabra: los jueces de la República aplican el orden jco
interno.
La posición dualista de la Corte es sin vacilación.
3- La causalidad eficiente es el hombre, habitual// actuando c/ pueblo y, c/ ya vimos, el pueblo es la pluralidad de
sustancias hums política// relacio​nadas. Justa// la Política es la ciencia de la actividad colectiva de los hombres, con un fin
común. Donde hay actividad colectiva, hay política. De allí que la Ciencia Política, ciencia cultu​ral, aparezca relacionada
con nuestra disciplina, no sola// por virtud de la causalidad formal, sino tb y de manera muy especí​fica por la causalidad
eficiente. La concepción que se tenga acerca del sujeto esencial de la Política, gravitará decidida// en la concepción del DI y
éste, por su parte, fijará los límites y los deberes y derechos de las grandes concentraciones de poder político, c/ son los
Estados y las Organizaciones internacionales, en la acción concertada o colectiva de los mismos, procu​rando llevarlos al
bien común intern.
4- La causalidad final es el bien común intern, o sea el buen vivir de todos los pueblos por la acción concertada de
todos ellos. Y la Filosofía Moral es la encargada de decir qué es el bien. Ahora bien, c/ la causa final es la causa de las
causas, ya que todas las demás se ponen por virtud de la causa final, que es la que mueve a la causa eficiente a poner la
causa formal en la causa material, la cuestión moral es la de máxima prioridad p/ el DIP. El olvido de los valores morales
tiene el simple y letal efecto de privar al DI de su finalidad mis​ma.

FUNDAMENTO DEL DIP


Cdo interrogamos por el fundamento de algo, estamos preguntando cuál es su razón suficiente y, cdo ese algo es un
sistema normativo, la cuestión consiste en conocer su razón de obligatoriedad, o sea por qué obligan las normas jco
internacionales.
En la noción misma de Derecho, encontramos un criterio adecuado p/ sistematizar la vasta proliferación de escuelas. Si
en dicha noción existen tres ideas fundamentales (Norma-Relación-Hombre), podemos distinguir aquellas escuelas que han
buscado el fundamento del DI en el hombre; aquéllas que lo han buscado en la relación hum; y, por último, las que han
construido su doctrina explicativa en torno de la estructura misma de la norma jca. En el primero de los grupos señalados,
podemos hacer, una subdivisión entre quienes consideran al hombre c/ una esencia, c/ una nat que, por muchos que sean sus
accidentes y cambios a través del T´y del espacio, siempre conserva algo invariable, algo inmutable, que hace justa// que
sea hombre y no otra cosa; de aquellas doctrinas que, aún fundamen​tando en el hombre, al D´, consideran a aquél, c/ un
fenó​meno de otras fuerzas que, al menos original//, no son el hombre. Dentro de las escuelas que fundamentan al Dcho en
la nat hum, hay discrepancias sobre aquello que constituye y da forma a lo hum: p/ unos será Dios (esc teológica); p/ otras
serán la sola razón hum misma (escuela racionalista); y por último, la voluntad, el querer, el afecto o apetito hum c/
constitutivo del hombre (escuela utilitaria).
Quienes consideran al hombre c/ fenómeno de otras fuerzas, lo ven c/ un momento en la evolución de un proceso de
fuerzas extrahums, ya sea la fuerza física (escuela absolutista), ya sea la fuerza biológica (escuela biológica), ya sea la
estructura econó​mica (escuela económica), ya sea el alma de los pueblos (escuela histórica).
El gran conjunto de juristas y filósofos que buscan el fundamento del Derecho, en la relación hum y no ya en el hombre
mismo, absolutizan el hecho social mismo (escuela de la solidaridad), la gran comunidad o sea la Nación (escuela de las
nacionalidades), el Estado (escuela positivista, y de la autolimitación), y la propia rela​ción intern (escuela de la voluntad
colectiva).
Por último, la escuela normativista ha pretendido encontrar en la estructura lógica de la norma misma el fundamento del
Derecho.
La escuela teológica que se desarrolla en los siglos XVI y XVII, tiene c/ fundadores a F. de Vitoria, F. Suárez,
Domingo Soto, Baltasar Ayala, pudien​do citarse c/ precursor a Isidoro de Sevilla y c/ fuente de inspiración filosófica a Sto
Tomás de Aquino.
El fundamento último del DI y de todo Derecho, es la Voluntad de Dios. Pero aclaremos dos aspectos: a) esa Voluntad
de Dios no es caprichosa y arbitraria, sino armónica con la infinita Razonabilidad del Pensamiento divino; b) La Voluntad
de Dios se conoce en la Revelación bíblica, pero tb y además en la nat hum, que es obra de la crea​ción de Dios.
El hombre ha sido creado c/ nat, o sea c/ esen​cia, c/ un modo o estructura ontológica determinada, que hace que sea
hombre y no otra cosa. Esa nat hum tiene muy variados accidentes, pero perdura en lo esencial detrás de todos los cambios
históricos. Y queda así el ser hum definido c/ unión sustancial de alma y cuerpo, de espíritu y materia. En tanto materia, es
parte del Cosmos, indigente y necesitado de los demás, p/ poder sobrevivir; en tanto espíritu, una persona, pues puede
asumir a todo el universo en su conocimiento y en su afecto. Por eso el hombre es un ser social, necesitado de los demás
por su corporalidad e integrador de los demás por su espiritualidad, o sea por su aptitud p/ conocer las ideas universales
donde deriva su libertad, ya que quien conoce lo universal, puede concebir alternativas particulares de realización de ese
universal, distintas de la que lo incita en un tiempo y espacio determinados, lo que le permite ejercer opción.
Si la nat hum es social, el Dcho tiene su fundamento en dicha nat, ya que toda Soc necesita un sistema normati​vo. Y si
la nat es el fundamento del Dcho, tb debe​mos concluir que el fundamento último del Dcho es el Autor de dicha nat, o sea
Dios.
Antes de crear al hombre, Dios lo concibió y conci​bió tb cómo deben ser las relaciones entre los seres hums. El
pensamiento eterno de Dios, que incluye cómo deben ser las relaciones entre los hombres es la ley eterna. La ley natural es
la participación de los entes creados en la ley eterna. El Dcho Natural es una parte de la ley natural, o sea la ley natural sola//
respecto de las relacio​nes entre los hombres. La ley natural es más amplia, pues, que el Dcho Natural, ya que tb comprende
a los seres no libres, c/ los animales, etc. Por último, la ley positiva surge por imperio del Dcho Natural, que exige
determinar los derechos y obligacio​nes p/ la particularidad de cada tiempo y lugar, por lo que clara-// se ve que no es válida
la ley positiva vulnerante del Dcho Natural, sino aquélla que lo concreta.
La escuela teológica española pretendió tb elaborar un conjunto de formulaciones que expresaran los derechos
naturales. Y apoyándose en Santo Tomás distinguió tres pcpios: a) el de autoconservación, común a todos los entes del
universo y que. en el hombre, se manifiesta c/ el Dcho básico a la vida; b) el de perpetuación de la especie, común tan sólo
a los vivientes y que, en el hombre, se manifiesta c/ el Dcho de familia; c) el de libertad, exclusivo del hombre en el
universo sensible en que vivimos. Ahora bien, todos estos derechos son naturales porque son medios indis​pensables p/ que
el hombre alcance la plenitud de su nat, la perfección del ser hum, que, por ser libre, debe buscarla c/ mandato ético.
En la convicción de estos derechos y pcpios naturales, se utiliza un método de doble paso: a) primera// se consulta al
consenso universal acerca de cuáles son esos derechos y pcpios; b) luego, se somete a los mismos a un examen racional,
pues puede haber una convicción equivocada del consenso universal.
Santo Tomás elabora un sustancioso pensamiento, que, si bien no configura un tratado específico de DIP, práctica//
contiene un sistema lógico suficiente p/ dar solución a toda la problemática esencial de la materia jca. Ese pensamiento se
desarrolla a través de tres grandes doctrinas: a) la doctrina de la ley; b) la doctrina de la guerra; y c) la doctrina de la paz.
La doctrina de la ley se desenvuelve en lo que Tomberg llama sistema de tres escalones: ley divina, ley natural, ley
positiva. La ley "no es más que una prescripción de la razón, en orden al bien común, promulgada por aquél que tiene el
cuidado de la Comunidad".
Distingue la ley eterna o pensamiento eterno de Dios, la ley natural o sea la participación de las cosas creadas en dicho
pensa​miento, por obra y gracia de la creación misma. La ley positiva o hum resulta necesaria, p/ que la razón práctica
"
llegue a obtener soluciones más concretas partiendo de los preceptos de la ley natural corno de pcpios generales o
indemostrables". Los tres ordenamientos legales se encuentran en una relación jerárquica.
Tomberg ha estudiado, la nota​ble relación que se da en el Doctor Angélico, entre los órdenes de ley (eterna, natural y
positiva) y el tema de los universales. La razón es simple y sencilla: el Dcho es un universal.
P/ Santo, Tomás hay un universal anterior a las cosas: "si existiera un entendimiento (c/ el de Dios) que no tomase sus
conocimientos de las cosas. Hay un universal en las cosas: "toda forma o nat que existe en un supuesto singular que la
individualice, es común a muchos en la realidad". Y hay tb un universal posterior a las cosas: "el universal es abstraído de
"
los fantasmas, debido a que el entendimiento que lo conoce toma sus conocimientos de las cosas, es en él accidental .
Y c/ antes dijimos que el Dcho es un universal, conclui​mos congruente que el Santo distinga el Dcho divino, anterior al
hombre, identificado con el Pensamiento eterno de Dios, el Dcho Natural, que se constituye al constituirse el ser hum
mismo y que se manifiesta en ese orden o disposición que la razón puede descubrir. Por último, el Dcho hum, el Dcho
Positivo hum, que toma su autoridad del Dcho Nat, el cual exige que lo indeterminado se determine en relación a la
exis​tencia temporal y espacial del hombre.
"
Maritain señala que es el propio Dcho Natural el que exige que toda cosa que él deje sin determinar, sea determinada
subsiguiente//". Por eso "es necesario que la razón práctica llegue a obtener soluciones más concretas partiendo de los
precep​tos de la ley natural c/ de pcpios generales e indemostrables. Estas disposiciones particulares de la razón práctica
reciben el nom​bre de leyes hums”.
El pensamiento tomista, heredero de la tradición agusti​niana y de la obra de Isidoro de Sevilla, confluye por fin, en el
Fundador del DIP, el ilustre dominico Francisco de Vitoria. El aborda en sus famosos Relecciones Teológi​cas, el Dcho de la
guerra y la universalidad hum a través de las relecciones de los indios. Pero tb cdo analiza los títulos de la ocupación
española del Nuevo Mundo, efectúa aportes de insos​pechada anticipación.
Analicemos los puntos de la doctrina de Vitoria: a) sobre la primacía del Dcho Natural frente al Dcho Positivo,
comence​mos diciendo que p/ él "Dcho Natural es Dcho divino" 155 y que es la nat la fuente misma de la Soc hum. b) La
limitación de la soberanía del Estado se opera por tres fuentes; la Iglesia, el Hombre y la S.I.. La primera, porque es la que
tiene autoridad en las cosas del espíritu. El hombre, porque trasciende al Estado, por la parte pcpal de su ser. Y la S.I., por
:
las exigencias del bien común. c) La única guerra lícita es la guerra por el imperio del Derecho. Dice Vitoria "una vez que
ha estallado la guerra, por alguna causa justa, se debe hacer, no p/ ruina y perdición de la nación a quien se hace, sino p/ la
consecución de su Dcho y p/ defensa de la patria y de la propia república, y p/ que por esa guerra se llegue, al fin, a
"
conseguir la paz y la seguridad .
La escuela racionalista aparece en el siglo XVII, y tiene su pcpal figura en Samuel de Puffendorf, a quien
acompañaron juristas c/ Thomasius, Rutteriforth, Bar​beyrac, Burlamaqui, Raynoval, el Marqués de Olivart, etc.
La tesis central es la identificación del DI con el Dcho Natural; la identificación, a su vez, del Dcho Natural con la
Moral, el origen natural de la Moral, c/ expresión racional de la nat hum, pero entendida esta nat c/ última ratio y no corno
expresión de la Voluntad de Dios o sea del Ser infinito. Los riesgos inmediatos de este pensamiento se advierten cdo se
piensa que esta nueva concepción del Dcho Natural, prescindió del método de la escuela teológica, dejando de lado la
consulta previa al consenso uni​versal. La consecuencia fue la aparición de múltiples Códigos de Dcho Natural, tantos c/
autores, pues cada razón individual era autosuficiente. Y muchas veces esos Códigos eran contradictorios, lo que fue
llevando al desprestigio público del Dcho Natural. El ser hum fue perdiendo paulatina// la convic​ción de que sus fines
estaban establecidos por Dios y fue tendiendo a determinarlos él mismo, generándose un pcpio de anarquía que, fue
llevando a la constitución de un Estado centralizador y soberbio.
La escuela utilitaria se desarrolla en los siglos XVIII y XIX, y tiene c/ pcpal representante a Jeremías Bentham. Tb
acompañó este pensamiento el famoso Story. Su tesis nos dice que la nat hum fundamenta al Derecho, pero no c/
expresión de la Voluntad divina, ni tampoco c/ revelación de la razón hum, sino c/ instancia determinada a su conservación
y desarrollo, o sea por utilidad recíproca entre los hombres. Es la voluntad hum, el orden apetitivo y no el orden
intelectual-cog​noscitivo, el fundamento del Derecho. Cdo la relación hum se proyecta al orden intern, el fundamento del
DI no es otro que la utilidad recíproca de las naciones.
CRITICA: Es inconveniente señalar la utilidad c/ fundamento' del Dcho porque el concepto de utilidad es suma//
elástico e impreciso: con un fundamento tan poco preciso, el Dcho tendría poca estabilidad. El concepto de utilidad, ade​más
de ser impreciso, es muy variable de un caso a otro, lo que aumentaría la inestabilidad del Derecho. Habría gran
inseguridad en los derechos y en las obligaciones internacionales, al hacerlos reposar y depender exclusiva// de la utilidad:
ello daría c/ resultado la injusticia y la arbitrariedad, porque los Estados fuertes abusarían de su fuerza p/ dominar siempre a
los Estados débiles.
La escuela absolutista tuvo su origen filosófico en Hobbes y alcanzó su máxima expresión jca en Von Ihering,
desarrollán​dose desde el siglo XVII al siglo XIX. Su tesis central dice que el hombre, c/ momento en el proceso de
expansión de la fuerza física, hace el Derecho, c/, justa//, sistematización de la fuerza básica// física.
Dice Hobbes, "si dos hombres apetecen la misma cosa de cuya posesión no pueden gozar ambos, se convier​ten en
enemigos". Podemos decir que, en el pcpio, p/ Hobbes, era la pura apetencia irracional. Si en el pcpio, a contrario de lo que
piensa Hobbes, fuera la justicia, que da a cada uno lo suyo, los hombres no tendrían que guerrear, sino que todos
coincidirían en querer lo mismo, o sea justa//, dar a cada uno lo suyo.
Pero este estado o situación de guerra o de hostilidad recípro​ca pone en riesgo cierto e inminente a todos y cada uno de
"
los hombres, por lo que se impone la formulación de un Pacto: el único camino de instituir un poder general semejante es la
transmisión de todo el poder y fortaleza a un hombre o a un consejo p/ reducir todas las voluntades particulares... a una
voluntad única".
CRÍTICA: esta escuela está hoy en decadencia, pero en ambientes de imperialismos agresivos o deformados por
desviacio​nes del militarismo, o corrompidos por las políticas totalitarias, suele recobrar nueva// su vigor.
El Dcho no triunfa ni se mantiene, general//, por la fuerza física, sino en casos excepcionales. La fuerza física sólo actúa
en la lucha violenta por el. Lo común es la lucha pacífica, y en ella la fuerza física no es utilizada, sino única// la propaganda
intelec​tual y los resortes econ y demás factores históricos: es por esos medios, y no por la fuerza material, que las nvas ideas
"
de jcia arraigan en la conciencia del pueblo y se establece el Dcho nvo .
Sólo respecto de un reducido número de individuos, los delincuentes, los contraventores, rebeldes, etc., es necesaria la
fuerza física c/ sostén del Dcho vigente.
La escuela biológica, cuya gran figura ha sido Jorge Scelle, y que si bien tiene sus raíces en el siglo XIX, alcanzó su
máximo desarrollo en el siglo XX, explica la obligatoriedad del Derecho, a partir de la humanidad c/ momento de evolución
biológica. Las leyes de la vida, anteriores al hombre, presentes en todos los seres vivos del universo, tb actúan en aquél
creándole necesidades p/ cuya satisfacción se organiza la Soc y p/ que ésta pueda funcionar, se origina el Derecho.
Sin Soc y sin Derecho, ni el hombre puede vivir, ni las naciones pueden subsistir. La necesidad de la vida exige la Soc
y la Soc, a su vez, exige el Derecho. El Dcho deriva, pues, de las leyes de la vida, de las leyes biológicas.
La escuela económica se ha desarrollado en los siglos XIX y XX. Tiene sus grandes representantes en Carlos Marx y
Federico Engels. P/ esta escuela, la estructura económica determina todas las demás formas de vida social, incluido el
Derecho, que no es sino una superestructura derivada de la estructura económica básica.
P/ Marx y Engels "la historia de todas las Soces que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de
clases". Toda la Soc va dividiéndose cada vez más en dos grandes campos enemigos, que se enfrentan directa//: la
163.
burguesía y el proletariado" La burguesía está constituida por los propietarios de los medios de producción. En cambio,
el proletariado o sea el moderno trabajador asalariado constituye la fuerza de producción. Al carecer de dominio sobre los
medios de producción, no le queda otra alternativa que vender su fuerza de trabajo p/ subsistir. El burgués le paga la
subsistencia, no el valor de su trabajo.
Marx y Engels convocan a los proletarios de todo el mundo a tomar el poder político, p/ desde ahí modificar
revolucionaria// la estructura económica, la que cambiará total// al Dcho vigente. El DI no es sino una garantía de la
burguesía p/ asegurar su dominación mundial.
La caída del sistema comunista en Unión Soviética y países de Europa oriental, contradijo la predicción de Marx y
Engels del triunfo del proletariado.
CRÍTICA: Esta escuela "ha demostrado efectiva// la gran influencia del factor económico en el Dcho en general, y en
particular en el Dcho y en la política internacionales; pero lo que esta escuela no ha podido demostrar es que el factor
económico sea la base única de las normas jcas internacionales; ni ha demostrado que carezcan de importancia los facto-
res morales y espirituales en la formación y en las transformaciones del derecho".
La escuela histórica se ha desarrollado en el siglo XIX y tiene su gran representante en Savigny. Sostiene que el
fundamento de todo derecho, incluido el intern, es el alma de los pueblos, alma que se reconoce en los usos y costumbres
de cada pueblo. La escuela histórica no puede negar la influencia de Hegel, pues p/ este filósofo alemán, el universal
concreto era el pueblo, que, orga​nizado jca// por una Constitución constituía al Estado. Y era universal, por la multitud de
sus miembros, pero concreto porque la esencia, el ideal, tomaba existencia en el tiempo y en el espacio. Era c/ la
encarnación del espíritu o sea la racionalidad conciente de sí misma. Pues bien la forma particular del espíritu en cada
momento de su devenir estaba dado por los usos y costumbres de cada pueblo, que era en definitiva el fundamento de
obligato​riedad del Derecho, incluido el que rige entre las naciones. La forma que produce lo universal del Estado es la
cultura de una nación; el contenido concreto en que se determina esta forma universal o sea la realidad concreta del
Estado, es el espíritu del pueblo, porque en la ley universal el individuo sabe que está contenida su propia voluntad.
La escuela de la solidaridad inaugura ya un nuevo fundamento de la obligatoriedad de las normas internacionales: la
relación entre los hombres. Alcanza su pcpal desarrollo en este siglo y su creador es León Duguit. Fundamenta al Dcho en
la interdepen​dencia de los hombres, hecho innegable, concretado en la relación permanente de los seres hums, forzados por
las necesidades.
La escuela de las nacionalidades encontró el fundamento de Dcho de una relación particular de los seres hums y no,
c/ la escuela de la solidaridad en el hecho mismo de la relación interhum. Esta relación particular no es otra que la relación
nacional.
Esta escuela, que tuvo activa militancia en importantes acon​tecimientos históricos, encontró su pcpal representante en
Man​cini y sostuvo que el DIP tiene por objeto asegurar el desarrollo de las nacionalidades, de modo que todos los pueblos
que pertenezcan a una nacionalidad se organicen en un solo Estado.

La escuela positivista clásica tuvo desarrollo en los siglos XVIII y XIX, alcanzó su culminación filosófica con
Augusto Comte y tuvo sus grandes exponentes jcos en Bynkershoek y Rachel. P/ esta corriente el fundamento último de
obligatoriedad radica en la voluntad de los Estados. Porque los hechos de la vida intern son aquéllos que producen los
Estados, y de los cuales debemos inducir las leyes que los regulan. Estos actos internacionales configu​ran en tratados y
costumbres, fuentes únicas del DIP. Las normas de éste obligan porque así lo quieren los Estados.
En el orden intern, el positivismo buscará los datos últimos de dicha realidad, que no son otros que los actos
interestata​les, de tal suerte que la Ciencia del DI se limitará a indagar las constantes en las relaciones de los Estados. El
fundamento del Derecho, en general y del DIP en particular, es la concordancia de los Estados, ya sea explícita en la
Convención, ya sea tácita en la costumbre.
CRÍTICA: 1) niegan la existencia de la rama más importante del DIP, el Dcho Natural p/ asegurar su mantenimiento y
su desarrollo; 2) los tratados, las costum​bres y los precedentes históricos no pueden ser las exclusivas manifesta​ciones del
derecho, desde que pueden ser injustos, o con dar exigencias de humanidad o de razón, y entonces no se concibe cómo
puedan ser expresiones del derecho, desde que éste es esencial// la ciencia de lo justo; 3) la escuela exagera el concepto de
la soberanía de los Estados, presentándola c/ un Dcho absoluto; la soberanía tiene limitaciones y ningún Estado tiene Dcho
de hacer todo lo que quiera; 4) la escuela positivista priva de estabilidad a este derecho, y pone en peligro su misma
existencia, en cuanto hace depender la existencia y valor jco de sus reglas exclusiva// de la voluntad de los Estados; 5)
olvida que la existencia y el cumplimiento del DIP es superior a la voluntad de los Estados, c/ lo demuestra la existencia de
normas internacionales universales, c/ son, por ejemplo, las referentes a tratamientos de los diplo​máticos, responsabilidad
intern de los Estados, y así otras cuestiones cuyas normas internacionales existen y obligan a los Estados, aún en ausencia
de normas sobre esas cuestiones en el Dcho interior de cada Estado, o aún en contradicción con las respectivas normas del
Dcho Nacional".
La escuela de la autolimitación es un derivado de dos líneas de diversa fuente, pero convergentes en la exaltación
desme​surada del Estado: el positivismo, y el idealismo alemán. Esta escuela deriva de una concepción absoluta de la
soberanía estatal, lo cual torna simple-// imposible el establecimiento de una norma jca intern, que esté por encima del
Estado. Lo absoluto no admite superior. Esta corriente que surge en el Siglo XIX penetra en nuestro siglo XX con Jellinek.
CRÍTICA: 1) porque el problema de la compatibilidad del DIP con las soberanías absolutas de los Estados, ha sido ya
superado en el pensamiento jco intern, en el que es cada vez menor el número de juristas que defienden la concepción
absoluta de la soberanía; 2) porque si este Dcho se funda en la autolimita​ción de esa soberana voluntad de cada Estado, este
Dcho sería suma// inestable, desde que cdo un Estado creyera convenien​te no cumplir determinada norma, dejaría sin efecto
la autolimitación que originó aquella norma, en virtud de su misma voluntad absoluta-// soberana; 3) dicha inestabilidad del
orden jco intern facilitaría las injusticias, violencias y arbitrariedades de los Esta-dos fuertes en detrimento de los Estados
débiles.
La escuela de la voluntad colectiva de los Estados, desa​rrollada en este siglo y que tiene su gran figura en Trieppel,
sostiene que el fundamento de las normas internacionales no puede ser la voluntad del Estado que se autolimita, sino que es
la fusión de voluntades de los Estados, con un contenido y una finalidad específi​cos.
La escuela normalivista de Hans Kelsen, ha renovado en nuestro siglo, al pensamiento positivista, ofreciéndole un
novedoso aporte. Este autor, de raíz kantiana, busca al fundamento del DIP, no ya en el hombre mismo, ni tampoco en la
relación entre los seres hums, sino en el tercer elemento inexcu​sable de toda situación jca: la propia norma.
Kelsen enseña, así c/ las ciencias naturales descri​ben su objeto, la nat, mediante las llamadas leyes de la nat, la ciencia
jca describe su objeto, el derecho, por medio de las reglas del derecho. La relación propia en las leyes de la nat son de causa
y efecto, mientras que la relación establecida en una norma jca entre el acto ilícito c/ condición y la sanción, c/
"
consecuencia, está caracterizada c/ el "deber ser . El deber ser significa que, si se comete un acto ilícito, la aplicación de la
sanción corresponde, independiente// de que ésta pueda o no aplicarse en la realidad. P/ Kelsen, el Dcho es aquella técnica
social específica que consiste en el intento de lograr la deseada conducta social de los hombres por medio de la amenaza de
una medida de coerción que se tomará en el caso de una conducta jca// dañosa. El Dcho es un orden coercitivo, y por lo
" "
tanto "El DI será Dcho en el mismo sentido que el Dcho nacional , si es posible en pcpio, interpretar el empleo de la
" "
fuerza dirigida por un Estado contra otro, ya sea c/ sanción o c/ acto ilícito. Y concluye afir​mando que el DI general o
común es un Dcho consuetudinario válido p/ los Estados pertenecientes a la comuni​dad intern.
Aparece ahora el tema tercero, específica// el de su fun​damento de validez. P/ Kelsen, el fundamento de la norma jca no
puede encontrarse sino en la misma normatividad jca, pues de lo contrario la teoría jca dejaría de ser tal y devendría una
teoría política, sociológica, econó​mica, etc. Tal es su pretensión: elaborar una Teoría pura del Dere​cho, o sea sin infición de
conceptos extrajcos. Por lo tanto, el fundamento de obligatoriedad de una norma jca cualquiera no puede ser sino otra
norma jca. Pero entre dos normas jcas no existe otra diferencia jerárquica que la de antecedente y conse​cuente. Por tanto,
cualquier norma jca toma su fuerza obligato​ria de una norma jca de superior jerarquía. Y así se llega a la norma
fundamental o sea a la Constitución del Estado por virtud de su Poder constituyente.
El DIP, a su vez, no encuentra un Dcho de superior jerarquía o, al menos, más extenso. Y entonces surge la norma
hipotética. Es hipotética, porque no es jca y a Kelsen, lo que le interesa es la organización de los fenómenos jcos. Al no ser
jca, no le compete al filósofo del dcho suplir la vacancia. Pero tampoco puede encerrarse en un argumento formal. La
respuesta es clara: esa N hipotética puede ser el más variado contenido extrajco. Pero en tanto es extrajca, p/ el teórico del
Dcho no puede ser otra cosa que una hipótesis. De ahí, la norma hipotética c/ fundamento último del DIP.
El nuevo Dcho Natural o neojusnaturalismo ha consti​tuido todo un movimiento en el presente siglo, a partir de la
renova​ción filosófica tomista emprendida por intelectuales entre los que sobresalió Jacques Maritain, con Le Fur en pcpal
relevancia. Este movimiento se vio robustecido por el fracaso catastrófico de las concepciones positivis​tas, que, al excluir a
la justicia natural, posibilitaron el surgimiento de las más crueles tiranías de la historia universal, c/ las presididas por
Adolfo Hitler en Alemania y por José Stalin en la Unión Soviéti​ca. El desarrollo de la conciencia jusnaturalista posterior a la
Segunda Guerra Mundial añadió los tres clásicos pcpios romanos: no dañar a otro, vivir honesta// y dar a cada uno lo suyo.
El fundamento de todos ellos se origina en la universal nat hum que, a pesar de todas las diferencias históricas, accidentales
entre los hombres, tiene la misma estructura ontológica: todo hombre es una unidad de cuerpo y alma, de espíritu y materia,
exigido por su corporalidad de integrarse solidaria// con los demás seres hums; abierto por su espíritu al mundo trascendente
de los valores absolutos, de las ideas univ y de la libertad personal.
La Carta Constitucional de las Naciones Unidas o Carta de San Francisco (1945), en su Preámbulo (3er. párrafo) ha
definido el fundamento jusnaturalista de todo el Dcho Positivo intern moderno, al resolverse sin vacilaciones a "crear
condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia..." Este objetivo esencial de la institución intern, queda reafirmado
en el art. 1, inc. 1, al fijar coma uno de los propósitos esenciales suyos "lograr por medios pacíficos, y de conformidad con
los pcpios de la justicia y del DIP, el ajuste o arreglo de controversias o situacio​nes internacionales susceptibles de conducir
a quebrantamientos de la paz. La justicia, c/ enseñaba Ulpiano y reiteraron los grandes pensadores ulteriores, es el pcpio de
los pcpios p/ la ONU. El mismo pcpio aparece en el inciso 1, apartado c, del art. 38 del Estatuto de la Corte Intern de
Justicia, cdo señala c/ fuente directa a "los pcpios generales de Dcho reconocidos por las naciones civilizadas", habida
cuenta que, por civilizado, hemos de entender naciones que fundamentan su conducta en la justicia. El anexo de la
Resolución 2625 de la Asamblea General, Declaración sobre los Pcpios de DI referentes a las relaciones de amistad y a la
coope​ración entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, señala en su tercer párrafo "la
importancia de mantener y fortalecer la paz intern fundada en la libertad, la igualdad, la justicia y el respeto de los derechos
hums fundamentales y fo​mentar las relaciones de amistad entre las naciones, independiente// de las diferencias existentes
"
entre sus sistemas políticos, eco​nómicos y sociales o sus niveles de desarrollo . La Carta Constitucio​nal de la Organización
de Estados Americanos señala en su sexto párrafo del Preámbulo, c/ fundamento de la organización que se encuentran sus
pueblos, "compenetrados de que la organización jca es una condición necesaria p/ la seguridad y la paz, fundadas en el
orden moral y en la justicia...".
Es abrumadora la opinión de todo el sistema jco intern de post-segunda guerra mundial, de que hay una justicia natural,
superior a toda normatividad positiva, que es la piedra angular del DIP. Y por si ello dejase alguna vacila​ción, adviértase la
"
tremenda disposición del art. 2, inciso 6 de la CNU: La Organización hará que los Estados que no son miembros de las
Naciones Unidas se conduzcan de acuerdo con estos pcpios en la medida que sea necesaria p/ mantener la paz y la
seguridad internacionales".
EVOLUCIÓN Y ETAPAS HISTÓRICAS
Las esencias se actualizan en la existencia. No basta, pues, determinar el orden ideal de las mismas; es necesario ver el
proceso por el cual se van haciendo realidad.
El estudio de la historia de las relaciones internacionales tiene por fin profundo justa// ése: conocer cómo la esencia del
DI se va constituyendo en existencia.
ANTIGÜEDAD
Son caracteres generales de las rela​ciones internacionales en la antigüedad los siguientes: 1) predominio del
p
aislamiento y de la hostilidad reci roca entre los Estados; 2) inexistencia de la S.I.; 3) inexistencia de normas jcas
internacionales, escasas y no sistematizadas; 4) predominio de la barbarie y la crueldad en la guerra". Esta situación estaba
determinada en buena medida por la religión propia de los pueblos antiguos, por su organización social y por el sistema
económi​co que aplicaban. Las religiones de la Antigüedad eran nacionales, o, al menos, profunda// unidas al destino e
historia de cada pueblo. La organización social era rígida, con clases sociales cerradas que, incluso, llegaban a constituir
verdaderas castas. La economía era p/ el consumo y no p/ el intercambio. Si el comercio era escaso; si las religiones eran
locales, y no universales; si el sistema de castas o clases rígidas procuraba impedir el conocimiento de lo extranjero p/
evitar rebeldías, todo ello conspiraba p/ una situación de aislamien​to. Y el aislamiento lleva c/ tendencia a la hostilidad,
pues todo pueblo distinto es visto c/ un enemigo potencial al menos.
El objetivo de esa política intern hegemónica: expandir la dominación c/ forma de subsistir y, por ello, sus dos
instituciones centrales son el Imperio y la Esclavitud.
La imp que tiene este antecedente histórico de Grecia p/ el DI ac​tual, es que ciertas relaciones entre esas ciudades-
Estado eran simila​res a las que corresponden a los actuales Estados. Así, entre Atenas y Esparta, o entre Atenas y Beocia,
se firmaron varios tratados. Por otra parte, las ciudades-Estado constituían Ligas c/ las del Pelo​poneso, Ateniense, etc.
Respecto a Roma, ésta practicó activa y pasiva// la diplomacia, enviando representantes diplomá​ticos a los otros
pueblos y recibiéndolos de ellos". Tb realizó "otros actos de las relaciones exteriores c/ la firma de los tratados, la
declaración de la guerra, la concertación de la paz, etc., eran acompañados de ceremonias religiosas de cuyo cumplimiento
se en-cargaba un grupo de sacerdotes.
A medida que Roma va desarrollando su política de expansión y conquista, observa q´en el Dcho de los pueblos que
iba conquis​tando existían normas idénticas o semejantes a otras que habían considerado exclusivas del Dcho Romano, y
entonces admitió que esas normas comunes al Dcho Romano y al Dcho de los Pueblos extranjeros fueran aplicables en los
territorios dominados por ella p/ resolver las cuestiones jcas de los extranjeros entre sí o de éstos con ciudadanos romanos;
el conj de esas N constituyó el Jus Gentium.
En América, varias instituciones internacionales tenían antecedentes en las prácticas indígenas. Así, el Dcho de
legación, sobre todo en las trasmisiones de mando era costumbre de aztecas. Tb se conoció la declaración de guerra
condicional o ultimátum, que se practicó en Colombia y tb por los charrúas en la misma Arg..

EL MEDIOEVO
El Medioevo, que se extiende entre la caída del Imperio Romano de Occidente, 476 d.c., y la caída del Imperio de
Oriente, 1453, cambia el eje temático. Mientras la Antigüedad se preocupó de asegurar la subsistencia, la Edad Media
centró sus esfuerzos en torno de la Verdad. En efecto, la Crucifixión de Cristo estaba muy próxima y Aquél, al morir en la
Cruz, había enviado un mensaje universal: que hay una vida, la del Conocimiento y de la Verdad, que es superior a la mera
subsistencia física. La relación intern transitó del estadio de Comunidad intern propio de la Antigüedad, al estadio de Soc
supranacional pero regionalizada por el asiento geográfico y por la fe religiosa. Por eso, en la Edad Media se constituyen
" "
mundos , cada uno de los cuales tiende a darse una cierta organicidad supranacional. Dentro de cada mundo se intensifican
las relaciones internacionales, se desa​rrollan normas jco internacionales, se van estableciendo costumbres internacionales,
se firma tratados, se conciertan políticas internacionales. En cambio, hacia fuera, entre los distintos mundos, las relaciones
son escasas. Por eso no hablamos de una S.I., en el sentido universal que ahora tiene, sino de Soces supranacionales
regionales.
En la Edad Media las relaciones internacionales se caracterizaban por la influencia de dos grandes fuerzas que actúan
en los acontecimientos históricos de aquella Edad: el Cristia​nismo y los pueblos bárbaros, que destruyen el imperio
Romano de Occidente; se caracterizaba tb por la aparición de grandes co​munidades regionales, esbozadas sobre la base de
la unidad religiosa. Otra característica es que aún no existe un DIP, pero aumenta considerable// el número de normas e
instituciones que entran después a integrar este derecho; aparecen Códigos importantes, especial// p/ regir el comercio
intern en los mares; la guerra es aún demasiado frecuente y se realiza en forma cruel e inhum, pero van surgiendo normas
que tienden a la humanización de la misma; se acentúa la práctica de instituciones pacifistas y de justicia que procuran
r
solucionar sin violencia los con​flictos internacionales, c/ el arbitraje; se desar olla la diplomacia, surgen los consulados y
otras instituciones internacionales.
En la Edad Media se desarrollan Códigos y leyes de gran importancia intern, que se refieren a cuestiones de comercio y
de navegación de los mares:
a) Las leyes rodios, eran de diverso carácter, penal, por la necesidad de reprimir los delitos contra navíos, pasajeros,
tripulantes y mercaderías; o bien eran admi​nistrativas, pues determinaban las formalidades a cumplirse p/ iniciar el viaje o
al llegar a su destino; o bien eran mercantiles, estableciendo las compensaciones que se debían entre sí los dueños de las
mercaderías, en caso que, por accidentes de mar, se perdiera toda o parte de la carga.
b) Las tablas de Amalfi: aplicadas por un tribunal que funcionaba en la ciudad de Amalfi, situada al sur de Italia y
competente p/ conocer cuestiones comerciales y de nave​gación intern en los pueblos costaneros del Mediterráneo.
c) El consulado del Mar: originario de Barcelona. Lo integran normas sobre el Dcho de presa en la guerra marítima y
fija pautas que la doctrina después ha asumido c/ debate profundo.
La diplomacia se desa​rrolla intensa// en la Edad Media. En un pcpio sólo el Pontífi​ce enviaba representantes
diplomáticos y los reciba. Más tarde se fue generalizando la práctica del Dcho de legación, ejercido aún por los señores
feudales. Las misiones diplomáticas no eran permanentes sino circunstanciales y transitorias. Los primeros reglamentos
diplomáticos apare​cen en el siglo XII, en Venecia, prohibiendo su ejercicio a los sacerdotes, estableciendo derechos y
obligaciones de los agentes diplomáticos, regulando el lenguaje cifrado.
Los tratados se hicieron más abundantes, en particular de comercio. C/ fruto de las Cru​zadas surge el Consulado, o sea
que, en los lugares dominados por los cristianos, se radicaron comerciantes europeos deseosos de practicar el intercambio
con el atractivo Oriente. Se formaban colonias, cuyos miembros designaban a uno de ellos al frente de la administración.
Así surgió en la Edad Media, el Cónsul, que luego derivaría en una institución moderna y contemporánea, aunque con otras
finalidades y funciones.
En la Edad Media ya no se trata de dominar p/ subsistir sino de concertar p/ mejorar. Pero la posibilidad de unir a
pueblos diversos se da por el nuevo eje temático. En efecto, si la cuestión es la subsistencia física, es difícil concertar
acciones p/ un fin común, y es congruente que los pueblos se lancen unos contra otros, p/ prevalecer. En cambio, si la vida
de la Verdad es el atractivo universal, c/ es un valor espiritual, puede ser asumido por la diversidad sin mengua p/ su
integridad. Ahora ya la Comunidad intern se transfi​guró en Soc supranacio​nal que queda regionalizada por la fe religiosa.
Pero la existencia dentro de cada mundo religioso de relacio​nes de cooperación y no sola// de guerra, van estimulando
el surgimiento de normas jcas internacionales.

LA MODERNIDAD
La Edad Moderna es la transición entre la Edad Media y la Edad Contemporánea. En ella se van a echar las bases
filosóficas, jcas y políticas en la Edad Contemporánea va a consumar en su realización. En la Modernidad, que incluye a
ambas edades, el eje temático de la historia ya no será la subsistencia c/ en la Antigüedad, ni la Verdad c/ en el Medioevo.
Todo el acento de este tiempo estará puesto en la Acción, en la Praxis, en la Decisión y, hasta mística// en el Amor. Los
grandes movimientos reli​giosos de la Modernidad se centran en Dios entendido corno Amor subsistente. Al admitir y
constituir la sacie-dad única intern, integrada por pueblos que participan ellos o sus gobiernos, de sistemas de ideas y
creencias diferentes, no queda otra posibilidad, que armonizaren pcpios de acción. De lo que se trata es de crear, desarrollar,
perfeccio​nar y asegurar a la Soc única intern, o sea organizar bien la vida de interrelación a nivel planetario. El eje pasa,
pues, de la Verdad contemplada a la Decisión realizadora.
Enseña el Maestro que "la Edad Moderna inicia con el descubri​miento de América, uno de los acontecimientos de
mayor importancia que haya ocurrido en la historia".
Es en la Edad Moderna que se asume la convicción de que es posible trabajar por la paz intern, entre Estados de
distintos sistemas de ideas y creencias. Por proponérselo la Modernidad en su primera etapa, originó la S.I. universal. No es
,
comunidad pues existe acuerdo sobre fines. No es Soc regionalizada porque la fe no es requisito p/ integrar esa Soc. Una
g
vez definida la existencia de esa S.I., el ran problema que abordó la segunda etapa de la Modernidad, fue la de
.
institu​cionalizar a la S.I.. Este proceso, a su vez, va a originar los grandes .sistemas de política intern, tratados por Tomberg
a) el de hegemonía política, en que un solo Estado determina los órganos de actuación de la S.I. y fija sus fines; b) el
equilibrio político, en que los fines y órganos de actuación de la S.I., son establecidos por algunos, las grandes potencias. c)
El sistema de supraordinación jca, en que todos los pueblos del mundo, en igualdad jca, son los que determinan los fines de
la S.I. y fijan sus fines sin contrariar los imperativos de la justicia.
Desde 1517 Europa Occidental queda dividida por el Cis​ma de Lutero, y los pueblos cristianos se dividen entre
católicos y protestantes. La pasión del enfrentamiento llevó a una prolongada guerra, llamada de los Treinta años, pues se
inicia en 1618 y termina en 1648 con la Paz de Westfalia, involucrando a las pcpales potencias europeas. P/ llegar a la Paz
de Westfalia se realizan dos Congresos, uno de los protestantes de Onsabruck y otro, el de los católicos, en Munster. Luego
de cuatro años de deliberaciones, se firma final// el Tratado de Westfalia, el 24 de octubre de 1648. Con este Tratado
entendemos que comienza la existencia forma! de la S.I. única, mundial, que integra a todos los pueblos del planeta,
cualquiera fuere sus sistema de ideas y creencias. El Congreso y el Tratado de Westfalia fueron de gran importancia: 1)
porque evidenciaron la existencia de una concien​cia intern en los Estados europeos, es decir la conciencia de que todos
ellos eran partes de una misma S.I.;2) porque allí se consagra la libertad de conciencia y de culto, al reconocer a los
protestantes el Dcho de practicar libre// su religión y de organizarse en comunidades religiosas independientes de la
autori​dad del Sumo Pontífice de Roma; 3) porque al reconocer la inde​pendencia de Dcho de Dcho de Suiza, que​dó
implícita// consagrado el pcpio de que todo pueblo injus​ta// dominado por nación extraña tiene el Dcho de declarar-se
independiente; 4) porque modifica la geografía política europea, manifestándose en los cambios territoriales que efectúa el
sistema de equilibrio intern; 5) porque fortalece algunos derechos fundamentales de los Estados, c/ los derechos de
soberanía, independencia e igualdad intern; 6) porque tuvo c/ resul​tado la disminución de la influencia de la Iglesia Católica
p
en la olítica y legislación nacional o intern de los Estados; 8) porque inicia la práctica de los congresos internacionales y de
los tratados generales, c/ medios de reglar la vida de relación de los Estados".
En la Edad Moderna se crea la Ciencia del DIP, bajo la inspiración de Francisco de Vitoria y de Francisco Suárez, obra
proseguida en una visión distinta por el holandés Hugo Grocio. La diplomacia se vuelve permanente y se regula, puntual//
temas de Dcho marítimo intern, es​tableciéndose pcpios tales c/ el de que la bandera neutral cubre a la mercadería enemiga y
la neutralidad de la mercadería queda salvada aunque viaje en buque enemigo. La condición del extranjero progresa
acelerada//, reconociéndoseles derechos de propiedad, contrato, herencia, matrimonio y disposición de sus bie​nes. La Edad
Contemporánea va a desarrollar y consumar los procesos traídos al mundo, por la Edad Moderna. La Modernidad va a
cerrar su círculo.

LA EDAD CONTEMPORÁNEA
La Edad Contemporánea, comien​za con la Revolución Francesa, 1789, que, por ser un movimiento popular produce
una alteración profunda del equilibrio europeo, desde fuera del sistema. En octubre de 1789, el 14 de julio, la Asam​blea
Constituyente proclama la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, antecedente directo de la Declaración
Universal de los Derechos del Hombre efectuada por Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. En ella se expresa que
los hombres nacen y permanecen libres e iguales, en derecho; que todos tienen Dcho a la libertad, propiedad, seguridad y
resistencia a la opresión, consistiendo la libertad en poder hacer todo lo que no dañe a otro; la soberanía popular, la ley c/
expresión de la voluntad general; que todos los ciudadanos tienen Dcho a contri​buir a formarla, por medio de sus
representantes; que todos tienen libertad de pensar y expresar sus ideas, incluso religiosas; la inviolabi​lidad de la propiedad
privada; que nadie puede ser privado de ella sino en virtud de necesidad pública legal// declarada y previa indemnización
equitativa; que nadie puede ser acusado, detenido ni condenado sino por los procedimientos fijados en la ley. En 1791 la
Asamblea estableció ciertas normas internacionales fijando el pcpio que la única guerra lícita es la de legítima defensa;
condenó la conquista.
Esta irrupción popular, externa al equilibrio europeo, encarna en Napoleón Bonaparte, quien destrona a los reyes de
Europa, coloca a parientes o camaradas fieles en lugar de aquéllos y pretende gobernar con un sist hegemónico francés, a
través de una Confederación de Occidente, con asiento en París. Un solo Estado determinará los fines y creará los órganos
de actuación de la S.I.. Con Napoleón se instaura en el mundo contemporáneo la primera experiencia de organizar la S.I.,
bajo el sistema de la hegemonía política.
La alteración del equilibrio europeo por la hegemonía napoleónica, fue causa inmediata pero profunda del proceso
emancipador de Indohispanoamérica. Así estalla el proceso emancipador indohispanoamericano y nuestra Patria se
eman​cipa el 25/5/1810.
Este rápido proceso está influido directa// por el derrum​be europeo del equilibrio de las Casas reales, las cuales, sin
embargo y, final//, se coaligan, y vencen al Emperador, pero ya no se volverá a un equilibrio de las mismas, sino al de los
Estados. Tal es la misión del Congreso de Viena de 1815.
El Congreso de Viena es el segundo intento de organizarla vida intern, ahora bajo el sistema del equilibrio de las
pcpales potencias europeas. Se destacaron tres famosos diplomáticos: el príncipe de Metternich, repre​sentante de Austria,
quien sostenía un criterio realista, no atado a la situación pasada; el Ministro Stein representante de Prusia, quien
propiciaba el estudio de la situación moral de cada pueblo, su organi​zación interna, sus intereses y derechos fundamentales;
y el Príncipe de Talleyrand, representante de Francia, quien propugnaba el pcpio de legitimidad, o sea volver a la situación
anterior a Napoleón. Esta tesis es la que triunfó, pero vinculada al equilibrio intern entre las pcpales potencias europeas, p/
lo cual se reformó la geografía política de Europa.
P/ garantizar el equilibrio político establecido por Vie​na y p/ evitar la irrupción de movimientos populares que alteraran
al mismo, Austria, Prusia y Rusia, conformaron la Santa Alianza, a la que luego se une Inglaterra y, Francia,
configurándose la Pentarquía, el gobierno mundial de las cinco pcpales Potencias europeas.
En ejecución de sus objetivos la Santa Alianza intervino mili​tar// en diversos Estados, y se aprestó a intervenir en
América, p/ restablecer la situación colonial.
Esta pretensión imperialista de la Santa Alianza, fracasó y Europa vio deshacerse el sistema del equilibrio político, por
3 sucesos: a) la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, 1816. b) La Declara​ción del Presidente Monroe
de los EE.UU.. Establece el pcpio territorial, segun el cual p/ los EE.UU., en América no existen "res nullius" que permiten
adquisiciones nuevas. Por lo tanto, EE.UU. no admitirá ningún nuevo establecimiento colonial europeo en América. El
Pcpio jco político dice que no es admisible la intervención europea en los asuntos de los Estados americanos. El tercer
pcpio vuelve sobre EE.UU. lo dicho p/ Europa y afirma que tampoco EE.UU. adquirirá nuevas posesiones territoriales en
América, ni intervendrá en los asuntos de los demás Estados Americanos. d) El movimiento de las nacionalidades en
Europa mismo, bajo la influencia del jurista y político italiano Mancini.
Fracasado el sistema de hegemonía, no quedaba ya sino acudir al sistema jco de organización intern, al pcpio de
supraordinación jca, en que todos los pueblos, en igualdad jca, determinan los fines y órganos de actuación de la S.I.. Este
proceso, práctica// simultáneo con el proce​so de organización jco-político de Arg., tiene su punto de partida en el Congreso
de París, 1856. Este tratado pone fin a la guerra de Crimea, que enfrentó a Rusia contra Turquía, Francia, Inglaterra y
Cerdeña. Por dicho Tratado la Sublime Puerta quedó incorporada a la S.I. hasta entonces europea. Se afirmaron los pcpios
de igualdad, no intervención, prohi​bición de la conquista, se neutralizó el Mar Negro, se declaró abolido el corso, y se
desarrollaron importantes normas relativas al DI Marítimo.
Al Congreso de París, le siguió una sucesión interminable de congresos y conferencias, pues la humanidad estaba
convencida en el siglo XIX, que sola// el DIP podría imponer la paz en el mundo, p/ lo cual debía codificarse la materia.
Todo este gigantesco esfuerzo intern por codificar, al DIP, alcanza su culminación en las dos grandes Conferencias de
La Haya de 1899 y 1907. La Segunda Conferencia de La Haya: 1) reprodujo las convenciones sobre arreglo pacífico de los
conflictos internacionales y sobre leyes y usos de la guerra terrestre aprobadas en la primera Conferencia; 2) aprobó
convenciones sobre diversas cuestiones de la guerra marítima y del comercio, 4) creó una Corte intern de presas, etc. La
primera Conferencia de La Haya, por su parte, había creado el Tribunal permanente de arbitraje con asiento en La Haya.
La febril búsqueda de normas internacionales que aseguraran definitiva// la paz en el mundo, no impidió el estallido de
guerras localizadas, entre las que cabe destacar c/ la más conmocionante a la que enfrentó a Francia y Alemania en 1870, o
a Rusia con Japón en 1905. Pero lo que ahora avanzaba sobre la humanidad era la sombra de la Primera Guerra Mundial en
la historia universal.
Los aliados pcpales eran, pues, Inglaterra, Francia, Rusia, Ser​bia, Bélgica, Montenegro; los Imperios centrales que
luchaban contra los Aliados fueron Alemania y Austria-Hungría que obtuvieron el apoyo del Imperio Otomano, yen 1915 el
de Bulgaria. Los Aliados, por su parte, en 1915, obtienen el apoyo de Italia que se había mantenido neutral, bajo promesa de
compensarle con los territorios de Trieste, Trento, Fiume, Altadillo, Dalmacia, etc., promesa que luego no se cumplió y fue
un argumento muy utilizado en la Segunda Guerra Mundial por Mussolini.
La Guerra se desarrolló con una profunda ofensiva alemana en 1914, que llega a 30 Km de París, donde es detenida por
Francia. Los alemanes, a su vez, sufren la ofensiva rusa en el frente oriental, pero la detienen en las famosas batallas de
Tannenberg y de los Lagos Masurianos.
r
En 1917 EE.UU. entra en la guer a a favor de los Aliados y en 1917 se produce la Revolución Rusa, que termina
reti​rando a Rusia de la alianza con Francia e Inglaterra, celebrando la paz por sep/do con Alemania. Sin embargo, la
irrupción nortea​mericana fue más decisiva que el retiro ruso y el 11 de noviembre de 1918, la guerra termina.
El Tratado de Paz de Versalies, o sea el Tratado impuesto a los vencidos, crea la primera organización jco-político intern
a nivel mundial, la Soc de las Naciones o Liga de las Nacio​nes o Pacto de las Naciones.
La Arg., por intermedio de su Presidente Yrigoyen, sostuvo, defendió y mantuvo la neutralidad Arg. en el conflicto,
considerando que el mismo era mundial por sus efectos, pero era europeo en sus causas razón por la cual nuestro país no
podía convertirse en instrumento al servicio de una u otra potencia europea. C/ expresión del prestigio nacional, Arg., a
pesar de ser neutral fue invitada a integrarla Soc de las Nacio​nes, lo que se aceptó pero en la primera sesión de Asamblea
de la entidad intern, Arg., por instrucciones del Presidente exigió la universalidad en la composición de la Soc de Naciones
c/ requisito imprescindible y de art. previo, inclusive los países vencidos debían integrarla. Al ser derivado el proyecto
argentino a comisión, nuestro país se retiró de la Soc de Naciones, mostrando visionaria// el fracaso rápido, acelera-do, a
que avanzaba la flamante organización, edificada sobre el triunfo armado de unos sobre otros. Esto fue una de las causas
futuras de la Segunda Guerra Mundial.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, el poder en el mundo se había equilibrado entre Alemania nazi, Unión Soviética
comunista y el inundo anglosajón capitalista y liberal. Fracasada la organización del mundo por el sistema de imperio del
derecho, debido esencial// a que el instrumento que decía vehiculizarlo, el Pacto de las Naciones, lo que garantizaba era el
predominio de las potencias vencedoras en la primera guerra mundial y entre éstas, el predominio a través del Consejo de la
Liga, de las pcpales potencias aliadas; el mundo se organizó casi espontánea// por el equilibrio político, económico o
ideológico de esos tres mundos.
En 1936 se constituye el Eje entre Alemania, Italia y Japón, enfrentado ya diplomática// a la alianza franco-inglesa y a
Rusia. Pero c/ Japón estaba en guerra de agresión contra China, la alian​za de los Aliados implicaba a China. Los frentes de
lucha se han constituído.
En 1945 final// el mundo tripolar ha terminado. Va a nacer un sistema de equilibrio intern entre EE.UU. y la Unión
Soviética.
Al concluir la 2da Guerra Mundial con el triunfo aliado, se sustituyó a la vieja y fracasada Soc de las Naciones por la
ONU, creadas por al Carta de San Francisco del 26 de junio de 1945. La nueva Organización encarnó dos pcpios
contradictorios, pues mientras sus Pcpios y Propósitos (ver arts. 2 y 1 de la Carta) y la universalidad e igualdad que se
observa en la Asamblea General (ver arts. 9 y 18), exhiben nítida// al pcpio de supraordinación jca, la organización del
Consejo de Seguridad, al que se atribuye la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales
(art. 24), se efectúa con preeminencia decisi​va de las cinco grandes potencias, o sea EE.UU., Unión Soviéti​ca, China,
Francia y la Gran Bretaña, e Irlanda del Norte, cuyo solo voto en contra puede evitar la aprobación de cualquier proyecto
(ver art. 27), lo que significa incorporar un sistema de equilibrio político entre las pcpales potencias.
De las cinco grandes potencias, hubo dos, EE.UU. y la Unión Soviética, que se constituyeron en superpotencias, por el
dominio de la micromateria (dominio atómico), de la macromateria (dominio espacial), por la perfección del armamento y el
poder económico puesto al servicio de sus objetivos.
Entre las dos superpotencias se desencadenó una verdadera competencia que fue llamada Guerra fría y que el Maestro
r
define c/ "el conflicto ideológico ent e dos concepciones contrapuestas de la vida hum, de la civilización, de la economía, de
r
la política y del derecho, conflicto que actúa c/ sustitutivo de la guer a por las armas, en razón del terrible poder destructor
de los armamentos termo-nucleares que pueden aniquilar no sólo al vencido sino tb al vencedor.
Pero el desenlace de la guerra fría se produjo: la pretensión norteamericana de colocar satélites en órbita que impidieran
la eficacia de los misiles soviéticos, lanza a la Unión Soviética a una carrera militarista que quebró su economía. Por otra
parte, el régimen policíaco y tiránico establecido en Unión Soviética, creó una creciente disidencia en su pueblo, que se
tornaba ya incon​tenible. Entre 1989 y 1991, el sistema soviético se derrumbó; el famoso muro de Berlín fue derribado. El
18 de diciembre de 1991 fue disuelta la Unión Soviéti​ca y el 25 de diciembre de 1991 renunció su último Presidente. La
Guerra fría había terminado. El sistema de equilibrio bipolar concluía. La humanidad enfrentaba ahora la perspectiva
hermosa de Una Civilización jca y moral, bajo el imperio del Derecho, bajo el gobierno del pcpio de la supraordinación jca,
o bien el autori​tarismo hegemónico de la única Superpotencia sobreviviente: EE.UU.

LA SUBJETIVIDAD JCA INTERN


A) CUESTIONES GENERALES SOBRE LA SUBJETIVIDAD INTERN
A la hora de trazar una teoría de la subjetividad intern, conviene no confundir las situaciones de sujeto de las relaciones
internacionales y sujeto del D.I. Aquélla conlleva la calidad de actor de esas relaciones en el plano sociológico, en tan​to que
ésta significa ser titular de derechos y obligaciones según las reglas del orden jco intern. Esta distinción entre los dos
planos, sociológico y jco, sirve p/ poner en evidencia el hecho de que algunas entidades que actúan en la escena intern,
carecen por lo general de subjetividad intern al no depender en cuanto a su estatuto jco del D.l., sino del Dcho de uno o
varios Estados.
Un análisis de la evolución del D.I. nos muestra una progresiva tendencia al ensan​chamiento del círculo de sus sujetos.
La propia diversificación de los objetivos y de las funciones de la comunidad jca intern ha conducido a lo que Bourquin
llamara en su día la «renovación cuantitativa del DIP».
El resultado es que hoy en día se puede hablar de una pluralidad de sujetos del DI. Incluso en el D.I. clásico o
tradicional se reconocía, junto a los Estados, a otras entidades (la Santa Sede, los grupos rebeldes con estatuto de
beligerancia). La reducción radical de los sujetos del D.I. al Estado vino en el plano doctrinal de la mano del positivismo,
con su construcción de un orden jco intern dotado de tina esfera de validez independiente y sep/da de la de los órdenes jcos
internos. Con todo, esa posición reduccionista se veía forzada a reconocer ciertas excepciones, y por otro lado la aparición a
lo largo del siglo XIX de unas estructuras institucionales que dieron origen a las organizaciones internacionales actuales
ponía en evidencia la estrechez de dicha posición.
Se ha producido, debido al propio acontecer social intern, una diversificación de los S del D.I., conservando, no
obstante, los E su carácter de S originarios de este orden jco.
Ahora bien, la existencia en la actualidad de entidades no estatales aceptadas c/ sujetos del D.I. nos obliga a
preguntarnos cuáles son los requisitos que deben concurrir p/ ser considerado sujeto de este ordenamiento y cuáles son las
formas de atribuirse la subjetividad intern.

B) LA CONDICIÓN DE SUJETO DEL DIP


En lo que se refiere al concepto técnico jco de persona o sujeto, el D.I. no se aparta de la teoría general de la
subjetividad jca. Si se entiende por sujeto de Dcho aquel que es destinatario de las normas jcas, aquel a quien estas N
atribuyen derechos y obligaciones, sujeto del D.I. lo es el titular de derechos y obligaciones conferidos por normas jcas
internacionales. Ahora bien, partiendo de una equip/ción de las nociones de subjetivi​dad jca y de capacidad jca, se llega a la
conclusión de que no basta con ser be​neficiario de un Dcho o estar afectado por una oblig, sino que se requiere una ap​titud
p/ hacer valer el D´ante instancias internacionales o p/ ser responsable en el plano intern en caso de violación de la
obligación.
Se ha dicho con razón que la calidad de sujeto del DI no depende de la cantidad de de​rechos u obligaciones de que una
entidad es titular. Así pues, la extensión de la capacidad intern no es la misma en todos los casos, lo que obliga a analizar
las normas del D.I. positivo p/ precisar el grado de capacidad intern de cada sujeto. Los Estados, en su calidad de sujetos
originarios del D.I., poseen una capacidad plena, mientras que otras entidades sólo disponen de una capacidad restringida,
que incluye aquellas posibilidades de actuación que les han sido atribuidas en virtud del acto de su creación. En este
sentido, el T.I.J. ha podido decir en su ya citada opi​nión consultiva sobre la rep/ción de daños sufridos al servicio de los
Naciones Unidas que, «mientras que un Estado posee la totalidad de derechos y deberes internacionales, los derechos y
deberes de una entidad c/ la Organización han (le depender de los propósi​tos y funciones de ésta.
La distinta nat de los sujetos del D.I. y los diversos grados de su capacidad intern permiten hacer diferenciaciones entre
ellos. Así, yen lo que se refiere a los Es​tados, el elemento de la igualdad soberana los distingue de todos los demás sujetos
de este orden jco, el elemento de la organización los distingue de ciertos sujetos no organiza-dos y el elemento territorial
los distingue de las organizaciones internacionales. En cuanto sujetos soberanos, dotados de una organi​zación política y de
una base territorial, los Estados son los sujetos necesarios y plenos del D.I., pero junto a ellos coexisten otros sujetos, que
cabe calificar de secundarios o deriva-dos, poseedores de alguno o algunos de los rasgos que integran la capacidad intern.
En conclusión, el D.I. contemporáneo se caracteriza por la pluralidad y la heterogenei​dad de sus sujetos. Junto a los
Estados, sujetos soberanos de base territorial, y a las organi​zaciones internacionales integradas por Estados, sujetos
«funcionales», parecen haber ad​quirido carta de nat en el plano de la subjetividad intern otras entidades c/ la Santa Sede y
la Ciudad del Vaticano, los pueblos, los beligerantes y los movimientos de liberación nacional y, aunque todavía
controvertida//, los individuos; suscitándose con respecto a estas otras entidades la necesidad de indagar cuáles son sus
derechos y obligaciones según el D.I. y cuál su capacidad de actuación en este plano.

C) LA CUESTIÓN DE LA ATRIBUCIÓN DE LA SUBJETIVIDAD INTERN


Aunque algunos autores, entre los que destaca Balladore-Pallieri, han defendido la existencia en D.I. de una norma
atributiva de subjetivi​dad intern, esto es, de una norma que con carácter general fije los elementos de dicha subjetividad, la
doctrina mayoritaria considera que, teniendo en cuenta la pecu​liar estructura social intern y su relativa falta de organización
a escala global, el orden jco intern carece de criterios que puedan imponerse uniforme// en orden a la atribución de la
cualidad de sujeto del mismo. P/ Mia​ja, esa supuesta norma atributiva de subjetividad intern re​sulta ser, con respecto a los
Estados, una expresión de un supuesto especial del pcpio de efectividad -en virtud del cual se establece que un Estado existe
en cuanto sujeto del D.l. desde que reúne los requisitos que lo caracterizan c/ tal- y a la vez una consecuencia del hecho
histórico de que el D.I. ha surgido c/ un Dcho entre Es​tados; resultando difícil, la aplicación de dicha supuesta norma a
su​jetos del D.I. distintos de los Estados, razón por la cual los sostenedores de la tesis de referencia se han visto forzados a
admitir otro procedimiento p/ atribuir subjetividad intern, consistente en la investidura de personalidad intern otorgada a
ciertos sujetos por aquellos que ya la po​seen.
Algunos de esos sujetos llegan a alcanzar, por sus propias características y por su aceptación general, una personalidad
intern objetiva, esto es, no limitada al cír​culo de los sujetos cualificados que los reconocieron. Así, y pese a que se ha
sostenido que las organizaciones internacionales no deben ser consideradas en pcpio c/ su​jetos del D.I. general, sino de un
D.I. particular, ello no puede sostenerse respec​to de las organizaciones de ámbito universal o casi universal.
Final//, c/ ha advertido Diez de Velasco, el otor​gamiento de la subjetividad intern lleva aparejadas una serie de
consecuencias, en la medida en que quien esté en posesión del estatuto de sujeto del D.l. se convierte en des​tinatario de sus
normas y queda sujeto a las obligaciones que éstas le impongan, a la vez que queda revestido de una amplia esfera de
r
libertad que, no obstante, encuentra sus li​mitaciones en esas p opias normas, dirigidas a respetar la existencia y la libertad
de los demás sujetos; resultando, por lo demás, posible que un sujeto, precisa// en uso de su capacidad de obrar, se imponga
por medio de un acuerdo intern limitaciones a su libertad de obrar.​
1

29

BOLILLA 2
RELACIONES ENTRE EL DI Y LOS DCHOS INTERNOS: A) ASPECTOS TEÓRICOS
El estudio de esas relaciones puede hacerse desde una doble vertiente: Una teórica y abstracta, que necesaria// presenta
conexiones con la Filosofía del Dcho, puesto que en última instancia esta reflexión termina siendo una indagación en tomo al
origen y validez de la regla jca. Otra de Dcho positivo que se preocupa por las conexiones posibles entre esos diferentes sist que, a
su vez, permite dos vías. La primera estudia la recepción o incorporación de las N internacionales en los distintos sist jcos
estatales, y necesaria// ha de hacerse sobre una cierta base de Dcho comparado. La segunda estudia la consideración que p/ el DI
público y sus instancias de aplicación, merecen las N de los ordenamientos jcos estatales.

MONISMO CON PRIMACÍA DEL DCHO INTERNO ESTATAL


Es una posición propia del positivismo del pasado siglo que identificó regla jca y, por consiguiente, Dcho con voluntad del
E. Es la consecuencia de la teoría de la sobera​nía estatal absoluta, que lleva en instancia última, a la negación del DI público c/
verdadero Dcho.
La raíz filosófica de esta posición hay que buscarla en el sist hegelia​no. P/ Hegel el E es la suprema realización de la Idea
ética, la encarnación del Absoluto y, necesaria//, este Absoluto tiene que reconocerse c/ un poder ilimitado sin admitir recorte
alguno a su libertad. El Dcho y la Etica, lejos de ser límites a la acción del E, son expresión de su vol; esta voluntad se manifiesta
en su Dcho estatal, el propio de cada E, pero por la misma razón y fundamento no es concebible un DI limitativo de esa libertad
de acción. Este no es otra cosa que un Dcho estatal externo, que descansa en voluntades soberanas distintas. Ahora bien, tal Dcho
estatal externo, que es una parcela del sist jco total de cada E y sobre el que éste conserva un libérrimo poder de disposición, ataca
de raíz la esencia misma del DI c/ sist jco vinculante, limitativo de la lib originaria de los Es y a los que les impone una det
conducta.
C/ consecuencias sobre las distintas instituciones pode​mos señalar: La única fuente iusintern aceptada era el tratado c/
manifestación de la voluntad del E. El tratado intern, más que constitutivo de una verdadera oblig jca lo era de una mera
manifestación de intenciones que los Es se hacían de querer cumplir lo establecido. El acuerdo intern c/ acto entre Es afecta a
éstos, no a los particulares; p/ que las N de un tratado produzcan efectos internos debe haber un acto formal de incorporación,
pero entonces la fuerza de obligar de tales Ns nace de la ley que incorpora o transforma al convenio y no del acto intern.
Una atenuación de esa posición radical quiso ser después la construcción de Jellinek. Jellinek parte del presupuesto que la
soberanía, es característica esencial de todo E, en consencuencia, éste no puede ser sometido a otro poder extraño a él mismo,
porque en este caso habría dejado de ser soberano. Por otra parte, todo poder p/ ser entendi​do c/ poder jco es necesario que sea un
poder sometido a límite, esto es, a regla. La misma limitación que el E constitucional acepta cdo, autolimitándose, se da su propia
constitución, es la que el E realiza en el plano intern cuando contrata y se obliga con otros Es, soberanos igual// c/ él. Tratado
intern y constitución estatal tienen el mismo fundamento, el acto de autolimitación del E.
Pero Jellinek no acepta en el acuerdo intern un acto de vinculación diferente al de la constitución ya que esto le llevaría a un
dualismo. La fuerza de obligar del tratado está en el acto de aprobación o ratificación de éste, que es un acto legislativo interno.
Al tratado intern se le da así, respecto de la ley interna que lo aprueba, una condición «infralegal».
La posterior evolución de esta doctrina monista de primacía del Dcho interno hacia un «DI de coordinación» entre
soberanías esta-tales independientes (Kaufman), no modificó sustancial// los datos del pro​blema. Ese Dcho de coordinación, no
daba lugar a reglas objetivas, independientes de la voluntad de los Es por ellas obligados. Toda obligación intern, según esta
teoría, debía ser entendida con una cláusula de reserva, la del superior interés del E. Allí donde hubiere una sustancial oposición
entre la obligación intern y el interes prevalente del E soberano, la 1º deberá ceder en favor del 2º.

EL DUALISMO. EL DI Y LOS DCHOS ESTATALES INTERNOS SON SISTS JCOS RADICALMENTE


SEPARADOS
La solución insatisfactoria a la que lleva este primer monismo dío paso a la teoría dualista. Esta posición puede apelar a una
vieja concepción filosófica y teológica de explicación de la realidad en función de pcpios con​tradictorios, por ejemplo, la
permanente contradicción entre el bien y el mal, donde coexistiendo irreductible// el uno con el otro, ninguno de los dos es sufic
por sí mismo p/ explicar esa realidad compleja.
La posición dualista está unida al nombre de un constitucionalista e internista alemán, Triepel. Tb figu​ra en esta corriente el
internista italiano D. Anzilotti.
Nace c/ un intento de superación de las insa​tisfacciones de la postura monista que, al afirmar la soberanía incoercible del E,
termina negando al DI. En efecto, el positivismo jco originario identificó necesaria// al Dcho con el E, puesto que, en última
instancia la regla jca es la plasmación de la voluntad estatal. Por esta razón el esfuerzo de Triepel se dirige a la demostración de
que fuente de validez y objeto son radical// distintos en el ordenamiento intern y en los ordenamientos estatales.
Según este autor, en una N jca se puede considerar o bien su con-tenido o bien su origen. El primer criterio establece una
clasificación por «ramas» y así surge por ejemplo el Dcho penal o el Dcho administrativo. El segundo hace refe​rencia al sist, y en
este sentido es lícito hablar de de DI y Dcho interno, porque a diversidad de fuentes de donde emana un grupo de N jcas
corres​ponde, una diversidad de sists u ordena-s.
Es decir, p/ nuestro autor el principium indivituationis de las N jcas no está en el objeto o en el sujeto o destinatario sino en
su fuente u origen de validez.
Entiende, Triepel que hay actos de contenido normativo que son «expresión de la voluntad de una comunidad
(Genossenschaft) cualificada p/ crear Dcho»; la singularidad de cada sist jco radi​ca precisa// en que las distintas Ns jcas en cada
uno de ellos, cuyo contenido puede ser coincidente, son diferentes porque su ámbito de apli​cación está restringido a la esfera de
validez de esas vol independien​tes las unas de las otras.
Utilizando nociones elaboradas por tratadistas alemanes anteriores a él, dis​tingue dos grandes categorías de acuerdos. Uno
es el contrato (Vertrag) y en el cual los intereses de las partes contratantes son contrapuestos, y por eso su voluntad negocial
genera dchos subjetivos pero no reglas jcas. En otros acuerdos, en cambio, la vol de las partes se orienta en sentido p/lelo hasta
constituir una voluntad común; su fin propio no es el de constituir dchos subjetivos en las partes contratantes sino N de conducta,
reglas jcas. Es a esta categoría de acto convencional, y que nosotros podemos tradu​cir por convención, a la que Triepel le
reconoce la misión de crear Dcho. Toda regla jca se apoya y tiene origen en una acto convencional; estas distin​tas convenciones
pueden encadenarse las unas a las otras y, en el Dcho interno de cada E, al final, todas se apoyan en una última que es la
constitución en el sentido material.
La singularidad y diferencia radical del orden jco intern respec​to de los Dchos internos estatales consiste en que los
distintos acuerdos o convenciones entre Es, en los que consiste el DI, tie​nen su propia voluntad común distinta de la de cada E.
Los dchos y deberes configurados por las reglas internacionales son dchos y deberes en el ámbito del DI y vinculan sola// a los
Es. Las N de los Dchos internos son irrelevantes en el orden jco intern. P/ que una N intern produzca efectos en el ámbito de un
Dcho interno es necesario un acto formal de transformación por el que la regla intern pasa a ser parte integrante del sist jco que la
incorpora.

MONISMO CON PRIMACÍA DEL DI


Esta posición considera que el DI es un orden superior y que de él dependen, los sist jcos de los Es. En cierto sentido la
potestad normativa de éstos actuaría por «delegación del orden jco intern» y en los ámbitos competenciales fijados por él.
Dentro de esta concepción básica, hay lugar a diferenciar distintas posicio​nes en virtud de las razones últimas por las que se
fundamenta esa concepción monista.
1. Escuela de Viena
Toma su punto de partida de una crítica radical al dualismo, puesto que no acepta sea posible distinguir diferentes sists, con
fuentes distintas de vali​dez. Entre las distintas Ns jcas tiene que haber unidad en virtud de una radical concatenación Ntiva. Las
Ns jcas están engarzadas las unas a las otras de modo tal que el supuesto de hecho de una cualquiera es la consecuencia jca de la
inmediata// anterior.
En esta gradación normativa: constitución, ley ordinaria, reglamento, sen​tencia-acto administrativo-contrato, hay una
primera, la N hipotética o fundamental, que carece de antecedente y una final, el puro acto de aplica​ción, que carece de
consecuencia.
Frente al positivismo anterior, que había asimilado regla jca a la volun​tad del E, Kelsen, indagó desde su posición de
positivismo crítico el concepto del deber ser jco p/ dejarlo reducido a un deber ser formal. La N jca es vinculante, obligatoria, no
en vir​tud de un determinado contenido, sino por su relación con otra superior de la cual depende. Una N se explica así por su
dependencia respecto de otra de mayor rango, pero c/ esa regresión hacia N superiores no puede ser infinita, se llega a una N
hipotética o fundamental que es base de todo el sist.
No acepta la sepa-ración del Dcho interno del DI; por encima de la singu​laridad de cada uno de ellos se da una radical
unidad, ya que todos son sist jcos.
Fueron sus discípulos, particular// Verdross y Kunz, quienes afirmaron c/ postulado científico la primacía del DI. Sólo se
puede hablar de DI en sentido propio, en la medida en la que se le conciba c/ un Dcho superior a los ordena-s jcos estatales.

2. Escuela sociológica francesa


Afirma igual// la radical unidad entre el orden intern y los sistemas jcos estatales, con primacía del primero sobre los
segundos, pero lo hace desde postulados epistemológicos muy diferentes.
En la línea de la sociología francesa, y teniendo c/ antecedente de Durkheim, Scelle parte de una afirmación básica: El
Dcho, es un producto espontáneo del medio social y nace en virtud de la necesidad biológica que se impone a los miembros de
una determinada soc de regular su conducta dentro de ella. El conjunto de reglas soc en vigor en un momento det y en una soc
concreta constituye el Dcho positivo.
Función esencial del Dcho es conferir y repartir competencias. La noción de sujeto social no es otra cosa que la del
individuo investido de alguna de esas competencias. El verdadero sujeto del Dcho no puede ser más que la persona individual;
esto es, el ser dotado de voluntad personal. La condición de persona atribuida a las denominadas personas jcas, y por tanto a los
Es, no es más que una construcción jca, una ficción.
El fenómeno de la solidaridad social se manifiesta de modos diversos. En un nivel primero, dentro de grupos básicos se crea
un Dcho nacional, en sí mismo ya complejo, puesto que los Es en su interior constitu​yen sists jcos jerarquizados. Pero por encima
de las soces estata​les se percibe el mismo fenómeno de solidaridad humana, y este hecho social genera su propio Dcho
intersocietario, que se impone con la misma necesi​dad biológica, c/ la que tiene el Dcho interno, dentro de la soc estatal. Por su
misma naturaleza «toda N intern, prima sobre toda N interna en contradición con ella y la modifica o la anula.
Este monismo absoluto ha sido atenuado por el juego del pcpio del desdoblamiento funcional. La carencia institucional en
la soc intern, está paliada por la sustitución que los gobiernos de los Es realizan desde sus propios órganos. Actuando éstos unas
veces colectiva// de común acuerdo y otras de modo uni​lateral, a la vez que persiguen fines propios, realizan funciones y se
presentan actuando c/ órganos de la comunidad intern.

3. La orientación monista del iusnaturalismo


Según observara Verdros, la orientación iusnaturalista en el DI tiene necesaria// una concepción monista. En efecto, si la
esen​cia del positivismo está en la concepción voluntarista de la N jca, el iusnaturalismo la concibe básica// c/ una ordenación de
razón. La regla jca vincula no porque sea un mandato, sino preferente// porque es una ordenación racional. En el concepto
positivista el orden interno del sist jco es inmanente a éste, y de aquí su variabilidad, el que reconoce el iusnaturalismo es externo
a la propia ordenación jca.
Mientras que en éste el contenido de la N esta​blece su propia jerarquía, en el positivismo la jerarquía de la N viene dada por
el mayor o menor grado de proximidad que ella tenga en relación con la fuente de validez u obligatoriedad de todo el sist. Con
ello, dicho está que la primacía de las reglas internacionales sobre las de los Dchos part es una cons de la relación en que están las
soc particulares con la comunidad universal.
El Dcho es entendido básica// c/ una ordenación racional en función de la consecución del bien gral de una determinada
comunidad. Los Es son cierta// soc perfectas en el sentido de que pose-en los instrumentos necesarios en la realización de sus
fines, pero por encima de ellos existe la comu​nidad humana, «que es en cierto sentido una república, con poder de darse leyes
justas y a todos convenientes c/ son las del Dcho de gentes».
La jerarquía así establecida se funda en el ser de las cosas, es de carácter ontológico y no mera// normativo o lógico, lo que
implica que esa superioridad del orden intern está matizada por dos elementos correc​tores.
El primero está en relación con la protección y respeto a los valores funda-mentales de la persona, el segundo con el pcpio
de subsidiariedad.

Por lo que al primero se refiere, comunidad e individuo se encuentran en una relación singular: el bien común o gral
prevalece sobre el particular, pero el destinatario último del Dcho c/ de toda regla jca, es en última instancia la persona humana.
El poder soberano del E o el favorecimiento de los intereses grales de la comunidad humana encuen​tra un limite en el respeto
los valores absolutos de la persona.
Por lo que respecta al segundo, la primacía del orden universal no absorbe ni anula la identidad y personalidad de las
comunidades inferiores.

B) LAS RELACIONES ENTRE EL DI Y LOS DCHOS INTERNOS


EN EL DCHO CONSTITUCIONAL COMPARADO
Una forma posible de presentación de esta problemática es concebirla c/ un supuesto de aplicación del DI en el ámbito
competen​cial interno estatal. El reconocimiento del valor normativo de la regla intern en un determinado sist jco, sería la
«ejecución» por ese E de los mandatos contenidos en las reglas internacionales. Hay, en verdad una cierta base en este
presupuesto que funciona c/ un pcpio orientador: salvo prueba en contrario, hay que presumir en todo E moderno una dis​posición
y apertura en su ordenamiento jco interno en favor de la regla intern. El monismo con primacía del DI, tanto en la concepción
normativista formal de la Escuela kelseniana, c/ en el de la Escuela sociológica francesa, entiende así esa relación.
Sin embargo, en nuestra opinión, las relaciones de las que ahora nos ocu​pamos, son mucho más complejas. No se trata de
una mera relación normati​va, sino de relación entre sists jcos, cierta// interdependientes, pero a la vez tb independientes. En esta
relación, el uno tiene la preten​sión de ser un sist «superior», pero en el otro término están los sists estatales que se presentan con
la exigencia de ser «soberanos». Por el lado de los Dchos internos, además, no sólo hay N, hay tb una estructura de poder que
impone, c/ veremos de inmedia​to, condiciones en los modos de esa relación.

1. El poder del E c/ elemento dominante en esa relación


La introducción del pcpio constitucional de la separación de poderes, abrió las soc estatales a la influencia del DI,
susci​tando la colaboración del poder legislativo y judicial. Pero, aún dentro del E constitucional, es evidente que la organización
del poder en cada E, condiciona los cauces de la relación entre ese Dcho interno y el intern.
La proverbial incapacidad inglesa p/ aceptar y entender fórmulas de inte​gración federal intern, tiene mucho que ver con la
función prevalente que en ese sist constitucional se atribuye al Parlamento. A pesar de que el Gobierno, en esa constitución, tiene
bien garantizada la competencia en mate​ria de relación exterior, el control que sobre su acción ejerce el Parlamento, le limita
extraordinaria// en la capacidad teórica que posee p/ aceptación de compromisos internacionales.
Por relación al Dcho francés es bien conocida la posición que en él tiene la ley y el pcpio de la legalidad. A través de ella,
los revolucionarios franceses sometieron originaria// a N el poder de los antiguos parlamentos (órganos judiciales), y, a partir de
1830, la Asamblea Nacional sometió a su control al poder ejecutivo. Este pre​dominio del poder legislativo sobre los demás, así c/
el de la separación entre ellos ha tenido notorios efectos en el reconocimiento en Francia del valor normativo de las reglas
internacionales que cierta// no son ley en el senti​do formal.
2. Aspectos cambiantes de esta relación
En el E hay instituciones y N. Pero en los últimos decenios los términos de esta relación cambian, de manera que en el DI
se ha iniciado un tenue proceso de institucionalización con las organizaciones internacionales.
Independiente// del poder normativo que una organización posea y del efecto de esta normatividad sobre el sist interno de
los Es, una organización intern es administra​ción y acción administrativa. La relación entre el orden intern y el inter​no de los Es
se presenta así bajo cauces nuevos, normal// en térmi​nos de cooperación de administraciones diferentes, al margen de los «filtros»
normativos establecidos en los cauces constitucionales.
En el mismo sentido hay un cambio sustancial en el plano interno estatal. Es de conocimiento común en la teoría del Dcho
constitucional el relativo desprestigio de la ley c/ expresión máxima de la legalidad del E, y el papel relevante de la actividad
judicial ordinaria y el de la justicia constitucio​nal. Esto se traduce en un creciente interés e importancia de la actividad del juez a
efectos del aseguramiento de la aplicación y eficacia de la regla intern en los sists jcos estatales y, en lo que respecta específica-//
a la justicia constitucional, en la armónica coordinación de la normati​vidad interna con la intern.

C- FORMAS DE INSERCIÓN DE LA REGLA INTERN EN LOS SIST JCO ESTATALES


El mecanismo, por el que las N internacionales se inte​gran en un sist jco interno, no difiere sustancial// de aquel utili​zado en
el DI privado por el que una N conflictual de un sist determinado designa c/ aplicable una N o un conjunto de N de un sist jco
extranjero. Es el conocido mecanismo de la «remisión».
En la aplicación judicial interna del DI, el juez estatal suele acudir a un criterio presuntivo de interpretación: cuando la N
inter​na en contradicción con la regla intern admite diversas interpretaciones, elige aq´q´resulta más conforme con la oblig intern,
en el presupuesto que el legislador interno no quiso consciente// desconocer el mandato de la regla intern.
Al margen de otros criterios que la doctrina se esfuerza en elaborar, haga​mos mención a unas nociones básicas en la
interpretación de esa relación.

1. Criterio de la transformación
Es una consecuencia directa de la posición dualista. Las reglas internacionales carecen de validez dentro de los sists jcos
internos estatales. P/ que la posean es necesario que se la preste un acto legislativo interno, que, se suele ver en la ley o decreto de
ratificación del tratado. La N así transformada es una regla distinta a la intern, aunque su contenido material sea idéntico. La
razón de obligar está en la ley interna y no en el DI.

2. Criterio de la incorporación
El DI es recibido c/ tal en el Dcho interno del país; Nl// es la publicación del tratado el acto en el que consiste dicha
incorporación. La N intern conserva su propia identidad, de modo que su existencia, modificación o extinción dpd fundamental//
del pro​pio orden intern y no del D´interno. La teoría de la incorporación sugiere ya una concepción monista de primacía del DI.

3. ​Criterio de la ejecución
Respeta al máximo el carácter intern de la N y por tanto su validez; pero el acto interno de ejecución, presta y añade a ésta
lo que la regla intern por sí misma no posee: la fuerza de obligar en el ámbito juris​diccional del E que la acoje.

REINO UNIDO Y ES UNIDOS DE NORTEAMÉRICA


La posición de apertura de estos Dchos hacia el DI se explica bien desde la influencia decisiva que ellos han tenido en la
formulación de muchas reglas jco-internes. Puesto que en todos estos países una parte importante de su Dcho nacional no es Dcho
escrito (statute law) sino Dcho consuetudinario (common law) el mundo jco anglosajón enfrenta de un modo particular sus
relaciones con el DI gral, que es igual// Dcho consuetudinario.
1. Reino Unido
Las relaciones del Dcho inglés con el DI están regi​das por dos pcpios básicos de Dcho constitucional: Soberanía del
Parlamento inglés en la constitución o modificación de N que afecten directa// a dchos subjetivos de los ciudadanos, y
competencia de la Corona (hoy del Gobierno inglés) en la conclusión de acuerdos internacionales.
A) Dcho consuetudinario
El pcpio básico es que las reglas grales del DI forman parte del Dcho del país y son aplicables en cuanto tales, siempre que
no se opongan a una ley del Parlamento o a alguna decisión de un Tri​bunal supremo.
En su sentido más natural, dicha N ha sido tradicional// interpre​tada c/ N de incorporación, pero algunas decisiones de
tribunales ingleses permiten una interpretación desde la idea de la transformación; esto es, sólo tendrán tal condición las N grales
del DI que hubieran sido recibidas por un acto del Parlamento.

B) Dcho convencional
En la conclusión de acuerdos internacionales, la Corona inglesa conserva su libertad de acción. Pero si un tratado intern, en
sus efectos normati​vos internos, modifica los dchos y deberes de los particulares, afecta a las cargas públicas y sist impositivo o
exige modificación del common law o del Dcho escrito, necesita la previa aprobación parlamentaria antes de ser ratificado por la
Corona. En el caso de conflicto entre el contenido normativo de un tratado intern y una ley posterior del Parlamento, prevalece
ésta sobre aquél.

2. Es Unidos de Norteamérica
A) Normas grales del DI
Las reglas grales del DI forman parte del Dcho del país y en cuanto tales son aplicadas de oficio por los tribunales.
B) Dcho convencional
La Const norteamericana contiene una regla específica, Art. 6,2, que dice así:
«Esta Constitución y las leyes de los Es Unidos que la desarrollen, así c/ los tratados que hayan sido concluidos o que se
concluyan por el Presi​dente de los Es Unidos, serán ley suprema del país».
La condición de ley suprema del país, que se garantiza al tratado intern, no puede ser entendida en el sentido de una
constitucionalización del tratado; se le equipara a las leyes federales, respecto de las cuales se sitúa en la relación de la ley
posterior.
La N del Art. 6,2 resuelve pues, principal//, los posibles con​flictos competenciales entre el Gobierno federal y los Es
miembros cuan-do el primero por tratado intern, regule materias que, de conformidad con la distribución competencial, caigan
dentro de la competencia legislativa de los Es miembros.
Pero nada impide que entre los acuerdos internacionales así concluidos pueda haber cláusulas en ellos, self-executing; esto
es, N susceptibles de producir efecto directo y de afectar a dchos subjetivos de carácter indivi​dual. Cuando la naturaleza del dcho
que tales acuerdos regulan «permita su alegación ante los tribunales de justicia, estos acudirán al tratado c/ base de su decisión, al
igual que si se tratara de una ley».

FRANCIA
El sist francés tiene dos notas esenciales que lo caracterizan: a) La rela​ción DI-Dcho francés ha E tradicional// dominada
por el pcpio de la separación de poderes. b) La ley c/ expresión de la soberanía popular juega un papel predominante.
Por ser el tratado intern un acto jco que cae básica// en la competencia del ejecutivo, el juez francés ha sido tradicional//
muy reti​cente a interpretar y aplicar Ns internacionales sin una referencia directa e inmediata a la N legal interna.

1. El Dcho Constitucional
El Art. 55 de la constitución actual dice:
«Los tratados y acuerdos regular// ratificados o aprobados poseen, desde su publicación, una autoridad superior a la de las
leyes, bajo reserva p/ cada acuerdo o tratado, de su aplicación por la otra parte».
La publicación del acuerdo intern es el acto de recepción de la N convencional en el Dcho francés. La novedad que
introduce el texto de 1958 es la exi​gencia de la reciprocidad, con acierto, probable//, porque la N conven​cional aunque
incorporada sigue siendo regla interacional y no interna.
2. Soluciones jurisprudenciales
A) DI no escrito
Ni doctrinal ni jurisprudencial// parece estar seguro el alcance norma​tivo de la referencia genérica en el preámbulo a las
«reglas del Dcho públi​co intern».
Las soluciones jurisprudenciales no son claras. El Conseil constitutionnel, en las dos ocasiones que ha tenido de
pronunciarse sobre ello ha rechazado, en el fondo, los argumentos fundados en Ns internacionales no escritas, pero no ha
rechazado de plano su irrelevancia o inaplicabilidad. Los tribunales ordinarios parece que han hecho uso de ellas ocasional//. Pero
el Consejo de E, en un recurso de anulación por exceso de poder, se ha negado a apreciar la nulidad de un acto administrativo por
ser contrario clara// a una N no escrita de DI público.

B) Dcho convencional
a) Aplicabilidad
Depende ésta de tres condiciones:
1-Publicación. publicación significa primaria// publicación del tratado o acuerdo intern en el Journal officiel, pero puede
ser sustituida ésta por la publicación oficial en una organización intern cuando Francia sea uno de los Es miembros de dicha
organiza​ción.
La publicación no es sólo condición necesaria p/ que un particular pueda alegar en su favor una cláusula de un tratado
intern, lo es tb p/ que la responsabilidad no causal del E francés quede comprometida por el hecho de la conclusión de un tratado.
1-Reciprocidad. La regla convencional intern carece de la autonomía que posee el precepto legal interno; la aplicación
interna de la primera tiene un presupuesto básico, el de su vigor y aplicabilidad en el plano intern. Sería un contrasentido aplicar
en el Dcho interno un tratado que en el plano intern ha dejado de estar vigente.
El problema es que tal condición de reciprocidad es de difícil manejo práctico por el juez interno.
Ahora bien, la reciprocidad tiene pleno sentido en el ámbito de las relacio​nes estricta// bilaterales, pero se adapta mal a la
naturaleza misma del acuerdo multilateral.
Una segunda dificultad está en la fijación misma del alcance de la recipro​cidad. El incumplimiento por parte del E A de una
obligación X, pactada con el E B ¿justifica la inaplicación por el juez de B de las cláusulas del tratado Z por las que B estaba
obligado respecto de A?
Una tercera es la determinación de la autoridad competente p/ apreciar la existencia o inexistencia de esta condición. Puesto
que la reciprocidad afecta a la aplicabilidad misma de la regla correspondería más bien al juez. Pero el juez interno está en malas
condiciones p/ apreciar por sí mismo si en el otro E se cumple real// con esta exigencia. Por el origen de la N misma, parece
natural dejar esa apreciación en manos del Gobierno que nego​ció y ratificó ese acuerdo, pero, la recta interpretación del Art. 55
lleva a ver en él no el otorgamiento de una facultad de apreciación en el gobierno p/ suspender los efectos internos de un tratado,
sino que establece una regla objetiva. Al igual que en la interpretación de acuerdos internacionales, el juez francés hace cuestión
prejudicial de la apre​ciación de la exigencia de la aplicación recíproca mediante consulta que eleva al Ministerio de asuntos
exteriores.
Un último problema sobre las consecuencias de la falta de reci​procidad ha sido planteado en la doctrina y la práctica
francesas. La conse​cuencia natural de la falta de reciprocidad parece llevar simple// a la no aplicación por el juez francés del
tratado que no es aplicado en el Dcho interno del otro E obligado. Pero una decisión del Conseil constitutionnel introdujo la duda
sobre si acaso su efecto no sería más bien hacer perder al tratado intern su condición de N jerárquica superior que el Art. 55 le
confiere.
El alcance de estas afirmaciones, debe ser medido, en armo​nía con el supuesto que el Conseil estaba resolviendo. Este no
era otro que un recurso presentado por la vía del Art. 61 de la Constitución (no sobre la reciprocidad) y con esta pregunta
concreta: La posible inconstitucionalidad de la ley interna francesa que, en ejecución de la obligación derivada de un trata-do,
establece un pcpio de igualdad y trato no discriminatorio respecto de la fiscalidad francesa sobre mercancías importadas de
determinados países, sin tomar en cuenta que éstos, en su legislación fiscal, no garantizaban el mismo pcpio de no discriminación
respecto de las mercancías de procedencia fran​cesa.
Es decir, en la interpretación del Conseil constitutionnel, el sentido del Art. 55 es pura y simple// negar la aplicabilidad a
acuerdos internaciones que no sean recíproca// aplicados, pero no el de invalidar la ley francesa que garantiza en Francia el
cumplimiento de una obligación estipulada en tra​tado intern.
3- Tratados self-executing. La mera publicación oficial interna garantiza en el Dcho francés la integración del acuerdo en
el sist jco interno, pero esta es una condición necesaria aunque no suficiente. Preciso es que la N sea en sí misma apta p/
establecer dchos y deberes subjetivos en los particulares, y no lo es cuando una cláusula convencional regula exclusi​va//
relaciones entre Es, o marca las directrices por las que ulte​rior// la actividad normativa de cada E desarrolla la obligación intern
imperfecta que el acuerdo configura. El carácter self-executing o no de una N es cuestión a veces espinosa no sólo por la
dificultad técnico-jca, sino por las implicaciones políticas que ello comporta. La jurisprudencia francesa parece adoptar en este
problema posiciones más bien conservadoras.
b) Interpretación de tratados
El juez francés tiene una notable reticencia a interferirse en el ámbito de la política exterior, que él considera campo del
Poder ejecutivo. Puede decirse que parte de un pcpio gral de incompetencia en la interpretación de tra​tados internacionales.
En todo caso hay que diferenciar entre la jurisprudencia de los tribunales administrativos y la de los tribunales ordinarios.
En los primeros la inhibición es total. En cambio los tribunales civiles distinguen entre «cuestiones de carácter privado» p/ las que
se reserva una interpretación judicial, y asuntos de «orden público intern» o de «DI público», que ésta remite al Ministerio de
asuntos exteriores y el Ministerio interpreta.

c) Relaciones entre el Dcho convencional y la ley interna francesa


— En relación con los actos administrativos:
El pcpio de la separación de poderes hace que en Francia la apre​ciación de tal acto corresponda a los tribunales
administrativos y nunca a los tribunales ordinarios. Si bien, por aplicación del pcpio gral de la apre​ciación de la legalidad de la N
a aplicar por el tribunal que juzga, cuando un tratado posterior y contrario a un acto administrativo abrogue a éste, el efec​to
derogatorio puede ser apreciado igual// por los tribunales ordinarios.
— En relación con las leyes:
Si el tratado debida// ratificado y publicado es asimilado a la ley, el pcpio de la lex posterior parece resolver con facilidad
todo supuesto de incompatibilidad. Si bien cabría matizar si el efecto del tratado sobre la ley anterior contraria es de pura
abrogación o, de mera suspensión del carácter vinculante de la ley. En este segundo supuesto el término o extinción del tratado
permitiría la reviviscencia automática de la ley.
El Art. 55 de la Constitución hace en Francia interesante el supuesto de la ley posterior contraria al tratado. ¿Tiene la ley un
efecto abrogatorio sobre el tratado?.
Las jurisprudencias de la Cour de Cassation y del Consejo de E en torno al Art. 55 han sido hasta hace poco discrepantes.
Después de 1975, la primera viene entendiendo que una disposición legislativa francesa posterior y contra​ria a un tratado
intern regular no deroga al tratado. Esta solución, aunque tomada en el ámbito del Tratado de Roma de 1958, se estima que es
igual// válida p/ todo tratado intern fuera del ámbito del Dcho comunitario europeo. El Consejo de E había venido sosteniendo,
por el con​trario, la aplicabilidad preferente de la ley interna francesa, en función del pcpio de la separación de poderes. Pero, esta
jurisprudencia ha sido modificada, puesto que el Consejo de E ha aceptado c/ cuestión de pcpio su competencia p/ con​trolar la
conformidad de una N interna francesa con una regla intern convencional.

3. Función del Consejo constitucional


Por dos vías ejerce este órgano un control sobre la conformidad del Dcho convencional con la Constitución. Por la del Art.
55 que permite el control de la constitucionalidad de un proyecto de tratado intern con el texto constitucional. En caso de
oposición, la ratificación de éste viene condi​cionada a la nec ref constitucional p/ poner en armonía a ésta con el tratado.
Una segunda, es la del Art. 61 que inicial// fue pensada p/ el control de la constitucionalidad de las leyes, pero que el
Conseil constitution​nel, mediante una interpretación extensiva lo ha ampliado a los tratados sobre la base del decreto ley que
autoriza la ratificación o aprobación de éste. Dicho control no afecta sólo al procedimiento y, por consiguiente, a los vicios o
irre​gularidades en la adopción de la ley, sino tb a los contenidos del tratado mismo que forma parte integrante del texto legal.
REPÚBLICA FEDERAL DE ALEMANIA
Las relaciones entre el DI y el Dcho alemán están hoy básica// det por el Dcho const. Pero este país ha tenido tradicional//
una fuerte posición dualista y ésta sigue pesando tanto en las soluciones jurispru​denciales c/ en la interpretación doctrinal de los
textos. Final//, el amplio sist de control de la constitucio​nalidad, ha dejado su impronta de modo particular en la inserción de las N
grales del DI en el Dcho interno alemán.
1. El Dcho constitucional: Son relevantes los siguientes textos de la Ley Fundamental de Bonn:

— «1. La Federación puede transferir, por vía legislativa, dchos de sobe​ranía a instituciones interestatales.
1. En tanto los Lánder son competentes p/ el ejercicio de poderes y el cumplimiento de tareas estatales, pueden, con la
aprobación del Gobierno Fede​ral, transferir dchos de soberanía a instituciones regionales transfronterizas.

2. P/ salvaguardar la paz, la Federación se puede adherir a un sist de seguridad colectiva mutua.


3. P/ la regulación de conflictos internacionales, la Federación participará en convenios sobre arbitraje intern gral, amplio y
obligatorio» (art. 24).
— «Las reglas grales del DI son parte integrante del Dcho federal. Prevalecen sobre las leyes y crean de modo directo e
inmedia​to dchos y deberes en los habitantes del territorio federal» (art. 25).
— «Los tratados internacionales que regulen las relaciones políticas de la Federación o que afecten a materias de
legislación federal nec la aproba​ción o participación de los órganos legislativos competentes federales, prestada en forma de ley.
De modo análogo se aplican las N adm federales p/ los acuerdos de naturaleza administrativa» (art. 59,2).
La orientación monista en los textos const fue animada por el propósito de anclar a la República Federal de Alemania en el
ámbito de las democracias occidentales.

2. Reglas grales del DI


A) Noción
Por tales se entienden aquellas que hayan sido aceptadas c/ obligatorias por la mayoría de los Es de la comunidad intern, sin
que sea nece​saria una expresa aceptación por parte de la RFA; basta con que ésta no haya hecho oposición a dicha N en su
proceso de formación. Dentro de esta categoría no están incluidas, las N consuetudinarias del DI regionales o locales.
La jurisprudencia del Tribunal Constitucional Federal ha entendido que dentro de esta categoría deben ser incluidos tb los
pcpios grales del DI, a los que alude el Art. 38 del Estatuto del TIJ, por ser complementarios de las reglas grales.
El texto constitucional hace dos pronunciamientos básicos sobre estas N: Las declara parte integrante del Dcho federal, y,
además, afirma que crean dchos y deberes, de modo inmediato, en los habitantes del territorio.

B) Efecto directo e integración


Según la determinación del Art. 25 estas reglas grales crean dchos y deberes de modo directo en personas individuales. El
sentido de esta N sólo puede ser captado debida// en relación con la doctrina dualis​ta. Cualquiera que sea el debate sobre si las
reglas internacionales son suscep​tibles de crear por sí mismas dchos y deberes en los particulares, p/ el sist jco alemán el aludido
texto constitucional lo resuelve de modo afirmativo: aquellas N internacionales de carácter gral, sean susceptibles de constituir
tales dchos y deberes, los tienen reconocidos así en el sist jco inter​no alemán.
En efecto, la naturaleza misma del orden intern, impone que sólo un número relativa// pequeño de tales reglas
internacionales sean idóneas p/ establecer directa// dchos y deberes; la mayor pte de ellas regulan relinterestatales. No obstante el
efecto reductor de estas precisiones nec, los trib alemanes, tanto los ordinarios c/ los const, han hecho un amplio uso de este texto
y han ensanchado con él particular// la protección de los dchos fundamentales.
La incorporación de las reglas grales del DI al sist jco interno alemán es automática y despliega en él sus efectos de vincular
a los poderes públicos en el ejercicio de sus funcio​nes; es exacta// esto lo que garantiza el texto constitucional. La capacidad de
generar dchos y deberes individuales, presupuesta esa integración, no depende ya del texto constitucional, sino de la idoneidad de
la propia regla intern. La integración o validez o vigencia es condición necesaria, pero no suficiente p/ la aplicación de una N gral
intern.

C) Su rango Ntivo
El Art. 25 de la Ley Funda-mental de Bonn precisa que prevalecen sobre las leyes (federales), pero no sobre la
Constitución. Por esta razón, y desechada la tesis del rango supra-constitucional por ser contradictoria en sí, el Art. 25 permite la
tesis de la equiparación a las reglas constitucionales o la de la construcción de un Dcho intermedio inferior a la Constitución y
superior a la de las leyes federales.
La recepción constitucional en el Dcho alemán de las reglas grales tiene además otro importante efecto. Alemania posee en
la actualidad uno de los sists más acabados de protección y control de la constitucionalidad. El superior rango en él de las reglas
grales permite hacer de ellas base de dicho control c/ N de referencia frente a actos normativos o de ejecución de autoridades
alemanas. Al igual que con otras N de carácter cons​titucional, el juez alemán ordinario que abrigara dudas razonables sobre la
relevancia de una regla gral intern en la solución de fondo del asun​to litigioso del cual él está conociendo, debe formular la
correspondiente cues​tión prejudicial. Si no lo hiciere, su decisión sería impugnable constitucional// por falta de protección
jurisdiccional adecuada.

3. Reglas convencionales
Se exige la participación del correspondiente órgano legislativo en el procedimiento de conclusión de un acuerdo intern en
estos dos supuestos: cuando el acuerdo intern afecta a las relaciones políticas de la Federación y cuando la materia del tratado se
refiere a cuestio​nes que son de competencia legislativa federal.
La constitución no precisa que hay que entender por tratados políticos, si bien dice que el tratado debe regular «las
relaciones políticas del Bund», y en esa categoría hay que incluir indistinta// a los tratados de alianza, de desarme, de neutralidad,
etc. La necesaria participación parlamentaria en el proceso de conclusión del tratado y de ahí que haya sido objeto de
controversias doctrinales, resuel​tas por el Tribunal Constitucional Federal en el sentido de que hay que enten​der por acuerdos
políticos aquellos que afectan a «la existencia del E, a su integridad territorial, a su independencia, a su situación o influencia en
la comunidad intern».
El segundo supuesto es el de los tratados internacionales cuyas materias afectan a las que son de competencia legislativa de
la Federación. Esta refe​rencia tiene que ver con el problema de la ejecución o cumplimiento interno de la obligación intern que el
tratado constituye, y según que dicha ejecución deba hacerse por vía legislativa o baste simple// la vía reglamentaria. En esta
categoría están cier​ta// aquellos tratados que afectan, creando, modificando o extinguiendo dchos y deberes de los ciudadanos.
La precisión terminológica del texto al diferenciar entre aprobación o participación tiene especial// en cuenta la
competencia del Consejo Federal en el proceso legislativo interno. La participación del Parlamento se expresa en forma de ley, la
deno​minada ley de ratificación. Cumple ésta una doble función: de una parte es expresión de esa necesaria autorización
parlamentaria p/ que el gobierno pueda ratificar, pero a la vez es el acto normativo interno que garantiza la integración de la
normativa del tratado. ¿Cuál es su sentido y alcance?. De nuevo aquí las escuelas se dividen, porque los partidarios de la teoría
dualista la interpretan en el sentido de la transformación, mientras que los monistas la entienden según la teoría de la ejecución de
la obligación intern. La ley interna deja intacto el carácter convencional de tales Ns, aunque le añade, lo que a éstas les falta: la
fuerza obligatoria.
Del texto constitucional se deriva clara//, aunque de modo implícito, que la ley de ratificación da al tratado la jerarquía
normativa de ley federal ordinaria, sometida por consiguiente al pcpio de la ley posterior. Sólo si la ley posterior contraria declara
subsistentes las Ns convencionales recogi​das en la ley anterior, conservarán éstas su vigor; en caso contrario quedan derogadas.
Las disposiciones de un acuerdo intern, han de estar en armonía con las normas constitucionales, en caso con​trario incurren
en el vicio de inconstitucionalidad.

4. Recepción del Dcho de organizaciones internacionales


El Art. 24,3 expresa de un modo más concreto lo que es orientación gral en todo el texto constitucional; a saber, la
disposición favorable del Dcho alemán hacia el orden jco intern
La N primera de este texto, al prever la ratificación por la RFA de tra​tados por los que se transfieran a instituciones
internacionales dchos sobe​ranos lo que en realidad está haciendo es abrir el sist jco alemán hacia el federalismo intern de la
construcción europea comunitaria'. Con ello la Ley fundamental acepta una mutación constitucional desde esas instancias
internacionales y c/ consecuencia de la propia integración.

D- DCHO INTERNO, EN EL ORDENAMIENTO JCO ARGENTINO — EVOLUCIÓN—. ESPECIAL


REFERENCIA A TRATADOS DE INTEGRACIÓN:
- El tema de las relaciones existentes entre Dcho Interno y DI, no ha sido, no es y, no será en un futuro próximo, un tema
pacífico en la doctrina iusinternista, ni regulado de manera uniforme en los diferentes ordenamientos jcos nacionales -múltiples
factores influyen en ello, que van desde la práctica jca hasta argumentos de alta filosofía jca.
- No obstante, constituye un problema central del DI y un problemática "apasionante", pues determina la forma en que los
distintos E - c/ entes políticos soberanos y sujetos incontrovertibles de las relaciones internacionales- se vinculan a la soc
intern -reconociendo la natural insuficiencia de sus sists jcos propios- e interactúan con ésta limitando o delegando
competencias soberanas; por lo que constituye una materia de actualidad e interés, tanto desde el punto de vista de la teoría jca
(Filosofia del Dcho, en cto al origen y la validez de las N jcas) c/ desde un punto de vista práctico (Dcho Positivo), pues el
mecanismo jco adoptado de recepción o incorporación de las N internacionales, repercute en la protección y tutuela efectiva de
los dchos de los ciudadanos del E sujetos a su jurisdicción, y en la seg jca de las relaciones internacionales.
- C/ sabemos, si bien es cierto que el DI afirma su superioridad sobre el Dcho Interno, son los dchos particulares estatales
internos los que determinan los modos y cauces de la relación entre ambos sists -independientes pero a la vez
interdependientes, c/ afirma el Profesor Dr. D. J. Puente Egido-. En el ordenamiento jco argentino, se pueden diferenciar
"diversas etapas" en el modo de concebir estas relaciones que van modificando las soluciones otorgadas, lo que nos permitirá
sobrevolar los rasgos esenciales de las pcpales respuestas dadas en el dcho comparado y detenernos, a analizar las similitudes y
diferencias con el sist español.
- C/ sucede con el sist español, la doctrina no es pacífica en esta materia y se pueden observar facetas de interpretación
diversas.

1. MONISMO - DUALISMO: BREVE REFERENCIA.


- Existen dos grandes modos de concebir estas relaciones..., éstos son agrupados en las teorías Monistas -en su doble
vertiente...- y en las teorías Dualistas.
-...El sist argentino ha sido considerado histórica// c/ "dualista" (al igual que el sist italiano o el alemán), aunque se puede
llegar a afirmar que se trata de un "dualismo moderado". Asimismo, si nos adentráramos en un análisis jco de profundidad, la
afirmación es cuestionable, ¿monismo internista tal vez?, podría ser -atemperado- (admisión de la existencia de los dos dchos, con
primacía del intern).
− En rigor de verdad, en la actualidad, es difícil sostener la existencia de "sists puros", ello se debe en parte, al hecho que la
realidad ha sobrepasado o superado con soluciones prácticas la rigidez de las especulaciones teóricas.
− P/ analizar el tema de las relaciones entre DI y Dcho Interno, es imprescindible trabajar dentro del Dcho Interno estatal
con el texto constitucional del E, puesto que es en los textos fundamentales donde se plasma forma en que el E concibe estas
relaciones y la mayor o menor apertura al orden intern; por lo que veremos dentro de la CN, los pcpales Arts que hacen referencia
al DI y a las rel intern, en un análisis sistemático.

2. PROCESO DE CELEBRACIÓN DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES EN EL DCHO ARGENTINO:


REPARTO INTERNO DE COMPETENCIAS -PARALELISMO CON EL DCHO ESPAÑOL-: ANÁLISIS DE LOS
PRINCIPALES ASPECTOS.
− El sist de gobierno arg es un sist "presidencialista", por lo que en el proceso de celebración de los Tratados Intern
interviene el PE -con el Presidente de la Nación como máximo representante del E en el orden intern y responsable último
de la política exterior del E en virtud de las competencias atribuidas por la Constitución- y, c/ en toda democracia moderna,
el PL -a través de la Cámara de Senadores y la Cámara de Diputados-, c/ órgano de control de la constitucionalidad o la
legalidad.
- En líneas grales, la CN prevé el siguiente reparto de competencias y los siguientes pasos en el proceso de celebración de
Tratados:

1) ​
Al PE -Presidente (a través del Ministro de Relaciones Exteriores)-, le compete llevar adelante la negociación,
conclusión y firma de los Tratados o Acuerdos Intern (Art. 99 inciso 11 C. A.).
- En Dcho Español: del Art. 97 de la C. Española -y de los Arts 98 y 99 de forma complementaria-, se deduce que
corresponde al Gob, y en particular al Presidente, esta facultad -donde le cabe al Jefe del E una representación mera// formal (Arts
56 y 63 C.E.)​

2) Al PL, le compete aprobar o desechar los tratados "concluidos" (no celebrados, buena técnica legislativa...) por ley
nacional de ratificación, lo que en términos jcos debemos denominar "ley de autorización de la ratificación" (o la denegación
de dicha autorización) -participando así, en el proceso de formación de la voluntad del E- (Art. 75 inciso 22 C. A.).
- En Dcho Español: su correlato se encuentra en los Arts 93 y 94 C. E. que prevén el control parlamentario, exigiendo la
"previa autorización" de las Cortes Grales en determinados casos (por ley orgánica o mera autorización sin acto de ley
"
mayoría simple-), y en los restantes, el "deber de información inmediata .
En el caso argentino, la normativa constitucional exige "p/ todo tipo de tratados", la aprobación previa de las Cámaras
siempre por "ley nacional', c/ en la mayor parte del dcho constitucional comp/do- en la prestación del consentimiento del E
(salvo cuando se trate de acuerdos internacionales suscriptos por las Provincias). La previsión del sist español se justifica p/
acuerdos o convenios menores, de carácter administrativo.
3) Final//, el PE -Presidente-, efectúa la ratificación del Tratado aprobado por ley en nombre del E por el mecanismo intern
previsto en el Tratado: depósito o canje del instrumento ratificado en sede intern,....

- En Dcho Español: su correlato es el Art. 63,2 C. E. por el que se atribuye esta competencia al Rey (en Arg le corresponde
al Presidente pues en su figura coinciden la jefatura de E y de Gobierno).
- No se contempla de forma expresa c/ lo hace el Art. 95.1 C. E. -y el Art. 54 de la C. Francesa- la previa revisión
constitucional p/ la celebración de tratados internacionales que contengan estipulaciones contrarias a ésta (aunque ello surge
implícita// del Art. 27 C. A. ; de lo contrario las soluciones están dadas, o por las reservas, o por la modificación del tratado, o por
su no ratificación).
- Al igual que en la C. Española, falta una N clara de incorporación de las Ns grales del DI -no suplida por el 10.2 C. E.-,
aunque esto se ha dado al igual que en España por vía de la jurisprudencia.

3. CONSTITUCIÓN ARGENTINA DE 1853; RECEPCIÓN DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES


ANÁLISIS DEL ARTICULADO (ARTS. 27 Y 31 C. A.), SU UBICACIÓN JERÁRQUICA EN LA PIRÁMIDE NTIVA.
− La Constitución Nacional Argentina (sancionada en el año 1853), aparte de los Arts de reparto de competencias ya citados,
contemplaba -hasta el año 1994- en dos Arts (ambos situados en la parte dogmática de Declaraciones, Dchos y Garantías), lo
referente a "la recepción" de los Tratados internacionales en el Dcho Argentino:
− Art. 27 C. A.: este Art. era interpretado c/ el "limite constitucional", fijado a las autoridades del E, en relación a su
capacidad p/ celebrar Tratados internacionales, determinado, entonces, por "los pcpios de dcho público establecidos en la
constitución" (¿?... habría que precisar su contenido, en pcpio: Dchos y Garantías de la parte dogmática de C. Argentina). [En el
mismo sentido, se expresa la jurisprudencia italiana]- .
− El E no puede desconocer estos pcpios que prevalecen sobre el DI, pues la Constitución goza de supremacía (según lo
sostenido por la CSJN en los fallos "Fibraca Constructora S.A.C. C/ Comisión Técnica de Salto Grande"; "Cabrera, Washington J.
E. C/ Comisión Técnica Mixta de Salto Grande"; "Cantarín, Alfonso S/ Recurso de Amparo').
- Relación con los Art.s 27 y 46 de la Convención de Viena sobre Dcho de los Tratados: Ns de importancia fundamental.
− Art. 31 (casi una reproducción del Art. 6.2 de la C. de los EE.UU. / En gral el sist arg antes de la Reforma del año 1994, es
práctica// el mismo que el sist de los EE.UU. en la actualidad): este Art. es la N por la cuál se efectúa la incorporación (o
recepción) de los Tratados internacionales al dcho interno argentino, se insertan c/ N del sist nacional (conservan su propia
identidad, y su vigencia y validez en el plano interno dependen de su vigencia y validez en el orden intern).
- Rango Ntivo: al no establecer el presente Art. un orden jerárquico entre las Leyes de la Nación y los Tratados
internacionales (celebrados conforme lo preceptuado anterior//), la jurisprudencia de la CSJN entendía que existía igualdad
jerárquica entre ambas fuentes -consideradas Leyes Supremas de la Nación junto a la Constitución- y, por consiguiente, era de
aplicación el pcpio jco que establece que "ley posterior deroga a ley anterior". Respecto a la Constitución, quedaba fuera de toda
duda, su preeminencia jerárquica dentro de la pirámide normativa; ambas, leyes y tratados, deben conformarse a ésta ( Art. 31 C.
A. "Normas que en su consecuencia de dicten..." y Art. 27 C. A. "tratados que estén en conformidad...").
- D. Español: el Art. que más se aproxima en la Constitución Española es el Art. 96 C. E., en su primer apartado -que
requiere la publicación p/ su incorporación al sist jco español ("aplicabilidad"...)-.
En el Dcho Argentino, la incorporación (o recepción) se produce mediante la ley -publicada- que autoriza la ratificación -y
sujeta su aplicación a la entrada en vigor del Tratado-.

4. EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL:
− La CSJN ha ido modificando progresiva// su jurisprudencia sobre la jerarquía de los Tratados internacionales respecto a las
leyes internas:
a) Sentencia "Martín & Cia. Ltda.. S.A. C/ Administración Gral de Puertos S/ Repetición de Pagos", CSJN, año
1963 (anterior a la Convención de Viena sobre Dcho de los Tratados de 1969).
- Supuesto: Decreto-ley modificatorio de un Tratado de Comercio y Navegación con la República de Brasil del año 1940,
aprobado por ley interna; se plantea su inconstitucionalidad.
− Esta sentencia del año 1963, refleja lo expresado anterior//, la CSJN, fija en su posición respecto a la igualdad jerárquica
de las leyes y los Tratados internacionales c/ "Leyes Supremas de la Nación" - fundamentando su afirmación en el Art. 31 de
la C. A., que no fija un orden jerárquico-- v la consecuente posibilidad de derogación válida de éstos en dcho interno (en estricto
rigor jco, de la ley interna de recepción) por leyes internas posteriores con arreglo a la máxima "ley posterior deroga a ley
anterior".

"
- Su razonamiento gira en torno a la "inexistencia de fundamento jco p/ sostener una jerarquía superior de los Tratados
respecto a la ley o p/ acordarles prioridad de rango frente a ésta.
− En el orden intern, esta posición generaba una evidente responsabilidad intern del E, ante lo que la Corte se pronuncia
prescindente, sosteniendo que: "la cuestión de orden intern subsistente, es ajena, c/ pcpio, a la jurisdicción de los tribunales de
justicia internos... y depende de circunstancias atinentes a la conducción de las relaciones exteriores de la Nación, sujetas a
reclamo por las altas partes contratantes, a cuyo respecto no cabe decisión por esta Corte" (reconoce implícita//, la violación
intern del Tratado, por más que la derogación interna de la ley sea legítima).
− La Corte considera al Tratado -y esta es su tesis central- sólo en su faceta dentro del ordenamiento interno (en donde cabe
agregar que ley y tratado son expresión de la voluntad del legislador, pues el tratado se aprueba por ley) y prescinde -intencional//
y reconociéndola- de su faceta intern.
− Siguiendo este razonamiento, es de rigurosa lógica la máxima del Tribunal y la aplicación del pcpio temporal (el
tribunal aplica dcho interno argentino, reafirmando su posición "dualista": la incorporación le daba al Tratado en Dcho Interno,
igual jerarquía.
En una posición Monista Nacionalista: primacía a la ley sin cuestionamientos; en una posición Monista Internista: hubiese
primado el Tratado por ser de orden superior).

b) Sentencia "Ekmekdjian C/ Sofovich, G. y otros", CSJN, año 1992 (luego de la entrada en vigor de la Convención
de Viena sobre Dcho de los Tratados de 1969).
- Supuesto: Aplicación del Art. 14.1 de la Convención Americana de los Dchos y Deberes del Hombre (Pacto de San José
de Costa Rica), aprobada, ratificada y en vigor p/ la República Argentina desde el año 1984.
- Esta sentencia del año 1992 importa un giro radical o sustancial respecto a la posición anterior sostenida por el máximo
tribunal del país y se muestra c/ sustento de la posterior reforma constitucional del año 1994: la CSJN afirma la "primacía" de
los Tratados sobre la ley interna. (OPINIÓN: primacía: ¿superior jerarquía o aplicación preferente?).
- El principal argumento de la CSJN (en su nueva composición) es ahora el otorgado por el Art. 27 de la Convención de
Viena sobre Dcho de los Tratados, la cuál confiere "primacía" al DI sobre el Dcho Interno y por el cual no es posible ya p/ el E,
invocar dcho interno c/ justificación del incumplimiento del Tratado -que es ley suprema de la Nación en virtud del Art. 31 C. A.-.
(Aplica dcho interno argentino, de fuente intern, al ser la Convención de Viena un Tratado constitucional// válido que
impone la primacía de los Tratados internacionales por sobre las N internas contrarias y obliga a los órganos del E a resolver a
favor de la N intern todo conflicto).
- La CSJN, encuentra el fundamento normativo "antes inexistente" que permite reconocer la prioridad del Tratado frente a
la ley, lo que a su vez le posibilita modificar su jurisprudencia anterior.
- Además, Arts 26 (obligatoriedad) y 39 de la Convención de Viena (modificación o enmienda).
Todas estas Ns existían al tiempo de dictarse la sentencia anterior c/ "Ns de DI en razón de la Costumbre"; por lo que el TIJ,
hubiese fallado de manera distinta al tribunal nacional. Si hubiese E vigente en el año 1963 la C. Viena, la solución hubiese
misma que en el presente caso.
(Otros fallos: "Servini de Cubría , María R. S/ Amparo", año 1992; Hagelin, Ragner C/ P.E.N. S/ Juicio de Conocimiento",
año 1994; Priebke...; Giroldi...).

5. REFORMA CONSTITUCIONAL ARGENTINA DEL AÑO 1994. NUEVA JERARQUÍA NTIVA. TRATADOS DE
INTEGRACIÓN: ANÁLISIS DE SU ARTICULADO (ART. 75).
− La reforma const del año 1994 mantiene los Arts mencionados (27 y 31 C. A.) pero introduce modificaciones de singular
importancia en cuanto a las relaciones entre DI y Dcho Interno, que vienen a aportar claridad a los tribunales nacionales al
momento de resolver la cuestión -si bien se pueden efectuar observaciones u objeciones desde el punto de vista técnico/jco-, al
consagrar en forma expresa en el articulado la superior jerarquía de los Tratados y Concordatos por sobre las leyes. Hoy,
el principal argumento jco pasa a ser la C. Nacional -y no ya la Convención de Viena-.
− Asimismo, se producen innovaciones que alteran sustancial// la jerarquía Normaiva existente hasta el momento, le otorgan a la
C. Nacional flexibilidad en materia de acuerdos internacionales, y la adecuan a los procesos de integración (especial// en vistas al
MERCOSUR):
- Art. 75, inciso 22 C. A.: reordena la relación jerárquica de las fuentes mencionadas en el Art. 31 C. A. (se aleja del
sist de los EE.UU. y del sist Alemán) / (puede implicar en sí una contradicción lógico jca, pues se establecía la imposibilidad de
modificación por ley de reforma del citado Art. 31 C. A.).
- Consagra, de forma expresa, la superior jerarquía Ntiva de los Tratados (con otros Es, con Organizaciones
internacionales y de los Concordatos con la Santa Sede) respecto a las leyes (de manera similar al Art. 55 de la C. Francesa).
- Otorga 'jerarquía constitucional" a determinados Tratados de Dchos Humanos (Convenios y "Declaraciones"), que
pasan a estar en un mismo nivel jerárquico que la Constitución Nacional, y establece ciertas providencias al respecto, deben serlo:

1) "En las condiciones de su vigencia" (deben estar en vigor y deben observarse las "reservas" efectuadas por la República
Argentina);
2) "No derogan Art. alguno de la primera parte de la C. Nacional (Dchos Y Garantías) y deben entenderse c/
complementarios de estos Dchos y Garantías reconocidos" (se puede considerar c/ un límite a las mutaciones constitucionales).
- Denuncia: por el PE, previa aprobación del PL (con mayorías especiales), al igual que p/ la ratificación (debate
doctrinario al respecto...).
Queda un vacío legal respecto a la "denuncia de Tratados Comunes" ¿hace falta autorización del P. Legislativo?.
− Deja abierta la posibilidad jca p/ que otros "Tratados y convenciones sobre Dchos Humanos", adquieran jerarquía
constitucional.

- Art. 75, inciso 24 C. A.:


− Se legisla expresa// sobre Tratados de Integración -adecuando e introduciendo una apertura constitucional a los
procesos de integración en organizaciones internacionales de carácter supranacional o supraestatales (fundamental//
"
MERCOSUR, c/ España hizo en su momento con la UE)- que "deleguen competencias y jurisdicción (no sólo las derivadas de la
Constitución, pues son todas...) / sinónimo de "atribución" c/ se establece en la C. E.-, y se establecen condiciones y limites al
efecto: reciprocidad e igualdad y respeto por el orden democrático y los Dchos Humanos.
− Se afirma la superior jerarquía letal respecto a las leyes de las Ns dictadas en su consecuencia: la doctrina entiende que se
trataría tanto de las Ns constitutivas de estas organizaciones c/ de las dictadas en su desarrollo (dcho derivado).
− Se prevén dos mecanismos de aprobación:
"
− Un mecanismo simplificado" p/ los Tratados de Integración acordados con Es Latinoamericanos (una sola etapa); y otro
diferente p/ los acordados con el resto de los Es (donde se establecen dos etapas diferentes y una doble votación -Declaración de
conveniencia, "plazo de gracia o reflexión" y aprobación o no ​
- Denuncia: mayoría requerida p/ aprobar "la denuncia del tratado" por el Poder Ejecutivo, sin perjuicio de lo previsto al
respecto en el Tratado mismo.
− Dcho español: ambos incisos (22 y 24) de este Art., se corresponden con el Art. 93 de la C. Española -Art. 88 C. Francesa, y
Art.s 23 y 24 de la Ley Fundamental Alemana de Bonn- en lo que hace a Tratados supranacionales (modo de otorgarse la
autorización y gtía de cumpli- de los tratados), y con el Art. 96 C. E. en lo referido a la denuncia de los tratados.

- Art. 75, inciso 23 C. A.: establece la sanción de "medidas de acción positivas" que garanticen el pleno goce y ejercicio de
los dchos reconocidos por los Tratados.

- Pirámide jerárquica Ntiva de la C. Argentina después del año 1994:


a) La Constitución Nacional y los Tratados de Dchos Humanos expresa// enunciados en el texto constitucional -10-
(no c/ parte integrante de la constitución en sentido estricto -esto ha sido debatido-, sí en igualdad de rango con respecto a ella) /
(flexibilidad: pueden agregarse otros);
b) Otros Tratados internacionales de Dchos Humanos (flexibilidad p/ adquirir jerarquía constitucional), Tratados de
Integración y demás Tratados Intern -jerarquía inferior a la C. Nacional pero superior a las leyes-;
c) Leyes de la Nación.
- (Antes por el Art. 31: la CN en primer lugar, y las Leyes de la Nación con los Tratados en segundo e igual rango).
- En D. Español: La C. Española no establece de manera expresa la superior jerarquía de los tratados respecto a la ley o su
rango normativo, ni la relación entre ambas N (lo hacían el borrador y el anteproyecto del texto constitucional). La doctrina se
divide entre los que defienden la superior jerarquía (interpretación del Art. 96, 1 y 2 C. E.), puesto que los tratados integrados al
dcho español no pueden derogarse por ley contraria posterior, entienden que gozan de jerarquía superior -esto está en relación
esto con el Art. 27 C. de Viena y con la Sentencia de la CSJN anterior a la reforma del año 1994-; y los que no reconocen
esta superior jerarquía y afirman por el contrario "su aplicación preferente", interpretando -con importantes argumentos
"
históricos a su favor- que el Art. 96 C. E. sólo garantiza la (A) permanencia" o "inderogabilidad" de las N de los tratados
internacionales incorporados frente a la ley contraria posterior mientras la obligación intern contraída por el E subsista (la CSJN
no poseía una N de rango constitucional c/ el Art. 96 C. E. en el año 1992 p/ efectuar una interpretación similar); de no
existir la garantía constitucional, procedería el efecto derogatorio por el pcpio de ley posterior -lo entienden c/ un mandato
constitucional al legislador-. Ahora bien, si subsiste, "se aplica de forma preferente el tratado" frente a la N legal ordinaria por el
pcpio de que la (B) "ley especial" -tratado- prevalece sobre la ley gral: "Regla de Rango de Ley" (Sentencias del Tribunal
Supremo y del Tribunal Constitucional -Parlamento Vasco C/ Art.s de la Ley Orgánica del Régimen Electoral Nacional, año
1991-).

Algunas observaciones:

1. ​
Las leyes o actos contrarios a lo preceptuado en un tratado: implican una transgresión "al pcpio de jerarquía
Normativa" de las N establecido por la Constitución, un acto constitucional// inválido, ¿da lugar al recurso inconstitucionalidad?:
"
a) En los Tratados internacionales "comunes -no constitucionalizados-, pareciera que no necesaria// se trataría de un
problema de constitucionalidad la violación de la jerarquía establecida constitucional// (caso análogo: ley-reglamento);

b) Los tratados que poseen "jerarquía constitucional", formarían parte de lo que podríamos denominar "bloque de
constitucionalidad", por lo que la solución tendería a ser afirmativa (los dchos y garantías deben entenderse c/ complementarios a
los de la C. Nacional / no seria una cuestión de legalidad ordinaria simple//) / (parecería haberse reconocido en la alguna
jurisprudencia: "La Virginia S.A. S/ apelación por denegación de repetición", año 1994). Debate abierto.

2. ¿Es lógico desde el punto de vista jco que cualquier tratado -por poco significante que sea- posea jerarquía superior a las
leyes?
3. Por último, el Art. 75 inciso 24 C. A., ha modificado "implícita//" al Art. 27 C. A., en cuanto antes de su introducción este
último hubiera podido considerarse c/ un obstáculo p/ la delegación de competencias constitucionales a organismos
supranancionales (en tanto regula competencias de Gobierno).

6. GOBIERNOS DE PROVINCIAS: SU SUBJETIVIDAD JCO-INTERN: ANÁLISIS DEL TEXTO


CONSTITUCIONAL DEL AÑO 1994.
− Este es, quizás, el aspecto más singular e innovador de la Ref Const Arg de 1994:
− Por ,el Art. 124 C. A., se dota de subjetividad jco-intern a las Provincias argentinas -equivalentes a las Comunidades
Autónomas en España-, que les permite celebrar convenios internacionales y, por ellos, adquirir dchos y contraer oblig intern.
Algunas de estas pcias, ya han receptado en sus Constituciones -o en su legislación- esta facultad reconocida por el nuevo
texto constitucional (Chubut, Sta Cruz, La Pampa).

- Condiciones y Límites Constitucionales:

1) "Que no sean incompatibles con la política exterior de la Nación" -que el Art. 27 C. A. atribuye al Gobierno Federal
¿nueva contradicción?-;

2) "Que no afecten las facultades delegadas al Gob Federal" (preexistencia de las provincias, que delegan el ejercicio de
la política exterior) la misma crítica anterior;
3) "Que no afecten el crédito público de la Nación";
4) "Con conocimiento del Congreso de la Nación" (comunicación c/ "información", no c/ autorización).

− Se introducen "rasgos o caracteres de confederación" p/ el E Argentino (E Federal): tantas personas internacionales


cuantos Es forman la confederación, más la confederación misma.

- Situación fáctica y problemática actual -tercera condición-:

1) Créditos contraídos por las Provincias (por sus representantes naturales - gobernadores-) con organismos financieros
multilaterales de Crédito (BID, BM, otros) y con diversos Es, "con garantía de la Nación" (c/ "exigencia condición externa"):
- Constituyen operaciones económicas que ocasionan deudas y no lo podrían hacer en detrimento del crédito público de la
Nación, lo que sucede al ser garante la Nación.
- ¿Constituye un supuesto de inconstitucionalidad?, se está afectando el Crédito Público de la Nación, violando lo dispuesto
en el Art. de la Constitución: Si es así, el supuesto se configura por parte de las Provincias y la Nación -en cuanto otorga la
garantía exigida sin la autorización correspondiente (ley nacional)-.
-Existe un vicio en la manifestación del consentimiento ¿efecto jco-intern?
- Art. 27 y 46 de la Convención de Viena: Inoponibilidad del Dcho Interno / Nulidad jco-intern de los Tratados, supuesto
de "Ratificación imperfecta" (manifiesta -evidente- / N de importancia fundamental en Dcho Interno). Presunción a favor de la
validez (estabilidad y seguridad de las relaciones internacionales), pero... tema a analizar (conducta dolosa de ambas partes).

2) Créditos contraídos por las Provincias con organismos financieros multilaterales de Crédito y con Es, sin garantía
de la Nación (excepcionales), no existe aquí violación constitucional, pero ocasionan problemas en la práctica por generar un
endeudamiento desmedido que el Gobierno Nacional no puede controlar y que repercute en la administración financiera del E.
- P/ finalizar, el Art. 126 C. A., prohíbe a las Provincias "nombrar o recibir agentes extranjeros", ¿nueva incongruencia?.
Con todo la expuesto, se puede afirmar que la Constitución Argentina es una Constitución moderna y abierta a un
mundo cada vez más interrelacionado y globalizado, más allá de las críticas que se le puedan formular. Su sist es operativo
y, salvo en lo referente al último punto analizado, otorga seguridad jca en la materia.​

41

BOLILLA 3
FUENTES DEL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO
"
El Maestro dice que fuente del Dcho es todo aquello de donde el Dcho emana". Y distingue dos grandes grupos de
fuentes: "1) fuentes directas, inmediatas o principales, que son aqué​llas en las normas fluye de las fuentes sin ninguna
interposición; 2) fuentes indirectas, mediatas o secundarias, que son aquéllas que pro​ducen la norma mediante la
interposición de otra fuente".
Aquí aparecen las cuatro causas: la causalidad material, o sea el pcpio indeterminado de la fuente del DIP, es el hecho,
sea uno o múltiple, y cuya definición no es otra que la modificación o ausencia de modificación del mundo sensible; la
causalidad formal es la eficacia de ciertos hechos y no de otros, p/ establecer un orden jco. Adviértase que la eficacia se
constituye por la autoridad que tiene un cierto hecho p/ establecer el orden jco.
Con la unión de la causa material y de la causa formal o sea el hecho eficaz o autorizado p/ regular jca// la relación
intern, queda definida la esencia de la fuente. Pero las esencias no entran en la existencia sino por la actuación de la
causalidad eficiente o sea del ser hum, que, en el orden intern, actúa habitual// c/ pueblo. A su vez, la causa eficiente se
mueve por atracción de la causalidad final, que es la de establecer una regulación jca en las relaciones de las personas
intern.
El Maestro hace ver con claridad que las llamadas por él "fuentes indirectas" no son "por sí" fuentes del DIP. En
efecto, a los hechos constitutivos de ellas, un libro doctrinario por ejemplo, les falta autoridad y, por tanto, eficacia, p/
producir el orden jco. De todas maneras, dejan establecida la manera de regular una relación intern determinada, de tal
suerte que basta quien tenga autoridad la reconozca o la practique suficiente//, p/ que quede consagrada c/ norma jca,
convencional o consuetudinaria.. Las fuentes indirectas no crean las normas jcas por sí solas, directa//, sino mediante
gralizaciones o reconocimientos. Aquellas "gralizaciones" son prácticas consuetudinarias; y los "reconocimientos" se dan
a través de los tratados. La diferencia, pues, entre fuente directa e indirecta está dada por la presencia en la primera y la
ausencia en la segunda, de la causa formal.

EN LAS FUENTES DIRECTAS HEMOS DE DISTINGUIR TRES GRANDES GRUPOS: A) LOS PCPIOS;
B) LAS COSTUMBRES; Y C) LOS TRATADOS.
A) LOS PRINCIPIOS
La mayoría están en la carta de UN.
Los Pcpios son las normas jcas que, en virtud de la nat hum y de las cosas, interpretadas por la razón conforme al
consenso gral, y por el hecho de existir la Comunidad intern, regulan los acontecimientos necesarios p/ la subsistencia y
desarrollo de la misma. Dice el Maestro: "Los que aceptaremos la existencia de un DIP Público Nat, debemos mencionar
c/ la primera y más importante de las fuentes de normas intern, la nat y la razón de los hombres, manifestada en su
conciencia jca" Y añade: "de la nat hum y de la razón derivan directa//, c/ exigencias imperiosas de humanidad y de razón,
un conjunto de pcpios jcos obligatorios, que son en realidad los pcpios supremos del DIP, pcpios nat supremos cuyo
conjunto forma el DIP Nat, y que sirven de base a toda otra norma intern, positiva convencional o positiva
consuetudinaria. Entre ese conjunto de pcpios jcos obligatorios, mencionaré los siguientes: los pcpios de autoridad, de
"
obediencia debida, el "pacta sunt servanda , el que obliga a reparar todo daño injusta// ocasionado y los supremos
conceptos y sentimientos de justicia y equidad".
Los seres son perfectos o perfectibles. Perfecto es, pues, lo acabado. Perfectible es, por lo tanto, aquello cuyo acto
contiene potencias, o sea lo no acabado.
El ser hum es un ser perfectible, pues su nat admite desarrollo, tanto física// por ser un ente biológico, cuanto
r
espiri​tual//, por su aptitud p/ conocer lo universal y, por lo tanto, optar libre//. En tanto libre, le co responde conducir su
desarrollo. En tanto perfectible, tiene el deber de perfeccionase, pues es propio del ser, ser, y, por lo tanto, debe crecer
hasta la máxima plenitud posible de su ser. Pues bien, el hombre, exigido por su nat perfectible a procurar el mayor
desarrollo posible, su perfec​ción, debe conducir su realización por ser libre. Luego, tiene el deber nat de alcanzar la
perfección. No hay deber sin los dchos a todo lo necesario p/ alcanzar el deber: éstos son los dchos nat del hombre. Desde
otro punto de vista, todo lo que existe, es bueno, pues el bien es el ser en tanto objeto de la voluntad. Pero cada existencia
se constituye según la esencia en ella actualizada. Por lo tanto, el respeto al ser, moral// debido por ser bueno, según ya
vimos, impone el respeto al modo de ser de la esencia o nat de cada ente, de cada existencia. Hay, pues una ley nat que
respeta a toda nat en su modo de ser.

Los Pcpios existen por existir el ser hum. Sin embargo, esas normas jcas establecidas imperativa// por el modo de ser
connat al hombre, son anteriores a toda disposición del legislador hum, del arbitrio, y, por eso, se llaman Pcpios. Su
validez no depende sino del ser del hombre, que es anterior al conocimiento que el hombre adquiera de su propio ser y,
por cierto, a la voluntad hum. Por eso, su validez no depende ni del conocimiento ni de la voluntad del hombre. El
conocimiento que, de los mismos se tenga, gravitará en su efectividad social, pero nunca en su validez.
Ahora bien, la relación interpersonal hum tb se da en el orden intern, o sea en la relación entre los pueblos.
El hecho de la constitución de la relación intern es la condición necesaria y suficiente p/ que los Pcpios del Dcho Nat
actúen, en el ámbito intern. Por eso, la CNU impone una obligación supracontractual a los Estados que no integran la
Organización, ni, por consiguiente, han firma-do el Tratado que la crea. El Art. 2, inc. 6 establece: "La Organiza​ción hará
que los Estados que no son miembros de las Naciones Unidas se conduzcan de acuerdo con estos Pcpios en la medida que
"
sea necesaria p/ mantener la paz y la seguridad intern . No existe ninguna posibilidad de justificar semejante disposición
que no sea la efectiva vigencia del Dcho Nat.
Criticando esta concepción jusnatista, dice Rousseau: "Tampoco se puede identificar los pcpios grales del dcho con
"
los pcpios del dcho nat. Ello está en abierta contradicción con el texto del art. 38, que habla de los pcpios grales del dcho
" "
reco​nocidos por las naciones civilizadas ; es decir, de aquéllos que ya forman parte del orden jco vigente .
En efecto, cdo el Art. 38 del Estatuto de la Corte habla de los pcpios reconocidos, no está diciendo los pcpios
derivados de la voluntad positiva de los Estados, sino justa// lo contrario, o sea de pcpios a los cuales, por derivar de
instancia superior, los Estados no los constituyen, no los crean, sino que se limitan a reconocerlos.
En este sentido, la legislación arg bien clara, al propiciar la vigencia del Dcho Nat, implícita// en el Art. 33 de la CN, a
través del pcpio de la soberanía popular y los dchos inherentes a ella; explícita// al limitar territorial// "las incap contra las
leyes de la nat" (Art. 9 C.Civil).
Advirtamos que "los pcpios de los sistemas jcos na​cionales, aún coincidiendo por su sentido, no forman parte del
DIP". Fuentes del DIP son siempre los pcpios del DIP, los pcpios del Dcho de Gentes, y la coincidencia con aquéllos
emergentes del Dcho interno, opera sola// c/ prueba de su reconocimiento en la conciencia jca interna de los pueblos.

Siguiendo el pensa- Sto Tomás, distinguimos 3 órdenes de pcpios derivados de la nat hum: 1) aquéllos que
corresponden al orden de lo nat común a todos los seres y que tienen su fundamento en el pcpio de la autoconservación; 2)
aquéllos que tienen su corresp en el orden nat de la vida y cuyo fundamento es el pcpio de comuni​cación; y 3) aquéllos
que corresponden al orden nat exclusiva// hum de la racionalidad y libertad.
El Maestro enunció pcpios emergentes de la existencia mis​ma de la Soc Intern, YA VISTOS. Penetrando en
profundidad el pensamiento del Maestro, resulta que estos pcpios caen dentro de las categorías del Aquina​te: no hay
cooperación sin pacto p/ concertar acciones, y sin finalidad p/ la cual se conciertan dichas acciones. Luego, de la
cooperación deriva necesaria// el pcpio pacta sunt servanda que está implícito en el de buena fe. Por otra parte, si finalidad
colectiva, debe haber una inteligencia que conduzca las acciones de la pluralidad hacia el fin buscado, o sea que debe
haber autoridad, y a la aut, en tanto sea tal, se le debe obediencia. A su vez, la Paz, Cooperación y autodeterminación se
ordenan al supremo y hermoso objetivo del Dcho, o sea la justicia, que es la voluntad constante y perpetua de dar a cada
uno lo suyo. La equidad no es sino la Justicia misma que, en el caso concreto, morigera el rigor de la norma genérica, p/
poder ser satisfecha. Y de la Justicia deriva la obligación de reparar el daño causado, a fin de que cada uno tenga lo suyo.
Por último el Profesor Tunkin ha señalado la existencia de pcpios que están presentes tanto en el DIP c/ en el Dcho
Interno y que, según él, surgen de la Ciencia jca misma. Son los conceptos jcos grales, las reglas lógicas, los
procedimientos de la técnica jca" y da c/ ejemplos "lex specialis derogar grali", "lex posterior derogat priori", etc.
La Carta Constitucional de las Naciones Unidas ha estableci​do en su Art. 2:
"P/ la realización de los Propósitos consignados en el art. 1, la Organización y sus miembros procederán de acuerdo
con los siguientes Pcpios:
1. La Organización está basada en el pcpio de la igualdad soberana sobre todos sus miembros.
2. Los miembros de la Organización, cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas por ellos de conformidad con
esta Carta.
3. Los miembros de la Organización arreglarán sus controversias intern por medios pacíficos, de tal manera que no se
pongan en peligro ni la paz y la seg intern ni la justicia.

4. Los miembros de la Organización, en sus relaciones intern, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la
fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cual​quier Estado.

5. Los miembros de la Organización prestarán a ésta toda clase de ayuda en cualquier acción que ejerza de
conformidad con esta Carta, y se abstendrán de dar ayuda a Estado alguno contra el cual la Organización estuviere
ejerciendo acción preventiva o coercitiva.

6. La Organización hará que los Estados que no son miembros de las Naciones Unidas se conduzcan de acuerdo con
estos Pcpios en la medida que sea necesaria p/ mantener la paz y la seguridad intern.

7. Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las NU a intervenir en los asuntos que son esencial// de la
jurisdicción interna de los Estados, ni obligará a los miembros a someter dichos asuntos a procedi-s de arreglo conforme a
la presente Carta.
Este art. esencial p/ la comprensión del valor que tienen los Pcpios en el actual orden jco intern positivo, establece el
reconocimiento de varios de ellos:
a) La Paz: La Paz de que nos habla este texto no es la Paz maior de San Agustín o sea "la tranquilidad del orden. Es la
paz minor o sea la no alteración por la fuerza física de la situación de hecho intern. De ahí que la Resolu​ción de la
Asamblea Gral de las NU, dedique a este pcpio dos explicitacio​nes formuladas c/ pcpios distintos, aunque en el fondo se
"
subsumen en el pcpio de la Paz: a) el pcpio de que los Estados, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la
fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma
incompatible con los propósitos de las NU"; b) "El pcpio de que los Estados arreglarán sus controversias por medios
pacíficos, de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad intern ni la justicia".
La oblig jca intern de respetar el pcpio de la Paz, implica 3 condenas que se vuelven explícitas en la Resolución 2625:
la agresión armada, el terrorismo y la subversión.

b) La Cooperación: o sea una acción concertada por pluralidad de pueblos p/ el bien común. P/ satisfacer este
propósito esencial de alianza o cooperación, el Art. 2, inc. 2 de la Carta, fija el pcpio de la buena fe. La buena fe es
el cumpli- de las oblig y el ejercicio de los dchos, conforme a la voluntad real que tuvieron los constituyentes al
determi​narlos.
c) La autodeterminación: este pcpio aparece consagrado en el Art. 1, 2 de la CNU, c/ pcpio de "la libre
determinación de los pueblos" expresa en el orden intern, la radical nat libre del hombre, ser apto p/ conocer lo
universal y, por tanto, p/ concebir alternativas que le permitan elegir por propia determinación.

Los principias de igualdad soberana y de la igualdad de dchos, constituyen el fundamento y la conse​cuencia del pcpio
de libre determinación.
Del pcpio de libre determinación se sigue necesaria// la ilicitud de la ingerencia coercitiva. La Resolución 2625
condena al colonialismo, fijando c/ decisión la de "poner fin rápida// al colonialismo, teniendo en cuenta la voluntad libre
expresada de los pueblos de que se trate", a la vez que condena a la intervención, estableciendo "el pcpio relativo a la
obligación de no intervenir en los asuntos que son de la jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la Carta".
El magno tema de los Dchos Universales del Hombre, que motivara la declaración de Naciones Unidas del, aparece
íntima// vinculado al pcpio de libre o autodeter​minación de los pueblos. La Carta Constitucional de Naciones Unidas, así
lo dice, en su Art. 55, pues p/ crear condiciones propicias p/ relaciones pacíficas y amistosas entre las naciones, basadas
en el pcpio de libre determinación, es obligación de la Organización propiciar el respeto universal a los dchos hum. Ya el
Preámbulo proclamaba la fe en Ios dchos fundamen​tales del hombre; el Art. 1°, inc. 3 de la Carta señalaba el propósito de
desarrollar y estimular el respeto a los dchos hum; ETC.

d) La Justicia, voluntad perpetua y constante de dar a cada uno suyo, es pcpio supremo del DIP, y la CNU
señala en el Art. 1, inc. 1°, que es propósito de la Organización "lograr por medios pacíficos, y de conformidad con
los pcpios de la justicia y del DIP, el ajuste o arreglo de controversias, etc."- La Equidad no es sino una manera de
hacer efectiva la Justicia, atenuando el rigor que surge de la necesaria gralidad con que debe expresarse la norma
jca, pues si no se atenuase no se lograría la finalidad propia de la norma jca. El DIP actual la admite, pues el
Estatuto de la Corte Intern de Justicia permite que pueda servir de fundamento a la decisión del Tribunal.

Pero la Justicia, al fundamentar el pcpio de DIP, fundamenta el pcpio de Juridicidad de la vida intern, de suerte que las
relaciones entre las personas intern no se definirán por la fuerza ni por la astucia, sino por la razonabi​lidad y justicia del
orden legal. El pcpio de seguridad colectiva no es sino una manifestación del pcpio de Juridicidad.
C/ consecuencia de lo expuesto, podernos concretar el siguiente cuadro de Pcpios del DIP:
En los años 1947 y 1948 América se organiza institucional// de modo acabado, a través de tres Tratados, que iran en
torno de cada uno de los tres pcpios de la Paz (Pacto de Bogotá 1948), de la Autodeterminación (Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca (Río de Janeiro, 1947) y de la Cooperación (Carta Constitucional de la
Organización de Estados Americanos, Bogotá 1948).
La Carta de OEA expone los Pcpios jco-intern en América, que son en el fondo, desarrollo más explicitado de los 3
pcpios eñalados y final//, del supremo pcpio de Jcia.
El Pcpio de la Paz está expuesto en los incisos e) y g) del art. 3, pues por el inciso e) "los Estados Americanos
condenan la guerra de agresión: la victoria no da dchos"; y por inciso g) "las controversias de carácter intern que surjen
entre dos o más Estados Americanos deben ser resueltas por medio de procedimien​tos pacíficos".
El pcpio de la Cooperación está expresado en los incisos c, d, f i, y k. La solidaridad aparece textual// dicho en el
inciso d, con la relevante novedad de que, p/ América, el pcpio de solidaridad exige el ejercicio efectivo de la democracia
"
representativa , extendiéndose la mencionada solidaridad al campo político (inciso citado d), económico (inciso i) y
cultural (inciso k). El otro gran pcpio derivado del de Cooperación, o sea el de buena fe queda proclamado en el inciso c.
El pcpio de la Autodeterminación se expresa en los incisos b, diciendo que "el orden intern está esencial// constitui​do
por el respeto a la personalidad, soberanía e independencia de los Estados".
Por último, el pcpio de la Justicia y su derivado la Juridici​dad, aparecen en los incisos a ("el DIP es norma de
conducta de los Estados"); inciso h, pues "la justicia y la seguridad sociales son bases de una paz duradera"; e inciso 1,
que proclama c/ objetivo de la educación en América, a la Justicia.

B) LA COSTUMBRE
El art. 38 del Estatuto de la Corte Intern, integrante de la Carta de Naciones Unidas, por el art. 92 de ésta, obliga a la
"
Corte a aplicar "la costumbre intern c/ prueba de una práctica gral// aceptada c/ dcho . Es evidente que el Dcho nace a
partir de las necesidades prácticas de relación, que van formando usos y luego costumbres, pues el conocimiento del
conjunto de pcpios nace sobre la reflexión ulterior a la práctica, y el acuerdo escrito es ya un momento tardío, fruto de una
civilización más avanzada. Ello, sin embargo, no invalida que la fuente originaria de todo Dcho y de la costumbre misma,
es la nat hum, pues no se concibe racionalizar la vida entre los pueblos por medio del Dcho, sino a partir del respeto a las
tendencias nat del ser hum. Y así nacieron las costumbres habitual//.
Las costumbres son actos practi​cados por los Estados o por otros sujetos de este Dcho, capaces de obligarse" y ha
señalado los requisitos de continuidad temporal, uni​formidad invariable, racionalidad, internidad y juridicidad p/ que esos
actos lleguen a constituir costumbre c/ fuente normati​va. Del acto singular se llega a la práctica reiterada y uniforme; de la
práctica reiterada y uniforme, por mediación del tiempo, se llega al uso o hábito de conducta; del uso y por mediación de
la conciencia de juridicidad, se llega ala costumbre.

Las notas caracterizantes de la costumbre son:

1- La relativa al tiempo no implica la necesidad de práctica remota, sino única// la realizada "desde largo tiempo
atrás".
El Maestro, al aclarar que "largo tiempo" no significa medida cuanti​tativa, y la Corte Intern, al precisar que el "breve
tiempo" (tampoco determinado cuantitativa//) no es impedimento p/ la formación de la costumbre, en realidad están
r
diciendo lo mismo: hace falta un tiempo y no hay medida cuantitativa p/ ello; luego el c iterio es cualitativo. Lo único que
podemos decir es que la largueza del tiempo a que alude el Maestro, es cualitativa// y señala el tiempo necesario y
suficiente p/ que se consume el proceso de acto a práctica, de práctica a uso y de uso a costumbre. Si cuantitativa// ello se
configura en años o meses no importa, en tanto el proceso esté agotado.
"
2- La uniformidad invariable exige que siempre que se han presentado las mismas circunstancias se ha procedido del
mismo modo, no debiendo haber, por lo tanto, contra-dicciones en la práctica realizada ". La Corte Intern de Justi​cia, en el
caso de Asilo exige a quien invoca una costumbre probar el uso constante y uniforme. Adviértase, sin embargo, que la
reitera​ción de la circunstancia y la reiteración del acto suponen una reitera​ción de lo esencial y no de lo irrelevante de
ambos. Y lo esencial, es el interés comprometido por la circunstancia y cuya satisfacción es finalidad del acto; a la vez
que, en ambos casos, debe darse una misma nat del fenómeno mun​dano.
"
3- La racionalidad de la costumbre: no debe estar en pugna con exigencias de la razón". Probable// no se menciona
este requisito o bien porque se lo considera ínsito, o bien porque se participa de una convicción pura// positivista en la
cual es la voluntad de los Estados la última ratio del Dcho. Lo que se está señalando al afirmar la nota de racionalidad, es
que la práctica de los Estados y de las personas intern en gral, no es suficiente p/ configurar Dcho, el cual siempre reposa
en la nat hum racional. Por eso, el Dcho peticiona racionalidad p/ sus normas. Por eso, toda norma irracional no es Dcho.
4- La internacionalidad es requisito indispensable, pues las cos​tumbres internas no configuran normas intern.
Significa que ella se refiera a las relaciones de Estado a Estado o con Organizaciones Intern dotadas de personaría intern".
5- La juridicidad consiste en que ese hecho que constituye la costumbre, sea practicado con la convicción de que al
practicarlo se ejerce un dcho, ose cumple una obligación jca". El art. 38, inc. 1, ap. b, del Estatuto de la Corte manda al
"
Tribunal a aplicar la costumbre intern c/ prueba de una práctica gral// aceptada c/ dcho". Esta expresión "gral//" introduce
temas de no fácil solución. En primer lugar es necesario dilucidar si tiene fuerza jca la costumbre, frente a un Estado que
no la ha practicado. En segundo lugar, debe aclararse si la costumbre regula la conducta del Estado que se opuso a esa
práctica. El Maestro enseña que "algunos juristas alema​nes o italianos afirman que sólo obliga a los que la han aceptado;
pero se prefiere la tesis de que obliga aún a los ausentes o disidentes en su formación, cdo se refiere a cuestiones de
interés gral y es acep​tada por la mayoría de los Estados, porque todos los Estados actúan dentro de un sistema gral de las
normas, que a ninguno de ellos es admisible desconocer". En realidad, no es necesario que todos los Estados hayan
realizado una práctica determinada, p/ que pueda oponérseles las costumbres, pues si bien ésta nace de una práctica y
adquiere validez jca por la convicción de su juridicidad, una vez que nació c/ norma jca queda vigente en el orden intern y
lo único que habrá que preguntarse es si tiene validez universal por ser imperativa o simple// particular por ser dispositiva.
Si es una norma consuetudinaria imperativa, es claro que la costumbre se impone aún a los ausentes o disidentes, pero si
se trata de una norma dispositiva habrá que distinguir si ha habido o no oposición del Estado. En el primer caso, no puede
obligarle la costumbre. Si no hubo oposición hay que distinguir, a su vez, dos situaciones: si el Estado enfrentó
circunstancias que exigían una definición, su silencio debe entenderse c/ aceptación; si no se dieron tales circunstancias,
su silencio no puede entenderse c/ consentimiento, y, por lo tanto, la costumbre no le obliga.

Definición de Costumbre Internacional


P/ llegar a la definición nos basamos en las cuatro causas clásicas:
a) La causalidad material es la reiteración de actos racionales (práctica) de manera uniforme y contínua (uso). No
basta la mera coincidencia teórica sin ninguna práctica, pues es de la esencia de la costumbre la realización de actos, la
conducta intern de las personas intern.
b) La causalidad formal es la juridicidad o sea la conciencia clara y distinta de las personas intern de que la
realización de determinado acto constituye el ejercicio del dcho o el cumpli​miento de una obligación.
Con la convergencia de la causalidad material y formal, queda definida la esencia de la costumbre, y así decimos que
ésta es la reiteración racional de actos uniformes y contínuos en el ámbito intern, concebida por las personas intern c/
ejer​cicio de un dcho o cumplimiento de una obligación.

c) La causalidad eficiente es la pluralidad de personas intern, bastando el plural mínimo o sea dos.
d) El objetivo, la causalidad final que mueve a la causalidad eficiente, o sea a los Estados y a las demás personas
intern, a producir costumbre, es remediar el esta-do de necesidad intern. Y el Estado de necesidad intern no es otra cosa
que toda hipótesis intern no regulada por norma positiva congruente.
Hay aún otro aspecto: el estado de necesidad intern no se configura sola// cdo no existe norma positiva, sino tb cdo la
norma positiva ha dejado de adecuarse a la conciencia jca gral. Por eso decimos más arriba "toda hipótesis intern no
"
regulada por norma positiva congruente .
e) Y así llegamos a la definición completa de costumbre c/: costumbre es la reiteración racio​nal de actos uniformes y
continuos en el ámbito intern, produ​cida por las personas intern con la conciencia clara y distinta de que su realización
constituye el ejercicio de un dcho o el cumpli​miento de una obligación, procurándose así remediar una situación de
necesidad intern, determinada por hipótesis no reguladas por normas positivas congruentes con el sistema de valores
prevalentes en el universo mundial, continental, regional o local en que se configura la misma.
La costumbre puede configurar la primera N positiva reguladora de la hipótesis, o bien tratarse de una norma
derogatoria de otra que ya no satisface la finalidad del Dcho. Esa otra norma preexistente puede ser un convenio o bien
otra costumbre, pues no hay ninguna N de DIP que haga prevalecer a la convención cdo entra en colisión con la
costumbre. El Art. 38 del Estatuto de la Corte Intern no prevé una situación de conflicto en cto a la vigencia de la
convención y la costumbre, sino tan sólo que, supuesta la vigencia de ambas, indica cómo deben aplicarse. Y en el Art. 53
de la CdeV sobre Dcho de los Tratados no da prevalencia a las N imperativas, por ser convenciones, sino por consagrar
dchos imperativos. De ahí que, tanto la doctrina clásica c/ la más reciente, coinciden en que, c/ dice Von Liszt "el dcho
consuetudinario y el dcho escrito tienen la misma categoría". O sea que la costumbre posterior deroga a la norma
convencional anterior, y la N convencional posterior deroga a la costumbre anterior.
Aparte de la derogación por norma convencional tb la costumbre puede extinguirse por la conducta de las personas
intern. La desuetudo no se configura por la infracción reiterada de la costumbre, sino porque el apartamiento de los
"
Estados o personas intern de la conducta acostumbrada, es fruto de una modificación gral de la conciencia jca".
C) CONVENCIÓN O TRATADO
La Convención o Tratado es la manifestación de voluntad común de una pluralidad de personas intern sobre un objeto
lícito posible, con el fin inmediato de crear, conservar, modificar, transferir o extinguir dchos u obligaciones intern.
La esencia del Tratado intern está constituída por la manifestación de la voluntad común o forma y el objeto posible y
lícito de ese acuerdo o materia. En cambio, la existencia del mismo deviene por la voluntad de una pluralidad de personas
intern (agentes) movidos por atracción de un fin inmediato, que es el de regular jca// sus relaciones (finalidad). La
definición inte​gral del Tratado implica la exposición de las cuatro causas, en las que se consuman su esencia y su
existencia.
La terminología referida a los tratados o convenciones es amplia. Dice la Convención de Viena sobre el dcho de los
"
Tratados en su art. 2, inc. 1, ap. a: "se entiende por tratado" un acuerdo intern celebrado por escrito entre Estados y regido
por el DIP, ya conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cualesquiera que sea su
"
denominación particular .
"
La expresión "tratado" se aplica al acuerdo político, mientras que "convención se reserva p/ el tratado técnico. La
"
palabra "acuerdo alude a soluciones de problemas específicos, mientras "modus vivendi" se refiere a tratados que proveen
soluciones transi​torias. "Caria" y anterior// "pacto" designa convenios que cons​tituyen Organizaciones Intern o sientan
"
bases p/ su cons​titución. "Estatuto , define y regula a órganos intern,-sean autónomos o integrantes de Organizaciones
" "
intern. Declaración es acuerdo sobre pcpios, aunque en el ámbito actual de Naciones Unidas se utiliza p/ designar la
posición adoptada por unanimidad, diferenciándola de la resolución, que se impone por mayoría de votos. Las Notas
Reversa les constituyen un acuerdo logrado por medio del intercambio de notas de las Cancillerías. Protocolo, tiene el
significado de aclarar o complementar un acuerdo de jerarquía principal; o bien designa las conclusiones de una
negocia​ción de feliz término. Concordato es el convenio celebrado entre un Estado y la Santa Sede p/ regular sus
relaciones. Alianza designa tratados político-militares. Convenio sirve p/ reemplazar en gral a todas las otras expresiones.

"
Cuatro son los requisitos de validez de los Tratados señalados por el Maestro: 1) Capacidad; 2)
Consenti​miento no viciado; 3) Licitud del objeto sobre el que versa el Tratado; y 4) Formas". Podemos añadir un
quinto que es la Finalidad inmediata de generar efectos jcos.

1- Sobre la Capacidad destacamos que es la aptitud o grado de aptitud p/ adquirir dchos o contraer obligaciones. La
-
misma puede ser plena o restringida."Hay que distinguir entre Estados soberanos y semisoberanos. Los 1º gozan de plena
"
capacidad; los 2º, de una cap restringida". Y aña​día: La restricción en este caso no se ajusta a normas definidas; no
obstante lo cual es posible conocer la fuente de tales restricciones: carta o convenio de protectorado o colonización según
los casos". Sola// tienen capacidad plena los Estados soberanos; toda otra persona intern tiene capacidad restringida. La
res​tricción está determinada por la finalidad p/ la que es creada la persona intern (Organizaciones Intern), o por el
fundamento de la restricción (Estados semisoberanos).

2- El consentimiento, en los Trat o convenciones, no sólo debe referirse a los Agentes Diplomáticos que los celebran,
sino tb a los E a quienes esto Agentes representan.
El Consentimiento no es otra cosa que la voluntad común de la pluralidad de personas intern convergentes en el
tratado. Pero c/ las personas intern son entes ideales, operan por medio de personas físi​cas, de tal suerte que el
consentimiento no debe estar viciado. Los vicios que invalidan el consentimiento son el error, el dolo y la violencia (arts.
48 al 52 de la CdeV de 1969, sobre Dcho de los Tratados). Pues si el error es la ausencia de conocimiento (ignorancia) o
el conocimiento falso (error propia// dicho), el dolo no es otra cosa que el error ajeno producido por la maquinación del
cocelebrante. Por último, el consenti- puede estar viciado por la violencia física (fuerza física irresistible) o moral
(amenaza de sufrir un mal grave o inminente), ya sea que se ejerza sobre el propio E negociador, ya sea que se ejerza
sobre sus representantes.

3- El Objeto de los tratados debe se r posible y lícito. Llamamos objeto a la materia, la que es organizada jca//. La
materia, no es otra cosa que las relaciones que, las relaciones intern. Debe ser real// posi​ble, porque el Dcho no versa
sobre relaciones imposibles. Y tb debe ser lícito, de tal modo que estén permitidas por DIP, que se pretenden organizar
jca//. Las actividades criminales de dos o más Estados no pueden ser válida// organizadas por un tratado intern. Así c/ el
Dcho no versa sobre lo imposible, sobre lo irreal, así tampoco admite la contradicción esencial de dar forma jca a lo que
es antijco.
El Maestro ha incluido dentro del objeto ilícito, el caso de tratados que persiguen fines ilícitos: "Toda convención
debe tener un objeto, pero es necesario que la causa que sirve de fundamen​to a la obligación sea lícita. Así, no sería
posible reconocer un tratado sobre el tráfico de esclavos, o que persiguiera objetos contrarios a los dchos esenciales de
humanidad, o a los intereses de las comunida​des, c/ por ej las convenciones que tiendan a destruir la independencia de los
"
pueblos u obstaculizar el comercio entre los mismos .
4- Puesto que la Forma es el pcpio determinan-te de la materia, la voluntad común que quiere organizar a las
relaciones según una determinación que le es propia, necesita de la manifestación sensible. Así, pues, la Forma de los
tratados es, precisa//, la manifestación sensible de la voluntad común. Esta manifestación puede ser por la palabra oral o
escrita o por otros signos. Es cierto que, prevalece la forma escrita, y que ésta ha sido impuesta a los Estados por la
Convención de Viena (art. 1 y art. 2, inc. 1, ap. a) pero no lo es menos que la regulación jco intern de los tratados no se
agota en dicha Convención, pues ella misma prevé la validez de acuerdos intern "no celebrados por escrito" (art. 30). ​
Los acuerdos celebrados por escrito incluyen necesaria// la determinación de los Estados y sus representantes, a la vez
que la parte dispositiva, y la firma de los órganos del Estado. Tb la ratificación y el canje o depósito integran el campo de
la Forma, c/ así tb las otras maneras en que se hubiese convenido la forma, conforme a la expresa previsión del art. 11 de
la Convención.
q
5- La Finalidad no es otra cosa que el término jco intencio​nal de las Personas intern al celebrar el acuerdo. Es re uisi​to
indispensable p/ la validez del acuerdo c/ Tratado que la finalidad inmediata sea la producción de efectos jcos. Adviértase
que la finalidad, corno el objeto, no debe ser existencial// imposible ni jca// ilícita.

FUENTES INDIRECTAS: A) LA JURISPRUDENCUA, Y B) la doctrina.


El art. 38 inc. 1, apartado d del mismo Estatuto de la Corte Intern de Justicia, habla de dos grandes medios auxilia-,
"
res "p/ la determinación de las reglas de dcho" y deja bien en claro que ello es "sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 59 ,
el cual limita la obligatoriedad de las decisiones de la Corte Intern de Justicia a las partes en litigio y respecto del caso
decidido.

A) LA JURISPRUDENCIA
No son vinculantes para los otros E, ni para otros casos.
La jurisprudencia intern es el conjunto de pronuncia​mientos que resuelven casos concretos de relevancia intern,
producidos por tribunales intern o nacionales, permanentes u ocasionales, judiciales o arbitrales, y con efecto obligatorio
(senten​cia) o facultativo (opinión consultiva). El Maestro enseñaba que la jurisprudencia intern está "integrada por el
conjunto de senten​cias dictadas por tribunales o cortes de arbitraje o de justicia intern, que pueden ser permanentes, c/ es
la Corte de Justicia Intern que funciona dentro de la órbita de la Organización de las Naciones Unidas, o bien ocasionales,
es decir, creados p/ resol-ver un conflicto determinado, cómo fueron los tribunales de arbitraje que resolvieron la mayor
parte de los litigios de límites de nuestro país. Pero no son sola// tribunales intern por su origen los que por medio de sus
sentencias contribuyen a la formación de la jurispru​dencia intern, sino que esta jurisprudencia se forma tb por ciertos
fallos de tribunales nacionales". Y da c/ ejemplo las sentencias de los tribunales de presas, pero yendo bien al fondo de la
cuestión, señala que puede un juez ordinario nacional crear jurispru​dencia intern, c/ es el caso de un juez en lo civil que
tiene que resolver una cuestión relativa a un cónsul extranjero y éste alega que tiene privilegios intern especiales. Las
enseñanzas del Maestro nos permite precisar que la internidad de la jurisprudencia no está dada por la internidad del
órgano que la produce, sino por la de la materia sobre la que versa.
Intensa ha sido la actividad jurisprudencia) de la Corte Intern de Justicia y podemos señalar que, a partir de 1947, en
sus primeros veinte años, ha conocido de cuarenta y dos casos litigiosos y ha emitido quince opiniones consultivas, 'cuya
lista se enuncia:
Ex aequo et buono: Según Zampetti: sí se aplica (ejemplo, en el caso Papeleras por el Río Uruguay). Según la profe,
no. No es la equidad. Se buscó dejar contentos a los dos. También en el conflicto entre Perú y Chile.
a) LITIGIOS:
1.- Reino Unido contra Albania, por el Estrecho de Corfú
2.- Reino Unido contra Noruega, por la cuestión de las pesquerías, 1949 a 1951.
3.- Francia contra Egipto, por los dchos de los ciudadanos y súbditos franceses en Egipto, 1949 a 1950.
4. - Colombia contra Perú, por la cuestión de asilo, 1949 a 1950.

5.- Colombia contra Perú, en el caso de Haya de la Torre, 1950 a 1951.


6.- Reino Unido contra Chile, cuestión antártica, 1955 a 1956.
7.- Reino Unido contra Chile, cuestión antártica, 1955 a 1956.
8.- Francia contra Noruega, préstamos noruegos, 1955 a 1957.
9.- Portugal contra India, tránsito por territorio hindú, 1955 a 1960, ETC.
b) CONSULTAS:

1.- Condiciones de admisión de un E en ONU, 1947 a 1948.


2.- Rep/ción de daños sufridos al servicio de ONU, 1948 a 1949.
3.- Interpretación de los tratados con Bulgaria, Hungría y Rumania, 1949 a 1950.
4.- Competencia de Asamblea Gral sobre admisión de un miem​bro E, 1949 a 1950.
5.- Estatuto Intern del Africa del Sudoeste, 1949 a 1950.
6.- Reservas a la Convención de genocidio, 1950 a 1951.

B) LA DOCTRINA
El otro medio auxiliar p/ determinar las reglas de DIP, previsto por el Art. 38 del Estatuto de la Corte Intern de
Justicia, es el conjunto de "doctrinas de los publicis​tas de mayor competencia de las distintas naciones". Esta es la
Doctrina, o sea el juicio científico de relevancia p/ el ordenamiento jco de la Soc Intern. Tunkin enseña que la Doctrina
puede influir sobre el DIP, "si es correcta expresión de los imperativos de la vida real" y aclara final// que "p/ que la tesis
doctrinal propuesta encarne una norma jca es necesario que los Estados reconozcan en ella esa cualidad".
El Maestro ha señalado la especial importancia de la Doctrina en materia referida a "la expresión del contenido
normativo implícito en alguna costumbre intern, a la interpretación de tratados, o a casos nuevos, no regidos directa// por

ninguna norma".
La Doctrina incluye no sola// a las opiniones científicas individuales, sino tb a las de Asociaciones científicas de
rele​vancia p/ el DIP, aunque no se trate específica// de instituciones intern.
Podemos distinguir a los Fundadores (siglos 16, 17 y 18), que indagaron la razón suficiente del DIP y, a partir de ello,
dieron las bases de pcpios y reglas esenciales p/ la materia principal de la disciplina; de los Clásicos (siglos 19 y 20-hasta
la Segunda Guerra Mundial), que propiciaron, explicaron y sistematizaron la positividad normativa; y de los
Contemporáneos (siglo 20 después de la Segunda Guerra Mundial), que, salvo nobles y reales excepciones, se ven
dominados por una elabora​ción doctrinaria y normativa ya efectuada, por una parte; y el asedio incesante de la
información, por otra parte.
Los Fundadores:
Inspirado en Santo Tomás de Aquino, c/ luego veremos en detalle, Francisco de Vitoria y la escuela teológica
espa​ñola que de él deriva, merece el título de Fundador del DIP. La otra gran figura de esta escuela es Francisco. En la
misma corrien​te de pensamiento se destaca Domingo de Soto.
El otro Fundador es Hugo Groci) y, en alguna medida Alberico Gentile. Ambos escribieron dos obras fundamentales
vinculadas al Dcho de la guerra.
BOLILLA 4
HECHOS JURÍDICOS
El hecho jco intern es toda manifestación sen​sible susceptible de producir efectos jcos p/ Pers. Intern. Aquí
encontramos las cuatro causas con toda clari​dad: la causalidad material es la manifestación sensible; la causalidad formales
la potencia o aptitud de producir efectos jcos; la causalidad eficiente es todo agente productor de manifes​tación sensible; la
causalidad final está constituida por los even​tuales efectos jcos.
Los hechos jcos intern se distinguen tb por sus cuatro causas:

• Por su causalidad material pueden ser hechos positivos o negativos, según la manifestación sensible consista en
una modi​ficación del mundo sensible o en la ausencia de dicha modifica​ción.

• Por su causalidad formal el hecho pue​de producir necesaria// efectos jcos, c/ es el caso de los actos jcos y de los
delitos intern, o bien puede producirlos contingente//, c/ es el caso de la gestión de negocio y del ilícito culposo.
• Por su causalidad eficiente el hecho jco intern puede ser un hecho de la naturaleza o un acto hum. Los he​chos de la
naturaleza son todos aquéllos que excluyen a la actua​ción del espíritu hum. Los actos hum son, por el contra​rio, aquellos
hechos jcos ejecutados con capacidad (aptitud jca intern), intención (designio de realización del acto) y con libertad
(independencia del obrar).
• Por su causalidad final los hechos jcos pueden ser ilícitos o lícitos, según se ordenen o no a destruir la justa
relación intern. Los actos ilícitos pueden configurar delitos intern si conllevan la intención dolosa; o bien cuasidelitos, si
surgen de la culpa, por negligencia o imprudencia de las Pers. Intern. Los actos lícitos, a su vez, se distinguen en simples
actos voluntarios lícitos o actos jcos, según la finalidad inme​diata de dichos actos sea configurar relaciones jcas o tengan
otra finalidad inmediata (gestión de negocios), aunque puedan lle​gar a tener efectos jcos.

ACTOS JURÍDICOS
El acto jco es, pues, la declaración de voluntad de una o más Pers. Intern, con la finalidad inmediata de establecer,
conservar, modificar, transferir o extinguir dchos u oblig en las relaciones intern.
El acto jco tiene de novedoso respecto al mero hecho jco, que la manifestación sensible que constituye la materia de
éste, es asumida por el espíritu hum y transfigurada en una declaración o sea en una manifestación sensible intencional. Esta
intencionalidad es la forma del acto jco, porque ella vuelve eficaz a la manifestación sensible, p/ producir los efectos jcos
deseados. De esta manera, materia y forma aparecen íntima-// unidas en el acto jco, pues aquélla, es la manifestación
sensible, y ésta, es la intencionalidad ex-puesta en dicha manifestación. La causa eficiente es una Pers. Intern o varias Pers.
Intern, por lo que, a diferencia del mero hecho jco, no admite a la Naturaleza, c/ agente del acto jco. La finalidad del acto
jco tb se distingue del hecho jco, porque ella es la inmediata finalidad de crear, conservar, modificar, transferir o extinguir
dchos u oblig intern.
Los actos jcos pueden distinguirse en diversas catego​rías según las cuatro causas:

1) Por la causa material, los actos jcos pueden clasificarse en positivos y negativos, según consistan en una ac​ción o
en una omisión, o sea en una modificación del mundo sen​sible o en la ausencia de modificación del mundo sensible.

2) Por la causa formal, los actos jcos pueden ser impe​rativos o dispositivos, según los efectos jcos perseguidos se
impongan por acto de aut o surjan por voluntad de ptes.

3) Por la causa eficiente, los actos jcos pueden ser uni​laterales o plurilaterales, según se constituyan por obra de una
sola Pers. Intern, o bien por la concurrencia de una pluralidad de éstas. Los actos unila​terales los analizaremos enseguida;
los actos plurilaterales con voluntad nueva concordante o sea las convenciones son bien claras y conocidas. Un ej. de acto
plurilateral que no implica un acuerdo, sino la concurrencia de dos Estados p/ formular un re-conocimiento de cada uno de
ellos, es el art. 39 del Tratado Argen​tino-Chileno de 1855.
4) Por la causa final, se distinguen en generales y particulares, según satisfagan intereses coincidentes o
contrapuestos. El acto jco más general, y el más originario, es la constitución de la S.I.. Esta constitución de la S.I. es
anterior a la Institucionalización de la misma, por lo cual los pcpios generales son exigibles a pueblos que no hayan
par​ticipado en la constitución de las instituciones de la S.I..
La costumbre intern es tb un acto jco por-que ella se constituye c/ norma jca cuando a la materia o práctica, la asume
la intencionalidad jca de las Pers. Intern.

ACTOS JCOS UNILATERALES


Los actos jcos unilaterales son aquellos actos jcos constituidos por una sola Pers. Intern. C/ ya indicamos los actos
jcos intern unilaterales "requieren recepción, pero no aceptación, pues​to que la consecuencia jca se produce en el instante
mismo de llegar la declaración a su destinatario". Por ser acto jco debe satisfacer todas las exigencias que hemos fijado p/
que un acto hum pueda ser jco. Implican, una forma, que es la declaración, o sea la manifestación sensible transfigurada por
el espíritu hum c/ signo de su intención; una mate​ria, que es dicha manifestación sensible; un agente, que es numé​rica// uno;
y una finalidad común a todo acto jco, que es la de producir efectos jcos.
Los actos unilaterales pueden producirse no sola// por Estados, sino tb por otras Pers. Intern c/ la Iglesia Católica, la
Soberana Orden de Malta, las Organizaciones Intern, etc. Porque teniendo todos esos entes capacidad jca intern, aunque
fuere limitada por sus fines, esa ca​pacidad les autoriza a producir actos unilaterales.
Los actos jcos intern unilaterales generan dchos intern p/ el productor de los mismos o p/ el destinatario. En el 1º caso
el efecto es transitorio, en tanto subsista la voluntad del agente; en el 2º caso, el efecto es definitivo. La razón es muy clara:
si el acto origina dchos ajenos, éstos escapan a la autoridad del productor del acto; en cam​bio, si se trata de dchos del propio
agente, él mantiene autori​dad sobre los mismos.

ANÁLISIS DE LOS PCPALES ACTOS JCOS UNILATERALES EN DIP. LEER DE APUNTES


No existe una lista taxativa de actos jcos intern unilaterales. Por nuestra pte decimos que los pcpales actos jcos intern
unilaterales son el reconoci-, la protes​ta, la notificación, el silencio, la retractación, la renuncia y la promesa. No aceptamos,
c/ actos unilaterales a los que Verdross califica de dependien​tes, ofreci-, aceptación, denuncia, reserva y sumisión a
ju​risdicción. Respecto a la retractación, la admitimos en los límites que tb más abajo fijamos.

1- El reconocimiento es el acto jco intern unilateral por el cual una Pers. Intern declara que conoce y acepta a una
situación intern susceptible de producir efectos jcos intern. Una vez notificado, el reconoci- no pue​de ser modificado ni
retirado, sin perjuicio de la validez de sus mo​dalidades. Es decir que, un reconoci- condicionado, quedará sin efecto si no se
da la condición. Por ej., cuando se ha otor​gado reconoci- a un gob de facto, bajo condición de res-petar los dchos esenciales
de humanidad.
2- El acto jco intern unilateral contrario al recono​cimiento es la protesta, por el cual una Pers. Intern declara que
conoce y no acepta una situación susceptible de producir efectos jco-intern. La protesta admite retractación, pues su efecto
es otorgar al agente el Dcho a no haber consenti​do dicha situación. Y el agente tiene aut sobre sus propios dchos.
3- La retractación es el acto jco intern unilateral, por el cual una Pers. Intern declara que retira una posi​ción
generadora exclusiva// de dchos p/ sí.
4- La renuncia es el acto jco intern unilateral por el cual una Pers. Intern declina un dcho. La diferencia entre ambos
actos es sutil, Pero la retractación implica una situación jca previa de afirmación de un dcho, situación que se revisa y se
modifica. En cambio, la renuncia opera con prescindencia de toda situación anterior.
5- La notificación es el acto jco intern unilateral, por el cual una Pers. Intern hace saber a otra la existen​cia de una
situación susceptible de producir efectos jcos intern. La notificación no es susceptible de retractación y su efecto es
definitivo.
6- El silencio es el acto jco intern unilateral por el cual una Pers. Intern se abstiene de todo pronunciamiento ante la

notificación que le efectuara otra Pers. Intern, o ante un hecho de público y notorio conocimiento. El silencio pue​de
retractarse, porque genera Dcho tan sólo p/ quien lo mantiene y el Dcho que genera es justa// no quedar c/ aceptante ni
cuestionante de la situación notificada o conocida.
7- La promesa es el acto jco intern unilateral por el cual una Pers. Intern declara que adoptará, en el futuro, una
conducta intern determinada, susceptible de producir efectos jcos intern. La promesa no admite retracta​ción, en la medida
en que genere dchos en los destinatarios, pero, en pcpio, por ser pura expresión de soberanía, puede rectificarse.

LA OPONIBILIDAD DE LOS ACTOS UNILATERALES A SU AUTOR


En términos generales, el Estado queda vinculado por sus propias declaraciones, lo que significa que el contenido de
un acto unilateral es oponible al autor del mismo en vir​tud del pcpio de la buena fe, declarado por la Res. 2625 (XXV) de la
A.G. c/ uno de los pcpios constitucionales del ordenamiento intern de nuestros días. Por tan-tu es posible, c/ ha reconocido
el T.I.J. que declaraciones unilaterales tengan el efecto de crear oblig jcas p/ su autor, si tal es la intención de éste.
La oponibilidad de los actos unilaterales a su autor se ha explicado a veces c/ una consecuencia de la recepción por el
DI de la institución conocido en el Dcho inglés c/ Estoppel y, más concreta//, de la más importante de las distintas clases de
Estoppel: el «Estoppel by representation», cuya formulación clásica es la siguiente: «Cuando una Pers., con sus palabras o
con su conducta, produce voluntaria// a otra la creencia de la existen​cia de un determinado estado de cosas y la induce a
actuar de manera que altere su previa posición jca, el primero no puede alegar frente al segundo que en realidad exis​tía un
estado de cosas diferente». Pero en el Dcho inglés, el Estoppel es una institución pura// procesal que «no crea, por tanto, ni
modifica, ni extingue una situación jca», sino que sólo «imposibilita una determinada alegación y hace que se la considere
inadmisible». Doctrina de los actos propios. Si me pezcan en la costa y yo no digo nada, induzco a que el otro E crea que
está bien pesacar en mi costa. Después yo no puedo alegar en contra que lo prohibía.
En el campo de los litigios intern existe una abundante jurisprudencia que consagra la oponibilidad de los actos
unilaterales a su autor y que puede ser interpretada c/ aplicación del Estoppel.
La configuración del Estoppel en la doctrina y en la práctica intern no es uni​forme, sino que oscila con diversos
matices entre una concepción amplia y una concep​ción restrictiva.

La concepción más restrictiva, que nos parece la correcta, configura el Estoppel en D.I. con elementos constitutivos
más rígidos, semejantes a los del «Estoppel by representation» en el Dcho inglés, y su alcance y efectos son delimitados con
más rigor con respecto al de otras instituciones tales c/ el reconocimiento, la aquiescencia o la re​nuncia. En una reciente
monografía, en la que se defiende que la con​cepción restrictiva es la consagrada por la jurisprudencia intern, se define al
Es​toppel: «cuando una Pte, por sus declaraciones, sus actos o sus comportamientos, ha llevado a otra Pte a creer en la
existencia de un cierto estado de cosas en base a cuya creencia le ha incitado a actuar o a abstenerse de actuar, de tal modo
que de ello ha resultado una modificación de sus posiciones relativas, la primera no podrá, por Estoppel, establecer frente a
la segunda un estado de cosas diferente del que ha representado anterior// c/ existente».

OPONIBILIDAD DE LOS ACTOS UNILATERALES FRENTE A TERCEROS ESTADOS


La otra cara del problema se refiere a si los actos unilaterales producen efectos respecto a terceros Estados o no. En el
estado actual de desarrollo del D.I. la contestación debe ser en pcpio negativa, ya que por definición los actos unilaterales
sólo atribuyen dchos a terceros pero no oblig.
De la anterior afirmación no debe deducirse que un acto unilateral no esté en el ori​gen de det situaciones intern
oponibles frente a terceros Estados; pero la oponibilidad deriva no del acto originario en sí, sino de otro posterior del tercer
Es​tado en que manifieste su consentimiento expresa o tácita//, o bien de una norma intern que le atribuya valor obligatorio.
Es precisa// de estas últimas de las que deriva la oponibilidad de situaciones cuya primera manifestación en el campo jco
puede buscarse en un acto unilateral.
Si profundizamos en la perspectiva del acto unilateral c/ fuente de creación de normas intern, se nos presenta el
problema de cómo interpretar la prestación del consentimiento, con reflejo evidente en la obligatoriedad de esos actos, en el
supuesto del consenti- tácito.
El consentimiento tácito que presenta mayores problemas es aquel que va ligado al silencio y concreta// hasta qué
punto es aplicable en el D.I. En general, el silencio no engendra oblig intern, salvo que pueda ser interpretado c/ una
presunción de consentimiento dadas las circuns​tancias del caso concreto (ausencia de protesta, conocimiento de la situación
por notifi​cación). La jurisprudencia intern ha confirmado la anterior afirmación en el Caso de la Compañía de Asfaltos de
Francia, y muy especial// en el caso anglonoruego de pesquerías, donde el T.I.J. dijo al respecto:
«Absteniéndose de emitir una protesta o su oposición a la legitimidad de los decretos norue​gos, el Reino Unido, dada
su posición de potencia marítima y teniendo en cuenta su interés en las zonas de pesca en cuestión, ha reconocido implícita//
su validez».

TRATADOS INTERNACIONALES
CONCEPTO
La inexistencia de un poder legislativo institucionalizado en la Comunidad intern ha conferido al Tratado intern una
importancia primordial c/ medio de creación y de codificación tanto de las normas intern no escritas c/ de las que adolecen
de falta de precisión por encontrarse dispersas en varios Tratados.
El desarrollo del D.I. y su codificación en esta materia se ha veni​do realizando preferente// por la Comisión de D.I. de
la O.N.U. y en grandes Conferencias auspiciadas por las N.U. En ellas cabe señalar la que, reunida en Viena en dos períodos
de Sesiones (1968 y 1969), elaboró una Conv sobre el Dcho de los Trat entre Estados firmada en 1969; y la que elaboró la
CdeV sobre el Dcho de los Tratados entre Estados y Organizaciones Intern o en​tre Organizaciones Intern en 1986. Según el
art. 2.1.a) del Convenio de Viena de 1969:
“Se entiende por Tratado un acuerdo intern celebrado por escrito entre Estados y regido por el D.I., ya conste en un
instrumento único o en dos o en más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular”.
Esta definición limita la aplicación de la Convención a los acuerdos concertados: 1) en forma escrita, ya sea en un
instrumento único o en varios conexos; 2) entre Estados (los celebrados entre Estados y organizaciones intern o entre éstas
son objeto de la CdeV de 1986); 3) y regidos por el D.I., pero sin que importe la denominación que reciban (Acuerdo,
Convención, Carta, etc.).
Pero c/ el art. 3 prevé que la no aplicación del Convenio a los acuerdos celebra-dos en forma no escrita o entre
Estados y otros sujetos de D.I. no afecta al valor jco de tales acuerdos, podemos considerar acuerdos intern a:
a) Los concertados entre Estados, entre Estados y otros sujetos de D.I. o entre otros sujetos entre sí. Por el contrario no
son, acuerdos intern los concluidos en​tre Pers. privadas o entre Estados y Pers. privadas.
b) La práctica intern confirma que no es necesaria la forma escrita p/ que exista un acuerdo obligatorio entre las Ptes.
El D.I. no exige unas formas rígidas, dán​dose en la práctica una gran variedad de formas y siendo posible incluso la forma
verbal.

CLASES DE TRATADOS

a) Por el número de Ptes contratantes: Tratados bilaterales (concertados entre dos sujetos intern) y plurilaterales o
multilaterales (en los que participan más de dos sujetos) que a su vez pueden ser restringidos (abiertos a un número
determi​nado de Estados) y generales (con vocación de universalidad).

b) Por su grado de apertura a la participación: Tratados abiertos (a los que se puede llegar a ser Pte en los mismos
aunque no se haya tomado pte en su proceso de formación), cerrados (aquellos que quedan restringidos a los participantes
originarios en los mismos y en los que la participación de un nuevo Estado supone la creación de un nuevo acuerdo entre
los participantes originarios y el nuevo Estado) y semicerrados (aquellos en que otros Estados pueden llegar a ser Ptes,
distintos a los Estados origi​narios, pues figuran en una lista anexa al tratado o bien se prevé en el propio Tratado un
procedimiento particular de adhesión, y tb por el envío de una invitación de los Es​tados originarios p/ que otros Estados se
adhieran al Tratado)
c) Por la materia objeto del Tratado, los hay de carácter político, econ, cul​tural, humanitario a estos últimos se refiere
el art. 60.5 del Convenio de Viena , con​sulares, de establecimiento, etc.
d) Por su función de creación de oblig: Tratados-contrato (los que prevén un intercambio de prestaciones entre los
contratantes) y Tratados-ley (los que intentan crear una norma de carácter general aplicable a toda la C.I. o a una pte de
ella).

e) Por la naturaleza de los sujetos que participan: Tratados entre Estados, entre Estados y otros sujetos del D.I. ( los
concordatos de la Santa Sede con los Estados o los acuerdos de sede entre una organización intern y el Estado en que ésta
tiene su sede u oficina papal) y Tratados entre otros sujetos del D.I. (acdos de las organizaciones entre sí).
f) Por su duración: Tratados con un plazo de duración determinado, pasado el cual se extinguen; de duración
indeterminada, salvo denuncia; y prorrogables, bien expresa o tácita// (es muy frecuente la cláusula de prórroga tácita por
períodos determinados, salvo denuncia expresa dentro de un término preestablecido).
g) Por la forma de conclusión: Tratados concluidos en forma solemne (cuyo perfeccionamiento exige un acto de
ratificación autorizada por el Parlamento, la intervención en su proceso formativo del Jefe del Estado c/ órgano supremo de
las relaciones intern, y el intercambio o depósito de los instrumentos de ratificación) y los acuerdos concluidos en forma
simplificada (que obligan en virtud de un acto distinto a la ratificación, manifestándose el consenti- mediante la
autenticación del texto del acdo o por un acto posterior a la autenticación distinto de la ratificación c/ la aprobación, la
notificación, la aceptación o la adhesión). En sentido amplio podrían tb considerarse acuerdos en forma simplificada
«aquellos en que el consenti- del E se manifiesta verbal// o mediante un acto o una conducta que exprese los elem
constitutivos de una oferta o de una aceptación de una oferta, según que el Es​tado sea oferente o aceptante, de un acto o una
conducta complementarios de otro sujeto de D.I.» .
El número de Acuerdos en forma simplificada es enorme y sigue aumentando. Ello es jca// posible porque el D.I. no
hace depender la validez de los Tratados de nin​guna forma especial. Y en la práctica ello se ve favorecido por factores c/ el
aumento progresivo de las relaciones interestatales y su rapidez y tecnicismo crecientes p/ hacer frente a las necesidades
políticas y econ de las rel intern, el au​mento progresivo de la importancia del PE, y el formalismo y la lentitud del procedi-
parlamentario. Todo ello con la salvedad, sin embargo, de que dentro de las formas simplificadas la forma verbal es
extremada// rara.

FASES DE LA CELEBRACIÓN DE LOS TRATADOS INTERN


A) OTORGAMIENTO DE LOS PLENOS PODERES
El otorga- de los plenos poderes p/ negociar, autenticar, o adoptar el futuro Tratado constituye una fase previa durante
la cual las aut nacionales competentes designan a sus representantes, fase que transcurre dentro de cada E y no tras​ciende
todavía al exterior.
Según el art. 2, apartado 1.c), de la CdeV, se entiende por «plenos po​deres» un documento que emana de la autoridad
competente del Estado, y por el que se designa a una o varias Pers. p/ representar al Estado en la negociación, la adopción o
la autenticación del texto de un Tratado, p/ expresar el consentimiento del Estado en obligarse por un Tratado o p/ ejecutar
cualquier acto con respecto a un Tratado.
La CdeV deja al Dcho interno de cada E la reglamentación de las fa​c concretas que corresponden a cada órgano en
particular p/ actuar en el cam​po de las relaciones intern, limitándose a establecer en sus arts. 7 y 8 una regla gral y varias
específicas respecto de quién se considera intern// capacitado p/ obligar a su E por medio de los Tratados.
1.° La regla general, tanto p/ la adopción y autenticación del texto c/ p/ la manifestación del consenti-, considera que
representan al E: a) los que estén provistos de plenos poderes, o b) cuando de la práctica o de otras circunstancias se
deduzca que los Estados han considerado a la Pers. c/ su representante sin necesi​dad de plenos poderes.
2.° Las reglas especificas prevén que, en virtud de sus funciones y sin tener que presentar plenos poderes, se
consideran facultados: a) al Jefe del Estado, al del Gobierno y al Ministro de Asuntos Exteriores p/ todos los actos relativos
a la celebración de un tra​tado; b) a los Jefes de Misión diplomática p/ la adopción del texto de los Tratados con el Estado
ante el que se encuentren acreditados, y c) a los Representantes ante una Conferencia intern o ante una Organización intern
o uno de sus órganos p/ la adopción del texto de un Tratado en tal Conferencia, Organización u órgano (art. 7).
3.° Cabe que lo ejecutado por una Pers. no autorizada pueda surtir efectos si pos​terior// fuera confirmado por el
Estado en cuya representación se había considerado autorizado a actuar (art. 8).
B) NEGOCIACIÓN
a) Su desarrollo
Transcurre en un marco intern, ya que durante ella los representantes «se reúnen en un lugar y en una época
preestablecida a fin de estudiar conjunta// las posibilidades efectivas de llegar a un entendimiento en una determinada
materia; buscan acercar sus posiciones sobre puntos con​cretos, y elaboran un proyecto de acuerdo destinado a pa​sar a una
fase ulterior. La negociación constituye la esencia misma del método diplomático». La negociación consiste en la
presentación de propuestas y contrapro​puestas por pte de los representantes, que son debatidas por las delegaciones, que las
acep​tan, rechazan o procuran enmendar.
Las negociaciones se desarrollan general//:
1. En conversaciones directas entre los representantes de los Estados, intervi​niendo general// los servicios
técnico-administrativos o diplomáticos en la pre​paración del texto.

2. En una Conferencia diplomática convocada al efecto por un Estado, que invita a los demás Estados
interesados, o por una Organización intern.

b) El fin de la negociación propia// dicha: la adopción y autenticación del texto


La fase de la negociación culmina con la adopción y la autenticación del texto, actos que acreditan que el texto
adoptado es el convenido, pero que no lo convierten en obli​gatorio p/ los Estados.
El art. 9 del Convenio de Viena distingue dos procedimientos de adopción del texto: 1º normal// «se efectuará por el
consentimiento de todos los Estados participantes en su elaboración», y 2.°) en el caso especial de adopción del texto por
una Conferencia intern, ésta «se efectuará por mayoría de dos tercios de los Estados presentes y votantes, a menos que los
Estados decidan por igual mayoría una regla diferente».
La autenticación del texto es un acto jco que da fe de la veracidad del texto adop​tado, el cual «quedará establecido c/
auténtico y definitivo».
El art. 10 reglamenta las formas de autenticar en orden suce​sivo y excluyéndose unas a otras: 1.º la que se prescriba
en el texto del Tratado; 2.°) las que convengan los Estados que hayan participado en la elaboración, y 3.°) mediante la
firma, la firma ad referendum o la rúbrica de los representantes puesta en el texto del Tra​tado o en el Acta final de la
Conferencia en la que figure el texto.
Durante el lapso de tiempo que media entre la firma del Tratado o el canje de los ins​trumentos que le constituyen a
reserva de ratificación, aceptación o adhesión, y la mani​festación de su intención de ser o no pte en el Tratado, los Estados
están obligados por el art. 18 de la CdeV --consecuencia del pcpio esencial de la buena fe - a abstenerse de actos que puedan
frustrar el objeto y el fin del Tratado.

C) MANIFESTACIÓN DEL CONSENTIMIENTO PLENO


La fase de la manifestación del consentimiento es capital, porque sin la prestación del consentimiento el Tratado no le
obliga. La prestación del consentimiento los transforma en Pte Contratante, y con la entrada en vi​gor, en Pte en el Tratado o
Acuerdo.

El consentimiento puede manifestarse de forma plena (sobre el conjunto del Tratado) o incompleta ​con
reservas. A su vez el consenti- pleno puede manifestarse de varias formas.
a) La ratificación es una forma solemne que histórica// fue la usual.

Grocio explicó la ratificación considerando al Tratado dentro de la teoría del contra​to. El Jefe del Estado no ​
actuaba por sí mismo en la celebración de los Tratados, sino mediante sus mandatarios o representantes a quienes concedía
«plenos poderes» a tal efecto, pero reservándose el Soberano la facultad de aprobar lo hecho por ellos mediante el
instrumento jco de la ratificación.
Un segundo paso en la evolución de ésta figura se dio al abandonar la teoría del man​dato, sustituyéndola por la
llamada «reserva de ratificación.
Final//, a fines del siglo XVIII, al transformarse el orden político con la caída de las monarquías absolutas y la
Revolución francesa adviene la doctrina moderna de la ra​tificación: la soberanía nacional depositada en el pueblo se
organiza mediante un sistema de división de poderes en que el legislativo se reserva la autorización al ejecutivo p/ ratificar o
no la efectiva aplicación práctica del Tratado, es decir, p/ determinar su vigencia. Los mecanismos de autorización p/ la
ratificación y el reparto de competencias entre los tres poderes de cada uno de los Estados dependen de su Dcho
Constitucio​nal respectivo. No obstante, es importante distinguir la «ratificación» o «autorización» del Parlamento, que es un
acto de Dcho interno, de la ratificación internacional del Tra​tado c/ forma de manifestación del consentimiento.
b) Otras formas de manifestación del consentimiento. Según el art. 1 1 del Convenio de Viena son: la firma, el
canje de instrumentos que constituyen un Tratado, la aceptación, la aprobación, la adhesión o en cualquier otra turnia que se
hubiere convenido.
Los arts. 12 a 16 del Convenio de Viena, reglamentan en detalle la prestación del consentimiento en las formas
citadas, debiendo notarse la fle​xibilidad que caracteriza al Convenio. Primero, porque si bien codificó las formas exis​tentes,
tuvo en cuenta que la práctica intern evoluciona muy rápida// en esta materia y dejó la puerta abierta a la creación de nuevas
formas mediante el último párrafo del art. 11, que habla de «cualquier otra forma que se hubiere convenido». Segundo,
r
porque el Con​venio dejó la elección entre una u ot a de las formas que cita a la libre voluntad de los Estados pactantes.
Tercero, porque el art. 17 del Convenio prevé tb la posibili​dad de que un Estado se obligue sólo respecto de pte del Tratado
y no de todo él en su conjunto, siempre que el Tratado mismo lo permita o los demás contratantes lo acuerden.

D) MANIFESTACIÓN DEL CONSENTIMIENTO CON RESERVAS


a) Concepto y fundamento de las reservas
El hecho de que el elemento primordial en los Tratados sea el consentimiento de las ptes da origen a la posib de que
dicho consenti- se manifieste de forma par​cial, excluyendo o modificando alguna de las cláusulas o bien interpretando o
puntuali​zando el sentido de cualquiera de las mismas sobre las que se manifieste el alcance del consentimiento.
Esto se hace a través de la institución de las reservas. La reserva es una declaración de voluntad de un Estado que va a
ser Pte en un Tratado, formulada en el momento de su firma, de su ratificación o de su adhesión con el propósito de no
aceptar íntegra// el régimen general del Tratado y que, una vez aceptada expresa o tácita// por todos los demás contratantes o
algunos de ellos, forma pte integrante del Tratado mismo.
Su fundamento teórico consiste en que si la soberanía estatal permite a un E lo más (no ratificar un Conv que ha
firmado o no formar pte del mismo en contra de su voluntad) debería permitirle lo menos (excluir una det cláusula o darle
un alcance específico).
Su razón de ser práctica es el deseo de que participen en los Tratados multilaterales el ma​yor número de Estados
posibles, aunque sea formulando reservas.
Ha sido controvertida la eventual diferenciación de las reservas respecto de las lla​madas declaraciones interpretativas
por las que los E que las formulan declaran
que «aceptan dete condiciones sola// dentro de ciertos límites o con ciertas modalidades, atribuyéndolas un sentido
determinado y no otro». Esta segunda clase de reservas no fue admitida por la gralidad de la doctrina, llegándose a
considerarlas «reservas impropias».
Nuestro concepto amplio de reserva, englobando tanto las de exclusión de cláusulas c/ las interpretativas, sería
confirmado en el art. 2.d) del Convenio de Viena sobre el Dcho de los Tratados, según el cual:
«Se entiende por reserva una declaración unilateral, cualquiera que sea su enunciado o deno​minación, hecha por un
Estado al firmar, ratificar, aceptar o aprobar un Tratado o al adherirse a él, con objeto de excluir o modificar los efectos jcos
de ciertas disposiciones del Tratado en su apli​cación a ese Estado.»
La definición adquiere así un carácter amplio, comprendiendo no sólo las reservas que exclu​yen la aplicación de
cláusulas, sino tb las llamadas declaraciones interpretativas siempre que éstas, al precisar el alcance y exacto contenido que
tales disposiciones tienen p/ el Estado autor de las mismas, restrinjan el alcance de tal aplicación, modificando los efec​tos
jcos de ciertas disposiciones.

b) Clases de reservas

A) Por el alcance de sus efectos jcos: reservas que afectan a determinadas dis​posiciones de un Tratado y reservas
que afectan al tratado en su conjunto con respecto a ciertos aspectos específicos, en su aplicación al sujeto que la formula
(denominada re​serva transversal). La práctica de las denominadas reservas transversales es muy co​rriente y suelen excluir o
limitar la aplicación del Tratado en su conjunto a: a) ciertas categorías de Pers.; b) determinados objetos (especial//
vehículos); c) ciertas si​tuaciones (que determinados servicios estén en funcionamiento, por ej.); d) deter​minados territorios;
e) algunas circunstancias determinadas (estado de guerra, por ej.); etc.
B) Por su objeto: reservas de exclusión de cláusulas ( ​si los Estados que las formulan tratan de evitar todos o
alguno de los efectos jcos que se derivan de la cláu​sula o cláusulas objeto de la reserva) ;​ reservas de modificación
de cláusulas (si el sujeto que la formula pretende cumplir una oblig prevista en el Tratado de una manera diferente pero
equivalente a la impuesta por el Tratado); o reservas interpretativas de tales cláusulas (si el sujeto que la formula condiciona
su consentimiento a una determinada interpretación de la cláusula objeto de la reserva).

C) Por el momento en que se formulen. Las reservas formuladas durante la negociación no fueron
admitidas ​por el Convenio de Viena. Las formula das en el momento de la firma de un Tratado que haya de ser objeto
de ratificación, aceptación o aprobación, deben ser confirmadas formal// por el E autor de la reserva al manifestar el
consentimiento, considerándoselas hechas en la fecha de su confirmación. Las reservas pueden formularse tb en el momento
de la aprobación, la ratificación, la aceptación y la adhesión al Tratado, así c/ en el momento en que se realiza una
notificación de sucesión en un Tratado.
D) Según el régimen establecido en el Tratado en cuestión las reservas pueden ser a) permitidas por él; b)
prohibidas expresa o tácita// por él, entendiendo por estas últimas aquellas en que «el Tratado disponga que única// pueden
hacerse determinadas reservas, entre las cuales no figure la reserva de que se trate»; y c) compatibles o incompatibles con el
objeto y fin del Tratado, clasificación que trata de impedir que la reserva desnaturalice los intereses protegidos por el
Tratado, aunque plantea el problema de a quién corresponde calificar la compatibilidad o incompatibilidad de la reserva: al
Estado reservante (lo que sería ilógico) o a los demás E Ptes (que podrían discrepar, perturbando la aplicación del Tratado)
o a un Trib Intern (lo que no resulta fácil, salvo que se prevea en el propio Tratado).

c) Funcionamiento (distintos momentos):


1º El de su formulación: la regla general es que el Estado puede realizar reservas al Tratado en el momento de la
firma, la ratificación, la aceptación, la aprobación o la adhesión a un Tratado, salvo que (art. 19 de la CdeV):
a) las reservas estén prohibidas por el Tratado;
b) el Tratado disponga qué reservas pueden hacerse y la reserva propuesta no figu​re entre ellas, y
c) la reserva propuesta sea incompatible con el objeto y fin de la Convención.
2º El de la aceptación de la reserva por los otros E Ptes. Al respecto se en​frentaron histórica// dos tendencias: a) la
llamada de la «integridad» del tratado, que exigía la aceptación de todos los E Contratantes; y b) la tendencia de la
«flexibilidad», que sostenía la posibilidad de que el Estado reservante llegara a ser Pte en el Tratado sólo respecto a los
Estados que hubieran aceptado dicha reserva. El Convenio de Viena, en su art. 20, ha acogido un criterio transaccional entre
ambas tendencias, si bien es muy favorable al criterio de la «flexibilidad».
La aceptación puede hacerse de forma tácita o expresa.
Tácita// una reserva es aceptada por los demás Estados contratantes:
• Cuando está expresa// autorizada por el Tratado, a menos que en el mismo se disponga que sea exigida la aceptación
de los demás Estados contratantes.
• Cuando formulada una reserva por un Estado, otro u otros Estados no han formulado ninguna objeción a la misma
dentro de los doce meses siguientes a la fecha en que hayan recibido la notificación de la reserva o en la fecha en que hayan
manifestado su consentimiento en obligarse por el Tratado, si esta última es posterior.
Se requiere la aceptación expresa en los siguientes supuestos:
• Cuando del número reducido de Estados negociadores del Tratado y de su objeto y fin se desprende que la
integridad del mismo es una condición esencial del consentimiento de cada uno de ellos en obligarse por el Tratado.
• Se requiere tb la aceptación expresa respecto de las reservas formuladas a los instrumentos constitutivos de las
Organizaciones Intern por el Órgano competente de éstas, salvo que en el Tratado se disponga otra cosa.
En los demás casos no previstos en el apartado b), a) y b) anteriores, no se requiere la aceptación de todos los demás
Estados.

3º Un tercer momento es el de la retirada de las reservas y de las objeciones. El art. 22 de la CdeV sienta al respecto
las siguientes reglas:
a) La regla general es que tanto las reservas c/ las objeciones a las mismas pue​den ser retiradas en cualquier
momento.
b) Las reglas específicas al respecto son: a) que no se aplica la regla general cuan-do el tratado dispusiere lo
contrario; b 7 p/ que la retirada de una reserva produzca efec​tos respecto a otro Estado contratante es preciso que éste reciba
la notificación de la re-tirada, y c) la retirada de una objeción a una reserva sólo surtirá efectos cuando su notificación sea
recibida por el Estado autor de la reserva.
4.º La CdeV articula tb las siguientes reglas de procedimiento rela​tivas a las reservas y su aceptación expresa y a las
objeciones: a) Tanto en la formulación c/ en la retirada de reservas y objeciones, así c/ en el caso de aceptación expresa de

las reser​vas, deberá usarse la forma escrita. b) C/ ya hemos indicado antes, las reservas a la firma segui​da de ratificación,
aceptación, etc., habrán de ser confirmadas al prestar el consentimiento definitivo, y c) La aceptación expresa a una reserva
o la objeción hechas en momentos anterio​res a la confirmación no tendrán que ser reconfirmadas por los Estados reservante
u objetante.

d) Efectos
Se regulan en los arts. 20 y 21 de la CdeV. P/ ello distinguiremos:

a) Efectos entre los Estados que no han formulado reservas. Éstas no producen nin​gún efecto jco entre ellos y
no modificarán las relaciones entre los mismos.

b) Respecto a los efectos entre el Estado reservante y los que no han formulado re​servas, hay que distinguir:
• Si la reserva ha sido aceptada por todas las Ptes, el Estado reservante es Par-te en el Tratado y sus oblig quedan
modificadas respecto a los otros Estados no reservantes, así c/ las oblig de estos últimos respecto de aquél quedan tb
modificadas en la misma medida.
• Si la reserva ha sido aceptada sólo por algún Estado contratante, el Estado re​servante será Pte en el Tratado en
relación con el Estado o Estados que las hayan acep​tado si el Tratado ya está en vigoro cuando entre en vigor p/ ambos
Estados.
• Si el Estado objetante manifiesta inequívoca// que la reserva impide p/ él la entrada en vigor del Tratado, éste no
entrará en vigor entre el Estado objetante y re​servante. En caso contrario, es decir, cuando el Estado objetante no
«manifieste inequí​voca//» su intención de que el tratado no entre en vigor, éste surtirá sus efectos en​tre los Estados objetante
y reservante, si bien quedando excluida la aplicación entre ambos Estados de la cláusula o cláusulas afectadas por la
reserva.

E) DESDE LA MANIFESTACION DEL CONSENTIMIENTO A LA ENTRADA EN VIGOR


a) La entrada en vigor
Se entiende por entrada en vigor de un Tratado el momento en que comienza su vi​gencia. En los Tratados bilaterales,
la entrada en vigor suele coincidir con la prestación del consentimiento. Pero, en las grandes Convenciones multilaterales, la
entrada en vigor suele hacerse depender cada vez más de la recepción de un determinado número de ratificaciones o
adhesiones y del transcurso de un plazo tras la citada recepción.
Según el pcpio, básico en esta materia, de la irretroactividad, ya recogido en la ju​risprudencia intern y consagrado en
el art. 28 de la CdeV:
«Las disposiciones de un Tratado no obligarán a una pte respecto de ningún acto o hecho que haya tenido lugar con
anterioridad a la fecha de entrada en vigor del Tratado p/ esa Pte, ni de ninguna situación que en esa fecha haya dejado de
existir, salvo que una intención diferente se desprenda del Tratado o conste de otro modo.»
Tales excepciones al pcpio de irretroactividad son las siguientes:
a) Cuando las Ptes en el Tratado así lo hayan convenido.
b) Cuando la retroactividad se deduzca del propio Tratado o cons​te de otro modo.
Aunque por regla general los Tratados comienzan a surtir efecto a partir de su en​trada en vigor, ello no es siempre el
caso. P/ fijar el comienzo de la obligatoriedad y de la aplicabilidad (lo que no es lo mismo), la CdeV combinó el criterio del
momento de otorgamiento del consentimiento con el de voluntad de las ptes:
1.° Respecto de los Estados que hayan manifestado el consentimiento antes de la entrada en vigor.
Según el art. 24.1 y 2 de la Convención, el Tratado entrará en vigor de la manera y en la fecha que en el mismo se
disponga o cuando lo acuerden los Estados negociadores o, a falta de disposición o acuerdo expreso, cuando haya
constancia del consentimiento de todos los Estados negociadores.
Pero esta regla sufre tres excepciones. Una excepción genérica somera// regla-mentada en el art. 18 citado de la
Convención, que refleja el pcpio de la buena fe, se​gún el cual los Estados se comprometen a abstenerse de actos que puedan
frustrar el objeto y el fin del Tratado durante el período que media entre la prestación del consentimiento y la entrada en
vigor del Tratado. Una excepción específica de alcance parcial prevista en el art. 24.4, según la cual las disposiciones
relativas a la propia autenticación, a la constancia del consentimiento, a la manera y fe-cha de la entrada en vigor, a las
reservas, a las funciones del depositario y a aquellas otras cuestiones que se susciten necesaria// antes de su entrada en
vigor, se aplicarán desde el momento de la adopción del texto del Tratado. Y una excepción específica de alcance total
prevista en el art. 25 de la CdeV, según el cual el conjunto del Tratado se aplicará provisional// antes de su entrada en vigor
siempre que así se prevea en el propio Tratado o los Estados ne​gociadores así lo convinieren.
2.° Respecto de los Estados que hayan manifestado el consentimiento después de la entrada en vigor.
El art. 24.3 estipula que el Tratado entrará en vigor p/ cada Estado en particular a partir del momento en que
manifiesten su consentimiento, salvo que en el Tratado se dis​ponga otra cosa.

b) Una facilidad p/ las Ptes de los tratados multilaterales: el depósito


La CdeV reglamenta muy cuidadosa// todo lo referente al depo​sitario en los arts. 76 y 77, que sistematizamos de la
forma siguiente:
a) Determina quiénes pueden ser depositarios, cuya designación se hará por los Es​tados negociadores en el propio
Tratado o de cualquier otro modo. La función del depo​sitario podrá recaer en uno o en varios Estados, en una Organización
intern o en el funcionario administrativo pcpal de tal Organización.
b) Las características de sus funciones están presididas por las notas de internidad e imparcialidad.

c) Dentro de sus funciones podemos distinguir:


• Las funciones de archivero y notariales y, dentro de ellas, las de custodiar el tex​to del Tratado y otros instrumentos,
notificaciones y comunicaciones relativas al Trata-do y el registrarlo en la Secretaría de las N.U.
• Las funciones de recepción, información y transmisión y, dentro de ellas, las de recibir las firmas del Tratado y
otros instrumentos, notificaciones y comuni​caciones relativas al mismo; las de informar a las Ptes y otros Estados
facultados p/ serlo, de los actos, notificaciones y comunicaciones relativas al Tratado; la de informar a los mismos Estados
anteriores de que se ha recibido el número de firmas e instrumentos de ratificación, etc., necesarios p/ la entrada en vigor; la
función de transmitir a los Estados el texto y demás instrumentos relativos al Tratado, y, final-//, la de señalar ante los
Estados o el órgano competente de la Organización si ha surgido alguna discrepancia entre él y los Estados por el
desempeño de sus fun​ciones.
Las funciones del depositario pueden ir en aumento con la práctica intern.

d) La institución del depositario nace a fin de facilitar la solución de una serie de necesidades propias de los tratados
multilaterales. Una vez ratificado un tratado bilateral, se procederá al intercambio de los instrumentos de ratificación entre
ambas Ptes Contratantes. Dado que el número de Ptes puede ser muy elevado, el intercambio de los instru​mentos de
ratificación o de adhesión, y el cumplimiento de las demás oblig se complican extraordinaria//.
Por tal motivo el depósito de los Tratados va ligado al nacimiento de los Tratados multilaterales. Con el fin de facilitar
y agilizar el desempeño de tales funciones, se fue imponiendo la práctica consistente en designar un solo depositario p/ que
custodie el ejemplar original del Tratado y centralice la recepción de instrumentos de ratifica​ción, adhesión, reservas, etc..
e) Oblig de las Ptes de todos los tratados es su transmisión a la Secretaría de la O.N.U. y de ésta su registro y
publicación.
Con el fin de terminar con la práctica de los tratados que, se mantenían secretos por los gobiernos que los habían
concertado, el art. 18 del Pacto de la Soc de Naciones im​ponía a la Secretaría de ésta la oblig de registrarlos y publicarlos.
Planteamiento que resultó desacertado, toda vez que la Secretaría dificil// podría tener conocimiento de tales tratados si los
Estados Ptes en los mismos se los ocultaban. Por tal motivo, el art. 102 de la Carta de la O.N.U. y el art. 80 de la CdeV
imponen tal oblig a los Estados Ptes en el Tratado, y, en el caso de los tratados multilaterales, será el depositario quien
cumpla tal oblig por o en sustitución de los Estados Ptes en ellos.
El 18 del Pacto de la Soc de Naciones estipulaba que un tratado no sería obli​gatorio hasta que fuera registrado. La
práctica intern erosionó rápida//, por lo que el art. 102 de la Carta de la O.N.U. estableció que la sanción consistiría en que
el tratado no publicado no sería invocable ante los órganos de la O.N.U.
Una vez que las Ptes en un tratado han cumplido su oblig de transmitirlo a la Secretaría de la O.N.U., ésta tiene el
deber, que le impone el art. 102 citado, de proceder a su registro y publicación.

EL TRATADO DESDE SU ENTRADA EN VIGOR HASTA SU TERMINACIÓN


1. EFECTOS DE LOS TRATADOS
A) EFECTO GENERAL: LA OBLIGATORIEDAD Y SU FUNDAMENTO
La respuesta se encuentra en el pcpio pacta sunt servanda, reconocido repetida// por la Jurisprudencia intern, y
consagrado sin oposición c/ regla general so​bre los efectos generales del Tratado entre las Ptes por la inmensa mayoría de la
Co​munidad Intern.
La norma pacta sunt servanda (que implica que la actitud de buena fe ha de pre​valecer durante la ejecución de un
Tratado en vigor) satisface una nec de segu​ridad jca, y ha sido transmitida a través del tiempo c/ una verdad evidente y
uni​versal// aceptada.
El art. 26 del Convenio de Viena, según el cual «todo tratado en vigor obliga a las Ptes y debe ser cumplido por ellas
de buena fe», consagró a la norma pacta sunt servanda c/ regla general en lo relativo a los efectos generales del Tratado (su
obli​gatoriedad entre las Ptes), conectándola con el pcpio de la buena fe, básico no sólo en cuanto a la interpretación, sino tb
en lo relativo a la ejecución de los mis​mos.
El art. 27 añadió una regla específica según la cual «tina Pte no podrá invocar las disposiciones de su Dcho Interno c/
justificación del incumplimiento de un Tratado».

B) EFECTOS ESPECÍFICOS
a) En el tiempo
El segundo problema que se suscita es el de los efectos específicos de los tratados ratione temporis, a saber, cuales
son los momentos inicial y final en que un Tratado em​pieza o deja de producir sus efectos.
Si el momento inicial suele coincidir con la entrada en vigor (en virtud del pcpio de irretroactividad, consagrado en el
art. 28 de la CdeV), el término final de los Tratados, es decir, aquel en que deja de ser aplicable y, consiguiente//, deja tb de
surtir sus efectos, salvo excepciones, suele estar previsto en el propio Tratado. Lo normal es que se estipulen por un plazo
det o bien por tiempo indefinido, salvo denuncia expresa. Tb dejan de surtir efectos por otras causas (nulidad, terminación y
suspensión de los Tratados.)

b) En el espacio
El pcpio general en esta materia, que reconoce la CdeV en su art. 29, es el de la obligatoriedad en «la totalidad del
territorio» de cada una de las Ptes, entendiéndose por tal el territorio terrestre, las aguas interiores, el mar territorial y el
espacio aéreo.
Pero esta regla general puede sufrir excepciones, que genérica// autoriza el art. 29 de la Convención, al añadir la frase:
«salvo que una intención diferente se desprenda de él [se refiere al tratado] o conste de otro modo».
Por una pte existen casos en que un Tratado no se aplica a determinadas ptes del territorio estatal, a dependencias
insulares, a colonias dependientes, etc.
Por el contrario, el Tratado puede tener una aplicación fuera del territorio de los E Ptes, ya sea porque contiene
estipulaciones respecto a 3ros, ya sea porque se pretende regular un es​pacio que se encuentra fuera de la jurisdicción de los
Estados. Este último tipo de tratados plantea el problema de quién está legitimado p/ realizar un Tratado que establezca
dchos y oblig oponibles a todos los su​jetos en un espacio común o Patr Común de la Humanidad. En nuestra opinión, son
las mismas reglas que veíamos al hablar de la formación de la costumbre general o de la interacción entre Tratado y
costumbre general las que deben servir de guía p/ resolver esta cuestión y, en todo caso, debe tenerse en cuenta que el
fundamento de la opo​nibilidad de estos Tratados a 3ros Estados está muy vinculado con la concepción que se tenga del
mismo fundamento del Dcho.
En este sentido, si bien, desde nuestra concepción, este tipo de Tratados no plantea especiales problemas cuando
cuentan con una amplia participación de la comunidad intern de Estados, no ocurre lo mismo cuando dicha participación es
más restringida. Es el supuesto del Tra​tado Antártico, o el supuesto, del intento por un grupo parti​cular de Estados de
aplicar un Tratado fuera de la zona donde ejercen su jurisdicción p/ la defensa de sus propios intereses, c/ es el caso de las
denominadas operaciones fue​ra de zona por la O.T.A.N., cuya manifestación más llamativa fue la intervención arma-da en
Kosovo en 1999 y cuya legalidad plantea graves problemas ya denunciados en la doctrina española bastantes años antes.

c) Respecto de otros Tratados


P/ facilitar la comprensión de los diversos problemas, dividiremos la exposición, siguiendo el mismo orden del art. 30
de la CdeV, en cuatro apartados o supuestos:
1- El supuesto excepcional del art. 103 de la Carta de las NU, en el que se dice: «En caso de conflicto entre las oblig
contraídas por los Miembros de las N.U. en virtud de la presente Carta, y sus oblig contraídas en virtud de cualquier otro
Convenio intern, prevalecerán las oblig impuestas por la presente Carta.»
Esto es consecuencia de la naturaleza misma de la O.N.U., cuyo fin primordial es el de «mantenimiento de la paz y
seguridad intern», a cuyo logro quedan subordi​nados la Organización y sus Miembros.
Este Art. ha sido aplicado con rigor por el T.I.J.
2-Otro supuesto muy similar es el contemplado en el nº 2 del art. 30, que dice: «Cdo un tratado especifique que está
subordinado a un tratado anterior o posterior o que no debe ser considerado incompatible con ese otro tratado, prevalecerán
las disposiciones de este último.»
A nuestro juicio, la cuestión planteada es la siguiente: cuando en un Tratado X (su​bordinado) se haga referencia a otro
Tratado Y, considerado por las Ptes expresa// c/ pcpal respecto al Tratado X, prevalecerá el Tratado Y (pcpal o compatible)
sobre las disposiciones del Tratado X, aunque este último sea posterior.
3- Un tercer supuesto es el de dos Tratados sucesivos sobre la misma materia en​tre las mismas Ptes si el segundo no
prevé que su conclusión determinará la termina​ción o suspensión del primero. En este caso se aplicarán las normas del
Tratado anterior sólo en la medida en que sean compatibles con el Tratado posterior. Se trata de una apli​cación parcial del
pcpio lex posterior derogat priori.
4- Un cuarto supuesto se plantea cuando las Ptes en los 2 Trat no son las mismas. En este caso, <da disciplina de la
materia se escinde», debiendo considerarse por sep/do los efectos de los tratados respecto de las relaciones inter se de los E
que son Ptes en los dos tratados, de los efectos que puedan surtir en las rel entre un E que sea Pte en los dos tratados y otro
E que sólo lo sea de uno de ellos. Así, de acdo con el art. 30.4 de la Conv:
1) En las relaciones entre los Estados que sean Ptes en ambos tratados, se aplica la regla que rige en el supuesto
c) anterior.
2) Las relaciones entre un Estado Pte en ambos tratados y otro que sólo sea Par-te en uno de ellos se regirán por
el tratado en e] que los dos Estados sean Ptes.
Nota común a estos dos últimos casos -1) y 2)- es que las soluciones descritas se aplicarán sin perjuicio del art. 41,
relativo a la modificación de los Tratados multilate​rales entre algunas Ptes sola//, y sin perjuicio de lo dispuesto en el art.
60, que se refiere a la terminación o suspensión de un tratado c/ consecuencia de su violación. Hay que señalar, que en la
hipótesis de que un Estado sea Pte en dos tratados incompatibles entre sí con diferentes Estados, no se suscita el problema
de la validez del tratado ulterior, pero el Es​tado en cuestión puede incurrir en resp frente a la otra Pte en el tratado an​terior.

d) Entre las Ptes r respecto de Estados terceros


I) Los Tratados producen plenos efectos entre las Ptes, c/ ya hemos visto al examinar el art. 26 de la CdeV. Sólo las
Ptes pueden limitar estos efec​tos mediante una estipulación en el propio Tratado o por medio de las reservas, proble​mas ya
estudiados tb.
Por «Pte» debemos entender aquel sujeto intern… «que ha consentido en obligarse por el Tratado y con respecto al
cual el Tratado está en vigor» [art. 2.g) de la CdeV].
II) Un problema especial es el relativo a si los Tratados pueden producir oblig y dchos respecto a terceros E. Se
entiende por tales aquellos «que no son Ptes en un Tratado».
La regla general está formulada en el art. 34 de la CdeV: «un Tratado no crea oblig ni dchos p/ un tercer Estado sin su
consentimiento». Esta norma gral admite las sig excepciones:
1) Tratados que establecen oblig p/ terceros Estados: En pcpio, no es posible crear oblig p/ terceros Estados, salvo que
se den determinadas condiciones. La doctrina ha discutido amplia// la cuestión, pasando en los últimos tiempos de una
mayoría adversa a otra favorable en forma condicionada de​bido a la influencia de la jurisprudencia intern.
La doctrina anterior ha pasado al art. 35 del Convenio de Viena, que exige c/ con​diciones: 1.°) que las Ptes en el

Tratado tengan la intención de crear una oblig p/ el Tercer E; 2.°) que el Tercer E acepte de forma expresa y por escrito la
oblig. P/ revocar o modificar una tal oblig se requiere, por el contrario, el consenti- de todas las Ptes en el Tratado y del
Tercer E, a no ser que conste que hubieran convenido otra cosa al respecto (art. 37.1).
2) Tratados que creen dchos en favor de terceros Estados: Con mayor motivo tb por excepción a la regla general
r
pueden c earse dchos a favor de terceros siem​pre que se cumplan determinados requisitos.
ª)
El art. 34 de la CdeV puso las sig condiciones a las estipula​ciones en favor de 3º: 1. que exista la disposición en el
Tratado. Se entiende que en su forma expresa; 2.ª) que los E Ptes hayan tenido intención de conferir un Dcho a un tercer E,
a un grupo o a todos los E; 3ª) que el tercer o terceros E asientan al beneficio concedido. Su asentim- no tiene que ser
ª
necesaria// expreso, y 4. ) que el Tercer E cumpla las condiciones que p/ el ejercicio del Dcho se estipulen en el Tratado o
que posterior// se establezcan sobre la base del mismo.
P/ revocar los dchos originados en un Tratado a favor de terceros, el art. 37.2 de la Convención requiere el
consentimiento del tercer Estado, si consta que el tal Dcho se creó con la intención de que no fuera revocable o modificable.
A sensu contrario, aunque la Convención nada dice al respecto, hay que suponer que si no se previó la irrevo​cabilidad o la
no modificabilidad en el Tratado, podrá ser objeto de revocación o modi​ficación por las ptes sin necesidad de
consentimiento por el Tercer Estado.

3) Los Tratados c/ origen de una costumbre: Un efecto especial de los Tratados es la posibilidad de que a través de
ellos se creen costumbres intern. La Conferencia de Viena ha previsto la posibilidad de que la reglamentación relativa a los
efectos de los Tratados entre las Ptes y respecto de Terceros pudieran servir de asidero p/ negar la validez de ciertas
costumbres, cuya opinio iuris ha sido cimentada a través de su inclusión en los Tratados. La Conferencia de Vie​na, después
de varios debates, incluyó un Art. (el 38) del tenor sig:
«Lo dispuesto en los Arts. 34 a 37 no impedirá que una N enunciada en un tratado llegue a ser obligatoria p/ un tercer
E c/ norma consetudinaria de D.I. reconocida c/ tal.»
4) Referencia a la cláusula de Nación más favorecida: Causa extrañeza en pcpio, que habiéndose reglamentado las
estipulaciones en favor de terceros Estados con tanta am​plitud en la CdeV, no figure en la misma la menor referencia a la
cláusu​la de Nación más favorecida. La razón de tal omisión la encontramos en las discusiones de la Comisión de D.I. que
preparó el Proyecto que luego se discutió en la Conferencia de Viena. En su Sesión de 1964 la citada Comisión decidió
suprimir el es​tudio de la «cláusula» por no considerarla madura p/ la codificación. A petición de va​rios Estados, decidió que
el estudio se hiciera por sep/do, y designó p/ ello c/ Po​nente especial al Prof. Ustor, de Hungría.
Dicha cláusula es «una institución mediante la cual el Estado que la otorga se obliga a extender al Estado beneficiario
de la misma todas las ventajas que concedió o concederá en el futuro a un tercer Estado en los mismos términos que a este
último, y sin que sea preciso ningún nuevo acuerdo p/ ello».
La cláusula tiene un contenido variable y relativo, ya que el beneficio concedido de-pende de los que se hayan
concedido o concedan al Estado más favorecido, y depende tb que se mantengan o no o de que varíen o no los beneficios
otorgados. La referida cláu​sula puede ser concedida unilateral// o en base a la reciprocidad y se emplea en una serie de
materias, las comerciales, aduaneras y fiscales. Tb en lo re​lativo a trato de extranjeros, a la propiedad industrial y literaria, e
incluso a cuestiones de Dcho procesal intern (asistencia judicial y reconocimiento de Sentencias ex​tranjeras). Final//, la
Asamblea General, tras diferir el examen del conteni​do del proyecto durante más de diez años, terminó decidiendo, en 1991,
ponerlo en conocimiento de los Estados miembros y de las organizaciones interesadas a fin de que lo tomen en
consideración si lo consideran oportuno y conveniente, manifestando de esta forma la falta de consenso sobre el contenido.

2. INTERPRETACIÓN DE LOS TRATADOS


A) RAZÓN DE SER
La interpretación es necesaria si los términos y las cláusulas empleados en un nego​cio jco o en una norma no son
claros, y tiene por objeto determinar el verdadero sentido y el alcance de tales términos. La interpretación de los Tratados se
lleva a cabo continua// por la doctrina científica y en la aplicación del D.I., tanto por los Trib internos, cto especial// en la
práctica de las Can​cillerías; su importancia es crucial en caso de diferencias intern cuya solución dependa de la aplicación
de un Acuerdo, lo que exigirá interpretar sus cláusulas.
Aunque la interpretación de los Tratados preocupó desde antiguo a la doctrina internacionalista, el mayor impulso a la
fijación de las reglas de la interpretación lo dio la jurisprudencia de trib internos o intern que facilitaron la codificación
realizada en Viena.

B) CLASES DE INTERPRETACIÓN
a) Por el órgano o Pers. que la realizan: interpretación auténtica, llevada a cabo por las Ptes en el Tratado mismo o
en un acto posterior; doctrinal, llevada a cabo por los juristas por medio de dictámenes, resoluciones y acuerdos de
Institutos cien​tíficos, publicaciones. etc.; judicial, realizada por los órganos judiciales intern y por los Tribunales internos p/
aplicar el D.I.; y diplomática, realizada por los Ministerios de Asuntos Exteriores de los Estados interesados y manifiesta
en Notas Diplomá​ticas, circulares dirigidas a las misiones diplomáticas, e incluso en decisiones de órganos internos no
judiciales, llamados a aplicar el D.I.
b) Por el método empleado: literal o gramatical, si lo que se intenta es determinar el sentido haciendo un simple
análisis de las palabras; teleológica, si se atiende a los fines perseguidos por las normas del Tratado; histórica, si se tiene en
cuenta el momento histórico en que el Tratado se celebró y el significado que los términos tenían en aquel momento, y
sistemática si se tiene en cuenta no sólo la norma a interpretar, sino todas las demás que están ligadas a ella.
c) Por los resultados: interpretación extensiva o restrictiva, según que conduzca a la ampliación de las oblig
dimanantes del Tratado o bien que éstas sean lo menos onerosas posible dentro de la letra de la cláusula interpretada.

C) LAS REGLAS DE INTERPRETACIÓN DE LOS TRATADOS


a) Regla general de interpretación
El T.I.J. ha reiterado en diversas ocasiones que:
«según el D.I. consuetudinario, que ha encontrado su expresión en el articulo 31 de la CdeV de 1969 sobre Dcho de
los Tratados, un tratado debe ser interpreta-do de buena fe conforme al sentido ordinario a atribuir a sus términos en su
contexto y a la luz de su objeto y fin. La interpretación debe estar fundada ante todo en el texto del tratado mismo.»
Esta referencia al carácter de D.I. General del art. 31 de la CdeV no es exclusiva del T.I.J., sino que la encontramos
reiterada en todos los órganos judiciales intern.
Cualquier interpretación de las disposiciones de un Tratado debe realizarse, por tan​to. conf a la regla gral de
interpretación codificada en el art. 31.1 de la CdeV, según el cual:
«Un Tratado deberá ser interpretado de buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos
del Tratado en el contexto de éstos y teniendo en cuenta el objeto y fin.»
Esta regla de interpretación contiene tres pcpios que deben conjugarse entre sí en la tarea interpretadora:
a') El pcpio de la buena fe: Básico en el D.I., y en particular en el Dcho de Tratados, está recogido en el art. 2, párrafo
2, de la Carta de las Naciones Uni​das y en la «Declaración de pcpios inherentes a las relaciones de amistad y a la
coo​peración entre los Estados» preparada por las N.U. La buena fe «representa algo más que una máxima de buen sentido,
pues hay un nivel de evidencia que los Estados no pueden sobrepasar sin faltar al pcpio de la buena fe, aparte de que éste
apunta al fundamento mismo de las oblig en D.I.: lo primero es evidente en las oblig de com​portamiento; lo segundo en uno
de los pcpios básicos del D.I.: pac​ta sunt servanda ».
b´) El pcpio de la primacía del texto: El texto constituye la expresión más acabada de la voluntad de las Ptes. P/
averiguarlo se aplicará el «sentido corriente que haya que atribuirse a los términos». La regla del «sentido claro» significa
que «no está permitido interpretar aquello que no necesite interpretación», de modo «que las palabras deben ser
interpretadas según el sentido que tengan normal// en su contexto, a menos que la interpretación así dada conduz​ca a
resultados irrazonables o absurdos»; «cuando el Tribunal puede dar efecto a la disposición de un Tratado atri​buyendo a las
palabras empleadas un sentido natural y ordinario, no puede interpretar es​tas palabras intentando darles otra significación».
Ahora bien, es importante notar que según el art. 31.4 de la Convención, si consta que la intención de las Ptes fue conferir a
los términos empleados un sentido especial o no usual, se dará preeminencia a tal voluntad.
La determinación del sentido de los términos empleados debe realizarse teniendo en cuenta no sólo el texto estricto
del Tratado sino su contexto. Dicho contexto, p/ los efec​tos de la interpretación, está formado, según indica el mismo art.
31.2 de la Convención, por:
i) el texto del Tratado en sentido estricto, integrado a su vez por tres elementos que forman un todo a los efectos de
interpretación del Tratado: su pte dispositiva (conjunto de disposiciones o Arts. que forman el cuerpo del Tratado) su
Preámbulo (en el que se exponen general// las razones por las que se ha llegado a convenir el

Tratado y sus precedentes histórico jcos) y sus Anexos (en los que general//
se contienen disposiciones complementarias al texto, que de forma muy particularizada reglamentan determinadas
cuestiones);
ii) los Acuerdos que se refieran al Tratado y que hayan sido concertados entre to​das las Ptes y todo instrumento
formulado por una o mas Ptes y aceptado por los demás c/ instrumen​to referente al Tratado.
c') El pcpio que requiere tener en cuenta el objeto e el fin del Tratado p/ su interpretación. Los autores de la
Convención acogieron la interpretación teleo​lógica al incluir éste elemento de interpretación, que «no es una derogación al
pcpio de la autonomía de la voluntad, sino, por el contrario, su consolidación objetiva: el obje​to y el fin de un Tratado son
los elementos esenciales que han sido tenidos en cuenta por la voluntad de las Ptes en el sentido de que éstas rehusarían
admitir todas las libertades que pondrían en peligro este objeto y este fin que ellas libre// han escogido c/ su bien común».
En la aplicación de esta regla gral formada por los 3 pcpios señalados, el intérprete debe tener en cuenta, junto con el
contexto al que hemos hecho referencia, tanto los instrumentos en que pueda constar la interpretación auténtica del tratado,
c/ el entorno normativo. Así, conforme con el art. 31.3 de la Conv, ha​brá de tenerse en cta:
r
a´) «Los acuerdos posteriores ent e las Ptes acerca de la interpretación del Tra​tado o de la aplicación de sus
disposiciones» y «toda práctica ulterior// seguida en la aplicación del Trat por la que conste el Acdo de las Ptes acerca de la
inter​pretación del Trat». En otras palabras, se tra​ta de buscar la interpretación auténtica a través de acdos o prácticas en la
que conste el acuerdo de las Ptes sobre el sentido y alcance de los términos em​pleados.
b') Las normas pertinentes de D.l. aplicables a las relaciones entre las Ptes, dado que el Tratado no es un elem aislado,
sino una pieza integrante del sist normativo del D.I.

b) Medios complementarios de interpretación


C/ ha señalado el T.I.J., aunque la interpretación debe basarse ante todo en el texto del Tratado: «puede ser necesario a
título complementario acudir a medios de interpretación tales c/ los tra​bajos prep/torios y las circunstancias en las que el
tratado ha sido concluido».
Ésta es la finalidad del art. 32 de la Convención, que establece que el intérprete, a fin de confirmar el sentido de la
interpretación resultante de la aplicación del art. 31, o de determinar el sentido cuando la interpretación dada según el art. 31
deje ambiguo u os-curo el sentido o conduzca a un resultado manifiesta// absurdo o irrazonable, podrá recurrir a medios de
interpretación complementarios, y en particular (lo que da a la enu​meración que sigue un carácter de numerus apertus,
mera// ejemplificador a dos:
a´) Los trabajos prep/torios, que permiten en muchos casos determi​nar la intención de las ptes en un Tratado con
cierta aproximación, y que son cita-dos con gran frecuencia en los litigios intern debido a la concepción volun​tarista que
convierte tal intención en objeto central de la interpretación de los Tratados.
b´)Las circunstancias de celebración del Tratado. Al incluirlas, la Con​ferencia consagró la posibilidad de efectuar la
«interpretación histórica».
r
No obstante, el ca ácter complementario de estos medios lleva consigo una conse​cuencia especial// importante:
aunque debe acogerse la interpretación que mejor con​cilie el resultado de la aplicación de la regla general y la utilización de
los medios com​plementarios, en caso de llegar a resultados contradictorios según apliquemos la regla general o nos fijemos
en los trabajos preparatorios, debe primar la interpretación obteni​da por la aplicación de la regla gral si esta es precisa y
clara y su resultado es razo​nable.

c) Reglas específicas p/ la interpretación de los tratados autenticados en varias lenguas


Es suma// frecuente que los Tratados estén redactados y autenticados en varias lenguas. En ese caso, conforme al art.
33.1 de la Convención, el texto hará igual// fe en cada idioma a menos que el Tratado disponga o las ptes convengan que en
caso de discrepancia prevalecerá uno de los textos. Ello supone que, c/ hizo el T.I.J. que fue intención de las ptes el escoger
términos sinónimos en cada una de las lenguas.
Sin emb, la versión del Trat en idioma distinto a aquel en el que haya sido au​tenticado sólo será considerada c/
auténtica si el Trat así lo dispone o las ptes así lo convinieren.

Otras reglas del art. 33 de la Convención son: 1.ª) la presunción de que los términos tienen igual sentido en todos los
textos que hacen fe; 2.ª) si existen diferencias, habrá que recurrir en primer término a las normas de los arts. 31 y 32, y, si
éstas no condujeran a un resultado satisfactorio, se «adoptará el sentido que mejor concilie los textos, habida cuenta del
objeto y el fin del Tratado».

d) Otras reglas de interpretación no recogidas en la Convención


a´) Según la máxima del «efecto útil» la interpretación de una cláusula de un Tratado debe hacer posible que la misma
cumpla la función práctica o realice la misión po​lítica p/ la que fue concebida, alcanzando su objeto y su fin. El intérprete
debe supo​ner que los autores del Tratado han elaborado la disposición p/ que se aplique, de forma que, entre las varias
interpretaciones posibles, debe escoger aquella que permita su apli​cación específica. Pero, según el T.I.J., la aplicación de
esta máxima no puede hacerse sin tener en cuenta la letra y el espíritu de la cláusula interpretada, ya que el Tribunal está
llamado a interpretar los Tratados, no a revisarlos.
b´) La «interpretación restrictiva» es otra regla que tradicional// ha sido em​pleada por la jurisprudencia intern en los
casos de limitaciones de soberanía, en los que «en caso de duda, una limitación de soberanía debe ser interpretada
restrictiva//».

3. ENMIENDA Y MODIFICACIÓN DE LOS TRATADOS


En la terminología anterior a la CdeV se utilizaba el vocablo «revi​sión». Ella estaba prevista por el art. 19 del Pacto
de la S.D.N., en que se decía:
«La Asamblea podrá, en cualquier tiempo, invitar a los miembros de la Soc a proceder a un nuevo examen de los
Tratados que se hubieran hecho inaplicables, así c/ de las situacio​nes intern, cuyo mantenimiento podía poner en peligro le
paz del mundo.»
Este Art. no tuvo aplicación satisfactoria, y no sería recogido en su tenor literal ni por la Carta de las Naciones
Unidas, ni por la CdeV sobre el Dcho de Tratados.
La revisión puede estar prevista en el propio Tratado, c/ ocurre p/ la Carta de las N.U. en el art. 109 de la misma; pero
salvo p/ los Tratados creadores de Organiza​ciones intern, en que es previsible la necesidad de adaptar la Organización a la
evolución de la misma, lo normal es que los Tratados no tengan una cláusula expresa de revisión.
En la CdeV, se reglamenta la cuestión den​tro de otra más amplia, cual es la relativa a la enmienda y modificación de
los Tratados. En la concepción manifestada en esta Convención la diferencia fundamental entre la en​mienda y la
modificación consiste en que la primera es un proceso de revisión abierto a todos los Estados contratantes, mientras que la
segunda está reservada sólo a un grupo de ellos.

A) LA ENMIENDA DE LOS TRATADOS

a) La regla general, contenida en el art. 39, prevé la posibilidad de enmienda de to​dos los Tratados, con la única
condición de que sea por acuerdo ente las Ptes. El procedimiento p/ llevarla a cabo, salvo que se estipule otra cosa, será el
mismo que el empleado p/ la celebración de los Tratados y su entrada en vigor.

b) Las reglas específicas sobre la enmienda de los Tratados multilaterales son las sig:
1. Atenerse, en primer lugar, a lo que disponga el Tratado sujeto a enmienda.
2. A falta de estipulación expresa, se notificará la propuesta de enmienda a todos los Estados contratantes quienes
podrán participar:
i) en la decisión sobre las medidas que haya que adoptar (aceptarla, oponerse a ella, etc.) con relación a tal propuesta:
ii) en las negociaciones y en la celebración de cualquier Acuerdo de enmienda.
3. Todo Estado facultado p/ llegar a ser pte en el Tratado original podrá serlo del Tratado enmendado.
4. Por último, en cuanto a la obligatoriedad del Acuerdo anterior, o no enmenda​do, y del nuevo Acuerdo se distingue
entre:
i) Aquellos Estados que sean ptes en el Acuerdo no enmendado, o pcpal, pero que no den su consentimiento en
obligarse en el nuevo Acuerdo, seguirán rigiéndose en sus relaciones mutuas por el Acuerdo primitivo.

ii) Aquellos Estados que sean ptes en el Acuerdo no enmendado, o pcpal, y además den su consentimiento en
obligarse por el nuevo Acuerdo, se regirán en sus rela​ciones mutuas por el Acuerdo en su forma enmendada y en sus
relaciones con los que no hayan dado su consentimiento por el Acuerdo en su forma original.
iii) Aquellos Estados que lleguen a ser Ptes en el Acuerdo después de la entrada en vigor de la enmienda se regirán
por el Acuerdo en su forma enmendada, salvo en sus relaciones con los Estados que no hayan aceptado la enmienda, con
que se regirán por el Acuerdo en su forma original.

B) LA MODIFICACIÓN DE LOS TRATADOS


Dos o más Estados Ptes en un Tratado multilateral podrán modificarlo concluyen-do otro que regla// sus relaciones
mutuas. Se trata, pues, de la creación de un régi​men especial que, según el art. 41 de la CdeV, estará sometido a las
ri​gurosas condiciones sig:
a) Que esté prevista en el propio Tratado, o
b) sin estar prohibida por él, que:
• no afecte a los dchos u oblig de las demás Ptes;
• no sea incompatible con el objeto y el fin del Tratado; y
• que las ptes interesadas notifiquen a las demás ptes la intención de celebrar el Acuerdo y la modificación del
Tratado que en tal acuerdo se disponga.

4. NULIDAD, SUSPENSIÓN DE LA APLICACIÓN Y TERMINACIÓN DE LOS TRATADOS


En los 3 supuestos enumerados podemos decir, que el Tratado o las oblig de él dimanantes han entrado en crisis.
La gravedad que una tal situación, antítesis de la norma pacta sunt servanda, hizo que al codificarse en Viena el Dcho
de Tratados se hayan puesto una serie de trabas p/ disminuir, en la medida de lo posible, los efectos que la nulidad,
anulabilidad, terminación y suspensión puedan acarrear. Las referidas limitaciones son (arts. 42 a 45), las sig:
1ª. Que la validez de un Tratado o el consentimiento prestado al mismo sólo pue​dan impugnarse sobre la base de la
CdeV.
2ª. Que la terminación, denuncia, retirada o suspensión de un Trat sólo pueda hacerse en aplicación de las N del
propio trat o de la CdeV so​bre el Dcho de los Tratados.
3ª. Que la nulidad, terminación, retirada o suspensión no menoscaben el deber del Estado de cumplir las oblig a que
esté sometido por normas del D.I. distintas a las del Tratado en cuestión.
4ª. El Dcho a denunciar, retirarse o suspender un Tratado no podrá ejercerse so​bre oblig parciales, sino sobre la
totalidad del Tratado, salvo que el mismo dis​ponga otra cosa o las Ptes así lo convinieren. Con ello se intenta evitar que los
Estados se desliguen de las cláusulas onerosas y se beneficien de las que les sean favorables. Por otro lado, se pone en
evidencia que los Tratados forman un conjunto.
5ª. Las causas de anulabilidad no podrán alegarse más que sobre el Tratado concreto en su conjunto y no sobre det
cláusulas, salvo que las cláusulas sean sep/bles del resto del Tratado en lo que respecta a su aplicación, conste por el Tratado
mismo o de otro modo que la aceptación por las Ptes de dichas cláusulas no ha sido la base esencial p/ que prestaran el
consentimiento en su conjunto o que la continuación del cumplimiento del resto del Tratado (sep/das las cláusulas que se
denuncian) no sea injusta.
6ª. Se pierde el Dcho a alegar la causa de anulabilidad, terminación, retirada o suspensión cuando, conocidos los
hechos por el Estado, éste ha convenido su continuación o se comporte de tal manera que pueda deducirse su aquiescencia a
la validez, con​tinuación en vigor o aplicación del Tratado.

A) CAUSAS DE NULIDAD DE LOS TRATADOS


En el régimen de la CdeV, se puede distinguir entre causas de nuli​dad absoluta, en las que no cabe la confirmación o
convalidación del tratado nulo, y cau​sas de nulidad relativa o anulabilidad, respecto de las que sí es posible esta
eventualidad.
a) La nulidad absoluta se da en los siguientes casos:
1. Cuando el consentimiento en obligarse ha sido conseguido por coacción sobre el representante del Estado mediante
actos o amenazas (art. 51).

2. Cuando la celebración del Tratado se ha conseguido por la amenaza o el uso de la fuerza, en violación de los
pcpios del D.l. contenidos en la Carta de las N.U. (art. 52 de la Convención). La amenaza en este caso está dirigida contra el
Estado mismo.

3. Cuando el Tratado en el momento de su celebración esté en oposición a una nor​ma imperativa (ius cogen) de D.I.
General (art. 53). Se entiende por tal una norma aceptada y reconocida «por la Comunidad intern en su conjun​to c/ norma
que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser modificada por una norma ulterior de D.I. General que tenga el
mismo carácter».
b) La nulidad relativa o anulabilidad supone la existencia de una causa de nulidad del Tratado pero respecto del que
cabe la posibilidad que se vea convalidado por un acuerdo expreso entre las ptes o por un comportamiento tal que equivalga
a una aquiescencia. A tenor del art. 45 de la CdeV, las causas de nulidad relativa son las siguientes:

1. ​
La manifestación del consentimiento en violación manifiesta (objetiva// evidente p/ cualquiera que actúe
conforme a la práctica usual y a la buena fe) de una N de importancia fundamental del Dcho interno relativa a la
competencia p/ celebrar Tratados (art. 46).
2. Cuando el representante del Estado tenía una restricción específica y notificada ,1 los demás en sus poderes p/
manifestar el consentimiento del Estado (art. 47).
3. En caso de error sobre una situación que sea base esencial del consentimiento, siempre que el Estado que lo alega
no contribuyera con su conducta al error o las circunstancias fueran tan evidentes que estuviera advertido de él. El error
debe venir refe​rido a un hecho o situación, no pudiéndose alegar el error de dcho, ni el error en la redacción del texto (art.
48).
4. En los casos de dolo, entendiéndose por tal el que deriva de una conducta frau​dulenta de otro Estado
negociador (art. 49).

5. En los casos de corrupción del representante de un Estado, efectuada directa o indirecta// por otro Estado
negociador (art. 50).

B) LA SUSPENSIÓN DE LOS TRATADOS


La suspensión, por su naturaleza, es de orden temporal. El Tratado durante un cierto tiempo deja de producir efectos
jcos, pero permanece en vigor. En esto se diferen​cia clara// de la extinción. La suspensión se puede presentar sola o c/ una
alternativa a la terminación, se​gún la CdeV., distinguiremos ambos supuestos:
a) En los casos en que la suspensión se presenta c/ una alternativa junto con la terminación son los siguientes:

1) Cuando haya habido una violación grave por una de las Ptes. En estos casos se puede pedir la suspensión total o
parcial (art. 60).
2) Por la imposibilidad temporal de cumplimiento (art. 61).
3) En los casos de haber sobrevenido un cambio fundamental de circunstancias (art. 62.3).
b) En el 2º de los supuestos nos encontramos con los casos de suspensión sim​ple y son los sig:
1) Cuando el tratado así lo prevea [art. 57.a)].
2) Cuando todas las ptes lo consientan, previa consulta con los demás Estados Contratantes [art. 57.b)].
3) Por medio de un acuerdo entre dos o más Ptes, siempre que esté previsto en el Tratado o no esté prohibido en él. En
este segundo caso cabe el acuerdo de suspensión, siempre que no afecte a los dchos y al cumplimiento de las oblig por las
demás Ptes y no sea incompatible con el objeto y fin del tratado cuyos efectos se suspen​dan (art. 58).

4) C/ consecuencia de un acuerdo posterior sobre la misma materia. P/ que el tratado originario o primero quede
suspendido es necesario que se desprenda así del Tratado posterior o conste de otro modo (art. 59).
5) La guerra puede suspender tb la aplicación de los Tratados, en las condi​ciones señaladas p/ el cambio fundamental en
las circunstancias o la imposib tem​poral de cumpli-.
6) El estado de necesidad, en las condiciones señaladas p/ la imposibilidad tem​poral de cumplimiento, en los términos
que veremos en la pregunta siguiente.

C) LA TERMINACIÓN DE LOS TRATADOS: SUS CAUSAS


El origen de la extinción de los Tratados no está, en ningún vicio de consentimiento o en su incompatibilidad con
normas esenciales del D.l., sino, general//, en situaciones sobrevenidas cuando el Tratado conserva aún su validez o en
decisiones de las Ptes, posteriores a su entrada en vigor.
La extinción o terminación puede ser debida a causas muy variadas pero, c/ ha reconocido expresa// el T.l.J, debe
considerarse que las reglas relativas a la extinción y a la suspensión de la aplicación contenidas en la CdeV son declarativas
del D.I. gral. Ello supone, que en ausencia de estipulación expresa contenida en el Tratado o si no consta que fue intención
de las ptes admitir la posibilidad de denuncia o retiro: «No habiendo convenido otra cosa las ptes, el Tratado no podrá
terminar más que por los motivos enumerados limitativa// en la CdeV».
No obstante, se plantean algunos problemas con otras causas no previstas expresa// en la Convención.

a) Circunstancias contempladas en la CdeV c/ causas de termi​nación:

1) Conforme a las disposiciones del propio Tratado [art. 54.a)].


2) Por consentimiento de todas las Ptes, después de consultar a los demás Estados contratantes [art. 54.b)].
3) Por denuncia, siempre que conste la intención de las Ptes en autorizarla o se deduzca de la naturaleza del Tratado
(art. 56).

4) Por abrogación tácita, es decir cuando todas las Ptes ce​lebren posterior// otro Tratado sobre la misma materia y
conste o se deduzca la intención de las Parles de regirse por el tratado posterior. Tb en los casos en que los Tratados sean
incompatibles o no aplicables simultánea// (art. 59).
5) C/ consecuencia de una violación grave del Tratado, se faculta, a la otra Pte en los Tratados bilaterales y a las otras
Ptes unánime// en los multilaterales, p/ darlo por terminado. Se considerará c/ violación grave tanto un rechazo del Tratado
no admitido por la CdeV c/ la violación de una disposición esencial p/ el objeto y fin del tratado en concreto (art. 60).
6) Por imposibilidad de subsiguiente cumplimiento, c/ consecuencia de la desaparición o destrucción definitivas de un
objeto indispensable p/ dicho fin (art. 61). C/ ha señalado el T.I.J: «la imposib de cumpli- puede ser invocada p/ la
terminación de un Tratado por una pte en el mismo cuando esta imposibresulte de la violación por esa pte de una oblig
derivada de dicho Tratado.».

7) Por un cambio fundamental de las circunstancias existentes en el momento de la celebración del Tratado no
previsto por las Ptes y siempre que a') la existencia de dichas circunstancias constituya una base esencial del consenti-; b')
dicho cambio tenga por efecto modificar radical// las oblig que aún deben cumplirse; c') el Tratado no establezca una
frontera, o d') el cambio de circunstancias no resulte de una violación de la Pte que lo alega (art. 62).
Esta última causa, ha sido objeto de un amplio desarrollo y debate doctrinal en el seno de la propia Comisión de D.I.
de las N.U. En el Art. que fue aprobado en la Conferencia de Viena se tomaron una serie de caute​las p/ evitar una aplicación
indiscriminada o un abuso de la misma. En expresión es​pecial// clara del T.l.J un cambio fundamental de las circunstancias:
«debe ser de una naturaleza tal que tenga por efecto transformar radical// el contenido de las oblig que queden por
ejecutar en el tratado [...] debe ser imprevisto; las circunstancias exis​tentes en la época en que el Tratado fue concluido
deben haber constituido una base esencial del consentimiento de las ptes en obligarse por el tratado. El hecho de que el art.
62 de la CdeV esté redactado en términos negativos y condicionales indica clara//, por otra parte, que la estabilidad de las
relaciones convencionales exige que el argumento basado en un cam​bio fundamental de las circunstancias no pueda
aplicarse más que en casos excepcionales».
8) La aparición de una nueva norma imperativa de D.I. General (de ius cogens) hará que todo Tratado existente que
se oponga a la misma se convierta en nulo y se dé por terminado (art. 64).

b) Circunstancias excluidas en la CdeV c/ causas de termina​ción:


Conforme a las disposiciones de la CdeV, no son causas de termina​ción de un Tratado:
1) La reducción del número de Ptes hasta un número inferior al necesario p/ la entrada en vigor (art. 55).
2) La ruptura de relaciones diplomáticas o consulares (art. 63).

c) Circunstancias no contempladas en la CdeV c/ causas de ter​minación:

1) La llegada al termino final, cuando el Tratado haya sido estipulado p/ una duración determinada, si bien esta
causa puede considerarse englobada en la de terminación prevista en el art. 54.a) de la Convención.
2) La guerra c/ causa de terminación ha sido una cuestión discutidísima. Sin duda por ello y porque existen en
la CdeV otras causas que pueden surtir los mismos efectos extintivos que la guerra, y que real// subsumen a esta
última, no ha sido contemplada según creemos en la Convención c/ figura independiente.
Hasta la Primera Guerra Mundial era cuestión práctica// admitida. En los Tratados de Paz de 1919-1920 se distinguió
ya entre los Tratados bilaterales, que quedaban todos extinguidos, y los multilaterales, en que se determinaba taxativa// los
que deberían ser aplicados, y entre ellos, los que se sometían a condiciones particulares p/ su aplicación. Después de la
Segunda Guerra Mundial, y de manera especial en el Tratado de Paz con Italia, se reglamentó la suerte de los Tratados
bilaterales en el sentido de que los aliados comunicarían en un plazo de seis meses aquellos que deseaban mantener o de​bían
continuar en vigor. Respecto a los tratados multilaterales no hay una cláusula general en el referido Tratado de Paz.
Así la guerra no es considerada hoy c/ causa extintiva de todos los Tratados, ha​biéndose extendido la práctica de
insertar en los Tratados de paz disposiciones p/ regu​lar la suerte de los Tratados estipulados por los beligerantes antes del
inicio de la guerra, bien p/ abrogarlos, pero no por la guerra, sino sólo por efecto del Tratado de paz, o bien p/ ponerlos de
nuevo en vigor, lo que significa que tan sólo se había suspendido su aplicación. Los Tratados de Alianza, asistencia mutua,
de tráfico aéreo, etc., quedarán lógica// terminados, mientras otros quedarán en suspenso por imposibilidad de
cumplimiento.
3) El estado de necesidad. Esta ha sido tb una causa invocada en diversas ocasiones por la doctrina y fue una de
las causas alegadas por Hungría ante el T.I.J, el cual sostuvo: «El estado de necesidad no puede ser invocado más que
p/ exonerar de su responsabilidad a un Estado que no ha ejecutado un Tratado. Incluso si se considera que la
invocación de este motivo está justificada, el Tratado no terminará por este motivo; puede estar privado de efectos en
tanto el estado de necesidad persista; puede estar inoperante de hecho, pero sigue en vigor a menos que las ptes lo
extingan de común acuerdo. Desde el momento en que el estado de necesidad desaparezca, el deber de acomodarse a
las oblig derivadas del Tratado renacerá»
.Estamos, por tanto, ante una posible causa de suspensión, pero no ante una causa de terminación de los Tratados.
4) En los casos de extinción del sujeto intern, los Tratados quedarán afectados y en su mayor pte extinguidos.

D) LA RETIRADA DE LAS PTES EN LOS TRATADOS


La retirada de las Ptes en un Tratado supone, en general, la extinción de las oblig dimanantes del mismo p/ la
Pte que se retira. La CdeV reglamenta esta figura jca junto con la terminación. La retirada puede darse en los
siguientes casos:
1- Cdo lo prevea el Tratado;
2- con el consentimiento de todas las Ptes;
3- cdo conste que las Ptes admitieron esta posibilidad;
4- cdo el Dcho a retirarse se pueda deducir de la naturaleza del tratado;
5- por imposibilidad de cumplimiento del tratado, bajo las condiciones establecidas por el art. 61 de la CdeV, y
6- por un cambio fundamental de circunstancias en las condiciones previstas en el art. 62 de la CdeV.
Tanto el procedimiento p/ los casos de nulidad, terminación, retirada y suspensión c/ sus consecuencias son
reglamentados en la Sección 4.º (arts. 65 a 68) y Sección 5.° (arts. 69 a 72) de la CdeV. Estas reglas de procedimiento, c/ ha
señalado el T.I.J., “si bien no codifican el Dcho consuetudinario, contienen ciertos pcpios de procedimiento que tienen por
fundamento la oblig de actuar de buena fe”
BOLILLA 5
LA PERSONA HUMANA COMO SUJETO DE D.I.
Por excelencia, son los Estados y las organizaciones internacionales. La persona humana es destinataria de todo lo que
suceda. Hubo una evolución donde la persona humana es objeto de protección y a su vez comete determinados abusos
llamativos para la comunidad internacional. Por eso la Comunidad Internacional decide hacer responsable a esa persona.
Nace en la GMII para decirle “usted hizo tal cosa”. Se instutucionalizó en el juicio de Nüremberg. Se lo trajo al individuo
para que responda. Pero muchas veces sucede al revés. Es el individuo el que necesita de las instancias internacionales para
reclamar algo, ejemplo, en DDHH, en materia ambiental, etc.

Nacionalidad y ciudadanía: conceptos necesarios.


• Nacionalidad: vínculo jurídico político que une a un invididuo con un E que lo considera tal.
Para otorgar nacionalidad: Nacionalidad por origen
o Ius sanginis: Como la mentalidad de mi población es emigrar, entonces se aplica este principio para decir
que los padres son los que dan la nacionalidad
o Ius solis: Todos los que nazcan en el territorio son nacionales. Ejemplo, Argentina. Favorece una política de
inmigración. El que le da crianza al individuo es la sociedad que lo contiene.
Al DI no le interesa tanto, pero sí evitar conflictos entre estados y que una persona tenga una nacionalidad y no más
de una. Apátrida: no es considerado nacional por parte de ningún estado.
Nacionalidad derivada:
Cuando una persona adquiere una nacionalidad distinta a la de origen.
• Ciudadanía:
A) LA CUESTIÓN DE LA SUBJETIVIDAD INTERN DEL INDIVIDUO EN EL TERRENO DOCTRINAL
Se sigue discutiendo en la doctrina iusinteracionalista sobre si los individuos, son o no sujetos del D.I. Ya hemos
indicado, al hablar de la subjetividad intern en general, que no basta, p/ ser considerado sujeto del orden jurídico intern, con
ser beneficiario de un dcho o estar afectado por una oblig, sino que se requiere una aptitud p/ hacer valer el dcho ante
instancias intern o p/ ser responsable en el plano intern en caso de violación de la oblig. Desde esta perspectiva, que se
refiere a la capacidad de actuar en ese pla​no, es preciso decir que el individuo no puede ser reconocido, c/ advierte Diez de
Velasco, en el D.I. particular de deter​minadas organizaciones intern es posible encontrar algunos fuertes asideros p/ sostener
la posibilidad de llegar a una subjetividad intern del individuo en senti​do amplio. Entre tanto, es posible sostener que, en ese
contexto restringido del D.I. particular de algunas organizaciones intern, al individuo ya se le reconoce la titularidad de
ciertos dchos y oblig de carácter intern y, excepcional//, una cierta capacidad p/ hacer valer esos dchos ante órganos intern o
p/ in​currir en responsabilidad intern por la violación de esas oblig.
Constituye un tópico en la doctrina actual la apreciación de que, en un esfuerzo de su​peración de la clásica concepción
del D.I. en cuanto orden regulador de las relaciones en​tre Estados —con la consiguiente separación radical entre el D.I. y el
Dcho interno—, el D.I. ha sufrido a partir de pcpios del presente siglo, con la irrupción de prácticas c/ la intervención por
causa de humanidad o la protección de las minorías, un proceso de humanización y de socialización progresivo, añadiendo a
sus fun​ciones tradicionales la de velar por los intereses de los individuos y de los pueblos.
Se va abriendo paso a una tendencia a reconocer una cierta personalidad jurídica intern del individuo, si bien todavía
sujeta a fuertes restricciones.
B) LA PROTECCIÓN DE LOS DCHOS DEL INDIVIDUO Y LA CAPACIDAD DF ÉSTE P/ ACCEDER A LAS
INSTANCIAS INTERNACIONALES
r
a) La existencia de normas ju ídicas intern aplicables a los individuos
Mediante acuerdos intern, los Estados han ido estableciendo diversas nor​mas dirigidas a la protección de intereses
individuales o de grupo. Y si bien el ser bene​ficiario de esas normas no convierte al individuo en sujeto del D.I., tampoco se
le puede reducir por ello a la condición de mero objeto de este orden jurídico. Siguiendo a Rousseau, podemos identificar
entre dichas normas aquellas que protegen al individuo en su vida (prohibición de la piratería, reglas del Dcho de la guerra),
en su trabajo (parte XIII del Tratado de Versalles instituyendo la O.I.T., convenios intern de trabajo), en su libertad
(abolición de la esclavitud, abolición del trabajo forzado), en su salud y moralidad (reglamentación de la producción y del
tráfico de estupefacientes, represión de la circulación de publicaciones obscenas). Este desarrollo normativo se ve hoy
coronado por un conjunto de normas sustantivas y procesales adoptadas, bien en el plano universal (N.U., O.I.T.,
U.N.E.S.C.O., O.M.S.), bien en el plano regional (Consejo de Europa, Unión Europea, O.E.A., O.U.A.), cuyo objeto es la
protección intern de los dchos humanos. Dentro del corpus iuris que vela por el respeto de los dchos humanos, nos
encontramos con textos convencionales (Con​vención Americana de dchos humanos de 1969) y textos no convencionales
(entre ellos alguno de tanta relevancia jurídica y política c/ la Declaración Universal de Dchos Humanos de 1948), con
textos que contienen listas de dchos(Pactos intern de dchos humanos de 1966) y tex​tos relativos a dchos específicos
(Convenio p/ la prevención y la sanción del delito de genocidio de 1948, Convención contra la tortura y otros tratos y penas
crueles) o a ciertas categorías de personas (Convención sobre el estatuto de los refugiados de 1951).
b) La capacidad de actuar del individuo ante órganos intern

​Ante un acto ilícito intern de un Estado en perjuicio de un individuo que no ostenta su nacionalidad, la regla
general sigue siendo hoy que el individuo perjudicado no puede entablar una acción o presentar una petición ante órganos
intern contra ese Estado, quedándole la alternativa de recurrir contra el acto en el plano del Dcho interno del Estado
infractor y, en caso de no obtener satisfacción por esta vía, acudir al Estado del que es nacional a fin de que sea éste, si
decide interponer en su favor la protección diplomática, quien recla​me contra aquel Estado en el plano intern. La evolución
jurídica re​ciente muestra algunas grietas en este pcpio, c/ ponen en evidencia algunas reglas convencionales que conceden a
ciertos individuos el acceso a tribunales intern de arbitraje o, en el contexto de la protección de los dchos humanos, a
órganos específicos de garantía y control.
En la práctica intern se registran casos diversos de concesión a los particulares de la posibilidad de acceder, en defensa
de sus dchos o intereses, a órganos intern, algunos de carácter judicial (tribunales intern) y otros sin tal carácter.
En lo que se refiere a los órganos de carácter judicial, en la doctrina suele citarse el precedente de la XII Convención de
La Haya de 18 de octubre de 1907, nunca entrada en vigor, no obstante en virtud de la cual se creaba un Tribunal Intern de
Presas ante el que podría interponerse, según el art. 4 de la Convención, recurso por parte de una potencia neutral o de un
particular perteneciente a la potencia neutral o beli​gerante. En la actualidad, cabe hacer referencia del sistema europeo de
protección de esos dchos en el Con​sejo de Europa, en cuyo marco, a partir de la entrada en vigor en 1998 del Protocolo
nú​mero 11 del Convenio europeo de 1950, se abre la posibilidad p/ los particulares, una vez desaparecida la Comisión
Europea de Dchos Humanos, de presentar directa// reclamaciones («demandas individuales») ante el Tribunal Europeo de
Dchos Hu​manos, que pasa a erigirse en institución única del sistema de protección.
En lo que se refiere a los órganos sin carácter propia// judicial, la práctica intern, es mucho más amplia y menos tímida,
y refleja la configuración de un poder procesal de los individuos p/ poner en marcha la ac​tuación de órganos específicos de
ciertas organizaciones intern con vistas a que valoren el comportamiento de los Estados respecto de normas intern que
conceden a los individuos determinados beneficios.
Dentro de las realizaciones actuales, se debe hacer referencia, en el ámbito de la pro​tección a escala universal de los
dchos humanos, a diversos mecanismos, unos con​vencionales y otros extraconvencionales, de salvaguardia de esos dchos a
través de la intervención de distintos órganos de las N.U. o de algunos de sus organismos especiali​zados c/ la U.N.E.S.C.O.
y la O.I.T..
En cuanto a los mecanismos convencionales, existen algunos en cuyo marco los in​dividuos o grupos de individuos están
habilitados p/ presentar ante ciertos órganos y bajo ciertas condiciones quejas contra el Estado bajo cuya jurisdicción se
encuentran por presunta violación de algunos de los dchos consagrados en ciertos convenios intern: se trata de
procedimientos contradictorios seguidos ante órganos c/ el Comité p/ la eliminación de la discriminación racial, el Comité
contra la tortura y el Comité de Dchos Humanos. Es cierto que, dependiendo la posibilidad de los individuos perjudicados
de acudir a estos órganos de la previa aceptación de su competencia por parte de los correspondientes Estados (a través de
una declaración unilateral ad hoc o, en el caso del Comité de Dchos Humanos, mediante la ratificación del citado Protocolo
facultativo), la escasa cantidad de actos de aceptación en la práctica reduce considerable// la universalidad y, por ende, la
efi​cacia del sistema.
En cuanto a los mecanismos extraconvencionales, se han es​tablecido. sin base en convenios específicos y en virtud de
ciertas resoluciones del Consejo Económico y Social de las N.U., unos procedimientos entre los que sobresalen los
«procedimientos públicos especiales» de la Resolución 1235 (XLII) de dicho órgano de 6 de junio de 1967— p/ estudiar las
si​tuaciones de violación de dchos humanos, procedimientos en los que las comunica​ciones de los particulares afectados,
presentadas ante relatores especiales o grupos de tra​bajo, desempeñan un papel muy importante c/ fuentes de información.
En el marco de ciertos sistemas convenciona​les regionales, c/ el de la Convención Americana de Dchos Humanos
suscrita en San José en 1969, se reconoce expresa// la legitimación activa de los particulares p/ introducir denuncias ante
órganos de naturaleza cuasi-jurisdiccional, c/ la Co​misión Interamericana de Dchos Humanos, bajo ciertas condiciones.
C) LA VERTIENTE PASIVA DE LA SUBJETIVIDAD: LA CAPACIDAD DEL INDIVIDUO P/ VERSE ATRIBUIDA
RESPONSABILIDAD EN EL PLANO INTERN
No existe, en pcpio, obstáculo p/ considerar al individuo c/ sujeto de una conducta que constituya en sí misma un acto
intern// ilícito, esto es, una violación de una oblig derivada de una norma de D.1. Nada se opone, tam​poco, a la posibilidad
de una incriminación intern del individuo por la comisión de ciertos actos delictivos que son contrarios a ciertas exigencias
básicas de la convivencia intern.
Ahora bien, el DI suele limitarse a establecer en estos casos, por vía de tratado intern, los tipos penales aparejados a
tales transgresiones, resignando en los Estados la tarea de su punición. En efecto, dejando aparte los supuestos
excepcionales, lo habitual es que sea el Dcho interno, a través de órganos y procedimientos estatales, el que se encargue de
dilucidar las consecuencias penales de la comisión por el individuo de esos delitos intern (ver las sig de los 4 Convenios de
Ginebra de 1949 p/ la protección de las víctimas de la guerra: art. 49 del 1 Convenio, art. 50 del II Convenio, art. 129 del III
Convenio, art. 146 del IV Convenio).
La conclusión sería, que en supuestos todavía excepcionales, susceptibles de expansión al hilo de los progresos que se
logren en el proceso de humanización del D.I., el individuo puede verse exigida una responsabilidad intern directa por actos
que por su gravedad atenten contra cier​tos intereses básicos de la comunidad intern.
LA NACIONALIDAD
A) CONCEPTO

P/ algunos se trata de un status civil otorgado a un individuo o persona jurídica por el ordenamiento jurídico de un
Estado.
P/ otros, noción que nos parece más exacta, se considera c/ un vínculo que liga a un individuo con una determinada
organización política estatal, determinando la perte​nencia jurídica de una persona a la población de un Estado. Existen pues
dos partes en el vínculo: de un lado, la organización política estatal y, de otro. la persona física o la jurí​dica aunque la
doctrina ha discutido sobre la nacionalidad de éstas, es un concepto admitido en la práctica y la jurisprudencia intern y
reconocido en todas las legislaciones internas. Al tratarse de un vínculo entre una persona y un Estado, resulta evidente que
las organizaciones intern no tienen nacionales, y el hecho de que ejerzan cierta protección a determinadas personas ​
no supone la concesión de una nacionalidad o una institu​ción equivalente a ella.
Ello no impide, sin embargo, que en el marco de ciertos ámbitos de integración especialísimos puedan aparecer formas
nuevas que se asemejan al vínculo al que nos veni​mos refiriendo. Se trata, en particular, del caso de la «ciudadanía europea»
nacida en el ámbito de la Unión Europea. Esta nueva institución define un modelo de relación entre el «ciudadano europeo»
y la Unión que, a su vez, le otorga un estatuto especial en el ám​bito de la Comunidad Europea, a través del reconocimiento
de un conjunto de dchos que puede ejercer bien sea ante las instituciones de la Unión bien frente a los Estados miembros.
Dicho estatuto, que contribuye a reforzar la protección de que goza el particu​lar, no sustituye al vínculo de nacionalidad que
une al ciudadano y al Estado. Por el contrario, se trata de un vínculo de segundo nivel que se superpone a la na​cionalidad, ya
que tan sólo se reconoce la ciudadanía de la Unión a aquellas personas que previa// sean nacionales de uno de los Estados
miembros.
B) LA DETERMINACIÓN DEL RÉGIMEN JCO DE LA NACIONALIDAD CORRESP AL D´INTERNO
Aunque teórica// cabe afirmar que las N de nacionalidad son tan intern c/ las de delimitación del territorio, las N intern
sobre nacionalidad son muy escasas, en contraste con las contenidas en las legislaciones internas. Hoy se ha facilitado el
conocimiento y manejo de estas últimas a través de varias recopilaciones, y especial// la preparada por las NU.
En el estado actual del desarrollo del D.I., corresponde a cada Estado determinar por medio de su Dcho interno quiénes
son sus nacionales. Esta afirmación ha sido confir​mada por la jurisprudencia intern de una manera reiterada.
También el D.I. convencional demuestra que la reglamentación sobre la nacionalidad se deja a cada Estado. En el
mismo sentido de las decisiones jurisprudenciales reseñadas, cabe resaltar la Convención de La Haya de I2 de abril de I930,
relativa a los conflictos de nacionalidad, en cuyo art. I se dice: «Corresponde a cada uno de los Estados determinar por
medio de su legislación quiénes son sus nacionales.»
En conclusión, salvo limitaciones, el D.I. deja al dcho interno de cada Estado la reglamentación de la adquisición y
pérdida de su nacionalidad.
Precisar cuáles sean las limitaciones referidas impuestas a los E por el D.I. no es cuestión que esté resuelta inequívoca//
por el D.I., y la doctrina está clara// dividida al respecto.
Sobre la base del D.I. General, sólo una limitación es clara: los Estados deben abstener-sede determinar quiénes son
nacionales de terceros Estados, pues hacerlo sería contrario al Pcpio de competencia exclusiva de los mismos en la materia.
La existencia de otras limitaciones está en discusión. Entre ellas señalaremos:
a) Si un Estado puede otorgar su nacionalidad en contra de la voluntad de la perso​na interesada. La jurisprudencia es
contraria, y las protestas de los Estados en los casos de naturalización for​zosa han sido frecuentes.
b) Si p/ otorgar la nacionalidad es necesario que haya un ligamen real y estrecho entre el Estado y la persona. Al
respecto debemos señalar que si bien existe una corrien​te doctrinal favorable a esta limitación, cuando el T.I.J. se ha
pronunciado sobre la cues​tión —Asunto Nottebohm—, se ha limitado a una distinción muy sutil. Aunque exami​no el
supuesto de hecho y llegó a la conclusión de la «ausencia de todo vínculo entre Nottebohm y Liechtenstein», no por ello
negó la validez a la naturalización en el Principado de Liechtenstein. El Tri​bunal de la Haya, sin embargo, lo que declaró fue
que Guatemala «no se ha visto obligada a reconocer una nacionalidad otorgada en esas condiciones».
El T.I.J., sobre la base de distinguir los efectos internos de los intern, decla​ró que la referida naturalización no era
oponible a Guatemala.
c) Sobre si los Estados pueden privar de la nacionalidad en contra de la voluntad del interesado, la práctica nos
demuestra que la privación de la nacionalidad no es infre​cuente, dando lugar a casos de apatridia.
El art. I5 de la Declaración Universal de Dchos Humanos de las NU de I948 preveía que «a nadie se privará arbitraria//
de su nacionalidad ni del dcho a cambiar de nacionalidad».
Aparte del valor limitado de dicha Declaración, hoy podemos constatar que en el Pac​to de Dchos Civiles y Políticos de
las N.U. ha desaparecido toda referencia a la na​cionalidad, salvo en el art. 24.3, que dice: «todo niño tiene dcho a adquirir
una nacionalidad».
Lo anterior// dicho supone una grave regresión, a mi juicio, y viene a poner de manifiesto que los Estados no están

limitados por el D.I. General p/ privar de nacio​nalidad a sus súbditos.


CLASES DE NACIONALIDAD
La nacionalidad puede ser originaria o adquirida. Es originaria cuando se relaciona con el nacimiento de una persona y
es independiente de su voluntad. Es adquirida cuando alguien que ya tiene una nacionali​dad, adquiere o toma otra nueva,
perdiendo la anterior o conservándo​la en caso de ser posible la doble nacionalidad. Se llama naturalización al hecho de
adquirir una nueva nacionalidad.
a) La nacionalidad de origen: el ius soli y el ius sanguinis
Se adquiere por nacimiento, ya sea de acuerdo al ius sanguinis (nacionalidad de los padres) cualquiera sea el país en que
nazca, o al ius soli lugar de nacimiento), que hace predomi​nar al Estado en cuyo territorio nació la persona, sea cual fuere la
na​cionalidad de sus padres.
x
La Argentina, c/ se verá, adoptó un sistema mi to, (para mí es Ius Solis, de hecho fue lo que se dijo en Clase) sobre la
base de lo dispuesto en la Constitución de 1853 en su art. 67.1, ratificado por la reforma de 1994: Art. 75: "Corresponde al
Congreso. 12. Dictar... especial// leyes generales p/ toda la Nación sobre naturalización y nacionalidad, con sujeción al pcpio
de nacionali​dad natural y por opción en beneficio de la argentina...".
b) La naturalización
Una persona puede adquirir una nueva nacionalidad usando el pro​cedimiento de la naturalización, p/ ello se requiere una
manifestación de voluntad por parte de esa persona y una concesión voluntaria del Estado ​
que la otorga. Normal// la
ley interna establece ciertos requisitos p/ conceder la nacionalidad, condiciones cuyo objeto es asegurar la existencia de una
cierta vinculación de la persona con el país, c/ la residencia durante determinado tiempo, el conocimiento del idioma.
Normal// también se exige que preste juramento de fi​delidad a las instituciones y a las leyes locales.

​ Algunos Estados exigen la pérdida de la nacionalidad anterior y no haber adquirido ninguna otra nacionalidad
por medio de naturaliza​ción. El Estado puede rehusar el pedido sin indicar razones y a la inver​sa y en contra pcpios gral//
aceptados del dcho intern, Imponer la naturalización a un individuo contra su vo​luntad.
La naturalización confiere la condición de nacional, pero no siempre los mismos dchos que el nacional de origen; por
ejemplo, en algunos países, los naturalizados no pueden desempeñar cargos públicos.
-Formas adquirir la naturalización: Una las causas corrientes es matrimonio de extranjero con nacional.
- La naturalización por matrimonio: En muchos Estados, la naturalización del hombre casado implica la naturalización
de su esposa y sus hijos bajo su patria potestad.
En la convención sobre la nacionalidad de la mujer casada, aproba​da por la Asamblea General de las NU en 1957, se
dis​pone que la nacionalidad de la mujer casada no podrá quedar afectada automática//, ni por la celebración o la disolución
del matrimonio, ni por el cambio de nacionalidad del marido durante e! matrimonio. Tb establece que si el marido adquiere
volun​taria// la nacionalidad de otro Estado que el propio o renuncia a su nacionalidad, la mujer puede conservar la antigua
del marido. La mujer cuyo marido es nacional de otro Estado que el de ella po​drá adquirir la naturalización mediante
procedimiento especial, si así lo solicitara.

LA DOBLE O MÚLTIPLE NACIONALIDAD


Se da con frecuencia el caso de que una persona tenga a la vez dos nacionalidades, adquiridas en el momento del
nacimiento. Por ejemplo, quiera nace en un país que toma por base el ius soli y cuyos padres son nacionales de un país que
sigue el ius sanguinis. Tb puede adquirirse la doble nacionalidad después del nacimien​to, cuando la persona se nacionaliza
en el extranjero y las leyes de su país no disponen que por ello pierda su nacionalidad de origen. Otra manera es por
matrimonio, cuando alguien adquiere de esta manera una segunda nacionalidad y puede mantener la de origen. Puede existir
la doble o múltiple naciona​lidad c/ consecuencia de la combinación de las situaciones referidas, por ejemplo un uruguayo
(ius soli), hijo de españoles (ius sanguinis) se naturaliza argentino y así tiene la nacionalidad uruguaya, la española y la
argentina.
La doble o múltiple nacionalidad desnaturaliza la institución, debido a que una persona no puede ejercer ni cumplir
dchos ni cumplir deberes en va​rios Estados a la vez, es una incongruencia política y es fuente de dificultades entre los
Estados en relación con las oblig militares y el ejercicio de la ​
protección diplomática. Es por ello que p/ el dcho de
gentes siempre existe una nacionalidad que es la verdadera y real.
P/ remediar tales inconvenientes, se ha buscado reglamentar la materia en convenciones multilaterales y bilaterales. En
el protocolo de La Haya de 1930 se estableció que la persona que, poseyendo la nacionalidad de 2 o más Estados
contratantes, resida en uno de ellos y a él esté más vinculado, queda exenta de todas las oblig militares en el otro Estado. Se
funda en el hecho del domicilio c/ índice demostrativo de vinculación real y sus efectos comprenden las oblig militares tanto
en tiempo de paz c/ en de guerra.
Otra convención es la de Estrasburgo de 1963 sobre la reducción de los casos de doble o múltiple nacionali​dad, y del
Consejo de Europa de 1968 sobre las oblig militares.

LA NACIONALIDAD EN EL DCHO ARGENTINO


La ley 23.059 (derogatoria de la ley de facto 21.795) restituyó a su plena vigencia la antigua ley 346, que el decr
3213/84 reglamenta. Estos dos últimos cuerpos legales confi​guran el sistema argentino de ciudadanía y naturalización.
a) Argentinos nativos: El art 1 de la ley 346 opta por un sistema mixto entre el ius soli y el ius sanguinis.
De acuerdo con el ius soli, son argentinos los que nazcan en el territorio de la República, sea cual fuere la nacionalidad
de sus padres, lo mismo que en buques de guerra argentinos, o en buques mercantes de pabellón argentino que se encuentren
fuera de la jurisdicción nacional de otro país (inc. 1).
Responde a la noción de ius sanguinis la disposición del inc 2 del mismo art. 1, según la cual también son argentinos los
hijos de argentinos nativos que, habiendo nacido en el extranjero, optaran oportuna// por la nacionalidad arg al cumplir los
18 años.
Por último, los hijos de personas amparadas por la extraterritorialidad, c/ serían los diplomáticos o funcionarios intern,
no siguen el ius soli sino la nacionalidad de sus padres (inc 2 ). Así, los hijos de arg es esas condiciones que nazcan en el
exterior serán arg y los higos de extranjeros, extranjeros p/ nuestra ley.
Tb se consideran arg a los nacidos en las repúblicas que formaron parte de las Pcias Unidas del Río de la Plata, antes de
la emancipación de aquellas y que hayan residido en el territorio de la Nación, manifestando su vol de serlo (inc 4).
b) Argentinos por naturalización
La nacionalidad arg por naturalización (art. 2) se concede normal// al extranjero mayor de 18 años que, habiendo
residido en la Rep. Por un mínimo de 2 años, manifieste ante un juez federal de sección su vol de adquirirla (inc. 1).
Son impedimentos p/ adquirir la nacionalidad por naturalización el no tener ocupación o medios de subsistencia
honestos, estar procesado en el país o en el extranjero por delito previsto en la legislación arg, hasta no haber sido sep/do de
la causa o haber sido condenado por delito doloso, tanto en el país c/ en el extranjero con una pena privativa de la lib hasta 3
años.
Por las ley 16.569 se declara que los higos de arg nacidos en el extranjero durante el exilio político que hubieran sufrido
sus padres, son arg en absoluta igualdad jca con los nacidos en el territorio nacional. Se asimila al régimen de nacionalidad
previsto p/ los hijos de funcionarios del Serv Exterior de la Nación (se consideran arg nativos) a los hijos de los arg que
prestan servicio en las organizaciones intern de las cuales la Rep. Es Estado miembro.
Por lo demás, se han concluido convenios de doble nacionalidad con España (1969) y con Italia (1971), cuyo efecto es
que los nacionales de cada una de las partes podrán adquirir la nacionalidad de la otra, pero mantendrán su anterior
nacionalidad con suspensión del ejercicio de los dchos inherentes a ésta. Los dchos y deberes inherentes a la nacionalidad se
regirán por las leyes del país de la nueva nacionalidad, aunque no habrá nec de repetir el serv militar si lo hubiere cumplido
con anterioridad. Si se regresa al país de origen, se pueden recuperar todos los dchos y deberes inherentes a la anterior
nacionalidad.
LA APATTRIDIA
La Convención de Nueva York de 1954 sobre el estatuto de los apátridas, define c/ apátrida al que no es considerad c/
nacio​nal por ningún Estado. Es de origen cuando el individuo, hijo de padres apátridas, o extranjeros cuyo Estado sólo
admite el ius soli, nace en el territorio de un Estado que sólo admite el ius sanguinis. La apatridia es adquirida cuando se ha
perdido la nacionalidad sin ad​quirir otra.
El apátrida carece de protección intern, no tiene un Estado defensor. Se lo considerará un extranjero en todas partes, lo
que le trae aparejado innumerables inconvenientes, inclusive p/ movilizarse de un lugar a otro.
La Declaración Universal de los Dchos Humanos estableció que nadie puede ser privado arbitraria// de su nacionalidad
y el Pacto de San José de Costa Rica de 1969 establece en su art. 20 que toda persona tiene el dcho a la nacionalidad del
Estado sobre cuyo territorio ha nacido, si no tuviere el dcho a otra.
DERECHO DE EXTRANJERÍA
El poder del Estado sobre sus súbditos se ejerce de forma plena dentro del territorio del mismo. Cuando dichos súbditos
se encuentran en el extranjero, el Estado no puede ejercer sobre los mismos su competencia de ejecución sin el
consentimiento del Estado en que se encuentran sus nacionales. Ello no quiere decir que neguemos que el Estado tenga el
poder de llamar a los súbditos que se encuentren en el extranjero. P/ los casos en que sus súbditos no respondan a dicho
llamamiento, los Estados han procurado, a través de algunos tratados de emigración y servicio militar, que les sean
entregados.
Lo anterior no quiere decir que el Estado se desentienda de sus nacionales en el extranjero. Bien a través de los antiguos
Acdos de Comercio y Navegación, más mo​derna//, los de Estableci-, procuran los Estados un trato especial p/ sus
na​cionales. A falta de tratados, el E tiene dcho a que se garantice a sus nacionales un tratamiento que no esté por debajo del
llamado standard minimum.
P/ asegurar dichos tratamientos especiales se suelen acordar determinadas garantías en los tratados. En el supuesto de
que esas garantías no estén especial// previstas, el Estado puede poner en funcionamiento el mecanismo del ejercicio de la
protección di​plomática.

LA COMPETENCIA DEL E SOBRE LOS EXTRANJEROS QUE SE ENCUENTREN EN SU TERRITORIO


A) CONCEPTO DE EXTRANJERO
P/ determinar quiénes son extranjeros p/ un E en concreto existen dos criterios. 1º, un criterio de exclusión, según el cual
se considera en pcpio a todos los no nacionales c/ extranjeros -criterio válido aunque se incluya entre éstos al apátri​da, o
persona sin nacionalidad, ya que tampoco son nacionales-.

2º, un criterio más general —ya que es aplicado en la mayoría de los Estados ​y según él se considera extranjeros
a las personas físicas o jurídicas que no son conside​radas c/ nacionales por el país en que están domiciliadas o en el que son
transeúntes o —en el caso de las personas jurídicas— en cuyo territorio operan (etimológica//, el extranjero es, p/ el país que
los considera c/ tales, un extraño o un ajeno a la comu​nidad nacional en que habita permanente o transitoria//); pero son
consideradas c/ nacionales suyos por un tercer E o por varios, en el caso de nacionalidad múltiple.
B) NORMAS APLICABLES A LOS EXTRANJEROS
El Estado ejerce sus competencias sobre un det territorio y sobre las personas que en él se encuentran, que pueden ser
nacionales -respecto de los cuales el Estado se ce escasa// limitado por el DI- o extranjeros, respecto de los cuales el Estado
se ve limitado por el DI, c/ respetar el standar minimum intern o bien convencional, ya que los Estados procuran conseguir
que los tratados que celebran con otros Estados en cuyo territorio residen nacionales de los primeros reconozcan dchos en
beneficio de éstos.
C/ los nacionales, los extranjeros y apátridas están en pcpio sometidos al Dcho interno del Estado en cuyo territorio se
encuentran ocasional o permanente//, y muy especial// a las normas de aplicación territorial, de seguridad pública y, en
ge​neral, a todas aquellas cubiertas por el concepto del orden público interno e intern. También les obligan las normas
internas, especial// administrativas, que el Es​tado promulga p/ reglamentar el régimen de los extranjeros -c/ las oblig de
estar provistos de pasaporte, de inscribirse en registros especiales o de proveerse de autorizaciones especiales de trabajo,
etc-.
Pero el que la soberanía territorial del Estado sea en pcpio ilimitada no significa que no pueda estar sujeta a
limitaciones. Porque si respecto de sus nacionales el Estado se ve escasa// limitado por el D.I, respecto de los extranjeros la
soberanía del Estado no sólo se ve limitada por las normas internas citadas, sino por normas impuestas por el D.I., bien
general -aquellas que están dirigidas a garantizar y a hacer respetar el standard minimum intern, de que hablaremos más
tarde- o bien convencional, ya que los Estados procuran conseguir que los tratados que celebran con otros Estados en cuyo
territo​rio residen nacionales de los primeros reconozcan dchos en beneficio de éstos.
La doctrina y la práctica intern han evolucionado reciente// de modo pendular respecto a la extranjería. En lo que se
refiere a los dchos individuales de los extranjeros, se intenta superar la dicotomía nacional-extranjero al considerarse que los
dchos que les amparan tienen su base, en unos y otros, en la condición humana, y, por tanto, deben ser iguales.
C) LA ENTRADA DE LOS EXTRANJEROS
La doctrina ha discutido si los Estados están obligados por una costumbre intern a admitir a todos los extranjeros que
deseen entrar con fines lícitos en su territo​rio.
A nuestro juicio, la práctica de los Estados es contraria a la existencia de tal norma y los elementos de la costumbre no
son constatables. En el estado actual del D.I., la admisión de los extranjeros es una cuestión que puede ser apreciada en
pcpio discrecional// por el Estado receptor. La reglamentación en concreto que-da a la competencia exclusiva del Estado,
que la regula general// mediante disposi​ciones administrativas.
Primero, está muy generalizado que se regule el régimen de pasaportes, o dc​tos de entrada, y se haga repasar la frontera
a todos los que hayan entrado en el país desprovistos de tales documentos.
Segundo, es necesario el visado de entrada, que se facilita en los Consulados del país receptor en el extranjero, si bien
en los últimos años la tendencia va hacia la supresión de visados por vía de reciprocidad.
Tercero, específica// respecto de aquellos que pretendan establecerse en el país con ánimo de trabajar en él, no es
infrecuente que de iure o de facto se llega en la prác​tica a distinguir aquellos que llegan al país por motivos turísticos de los
que lo hacen por otros motivos, exijan determinadas autorizaciones previas p/ trabajar y que las leyes de inmigración
lleguen a ser particular// rígidas.
Por el contrario, en el momento actual de la evolución del D.I. cabe afirmar la for​mación de una norma que prohíbe a
los Estados la discriminación a efectos de entrada entre los súbditos de un país y los de otro. La negativa a admitir súbditos
de un determi​nado país (salvo que medien circunstancias especiales, c/ la no existencia de relacio​nes diplomáticas o
consulares o la imposibilidad de garantizar la seguridad de dichas per​sonas) sería contraria no sola// a las normales
relaciones de amistad entre los Estados, sino también al D.I. moderno, en el que las discriminaciones en pcpio son
consideradas contrarias al mismo.

Cuestión distinta es la posibilidad de establecer regímenes preferentes que se aplican a la entrada y permanencia de
determinados extranjeros, así c/ a su estatuto en el or​denamiento interno del Estado receptor, que se pueden establecer
mediante tratados bi​laterales o a través de instrumentos multilaterales. Entre ellos, merece una especial men​ción el régimen
aplicable en la Comunidad Europea, en el marco de la construcción del mercado interior. En virtud del mismo se reconoce a
los nacionales de los Estados miem​bros el dcho de libre circulación y libre elección de resi​dencia en el territorio de los
restantes Estados Miembros. De esta manera, nace un régimen cualificado de «extranjero comunitario» al que se le aplica un
estatuto especialísimo, que se aleja progresiva// del exigible a los nacionales de terceros Estados y se aproxima, al estatuto
de los ciudadanos del país en cuyo territorio se encuentran.
D) LA EXPULSIÓN DE LOS EXTRANJEROS
Por lo que a la expulsión de los extranjeros se refiere, no existe en el D.I. General nor​ma que la prohíba, salvo que la
misma produzca un daño injustificado al extranjero, que sólo tendría una explicación satisfactoria si se basara en un fin
lícito. La inexistencia de una regla de D.I. General nos viene confirmada indirecta// por la Comisión Europea de Dchos del
Hombre, quien, al ocuparse de cuestiones que rozaban el problema de la expulsión y extradición de extranjeros, ha recurrido
no a la existencia de una regla prohibitiva ni siquiera en la Convención, sino a precisar, inter​pretando el art. 3 de la
Convención de Roma de 1950, que «en determinadas circunstancias, la expulsión pudiera dar origen a un tratamiento
inhumano»
Lo anterior no quiere decir que el extranjero se encuentre en todos los casos sin nin​guna garantía ante las expulsiones.
Lo que queremos decir es que no está protegido, fren​te a ellas, por un conjunto de normas del D.I. No obstante, existen en la
mayoría de los ordenamientos internos normas que reglamentan la expulsión y el Estado puede incurrir en responsabilidad
intern por expulsiones arbitrarias basadas en decisiones de las autoridades internas.

E) DCHOS DE LOS EXTRANJEROS QUE SE ENCUENTREN EN EL TERRITORIO


El poder del Estado sobre los extranjeros que habiten o se encuentren en su territorio se ve limitado por normas de D.I.
General y de D.I. particular o convencional. Las refe​ridas limitaciones sirven de base de los llamados dchos de los
extranjeros o, más exac​ta//, de garantía de tales dchos. La referida garantía se actúa en el plano intern no por los individuos,
que no son sujetos del D.I., sino por el Estado del que son nacionales, ya que éste tiene el dcho a exigir que se cumpla el D.l.
en la persona de sus nacionales.
a) Un standard minimum de dchos en constante ampliación: La existencia del referido standard hoy parece innegable y
frecuente// encontramos referencias al mis​mo en la doctrina, la jurisprudencia y las tratados intern. En estos últimos no son
infrecuentes las referencias a las normas relativas al trata- de los extranjeros sancionadas por los «pcpios del D.I. Común».
No obstante, podemos afirmar que, pese a ser un concepto cambiante, en la fase actual de evolución del D.I. den​tro del
referido standard encontramos los siguientes dchos: I.° El de ser protegida su vida e intereses contra las acciones de
violencia colectiva organizada en contra de los ex​tranjeros. 2.° Dcho a no ser detenidos arbitraria// y a que se proceda a una
investi​gación en tiempo razonable, dando al interesado la posibilidad de ser oído. 3.° Dcho a no ser torturado y a que no se
le someta a tratamientos inhumanos. 4.° Tener asegurado el libre acceso a los Tribunales y no ser dis​criminado ante ellos por
razones de nacionalidad. Dicho dcho va íntima// ligado a la responsabilidad intern del Estado por «denegación de justicia».
5.° Dcho a poder ejercitar determinados dchos civiles bási​cos, c/ son los relativos a las relaciones paterno-filiales y, en
general, a los admitidos en la mayoría de los Estados c/ dchos de familia. P/ determinar el contenido en con​creto del
standard minimum habrá que recurrir no sólo a las normas del D.I. generales y par​ticulares, sino también al Dcho
comparado, p/ extraer del mismo los dchos que se consideran c/ básicos por la mayoría de las legislaciones internas.
b) Inexistencia de una total asimilación entre nacionales y extranjeros: Pero la total asimilación en la materia entre
nacionales y extranjeros no existe, ya que hay determinados dchos de los que tradicional// se excluye a los extranjeros.
Primero, los extranjeros no disfrutan general// de los dchos llamados políti​cos —dcho de voto y a ocupar cargos
públicos—. Segundo, tampoco disfrutan del dcho de desempeñar determinadas profesiones. Tercero, están excluidos del
goce de de-terminados dchos sociales, c/ el de desempleo y asistencia médica gratuita, salvo que a éstos tenga dcho por su
condición de trabajador o haya contribuido en pie de igualdad a sufragarlos con los trabajadores nacionales. Otro tipo de
servicios sociales, c/ la enseñanza gratuita, no son exigibles al Estado huésped, salvo reciprocidad.
Los tratados bilaterales y algunos multilaterales conocidos c/ tratados de esta​blecimiento aseguran en muchas ocasiones
los dchos de los extranjeros con garan​tías de efectividad. También los tratados de comercio contienen cláusulas relativas al
trato de extranjeros. Existen, final//, algunos tratados sobre seguridad social.
La filosofa que inspira a muchos de los referidos tratados es la de conseguir una equi​p/ción en el trato de nacionales y
extranjeros. Es lo que se conoce por la «cláusula o sistema del trato nacional». Otras veces, por el juego de la «cláusula de
nación más favore​cida», puede ocurrir que los extranjeros se beneficien de un régimen más favorable que los propios
nacionales, aunque ello es cada vez menos fre​cuente. Final//, cada día se extiende más en los tratados sobre la materia la
«cláusula de reciprocidad», que significa el hacer depender el goce de determinados dchos de los extranjeros en un E del
hecho de que a los nacionales del mismo se les otorguen los mismos dchos en el E del que son súbditos los referidos

extranjeros.
Las materias que contemplan los tratados de referencia son variadísimas. En los an​tiguos Tratados de Amistad,
Comercio y Navegación, algunos de ellos todavía vigentes, se garantizaban los dchos de libre entrada y salida del territorio,
de aplicarle al ex​tranjero su ley nacional p/ las relaciones de familia y sucesiones, de protección de su persona y bienes, del
libre ejercicio del comercio y profesiones, de adquirir libre// bienes muebles e inmuebles, de no serle expropiados sus
bienes, de exención del servi​cio militar, etc. En los tratados más modernos no se prevén ya determinados dchos por
considerarse que hoy forman parte del standard minimum, concepto cambiante y en tran​ce de ampliación, c/ hemos dicho;
pero se estipulan otros c/ la libertad en el ejer​cicio de las profesiones liberales, la libertad de establecimiento, el goce de los
beneficios de la seguridad social, la protección contra la doble imposición fiscal, etc.
c) Especial referencia al dcho de propiedad privada de los extranjeros: El tratamiento de la propiedad privada ha sufri​do
un proceso de revisión de ida y vuelta c/ consecuencia de tres acontecimientos políticos del siglo XX.
Primero, el triunfo de la Revolución soviética, que desencadenó primero dentro de la U.R.S.S., y después de la Segunda
Guerra Mundial en otros muchos países, unas amplias medidas de socialización, estatalización y colectivización, reforma
agraria, nacionaliza​ción, etc., que necesaria// dejaron su reflejo no sólo en la revisión del concepto individualista y privatista
del Dcho de propiedad, sino también en el de su protección de la misma y de otros dchos patrimo​niales de los extranjeros
por vía tanto interna c/ intern.
Segundo, la existencia de una fuerte propiedad extranjera en los países de grandes cambios estructurales en lo político-
económico y en aquellos otros de reciente descolo​nización llevó a cercenar en ocasiones la propiedad privada y las normas
intern p/ su protección. Dentro de este marco nos referimos al pcpio de soberanía perma​nente del E sobre sus recursos nat.
Debido a estos dos acontecimientos, durante un tiempo, la superioridad evidente de las garantías intern de los dchos de
propiedad y en general de contenido eco​nómico del extranjero tendió a disminuir debido al sentido cada vez más social de la
pro-piedad y a los abusos que los propietarios extranjeros han llevado a cabo.
Tercero, en los últimos años, la dramática evolución experimentada por los Estados del antiguo bloque soviético, la
posición dominante alcanzada por el liberalismo econó​mica y el establecimiento libre, inducido o impuesto según los casos,
de una sustancial «homogeneidad» ideológica en la mayor parte del mundo han impulsado un giro coper​nicano en las ideas
de las clases dirigentes de los antiguos Estados del Este y de los Es​tados en vías de desarrollo, que tratan de ofrecer a los
inversores intern garan​tías a fin de seducirlos p/ que inviertan en sus respectivos países.
LA PROTECCIÓN DIPLOMÁTICA
C/ la capacidad del individuo lo habilita pera hacer él mismo una reclamación al Estado territorial en el plano intern, el
dcho intern gral, considera que el daño a los nacionales de un Estado es un daño que se causa a la persona misma de su
Estado, al que llama un daño mediato. El Estado que sufrió el perjuicio puede interponer respecto al otro el mecanismo de la
protección diplomática de sus nacionales y lo hace por dcho propio sobre la base del daño producido. P/ que la vía intern
quede abierta, es necesario primero que el particular damnificado haya agotado los recursos inter​nos disponibles, o sea que
haya intentado una acción judicial en todas las instancias abiertas, con resultado de haber recibido una denegación de
justicia.
La protección diplomática tiene las siguientes características, en el plano intern:
• El recurso procede cuando existe el vínculo de la nacionalidad en​tre el damnificado y el Estado que interpone su
protección y esta nacio​nalidad debe existir desde el momento en que se produjo el daño original hasta la fecha de la
sentencia o laudo arbitral.
• El Estado puede rehusarse a interponer cualquier acción ante el Estado de origen del daño, desde que obra por su
propio dcho.
• Asimismo, puede desistir de su acción en cualquier momento, o entrar en una transacción respecto a las prestaciones
debidas c/ reparación por el Estado de origen, acordar una suma global a todo título, etc.
EL ASILO
El asilo territorial se apoya jurídica// en la supremacía territorial de los Estados y la extradición configura una excepción
voluntaria a esa su​premacía p/ hacer posible la solidaridad intern en la lucha contra el crimen.
Los delitos políticos suelen exceptuarse de la regla de la extradición, ya que el perseguido carece de peligrosidad p/ los
demás Estados, y por lo demás, los tribunales del Estado que los reclama pueden ser sos​pechados de parcialidad en el
juzgamiento del delincuente político.
a) El asilo político
Debido a la supremacía territorial que ejerce un Estado sobre todas las personas que se encuentran en su territorio, sean
súbditos propios o ajenos, los Estados extranjeros constituyen un asilo provisional p/ to​do individuo que, siendo perseguido
en su país de origen, cruce sus fronteras.
El asilo no es un dcho que un extranjero pueda reclamar, es el Estado territorial una vez requerido quien puede o no
otorgarlo a quien está eludiendo la acción de la justicia ere su país. O sea, es un dcho del Estado requerido el concederlo,
algunos lo otorgan a los perseguidos políticos.
b) El asilo diplomático
La creación de misiones permanentes hizo posible el asilo diplomático, debido a su extraterritorialidad. Al pcpio, sólo se
concedía el asi​lo a los delincuentes comunes, pues los delincuentes políticos eran considerados un peligro p/ los regímenes
imperantes en ese entonces.
Luego, y en la medida en que se iba imponiendo la extradición c/ un recurso de cooperación judicial intern, el amparo
de los delincuentes comunes fue desapareciendo en la práctica. Consiguiente//, también el asilo diplomático fue
desapareciendo en Europa c/ institución del DI.
En la América Latina el asilo diplomático adquirió un rasgo de pro​tección humanitaria. Varias circunstancias
contribuyeron a la creación de este instituto particular a nuestra región: la admisión de un cierto dcho de resistencia a la
opresión, necesario por la existencia de dictaduras militares en el continente la abundancia de revoluciones y golpes
militares con el consiguiente surgimiento de gobiernos que en​carcelaban a sus opositores políticos, la desconfianza al
proceso judicial de estos gobiernos surgidos de interrupciones constitucionales y demás hicieron que se fuera gestando una
costumbre regional en el sentido de que existía en pcpio la oblig de respetar el asilo diplomático otorgado y de conceder
salvoconductos a los perseguidos políticos que tomaban refugio en Embajadas, normal// de otros países latinoa​mericanos,
bajo una suerte de reciprocidad.
El asilo diplomático concluye cuando sale del país el asilado, munido del correspondiente salvoconducto y bajo la
protección de funcionarios de la Embajada local.
Toda Misión diplomática debe indicar el país de destino de los asilados, pues desde el momento que el asilado sale del
país territorial ya la Misión carece de competencia respecto al asilado. En cambio, el Estado asilante, que era quien daba
asilo diplomático, se transforma al llegar el asilado a su territorio en el otorgante de un asilo territorial o político y el asilado
en un refugiado. Debe, entonces, recibir al asilado con el carácter de asilado territorial y sujetarlo a la radicación temporaria
y eventual// munirlo de pasaporte especial (p/ no nacionales) si quiere radicarse en un tercer país.
PROTECCIÓN DE MINORÍAS
La práctica intern de gtizar dchos a las minorías tiene sus orígenes luego de la Reforma religiosa. El Tratado de
Osnabrück en 1648, al terminar la Guerra de los Treinta años, intentó paliar la situa​ción de las minorías religiosas. Tras la
Primera Guerra Mundial, al forjarse nuevos Estados c/ consecuencia de los tratados de paz y cambiar de dueño vastas
extensiones de territorio, las principales po​tencias aliadas y asociadas impusieron la igualdad de trato, justo y equitativo, que
se debía dar a las minorías raciales, religiosas y lingüís​ticas en los tratados celebrados con Polonia, Checoslovaquia, el
Estado Serbio –Croata- Esloveno, Rumania, Grecia, Austria, Bulgaria, Hun​gría y Turquía. Otros países, c/ Albania, Estonia,
Letonia, Lituania e Irak aceptaron oblig análogas c/ condición previa p/ su admisión en la Sociedad de las Naciones.
Las principales garantías se referían a:
• La protección de la vida y de la libertad, así c/ el ejercicio libre de la religión, sin distinción por razón de nacimiento,
nacionalidad, idioma, raza o religión, p/ los habitantes en general.
• En pcpio y p/ ciertos habitantes, adquisición automática de la nacionalidad del Estado contratante o facilidades
precisas p/ adquirirla.
• P/ las nacionalidades, igualdad ante la ley y en el ejercicio de to​dos los d´políticos y civiles.
• Libertad de asociación p/ fines religiosos y educativos
• Provisión por el Estado de la enseñanza elemental, en su idioma, en las zonas donde existiera una minoría
determinada.

P/ asegurar el cumplimiento de las cláusulas de minoría se apoya​ron en el dcho constitucional y en el D.I.: el
Estado contratante reconocía las cláusulas principales c/ leyes fundamenta​les y se comprometía a que ninguna ley,
reglamento o resolución oficial estuviera en pugna con ellas. Las cláusulas relativas a las personas pertenecientes a una
l
minoría racial, religiosa o ingüística, constituían oblig de carácter intern y quedaron sometidas a la garantía de la Sociedad
de las Naciones. No podían ser modificadas aquellas cláusulas sin el asentimiento de la mayoría del Consejo, cuyos
miem​bros tenían dcho a llamarle la atención sobre cualquier infracción o peligro de infracción que se produjera. El Consejo
podía dar instruccio​nes e impartir órdenes al respecto.
Los litigios respecto a la interpretación de las cláusulas entre el Estado contratante y cualquiera de las potencias aliadas
o asociadas o bien entre los miembros del Consejo entre sí, debían ser sometidos a la Corte Permanente.

41

BOLILLA 6
LA PROTECCIÓN INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
Caso Portal de Belén:
Dos convenciones que pueden interpretarse en forma contraria

LEY QUE APRUEBA LA CONVENCIÓN DE LOS DD DEL NIÑO:


ARTICULO 2º — Al ratificar la convención, deberán formularse las siguientes reserva y declaraciones:
Con relación al artículo 1º de la CONVENCION SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO, la REPUBLICA ARGENTINA
declara que el mismo debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser humano desde el momento de su
concepción y hasta los 18 años de edad.
CÓDIGO PENAL:

ARTICULO 86. - Incurrirán en las penas establecidas en el artículo anterior y sufrirán, además, inhabilitación
especial por doble tiempo que el de la condena, los médicos, cirujanos, parteras o farmacéuticos que abusaren
de su ciencia o arte para causar el aborto o cooperaren a causarlo.

El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no es punible:

1º Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser
evitado por otros medios.

2º Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o
demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto.

Argentina es no abortista.
Portal de Belén entiende que después del fallo F.A.L. le da la posibilidad de someterse a un aborto no punible a la
persona involucrada en una violación, en contraposición con lo que dice el C Penal. Cuando la corte resuelve dice que no es
punible cuando el origen del embarazo es producto de una violación. El caso no aplica a ninguno de los incisos del (86).
Pero la CSJN dice que podía ser una persona “normal” (no demente ni idiota). La CSJN dicta un protocolo para ser
expeditivo. El mismo es básico. http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000690cnt-
Protocolo%20ILE%20Web.pdf. Ver últimas páginas. Se cuestiona la constitucionalidad del protocolo. Tengo un conflicto de
Derechos: el de la madre de defender su cuerpo y el de la creatura que tiene el D a la vida, siendo persona. Es demasiado
laxo el protocolo como para que de eso dependa la vida de un niño. Por lo cual Portal de Belén, mediante amparo pide que
no se aplique el protocolo. El Juez se declara incompetente. Demanda a la provincia de Córdoba y a la Asociación de los D
de la mujer (abortista). Esta sentencia se apela. Va a la cámara quinta. Resuelve dándole la razón al Portal. Diciendo que se
puede llamar a un grupo de psicólogos que le hablen. Amplía los efectos del fallo. En Casación, el TSJ lo está tratando.
Cosas que sostiene la cámara:
• Una cosa es que el legislador penal haya dicho que en determinadas circusntacinas se permita el aborto y otra es que
por medio de instrumentos administrativos se favorezca. Una cosa es que no lo castigue, otra que lo favorezca.
• El CP dice que no es un D lo del (86) CP, sino que en determinados casos no hay sanción, pero eso no obsta las
consecuencias de un aborto aunque haya sido eximido de pena. Mantiene los elementos del delito, salvo la
punibilidad.
• Todo lo que pase por alto los pactos, viola la forma federal de Estado.
• El hecho de que no sea punible, no quiere decir que no esté matando.
• C. de DD del niño: Artículo 3
1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los
tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el
interés superior del niño.
EL PROCESO DE INTERNACIONALIZACIÓN DE LOS DD.HH.: CARACTERES GENERALES
En conexión con el proceso de humanización del DI contem​poráneo, han hecho su aparición a partir de la segunda
mitad del s XX un conjunto de normas dedicadas a la protección internacional del individuo a las que, de modo
convencional, se agrupa bajo la categoría genérica de «DI de los DD.HH.».
Estos nuevos sistemas internacionales de promoción y protección de los DD.HH. no surgen de la nada. Por el contrario,
desde finales del siglo XIX se definen institu​ciones diversas que concurren en la protección de la persona humana. Baste
con mencionar la regulación relativa a las denominadas «prácticas odiosas» (tales c/ la esclavitud, el tráfico de
estupefacientes o la trata de blancas). A lo que hay que añadir, en el seno de la Sociedad de Naciones de regímenes
específicos de protección de las minorías en Europa y de protección de la población de los territorios sometidos al régimen
de mandatos.
Sin embargo, la gran innovación introducida por las normas del DI de los DD.HH. radica en la presencia en todos los
sistemas que lo integran de un elemento esencial que se convierte en su principal rasgo distintivo: la consideración del
individuo y de su dignidad c/ un valor autónomo de la Sociedad Internacio​nal que, por tanto, se convierte en un bien
jurídico protegible en sí mismo por el DI. De tal forma que la garantía del disfrute efectivo de los DD.HH. se convierte en el
objetivo inmediato y único de los sistemas de protección.
Este nuevo DI de los DD.HH. es, en lo esencial, el resultado de un proceso evolutivo en el que se han relacionado,
siempre en forma dia​léctica, las competencias estatales derivadas de la soberanía, por un lado, y el interés de la Sociedad
Internacional por la definición de uno de sus nuevos valores entendido c/ la protección básica del ser humano, por otro. A lo
largo del mismo se ha producido la superación del viejo principio de la competencia exclusiva del Estado y su sustitución
por una nueva concepción que define a los DD.HH. c/ materia de interés internacional, en virtud de la cual se establece un
modelo de cooperación entre ordenamien​tos que al tiempo que reconoce una competencia primigenia y directa al Estado p/
- -
establecer mecanismos propios de protección y promoción, define la competencia de la Comunidad Internacional p/ adoptar
normas en dicho ámbito e incluso p/ establecer sistemas internacionales de control y fiscalización del comportamiento
estatal. Si bien es al Estado a quien compete proteger los Dchos de los individuos sometidos a su jurisdicción, dicha
competencia la ejerce en tanto que derivada de una obligación general que le viene impuesta por el DI y, por consiguiente,
sometida a control a través de mecanismos internacionales.
Desde la perspectiva del DI, el resultado de este proceso ha sido la definición de normas sustantivas que enuncian
dchos, algunas de las cuales han llegado a integrarse en el bloque cualificado de las normas de ius cogens. Junto a ellas, las
normas procesales han definido mecanismos de control que ofrecen al particular protección frente al Estado en el pla​no
internacional. Ambas categorías de normas integran los denominados sistemas internacionales de protección de los
DD.HH., autónomos respecto de los sistemas estatales, que pueden clasificarse en dos grandes bloques: los sistemas
universales, que se desarrollan en el ámbito del sistema de las NU, especial// la O.N.U., y los sistemas regionales,
vinculados con el Consejo de Europa, la Organización de Estados Americanos y la Organización p/ la Unidad Africana.
Aunque cada uno de estos sistemas presenta características propias que les diferencian parcial// de los restantes, la
unidad del DI de los DD.HH. se refleja en la existencia de un conjunto de elementos y características básicas que son
comunes a todos ellos:

1º Son sistemas de protección del individuo en sí mismo considerado, en su relación con el Estado y, en principio, tan
sólo frente al Estado. Las obligaciones de garantía de los Dchos se dirigen, por tanto, al Estado y son las actividades
imputables al Estado las sometidas a control y supervisión internacionales.
2º Los sistemas internacionales son subsidiarios respecto de la protección de los DD.HH. a nivel interno y, por
consiguiente, sólo operan cuando el Estado no ejerce la protección del dcho cuya garantía define el sistema internacional.
3º Los sistemas internacionales de promoción y protección de los DD.HH. están íntima// vinculados al fenómeno de las
Organizaciones Internacionales, ya que surgen y se desarrollan siempre en el seno de una Organización Internacional que les
ofrece soporte ideológico, institucional y material, y que garantiza la pervivencia y autonomía de c/u de los sistemas.
4º Los sistemas internacionales de DD.HH. integran un doble bloque nor​mativo dedicado, respectiva//, a la codificación
y definición de Dchos fundamentales, por un lado, y al establecimiento de estructuras intern de control del comportamiento
estatal, por otro. Ambas categorías de normas aparecen integradas, habi​tual//, en instrumentos normativos únicos.
5º La protección de los DD.HH. se ejerce en cada sistema a través de téc​nicas diferenciadas que, en última instancia, se
reconducen siempre a técnicas de control internacional cuyo objeto no es otro que valorar la adecuación del
comportamiento de un determinado Estado con las oblig intern que le son exigibles.
En primer lugar, las técnicas de control responden, c/ regla, a modelos no judi​ciales. Y así, aunque la figura de los
Tribunales internacionales de DD.HH. se va abriendo paso de forma progresiva y decidida, sigue siendo excepcional la
configura​ción del sistema judicial c/ mecanismo principal y directa// aplicable de protección de los DD.HH.. Baste a este
respecto con destacar que no existe un Tri​bunal de estas características en el plano universal y que, en los ámbitos
regionales, sólo el Tribunal Europeo de DD.HH. tiene competencia automática p/ resolver cualquier demanda presentada
contra un Estado integrado en el sistema. Por el contrario, el control se ejerce habitual// a través de Comisiones y Comités
que si bien recogen en sus métodos de trabajo fórmulas de análisis basadas en el principio contradictorios, no son órganos
judiciales m tienen capacidad p/ adoptar resoluciones.

En segundo lugar, los mecanismos de control se establecen, dentro de cada sistema, en forma escalonada, que va del
simple examen de informes gubernamentales periódicos a la presentación de denuncias del individuo contra el Estado. De
todos los posibles mé​todos tan solo el de informes periódicos entra en funcionamiento de forma automática, estando
sometidos los restantes a un sistema de reconocimiento previo de jurisdicción por parte del Estado afectado, de forma que el
órgano internacional de control no podrá re​cibir denuncias si el Estado no ha aceptado previa// tal posibilidad.
En tercer lugar, el control no se ejercita exclusiva// respecto de supuestos indi​vidualizados violación Dicho método
coexiste con supuestos de investigación de si​tuaciones masivas y sistemáticas de violación de los DD.HH., que tan sólo
to​man en consideración casos individuales en la medida en que pueden definir una situación. Ambos métodos coexisten, en
ocasiones, dentro del sist establecido en una misma Organización Intern (especial// la O.N.U y la O.E.A.), siendo utilizados
en función de las circunstancias que concurren en cada caso concreto.
Por último, es de destacar que el objetivo de los sistemas internacionales no es tanto la condena del Estado infractor, c/
garantizar el disfrute efectivo de los DD.HH., a través de la adopción de medidas grales por parte de la Comunidad Intern y
del Estado y, en su caso, de la restitución del dcho violado o de una reparación equitativa en los sistemas más
perfeccionados.
6º En los sistemas internacionales, por ser sistemas finalistas cuya estructura técnica está en proceso de consoli​dación,
se produce una gran aproximación entre las actividades de protección en sentido estricto y las act de promoción. De tal
forma que si bien es cierto que ambas categorías, promoción y protección, tienen una autonomía conceptual suficiente, en la
práctica es frecuente encontrar técnicas de coordinación entre ambas categorías e incluso actividades que se sitúan en una
zona gris.

EL SISTEMA UNIVERSAL DE PROTECCIÓN DE LOS DD.HH


A) CONSIDERACIONES GENERALES: EL PROGRAMA DE DD.HH. DE LA O.N.U.
A pesar de que la promoción y protección de los DD.HH. constituyó uno de los fundamentos ideológicos de la
Organización mundial nacida de la Segunda Gue​rra Mundial, el primer proyecto de Estatuto de la nueva Organización
contenido en el texto de Dumbarton Oaks guardó absoluto silencio sobre este tema. Así, no fue hasta la Con​ferencia de San
Francisco cuando, se incluyeron en la Carta de la Organización de las NU unas escuetas referencias a los DD.HH..
La Carta de San Francisco contiene dos tipos de normas referidas a los DD.HH.. En un primer grupo se integran
aquellas normas que contemplan la cuestión desde una perspectiva material, vinculada con los propósitos de la
Organización De conformidad con ellas, la O.N.U. favorece: «la cooperación internacional en el desarrollo y estímulo del
respeto a los dchos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo,
idioma o religión» (art. 1.3),
con el objetivo «de crear las condiciones de estabilidad y bienestar necesarios p/ las relaciones pacíficas y amistosas
entre las naciones, basadas en el respeto al principio de la igualdad le dchos y a la libre determinación de los pueblos» (art.
55).
La segunda categoría de normas responde a un carácter institucional, definiendo los ór​ganos competentes en este ámbito
[arts. 13.1.b), 60, 62.2 y 68].
Sobre esta base se ha desarrollado una rica e interesante práctica que se ha traducido, en la definición de un estándar
internacional de Dchos reco​nocidos y en la consolidación de un complejo sistema de control y protección en materia de
DD.HH., que se completa con un programa de asesoramiento y asistencia técnica en franco desarrollo.
Este proceso ha definido un Programa de DD.HH. de las NU, que se caracteriza por ser un programa progresivo,
escasa// estructurado y abier​to. Así, es de destacar, que las distintas actividades que integran el programa, no se han
desarrollado conforme a un plan prefijado y que, por consiguiente, presentan en ocasiones incoherencias y lagunas. Al
mismo tiempo, se trata de un programa abierto, que evoluciona al mismo compás de la propia Organización.

B) EL PROCESO CODIFICADOR
La definición de un estándar internacional que proclame los Dchos y que resulte oponible a los Estados constituyó
histórica e ideológica// el primero de los objetivos perseguidos por las NU en el ámbito de los DD.HH..
El proceso codificador se inicia material// en 1946, al crear el ECOSOC la Comisión de DD.HH. y encomendarle la
formulación de «proposiciones, recomendaciones e informes referentes a: a) Una declaración internacional de Dchos del
hombre; b) Declaraciones o convenciones internacionales sobre las libertades cívicas, la condición jurídica y social de la
mujer, la libertad de información y otras cuestiones análogas».
Fruto de este mandato fue la adopción en 1948 de la Declaración Universal de DD.HH., que constituye la primera
piedra de la Carta Internacional de DD.HH. en la que se define el régimen gral de DD.HH. de la O N.U. Tras su
consolidación en 1966, el proceso codificador de las NU en materia de DD.HH. ha experimentado una nueva orientación,
consistente en la adopción de nuevos instrumentos especializados cuyo objeto es definir regímenes de protección

cualificados. Por último, ha de destacarse que este carácter expansivo del proceso codificador ha dado lugar a la definición
de incipientes dchos de solidaridad, entre los que el dcho al desarrollo ocupa un lugar privilegiado.
Este proceso codificador se ha llevado a cabo a través de normas de muy distinta nat (declaraciones y convenios). El
elevado número y la extensión de los ámbitos materiales a que se refieren dichos instrumentos dan buena idea de la imp de
esta act codificadora de las NU.
a) La Carta Internacional de DD.HH.
La Carta Internacional de DD.HH. agrupa a los instrumentos que contemplan los DD.HH. en su globalidad: la
Declaración Universal de DD.HH., los Pactos Internacionales de Dchos Económicos, Soc y Culturales, y de Dchos Civiles
y Políticos y los Protocolos Facultativos a este último Pacto.

1. La Declaración Universal de DD.HH. fue adoptada por la AG en 1948, que la define c/ un: «ideal común por el que
todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los in​dividuos c/ las instituciones, inspirándose constante//
en ella, promuevan mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos dchos y libertades y aseguren por medidas
progre​sivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los
pueblos de los Estados Miembros c/ entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción» (Preámbulo, último párrafo).
La Declaración está integrada por 30 art en los que, partiendo de la proclamación de los principios de libertad, igualdad
y no discriminación (arts. 1 y 3), se recogen de forma conjunta los dchos civiles y políticos (arts. 3 a 21) y los dchos
económicos, sociales y culturales (arts. 22 a 27), poniendo así de manifiesto la indisociable inte​rrelación existente entre el
respeto y disfrute de una y otra categoría de dchos. Esta interrelación se proyecta también en el reconocimiento del dcho de
todo individuo «a que se establezca un orden social e internacional en el que los dchos y libertades proclamados [...] se
hagan plena// efectivos» (art. 28). El ejercicio de estos dchos tan sólo podrá ser limitado por ley, p/ proteger los dchos de
terceros o p/ satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden publico y del bienestar general en una sociedad
democrática (art. 29.2); no podrán ejercerse en contra de los propósitos y principios de las NU (art. 29.3) y en ningún caso
podrán interpretarse c/ base p/ la supresión de cualquiera de los dchos y libertades contemplados en la Declaración.
La declaración de Dchos se complementa con una brevísima declaración de deberes, al establecer que «toda persona
tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plena// su personalidad» (art. 29).
Aunque su objetivo es definir un régimen de dcho aplicable a los DD.HH. y hacerlo mediante la cooperación entre los
Estados, la Declaración Universal adopta la forma de una mera Resolución de la AG, con las consiguientes repercusiones
que ello ha tenido en el plano de su oponibilidad a los Estados.
No obstante, a pesar de su formal falta de fuerza jurídica obligatoria, lo cierto es que la Declaración Universal ha
experimentado una evolución tendente a permitir una cierta oponibilidad de la misma a los Estados, especial// por vía
consuetudinaria y en el plano de los principios que subyacen en la misma, esencial// el del respeto y protección de los
atributos esenciales del ser humano en el marco del Estado de dcho.
Sólo desde esta perspectiva limitada cabe concluir una cierta obligatoriedad de la De​claración Universal en el DI
contemporáneo, siendo posible conside​rarla c/ el paradigma material que permite evaluar, a falta de una norma
convencio​nal más específica, la adecuación del comportamiento de los Estados al estándar mínimo internacional en materia
de DD.HH..
Por último, no puede olvidarse que, al margen de cualquier otra consideración, dicho texto ha cumplido una función
moralizadora básica, inspirando buena parte de los desarrollos normativos ulteriores en materia de DD.HH., tanto a nivel
internacional c/ interno.

2. Por su parte, el Pacto Internacional de Dchos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Dchos
Civiles y Políticos, también conocidos c/ Pactos de Nueva York, fueron aprobados por la Resolución 2200 A de la AG en
1966, y entraron en vigor en 1976.
Los Pactos de Nueva York recogen la práctica totalidad de los DD.HH. enun​ciados en la Declaración Universal,
desarrollándolos y dotándolos de unidad mediante la inclusión en ambos instrumentos de un art. l.° común que proclama la
libre determina​ción de los pueblos c/ un dcho humano. Al margen de este art. común, cada Pacto regula una categoría de
dchos.
Así, mientras que el Pacto de Dchos Civiles y Políticos se ocupa de los dchos clásicos a la vida, la integridad, la
prohibición de la tortura, la libertad personal, la tutela judicial efectiva, las libertades de pensamiento, opinión, asociación y
reunión, el dcho a la intimidad y a la vida familiar, a la personali​dad jurídica o los dchos específicos de las minorías; el
Pacto de Dchos Económicos, Sociales y Culturales recoge el dcho al trabajo y a que el mismo se desarrolle en condiciones
dignas, los dchos sindicales, el dcho a la seguridad social, a la protección de la familia, el dcho a un nivel de vida adecuado
(incluyendo la alimentación, el vestido y la vivienda) y en mejora constante, a la educación y a la cultura. En cualquier caso,
el disfrute de ambas categorías de dchos responde a unos principios comunes que han de ser respetados por los Estados, en
particular los principios de igualdad y no discriminación, de sometimiento a la ley y de interpretación in bonum de todos los
dchos reconocidos.
El Pacto Internacional de Dchos Civiles y Políticos ha sido completado, por el Protocolo Facultativo Segundo destinado
a abolir la pena de muerte, de 1989, que entró en vigor en 1991.
La adopción de los 2 Pactos constituye un cambio cualitativo en el trata- de los DD.HH., ya que se trata de instrumentos
convencionales que imponen oblig jcas directa// vinculantes p/ los Estados partes. No obstante, ha de señalarse la diferencia
entre ambos c/ lógica consecuencia de la distinta naturaleza de los dchos reconocidos. Así, mientras que el Pacto de Dchos
Civiles y Políticos define obligaciones automáticas, asumiendo el Estado el deber de reconocimiento y garantía inmediata
de los dchos enunciados en el mismo (art. 2.1), el Pacto de Dchos Económicos, Soc y Culturales se concibe c/ un
instrumento progresivo, que define d´cuyo disfrute sólo se gtiza en un det horizonte, por lo que el Estado única// asume el
compromiso de: «adoptar medidas, tanto por separado c/ mediante la asistencia y la cooperación intern, especial// econ y
técnicas, hasta el máximo de los recursos ó que disponga, p/ lograr progresiva//, por todos los medios apropiados, inclusive
en particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los Dchos aquí reconocidos» (art. 2).
Ello se va a reflejar igual// en el plano de los mecanismos de control. A pesar de lo que se acaba de señalar, la diferencia
de trata- apuntada no permite establecer una jerarquización de dchos. Incluso la Conferencia de Viena, en cuya Declaración
y Programa de Acción se afirma lo siguiente: «Todos los DD.HH. son universales, indivisibles e interdependientes y están
relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los DD.HH. en forma global y de manera justa y equitativa, en
pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso».

3. Sin embargo, la Carta Internacional de DD.HH. no se integra única// por la Declaración Universal y por los Pactos en
tanto que normas definidoras de dchos y libertades. Junto a ellas, la Comisión de DD.HH. defendió desde los inicios de sus
trabajos la necesidad de elaborar normas específicas que establezcan mecanismos de control y supervisión internacional del
comporta- de los Estados, sin los que la proclamación de d´perdería bna pte de su significado. Algunas de estas normas se
contienen en el propio texto de los Pactos Internacionales, y a ellas se añade el Protocolo Facultativo Primero al Pacto de
Dchos Civiles y Políticos, que establece un sist de peticiones individuales y forma igual// parte de la Carta Internacional.
Dicho Protocolo Facultativo se adoptó por la AG en 1966 y entró en vigor en 1976.

b) Otros instrumentos sobre DD.HH.


Los instrumentos que se acaban de analizar contemplan al individuo de forma genérica y a los DD.HH. en su
globalidad. Sin embargo, la O.N.U. ha tomado igual// conciencia de la necesidad de proceder a un tratamiento
individualizado de deter​minados dchos y de otorgar una protección especial a determinadas categorías de personas. Por ello
ha elaborado un número importante de Declaraciones y Convenciones que podemos calificar de «especializadas». Dichos
instrumentos se dedican a proteger al individuo respecto de determinadas formas de violación o a proteger a colectivos cuya
situación les hace especial// pasibles de padecer violaciones de dchos.
En el grupo cabe destacar, la Convención p/ la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948; la
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, de 1965; la Convención
contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, de 1984, y el bloque de instrumentos dedicados
a la eliminación y condena de la esclavitud o prácticas análogas, entre los que destacan la Convención sobre la esclavitud de
1926 y su Protocolo modificativo de 1953, la Convención Suplementaria sobre la Abolición de la Esclavitud, la Trata de
Esclavos y las instituciones y prácticas análogas a la Esclavitud, de 1956, y la Convención p/ la represión de la trata de
personas y de la explotación de la prostitución ajena, de 1948.
Por último, ha de tenerse en cuenta que el «corpus normativo» al que se acaba de hacer referencia se completa con
algunas Declaraciones adoptadas por la AG respecto de cuyos contenidos no se ha alcanzado hasta la actualidad un
consenso suficiente p/ que se puedan adoptar Convenios de desarrollo.
Por lo que se refiere a los instrumentos dedicados a la protección de colectivos ocu​pan un lugar destacado los referidos
a los extranjeros, a las mujeres y a los niños. En el primero de los grupos se encuentran, la Convención internacional sobre
la protección de los dchos de todos los trabajadores migrantes y de los miembros de sus familias, de 1990, y la Declaración
sobre los dchos de los individuos que no son nacionales del país en que viven, aprobada por la AG en 1985. En relación con
la mujer son de destacar especial// la Convención sobre los Dchos Políticos de la Mujer, de 1952, y la Convención sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, de 1979, que ha sido completada por el Protocolo
Facultativo de 1999, relativo al establecimiento de un sistema de comunicaciones en caso de violación de los dchos
reconocidos en la Convención. A las que se añade la Declaración de la eliminación de la violencia contra la mujer, aprobada
por la AG en 1993. Por último, en lo que se refiere a los menores, la necesidad de protección cualificada de sus dchos ha
dado lugar a la adopción de la Convención sobre los dchos del Niño, de 1989, y de los dos Protocolos Facultativos, de 2000,
dedicados -respectiva//- a la participación de los niños en los conflictos armados y a la venta de niños, la prostitución

infantil y la utilización de niños en la pornografía.


En este marco de expansión de la codificación hay que llamar la atención, sobre el interés creciente que ha manifestado
la O.N.U. por dos colectivos: las minorías y los pueblos indígenas. En el primero de los casos la AG adoptó en 1992 la
Declaración sobre los Dchos de las personas pertenecientes a minorías étnicas, religiosas o lingüísticas.
Una mención especial, aunque breve, merece el tratamiento dado al dcho al desa​rrollo, que se proclama en la
Declaración sobre el dcho al desarrollo aprobada por la AG en 1986, donde se le define c/ «un dcho hu​mano inalienable en
virtud del cual todo ser humano y todos los pueblos están facultados p/ participar en un desarrollo económico, social,
cultural y político en que puedan rea​lizarse plena// todos los DD.HH. y libertades fundamentales, a contribuir a ese
desarrollo y a disfrutar de él» (art. 1).

C) ÓRGANOS COMPETENTES
Se deben diferenciar 2 categorías de órganos: órganos creados en virtud de la Carta de las NU o de resolu​ciones que la
desarrollan y los órganos creados en virtud de los tratados intern sobre DD.HH. auspiciados por la Organización.

a) Órganos creados en virtud de la Carta


1. De las escasas disposiciones que la Carta de San Francisco reserva a los DD.HH., la mayoría están dedicadas a la
distribución de competencias entre sus órganos principales, en particular la AG y el Consejo Económico y Social, a los que
se asigna la responsabilidad principal en materia de DD.HH.. Así, la AG es competente p/ «discutir cualesquier asuntos o
cuestiones dentro de los límites de» la Carta (art. 10), y p/ promover estudios y formular recomendaciones a fin de
«fomentar la cooperación internacional [...] y ayudar a hacer efectivos los DD.HH. y las libertades fundamentales de todos,
sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión» (art. 13.1). Por su parte, el ECOSOC tiene el mandato
específico de «hacer recomendaciones con el objeto de promover el respeto a los DD.HH. y a las libertades fundamentales
de todos, y la efectividad de tales dchos y li​bertades» (art. 62.2).
La Carta guarda silencio sobre las posibles funciones que podrían cumplir el Conse​jo de Seguridad y el Secretario
General, lo que no ha impedido que hayan asumido posterior// competencias en la materia. En particular, una interesante
actividad en el ámbito de los procedimientos de control establecidos por la Comisión de DD.HH..
Por lo que se refiere al Tribunal Internacional de Justicia tampoco recibe un manda​to específico, pero nada impide que
en el ejercicio de sus competencias pueda pronunciarse sobre normas relativas a los mismos.
2. Junto a los órganos, la Carta de San Francisco prevé en su art. 68 que el ECOSOC «establecerá comisiones p/ la
promoción de los DD.HH.». Dicho precepto ha constituido la base p/ la creación de la Comisión de DD.HH., órgano
subsidiario del ECOSOC, que por ello goza de un cierto «privilegio de naci-» a pesar de no haber sido creada directa// por
la Carta.
La Comisión, creada por las Resoluciones del ECOSOC 5 y 9, es un órgano intergubernamental integrado por 53
Estados miembros de las NU, de acuerdo con un sistema que garantiza el principio de la representación geográfica
equitativa. La Comisión, que desarrolla sus actividades en Ginebra, celebra un período de sesiones anual de carácter
ordinario cuya duración es de seis semanas. Igual//, a partir de 1990, ha sido autorizada por el ECOSOC a celebrar períodos
extraord de sesiones cdo las circunstancias lo hagan necesario.
Por lo que se refiere a las competencias de la Comisión, ésta nace originaria// c/ un órgano técnico y de asesoramiento.
Sin embargo, la amplitud del mandato que le asignan las Resoluciones 5 y 9 del ECOSOC, ha posibilitado una
transformación del órgano que en la actualidad cumple tanto funciones promocionales, de estudio y codificación, c/
funciones protectoras o de control del comportamiento estatal.
La Comisión puede establecer, a su vez, órganos subsidiarios, de conformidad con las resoluciones que la crean y con el
Reglamento interno de las comisiones orgánicas del ECOSOC. Entre los mismos ocupa un lugar destacado la Subcomisión
de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, creada en 1946 y que a partir de 1999 ha pasado a
denominarse Subcomisión p/ la promoción v la protección de los DD.HH.. La Subcomisión es un órgano técnico, integrado
por veintiséis expertos designados a título individual, que tiene una competencia básica// centrada en la elaboración de
estudios. La Subcomisión continúa siendo un órgano de asesoramiento que desempeña sus funciones en el ámbito
promocional, a pesar de que colabora con la Comisión en el desarrollo de algunos de los mecanismos de control.
Por último, la Comisión ha creado igual// un número importante de órganos subsidiarios en el marco de sus
procedimientos de control. Estos órganos, que se crean ad hoc p/ cada procedimiento concreto, responden al modelo de
expertos designados a título individual.
3. El modelo orgánico descrito ha constituido durante más de cuatro décadas la base institucional del Programa de
DD.HH. de las NU. Sin embargo, este modelo ha experimentado importantes modificaciones en los últimos años de la
década de los 80 y en los primeros de la 90, que afectan esencial// al Consejo de Seguridad y a la creación del Alto
Comisionado de las NU p/ los DD.HH..
En primer lugar, por lo que se refiere al Consejo de Seguridad ha de destacarse que este órgano principal de la O.N.U.
había permanecido refractario a la problemática de los DD.HH., en el marco de su actuación tradicional profunda//
determinada por el bipolarismo Este-Oeste. Sin embargo, tras la desaparición de este enfrentamiento, se ha ocupado cada
vez con mayor frecuencia de los DD.HH., lo que obliga a considerarlo ya c/ un órgano integrado dentro del citado Programa
de la O.N.U. Su intervención se ha producido a partir de la vinculación inescindible entre paz y seguridad internacionales,
de un lado, y DD.HH., de otro, y se ha desarrollado en torno a dos ejes básicos: el mantenimiento de la paz y la creación de
tribunales penales internacionales.
4. La principal innovación acaecida en los últimos años ha sido la creación del Alto Comisionado de las NU p/ los
DD.HH., mediante la Res. 48/141 de la AG, de 1993.
El Alto Comisionado es, el funcionario de la Organización que asume la responsabilidad principal en el ámbito de los
DD.HH.. No obstante, no goza de autonomía plena, ya que está integrado en la Secretaría de la O.N.U., con rango de
Secretario General Adjunto, y depende del Secretario General, que lo nombra. Por consiguiente, desempeñará sus funciones
«bajo la dirección y la autoridad del Secretario General» y en «el marco de la competencia, la autoridad y las decisiones de
la AG, el Consejo Económico y Social y la Comisión de DD.HH.».
El mandato del Alto Comisionado se define en unos términos amplísimos que le permiten ejercer funciones de
promoción y protección del disfrute efectivo de los DD.HH., coordinar todas las actividades integradas en el Programa de
DD.HH. de la Organización, proporcionar asistencia técnica y financiera y servicios consultivos a los Estados y
organizaciones que lo soliciten y potenciar la ampliación de la cooperación internacional en el ámbito de los DD.HH., así c/
desempeñar las demás funciones que le sean encomendadas por los órganos del sistema. Esta función de coordinación se
pone especial// de relieve en la competencia de su​pervisión del Centro de DD.HH. que le asignó la Res. 48/141 y que le ha
convertido en la actualidad en el Jefe de la Oficina de Alto Comisionado de las NU p/ los DD.HH., que desde 1998 ha
venido a sustituir al mencionado Centro.
El Centro de DD.HH. fue histórica// la dependencia de la Secretaría dedicada específica// a los DD.HH., y en su seno se
desarrollaron todas las actividades de gestión administrativa y técnica del Programa de DD.HH. de la Organización. Su
funcionamiento estuvo condicionado por la presencia de serias dificultades organizativas que han motivado una reforma.
El resultado de la reforma se ha traducido final// en la sustitución del Centro de DD.HH. por la Oficina del Alto
Comisionado de las NU p/ los DD.HH.. El cambio entre ambas dependencias no lo ha sido exclusiva// de nombre. Por el
contrario, ha cumplido varios objetivos de notable interés. En primer lugar, ha permitido superar definitiva// una peligrosa
dualidad dentro de la Secretaría de órganos encargados del Programa de DD.HH.. En segundo lugar, ha reforzado el papel
del Alto Comisionado c/ gestor y director principal del Programa dentro de la Secretaría, al identificar al órgano unipersonal
(Alto Comisionado) y a las dependencias administrativas encargadas del mismo mandato (Oficina). Y, por último, ha
reforzado el papel que dentro del sistema administrativo de la O.N.U. corresponde a este Departamento. No obstante, no
puede ocultarse que la reforma mencionada no ha venido a resolver plena// las deficiencias.

b) Órganos convencionales
Se trata de los órganos de base convencional cuya principal ma​nifestación es el Comité de DD.HH. creado por el Pacto
de Dchos Civiles y Políticos. Junto a este Comité, hasta la fecha se han constituido igual// el Comité de Dchos Económicos
Sociales y Culturales, el Comité p/ la Eliminación de la Discriminación Racial, el Comité p/ la Eliminación de la
Discriminación contra la Mujer, el Comité contra la Tortura y el Comité de los Dchos del Niño.
Aunque cada uno de estos Comités tienen una composición y unas competencias pro​pias que los diferencian, todos ellos
responden a unas características comunes. En primer lugar, salvo el Comité de Dchos Económicos, Sociales y Culturales,
son creados por un tratado internacional o por aplicación del mismo. Por consiguiente, a ex​cepción de dicho Comité, no son
en sentido estricto órganos de la O.N.U.. En segundo lugar, son órganos técnicos integrados por expertos designados a título
individual, que no pueden recibir instrucciones gubernamentales ni de ningún otro órgano u organización, nacional o
internacional. En tercer lugar, son órganos permanentes en cuanto a su creación, que desarrollan sus trabajos en períodos de
sesiones prede​terminados cuya duración varía de un caso a otro. En cuarto lugar, su competencia se circunscribe al
instrumento convencional que los crea y les sirve de soporte. Por consiguiente, tan sólo pueden interpretar y supervisar la
aplicación del mismo y carecen de competencias generales en materia de DD.HH. o respecto de cualquier otro instrumento.
Por último, en relación con el alcance de su competencia, ha de tenerse en cuenta que la misma se centra fundamental// en el
control y supervisión de la forma en que los Estados partes cumplen las obligaciones convencionales. Sin embargo, ello no
se traduce en un modelo de control único. Por el contrario, dicha actividad la ejercen a través de diversos mecanismos y
procedi- que van desde el mero estudio de informes gubernamentales a la recepción de denuncias individuales.
P/ evitar las posibles contradicciones en que podrían incurrir estos Comités y p/ favorecer la coordinación de sus
trabajos y experiencias, desde principios de los años noventa se vienen celebrando las Reuniones de Presidentes de Comités
de base Convencional.

D) LOS PROCEDIMIENTOS DE CONTROL. LA ACTIVIDAD PROTECTORA


Esta función de control se realiza en el seno de la Organización de las NU a través de dos tipos de procedimientos, a los
que denominaremos mecanismos convencionales y mecanismos extraconvencionales.
a) Mecanismos convencionales
Se han establecido sobre la base de tratados internacionales ad hoc y, por consiguiente, no obligan más que a aquellos
y
Estados que vo​luntaria// ha an prestado el consentimiento respecto de cada tratado en concreto. Existen tantos sist de
control c/ instrumentos convencionales y en c/u de ellos la fiscalización es ejercida por el Comité correspondiente a que nos
hemos referido supra.
1. El Pacto de Dchos Civiles y Políticos crea en su art. 28 un Comité de DD.HH., integrado por 18 miembros de gran
integridad moral y competencia en materia de DD.HH., que son elegidos y desempeñan sus funciones a título personal, en
calidad de, expertos. La elección de los mismos se produce en el seno de una Reunión de los Estados partes en el Pacto,
sobre la base de una lista de candida​tos elaborada por el Secretario General en la que se incluyen las propuestas presentadas
por los Estados (art. 30). El mandato de cada miembro del Comité dura 4 años y se renueva por mitades p/ garantizar la
continuidad de sus trabajos.
El Comité de DD.HH. es el órgano con máxima competencia p/ inter​pretar el alcance y significado del Pacto y de sus
Protocolos Facultativos. Dicha función interpretativa la ejercita en el marco de los distintos procedimientos, pero sobre todo
a través de los Comentarios generales, en los que define el sentido que el Comité atribuye a cada uno de los dchos
reconocidos, se elaboran sobre la base de la práctica del propio órgano en el cumpli- de sus distintas funciones y sirven de
punto de referencia p/ el posterior ejercicio del control sobre el comporta- de los Estados.
Dentro de su actividad de control y supervisión es preciso diferenciar tres tipos de procedimientos basados en el estudio
de los informes gubernamentales, las denuncias intergubernamentales y las denuncias individuales.

El sistema de informes periódicos es el resultado de la obligación genérica que el Pacto impone a los Estados de
<presentar informes sobre las disposiciones que hayan adoptado y que den efecto a los dchos reconocidos en el Pacto y
sobre el progreso que hayan realizado en cuanto al goce de esos dchos» (art. 40.1). ​
En virtud de la misma el Comité ha
establecido un procedimiento p/ la presentación y estudio de informes periódicos, a los que dedica parte de sus tres períodos
anuales de sesiones y que se realiza siempre en forma pública. Este sistema de control es el único p/ el que se atribuye
competencia automática al Comité, siendo oponi​ble al Estado por el mero hecho de haber ratificado o haberse adherido al
Pacto.
El segundo tipo de procedi- previsto en el Pacto de Dchos Civiles y Políticos, permite al Comité entender de una
denuncia presentada por un Estado parte contra otro E pte referida a una presunta violación por este último de las oblig que
le impone el Pacto. Sin embargo, el Comité carece de competencia automática p/ poder ejercer esta función y tan sólo podrá
iniciar un procedi- de este tipo cuando ambos Estados partes hayan formulado la declaración facultativa de aceptación de la
competencia del Comité. Además, el procedi- de las denuncias intergubernamentales no contempla necesaria// la
intervención del Comité. Por el contrario, el procedi- se estructura en 2 fases y el Comité tan sólo intervendrá en la 2ª de
ellas, si los 2 Estados interesados no han llegado a un arreglo de la controversia a través de contactos directos entre ellos en
el plazo de 6 meses desde la presentación de la denuncia inicial.
El tercer procedimiento de control es el sistema de comunicaciones individuales. La competencia del Comité es
opcional y se aplica única// a aque​llos Estados que han ratificado tanto el Pacto c/ el Protocolo Facultativo. A pesar de ello,
el sistema de las denuncias individuales, es el mecanismo de control más perfeccionado y el que otorga un mayor grado de
protección al particular.
En virtud del mismo cualquier individuo puede denunciar ante el Comité de DD.HH. una presunta violación de alguno
de los DD.HH. reconocidos en el Pacto. La denuncia puede ser presentada por cualquier individuo sometido a la
jurisdicción de un Estado parte, sin necesidad de que sea nacional del mismo, con la única limitación de que debe
presentarla la víctima de la violación o una persona que la represente, no admitiéndose por tanto la denuncia de terceros. La
denuncia ha de reunir una serie de requisitos p/ que pueda declararla admisible, en particular no ser anónima, no ser
contraria a los principios del Pacto ni de las NU, no estar manifiesta// mal fundada, no haber sido sometida con anterioridad
a otro sistema internacional de control en materia de DD.HH., y que la misma se interponga tras haber agotado los recursos
internos existentes en el ordenamiento del Estado infractor.
Tras la recepción de la comunicación el Comité ha de dar traslado de la misma al Estado interesado, que podrá formular
las observaciones y objeciones que estime pertinentes. Tales informaciones, así c/ las que le proporcione por escrito el
individuo, constituyen la base del procedimiento que posterior// se desarrolla ante el Comité, que tiene lugar siempre en
forma confidencial. El Reglamento del Comité le autoriza a solicitar al Estado denunciado que adopte «medidas
provisionales p/ evitar un daño irreparable a la víctima de la viola​ción alegada».
El examen del asunto finaliza con una decisión del Comité en la que se pronuncia so​bre la violación denunciada,
pudiendo igual// formular sus observaciones al Estado interesado y al particular. El Comité ha decidido que los Estados que
hayan ratificado el Protocolo Facultativo, deberán incluir en los informes periódicos una sección sobre la forma en que han
dado cumplimiento a las decisiones del Comité que les afecten.

2. Por su parte, el Pacto de Dchos Económicos, Sociales y Culturales no crea ningún órgano ad hoc de control,
asignando al ECOSOC las funciones de supervisión previstas en el mismo. El ECOSOC empleó distintas fórmulas p/
cumplir tales funciones, hasta que mediante la Resolución 1985/17, crea el Comité de Dchos Económicos, Sociales y
Culturales (en adelante Comité D.E.S.C.), a fin de establecer un órgano paralelo al Comité de DD.HH.. Dicho paralelismo
se ex-tiende al número de miembros y a la duración del mandato, pero entre ambos existe una diferencia sustancial al ser el
Comité D.E.S.C. un órgano subsidiario del ECOSOC y no un órgano convencional en sentido estricto. Por lo demás, el
paralelismo entre ambos Comités ha sido utilizado por el Comité D.E.S.C. p/ favorecer su autonomía y p/ impulsar la
ampliación progresiva de sus competencias, siendo de destacar en este sentido la asunción de una función interpretativa del
Pacto sobre la base de un mecanismo similar al de los Comentarios generales del Comité de DD.HH..
3. Por lo que se refiere al resto de los mecanismos convencionales se ha de llamar la atención sobre el hecho de que
todos los Comités enunciados anterior//, a excepción del Comité sobre los Dchos del Niño, tienen competencia potencial p/
recibir denuncias individuales, si bien en todos los casos es preciso que el Estado atribuya expresa// competencia al Comité
respectivo mediante una declaración facultativa. Por su parte, el Comité contra la Tortura ha establecido un procedimiento
novedoso, inspirado en los procedimientos extraconvencionales, en virtud del cual puede investigar una situación
generalizada de torturas en un país determi​nado sin necesidad de que el Estado le atribuya competencia p/ ello. La novedad
de este sistema consiste, precisa//, en que la Convención contra la Tortura otorga competencia automática al Comité p/
realizar dicha investigación, recayendo sobre los Estados partes la responsabilidad de privarle de la misma, p/ lo cual
deberán formular una reserva expresa por la que declaran excluir esta competencia automática del Comité.

b) Mecanismos extraconvencionales
Los procedimientos extraconvencionales se basan en los poderes generales que la Carta de las NU atribuye a la
Organización en materia de DD.HH.. Así, su fundamento normativo no es otro que la Carta y las resoluciones que la
desarrollan, y son el resultado directo de la evolución de la práctica de la O.N.U. en esta materia, en particular de su
Comisión de DD.HH., ya que es en este órgano donde se desarrollan básica// los mecanismos de control
extraconvencionales.
Estos mecanismos tienen su origen en las comunicaciones sobre violaciones de DD.HH. recibidas en la O.N.U. desde su
creación, y respecto de las cuales no existían reglas p/ su tratamiento. Estos procedimientos pueden ser agrupados en dos
grandes categorías: el procedimiento confidencial, o procedimiento 1503, y los procedimientos públicos, también
denominarlos procedimiento 1235.
1. El procedimiento 1503 constituye una forma de tratamiento de las comunicaciones sobre violaciones de DD.HH., se
estructura en tres fases en las que intervienen, sucesiva//, el Grupo de Comunicaciones de la Subcomisión p/ la promoción y
la protección de los DD.HH., el Grupo de Situaciones de la Comisión de DD.HH. y la propia Comisión en pleno. Las
comunicaciones pueden ser presentadas por cualquier persona o grupo de personas, incluidas las O.N.G., que tengan
conocimiento de las mismas. En el marco de este procedimiento la Comisión de DD.HH. puede adop​tar las siguientes
medidas: dar por terminado el procedimiento por no ser posible identificar una situación o por haber desaparecido la misma;
mantener el asunto «pendiente» durante varios períodos de sesiones a la espera de información complementaria, lo que se
ha convertido en una práctica relativa// frecuente en los últimos años; designar a un experto encargado de investigar la
situación, y por último decidir, en atención a la gravedad de la situación, dar por terminado el procedimiento 1503 y
sustituirlo por uno de los procedimientos públicos especiales por países a los que luego nos referiremos.
El procedimiento 1503 se caracteriza por su confidencialidad, que afecta tanto a las comunicaciones presentadas c/ a los
debates de los órganos competentes y a las decisiones adoptadas por la Comisión, no siendo de conocimiento público mas
que el nom​bre de los Estados que son estudiados en el marco de este procedimiento. Ello se ha traducido en la práctica en
una deformación de este procedimiento, que ha sido utilizado frecuente// por los Estados con la simple finalidad de eludir
un procedimiento público.
2. Paralela// a esta disminución de la importancia del procedimiento 1503, en los últimos años se ha producido un
considerable incremento del procedimiento 1235. Estos procedimientos se caracterizan esencial// por ser públicos y por que
pueden establecerse y desarrollarse sin necesidad del consentimiento del Estado interesado.
A pesar de que los procedi- públicos especiales presentan por su nat y origen, algunas diferencias el análisis de la
práctica de la Comisión permite identificar rasgos comunes:

En 1º lugar, dichos procedimientos tan sólo pueden establecerse cuando existan indicios de la existencia de una
situación global de violación de DD.HH.. Dicha situación puede definirse en un territorio determinado o bien a escala
mundial respecto de un tipo de dcho o bajo una forma de violación.
En 2º lugar, el control se realiza sobre la base de una investigación «ad hoc» realizada por un órgano que se crea al
efecto: los órganos básicos de información, y cuya pcpal característica es que actúan a título de expertos. Estos órganos
tienen c/ pcpal función la determinación y evaluación de los hechos que definen una situación, a partir de toda la
información a su disposición, incluida la obtenida en las eventuales visitas al territorio investigado. La evaluación se realiza
sobre la base de un Marco normativo de referencia amplio, que incluye tanto la Declaración Universal de DD.HH. y otras
Declaraciones adoptadas por las NU, c/ los instrumentos convencionales oponibles al Estado/s investigados. El objeto de tal
act no es otro que elaborar un informe sobre la situación investigada, en el que se formulan además las oportunas
conclusiones y recomendaciones dirigidas a la Comisión de DD.HH., que es el ór​gano encargado de realizar la actividad de
control en sentido estricto.
Las medidas que puede adoptar la Comisión de DD.HH. se limitan origi​naria// a aprobar resoluciones sobre la situación
investigada y a formular a los Estados interesados recomendaciones sobre las medidas que han de adoptar p/ hacer
desa​parecer dicha situación y garantizar el disfrute efectivo de los DD.HH.. En cualquier caso, no se trata de un
procedimiento judicial o cuasijudicial que tenga c/ objetivo obtener la condena del Estado ni tampoco otorgar dcho a
reparación. Ello no ha impedido, que se haya desarrollado un especialísimo método de trabajo, denominadas acciones
urgentes, que otorgan una protección indirecta al particular. En virtud de estas acciones, los órganos básicos de información
pueden solicitar en cualquier momento a un Estado que adopte medidas cautelares de naturaleza urgente respecto de un
particular cuyo dcho se encuentra en inminente peligro de ser violado de forma irreparable.
Por consiguiente, la eficacia del sist radica en la presión que puede ejercerse sobre el Estado investigado c/
consecuencia de la publicidad.
EL SISTEMA AMERICANO DE PROTECCIÓN DE LOS DD.HH
A) DD.HH. Y PANAMERICANISMO: LA O.E.A. Y LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DD.HH..
1. La promoción y protección de los dchos humanos aparecen estrecha// unidas al fenómeno del panamericanismo,
especial// durante el período posterior a la 2ª Guerra Mundial en la que se va a consolidar la Organización de Estados
Americanos. Así, baste con mencionar c/ antecedentes directos la Resolución IX de la Conferencia Interamericana sobre
Problemas de la Guerra y la Paz, celebrada en Chapultepec en 1945, o el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca,
de 1947, que definen la garantía de los DD.HH. c/ fundamento de la paz en el continente. Sin embargo, va a ser en la IX
Conferencia Interamericana, celebrada en Bogotá en 1948, donde esta vinculación se haga más explí​cita, al aprobarse
simultánea// la Declaración Americana de los Dchos y Deberes del Hombre. la Carta Interamericana de Garantías Sociales y
la propia Carta de la O.E.A., base constitucional de la nueva Organiza​ción regional americana.
2. En este marco, no es de extrañar que la propia Carta de la O.E.A. declare entre los principios de la Organización que
i
«los Estados americanos proclaman los dchos fundamentales de la persona humana sin distinción de raza, nac onalidad,
credo o sexo» y que la Organización regional se haya dotado muy pronto de un órgano principal encargado de la promoción
y protección de los DD.HH.: la Comisión Interamericana de DD.HH..
Aunque la Carta de la O.E.A. no establecía originaria// ningún órgano con competencias especificas en este ámbito, ya
en 1959 la V Reunión de Consulta de Ministros de Asuntos Exteriores creó la Comisión Interamericana de DD.HH., c/
órgano básica// técnico y consultivo. Si bien en un principio no se configura como un órgano de la O.E,A,, denominándose
con el ambiguo tér​mino de «entidad autónoma», el Protocolo de Bs As, que reforma la Carta de la Organización, convierte a
la Comisión en órgano pcpal y permanente de la misma.
De conformidad con su Estatuto, la Comisión es una institución mixta de nat protectora y promocional, que está
compuesta por siete miembros, elegidos por la AG de la OEA, por períodos de cuatro años renovables, de entre una lista de
candidatos propuestos por los Estados. Los miembros son elegidos a titulo particular y no pueden, por consiguiente recibir
instrucciones del Estado del que son nacionales ni del Estado que los haya propuesto. Dado que la Comisión no esta
permanente// reunida, la continuidad de sus trabajos se garantiza a través de una Directiva y de una Secretaría. La Directiva
está integrada por el Presidente y dos Vicepresidentes elegidos por la propia Comisión. La Secretaría asume las funciones
de soporte administrativo y técnico de la Comisión y tiene a su frente a un Secretario Ejecutivo que es nombrado por el
Secretario General de la O.E.A.
Desde su creación en 1959 hasta la actualidad la Comisión Interamericana de DD.HH. ha experimentado un proceso de
ampliación progresiva de sus competencias que le ha llevado desde su configuración c/ mero órgano consultivo a su
definición c/ auténtico órgano de control. Estas competencias se recogen explícita// ya en la Carta de la O.E.A. reformada
en Bs As, que atribuye a la Comisión la competencia de «promover la observancia y la defensa de los DD.HH. y servir c/
órgano consultivo de la Organización en esta materia», así c/ la «función de velar por la observancia de tales dchos». A ello
se le ha unido, con posterioridad, la función protectora de base convencional que le asigna el Pacto de San José, que
configura a la Comisión c/ uno de sus órganos de control.
3. Sobre la base de las escasas disposiciones de la Carta de la O.E.A. y de la actividad de la Comisión interamericana se
ha estructurado un auténtico sistema interamericano de protección de los DD.HH. en el que, junto a un proceso codificador
tendiente a la definición del estándar mínimo de protección, se ha desarrollado un complejo modelo de protección de los
DD.HH. en el que cabe distinguir dos grandes categorías de mecanismos, a saber: los mecanismos convencionales
aplicables a los Estados partes en la Convención interamericana de DD.HH. y los mecanismos extraconvencionales
aplicables a todos los Estados miembros de la O.E.A.

B) EL PROCESO CODIFICADOR
La elaboración de una Carta americana de Dchos constituyó uno de los primeros objetivos del sistema interamericano.
Dicho objetivo, se plasmó en 1948 en la Declaración Americana de los Dchos y Deberes del Hom​bre, con la que se inicia
un proceso codificador que ha atravesado por distintas fases. Así, entre 1948 y 1969, la actividad codificadora es práctica//
inexistente, limitándose a la elaboración de la Convención Americana sobre DD.HH., también conoci​da c/ Pacto de San
José, que constituye, junto a la Declaración Americana, el princi​pal texto de referencia del sistema interamericano, tanto
desde una perspectiva material c/ procesal. La Convención fue aprobada en 1969 y no entró en vigor hasta 1978.
El Pacto reconoce esencial// Dchos civiles y políticos, guardando así un para​lelismo con el Convenio Europeo de 1950
y el Pacto Internacional de Dchos Civiles y Políticos. Con posterioridad, los dchos reconocidos se han ampliado a través de
dos protocolos. El primero de ellos, el Protocolo de San Salvador sobre Dchos económicos, sociales y culturales fue
aprobado por la AG de la O.E.A. en 1988 y ha entrado en vigor en 1999. Por su parte, el Protocolo relativo a la abolición de
la pena de muerte, fue aprobado en 1990 y ha entrado en vigor en 1991 al obtener la ratificación de Pana​má, ya que de
acuerdo con su art. 3 se prevé la entrada en vigor individualizada p/ cada uno de los Estados que lo ratifiquen o se adhieran
al mismo.
Además de estos instrumentos, en el seno de la O.E.A. se han adoptado igual// textos de alcance sectorial, c/ la
Convención Interamericana p/ Prevenir y Sancionar la Tortura, la Convención Interamericana sobre la desaparición forzada
de personas y la Con​vención Interamericana p/ prevenir; sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. La característica
básica de estas Convenciones es que no crean mecanismos de control ad hoc, asig​nando en general las funciones de
supervisión a la Comisión y a la Corte Interamericanas de DD.HH. a las que nos referiremos a continuación.

C) LOS MECANISMOS CONVENCIONALES DE PROTECCIÓN: EL SISTEMA DE LA CONVENCIÓN


AMERICANA SOBRE DD.HH.
1. Los mecanismos convencionales de protección de los DD.HH. en el sistema interamericano tienen su expresión más
significativa en el Pacto de San José. El mismo está dedicado fundamental// a la protección de los dchos civiles y políti​cos.
El sistema de control previsto en la Convención Americana se estructura en torno a dos órganos: la Comisión y la Corte
r r
Interamericanas de DD.HH.. La Corte Inte americana de DD.HH. es un órgano judicial en sentido est icto. Está integrada
por siete jueces, designados a título individual, que han de ser juristas de reconocido prestigio y reunir las condiciones de
competencia y moralidad, así c/ estar en situación de poder desempeñar las funciones propias de la más alta magistratura
conforme a la legislación del Estado del que son nacionales o del Estado que los propone. Son elegidos por los Estados
partes en la Convención reunidos en el seno de la AG de la O.E.A., de entre una lista de candidatos propuesta por los
Estados partes. Tienen un mandato de seis años y son reelegibles una sola vez. Junto a los jueces electos, la Convención
prevé la posibilidad de que se puedan nombrar jueces ad hoc en aquellos casos que afecten a un Estado que, en aquel
momento, no cuente con uno de sus nacionales entre los jueces electos de la Corte. El Tribunal elige a su propio Presidente
y es asistido además por una Secretaría especializada cuyo Secretario es desig​nado por la propia Corte.
Todos los gastos derivados del funcionamiento de la Comisión y la Corte son asumi​dos directa// por la Organización
regional, asegurándose de esta manera la perma​nencia e independencia de la Comisión y de la Corte respecto de los Estados
que puedan verse sometidos a su jurisdicción.
2. En relación con la función de control, es de destacar que la Convención prevé tres fórmulas, a saber: el estudio de los
informes periódicos presentados por los Estados, el examen de las denuncias intergubernamentales y el examen de las
denuncias individuales. Respecto de cada una de ellas, la Comisión y la Corte ejercen funciones diferenciadas.
r
El sistema de informes pe iódicos, se desarrolla única// ante la Comisión Interamericana. Por su parte, el sistema de
denuncias interestatales no puede aplicarse más que en aque​llos casos en que los Estados afectados hayan emitido la
declaración de aceptación de competencia de la Comisión y hasta la fecha no ha entrado en funcionamiento.
Frente a ellos, el sistema de control por excelencia en el sistema convencional interamericano está constituido por el
examen de las denuncias individuales. Dicho procedimiento está dividido en dos fases en las que rigen reglas distintas tanto
respecto de la legitimación p/ poner en marcha el mecanismo c/ respecto de los órganos competentes p/ ejercer el control en
cada una de las fases.
El procedimiento se ha de iniciar mediante una denuncia introducida ante la Comisión Interamericana, que tiene

competencia automática p/ entender de la misma sin nec de una declaración expresa del Estado interesado. La denuncia ha
de ir dirigida contra un Estado parte en el Pacto de San José y puede presentarla cualquier persona física o grupo de
personas, sin necesidad de acreditar la condición de víctima. La misma está sometida a unos requisitos de admisibilidad
que, básica//, se reducen a que no sea anónima, que se hayan agotado previa// los recursos internos, que no sea abusiva ni
esté manifiesta// mal fundada, que sea presentada dentro del plazo de 6 me​ses desde que se produjeron los hechos y que no
verse sobre un caso que ya haya sido resuelto o esté pendiente de solución ante otro sist inter de DD.HH..
Las denuncias o comunicaciones recibidas por la Comisión son transmitidas al Gobierno interesado p/ que formule las
observaciones pertinentes, de tal forma que se inicia así un procedimiento contradictorio que finaliza con un primer informe
de la Comisión en que se pronuncia sobre la eventual violación de los DD.HH. imputable al Estado denunciado. Con este
informe de carácter confidencial, que se transmite al Estado interesado, se cierra la primera fase del procedimiento, en la
que tan sólo interviene la Comisión, y se abre el cómputo del plazo de tres meses p/ que se inicie la segunda fase, en la que
pueden intervenir alternativa// la Corte Interamericana o la propia Comisión.
Los criterios que permiten la intervención de la Corte en esta segunda fase son muy restrictivos, y así, dicho órgano no
es competente más que si el Estado denunciado ha reconocido expresa// competencia a la Corte. Además, aun siendo
competente, tan sólo pueden presentar demandas ante la Corte los Estados y la Comisión, lo que deja al indi​viduo fuera de
los sujetos legitimados p/ instar la actuación de la Corte.
En caso de que la Corte resulte competente e intervenga, el procedimiento finaliza con una sentencia en la que se
pronuncia con carácter definitivo sobre la violación atribuida al Estado y en la que puede imponer igual// una reparación
equitativa (indemnización económica) a favor de los particulares. A pesar de que son obligatorias p/ los Estados, las
sentencias de la Corte Interamericana carecen de valor ejecutivo.
En el supuesto de que la Corte no intervenga, la Comisión Interamericana recupera su competencia p/ pronunciarse
sobre el fondo del asunto. A tal fin, ha de emitir un informe en el que se pronuncia de manera definitiva sobre la denuncia
presentada por el particular y puede formular recomendaciones al Estado p/ restablecer el respeto y dis​frute del dcho
violado. Aunque el informe definitivo es obligatorio p/ el Estado, el margen de discrecionalidad de que goza a la hora de
aplicarlo es aún mayor que el ya mencionado respecto de las sentencias de la Corte, y la Comisión tan sólo tiene a su
disposición el mecanismo de hacer público el informe en el caso de que el Estado no se aven​ga a las recomendaciones que
se le formulan.
P/ concluir con el sist establecido en el Pacto de San José, hay que hacer referencia a la facultad otorgada a la Corte p/
emitir opiniones consultivas. Dicho mecanismo se concibe en términos mucho más amplios que en otros sist, en especial el
europeo, ya que permite interpretar no sólo la Convención Ameri​cana sobre DD.HH., sino tb otros tratados concernientes a
la protección de los DD.HH. en los E americanos. La opinión consultiva puede ser solicitada tanto por un órgano de la
OEA. c/ por los Estados inte​resados. Estos elementos, junto a la reticencia de los Estados y de la propia Comisión a acudir
en vía contenciosa ante la Corte Interamericana han determinado que la función consultiva de la misma haya sido objeto de
un imp desarrollo.
D) LOS MECANISMOS EXTRACONVENCIONALES DE PROTECCIÓN
C/ ya se señaló supra, el sist convencional previsto en el Pacto de San José no constituye el único mecanismo de
protección de los DD.HH. existente en el sistema interamericano.
Así, de conformidad con las competencias que le otorgan los arts 18, apartados c), d) y g), y 20 de su Estatuto
C
reformado en 1979, la omisión puede desarrollar tres tipos de actividades en vía extraconvencional: estudio sobre la
situación de los DD.HH. en países concretos, estudio de comunicaciones individuales sobre violación de DD.HH. e
investigaciones «in loco» en un determinado Estado, en este caso con el previo consentimiento del mismo. En cualquier
c
caso, el elemento común a las a tividades mencionadas es que son llevadas a cabo por la Comisión en tanto que órgano
principal de la O.E.A. y, por tanto, al margen de texto convencional alguno. De esta forma, el texto normativo de referencia
f
utilizado por la misma p/ el ejercicio de sus unciones es única// la Declaración Americana de Dchos y Deberes del Hombre,
que adquiere así una significación jurídica que no se le quiso asignar originaria// por sus redactores en 1948. Por su parte, en
el caso de estudio de situaciones, que es común a los Estados que han ratificado el Pacto de San José y a los que todavía no
lo han hecho, la Comisión puede aplicar igual// la Convención y todos aquellos textos convencionales en los que sea parte el
Estado cuya situación de DD.HH. es analizada.
Por lo que se refiere al estudio de comunicaciones procedentes de particulares es de destacar que fue desarrollado por la
Comisión c/ un mecanismo de protección desde sus primeras etapas. En el caso de las denuncias presentadas contra Estados
que no han ratificado el Pacto de San José queda excluida la intervención de la Corte Interamericana y se asigna a la
Comisión la total competencia decisoria. También en este caso la eficacia del sistema se centra esencial// en la pu​blicidad
del informe, que puede ser acordada cuando el Estado no cumpla las recomendaciones formuladas por la Comisión.
Mayor interés reviste, por razón de su especificidad, el estudio de la situación de los DD.HH. en cualquier Estado
miembro de la O.E.A. Se trata de una actividad íntima// relacionada con la competencia genérica de la Comisión
Interamericana p/ realizar estudios en el ámbito de los DD.HH. y con su facultad p/ llevar a cabo investigaciones in loco.
Este mecanismo ha dado un interesante resultado, ya que a través del mismo la Comisión ha podido desarrollar de forma
integrada un conjunto de actividades tales c/ entrevistas con autoridades gubernamentales y representantes sociales, visitas a
cárceles y centros de detención, etc., que le han permitido formarse un juicio sobre la situación de los DD.HH. en diversos
Estados americanos e informar al respecto a la AG de la O.E.A. Bien sea con ocasión de su informe anual o a través de la
elaboración de informes especiales individualizados cuando las circunstancias lo han aconsejado. Aunque se trata de un
mecanismo que no ofrece una protección eficaz al particu​lar respecto de supuestos aislados de violación, sin embargo es
idóneo p/ efectuar el control respecto de supuestos de violaciones masivas.
EL SISTEMA AFRICANO
La Carta Africana de los DD.HH. y de los Pueblos, tb conocida c/ la Carta de Banjul fue elaborada en la Conferencia de
Ministros de justicia de la Organización de la Unidad Africana cele​brada en Banjul, Gambia, en enero de 1981 y adoptada
en junio de 1981 en Nairobi en el marco de la 18° Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno de la OUA. Entró en vigor
en 1986. Este tratado presen​ta ciertas originalidades con respecto a sus equivalentes. En primer término, se destaca la
in​clusión del concepto de "Dchos de los pueblos" que da una idea de que los DD.HH. en África son en primer término
colectivos y sólo en una segunda instancia están dirigidos a los individuos. Otro as​pecto único es el esfuerzo efectuado por
los redac​tores p/ otorgar cierto equilibrio entre los dchos y las obligaciones de los individuos, a quienes se imponen una
serie de deberes no sola// p/ con sus semejantes sino también frente a la sociedad, el Es​tado, otras comunidades legal//
reconocidas y la comunidad internacional. Por último, la originalidad se ve re​flejada en el hecho de ser el primer
instrumento en consagrar cierto tipo de dchos tales c/ el dcho a un medio ambiente adecuado favorable al desarrollo de los
pueblos.
A fin de proceder a la promoción y protección de los dchos consagrados en la Carta, se establece una Comisión
conformada por 11 miembros elegidos por su reconocida capacidad y que actuarán a título personal. No obstante que los
miembros no representan a sus Estados de origen, no se incluirá en la Comisión a más de un ​
nacional del mismo
Estado. Los miembros son elegidos en votación secreta por la Asamblea de Jefes de Estados y de Gobierno de la OUA por
un período de 6 meses con posibilidad de reelección.
La comisión tiene una competencia consultiva y una competencia contenciosa. El procedimiento contencioso se articula
en primer término mediante denuncias interestatales. En el caso de que un Estado firmante de la Carta tuviera razones p/
creer que otro Estado firmante ha violado sus disposiciones puede optar por efectuar una presentación ante la Comisión o
utilizar el método de negociación bilateral. Si se decidiera por la última opción, se comunicará por escrito con el Estado
denunciado, comunicación que será igual// re​mitida al Secretario General de la OUA y al Presidente de la Comisión. Dentro
del plazo de 3 meses de recibida la comunicación, el Estado requerido deberá ofrecer al requirente las explicaciones y
aclaraciones del caso, las que incluirán toda la información relevante posible, así c/ las medidas adoptadas p/ poner fin a la
violación denunciada. Venci​do el plazo de 3 meses sin que se arribara a una solución satisfactoria p/ ambas partes el asunto
pasará a conocimiento de la Comisión.
Tanto en el procedimiento descripto c/ en las presentaciones directa// efectuadas ante la Comisión, ésta sólo entenderá
en aquellos asuntos respecto de los cuales se hubieran agotado los recursos internos disponibles, salvo caso de retardo
indebido. Cumplido este requisito de admisibilidad, la Comisión se avocará a la investigación del asunto p/ lo cual podrá
requerir la colaboración de los Estados interesados así c/ valerse de toda otra fuente de información necesaria. Esta etapa
culminará con la elaboración de un informe, p/ cuya confección no se establece un plazo determinado, limitándose la Carta
a señalar que éste debe ser razonable. Dicho informe será remitido a los Estados im​plicados y comunicado a la Asamblea de
jefes de Estados y de Gobierno de la OUA.
Con respecto a las comunicaciones dirigidas a la Comisión por otros sujetos que no sean Estados partes de la Carta
Africana, la Carta establece que serán analizadas si la mayoría simple de los miembros de la Comisión la considera
admisible, p/ lo cual deberán reunirse los siguientes requisitos:
a) identificación del autor
b) compatibilidad de la comunicación con las disposiciones de la Carta
c) no utilización de términos insultantes o despectivos p/ con el Estado denunciado
d) fundamentación en base a informaciones que no sean exclusiva// obtenidas de los medios de comunicación
e) agotamiento de los recursos internos disponibles, sal​vo caso de retardo injustificado
f) presentación de la comunicación dentro de un período razonable
g) no se trate de casos que hayan sido ya resueltos por los Estados involucrados.
La Comisión, una vez verificados los requisitos de admisibilidad, dará conocimiento de la misma al Estado imputado,
tras lo cual pasará a examinar el fondo del asunto. En caso de encontrarse la existencia de una serie de graves y masivas
violaciones de los DD.HH. la Comisión lo someterá a la consideración de la Asamblea de jefes de Estado y de Gobierno.
Esta, a su vez, podrá solici​tar a la Comisión la elaboración de un reporte de los hechos, acompa​ñado de las conclusiones y
recomendaciones pertinentes. Este reporte será remitido a los Estados involucrados y comunicado a la Asamblea.

C/ puede observarse, si bien la iniciativa de la denuncia puede provenir de la comunicación efectuada por un individuo,
el procedi- exige la determinación de una conducta reiterada por parte del Estado, por lo cual serán desestimadas todas
aquellas peticiones individuales que sean incluidas en el marco de una violación masiva y grave.
Todas las medidas tomadas en virtud de las provisiones de este tipo de comunicaciones serán mantenidas en
confidencialidad hasta que la Asamblea decida lo contrario. En cto al reporte, podrá ser publicado por el Presidente de la
Comisión si la Asamblea así lo dispone.
El sistema africano de protección de los DD.HH. ha evolu​cionado en las últimas décadas a través de la creación de los
relatores es​peciales temáticos, tales c/ el Relator Especial p/ las Ejecuciones Arbitrarias y Extra Judiciales o el Relator
especial sobre Prisiones, en​tre otros, quienes cuentan con ciertas facultades p/ solicitar informes a los Estados partes de la
Carta acerca de las materias de su competencia.

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BOLILLA 7
EL ESTADO COMO SUJETO DEL DERECHO INTERNACIONAL
A) EL ESTADO EN EL SENTIDO DEL DI
El D.I., surge histórica// c/ un orden in​terestatal, esto es, regulador de las relaciones entre las sociedades políticas
independien​tes que van creándose en el occidente de Europa en la baja Edad Media y consolidándo​se a lo largo de los s.
XV, XVI y XVII.
En cuanto entidad soberana, el Estado reúne en su plenitud, todas las características que se derivan de ser sujeto del D.l.:
es un sujeto pleno de este orden jurídico. Según la nota de soberanía, que es consustancial al Estado, la naturaleza del poder
estatal consiste, por un lado, en un poder autónomo supremo o summa potes​tas en la conducción de sus relaciones con sus
propios sujetos (aspecto interno), y, por otro, en un poder de determinar libre// su conducta con respecto a los otros Estados
(aspecto externo).
Sin pretender dar una definición del Estado podemos adherirnos a esa caracterización basada en una descripción de sus
tres elementos, la población, el terri​torio y la organización política, abrigados bajo la idea global y básica de la soberanía; lo
que permite calificar al Estado c/ una organización de poder independiente sobre una base territorial.
Esa caracterización, propuesta alguna vez en la jurisprudencia intern, es utilizada en la Convención sobre los dchos y
deberes de los Estados adoptada por la séptima Conferencia Interamericana de 1933, cuyo art. 1 dice: «El Estado, c/ persona
de DI, debe reunir las condiciones siguientes: 1) población permanente; 2) territorio determinado; 3) gobierno; 4) capacidad
de entrar en rela​ciones con otros Estados.»
La población es el conjunto de personas que de modo permanente habitan en el te​rritorio del E y están en gral unidas a
éste por el vínculo de la nacionalidad. Desde el punto de vista del D.I., es indiferente el dato sociológico de la mayor o
menor mag​nitud de la población; c/ tb lo es el de la mayor o menor homogeneidad de ésta en los aspectos étnico, cultural,
lingüístico, etc., salvo a los efectos de hacer entrar en jue​go el pcpio de autodeterminación de los pueblos.
Al caracterizar a la población c/ permanente se está haciendo referencia a su estabilidad relativa sobre el territorio del
Estado.
El hecho de que la población se identifique en pcpio con el conjunto de personas que ostentan la nacionalidad del E (con
los nacionales), no es óbice p/ que el propio E ejerza algunas de sus competencias sobre los no nacionales que residan en él
de modo ocasional o continuado. Y, por otra parte, el hecho de que las competencias personales del E se ejerzan normal//
sobre una base territorial, no impide que a veces tengan un al​cance extraterritorial.
EI territorio es el espacio físico dentro del cual la organización estatal ejercita en ple​nitud la propia potestad de
gobierno, excluyendo en él cualquier pretensión de ejercicio de análogos poderes por parte de otros Estados. A los ojos del
Dl resultan irrelevantes las disparidades territoriales entre los distintos Estados, tales c/ la mayor o menor ex-tensión del
territorio o incluso la discontinuidad territorial.
El territorio abarca un conjunto de espacios (la superficie terrestre, ciertos espacios marítimos próximos a ella en el
supuesto de un Estado costero, el espacio aéreo suprayacente) en los cuales el Estado despliega con el máximo de intensidad
sus poderes soberanos. El territorio estatal está delimitado por las fronteras, pero no es imprescindible que éstas aparezcan
fijadas con absoluta precisión, dándose la circunstancia de que en algunos casos la delimitación fronteriza se realizó con
posterioridad al nacimiento del Estado, sin olvidar, que en oca​siones la situación conflictiva que se desarrolla entre Estados
de reciente aparición a re​sultas del proceso de disolución de un Estado originario puede dificultar durante algún tiempo la
delimitación del territorio de Estados ya reconocidos. En la jurisprudencia intern, se ha pronunciado en el sentido de que es
suficiente con que el territorio del Estado tenga una consistencia apropiada, aunque sus fronteras no hayan sido aún precisa//
delimitadas.
En virtud de su soberanía territorial el Estado tiene, en palabras del árbitro Max Hu​ber, el dcho exclusivo de ejercer las
actividades estatales. Este dcho, que conlleva una triple vertiente, jurídica, política y económica, se ve respaldado por el
pcpio que prohíbe atentar contra la integridad territorial del Estado,
Existen territorios que, sin pertenecer á la soberanía de un Estado, están administra-dos por éste. Tal es el caso de los
territorios bajo dominación colonial —territorios no au​tónomos según la Carta de las N.U. , que, de acuerdo en la
Resolución 2625 de la A.G. de las N.U., tienen una condición jurídica distinta y sep/da de la del territorio del Estado que los
administra, conservan-do dicha condición hasta que el pueblo del territorio en cuestión haya ejercido su dcho a la libre
determinación.
El gobierno en sentido lato es la expresión de la organización política del Estado. Esta organización, se manifiesta, en
con​creto, a través de los órganos encargados de llevar a cabo la actividad social del Estado, tanto en el interior c/ en el
exterior, a través de la creación de normas jurídicas que se impongan a la población y a la propia organización
gubernamental en general dentro del territorio del Estado, y, en fin, a través de la existencia de un poder político autónomo
respecto de los otros poderes que ejercen su actividad en la sociedad.
El conjunto de los órganos del Estado, esto es, el gobierno lato sensu, debe ser efec​tivo, en el sentido de estar en
condiciones de desarrollar las funciones estatales en la es​fera interna y de hacer frente a los compromisos del Estado con
otros sujetos del D.I. en la esfera externa. En este segundo aspecto, el art. 4 de la Carta de las N.U. exige a todo Estado
candidato a miembro de la O.N.U. el estar capacitado p/ cumplir las obligacio​nes derivadas de la Carta.
Presupuesta esa exigencia de que el gobierno sea efectivo, la naturaleza constitucional, representativa o no, del poder
político establecido es indiferente p/ el D.I. actual.

B) EL ESTADO SOBERANO ANTE EL DI: LA INDEPENDENCIA


El Estado soberano se caracteriza por no depender de ningún otro orden jurídico es​tatal ni de ningún otro sujeto del D.I.,
dependiendo sólo del D.I. Al decir que la independencia entendida c/ la no sujeción del Estado a la autoridad de ningún otro
Estado o grupo de Estados es la condición normal de los Estados según el D.I., y «puede ser calificada tanto en cuanto
soberanía (suprema potestas) c/ en cuanto so​beranía exterior, si se entiende por ello que el Estado no tiene sobre sí ninguna
otra au​toridad, salvo la del DI».
La soberanía, ha dicho Carrillo Salcedo, «se nos muestra c/ un pcpio constitucional del DI, símbolo del hecho de que
este último opera sobre la base de coordinación entre los Estados y no de subordinación, y su esencia consiste en el dcho a
r
eje cer las funciones de Estado en un plano de independencia e igualdad respecto de otros Estados». La soberanía tiene, una
r
eje cer las funciones de Estado en un plano de independencia e igualdad respecto de otros Estados». La soberanía tiene, una
r
irreductible dimensión jurídica, y en este sentido se presenta en D.l. c/ una función, c/ un conjunto de dchos y debe es del
Estado. Así, existe una estrecha relación entre el dcho exclusivo del Estado a ejercer las actividades estatales y la obli​gación
de proteger, dentro del propio territorio, los dchos de los restantes Estados y los dchos que éstos puedan recabar p/ sus
nacionales en territorio extranjero .Y, en lo que se refiere a la proyección de la soberanía sobre las perso​nas, hay que señalar
que el ejercicio de las competencias del Estado respecto de todas aquellas que se encuentren bajo su jurisdicción, aun
perteneciendo en pcpio al ámbi​to reservado de actividad estatal, debe respetar las reglas del D.l. relativas a los dchos
humanos y a la especial protección debida a determinadas categorías de personas.
Una expresión concreta de la soberanía es la igualdad soberana de los Estados, reco​gida en la Carta de las N.U. (art. 2,
apartado 1) c/ uno de los pcpios rectores de la Organización Mundial. Este pcpio ha sido precisado en su contenido por la
A.G. de las N.U. en la Declaración de pcpios incorporada en su Resolución 2625, en la cual se significa que en virtud de
dicho pcpio todos los Estados «tienen iguales dchos e iguales deberes y son por igual miembros de la comunidad intern,
pese a las diferencias de orden económico, social, político o de otra índole». Trátase, pues, de una igualdad jurídica, de una
igualdad ante el D.l., que garantiza el respeto de la integri​dad territorial y la independencia política de cada Estado y, en
particular, de su dcho a elegir y a llevar adelante en plena libertad su sistema político y socioeconómico, con independencia
de consideraciones sociológicas c/ la magnitud del poder político y militar, la importancia económica, la extensión
territorial, etc.
La vigencia del pcpio formal de la igualdad soberana de los Estados, en el sentido de una igualdad de todos los Estados
r
ante el D.l., no excluye que éste, por una parte, dé traducción jurídica a cie tas desigualdades de hecho que puedan dar lugar
a di​ferencias en cuanto al contenido de los dchos y obligaciones de los distintos Estados en función de sus respectivas
situaciones, y, por otra parte, se haga eco de esas desigual​dades p/ intentar superarlas en un plano de justicia distributiva.

Otro pcpio derivado de la noción de soberanía es el pcpio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados.

Este pcpio, pertenece sin duda al D.l. consuetudinario y es corolario del pcpio de igualdad soberana de los Estados, aparece
recogido en la Resolu​ción 2625 de la A.G. de las N.U., en la cual se le define en el sentido de que «nin​gún Estado o grupo
de Estados tiene dcho a intervenir directa o indirecta//, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de
cualquier otro», por lo cual «no sola// la intervención armada, sino tb cualesquiera otras formas de inje​rencia o de amenaza
atentatoria de la personalidad del Estado, o de los elementos políti​cos, económicos y culturales que lo constituyen, son
violaciones del DI»; quedando prohibidos, en concreto, el recurso a medidas económicas, políticas o de cualquier otra
índole p/ coaccionar a otro Estado, y el uso de la fuerza p/ privar a los pueblos de su identidad nacional. La propia
resolución incluye una referencia a lo que constituye su verdadero fundamento, cual es el dcho inalienable de todo Estado a
elegir su sistema político, económico, social y cultural sin injerencia de ninguna clase por parte de ningún Estado; dcho que,
a su vez, no es sino la encarnación del pcpio de libre determinación.
Por lo demás, la prohibición de la intervención no opera sólo frente a los Estados, sino tb frente a las organizaciones
intern. En este sentido, el art. 2, apartado 7, de la Carta de las N.U. establece que «ninguna disposición de esta Carta
autorizará a las NU a intervenir en los asuntos que son esencial// de la jurisdicción in-terna de los Estados, ni obligará a los
Miembros a someter dichos asuntos a procedi​mientos de arreglo conforme a la presente Carta».
Ya hemos dicho que el Estado soberano se caracteriza por no depender de ningún otro orden jurídico que no sea el D.I.
ni de ningún otro sujeto del D.I. Esto sitúa en el primer plano la nota de la independencia, que, c/ tb hemos dicho, es
consustancial a la soberanía en su proyección exterior. Rousseau ha desarrollado una teoría general de la independencia, que
descubre en ésta, desde una perspectiva jurídico-intern, los elementos de la exclusividad, la autonomía y la plenitud de la
competencia estatal. La exclusividad de la competencia significa que, en un territorio determinado sólo se ejerce una
competencia estatal, p/ lo cual la autoridad que gobierna en dicho territorio excluye la intervención de cualquier otra
autoridad, monopolizando todos los poderes en el medio jurídico que dicha autoridad tiene asignado. La autonomía de la
competencia, por su parte, supone la Libertad de decisión en la esfera de competencia propia, lo que expresa que el Estado
r
ac​túa según su propio criterio, sin necesidad de seguir las direct ices o indicaciones que pretenda imponerle otro Estado. La
plenitud de la competencia, sirve p/ distin​guir la competencia del Estado, que es indeterminada ratione materiae, de las
compe​tencias de otras colectividades públicas, que, siendo competencias de atribución, están necesaria// limitadas en cuanto
a su objeto; sin perjuicio de que las extensiones de la competencia estatal puedan dar lugar a la responsabilidad intern del
Estado en el caso de que, en violación del D.l., se causen perjuicios a los terceros Estados o a los par​ticulares.

EL RECONOCIMIENTO DEL ESTADO


A) RASGOS CONCEPTUALES
La aparición de un Estado en la escena intern. Puede producirse sin que otros Estados se vean afectados, o bien a partir
de Estados preexistentes, ya sea a resultas de su modificación o de su ex​tinción.
r
Una vez que un Estado creado po cualquiera de estas vías reúne de hecho los ele​mentos que lo caracterizan c/ tal, puede
decirse que existe en tanto que sujeto pleno del D.I. Desde entonces, los otros Estados están en condiciones de verificar su
existencia real, prestándole su reconocimiento.
En este sentido parece más cierta la caracterización del reconocimiento c/ acto declarativo (el Estado existe de iure
desde que concurren en él los elementos básicos de la estatalidad, limitándose el reconocimiento a verificar tal
circunstancia) que c/ acto constitutivo o atributivo (el reconocimiento crea el Estado).
No obstante, es posible distinguir en la práctica un cierto aspecto constitutivo, en la medida en que, si bien el nuevo
Estado es sujeto de D.I. desde que nace, no puede ejercitar plena// ciertos dchos hasta que haya sido reconocido, por lo cual
se ha dicho que el acuerdo de iniciar relaciones oficiales con el nuevo Estado tiene ya un carácter constitutivo y que,
c/quiera de los supuestos de hecho del Estado sólo resultan evi​dentes a través del reconocimiento, «éste no es una simple
formalidad, sino que tiene una gran significación práctica». En otras palabras, aunque el reconocimiento po​see un indudable
valor declarativo en relación con la existencia del Estado, pues no hace sino constatarla, la capacidad de acción del nuevo
r
Estado en el plano intern es muy rest ingida antes de su reconocimiento formal, siendo éste indispensable p/ el pleno
ejercicio de sus competencias exteriores o p/ el pleno despliegue de los efectos de sus actos jurídicos en el territorio de otro
Estado.
El reconocimiento es un verdadero acto jurídico y no un puro gesto político.
No hay, un deber jurídico-intern de reconocer, si bien pueden observarse en la práctica orientaciones en apoyo de la
concepción del reconocimiento obligado. Esa inexistencia de una obligación de reconocer se traduce a veces en situaciones
de negativa de reconocimiento a pesar de la efectividad del nuevo Estado (posición tradicional de los Estados árabes
respecto de Israel). En otros casos se ha dado un reconocimiento tar​dío, actitud detectable en supuestos de secesión de
territorios o de emancipación de co​lonias, en los que el Estado matriz se resiste a su propio desmembramiento; sin que en
estos casos los terceros Estados tengan que esperar a la decisión del Estado que sufre la pérdida territorial p/ otorgar su
reconocimiento al nuevo Estado. Cabe, la práctica, tachada de arbitraria, del reconocimiento prematuro, otorgado cuando
aún no se da la existencia efectiva del Estado. El reconocimiento prematuro, que en pcpio supone una intervención en los
asuntos internos del Estado, ha obedecido con fre​cuencia al intento político de consolidar situaciones ficticias o establecidas
en violación del D.I..
Los Estados suelen tener en cuenta, a la hora de reconocer, la evolución de la situa​ción en los procesos de creación de
nuevos Estados, adaptando su conducta a esa evolu​ción e incluso estableciendo condiciones p/ el reconocimiento de la
nueva entidad. Ello ha sido así:
• En los casos de aparición de nuevos Estados a resultas de la disolución de la U.R.S.S.: aquella voluntad de reconocer
está supeditada, entre otras cosas, al respeto de la Carta de las N.U., del Acta Final de Helsinki y de la Carta de París p/ una
nueva Europa, la garantía de los dchos de los grupos étnicos y nacionales así c/ de las minorías, el respeto de la
inviolabilidad de los límites territoriales
• Y de la República Federativa de Yugoslavia: se comprometa, antes del reconocimiento, a adoptar garantías
institucionales y políticas que aseguren que no tiene pretensiones territoriales en relación con un Estado vecino que sea
miembro de la Comunidad, y a no realizar actividades hostiles de propaganda contra un país vecino.
Un aspecto a tener en cuenta a la hora de valorar desde un punto de vista jurídico el reconocimiento otorgado por
terceros es el de la situación concreta de una entidad terri​torial a la luz del pcpio de autodeterminación de los pueblos.
En este contexto de tránsito de la dependencia a la independencia de un pueblo en ejercicio del dcho de libre
determinación, a veces se originan situaciones fluidas en que los terceros Estados, frente a actos de autoconstitución c/
nuevo Estado realiza-dos por ciertos movimientos de liberación nacional que representan a pueblos en lucha, reac​cionan de
modo diferente, ya prestando su reconocimiento a las entidades así creadas c/ verdaderos Estados pese a la no concurrencia
plena de los elementos que caracte​rizan al Estado, ya negándoles su recono​cimiento, no ya c/ Estados, sino incluso c/ tales
movimientos de liberación.

B) LA DOCTRINA DEL NO RECONOCIMIENTO


En la doctrina y en la práctica intern se ha buscado, a falta de un deber ju​rídico-intern de reconocer, preconizar un deber
jurídico-intern de no reco​nocer, en aquellos casos, en que la situación se establece en contradicción con una regla jurídica
c/: a) la que prohíbe el uso ilícito de la fuerza; b) la que expresa el pcpio de no intervención sazonado con la prohibición de
poner en peligro la integridad territorial y la indepen​dencia política de un Estado o c) la que procla​ma el dcho de
autodeterminación de los pueblos .
Pese a lo loable de ese esfuerzo por consagrar en el D.I. positivo una obligación ge​neral de no reconocimiento en
supuestos c/ los señalados, lo cierto es que diversos factores políticos dificultan la viabilidad de tal pretensión, por lo cual se
ha podido decir que, aparte de los casos de violación de la regla de ius cogens que prohíbe el recurso a la fuerza, «es tal vez
aún muy pronto p/ afirmar que el Dcho positivo consagra en lo sucesivo una obligación general de no reconocimiento por
ilegalidad».
En todo caso, el deber de no reconocer situaciones creadas mediante el uso ilícito de la fuerza aparece sancionado en
importantes convenios y resoluciones intern, entre ellos, la Carta de la O.E.A. y la Resolución 2625 de la A.G. de las N.U.
que contiene la De​claración sobre los pcpios de DI referentes a las relaciones de amis​tad y a la cooperación entre los
Estados, según la cual: «No se reconocerá c/ legal ninguna adquisición territorial derivada de la amenaza o el uso de la
fuerza.»

C) LAS FORMAS Y EL PROCESO DEL RECONOCIMIENTO


En cuanto a las formas que puede revestir el reconocimiento, cabe distinguir por una parte entre un reconocimiento
individual y un reconocimiento colectivo, y por otra entre un reconocimiento expreso y un reconocimiento tácito o implícito
(deducido, éste, de hechos concluyentes c/ el intercambio de agentes diplomáticos. La forma más frecuente es la del
reconocimiento individual expreso, que habitual// se hace mediante un acto uni​lateral (nota diplomática, declaración),
aunque a veces puede efectuarse a través de un tratado bilateral con el E al que se pretende reconocer o de un comunicado
conjun​to ad hoc . La fórmula consistente en el acuerdo recíproco de establecer (o restablecer, en el caso de los tres Estados
bálticos) relaciones diplomáticas y proceder en el más breve plazo posible a la acreditación de embajadores.
La cuestión de si la admisión de un nuevo Estado en una organización intern implica el reconocimiento por los distintos
Estados miembros de la organización, es una cuestión controvertida que, no obstante, tiende a resolverse en un sentido
negativo a partir de la con​sideración del reconocimiento c/ un acto libre y discrecional y, c/ tal, no obligato​rio.
Desde el punto de vista del modus operandi, se ha distinguido, entre un reconocimiento de facto o provisional y un
reconocimiento de iure o definitivo, irrevocable por tanto, precediendo aquél a éste cuan-do el nuevo Estado no pueda
considerarse aún c/ plena// consolidado, y ello de acuerdo con la visión del reconocimiento c/ un proceso que viene a
culminar en un acto final o definitivo.

EL RECONOCIMIENTO DE GOBIERNOS
A) LAS MODIFICACIONES POLÍTICAS INTERNAS Y EL PCPIO DE LA CONTINUIDAD DEL ESTADO
Las alteraciones que puedan producirse en la organización política interna de un Es​tado no afectan en pcpio a la
condición internacional de éste, salvo en el caso de la desaparición de todo gobierno, que conllevaría la extinción del Estado
a falta de uno de sus elementos. Ello quiere decir que, con base en el pcpio de la seguridad ju​rídica que debe presidir las
relaciones intern, cualesquiera cambios sobreveni​dos en el régimen político de un Estado dejan inalteradas sus obligaciones
internacionales frente a terceros.
Ello no significa, que los cambios internos en un Estado carezcan de toda relevancia en el plano jurídico intern. Es
cierto que el D.I. es en pcpio neutro frente a los eventos políticos internos, lo que se expresa, entre otras cosas, en el pcpio
según el cual cada Estado tiene «el dcho a elegir y a llevar adelante libre// su sistema político, social, económico y
cultural», de lo que resulta, según ha advertido el T.I.J., que «las orientaciones políticas internas de un Estado
pertenecen a la competencia exclusiva del mismo, siempre que, bien entendido, no violen una obligación de
DI.». Pero. con todo, esos cambios internos pueden influir en el sentido de que un nue​vo gobierno surgido en un
Estado por vías de hecho (golpe de Estado, revolución, etc.) en contradicción con el orden constitucional
establecido puede verse en dificultades p/ ejercer en plenitud sus funciones en el plano intern si no se ve
r
respaldado por el reconocimiento de los gobiernos de otros Estados; reconocimiento que le permitirá de​sar ollar
relaciones diplomáticas plenas, litigar en nombre del Estado que pretende re-presentar ante los tribunales de
otros Estados (aquellos cuyos gobiernos lo hayan reco​nocido), etc.

B) RASGOS CONCEPTUALES DEL RECONOCIMIENTO DE GOBIERNOS


Mediante el reconocimiento de gobiernos (concepto) se declara la voluntad de mantener rela​ciones con un
gobierno que ha venido a sustituir a otro de forma irregular, (gobierno de facto en contraposición al go​bierno
legal o de iure). Se ha podido conceptuar el reconocimiento de gobiernos, frente al de Estados, c/ «un acto por
el cual se da la conformidad p/ con​tinuar las relaciones habituales de intercambio con el nuevo régimen, cuando
este nuevo régimen ha surgido de manera diferente a la sucesión pacífica y normal de autoridades de un país, de
modo diverso a la sucesión de gobiernos constitucional// establecida».
Por su parte, el Instituto de DI, ha expresado que «el reconocimiento del nuevo gobierno de un Estado ya
reconocido es el acto libre por el que uno o varios Estados verifican que una persona o un grupo de personas
están en condiciones de obligar al Estado que pretenden representar y expresan su voluntad de mantener
relaciones con ellas».
De esta caracterización se desprende que se procederá o no a reconocer en función del tipo de relaciones que se desee
mantener con el equipo que pretende representar al Estado; son, en definitiva, criterios de política exterior y no normas
jurídico-intern los que influyen en la decisión de reconocer o no>. Ello indica que el reconocimiento de gobiernos, más que
el de Estados, está influido por una serie de factores políticos que hacen difícil su aprehensión según pautas jurídicas: así,
no parece que pueda determinarse mediante normas de D.I. los requisitos que debe reu​nir un gobierno de facto p/ ser
reconocido.
En todo caso, «del simple hecho de que haya nacido por vías no constitucionales no se derivan límites jurídicos a su
competencia intern p/ ac​tuar en nombre del Estado». Sin duda por ello se ha podido considerar c/ la más adecuada desde el
punto de vista del D.I. la doctrina de la efectividad ​
según la cual habría obligación de reconocer a los gobiernos que
ejercen un control efectivo sobre un territorio y la población que en él se asienta.
Por otra parte, existe una indudable relación entre el reco​nocimiento de gobiernos y el reconocimiento de Estados, en el
doble sentido de que el reconocimiento de un nuevo Estado implica, necesaria//, el del gobierno que en ese momento ocupa
el poder y de que, una vez realizado, el reconocimiento del Estado per​siste a pesar de los cambios de gobierno.
C) LAS DOCTRINAS SOBRE EL RECONOCI- DE GOBIERNOS Y SU APLICACIÓN EN LA PRÁCTICA
Aparte de la doctrina de la efectividad, que se orienta hacia la configura​ción de un deber de reconocer a todo gobierno
que ejerza un poder efectivo en el territorio estatal, se han elaborado, sobre todo en el continente americano, sendas
doctrinas inspiradas, respectiva//, en los criterios de la legalidad (doctrina To​bar) y de la efectividad (doctrina Estrada), si
bien en este último caso, no se trata tanto de asegurar el reconocimiento de todo nuevo gobierno efecti​vo c/ de no
pronunciarse en términos de reconocimiento, limitándose el tercero a pro-seguir o no las relaciones diplomáticas normales
con el nuevo equipo de poder.
En cuanto al criterio de la legalidad, recibió expresión en la doctrina Tobar formulada en 1907 por Carlos Tobar, según
la cual «la manera más eficaz de poner término a los cambios violentos de gobierno inspirados en la ambición consiste en
que los Estados se nieguen a reconocer a los gobiernos transitorios, nacidos de las revo​luciones, hasta que demuestren que
gozan del apoyo de sus países», apoyo que debería reflejarse en el asenti- de una Asamblea representativa (de ahí que tb se
la conoce c/ doc​trina de la «legitimidad constitucional»).
La doctrina Tobar, tuvo sus prolongaciones en formulaciones posteriores dentro del continente americano. Es de citar la
doctrina Wilson, formulada por el Pre​sidente norteamericano de este nombre, y aplicada en la práctica por los Estados
Unidos con respecto a México (al negarse a reconocer al gobierno del general Huerta entre 1913 y 1914). Otra de las
aplicaciones del criterio de la legali​dad la representa la llamada doctrina Larreta, formulada por el Ministro de Relaciones
Exteriores de Uruguay, la cual propugna la adopción de una posición colectiva o concertada por parte de los distintos países
ameri​canos respecto de los gobiernos surgidos por vías de hecho, en defensa de los pcpios de la democracia y de la
solidaridad americana.. Final//, procede apuntar que la llamada doctrina Betancourt, formulada por el Presidente venezolano
y aplicada en la práctica por Venezuela entre 1959 y 1968 (hasta su abandono por el Presidente Caldera so pretexto de que
había llevado a Vene​zuela a la ruptura de relaciones con diversos países del área con la consecuencia de un progresivo
aislamiento del país) puede incluirse dentro de las doctrinas inspiradas en el criterio de la legalidad.
Entre las doctrinas que se inspiran en el criterio de la efectividad, destaca la ya cita-da doctrina Estrada, que rechaza la
aplicación arbitraria que había venido haciéndose del criterio de la legalidad, lo que daría lugar a «situaciones en que la
capacidad legal o el asenso nacional del gobierno o autoridades parece supeditarse a la opinión de los extraños».
Esta doctrina, más que inclinarse hacia la configuración de un de​ber de reconocimiento de los gobiernos surgidos por
vía de hecho que se caractericen por su efectividad, se orienta a sustituir en su caso el reconocimiento expreso por el tácito
al referirse a la posibilidad de mantener (o retirar) los agentes diplomáticos acreditados, lo que no deja de ser un signo
externo de la intención de reconocer (o no reconocer) al nue​vo gobierno. Más orientada hacia el criterio de la efectividad
parece estar la llamada doc​trina Díaz Ordaz, que, aun en la línea de la doctrina Estrada, aporta una modificación en el
sentido de que México expresa su deseo de que no se produzca «solución de continuidad en sus relaciones con los demás
países latinonamericanos, cualquiera que sea el carácter o la orientación de sus gobiernos».
En relación con todo lo hasta aquí expuesto, conviene hacer una serie de considera​ciones:
a) Teniendo en cuenta el carácter discrecional del reconocimiento y su frecuente vinculación a factores políticos, no
puede decirse que exista en el D.I. general una regla que, con base en el pcpio de efectividad, obligue a reconocer a los
gobiernos de fac​to cuando efectiva// ejerzan un control sobre el territorio y la población; aunque sí sé puede sostener que un
reconocimiento prematuro, es decir, otorgado cuando la situa​ción de cambio político interno aún no se ha consolidado,
puede constituir un acto intern// ilícito en tanto contrario al pcpio de no intervención en los asuntos in-ternos de otros
Estados.
b) Si se admite que todo gobierno efectivo y estable es un gobierno en el sentido del D.I. y que del hecho de haber
nacido por vías no constitucionales no se derivan lími​tes jurídicos a su competencia intern, la aplicación de criterios
políticos que supongan una valoración de la «calidad» del nuevo gobierno desde un determinado punto de vista ideológico
puede, a su vez, llegar a suponer una violación del expresado pcpio de no intervención.
c) Aun no existiendo en el D.I. general una regla que establezca la obligación de no reconocer o dejar de reconocer a
gobiernos «ilegales» en ciertos casos, podría llegar a establecerse por vía convencional una obligación de rom​per relaciones
diplomáticas (en este sentido el art. 41 de la Carta de las N.U. que prevé esta medida c/ sanción) o no reconocer c/ legítimo
a un gobierno que viole obligaciones intern básicas, sobre la base de la decisión de un órgano competente de una
organización intern.
d) Teniendo en cuenta los ya aludidos pcpios de efectividad y de no interven​ción, no parece posible mantener
indefinida// el reconocimiento de un «gobierno en el exi​lio» (aquel que reivindica su autoridad sobre un Estado en el que
ejercen el poder efecti​vo otras autoridades), pues tal actitud puede pasar a convertirse en una ficción cuando las expectativas
de retorno al poder por parte del gobierno desplazado se disipan con la con​solidación de la nueva situación, lo que puede
justificar la legítima protesta del gobierno efectivo en exigencia del respecto por los terceros del ejercicio de su soberanía
territo​rial.
Final//, hay que referirse a la distinción entre un reconocimiento de iure o pleno y un reconocimiento de facto o parcial,
la cual se ajusta a una cierta gradualidad en la actitud de los terceros hacia el nuevo equipo de poder que surge en un Estado.
El Instituto de DI expresaba que el reconoci- «puede ser definitivo y pleno (de iure), y provisional o limitado a
determinadas rel jcas (de facto)». En este sentido se habla de la conveniencia de adaptar el procedimiento del reconoci- a la
realidad, reconociendo a un gobierno nuevo primero c/ gobierno de hecho y luego, cuando su situación se ha estabilizado, c/
gobierno de dcho.

D) FORMAS DEL RECONOCIMIENTO DE GOBIERNOS


Lo que queda dicho más arriba sobre las formas del reconocimiento de Estados vale en general con respecto al
reconocimiento de gobiernos. Así pues, cabe distinguir entre un reconocimiento expreso, que suele realizarse a través de un
acto unilaterial o a veces a través de una declaración conjunta o incluso de un tratado ad hoc, y un reconocimien​to implícito,
deducido de ciertos hechos c/ el intercambio de agentes diplomáticos o el mantenimiento de los que estaban en sus puestos,
la conclusión de un tratado, etc.
Por lo que respecta a la distinción entre un reconocimiento individual y un reconoci​miento colectivo, y en relación
precisa// con este último, procede advertir que la par​ticipación de un gobierno en conferencias intern o su admisión en
organizacio​nes intern no implica necesaria// su reconocimiento por parte de los Estados participantes en la conferencia o
integrantes de la organización. Ello no obstante, una or​ganización universal c/ las N.U. se contempla c/ un foro apropiado,
no ya sólo p/ promover y coordinar el no reconocimiento de gobiernos cuya conducta es contraria a ciertas reglas intern
básicas, sino incluso p/ discernir, entre dos gobiernos que se disputan la autoridad sobre un mismo Estado, cuál de ellos es
el representativo; cues​tión ésta que ha tendido a resolverse por parte de la A.G. asistida de su Comité de credenciales sobre
la base del criterio de la efectividad.

PRINCIPIOS DEL DI REFERENTES A LAS RELACIONES DE AMISTAD Y COOPERACIÓN ENTRE LOS


ESTADOS

LA NO INTERVENCIÓN
1. Introducción
Si los Estados que conforman la Cl son soberanos e iguales, ello quiere decir que en sus rel recíprocas ninguno puede
ejercer au​t sobre otro. Eso se en el pcpio de no intervención de un E en los asuntos internos o externos de otro, corolario de
la igualdad soberana.

2. En el DI clásico
La intervención no estaba prohibida. Posterior//, se fue restringiendo el concepto de intervención legí​tima a ciertos
casos, entre otros:
• Cuando existía un tratado que las autorizara;
• a petición del Gobierno legítimo de un Estado;
• en nombre de la CI, c/ en la intervención humanitaria;
• p/ el cobro de deudas públicas;
• p/ la protección de nacionales en el exterior.
La CIJ, en el caso del Canal de Corfú, se expresó clara// en con​tra de un pretendido dcho de intervención, que en su
parecer no era sino la manifestación de una política de fuerza que había dado lugar en el pasado a los más graves abusos y
que no podía encontrar un lugar en el DI actual.
3. El art. 2.7 de la Carta
"Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las NU a intervenir en los asuntos que son esencial// de la jurisdicción
in-terna de los Estados, ni obligará a los Miembros a someter dichos asuntos a procedimientos de arreglo conforme a la
presente Carta, pero este pcpio no se opone a la aplicación de las medidas coercitivas prescritas en el Capítulo 7."
Una primera observación: el texto no menciona sino a la Organiza​ción, esto es, no se refiere en forma directa a los
Estados. En la práctica, se hicieron 2 lecturas, una restrictiva y la otra amplia. La 1ª identificaba intervención con uso de la
fuerza: eso era lo prohibido, la intervención con utilización de la fuerza. La 2ª, en cambio, se amparaba en la introducción
del art. 2 que textual// dice: "P/ la realización de los propósitos consignados en el art. 1, la Organización y sus miembros
procederán de acuerdo con los sig pcpios:" Con lo que suponía la extensión a los Miembros de la Organización del deber
impuesto a esta última por el pcpio.

4. Las Resoluciones 2131 y 2625


Las resoluciones vinieron a termi​nar con las especulaciones, puesto que se ocupan específica// de la no intervención en
el plano de Estado a Estado. Dada la aceptación con que ambas fueron recibidas por la comunidad intern, no cabe duda de
que al presente sus textos han llegado a ser normas consuetudinarias y así lo dijo la propia CIJ en el asunto de Nicaragua vs.
Estados Unidos.
Bajo el título de "El pcpio relativo a la obligación de no interve​nir en los asuntos que son de la jurisdicción interna de
los Estados" la Declaración dice: "Ningún Estado o grupo de Estados tiene dcho de intervenir direc​ta o indirecta//, y sea
cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro. Por lo tanto, no sola// la interven​ción armada sino
tb cualesquiera forma de injerencia o de ame​naza atentatoria contra la libertad del Estado o de los elementos políticos,
económicos o culturales que lo constituyen, son violaciones del DI.
"Ningún Estado puede aplicar o fomentar el uso de medidas econó​micas, políticas o de cualquier otra índole, p/
coaccionar a otro Estado a fin de lograr que subordine el ejercicio de sus dchos so​beranos y obtener de él ventajas de
cualquier orden. Todos los Estados deberán tb abstenerse de organizar, apoyar, fomentar, financiar, instigar o tolerar
actividades armadas, terroristas o sub​versivas encaminadas a cambiar por la violencia el régimen de otro Estado y de
intervenir en la guerra civil de otro Estado.
"El uso de la fuerza p/ privar a los pueblos de su identidad nacional constituye una violación de sus dchos inalienables y
del pcpio de no intervención.
"Todo Estado tiene el dcho inalienable de elegir su sistema político, económico, social y cultural, sin injerencia en
ninguna forma por parte de ningún otro Estado.
"Nada en los párrafos precedentes deberá interpretarse en el sentido de afectar las disposiciones pertinentes de la Carta
relativos al mante​nimiento de la paz y seguridad intern."
La Resolución 2625 contiene interesantes especificaciones. (quién, por qué y cómo)
• La frase "directa o indirecta//" contenida en el primer párrafo excluye la intervención a través de terceros
intermediarios.
• La frase "sea cual fuere el motivo" destierra las causales del DI clásico relativas al cobro de deudas y a la interven​ción
llamada "humanitaria". La ayuda a la lucha de liberación nacional contra la colonización sería, sin embargo, excepción a la
regla anterior, pero esta excepción se forjó sólo en la década de 1960/70, con motivo de la descolonización.
• "Sean cuales fueren los medios empleados" tiene por fin incluir en forma indudable en este terreno los medios
económicos, que no fueron admitidos en el del uso de la fuerza.

5. La naturaleza del pcpio


"El pcpio de no intervención supone el dcho de todo Estado soberano de conducir sus asuntos sin injerencia exterior;
aunque los ejemplos de violación del pcpio no sean raros, la Corte estima que forma parte del DI consuetudinario"... "La
existen​cia del pcpio de no intervención en la opinio juris de los Estados se apoya en una práctica importante y bien
establecida. Por otra parte, se ha presentado este pcpio c/ un corolario del pcpio de igualdad soberana de los Estados."
Tal fue la opinión de la CIJ en el caso concerniente a las actividades militares y p/militares en y contra Nicaragua
(Nicaragua vs. Estados Unidos) en 1986. La Corte reconoce la exis​tencia de este pcpio en el DI general y su opinio juris
fundamentada en la aceptación gral del pcpio c/ dcho y en su estrecha relación con otro pcpio indudable// con​suetudinario,
c/ el de la igualdad soberana de los Estados. Respecto a su carácter imperativo, esto es, de su pertenencia al lla​mado jus
cogens, la Corte no se expidió en ese asunto.
Contenido del pcpio. Medios
La misma Corte se encargó de delimitar el alcance del pcpio.
"La intervención prohibida debe recaer sobre materias respecto de las cuales el pcpio de soberanía de los Estados
permite a cada uno de ellos decidir libre//. Ello ocurre con la elección del sistema político, económico, social y cultural y
con la formulación de la políti​ca exterior. La intervención es ilícita cuando utiliza medios de coer​ción respecto a esas
elecciones, que deben permanecer libres. Este elemento de coerción, es particular// evidente en el caso de una intervención
que utiliza la fuerza, bien bajo la forma directa de una acción militar, bien bajo la forma indirecta de apoyo a act armadas
subversivas o terroristas en el interior de otro Estado."
Quiere ello decir que, aún cuando la intervención tuviera el mejor propósito, c/ el de ayudar a una facción del país que
busca la im​plantación de un régimen democrático, o la implantación de una conducta estatal acorde con el respeto a los
dchos humanos fun​damentales de la población, no adquiriría con ello legitimidad.

EL PRINCIPIO DE LA IGUALDAD SOBERANA DE LOS ESTADOS


1. La soberanía
La igualdad de los Estados es otro corolario de su soberanía: son iguales porque son soberanos. La soberanía, en las
relaciones entre Es​tados, significaba la independencia.
Ese puede ser el verdadero significado que resta de una palabra utili​zada a veces en las relaciones intern o en la política
interna con un sentido absoluto. Soberano es el poder supremo en un determi​nado ámbito, y con las limitaciones que la
democracia impone por la sujeción de los gobiernos a las propias leyes, en lo interno puede encon​trarse algo que se parezca
a un soberano. No en lo internacional, donde el sentido verdadero de la palabra se encuentra con obstáculos insalvables: la
coexistencia de otros iguales y el DI que regla sus relaciones. El concepto absoluto de soberanía es incompa​tible con el
dcho de gentes que le impone limitaciones y con la mera coexistencia con otras entidades que reclaman p/ sí los mismos
dchos que el que se pretende soberano.

2. La igualdad
La igualdad soberana de los Estados se consagra en el art. 2.1 de la Carta de las UN: "La Organización está basada en el
pcpio de la igualdad soberana de todos sus Miembros."
Y la Resolución 2625 agrega que: "Todos los Estados gozan de igualdad soberana. Tienen iguales dchos e iguales
deberes y son por igual miembros de la comunidad intern, pese a las diferencias de orden económico, social, político o de
otra índole"
Este texto se refiere a 2 cosas distintas; una es la igualdad de dchos de Estados grandes y pequeños, otra es la
desigualdad que, en los hechos, tienen los Estados lo mismo que los seres humanos. Hay, en​tonces, una igualdad formal y
una desigualdad real.
La igualdad jurídica de los Estados implica la no discriminación de algunos frente a normas generales, pero ello no
quiere decir que todos deban ser tratados igual//.
"
Esto introduce la idea de la desigualdad compensadora" que fun​damenta todo el llamado "dcho del desarrollo", de nat
con​vencional, y que impone a algunos Estados "todo un sistema de ayuda, de transferencias de tecnología, de sist de
preferencias sin recipro​cidad, etc."
En el dcho del mar, la Convención de Montego Bay otorga ciertas ventajas a los Estados sin litoral, y en algunos
convenios de integración se habla de "países de menor desarrollo económico relativo" que obtie​nen por ello mismo ciertas
ventajas.
Esto en el orden del DI particular, en el que los Estados en ejercicio de su soberanía pueden comprometerse a
prestacio​nes desiguales. En el general, esta situación no tiene lugar, al menos hasta el presente.
EL PRINCIPIO DE LA LIBRE DETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS
"
1. El DI "clásico
La noción es moderna: el DI clásico no la admitía. Es cierto que un concepto pariente, c/ el de nación o nacionalidades,
tuvo en el orden político, mucha vigencia y su resultado fue la independencia de pueblos c/ Bélgica y Grecia en la primera
mitad del s. XIX, y, luego de la Primera Guerra Mundial, la puesta en marcha de combinaciones nacionales c/
Checoeslovaquia y Yugoslavia sobre los restos del Imperio austro-húngaro, complemen​tada con un régimen de protección
de las minorías que habían quedado encerradas en los nuevos recintos nacionales. Pero tales eran movimien​tos y acciones
en el campo político; en el jurídico no se registraron equivalentes resultados respecto de los pueblos.

2. El dcho de la Carta y su evolución posterior


Tras un comienzo algo tibio en la Carta de las NU, es en el seno de esta institución donde el pcpio de libre
determinación c/ un dcho de los pueblos coloniales se forja decidi​da//.
La Carta disponía (art. 77) que pasaran al régimen de tutela del Cap. XII los territorios que:
• estuvieran bajo el régimen de mandatos de la Sociedad de Naciones,
• hubieran sido colonias de los Estados enemigos,
• fueran colocados voluntaria// bajo este régimen por los E responsables de su adm.
Las potencias encargadas de la administración de territorios tenían ciertas obligaciones, pero no la de conceder la
independencia a sus pue​blos. P/ las potencias colonizadoras, su relación con esos territorios era una materia de dcho interno
y la libre determinación apenas una expresión de los objetivos de la Carta (art. 1.2) que no alcanzaba a constituir una N jca.
Sólo a través de la famosa Resolución 1514 de 1960,la AG​NU establece las bases de tal dcho, que fundamenta el
importante proceso de descolonización que conocemos.
Su art. 2 reza: "Todos los pueblos tienen el dcho de libre determinación; en virtud de ese dcho determinan libre// su
condición política y persi​guen libre// su desarrollo econ, social y cultural".
Este texto es reforzado por uno de similar tenor de la Resolución 2625 ya citada y puesto en términos de corto plazo por
el art. 3 ("La falta de preparación en el orden político, económico, social o educativo no deberá nunca servir de pretexto p/
retrasar la independencia") y protegido por el art. 4, que prohíbe la acción ar​mada o toda medida de cualquier índole
dirigida contra aquellos pueblos. Asimismo, la Resolución establece que: "Todo intento encaminado a quebrantar total o
parcial// la uni​dad nacional o la integridad territorial de un país es incompatible con los Propósitos y Pcpios de la Carta de
las NU".
Este pcpio, a través de la uniforme, constante e intensa práctica de las NU se ha transformado, indudable//, en una
norma consuetudinaria que va más allá de la Carta misma.
3. Alcance del pcpio
Si bien resulta claro que el pcpio es aplicable a los pueblos coloniales —y que por consiguiente cesará de tener imp
práctica cuando la descolonización se haya completado—, somos de opinión que no es de aplicación gral, esto es, que el DI
gral no admite un dcho de libre determinación p/ las minorías que quieran separarse (como los Catalanes) del Estado dentro
del cual están enroladas, y que por ende no existe el dcho a la secesión.
Esto es así porque la regla consuetudinaria se formó sobre la prácti​ca de NU sola// con respecto a los pueblos coloniales,
cuyo territorio se define, en la Resolución 1541, c/ "geográfica// separado y étnica// o cultural// distinto del país que lo
administra".
Concepto que fue así reafirmado por la Resolución 2625: "El territorio de una colonia u otro territorio no autónomo
tiene, una condición jurídica distinta y separada de la del territorio del Estado que lo administra y esa condición jurídica
distin​ta y separada conforme a la Carta existirá hasta que el pueblo de la colonia o el territorio no autónomo haya ejercido
su dcho de libre determinación de conformidad con la Carta y en particular con sus Propósitos y Pcpios"
Es cierto que la Res. 2625 contiene ciertas alusiones que podrían to​marse c/ excediendo el alcance explicado.
En efecto, la inclusión dentro de los Pactos de NU sobre dchos humanos del dcho de autodeterminación de los pueblos
unida a la referencia que se hace en el texto del pcpio a los dchos humanos y libertades fundamentales, podría ir contra la
interpre​tación de más arriba. Asimismo, el penúltimo párrafo de dicha Resolución parece, a contrario sensu, sólo prohibir la
quiebra de la in​tegridad territorial cuando se trate de "Estados soberanos e indepen​dientes" que estén "dotados de un
gobierno que represente a la totalidad del pueblo perteneciente al territorio, sin distinción por mo​tivo de raza, credo o
color".
a) Pueblos y territorios: Surge la tentación de aplicar a los "pueblos" de este pcpio el con​cepto de "nación", de forma
que las definiciones de éstas servirían p/ describir a aquéllos.
Dudamos mucho al respecto. Los principales destinatarios de la Resolución 1514 fueron los pueblos coloniales
principal// del Africa, divididos en forma total// arbitraria por las potencias colo​nizadoras, que sobre una realidad eminente//
tribal superpusieron fronteras trazadas de acuerdo a conveniencias propias entera// aje​nas a aquella realidad tribal. El pueblo
de cualquiera de los Estados subsaharianos actuales es normal// un mosaico de etnias diferentes, con lenguas distintas y
tradiciones tribales dispares. Nada más lejano a una Nación.
Es que en la determinación de las entidades a las que se aplica el pcpio intervienen ciertas consideraciones territoria​les
(unidad, preexistencia), que juegan un papel más importante que las referentes a la población misma, c/ la homogeneidad
étnica o la lengua.
A ello cabría agregar que la Carta de las NU se refiere todo el tiempo a "territorios" p/ identificar a los objetos del pcpio
de libre determinación: amén de que el término es utilizado cons​tante c/ "territorios no autónomos", y el art. 75 dice que: "A
dichos territorios se les denominará `territorios fideicometidos"'.
b) Contenido del pcpio: En suma, los territorios no autónomos o fideicometidos pueden optar, en ejercicio de la libre
determinación, no sólo por la indepen​dencia, sino tb por la asociación o la integración con un Estado soberano. Tb pueden
adquirir "cualquiera otra condición política libre// decidida por el pueblo".
P/ asegurar su libre determinación, las resoluciones de la AGNU separan la condición jurídica del territorio colonial y
metropolitano. Al no pertenecer a su soberanía, el Estado colonizador debe respetar la integridad del territorio colonial, y
tiene a su respecto el deber de no intervención, de no hacer uso ni amenaza de la fuerza y el territorio puede pedir y recibir
apoyos externos "de conformidad con los Propósitos y Pcpios de la Carta." El conflicto armado de un pue​blo colonial con
su colonizador se considera, un conflicto intern.
P/ asegurar la integridad de sus rec nat, el territorio co​lonial es tb protegido en cuanto a la disposición de sus rec nat,
que no son enajenables por la metrópolis. (Resolución 1514, Res. 2625, Pacto de Dchos civiles y políticos, Pacto de dchos
económicos, soc y culturales).

EL PRINCIPIO DE LA BUENA FE

1. Introducción
La buena fe es frecuente// invocada en el dcho de gentes y en la vida intern: tratados, declaraciones, fallos judiciales,
declara​ciones de las UN, etc. Está mencionada en el art. 2.2 de la Carta de la ONU, en los arts. 26 y 31 de la Conv. de Viena
sobre dcho de los tratados.
En la Declaración anexa a la Resolución 2625, se comienza diciendo que: "...los Estados cumplirán de buena fe las
obligaciones contraídas por ellos de conformidad con la Carta."
En suma, todas las obligaciones intern deben ser cumplidas por los Estados de buena fe, según la enumeración de la
Declaración: las que emanen de la Carta, las que surjan de los tratados y de los pcpios y normas general// reconocidos del
DI.

2. Autonomía y contenido del pcpio


P/ otro sector doctrinario, el pcpio carece de autonomía y tiene un contenido suma// vago. "En efecto, no hay obligación
jurídica general de ser y de actuar de buena fe en el DI."
La buena fe es mas bien un "pcpio moral" o "un precepto tan general que no puede tener efectividad jca" que en la
medida en que se le dé una "forma jurídica suficiente". "El DI no gobierna estados de ánimo, que no pueden ser útil//
captados sino en comporta-s objetivos".
Por su parte, Jean-Pierre Cot hace observaciones que nos parecen acer​carse más a la realidad en esta materia: "El pcpio
es de aplicación delicada. En tanto está en relación con el honor de los Estados, su aplicación se p/liza. En cambio, cuando
se atenúa la coloración penal del pcpio, cuando se relativizan las sanciones, la buena fe permite introducir un poco de orden
en la conclusión de un tratado".
Es obvio que, c/ está expresado en la Carta y en la Decl. de 1970, la buena fe se refiere al cumplimiento de obligaciones
estable​cidas y en tal sentido sería carente de autonomía, pero no por eso dejaría de ser un pcpio. Encontramos además que
en ciertos casos, c/ en el de los actos unilaterales y del estoppel, se originan oblig de la pte actuante cuya única base podía
ser la bna fe y ésta, por consiguiente, funcio​na tb c/ un pcpio autónomo.
El hecho de que una N sea de contenido vago o que su funcio​na- dpda de la subjetividad de los Estados no es óbice p/
que sea una norma verdadera del dcho de gentes. Entendemos que recursos c/ éste, de erigir en pcpio un precepto de
contenido no muy preciso, tiende a dejar al juez una cierta latitud de interpretación. Son unidades de me​dida que, c/
"razonable" –que tb se usa en dcho– o "el buen paterfamilias", o el "daño sensible" permiten al intérprete facili​tar la
aplicación de una norma jca o ajustar sus rigideces al caso concreto.
Tocante a la naturaleza moral del pcpio, entendemos que cual-quiera sea su contenido se transforma en un pcpio jurídico
al ser contenido de una norma de ese tipo, desde que adquiere las característi​cas de heteronomía y obligatoriedad que son
típicas de lo jurídico. No olvidemos que del dcho se ha dicho que es un mínimo de ética, y por lo tanto lo es en el contenido
de sus normas, no en la parte formal.

PRINCIPIO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL


Es un dcho fundamental de todo Estado el dcho de participar de la vida intern, o sea de ser informado de toda situación
que pueda afectar al interés universal de la Sociedad intern, o al interés particular del Estado y de ser oído al respecto. Esto
surge del art. 4, inc. 1° de la Carta de las NU, que abre la Organización a "los demás Estados amantes de la paz que acepten
las obligaciones consignadas en esta Carta". El pcpio fundante de este dcho, es el pcpio de la Cooperación, porque la vida
intern es empresa compartida por todos los Estados. Si a un Estado se le impo​nen los pcpios de NU, aunque no haya
consentido en ello, c/ surge del art. 2° inciso 6° de la Carta de NU, va de suyo que se le reconoce interés legítimo en las
cuestiones esenciales, al menos, de la vida intern y de su propio interés. Adviértase un efecto indirecto de este dcho, en el
art. 31 inciso 3° del Estatuto de la Corte Intern de Justicia, porque "si la Corte no incluyera entre los magistrados del
conocimiento ningún magistrado de la nacionalidad de las partes, cada una de éstas podrá designar uno...". Por eso el art.
23, inciso 1 ° de la Carta de NU, fija c/ criterio gravitante p/ designar a los miembros no permanentes del Consejo de
Seguri​dad, atender a "una distribución geográfica equitativa". Es finalidad de la Organización de Estados Americanos "...e)
promover, por medio de la acción cooperativa, su desarrollo económico, social y cultural"(art. 2° de la Carta de la OEA.).
Este dcho de participar de la vida intern implica, pues, un doble dcho: ser informado y ser escuchado; dcho a la información
intern y dcho de audiencia intern.

LA INMUNIDAD DEL ESTADO


1. IDEAS GENERALES
En la vida de relación intern los Estados admiten que otros Estados extranje​ros mantengan relaciones jurídicas de muy
diverso tipo en el ámbito de su propia sobe​ranía. Así, c/ es sabido, los Estados extranjeros realizan en otros Estados
funciones de carácter administrativo, judicial o notarial a través de sus representantes diplomáticos y funcionarios
consulares, pero tb los Estados extranjeros pueden comprar o al​quilar inmuebles, contratar servicios, emitir empréstitos,
recibir herencias o legados, etc. C/ consecuencia de estas actividades pueden surgir litigios en los que los Estados pue​den
acudir a los tribunales de otro Estado c/ demandantes o demandados y, final//, ganar o perder pleitos. El pcpio de la
soberanía territo​rial y de la independencia protege el interés del Estado territorial de legislar, juzgar y de​cidir las relaciones
que se desarrollan en el ámbito de su competencia; el pcpio de la soberanía e igualdad del Estado extranjero protege el
interés de dicho Estado de que en todo caso, o al menos en determinados supuestos, no deba someterse a los órganos
judi​ciales y administrativos del Estado territorial. P/ armonizar estos intereses contrapues​tos se ha desarrollado en el
ordenamiento jurídico intern la regla general o pcpio, conocido con el nombre de inmunidad del E o inmunidad soberana, en
virtud del cual los Estados, en det circunstancias, no están sometidos a los tribunales u órganos administrativos de otro
Estado.
El concepto de «inmunidad» puede expresarse en los términos de una relación jurí​dica. La «inmunidad» es un dcho que
tiene alguien (persona o Estado) frente a otro (autoridad o Estado) que «no puede» ejercer su poder. La inmunidad significa
la falta de poder, o la necesidad de no ejercerlo o suspenderlo, en determinados casos. En el orden intern y en relación con
los Estados extranjeros, la inmunidad presenta dos mo​dalidades: la inmunidad de jurisdicción, en virtud de la cual el Estado
extranjero no pue​de ser demandado ni sometido a juicio ante los tribunales de otros Estados, y la inmuni​dad de ejecución,
en virtud de la cual el Estado extranjero y sus bienes no pueden ser objeto de medidas de ejecución, o de aplicación de las
decisiones judiciales y adminis​trativas, por los órganos del Estado territorial.
La inmunidad del Estado no es absoluta dado que, c/ todo dcho, puede ser objeto de renuncia y tiene límites según la
naturaleza del asunto. Los Estados extran​jeros están obligados a observar las leyes del Estado en el que desarrollan sus
activi​dades. La inmunidad existe única// respecto a la jurisdicción de los órganos judiciales y administrativos del Estado
territorial. Además los Estados extranjeros, c/ es lógico, están obligados a observar sus obligaciones internas y desde este
pun​to de vista, no gozan de ninguna inmunidad. El Estado extranjero es intern// responsable de sus actos contrarios a sus
obligaciones intern, incluidos los ac​tos cubiertos por la inmunidad de jurisdicción, pero dicha responsabilidad se produce en
un plano distinto, el de la responsabilidad intern, y sólo es exigible de con​formidad con los mecanismos previstos por el
propio ordenamiento jurídico intern. La inmunidad de jurisdicción del Estado se refiere, por tanto, sólo a los proce​dimientos
jud ante los trib de otros países y no afecta en absoluto a la responsabilidad intern del Estado en el caso de incumplimiento
de sus oblig conforme al DI y a las controversias en que los Estados sean parte ante trib intern.
Las normas intern sobre la inmunidad del Estado son esencial// con​suetudinarias. En su elaboración y formulación han
participado los Estados mediante la aprobación de leyes internas sobre la materia y la jurisprudencia de sus tribunales. Los
precedentes de la práctica estatal son muy abundantes, pero dicha práctica es muy varia​ble en algunos aspectos de la
institución y, en especial, respecto al alcance de la inmuni​dad. No hay ningún-convenio multilateral general de codificación
intern de la inmunidad de los Estados. Algunos convenios generales de codificación del DI marítimo contienen
disposiciones dispersas que afectan a algunos aspectos de la cuestión. Las Convenciones de Ginebra de 1958 sobre el mar
territorial y la zona contigua y sobre la alta mar, la Convención de las NU sobre el Dcho del Mar de 1982 se refieren a la
inmunidad de los buques de guerra y de los buques destinados a un servicio oficial no comercial. Con respecto a estos
últimos la Convención de Bruse​las de 10 de abril de 1926 p/ la unificación de ciertas reglas relativas a la inmunidad de los
barcos propiedad del Estado, asimila, en determinados supuestos, dichos buques a los de pro-piedad privada y los excluye
de la inmunidad de jurisdicción. La Comisión de DI de las NU incluyó el tema de la inmunidad de los Estados en​tre los que
era posible la preparación de un convenio de codificación de ámbito univer​sal. Desde 1978 la Comisión de DI ha preparado
su codificación so​bre la base de los informes presentados por los Relatores Especiales Sompong y Ogiso. En 1991 la
Comisión de DI aprobó el texto final de un conjunto de veintidós artículos sobre las inmunidades jurisdiccionales de los
Estados y de sus bienes que han sido presentados a la AG. En el ámbito regional existe la Convención europea sobre la
inmunidad de los Estados de 1972, y un proyecto de Convenio interamericano so​bre la inmunidad de jurisdicción.

2. FUNDAMENTO DE LA INMUNIDAD DEL ESTADO


Histórica// el pcpio de la inmunidad de los Estados extranjeros se desarrolló a partir del reconocimiento de las
inmunidades y privilegios de los soberanos extranjeros y de sus representantes diplomáticos Reconocida la de éstos en
primer lugar, es a partir de comienzos del s. XIX cuando empieza a admitirse la inmunidad de los Estados en cuanto tales.
El pcpio fue expresado con gran claridad en 1812 por el Juez Marshall, presidente del Tribunal Supremo de los Estados
Unidos, en el que, después de afirmar el carácter pleno y absoluto de la jurisdicción de los Estados y de referirse a la
igualdad e independencia de éstos, dijo: «Esta perfecta igualdad y absoluta independencia de los soberanos, y este interés
común que res induce a mantener relaciones mutuas y a prestarse servicios recíprocos, han dado lugar a una categoría de
situaciones en las que se entiende que cada soberano renuncia al ejercicio de una par-te de esa jurisdicción territorial plena y
exclusiva de la que se ha dicho que es un atributo de todas las naciones».

Esta formulación tiene los elementos esenciales del pcpio de la inmunidad al re-coger la plenitud de la soberanía de los
Estados, por un lado, y la limitación que p/ dicha soberanía representa la soberanía de los demás. La institución de la
inmunidad del Estado se basa, pues, en el pcpio de la igualdad soberana de los Estados y se expresa en la máxima los
iguales no tienen jurisdicción uno sobre otro.
La inmunidad de jurisdicción puede considerarse c/ una consecuencia del pcpio de la soberanía que tiene el Estado que
la invoca. Desde esta perspectiva la inmuni​dad es un dcho que posee cualquier Estado y una limitación que los demás
Estados tienen en su facultad p/ dictar las normas que determinan la jurisdicción de sus tribu​nales o las competencias de sus
órganos administrativos. Este enfoque destaca la sobera​nía de cada Estado y las consecuencias que de ella se derivan en la
limitación de la juris​dicción de los demás Estados. Sin embargo, la inmunidad soberana tb puede verse desde el ángulo
opuesto que consiste en partir de la plenitud de la competencia territorial del Estado. En efecto, puede afirmarse que la
inmunidad de los Estados extranjeros pre​supone la competencia o jurisdicción previa del Estado territorial. Dicho Estado
comen​zaría por tener competencia o jurisdicción p/ conocer un determinado asunto y, si se diera un caso en el que una de
las partes fuera un Estado extranjero, entonces y a partir de ese momento, se plantearía la cuestión de la inmunidad del
Estado extranjero.
La inmunidad del Estado tb puede considerarse desde la perspectiva de la competencia de los tribunales estatales p/
juzgar determinados asuntos Así actos de un Es​tado extranjero, c/ la expulsión de un ciudadano de otro país, el embargo de
determi​nados bienes o la detención de uno de sus nacionales, no son susceptibles de ser juzgados por los tribunales de otro
Estado y tienen su foro adecuado en los «recursos internos» disponibles en el Estado en cuestión, en los procedimientos que
puedan haberse establecido mediante un tratado o en una reclamación presentada por la vía diplomática. Por tanto, p/
justificar la exclusión de la jurisdicción del Estado territorial, en lugar de recurrir a consideraciones generales que parecen
una mera petición de pcpio (soberanía, igualdad, etc), un sector de la doctrina considera que debería admitirse que «la
naturaleza del litigio puede exigir que el tribunal del foro, en cuanto tribunal interno, no es el foro adecuado. Este enfoque
es el que adoptan la Convención europea y la Comisión de DI.
Tanto si se fundamenta la competencia judicial interna de los tribunales estatales en determinados pcpios generales, c/ si
se hace descansar en la adecuación de la naturaleza del litigio, en todo caso hay que tener presente que la inmunidad del
Estado no Indica ni en una renuncia voluntaria del Estado territorial, ni en una regla de cortesía intern, ni tampoco en
ninguna «extraterritorialidad», sino que dicho fundamento se encuentra en una regla general de DI público de carácter
consuetudinario.

3. ALCANCE DE LA INMUNIDAD DE JURISDICCIÓN


La práctica de los Estados ha sufrido una evolución en la que partiendo en algunos Es​tados de una concepción amplia de
la inmunidad de los Estados extranjeros (doctrina de la inmunidad absoluta), progresiva// se ha ido configurando en un
mayor número de paí​ses c/ circunscrita a los actos propios de las funciones oficiales (doctrina de la inmuni​dad restringida).

A) DOCTRINA DE LA INMUNIDAD ABSOLUTA


La concepción amplia de la inmunidad del Estado según la cual los Estados extran​jeros no pueden ser demandados ni
sometidos a la jurisdicción de los tribunales de un determinado país, incluso si se trata de asuntos civiles o mercantiles, ha
sido mantenida du​rante muchos años por los tribunales británicos y americanos. En el Reino Unido se sentó el pcpio de la
inmunidad absoluta en la sentencia dictada en 1880 por el Tribunal de Apelación en el asunto The Parlement Belge. Se
trataba de un litigio relativo a un buque belga propiedad del Estado, tripulado por miembros de la armada bel​ga, que tenía
carácter mixto de buque correo y de barco de carga y pasaje. Los tribuna-les ingleses destacaron su función pública c/ buque
correo y concedieron la inmuni​dad de jurisdicción. 40 años más tarde, el mismo tribunal en un asunto referente ala
propiedad de un buque que el Estado portugués había hecho suyo en virtud del dcho de presa durante la Primera Guerra
Mundial y que era reclamado por sus antiguos propieta​rios alemanes, se reconoció la inmunidad a pesar de que el buque
litigioso se dedicaba exclusiva// a actividades de carácter mercantil.
En los Estados Unidos es muy expresiva de la aplicación de la doctrina de la inmunidad absoluta la sentencia dictada
por el Tribunal Supremo en 1925. El litigio hacía referencia a un contrato de transporte de mercancías rea​lizado en un buque
propiedad del Gobierno italiano dedicado al transporte comercial. El Tri​bunal Supremo dijo en dicha sentencia: «creemos
que el pcpio [de la inmunidad] se aplica por igual a todos los buques que posea o utilice cualquier Gobierno con una
finalidad pú​blica.
En decisiones posteriores los tribunales ingleses y americanos fueron matizando la doctrina de la inmunidad absoluta,
admitiendo numerosas excepciones. Actual// to​davía la defienden, con mayor o menor rigor, algunos países c/ Australia y
ciertos paí​ses iberoamericanos (Argentina, Brasil, Colombia, Chile).

B) DOCTRINA DE LA INMUNIDAD RESTRINGIDA


En la época del intervencionismo del Estado en la vida económica, la jurisprudencia de diversos países adopta, lógica//,
una posición restrictiva de la inmunidad de los Estados extranjeros. El criterio seguido consiste en reconocer la inmunidad a
las actua​ciones públicas de los Estados extranjeros y en negarla en los casos en que actúen c/ podría hacerlo un particular.
La razón de esta limitación se encuentra en la protección del interés de los nacionales que realizan operaciones comerciales
o de nat privada con Estados u organismos estatales extranjeros. Por otro lado, la limitación del alcance de la inmunidad se
ha justificado con el argumento de que los Estados extranjeros al realizar operaciones comerciales dejaban de lado su
soberanía y se situaban en un pie de igualdad con los particulares con los que contrataban.
Esta concepción fue iniciada a pcpios del s. XX por los tribunales belgas e italianos y después fue seguida por Francia,
Suiza, Austria, la República Federal de Alemania y otros Estados y, actual//, la doctrina de la inmunidad res​tringida tb se
sigue en Estados Unidos y en el Reino Unido.
C) LA DISTINCIÓN ENTRE ACTOS JURE IMPERII Y ACTOS JURE GESTIONIS. LO TENGO EN LOS
APUNTES. LOS QUE SON DE IMPERIO, TIENEN INMUNIDAD Y LOS QUE SON DE GESTIÓN (NO PAGÓ UN
ALQUILER), SON JUZGADOS POR EL PAÍS TERRITORIAL.
La doctrina de la inmunidad restringida se ha desarrollado partiendo de la conside​ración de que las actividades del
Estado pueden dividirse en un esquema dualista: Los componentes de esta dualidad se expresan de diverso modo. En unos
casos se distingue entre actividades «públicas» y actividades «privadas» del Estado; en otros las actividades se califican de
«comerciales» y «no comerciales» y algunos adoptan expresiones más técnicas y distinguen entre el gobierno en tanto que
poder político y en cuanto persona jurídica privada. La distinción más generalizada consiste en considerar que gozan de
inmunidad los actos realizados por el Estado en el ejercicio de su soberanía, llamados acta jure im​perii, y no pueden
ampararse en la inmunidad los actos propios de las actividades de ges​tión o administración, llamados acta jure gestionis.
El problema más difícil que se plantea en la aplicación de la doctrina de la inmuni​dad restringida radica en que no existe
un criterio válido universal// p/ determinar si cierto acto o actividad de un Estado es un acto jure imperii o un acto jure
gestionis. P/ unos el criterio decisivo consistirá en saber si el acto o la actividad tienen una fina​lidad pública. Es un criterio
de aplicación delicada porque, en última instancia, cualquier tipo de actividad puede relacionarse con una finalidad pública
más o menos remota. P/ otros el criterio decisivo vendría dado por la naturaleza del acto o actividad. Si se trata, dicen, de un
acto que sólo puede ser realizado por un Estado, o en nombre de un Estado, es un acto político, un acto de poder público, y
no puede ser sometido a juicio de una autoridad extranjera sin atentar contra la soberanía de dicho Estado. Si, por el
con​trario, se trata de un acto que podría realizar un particular, aunque se persiga una finali​dad pública, el acto sería un acto
de gestión y podría ser juzgado por los tribunales de otro Estado.
El problema de la distinción entre actos jure imperii y actos jure gestionis se hace patente cuando los tribunales de los
distintos países no se guían por el mismo criterio de ca​lificación. Lo que p/ unos es un acto jure gestionis, atendiendo a la
naturaleza del acto, p/ otros puede ser un acto jure imperii porque consideran decisiva su finalidad.
El problema adquiere gravedad extrema cuando los tribunales de un mismo país llegan a distintas conclusiones respecto
a la inmunidad en las distintas instancias por las que pasa un mismo asunto.

4. ÓRGANOS A LOS QUE SE EXTIENDE LA INMUNIDAD


La inmunidad del Estado hace referencia al Estado en cuanto tal c/ persona jurí​dica, al Gobierno y a todos los órganos
superiores de la Administración estatal. Las in​munidades y privilegios de que gozan el jefe del Estado, el jefe del Gobierno,
el minis​tro de Relaciones exteriores, las misiones diplomáticas y demás órganos de representación del Estado en el exterior,
así c/ las oficinas y funcionarios consulares, se rigen por normas intern e internas específicas, distintas de las que regulan la
inmunidad del Estado en cuanto tal.
La práctica intern no es muy clara sobre si la inmunidad del Estado se extien​de a los Estados miembros de una
federación, regiones, Comunidades Autónomas, etc. Si se consideran parte del Estado, deberían reconocérseles la
inmunidad de que goza éste; si, por el contrario, se estima que carecen de poder político propio y no participan de las
funciones soberanas del Estado, debería negárseles la inmunidad.

5. EXCEPCIONES A LA INMUNIDAD DE JURISDICCIÓN


Las dificultades que plantea la distinción entre actos jure imperii y actos jure gestio​nis y, en general, cualquier otro tipo
de clasificación dualista, han aconsejado abandonar la vía del recurso a un criterio de carácter general p/ centrarse en una
solución parti​cularista consistente en la determinación de en qué casos concretos debía concederse o negarse la inmunidad a
un Estado extranjero El sistema adoptado en las más recientes regulaciones nacionales o convencionales de la inmunidad ha
sido proceder de un modo empírico mediante una enumeración casuística de supuestos. El enfoque opuesto consiste en
afirmar el pcpio de la inmunidad de los Estados extranjeros c/ regla general y señalar las excepciones en los que dicha
inmu​nidad no deberá ser admitida. Este segundo sistema, ha sido el que han adoptado las leyes americana de 1976 e inglesa,
la Convención europea, el proyecto de convención interamericana y el proyecto de artículos elaborado por la Comisión de
DI.
En la enumeración de las excepciones general// admitidas puede adoptarse c/ texto de referencia la Convención europea
de 1972 sobre la inmunidad de los Estados Aunque dicha Convención no es propia// un convenio de codificación de las
normas intern en materia de inmunidad, ya que su objeto es facilitar la ejecución en los Estados Parte de sentencias dictadas
en litigios en los que se plantee la cuestión de la in​munidad ante los tribunales de otro de los Estados Parte y en su
g
regulación coincide sustan​cial// con los más importantes textos actuales. La Convención europea recoge las si​ uientes
excepciones al pcpio general de la inmunidad del Estado:
1) La sumisión voluntaria del Estado a la jurisdicción de los tribunales de otro (art. 1). Un Estado que presente
una demanda o intervenga en un procedimiento ante un tribunal mediante cualquier acto procesal, que no sea la
impugnación de la jurisdicción, se en-tiende que se somete a la jurisdicción de dicho tribunal. El consentimiento no
puede so​brentenderse y ha de manifestarse de un modo claro e inequívoco. El Estado se somete a todas las
consecuencias derivadas del ejercicio de la jurisdicción, es decir, las sentencias en primera y posteriores instancias
hasta la decisión final, así c/ la atribución de cos​tas. La sumisión voluntaria tiene un alcance limitado y no debe
entenderse c/ una sumisión a la jurisdicción general del Estado territorial p/ todos los casos.
2) La renuncia c/ medio formal de someterse a la jurisdicción de otro Estado (art. 2). Puede considerarse c/ un
supuesto de sumisión voluntaria y, de hecho, sus efectos son equivalentes. La Ley americana de 1977 trata ambos
supuestos conjunta//. La renuncia presupone la existencia de un dcho cuyo ejercicio se abandona, de modo que
teórica// sólo puede operar en los casos en que el Estado goce de inmunidad. La renuncia puede expresarse de muchas
formas: en un tratado intern, en un contrato, en una manifestación expresa realizada antes o después de iniciado el
litigio.
3) Las actividades de naturaleza comercial o mercantil realizadas por el Estado o por sus organismos. La
Convención europea contempla esta excepción de un modo más restrictivo refirién​dose a las actividades industriales,
comerciales o financieras cuando el Estado extranje​ro tenga en el territorio del Estado del foro una oficina, agencia o
establecimiento a tra​vés de los cuales ejerza dichas actividades de la misma forma que una persona privada.
4) Los asuntos de naturaleza civil, laboral o referentes a inmuebles situados en el Estado del foro general// tb se
considera que constituyen excepciones a la in​munidad de los Estados extranjeros. La Convención europea, en síntesis,
menciona los litigios referentes a las siguientes materias:
r
a) Obligaciones contractuales que deban ejecutarse en el ter itorio del Estado del foro
b) Contratos de trabajo con personas físicas siempre que el trabajo deba realizarse en el territorio del Estado del foro.
c) Participaciones sociales con personas privadas en sociedades y personas jurídi​cas con sede en el país del foro.
d) Patentes, marcas y dchos análogos registrados en el país del foro.
e) Dchos reales sobre inmuebles situados en el territorio del Estado del foro.
f) Dchos de carácter sucesorio y donaciones.
g) Reparación por daños materiales y personales derivados de hechos ocurridos en el territorio del Estado del
foro.
h) Compromisos de someterse a arbitraje en asuntos civiles o mercantiles.
La relación de excepciones contenida en la Convención europea de 1972 no es limita​tiva, contempla un régimen
facultativo en virtud del cual los Estados Parte podrán ampliar las excepciones.

6. INMUNIDAD DE EJECUCIÓN
La inmunidad del Estado se extiende a las medidas de ejecución (procedimientos de apremio, aprehensión o embargo de
bienes, realización de cosas y dchos) sobre los bienes de los Estados extranjeros que se encuentren en el territorio de otro
Estado. Ge​neral// se entiende que tb comprende las medidas cautelares que decidan los tribunales antes de dictar sentencia.
Teórica//, si se parte de un concepto amplio de «jurisdicción» que lo haga equivalente al conjunto de las com​petencias
soberanas del Estado, podría sostenerse que la inmunidad de jurisdicción y la inmunidad de ejecución son dos aspectos de la
misma inmunidad. Sin embargo, la prác​tica intern distingue la inmunidad de jurisdicción, en el sentido de potestad de
juz​gar de los tribunales, de la inmunidad de ejecución, c/ ejercicio del poder de coerción. De hecho, la distinción es
importante porque supone que la sumisión voluntaria o la renuncia a la inmunidad de jurisdicción no implican la sumisión o
renuncia a la inmunidad de ejecución.

En la práctica intern la inmunidad de ejecución tampoco está reconocida en tér​minos absolutos. General// se considera
que la inmunidad de ejecución depende de si los bienes que se pretende ejecutar se destinan al ejercicio de funciones
públicas.
En consecuencia, es evidente que los bienes de las representaciones diplomáticas, las oficinas consulares, los buques de
guerra, etc., están excluidos de cualquier tipo de me​dida de ejecución. Respecto de los buques. La Convención de Bruselas
de 1926 establece, en síntesis, que la inmunidad de jurisdicción y de ejecución sólo se admite si el buque se destina
exclusiva// a una finalidad pública de carácter no comercial. Las convenciones de codificación del DI marítimo establecen
la distinción entre, los buques de gue​rra y los buques de Estado destinados a fines no comerciales y, los buques mer​cantes.
Según la Convención de las NU sobre el Dcho del Mar de 1982, en pcpio, los primeros gozan de inmunidad de jurisdicción
y de ejecución, mientras los segundos están so-metidos a las medidas de ejecución en materia civil cuando se encuentran en
el mar te​rritorial de un Estado extranjero.
En relación con las aeronaves, la Convención de Chicago sobre la aviación civil intern de 1944 establece la distinción
entre aeronaves civi​les y aeronaves de Estado. Se considerarán aeronaves de Estado «las utilizadas en servicios militares, de
aduanas o de policía». Estas gozan de inmu​nidad de jurisdicción y ejecución, mientras las demás aeronaves de propiedad
estatal deberán, asimilarse a las aeronaves civiles «sometiéndose a las leyes y a la jurisdicción locales, especial// si hacen
uso de los dchos y privilegios reco​nocidos por la Convención y no podrán alegar la inmunidad soberana». Pero hay que
tener presente tb el Convenio de Roma de 1933 p/ la unificación de ciertas reglas relativas al embargo preventivo de
aerona​ves que excluye del embargo preventivo las aero​naves dedicadas exclusiva// al servicio del Estado, entre las que
incluye las dedi​cadas a los servicios postales, y admite el embargo preventivo de las dedicadas a actividades comerciales.
Reciente// la cuestión más delicada que se ha presentado ante los tribunales en relación con la inmunidad de ejecución
es si se puede proceder contra las cuentas co​rrientes bancarias de Estados extranjeros cuando dichas cuentas sean utilizadas
tanto p/ sus funciones públicas, c/ p/ la realización de operaciones comerciales. El Tribunal Constitucional federal alemán,
estimó que la inmunidad de ejecución se extendía a dichas cuentas corrientes indistintas. P/ el más alto tribunal británi​co,
esta inmu​nidad de ejecución de las cuentas indistintas sólo es una presunción que puede decaer en el caso de que la parte
que pretenda la ejecución demuestre que el Estado titular de la cuenta corriente hubiera señalado en dicha cuenta que
determinadas cantidades estuvie​ran destinadas a la garantía de operaciones comerciales.
El régimen establecido en la Convención europea de 1972 se complementa con un Pro​tocolo adicional que refuerza la
ejecución de las sentencias entre los Estados partes. El Protocolo adicional contempla la creación de un Tribunal europeo en
materia de inmuni​dad de los Estados, el cual se constituyó en Estrasburgo de 1985. Esta nueva jurisdicción intern, que está
abierta a los particulares, tiene competencia p/ conocer los casos en que un Estado parte de la Convención se niega a
ejecutar la sentencia dictada por los tribunales de otro Es​tado contratante.
7. INMUNIDAD EN LA LEGISLACIÓN ARGENTINA
a) Introducción
En 1995, el Congreso Nacional sancionó la ley 24.488 sobre inmunidad jurisdiccional de los Estados extranjeros ante
los tri​bunales arg, promulgada parcial// el mismo año.
Anterior//, aunque la inmunidad de jurisdicción de los Estados extranjeros no figuraba expresa// en la CN, la CSJN
había recurrido a los pcpios grales del d​cho de gentes p/ justificar la aplicación a aquellos Estados de la in​munidad absoluta
y la validez del decr-ley 1285/58. Este decr reglamentario de los art 116 y 117 de la CN, que orga​niza la justicia nacional,
era la única normativa aplicable en la materia. Su art 24 establece la compe​tencia de la CSJN p/ entender originaria y
exclusiva// en causas concernientes a diplomáticos extranjeros y en litigios que involucren a una pcia con un Estado
extranjero. En este último caso, nuestro país otorgaba inmunidad de jurisdicción bajo condición de reciprocidad.
En este marco, una constante jurisprudencia de la CSJN, afianzó la tesis de la absoluta inmunidad con la única
excepción del consentimiento, aún en asuntos en que pudiera comprometerse el orden público.

b) El cambio de jurisprudencia y la ley 24.448 Está en los apuntes de clase


"
En 1994, en el caso Manauta, Juan José y otros c/Embajada de la Federación Rusa s/daños y perjuicios varios", la
CSJN, en atención a la práctica actual de los Estados en la materia y considerando el tratamiento que nuestro país recibió en
tribunales extranjeros, adhirió a la tesis restringida de inmunidad de jurisdicción, basada fundamental// en la distinción entre
actos de imperio y ac​tos de gestión.
Este cambio impulsó la sanción de la ley 24.488 que, aunque con ciertas falencias, satisface la necesidad de alguna
certidumbre en la materia.
Según el artículo 1°, "Los Estados extranjeros son inmunes a la jurisdicción de los tribunales argentinos, en los términos
y condiciones establecidos en esta ley."
El texto legal omite el tratamiento de las inmunidades de ejecución y embargo de los bienes de un Estado extranjero.

• Alcance ratione personae


Se otorga, a los Estados extranjeros que hubieran sido reconocidos c/ tales por la República Arg, de conformidad con las
normas de DI. Tb a entidades equip/bles a ellos. La Corte ha concedido in​munidad de jurisdicción a un diplomático de la
"
Soberana Orden de Malta, por su carácter de "entidad intern independiente reconocido por la Arg.
La ley no determina:
• qué órganos del Estado extranjero pueden invocar la inmunidad jurisdiccional, y
• si tb gozan de ella las subdivisiones políticas del Estado ex​tranjero.
Hay una cierta tendencia a ampliar el concepto. La CDI ha entendi​do que pueden invocarla los órganos del Estado en la
medida que ac​túen "en ejercicio de las prerrogativas del poder público del Estado".

• Ante quién se goza la inmunidad jurisdiccional


"
En el concepto de "trib arg" deben incluirse todos, independiente// del nivel órgano". Además, entendemos que deben
quedar comprendidos no sólo los trib jud, sino tb los administrativos.

• Casos en que no se aplica la inmunidad de jurisdicción


- La renuncia expresa. El art 2° de la ley prescribe que: "Los Estados extranjeros no podrán invocar inmunidad de
jurisdic​ción en los sig casos:
a) Cuando consientan expresa// a través de un tratado intern, de un contrato escrito o de una declaración en un caso det,
que los tribunales arg ejerzan su jurisdicción sobre ellos."
En este supuesto, el E extranjero, voluntaria//, se somete a la jurisdicción de los trib locales.
• La renuncia tácita
La ley 24.448 prevé sola// que los Estados extranjeros no po​drán invocar su inmunidad de jurisdicción "...cuando fuere
objeto de una reconvención directa// ligada a la demanda principal que el Es​tado extranjero hubiere iniciado" (artículo 2 b).
Sin embargo, determinados actos procesales podrían probar la inten​cionalidad de los Estados extranjeros de someterse a la
jurisdicción de los tribunales nacionales. La interposición o contestación de una demanda, el planteamiento de un recurso
jud o adm o una tercería y la comparecencia c/ tercero interesado son claros ejem​plos de aceptación de la jurisdicción.
La presentación de un Estado extranjero ante un tribunal p/ alegar su inmunidad jurisdiccional, no implica aceptación de
su competencia según lo establece el artículo 4° de la ley. Esa presentación suspenderá los términos procesales hasta tanto
dicho planteamiento sea resuelto.

• La jurisdicción de los tribunales locales emergente del "DI"


El inciso c) del artículo 2° de la ley, establece que la jurisdicción de los tribunales locales puede surgir del DI. Aunque
resulta difícil establecer cuándo la práctica de los Estados llega a constituir una norma de dcho consuetudinario intern, la
redacción de este art inteligente// deja abierta la posibilidad de "aggiornamiento" de la ley a través de la jurispruden​cia de
los tribunales locales.
- Cuestiones laborales: La ley 24.448 refleja esta doctrina al establecer que los Estados ex​tranjeros no gozarán de
inmunidad de jurisdicción "...d) Cuando fue​ren demandados por cuestiones laborales, por nacionales argentinos o residentes
en el país, derivadas de contratos celebrados en la República Argentina o en el exterior, y que causaren efectos en el
territorio nacional...".

- Responsabilidad civil por la comisión de delitos y cuasi-delitos: El artículo 2.e) de la ley, no reconoce inmunidad de
ju​risdicción a un Estado extranjero ante una demanda por responsabili​dad civil derivada de un delito o cuasi-delito
cometido en el territorio nacional.

− Otros casos de ausencia de inmunidad: Tales serían las acciones sobre bs inmuebles situados en territorio nacional,
que no gozan de inmunidad jurisdiccional, c/ tampoco aquellas en las que el Estado extranjero sea heredero o legatario de
bienes situados en el territorio nacional o en procedimientos relativos a la validez o interpretación de un convenio arbitral
sobre una transacción mercantil.
− Las inmunidades ya reconocidas: Según el art 6° ninguna disposición de la ley afectará las inmu​nidades conferidas
por las Convenciones de Viena de 1961 sobre Rela​ciones Diplomáticas, o de 1963, sobre Relaciones Consulares. Este art
parece superfluo; una ley nacional tiene menor jerar​quía que los tratados de acuerdo con el artículo 75, inciso 22 CN.
− Un caso de "amicus curiae": La ley faculta al juez a ampliar los plazos de contestación de deman​das y oposición de
excepciones a pedido del Estado demandado, y admite que el Ministerio de Relaciones Exteriores exprese su opinión sobre
aspectos de hecho o de dcho an​te el tribunal interviniente, en calidad de "amicus curiae".
Es interesante el instituto p/ dar al juez una va​loración política de la cuestión, y p/ que la Cancillería lo provea de
dictámenes completos respecto del estado de las normas intern en la materia y de los casos similares por los cuales
Argentina haya sido demandada en el exterior. Así se reducirían las posibilidades de incurrir en una eventual resp inter.

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BOLILLA 8
EL TERRITORIO DEL ESTADO
A) CUESTIONES GENERALES
El Estado ejerce sus competencias, en primer término, sobre una base física que co​nocemos por territorio. La
importancia del territorio, en tanto representa uno de los ele​mentos esenciales p/ la existencia del Estado, determina que las
competencias territo​riales resulten especial// relevantes p/ la vida del Estado y, por tanto, p/ el propio juego de las relaciones
internacionales, ocupando, así, su reglamentación un objetivo destacado del ordenamiento jico internacional.
B) CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA DEL TERRITORIO
El territorio se nos presenta c/ la base física o espacial en la que ejerce su autori​dad, y por tanto sus poderes y
competencias, un Estado determinado.
Tradicional// la cuestión de determinar la naturaleza jca del territorio, en orden a explicar jurídica// las relaciones entre
el Estado y el terri​torio, ha suscitado un amplio debate doctrinal.
Algunas teorías clásicas, c/ la del territorio-objeto, en virtud de la cual el territorio se concebía c/ un objeto del Estado,
c/ un bien so​bre el cual se ejercía un dcho real, o la del territorio-sujeto, conforme a la cual el te​rritorio era considerado c/ la
esencia misma del Estado, y por tanto c/ la expre​sión de su personalidad.
Frente a estas tesis, la teoría de la competencia —y aun la del territorio-límite— es la que mejor nos permite
comprender la cuestión de la naturaleza jurídica. Se trata de una teoría que, formulada inicial// por Radnitzky en 1905 y
posterior// desarrollada, por ciertos sectores doctrinales austríacos (Kelsen, Verdross) y franceses (Scelle), considera el
te​rritorio estatal c/ el límite de las competencias estatales y el área geográfica de aplicación de las mismas.
Se trata de una teoría que exige definir las características fundamentales de las competencias que el Estado ejerce sobre
su territorio conforme al DI.
(Partes del territorio) El territorio estatal comprende no sólo el territorio terrestre propia// dicho, las aguas (interiores)
que en él se encuentran (ríos, lagos, lagunas) y el subsuelo correspondiente, sino también ciertos espacios marítimos
adyacentes a sus costas —aguas interiores y en los que se incluyen, igual//, el suelo y subsuelo correspondiente, así c/ el
espacio aéreo suprayacente al territorio terrestre y los espacios marítimos re​feridos.
Aunque es el territorio del Estado el que determina la base de ejercicio de las competencias territoriales, hay que
recordar que las competencias del Estado pue​den tener también una base y alcance extraterritorial. También el Estado puede
dar a sus normas internas efectos extraterritoriales -en el orden penal-, sobre todo.
En particular, y basándose en principios c/ el de «protección del Estado» o el de «universalidad», los Estados dictan
normas con un alcance extraterritorial p/ proteger algunos de sus intereses fundamentales, y aun los de la comunidad
internacional, san​cionando ciertos delitos, con independencia de la nacionalidad de su autor y del lugar de su comisión, c/
los delitos contra el Dcho de gentes que engendran la responsabilidad penal de los individuos, por ejemplo: piratería
marítima, aquellos delitos relacionados con el tráfico de drogas o el terrorismo internacional.
El Estado ejerce, además, ciertas competencias es​pecializadas sobre otros espacios marítimos que no pertenecen
estricta// a su terri​torio; se trata, fundamental//, de los espacios correspondientes a la zona económica exclusiva y la
plataforma continental, en los cuales al E ribereño corresponden sólo ciertos dchos soberanos a efectos fundamental//
económicos.
C) MODOS DE ADQUISICIÓN DE LA COMPETENCIA TERRITORIAL
• Modos originarios, aquellos que se utilizan cuando el territorio sobre el
que se establece la competencia no está sometido a la de otro Estado, tratándose, por tan​to, de un territorio sin dueño, de una
terra nullius (ocupación, accesión).
• Modos derivativos, que son aquellos que se actúan sobre un territorio que está sometido a la competencia de otro
Estado en el momento en que se establece sobre él la competencia de un nuevo Estado (cesión, conquista).
Hay que advertir que algunos de estos modos han perdido en la actualidad o bien toda relevancia práctica, c/ es el
supuesto de la ocupación, o bien validez internacional, c/ en el caso de la conquista.
a) La ocupación se entiende por tal la adquisición de un territorio nullius basada sobre la toma de posesión efectiva del
mismo y acompañada de la intención de adquirir sobre él la competencia te​rritorial.
Aunque la ocupación, c/ hemos dicho, ha perdido en la actualidad toda relevancia práctica, su estudio sigue teniendo
interés en la medida en que p/ la resolución de litigios de carácter territorial que se producen en los tiempos presentes habrá
que valorar el dcho en vigor en el momento en el que se consolidó el título histórico.
Los territorios habitados por tribus o pueblos que tenían una organización social y política no eran con​siderados terra
nullius [...]»; de ahí que la adquisición de soberanía sobre dichos territo​rios «no se podía adquirir unilateral// a través de la
ocupación de terra nullius c/ título original, sino mediante acuerdos concluidos con los jefes locales».
Sobre esta base, p/ que la ocupación tenga consecuencias internacionales es ne​cesario, además, que se den dos
requisitos: el elemento psicológico o ani​mus occupandi; y el elemento material de la efectividad de la ocupación.
El animus occupandi se expresa a través de la propia práctica seguida por los órga​nos del Estado ocupante;
traduciéndose el requisito de la efectividad de la ocupación en el ejercicio de la autoridad del E sobre el territorio ocupado:
autoridad que habrá de ser manifestada de manera continuada, en forma notoria y a través de actos de adm perfecta//
individualizados.
En todo caso el requisito de la efectividad resultará relativizado, en función de las propias características físicas del
territorio de que se trate, y en particular, por ejemplo, de que se trate de territorios desérticos, inaccesibles, etc., en los que
no es po​sible practicar en todo momento y con igual intensidad la soberanía territorial.
b) La accesión consiste en el título p/ extender la competencia a aquellas forma​ciones terrestres que hayan acrecido al
propio territorio del Estado, bien por causas na​turales (aluvión, formación de islas...), bien por la propia actividad del
hombre (construcción de diques, muelles...).
Se considera, general//, que en estos casos la extensión de la competencia terri​torial se produce automática//, sin que sea
necesario ningún acto jurídico del Estado tendente a consolidar la ampliación; aunque algún sector doctrinal entiende que
sería ne​cesaria la ocupación seguida de animus occupandi.

c) ​La cesión es un modo derivativo de adquisición de territorios y está basado en un acuerdo entre dos o más
Estados p/ llevar a cabo una transferencia territorial, mediante la renuncia por parte del Estado cedente en favor de la
adquisición de esa parte del te​rritorio por otro Estado. La cesión no se perfecciona jurídica// hasta la ocupación efectiva del
territorio y el consiguiente ejercicio de las competencias por el Estado bene​ficiario de la cesión.
Las cesiones se pueden realizar a tit gratuito, u oneroso, bien por permuta o por compraventa.

d) ​
Un modo muy discutido es la prescripción adquisitiva. Se busca aplicar a aque​llos casos en que un Estado se ha
posesionado de un territorio que, en principio, perte​nece a la soberanía de otro Estado, ejerciendo durante un cierto tiempo,
y sin que se pro​duzcan actos de protesta por parte de aquel otro Estado, una ocupación efectiva que consolidaría su título.
Un amplio sector doctrinal no considera la prescripción c/ un medio autónomo de adquisición, sino más bien c/ un
elemento de prueba de que existe la ocupación efec​tiva, aunque en estos supuestos ha de ser ejercida, c/ acabamos de
advertir, durante un período de tiempo suficiente// amplio, y sin que se hayan producido actos de protesta o reivindicaciones
del antiguo soberano territorial.
e) La conquista, suponía, conforme al DI clásico, la transferencia al vence​dor de parte del territorio del Estado vencido
al terminar una guerra; y ello con independencia de la figura de la debellatio, consistente en la desaparición total del
elemento organización y, subsiguiente//, de la soberanía del Estado vencido.
P/ que la conquista se considerase c/ un título válido por el DI era necesario que, concurriesen los siguientes requisitos:
que hubiese terminado el conflicto armado; que se produjese una ocupación efectiva; y que se diese en el Estado vencedor
animus possidendi; no siendo necesaria la existencia de un animus transferendi por parte del Estado vencido.
En todo caso, ya sabemos que la conquista es hoy una figura condenada por el DI contemporáneo, en base al principio
de prohibición de amenaza o uso de la fuerza; disponiendo en este sentido la Resolución 2625 de la A.G.N.U. que «El
territorio de un Estado no será objeto de ocupación militar derivada del uso de la fuerza en contravención de las
disposiciones de la Carta. El territorio de un Estado no será objeto de adquisición por otro Estado derivado de la amenaza o
r
el uso de la fuerza. No se reconocerá c/ le​gal ninguna adquisición ter itorial derivada de la amenaza o el uso de la fuerza
[...]».
f) Hay que advertir que el principio de efectividad (creo que significa que para que haya adquisición, debe haber
ocupación efectiva y ejercicio de competencias), aunque desempeña, un papel destacado en los distintos modos de
adqui​sición de la competencia territorial, pierde, toda o casi toda significación y relevancia en los casos de territorios que
han estado sujetos a dominación colonial, y ello a la hora de determinar el título territorial de una potencia administradora, y
desde aquí los límites del territorio de un nuevo Estado surgido del proceso descolonizador.
En estos supuestos rige el principio del uti possidetis iuris, el cual supone que la de-limitación fronteriza de los Estados
nacidos de la descolonización se produce conser​vando c/ límites territoriales los derivados tanto de los propios tratados
internaciona​les fronterizos concluidos por las potencias coloniales, c/ de las antiguas divisiones administrativas fijadas por
r
una potencia colonial sobre un determinado ter itorio, y otor​gando al título jurídico de la época colonial preeminencia sobre
la posesión efectiva c/ base de la soberanía, es decir, el comportamiento de las autoridades administrativas c/ prueba del
ejercicio efectivo de compe​tencias territoriales en la región durante el período colonial, pierden su valor en favor de los
títulos jurídicos a la hora de determinar las fronteras nacionales; comprendiendo la expresión «título jurídico» no sólo la
idea de prueba documental, sino cualquier medio de prueba susceptible de establecer la existencia de un dcho, c/ la fuente
misma de ese dcho.
Cabría, con todo, concretar la relación jurídica existente entre las «efectividades» y los títulos que sirven de base a la
realización del principio del uti possidetis del siguiente modo. Ante todo, cuando una administración efectiva se añade al uti
possidetis iuris, es decir, en el caso de que el hecho corresponda exacta// al dcho, la «efectividad» sólo inter​viene en
realidad p/ confirmar el ejercicio del dcho nacido de un título jurídico. Cuando el territorio objeto del litigio está
administrado efectiva// por un Estado dis​tinto del que posee el título jurídico, se debe dar preferencia al poseedor del título.
Ahora bien, en la eventualidad de que la «efectividad» no coexista con ningún título jurídico, debe ser inevitable// tomada
en consideración. Y aun final//, en los casos en que el título jurídico no es susceptible de mostrar de manera precisa la
extensión territorial a la que se refiere, las efectividades pueden entonces desempeñar un papel esencial p/ indicar cómo se
inter​preta el título en la práctica.
D. CONTENIDO Y LÍMITES DE LAS COMPETENCIAS TERRITORIALES
1) CARACTERES GENERALES DE LAS COMPETENCIAS TERRITORIALES
r
Hay que afirmar que las competencias que, en virtud de la soberanía, corresponden al Estado sobre su ter itorio se
caracterizan, en cuanto a su contenido y ejercicio, por las notas fundamentales de plenitud y exclusividad.
En efecto, conforme al propio principio de igualdad soberana de los Estados «cada Estado goza de los dchos inherentes
a la plena soberanía».
a) La plenitud de las competencias significa que el Estado puede ejercer con abso​luta discrecionalidad el conjunto de
funciones propia// estatales, de naturaleza, básica//, legislativa, ejecutiva y judicial. Al Estado, corresponden sin ​
ningún tipo de limitaciones, en principio todas las facultades necesarias p/ el adecuado desarrollo de sus funciones,
incluidos desde luego los poderes p/ ordenar la actividad económica y regular el aprovechamiento de los recursos naturales,
sobre la base del prin​cipio de la soberanía permanente de los Estados sobre sus recursos naturales.
b) La exclusividad implica que los Estados ejer​cen sus competencias, dentro de un determinado ámbito territorial, con
exclusión, en pcpio, de los demás Estados; lo que nos da idea del monopolio competencia que corres​ponde al E sobre su
territorio, por encima de cualquier otra autoridad.
La prohibición, en principio, absoluta p/ cualquier Estado de realizar toda actividad en un territorio extranjero, sin que
medie su consentimiento o amp/do, c/ veremos, por normas de DI; y ello por relación, sobre todo, al ejercicio de ciertas
ac​tividades coercitivas realizadas por órganos o agentes de un Estado en violación de la sobe​ranía territorial de otro.
2) OBLIGACIONES Y LÍMITES RELACIONADOS CON EL EJERCICIO DE LAS COMPETENCIAS
TERRITORIALES
El dcho que, en virtud de su soberanía e independencia, tiene todo Es​tado a ejercer con plenitud y exclusividad sus
competencias territoriales, conlleva, a su vez, una serie de obligaciones y límites impuestos, fundamental//, por normas
gene​rales del DI, de carácter consuetudinario o convencional, al objeto de salvaguardar los dchos de los demás Estados y
aun los intereses de la Comunidad in​ternacional en su conjunto.
a) Ante todo la soberanía territorial genera ciertas obligaciones con el objeto de ga​rantizar los dchos de los demás
Estados sobre sus respectivos territorios. En efecto, conforme al propio principio de igualdad soberana de los Estados,
«cada Estado tiene el deber de respetar la personalidad de los demás Estados», siendo inviolables la integridad territo​rial y
la independencia política del Estado.
Además se vincula estrecha// al principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados, en virtud del cual se
proclama de la A.G. de las N.U.] que «ningún Estado o grupo de Estados tiene dcho a interve​nir directa o indirecta//, y sea
cual fuere el motivo, en los asuntos internos o exter​nos de ningún otro», considerándose, por tanto, c/ violaciones del DI
«no sola// la intervención armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o de amenaza atentatoria de la
personalidad del Estado, o de los elementos po​líticos, económicos y culturales que lo constituyen».
b) Pero, trasciende también la obligación p/ cualquier Estado de no sólo respetar los dchos que sobre su territorio
puedan tener otros Estados, sino también de evitar causar perjuicios a otros Estados, y aun a la comunidad internacional, por
las actividades realizadas desde su propio territorio.
La obligación p/ los Estados de respetar en su territorio los dchos que el orde​namiento jurídico internacional reconoce a
todos los demás Estados, se presenta c/ la expresión más evidente de las limitaciones a que se sujeta el ejercicio de las
competen​cias territoriales.
Estas limitaciones inciden en muy diversos ámbitos, pudiendo destacar las que se relacionan con la inmunidad de
jurisdicción y de ejecución de los Estados extranjeros y de sus agen​tes diplomáticos y consulares, así c/ con los dchos de
navegación que corresponden a los buques de todos los Estados por los espacios marítimos sujetos a la soberanía del Estado
ribereño; y aun las limitaciones que se derivan de los dchos de tránsito que se reconocen, en la Convención sobre Dcho del
Mar de 1982 (art. 125), a los Estados sin litoral a través del territorio de los denominados Estados de tránsito, es decir, de
los Estados situados entre un Estado sin litoral y el mar.
Además, trasciende la oblig p/ los Estados de evitar causar perjuicios en el territorio de otros Estados o a sus nacionales,
y aun a la Comunidad intern en su conjunto, por las act realizadas en su propio territorio. Se trata de que el ejercicio de las
competencias territoriales por el E no sea abusiva o arbitraria, lo que implica una utilización «razonable» y «útil» de la
soberanía territorial, ejercida al tiempo que en beneficio del interés gral de la población, sin perjudicar, en particular, los
intereses de los Estados vecinos y aún los de la Comunidad intern.
C/ regla de buena vecindad ya clásica sobresale, fundamental//, el principio sic utere tuo ut alienum non laedas,
conforme al cual un Estado está obli​gado a impedir en su territorio el ejercicio de actividades que puedan causar perjuicios
en un Estado vecino; habiendo adquirido, sobre todo, este principio su fuerza en materia medioambiental y de
administración de rec nat.
Se trata, sin embargo, de un principio cuya aplicación se produce no sólo en el terreno de la vecindad, sino también por
relación a cualesquiera terceros Estados y aun de aquellas zonas situadas más allá de toda jurisdicción nacional.
LAS MODIFICACIONES TERRITORIALES DEL ESTADO Y SUCESIÓN DE ESTADOS
A- LAS MODIFICACIONES DEL CONTENIDO DE LA COMPETENCIA TERRITORIAL
Con independencia de esas obligaciones y límites que, con carácter general, se imponen al Estado en el ejercicio de sus
competencias territoriales, la práctica internacional nos ofrece ciertos supuestos particulares de modificaciones del
contenido de la competencia territorial, en virtud de los cuales un Estado consiente, a través normal// de la formalización de
acuerdos bilaterales o multilaterales restringidos, importantes limitaciones a sus competencias soberanas en favor de otro u
otros Estados, con un carácter transitorio o provisional, y sin que ello conlleve en ningún caso una pérdida de soberanía p/ el
Estado territorial.
a) Los supuestos de cesiones de uso, de administración y en arriendo son clara// expresivos de un contexto histórico
dominado por las situaciones coloniales y la posición de hegemonía y dominio de las grandes potencias, siendo dificil//
imaginables, en el actual sistema internacional; en estas cesiones se escondían, muchas veces, auténticas dejaciones de
soberanía en favor del Estado cesionario, y, por tanto, verdaderas anexiones disimuladas.
En cuanto a las cesiones de uso cabe recordar, el Tratado Hay-Bunau-Varilla de 1903 por el que Panamá concedía, a
perpetuidad, a EE.UU. «la zona del canal», en la que se construyó, en 1914, el Canal de Panamá; régimen revisado por el
Tratado Carter-Torrijos de 1977, y en virtud del cual la «zona del canal» fue transferida a Panamá en diciembre de 1999.
Las cesiones de administración se iniciaron en el s. XIX dentro del contexto de una política imperialista, siendo general//
consideradas c/ tales la cesión por Turquía a Austria-Hungría de Bosnia y Herzegovina por el Tratado de Berlín de 1 878.
Las ce​siones en arriendo representaron en la mayoría de los casos, c/ se ha dicho, una «colonización disfrazada». Se trata de
una técnica frecuente// im​puesta a China por las potencias europeas a finales del siglo XIX: así, y entre otras cesiones, la
Bahía de Port-Arthur por veinticinco años a Rusia, el puerto Wei-hai-Wei a Gran Bretaña o la Bahía de Kuoangchou a
Francia por 99 años; supuestos todos ellos ya superados.
b) La figura del protectorado nos acerca también a un supuesto de inspiración colonial. C/ tal constituye hoy una
institución que ha desaparecido, en tanto que incompatible con a concepción moderna de independencia. Conforme a un
régimen de pro​tectorado, el Estado protector asumía fundamental// la representación internacional del protegido, pudiendo
lle​gar a ser también muy amplia su participación en las competencias internas del protectorado.
c) El condominio se nos presenta c/ una institución práctica// en desuso. Se trata de un régimen en virtud del cual dos o
más Estados deciden ejercer sus competencias soberanas sobre el mismo territorio de manera compartida.
Esta técnica se ha empleado tradicional// por los Estados c/ medio de resol-ver o congelar las situaciones de conflicto
territorial existentes entre ellos, pudiendo te​ner éstas un origen colonial o bien un carácter fronterizo.
d) Los supuestos de territorios bajo administración internacional han sido tradi​cional// muy limitados. Se trata de
regímenes transitorios por los que se coloca un determinado territorio bajo un sistema de administración internacional
—ejercida por una Organización internacional o un grupo de Estados—, bien por tratarse de un territorio rei​vindicado por
varios Estados, bien por las especiales características de su población, y aún por razón del lugar geográfico susceptible de
engendrar una tensión internacional.
La institución ha servido en el pasado p/ cumplir importantes misiones de paz en lu​gares de fricción internacional
evidente. Y en la actualidad hay que reconocer que sigue siendo un mecanismo susceptible de emplearse en el momento
oportuno.
Se destaca también la Administración de Transición de las NU p/ Timor Oriental (UNTAET), cuyo establecimiento
sería decidido por la Resolución del Consejo de Seguridad de NU. Con el fin de prep/r el proceso de transición hacia la
independencia de Timor Oriental, a la UNTAET se le atribuye la responsabilidad general de la administra​ción de este
territorio, y en particular la consecución de los si​guientes objetivos: ayudar al establecimiento de las condiciones necesarias
p/ el desarrollo sostenible; proporcionar seguridad y mantener el orden público; establecer una adminis​tración eficaz; y
apoyar el fomento de la capacidad p/ el autogobierno.
e) Merecen también atención los supuestos de utilización de bases militares en te​rritorio extranjero, en virtud de los
cuales un Estado autoriza a otro el uso en su propio territorio de bases militares, y por tanto el estacionamiento, con fines de
seguridad y de​fensa en el contexto de una cooperación militar, de fuerzas armadas de ese Estado, sin que ello suponga
ningún tipo de cesión territorial por parte del Estado que concede las facilidades de uso.
El uso de base militares en territorio extranjero suele estipularse a través de tratados multilaterales o bilaterales entre las
partes, lo que en todo caso pone de relieve el valor del consentimiento del Estado territorial.
En el caso de tratados multilaterales, éstos son normal// tratados de alianza que institucionalizan sistemas de legítima
defensa colectiva.
En cuanto a los tratados bilaterales, pueden operar autónoma// o en estrecha re​lación funcional con la pertenencia de los
dos Estados que se conciertan a una alianza multilateral.
B- LA SUCESIÓN DE ESTADOS
1. LAS MODIFICACIONES TERRITORIALES Y LA SUCESIÓN DE ESTADOS
La causa de que se produzca una sucesión de Estados o sustitución de un Estado por otro es siempre una modificación
territorial de conformidad con el DI: es decir, cuando de forma lícita un Estado pierde territorio y otro Estado adquiere
te​rritorio. Esta es la causa básica o genérica. Cuando nace un Estado o un Estado adquie​re o pierde territorio se plantea qué
sucede con los bienes, dchos y obligaciones que le afectan.
La Comisión de DI (C.D.I.) inició en los `70 la tarea de la codificación y desarrollo progresivo del régimen de la
sucesión de Estados. La lenti​tud de sus trabajos muestra la enorme complejidad de esta poliédrica institución y la di​ficultad
de encontrar, hoy, soluciones aceptables p/ una Comunidad Internacional uni​versal y heterogénea. Los resultados
normativos de ese proceso han sido 2 Convenios: de un lado, el Con​venio de Viena de 23 de 1978 sobre sucesión de
Estados en materia de tratados que, al tiempo que recoge las perspectivas clásicas en la materia, da un trata- singular al
supuesto de la descolonización y, además, guarda un claro paralelis​mo técnico con el Convenio de Viena de 1969 sobre el
Dcho de los Tratados.
De otro, el Convenio de Viena de 8 de abril de 1983 sobre sucesión de Estados en ma​teria de bienes, archivos y deudas
de Estado; aunque este Convenio guarda armonía en las definiciones y en la estructura (tipología de sucesiones) con el
Convenio de 1978 sobre sucesión en materia de tratados, sin embargo incluye mayores novedades respecto a las soluciones
clásicas en el tratamiento de los supuestos de descolonización y ha tenido menor aceptación entre los Estados.
La concepción tradicional describe la su-cesión de Estados c/ la sustitución en los dchos y obligaciones de un Estado
por otro en un territorio determinado. Sin embargo, se acordó final// en los dos Conve​nios definir la sucesión de Estados c/
«la sustitución de un Estado por otro en la res​ponsabilidad de las relaciones internacionales de un territorio».
2. LA TIPOLOGÍA DE LOS SUPUESTOS DE SUCESIÓN DE ESTADOS
• la sucesión respecto de una parte del territorio de un Estado, que tiene lugar cuando una parte del territorio de un
Estado es transferida por éste a otro Estado; también se le denominaba «sucesión parcial»;
• el supuesto de un Estado de reciente independencia, es decir, un Estado sucesor cuyo territorio, inmediata// antes de la
fecha de la sucesión de Estados, era un terri​torio dependiente de cuyas relaciones internacionales era responsable el Estado
predece​sor; algunos sectores doctrinales la identifican c/ «sucesión colonial». Las complejas circunstancias de la
descolonización obligaron a revisar las reglas de la sucesión; de ahí que los dos convenios distingan la sucesión colonial o
de Estados de reciente indepen​dencia de las restantes sucesiones;
• la unificación de Estados es el supuesto de sucesión que tiene lugar cuando dos o más Estados se unen extinguiéndose
la personalidad de ambos y forman, de este modo, un nuevo sujeto de DI, el Estado sucesor;
• la sep/ción de parte o de partes del territorio de un Estado dando lugar a la for​mación de uno o varios Estados
sucesores, continúe o no existiendo el Estado predecesor;
• la disolución (Bosnia y Herzegovina; Serbia y Montenegro), que tiene lugar cuando un Estado se disuelve y deja de
existir, for​mando las partes del territorio del Estado predecesor dos o más Estados sucesores (esta categoría sólo se regula
en el Convenio de 1983).
3. LAS MODIFICACIONES ILÍCITAS DEL TERRITORIO Y LA SUCESIÓN DE ESTADOS
Una modificación territorial en violación del DI no puede dar lu​gar a la aplicación de las reglas de la sucesión de
Estados, es decir, no da lugar a la sus​titución por el Estado ocupante en los dchos y obligaciones del Estado ocupado.
En efecto, el DI en vigor establece de forma imperativa la obli​gación de los Estados de abstenerse de todo uso o
amenaza de fuerza armada en las relaciones internacionales. Esta obligación jurídica de carácter consue​tudinario se ha
reiterado en el art. 2.4 de la Carta de la O.N.U., aunque éste no establece expresa// las consecuencias jurídicas en relación
con las adquisiciones territoriales mediante el uso de fuerza armada.
Además, la A.G. aprobó el 24 de octubre de 1970 la importante Resolución 2625, en la que expresa// se declara que «El
territorio de un Estado no será objeto de adquisición por otro Estado de​rivada de la amenaza o el uso de la fuerza. No se
reconocerá c/ legal, ninguna ad​quisición territorial derivada de la amenaza o el uso de la fuerza». Unos años después, en la
también importante Resolución 3314 sobre la «Definición de la Agresión», se reiteraba el consenso jurídico de la
Co​munidad internacional sobre la nulidad de efectos de una adquisición territorial me​diante el uso de fuerza armada.
Habida cuenta, pues, de la invalidez de las modificaciones territoriales ilícitas, am​bos Convenios de 1978 y 1983 (arts.
6 y 3), establecen que «la presente Convención se aplica única// a los efectos de una sucesión de Estados que se produzca de
confor​midad con el DI y, en particular, con los principios de DI incorporados en la Carta de las NU».
4. LA SUCESIÓN EN MATERIA DE TRATADOS INTERNACIONALES
La sucesión de Estados en materia de Tratados ha sido regulada por el Convenio de Viena de 23 de agosto de 1978. El
Convenio define la sucesión de Estados c/ la sustitución de un Estado por otro en la responsabilidad de las relaciones
r
internacionales de un ter i​torio.
El Convenio no afecta a los Tratados sobre regímenes de frontera y dchos territo​riales, pues la opinión y la práctica
generalizada estiman que siempre se produce una transmisión de dchos y obligaciones; por tanto, el Estado sucesor debe
aceptar los lí​mites territoriales y las obligaciones, dcho o restricciones de uso que afecten a su te​rritorio.
Además, el Convenio establece la no transmisión de los dchos y obligaciones en el supuesto, típica// colonial y en las
vísperas de la independencia, de que se haya celebrado entre el Estado predecesor y el Estado sucesor un «Acuerdo de
transmisión o devolución», mediante el cual el E predecesor transmite al Estado sucesor los dchos y oblig derivados de
Tratados en vigor.]
Igual// excluye la transmisión de obligaciones y dchos por el solo hecho de la declaración unilateral del Estado sucesor
en la que acepta el mantenimiento en vigor de los Tratados respecto de su territorio. Es evidente, que los efec​tos jurídicos
respecto de los demás Estados Partes no pueden depender exclusiva// de la voluntad del Estado sucesor.
Estaría bueno leer qué dice todo el capítulo del Convenio.
Supuestos de sucesión en materia de Tratados:
r r
A) En el supuesto de sucesión respecto de una pa te del ter itorio (transferencia) se estipula que dejan de estar en vigor,
respecto del citado territorio, los Tratados del Estado predecesor y en​tran en vigor los del Estado sucesor.' Esta es la regla
llamada de la movilidad del ámbito te​rritorial del Tratado y está relacionada con el art. 29 del Convenio de Viena sobre el
Dcho de los Tratados: los Tratados se aplican en la totalidad del territorio del Estado parte.
B) Si se trata de un Estado de reciente independencia, la regla adoptada por el Con​venio es la de la tabla rasa: «ningún
Estado de reciente independencia estará obligado a man​tener en vigor un Tratado, o a pasar a ser parte en él, por el solo
hecho de que en la fecha de la sucesión de Estados el Tratado estuviera en vigor respecto del territorio al que se refiera la
sucesión de Estados» (art. 16). La razón de ser de esa regla, es evitar que estos Estados en vías de desarrollo accedan a la
independencia con pesadas hipotecas jurí​dicas, económicas y políticas.
Obsérvese que el Convenio declara que el Estado sucesor no tiene la obligación de ser parte en el Tratado suscrito por el
predecesor; una cuestión distinta es si tiene dcho a ser parte de los Tratados del predecesor. La solución dada difiere
dependiendo de si el Tratado es multilateral o bilateral.
Si el Tratado es multilateral, el Estado sucesor de reciente independencia podrá, me​diante una notificación de sucesión,
hacer constar su calidad de parte en el mismo. La notificación es, por tanto, un acto unilateral que se hará por escrito (art.
22). De este modo, se reconoce el dcho del nuevo Estado a ser parte del Tratado multilateral. Sin embar​go, el Convenio
prevé algunas excepciones importantes que pueden limitar o privar del dcho a ser parte en los Tratados multilaterales del
predecesor: por ejemplo, cuando en razón del numero reducido de participantes la aplicación del Tratado respecto del Esta-
do de reciente independencia es incompatible con el objeto y fin del Tratado o cambia ra​dical// las condiciones de su
ejecución. En estos casos, su notificación necesitará ser aceptada por las demás partes (arts. 17 a 19).
En el caso de Tratados bilaterales entre el Estado predecesor y un 3er Estado, el Estado sucesor necesitará el
consentimiento del tercer Estado p/ llegar a ser parte de un Tratado bilateral entre ambos (art. 24).
C) En el supuesto de la unificación y separación de Estados el pcpio aplicable es el de la continuidad, es decir, la
transmisión de los dchos y oblig derivados del Tratado del Estado predecesor al sucesor. Dicho principio revela la necesidad
de pre​servar la estabilidad de las relaciones convencionales.
La continuidad sólo afecta a la parte del te​rritorio del E sucesor respecto de la cual estaba en vigor el Tratado en la
fecha de sucesión, lo que resulta de muy difícil aplicación, por lo que se prevén diversas fórmulas p/ atenuarla: si es un
Tratado multilateral universal basta notificar que el Tratado se aplicará a la totalidad del territorio unificado; si es un
Tratado bilateral o multilateral res​tringido se acordará con las otras partes su extensión a la totalidad del territorio.
Por lo que respecta a la separación de una parte o partes del territorio de un Estado p/ formar uno o varios Estados
sucesores, el Convenio establece igual// la regla de continuidad, de modo que el Tratado en vigor respecto del Estado
predecesor se aplica​rá respecto del Estado o Estados sucesores. C/ esta solución no es muy realista, el Convenio mitiga los
efectos permitiendo su exclusión si los Estados interesados acuerdan otra cosa o se deduce del Tratado que su aplicación a
los nuevos Estados sep/dos es incompatible con el objeto y fin del Tratado o que han cam​biado radical// las condiciones de
su ejecución.
5. EFECTOS DE LA SUCESIÓN SOBRE LA CUALIDAD DE MIEMBRO DE UNA ORG. INTERN.
No se ha admitido la sucesión en cuanto a los Tratados constitutivos de las Organi​zaciones internacionales. El E sucesor
no sustituye al Estado predecesor en las Organizaciones internacionales en líneas grales. Cada organización tiene un
procedi- de admisión, y los Estados miembros de la misma son, en definitiva, los que con​trolan el acceso de los nuevos
miembros.
La práctica de las N.U. es muy variada. En los casos de división, escisión o fraccio​namiento de un Estado miembro, la
práctica ha sido uniforme y consiste en que el nue​vo Estado debe solicitar ser admitido c/ nuevo miembro de la
organización, conti​nuando con su status de miembro el Estado objeto de la escisión.
Un caso especial se ha planteado con la desintegración de la Unión Soviética en el que encontramos algunas
particularidades, entre otras, por ser miembro permanente del Consejo de Seguridad y gran potencia nuclear. En 1991 la
Represen​tación Soviética comunicaba al Secretario General de la O.N.U.,que la Federación Rusa ocuparía el lugar de la
U.R.S.S. c/ miembro de las NU, incluido el Consejo de Seguridad y todos los demás ór​ganos y organizaciones del sistema
de NU, con el apoyo de los Estados de la Comunidad de Estados Independientes, así c/ asumiría todas las obligaciones de la
U.R.S.S., incluidas las obligaciones financieras.
No hubo objeciones a esta acción unilateral por parte del resto de los Estados; sin em​bargo, técnica// no era la solución
jurídica correcta al tratarse de una extinción del Estado predecesor, la U.R.S.S., lo que hubiera supuesto la petición de
admisión de Ru​sia. Por ello, los Estados Miembros y la propia Secretaría General optaron por conside​rar a Rusia c/ el
Estado sucesor fundándose, en este caso, en el principio de estabili​dad en las relaciones internacionales y en la identidad
básica de los elementos que llevaron en 1945 a reconocer ese status a la antigua U.R.S.S. y que ahora permanecen bajo el
control de la Federación Rusa. Las demás Republicas ex soviéticas, a excepción de Ucrania y Bielo​rrusia que eran
miembros originarios de la O.N.U., han tenido que solicitar la admisión c/ nuevos miembros.
En los casos de fusión de los Estados —Egipto y Siria en la R.A.U., en 1958, y Tan​ganica y Zanzíbar en Tanzania, en
1964 ​se ha seguido el mismo procedimiento de considerar al nuevo Estado nacido de la fusión c/ miembro de las N.U. y
continua​dor de los preexistentes. La extinta República Democrática Alemana desapareció de la lista de miembros de la
O.N.U., figurando c/ único Estado miembro la República Federal de Alemania con la fecha de ingreso de 18 de septiembre
de 1973.
6. EFECTOS EN CUANTO AL ÁMBITO ECONÓMICO PÚBLICO (2.3.2)Estudiar del convenio directamente.
A) RESPECTO A LOS BIENES DE PROPIEDAD PÚBLICA
El Convenio de Viena de 1983 sobre «Sucesión de Estados en materia de bienes, ar​chivos y deudas de Estado» define
los bienes de Estado c/ «los bienes, dchos e intereses que en la fecha de la sucesión de Estados y de conformidad con el
dcho inter​no del Estado predecesor pertenecían a éste». Con carácter general dispone en su art. 11 que «el paso de los bienes
de Estado del Estado predecesor al Estado sucesor se realiza​rá sin compensación».
No obstante esta norma general, el Convenio tiene en cuenta la posibilidad de una vo​luntad diferente por parte de los
Estados afectados y acoge e] principio de la autonomía de la voluntad de las partes y diferencia en función de los supuestos:
a) si es una sucesión respecto de una parte del territorio de un Estado, el paso de los bienes de Estado se realizará
mediante acuerdo entre el Estado predecesor y el Estado sucesor y, a falta de acuerdo, los bienes inmuebles sitos en el
territorio sucedido pasarán al Estado sucesor y también los bienes muebles del Estado predecesor vinculados a la actividad
de éste en el territorio a que se refiere la sucesión (art. 14);
b) si es un Estado de reciente independencia, se da preferencia en la mayoría de los casos al Estado sucesor tanto en los
bienes inmuebles que radiquen en e] territorio c/ aquellos otros situados fuera de él pero que se hayan convertido en bienes
del Estado predecesor en el período de dependencia. Esta última regla se aplica también a los bienes muebles;
c) si es un supuesto de unificación (art. 16), se prevé la transmisión de los bienes de los Estados predecesores al Estado
sucesor;
d) si se trata de sep/ción de parte o partes del territorio de un Estado (art. 17) y de disolución de un Estado (art. 18), se
prevé el acuerdo entre los Estados afectados, si bien los bienes muebles no vinculados pasan a los Estados sucesores en una
proporción equitativa.
B) RESPECTO A LA DEUDA PÚBLICA
La norma tradicional es que no hay oblig de asumir la deuda del E prede​cesor por el E sucesor. No obstante, dado el
interés de obtener la confianza financiera de los Estados y de los mercados financieros internacionales, dicha regla se ha
suavizado mediante conve​nios entre el E sucesor y el predecesor p/ que el primero asuma una parte pro​porcional de la
deuda pública o pasivo del E.
El Convenio de Viena de 1983 entiende por deuda de E «toda oblig fi​nanciera de un Estado p/ con otro Estado, p/ con
una Organización internacional o p/ con cualquier otro sujeto de DI nacido conforme al DI». Los distintos supuestos de la
sucesión en materia de deuda pública se re​gulan así:
a) en los casos de (Transferencia) sucesión respecto de parte del territorio, la deuda del Estado pre​decesor pasará al
sucesor en la medida acordada por ambas partes, y a falta de acuerdo las deudas pasarán «en una proporción equitativa,
teniendo en cuenta en particular los bienes, dchos e intereses que pasen al Estado sucesor en relación con esa deuda del
Estado» (art. 37);
b) en cuanto a los Estados de reciente independencia, no pasará ninguna deuda del Estado predecesor al sucesor, salvo
acuerdo entre ellos (art. 38);
c) en los casos de unificación, la «deuda de Estado de los Estados predecesores pa​sará al Estado sucesor» (art. 39);
d) en los supuestos de sep/ción de parte o partes del territorio de un Estado p/ formar un Estado nuevo se atendrán al
acuerdo entre el predecesor y el sucesor y, a falta de él, a la regla de la proporción equitativa teniendo en cuenta los bienes,
dchos e in​tereses que pasen al Estado sucesor en relación con esa deuda (art. 40). También en los casos de disolución del
Estado, los Estados sucesores se atendrán al acuerdo entre ellos, y en su defecto se aplicará la regla de la proporción
equitativa (art. 41).
C) RESPECTO A LA SUCESIÓN EN LOS ARCHIVOS DE ESTADO
El Convenio de Viena de 1983 entiende por archivos de Estado del Estado predecesor «todos los documentos, sean
cuales fueran sus fechas y naturaleza producidos o recibidos por el Estado predecesor en el ejercicio de sus funciones que,
en la fecha de la sucesión de Estados, pertenecían al Estado predecesor de conformidad con su dcho interno y eran
conser​vados por él directa// o bajo su control en calidad de archivos con cualquier fin» (art. 20). Con carácter general se
prevé que la sucesión en los archivos se hará sin compensación, sal​vo acuerdo en contrario.
a) tanto en la (Transferencia) sucesión respecto de una parte de/ territorio, así c/ en los su-puestos de separación y
disolución, la transmisión de los archivos se hará por acuerdo entre el Estado predecesor y el sucesor y, a falta de tal
acuerdo, se transmiten aquellos archivos relacionados exclusiva// con la parte de territorio a que se refiera la sucesión, si
bien el Estado predecesor proporcionará, a petición del sucesor, reproduc​ciones apropiadas de sus archivos vinculados a ese
r
territorio y deberá proporcionar «la mejor prueba disponible en sus a chivos relacionada con títulos territoriales del Estado
sucesor»;
b) en el caso de Estados de reciente independencia, la regla general es que los ar​chivos que «habiendo pertenecido al
territorio al que se refiere la sucesión de Estados, se hubieran convertido durante el período de dependencia en archivos de
Estado del Estado predecesor, pasarán al Estado de reciente independencia» y también pasará «la parte de los archivos del
Estado predecesor que, p/ una administración normal del territorio al que se refiere la sucesión de Estados, deba encontrarse
en este territorio». El paso o re-producción de otras partes de los archivos del Estado predecesor distintas a las anterior-//
mencionadas se determinarán mediante acuerdo (art. 28);

c) en el supuesto de unificación de Estados (art. 29) los archivos de los Estados pre​decesores pasan al Estado sucesor.
LOS LÍMITES Y FRONTERAS INTERNACIONALES
A) EL TERRITORIO Y LA FRONTERA. IDEAS GENERALES
El territorio estatal se caracteriza por tener unos límites precisos y fijos, en el interior de los cuales, c/ acabamos de ver,
el Estado ejerce sus poderes y competencias.
El ámbito de ejercicio de las competencias estatales dentro del territorio del Estado requiere, por tanto, una delimitación
de éste, mediante el trazado de fronteras.
La frontera representa, así, «el límite del territorio de un Estado. La línea determi​nante donde comienzan y acaban los
territorios de los Estados vecinos».Hay que recordar que en la medida en que el territorio es​tatal comprende no sólo el
territorio terrestre, sino también ciertos espacios marítimos y el espacio aéreo suprayacente a todos ellos, las fronteras
podrán ser terrestres, marítimas y aéreas; debiendo precisar también que la frontera delimita no sólo el territorio de dos
Estados, sino también el de un Estado y otros espacios internacionales.
La frontera se presenta no sólo c/ línea de sep/​ción entre soberanías territoriales, sino también c/ línea o zona de
contacto entre te​rritorios y poblaciones vecinas. La frontera c/ se ha dicho, tiene una doble naturale​za: es una línea que sep/,
que divide, que opone, que permite a los grupos humanos identificarse unos por relación a Tos otros, y es también una zona
de transición, un pun​to de paso, una vía de comunicación entre dos Estados. Frontera-línea y frontera-zona conforman, así,
dos aspectos indisociables de una misma realidad.
B) LA FRONTERA Y LOS CRITERIOS DE SU DELIMITACIÓN
La dimensión que destaca, en la figura de la frontera es la de línea de li​mitación p/ el ejercicio de las competencias
estatales, es decir, la de línea de delimitación de los respectivos ámbitos territoriales de los Estados. Definir un territorio
signifi​ca definir sus fronteras.
Por ello el trazado de las fronteras representa una operación de extraordinaria importancia, en tanto que fenómeno
básico en torno al que se ordena y estabiliza el juego de las relaciones internacionales.
El trazado de las fronteras estatales se realiza a través de una operación compleja en la que cabe distinguir dos fases
principales: en primer lugar, la fase de delimitación, de naturaleza política y jurídica, en virtud de la cual los Estados
implicados fijan a través normal// de un tratado internacional la extensión espacial de sus respectivos poderes estatales,
conforme a unos determinados criterios; seguida// tiene lugar la fase de demarcación, de naturaleza estricta// técnica, y en
virtud de la cual se procede a ejecutar material// y sobre el terreno la delimitación anterior// formalizada, in​terviniendo,
general//, a tal efecto las denominadas Comisiones de demarcación.
P/ la delimitación de las fronteras se suele recurrir a una serie de criterios o proce​dimientos entre los que cabe destacar,
fundamental//, los siguientes:
a) Los límites o fronteras naturales, que son aquellas basadas en un elemento geo​gráfico; así hay fronteras, delimitadas
sobre la base de un accidente orográfico, c/ la cresta de las montañas; también puede tomarse c/ punto de referencia un río, o
un lago: p/ la delimitación de los ríos entre dos Estados, la norma de DI general aplicable, salvo estipulaciones particulares
en contrario, es que en los ríos no navegables la frontera se traza por la línea media del río mismo, y en caso de ser
nave​gables, sobre la línea media del canal de navegación principal —delimitación por el pro​cedimiento del thalweg—.
b) Pueden también establecerse los límites basándose en elementos técnicos, c/ es el consistente en tomar dos puntos
geográficos precisos sobre el mapa y trazar entre ellos una línea recta que sirva de frontera. Este procedimiento suele
utilizarse en zonas preferente// desérticas.
Dentro de este grupo encontramos también la utilización de un paralelo geográfico c/ frontera.
c) Cabe también utilizar c/ línea fronteriza unos límites preexistentes.
Otras veces se utilizan c/ límites las antiguas divisiones administrativas o los tratados fronterizos establecidos por las
potencias coloniales. El principio en que se basan es el del uti possidetis iuris.
El principio del uti possidetis iuris rige, p/ la determinación de las fronteras de Estados nacidos de la descolonización,
mediante la aceptación y conservación por éstos de los límites territoriales derivados tanto de meras delimitaciones entre
divisiones administrativas o entre colonias pertenecientes a la misma soberanía, o bien de fronteras internacionales que
previa// separaban la colonia de un Estado de la de otro, o el territorio de una colonia del de un Estado independiente o del
de un Estado bajo protectorado que hubiese conservado su personalidad internacional.
En el primer supuesto «la aplicación del principio del uti possidetis conlleva la transformación de límites
administrativos en fronteras internacionales propia// dichas», lo que sucedió, por ejemplo, p/ los Estados formados en las
regiones de América dependientes de la Corona española. En el segundo supuesto, es decir, el de límites territoriales
resultantes de fronteras internacionales ya fijadas entre varias potencias coloniales, o entre una potencia colonial y un
Estado independiente, hay que advertir que «la obligación de respetar las fronteras internacionales preexistentes deriva, sin
duda alguna, de una regla general de DI sobre sucesión de Estados, encuentre o no su expresión en la fórmula uti
possidetis» .
El principio del uti possidetis, si bien encuentra su origen en Hispanoamérica, con ocasión de la emancipación, en 1810
y 1821, de las colonias españolas, ha sido afirmado también durante el presente siglo en el continente africano por
numerosos Estados de reciente independencia y por la Organización de la Unidad Africana.
Ahora bien, el principio en cuestión no reviste, a juicio del T.I.J. el carácter de una regla particular inherente a un
sistema determinado de DI, sino que constituye un principio general, ligado al fenómeno de la accesión a la independencia.
Pero, hay que destacar que en estos últimos años se ha buscado extender a contextos no ya relacionados con la
descolonización, sino con la desmembración de Estados de estructu​ra federal, c/ es el caso de algunos Estados de la antigua
Europa socialista; planteándose, así, la cuestión de si los nuevos Estados han de conservar c/ fronteras los límites internos
que hasta ese momento regían c/ divisiones territoriales de las antiguas estructuras fe​derales.
En todo caso la aplicación del principio del uti possidetis iuris a los supuestos de di-solución o de sep/ción de Estados
suscita muy divergentes posiciones tanto desde el punto de vista jurídico c/ político. Así, frente a una corriente doctrinal que
defiende la tesis de que la práctica internacional más reciente vendría a demostrar que el alcance de dicha regla se extiende
también fuera del contexto colonial, otros autores mantie​nen que la práctica de los Estados y de las Or​ganizaciones
internacionales en este ámbito resulta limitada y ambigua.
El propio signi​ficado y contenido del principio uti possidetis ha suscitado también la delicada cuestión de precisar su
relación con otros principios básicos del DI, tal c/ el de autodeterminación de los pueblos, concreta// en aquellos casos en
que por ra​zón del respeto de las fronteras coloniales se produce el efecto de dividir o sep/r po​blaciones que pertenecen a un
mismo «pueblo». Aunque de forma discutible, el T.l.J., abordaría expresa// la cuestión, no pareciendo observar nin​guna
contradicción entre tales principios, al afirmar que la interpretación del principio de autodeterminación ha de realizarse
precisa// conforme al principio uti possidetis.
Ahora bien, una vez que ésta ha sido estable​cida rige, con carácter suma// firme, el principio de estabilidad de las
fronteras. La jurisprudencia internacional ha insistido en repetidas ocasiones en el carácter estable y permanente de las
fronteras ya establecidas. Cuando dos países establecen una frontera, uno de sus princi​pales objetivos es el de llegar a una
solución estable y definitiva»; habiéndose afirmado también: «En cual​quier caso, el fin de los tratados es el mismo:
determinar de una manera estable y per​manente el domino de validez espacial de las normas jurídicas del Estado».
El principio de estabilidad y permanencia domina la vida de la fronte​ra, sobre todo en aquellos casos en que su
delimitación ha tenido lugar por vía conven​cional. Ya sabemos que no es posible alegar un cambio fundamental de las
circunstancias c/ causa de terminación de un tratado que establezca una frontera. El art. 11 del Conve​nio de Viena sobre
sucesión de Estados en materia de tratados dispone que «una sucesión de Estados no afectará de por sí: a) a una frontera
establecida por tratado, ni b) a las obli​gaciones y los dchos establecidos por un tratado y que se refieran al régimen de una
frontera».
Y sin que ello quiera decir, claro está, que los Estados implicados no puedan «de co​mun acuerdo» modificar su frontera,
es decir por medio del «consentimiento mutuo».
LA ANTÁRTIDA Y EL TRATADO ANTÁRTICO
1- LA ANTÁRTIDA
A diferencia del Artico, se trata de un continente cubierto por los hielos. Varios países tienen reclamaciones sobre la
Antártida en forma de sector, incluso el nuestro, que ha proclamado su soberanía entre los meridianos de 25° y de 74°. Ellos
son, además de la Argentina, Austra​lia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda, y el Reino Unido. En al​gunos casos, tales
sectores se superponen parcial//, c/ el chileno, el argentino y el británico. Los Estados Unidos no han reclamado ningún
sector, pero tampoco reconocen las reclamaciones de los demás países.
En 1955, el Reino Unido presentó ante la CIJ una solicitud p/ que ésta confirmara su alegada jurisdicción respecto a la
Argentina y Chile en relación con su pretendido sector antártico, basado en su posesión sobre las islas Malvinas y
dependencias. No habiendo aceptado la juris​dicción de la Corte ninguno de los dos países invitados a comparecer, el asunto
debió ser radiado de su agenda en 1956.
2- EL TRATADO ANTÁRTICO
Con el objeto de excluir a la Antártida del campo de la Guerra Fría y p/ facilitar la investigación científica, se firmó en
Washington el llamado Tratado Antártico en 1959. Su ámbito de aplicación es la zona comprendida al sur del p/lelo de 60°
de latitud austral y dentro de ella al continente y a los hielos adheridos a las cos​tas, mientras que las aguas se consideran alta
mar aunque estén conge​ladas temporaria//. Además de la Argentina, los otros miembros originales son Australia, Bélgica,
Chile, Francia, Japón, Nueva Zelan​da, Noruega, Unión Sudafricana, Unión Soviética, Reino Unido y Estados Unidos.
• La "cláusula p/guas": El Tratado incluye esta cláusula que, al tiempo que preser​va los eventuales dchos originados en
las reclamaciones de las partes hasta ese momento, congela las pretensiones de soberanía mientras dure su vigencia y priva a
las actividades antárticas de toda posibilidad de ge​nerar títulos p/ el futuro o de reforzar los que pudieran tener.

La cláusula niega que las disposiciones del Tratado puedan ser invocadas c/ una renuncia de las partes a sus dchos de
soberanía territorial ni a cualquier fundamento de reclamación de soberanía territorial ni afec​tará su reconocimiento o no
reconocimiento de la soberanía territorial de otro Estado en la región. Tb establece que nin​gún acto o act que tenga lugar en
la Antártida servirá de fundamento p/ hacer valer, apoyar o negar cualquier reclamación de soberanía territorial ni p/ crear
dchos de soberanía. Tampoco se podrán ampliar las reclamaciones ya existentes ni formularse nuevas reclamaciones.
• Exclusividad de actividades pacíficas: En el preámbulo se expresa el objeto y fin del Tratado: que en inte​rés de la
humanidad, la Antártida se reserva exclusiva// a las acts pacíficas, en particular a la investigación científica. El primer
principio es confirmado en el artículo 1, que prohíbe su militarización, al no permitir el establecimiento de bases militares, y
la realización de maniobras o de ensayos de cualquier clase de armas, aunque no se pro​híba el empleo de personal o de
equipos militares en la realización de actividades pacíficas.
El artículo 5 excluye toda explosión nuclear en el ámbito del tratado o la introducción en dicha zona de desechos
radioactivos.
• La investigación científica: El art. 2 proclama la libertad de inv científica y que se ve facilitada por la circunstancia de
que, no genera título alguno de sobera​nía p/ el futuro. La cooperación es materia del art 3°; y se apli​ca a todas las
actividades en la zona incluyendo en especial la investiga​ción científica.
• Las partes consultivas: Los miembros originales y aquellos que manifiesten un interés espe​cial en la Antártida,
concretado en actividades o en el establecimiento de bases, son las partes consultivas y gozan de una situación especial. Se
reúnen cada 2 años p/ considerar cualquier tema relativo a la vida del Tratado y adoptan recomendaciones por unanimidad.
• Protección del medio ambiente antártico: La posible existencia de rec nat marinos, la falta de re​glamentación en lo
relativo a zonas de pesca y de la plataforma conti​nental, así c/ el temor de la eventual contaminación, determinó la
celebración de varios instrumentos internacionales de protección del medio am​biente. Así, la Convención de Canberra de
1980 relativa a la protec​ción de la flora y fauna marinas y luego la de Wellington de 1988 sobre resp por daños causados
debido a la exploración y explotación de los rec minerales en la Antártida, que quedó en suspenso por la cerrada oposición
de Francia y de Australia a la realización de cualquier act minera en la zona hasta nue​va decisión.
Asimismo, se celebró en 1991 el Protocolo de Madrid que protege el medio ambiente antártico. El Protocolo en cuestión
declara a la Antártida una reserva natural, consagrada a la paz y a la cien​cia y reglamenta cuidadosa// las actividades
generales allí realizadas. Establece la obligatoriedad de una EIA (eva​luación del impacto ambiental) antes de iniciar
cualquier nueva activi​dad. Prohíbe asimismo toda actividad minera por 50, a menos que la unanimidad de las partes decida
otra cosa.

41

BOLILLA 9
LOS ESPACIOS MARÍTIMOS
A) EL DERECHO DEL MAR
1- Antecedentes históricos
Desde la antigüedad, el mar ha sido un medio de comunicación entre pueblos y civilizaciones, y su evolución ha
seguido los grandes cambios económicos y políticos experimentados por la Humanidad. En sus orígenes los acuerdos de
carácter regional o local, que plas​maban las costumbres seguidas por los comerciantes y navegantes, constituyeron las
normas aplicables en este ámbito.
Hacia el siglo XVII el dcho del mar adquiere trascendencia interna​cional a través de la controversia sobre la libertad de
los mares, que en reali​dad reflejaba los intereses de las grandes potencias en la conquista y predominio de los mares. Grocio
justifica, el dcho de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, a navegar la ruta de las especies, dominada por España
y Portugal. Sos​tiene que el mar y el comercio son propiedad común por el dcho de gentes y no un objeto apropiable. Selden
sustenta el dcho del monarca de Inglaterra, sobre los mares vecinos, basado en que el mar es susceptible de apropiación
privada.
En los siglos XVIII y XIX, c/ consecuencia de las necesidades eco​nómicas de los Estados y de las políticas de
colonización, se afirma el principio de la libertad de los mares, y sobre esta base se desarrollarán las normas del dcho del
mar clásico.
El primer ensayo de sistematización del dcho del mar tuvo lugar en el Congreso de París en 1856; las N de la
Declaración de París, fueron seguidas por numerosos E durante largo tiempo.
Durante el siglo XX, sobre todo en su segunda mitad, numerosos he​chos imprimen considerable evolución a esta
disciplina, tales c/ los reclamos de los Estados sobre sus aguas territoriales, la explotación in​tensiva de los recursos vivos y
no vivos del mar con tecnologías crecien​te// complejas, el establecimiento de jurisdicciones exclusivas de pesca por los
Estados ribereños, la extensión de la jurisdicción de los Estados sobre la plataforma continental y la preocupación por la
pro​tección del medio ambiente marino de todo tipo de contaminación.
2- La codificación
Sobre un proyecto de la Comisión de DI, la AG convocó la Primera Conferencia sobre el Dcho del Mar, que se reunió
en Ginebra de 1958 y agrupó alrededor de 700 delegados de 86 países. Se aprobaron cuatro Convenciones concernientes: al
mar territorial y la zona conti​gua (en vigor en 1964); al alta mar (en vigor en 1962); a la plataforma continental (en vigor en
1964) y a la pesca y la conservación de recur​sos económicos (en vigor en 1966), así c/ un protocolo facultativo sobre el
arreglo pacífico de controversias.
P/ resolver algunos problemas pendientes, notable// el de la extensión del mar territorial, sobre el que no había habido
acuerdo en 1958, se convocó una Segunda Conferencia sobre el Dcho del Mar en Ginebra de 1960, que no logró tampoco
resolverlos y se redujo a adoptar dos resoluciones sin mayor importancia.
La convocatoria a la Tercera Conferencia de las NU sobre el Dcho del Mar se debió a varias circunstancias. La
descolo​nización trajo consigo el rechazo de disposiciones contenidas en la Convención por numerosos Estados nuevos;
cuestiones imp, c/ la extensión del mar territorial, habían quedado sin resolver y el rápido desarrollo tecnológico había
dejado atrás conceptos claves c/ el de la determinación de la plataforma continental reflejado. Se consideró conveniente
emprender lo que fue uno de los esfuerzos de codificación más importantes de la historia y que culminó en un corpus juris
completo sobre el dcho del mar.
La AG creó en 1968 un Comité especial, p/ los usos pacíficos de los fondos marinos y oceánicos más allá de las
jurisdiccio​nes nacionales, dependiente de su Primera Comisión. Un año más tarde se creó un Comité Permanente
deno​minado "Comité de los fondos marinos", p/ "estudiar la elabora​ción de principios y de normas jurídicas, así c/ los
medios de promover la explotación y la utilización de los recursos de esa zona". El resultado de estos trabajos se plasmó en
la Resolución 2749 considerada la Carta de los fondos marinos y en la decisión de convo​car a la nueva Conferencia sobre el
dcho del mar.
La Convención de Montego Bay de 1982: En 1982, en Montego Bay, Jamaica, se adoptó el texto elaborado en la
Tercera conferencia. En 1993 se depositó el instrumento de ratificación y 12 meses más tar​de, en 1994 entró en vigor.
El apoyo concitado por la Convención proviene del equilibrio de los diversos intereses —políticos, geográficos,
económicos— de los Estados, en un texto general que regula todos los usos fundamentales del mar. Se trató de un "paquete
de negociación" cuyas normas resultantes están li​gadas entre sí por recíprocas concesiones, de tal manera que la acepta​ción
de unas implica necesaria// la de las otras que las equilibran en el juego de los intereses enfrentados.
B) EL MAR TERRITORIAL
• Extensión
El mar territorial está formado por una franja de aguas adyacente al territorio y situada más allá de las aguas interiores
del Estado.
La noción de mar territorial se origina en la práctica de los Estados de ejercer competencia, por razones de seguridad y
defensa, so​bre una zona de mar adyacente a sus costas. En un primer momento la práctica de las grandes potencias
marítimas la limitaba a 3 millas marinas.
Posterior//, diversos Estados adoptaron a través de decretos o leyes internas esta extensión, mientras que otros fijaron la
anchura de su mar territorial en 4, 6, 10 y hasta 12 millas marinas. La Convención sobre el Dcho del Mar de 1982 pone
punto fi​nal a estas diferencias al fijar universal// la extensión del mar territorial en 12 millas marinas, medidas desde las
líneas de base (art. 3).
• Líneas de base normales y rectas
Según el art. 5 la "línea de base normal p/ medir la anchura del mar territorial es la línea de baja mar a lo largo de la
costa". En el caso de Estados poseedores de costas con ciertas particularidades (profundas aberturas, escotaduras o franjas
de islas a lo largo de la costa) la línea de baja mar es desplazada por el sistema de "las líneas de base recta" (art. 7).
P/ evitar abusos en la utilización de las líneas de base rectas, la Convención determina que estas líneas no deben
apartarse de manera considerable de la dirección general de la costa y que las extensiones de mar situadas entre estas líneas
y la tierra deben estar suficiente// ligadas al dominio terrestre p/ ser sometidas al régimen de aguas inte​riores.
El Estado costero tiene la facultad de determinar las líneas de base com​binando diversos métodos (líneas de base
normal, líneas de base recta) se​gún las circunstancias especiales.
• Delimitación
P/ la delimitación del mar territorial entre Estados con costas en​frentadas o adyacentes el art. 15 de la Convención
consagra una re​gla expresada en tres posibilidades: acuerdo; línea de la equidistancia; circunstancias especiales. Primero ha
de estarse al acuerdo entre las par-tes y a falta de acuerdo se recurre al método de la equidistancia, a me-nos que
circunstancias especiales impongan otra solución.
• Régimen jurídico
La soberanía del Estado ribereño es plena en el mar territorial y se extiende al espacio aéreo suprayacente y al lecho y
subsuelo de esas aguas. (Art. 2, párrafos 1 y 2.)
El Estado ribereño tiene competencias legislativas y jurisdiccionales y puede, reglamentar la navegación c/ también la
actividad pesquera. El Estado costero podrá dictar leyes p/ prevenir, reducir y controlar la contaminación del medio
ambiente marino, establecer un control aduanero y sanitario, y sancionar las infracciones a estas reglas.
• El derecho de paso inocente
La anterior// descripta soberanía del Estado ribereño sobre su mar territorial está limitada por el dcho de paso inocente
de que go​zan los buques extranjeros. El art. 18 de la Convención define el paso inocente c/ la na​vegación p/ atravesar el mar
territorial de un Estado.
El paso debe ser ininterrumpido y rápido y sólo podrá detenerse por inci​dentes ordinarios de la navegación o por
razones de fuerza mayor, difi​cultad grave, o p/ prestar ayuda a personas, navíos o aeronaves en peligro.
Gozan del dcho de paso inocente todos los buques extranjeros, comprendidos los buques de guerra y los submarinos a
los cuales se les exige que naveguen emergidos y portando pabellón.
Los buques extranjeros de propulsión nuclear o que transporten sus​tancias nocivas podrán ejercer el paso inocente pero
deberán observar las medidas especiales de precaución establecidas por acuerdos interna​cionales.
El paso de un buque extranjero tiene carácter de "inocente" cuando no afecta "la paz, el buen orden o la seguridad del
Estado ribereño" (art. 19). Este lenguaje resulta poco preciso, es por ello que el art. men​ciona casos en que no sería
inocente. Cualquier acto no pacífico que atente contra la integridad territorial o soberanía del Estado ribereño, la práctica
con "armas de cualquier clase", los actos de propaganda o actividades que perturben las comunicaciones o servicios del
Estado ri​bereño, todo "acto de contaminación intencional y grave", cualquier actividad pesquera, o toda actividad que no
esté relacionada con el paso, le quitarían a la navegación el carácter de paso inocente.
• Dchos y obligaciones del Estado ribereño respecto al paso ino​cente.
El Estado ribereño podrá suspender el paso inocente de buques ex​tranjeros por razones de seguridad. Asimismo, podrá
exigir a los buques extranjeros que utilicen las vías marítimas y los dis​positivos de sep/ción de tráfico, dispuestos p/
seguridad de la nave​gación.
No podrá, en cambio, establecer gravámenes a los buques extranje​ros por el sólo paso por su mar territorial —salvo
retribución de servi​cios prestados— ni realizar ningún tipo de discriminación entre ellos.
Jurisdicción civil y penal del Estado ribereño: El DI sugiere restricciones al ejercicio soberano de la jurisdicción civil y
penal del Estado costero sobre los buques ex​tranjeros. Concerniente a la jurisdicción civil, aunque dicho Estado puede
hacerlo, la Convención dice que "no debería" el Estado ribere​ño desviar ni detener buques extranjeros p/ ejercerla sobre
personas a bordo. No podrá tomar medidas cautelares o de ejecución contra buques extranjeros que naveguen por su mar
territorial, sino c/ consecuencia "de obligaciones contraídas por dichos buques o de res​ponsabilidades en que éstos hayan
incurrido durante su paso por las aguas del Estado ribereño o con motivo de ese paso".
Tocante la jurisdicción penal, tampoco "debería" arrestar a personas o realizar investigaciones en relación con un delito
cometido a bordo de un buque durante su paso inocente, salvo que:
• las consecuencias del delito se extiendan a su territorio,
• el delito pueda poner en peligro la paz del país o el buen orden en el mar territorial, y
• la intervención de las autoridades locales haya sido requerida por el capitán del buque extranjero o por el funcionario
consular de ese Estado.
A estas tres tradicionales condiciones se ha de agregar una cuarta: cuando se trate de combatir el tráfico ilícito de
estupefacientes o sustan​cias sicotrópicas.
Derecho de persecución: Tiene el llamado "dcho de persecución", esto es, la facultad de continuar la persecución de un
buque extranjero, iniciada en sus aguas territoriales, más allá de su límite exterior, cuando haya tenido razones fundadas p/
creer que el buque había cometido una infracción a sus leyes y reglamentos.
C) LA ZONA CONTIGUA
Adyacente al mar territorial hay una extensión de zona contigua, que empieza en el límite exterior del mar territorial, y
donde el Estado ribereño tiene ciertas facultades exclusivas pero limitadas y de carácter funcional. La zona contigua
adquiere vital importancia en ciertos ámbitos geo​gráficos, c/ los mares semi-cerrados o cuando hay islas sometidas a
distintas soberanías, donde resulta imposible la existencia de una zona económica exclusiva.
La Convención de 1982 la fija en 24 millas marinas a partir de las lí​neas de base utilizadas p/ medir la anchura del mar
territorial (art. 33, párrafo 2). 0 sea, de 12 millas partir del límite exterior de dicho mar.
Se reconoce al Estado ribereño competencia p/ prevenir y sancio​nar las infracciones de sus leyes y reglamentos
aduaneros, fiscales, de inmigración y sanitarios, cometidos en su territorio o mar territorial.
La actual Convención del Dcho del Mar establece que esta zona se encuentra comprendida dentro de la zona
económica: "la zona económica exclusiva es un área situada más allá del mar te​rritorial y adyacente a éste...". Esto último
haría pensar lo innecesario de la existencia de una zona contigua, pero conviene recordar que las facultades del E ribereño
en esa zona garantizan la seguridad de su territorio y la obtención de rec financieros, potestades ajenas a la zona económica
exclusiva.
D) LA PLATAFORMA CONTINENTAL
La actual Convención, recurre a una noción geo​morfológica y jurídica, y la define c/ la prolongación natural del
territorio del Estado costero "hasta el borde externo del margen conti​nental o hasta una distancia de 200 millas marinas
contadas desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territo​rial, en los casos que el borde
exterior del margen continental no llegue a esa distancia". (Art. 76, párrafo 1.) Se satisfacen así los intereses de los Estados
con plataformas muy extendidas y los de aquellos sin plataforma o con una plataforma muy estrecha.
El límite interior de la plataforma continental coincide con la pro​yección hacia abajo del límite exterior del mar
territorial. El exterior puede fijarse por dos métodos: a) el que se basa en el es​pesor de las rocas sedimentarias; b) el que fija
ciertos puntos extre​mos o más alejados. No puede en ningún caso extenderse más allá de 350 millas marinas medidas desde
las líneas de base o a 100 millas desde la isobata de los 2.500 metros de profundidad.
En realidad la zona económica exclusiva y la plataforma continental no sólo se asemejan en la extensión, sino también
en su función. En am​bos espacios los dchos del Estado ribereño tienen una finalidad eco​nómica, relacionada con la
explotación de los recursos y se diferencian en la extensión de esos dchos, ya que en la plataforma continental tie​nen
carácter exclusivo y en la zona económica un carácter preferencial.
• Derechos y obligaciones del Estado ribereño
El Estado ribereño ejerce "dchos de soberanía" sobre la plataforma continental p/ la exploración y explotación de sus
recursos natu​rales. Tienen carácter exclusivo, excluyen todo tipo de reivindicación por terceros Estados fundada en la
ocupación o utilización efectiva, aún cuando el Estado ribereño no realice explotación alguna. También carácter funcional y
abarcan los recursos minerales así c/ los no vivos del lecho del mar y subsuelo. En cuanto a los recursos vivos, sus dchos se
circunscriben a las especies sedentarias.
Se especifican también otros dchos: el de construir islas artificia​les, instalaciones y estructuras sobre la plataforma
continental, regla-mentar su construcción, operación y utilización y establecer zonas de seguridad a su alrededor; el dcho a
"autorizar y regular las perforaciones que con cualquier fin se realicen en la plataforma con​tinental y el de explotación del
subsuelo mediante la exca​vación de túneles.
El Estado ribereño no podrá impedir el tendido o conservación de cables o tuberías submarinas por terceros Estados en
su plataforma pero podrá establecer condiciones p/ la entrada de cables o tuberías submarinas en su territorio o mar
territorial.
En el supuesto de la explotación de recursos minerales en la parte de la plataforma continental situada más allá de las
200 millas, un porcen​taje del producto de esta explotación debe ser cedido por el Estado ri​bereño a la Autoridad de los
Fondos Marinos, p/ ser distribuido entre los Estados partes de la convención. Quedan exentos de esta con​tribución los
Estados en desarrollo que sean importadores netos de un mineral extraído de su plataforma continental.
• Delimitación
El régimen instituido en la Convención sobre la Plataforma Conti​nental de 1958 consagra la regla acuerdo/línea
media/equidistancia y prevé también una excepción a esta regla general: "las circunstancias especiales" aplicables en los
casos de irregularidades o con-figuraciones excepcionales del fondo del mar o sus costas.
La CIJ en 1969 determinó que el art. 6 tenía un carácter mera// convencional que el método de la
equidistancia/circunstancias especiales no tie​ne carácter obligatorio y que según el dcho consuetudinario la delimitación de
la plataforma continental se debe realizar conforme a los principios de equidad, teniendo en cuenta las circunstancias
especia-les de manera de atribuir a cada parte la totalidad de las zonas de la plataforma continental que constituyen la
prolongación natural de su territorio en el mar.
A partir de este fallo, las siguientes sentencias jurisprudenciales van a suplir el principio de la equidistancia por el
principio de la equidad, en la delimitación de las plataformas de los Estados con costas enfrentadas o adyacentes. Esta
transformación fue recibida en la Convención sobre el Dcho del Mar de 1982, en los arts. 74 y 83, en los cuales se establece
que la delimitación de la zona económica exclusiva y de la plataforma con​tinental respectiva//, de los Estados con costas

adyacentes o situa​das frente a frente se realizará por acuerdo entre ellos, mediante la aplicación del DI a fin de arribar a una
solución equitativa.
E) LA ZONA ECONÓMICA EXCLUSIVA
La noción es una de las más impor​tantes innovaciones en el ámbito del dcho del mar.
Este concepto de dchos sobre la producción, explotación y conser​vación de los recursos existentes, fue incorporado por
las legislaciones de países latinoamericanos c/ Argentina, Perú, México y Ecuador. Las proclamas unilaterales se
incorporaron luego, en acuerdos multilaterales c/ la "Declaración sobre la Zona Marítima"; la "Declaración de Montevideo";
la "Declaración de Lima"; la "Declara​ción de Santo Domingo". En ellas se utiliza por primera vez el término "zona
económica exclusiva", que deja a salvo la libertad de navega​ción y de sobrevuelo sobre la zona.
• Extensión
La zona en cuestión podrá extenderse hasta las 200 millas marinas contadas desde las líneas de base utilizadas p/ medir
la anchura del mar territorial (art. 57). Teniendo en cuenta las 12 millas del mar territorial medirá 188 millas marinas c/
máximo.
Esta extensión se estableció teniendo en cuenta que la mayoría de los grandes cardúmenes se encuentran cerca de la
costa y que esas aguas son las más ricas en fitoplancton, alimento básico de los peces y que se extrae de las pro​fundidades
por las corrientes oceánicas que circulan en las proximida​des de las costas.
• Régimen jurídico
La Convención de 1982, en su art. 55 la describe c/ "una zo​na situada fuera del mar territorial y adyacente a éste, sujeta
al régimen jurídico específico establecido en esta Parte".
No cabe duda de que esta zona no es parte integrante del mar terri​torial, puesto que el art. 55 la ubica más allá. Tocante
su even​tual pertenencia al alta mar, ésta se basaba en que los terceros Estados ejercen allí las libertades de alta mar, con la
única excepción de la explotación de los recursos naturales: los Estados ribereños sólo poseen competencias funcionales
circunscriptas a una finalidad económica. Sin embargo, el texto de la Convención define el alta mar c/ "todas las partes del
mar no incluidas en la zona económica exclusiva, en el mar territorial o en las aguas interiores de un Estado (art 86).
En realidad, la Convención otorga a esta zona una naturaleza jurídi​ca ambigua y un carácter "sui generis": la de un
nuevo espacio maríti​mo que no encuadra en el esquema tradicional del dcho del mar. Y esto no es más que el resultado de
las circunstancias económico-políti​cas y jurídicas que producen la evolución del dcho en general y del dcho del mar en
especial.
• Delimitación de la zona económica exclusiva
La delimitación entre Estados contiguos o situados frente a frente debe realizarse por acuerdo entre los mismos teniendo
en cuenta las normas del DI. Si no llegasen a un acuerdo los Estados deberán recurrir a los métodos de solución de
con​troversias que la misma Convención incluye y si existiese un acuerdo en vigor entre los Estados, se resolverá la
delimitación de conformidad con esas disposiciones.
• Derechos del Estado ribereño
El Estado ribereño ejerce "dchos de soberanía" y "jurisdicción". Los primeros se refieren a la exploración y explotación
de los recursos naturales en el lecho y subsuelo del mar y aguas supraya​centes, tanto de los vivos c/ no vivos, y con respecto
a act de exploración y explotación económicas de la zona, tales c/ la producción de energía derivada del agua, de las
corrientes y de los vientos. La segunda (jurisdicción) se ejerce respecto al establecimiento y utilización de islas artificiales,
la investigación científica marina, la preservación y conservación del medio marino y otros dchos y deberes previstos en la
Convención.
La última competencia del E ribereño se refiere a "otros dchos y deberes previstos en la presente Convención" (art. 56,
párr 1 c). No confundir con las denominadas "competencias residuales", que son aquellos dchos no previstos en forma
explícita en la Convención.
Las competencias residuales son consecuencia lógica de los dchos soberanos que goza el Estado ribereño en su zona
económica, y de ellos se desprende su facultad p/ adoptar las medidas necesarias p/ el cumplimiento de leyes y reglamentos.
Estas medidas van desde la visita, inspección y apresamiento hasta la iniciación de procedimientos judiciales (art. 73,
párrafo 1). La po​testad sancionadora del Estado ribereño no es absoluta sino limitada por la Convención, al establecer que
los buques y tripulaciones apre​sados serán puestos en libertad con prontitud, previo pago de una ga​rantía razonable, que no
podrán imponerse penas privativas de libertad y que el Estado del pabellón será notificado con prontitud de las sanciones
aplicadas.
Por imperio del DI general, el Estado ribereño no podrá hacer uso de la fuerza armada p/ hacer cumplir sus
reglamentaciones.
• Derechos de terceros Estados
Los terceros Estados gozan en la zona económica exclusiva de todas las libertades reconocidas en alta mar
—navegación, sobrevuelo, tendido de cables y tuberías submarinos— a excepción del dcho de pesca.
El Estado ribereño determina la captura permisible y su propia capacidad de explotación de los recursos vivos de esta
zona, teniendo en cuenta su utilización óptima. Cuando carezca de capacidad p/ explotar el cupo establecido dará acceso a
terceros Estados al excedente, con prioridad p/ los Estados sin litoral, p/ aquellos con características geográficas especiales
y p/ los Estados en desarrollo de la misma región (art. 62, párra​fos 2 y 3).
Todos los Estados que pesquen en la zona económica exclusiva de un Estado deben respetar las leyes y reglamentos que
aquél imponga so​bre la fijación de cuotas de captura, transmisión de tecnología c/ condición p/ la pesca, pago de licencias y
las especies que pueden capturarse, entre otras. La Convención contempla la cooperación entre el Estado ribereño y el tercer
Estado que pesque en su zona económica, en forma directa o por intermedio de organizaciones especializadas, con el fin de
proteger ciertas especies marinas.
• Estados sin litoral y Estados en situación geográfica desventajosa
Los Estados que no poseen litoral marítimo carecen de zona econó​mica exclusiva propia sobre la que puedan
reivindicar los anteriores dchos. El art. 69 les reconoce el dcho a "participar sobre una base equitativa" en los recursos de
los Estados ribereños de la misma región o subregión. Ese dcho depende de la existencia de un excedente de la captura
permisible y de la negociación de un acuerdo con el Estado ribereño, el que deberá tener en cuenta los per-juicios que se
podría provocar a las comunidades pesqueras y las per-turbaciones económicas en los Estados cuyos nacionales pescaban
habitual// en esa zona.
Los Estados desarrollados (no será en vías de desarrollo o sub desarrolados?) sin litoral pueden participar de la
explota​ción de la zona económica exclusiva de los Estados ribereños desarro​llados de la misma subregión o región.
Los Estados en situación geográfica desventajosa o con característi​cas geográficas especiales, son aquellos —incluidos
los ribereños de mares cerrados y semicerrados— que no pueden reivindicar una zona económica propia o que teniéndola
no satisface las necesidades eco​nómicas básicas relacionadas con la capacidad de nutrición de la po​blación y por lo tanto
dependen de la pesca en la zona económica exclusiva de otros Estados de la región.
El resto de las disposiciones que rigen estos Estados son idénticas a las desarrolladas p/ los Estados sin litoral.
F) EL ALTA MAR
1. Introducción
Desde el siglo XVII quedó consagrado el principio de la libertad del alta mar c/ norma consuetudinaria. La Convención
de Jamaica acoge también el principio y define a esta zona por exclusión, al establecer que se aplicarán las disposiciones de
esa parte de la Convención a todas las partes de mar no incluidas en la zona económica exclusiva, en el mar territorial o en
aguas interiores de un Estado, o en las aguas archi​pelágicas de un Estado archipelágico.
De esta definición se desprende una característica impuesta por esta Convención al alta mar: el menoscabo de su
amplitud a expensas de la territorialización de los Estados costeros.
Todos los Estados ribereños o sin litoral pueden hacer pleno uso del alta mar respetando las normas y exigencias
impuestas por el orden pú​blico internacional, pero la evolución de la comunidad internacional en lo económico, estratégico
y tecnológico, impuso reajustar la extensión de aquella concepción tradicional.
2. Libertades del alta mar
El principio general de la libertad en alta mar se compone de un nú​mero de libertades específicas contenidas en el art.
87 inciso 1 de la Convención de Jamaica. Esta enumeración no es taxativa y comprende:
• la libertad de navegación,
• la libertad de sobrevuelo,
• la libertad de tender cables y tuberías submarinos,
• la libertad de pesca,
• la libertad de construir islas artificiales,
• la libertad de investigación científica.
3. Poder de policía en alta mar Explicado en apuntes de clase
Siendo el alta mar uno de los espacios sustraídos a la soberanía terri​torial de los Estados, el orden jurídico aplicable es
el del Estado del pa​bellón. Por ejemplo, en caso de abordaje o de cualquier otro incidente de la navegación que implique
responsabilidad penal o disciplinaria p/ el capitán o cualquier otra persona al servicio del buque sólo el Esta-do del pabellón
o el Estado del cual sean nacionales esas personas tendrán jurisdicción p/ someterlos a un proceso, y el buque sólo podrá ser
apresado por las autoridades del Estado del pabellón.
a) Represión a cargo de cualquier Estado
Ante la necesidad de proteger el orden público internacional por un lado, y la carencia por otro de un control
centralizado, la Convención de Jamaica otorga a cada Estado un poder de policía destinado a garan​tizar la seguridad, la
salubridad y el orden. En ejercicio de esta potestad cualquier Estado puede intervenir en las siguientes cuestiones:
• Transporte de esclavos
• Piratería
• Tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas.
b) Competencias particulares
i) Emisiones no autorizadas de radio y televisión desde alta mar: Son transmisiones que se realizan desde un buque o
una instalación en alta mar, dirigidas al público en general, en violación de las regla​mentaciones internacionales. La

Convención establece que son competentes p/ apresar a las ​personas o buques dedicados a esas tareas y someterlos a
su jurisdicción:
• el Estado del pabellón del buque
• el Estado destinatario o afectado por esa emisión no autorizada,
• el Estado del cual la persona que realiza esas transmisiones es nacional
i​ i) Derecho de visita: Cuando exista sospecha fundada que un buque mercante en alta mar está cometiendo algunas de
las act ilícitas mencionada, un buque de guerra de otro pabellón podrá someterlo al dcho de visita. El dcho de visita consiste
en la verificación de la documentación y si esto no resulta suficiente, en un examen a, bordo del buque. Sólo los buques de
guerra tienen la facultad de ejercer dcho de visita; si as sospechas resultaren infundadas, el buque visitado será indemnizado
por todo daño o perjuicio sufrido.
iii) Dcho de persecución: El Estado ribereño puede ejercer el dcho de persecución en alta mar y llegar a apresar a un
buque extranjero cuando tenga motivos fundados p/ creer que ha cometido una infracción a las leyes y regla​mentos en las
zonas bajo su jurisdicción.
4. Protección y preservación del medio marino
La Convención de Montego Bay consagra su parte XII a la protección y conservación del medio marino. Las
causas ​ de contaminación del mar son numerosas provienen de diversas fuentes, tales c/ los desperdicio que se
vierten al mar desde la tierra aguas cloacales, toxinas desagües; desperdicios industriales compuestos por sustancias
químicas destructivas; los buques cisternas averiados que derraman toneladas de petróleo, los pesticidas y fertilizantes
arrastrados por la lluvia de la tierra a los ríos y por éstos al mar, etc.
G) LOS FONDOS MARINOS Y OCEÁNICOS MÁS ALLÁ DE LAS JURISDICCIONES NACIO​NALES
1. Introducción
En el año 1970, la AG de las NU sentó el principio que los fondos marinos y oceánicos fuera de los límites de las
jurisdicciones nacionales eran "patrimonio común de la Humanidad", por la "Declaración de Principios" anexa a su
Resolución.
El conocimiento de riquezas explotables más allá de las plataformas continentales de los Estados estimuló la creación
de la Comisión espe​cial de fondos marinos por la AG en 1967, a iniciativa de la delegación de Malta. El criterio de la
extensión de la plataforma continental que había fijado el art. 1 de la Convención respectiva de 1958, o sea, hasta los 200
metros de profundidad, o más allá hasta donde la pro​fundidad de las aguas suprayacentes permitiera la explotación de los
recursos naturales del suelo y subsuelo marino, no resultaba viable, por cuanto la tecnología lo había dejado atrasado: ya en
la época de creación de la Comisión especial se podía explotar práctica// cual​quier profundidad.
Este nuevo espacio, llamado en la Convención de Montego Bay "la Zona , quedó así excluido de la soberanía de los
Estados y los recursos que en él se encuentren deben ser explotados en interés de toda la Humanidad.
2. Régimen establecido p/ la Zona en la Convención del Mar
El mecanismo de regulación de la Zona fue establecido en la Parte XI de la Convención (arts. 133 a 191), en el Anexo 3
a) Sistema de exploración y explotación
Los regímenes de exploración y explotación son organizados por la Autoridad y se dividen en dos sistemas diferentes,
según que la explota​ción sea realizada directa// por la Empresa o en asociación con la Autoridad, los Estados partes, las
empresas estatales o empresas priva-das con patrocinio estatal (sistema paralelo).

El sistema paralelo representa un compromiso entre los países indus​trializados y los en desarrollo. Los primeros
preferían que sola// los Estados, sobre licencias concedidas por la Autoridad, pudieran encargarse de la exploración y
explotación de los recursos, mientras que los segundos las reservaban exclusiva// p/ la Empresa.
Todas las actividades desarrolladas en la Zona, así c/ la preven​ción de su monopolización se realizarán de acuerdo a un
plan de trabajo aprobado por el Consejo previo examen de la Comisión Jurídica y Técnica.
La Empresa, por sí sola o junto con un Estado o un consorcio, será la encargada de extraer los minerales en la parte
reservada; cuenta p/ ello con la ventaja de que los estudios previos fueron realizados por el solicitante del área.
La Empresa tendrá a su disposición la tecnología que el solicitante utilice en la Zona, y que le deberá transferir si la
Empresa determina que no puede obtener en el mercado la misma tecnología en condicio​nes comerciales equitativas y
razonables.
b) La Autoridad
La Autoridad deberá organizar y controlar las actividades realizadas en la Zona y la administración de sus recursos. Está
compuesta por tres órganos: la Asamblea, el Consejo y una Secretaría. La Empresa forma también parte de la Autoridad.
c) La Asamblea
Son miembros de la Asamblea todos los E ptes, es el órgano supremo de la Autoridad y ante ella responden los demás
órganos. Está encargada de programar la política a seguir por la Autoridad. Entre sus funciones se destacan: la elección de
los miembros del Con​sejo, de la Secretaría, del Consejo de Administración y el Director Ge​neral de la Empresa; el examen
de los informes presentados por el Consejo y la Empresa; la aprobación de las reglas relativas a la explo​tación de los
recursos mineros y la distribución equitativa de las ven-tajas económicas y financieras obtenidas en la Zona y la toma de
medidas que protejan a los Estados en desarrollo y a los productores terrestres, así c/ la aprobación del presupuesto anual
(art. 160).
d) El Consejo
Es el órgano ejecutivo de la Autoridad y establece la polí​tica concreta que ha de seguir aquélla en relación con toda
cuestión de su competencia. Está compuesto por 36 miembros.
El sistema de votación varía según el tema a tratar, en algunos se requiere consenso, en otros la mayoría de los
miembros presentes y vo​tantes y en otros las dos terceras partes o las tres cuartas partes.
e) La Empresa
Es el órgano a través del cual la Autoridad desarrolla sus actividades industriales y comerciales. El Anexo 4 establece el
régi​men jurídico de la Empresa y determina que actuará de conformidad con la política general de la Asamblea y realizará
sus actividades de transporte, tratamiento y comercialización de minerales extraídos de la Zona a través de una Junta
directiva y un Director General que será el representante legal de la Asamblea.
f) La Secretaría
Está formada por el Secretario General y el personal necesario. Tie​nen calidad de funcionarios internacionales que no
reciben instruccio​nes de ningún gobierno ni ninguna otra fuente ajena a la Autoridad. El Secretario General durará cuatro
años, es propuesto por el Consejo y elegido por la Asamblea.
g) Sala de Controversias de los Fondos Marinos y Oceánicos
La Convención crea la Sala de Controversias de los Fondos Marinos del Tribunal Internacional de Dcho del Mar. Esta
Sala es competente p/ resolver las controversias entre los Es​tados partes; entre un Estado parte y la Autoridad; entre las
partes de un contrato; entre la Autoridad y un probable contratista, por la denegación de un contrato. La ley aplicable p/
resolver los litigios serán las normas de la Convención de Jamaica, los reglamentos y procedimientos de la Autoridad, las
cláusulas de los contratos con​cernientes a las actividades de la Zona, vinculados con el litigio (Anexo 6, art. 38).
Todas las diferencias referidas a la Parte XI y sus anexos deberán ser sometidos a esta Sala o a pedido de las partes a
una Sala ad hoc de la Sala de los Fondos Marinos o a una Sala especial del Tribunal Interna​cional de Dcho del Mar. La Sala
no tendrá competencia respecto del ejercicio de las faculta-des discrecionales de la Autoridad. Las decisiones de la Sala son
ejecu​tables en los territorios de los Estados Partes, de la misma manera que las sentencias del Tribunal Supremo del Estado
en cuyo territorio se solicite la ejecución.
H) SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS SOBRE LA INTERPRETACIÓN Y APLICACIÓN DE LA CONVENCIÓN
DE LAS NU SOBRE DCHO DEL MAR
1. Introducción
La Parte XV de la Convención se ocupa de la solución de las contro​versias que pudieran surgir de su interpretación o
aplicación.
2. Procedimientos obligatorios
a) La regla general
Cuando la controversia no ha podido ser resuelta por virtud del capítulo anterior cualquiera de las partes en ella podrá
pedir que la cuestión se someta a la Corte o el tribunal que sea competente de acuerdo a lo que se dispo​ne en esa misma
sección.
i) La declaración de aceptación de un tribunal competente
Todos los Estados, al firmar, ratificar o ad-herir a la Convención, o en un momento ulterior, podrán hacer una
declaración aceptando la competencia de alguno de los tribunales establecen en misma disposición. De no hacerlo así,
s ​
e considerará competente al tribunal arbitral establecido en el Anexo VII (art. 287.3). Lo mismo sucederá si las partes
en la controversia han elegido diferentes tribunales en su declaración.
ii) Los tribunales competente
Se instituyen cuatro tribunales competentes p/ el caso previsto an​terior//:
• El Tribunal internacional de dcho del mar;
• La Corte Internacional de Justicia;
• Un tribunal arbitral, constituido de acuerdo al Anexo VII;
• Un tribunal arbitral constituido de acuerdo a lo dispuesto en el Anexo VIII, si la diferencia versa sobre pesquerías.
Protección y conservación del medio marino, investigación científica marina, navegación, incluida la contaminación
causada por buques y su vertimiento.
b) Limitaciones a la regla de jurisdicción obligatoria
La regla cede cuando las controversias giren sobre el ejercicio por un Estado de sus dchos so​beranos o de su
jurisdicción según son establecidos por la misma Con​vención. En tales casos la jurisdicción será obligatoria sola// si el
Estado ribereño fuera imputado de actuar en contradicción con los usos de la ZEE consagrados por el art. 58 (libertad de
navegación, so​brevuelo, tendido de cables y tuberías submarinos y otros usos legíti​mos del mar relacionados con dichas
libertades), o inversa//, cuando el que ejerce estas libertades y usos relacionados con ellas ha sido imputado de actuar en
contravención con: las disposiciones de la Convención al respecto, las leyes y reglamentos del Estado ribereño dic​tadas en
conformidad con la Convención u otras normas del DIP no in-compatibles con ella.
También habrá jurisdicción compulsoria cuando el Estado ribereño sea imputado de actuar en contradicción con reglas
y estándares internacionales relativos a la protección del medio marino, que le sean aplicables al dicho Estado ribereño.
O sea que, cuando se trate de los dchos soberanos o de jurisdic​ción que la Convención establece p/ los Estados
ribereños, la regla de la jurisdicción obligatoria se invierte y no se aplica sino en la forma an​terior// establecida, esto es, p/
casos en que estén comprometidas las libertades del mar en la 'zona económica exclusiva y otros usos legí​timos que protege
la Convención, amén del medio marino.
c) Las limitaciones facultativas: Los Estados, al formular sus declaraciones del punto i), podrán ex​cluir aquellas
controversias sobre delimitación, entre Estados con costas adyacentes o situadas frente a frente, ya sea del mar territorial, a
cuyo respecto cabe incluir la determinación de títulos históricos (art. 15), de la zona económica exclusiva o de la plataforma
conti​nental.
d) La conciliación obligatoria
Si bien las materias que venimos de especificar han sido sustraídas a la jurisdicción obligatoria de un tribunal, en
cambio no escapan algu​nas de ellas de la conciliación obligatoria. Así sucede con lo relativo a la pesca y a la investigación
científica en la ZEE, así c/ con la deli​mitación de los espacios marítimos y títulos históricos.

e) Sala de Controversias del Tribunal de Dcho del Mar


La competencia de esta Sala no es afectada por ninguna de las limi​taciones enunciadas. Tiene jurisdicción obligatoria
sobre las controversias relativas a la Zona y a su respecto poseen jus standi no sólo los Estados, sino también la Autoridad,
la Empresa y los particulares
LOS ESPACIOS FLUVIALES
A. LOS RÍOS INTERNACIONALES
Según la clásica definición del art. 108 del Acta del Congreso de Viena de 1815, un río internacional es el que atraviesa
o divide los te​rritorios de dos o más Estados.
En el 1º caso, o sea cuando atraviesa sucesiva// el territorio de más de un E, se llama de curso sucesivo. En el 2º, cdo
sep/ los territorios de dos Estados, se llama río de frontera o con​tiguo. El río P/ná es un ej de ambos: es de curso sucesivo

porque atraviesa el territorio de Brasil antes de adquirir el carácter de río de frontera entre P/guay y Brasil, luego entre
P/guay y la Ar​g, p/ perder su calidad de fronterizo cdo penetra en territo​rio arg.
Los lagos serán internacionales cuando sus riberas pertenezcan a más de un Estado, c/ sucede en el lago de Ginebra,
entre Francia y Suiza. Se incluye dentro del concepto de curso de agua in​ternacional a los canales y toda otra vía de agua
artificial// creada, que unan dos o más ríos o afluentes situados en diferentes Estados.
C/ se ve, los Estados ribereños de un río internacional comparten un recurso, el agua, que tiene la característica de fluir,
de forma que en los ríos de curso sucesivo hoy está en el territorio de un Estado y maña​na en el de otro. En cuanto a los de
frontera, resulta tb evidente que el uso del río en la parte propia de un Estado afecta inmediata// los usos de ese mismo río
en la parte del otro Estado. La interdependencia de los ribereños determina que la soberanía de c/u de ellos respecto al
recurso agua que fluye en su propio territorio sea necesaria// li​mitada en la medida en que los dchos de los otros se
interponen.
B. RÍOS INTERNACIONALIZADOS
La anterior descripción se refiere simple// a la situación geográ​fico-política de los ríos internacionales, esto es, al hecho
de que tales corrientes de agua no están, en todo su recorrido, dentro del territorio de un solo Estado. A esa situación del río
corresponde un régimen jco: el del DI general. Pero todos los grandes ríos internacionales del mundo, y muchos menores, se
encuentran sometidos a tratados que establecen p/ ellos regímenes particulares: se dice de los ríos sujetos a un tratado que
están internacionalizados. Entonces, lo que los rige no es, en pcpio, el DI gral sino el particular de cada tratado.
Tal es el caso del Rin, del Danubio, del Elba, del San Lorenzo, del Ní​ger, del Nilo y entre nosotros del P/ná, del
Uruguay y del Plata.
C. LA NAVEGACIÓN
Lo anterior es particular// cierto p/ la navegación, y los acuerdos que la rigen. Sin embargo, no puede decirse que la
libertad de navegación en los ríos intern esté establecida c/ una norma del DI general, puesto que a falta de tratado la
situa​ción no es clara. En Europa ha habido declaraciones sobre libre navegación de los ríos internacionales y tratados que la
imponen en relación con determi​nados cursos de agua.
La jurisprudencia de la CPJI, que entendió en litigios sobre ríos in​ternacionales, habla sobre la existencia de un dcho
fluvial interna​cional. Dice Barberis, que la Corte sostiene la existencia de "ciertos pcpios consuetudinarios" en esta materia:
"Según el Tribunal, a partir del Congreso de Viena de 1815 se han suscrito numerosos tratados relativos a la navegación
fluvial. Dado que algunas cláusulas se han repetido regular// a través de las dis​tintas convenciones, la Corte sostiene que
esta repetición constante y uniforme de dichas cláusulas ha dado origen a una norma consuetudi​naria que va a regir aun
cuando aquéllas no fueren insertas en los fu​turos tratados."
Y por cierto que en América parece que esta norma no es aceptada re​gional//, ya que las secciones de aquellos cursos
ubicadas en territo​rio de los diferentes ribereños sólo estarían abiertas a la navegación de los otros ribereños por imperio de
tratados o de concesiones unilaterales.
Histórica//, el dcho de cada soberano en las porciones del curso de agua que le pertenecían era absoluto, c/ consecuencia
de lo cual solía imponerse un peaje p/ el tránsito de buques. Fue la Revolu​ción Francesa la que comenzó a proclamar el
principio de la libertad de navegación fluvial.
La justificación del decreto era que: "...una nación no podría pretender, sin caer en injusticia, el dcho de ocupar
exclusiva// el canal de un río e impedir que los ribere​ños que bordean las costas superiores gocen de iguales ventajas."
Este principio se reafirmó en posteriores tratados de Francia respecto al Mosa, al Escalda y al Rin. Sin embargo, sólo en
1815 se declaró a través de los arts. 108 a 117 del Acta del Congreso de Viena, que este principio era válido p/ todos los
Estados, fueran o no ribereños del río.
El art. 338 del Tratado de Versalles, uno de los que pusieron fin a la Primera Guerra Mundial, pretendió establecer c/
régimen defi​nitivo la libertad de tránsito de las vías navegables, y en persecución de ese objetivo se celebró la Convención
de Barcelona de 1921.
Los siguientes constituyeron los rasgos más salientes de dicho instru​mento:
• Llama "vías de agua de interés internacional" a ríos y lagos inter​nacionales. De esta manera se incluyen natural// los
lagos cuyas costas pertenecen a diferentes Estados.
• Declara la libertad de navegación sin discriminaciones p/ todos los E ptes en la Convención.
• La navegación de cabotaje se reservaba p/ los Es​tados ribereños. Tampoco regía la libertad de navegación p/ los
bu​ques de guerra.
• Los Estados ribereños tenían facultades reglamentarias, c/ así tb de policía y de sanidad.
En el período entre las dos Guerras Mundiales el principio de la libre navegación se vio disminuido. El gobierno de
Hitler, por ejemplo, noti​ficó en 1936 a los Estados representados en las dife​rentes comisiones fluviales que no reconocía c/
válidas
Después de la Segunda Guerra Mundial, y a iniciativa de la URSS, el régimen del Danubio fue cambiado en un sentido
menos favorable que antes hacia los no ribereños.
D. LA CODIFICACIÓN DEL DCHO DE LOS CURSOS DE AGUA P/ USOS DISTINTOS DE LA NAVEGACIÓN
La CDI incluyó el tema en el programa, en cumplimiento de la Resolución 2669 de la AGNU y lo terminó en 1994, año
en que envió el proyecto a la AG con la recomendación de que se convocara a una conferencia co​dificadora que lo utilizara
c/ base de una convención. Un grupo plenario de trabajo de la Sexta Comisión lo consideró por mandato de la AG, le
introdujo algunas modificaciones y se lo envió de vuelta p/ su adopción c/ texto de una convención en la mate​ria. Este texto
fue adoptado, y está a la fir​ma de los Estados.
a) Curso de agua
El art. 2, inciso a), dice: "Por `curso de agua' se entenderá un sistema de aguas de superficie y subterráneas que, en
virtud de su relación física, constituyen un conjunto unitario y normal// fluyen a una desembocadura común."
Se trata, entonces, de un sistema hidrológico, integrado por distintos componentes a través de los cuales fluye el agua,
tanto de superficie c/ subterránea. Es esencial esta interrelación entre los que hace del curso de agua un verdadero sistema.
El comentario de la CDI a esta norma explica: "Esos componentes abarcan ríos, lagos, acuíferos, glaciares, embalses y
canales. En la medida en que están interrelacionados, esos compo​nentes forman parte de un curso de agua...C/ las aguas de
superfi​cie y subterráneas forman un sistema y, en virtud de su relación física, constituyen un todo unitario, la intervención
humana en un punto del sistema puede tener repercusiones en cualquier otro punto".
La unidad del "curso de agua" está dada cuando sus aguas fluyen hacia un término común.
"
La palabra "normal// tiene pcpal// en cuenta ciertos casos específicos, c/ los del Río Grande y el Nilo, que reúnen todas
las características de un sistema de curso de agua y que fluyen al mar en todo o en parte por vía subterránea, con
ramificaciones que pueden distar una de otra hasta 300 km, o bien que desaguan en lagos en ciertas épocas del año y en el
mar en otras.
b) Curso de agua internacional
El inciso b) del mismo art. 2 dice que: "Por `curso de agua' internacional se entenderá un curso de agua al​gunas de
cuyas partes se encuentran en Estados distintos."
La cuestión de saber si algunas partes de un curso de agua se encuen​tran en Estados distintos depende de factores
físicos, cuya existencia se puede determinar en la gran mayoría de los casos por simple observa​ción. Aclara tb el comentario
que la expresión "se encuentran" referida a las aguas no quiere decir que és​tas sean estáticas.
c) Utilización y participación equitativa y razonable de un curso de agua
El art. 5 del proyecto establece: "1. Los Estados del curso de agua utilizarán en sus territorios respecti​vos un curso de
agua intern de manera equitativa y razonable. En particular, los Estados del curso utilizarán y aprovecharán un cur​so de
agua intern con el propósito de lograr una utilización óp​tima y sostenible y el disfrute máximo compatibles con la
protección adecuada del curso de agua intern, teniendo en cuenta los inte​reses de los Estados del curso de agua de que se
trate. 2. Los Estados del curso de agua participarán en el uso, aprovechamien​to y protección de un curso de agua
internacional de manera equitativa y razonable. Esa participación incluye tanto el dcho de utilizar el curso de agua c/ la
obligación de cooperar en su protección y apro​vechamiento, conforme a lo dispuesto en la presente Convención."
La primera frase del inciso 1 establece el dcho de un Estado del curso de agua a una utilización razonable y equitativa
—así c/ sus​tentable— en su territorio de un curso de agua internacional y la obli​gación de no privar a otros Estados del
mismo curso de agua de su dcho de utilización equitativa. No hay duda de que el Estado de un curso de agua tiene dcho a
utilizar las aguas de un curso de agua internacional en su propio terri​torio. Este dcho es un atributo de la soberanía, y goza
s
de él cada uno de los E tados cuyo territorio atraviesa o bordea un curso de agua in​ternacional.
La segunda frase del inciso desarrolla el concepto anterior al decir que el uso razonable y equitativo es el que tiende a
lograr una utiliza​ción óptima y un disfrute máximo del curso de agua que sean compati​bles con su protección adecuada.
Significa obtener el disfrute máximo p/ los Estados del curso y la máxima satisfacción posible de todas sus nec con el
mínimo detrimento o el míni​mo de nec insatisfechas, p/ cada uno de los Estados del cur​so de agua.
El inciso 2 aclara que la "participación equitativa" supone, no sólo el aprovechamiento equitativo de cada Estado, sino
tb su oblig de cooperar en su protección y aprovechamiento. Visto de otro ángulo, cada Estado del curso de agua tiene dcho
a la cooperación de los demás en "cuestiones c/ las medidas de lucha contra inundaciones, los programas de reducción de la
contaminación, la planificación de medidas p/ combatir la sequía, etc."
d) Obligación de no causar daño sensible
Esta obligación, combinada con el dcho de utilización equitativa y razonable en el territorio de cada Estado del curso de
agua son el meollo mismo del dcho de los cursos de agua p/ fines distintos de la navegación. Cabe señalar que la expresión
"
"daño sensible , se trata de un daño que es más que una mera molestia que deba ser soportada en aras a la buena vecindad,
un daño de cierta magnitud. El art. 7 de la Convención dice así:
"1. Los Estados del curso de agua, al utilizar un curso de agua inter​n en sus territorios, adoptarán todas las medidas
apropiadas p/ impedir que se causen daños sensibles a otros Estados del curso de agua.
2. Cuando a pesar de ello se causen daños sensibles a otro E del curso de agua, el E cuyo uso los cause deberá, a falta de
acuerdo con respecto a ese uso, adoptar todas las medidas apropiadas, teniendo debida// en cuenta lo dispuesto en los arts. 5
y 6 y en consulta con el E afectado, p/ eliminar o mitigar esos perjuicios y, cdo proceda, examinar la cuestión de la indem."
e) Otros dchos y obligaciones del proyecto
i) La obligación de cooperar: Existe, por el art. 8, una obligación general de los Estados del curso de agua de cooperar
p/ obtener la utilización óptima y la pro​tección adecuada del curso de agua. C/ consecuencia de esta oblig gral, surgen oblig
específicas, c/ entre otras la de intercambiar los Estados regular// entre sí datos e informaciones so​bre el estado del curso de
agua p/ mejorar su utilización. (Art. 9.)
ii) Relación de los usos entre sí: En principio, ningún uso de un curso de agua tiene, en sí, prioridad sobre otros usos y
en caso de conflicto prevalecerá el uso que mejor sa​tisfaga los factores y principios del art. 6 sobre equilibrio de intereses, y
en caso de duda, aquel uso que me​jor tenga en cuenta las necesidades humanas esenciales.
El art. 6 desarrolla los factores y circunstancias pertinentes a una utilización equitativa y razonable de un curso de agua
internacional. Así, deben tenerse en cuenta los factores geográficos, hidrográficos, hidrológicos, climáticos, ecológicos y
otros naturales (inc. a); las nec económicas y soc de los Estados del curso de agua, (b); la dependencia de la población
respecto del curso de agua (c); los efectos que el uso o los usos del curso de agua en uno de los Estados produz​can en otros
Estados del mismo curso de agua (d); los usos existentes y potenciales del curso (e); la conservación, la protección, el
aprove​chamiento y la economía en la utilización de los recursos hídricos del curso de agua y el costo de las medidas
utilizadas a tal efecto (f); la existencia de alternativas, de valor correspondiente, respecto de un uso particular o previsto (g).
iii) Nuevas medidas proyectadas: Cuando un Estado del curso de agua proyecte una obra o medida nueva, deberá
cumplir con ciertos pasos procesales: primero notificar oportuna// a los Estados que puedan sufrir daño sensible en su
consecuencia, acompañando los datos técnicos e información sobre las medidas contempladas. Si no hay acuerdo del Estado
notificado, se lle​ga a una consulta y eventual// a negociaciones con vistas a lograr una solución equitativa. En caso de que la
consulta no lleve a las partes a una solución de mutuo acuerdo, la controversia se resolverá por los medios pacíficos que
impone el art. 33 arriba citado.
La Convención incluye un capítulo referente a la protección y preser​vación del medio ambiente de los cursos de agua,
incluyendo desde luego la prevención, reducción y control de la contaminación y otro sobre solución pacífica de
controversias.
ESPACIO AÉREO
Ideas grales (diez) La regulación jurídica del especio aéreo parte del reconocimiento de la soberanía de los E sobre el
especio aéreo suprayacente por ciertos sectores doctrinales y aun por algunos E en beneficio de sus intereses comerciales y
estratégicos.
Concepto (podestá costa): Acepción vulgar: masa de aire que se levanta sobre los continentes y los espacios marítimos.
Jurídica// los E al delimitar la competencia sobre sus territorios y zonas marítimas, también han establecido la condición
jurídica del espacio aéreo. A principios de siglo la doctrina y práctica internacional se pronunciaron por la soberanía
absoluta del E sobre la masa atmosférica que se levanta sobre sus zonas terrestres y acuáticas de competencia; recién en
1944 se impusieron limitaciones a esa soberanía y se consagraron las cinco libertades del aire, p/ facilitar la aeronavegación.
El auge del tránsito aéreo luego de la 2da guerra mundial hizo necesario facilitar la realización de este nuevo transporte.
Doctrinaria//: dos concepciones contrapuestas:
1) doctrina de la soberanía: espacio aéreo = accesorio del territorio del E, es un elemento esencial e insep/ble del suelo,
sin el cual no se concibe la vida del hombre en la superficie à hace que se extienda ipso facto la propiedad y soberanía del
suelo al espacio atmosférico correspondiente.
2) p/ la doctrina de la libertad, el aire, por su inmensidad y fluidez, no puede ser objeto de apropiación ni menos de
soberanía, ya que esta última presupone posesión material.
P/ conciliar un poco, surgió una nueva fórmula = derecho de tránsito inofensivo.
Diez: dice que ni la convención de parís de 1919 ni la vigente de Chicago de 1944 contienen una definición y
delimitación precisas del EA (espacio aéreo). Chicago reconoce la soberanía sobre el espacio aéreo situado sobre tu
territorio, e inmediata// después dice que a los fines de la presente convención se consideran c/ territorio de un E las áreas
terrestres y aguas territoriales adyacentes, que se encuentren bajo soberanía, dominio, protección o mandato de dicho E.
Chicago no delimita límite vertical (horizontal ta clarito), tampoco lo hace la convención de 1967 sobre actividades de
los E en exploración y utilización del espacio ultraterrestre, c/ tampoco define ese espacio.
Dice Diez que subsiste hoy en día la cuestión de determinar el límite vertical, con delimitación del ultraterrestre à
aunque ambos espacios tienen bien definido el régimen jco, uno soberanía estatal plena y otro dominado por el ppio de no
apropiación nacional.
Moya Domínguez dice:
Convención de París: se consagró la tesis de la soberanía completa y exclusiva del E sobre su espacio aéreo. Se le
impuso la limitación de conceder el dcho de libre paso inofensivo en tiempo de paz, y el compromiso de otorgar igual trato a
las aeronaves de otros E, a fin de no incurrir en discriminación por nacionalidad. Se restringe la libertad de paso en tres
aspectos:1) E subyacente puede prohibir, por razones militares o de seguridad el vuelo sobre determinadas zonas de su
territorio. 2) Se deja librado al consentimiento de los E el establecimiento y explotación de líneas y vías regulares, de
aeronavegación. 3) se prohíbe el tránsito de los aviones militares, salvo autorización especial. Por este convenio de París se
creó la Comisión internacional de navegación aérea (CINA); su sistema arbitrario, basado en el privilegio injustificado de
las grandes potencias, desagradó a los países neutrales en la I GM. Régimen de aeronaves: se estableció el ppio de que toda
aeronave requiere una nacionalidad, tanto p/ su seguridad y protección, c/ p/ la determinación de la responsabilidad
internacional emergente en caso de accidente, conflicto, etc.
RÉGIMEN JCO DEL ESPACIO AÉREO. SOBERANÍA DEL E Y LIBERTADES DEL AIRE.
Soberanía del E sobe el EA: dos posiciones contrapuestas generadas:
a) EA = res nullius, no susceptible de apropiación, regido por el ppio de libertad de navegación,
b) la que considera que el E subyacente es titular exclusivo de la soberanía sobe el espacio aéreo que se encuentra sobre
su territorio. última prevalece àse reconoce en parís y en la actual chicago que dispone en el art 1: “los E contratantes
reconocen que todo E tiene soberanía plena y exclusiva sobre el espacio aéreo situado sobre su territorio”.
Régimen de navegación aérea y tráfico comercial: libertades del aire y bilateralismo;
Chicago dice: 1) aeronaves que NO se utilicen en servicios internacionales regulares: tienen derecho a penetrar sobre su
territorio o sobrevolarlo sin escalas, y a hacer escalas en él con fines no comerciales, sin necesidad de obtener permisos
previos. PERO, 2) los servicios aéreos regulares, no podrán explotarse en el territorio o sobre el territorio de un EP excepto
con el permiso especial u otra autorización de dicho E y de conformidad con las condiciones de dicho permiso o
autorización.
Además, ninguna aeronave de E, de EP podrá volar sobre el territorio de otro E o aterrizar en el mismo sin haber
obtenido autorización p/ ello, por acuerdo especial o de otro modo, y de conformidad con las condiciones de la autorización.
Reglamentación del los servicios aéreos regulares à generó la mayor polémica en Chicago 1944. EE UU sostenía la
posición de las cinco libertades del aire:
1) sobrevolar el territorio de un E sin aterrizar,
2) aterrizar por motivos no comerciales
3) desembarcar pasajeros, correo y mercancías embarcadas en el territorio del E cuya nacionalidad tiene la aeronave.
4) embarcar pasajeros, correo y mercancías con destino al territorio del E nacional de la nave,
5) embarcar pasajeros, correo y mercancías con destino al territorio del cualquier E y desembarcar los procedentes de
cualquiera de dichos territorios.
1 y 2 son libertades de tránsito. 3, 4, 5 son libertades de tráfico ya. El reconocimiento de estas libertades no pudo ser
incluido en texto de la convención
En definitiva vemos que la sobertanía del E es exclusiva, pues el E subyacente puede negar el acceso de aeronaves de
terceros E, puediendo solo ejercerse las libertades anterior// referidas sobre la base de un permiso previo del E;
formalizándose acuerdos bilaterales, que se puntualizan en las condiciones específicas en aquellas libertades habrán de ser
practicadas. La práctica bilateral ha alcanzado imporante desarrollo con el objeto de reconocer las libertades del aire.
Soberanía Estatal y “zonas prohibidas”: art 9.a) de Chicago dispone que cada E puede, por razones de necesidad militar
o de seguridad pca, restringir o prohibir uniforme// los vuelos de las aeronaves de otros E sobre ciertas zonas de su territorio
(z prohibidas), siempre que no se establezcan distinciones a este respecto entre las aeronaves del E de cuyo territorio se
trate, que se empleen en servicios internacionales regulares, y las aeronaves de otros E contratantes que se empleen en
servicios similares. Zonas de extensión razonable p/ no jorobar la navegación aérea. Incluso cada E se reserva el derecho, en
circunstancias excepcionales, durante período de emergencia, a restringir o prohibir temporal// y con efecto inmediato los
vuelos sobre todo su territorio o parte del mismo, a condición de que esta restricción o prohibición se aplique, sin distinción
de nacionalidad a las aeronaves de todos los demás E. La medida que pueden tomar los E p/ todos estos casos es exigir que
toda aeronave que penetra en esas zonas aterrice tan pronto le sea posible en un aeropuerto designado dentro de su territorio.
Recordar que tienen derecho de paso inocente e ininterrumpido (ppios que se copian de Montego Bay).
Medidas p/ facilitar la navegación Aérea: Chicago afirma que las aeronaves tendrán la nacionalidad del E en el que
estén matriculadas y que ninguna podrá ser valida// matriculada en más de un E. también se regula detallada// las
condiciones que debe reunir una aeronave (equipamiento-seguridad).
Seguridad de la Navegación Aérea y Protección Internacional: aviación civil se ha visto grave// afectada por los actos de
violencia y ataques cometidos pos individuos contra las personas a bordo de aviones, y contra los propios aviones.
Derecho positivo: la condición jurídica de espacio aéreo fue resuelto a nivel multinacional en dos convenios: París de
1919, y Chicago de 1944. se destacan tres convenios de seguridad auspiciados por la OACI (organización de la aviación
civil internacional): convenio de Tokio 1963 sobre infracciones y otros actos cometidos a bordo de aeronaves; convenio de
la Haya de 1970, sobre represión del apoderamiento ilícito de aeronaves; convenio de Montreal de 1971, sobre represión de
actos ilícitos y contra la seguridad contra la seguridad de la aviación civil, y en 1988 se adoptó el protocolo de Montreal p/
la represión de actos ilícitos de violencia en los aeropuertos que presten servicios a la aviación civil internacional. Luego de
11-S los objetivos de seguridad preventiva y operativa adquieren renovada relevancia a nivel internacional. Entonces las
medidas preventivas relacionadas tanto con la seguridad en tierra c/ con la seguridad a bordo, interesan a toda la comunidad
internacional y ya no se pueden confiar en la discreción de las autoridades locales ni de las autoridades nacionales de dicho
aeropuerto.
Moya Domínguez (dar una leída c/ p/ saber, y luego tachar)
Convenio de Chicago de 1944: desarrollo extraordinario de la aviación à revisar todo el sistema jco. Conferencia de
Chicago reunió 52 E. No participó la URSS c/ tampoco lo hizo en 1919. Había tres teorías
a) tesis de la internacionalización: procuraba internacionalizar la aviación civil y que fue total// descartada
b) libertad gral: de origen norteamericano, procuró imponer la libertad aérea sin limitaciones, con la facultad de
determinar en cualquier lugar del espacio aéreo, las vías y las líneas del tránsito aéreo. Teoría favorable a los platudos.
c) tesis de la reglamentación y del control: inspiradas en el proyecto anglo-canadiense, que señalaba las conveniencias
del control internacional de las líneas aéreas, con la determinación de sus itinerarios, horarios, tarifas, reparto de líneas entre
los E y creación de un organismo internacional,
d) las cinco libertades del aire: En la conferencia se consagraron las cinco libertades; en el convenio se aceptaron las
dos libertades fundamentales : a) derecho de paso inofensivo, b) derecho de escala técnica p/ aprovisionamiento y
rep/ciones.
La república argentina ratificó la convención de Chicago por decreto ley 11905. En materia de régimen de espacio aéreo
también debe señalarse en nuestro país la ley 14467 que disponía que los vuelos en el espacio aéreo argentino sean
efectuados de acuerdo con la legislación nacional y las convenciones y tratados internacionales.
Creación OACI (Organización de la Aviación Civil Internacional ICAO). El convenio de Chicago crea la OACI, con
funciones más amplias y estructura más compleja que la cina, creada por París en 1919. Objeto: desarrollar los ppios y
técnica de la navegación aérea internacional, así c/ facilitar y estimular el desenvolvimiento de los transportes aéreos
internacionales.
EL ESPACIO ULTRATERRESTRE:
IDEAS GRALES:
Hasta segunda mitad del siglo XX no es objeto de reglamentación jca. primer sputnik en órbita en 1957, ahí se dan
cuenta que hay que reglamentar.
Instrumentos internacionales que componen el derecho del espacio ultraterrestre: intensa y progresiva reglamentación
jurídico internacional. En 1959 UN crea la comisión sobre la utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos à dos
subcomisiones permanentes: la Subcomisión de asuntos jurídicos y la subcomisión de asuntos científicos y técnicos (guarda
que a estas subcomisiones las mencionó en clase). Ahí vienen las importantes resoluciones de la AG: nro 1962 del año
1953, que es la declaración sobre los ppios que deben regir las actividades de los E en la exploración y utilización del
espacio ultraterrestre y por otro lado la R 2222 de 1966 que recogía el Tratado sobre los ppios que deben regir las
actividades de los E en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes,
abierto a la firma en 1967, y entrando en vigor el mismo año.
Luego la res 2345 de 1967 recoge el acuerdo sobre el salvamento y devolución de astronautas y la restitución de objetos
lanzados al espacio ultraterrestre, de 1968. Res 2777 de 1971 recoge el convenio sobre la responsabilidad internacional por
daños causados por objetos espaciales, de 1972. LA resolución 3235 de 1974, se recoge el convenio sobre el registro de
objetos lanzados al EspUltrat en vigor desde 1976. y por último la res 34/68 de 1979 donde se recoge el Acuerdo que debe
regir las actividades de los E en la Luna y otros cuerpos celestes que entra en vigor en 1984.
Concepto y delimitación del espacio ultraterrestre, órbita geoestacionaria;
Ni tratado de 1976 ni demás instrumentos del derecho del espacio ultraterrestre solucionan definición de este espacio. a
nivel doctrinal se defendieron muchas teorías: por un lado las que se basan en criterios científicos, situando limite en lugar
en donde acaba la atmósfera, otros en criterios funcionales: altura en que es posible el vuelo en la atmósfera de una
aeronave, o el mas bajo de un satélite artificial, y criterios zonales: limite de 90, 100 o 110 km de altura. Sigue pendiente la
solución de la frontera. Algunos dicen que no parece necesario establecerlo, porque no ha impedido el desarrollo del dcho
ultraterrestre. Pero p/ diez es necesario establecerlo, puesto que se trata de dos regímenes jurídicos distintos: uno no
apropiación y otro soberanía del E.
Problema particular: orbita geoestacionaria: órbita de los satélites sincrónicos geoestacionarios à a 36 km sobre la línea
ecuatorial de la tierra. Esta órbita constituye un recurso natural excepcional, y de gran interés p/ diversas técnicas espaciales
c/ las comunicaciones, radiodifusión, retransmisión de datos desde satélites, meteorología, etc. Aunque no es recurso
agotable, sí es limitado!, mas allá de las reclamaciones de los E ecuatoriales en cierto momento, en la actualidad se persigue
articular un régimen equitativo p/ la utilización de la órbita geoestacionaria, en la medida en que, está fuerte// saturada por la
colocación de satélites de países desarrollados c/ vendría a reconocerlo en diversas ocasiones la UIT (unión internacional de
telecomunicaciones).
Principios Contenidos en el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967:
Art I: “La exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, deberán hacerse
en provecho y en interés de todos los países, sea cual fuere su grado de desarrollo económico y científico, e incumben a toda
la humanidad […]”. à se busca igual concepto que el de patrimonio común de la humanidad
Sobre esta base, los ppios son:
1) libertad de exploración y utilización del EU a todos los E sin discriminación.
2) igualdad en la exploración y utilización (más teórica que real, aunque el tratado impone su correctivo leer in fine de
lo transcrito arriba) art I 2do parr: “[…] El EU incluso la L y otros CC estará abierto p/ su exploración y utilización a todos
los E sin discriminación alguna en condiciones de igualdad y en conformidad con el DI, y habrá libertad de acceso a todas
las regiones de los cuerpos celestes”
3) no apropiación: art II: el EU, incluso L y otros CC, no podrán ser objeto de apropiación nacional por reivindicación
de soberanía, uso o ocupación, ni de ninguna otra manera
4) utilización p/ fines pacíficos: art IV Los EP en el tratado se comprometen a no colocar en órbita alrededor de la T
ningún objeto portador de armas nuclerares ni de ningún otro tipo de armas de destrucción en masa, a no emplazar tales
armas en los cuerpos celestes y a no colocar tales armas en el EU en ninguna otra forma. La L y demás CC se utilizarán
exclusiva// con fines pacíficos por todos los EP en el E. Queda prohibido establecer en los CC bases, instalaciones y
fortificaciones militares, efectuar ensayos con cualquier tipo de armas y realizar maniobras militares. No se prohíbe la
utilización de personal militar p/ investigaciones científicas ni p/ cualquier otro objetivo pacífico. Tampoco se prohíbe la
utilización de cualquier equipo o medios necesarios p/ la exploración de la L y OCC con fines pacíficos.
5) ppio de imputabilidad de responsabilidad: art VI: Los EP serán responsables internacional// de las actividades
nacionales que realicen en el EU L y OCC, los organismos gubernamentales o las entidades no gubernamentales , y deberán
asegurar que dichas actividades se efectúen en conformidad con las disposiciones del presente tratado. las actividades de
entidades no gubernamentales en el EU, L y OCC, deberán ser autorizadas y fiscalizadas constante// por el pertinente EP.
Cuando se trate de actividades que realiza en el EU L OCC una OI, la responsabilidad en cuanto al presente T
corresponderfá a esa OI y a los EP en el T (este tratado no?) que pertenecen a ella.
6) cooperación y asistencia mutua en las actividades: copio la primera parte del art IX, es demasiado largo, y en Diez
no hace mayor referencia, solo lo cita: en la exploración y utilización del EU L y OCC, los EP deberán guiarse por el
principio de la cooperación y asistencia mutua y en todas sus actividades en el EU deberán tener debida// en cuenta los
intereses correspondientes de los demás EP.
7) ppio de subordinación al DI: art III: los EP deberán realizar sus actividades de exploración y utilización del EU L y
OCC de conformidad con el DI incluida la Carta de Naciones Unidas, en interés del mantenimiento de la Paz, y la seguridad
internacionales, y del fomento de la cooperación y comprensión internacionales.
La Luna y otros Cuerpos Celestes
El tratado de 1967 tiene amplias referencias a la L y OCC, siendoles aplicables los ppios que en gral rigen el EU. H
llega a luna en 1969 à necesidad de proceder a regulación más detallada. En 1979 se adopta el Acuerdo que debe regir las
actividades de los EP en la L y OCC, entra en vigor en 1984 y ha sido ratificado por nro muy reducido de E.
En el acuerdo de 1979 se persiguen estos objetivos fundamentales:
1) evitar que la luna se convierta en zona de conflictos internacionales
2) favorecer la igualdad entre los E en la exploración y utilización de la L y OCC
3) regular los beneficios que se puedan derivar de la exploración y explotación de sus rec nat
4) Promover el máximo grado de cooperación internacional.
Entonces en ese acuerdo se dispone:
Fines pacíficos: en el art 3: (leer) se prohíbe no solo recurrir a la amenaza o uso de fza en la L, sino tb poner en orbita
alrededor de ésta objetos portadores de armas nucleares o de cualquier otro tipo de armas de destrucción en masa, ni colocar
o emplear esas armas sobre o en la luna, así c/ establecer bases instalaciones y fortificaciones militares.
Libertad e Igualdad: Se dispone que los EP tienen dcho a explorar y utilizar la L sin discriminación de ninguna clase y
sobre una base de igualdad (art 11.4 Los EP tienen derecho a explorar y utilizar la luna sin discriminación de ninguna clase,
sobre una base de igualdad y de conformidad con el DI y las condiciones del presente acuerdo). A estos efectos luna =
patrimonio común de la humanidad: art 11.1, la L y sus recursos naturales son patrimonio común de la humanidad conforme
lo enunciado en las disposiciones del presente acuerdo y en particular en el párrafo 5 de este artículo. Por ello no puede ser
apropiada nacional// por reclamaciones de soberanía: art 11.2, la luna no puede ser objeto de apropiación nacional mediante
reclamaciones de soberanía, por medio del uso o la ocupación, ni por ningún otro medio. art 11.3: Ni la superficie ni la
subsuperficie de la L, ni ninguna de sus partes o recursos naturales, podrán ser propiedad de ningún E, OI
intergubernamental o no gubernamental, org nacional o entidad no gubernamental ni de ninguna persona física. el
emplazamiento de personal, vehículos espaciales, equipo, material, estaciones e instalaciones sobre o bajo la superficie de la
L, incluidas las estructuras unidas a su superficie o subsuperficie, no creará derechos de propiedad sobre la superficie o
subsuperficie de la L o parte alguna de ellas.
Exploración y utilización de L incumben a toda la humanidad y se efectuarán en provecho y en interés de todos los
países, sea cual fuere su grado de desarrollo económico y científico. Art 4, además de lo anterior dice se tendrán debida// en
cuenta los intereses de las generaciones actuales y venideras, así c/ la necesidad de promover niveles de vida más altos y
mejores condiciones de progreso y desarrollo económico y social de conformidad con Carta Un.
Al realizara actividades de investigación científica, serán libres p/ todos los EP, que si bien tendrán derecho a extraer
muestras de minerales de la L, pudiendo utilizarlas con fines pacíficos, tendrán en cuenta la conveniencia de poner parte de
esas muestras a disposición de otros E ptes interesados, y de la comunidad científica internacional p/ la investigación
científica
Explotación de Recursos naturales: art 11.5: Los EP en el presente acuerdo se comprometen a establecer un régimen
internacional, incluidos los procedimientos apropiados, que rija la explotación de los recursos naturales de la luna, cuando
esa explotación esté a punto de llegar a ser viable. Esta disposición se aplicará de conformidad con el art. 18 del presente
Acuerdo.
El art 11.7 entre las pcpales finalidades del régimen intern que se ha de establecer figurarán:
a) desarrollo ordenado y seguro de los recursos naturales de la luna
b) ordenación racional de esos recursos,
c) ampliación de las oportunidades p/ el uso de esos recursos,
d) participación equitativa de todos los EP en los beneficios obtenidos de esos recursos, teniéndose especial// en cuenta
los intereses y necesidades de los países en desarrollo, así c/ los esfuerzos de los países que hayan contribuido directa o
indirecta// a la exploración de la L.
Ppio de cooperación y asistencia mutua: art 4.2 en todas sus actividades relativas a la exploración y utilización de la
L, los EP se guiarán por el ppio de la cooperación y la asistencia mutua. La cooperación internacional conforme al presente
acuerdo deberá ser lo más amplia posible y podrá llevarse a cabo sobre una base multilateral o bilateral, o por conducto de
organizaciones internacionales intergubernamentales.
Los E proporcionarán respecto de cada misión info sobre los objetivos y la duración de la misma, así c/ sobre los
resultados alcanzados y sobre cualquier fenómeno descubierto que pueda poner en peligro la vida o la salud humanas y
cualquier indicio de vida orgánica (art 5).
art 7.1. Al explorar y utilizar la L, los EP tomarán medidas p/ que no se perturbe el actual equilibrio de su medio, ya por
la introducción de modificaciones nocivas en este medio, ya por su contaminación perjudicial con sustancias ajenas al
medio, ya de cualquier otro modo. Los EP tb tomarán medidas p/ no perjudicar el medio en la Tierra por la introducción de
sustancias extraterrestres o de cualquier otro modo.
Las personas y objetos en el Espacio Ultraterrestre
Jurisdicción y control; ya vimos en EU patrimonio común de la humanidad à los EPen cuyo registro firgure un objeto
lanzado al EU retendrán según el tratado de 1967 su jurisdicción y control sobre tal objeto, sobre todo personal que vaya en
él. Esto mientras se encuentre en el EU o en un CC. De igual manera conservan dcho de propiedad de los objetos lanzados,
incluso los que hayan descendida o se construyan en un cpo celeste, de sus partes componentes.
Hace falta concretar que es un objeto espacial. no hay terminología aún uniforme, pese a constituir un elemento
indispensable p/ solucionar el problema de su estatus jurídico.
Un objeto espacial es todo objeto lanzado en órbita terrestre o más allá, con todas sus partes componentes, incluidas las
que se separen o desprendan del mismo por razones programadas y vehículos espaciales, equipo, material y estaciones.
Salvamento y devolución de personas y objetos: ya en el tratado de 1967 se establecía la cooperación en materia de
salvamento de astronautas y devolución de objetos lanzados al espacio.
La adopción del acuerdo sobre el salvamento y devolución de astronautas y la restitución de objetos lanzados al EU de
1968 vino a desarrollar y concretar la obligación, al establecer que en caso de q un EP sepa o descubra que la tripulación de
una nave espacial ha sufrido un accidente, se encuentra en situación de peligro o ha realizado aterrizaje forzoso o
involuntario en un territorio colocado bajo su jurisdicción, en alta mar o en cualquier otro lugar no colocado bajo
jurisdicción de ningún E, o que un objeto espacial ha vuelto a la T y se encuentra colocado en alguno de esos espacios,
queda sujeto a los siguientes deberes:
1) notificar a autoridad de lanzamiento y secretario de un.
2) prestar asistencia y ayuda necesarias p/ salvar tripulación y recuperar vehículo
3) devolver la tripulación a los representantes de la autoridad de lanzamiento
4) restituir el objeto a los responsables de lanzamiento y exigir datos de identif
Los E tan solo obligados a adoptar las medidas que sean posibles o se hallen en condiciones de ponerlas en práctica, por
donde nos encontraríamos real// ante una obligación de comportamiento y no de resultado (pastor ridruejo).
El acuerdo de la Luna de 1979 dispone que los E adoptarán todas las medidas practicables p/ proteger la vida y salud de
las personas que se encuentren en la Luna; debiendo ofrecer refugio en sus estaciones, instalaciones, vehículos o equipo a
las personas que se encuentren en peligro en la Luna.
Registro de Objetos: P/ exigir la responsabilidad de los E de lanzamiento por los daños causados por sus objetos
espaciales, resulta preciso proceder a la identificación de los mismos.
Convenio sobre registro de objetos lanzados al EU de 1975 establece sistema obligatorio de registro, disponiendo
que los E que lancen o promuevan el lanzamiento de un objeto espacial, registrarán el objeto por medio de su inscripción en
un registro apropiado que llevarán al efecto, notificando al SG de UN la creación del Registro, si son dos o más los E
responsables, determinan ellos quien lleva el registro.
Además, todo E proporcionará al SG de UN, “en cuanto sea factible”, info sobre cada objeto espacial inscrito en su
registro: nombre del E de lanzamiento, designación del objeto, fecha y territorio de lanzamiento, parámetros orbitales
básicos, y su función.
Tb el SG de UN llevará un registro en el que se inscribirá la info anterior// descrita; registro central de los objetos
lanzados al EU siendo el acceso a la info consignada en el mismo pleno y libre.
Ppio de cooperación de los E p/ la identificación de los objetos que causaron daño en art VI.
Cooperación Internacional y Aplicaciones de la Tecnología Espacial:
El objetivo de la cooperación trasciende, en el ámbito de la exploración en el espacio, pudiendo destacar al respecto el
interés que encierra la construcción de una Estación Espacial Internacional destinada, a funciones pcpal// de carácter
científico y comercial. El régimen jurídico de la EEI (estación espacial internacional), presenta novedosas cuestiones que no
han encontrado todavía una completa y satisfactoria respuesta en los instrumentos convencionales que han sido adoptados al
respecto.
Se ha venido viendo también la posibilidad de crear una Organización Mundial del Espacio, capaz de regular el
conjunto de actividades espaciales (comunic y medio)
Aplicaciones de la Tecnología espacial: telecomunicaciones por satélite: ante la proliferación de las comunicaciones
espaciales, pronto se comprobó que éstas no podrían desarrollarse de forma unilateral, sino que se exigía una amplia
cooperación internacional con el fin, de ordenar y reglamentar las bandas de frecuencia en que funcionan dichos satélites,
así c/ fijar sus posiciones en la órbita geoestacionaria.
La UIC (Unión internacional de comunicaciones) desarrolla importante papel con asignación coordinación y registro de
frecuencias y posiciones en la órbita geoestacionaria.
La necesidad de establecer una red única de telecomunicaciones se reconoce ya en la resolución 1721 XVI de A.G.N.U.
de 1961, al afirmar que todas las naciones del mundo deberían poder comunicarse por medio de satélites sobre una base
mundial y no discriminatoria.
Por esto nace en 1964 la Organización Internacional de Telecomunicaciones por Satélite (INTELSAT) concebida con el
fin de establecer un sistema único capaz de asegurar a escala mundial un servicio público al cual todas las naciones,
miembros o no de la O, pudiesen acceder sin discriminación. INTELSAT dura hasta 1971, desarrollándose a partid de la
adopción de dos acuerdos en Mayo de 1971.
A pesar el objetivo de la uniformidad, en 1971 se crea el Sistema y Organización Internacional de Comunicaciones
Espaciales (INTERSPUTNIK) en el que se integran 12 miembros a la hasta ahora comunidad socialista. Se afecta el sistema
global articulado por el INTELSAT.
Tecnología espacial también incide en las comunicaciones marítimas, permitiendo mayor seguridad en el mar, por ello
nace en 1976 la Organización Internacional de Telecomunicaciones Marítimas por Satélite (IMARSAT), denominada desde
1994 Organización Internacional de Telecomunicaciones Móviles por Satélite.
En el ámbito regional: ARABSAT< y EUTELSAT.
Televisión Directa por Satélite: otro importante resultado. Emitir por satélite señales radioelécticas que pueden ser
recibidas directa// por los particulares sin posibilidad de ser controladas por el E receptor; lo que permite la retransmisión,
mediante estos satélites, de programas de TV a receptores que no deberán estar equipados mas que con pequeña antena
p/bólica.
Ahora viene el quilombín: flujos transfronterizos de info, cultura y propaganda que generan los satélites de televisión
directa puede conducir a la utilización abusiva que afvecta y condiciona grave// las estructuras sociales, económicas y
políticas de un país. Varios E han venido sintiendo la preocupación de poder controlar las emisiones que reciben los
ciudadanos, planteando la cuestión en el plano del DI.
à Resolución AG de UN 37/92 (1982) sobre los Principios que han de regir la utilización por los E de satélites
artificiales de la Tierra p/ transmisiones internacionales directas de televisión. Principio 13: todo E que se proponga
establecer un servicio de transmisiones internacionales directas de televisión mediante satélites, o autorizar su
establecimiento, notificará sin demora su intención al E receptor e iniciará pronta// consultas con él si éste lo solicita. à
Cabe deducir dice diez la exigencia del consentimiento previo del E receptor. Obvia// oposición de los E capaces de dotarse
de un sistema de televisión directa, a la exigencia de la autorización previa, concluimos entonces que el ppio del
consentimiento previo no es una norma obligatoria de DI.
Teleobservación: constituye una realidad práctica con implicaciones jurídicas. Permite observar muy amplias zonas del
planeta (ejem territorios de cualquier estado, us won’t like that).
Dificultades jurídicas, cuestiones: libertad de observación del territorio de cualquier E; autorización del E observado
previa a la difusión de los datos, fruto de la teledetección, a terceros países; condiciones en las cuales el E observado puede
tener acceso a los datos relativos a su territorio; y responsabilidad internacional por la difusión realizada por los
Observantes.
Primera cuestión: planteada por países del Tercer Mundo, “el principio de libertad de exploración del EU del T de 1967
choca con el ppio de la soberanía estatal, exigiéndose el consentimiento previo del E observado” à fuera de moda, y encima
no se consagró ninguna norma. Lo que preocupa, es no solo articular un régimen de acceso a los datos obtenidos sobre sus
respectivos territorios, por los observantes, sino tb alcanzar un régimen de responsabilidad específica por las actividades de
teleobservación.
AGNU en diciembre de 1986 resolución 41/65: se contienen los ppios de teledetección aprobados por la CEU (comisión
de espacio ultraterrestre). la resolución dice: las actividades de teledetección deben ser realizadas en beneficio y en interés
de todos los países, cualquiera sea su nivel de desarrollo, teniendo en cta las necesidades de los países en desarrollo, y de
conformidad con el DI. Observado tendrá acceso a la info sin discriminación y de precios razonables, así c/ a las
informaciones analizadas disponibles relativas a su territorio, que estén en posesión de cualquier otro E que participe en las
actividades de teledetección (ppio XII). Teledetection debe promover la protección del medio ambiente natural de la tierra y
la protección de la humanidad contra las catástrofes naturales, debiendo los E que han participado comunicar cualquier info
que pueda ser útil a los E interesados (ppios X y XI). La mayoría de los E en desarrollo no ha conseguido aprovechar las
posibilidades de la tecnología espacial.
Responsabilidad internacional por actividades realizadas en el EU, incluidos L y otros CC. Arreglo de
Controversias!.
Recordar el caso de la desintegración del satélite soviético Cosmos 954 en 1978, y la caída de algunos fragmentos en el
territorio de Canadá, y aún mas reciente// la desintegración de la estación orbital mir, 23-3-2001, y la caída de importante
cantidad de fragmentos, en el pacífico sur, entre chile y nueva zelanda.
En el tratado de 1967 se dispone que los EP serán responsables internacional// de las actividades nacionales que realicen
en el EU, L y CC, los organismos gubernamentales o ONG, y concreta// de los daños causados por objetos lanzados al EU.
Convenio sobre la responsabilidad internacional por daños causados por objetos espaciales de 1972: se dispone la
responsabilidad internacional del E de Lanzamiento, del E que lance o promueva el lanzamiento de un objeto espacial o
desde cuyo territorio o instalaciones se produzca dicho lanzamiento, por los daños causados por dichos objetos. Daño: Art 1
pérdida de vidas humanas, lesiones corporales u otros perjuicios a la salud, así c/ la pérdida de bienes o los perjuicios
causados a los bienes de los E o de personas físicas o morales, o de organizaciones internacionales intergubernamentales.
Se distinguen dos supuestos de responsabilidad: absoluta por los daños causados por un objeto espacial en la superficie
de la T o a las aeronaves en vuelo, lo que genera una responsabilidad objetiva o por riesgo p/ el E que ha lanzado dicho
objeto espacial y que ha causado daños(artII).
Y una responsabilidad por culpa: cuando el daño se produzca fuera de la superficie de la tierra y afecte a un objeto
espacial de un E de L o a las personas o a los bienes a bordo de dicho objeto espacial, siendo causado dicho daño por un
objeto espacial de otro E de L, en cuyo caso este último E solo será responsable cuando los daños se hayan producido por su
culpa o por culpa de las personas de que sea responsable.
Tb, cdo de los daños sufridos por un objeto espacial de un E de L causados por un objeto espacial de otro E de L, se
deriven daños p/ un 3er E o p/ sus personas físicas o morales, a los dos primeros E corresponderá una responsabilidad
solidaria, ante este tercer E, de acuerdo con los criterios de resp absoluta o por culpa (art IV). Tb si dos o más E lanzan
conjunta// un OE, serán responsables solidaria// por los daños. Si una org internacional intergubernamental, parte del
convenio, es responsable de daños, se genera responsabilidad solidaria p/ esa org y sus miembros que sean EP en este
convenio.
Exención: de responsabilidad absoluta à en la medida en que demuestre que los daños son total o parcial// resultado de
negligencia grave o de un acto de omisión cometido con la intención de causar daños por parte de un E demandante o
personas físicas o morales a quienes este ultimo estado represente; no concediéndose exención alguna en los casos en que
los daños sean resultado de actividades desarrolladas por un E en la que no se respete el DI (carta onu y tratado 1967).Las
disposiciones de este tratado no se aplican a los danos causados por objeto espacial del E de L a nacionales de dicho E, o a
nacionales de un país extranjero que participe en operaciones de ese objeto espacial.
El E que sufrió daño, puede por vía diplomática presentar reclamación de indemnización por tales daños al E de L. la
Indemnización se determinará conforme DI, y ppios de justicia y equidad, p/ rep/r daños y que se reponga la condición
previa.
Cuando reclamaciones no pueden ser resueltas en un año por medio de negociaciones diplomáticas, se constituye una
Comisión de reclamaciones de 3 miembros, uno por cada E y el tercero (presidente) escogido por ambas partes o en su caso
por el secretario de UN.
En el acuerdo sobre la luna de 1979, se declara que los EP serán responsables internacionalmente de las actividades que
sus nacionales que se realicen en la luna.
Declaración de ppios relativos a la utilización de fuentes de energía nuclear en el EU: resolución 47/68 de 1992:
AGNU dice que de conformidad con el art Vi del tratado de 1967, los E serán responsables internacionalmente de las
actividades nacionales que supongan la utilización de fuentes de energía nuclear en el EU, realizadas por organismos
gubernamentales o entidades no gub.

41

BOLILLA 10
DERECHO INTERNACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
A) CONCEPTO
El medio ambiente humano resulta de la interacción de la Humanidad con la natura​leza. Tiene por ello una dimensión
artificial en la que se integran los productos de las di​ferentes culturas humanas, ya estén destinados a la habitación, al
trabajo o al descanso, ya sean artísticos, científicos o industriales, que dignifican la vida de las personas y elevan su calidad.
El TSJ ha definido al medio ambiente c/ el espacio concreto y físico donde vive el hombre y desarrolla tanto en su vida
p/ su salud p/ sí c/ p/ generaciones futuras.
Sus componentes esenciales, agua, aire, tierra y seres vivos, se hallan en todas partes en es​trecha relación,
proporcionando a la Biosfera el equilibrio necesario p/ que las distin​tas formas de vida se mantengan y desarrollen. La
alteración de tales componentes per​judica pues dicho equilibrio ecológico y puede ocasionar graves daños a cualquier forma
de vida y, en todo caso, deteriorar la calidad de la vida humana.
Ciertas alteraciones se han venido produciendo en mayor o menor medida en el medio humano durante las últimas
décadas por la aplicación de políticas culturales, sociales y económicas que no tienen suficiente// en cuenta el «impacto
medioambien​tal» de determinadas formas abusivas de explotación de los rec naturales, de la utilización de determinadas
sustancias, industrias y tecnologías potencial// dañinas y de la preferencia por energías «no limpias».
En ese contexto se ha desarrollado el DI del medio ambiente que cabe definir c/ el sector de aquellas normas de DI,
tanto sustantivas c/ de procedi​miento o institucionales cuyo objetivo primordial es la protección del medio ambiente. Sus
normas en pcpio no son obligarotias, pero sí lo son p/ los órganos que actúen bajo su ámbito de actuación. En este sentido
hay que advertir que existe una inversión del bien jco protegido, ya que pasa a un 2º plano el hombre y en primer lugar el
medio ambiente, ya que el hombre no puede subsistir sin el medio ambiente.
Particular//, un objetivo esencial de las normas internacionales medioambientales fue desde el comienzo combatir la
contaminación en todas sus formas, es decir: la introducción por el hombre, directa o indirecta//, de sustancias o de energía
en el medio ambiente natural, que produzca o pueda producir efectos nocivos tales c/ daños a los rec vivos, peligros p/ la
salud hu​mana y en general afectar de modo negativo cualquiera de los usos a que el propio entorno pueda destinarse.
Dentro de la protección del medio ambiente c/ finalidad general, esta primera perspectiva de combate contra la
contaminación ha dado luego paso a otras estrategias cuyo objetivo no es simple// la justa reparación sino esencial// la
prevención de los daños y la distribución equitativa entre los Estados de las cargas y beneficios de la utilización de los rec
medioambientales.
Por otra parte, la dimensión medioambiental se ha incorporado progresiva// a la teoría y práctica de las políticas de
desarrollo y la interacción entre ambas ha dado origen a la estrategia del desarrollo sostenible entendido c/ un programa de
la Comuni​dad Internacional en su conjunto, en cuyo seno la protección del medio ambiente es una tarea que tiene que ser
abordada dentro de una amplia perspectiva temporal, puesto que trasciende a cada generación humana p/ serlo de todas
sucesiva//.
Algunas de sus fuentes: (profe)
1- A nivel regional, la O.EA. en el 2003 dictó una resolución por las cual dispuso que las violaciones que generan daños
al ambiente se consideran violaciones a los DD.HH.
2- En Estocolmo del ´73 de establece que el ambiente debe servir p/ satisfacer las nec hum, y por otro lado que el
hombre debe contribuir a un uso racional y no dañino de los rec nat (la obligación es recíproca).
3- El art. 41 de la CN dispone que “Todos los habitantes gozan del dcho a un ambiente sano, equilibrado, apto p/ el
desarrollo humano y p/ que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las
generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritaria// la obligación de recomponer,
según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este dcho , a la utilización racional de los rec naturales, a la preservación
del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales.

Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias,
las necesarias p/ complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales.
Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencial// peligrosos, y de los radiactivos.
Otras definiciones: (profe)
1- En sentido amplio comprende 3 sectores: el ambiente nat, el ambiente construido por el hombre y los sist político,
soc y culturales. En este sentido el ambiente es todo aquello que involucre y rodea al hombre, todo lo que pueda
influenciarlo y a su vez pueda ser influenciado por el hombre.
2- En un sentido amplísimo se incluye lo anterior// dicho y además todas aquellas condiciones logradas por el hombre
y que afecten su hábitat en la tierra.
3- En un sentido Jco se lo define en relación con la salud y el bienestar físico, el conjunto de elementos estéticos,
científicos e históricos que se relacionan con el hombre.
B) CARACTERES: (profe) TIFOM (COMO EL GATO)
1- Funcionalidad: pretende lograr el desarrollo de act hum y la explotación de rec nat de modo equilibrado.
2- Orientación Preventiva: no condena ni sanciona las infracciones, sino que tiende a proteger y salvaguardar el medio
ambiente. No reprime, sino que tiende a que el daño no se cause y en todo caso a que se subsane el daño producido.
3- Instrumental: pretende otorgar mecanismos de gestión p/ rec nat.
4- Multidimensional: hay una vinculación íntima con las cs. De la nat y debe coordinar con ellas esfuerzos p/ lograr
una política unificada.
5- Tributario: intenta establecer vinculación íntima entre cs. y dcho (se relaciona con el anterior).
C) EVOLUCIÓN
El dcho ambiental de nuestros días se rastrea hasta la mitad del siglo XIX, aproximada//.
a) Primer período: la protección de los recursos individuales
Comienza con las cuestiones sobre la protección de rec utilizados por la industria pesquera, compartidos o fuera de la
jurisdicción de los Estados, que se instrumenta en tratados de pesquerías y termina, con la creación de las NU en 1945. Se
caracteriza por la concientización de que el desarrollo y la in​dustrialización deterioran imp rec nat, c/ la flora y la fauna y
por ende debían buscarse instrumentos jcos p/ indu​cir a los Estados a poner limitaciones a su desarrollo industrial y a la
explotación de ciertos rec nat.
Sin embargo, los rec son tratados en forma individual, sin tener en cuenta sus relaciones con el medio en que se hallan
inmersos, ni el concepto de rec que sean del patrimonio o interés común de la Humanidad, ya que los rec que se encuentran
en los espacios comunes son considerados c/ res nullius y sujetos, en pcpio, a apropiación sin límites por cualquier
individuo.
P/ resolver los problemas que surgen de la explotación abusiva de los rec pesqueros y de otros rec se suscriben
convenciones p/ proteger a peces, pájaros y focas. La primer convención ballenera data de 1931. Caracterizaba a estas
medidas un concepto primordial// utilitario, c/ el que inspiró la Convención de 1902 que pro​tegía a los pájaros útiles p/ la
agricultura.
Hubo en este período dos interesantes arbitrajes: el de las focas del Pacífico y el de la Fundición Trail. El primero fue
entre EE.UU. y Gran Bretaña respecto a la alegada explotación excesiva por parte de esta última de las focas en áreas más
allá de las jurisdicciones nacionales. El laudo rechazó el argumento de que los Estados tenían el dcho de establecer su
jurisdicción sobre rec nat en espa​cios comunes c/ el alta mar p/ asegurar su conservación y dictó algunas reglas p/ la
adecuada protección y preservación de esas focas fuera de límites jurisdiccionales.
El segundo caso, de la Fundición Trail, se refiere al daño transfronterizo causado en territorio de los EE.UU. por los
humos de una fundición situada en Canadá. Este arbitraje dio origen a la concepción que presidió la 2ª etapa en el desarro​llo
del dcho ambiental, centrada en la elaboración de reglas de res​ponsabilidad por las externalidades producidas por el
desarrollo industrial de un Estado sobre el territorio de otros Estados o sobre es​pacios comunes.
b) Segundo período: la protección del medio ambiente
Se inicia con la creación de la ONU y de sus organismos especializados que, no obstante la ausencia de menciones
específicas en la Carta, comienzan a defender el medio ambiente glo​bal y regional. Por primera vez, las preocupaciones
"
ambientales in​cluyen las act llamadas ultra-peligrosas" y comienza a advertirse la relación entre el desarrollo económico y
social y el medio ambiente.
El Consejo Económico y Social de la ONU convoca en 1949 la Con​ferencia sobre la conservación y utilización de los
rec (UNCCUR). C/ consecuencia de esta última se reúne en 1954 la Conferencia sobre los rec vivos del mar, que fue el

antecedente inmediato de la imp convención de Ginebra de 1958 sobre el mismo tema. Ya a esta altura, la relación entre
conservación y desarro​llo es una preocupación central y el énfasis cambia de la protección de la flora y vida silvestre a
procesos asociados con la act industrial y militar. En este último sentido, hubo varias resoluciones de la AG sobre la
actividad nuclear, que condujeron ala prohibición de ensayos atómicos de 1963.
En 1957, el laudo arbitral del lago Lanós, entre España y Francia, consagró pcpios de interés en cuanto al deber de
cooperar en la mi​tigación del riesgo ambiental en el uso de ríos compartidos. La Conferencia de las NU sobre medio
ambiente de Estocolmo en 1972 fue llamada, precisa//, a colmar esos vacíos, y es considerada la piedra fundamental en el
desarrollo del DI de protección del medio ambiente.
Dos de los resultados más importantes de dicha Conferencia fueron una Declaración que contenía 26 principios y un
Plan de acción con más de 100 recomendaciones. El más imp de aquellos fue el Principio 21. C/ consecuencia del Plan de
acción, la AG crea el Progra​ma de las NU p/ el medio ambiente (PNUMA), de pro​ficua acción en el campo de su
competencia.

c) Tercer período: el medio ambiente en relación con el desarrollo humano


Se extiende entre la conferencia de Estocolmo de 1972 y la de Río de Janeiro de 1992, durante el cual se adoptaron
múltiples e imp instrumentos regionales y globales c/ respuesta a los problemas ambientales. De éstos, el más imp haya sido
la Convención de las NU sobre dcho del mar, de Montego Bay, 1982, en particular en su ca​pítulo relativo a la protección del
medio ambiente marino. Hubo nu​merosos convenios multilaterales p/ la protección de las especies migratorias, la de los
habitats, la contaminación aérea transfronteriza, la regulación y prohibición de las act minerales antárticas, etc.
Bajo los auspicios del PNUMA se redactaron en 1978 los Principios de conducta en el campo del medio ambiente y en
1982 la Carta mundial de la naturaleza. En 1983 la Comisión mundial de medio ambiente y desarrollo, fue establecida por la
AG. Su informe llamado "Nuestro Futuro Común", significó un cambio no​table en la cosmovisión ambiental, desde que el
concepto de un mundo dividido en compartimentos según las jurisdicciones nacionales, o las act o las diferentes áreas de
preocupación ambiental se disolvió: no había diferentes crisis ecológicas sino que todas eran parte de la mis​ma y única. El
informe fue publicado en 1987 y definió el término desarrollo sustentable y propuso un programa p/ lograrlo.
Se creó un fondo, llamado GEF p/ financiar proyectos en beneficio del medio ambiente, y el Consejo de Se​guridad llegó
a decir que las cuestiones ecológicas podían constituir amenazas a la paz y seguridad intern. La CDI completó un pro​yecto
sobre cursos de agua internacionales, con numerosas reglas protec​toras del medio ambiente en tales cursos y avanzó en la
consideración de otro sobre resp por actos no prohibidos por el DI, que tiene muy en cuenta las act peligrosas p/ el medio
humano.
Termina este tramo con la Conferencia de las NU sobre medio ambiente y desarrollo (UNCED), llevada a cabo en Río
de Janeiro en 1992, que culmina un intenso período de act intern, en parte dedicado a su preparación. Adoptó 3
instrumentos no vinculantes: la Declaración de Río sobre medio am​biente y desarrollo, una afirmación de Principios sobre
bosques y la lla​mada Agenda 21, que es un frondoso plan de acción. Asimismo dos tratados, negociados con anterioridad a
su celebración, fueron abiertos en Río p/ la firma: la Convención sobre diversidad biológica y el Convenio marco sobre
cambio climático.
El núcleo de la Declaración está formado por los artículos 3 y 4: el primero trae un principio de equidad generacional y
el segundo establece la indivisibilidad de desarrollo y protección del medio ambiente, de tal forma que el desarrollo esté
condicionado a la protección del medio. Asimismo, el principio precautorio, el de contaminador-pagador, el dcho a la
información en materias ambientales, lo que origina la eva​luación del impacto ambiental de ciertas act, la notificación, el
intercambio de información y la consulta. La Agenda 21 recomienda la creación de una Comisión p/ el desarrollo
sustentable y otros mecanismos de coordinación en la ONU. Tb propone una Conferencia sobre sequía y desertificación.
d) Cuarto período: la protección sistémica del ambiente humano
Es el actual y se caracteriza por ser uno de inte​gración, en el cual las preocupaciones ambientales se deberían integrar,
c/ tema de dcho y política inter, a todas las act hum. En tal sentido, cabe mencionar uno de los instrumentos más recientes,
el Protocolo de Kioto a la Convención marco de las NU sobre cambio climático donde el artículo 4.f. prevé, por ej, que "las
partes deberán tener en cuenta, en la medida de lo posible, las consideraciones relativas al cambio climático en sus políticas
y me​didas soc, económicas y ambientales pertinentes ...".
Otros instrumentos recientes que reflejan el enfoque sistémico son el acuerdo complementario a la Convención sobre
dcho del mar relati​vo a la conservación y manejo de las poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces alta//
migratorias (1995); la Convención sobre el dcho de los usos de los cursos de agua internacionales p/ fines distintos de la
navegación (1997); y, final//, la Convención sobre el acceso a la información y la participación del público en el proceso de
toma de decisiones y el acceso a la justicia en temas medioam​bientales (1998).
D) PRINCIPIOS
(Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo - CCAD) -Profe-
1- El Principio de Cooperación Internacional. Es el primero de los principios, donde los Estados tienen el deber de
proteger el medio ambiente, no solo con los otros Estados sino también en el territorio de su competencia, así c/ aquellos
que no están sometidos a ninguna competencia territorial, es decir que son territorios comunes de la Humanidad P/ la
Protección del Medio Ambiente, cuyo objeto es establecer el deber general de su protección a través de la cooperación
internacional, y constituye una premisa lógico-jurídica incuestionable, aunque no se haya enunciado demasiado a menudo
en los instrumentos internacionales, pero posee un valor general y es aplicable a todos los sectores del Medio Ambiente.

​ El Deber especifico de cooperar en la protección del medio ambiente ha sido reconocido en la mayoría de los
textos internacionales. Desde Estocolmo hasta Río se ha venido reconociendo expresa// en sus disposiciones, e incluye el
deber de promover la conclusión de tratados y otros instrumentos internacionales con esta finalidad; es también seguro que
este principio incluye también el deber del intercambio de información relevante p/ la protección del medio ambiente, y que
nuestra la ley del medio ambiente en el artículo uno parte final lo establece; además, supone el desarrollo de otras acciones
p/ promover la investigación científica y tecnológica, procurar, asistencia técnica y financiera a los países necesitados, el
establecimiento de programas de vigilancia y evaluación ambiental, etc. Esto sin perjuicio de ámbito: regional, internacional
o local, a ello se debe de agregar el deber de los Estados en notificar y asistir a otros Estados en situación de emergencia que
puedan provocar daños irreparables o consecuencia ambientales alta// riesgosas.
2- El Principio de prevención del Daño Ambiental Transfronterizo. Otro de los principios básicos que es aceptado
por unanimidad, el cual se desglosa en dos componentes la idea de prevención del daño ambiental en general y por otro la
obligación específica de no causar un daño ambiental Transfronterizo. Este principio también incluye la idea del uso
equitativo de los rec y la buena fe en lo que se firma v nace de orígenes de la jurisprudencia y las sentencias que el Tribunal
Internacional de Justicia ha brindado, e inspira y esqueleta el DI Ambiental pues es una obligación jurídica// exigible que
puede generar responsabilidad en caso de su violación, aunque algunas veces no suceda, sin embargo, permite establecer un
equilibrio razonable entre los intereses estatales p/ afrontar los daños que cause al Medio Ambiente, y que nuestra Ley en la
materia en comento, acopia p/ su aplicación a nivel nacional,
3- El Principio de Responsabilidad y Reparación de los Daños Ambientales: Nuestra ley del medio ambiente lo
retorna del DI y lo incluye en sus regulaciones.- Es también un principio del DI Público aunque la naturaleza y el alcance en
este terreno particular, no se resuelve tan fácil// c/ sucede en otros casos: Ej. Los daños y perjuicios por guerra o conflictos,
con arreglo a las normas generales del DI Público. La responsabilidad de los Estados puede resultar de la violación
internacional relativa a la protección del medio ambiente. El crimen internacional del Estado se define c/ el hecho que
resulta de una violación, por un Estado, de una obligación internacional tan esencial p/ la salvaguardia de intereses
fundamentales de la Comunidad Internacional, que su violación está reconocida c/ crimen por esa comunidad en su
conjunto, por ende, los Estados pueden llegar a incurrir en responsabilidad por las consecuencias perjudiciales de actos no
prohibidos por el Dcho : Ej. Daños de contaminación a un medio marino por hidrocarburo, etc., por lo que los Estados
deben de cooperar con la responsabilidad y la indemnización de las victimas de la contaminación y otros daños ambientales,
por sus actos, aunque en muchas ocasiones, existen reticencias políticas de parte de los Estados e incluso, en ocasiones se
enuncia en la rehabilitación de las zonas que resulten perjudicadas c/ consecuencia de las actividades humanas.
4- El Principio de evaluación de impacto ambiental. La evaluación del impacto de los proyectos que pueden tener un
efecto significativo sobre el medio ambiente ha pasado de ser una mera técnica de dcho interno a configurar un principio
inspirador de la acción protectora internacional. En nuestro país lo establece c/ obligatorio la Ley del Medio Ambiente.
5- El principio de precaución. El llamado principio de precaución o principio de acción precautoria ha inspirado en los
últimos años la evolución del pensamiento político y jurídico en materia ambiental. Este principio está ligado al desarrollo
de la ciencia y sus evidencias, el mismo, deber ser aplicado y conlleva importantes consecuencias prácticas. - Pese a un
debate que fuerte// persiste, el principio es parte de una nueva filosofía de la acción ambiental en el plano internacional; en
nuestro país, es un principio de Política Nacional del Medio Ambiente, y esta recogida igual// en la Ley del Medio
Ambiente.
6- El Principio de quien Contamina Paga. Es el que más se acerca al terreno de la economía, y la ciencia en la que
tiene su origen, y suele ser confundido con un criterio de asignación de la responsabilidad pecuniaria p/ la reparación de los
daños resultantes de la violación de las normas ambientales, y se persigue que el causante de la contaminación asuma el
coste de las medidas de prevención y luche contra la misma, convirtiéndose en Internalización de los costos en los procesos
productivos, el que nos lleva al saneamiento de los efectos negativos de la contaminación sobre el medio ambiente y que se
debe pagar por ello, por lo que todavía este principio reúne muchos debates. Nuestra Ley del medio Ambiente, menciona en
sus disposiciones la reparación in natura, que no es más que devolver el estado original al medio ambiente dañado, o por
medio de su valoración económica.
7- El Principio de participación ciudadana. Este, es básico p/ un comanejo de la gestión ambiental, y se afirma que es
el mejor medio de tratar las cuestiones ambientales con la participación de todos los ciudadanos interesados en el nivel que
corresponda. Este principio ha evolucionado, por la importancia que el dcho a participar en los procesos de adopción de
decisiones relativas al medio ambiente. Nuestra ley del medio ambiente, lo recoge amplia//. Vemos entonces, c/ los
principios internacionales de dcho ambiental, los contempla nuestra ley ambiental, apreciando pues, la evolución y
modernización de este dcho. En El Salvador, ya estamos prestos p/ iniciar esa protección, tenemos legislación muy
moderna, proyectos de desarrollo de Tribunales jurisdiccionales especializados, sola// falta la voluntad política económica.
Depredaron p/ el año 2006, a la mitad el presupuesto económico asignado a la instancia administrativa ambiental
importante, c/ lo es el Ministerio del Medio Ambiente y los Rec Naturales.

LA LABOR DE UN EN LA PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE (PNUMA)


El principal organismo de las Naciones Unidas encargado de la cuestión del medio ambiente es el Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el cual se encarga de:
• Evaluar y determinar el estado del medio ambiente mundial
• Determinar qué cuestiones del medio ambiente requieren una cooperación internacional.
• Proporcionar asistencia para formular una legislación ambiental internacional
• Integrar cuestiones ambientales en las políticas y programas sociales y económicos del sistema de las Naciones
Unidas
La intención del PNUMA es resolver los problemas que los países no pueden enfrentar solos. Además, sirve como un
foro para crear consenso y llegar a acuerdos internacionales.
Por otro lado, busca la participación de las empresas y la industria, la comunidad científica y académica, las
organizaciones no gubernamentales y los grupos cívicos, entre otros.
El PNUMA también busca crear conciencia mundial acerca de los problemas del medio ambiente, a través de
investigaciones y síntesis de información regional y mundial relativa al tema. Esta información ha llegado incluso a
conducir a negociaciones internacionales conducentes a elaborar varias convenciones sobre el medio ambiente.
El PNUMA cuenta con la Bases de Datos sobre Recursos Mundiales (GRID) que facilita y coordina la reunión y
difusión de datos e información sumamente fidedignos en el plano regional.
Además, cuenta con INFOTERRA que es una red mundial de intercambio de información y servicios de respuesta a
preguntas técnicas sobre medio amb. con cobertura a más de 175 países.

Otros programas subordinados al PNUMA


El PNUMA cuenta con el Programa de mares regionales, integrado por más de 140 países. Este Programa busca
proteger los océanos y los mares, así como de promover su uso racional. La protección de los recursos marinos se lleva a
cabo a través de 13 convenciones o planes de acción. También actúa como secretaría de convenciones y planes de acción
regionales dedicados a Africa oriental, Africa occidental y central, el Mediterráneo, el Caribe, los mares de Asia oriental y el
Pacífico noroccidental.
También logró la aprobación del Programa de acción Mundial para la protección del medio marino frente a las
actividades realizadas en tierra el cual constituyó un éxito al lograr el acuerdo en la protección internacional de los mares,
los estuarios, y las aguas costeras de la contaminación causada por las actividades humanas en tierra. La importancia de este
Programa radica en que la mayor fuente de contaminación oceánica proviene de los desechos industriales, minería,
actividades agrícolas y la emitida por automóviles, así como el vertido del mar de sustancias químicas, contaminantes y
residuos industriales. Además, la contaminación generada cerca de las costas afecta a cerca del 70 % de la superficie marina
(el porcentaje de superficie mundial ocupada por zonas costeras y marinas).
El PNUMA También cuenta con la División de Tecnología, Industria y Economía, cuyos principales cometidos son
• Alentar a los encargados de tomar decisiones en los gobiernos, la industria, y las empresas que adopten políticas,
estrategias y prácticas más limpias y seguras
• Promover el uso por parte de estos grupos de los recursos naturales de manera más eficaz y reducir los riesgos de
contaminación para las personas y el medio ambiente
Una dependencia del PNUMA se encarga de registrar diversos productos químicos, en su Registro Internacional de
Productos Químicos Potencialmente Tóxicos (RIPQPT). El Registro tiene catalogados más de 70.000 productos químicos y
también distribuye a más de 100 países información gratuita para adoptar decisiones sobre seguridad.

PROBLEMAS ESPECÍFICOS
1) LA PROTECCIÓN DE LA CAPA DE OZONO
A escala global destaca la adopción en 1985 en Viena de la Conven​ción p/ la protección de la capa de ozono, con​venio-
marco que obliga a las partes a tomar todas las medidas apropiadas p/ proteger la salud humana y el medio ambiente contra
los efectos adversos, que deriven o que pue​dan derivar de actividades humanas que modifiquen o puedan modificar la capa
de ozo​no, así c/ a realizar observaciones sistemáticas y a intercambiar informaciones sobre los peligros que afectan a la
misma. En un anexo se enumeran las sustancias químicas de origen natural o antropogénico que pudieran afectar a dicha
capa de ozono.
A la Convención se le adicionó, en 1987, el Protocolo de Mon​treal, relativo a las sustancias que agotan la capa de
ozo​no, que establece limitaciones y prohibiciones muy concretas de producir, consumir y co​merciar con las sustancias que
agotan la capa de ozono. Se prohíbe incluso la importación de sustancias controladas desde el territorio de cualquier Estado
no parte. Aun admitién​dose que p/ su uso interno los países en vías de desarrollo puedan aumentar el consumo de dichos
productos hasta en un 10 por 100 desde el nivel de 1986, p/ los demás países el de ese año es precisa// el nivel establecido
de «congelación» del consumo, debién​dose reducir progresiva// éste hasta el 50 por 100 p/ 1998. Un grupo internacional de
expertos evalúa periódica// las medidas estatales de control y los Estados partes deben comunicar anual// los datos
relevantes al Secretariado de la Convención de Vie​na. El protocolo de Montreal ha sido ya enmendado en dos ocasiones: en
Londres en 1990 y en Copenhague en 1992 y por la 9ª reunión de las partes, de 1997. Además, las partes han adoptado
varios «ajustes» relativos a las sustancias controladas. Las enmiendas a los niveles de reducción son obligatorias incluso p/
las partes que vo​ten en contra, si han sido adoptadas por una mayoría de dos tercios de los presentes y vo​tantes junto con
una mayoría combinada de países desarrollados y en desarrollo.
Los diferentes proyectos y actividades dirigidos a proteger la capa de ozono pueden ser financiados por el Fondo p/ el
Medio Ambiente Mundial reestructurado (FMAM), creado en 1994, gestionado conjunta// por el B.IR.D., P.N.U.D. y
PN.U.M.A.
2) CALENTAMIENTO GLOBAL Y EFECTO INVERNADERO
Esta exigencia, planteada por la incontrolada emisión a la atmósfera de gases de «efecto invernadero» originados
fundamental// por la combustión en instalaciones industriales y en vehículos a motor, ha sido objeto de una regulación
convencional específica a través de la Convención marco sobre el cambio climático adoptada por la Conferencia de Río de
Janeiro en 1992, aceptada por más de ciento sesenta Estados. Su objetivo último es, según su art. 1:
"lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida
interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático. Ese nivel debería lograrse en un plazo suficiente p/ permitir
que los ecosistemas se adapten natural// al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada
y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible".
En efecto, recordando que «los cambios del clima de la Tierra son una preocupación común de toda la Humanidad», el
Convenio afirma expresa// que las Partes deberían proteger el sistema climático en beneficio de las generaciones presentes y
futuras sobre la base de la equidad y de conformidad con responsabilidades comunes.
P/ ello, los Estados han creado un marco institucional y de procedimiento que permite ir progresiva// adoptando
acuer​dos ejecutivos. El Tratado, además de alentar a las Partes a compartir tecnología y a cooperar por otros medios a fin de
limitar las emanaciones de los gases termoactivos, exi​ge que se lleve a cabo una labor de investigación, observación y
recopilación de datos sobre el clima y crea un órgano subsidiario de «asesoramiento científico y técnico» p/ ayudar a los
gobiernos a decidir sus acciones futuras. Cada Estado Parte debe además pre​sentar un «inventario» de las fuentes nacionales
de las emisiones de gases y de los «sumideros» nacionales que absorben dichos gases. Esos inventarios deben actualizarse
pe​riódica// y hacerse públicos.
La regulación anterior diferencia entre las obligaciones y dchos de las Partes se​gún su grado de desarrollo y según las
respectivas capacidades de acción y la necesidad en que se encuentren. Des-taca la previsión de que se cree un «Mecanismo
financiero» p/ el suministro de rec financieros a los países en desarrollo, a título de subvención o en condiciones de fa​vor p/
apoyar la transferencia de tecnología. Ese mecanismo reestructurado constituye el ya señalado F.M.A.M.
En abril de 1995 la primera Conferencia de las Partes adoptó el «Mandato de Ber​lín», es decir, una serie de decisiones
ejecutivas de aplicación de la Convención, orien​tándose a establecer límites concretos de emisiones de gases termoactivos,
que debían ser negociados urgente//. Tras la Conferencia de Ginebra (1996), la tercera Conferencia de las Partes adoptó el
Protocolo de Kioto (1997), según el cual aquéllas, individual o conjunta//, se obligan a que las emisiones de seis gases
determinados no excedan ya de cierto límite desde el período entre los años 2008 y 2012. El Protocolo establece un
mecanismo de seguimiento e introduce normas p/ flexibi​lizar el cumplimiento: «permisos negociables de emisión»,
fórmulas de «cumplimien​to conjunto» y un «mecanismo de desarrollo limpio» que admite las «unidades de re​ducción
certificada de emisiones»; adquiribles por una parte p/ contribuir al cumplimiento de sus obligaciones. Los países en vías de
desarrollo reciben un trato fa​vorable. Se prevé la entrada en vigor del Protocolo p/ el año 2002 aunque los esfuer​zos de la
Sexta Conferencia de las partes p/ hacer operativas las medidas de reduc​ción de las emisiones (2000) se han visto en gran
medida bloqueados por la oposición del gobierno norteamericano del presidente Bush.

41

BOLILLA 11
LOS ÓRGANOS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
A) ÓRGANOS DE REPRESENTACIÓN:
El Estado p/ actuar en el ámbito intern necesita de personas físicas que son las máximas autoridades del Estado, y entre
ella tenemos al Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y Ministro de Relaciones Exteriores. Dichos órganos se rigen por la
costumbre intern.
Además, quienes representan son los Agentes Diplomáticos regulados en la Conv. De Viena sobre Relaciones
Diplomáticas de 1961; y también los Agentes consulares regulados por la Conv. De Viena sobre Relaciones consulares de
1963. En este sentido existe el Dcho de Legación, el cual su aspecto activo se refiere cuando el E envía a una pers a otro E
(E acreditante); y su aspecto pasivo es cuando un E lo recibe (E receptor). Dicho dcho se rige por el pcpio de autonomía de
la libertad, c/ facultad de cada uno de los E. tiene un origen remoto, pero ya en la E. Media se consolida de manera
permanente y p/ el s. XIV se consolida c/ dcho. Final// en el s. XX se cristaliza en tratados y Convenciones.
En un plano inferior se encuentra el Ministro de Relaciones Exteriores, quien también tiene potestad plena en el ámbito
intern, pero son simples ejecutores de la política exterior (no la definen, sino que la ejecutan).
En sistemas presidencialistas c/ el nuestro el Jefe de Estado y de Gobierno son lo mismo. En cambio, en el sistema
monárquico se diferencian, ya que al Jefe de E le corresponde la representación política y el Jefe de E es la máxima
autoridad, teniendo potestad plena p/ actuar en el plano intern y además es quien fija la política exterior.
Debido a su composición colectiva y a su naturaleza de persona jurídica, los suje​tos de DI (Estados u Organizaciones
intern) sólo pueden relacionarse entre sí mediante los órganos de las relaciones intern, per​sonas o conjuntos de personas que
obran en nombre del sujeto al que representan, cumpliendo o violando las oblig intern y ejercitando los dchos de éste. ​
Los órganos de las relaciones intern pueden clasificarse siguiendo varios criterios. 1º atendiendo a la naturaleza del sujeto
al que representan, pueden ser o no estatales (c/ los agentes de las Organizaciones intern). 2º por su composición, pueden
ser individuales o colegiados. 3º por el número de sujetos a los que representan.
Las funciones de los agentes estatales pueden ser múltiples, pero todas ellas están directa// relacionadas con las relaciones
diplomáticas (normal// de paz). Estos órganos están protegidos por la Convención de Nueva York sobre la prevención y
castigo de delitos contra las personas protegidas, inclusive los Agentes diplomáticos, de 1973. Y todos estos órganos tienen
los privilegios e inmunidades.
B) LOS ÓRGANOS CENTRALES: LA DIPLOMACIA DIRECTA
Aunque los Estados son libres de señalar en su Dcho interno cuáles son los órga​nos competentes p/ gestionar sus rel
intern, los órganos que cumplen funciones de especial relevancia intern suelen coincidir en la mayoría de los E. De ellos, los
pcpales son el Jefe del E, el Jefe del Gobierno, el Ministro de Asuntos Exteriores y los Agentes di​plomáticos y consulares.
Tales órganos del sujeto intern, c/ por ejemplo el Jefe del Estado, tienen origen y carácter internos, pero no sólo ejercen
funciones internas, sino también intern, por lo que se ha podido hablar de la existencia de un «desdoblamiento fun​cional».
Su carácter interno les distingue de la figura jurídica de la representación intern, en cuyo caso el órgano es independiente
del Estado en cuyo nombre obra.
La duplicidad de sus funciones, general// internas e intern a la vez, plan-tea el problema de hasta qué punto tales funciones
están reglamentadas por el Dcho interno o el intern. En principio corresponde al D.I. determinar o reconocer cuá​les son los
individuos o los grupos de ellos que tienen la condición de órganos de los su​jetos intern y la facultad de hacer
manifestaciones de voluntad que le sean im​putables, pero por otra parte cada sujeto intern tiene la facultad de determinar en
su propio Dcho interno cuáles son los órganos y las personas que mediante una rela​ción orgánica tienen la facultad de actuar
en su nombre y cuáles son sus competencias respectivas.
A) EL JEFE DEL ESTADO Y EL JEFE DE GOBIERNO
El Jefe del Estado es el órgano de superior categoría política y administrativa del Es​tado.
a) Corresponde al Dcho interno establecer su procedimiento de designación y sus competencias, incluso respecto de las
relaciones intern. En el régimen absolutista era el órgano normal y único capaz de vincular intern// a su Estado. A partir de
la Revolución francesa la soberanía es ejercida en nombre del pueblo y su importancia intern deja de ser única y decisiva.
También influye en ello la superación de la concepción patrimonial del Estado. La concepción de la soberanía nacional, y
sobre todo la teoría de la división de poderes, influyen de manera notable en la configuración del ejercicio de las facultades
del Jefe del Estado, que quedan muy limitadas en las democracias parlamentarias, en las que el Jefe de Gobierno adquiere
en las relaciones exteriores una enorme relevancia y la plena autoridad p/ representar a su país en los asuntos intern.
Será el Dcho interno de cada Estado el que establezca las facultades concretas del Jefe del Estado o del Jefe de Gobierno
en sus relaciones con otros Estados.
En líneas generales, tales competencias del Jefe del Estado en el plano intern consisten en el llamado ius representationis
omnimodae, esto es, la alta dirección de la política exterior, la ratificación o la adhesión a los Tratados, el poder de declarar
la gue​rra y de concluir la paz, la facultad de enviar y recibir agentes diplomáticos y nombrar los consulares, así c/ el de
r
conceder el exequátur a los cónsules extranjeros. En gene​ral, cor esponde al Jefe del Estado la competencia de declarar la
voluntad del E res​pecto de los otros Estados, aunque la competencia p/ formar la referida voluntad le es atribuida general//
por los ordenamientos internos en colaboración con otros órga​nos del E, c/ el Gobierno y las Cortes, Cámaras o Senado.
Así, en los regímenes dualistas, la dirección y coordinación de la acción política del país —en la que queda incluida la
política exterior— son competencia del Jefe de Gobierno, que en consecuencia es el superior jerárquico del Ministerio de
Asuntos Exteriores.
b) Pero el DI tiene también en cuenta al Jefe del Estado.
Por un lado, el art. 7.2 de la Convención de Viena sobre el Dcho de los Tratados de I969 incluye al Jefe del Estado —junto
al Jefe de Gobierno y al Ministro de Asuntos Exteriores— entre los órganos que, en virtud de sus funciones, se consideran
que vincu​lan a su Estado en materia de tratados sin tener que presentar plenos poderes.
Por otro lado, el art. I3 del Reglamento del Consejo de Seguridad de las NU, aunque exige que cada miembro del Consejo
de Seguridad ha de estar represen​tado en las reuniones del mismo por un representante acreditado, añade que «El Jefe de
Gobierno o el Ministro de Relaciones Exteriores de cada miembro del Consejo de Segu​ridad tendrán dcho a ocupar un
asiento en el Consejo de Seguridad sin presentar cre​denciales».
Cuando el Jefe del Estado visita un Estado extranjero, goza intern// de un status privile​giado en virtud de la nec de
otorgarle unos medios p/ ejercer de forma indepen​diente sus funciones, y no, c/ se afirmó en épocas pasadas, en virtud de la
ficción de la extraterritorialidad.
Tales privilegios e inmunidades están contenidos en dos clases de fuentes: consuetu​dinarias y convencionales.
Primero, en normas consuetudinarias intern. Sus privilegios e inmunidades cuando visita un Estado extranjero son: a )
Respecto a su in​violabilidad personal está exento de cualquier medida coercitiva que se extiende a su fa​milia y séquito y a
su residencia, propiedades, equipaje y correspondencia. Se le debe, además, protección material, y normal// en los diferentes
Dchos internos se le otorga protección especial contra cualquier ataque. b) La inmunidad de jurisdicción penal se concreta
en que no cabe arres​tarlo ni citarlo siquiera ante un Tribunal. La inmunidad abarca incluso a la jurisdicción de simple
policía, y no puede ser objeto de multas. c) La inmunidad de jurisdicción ci​vil es, sin embargo, más discutida. En general, se
distingue entre actos iure imperii, es de​cir, realizados en el ejercicio de sus funciones, que quedan exentos, y los actos
privados, sobre los que se suele negar la inmunidad. Habrá que recurrir a la práctica de cada uno de los Estados en esta
material. d) Otros privilegios se le otorgan al Jefe del Estado, tales c/ la exone​ración de impuestos personales, de consumo y
similares, c/ los aduaneros, ya que le está permitido importar todos los objetos que necesite p/ su estancia, recepciones, re-
galos, etc., sin pago de tasas.
Entre sus privilegios encontramos la posibilidad de ejercer en el extranjero funciones propias de su cargo y tomar
decisiones que tengan repercusión fuera del te​rritorio del E visitado.
Si bien es cierto que tras el cese en su cargo se le reconocen al Jefe del Estado cier​tas ventajas, por razones de cortesía, los
privilegios e inmunidades jurídica// consa​grados a los que hemos hecho referencia duran exclusiva// mientras permanece en
el cargo. Este principio, ha sido afirmado normativa y jurisprudencial// a finales del siglo XX.
Por su parte, en el asunto Pinochet, y frente a la pretensión de sus abogados de que, c/ antiguo Jefe de Estado chileno,
Augusto Pinochet Ugarte gozaba de inmunidad ante los tribunales extranjeros, la Cámara de los Lores británica tuvo
ocasión de recordar que actos c/ los cometidos por el acusado en modo alguno cabía incluirlos en el desem​peño normal de
la más alta magistratura de un Estado.
En segundo lugar, señalábamos que, los privilegios e inmunidades del Jefe del Esta-do en visita están también contenidos
en normas convencionales. La Convención sobre Misiones especiales, aprobada por la AG de N.U. en 1969, dispone en su
art. 21: «El Jefe del E que envía, cuando encabece una misión especial, gozará en el E re​ceptor o un tercer E de las
facilidades y de los privilegios e inmunidades reconocidos por el DI a los Jefes de E en visita oficial.»
El conjunto de inmunidades y privilegios que el DI consuetudi​nario otorga al Jefe del Estado se extiende subsiguiente// a
los Jefes de Gobierno que visiten un país extranjero oficial o privada//. El mismo art. 2I.2 de la Convención sobre Misiones
Especiales, establece que el Jefe de Go​bierno, junto con el Ministro de Asuntos Exteriores y demás personalidades de rango
ele-vado, «Cuando participen en misión especial del Estado que envía, gozarán en el Estado receptor o en un tercer Estado
[...], de las facilidades y de los privilegios e inmunidades reconocidas por el DI», status, privilegiado que viene a ser similar
al del Jefe del Estado.
B) EL MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES
Existen síntomas de la importancia creciente del Ministro de Asuntos Exteriores en el profunda// internizado mundo de
hoy. Primero, el aumento de los acuerdos en forma simplificada en la práctica de los Estados y en los que la firma del
Ministro de Asuntos Exteriores es habitual. Segundo, la existencia dentro de las Organizaciones intern de órganos formados
por los Ministros de Asuntos Exteriores, c/ en el Consejo de Europa, en la O.E.A. (Reuniones consultivas de Ministros de
Asun​tos Exteriores) y en el A.N.Z.U.S.
a) Con distintos matices que dependen del Dcho interno y los regímenes políti​cos, el Ministro de Asuntos Exteriores, bajo
la dependencia del Jefe del Estado o del Go​bierno, dirige el Ministerio de Asuntos Exteriores y la rama​
administrativa que lleva a cabo la política exte​rior y se encuentra al frente de la diplomacia de su país.
Corresponden al Dcho interno la reglamentación de sus funciones y la organiza​ción del Ministerio del que es el jefe. Es
normal que el Dcho interno le conceda com​petencia p/ hacer declaraciones de voluntad en nombre del Estado en el campo
de las relaciones exteriores.
El nombramiento y cese del Ministro de Asuntos Exteriores es habitual// comu​nicado por carta del propio Ministro al

Cuerpo Diplomático acreditado.


b) El DI ha reflejado la atribución realizada por los Dchos in-ternos al Ministro de Asuntos Exteriores de competencia p/
hacer declaraciones de vo​luntad en nombre del Estado en el campo de las relaciones exteriores.
Cuando viaja por territorios extranjeros se ha discutido si debe gozar de un status pri​vilegiado. Al decir de Cahier, «la
doctrina en general no ha estudiado el estatuto privile​giado del Ministro o, cuando lo ha hecho, se lo ha negado»; pero, c/
acertada// afirma este autor, «debe gozar primordial// de la inviolabilidad, a fin de quedar al abrigo de cualquier medida
coercitiva por parte de las autoridades locales», y, por lo que se refiere a la inmunidad de jurisdicción, «es indudable que el
Ministro goza de la inmunidad penal y de policía». Por razones de cortesía se le con-cede general// la franquicia p/ sus
equipajes y por extensión la inviolabilidad p/ su esposa/o e hijos menores y los miembros de su séquito oficial.
La incertidumbre sobre los privilegios del Ministro de Asuntos Exteriores hoy no debe mantenerse, al menos cuando se
traslada al extranjero en misión especial. Las afirma​ciones transcritas de CAHIER, en el doble sentido de que existen unos
privilegios e inmu​nidades reconocidos por el D.I. y de que los mismos son necesarios p/ el cumplimien​to de sus misiones,
han sido confirmadas en el art. 2I.2 de la Convención sobre Misiones Especiales, según el cual: «El Jefe del Gobierno, el
Ministro de Asuntos Exteriores y demás personalidades de rango elevado, cuando participan en una misión especial del
Estado que envía, gozarán en el Estado re​ceptor o en un tercer Estado, además de lo que otorga la presente Convención, de
las facilidades y de los privilegios e inmunidades reconocidas por el DI.»
La Convención de referencia cubre, una buena parte de los desplaza​mientos de los Ministros de Asuntos Exteriores -los
realizados en misión especial- y, a su vez, reconoce la existencia de unas reglas consuetudinarias intern en la materia.

LOS AGENTES DIPLOMÁTICOS


(C. de Viena sobre Relaciones Diplomáticas-1961-)
Permite la conv. Establecer una diplomacia permanente entre los E. en esta materia rige el pcpio de acdo mutuo, tanto p/
determinar el rango de misión diplomática c/ p/ el establecimiento de las relaciones diplomáticas. Artículo 2: “El
establecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados y el envío de misiones diplomáticas permanentes se efectúa por
consentimiento mutuo.”
La MISIÓN es un órgano institucionalizado de relaciones diplomáticas. Tiene tanto privilegios c/ inmunidades p/ podes
actuar con carácter funcional. En este sentido es que la Conv. En su preámbulo establece que se le reconocen p/ gtizar el
funcionamiento eficaz y no en razón de personas.
¿Quiénes integran la Misión? Artículo 1: A los efectos de la presente Convención:
a. por "jefe de misión", se entiende la persona encargada por el Estado acreditante de actuar con carácter de tal;
b. por "miembros de la misión", se entiende el jefe de la misión y los miembros del personal de la misión;
c. por "miembros del personal de la misión", se entiende los miembros del personal diplomático, del personal
administrativo y técnico y del personal de servicio de la misión;
d. por "miembros del personal diplomático", se entiende los miembros del personal de la misión que posean la calidad de
diplomático;
e. por "agente diplomático", se entiende el jefe de la misión o un miembro del personal diplomático de la misión;
f. por "miembros del personal administrativo y técnico", se entiende los miembros del personal de la misión empleados en
el servicio administrativo y técnico de la misión;
g. por "miembros del personal de servicio", se entiende los miembros del personal de la misión empleados en el servicio
doméstico de la misión;
h. por "criado particular", se entiende toda persona al servicio doméstico de un miembro de la misión, que no sea
empleada del Estado acreditante;
i. por "locales de la misión", se entiende los edificios o las partes de los edificios, sea cual fuere su propietario, utilizados
p/ las finalidades de la misión, incluyendo la residencia del jefe de la misión, así c/ el terreno destinado al servicio de esos
edificios o de parte de ellos.
Cabe agregar que no todos son agentes diplomáticos, los que sí lo son es el personal diplomático y el Jefe de la misión.
¿Quiénes pueden ser Jefes de misión? Art 14: 1. Los jefes de misión se % en 3 clases:
a. embajadores o nuncios acreditados ante los Jefes de E, y otros jefes de misión de rango equivalente;
b. enviados, ministros o internuncios acreditados ante los Jefes de Estado;
c. encargados de negocios acreditados ante los Ministros de Relaciones Exteriores.
2. Salvo por lo que respecta a la precedencia y a la etiqueta, no se hará ninguna distinción entre los jefes de misión por
razón de su clase. P/ establecer relaciones de distinto nivel con los E se utilizan estas categorías.
Artículo 4
1. El Estado acreditante deberá asegurarse de que la persona que se proponga acreditar c/ jefe de la misión ante el Estado
receptor ha obtenido el asentimiento de ese Estado.
2. El Estado receptor no esta obligado a expresar al Estado acreditante los motivos de su negativa a otorgar el
asentimiento. (tb se lo conoce c/ placet).
Artículo 13
1. Se considerará que el jefe de misión ha asumido sus funciones en el Estado receptor desde el momento en que haya
presentado sus cartas credenciales o en que haya comunicado su llegada y presentado copia de sus cartas credenciales al
Ministerio de Relaciones Exteriores, o al Ministerio que se haya convenido, según la práctica en vigor en el Estado receptor,
que deberá aplicarse de manera uniforme.
2. El orden de presentación de las cartas credenciales o de su copia de estilo se determinará por la fecha y hora de llegada
del jefe de misión.

Artículo 9
1. El Estado receptor podrá, en cualquier momento y sin tener que exponer los motivos de su decisión, comunicar al
Estado acreditante que el jefe u otro miembro del personal diplomático de la misión es persona non grata, o que cualquier
otro miembro del personal de la misión no es aceptable. El Estado acreditante retirará entonces a esa persona o pondrá
término a sus funciones en la misión, según proceda. Toda persona podrá ser declarada non grata o no aceptable antes de su
llegada al territorio del Estado receptor.
2. Si el Estado acreditante se niega a ejecutar o no ejecuta en un plazo razonable las obligaciones que le incumben a tenor
de lo dispuesto en el párrafo 1, el Estado receptor podrá negarse a reconocer c/ miembro de la misión a la persona de que se
trate.
Hay que aclarar que cuando no sean agentes diplomáticos el término que se usa es “no aceptable”. A lo que se pone fin es
a la actuación de una persona, NO a la misión.
FUNCIONES DE LA MISIÓN
Artículo 3: 1. Las funciones de una misión diplomática consisten principal// en:
a. representar al Estado acreditante ante el Estado receptor;
b. proteger en el Estado receptor los intereses del Estado acreditante y los de sus nacionales, dentro de los límites
permitidos por el DI;
c. negociar con el gobierno del Estado receptor;
d. enterarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la evolución de los acontecimientos en el Estado receptor
e informar sobre ello al gobierno del Estado acreditante;
e. fomentar las relaciones amistosas y desarrollar las relaciones económicas, culturales y científicas entre el E acreditante
y el E receptor. (cooperación en sentido amplio).
2. Ninguna disposición de la presente Convención se interpretará de modo que impida el ejercicio de funciones consulares
por la misión diplomática.
Limitación de número: Artículo 11
1. A falta de acuerdo explícito sobre el número de miembros de la misión, el Estado receptor podrá exigir que ese número
este dentro de los límites de lo que considere que es razonable y normal, según las circunstancias y condiciones de ese
Estado y las necesidades de la misión de que se trate.
2. El Estado receptor podrá también, dentro de esos límites y sin discriminación alguna, negarse a aceptar funcionarios de
una determinada categoría.
FIN
Artículo 43: Las funciones del agente diplomático terminarán, principal//:
a. cuando el Estado acreditante comunique al Estado receptor que las funciones del agente diplomático han terminado;
b. cuando el Estado receptor comunique al Estado acreditante que, de conformidad con el párrafo 2 del artículo 9, se niega
a reconocer al agente diplomático c/ miembro de la misión.

Artículo 44: El Estado receptor deberá, aún en caso de conflicto armado, dar facilidades p/ que las personas que gozan de
privilegios e inmunidades y no sean nacionales del Estado receptor, así c/ los miembros de sus familias, sea cual fuere su
nacionalidad, puedan salir de su territorio lo más pronto posible. En especial, deberá poner a su disposición, si fuere
necesario, los medios de transporte indispensables p/ tales personas y sus bienes.
Artículo 45 (fin de la misión en cuanto tal). En caso de ruptura de las relaciones diplomáticas entre dos Estados, o si se
pone término a una misión de modo definitivo o temporal:
a. el Estado receptor estará obligado a respetar y a proteger, aún en caso de conflicto armado, los locales de la misión así c/
sus bienes y archivos;
b. el Estado acreditante podrá confiar la custodia de los locales de la misión, así c/ de sus bienes y archivos, a un tercer
Estado aceptable p/ el Estado receptor;
c. el Estado acreditante podrá confiar la protección de sus intereses y de los intereses de sus nacionales a un tercer Estado
aceptable p/ el Estado receptor.
PRIVILEGIOS E INMUNIDADES
Artículo 20
La misión y su jefe tendrán dcho a colocar la bandera y el escudo del E acreditante en los locales de la misión, incluyendo
la residencia del jefe de la misión y en los medios de transporte de éste.
Artículo 21
1. El Estado receptor deberá, sea facilitar la adquisición en su territorio de conformidad con sus propias leyes, por el
Estado acreditante, de los locales necesarios p/ la misión, o ayudar a éste a obtener alojamiento de otra manera.
2. Cuando sea necesario, ayudará también a las misiones a obtener alojamiento adecuado p/ sus miembros.
Artículo 22
1. Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento
del jefe de la misión.
2. El Estado receptor tiene la obligación especial de adoptar todas las medidas adecuadas p/ proteger los locales de la
misión contra toda intrusión o daño y evitar que se turbe la tranquilidad de la misión o se atente contra su dignidad.
3. Los locales de la misión, su mobiliario y demás bienes situados en ellos, así c/ los medios de transporte de la misión, no
podrán ser objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución.
Artículo 23
1. El Estado acreditante y el jefe de la misión están exentos de todos los impuestos y gravámenes nacionales, regionales o
municipales, sobre los locales de la misión de que sean propietarios o inquilinos, salvo de aquellos impuestos o gravámenes
que constituyan el pago de servicios particulares prestados.
2. La exención fiscal a que se refiere este artículo no se aplica a los impuestos y gravámenes que, conforme a las
disposiciones legales del Estado receptor, estén a cargo del particular que contrate con el Estado acreditante o con el jefe de
la misión.
Artículo 24: Los archivos y documentos de la misión son siempre inviolables, dondequiera que se hallen.
Artículo 25: El Estado receptor dará toda clase de facilidades p/ el desempeño de las funciones de la misión.
Artículo 26: Sin perjuicio de sus leyes y reglamentos referentes a zonas de acceso prohibido y reglamentado por razones
de seguridad nacional, el Estado receptor garantizará a todos los miembros de la misión la libertad de circulación y de
tránsito por su territorio.
Artículo 27
1. El Estado receptor permitirá y protegerá la libre comunicación de la misión p/ todos los fines oficiales. P/ comunicarse
con el gobierno y con las demás misiones y consulados del Estado acreditante, dondequiera que se radiquen, la misión
podrá emplear todos los medios de comunicación adecuados, entre ellos los correos diplomáticos y los mensajes en clave o
en cifra. Sin embargo, única// con el consentimiento del Estado receptor podrá la misión instalar y utilizar una emisora de
radio.
2. La correspondencia oficial de la misión es inviolable. Por correspondencia oficial se entiende toda correspondencia
concerniente a la misión y a sus funciones. (tb el correo diplomático)
3. La valija diplomática no podrá ser abierta ni retenida.

4. Los bultos que constituyan la valija diplomática deberán ir provistos de signos exteriores visibles indicadores de su
carácter y sólo podrán contener documentos diplomáticos u objetos de uso oficial.
5. El correo diplomático, que debe llevar consigo un documento oficial en el que conste su condición de tal y el número
de bultos que constituyan la valija, estará protegido, en el desempeño de sus funciones, por el Estado receptor. Gozará de
inviolabilidad personal y no podrá ser objeto de ninguna forma de detención o arresto.
6. El Estado acreditante o la misión podrán designar correos diplomáticos ad hoc. En tales casos se aplicarán también las
disposiciones del párrafo 5 de este Artículo, pero las inmunidades en él mencionadas dejarán de ser aplicables cuando dicho
correo haya entregado al destinatario la valija diplomática que se le haya encomendado.
7. La valija diplomática podrá ser confiada al comandante de una aeronave comercial que haya de aterrizar en un
aeropuerto de entrada autorizado. El comandante deberá llevar consigo un documento oficial en el que conste el número de
bultos que constituyan la valija, pero no podrá ser considerado c/ correo diplomático. La misión podrá enviar a uno de sus
miembros, a tomar posesión directa y libre// de la valija diplomática de manos del comandante de la aeronave.
Artículo 28: Los dchos y aranceles que perciba la misión por actos oficiales están exentos de todo impuesto y gravamen.
Artículo 29: La persona del agente diplomático es inviolable. No puede ser objeto de ninguna forma de detención o
arresto. El Estado receptor le tratará con el debido respeto y adoptará todas las medidas adecuadas p/ impedir cualquier
atentado contra su persona, su libertad o su dignidad.
Artículo 30
1. La residencia particular del agente diplomático goza de la misma inviolabilidad y protección que los locales de la
misión.
2. Sus documentos, su correspondencia y, salvo lo previsto en el párrafo 3 del Artículo 31, sus bienes, gozarán igual// de
inviolabilidad.
Artículo 31
1. El agente diplomático gozará de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor. Gozará también de inmunidad
de su jurisdicción civil y administrativa, excepto si se trata:
a. de una acción real sobre bienes inmuebles particulares radicados en el territorio del Estado receptor, a menos que el
agente diplomático los posea por cuenta del Estado acreditante p/ los fines de la misión; b. de una acción sucesoria en la que
el agente diplomático figure, a título privado y no en nombre del Estado acreditante, c/ ejecutor testamentario,
administrador, heredero o legatario; c. de una acción referente a cualquier actividad profesional o comercial ejercida por el
agente diplomático en el Estado receptor, fuera de sus funciones oficiales.
2. El agente diplomático no está obligado a testificar.
3. El agente diplomático no podrá ser objeto de ninguna medida de ejecución, salvo en los casos previstos en los incisos a,
b y c del párrafo 1 de este artículo y con tal de que no sufra menoscabo la inviolabilidad de su persona o de su residencia.
4. La inmunidad de jurisdicción de un agente diplomático en el Estado receptor no le exime de la jurisdicción del Estado
acreditante.
Artículo 32
1. El Estado acreditante puede renunciar a la inmunidad de jurisdicción de sus agentes diplomáticos y de las personas que
gocen de inmunidad conforme al Artículo 37.
2. La renuncia ha de ser siempre expresa.
3. Si un agente diplomático o una persona que goce de inmunidad de jurisdicción conforme al artículo 37 entabla una
acción judicial, no le será permitido invocar la inmunidad de jurisdicción respecto de cualquier reconvención directa//
ligada a la demanda principal.
4. La renuncia a la inmunidad de jurisdicción respecto de las acciones civiles o administrativas no ha de entenderse que
entraña renuncia a la inmunidad en cuanto a la ejecución del fallo, p/ lo cual será necesaria una nueva renuncia.
Artículo 33
1. Sin perjuicio de las disposiciones del párrafo 3 de este artículo, el agente diplomático estará, en cuanto a los servicios
prestados al Estado acreditante, exento de las disposiciones sobre seguridad social que estén vigentes en el Estado receptor.
2. La exención prevista en el párrafo 1 de este artículo se aplicará también a los criados particulares que se hallen al
servicio exclusivo del agente diplomático, a condición de que:
a. no sean nacionales del Estado receptor o no tengan en él residencia permanente; y b. estén protegidos por las
disposiciones sobre seguridad social que estén vigentes en el Estado acreditante o en un tercer Estado.
3. El agente diplomático que emplee a personas a quienes no se aplique la exención prevista en el párrafo 2 de este
artículo, habrá de cumplir las obligaciones que las disposiciones sobre seguridad social del Estado receptor impongan a los
empleadores.
4. La exención prevista en los párrafos 1 y 2 de este Artículo no impedirá la participación voluntaria en el régimen de
seguridad social del Estado receptor, a condición de que tal participación esté permitida por ese Estado.
5. Las disposiciones de este artículo se entenderán sin perjuicio de los acuerdos bilaterales o multilaterales sobre
seguridad social ya concertados y no impedirán que se concierten en lo sucesivo acuerdos de esa índole.
Artículo 34: El agente diplomático estará exento de todos los impuestos y gravámenes personales o reales, nacionales,
regionales o municipales, con excepción:
a. de los impuestos indirectos de la índole de los normal// incluidos en el precio de las mercaderías o serv; b. de los
impuestos y gravámenes sobre los bs inmuebles privados que radiquen en el territorio del E receptor, a menos que el agente
diplomático los posea por cuenta del E acreditante y p/ los fines de la misión; c. de los impuestos sobre las sucesiones que
corresponda percibir al E receptor, salvo lo dispuesto en el párr 4 del art 39; d. de los impuestos y gravámenes sobre los
ingresos privados que tengan su origen en el E receptor y de los impuestos sobre el capital que graven las inversiones
efectuadas en empresas comerciales en el E receptor; e. de los impuestos correspondientes a serv particulares prestados; f.
salvo lo dispuesto en el art 23, de los dchos de registro, aranceles judiciales, hipoteca y timbre, cdo se trate de bs inmuebles.
Artículo 35: El Estado receptor deberá eximir a los agentes diplomáticos de toda prestación personal, de todo servicio
público cualquiera que sea su naturaleza y de cargas militares tales c/ las requisiciones, las contribuciones y los
alojamientos militares.
Artículo 36
1. El Estado receptor, con arreglo a las leyes y reglamentos que promulgue, permitirá la entrada, con exención de toda
clase de dchos de aduana, impuestos y gravámenes conexos, salvo los gastos de almacenaje, acarreo y servicios análogos:
a. de los objetos destinados al uso oficial de la misión; b. de los objetos destinados al uso personal del agente diplomático
o de los miembros de su familia que formen parte de su casa, incluidos los efectos destinados a su instalación.
2. El agente diplomático estará exento de la inspección de su equipaje personal, a menos que haya motivos fundados p/
suponer que contiene objetos no comprendidos en las exenciones mencionadas en el párr 1, u objetos cuya importación o
exportación esté prohibida por la legislación del E receptor o sometida a sus reglamentos de cuarentena. En este caso, la
inspección sólo se podrá efectuar en presencia del agente diplomático o de su representante autorizado.
Artículo 37
1. Los miembros de la familia de un agente diplomático que formen parte de su casa gozarán de los privilegios e
inmunidades especificados en los artículos 29 a 36, siempre que no sean nacionales del Estado receptor.
2. Los miembros del personal administrativo y técnico de la misión, con los miembros de sus familias que formen parte de
sus respectivas casas, siempre que no sean nacionales del Estado receptor ni tengan en él residencia permanente, gozarán de
los privilegios e inmunidades mencionados en los artículos 29 a 35, salvo que la inmunidad de la jurisdicción civil y
administrativa del Estado receptor especificada en el párrafo 1 del artículo 31, no se extenderá a los actos realizados fuera
del desempeño de sus funciones. Gozarán también de los privilegios especificados en el párrafo 1 del artículo 36, respecto
de los objetos importados al efectuar su primera instalación.
3. Los miembros del personal de servicio de la misión que no sean nacionales del Estado receptor ni tengan en él
residencia permanente, gozarán de inmunidad por los actos realizados en el desempeño de sus funciones, de exención de
impuestos y gravámenes sobre los salarios que perciban por sus servicios y de la exención que figure en el artículo 33.
4. Los criados particulares de los miembros de la misión, que no sean nacionales del E receptor ni tengan en él residencia
permanente, estarán exentos de impuestos y gravámenes sobre los salarios que perciban por sus serv. A otros respectos, sólo
gozarán de privilegios e inmunidades en la medida reconocida por dicho E. No obstante, el E receptor habrá de ejercer su
jurisdicción sobre esas personas de modo que no estorbe indebida// el desempeño de las funciones de la misión.
Artículo 38
1. Excepto en la medida en que el Estado receptor conceda otros privilegios e inmunidades, el agente diplomático que sea
nacional de ese Estado o tenga en él residencia permanente sólo gozará de inmunidad de jurisdicción e inviolabilidad por
los actos oficiales realizados en el desempeño de sus funciones.
2. Los otros miembros de la misión y los criados particulares que sean nacionales del E receptor o tengan en él su
residencia permanente, gozarán de los privilegios e inmunidades única// en la medida en que lo admita dicho E. No
obstante, el E receptor habrá de ejercer su jurisdicción sobre esas personas de modo que no estorbe indebida// el desempeño
de las funciones de la misión.
Artículo 39
1. Toda persona que tenga dcho a privilegios e inmunidades gozará de ellos desde que penetre en el territorio del Estado

receptor p/ tomar posesión de su cargo o, si se encuentra ya en ese territorio, desde que su nombramiento haya sido
comunicado al Ministerio de Relaciones Exteriores o al Ministerio que se haya convenido.
2. Cuando terminen las funciones de una persona que goce de privilegios e inmunidades, tales privilegios e inmunidades
cesarán normal// en el momento en que esa persona salga del país o en el que expire el plazo razonable que le haya sido
concedido p/ permitirle salir de él, pero subsistirán hasta entonces, aún en caso de conflicto armado. Sin embargo, no cesará
la inmunidad respecto de los actos realizados por tal persona en el ejercicio de sus funciones c/ miembro de la misión.
3. En caso de fallecimiento de un miembro de la misión, los miembros de su familia continuarán en el goce de los
privilegios e inmunidades que les correspondan hasta la expiración de un plazo razonable en el que puedan abandonar el
país.
4. En caso de fallecimiento de un miembro de la misión que no sea nacional del Estado receptor ni tenga en él residencia
permanente, o de un miembro de su familia que forme parte de su casa, dicho Estado permitirá que se saquen del país los
bienes muebles del fallecido, salvo los que hayan sido adquiridos en él y cuya exportación se halle prohibida en el momento
del fallecimiento. No serán objeto de impuestos de sucesión los bienes muebles que se hallaren en el Estado receptor por el
solo hecho de haber vivido allí el causante de la sucesión c/ miembro de la misión o c/ persona de la familia de un miembro
de la misión.
Artículo 40
1. Si un agente diplomático atraviesa el territorio de un tercer Estado que le hubiere otorgado el visado del pasaporte si tal
visado fuere necesario, o se encuentra en él p/ ir a tomar posesión de sus funciones, p/ reintegrarse a su cargo o p/ volver a
su país, el tercer Estado le concederá la inviolabilidad y todas las demás inmunidades necesarias p/ facilitarle el tránsito o el
regreso. Esta regla será igual// aplicable a los miembros de su familia que gocen de privilegios e inmunidades y acompañen
al agente diplomático o viajen sep/da// p/ reunirse con él o regresar a su país.
2. En circunstancias análogas a las previstas en el párrafo 1 de este artículo, los terceros Estados no habrán de dificultar el
paso por su territorio de los miembros del personal administrativo y técnico, del personal de servicio de una misión o de los
miembros de sus familias.
3. Los terceros Estados concederán a la correspondencia oficial y a otras comunicaciones oficiales en tránsito, incluso a
los despachos en clave o en cifra, la misma libertad y protección concedida por el Estado receptor. Concederán a los correos
diplomáticos a quienes hubieren otorgado el visado del pasaporte si tal visado fuere necesario, así c/ a las valijas
diplomáticas en tránsito, la misma inviolabilidad y protección que se halla obligado a prestar el Estado receptor.
4. Las obligaciones de los terceros E en virtud de los párr 1, 2 y 3 de este art serán tb aplicables a las personas
mencionadas respectiva// en esos párrafos, así c/ a las comunicaciones oficiales y a las valijas diplomáticas, que se hallen en
el territorio del tercer Estado a causa de fuerza mayor.
Artículo 41
1. Sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades, todas las personas que gocen de esos privilegios e inmunidades deberán
respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor. También están obligados a no inmiscuirse en los asuntos internos de
ese Estado.
2. Todos los asuntos oficiales de que la misión esté encargada por el Estado acreditante han de ser tratados con el
Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado receptor por conducto de él, o con el Ministerio que se haya convenido.
3. Los locales de la misión no deben ser utilizados de manera incompatible con las funciones de la misión tal c/ están
enunciadas en la presente Convención, en otras normas del DI general o en los acuerdos particulares que estén en vigor
entre el Estado acreditante y el Estado receptor.

LAS RELACIONES CONSULARES


La institución consular, si bien guarda analogía con la diplomática y su régimen jurídico, tiene una naturaleza y carácter
clara// diferen​ciados.
Los cónsules son funcionarios destacados por un Estado en el terri​torio de otro p/ defender, dentro de los límites de su
función, los in​tereses del Estado que envía y de los nacionales que allí se encuentren, promover las relaciones bilaterales
económicas y comerciales así c/ ejecutar en el territorio del Estado receptor actos administrativos, nota​riales y de registro
que tendrán efecto en el territorio del Estado que los envía. Por ende:
• La tarea del cónsul no es política.
• El cónsul carece del carácter representativo del Estado que tiene el agente diplomático.
• Su misión esencial es la defensa de los intereses de las personas físi​cas o jurídicas del Estado que envía; corresponde la
defensa del interés del Estado en sus relaciones políticas a la misión diplomática.

• Sus opiniones no son vinculante (a diferencia del agente diplomático)


Esta diferencia fundamental entre los agentes diplomáticos y los funcionarios consulares tiene su explicación en la génesis
de la institu​ción consular, que tiene un origen privado y comercial, siendo los pri​meros cónsules aquellos representantes de
los grupos de mercaderes de los países occidentales que se habían establecido en el Imperio Bizanti​no a partir del s. XII,
que más tarde adquirieron prerrogativas especiales c/ la función jurisdiccional a través de las capitulaciones. A partir del
XVI, y en la medida en que se fue consolidando, el Estado nacional tendió a absorber las funciones consulares y a designar
a los cónsules.
Antigua//, los funcionarios diplomáticos y consulares provenían siempre de dos carreras diferentes. En la actualidad,
ambas carreras han tendido a unificarse y en la mayoría de las cancillerías, el servicio exterior comprende las funciones
diplomáticas y consulares.
La normativa intern sobre esta materia está codificada por la Conv. de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963 que, en
su artículo 5, especifica detallada// las funciones consulares.
a) proteger en el Estado receptor los intereses del Estado que envía y de sus nacionales, sean personas naturales o
jurídicas, dentro de los límites permitidos por el DI;
b) fomentar el desarrollo de las relaciones comerciales, económicas, culturales y científicas entre el Estado que envía y el
Estado receptor, y promover además las relaciones amistosas entre los mismos, de conformidad con las disposiciones de la
presente Convención;
c) informarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la evolución de la vida comercial, económica, cultural y
científica del Estado receptor, informar al respecto al gobierno del Estado que envía y proporcionar datos a las personas
interesadas;
d) extender pasaportes y documentos de viaje a los nacionales del Estado que envía, y visados o documentos adecuados a
las personas que deseen viajar a dicho Estado;
e) prestar ayuda y asistencia a los nacionales del E que envía, sean personas naturales o jcas;
f) actuar en calidad de notario, en la de funcionario de registro civil, y en funciones similares y ejercitar otras de carácter
administrativo, siempre que no se opongan las leyes y reglamentos del Estado receptor;
g) velar, de acuerdo con las leyes y reglamentos del Estado receptor, por los intereses de los nacionales del Estado que
envía, sean personas naturales o jurídicas, en los casos de sucesión por causa de muerte que se produzcan en el territorio del
Estado receptor;
h) velar, dentro de los límites que impongan las leyes y reglamentos del E receptor, por los intereses de los menores y de
otras personas que carezcan de cap plena y que sean nacionales del E que envía, en particular cuando se requiera instituir p/
ellos una tutela o una curatela;
i) representar a los nacionales del E que envía o tomar las medidas convenientes p/ su representación ante los trib y otras
autoridades del E receptor, de conformidad con la práctica y los procedimientos en vigor en este último, a fin de lograr que,
de acuerdo con las leyes y reglamentos del mismo, se adopten las medidas provisionales de preservación de los dchos e
intereses de esos nacionales, cuando, por estar ausentes u otra causa, no puedan defenderlos oportuna//;
j) comunicar decisiones judiciales y extrajudiciales y diligenciar comisiones rogatorias de conformidad con los acuerdos
intern en vigor y, a falta de los mismos, de manera que sea compatible con las leyes y reglamentos del Estado receptor;
k) ejercer, de conformidad con las leyes y reglamentos del Estado que envía, los dchos de control o inspección de los
buques que tengan la nacionalidad de dicho Estado, y de las aeronaves matriculadas en el mismo y, también, de sus
tripulaciones;
l) prestar ayuda a los buques y aeronaves a que se refiere el apartado k) de este artículo y, también, a sus tripulaciones;
recibir declaración sobre el viaje de esos buques, encaminar y refrendar los documentos de a bordo y, sin perjuicio de las
facultades de las autoridades del Estado receptor, efectuar encuestas sobre los incidentes ocurridos en la travesía y resolver
los litigios de todo orden que se planteen entre el capitán, los oficiales, los marineros, siempre que lo autoricen las leyes y
reglamentos del Estado que envía;
m) ejercer las demás funciones confiadas por el Estado que envía a la oficina consular que no estén prohibidas por las
leyes y reglamentos del Estado receptor o a las que éste no se oponga, o las que le sean atribuidas por los acuerdos intern en
vigor entre el Estado que envía y el receptor.
DEFINICIONES (Art. 1): 1. A los efectos de la presente Convención, las siguientes expresiones se entenderán c/ se
precisa a continuación:
a) por "oficina consular", todo consulado general, vice-consulado o agencia consular;
b) por "circunscripción consular", el territorio atribuido a una oficina consular p/ el ejercicio de las funciones consulares;
c) por "jefe de oficina consular", la persona encargada de desempeñar tal función;
d) por "funcionario consular", toda persona, incluido el jefe de oficina consular, encargada con ese carácter del ejercicio
de funciones consulares;
e) por "empleado consular", la pers empleada en el serv adm o técnico de una oficina consular;
f) por "miembro del personal de servicio", toda persona empleada en el servicio doméstico de una oficina consular;
g) por "miembros de la oficina consular", los funcionarios y empleados consulares y los miembros del personal de
servicio;
h) por "miembros del personal consular", los funcionarios consulares salvo el jefe de oficina consular, los empleados
consulares y los miembros del personal de servicio;
i) por "miembro del personal privado", la persona empleada exclusiva// en el servicio particular de un miembro de la
oficina consular;
j) por "locales consulares", los edificios o las partes de los edificios y el terreno contiguo que, cualquiera que sea su
propietario, se utilicen exclusiva// p/ las finalidades de la oficina consular;
k) por "archivos consulares", todos los papeles, documentos, correspondencia, libros, películas, cintas magnetofónicas y
registros de la oficina consular, así c/ las cifras y claves, los ficheros y los muebles destinados a protegerlos y conservarlos.
2. Los funcionarios consulares son de dos clases: funcionarios consulares de carrera y funcionarios consulares honorarios.
Las disposiciones del capítulo II de la presente Convención se aplican a las oficinas consulares dirigidas por funcionarios
consulares de carrera; las disposiciones del capítulo III se aplican a las oficinas consulares dirigidas por funcionarios
consulares honorarios.
3. La situación particular de los miembros de las oficinas consulares que son nacionales o residentes permanentes del
Estado receptor se rige por el artículo 71 de la presente Convención.
ESTABLECIMIENTO DE RELACIONES CONSULARES (Art 2)
1. El establecimiento de rel consulares entre Estados se efectuará por consentimiento mutuo.
2. El consenti- otorgado p/ el establecimiento de rel diplomáticas entre dos Estados implicará, salvo indicación en
contrario, el consentimiento p/ el establecimiento de relaciones consulares.
3. La ruptura de rel diplomáticas no entrañará, ipso facto, la ruptura de relaciones consulares.
EJERCICIO DE LAS FUNCIONES CONSULARES (Art 3)
Las funciones consulares serán ejercidas por las oficinas consulares. También las ejercerán las misiones diplomáticas
según las disposiciones de la presente Convención.
a) La Oficina Consular
Las funciones consulares pueden ser ejercidas por cónsules de carre​ra o por cónsules honorarios. Los primeros son
funcionarios del Estado que éste envía p/ permanecer durante un cierto período en la sede, al igual que los agentes
diplomáticos. Los segundos, por su parte, son per​sonas que residen normal// en el Estado receptor que inclusive pue​den
tener su nacionalidad y que por su relevancia o méritos especiales, obtienen la designación consular honoraria de parte del
Estado que en vía, con un régimen de privilegios e inmunidades diferente, en uno y otro caso.
Las oficinas consulares tienen las siguientes jerarquías, que se esta​blecen por varios criterios, c/ podrían ser la importancia
de la ciu​dad sede, de los negocios con la región de la que la ciudad es cabeza, de los vínculos culturales, etcétera.
• Consulados Generales
• Consulados
• Viceconsulados
• Agencias Consulares
Toda oficina consular ejerce sus funciones dentro de un ámbito terri​torial determinado que, normal//, abarcará una porción
del Estado receptor constituida por las regiones más próximas a la ciudad donde la oficina tenga su sede. Este ámbito se
denomina circunscripción consu​lar, y sus límites no pueden alterarse sin el consentimiento del Estado receptor. En algunos
sistemas nacionales, además, los consulados gene​rales tienen una potestad de contralor y supervisión sobre las oficinas
consulares de menor rango.
b) El jefe de la Oficina Consular
P/ designar al jefe de Oficina Consular, el Estado que envía de​berá recabar el asentimiento del Estado receptor. El Estado
que envía remite al receptor una carta patente en la cual consignará la circuns​cripción en la que el designado ejercerá sus
funciones. El Estado re​ceptor manifiesta su asentimiento a través del exequatur, que podrá ser denegado sin expresar la

razón (artículo 12 CVC).


En tanto el exequatur estuviere pendiente de otorgamiento y el jefe de Oficina Consular ya se encontrara en la sede de
ésta, podrá ser autori​zado por el Estado receptor a ejercer sus funciones mediante la admi​sión provisional (artículo 13
CVC).
c) El personal de la Oficina Consular
Además del jefe, la Oficina Consular cuenta con personal consular de carrera y personal administrativo y técnico, al igual
que en las Mi​siones diplomáticas. Su designación y remoción es libre, previa notifica​ción al Estado receptor.
Normal//, los consulados generales o los consulados de gran im​portancia enrolan uno o más funcionarios consulares de
carrera, su​bordinados al jefe de Oficina, que tienen la calidad de cónsules adjuntos.
Los empleados contratados local// están sometidos al régimen laboral común del Estado receptor. En caso de ausencia
temporaria o definitiva del titular, la Oficina Consular quedará a cargo del funciona​rio consular de carrera que le siga en
jerarquía (artículo 15 CVC).
d) Fin de las funciones: Las funciones de un miembro de la oficina consular terminarán:
o por la notificación del E que envía al E receptor de que se ha puesto término a esas funciones;
o por la revocación del exequátur;
o por la notificación del Estado receptor al Estado que envía de que ha cesado de considerar a la persona de que se trate c/
miembro del personal consular.
Los cónsules pueden cesar en sus funciones por las mismas causas que los de la Misión diplomática, y el hecho se notifica
al Estado receptor. Este, por su parte, puede remover al jefe de Oficina mediante revocación del exequatur y a los demás
miembros mediante notificación de que ha cesado de considerar a la persona de que se trate c/ miembro del personal
consular (artículo 25 CVC).
e) Privilegios e inmunidades consulares
La CVC contiene una detallada reglamentación de los privilegios e inmunidades consulares. En todo aquello que no se
mencione, debe entenderse que el régimen es coincidente con el de la Con​vención de Viena sobre relaciones diplomáticas.
i) Inviolabilidad de la Oficina Consular
El régimen de inviolabilidad es sensible// más restringido que el de la Misión diplomática, por cuanto los agentes del
Estado receptor sólo tienen limitado su acceso a los locales consulares en la parte desti​nada exclusiva// p/ trabajo de oficina
(a diferencia del agente diplomáticos, sus inmunidades son mas restringidas), salvo con el consentimien​to de su titular, el
que se presumirá en caso de incendio u otro peligro grave (artículo 31 CVC). No está prevista la exención de embargo,
re​gistro y medidas de ejecución vigentes p/ la Misión diplomática. Tampoco goza de inviolabilidad la residencia particular
del jefe y miembros de la Oficina Consular. Del mismo modo, los locales, bienes y medios de transporte de la Oficina
Consular, si bien no podrán ser ob​jeto de requisa, esto es, de desapoderamiento temporario, sí podrán serlo de expropiación,
vale decir de desapoderamiento definitivo, por causa de defensa o utilidad pública.
ii) Inviolabilidad de los miembros de la Oficina Consular
Los funcionarios y demás miembros de la misión consular no pueden ser detenidos, salvo casos de delitos graves o
cuando exista sentencia firme. En caso de procedimiento penal deberán comparecer y las autori​dades deberán tratarlos con
deferencia (artículo 41 CVC). En caso de que fueren llamados a testificar deberán comparecer, salvo p/ decla​rar sobre
aquellos hechos vinculados con el ejercicio de sus funciones. Tampoco estarán obligados a exhibir documentos o
correspondencia oficial. En caso de detención de un miembro de la Oficina Consular o de inicio de un proceso penal en su
contra, el Estado receptor deberá comunicarlo de inmediato al Estado que envía.
iii) Inmunidad de jurisdicción
Los funcionarios de carrera y demás miembros de la misión estarán exentos de la jurisdicción de los tribunales del Estado
receptor por ac​tos ejecutados en el ejercicio de sus funciones oficiales, con las excep​ciones previstas en materia civil p/ los
agentes diplomáticos, y de accidentes ocurridos fuera del ejercicio de sus funciones (artículo 43 CVC).
FACILIDADES, PRIVILEGIOS E INMUNIDADES RELATIVOS A LA OFICINA CONSULAR
Artículo 28: FACILIDADES CONCEDIDAS A LA OFICINA CONSULAR P/ SU LABOR
El E receptor concederá todas las facilidades p/ el ejercicio de las funciones de la oficina consular.
Artículo 29: USO DE LA BANDERA Y DEL ESCUDO NACIONALES
1. El Estado que envía tendrá dcho a usar su bandera y su escudo nacionales en el Estado receptor, de conformidad con las
disposiciones de este artículo.

2. El Estado que envía podrá izar su bandera y poner su escudo en el edificio ocupado por la oficina consular, en su puerta
de entrada, en la residencia del jefe de la oficina consular y en sus medios de transporte, cuando éstos se utilicen p/ asuntos
oficiales.
3. Al ejercer los dchos reconocidos por este artículo, se tendrán en cuenta las leyes, los reglamentos y los usos del Estado
receptor.
Artículo 30: LOCALES
1. El Estado receptor deberá facilitar, de conformidad con sus leyes y reglamentos, la adquisición en su territorio por el
Estado que envía de los locales necesarios p/ la oficina consular, o ayudarle a obtenerlos de alguna otra manera.
2. Cdo sea nec, ayudará tb a la oficina consular a conseguir aloja- adecuado p/ sus miembros.
Artículo 31: INVIOLABILIDAD DE LOS LOCALES CONSULARES
1. Los locales consulares gozarán de la inviolabilidad que les concede este artículo.
2. Las autoridades del Estado receptor no podrán penetrar en la parte de los locales consulares que se utilice exclusiva// p/
el trabajo de la oficina consular, salvo con el consentimiento del jefe de la oficina consular, o de una persona que él designe,
o del jefe de la misión diplomática del Estado que envía. Sin embargo, el consentimiento del jefe de oficina consular se
presumirá en caso de incendio, o de otra calamidad que requiera la adopción inmediata de medidas de protección.
3. Con sujeción a las disposiciones del párrafo 2 de este artículo, el Estado receptor tendrá la obligación especial de
adoptar todas las medidas apropiadas p/ proteger los locales consulares, con arreglo a las disposiciones de los párrafos
anteriores, contra toda intrusión o daño y p/ evitar que se perturbe la tranquilidad de la oficina consular o se atente contra su
dignidad.
4. Los locales consulares, sus muebles, los bienes de la oficina consular y sus medios de transporte, no podrán ser objeto
de ninguna requisa, por razones de defensa nacional o de utilidad pública. Si p/ estos fines fuera necesaria la expropiación,
se tomarán las medidas posibles p/ evitar que se perturbe el ejercicio de las funciones consulares y se pagará al Estado que
envía una compensación inmediata, adecuada y efectiva.
Artículo 32: EXENCION FISCAL DE LOS LOCALES CONSULARES
1. Los locales consulares y la residencia del jefe de la oficina consular de carrera de los que sea propietario o inquilino el
Estado que envía, o cualquiera persona que actúe en su representación, estarán exentos de todos los impuestos y gravámenes
nacionales, regionales y municipales, excepto de los que constituyan el pago de determinados servicios prestados.
2. La exención fiscal a que se refiere el párrafo 1 de este artículo, no se aplicará a los impuestos y gravámenes que,
conforme a la legislación del Estado receptor, deba satisfacer la persona que contrate con el Estado que envía o con la
persona que actúe en su representación.
Artículo 33: INVIOLABILIDAD DE LOS ARCHIVOS Y DOCUMENTOS CONSULARES
Los archivos y documentos consulares son siempre inviolables dondequiera que se encuentren.
Artículo 34: LIBERTAD DE TRANSITO
Sin perjuicio de lo dispuesto en sus leyes y reglamentos relativos a las zonas de acceso prohibido o limitado por razones
de seguridad nacional, el Estado receptor garantizará la libertad de tránsito y de circulación en su territorio a todos los
miembros de la oficina consular.
Artículo 35: LIBERTAD DE COMUNICACION
1. El Estado receptor permitirá y protegerá la libertad de comunicación de la oficina consular p/ todos los fines oficiales.
La oficina consular podrá utilizar todos los medios de comunicación apropiados, entre ellos los correos diplomáticos o
consulares, la valija diplomática o consular y los mensajes en clave o cifra, p/ comunicarse con el gobierno, con las
misiones diplomáticas y con los demás consulados del Estado que envía, dondequiera que se encuentren. Sin embargo,
sola// con el consentimiento del E receptor, podrá la oficina consular instalar y utilizar una emisora de radio.
2. La correspondencia oficial de la oficina consular será inviolable. Por correspondencia oficial se entenderá toda
correspondencia relativa a la oficina consular y a sus funciones.
3. La valija consular no podrá ser abierta ni retenida. No obstante, si las autoridades competentes del E receptor tuviesen
rz fundadas p/ creer que la valija contiene algo que no sea la correspondencia, los documentos o los objetos a los que se
refiere el párr 4 de este art, podrán pedir que la valija sea abierta, en su presencia, por un representante autorizado del E que
envía. Si las autoridades del E que envía rechazasen la petición, la valija será devuelta a su lugar de origen.
4. Los bultos que constituyan la valija consular deberán ir provistos de signos exteriores visibles, indicadores de su
carácter, y sólo podrán contener correspondencia y documentos oficiales, u objetos destinados exclusiva// al uso oficial.
5. El correo consular deberá llevar consigo un documento oficial en el que se acredite su condición de tal y el número de
bultos que constituyan la valija consular. Esa persona no podrá ser nacional del Estado receptor ni, a menos que sea nacional
del Estado que envía, residente permanente en el Estado receptor, excepto si lo consiente dicho Estado. En el ejercicio de
sus funciones estará protegida por el Estado receptor. Gozará de inviolabilidad personal y no podrá ser objeto de ninguna
forma de detención o arresto.
6. El Estado que envía, su misión diplomática y sus oficinas consulares podrán designar correos consulares especiales. En
ese caso, serán también aplicables las disposiciones del párrafo 5 de este artículo, con la salvedad de que las inmunidades
que en él se especifican dejarán de ser aplicables cuando dicho correo haya entregado la valija consular a su cargo al
destinatario.
7. La valija consular podrá ser confiada al comandante de un buque, o de una aeronave comercial, que deberá aterrizar en
un aeropuerto autorizado p/ la entrada. Este comandante llevará consigo un documento oficial en el que conste el número de
bultos que constituyan la valija, pero no será considerado c/ correo consular. La oficina consular podrá enviar a uno de sus
miembros a hacerse cargo de la valija, directa y libre// de manos del comandante del buque o de la aeronave, previo acuerdo
con las autoridades locales competentes.
Artículo 36: COMUNICACION CON LOS NACIONALES DEL ESTADO QUE ENVIA
1. Con el fin de facilitar el ejercicio de las funciones consulares relacionadas con los nacionales del Estado que envía:
a) los funcionarios consulares podrán comunicarse libre// con los nacionales del Estado que envía y visitarlos. Los
nacionales del Estado que envía deberán tener la misma libertad de comunicarse con los funcionarios consulares de ese
Estado y de visitarlos;
b) si el interesado lo solicita, las autoridades competentes del Estado receptor deberán informar sin retraso alguno a la
oficina consular competente en ese Estado cuando, en su circunscripción, un nacional del Estado que envía sea arrestado de
cualquier forma, detenido o puesto en prisión preventiva. Cualquier comunicación dirigida a la oficina consular por la
persona arrestada, detenida o puesta en prisión preventiva, le será asimismo transmitida sin demora por dichas autoridades,
las cuales habrán de informar sin dilación a la persona interesada acerca de los dchos que se le reconocen en este apartado;
c) los funcionarios consulares tendrán dcho a visitar al nacional del Estado que envía que se halle arrestado, detenido o en
prisión preventiva, a conversar con él y a organizar su defensa ante los tribunales. Asimismo, tendrán dcho a visitar a todo
nacional del Estado que envía que, en su circunscripción, se halle arrestado, detenido o preso en cumplimiento de una
sentencia. Sin embargo, los funcionarios consulares se abstendrán de intervenir en favor del nacional detenido, cuando éste
se oponga expresa// a ello.
2. Las prerrogativas a las que se refiere el párrafo 1 de este artículo se ejercerán con arreglo a las leyes y reglamentos del
Estado receptor, debiendo entenderse, sin embargo, que dichas leyes y reglamentos no impedirán que tengan pleno efecto
los dchos reconocidos por este artículo.
Artículo 37: INFORMACION EN CASOS DE DEFUNCION, TUTELA, CURATELA,
NAUFRAGIO Y ACCIDENTES AEREOS
Cuando las autoridades competentes del Estado receptor posean la información correspondiente, dichas autoridades
estarán obligadas:
a) a informe sin retraso, en caso de defunción de un nacional del Estado que envía, a la oficina consular en cuya
circunscripción ocurra el fallecimiento;
b) a comunicar sin retraso, a la oficina consular competente, todos los casos en que el nombramiento de tutor o de curador
sea de interés p/ un menor o un incapacitado nacional del Estado que envía. El hecho de que se facilite esa información, no
será obstáculo p/ la debida aplicación de las leyes y reglamentos relativos a esos nombramientos;
c) a informar sin retraso, a la oficina consular más próxima al lugar del accidente, cuando un buque, que tenga la
nacionalidad del Estado que envía, naufrague o encalle en el mar territorial o en las aguas interiores del Estado receptor, o
cuando un avión matriculado en el Estado que envía sufra un accidente en territorio del Estado receptor.
Artículo 38: COMUNICACION CON LAS AUTORIDADES DEL ESTADO RECEPTOR
Los funcionarios consulares podrán dirigirse en el ejercicio de sus funciones:
a) a las autoridades locales competentes de su circunscripción consular;
b) a las autoridades centrales competentes del Estado receptor, siempre que sea posible y en la medida que lo permitan sus
leyes, reglamentos y usos y los acuerdos intern correspondientes.
Artículo 39: DCHOS Y ARANCELES CONSULARES
1. La oficina consular podrá percibir en el territorio del Estado receptor los dchos y aranceles que establezcan las leyes y
reglamentos del Estado que envía p/ las actuaciones consulares.
2. Las cantidades percibidas en concepto de los dchos y aranceles previstos en el párrafo 1 de este artículo y los recibos
correspondientes, estarán exentos de todo impuesto y gravamen en el Estado receptor.

Sección II: FACILIDADES, PRIVILEGIOS E INMUNIDADES RELATIVOS A LOS FUNCIONARIOS


CONSULARES DE CARRERA Y A LOS DEMAS MIEMBROS DE LA OFICINA CONSULAR
Artículo 40: PROTECCION DE LOS FUNCIONARIOS CONSULARES
El E receptor deberá tratar a los funcionarios consulares con la debida deferencia y adoptará todas las medidas adecuadas
p/ evitar cualquier atentado contra su pers, su libertad o su dignidad.
Artículo 41: INVIOLABILIDAD PERSONAL DE LOS FUNCIONARIOS CONSULARES
1. Los funcionarios consulares no podrán ser detenidos o puestos en prisión preventiva sino cuando se trate de un delito
grave y por decisión de la autoridad judicial competente.
2. Excepto en el caso previsto en el párrafo 1 de este artículo, los funcionarios consulares no podrán ser detenidos ni
sometidos a ninguna otra forma de limitación de su libertad personal, sino en virtud de sentencia firme.
3. Cuando se instruya un procedimiento penal contra un funcionario consular, éste estará obligado a comparecer ante las
autoridades competentes. Sin embargo, las diligencias se practicarán con la deferencia debida al funcionario consular en
razón de su posición oficial y, excepto en el caso previsto en el párrafo 1 de este artículo, de manera que perturbe lo menos
posible el ejercicio de las funciones consulares. Cuando en las circunstancias previstas en el párrafo 1 de este artículo sea
necesario detener a un funcionario consular, el correspondiente procedimiento contra él deberá iniciarse sin la menor
dilación.
Artículo 42: COMUNICACION EN CASO DE ARRESTO, DETENCION PREVENTIVA
O INSTRUCCION DE UN PROCEDIMIENTO PENAL
Cuando se arreste o detenga preventiva// a un miembro del personal consular, o se le instruya un procedimiento penal, el
Estado receptor estará obligado a comunicarlo sin demora al jefe de oficina consular. Si esas medidas se aplicasen a este
último, el Estado receptor deberá poner el hecho en conocimiento del Estado que envía, por vía diplomática.
Artículo 43: INMUNIDAD DE JURISDICCION
1. Los funcionarios consulares y los empleados consulares no estarán sometidos a la jurisdicción de las autoridades
judiciales y administrativas del Estado receptor por los actos ejecutados en el ejercicio de las funciones consulares.
2. Las disposiciones del párr 1 de este art no se aplicarán en el caso de un procedimiento civil:
a) que resulte de un contrato que el funcionario consular, o el empleado consular, no haya concertado, explícita o
implícita//, c/ agente del Estado que envía, o
b) que sea entablado por un tercero c/ consecuencia de daños causados por un accidente de vehículo, buque o avión,
ocurrido en el Estado receptor.
Artículo 44: OBLIGACION DE COMPARECER C/ TESTIGO
1. Los miembros del consulado podrán ser llamados a comparecer c/ testigos en procedimientos judiciales o
administrativos. Un empleado consular o un miembro del personal de servicio no podrá negarse, excepto en el caso al que
se refiere el párrafo 3 de este art, a deponer c/ testigo. Si un funcionario consular se negase a hacerlo, no se le podrá aplicar
ninguna medida coactiva o sanción.
2. La autoridad que requiera el testimonio deberá evitar que se perturbe al funcionario consular en el ejercicio de sus
funciones. Podrá recibir el testimonio del funcionario consular en su domicilio o en la oficina consular, o aceptar su
declaración por escrito, siempre que sea posible.
3. Los miembros de una oficina consular no estarán obligados a deponer sobre hechos relacionados con el ejercicio de sus
funciones, ni a exhibir la correspondencia y los documentos oficiales referentes a aquellos. Asimismo, podrán negarse a
deponer c/ expertos respecto de las leyes del Estado que envía.
Artículo 45: RENUNCIA A LOS PRIVILEGIOS E INMUNIDADES
1. El Estado que envía podrá renunciar, respecto de un miembro de la oficina consular, a cualquiera de los privilegios e
inmunidades establecidos en los artículos 41, 43 y 44.
2. La renuncia habrá de ser siempre expresa, excepto en el caso previsto en el párrafo 3 de este artículo, y habrá de
comunicarse por escrito al Estado receptor.
3. Si un funcionario consular o un empleado consular entablase una acción judicial en una materia en que goce de
inmunidad de jurisdicción conforme al art 43, no podrá alegar esa inmunidad en relación con cualquier demanda
reconvencional que esté directa// ligada a la demanda principal.
4. La renuncia a la inmunidad de jurisdicción respecto de acciones civiles o administrativas no implicará, en principio, la
renuncia a la inmunidad en cuanto a las medidas de ejecución de la resolución que se dicte, que requerirán una renuncia
especial.

Artículo 46: EXENCION DE LA INSCRIPCION DE EXTRANJEROS Y DEL PERMISO DE RESIDENCIA


1. Los funcionarios y empleados consulares y los miembros de su familia que vivan en su casa, estarán exentos de todas
las obligaciones prescritas por las leyes y reglamentos del Estado receptor relativos a la inscripción de extranjeros y al
permiso de residencia.
2. Sin embargo, las disposiciones del párrafo 1 de este artículo no se aplicarán a los empleados consulares que no sean
empleados permanentes del E que envía o que ejerzan en el E receptor una actividad privada de carácter lucrativo, ni a los
miembros de la familia de esos empleados.
Artículo 47: EXENCION DEL PERMISO DE TRABAJO
1. Los miembros de la oficina consular estarán exentos, respecto de los servicios que presten al Estado que envía, de
cualquiera de las obligaciones relativas a permisos de trabajo que impongan las leyes y reglamentos del Estado receptor
referentes al empleo de trabajadores extranjeros.
2. Los miembros del personal privado de los funcionarios y empleados consulares estarán exentos de las obligaciones a las
que se refiere el párrafo 1 de este artículo, siempre que no ejerzan en el Estado receptor ninguna otra ocupación lucrativa.
Artículo 48: EXENCION DEL REGIMEN DE SEGURIDAD SOCIAL
1. Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 3 de este artículo, los miembros de la oficina consular y los miembros de su
familia que vivan en su casa estarán exentos, en cuanto a los servicios que presten al Estado que envía, de las disposiciones
sobre seguridad social que estén en vigor en el Estado receptor.
2. La exención prevista en el párrafo 1 de este artículo se aplicará también a los miembros del personal privado que estén
al servi exclusivo de los miembros de la oficina consular, siempre que:
a) no sean nacionales o residentes permanentes del Estado receptor; y
b) estén protegidos por las normas sobre seguridad social, en vigor en el Estado que envía o en un tercer Estado.
3. Los miembros de la oficina consular que empleen a personas a quienes no se aplique la exención prevista en el párrafo
2 de este artículo habrán de cumplir las obligaciones que las disposiciones de seguridad social del Estado receptor
impongan a los empleadores.
4. La exención prevista en los párrafos 1 y 2 de este artículo no impedirá la participación voluntaria en el régimen de
seguridad social del Estado receptor, siempre que sea permitida por ese Estado.
Artículo 49: EXENCION FISCAL
1. Los funcionarios y empleados consulares, y los miembros de su familia que vivan en su casa, estarán exentos de todos
los impuestos y gravámenes personales o reales, nacionales, regionales y municipales, con excepción:
a) de aquellos impuestos indirectos que están normal// incluidos en el precio de las mercancías y de los servicios;
b) de los impuestos y gravámenes sobre los bienes inmuebles privados que radiquen en el territorio del Estado receptor,
salvo lo dispuesto en el artículo 32;
c) de los impuestos sobre las sucesiones y las transmisiones exigibles por el Estado receptor, a reserva de lo dispuesto en
el apartado b) del artículo 51;
d) de los impuestos y gravámenes sobre los ingresos privados, incluidas las ganancias de capital, que tengan su origen en
el Estado receptor y de los impuestos sobre el capital correspondientes a las inversiones realizadas en empresas comerciales
o financieras en ese mismo Estado;
e) de los impuestos y gravámenes exigibles por determinados servimos prestados;
f) de los dchos de registro, aranceles judiciales, hipoteca y timbre, a reserva de lo dispuesto en el artículo 32.
2. Los miembros del personal de servicio estarán exentos de los impuestos y gravámenes sobre los salarios que perciban
por sus servicios.
3. Los miembros de la oficina consular, a cuyo servicio se hallen personas cuyos sueldos o salarios no estén exentos en el
Estado receptor de los impuestos sobre los ingresos, cumplirán las obligaciones que las leyes y reglamentos de ese Estado
impongan a los empleadores en cuanto a la exacción de dichos impuestos.
Artículo 50: FRANQUICIA ADUANERA Y EXENCION DE INSPECCION ADUANERA
1. El Estado receptor permitirá, con arreglo a las leyes y reglamentos que promulgue, la entrada, con exención de todos
los dchos de aduana, impuestos y gravámenes conexos, salvo los gastos de almacenaje, acarreo y servicios análogos, de los
objetos destinados:
a) al uso oficial de la oficina consular;
b) al uso personal del funcionario consular y de los miembros de su familia que vivan en su casa, incluidos los efectos
destinados a su instalación. Los artículos de consumo no deberán exceder de las cantidades que esas personas necesiten p/
su consumo directo.
2. Los empleados consulares gozarán de los privilegios y exenciones previstos en el párrafo 1 de este artículo, en relación
con los objetos importados al efectuar su primera instalación.
3. El equipaje personal que lleven consigo los funcionarios consulares y los miembros de su familia que vivan en su casa
estará exento de inspección aduanera. Sólo se lo podrá inspeccionar cuando haya motivos fundados p/ suponer que contiene
objetos diferentes de los indicados en el apartado b) del párrafo 1 de este artículo, o cuya importación o exportación esté
prohibida por las leyes y reglamentos del Estado receptor, o que estén sujetos a medidas de cuarentena por parte del mismo
Estado. Esta inspección sólo podrá efectuarse en presencia del funcionario consular o del miembro de su familia interesado.
Artículo 51: SUCESION DE UN MIEMBRO DEL CONSULADO O DE UN MIEMBRO DE SU FAMILIA
En caso de defunción de un miembro de la oficina consular o de un miembro de su familia que viva en su casa, el Estado
receptor estará obligado:
a. a permitir la exportación de los bienes muebles propiedad del fallecido, excepto de los que haya adquirido en el E
receptor y cuya exportación estuviera prohibida en el momento de la defunción;
b) a no exigir impuestos nacionales, municipales o regionales sobre la sucesión ni sobre la transmisión de los bienes
muebles, cuando éstos se encuentren en el Estado receptor c/ consecuencia directa de haber vivido allí el causante de la
sucesión, en calidad de miembro de la oficina consular o de la familia de un miembro de dicha oficina consular.
Artículo 52: EXENCION DE PRESTACIONES PERSONALES
El Estado receptor deberá eximir a los miembros de la oficina consular y a los miembros de su familia que vivan en su
casa de toda prestación personal, de todo servicio de carácter público, cualquiera que sea su naturaleza, y de cargas
militares, tales c/ requisas, contribuciones y alojamientos militares.
Artículo 53: PRINCIPIO Y FIN DE LOS PRIVILEGIOS E INMUNIDADES CONSULARES
1. Los miembros de la oficina consular gozarán de los privilegios e inmunidades regulados por la presente Convención,
desde el momento en que entren en el territorio del Estado receptor p/ tomar posesión de su cargo o, si se encuentran ya en
ese territorio, desde el momento en que asuman sus funciones en la oficina consular.
2. Los miembros de la familia de un miembro de la oficina consular que vivan en su casa, y los miembros de su personal
privado, gozarán de los privilegios e inmunidades previstos en la presente Convención, desde la fecha en que el miembro
del consulado goce de privilegios e inmunidades con arreglo al párrafo 1 de este artículo, o desde su entrada en el territorio
del Estado receptor o desde el día en que lleguen a formar parte de la familia o del personal privado del miembro de la
oficina consular. De esas fechas regirá la que sea más posterior.
3. Cuando terminen las funciones de un miembro de la oficina consular, cesarán sus privilegios e inmunidades así c/ los de
cualquier miembro de su familia que viva en su casa y los de su personal privado; normal// ello ocurrirá en el momento
mismo en que la persona interesada abandone el territorio del Estado receptor o en cuanto expire el plazo razonable que se
le concede p/ ello, determinándose el cese por la fecha más anterior, aunque subsistirán hasta ese momento incluso en caso
de conflicto armado. Los privilegios e inmunidades de las personas a las que se refiere el párrafo 2 de este artículo
terminarán en el momento en que esas personas dejen de pertenecer a la familia o de estar al servicio de un miembro de la
oficina consular. Sin embargo, cuando esas personas se dispongan a salir del Estado receptor dentro de un plazo de tiempo
razonable, sus privilegios e inmunidades subsistirán hasta el momento de su salida.
4. No obstante, por lo que se refiere a los actos ejecutados por un funcionario consular o un empleado consular en el
ejercicio de sus funciones, la inmunidad de jurisdicción subsistirá indefinida//.
5. En caso de fallecimiento de un miembro de la oficina consular, los miembros de su familia que vivan en su casa
seguirán gozando de los privilegios e inmunidades que les correspondan hasta que salgan del Estado receptor, o hasta la
expiración de un plazo prudencial que les permita abandonarlo. De estas fechas regirá la que sea más anterior.
Artículo 54: OBLIGACIONES DE LOS TERCEROS ESTADOS
1. Si un funcionario consular atraviesa el territorio o se encuentra en el territorio de un tercer Estado que, de ser necesario,
le haya concedido un visado, p/ ir a asumir sus funciones o reintegrarse a su oficina consular o regresar al Estado que envía,
dicho tercer Estado le concederá todas las inmunidades reguladas por los demás artículos de la presente Convención que
sean necesarias p/ facilitarle el paso o el regreso. La misma disposición será aplicable a los miembros de su familia que
vivan en su casa y gocen de esos privilegios e inmunidades, tanto si acompañan al funcionario consular, c/ si viajan sep/da//
p/ reunirse con él o regresar al Estado que envía.
2. En condiciones análogas a las previstas en el párrafo 1 de este artículo, los terceros Estados no deberán dificultar el
paso por su territorio de los demás miembros de la oficina consular y de los miembros de la familia que vivan en su casa.
3. Los terceros Estados concederán a la correspondencia oficial y a las demás comunicaciones oficiales en tránsito,
incluso a los despachos en clave o en cifra, la misma libertad y protección que el Estado receptor está obligado a
concederles con arreglo a la presente Convención. Concederán a los correos consulares, a los cuales, de ser necesario, se les
extenderá un visado, y a las valijas consulares en tránsito, la misma inviolabilidad y protección que el Estado receptor está
obligado a concederles de conformidad con la presente Convención.
4. Las obligaciones que prescriben los párrafos 1, 2 y 3 de este artículo p/ los terceros Estados, se aplicarán asimismo a las
personas mencionadas respectiva// en dichos párrafos, y también a las comunicaciones oficiales y valijas consulares, cuya
presencia en el territorio del tercer Estado se deba a un caso de fuerza mayor.
Artículo 55: RESPETO DE LAS LEYES Y REGLAMENTOS DEL ESTADO RECEPTOR
1. Sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades, todas las personas que gocen de esos privilegios e inmunidades deberán
respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor. También estarán obligadas a no inmiscuirse en los asuntos internos de
dicho Estado.
2. Los locales consulares no serán utilizados de manera incompatible con el ejercicio de las funciones consulares.
3. Lo dispuesto en el párrafo 2 de este artículo no excluirá la posibilidad de instalar en parte del edificio en que se hallen
los locales consulares las oficinas de otros organismos o dependencias, siempre que los locales destinados a las mismas
estén sep/dos de los que utilice la oficina consular. En este caso, dichas oficinas no se considerarán, a los efectos de la
presente Convención, c/ parte integrante de los locales consulares.
Artículo 56: SEGURO CONTRA DAÑOS CAUSADOS A TERCEROS
Los miembros de la oficina consular deberán cumplir todas las obligaciones que impongan las leyes y reglamentos del
Estado receptor relativas al seguro de responsabilidad civil por daños causados a terceros por la utilización de vehículos,
buques o aviones.
Artículo 57: DISPOSICIONES ESPECIALES SOBRE LAS ACT PRIVADAS DE Caracter Lucrativo
1. Los funcionarios consulares de carrera no ejercerán en provecho propio ninguna actividad profesional o comercial en el
Estado receptor.
2. Los privilegios e inmunidades previstos en este capítulo no se concederán:
a) a los empleados consulares o a los miembros del personal de servicio que ejerzan una actividad privada de carácter
lucrativo en el Estado receptor;
b) a los miembros de la familia de las personas a que se refiere el apartado a) de este párrafo, o a su personal privado;
c) a los miembros de la familia del miembro de la oficina consular que ejerzan una actividad privada de carácter lucrativo
en el Estado receptor.
REGIMEN APLICABLE A LOS FUNCIONARIOS CONSULARES HONORARIOS Y A LAS OFICINAS
CONSULARES DIRIGIDAS POR LOS MISMOS
Artículo 58: DISPOSICIONES GENERALES RELATIVAS A FACILIDADES, PRIVILEGIOS E INMUNIDADES
1. Los artículos 28, 29, 30, 34, 35, 36, 37, 38 y 39, el párrafo 3 del artículo 54 y los párrafos 2 y 3 del artículo 55 se
aplicarán a las oficinas consulares dirigidas por un funcionario consular honorario. Además, las facilidades, los privilegios,
las inmunidades de esas oficinas consulares se regirán por los artículos 59, 60, 61 y 62.
2. Los artículos 42 y 43, el párrafo 3 del artículo 44, los artículos 45 y 53 y el párrafo 1 del artículo 55 se aplicarán a los
funcionarios consulares honorarios. Además, las facilidades, privilegios e inmunidades de esos funcionarios consulares se
regirán por los artículos 63, 64, 65, 66 y 67.
3. Los privilegios e inmunidades establecidos en la presente Convención no se concederán a los miembros de la familia de
un funcionario consular honorario, ni a los de la familia de un empleado consular de una oficina consular dirigida por un
funcionario consular honorario.
4. El intercambio de valijas consulares entre dos oficinas consulares situadas en diferentes Estados y dirigidas por
funcionarios consulares honorarios no se admitirá sino con el consentimiento de los dos Estados receptores.
Artículo 59: PROTECCION DE LOS LOCALES CONSULARES
El E receptor adoptará las medidas que sean necesarias p/ proteger los locales consulares de una oficina consular, cuyo
jefe sea un funcionario consular honorario, contra toda intrusión o daño y p/ evitar que se perturbe la tranquilidad de dicha
oficina consular o se atente contra su dignidad.
f) Cónsules honorarios
Su régimen es más restringido aún que el de los cónsules de carrera en materia de facilidades, privilegios e inmu​nidades:
• Los locales consulares honorarios no gozan de ninguna forma de inviolabilidad (artículo 59 CVC). El Estado receptor
tiene la obligación de protegerlos contra toda intrusión o daño.

• Los archivos de la oficina consular honoraria sólo gozarán de in​violabilidad en la medida en que estén sep/dos de los
papeles priva-dos de su titular (artículo 61 CVC).
• Las franquicias aduaneras sólo se extienden a los artículos de uso oficial de la oficina consular honoraria (artículo 62
CVC).
• El cónsul honorario no goza de inmunidad de jurisdicción salvo p/ actos vinculados al ejercicio de sus funciones
oficiales. Sólo está exento de prestar testimonio en actos vinculados con sus funciones (artículo 63 CVC).
• La exención fiscal sólo se extiende a los sueldos percibidos por el cónsul honorario en su calidad de tal (artículo 66
CVC).
• La exención de la inscripción de extranjeros o de prestaciones per​sonales de que gozan los funcionarios consulares
honorarios no se ex-tiende a los miembros de su familia ni a los demás miembros de la oficina (artículos 66 y 67 CVC).
Tampoco está prevista la exención de permiso de trabajo o régimen de seguridad social del Estado receptor.
g) Secciones consulares de las misiones diplomáticas
Tanto la Convención de Viena sobre Rel Diplomáticas (art 3.2) c/ aquélla sobre Rel Consulares (art 25) autoriza el
ejercicio de funciones consulares por las misiones diplomáti​cas. Esta práctica es usual en países que, por razones
económicas, no pueden mantener una Oficina Consular en la capital del Estado recep​tor sep/da de la Misión diplomática. En
estos casos, ésta habilita una sección consular y asigna a determinados funcionarios p/ el ejercicio de la función consular. C/
estos funcionarios son miembros de la Misión diplomática, estarán protegidos por los privilegios e inmunida​des propios de
su calidad.

41

BOLILLA 12
LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES (OI)
Concepto y Caracteres
Las OI se encuentran en un plano secundario con respecto a los Estados, que ocupan en la comunidad internacional un
lugar preponderante. Aquellas entidades, que han cambiado la estructura exclusiva// interestatal y primaria// bi​lateral de las
relaciones internacionales, adquirieron notable desarrollo en este siglo.
Llamaremos OI a toda asociación de Estados que adopte una estructura orgánica permanente.
Tienen estas asociaciones cuatro caracteres principales:
• Están compuestas esencial// por Estados;
A diferencia de los organismos no gubernamentales (ONG) contem​plados en el art. 71 de la Carta, que sirven de
valiosos auxiliares a la acción de las 0I.
• Son creadas por tratado;
A veces pueden serlo por resolución de una OI ya existente. Otras veces un entendimiento poli tico da lugar al
nacimiento de entidades con características de OI, c/ la Carta de París p/ la nueva Europa, entendimiento político que creó
la CSCE (Conferencia p/ la seguridad y cooperación europeos).
• poseen una estructura orgánica permanente, y
• una personalidad jurídica propia.
Carecen, en cambio, de soberanía, sus competencias les son asignadas por los Estados en los tratados constitutivos y
están al servicio de ciertos intereses comunes de sus miembros, que tienden a satisfacer.
1- Origen y evolución
El fenómeno de las OI es comparativa// nuevo, se remonta 4 principios del siglo XIX. Hasta entonces, el DI público
sólo regulaba las relaciones entre los Estados, que actuaban en forma individual y sep/da; no existían otras categorías de
entes dotado de personalidad propia. Apareció entonces la necesidad de cooperación p/ resolver problemas de carácter
internacional y surgieron los primeros ejemplos de OI.
El nacimiento y desarrollo de las OI reconoce tres períodos bastante bien definidos:
• El primero se ubica entre los años 1815 y 1914, desde el Congreso de Viena, que crea la Comisión central p/ la
navegación del Rin, hasta la Primera Guerra Mundial, que termina con la Sociedad de Naciones. Las tentativas de gobierno
de las Potencias, que se concretaron en las alianzas posteriores al Congreso de Viena, tuvieron forma en el Concierto
europeo y éste significó en los hechos una manera precursora de las OI de nuestro tiempo. Recordemos que el Concierto
celebraba congresos perió​dicos hasta la década de los años veinte y luego los limitó a las ocasiones en que se hacían
necesarios por las circunstancias políticas del momento. 11 Concierto carecía de una Carta fundamental, de sede y órganos
per​manentes. En la segunda mitad del siglo XIX, intervino entre otros en los problemas de expansión colonial (Berlín,
1885), en China y bajo su exis​tencia se celebraron las conferencias de La Haya de 1899 y 1907.
Se desarrolla en lo relativo a la cooperación técnica, c/ ocurrió en el campo de las comunicaciones telegráficas y
postales. La creación de la Unión Telegráfica Internacional en 1865 y de la Unión Postal Gral en 1875 fueron un hito en este
itinerario.
• El segundo se extiende entre las dos Guerras Mundiales. La paz de Versalles del 28 de junio de 1919, contenía los
instrumentos constituti​vos de la Sociedad de Naciones y de la OI del Trabajo, primeras instituciones internacionales
permanentes de carácter político y universal.
• El tercero, que va desde la segunda posguerra hasta nuestros días, acentúa la marcada tendencia hacia el
universalismo reflejado en el nacimiento de la Organización de las NU en el año 1945. Compuesta hoy por la gran mayoría
de los países del mundo, la ONU responde a la necesidad de una organización general de Estados, cuyo principal propósito
sigue siendo, al igual que el de su antecesora, el mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales.
2- Clasificación: Existen diversas formas, según la doctrina, de clasificar a las OI; una es hacerlo, c/ Diez de
Velazco./*-
• Por sus fines: la creación de una OI puede responder a fines generales o específicos. En el primer caso, las
organi​zaciones actúan sin limitación expresa y en el segundo, que es el más común, actúan en ámbitos bien definidos, c/ las
organizaciones de cooperación militar, económica, social, etcétera.
• Por su composición: las hay de vocación universal, abiertas a la participación potencial de todos los Estados (c/ la
Sociedad de las Naciones o la ONU), y regionales c/ la OEA, o aquellas que simple // restringen su participación a un
número limitado de Estados que reúnen ciertas condiciones, c/ la OTAN.
• Por sus competencias: se dividen en 2 grupos: de cooperación o coordinación, c/ la mayor parte de las OI clásicas y
las de integración, surgidas reciente//, que registran una mayor cesión de competencias por parte de los Estados Miembros.
3- Personalidad
La capacidad de las OI p/ adquirir dchos y contraer obligacio​nes en el plano internacional, así c/ la capacidad p/ hacer
valer los primeros y responder por la violación de las segundas, ha sido in tensa// analizado por la doctrina. Existe hoy
unanimidad en reconocerles personalidad jurídica, que puede estar proyectada en varias direcciones.
Es corriente que la personalidad internacional de las OI sea reconocida no sólo por los miembros, sino también por
otros Estados: así, pueden concluir acuerdos internacionales, y mantener relaciones diplomáticas o cuasi diplomáticas con
los Estados Miembros y con terceros Estados.
Es unánime la aceptación de la personalidad jurídica internacio​nal de las OI, pero diferenciada de la que tienen los
Estados, ya que es​tá limitada por sus fines y por los medios que p/ su obtención establecen sus estatutos fundacionales. Esta
postura encuentra apoyo en el análisis de los tratados constitutivos de las organizaciones, en la práctica internacional y en la
jurisprudencia de los tribunales.
Decisiva en sentido de la aceptación general de la personalidad in​ternacional fue la opinión consultiva de la CIJ, de
1949, expedida por el alto tribunal en relación con la rep/ción de daños sufridos al servicio de las NU. El Conde Folke
Bernadotte, mediador de la ONU en Palestina, fue asesinado en Jerusalén por terroristas judíos. La ONU, que debió pagar
indemnizaciones e incurrir en otros gastos con ese motivo, planteó la cuestión de si tenía capacidad p/ reclamar reparación,
en su nombre y en el de los causa-habientes, del Estado que hubiera sido responsable si el daño hubiera sido causado a otro
Estado, y no a una OI. La Corte se expi​dió en general sobre la capacidad de obrar de las OI.
"La Corte llega a la conclusión que la Organización es un sujeto de DI, que tiene capacidad p/ ser titular de dchos y
deberes internacionales y que tiene capacidad p/ prevalerse de estos dchos por vía de re​clamación internacional."
Tocante la responsabilidad de las 0I, el asunto no ha sido sistemática// estudiado ni tampoco está en la agenda de la CDI
p/ una eventual codificación. Sin embargo, es lógico que la posean y hay indicaciones de que en efecto la tienen: baste
recordar las indemnizaciones acordadas por la ONU a Bélgica y otros Estados cuyos nacionales sufrieron daños con motivo
de las operaciones de las NU en el Congo. En aquella ocasión, la ONU reconoció su responsabilidad internacional y
concluyó acuerdos con los Estados en cuestión p/ ser indemnizados con sumas globales.
4- El Régimen Jurídico aplicable: el Tratado Constitutivo
Por reglas de la organización se entiende, y según dispone el art. 2.1 j), del Convenio de Viena sobre el Derecho de los
tratados de 1986 «en particular los instrumentos constitutivos de la organización, sus decisiones y resoluciones adoptadas de
conformidad con éstos y su práctica estable​cida». En su comentario a este artículo, que en términos similares figuraba en el
Pro​yecto final de artículos, la C.D.I. señalaba que las reglas de una organización compren-den en primer lugar, las normas
incorporadas en su carta constitutiva, en segundo lugar, las normas que se han ido desarrollando a partir o en ejecución de
éstas, en forma es​crita o en la práctica. Con la expresión práctica establecida se quería prescindir de toda práctica vacilante
o indirecta, pero sin pretender inmovilizarla en un momento determi​nado de la vida de la organización.
Cada Organización al actuar va a ir engen​drando un cuerpo de derecho más o menos desarrollado, al que podemos
definir c/ un «conjunto coherente de normas que regulan el funcionamiento de la O.I., las relacio​nes entre sus órganos, entre
éstos y los Estados miembros de la O.I. entre los propios Estados miembros y, en supuestos excepcionales, entre éstos y sus
nacionales, y entre los nacionales de éstos entre sí».
Si nos acercamos a la vida internacional, es fácil percibir cómo la ac​tividad normativa de las O.I. repercute cada vez
más en la creación de normas interna​cionales, bien directa//, a través de procedimientos centralizados e institucionalizados
de creación de normas, bien indirecta//, al influir tal act en los procedimientos tradicionales de elaboración del DI c/ son la
costumbre y el tratado.
Esta capacidad normativa autónoma de las O.I. tiene su base y su origen, expresa o implícita//, en cada uno de los
Tratados que las crean; de ahí que, a la hora de adentrarse en su estudio, sea necesario distinguir entre un derecho originario
y un dere​cho derivado. El derecho originario es el formado por el instrumento constitutivo de la O.I., general// un tratado,
con sus protocolos y anexos y las normas convencionales que, eventual//, lo han venido a completar y modificar a lo largo
del tiempo. Su importancia es manifiesta, ya que constituye el eje en torno al cual se proyecta y ordena la actividad
normativa de la O.I. cara a sus órganos y sus Estados miembros y, en ciertos supuestos, cara también a los nacionales de
estos Estados. Esta actividad normativa desarrollada por los órganos de la O.I. constituye el derecho derivado que se
caracteriza por ser un derecho secundario, homogéneo, unilateral, autoritario, escrito, controlado y variable// autónomo.
El dcho originario de la O.I. está formado por el Tratado constitutivo y a través de otras normas convencio​nales
internacionales, modificando y adaptando a la evolución de la propia O.I.. Este dcho tiene, un origen internacional: un
tratado internacional firmado por los Estados fundadores y, por tanto, constituye un acto jurídico anterior y exterior a la vida
de la O.I.; ahora bien, este tratado presenta unos rasgos característicos que permiten di​ferenciarlo de otros acuerdos
internacionales. Dicho tratado, además, va a constituirse en la espina dorsal del Ordenamiento jurídico de la O.I. y en él
aparecerán identificadas y organizadas, las competencias de la O.I.
A) LOS RASGOS QUE CARACTERIZAN A LOS TRATADOS CONSTITUTIVOS DE LAS OI
C/ destaca el T.I.J. en su dictamen en 1996, dichos tratados desde un punto de vista formal son tratados multilaterales,
pero son tb tratados de un tipo particular, pues «tienen por objeto crear nuevos sujetos de dcho dotados de cierta autono​mía
a los que las partes confían la tarea de realizar unos objetivos comunes». Y, por otro lado, estas características lo acercan a
las funciones que, en el marco de los Estados, cumplen hoy en día las Consti​tuciones nacionales, en el sentido de que en los
mismos se prevén órganos a los que se atribuyen poderes, y además, por el hecho de efectuar un reparto de competencias y
de poderes entre dichos órganos y los Estados miembros.
Este doble carácter convencional e institucional del tratado constitutivo; esto es, c/ acto convencional donde se refleja la
voluntad concordante de los Estados partes y, al mismo tiempo, c/ «constitución» de un nuevo sujeto internacional, hace que
las reglas del derecho de los tratados que le son aplicables.
B) LA NATURALEZA DE LAS COMPETENCIAS DE LAS O.I.
En cuanto, a las competencias de la O.I., no sólo las normativas sino también las or​ganizativas, administrativas y
jurisdiccionales, vemos c/ éstas son atribuidas a la Organización, expresa o implícita//, por el Tratado que la crea y, desde
entonces, los Estados miembros pierden, total o parcial//, su ejercicio pasando las Organiza​ciones a ejercerlas con carácter
exclusivo o compartido y, en este último caso, corres​pondiéndoles este ejercicio cuando razones de eficacia y necesidad así
lo impongan.
De lo que acabamos de señalar, se extraen los tres principios esenciales que inspi​ran el ejercicio de las competencias por
la O.I.. El principio de especialidad, en el sentido de que las O.1. son sujetos internacionales derivados y por tanto creados
p/ alcanzar unos objetivos concretos, fijados por sus Estados miembros, la realización de tales objetivos delimita el alcance
de las competencias de la Organización. El principio de subsidiariedad, según el cual las O.I. sólo intervendrán en la
medida en que los obje​tivos de la acción pretendida no puedan ser alcanzados de manera suficiente por los Es​tados
miembros, y, por consiguiente, puedan lograrse mejor, debido a la dimensión o a los efectos de la acción contemplada, a
nivel de la Organización. Y el principio de atribución, en el sentido de que las O.I. a diferencia de los Estados no gozan de
competencias ilimita​das y sí, tan sólo, de una simple competencia de atribución.
Se hace, necesario el distinguir entre competencias explícitas o expresas y competencias implícitas. En este sentido, y c/
resume DIEZ DE VELASCO, las primeras se enumeran de forma inequívoca en el Tratado constitutivo o en actos
posteriores; por el contrario, las competencias implícitas no están enumeradas o definidas de manera formal o expresa, pero
cabe deducirlas por medio de una interpreta​ción extensiva del Tratado creador o de otros actos posteriores de los Estados
miembros o de la OI, teniendo en cuenta que le son necesarios a la misma p/ el cum​plimiento de sus fines.
La doctrina de las competencias implícitas la encontramos por primera vez formu​lada en la jurisprudencia
constitucional y tiene probable// su origen en una célebre decisión del Juez Marshall en el asunto Mac Cullock c. Maryland,
donde reconocía la existencia de tales competencias y su constitucionali​dad, «con tal que los fines sean legítimos, que estén
en la esfera de la Constitución, to​dos los medios sean apropiados, que sean neta// adaptados a estos fines, que no estén
prohibidos, y que sean compatibles con la letra y el espíritu de la Constitución» .
La jurisprudencia internacional, a su vez, ofrece varios ejemplos de pronunciamien​tos del T.I.J. recogiendo la doctrina
mencionada y reconociendo la existencia de tales competencias en las O.I.
5- Su estructura: LOS ÓRGANOS
Los Estados al crear una OI la dotan de unos órganos pro​pios, permanentes e independientes, destinados a ejercer sus
funciones con vistas a la realización de unos objetivos de interés común. Dichos órganos conforman su estruc​tura
institucional y van a representar la continuidad y estabilidad de la Organización, al tiempo que reflejan su independencia
respecto de los Estados miembros.
En el seno de esta estructura institucional y a través de procedimientos, la OI va a ser capaz de elaborar una voluntad
jurídica diferente e independiente de la de sus Estados miembros. La voluntad así formada se expresará a través de la
adopción de decisiones por sus órganos que le serán directa// imputa​bles a la Organización.
Esta estructura orgánica aparece definida en el tratado constitutivo de la Organización, pero dado el carácter dinámico
de la misma es frecuente que se desarrolle y complete con otros órganos creados posterior//.
Ello explica la existencia de una rica variedad de órganos, fruto en último término de la libertad de autoorganizarse de
cada Organización en concreto.
A) MODALIDADES DE CREACIÓN DE LOS ÓRGANOS
Por regla general los órganos de una OI son creados direc​ta// por el propio tratado fundacional de la misma. En efecto,
estos instrumentos constitutivos suelen contener unas disposiciones donde se indican, con mayor o menor detalle, cuáles
son sus órganos y qué funciones desempeñan (art. 7.1 de la Carta de las N.U, aspecto este último que suele desarrollarse en
unos proto​colos anejos al tratado fundacional, donde se establece el estatuto de la institución de la que se trate, la que a su
vez va, normal//, a elaborar un reglamento interno relativo a su funcionamiento.
Ahora bien, esta estructura institucional inicial u originaria puede resultar insufi​ciente p/ hacer frente a las exigencias.
La decisión de crear estos nuevos órganos puede ser tomada por los órganos pree​xistentes de la Organización a través de un
acto de dcho derivado, o puede ser adop​tada por los Estados miembros de la misma mediante un acuerdo internacional que
complementa el tratado constitutivo de la Organización.
En el 1º caso, el órgano creado va a ser un órgano subsidiario respecto del ór​gano que lo crea (principal), que va a
atribuirle alguna de las competencias que posee de conformidad con las reglas de la Organización de que se trate. En estos
casos puede haber una habilitación general, o una habilitación expresa a uño de los órganos principales p/ que pueda
establecer nuevos órganos y les trans​fiera competencias, o, en fin, tal posibilidad se deduzca de las competencias implícitas
del órgano principal.
Esta naturaleza subsidiaria no significa que el nuevo órgano sea secundario respecto del órgano que lo crea, puesto que
en muchos casos ad-quiere una real autonomía, ejerciendo funciones muy importantes y llegando a imponer en
determinados casos sus de-cisiones al órgano que lo creó.
En el segundo supuesto, los Estados miembros con la finalidad de poder realizar una nueva función que estiman de
interés colectivo o p/ el desarrollo de una función ya existente, van a crear a través de un acuerdo internacional una
insti​tución determinada, a la que van a vincular a la Organización.
Puede ocurrir tb que los Estados miembros por medio de un tratado posterior introduzcan cambios en los órganos
constitucionales de la OI ya estableci​dos.

B) CLASES DE ÓRGANOS
Cada OI posee una estructura orgánica propia adaptada a las funciones y objetivos que persigue. Por tanto esta
estructura difiere de una a otra Organización, según las necesidades que se derivan del funcionamiento de la misma. La
consecuencia es la existencia de una multiplicidad de órganos con denominaciones y funciones muy diversas.
Un criterio de clasificación que se puede aplicar a la generalidad de las Organizaciones es el de la composición de los
órganos. En efecto, existen órganos que están constituidos por representantes de los Es​tados miembros, son los
denominados órganos intergubernamentales que expresan la voluntad política del Estado representado que les da las
oportu​nas instrucciones y al que deben rendir cuentas. Existen igual// órganos que están compuestos por personas
independientes de los Estados de los que son nacionales o de otros Estados, y que actúan por cuenta de la Organización de
la que son sus agentes, quien los ha reclutado en atención esencial// a dos criterios: el de la competencia de cada uno de
ellos y el del reparto geográfico de puestos. Final// en algunas Organizaciones existen órga​nos que ni son exclusiva//
intergubernamentales ni están constituidos por agentes de la Organización, sino que re-presentan a los sectores políticos,
económicos y sociales de los países, en el primer caso estaremos ante las asambleas parlamentarias, en el segundo ante los
Consejos consultivos económicos y so​ciales.
Otro de los criterios es el de la representatividad, esto es, aquel que atiende al número de miembros que están
representados en un deter​minado órgano. De este modo se distinguen en la mayoría de las Organizaciones unos órganos
donde están representados todos sus miembros, por lo que se lo califica de ór​ganos plenarios (son las asambleas,
conferencias, congresos, juntas, etc.), y otros órga​nos donde sólo participan algunos de los miembros, seleccionados en
virtud de distin​tos criterios y que constituyen los órganos restringidos, siendo éstos los consejos ejecutivos, de
administración, de seguridad; las juntas de go​bernadores, de directores; los comités, las comisiones, etc.
Un tercer criterio, distingue los órganos en razón de la función principal que desempeñan y son los siguientes:
a) Órganos deliberantes: En cada Organización hay un órgano en el que pueden estar presentes todos los miembros de
la misma; se trata de un foro donde todos y cada uno de ellos pueden informarse y opinar sobre las actividades de la
Organización. Es órgano de naturaleza plenaria es el encargado de definir la orientación de la Organización , aprobar su
presupuesto y gestión financiera y en colaboración, normal//, con otros órganos decidir sobre la admisión, suspensión y
exclusión de los miembros.
Su composición es general// intergubernamental, esto es, está formado por d legados de los gobiernos de los Estados
miembros, aunque a veces hay excepciones. Su funcionamiento suele inspirarse en el principio de la igualdad de todos los
miembros, aunque también con notables excepciones. Y su denominación es muy variada (AG de la O.N.U.).
El carácter plenario provoca una serie de consecuencias sobre s funcionamiento. En 1º lugar, en las Organizaciones
universales, el número de miembros hará que las reuniones sean costosas y no muy eficaces; de ahí que pueden tener una
periodicidad anual (O.N.U..), bienal, trienal, cuatrienal e incluso quinquenal. Junto a estas sesiones ordinarias, tb hay
extraordinarias p/ debatir problemas concretos o porque el funcionamiento de la OI así lo exige. Las delegaciones de los
Estados miembros en estos órganos pueden alcanzar dife​rentes niveles de representatividad, puesto que incluso puede estar
presidida por el Jefe del Estado o Presidente del gobierno de que se trate, c/ sucede con ocasión de la sesión inaugural de la
AG de las N.U
La ausencia de continuidad que caracteriza la actividad de estos órganos explica el que éstos mayoritaria// a su vez se
apoyen en unas comisiones, comités o grupos de trabajo, de nivel inferior y de composición también plenaria cuyas
delegaciones están formadas por funcionarios de un rango menos elevado o por expertos nombrados por los distintos países.
En ellas se prepararan las políticas generales o las decisiones que luego habrán de adoptar los órganos deliberantes en cada
sesión, bien independiente// o en colaboración con los denominados órganos de decisión.
b) Órganos de decisión: En las Organizaciones regionales estos órganos suelen coincidir con los órganos de
deliberación y tiene por tanto una composición plenaria. Pero, en cambio, en las Organizaciones universales el elevado
número de sus miembros exige que esta actividad sea llevada a cabo por un órgano diferente de carácter restringido, al que
sólo tendrán por tanto acceso algunos de los Estados miembros. El número relati​va// reducido de participantes en estos
órganos de decisión facilita la continuidad del trabajo, la redacción de los textos y, en fin, la toma de decisiones en el terreno
normativo o bien en el operacional.
Esta competencia la puede ejercer el órgano determinado, por sí mismo o por delegación de otros órganos, y puede ser
expresa (que aparecen atribuidas en el tratado constitutivo de la OI), o implícita (derivadas del funcionamiento de la OI),
lle​gando a alcanzar en ocasiones, sus decisiones fuerza obligatoria p/ los Estados miembros, e incluso, ser directa//
aplicables en sus Ordenamientos internos.
La denominación de estos órganos es muy variada. Mientras que su composición también es muy diversa, pero en regla
general consagra:
— la desigualdad real que existe entre los miembros de una OI. Esta desigualdad puede venir determinada por el hecho
de ser países que aportan una mayor contribución económica, por tener una ma​yor importancia en el comercio mundial, o
por ser las grandes potencias en el momento en que se redactó el tratado constitutivo;
— bien una distribución geográfica equitativa de puestos (en la que pueden tam​bién entrar junto al geográfico otros
factores en juego: sistema político, nivel de desa​rrollo, competencia funcional, etc.);
— o bien una combinación de ambos aspectos, esto es, se reserva a los Estados más representativos por tener un interés
general (las grandes potencias) o un interés es​pecífico un número determinado de puestos y las plazas restantes se
distribuyen equitativa// entre el resto de los miembros de la Organización con base a criterios geográficos, políticos, etc.
c) Órganos administrativos: compuesto de agentes de la Organización y dirigido por un Se​cretario General, un Director
General, un Director o un Presidente, nombrado por un período de tiempo determinado, elegido por el órgano deliberante de
la Organización por sí o a propuesta del órgano de decisión.
Las funciones que desarrolla son muy variadas, dependiendo de la Organización, pero entre ellas destacan: 1) las
funciones administrativas: son las que permiten el funcionamiento cotidiano de. la Organización, por ejemplo, preparación
de las reuniones de los diversos órganos y redacción de las correspondientes actas, realiza​ción de traducciones, suministro
de información, etc; 2) las funciones de representación: el Secretario General es el más alto funcionario de la Organización,
y en muchas de ellas es el encar​gado de representarla en el exterior, de representarla jurídica// y de celebrar en su nombre
los acuerdos necesarios; 3) las funciones políticas: en algunas Organizaciones las competencias del Secretario General
abarcan la de presentar propuestas con vistas a la adopción de decisiones por los órganos; y 4) las funciones de ejecución: el
ór​gano administrativo es el encargado de la ejecución de las decisiones adoptadas por la OI, en algunos casos puede haber
coincidencia entre el órgano que participa en la adopción de la decisión y el que la ejecuta.
d) Órganos de control: Estos órganos pueden ejercer un control jurídico (son los tribu​nales de justicia y los tribunales
administrativos), un control político (son algunas asambleas parlamentarias) y un control financiero (son los tribunales de
cuentas). Esta función de control significa que dichos órganos son independientes tanto de los órga​nos de la Organización c/
de los gobiernos de los Estados miembros.
El control jurídico puede efectuarse por órganos permanentes lo que es la excep​ción, o por órganos ad hoc creados p/
resolver un conflicto concreto de interpretación, aplicación o ejecución del derecho de la Organización. A veces este control
se limita a las relaciones en​tre la OI y sus agentes, en cuyo caso es efectuado por Tribunales administra​tivos de las OI o por
el Tribunal existente en la misma con competencias en la materia. Otras veces estos tribunales tienen una competencia de
control general y están abiertos a los Estados y a los órganos de la OI. Final//, existen Tribunales que ejercen un control en
materias restringidas de distinta naturaleza.
El control político es el que eventual// pueden ejercer las asambleas parlamen​tarias. Este control político sólo se
produce cuando la Asamblea parlamentaria representa directa// a los pueblos de los Estados miembros, cuyos ciudadanos
eli​gen a los parlamentarios por sufragio universal y directo, c/ es el caso, hoy en día, del Parlamento Europeo de la U.E.
Las OI disponen de un presupuesto formado por los recursos propios y/o por contribuciones obligatorias o voluntarias
de los 'Estados miem​bros, que va a estar sometido a mecanismos de control. Este control lo suelen ejercer órganos
subsidiarios de la Organización, o bien órganos estableci​dos en el tratado constitutivo.
e) Órganos consultivos: Algunas Organizaciones prevén órganos donde van a estar representados los intereses
económicos y sociales de sus Estados miembros. Sus componentes son nombrados por acuerdo unánime del órgano
deliberante de una lista propuesta por cada Estado miembro, y van a desarrollar una función de carácter consultivo. Existen
igual// OI que establecen órganos consultivos donde van estar representados intereses regionales o locales de los Estados
miembros.
Pero, además de estos supuestos de órganos consultivos, la act cada vez más compleja de las OI les lleva a crear unos
órganos subsidiarios formados por expertos independientes, destinados a preparar el trabajo de los órganos principales y
cuya influencia en las decisiones adoptadas por éstos es variable, pero en algunos ca​sos considerable, c/ ocurre en el marco
de la O.N.U., con la Comisión de DD.HH.
6- La formación de voluntad: Unanimidad, mayoría y concenso
Al definir las Organizaciones internacionales poníamos especial énfasis en uno de sus rasgos característicos, el
representado por su capacidad p/ expresar una vo​luntad jurídica distinta e independiente de la de sus Estados miembros.
Esta voluntad propia de la Organización va a formarse en el seno de su estructura institucional, pudiendo participar en este
proceso uno o varios de sus órganos. Esta voluntad va a plasmarse en unos actos jurídicos de denominación diversa
(resolucio​nes, reglamentos, directivas, decisiones, etc.) que conforman el Dcho de la Orga​nización.
Ello quiere decir que cada OI establecerá sus propios procedimientos de apro​bación de las decisiones a través de las
cuales se manifiesta la voluntad, los órganos que deben participar en el mismo y las modalidades de votación que en ellos se
desarrollen. No obstante se pueden identificar 3 procedimientos: unanimidad, mayoría y el consenso. La opción por uno u
otro de ellos revela, c/ ha dicho DIEZ DE VELASCO, «cuál es la intensidad de la solidaridad colectiva y en qué grado la
Organización se muestra respetuosa con la libertad de los Estados miembros».

A) LA UNANIMIDAD
Este método tiene c/ principal inconveniente el que cada Estado miembro goza de un derecho de veto, lo que puede
hacer muy difícil la adopción de decisiones, sobre todo en las Or​ganizaciones con un importante número de miembros, y
llevar a la paralización de la misma, c/ ocurrió con la Sociedad de Naciones, en la que este procedimiento ocu​paba un lugar
central.
Con la evolución de las Organizaciones la exigencia del con-sentimiento de todos los Estados miembros va a conocer
ciertas moderaciones. De este modo fueron apareciendo distintos métodos; éste ha sido el objetivo del denominado método
de la disidencia, que se utiliza en la O.C.D.E o en la Liga de Estados Árabes, según el cual la decisión adoptada sólo es
aplicable a aquellos Estados miembros que hayan votado a favor de la misma, de manera que los Estados que votan en
contra o se abstienen en la votación se sustraen de su ámbito de aplicación. Una finalidad parecida tiene otro método, esta
vez desarrollado en el Consejo de Seguridad de las N.U. respecto de los cinco miembros permanentes, que consiste en que
la abstención o la no participación de uno de ellos no equivale al ejercicio del derecho de veto a pesar de los dispuesto en el
art. 27.3 de la Carta de las N.U.
No todo en la regla de la unanimidad son desventajas, puesto que, al plasmar el principio de igualdad entre los
miembros, va a proporcionar una garantía a las pequeñas potencias frente a la influencia de las grandes. Se trata, además, de
un procedimiento que fomenta la negociación y el compromiso y garantiza el que ningún miembro vaya a verse obligado
por una resolución adoptada sin su consentimiento. Estas ventajas pro​vocaron el que en la Unión Europea, cuando se debía
pasar del sistema de unanimidad al mayoritario en 1967, el gobierno francés opusiera su veto, iniciándose una larga cri​sis
que desembocó en los «Acuerdos de Luxemburgo» de 1968, donde se establece un sistema de unanimidad concertada que
exige el que antes de la adopción formal de una decisión se llegue a un acuerdo gral si los intereses afectados por dicha
decisión son muy imp p/ uno o varios de los Estados miembros.

B) LA MAYORÍA
La generalidad de las OI posteriores a la 2ª Guerra Mundial prevén que sus órganos adopten las decisiones por mayoría.
Esta mayoría puede ser simple (mitad más uno de los votos emitidos) o calificada (2/3 de los votos usual// o una mayoría
aún más imp en la que intervengan Estados representativos de todos los grupos existentes en la OI), según el órgano de que
se trate y según la mate​ria sobre la que se delibere.
Este procedimiento va, a facilitar la aprobación de las resoluciones, pero tiene c/ inconveniente, sobre todo en las
Organizaciones que cuentan con mu​chos miembros, que pueden convertirse en decisiones pura// formales difíciles de
aplicar a los Estados en situación de minoría.
P/ evitar estos inconvenientes, se han introducido en ciertas Organiza​ciones distintos correctivos; entre ellos hay que
destacar el de la ponderación de los vo​tos y el del «derecho de veto».
En efecto, a la hora de calcular las mayorías se puede partir del principio iguali​tario un Estado un voto. O bien, teniendo
en cuenta la desigualdad real existente en​tre los miembros, ponderar estos votos proporcionando de este modo a los Estados
un número de votos en consonancia con la importancia que tie​nen en la Organización. Los criterios utilizados p/ la
distribución de los votos son muy diversos (en las OI financieras va a ser el de la cuota de participación en el capital de la
OI.
El segundo sistema es el del «derecho de veto» del que disfrutan ciertos Estados miembros, c/ sucede con los cinco
Estados miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las N.U (art. 27 de la Carta de las N.U.), que pueden impedir
cada uno de ellos, con su voto negativo, la adopción de decisiones que exigen una mayoría de votos de los miembros de este
ór​gano.

C) EL CONSENSO
Consiste en la adopción de una decisión dentro de los órganos de las OI sin recurrir a la formalidad de la votación. P/
ello el Presidente del órgano de que se trate, o el portavoz de un grupo de Estados miembros del mismo, negocia un
proyecto de texto con las distintas delegaciones o grupos de Estados, hasta que constata que este proyecto no suscita
nin​guna objeción importante por parte de ninguno de ellos y declara que la decisión puede ser adoptada por consenso.
Constituye un método basado en el diálogo y el compromiso entre grupos de Estados, que favorece la búsqueda de fórmulas
aceptables por todas las partes en la negociación, lo que lleva a veces a textos de contenido vago o ambiguo que puede
prestarse a inter​pretaciones diversas. En cuanto al valor o efecto jurídico de las resoluciones adoptadas por consenso, éste
será el mismo que si hubieran sido aprobadas por votación.
7- Los actos de las OI (Unidad 3)
Todas las OI están poderosa// contribuyendo a centralizar e instituciona​lizar la Sociedad internacional, al ofrecer a la
misma foros dotados de permanencia donde los sujetos internacionales pueden encontrarse, discutir y, eventual//, adop​tar
diversos tipos de actos. No todos estos actos, ni mucho menos, constituirán «actos jurídicos» si entendemos por tales «todo
procedimiento regulado por el DI y destinado a crear una norma internacional, es decir, derechos y obligaciones
internacionales».
Estos actos son muy variados, las funciones que pueden perseguir también lo son (normativa, ejecutiva y jurisdiccional)
y no todas las O.I. están capacitadas p/ produ​cirlos en su totalidad. No obstante, se pueden detectar dentro de la actividad de
la O.I. un mínimo común de ac​tos.
Cabe distinguir estos actos, tal y c/ ha expuesto DIEZ DE VELASCO, según el papel que en su elaboración desempeñe
la O.I. entre actos individuales o unilaterales y actos convencionales y contractuales. El perfeccionamiento de estos dos
últimos requiere la concurrencia de declaraciones de voluntad emanadas de sujetos de Derecho distintos de la propia
Organización; se trata, de actos de nat convencional o bien contractual. De esta categoría de actos pode​mos hacer una
subclasificación según el Derecho que los regule: 1) los Tratados internacionales de los que es parte una OI, regulados por
el D.I. y cuyo régimen jurídico se contempla en el Convenio de Viena sobre el Dcho de los tratados entre Estados y OI o
entre OI de 21 de marzo de 1986; 2) los contratos celebrados entre la OI, por intermedio del Secretario o Director General
de la misma, y los agentes internacionales que en ella prestan sus servicios, sometidos, c/ hemos visto en, al Dcho propio de
cada O.I.; y 3) los contratos que celebra la O.I. p/ satisfacer sus necesidades materiales (adquisi​ción de mobiliario,
instrumentos de trabajo, construcción de edificios), que se rigen en pcpio por el Dcho interno del Estado en que se celebran
y su estudio es propio de otras disciplinas jurídicas.
Se puede, utilizar el término resolución c/ expresión genérica referida a todo acto emanado de un órgano de una O.I., el
de decisión p/ referirse a los actos obligatorios, y recomendación p/ aquellos que, en principio, no crean derecho.
Se debe, advertir en conexión con esto, que los efectos jurídicos de un acto no dependen de la denominación que le ha
sido dada por el órgano que lo ha adop​tado, sino de su objeto y contenido en relación con las definiciones que aporta el
ins​trumento constitutivo de la O.I., e, incluso, podemos ver cómo en una determinada Or​ganización, la terminología que en
la práctica adoptan sus actos puede no coincidir con la que figura en su instrumento constitutivo.
Habrá que examinar caso por caso los distintos supuestos p/ determinar su particular alcance jco. Por tanto no todas las
resoluciones de las O.I. producen efectos jurídicos, de ma​nera que sólo aquellas que establecen una regla de dcho en el
orden jurídico interna​cional van a constituir una fuente autónoma del DI. En este sentido cabe destacar cómo la mayor parte
de las resolu​ciones de las O.I. no constituyen fuente autónoma del DI, puesto que no producen efectos jcos obligatorios al
contener simples recomendaciones de seguir una conducta determinada o una mera invitación o exhortación en este sentido
y, c/ tales, no crean directa// normas internacionales.
Lo cierto es que estas resoluciones, pueden llegar también a constituir un elemento importante en otros procesos de
formación del DI, coadyuvando en la elaboración de tratados multi​laterales y de costumbres.
La actividad normativa de las O.I. es muy abundante y variada, a efectos expositivos cabe distinguir dentro de la
misma: aquellos actos que van a desplegar sus efectos en el interior de su orden jco, creando normas autorreguladoras que
lo completen y adapten, y, aquellos otros actos que se orientan hacia el exterior de la OI estableciendo normas que van a
afectar a otros sujetos internacionales, ya sean éstos Estados miembros o no de la misma u otras Organizaciones.
A) LA COMPETENCIA NORMATIVA INTERNA
Las «reglas de la OI» atribuyen, de manera expresa o im​plícita, a la Organización un poder normativo interno destinado
a regular su propio fun​cionamiento y administración y a adaptarlo a la evolución de sus act y del entorno internacional en la
que ésta se desenvuelve. Los destinatarios de estas normas son, en principio, la propia OI y los sujetos de su Dcho interno
(esto es, las instituciones de la misma, los Estados miembros, determinados particulares, c/ sus agentes y funcionarios, y, en
algunas oca​siones, tb las personas físicas y jurídicas.
A través de estas normas de naturaleza constitucional, administrativa o financiera, la O.I. establece la competencia,
composición y funciones de sus órganos, los procedimientos a seguir en sus relaciones recíprocas e indica qué órganos son
competentes p/ representarla en el plano internacional. Estas normas son tb, utilizadas por la OI p/ fijar los dchos y
obligaciones de sus fun​cionarios y agentes, esto es, el régimen jurídico de la función pública internacional. Por medio de
ellas, la O.l. establece, igual//, su régimen financiero (presupuesto, normas financieras) o fija, en fin, las condiciones de
utilización de sus locales en la ciudad donde esté radicada su sede.
Dentro de este grupo de normas, algunas de las resoluciones presentan un alcance individual o personal y tienen por
objeto atribuir a una persona, Estado u otra O.I. un estatuto jco determinado o investirlo de alguna función, lo que se
concreta en la práctica con actos de terminología variada: admisión, suspensión, exclusión, elec​ción, designación, etc.. Otras
resoluciones van a tener un alcance general, este sería el caso representado por los reglamentos internos de los di​ferentes
órganos, reglamentos financieros, estatutos de los órganos subsidiarios que se crean, etc.
Excepcional//, algunas O.I. reciben el poder de modificar ellas mismas, con efecto obligatorio p/ sus Estados miembros,
las normas de base de su funcionamiento, tal y c/ están establecidas en sus Actas constitutivas, en cuyo caso nos
encontramos ante decisiones ad intra susceptibles de crear normas jcas grales. Suelen tener, asimismo, un caracter mixto
(efectos internos y externos) las resoluciones financieras de las O.I., puesto que éstas van a establecer por un lado los gastos
que la OI puede efectuar, mientras que, por otro lado, van a fijar las cuotas que los Estados miembros deben aportar o los
gastos que deben soportar.
La actividad normativa interna puede manifestarse por medio bien de actos que no son en pcpio, jca// vinculantes, o
bien a través de actos jcos obligatorios. Dentro de la primera categoría podemos incluir las recomendaciones y los
dictámenes dirigidos por un órgano de la O.I. a otro órgano de la misma tanto por propia iniciativa c/ a solicitud de este
último. Un ejemplo es el art. 10 de la Carta de las N.U., donde se dispone que la AG podrá hacer recomendaciones al CS
sobre asuntos o cuestiones de su competencia; al art. 62 tb de la Carta de las N.U., donde se faculta al Consejo Económico y
Social p/ hacer re​comendaciones a la AG sobre asuntos de cáracter económico, social, cultural...; en otro ámbito, c/ el
representado por la C.E., existen también actos de esta naturaleza; así, los arts. 198 y 198C establecen la posibilidad de que
el Consejo Económico y Social y el Comité de las Regiones eleven, respectiva//, dictámenes al Consejo o a la Comisión.
Algunas de estas recomendaciones interorgánicas aún care​ciendo per se de efectos jurídicos pueden limitar la libertad del
órgano al que se dirige, en el sentido de que sin dicha recomendación o propuesta este último no podrá adoptar un
determinado acto, por ejemplo, el poder de decidir la admisión de un miembro en las N.U. lo tiene la AG, pero ella no
puede tomar una decisión al res​pecto si antes no ha recibido una recomendación del CS (art. 4.2 de la Carta de las N.U.).
Dentro de la categoría de actos jurídicos obligatorios, podemos citar, las resolu​ciones relativas al funcionamiento de los
órganos de la O.I.: al respecto, cabe observar cómo la generalidad de los instrumentos constitutivos de la O.I. atribuyen a
sus órganos competencia p/ adoptar sus reglamentos internos en los que se fijan sus reglas de funcionamiento, c/ ocurre con
la Carta de las N.U., cuyos arts. 21, 30, 72, 90, etc., abren esta posibilidad a distintos órganos de las N.U., c/ la AG, el CS,
el Consejo Económico y Social, el Consejo de Administración Fiduciaria.
Jurídica// vinculante van a ser, igual//, las resoluciones de las 0.I. relati​vas a la creación de órganos secundarios. En
algunas O.I. los órganos principales van a estar facultados p/ crear órganos secundarios a través de actos en los que se fija la
existencia, las competencias, la sede, los medios materiales y humanos.
Cabe, final//, refererirse a 2 supuestos de resoluciones internas de carácter obligatorio: los reglamentos relativos a la
función pública internacional, que suelen reci​bir la denominación de Estatutos de los funcionarios y agentes de la
Organización (por ejemplo, el Estatuto de los funcionarios de las N.U. adoptado por la AG el 2 de febrero de 1952). Y los
reglamentos financieros, y más concreta// aquellos que fijan los presupuestos de las O.I., tanto de las que se nutren de las
contribuciones obligatorias y/o voluntarias de sus Estados miembros, c/ de las que disfrutan de recursos propios.
B) COMPETENCIA NORMATIVA EXTERNA
Existe en ciertas O.I. un poder normativo que transciende el ámbito interno de la Organización y afecta a otros sujetos
internacionales e, incluso, en algunos casos a los propios particulares. Estos actos adoptan, a veces, la forma de decisiones
obligatorias y, otras veces, las de recomendaciones carentes en principio de efectos jca// vinculantes. El 1º supuesto se suele
dar con mayor frecuencia en las Organizacio​nes regionales de integración (Unión Europea, Comunidad Andina o
MERCOSUR) y en las Organizaciones internacionales de carácter técnico (O.M.S.), mientras que el 2º es propio de las OI
políticas de al​cance tanto universal c/ regional (O.N.U.).
a) Las recomendaciones
La generalidad de las O.I. se ven atribuidas por sus instrumentos constitutivos la posibilidad de adoptar actos de nat
recomendatoria conteniendo una invitación, dirigida a uno o varios destinatarios, p/ que adopten un comportamiento
determi​nado, sea éste una acción o una abstención.
La regla general es la de la no obligatoriedad de las recomendaciones, si bien en determinados supuestos pueden
producir efectos en el campo jco. En rela​ción con los Estados miembros, y eventual// con los Estados no miembros, una
recomendación no se convierte en obligatoria sino después de una aceptación expresa o tácita.
Además de este supuesto principal, existen ciertos casos particulares; así, se ob​serva cómo algunos tratados
constitutivos de O.I. imponen a sus Estados miembros de-terminadas obligaciones respecto de las recomendaciones que les
son dirigidas c/, por ejemplo, la obligación de notificar a la O.I. el curso que se ha dado a la recomenda​ción o explicar las
razones por las que ésta no se ha acatado o se ha retrasado su cumplimiento. Un caso distinto es aquél en el que los
destinatarios se comprometen a cumplir la recomendación. En este supuesto la recomendación adquiere un carácter
obligatorio, en estos casos se estima que la recomendación se transforma en acuerdo cuando es acep​tada por los Estados
miembros. De manera que, en tanto que acto de la OI seguirá siendo una recomendación, pero en tanto que acto de los
Estados que dan su consentimiento va a constituir un acuerdo en forma simplificada.
b) Las decisiones
El poder normativo externo de las OI adquiere una nat legisla​tiva o cuasilegislativa con las decisiones, sobre todo en
aquellos supuestos en los que son adoptadas según un sistema de mayorías, resultando, en este caso obligados por ellas no
sólo los Estados que votaron favorable//, sino tb aquellos que lo hicieron en contra o se abstuvieron, salvo en los casos en
los que las citadas deci​siones son adoptadas según el sistema denominado «contracting out», pues según el mismo los
miembros tienen el dcho de rechazar el carácter obligatorio de la decisión o el de hacer reservas sin que tal decisión pierda
el carácter obligatorio p/ el resto de los Estados destinatarios.
Estos actos jurídicos obligatorios no tienen siempre el mismo alcance. Así, existen decisiones individuales que
conciernen a un determinado destinatario o grupo de desti​natarios bien definidos. En este último supuesto podemos pensar
en unas decisiones imponiendo una sanción a un determinado Estado o conce​diendo o denengando una ayuda a un
particular determinado.
Existen tb decisiones que tienen un alcance general diferenciándose entre sí por la nat de las obligaciones que imponen.
De este modo cabe referirse a cier​tas decisiones que establecen una obligación de resultado, dejando a su destinatario la
elección de la forma y de los medios p/ lograrlo. En estos casos, va a ser necesario un acto expreso de transposición p/ su
incorporación al dcho interno de los Estados miembros.
Final// algunas OI disfrutan de la competencia p/ adoptar actos jcos unilaterales de carácter gral e imponiendo
obligaciones tanto de resultado c/ de comportamiento.
En algunos casos, esta aplicación obligatoria con carácter gral en todos los Estados miembros se produce desde el
momento de la publicación en el diario oficial de la O.I., o en la fecha en la que en el mismo se indique. Otras veces,
depende de una serie de actividades destinadas a garantizar la vigencia simultánea en los Estados miembros, éste seria el
caso de las normas emanadas de los órganos del MERCOSUR.
Junto a estas O.I. de integración, existen otras OI que disfrutan t​b de la posibilidad de adoptar decisiones de alcance gral
y obligatorias en todo sus elementos. Es el caso de las Organizaciones de carácter técnico. De este modo, la O.M.S. puede
establecer reglamentos sanitarios obligatorios y aplicables en pcpio a todos sus Estados miembros.
Mención particular merecen las decisiones del CS de las NU, tanto por el carácter universal de esta Organización c/ por
el alcance jco de tales actos. En efecto, el art. 25 de la Carta de las N.U. dispone que «Los Miembros de las NU convienen
en aceptar y cumplir las decisiones del CS de acuerdo con esta Carta». El alcance universal de esta disposi​ción se refuerza
con lo establecido en el art. 2.6.° al afirmarse que «La Or​ganización hará que los Estados que no son Miembros de las NU
se con​duzcan de acuerdo con estos Principios en la medida que sea necesaria p/ mantener la paz y la seguridad
internacionales». Pues bien, es precisa// en el marco del man​tenimiento de la paz y la seguridad internacionales (arts. 39 a
48 de la Carta de las N.U.) donde, en principio, se despliegan, aunque no exclusiva//, las decisiones obligatorias del CS, ya
que tb tienen este valor obligatorio, se​gún la Carta de las N.U., por ejemplo las decisiones por las que el CS dicte medidas
p/ ejecutar los fallos del T.I.J.
LA SOCIEDAD DE NACIONES (ANTECEDENTE DE NU)
Orígenes: La Primera Guerra Mundial puso en evidencia que el sistema de diplomacia de conferencias (vigente hasta
principios del siglo XX), no bas​taba p/ garantizar la seguridad de un mundo dividido en Estados territoriales, celosos de su
soberanía, algunos de ellos con pretensiones hegemónicas de alcance mundial.
La idea fue lanzada por Woodrow Wilson; "era necesario crear una OI que garantizara la paz en el mundo".
De conformidad con aquellas ideas, el Tratado de paz de Versalles de 1919 incorporó a su articulado el pacto de la
Sociedad de las Nacio​nes (SN). P/dójica//, Estados Unidos no participó final// de dicha organización (me acuerdo que este
fue uno de los problemas por los que no tuvo éxito. Creo que fue por una cuestión de política interna).
El 10 de enero de 1920, entró en vigor el Tratado de Versalles, y ese mismo año inició sus actividades la Sociedad de
las Naciones, con sede permanente en la ciudad de Ginebra. Nacía así la primera OI de ca​rácter Universal.

Fines: Según el preámbulo del Pacto, la Sociedad buscaba desarrollar la cooperación internacional y garantizar la paz y
la seguridad, objetivos ambiciosos que circunstancias políticas diversas impidieron final// lograr.
Estructura: 3 eran sus órganos pcpales: la Asamblea, el Consejo, y la Se​cretaría Permanente. Tb había 2 órganos
autónomos: la Corte Permanente de Justicia Internacional (CPJI), y la OI del Trabajo (OIT). Los órganos pcpales eran
secundados por otros especiales, creados por la Asamblea o el Consejo, p/ colaborar en el estudio técnico de algunas
cuestiones o ejercer tareas administrativas o ejecutivas.
a) La Asamblea: La Asamblea estaba integrada por representantes de todos los Esta-dos Miembros; cada Estado tenía
un voto. Se reunía una vez por año en forma ordinaria, y podía realizar sesiones extraordinarias. Estaba di​vidida en seis
comisiones de trabajo, donde se analizaban los temas que luego se someterían a la Asamblea en pleno.
b) El Consejo: El Consejo tenía Miembros permanentes y no permanentes. En un principio, los primeros fueron las
principales potencias aliadas en la guerra (Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón; Estados Unidos, no formó parte de la SN);
los no permanentes se elegían entre los Miembros de la Sociedad por la Asamblea. Cuando el Consejo trataba temas que
interesaran particular// a Estados no miembros, se les permitía su participación mediante un representante ad-hoc con voz
pero sin voto.
Las resoluciones se adoptaban por unanimidad, tanto en la Asam​blea c/ en el Consejo, aunque no fuera ésta una regla
"
absoluta, ya que las cuestiones llamadas "de procedimiento requerían p/ su aprobación una mayoría de dos tercios. Esta
rigidez limitó sustancial// el accionar de la organización y fue una de las causas de su final fracaso.
Las resoluciones adoptadas por estos órganos tendían principal// a asegurar la paz y consistían en llamamientos
dirigidos a los Estados Miembros a resolver sus conflictos por alguno de los medios pacíficos conocidos. Los Estados, a
pesar de que conservaban su soberanía, quedaban obligados moral// a actuar en consecuencia.
c) La Secretaría: Tenía la administración de la Sociedad, preparaba los temas a tratar por la Asamblea y el Consejo y
actuaba c/ ejecutora de las resoluciones tomadas por aquellos. Su jefe era el Secretario Gral, designado por el Consejo con
la aprobación de la mayoría de la Asamblea. Existían 2 secretarías adjuntas y tres subsecretarías grales.
Significación y realizaciones: A diferencia de la ONU, la Sociedad de las Naciones nunca alcanzó un alto grado de
universalidad.
Los aliados se opusieron al ingreso de Alemania hasta 1926, y la URSS no fue admitida hasta 1934, cuando ya
Alemania se había reti​rado de la organización (1933). Japón se retiró en el mismo año que Alemania, cuando la Asamblea
censuró su ataque a China, e Italia lo hizo en 1937, tras la adopción de sanciones por su invasión a Abisinia. Varios países
sudamericanos se retiraron de la Sociedad (Costa Rica en 1924, Brasil en 1926, Guatemala, Honduras y Nicaragua en
1936, P/guay y El Salvador en 1937, Venezuela en 1938, y Perú en 1939), mientras que otros se ausentaron temporal// de la
misma (Bolivia entre 1923 y 1929, Perú y Honduras entre 1924 y 1929, la Argentina entre 1920 y 1933). México sólo
ingresó en 1931 y Ecua​dor, que había firmado el Pacto en 1919, sólo lo ratificó en 1934. Es​paña llegó a anunciar su
retirada en 1926, pero se reintegró a la misma en 1928, sin práctica// solución de continuidad. La URSS fue expulsada de
la Sociedad en 1939 por su ataque a Finlandia.
Además de todas estas retiradas, suspensiones y expulsiones, la con​tinuada ausencia de los Estados Unidos constituyó
un factor de debili​dad de la SN y una de las causas más destacadas de su disolución al término de la Segunda Guerra
Mundial.
Cabe señalar tres períodos en la evolución de la Sociedad.
• El primero, entre 1920 y 1923, corresponde a sus años de forma​ción, cuando se crean y estructuran sus instituciones.
El saldo de la pri​mera etapa de la Sociedad fue positivo, y preparó el terreno a una etapa de expansión que se extiende de
1924 a 1930.
• Entre 1924 y 1930, la Sociedad consigue sus principales realizacio​nes. Con el ingreso de Alemania en 1926 parece
que aquélla se va a transformar, de una organización de potencias vencedoras, en una au​téntica organización mundial. En
1928 de firmó el Pacto Briand-Kellogg, de renuncia a la guerra c/ instrumento de política nacional, primera vez en que la
guerra es formal// prohibida.
• La tercera etapa registra los fracasos y virtual desaparición de la SN. Las esperanzas que se podían albergar en el
terreno político a fines de los años veinte se frustraron por la crisis económica mundial y la ex​pansión del fascismo en
Europa y Japón. La década de los treinta, que marca el tercero y último período de la SN se caracteriza por una marcada
agudización de los conflictos internacionales, y culmina con el es​tallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939.
Aunque la Sociedad de las Naciones no fue capaz de enfrentarse con los graves problemas internacionales de su tiempo,
la experiencia no resulto infructuosa. Por un lado, algunos de aquellos problemas fueron resueltos, utilizando los
mecanismos previstos en el Pacto. Luego, muchas de sus instituciones subsistieron en alguna u otra forma y han sido
heredadas por el sistema de las NU. Pero, sobre todo, su experiencia ha servido de base p/ el establecimiento de una nueva
organización mundial, más permanente y eficaz que la anterior, y alrededor de la cual giran un gran número de instituciones
internacionales de cooperación.

LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (UN)


1-Ideas Generales
La ONU constituye el logro histórico// más importante y universal en la seguridad colectiva y, acaso más aún, en la
cooperación internacional. Creada en 1945, cuenta al momento de escribirse estas líneas con la participación de 185
Miembros, lo que constituye la casi totalidad de los Estados que componen la comunidad internacional.
Las NU son algo más que un sistema de mantenimiento de la paz; a través de sus diferentes órganos subsidiarios y de
los orga​nismos especializados que le están asociados, abarca un amplio espec​tro de actividades de cooperación entre los
Estados, c/ el comercio, los intercambios monetarios, la salud, el clima, la aviación civil, el tra​bajo, la navegación marítima
o las comunicaciones, la protección de la propiedad intelectual, el medio ambiente, etcétera.
2- La Carta de NU
En la Conferencia de San Francisco, que da nacimiento formal a la ONU, participaron cincuenta países. La Carta de la
"
ONU estableció una distinción entre las "NU" (Estados aliados) y "Esta-dos enemigos (potencias del Eje). A estos últimos
no se les permitió entrar en la organización c/ Estados fundadores y sólo pudieron ha​cerlo más adelante, cuando cambiaron
las circunstancias políticas.
A diferencia de la Sociedad de las Naciones, en la ONU esta distin​ción entre vencedores y vencidos, desapareció de
hecho en corto plazo. Su Carta estableció una estructura más compleja que la de su predece​sora y entre otras cosas eliminó
la unanimidad de los votos c/ requi​sito p/ aprobar las resoluciones.
a) Propósitos: En su art. 1, la Carta establece los Propósitos, esto es, los fines comunes u objetivos que constituyen la
razón de ser de la Organización.
• El mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales es la tarea principal.
"
Subrayamos internacionales" ya que no compete a la ONU inmiscuirse en los asuntos internos de los Estados (art.
2.7).
• Fortalecimiento de las relaciones de amistad entre las naciones, base de la paz universal.
Este fortalecimiento debe fundarse ineludible// en la igualdad soberana de los Estados y en el respeto a la libre
determinación de los pueblos.
• Realizar la cooperación internacional. Este objetivo se persigue en el vasto terreno de las cuestiones económi​cas,
​sociales, culturales o humanitarias y del respeto por los dchos humanos y libertades fundamentales de todos, sin
discriminación.
• Convertir a las NU en un foro o centro armonizador de los esfuerzos desplegados por los Estados p/ el logro de los
anteriores Propósitos.
b) Principios: P/ la consecución de los anteriores objetivos, el art. 2 enumera los Principios dentro de los cuales ha de
desenvolverse la Organiza​ción, que son el marco general de la actuación de sus órganos.
• la igualdad Soberana de todos los Estados Miembros;
• el cumplimiento de buena fe por ellos de las obligaciones interna​cionales contraídas de conformidad con la Carta;
• el arreglo de las controversias internacionales por medios pacíficos, de tal manera que no se pongan en peligro la paz
y la seguridad inter​nacionales ni la justicia;

• la abstención de recurrir a la amenaza, o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política
de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las NU, que no admite otra excepción
sino la legítima defensa, (art. 51) y la adopción de medidas colectivas;
• la asistencia a las NU en cualquier acción que ésta cumpla en conformidad con la Carta y la abstención de ayudar a
cual​quier Estado contra el cual la Organización estuviere ejerciendo acción preventiva o coercitiva;
• la obligación de la ONU de hacer que los Estados no miembros se comporten de acuerdo con los anteriores
Principios, en cuanto ello sea necesario p/ el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales;
• la no intervención en los asuntos que sean esencial// de la jurisdicción doméstica de los Estados.
A éstos pueden agregarse dos Principios más que rigen la conducta de los Estados Miembros de la ONU, y que surgen
de la Resolución 2625, del año 1970, y que son:
• el principio de la no intervención de un Estado o grupo de Estados en los asuntos de jurisdicción interna de otros
Estados;
• la cooperación pacífica entre los Estados, de conformidad con la Carta.
c) Modificación de la Carta: La reforma está prevista en el art. 108, el que exige p/ ello el voto de las dos terceras
partes de los Miembros de la AG, y la posterior ratificación, de conformidad con sus respectivos procedi​mientos
constitucionales, de las dos terceras partes de los Miembros de las NU, incluyendo los cinco permanentes del CS. Así
adop​tadas, dichas reformas entrarán en vigor p/ la totalidad de los Miem​bros de la Organización, incluidos los que se
hubieran opuesto a ellas.
3- Miembros
La Carta distingue entre los Miembros originarios, que suscribieron la Carta de San Francisco (art. 3) (en total sumaban
51 miembros), y los admitidos, que ingresaron de acuerdo al procedimiento del art. 4.
En la práctica la distinción carece de importancia, ya que todos, con la salvedad de los Miembro, permanentes del CS,
gozan de los mismos dchos y están sometidos a las mismas obligaciones.
"
P/ ser Miembros deben ser Estados amantes de la paz, que acepten las obligaciones establecidas en la Carta, y que, a
juicio de la Organización, estén capacitados p/ cumplir dichas obligaciones y que se hallen dispuestos a hacerlo."
Cinco requisitos deben cumplirse, uno objetivo y cuatro de carácter subjetivo. El objetivo es la calidad de Estado, que
puede sin embargo presentar algunas dificultades tocantes a su condición de independiente.
Dos de sus Miembros originarios, Ucrania y Bielorrusia, formaban parte de la Unión Soviética al momento de
suscribir la Carta de San Francisco. La India, por su parte, era un dominio británico. Lo que in​dica una gran flexibilidad
en los criterios de admisión.
La admisión se realiza por decisión de la AG a reco​mendación del CS. (Art. 4.)
Podrá suspenderse a un Miembro cuando haya sido objeto de acción coercitiva por parte del CS, a recomendación del
mismo Consejo, pero por decisión de la AG. El Consejo podrá restituirlo eventual// a su calidad de Miembro. En la prácti​ca
esta sanción no se ha tomado nunca. (Art. 5.)
"
Todo Miembro que haya violado repetida// los principios contenidos en la Carta" podrá ser expulsado de la
Organización por la AG a recomendación del CS. (Art. 6.) Tampoco hay ejemplo de dicha medida en la práctica de la
Organización.
4- Órganos
a) El Consejo de Seguridad (CS)
• Responsabilidad primordial: Le compete la responsabilidad primordial por el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales.
• Miembros y votos: El veto Está compuesto por 15 Miembros, cinco permanentes (China, Francia, los Estados Unidos
de América, el Reino Unido y Rusia, anterior-// la Unión Soviética) y diez que duran dos años, elegidos por la AG.
Cada Miembro del CS tiene un voto. Las decisiones sobre cuestiones de procedimiento, se adoptan mediante voto
afirmativo de, por lo menos, 9 de sus 15 Miembros. Las decisiones sobre cuestio​nes sustantivas requieren también nueve
votos, pero incluidos en éstos los votos afirmativos de los cinco Miembros permanentes.
Es el derecho de veto, con el que las grandes potencias se aseguraron la posibilidad de bloquear cualquier resolución
que no convenga a sus intereses. Se ha intentado limitar este privilegio de las grandes poten​cias, por ejemplo, cuando se
resolvió que la abstención o la ausencia de una de ellas no significaba un voto negativo o cuando la Asamblea decidió
considerar c/ cuestiones de procedimiento ciertos asuntos, que consecuente// no requieren la mayoría especial de las
cuestiones sustantivas.
• Resoluciones y poderes (Art. 25): Todos los Miembros de las NU convienen aceptar y cumplir las decisiones del
Consejo. Aunque otros órganos de las NU formulan recomendacio​nes a los gobiernos, sólo el Consejo está facultado p/
adoptar decisiones que, en el campo de la paz y la seguridad, son de obligatorio cumplimiento p/ los Estados Miembros.
Las funciones y poderes que la Carta le asigna al Consejo son las siguientes:
• Mantener la paz y la seguridad internacionales de conformidad con los Propósitos y Principios de las NU;
• Investigar toda controversia o situación que pueda crear fricción internacional; recomendar métodos de ajuste de tales
controversias condiciones de arreglo;
• Formular planes p/ el establecimiento de un sistema que regla // los armamentos;
• Determinar si existe una amenaza a la paz, un quebrantamiento de la paz o un acto de agresión y recomendar qué
medidas se deben adoptar;
• Instar a los Miembros a que apliquen sanciones económicas y otras medidas que no entrañen el uso de la fuerza, con
el fin de impedir o detener la agresión. Si fuera necesario, adoptar una acción militar contra el agresor;
• Recomendar la admisión de nuevos Miembros;
• Ejercer las funciones de administración fiduciaria de las NU en zonas estratégicas;
• Recomendar a la AG la designación del Secretario General y, junto con la Asamblea, elegir a los Miembros de la
Corte In​ternacional de Justicia.
b) La Asamblea General (AG)
• Composición y votos: Es el principal órgano deliberativo de las NU. Está compuesto por representantes de todos los
Estados Miembros, cada uno de los cuales tiene derecho a un voto. Las de-cisiones sobre cuestiones importantes (paz y
seguridad, admisión de nuevos Miembros, cuestiones presupuestarias), requieren una mayoría de dos tercios, las de otras
cuestiones, simple mayoría.
• Funciones y poderes
• paz y seguridad internacionales, incluso desarme y limitación de armamentos.
Puede considerar y hacer recomendaciones sobre tales asuntos;
• cualquier cuestión dentro de los límites de la Carta o que afecte a los poderes o funciones de cualquier órgano de las
NU;
• cooperación política internacional, desarrollo del DI y su codificación, dchos humanos y libertades fundamentales y
colaboración internacional en los campos económico, social, cultural, educativo y sanitario;
Puede iniciar estudios y hacer recomendaciones al respecto.
• recibir y considerar informes del CS y otros órganos de las NU;
• presupuesto de las NU y cuotas de los Miembros;
• elección de los Miembros no permanentes del CS, los del Consejo Económico y Social y los elegibles del Consejo de
Administración Fidu​ciaria; participación con el CS en la elección de los Magistrados de la Corte Internacional de Justicia y,
a recomendación del CS, nombramiento del Secretario General.
La AG sesiona en forma ordinaria anual//, desde el tercer martes de setiembre hasta mediados de diciembre. Tiene seis
comisiones prin​cipales: la primera, trata asuntos de desarme y asuntos de seguridad internacional, la segunda cuestiones
económicas y financieras, la terce​ra cuestiones sociales, humanitarias y culturales, la cuarta asuntos re​lativos a la
descolonización, la quinta cuestiones administrativas y de presupuesto y la sexta cuestiones jurídicas. Durante un tiempo
funcio​nó también una Comisión llamada "Política Especial". Además de los ordinarios, la Asamblea puede reunirse en
períodos extraordinarios de sesiones, a solicitud del CS, de una mayoría de los Miembros de las NU, o de un Miembro si la
mayoría de los Miembros está de acuerdo.
Las decisiones de la AG carecen de obligatoriedad jurídica p/ los gobiernos, pero generan una obligación moral y tienen
peso en la opinión pública mundial. La AG es el órgano más democrático de la Organización, ya que en él participan todos
los Miembros y no existen privilegios p/ ninguno de ellos.
c) La Corte Internacional de Justicia
Es el principal órgano judicial de las NU (art. 92) y es sucesora de la antigua Corte Permanente de Justicia In​ternacional
creada por el Tratado de Versalles. Su Estatuto forma parte de la Carta, y está basado en el de la CPJI, c/ lo reconoce
ex​presa// el art. 92. Todo miembro de la ONU es ipso facto parte en el Estatuto y aún los no miembros pueden serlo, de
acuerdo con las condiciones que en cada caso fije la AG a recomendación del CS. (Art. 93.) La CIJ está integrada por
quince jueces, elegidos conjunta// por la AG y el CS en vota​ciones sep/das.
El art. 94 de la Carta establece el compromiso de todos los Miembros de la ONU a cumplir las decisiones de la Corte en
los litigios de que sean parte, y en caso de que alguna de las partes se negare a cumplirla faculta a la otra p/ dirigirse al CS.
Este, si lo considera ne​cesario, podrá hacer recomendaciones o tomar medidas p/ que el fa​llo incumplido se ejecute.
Aunque la Corte sea el órgano judicial principal de la Organización, los Estados Miembros tienen total libertad p/
utilizar otros tribuna-les, ya sea aquellos a cuya jurisdicción se hubieren sometido por acuer​dos existentes, o que puedan
concertarse en el futuro. (Art. 95.)
La corte ejerce dos tipos de funciones, una contenciosa, y otra con​sultiva.
d) El Consejo Económico y Social
• Composición, votos y funciones: Pcpal órgano coordinador de la labor econ y social de la ONU y de los organismos
especializados que conforman "el Sistema de las NU". Actual// está integrado por 54 Miembros elegidos por la Asamblea.
Sus decisiones se adoptan por mayoría simple y son sólo recomenda​torias; cada Miembro tiene derecho a un voto. El

ECOSOC celebra anual// dos períodos de sesiones de un mes de duración, uno en Nueva York y el otro en Ginebra. Su tarea
perma​nente la llevan a cabo sus organismos subsidiarios, que le presentan informes.
Sus funciones son amplísimas, aunque fundamental// actúe c/ órgano preparatorio de resoluciones de la Asamblea. Son
las más importantes:
• servir c/ ámbito central p/ el examen de los problemas eco​nómicos y sociales internacionales, de naturaleza mundial;
• hacer o iniciar estudios, informes y recomendaciones sobre asuntos de carácter económico, social, cultural, educativo,
sanitario y asun​tos conexos;
• promover el respeto por los dchos humanos y las libertades fun​damentales de todos y la observancia de estos dchos y
libertades;
• convocar a conferencias internacionales y preparar proyectos de convención sobre cuestiones de su competencia p/
someterlos a la consideración de la AG;
• negociar acuerdos con los organismos especializados en los cuales se definan sus relaciones con las NU;
• celebrar consultas con las organizaciones no gubernamentales que se ocupen de asuntos en los que entiende el
Consejo.
Dependen del ECOSOC muchos órganos subsidiarios c/: las comisiones de DD.HH., de estadística, de desarrollo social,
de población, de la condición de la mujer y de control de estupefacientes. Existen además, bajo la órbita del ECOSOC 5
comisiones que atienden asuntos regionales, 6 comités permanen​tes y diversos organismos permanentes de expertos que se
ocupan de temas diversos c/ la prevención del delito, planificación del desa​rrollo, y transporte de mercaderías peligrosas.
e) El Consejo de Administración Fiduciaria: Se estableció c/ órgano pcpal de supervisión de la ONU sobre el
régimen creado por la Carta p/ administrar territo​rios en fideicomiso, cuyo objeto era promover el adelanto de los habi​tantes
de los territorios en fideicomiso y su desarrollo progresivo hacia el gobierno propio o la independencia. Dichos objetivos se
han cumpli​do a tal punto que sólo queda uno —un fideicomiso estratégico— de los 11 territorios iniciales: el de las Islas del
Pacífico, administrado por EE.UU.. Los demás alcanzaron un nuevo status, ya sea c/ Estados independientes o mediante su
unión a otros países independientes. Dicho Consejo actúa bajo la autoridad de la AG o, en caso de zona estratégica, bajo la
autoridad del CS. Su número de Miembros se ha reducido al ir disminuyendo el número de países administradores.
f) La Secretaría General
• Composición y funciones: La ONU tiene un Secretario General y los funcionarios que de él de-penden. El Secretario
General es el más alto funcionario de la Organi​zación, y asume la dirección de los servicios administrativos de las NU.
Pero además de sus funciones burocráticas, cuenta con importantes competencias políticas y diplomáticas. De hecho
representa a la Orga​nización frente al exterior y ante la opinión pública, y le corresponden funciones de mediación y
conciliación en el caso de conflictos entre los Estados. La Carta faculta incluso al Secretario General a convocar una
reunión del CS en caso de urgencia, y a llamar la atención de éste sobre cualquier cuestión que ponga en peligro el
mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, así c/ in​terponer sus buenos oficios p/ contribuir a resolver las
controversias internacionales.
Conforme al art. 100 cada Estado Miembro se com​promete a respetar el carácter exclusiva// internacional de las
fun​ciones del Secretario Gral y del personal de la Secretaría, y a no tratar de influir sobre ellos en el desempeño de sus
funciones.
La labor de la Secretaría es tan variada c/ la lista de los problemas que examinan las NU; administración de operaciones
de mantenimiento de la paz, organización de conferencias internacionales sobre problemas económicos y sociales
mundiales, preparación de estu​dios sobre temas c/ los dchos humanos, el desarme y el desarrollo, e interpretación de
discursos, traducción de documentos y distribución, a los medios de comunicación social del mundo, de información acerca
de las NU.
• Elección: El Secretario General es elegido conjunta// por la Asamblea y el CS por períodos que suelen fijarse por 5
años pudiendo ser reelegido.
5- Arreglo Pacífico de controversias. (Capítulo 6 de la Carta)
Los Estados Miembros están obligados a resolver, por los medios pacíficos establecidos en el art. 33 de la Carta, todas
las controver​sias entre ellos cuya prolongación sea susceptible de poner en peligro la paz y seguridad internacionales. Tales
medios son la negociación, la in​vestigación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o
acuerdos regionales o cualquier otro medio que de común acuerdo elijan.
• ¿Quiénes pueden llamar la atención del CS hacia una controversia?
La existencia de una tal controversia, o de una situación que, sin serlo, sea susceptible de crear fricción internacional u
originar una controversia, podrá ser llevada al CS por cualquier Miembro de la Organización (art. 35.1), o por cualquier
Estado no miembro pero que sea parte en la controversia, si acepta las obligaciones de arreglo pacífico de la Carta (art. 35.
2).
La AG (art. 11.3) y el Secretario General podrán llamar la atención del CS sobre controversias que puedan poner en
peli​gro la paz y seguridad internacionales (art. 99). El CS tiene faculta-des p/ investigar toda controversia o situación c/ las
indicadas, p/ determinar si en efecto su continuación hace peligrar la paz y se​guridad internacionales. (Art. 34.)
En algunos casos, el mismo Consejo procede a la investiga​ción, nombrando representantes especiales o pide al
Secretario Gral que interponga sus buenos oficios.
• Medidas del CS: El CS, si lo estima necesario, instará a las partes a que resuelvan su diferencia por los medios
pacíficos anterior// mencionados (art. 33.2). También podrá, en cualquier estado en que se encuentre una controversia o
situación de índole semejante, recomendar los procedimientos apropiados (art. 36.1), teniendo en consideración todo
procedimiento que las partes hayan adoptado p/ su arreglo (art. 36.2) y también que las controversias de orden jurídico
deben general-// ser sometidas por las partes a la CIJ, en conformidad con su Es​tatuto. (Art. 36.3.)
Si las partes en la controversia no logran arreglarla por los anteriores procedimientos, la someterán al CS (art. 37.1), y si
éste estimare que la controversia real// pone en peligro la paz y seguridad internacio​nales, decidirá si proceder de acuerdo al
art. 36 –esto es, recomen-dar un procedimiento o método de ajuste– o recomendar directa// los términos del arreglo que
considere apropiados (art. 37.2).
La AG, que tiene funciones concurrentes con el Con​sejo en materia de paz y seguridad, se abstendrá sin embargo de
hacer recomendaciones sobre una controversia o situación respecto a la cual el CS esté desempeñando las funciones que le
asigna la Carta, a no ser que el mismo CS se lo solicite. (Art. 12.)
Resulta claro que el CS no puede imponer a las partes los términos del ajuste, sólo recomendarlos, excepto natural//
que "su poder resi​dual p/ tratar casos de amenazas a la paz y actos de agresión per​manece intacto.
6- Acción en casos de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión (uso de la fuerza en la
seguridad colectiva). (Capítulo 7 de la Carta)
• En el Consejo de Seguridad: La otra forma de utilización legítima de la fuerza es la que se utili​za por el organismo
mundial, en particular el CS. Debido a la ausencia de los acuerdos del art. 43, que hubieran puesto bajo sus órdenes directas
a tropas aportadas por diversos Estados Miembros, se ha venido aplicando el uso de la fuerza por el CS a través de
recomendaciones p/ que sean los Estados Miembros los que conduzcan las operaciones con fuerzas propias. Pero en
reali​dad, hay diferencias, ya que ambas instituciones están regidas por nor​mas diferentes y la defensa colectiva puede tener
lugar antes de la autorización de cualquier organismo in​ternacional.
Es menester recordar que el art. 51 prevé el carác​ter provisional de la defensa colectiva "hasta que el CS haya tomado
las medidas necesarias p/ restaurar la paz y seguridad internacionales". Es decir, es el CS el órgano encargado primaria// del
mantenimiento de la paz y seguridad; el dcho de legítima defensa, tanto individual c/ colectiva, cede ante su competencia.
Es el Capítulo 7 de la Carta el que se ocupa de este fundamental po​der del Consejo y su art. 39 el que lo autoriza, en
caso de amenaza a la paz, ruptura de la paz o actos de agresión por parte de un Estado o Estados, a tomar las medidas de los
arts 41 y 42, que son sancio​nes destinadas a impedir o a subsanar aquellos actos contrarios a la se​guridad colectiva.
Siendo el CS un cuerpo eminente// político, queda a su criterio determinar cuándo una situación de las contempladas en
el art. 39 se ha producido. Sus acciones no están supeditadas a revisión judicial.
La AG adoptó la Resolución 3314 de 1974, sobre definición de agresión, destinada a servir de guía al CS en la
identificación de conductas agresoras. La Resolución misma, que adopta el sistema de una definición general seguida de
ejemplos parti​culares, provee en su art. 2 que el CS puede, en conformidad con la Carta, concluir que la determinación de
que se ha cometido un acto de agresión no se justifica a la luz de otras condiciones relevantes, incluyendo el hecho de que
los actos en cuestión o sus consecuencias carecen de la gravedad suficiente. Por otro lado, su art. 4 expresa que los ejemplos
dados en la Resolución no son exhaustivos y que el CS puede determinar qué otros actos no contemplados constitu​yen tb
agresión.
"
Las facultades del CS no se limitan a situaciones de tipo militar, ya que el concepto de amenazas a la paz" ha sido
in​terpretado en forma amplia, sobre todo en los últimos tiempos.
Las sanciones del art. 41 no involucran el uso de la fuerza armada; son de tipo político y econ y obligatorias p/ los
Estados miembros de la ONU. Van desde la ruptura de las relaciones econ o de las comunicaciones hasta la de rel
diplomáticas.
Si las medidas anteriores no son suficientes p/ restablecer la paz y seguridad o disipar la amenaza contra ellas, el art. 42
autoriza al CS a utilizar la fuerza armada. La Carta preveía, en su art. 43, que aquella fuerza iba a estar compuesta por
contingentes de diversos Estados Miembros, puestos a disposición del CS por éstos según acuerdos celebrados entre éste y
aquellos. Pero las disidencias que surgieron, so​bre todo entre los Estados Unidos y la entonces URSS, respecto a varios
puntos referentes a dichas fuerzas imposibilitaron que el CS pudiera te​nerlas a su disposición. Nunca, entonces, funcionó el
sistema c/ fue concebido originaria//.
En cambio, se acudió a las recomendaciones del CS: éste recomenda​ba o autorizaba a los Estados Miembros a
promover acciones militares contra los Estados agresores o que amenazaban la paz. Esta práctica se basa en las facultades
generales del Consejo, en cumplimiento de su pri​mordial y preferente función de mantener la seguridad colectiva y se ha
establecido firme//: el CS no da una orden mandatoria a los Estados de utilizar la fuerza, simple// los autoriza a hacerlo.
Lo más interesante en esta expansión de los poderes del CS son las medidas complementarias que éste ha adoptado en
casos recien​tes, en virtud de sus poderes implícitos. Así, el CS impuso a Irak la aceptación de un arreglo de paz y le fijó su
frontera a Kuwait. Lo obli​gó asimismo a destruir una cantidad de armamentos y le impuso, sobre su renta petrolera, una
serie de descuentos destinados a indemnizacio​nes por los daños que produjo su invasión a Kuwait, incluyendo el da​ño
ambiental y el vaciamiento de recursos naturales. Asimismo, impuso en Yugoslavia una política de prohibición de vuelos a
las facciones en pugna y ha sobrepasado en diversas formas lo que era acostumbrado en épocas anteriores.
• En la Asamblea General: La parálisis que afectó al CS c/ consecuencia del abuso del veto por las grandes potencias,
"
motivó que la AG tratara de suplir su acción a través de la famosa resolución Unidos p/ la paz" (Res. 377 (V) de 1950), que
establecía que en caso de que el CS no pudiere actuar en materia de se​guridad colectiva por el veto de alguno de sus
Miembros permanentes, la AG podía abocarse inmediata// a ese asunto con vistas a emitir recomendaciones a los
Miembros, incluyendo en el caso de la ruptura de la paz o de un acto de agresión, el uso de la fuerza ar​mada si fuere
necesaria p/ restaurar la paz y seguridad internacionales: " Esta resolución se utilizó varias veces; en Corea en 1950 y en
Afga​nistán, en relación con la intervención soviética, en 1980.
• Las fuerzas de paz: En 1956, la AG tb la utilizó en el caso de la incursión franco-británica en el Canal de Suez y creó
"
por primera vez una de las llamadas fuerzas de paz", conocida por sus iniciales de UNEF, con el consentimiento de Egipto.
Estas tro​pas no responden a la aplicación de la fuerza por las NU; son observadoras de las treguas, separan las facciones en
lucha y demás, pero no se crean en consecuencia del Capítulo 7 de la Carta ni sig​nifican acción coercitiva, según lo
reconoció la CIJ, desde que son des-plegadas y operan con el consentimiento del Estado territorial. Tampo​co requieren por
eso la autorización del CS, aunque desde hace ya tiempo es el propio CS el que resuelve el envío de estas expedicio​nes, c/
sucedió en el caso de Chipre y en el Medio Oriente.
7- Acuerdos regionales: Capítulo 8
52.1. Ninguna disposición de esta Carta se opone a la existencia de acuerdos u or​ganismos regionales cuyo fin sea
entender en los asuntos relativos al manteni​miento de la paz y la seguridad internacionales y susceptibles de acción
regional, siempre que dichos acuerdos u organismos, y sus actividades, sean compatibles con los Propósitos y Principios de
las NU.
2. Los Miembros de las NU que sean Partes en dichos acuerdos o que constituyan dichos organismos, harán todos los
esfuerzos posibles p/ lo​grar el arreglo pacífico de las controversias de carácter local por medio de tales acuerdos u
organismos regionales antes de someterlas al CS.
3. El CS promoverá el desarrollo del arreglo pacífico de las controversias de carácter local por medio de dichos
acuerdos u organismos re​gionales, procediendo, bien a iniciativa de los Estados interesados, bien a ins​tancia del CS.
4. Este art. no afecta en manera alguna la aplicación de los arts 34 y 35.
53.1. El CS utilizará dichos acuerdos u organismos regionales, si a ello hubiere lugar, p/ aplicar medidas coercitivas
bajo su autoridad. Sin embargo, no se aplicarán medidas coercitivas en virtud de acuerdos regionales o por organismos
regionales sin autorización del CS, salvo que contra Estados enemigos, según se les define en el párrafo 2 de este art.. se
tomen las medidas dispuestas en virtud del art. 107. o en acuer​dos regionales dirigidos contra la renovación de una política
de agresión de parte de dichos Estados, hasta tanto que a solicitud de los gobiernos interesados quede a cargo de la
Organización la responsabilidad de prevenir nuevas agre​siones de parte de aquellos Estados.
2. El término "Estados enemigos" empleado en el párrafo 1 de este art. se aplica a todo Estado que durante la Segunda
Guerra Mundial haya sido enemigo de cualquiera de los signatarios de esta Carta.
54. Se deberá mantener en todo tiempo al CS plena// infor​mado de las act emprendidas de conformidad con acuerdos
re​gionales o por organismos regionales con el propósito de mantener la paz y la seguridad internacionales.
8- Cooperación internacional económica y social: Capítulo 9
55. Con el propósito de crear las condiciones de estabilidad y bienestar p/ las re​laciones pacíficas y amistosas entre las
Naciones, basadas en el respeto al principio de la igualdad de dchos y al de la libre determinación de los pueblos, la
Organiza​ción promoverá:
a) Niveles de vida más elevados, trabajo permanente p/ todos, y condiciones de progreso y desarrollo económico y
social;
b) La solución de problemas internacionales de carácter económico, social y sani​tario, y de otros problemas conexos; y
la cooperación internacional en el orden cultural y educativo: y
c) El respeto universal a los dchos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos
de raza, sexo, idioma o religión y la efectividad de tales dchos y libertades.
56. Todos los Miembros se comprometen a tomar medidas conjunta o sep/da-//, en cooperación con la Organización, p/
la realización de los propósitos con-signados en el art. 55.
57.1. Los distintos organismos especializados establecidos por acuerdos intergu​bernamentales, que tengan amplias
atribuciones internacionales definidas en sus estatutos, y relativas a materias de carácter económico, social, cultural,
educativo, sanitario, y otras conexas, serán vinculados con la Organización de acuerdo con las disposiciones del art. 63.
2. Tales organismos especializados así vinculados con la Organización se deno​minarán en adelante "los organismos
especializados".
58. La Organización hará recomendaciones con el objeto de coordinar las normas de acción y las actividades de los
organismos especializados.
59. La Organización iniciará, cuando hubiere lugar, negociaciones entre los Esta-dos interesados p/ crear los nuevos
organismos especializados que fueren necesarios p/ la realización de los propósitos enunciados en el art. 55.
La responsabilidad por el desempeño de las funciones de la Organización se-Haladas en este Capítulo corresponderá a
la AG y, bajo la autoridad de esta, al Consejo Económico y Social, que dispondrá a este efecto de las facultades ex​presadas
en el Capítulo 10.
9- Declaración relativa a territorios no autónomos : Capítulo 11
73. Los Miembros de las NU que tengan o asuman la responsabili​dad de administrar territorios cuyos pueblos no hayan
alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio, reconocen el principio de que los intereses de los habitantes de estos
territorios están por encima de todo, aceptan c/ un encargo sagrado la obli​gación de promover en todo lo posible, dentro del
sistema de paz y de seguridad in​ternacionales establecido por esta Carta, el bienestar de los habitantes de esos territorios, y
asimismo se obligan:
a) A asegurar. con el debido respeto a la cultura de los pueblos respectivos, su adelanto político, económico, social y
educativo, el justo tratamiento de dichos pueblos y su protección contra todo abuso;
b) A desarrollar el gobierno propio, a tener debida// en cuenta las aspiracio​nes políticas de los pueblos, y a ayudarlos en
el desenvolvimiento progresivo de sus libres instituciones políticas, de acuerdo con las circunstancias especia-les de cada
territorio, de sus pueblos y de sus distintos grados de adelanto;
e) A promover la paz y la seguridad internacionales;
d) A promover medidas constructivas de desarrollo, estimular la investigación, y cooperar unos con otros y, cuando y
donde fuere del caso, con organismos internacionales especializados, p/ conseguir la realización práctica de los propósitos
de carácter social económico y científico expresados en este art.: y
e) A transmitir regular// al Secretario General. a título informativo y dentro de los límites que la seguridad y
consideraciones de orden constitucional re-quieran, la información estadística y de cualquier otra naturaleza técnica que
verse sobre las condiciones económicas, sociales y educativas de los territo​rios por los cuales son respectiva// responsables,
que no sean de los te​rritorios a que se refieren los Capítulos 12 y 13 de esta Carta.
74. Los Miembros de las NU convienen igual// en que su políti​ca con respecto a los territorios a que se refiere este
Capítulo, no menos que con res​pecto a sus territorios metropolitanos, deberá fundarse en el principio gral de la buena
vecindad, teniendo debida// en cuenta los intereses y el bienestar del resto del mundo en cuestiones de carácter social,
económico y comercial.
10- Régimen internacional de administración fiduciaria: Capítulo 12
g
75. La Organización establecerá bajo su autoridad un ré imen internacional de administración fiduciaria p/ la
administración y vigilancia de los territorios que pue​dan colocarse bajo dicho régimen en virtud de acuerdos especiales
posteriores. A dichos territorios se les denominará "territorios fideicometidos".
76. Los objetivos básicos del régimen de administración fiduciaria, de acuerdo con los Propósitos de las NU enunciados
en el art. 1 de esta Carta, serán:
a) Fomentar la paz y la seguridad internacionales;
b) Promover el adelanto político, econ social y educativo de los habitantes de los territorios fideicometidos, y su
desarrollo progresivo hacia el gobierno propio o la independencia, teniéndose en cuenta las circunstancias particulares de
cada territorio y de sus pueblos y los deseos libre// expresados de los pueblos interesados, y según se dispusiere en cada
acuerdo sobre administra​ción fiduciaria;
c) Promover el respeto a los dchos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos
de raza, sexo, idioma o religión, así c/ el reconocimiento de la interdependencia de los pueblos del mundo; y

d)Asegurar tratamiento igual p/ todos los Miembros de las NU y sus nacionales en materias de carácter social,
económico y comercial, así c/ tratamiento igual p/ dichos nacionales en la administración de la justicia, sin perjuicio de la
realización de los objetivos arriba expuestos y con sujeción a las disposiciones del art. 80.
77.1. El régimen de administración fiduciaria se aplicará a los territorios de las si​guientes categorías que se colocaren
bajo dicho régimen por medio de los co​rrespondientes acuerdos:
a) Territorios actual// bajo mandato:
b) Territorios que. c/ resultado de la Segunda Guerra Mundial, fueron se​gregados de Estados enemigos; y
c) Territorios voluntaria// colocados bajo este régimen por los Estados responsables de su administración.
2. Será objeto de acuerdo posterior el determinar cuáles territorios de las catego​rías anterior// mencionadas serán
colocados bajo el régimen de adminis​tración fiduciaria y en qué condiciones.
78. El régimen de administración fiduciaria no se aplicará a territorios que hayan adquirido la calidad de Miembros de
las NU, cuyas relaciones entre sí se basarán en el respeto al principio de la igualdad soberana.
79. Los términos de la administración fiduciaria p/ cada territorio que haya de colocarse bajo el régimen expresado, y
cualquier modificación o reforma, deberán ser acordados por los Estados directa// interesados, incluso la potencia
mandataria en el caso de territorios bajo mandato de un Miembro de las NU. y serán aprobados según se dispone en los art.s
83 y 85.
r
80.1. Salvo lo que se conviniere en los acuerdos especiales sobre administ ación fiduciaria concertados de conformidad
con los art.s 77, 79 y 81 y median-te los cuales se coloque cada territorio bajo el régimen de administración fidu​ciaria, y
hasta tanto se concierten tales acuerdos, ninguna disposición de este Capítulo será interpretada en el sentido de que modifica
en manera alguna los dchos de cualesquiera Estados o pueblos, o los términos de los instrumen​tos internacionales vigentes
en que sean Partes Miembros de las NU.
2. El párr anterior no será interpretado en el sentido de que da motivo p/ demorar o diferir la negociación y celebración
de acuerdos p/ aplicar el régimen de adm fiduciaria a territorios bajo mandato y otros territo​rios, conforme al art. 77.
81. El acuerdo sobre adm fiduciaria contendrá en cada caso las condi​ciones en que se adminisirará el territorio
fideicometido, y designará la autoridad que ha de ejercer la administración. Dicha autoridad, que en lo sucesivo se
denomi​nará la "autoridad administradora", podrá ser uno o más Estados o la misma Orga​nización.
82. Podrán designarse en cualquier acuerdo sobre administración fiduciaria, una o varias zonas estratégicas que
comprendan parte o la totalidad del territorio fideicome​tido a que se refiera el acuerdo, sin perjuicio de los acuerdos
especiales celebrados con arreglo al art. 43.
83.1. Todas las funciones de las NU relativas a zonas estratégicas. incluso la de aprobar los términos de los acuerdos
sobre administración fidu​ciaria y de las modificaciones o reformas de los mismos, serán ejercidas por el CS.
2. Los objetivos básicos enunciados en el art. 76 serán aplicables a la pobla​ción de cada zona estratégica.
3. Salvo las disposiciones de los acuerdos sobre administración fiduciaria y sin perjuicio de las exigencias de la
g
se uridad, el CS aprove​chará la ayuda del Consejo de Administración Fiduciaria p/ desempeñar, en las zonas estratégicas,
aquellas funciones de la Organización relativas a mate​rias políticas, económicas, sociales y educativas que correspondan al
régimen de administración fiduciaria.
84. La autoridad administradora tendrá el deber de velar por que el territorio fideicometido contribuya al mantenimiento
de la paz y la seguridad internacionales. Con tal fin, la autoridad administradora podrá hacer uso de las fuerzas voluntarias,
de las facilidades y de la ayuda del citado territorio a efecto de cumplir con las obligaciones por ella contraídas a este
respecto ante el CS, c/ tb p/ la defensa local y el mantenimiento de la ley y del orden dentro del territorio fideicometido.
85.1. Las funciones de la Organización en lo que respecta a los acuerdos sobre ad​ministración fiduciaria relativos a
todas las zonas no designadas c/ estraté​gicas, incluso la de aprobar los términos de los acuerdos y las modificaciones o
reformas de los mismos, serán ejercidas por la AG.
2. El Consejo de Administración Fiduciaria, bajo la autoridad de la AG, ayudará a ésta en el desempeño de las
funciones aquí enumeradas.

41

BOLILLA 13
ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS (OEA)
1- IDEAS GENERALES Y ANTECEDENTES
La organización internacional de los Estados de las Américas es la más antigua del planeta en cuanto tiene antecedentes
que se remontan a los primeros años de la independencia. Ha sido, en gran medida, el mo​delo en el que se han inspirado
organizaciones similares en otros conti​nentes, e incluso la propia organización mundial en 1918.
Resultaba natural una colaboración entre las diferentes porciones del Imperio Español en América, que reconocían un
origen común, la mis​ma lengua y comunidad de creencias. Si bien después de la independen​cia las fuerzas centrífugas
llevaron a una atomización de las divisiones administrativas del antiguo Imperio, aparecieron tb atracciones centrípetas, que
impulsaban a la unidad y cohesión necesaria p/ enfrentar los peligros del mundo externo, europeo, que avanzaba propósitos
colonialistas.
a) El Congreso bolivariano de Panamá: Así el Libertador Simón Bolivar, desde Perú, envió en 1824 un oficio a los
Gobiernos de Chile, Colombia, las Provincias Unidas del Plata, México, Brasil y Centro América recordando que ya en
1822 había propuesto se creara una confederación que celebraría en Panamá un Congreso de Plenipotenciarios de cada
"
nuevo país americano a fin que actuara c/ un consejo en caso de conflictos, o de peligros comunes... y conciliara las
diferencias que pudieran surgir", y pedía con urgencia se reuniera el Congreso.
"
No todos los invitados concurrieron al Congreso de Panamá celebrado en 1826, que adoptó un Tratado de Unión
Perpetua, Liga y Confederación" entre Perú, Gran Colombia, México y Centro América. Si bien el resultado no alcanzó las
expectativas que alentara Bolívar, es hoy un antecedente simbólico de la unidad de América.
b) Otras tentativas: Hubo varias otras tentativas en el mismo sentido: constituir una confe​deración contra la agresión
exterior (Lima, 1847), tratado sobre diversas materias de cooperación, además de un compromiso de abstención de re​currir
i
a la guerra y un sistema de mediación (Santiago de Chile, 1856), Unión Hi spanoamericana p/ mantener la paz y fijar los
límites respecti​vos (1864 en Lima), arbitraje y unión continental (Caracas, 1883). La participación fue muy parcial y
ninguno alcanzó resultados significativos.
El 29 de noviembre de 1881 el Secretario de Estado norteamericano James Blaine invitó a los países latinoamericanos a
una conferencia en Washington p/ el año 1882 p/ discutir las formas de prevenir gue​rras entre las naciones americanas.
Lamentable//, la guerra entre Perú, Bolivia y Chile frustó la iniciativa.
c) Washington, 1889: Retomada seis años después por el Congreso de los Estados Unidos, que emitió la autorización
correspondiente, el Secretario de Estado Ba​yard formalizó las invitaciones p/ el encuentro a partir del 2 de octubre de 1889.
El 14 de abril de 1890 se firmó un informe que, entre otras cosas, disponía que los Estados se unirían p/ establecer un
Buró Internacio​nal americano con sede en Washington. El resto de las propuestas y propósitos de la conferencia tuvieron
poco éxito y se alcanzaron resul​tados limitados en materia comercial, así c/ una recomendación p/ establecer una Unión
Monetaria. Igual// se recomendó esta​blecer un Plan de arbitraje obligatorio, que nunca entró en vigor por falta de
ratificaciones.
Pero la importancia de esta reunión radica en que inició la serie de conferencias que constituyeron el comienzo del
sistema interamericano, vigente hasta la actualidad.
Al principio no se le asignó a esta unión un carácter político sino tan solo comercial. Así, en 1910 el Buró comercial
"
recibió el nombre de "Unión Panamericana , con que se identifica hasta la actualidad a esta organización.
d) Las conferencias interamericanas: El sistema funcionó reuniéndose a intervalos no específica// fijados en
Conferencias interamericanas (la 2ª en México, 1901-02; la 3ªen Río de Janeiro, 1906; la 4ª en Bs As en 1910; la 5ª en
Santiago de Chile en 1923; la 6ª en La Habana, 1928; la 7ª en Montevideo, 1933; la 8ªen Lima, 1938; la 9ª en Bogotá, 1948
y la 10ª en Caracas, 1954).
La 9ª conferencia de Bogotá fue la última del sistema informal, ya que en esa oportunidad se adoptó la carta de una
in OEA
nueva institución ternacional a la que se denominó (OEA), que recogió la tradición histórica de esta antigua conjun​ción
in
de Estados, dándole una forma acorde con los tiempos que corrían e sertándose en el marco de la nueva Organización
mundial (ONU, capítulo 8, art.s 52 al 54).
e) Intermedio entre conferencias: Los acontecimientos políticos internacionales a partir de la Primera Guerra Mundial y
de la crisis económica de 1929 se sucedieron con creciente gravedad y obligaron a los gobiernos de las Américas a tomar
de-cisiones a su respecto.
"
A iniciativa del Presidente Franklin D. Roosevelt se reunió en Bs As una Conferencia p/ el mantenimiento de la Paz",
"
en 1936, que adoptó un Tratado p/ el mantenimiento, la preservación y el resta​blecimiento de la Paz", así c/ un Protocolo
in i
adicional relativo a la no tervención, por el que Estados Unidos se plegó al concepto latinoamericano de la no ntervención
en los asuntos internos o externos de los Estados.
f) El procedimiento de consultas: En la Octava conferencia (Lima, 1938) se adoptó el procedimiento de consulta de los
Ministros de Rel. Ext. p/ el caso de amenaza a la paz, seguridad o integridad territorial de cualquier repú​blica americana
(Declaración de Lima), que echa los cimientos del sistema de seguridad colectiva posterior// adoptado por los Estados
americanos. Los hechos históricos no hicieron esperar la inauguración del proce​dimiento de consulta: el 1° de septiembre de
1939 estalló la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia por la Alemania nazi.
El 23 de Septiembre, por invitación del Gobierno panameño, se reali​zó la Primera Reunión de consulta de los Ministros
de Rel. Ext. en Panamá, en la cual declararon su neutralidad frente a los acontecimientos europeos y definieron una zona de
seguridad del he​misferio occidental c/ medida de autoprotección continental.
La Segunda Reunión de consulta se celebró en julio de 1940 en La Habana, p/ afrontar el peligro que parecía cierto de
que Alemania venciera en Europa y se apoderara de las colonias de Francia y Gran Bretaña en América.
La Tercera Reunión de consulta (Río de Janeiro, 1942) se reunió a raíz del ataque japonés a los Estados Unidos (Pearl
Harbor, di​c. de 1941) que reafirmó la solidaridad interamericana, resolvió reorganizar el Comité de Neutralidad, recomendó
el rompimiento de relaciones diplomáticas con Japón, Italia y Alemania, aunque a pedido de Argentina y Chile se aclaró
que se permitía a los diferentes Estados actuar según sus diversas circunstancias.
g) Conferencia sobre los problemas de la guerra y de la paz (México, 1945)
Estando próximo el triunfo aliado en la Segunda Guerra, los Estados Unidos, Gran Bretaña, U.R.S.S. y China se
reunieron en Dumbarton Oaks (Washington) p/ reorganizar el mundo de la posguerra median-te una organización mundial
que reemplazara a la Liga de las Naciones. Los países latinoamericanos no fueron invitados a participar, y ante su
preocupación por esta omisión México los invitó a una Conferencia so​bre el futuro del mundo y de la región, reunida entre
el 21 de febrero al 8 de marzo de 1945, que adoptó dos resoluciones importantes:
• el "Acta de Chapultepec" sobre asistencia recíproca y solidaridad americana; y
• la reorganización, consolidación y reforzamiento del sistema inte​ramericano.
Adoptada la Carta de las NU en la Conferencia de San Francisco en 1945, se había previsto en Chapultepec que los
Estados de América concluirían un pacto de seguridad regional colectiva una vez terminada aquella conferencia. Se
reunieron pues en Quitandinha (Brasil) en 1947 en la Conferencia Intera​mericana p/ el Mantenimiento de la Paz y
Seguridad Continentales, adoptando, después de 2 semanas de trabajo, el Tratado Interameri​cano de Asistencia Recíproca
(TIAR), firmado en Río de Janeiro en septiembre de 1947, aún vigente.
h) La IX Conferencia en Bogotá. Redacción de la Carta de la OEA: Así llegamos a la 9º Conferencia Interamericana
celebrada en Bogotá entre el 30 de marzo y el 2 de mayo de 1948, que adoptó la Carta de la OEA y, además, el Pacto de
Bogotá (Tratado americano de soluciones pacíficas), la Convención interamericana sobre concesión de los Dchospolíticos a
la mujer y el Convenio Económico de Bogotá.
Mientras los citados instrumentos reunían el número de firmas y ra​tificaciones p/ entrar en vigor, se reunió en Caracas
la última confe​rencia interamericana, la décima, en 1954. A partir de allí se han ido produciendo sucesivas modificaciones
en el sistema, tanto en cuanto a reuniones c/ a la aparición de nuevos órganos y entidades, c/ en cuanto al ascenso en la
jerarquía de los participantes, que ha llegado hasta in​cluir las reuniones de Jefes de Estado y de Gobierno, con el sistema
llamado de las "Cumbres de las Américas".
2- CARTA DE LA OEA
La organización instituida en la Carta constitutiva adoptada en la 9º Conferencia Internacional Americana en 1948 tuvo
inspiración en la entonces reciente Carta de las NU, en cuyo Capítulo 8 se insertó. Se utilizó c/ base del nuevo instrumento
la experiencia acumulada por los Estados americanos en los años de la difusa Unión Panameri​cana.
"la Carta representa un intento de coordinar el sistema que se desa​rrolló a lo largo de más de medio siglo, clarificando
los principios que le sirvieron de base, mejorar la maquinaria a través de la cual funcio​naba y definir más cuidadosa// las
relaciones entre los órganos".
3- NATURALEZA Y PROPOSITOS
Art. 1: Los Estados americanos consagran en esta Carta la organización internacional que han desarrollado p/ lograr un
orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad
territorial y su independencia. Dentro de las NU, la OEA constituye un organismo regional.
La OEA no tiene más facultades que aquellas que expresa// le confiere la presente Carta, ninguna de cuyas disposiciones la
autoriza a intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de los Estados miembros.
Art. 2: La OEA, p/ realizar los principios en que se funda y cumplir sus obligaciones regionales de acuerdo con la Carta
de las NU, establece los siguientes propósitos:
a) Afianzar la paz y la seguridad del Continente;
b) Promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención;

c) Prevenir las posibles causas de dificultades y asegurar la solución pacífica de controversias que surjan entre los
Estados miembros;
d) Organizar la acción solidaria de éstos en caso de agresión;
e) Procurar la solución de los problemas políticos, jurídicos y económicos que se susciten entre ellos;
f) Promover, por medio de la acción cooperativa, su desarrollo econ, social y cultural;
g) Erradicar la pobreza crítica, que constituye un obstáculo al pleno desarrollo democrático de los pueblos del
hemisferio, y
h) Alcanzar una efectiva limitación de armamentos convencionales que permita dedicar el mayor número de recursos al
desarrollo econ y social de los Estados miembros.
4- PRINCIPIOS: Art. 3: Los Estados americanos reafirman los siguientes principios:
a) El DI es norma de conducta de los Estados en sus relaciones recíprocas.
b) El orden internacional está esencial// constituido por el respeto a la personalidad, soberanía e independencia de los
Estados y por el fiel cumplimiento de las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del dcho internacional.
c) La buena fe debe regir las relaciones de los Estados entre sí.
d) La solidaridad de los Estados americanos y los altos fines que con ella se persiguen, requieren la organización
política de los mismos sobre la base del ejercicio efectivo de la democracia representativa.
e) Todo Estado tiene dcho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social, y a organizarse en
la forma que más le convenga, y tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otro Estado. Con sujeción a lo arriba
dispuesto, los Estados americanos cooperarán amplia// entre sí y con independencia de la naturaleza de sus sistemas
políticos, económicos y sociales.
f) La eliminación de la pobreza crítica es parte esencial de la promoción y consolidación de la democracia
representativa y constituye responsabilidad común y compartida de los Estados americanos.
g) Los Estados americanos condenan la guerra de agresión: la victoria no da dchos.
h) La agresión a un Estado americano constituye una agresión a todos los demás Estados americanos.
i) Las controversias de carácter internacional que surjan entre dos o más Estados americanos deben ser resueltas por
medio de procedimientos pacíficos.
j) La justicia y la seguridad sociales son bases de una paz duradera.
k) La cooperación económica es esencial p/ el bienestar y la prosperidad comunes de los pueblos del Continente.
l) Los Estados americanos proclaman los Dchosfundamentales de la persona humana sin hacer distinción de raza,
nacionalidad, credo o sexo.
m) La unidad espiritual del Continente se basa en el respeto de la personalidad cultural de los países americanos y
demanda su estrecha cooperación en las altas finalidades de la cultura humana.
n) La educación de los pueblos debe orientarse hacia la justicia, la libertad y la paz.
5) MIEMBROS (ART.S DEL 4 AL 9)
Son Miembros de la OEA todos los Estados americanos que ratifi​quen la Carta y que sean independientes y Miembros
de la Organiza​ción de las NU al 10 de diciembre de 1985.
En la Organización tendrá su lugar toda nueva entidad política que nazca de la unión de varios de sus Estados miembros
y que c/ tal ratifique esta Carta. El ingreso de la nueva entidad política en la Organización producirá, p/ cada uno de los
Estados que la constituyen, la pérdida de la calidad de miembro de la Organización.
Cualquier otro Estado americano independiente que quiera ser miembro, deberá manifestarlo mediante nota dirigida al
Secretario General, en la cual indique que está dispuesto a firmar y ratificar la Carta de la Organización así c/ a aceptar
todas las obligaciones que entraña la condición de miembro, en especial las referentes a la seguridad colectiva, mencionadas
expresa// en los art.s 28 y 29 de la Carta.
La AG, previa recomendación del Consejo Permanente de la Organización, determinará si es procedente autorizar al
Secretario Gral p/ que permita al Estado solicitante firmar la Carta y p/ que acepte el depósito del instrumento de
ratificación correspondiente. Tanto la recomendación del Consejo Permanente, c/ la decisión de la AG, requerirán el voto
afirmativo de los 2/3 de los Estados miembros.
La condición de miembro de la Organización estará restringida a los Estados independientes del Continente que al 10
de diciembre de 1985 fueran miembros de las NU y a los territorios no autónomos mencionados en el documento
OEA/Ser.P, AG/doc.1939/85, del 5 de noviembre de 1985, cuando alcancen su independencia.
Un miembro de la Organización cuyo gobierno democrática// constituido sea derrocado por la fuerza podrá ser
suspendido del ejercicio del dcho de participación en las sesiones de la AG, de la Reunión de Consulta, de los Consejos de
la Organización y de las Conferencias Especializadas, así c/ de las comisiones, grupos de trabajo y demás cuerpos que se
hayan creado.
a) La facultad de suspensión sola// será ejercida cuando hayan sido infructuosas las gestiones diplomáticas que la
Organización hubiera emprendido con el objeto de propiciar el restablecimiento de la democracia representativa en el
Estado miembro afectado.
b) La decisión sobre la suspensión deberá ser adoptada en un período extraordinario de sesiones de la AG, por el voto
afirmativo de los 2/3 de los Estados miembros.
c) La suspensión entrará en vigor inmediata// después de su aprobación por la AG.
d) La Organización procurará, no obstante la medida de suspensión, emprender nuevas gestiones diplomáticas
tendientes a coadyuvar al restablecimiento de la democracia representativa en el Estado miembro afectado.
e) El miembro que hubiere sido objeto de suspensión deberá continuar observando el cumplimiento de sus
obligaciones con la Organización.
f) La AG podrá levantar la suspensión por decisión adoptada con la aprobación de 2/3 de los Estados miembros.
g) Las atribuciones a que se refiere este art. se ejercerán de conformidad con la presente Carta.
La OEA tiene su sede en Washington, DC, Estados Unidos (EE.UU.). También tiene oficinas regionales en sus distintos
países miembros. La Organización está compuesta de 35 países miembros. Precisa// Cuba fue suspendida porque la
conferencia consideró que el comunismo era incompatible con el espíritu de la organización americana.
Todos los países americanos son miembros de la OEA, menos Cuba que fue expulsada. No es miembro la Guayana
Francesa ni otros territorios actual// coloniales. Los primeros miembros fueron los 21 países independientes americanos en
el 5 de mayo de 1948:
• Argentina• República Dominicana• Nicaragua
• Bolivia • Ecuador • Panamá
• Brasil • El Salvador • P/guay
• Chile • Guatemala • Perú
• Colombia • Haití • Estados Unidos
• Costa Rica• Honduras • Uruguay
• Cuba* • México • Venezuela
Poco a poco la OEA se fue expandiendo principal// por los países caribeños descolonizados:
• Barbados (miembro desde 1967)
• Trinidad y Tobago (1967)
• Jamaica (1969)
• Granada (1975)
• Surinam (1977)
• Dominica (1979)
• Santa Lucía (1979)
• Antigua y Barbuda (1981)
• San Vicente y las Granadinas (1981)
• Bahamas (1982)
• San Cristóbal y Nieves (1984)
• Canadá (1990)
• Belice (1991)
• Guyana (1991)
6- ESTRUCTURA Y ÓRGANOS
El art. 51 establece los órganos designados p/ "realizar los fines" de la OEA:
• la AG;
• la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores;
• los Consejos, y
• la Secretaría General.
Además se enumeran:
• el Comité Jurídico Interamericano;
• la Comisión Interamericana de DD.HH.;
• las Conferencias especializadas, y
• los organismos especializados.
1- Asamblea General:
La AG es el órgano supremo de la OEA. Tiene c/ atribuciones principales, además de las otras que le señala la Carta, las
siguientes:
a) Decidir la acción y la política generales de la Organización, determinar la estructura y funciones de sus órganos y
considerar cualquier asunto relativo a la convivencia de los Estados americanos;
b) Dictar disposiciones p/ la coordinación de las actividades de los órganos, organismos y entidades de la Organización
entre sí, y de estas actividades con las de las otras instituciones del sistema interamericano;
c) Robustecer y armonizar la cooperación con las NU y sus organismos especializados;
d) Propiciar la colaboración, especial// en los campos econ, social y cultural, con otras organizaciones internacionales
que persigan propósitos análogos a los de la OEA;
e) Aprobar el programa-presupuesto de la Organización y fijar las cuotas de los Estados miembros;
f) Considerar los informes de la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores y las observaciones y
recomendaciones que, con respecto a los informes que deben presentar los demás órganos y entidades, le eleve el Consejo
Permanente, de conformidad con lo establecido en el párrafo f) del art. 91, así c/ los informes de cualquier órgano que la
propia AG requiera;
g) Adoptar las normas grales que deben regir el funcionamiento de la Secretaría Gral,
h) Aprobar su reglamento y, por 2/3 de los votos, su temario.
La AG establece las bases p/ fijar la cuota con que debe contribuir cada uno de los Gobiernos al sostenimiento de la
Organización, tomando en cuenta la capacidad de pago de los respectivos países y la determinación de éstos de contribuir en
forma equitativa. P/ tomar decisiones en asuntos presupuestarios, se necesita la aprobación de los 2/3 de los Estados
miembros.
La OEA cumple con el postulado democrático de que a cada Estado le corresponde un voto. De allí que el órgano
"
supremo sea la AG cuya principal función es "decidir la acción y la política gene​rales de la organización (art. 52). Se reúne
"
una vez al año (art. 55), aunque eventual// "en circunstancias especiales podrá cele​brar sesión extraordinaria con la
aprobación de los 2/3 de los Estados Miembros del Consejo Permanente (art. 56).
Todos los Estados miembros tienen dcho a hacerse representar en la AG. Cada Estado tiene dcho a un voto.
Las decisiones de la AG se adoptarán por el voto de la mayoría absoluta de los Estados miembros, salvo los casos en
que se requiere el voto de los 2/3, conforme a lo dispuesto en la Carta, y aquellos que llegare a determinar la AG, por la vía
reglamentaria.
2- Los Consejos (art. 70 a 79)
El Consejo Permanente de la Organización y el Consejo Interamericano p/ el Desarrollo Integral, dependen directa// de
la AG y tienen la competencia que a cada uno de ellos asignan la Carta y otros instrumentos interamericanos, así c/ las
funciones que les encomienden la AG y la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores.
Todos los Estados miembros tienen dcho a hacerse representar en cada uno de los consejos. Cada Estado tiene dcho a un
voto.
Dentro de los límites de la Carta y demás instrumentos interamericanos, los consejos podrán hacer recomendaciones en
el ámbito de sus atribuciones.
Los consejos, en asuntos de su respectiva competencia, podrán presentar estudios y propuestas a la AG, someterle
proyectos de instrumentos internacionales y proposiciones referentes a la celebración de Conferencias Especializadas, a la
creación, modificación, o supresión de organismos especializados y otras entidades interamericanas, así c/ sobre la
coordinacion de sus actividades. Igual// los consejos podrán presentar estudios, propuestas y proyectos de instrumentos
internacionales a las Conferencias Especializadas.
Cada consejo, en casos urgentes, podrá convocar, en materias de su competencia, Conferencias Especializadas, previa
consulta con los Estados miembros y sin tener que recurrir al procedimiento previsto en el art. 122.
Los consejos, en la medida de sus posibilidades y con la cooperación de la Secretaría General, prestarán a los Gobiernos
los servicios especializados que éstos soliciten.
Cada consejo está facultado p/ requerir del otro, así c/ de los órganos subsidiarios y de los organismos que de ellos
dependen, que le presten, en los campos de sus respectivas competencias, información y asesoramiento. Los consejos
podrán igual// solicitar los mismos servicios de las demás entidades del sistema interamericano.
Con la aprobación previa de la AG, los consejos podrán crear los órganos subsidiarios y los organismos que consideren
convenientes p/ el mejor ejercicio de sus funciones. Los consejos podrán celebrar reuniones en el territorio de cualquier
Estado miembro, cuando así lo estimen conveniente y previa aquiescencia del respectivo Gobierno.
Cada consejo redactará su estatuto, lo someterá a la aprobación de la AG y aprobará su reglamento y los de sus órganos
subsidiarios, organismos y comisiones.
A) EL CONSEJO PERMANENTE: Está constituido el Consejo Permanente por un representante por cada Estado
Miembro, siendo presidido sucesiva// durante seis meses según el orden alfabético español de los países miembros.
Sus funciones son amplias, ya que actúa en forma permanente, c/ su nombre lo indica, y se ocupa de cualquier asunto
que le encomiende la AG o la Reunión de Consulta. Actúa provisional// c/ órgano de consulta en el caso de ataque armado a
un país ame​ricano. Pero su función política principal consiste en velar por las relaciones amistosas entre los Estados
Miembros p/ lo cual los asisti​rá en la solución de controversias que pudieran presentarse.
El Consejo Permanente, en el ejercicio de estas funciones, adoptará sus decisiones por el voto afirmativo de los 2/3 de
sus miembros, excluidas las Partes, salvo aquellas decisiones cuya aprobación por simple mayoría autorice el
reglamento. ​
B) EL CONSEJO INTERAMERICANO P/ EL DESARROLLO INTEGRAL: Estará formado por un representante
por cada Estado Miembro, con nivel ministerial o equivalente. Su función primordial es promover la cooperación entre los
Estados Americanos p/ lograr el desarrollo integral p/ contribuir a la eliminación de la pobreza crítica. P/ realizar sus
diversos fines, el Consejo deberá:
a) Formular y recomendar a la AG el plan estratégico que articule las políticas, los programas y las medidas de acción
en materia de cooperación p/ el desarrollo integral, en el marco de la política general y las prioridades definidas por la AG.
b) Formular directrices p/ elaborar el programa-presupuesto de cooperación técnica, así c/ p/ las demás actividades del
Consejo.
c) Promover, coordinar y responsabilizar de la ejecución de programas y proyectos de desarrollo a los órganos
subsidiarios y organismos correspondientes, con base en las prioridades determinadas por los Estados miembros
d) Establecer relaciones de cooperación con los órganos correspondientes de las NU y con otras entidades nacionales e
internacionales, especial// en lo referente a la coordinación de los programas interamericanos de cooperación técnica.
e) Evaluar periódica// las actividades de cooperación p/ el desarrollo integral, en cuanto a su desempeño en la
consecución de las políticas, los programas y proyectos, en términos de su impacto, eficacia, eficiencia, aplicación de
recursos, y de la calidad, entre otros, de los servicios de cooperación técnica prestados, e informar a la AG.
El Consejo Interamericano p/ el Desarrollo Integral celebrará, por lo menos, una reunión cada año a nivel ministerial o
su equivalente, y podrá convocar la celebración de reuniones al mismo nivel p/ los temas especializados o sectoriales que
estime pertinentes, en áreas de su competencia. Se reunirá, además, cuando lo convoque la AG, la Reunión de Consulta de
Ministros de Relaciones Exteriores o por propia iniciativa, o p/ los casos previstos en el Art. 37 de la Carta.
La ejecución y, en su caso, la coordinación de los proyectos aprobados se encargará a la Secretaría Ejecutiva p/ el
Desarrollo Integral, la cual informará sobre los resultados de ejecución de los mismos al Consejo.
4- El Comité Jurídico Interamericano, con sede en la ciudad de Rio de Janeiro, es uno de los Órganos a través de los
cuales la OEA realiza sus fines. El Comité Jurídico sirve de cuerpo consultivo de la OEA en asuntos jurídicos de carácter
internacional y promueve el desarrollo progresivo y la codificación del dcho internacional en la región.
Además tiene por finalidad el estudio de los problemas jurídicos referentes a la integración de los países en desarrollo
del continente y la posibilidad de uniformar sus legislaciones en cuanto parezca conveniente.
Estará integrado por 11 juristas nacionales de los E miembros, elegidos por un período de 4 años, de ternas presentadas
por dichos Estados. La AG hará la elección mediante un régimen que tenga en cuenta la renovación parcial y procure, en lo
posible, una equitativa representación geográfica. En el Comité no podrá haber más de un miembro de la misma
nacionalidad. Las vacantes producidas por causas distintas de la expiración normal de los mandatos de los miembros, se
llenarán por el Consejo Permanente de la Organización siguiendo los mismos criterios establecidos en el párrafo anterior.
5- Comisión Interamericana de DD.HH. (o CIDH) es una de las dos entidades del sistema interamericano de
protección de DD.HH.. Tiene su sede en Washington, DC.El otro organismo del sistema es la Corte Interamericana de
DD.HH..
Es un órgano de la OEA creado p/ promover la observancia y la defensa de los DD.HH. además de servir c/ órgano
consultivo de la OEA en esta materia.
• Composición: està integrada por 7 personas de reconocida trayectoria en DD.HH.; electos a título personal y no c/
representantes de ningún gobierno, sino representan a los países miembros de la OEA. No puede formar parte de la
Comisión más de un nacional de un mismo Estado. Los miembros son elegidos a título personal por la AG de la OEA, de
una lista de candidatos propuestos por los gobiernos de los Estados miembros. Son elegidos por un periodo de cuatro años y
sólo podrán ser reelegidos una vez.
La Comisión, respecto a los Estados miembros, tiene las siguientes atribuciones:
• Estimular la conciencia de los DD.HH. en los pueblos de América;
• Formular recomendaciones, cuando lo estime conveniente, a los gobiernos de los Estados miembros p/ que adopten
medidas progresivas en favor de los DD.HH. dentro del marco de sus leyes internas y sus preceptos constitucionales, al
igual que disposiciones apropiadas p/ fomentar el debido respeto a esos dchos;

• Preparar los estudios e informes p/ el desempeño de sus funciones;


• Solicitar de los gobiernos de los Estados miembros que le proporcionen informes sobre las medidas que adopten en
materia de DD.HH.;
• Atender las consultas que, por medio de la Secretaría General de la OEA, le formulen los Estados miembros en
cuestiones relacionadas con los DD.HH. y, dentro de sus posibilidades, les prestará el asesoramiento que éstos le soliciten;
• Rendir un informe anual a la AG de la Organización, en el cual se tenga debida cuenta del régimen jurídico aplicable a
los Estados partes en la Convención Americana sobre DD.HH. y de los Estados que no son partes;
• Practicar observaciones in loco en un Estado, con la anuencia o a invitación del gobierno respectivo, y
• Presentar al Secretario General el programa-presupuesto de la Comisión p/ que éste lo someta a la AG de la OEA.
En relación con los Estados partes en la Convención Americana sobre DD.HH., la Comisión tiene las siguientes
atribuciones:
• Diligenciar las peticiones y otras comunicaciones, de conformidad con lo dispuesto en los art.s 44 al 51 de la
Convención;
• Comparecer ante la Corte Interamericana de DD.HH. en los casos previstos en la Convención;
• Solicitar a la Corte Interamericana de DD.HH. que tome las medidas provisionales que considere pertinentes en
asuntos graves y urgentes que aún no estén sometidos a su conocimiento, cuando se haga necesario p/ evitar daños
irreparables a las personas;
• Consultar a la Corte acerca de la interpretación de la Convención Americana sobre DD.HH. o de otros tratados sobre
la protección de los DD.HH. en los E americanos;
• Someter a la consideración de la AG de la OEA proyectos de protocolos adicionales a la Convención Americana sobre
DD.HH., con el fin de incluir progresiva// en el régimen de protección de la misma otros Dchos y libertades, y
• Someter a la AG de la OEA, p/ lo que estime conveniente, por conducto del Secretario General, propuestas de
enmienda a la Convención Americana sobre DD.HH..
En relación con los Estados miembros de la OEA que no son partes de la Convención Americana sobre DD.HH., la
Comisión tendrá, además, las siguientes atribuciones:
• Prestar particular atención a la tarea de la observancia de los DD.HH. mencionados en los art.s I, II, III, IV, XVIII,
XXV y XXVI de la Declaración Americana de los Dchos y Deberes del Hombre;
• Examinar las comunicaciones que le sean dirigidas y cualquier información disponible; dirigirse al gobierno de
cualquiera de los Estados miembros no partes en la Convención con el fin de obtener las informaciones que considere
pertinentes y formularles recomendaciones, cuando lo considere apropiado, p/ hacer más efectiva la observancia de los
DD.HH. fundamentales;
• Verificar, c/ medida previa al ejercicio de la atribución anterior, si los procesos y recursos internos de cada Estado
miembro no parte en la Convención fueron debida// aplicados y agotados.
6- La Corte Interamericana de DD.HH. es un órgano judicial autónomo que tiene su sede en San José de Costa Rica,
cuyo propósito es aplicar e interpretar la Convención Americana sobre DD.HH. y otros tratados de DD.HH. a los cuales se
somete el llamado Sistema interamericano de protección de DD.HH.. Los idiomas oficiales de la Corte son los de la OEA,
es decir, español, inglés, portugués y francés. Los idiomas de trabajo son los que acuerde la Corte cada año. Sin embargo, p/
un caso determinado, puede adoptarse también c/ idioma de trabajo el de una de las partes, siempre que sea oficial.
• Composición: La Corte está compuesta de siete jueces, nacionales de los Estados miembros de la OEA, elegidos a
título personal entre juristas de la más alta autoridad moral, de reconocida competencia en materia de DD.HH., que reunan
las condiciones requeridas p/ el ejercicio de las más elevadas funciones judiciales conforme a la ley del país del cual sean
nacionales o del Estado que los proponga c/ candidatos. No puede haber más de un juez de la misma nacionalidad.
Los jueces de la Corte son electos p/ un mandato de seis años y sólo pueden ser reelectos una vez. El juez electo p/
reemplazar a otro cuyo mandato no ha expirado, completa tal mandato.
• Competencia contenciosa: La Corte tiene competencia p/ conocer de cualquier caso relativo a la interpretación y
aplicación de las disposiciones de la Convención Americana sobre DD.HH. que le sea sometido, siempre que los Estados
partes en el caso hayan reconocido o reconozcan dicha competencia, por declaración especial o por convención especial.
Básica//, conoce de los casos en que se alegue que uno de los Estados partes ha violado un dcho o libertad protegidos
por la Convención, siendo necesario que se hayan agotados los procedimientos previstos en la misma.
Las personas, grupos o entidades que no son Estados no tienen capacidad de presentar casos ante la Corte, pero si
pueden recurrir ante Comisión Interamericana de DD.HH.. La Comisión puede llevar un asunto ante la Corte, siempre que
el Estado cuestionado haya aceptado su competencia. De todas maneras, la Comisión debe comparecer en todos los casos
ante la Corte.
El procedimiento ante la Corte es de carácter contradictorio. Termina con una sentencia motivada, obligatoria, definitiva
e inapelable. Si el fallo no expresa en todo o en parte la opinión unánime de los jueces, cualquiera de éstos tiene dcho a que
se agregue al fallo su opinión disidente o individual.
En caso de desacuerdo sobre el sentido o alcance del fallo, la Corte lo interpretará a solicitud de cualquiera de las partes,
siempre que dicha solicitud se presente dentro de los noventa días a partir de la fecha de la notificación del fallo.
• Competencia consultiva: Los Estados miembros de la OEA pueden consultar a la Corte acerca de la interpretación
de la Convención Interamericana de DD.HH. o de otros tratados concernientes a la protección de los DD.HH. en los Estados
americanos. Además, pueden consultarla, en los que les compete, los órganos de la OEA.
Asimismo, la Corte, a solicitud de un Estado miembro de la OEA, puede darle a tal Estado opiniones acerca de la
compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y los mencionados instrumentos internacionales...
7- La Secretaría General
El órgano central y permanente de la OEA es la Secretaría General. El Secretario General es elegido por la AG por un
período de cinco años y podrá ser reelegido por una sola vez. Dirige y representa la Secretaría y participa con voz pero sin
voto en todas las reuniones de la Organización. Sus funciones específicas están enumeradas en los art.s 118 y 119.
En concordancia con la acción y la política decididas por la AG y con las resoluciones pertinentes de los Consejos, la
Secretaría General promoverá las relaciones económicas, sociales, jurídicas, educativas, científicas y culturales entre todos
los Estados miembros de la Organización, con especial énfasis en la cooperación p/ la eliminación de la pobreza crítica.
La Secretaría General desempeña además las siguientes funciones:
a) Transmitir ex officio a los Estados miembros la convocatoria de la AG, de la Reunión de Consulta de Ministros de
Relaciones Exteriores, del Consejo Interamericano p/ el Desarrollo Integral y de las Conferencias Especializadas;
b) Asesorar a los otros órganos, según corresponda, en la preparación de los temarios y reglamentos;
c) Preparar el proyecto de programa-presupuesto de la Organización, sobre la base de los programas adoptados por los
consejos, organismos y entidades cuyos gastos deban ser incluidos en el programa-presupuesto y, previa consulta con esos
consejos o sus comisiones permanentes, someterlo a la Comisión Preparatoria de la AG y dp a la AG;
d) Proporcionar a la AG y a los demás órganos servicios permanentes y adecuados de secretaría y cumplir sus
mandatos y encargos. Dentro de sus posibilidades, atender a las otras reuniones de la Organización;
e) Custodiar los documentos y archivos de las Conferencias Interamericanas, de la AG, de las Reuniones de Consulta
de Ministros de Relaciones Exteriores, de los consejos y de las Conferencias Especializadas;
f) Servir de depositaria de los tratados y acuerdos interamericanos, así c/ de los instrumentos de ratificación de los
mismos;
g) Presentar a la AG, en cada período ordinario de sesiones, un informe anual sobre las actividades y el estado
financiero de la Organización, y
h) Establecer relaciones de cooperación, de acuerdo con lo que resuelva la AG o los consejos, con los Organismos
Especializados y otros organismos nacionales e internacionales.
El Secretario General Adjunto será elegido por la AG p/ un período de cinco años y no podrá ser reelegido más de una
vez ni sucedido por una persona de la misma nacionalidad. El Secretario General Adjunto es el Secretario del Consejo
Permanente. Tiene el carácter de funcionario consultivo del Secretario General y actuará c/ delegado suyo en todo aquello
que le encomendare. Durante la ausencia temporal o impedimento del Secretario General, desempeñará las funciones de
éste. El Secretario General y el Secretario General Adjunto deberán ser de distinta nacionalidad.
La AG, con el voto de los 2/3 de los Estados miembros, puede remover al Secretario General o al Secretario General
Adjunto, o a ambos, cuando así lo exija el buen funcionamiento de la Organización.
La sede de la Secretaría General es la ciudad de Washington, D.C.
8- La Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores. Adoptada la Reunión de consulta, c/ dijimos
al historiar el sistema, en la Conferencia de Lima (1938), la Carta la mantuvo en el Capítulo 12. A fin de considerar
problemas urgentes, se reúne a pedido de cual​quier Estado Miembro dirigido al Presidente del Consejo, que decide por
mayoría absoluta de votos. En caso de ataque armado dentro del territorio de un Estado americano deberá convocarse de
inmediato por el Presidente del Consejo.
7- REFORMAS:
Los estatutos de la OEA han sido reformados en cuatro ocasiones: por el Protocolo de Buenos Aires (firmado en 1967 y
vigente desde 1970), por el Protocolo de Cartagena de Indias (aprobado en 1985 y vigente desde 1989), por el Protocolo de
Washington (1992) y por el Protocolo de Managua (1993).
Estas enmiendas (que p/ ser efectivas requieren la ratificación de dos terceras partes de los países miembros) fueron
creadas con los siguientes propósitos: lograr una mejor integración y desarrollo económico entre las naciones del
continente, promover y defender las democracias representativas, ayudar a superar la pobreza y lograr una mejor utilización
de los suministros de cooperación técnica. El Protocolo de Washington estipuló que la erradicación de la pobreza extrema
era uno de los objetivos primordiales de la OEA, ya que dicho problema constituye un obstáculo p/ el pleno desarrollo de
los pueblos del continente americano.

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41

BOLILLA 14
LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL
1. Ideas Preliminares
Los comportamientos de los sujetos de D.I. pueden ser valorados teniendo en cuenta su conformidad o contrariedad con
el ordenamiento jurídico internacional. En éste último caso hablamos de hechos ilícitos, los que son generadores de ciertas
consecuencias jurídicas negativas para el sujeto a quien se le atribuyen, entre las cuales la más característica es la
Responsabilidad Internacional.
Evolución Doctrinal:
Doctrina clásica o de la relación bilateral: la relación de responsabilidad originada por la comisión de un hecho
internacionalmente ilícito se configura como una relación interestatal de naturaleza bilateral, en función de la lesión
inferida por un Estado al derecho subjetivo del que es titular el Estado perjudicado. Esta concepción surge de considerar
tradicionalmente a los Estados como únicos sujetos de D.I., por lo que las relaciones jurídicas internacionales se establecían
solamente entre Estados y solo ellos podían cometer un hecho internacionalmente ilícito en caso de violar las obligaciones
por ellos contraídas, dando lugar a una relación de responsabilidad. Por lo tanto, de todo lo dicho se desprenden las
siguientes premisas características de esta tendencia bilateralista:
o Responsabilidad Subjetiva:
- La responsabilidad internacional surge de la contrariedad entre un hecho y el D.I. vigente, sin considerar la
responsabilidad por acciones que, aún no prohibidas, son potencialmente generadoras de daños a terceros (responsabilidad
por riesgo).
- La relación es Bilateral y Directa entre a) el Estado titular de un derecho subjetivo lesionado por el hecho ilícito y b) el
Estado al que el hecho es atribuible.
- La consecuencia jurídica general es una Obligación de Reparar a cargo del Estado al que el hecho es atribuible.
No obstante la doctrina recién expuesta, la sociedad internacional observó en este último tiempo ciertos cambios en su
estructura y funcionamiento que hicieron reconsiderar las pautas tradicionales de responsabilidad internacional, derivando
en una nueva tendencia en esta materia. Tales cambios se produjeron por los siguientes factores:
I. La aparición de nuevos sujetos de D.I.
II. La creciente conciencia de la comunidad internacional de que ciertos comportamientos ilícitos revisten particular
gravedad en la medida en que pueden ocasionar agravios para toda esa comunidad en conjunto, y no ya solo respecto de
Estados específicamente determinados.
Todo esto ha derivado en el planteamiento de una nueva Doctrina en materia de responsabilidad internacional, cuyos
lineamientos básicos son:
o Responsabilidad Objetiva:
- Además de admitir la clásica responsabilidad por hecho ilícito, admite la responsabilidad objetiva o por riesgo de la
realización de aquellas actividades en principio no prohibidas por el D.I. pero potencialmente generadoras de daños a
terceros.
- Irrumpen en la clásica relación bilateral nuevos sujetos de responsabilidad internacional, como son las organizaciones
internacionales e incluso, aunque muy limitadamente, la persona humana.
- La aceptación de la existencia obligaciones erga omnes, es decir, para la comunidad internacional en su conjunto,
atendiendo a su relación fundamental con el ius cogens y a que, por tal razón, su violación implica un agravio para la
totalidad de dicha comunidad.
- Las consecuencias de la responsabilidad internacional ya no se limitan a una consecuente obligación de reparar, sino
que se reconocen distintos regímenes de responsabilidad en función de la distinta naturaleza de la obligación violada, a tal
punto que la reparación ya no implica solamente la compensación por el perjuicio sino también la cesación de la actividad
ilícita o “vuelta a la legalidad”
2. La Responsabilidad Internacional del Estado por hechos ilícitos
2.1. Concepto: es la consecuencia jurídica negativa más característica que se le aplica a aquel sujeto de D.I. a quien le
es atribuible un comportamiento contrario a dicho ordenamiento jurídico, denominado hecho internacionalmente ilícito, y
que se traduce generalmente en el deber de reparar el perjuicio ocasionado.
Fundamento: la doctrina, al considerar el componente subjetivo (Atribución del hecho a un E) del hecho ilícito, ha
producido una progresiva suplantación de la teoría clásica de la culpa por aquella que resalta la conexión causal u objetiva
de este hecho. De este modo se entiende por fundamento de la responsabilidad internacional a la relación causal existente
entre a) la violación de la obligación internacional en que consiste el hecho ilícito y b) la nueva obligación, generalmente de
reparar, que surge para con el sujeto cuyo derecho resulta lesionado por dicha violación.
2.2. Fuentes jurídicas internacionales
• La Costumbre Internacional
• Regímenes de responsabilidad en materias especiales: como por ejemplo el comercio marítimo.
• Principios generales del D.I.
• Jurisprudencia internacional:
❖ Fallo “fábrica de Chorzow”(1928): Sentencia del T.P.J.I. que dirime un conflicto entre Alemania y Polonia suscitado
por una fábrica ubicada en este último Estado, que en definitiva consagra como principio de D.I. la obligación de reparar
resultante de la violación a un compromiso internacional. (Ver resumen del fallo en anexo)
❖ Fallo “Canal de Corfú” (1949): sentencia de la C.I.J. que entiende sobre una omisión por parte de las autoridades
albanesas de notificar sobre la existencia de un campo de minas en sus aguas jurisdiccionales. (Ver resumen del fallo en
anexo)
❖ Fallo relativo al “Personal Diplomático y Consular de los EEUU en Teherán” (1980): Sentencia de la C.I.J. en que
juzga una protesta iraní frente a la Embajada de los EEUU en Irán, que culminó en un ingreso de los manifestantes a la
embajada y la toma de rehenes, constituyendo una clara violación al derecho diplomático por parte de Irán, a quien se le
impone entre otras obligaciones la de indemnizar a los EEUU por los perjuicios ocasionados. (Ver resumen del fallo en
anexo)
• El Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional de NU (CDI) (punto 2.3.)
Surge de la resolución A/53/83 de la Asamblea General de NU (2001) y consiste en una cristalización de la costumbre y
jurisprudencia internacional conformadora del concepto de la responsabilidad internacional hasta la actualidad. Si bien
todavía no ha sido aprobada como convención por los miembros de la comunidad internacional, lo cierto es que éste
proyecto es un instrumento que utiliza la mayoría de los Estados para resolver controversias sobre esta materia, obligatorio
no por su carácter normativo sino por su contenido consuetudinario: al compilar costumbre internacional, esta obliga a los
sujetos de D.I. Es de destacar sin embargo que el alcance de este proyecto se limita a los hechos ilícitos cometidos por los
Estado únicamente, sin mencionar otros organismos que puedan a su vez ser sujetos de D.I.

2.4. El Hecho Internacionalmente ilícito:

Hecho atribuible a un sujeto jurídico-internacional que, constituyendo una violación o infracción del D.I.,

a) lesiona derechos de otro sujeto u otros sujetos de dicho ordenamiento,


b) o incluso derechos o intereses de los que sería titular la propia comunidad internacional, dando lugar entre otras
consecuencias posibles, a la responsabilidad del sujeto autor del hecho.
2.4.1. La Calificación del HII: De este modo, la palabra hecho expresa la idea de conducta, ya sea un comportamiento
activo o pasivo, en que reside todo evento atribuible a un sujeto de derecho; el adjetivo ilícito en cambio evoca la idea de
contravención, y se expresa en dos planos: el relativo al Derecho objetivo, al contravenir una regla jurídico-internacional, y
el relativo al derecho subjetivo, lesionado como consecuencia del incumplimiento de la obligación impuesta por la regla en
cuestión. Finalmente, la pauta para calificar de internacionalmente ilícito a un hecho esta dada por el Art. 3º del proyecto de
la C.D.I. que establece:
“La calificación del hecho del Estado como internacionalmente ilícito se rige por el Derecho Internacional. Tal
calificación no es afectada por la calificación del mismo hecho como lícito por el Derecho Interno”
Es decir, nadie podrá invocar el Derecho Interno para excusarse sobre el incumplimiento de una obligación.
2.4.2. Elementos del hecho internacionalmente ilícito
▪ La existencia de una conducta (acción u omisión) con relevancia en el plano jurídico internacional,
▪ que con esa conducta se viola una obligación establecida por una regla de D.I. en vigor,
▪ la posibilidad de atribuir dicha conducta a un sujeto de D.I. y
▪ la circunstancia de haberse producido un daño como consecuencia de la acción u omisión contraria a aquella
obligación.
Sin embargo, estos cuatro elementos pueden ser subsumidos en dos básicos:
▪ Elemento Subjetivo: posibilidad de atribuir el hecho o comportamiento a un sujeto determinado.
▪ Elemento Objetivo: consistente en que mediante tal hecho o comportamiento se viole una regla de D.I.
Por su parte, la C.D.I. distingue en el artículo 2º de su poryecto los dos elementos de atribución y obligación recién
mencionados, al establecer:
“Hay hecho internacionalmente ilícito del Estado cuando un comportamiento consistente en una acción u omisión:
a) Es atribuible al Estado según el Derecho Internacional; y
b) Constituye una violación de una obligación internacional del Estado.
Procederemos ahora a analizar cada uno de estos dos elementos en particular.
2.4.2.1. El elemento subjetivo, o elemento de la Atribución
Alude a la presencia de una conducta activa (acción) o pasiva (omisión) y a la posibilidad de atribuir esa conducta a un
determinado sujeto de D.I.
Especificándonos en el Estado como uno de los sujetos recién mencionados, el elemento subjetivo refiere a la
posibilidad de atribuir un comportamiento, no a la persona o conjunto de personas que lo ha tenido materialmente, sino al
propio Estado, fundándose en que lo relevante no es la actitud psicológica de los individuos que actúan como órganos del
Estado, sino la conducta objetiva del Estado per se. De aquí surge lo que la doctrina entiende por responsabilidad objetiva.
Teniendo en cuenta que el Estado actúa a través de individuos, el problema de atribuir a un Estado un hecho
internacionalmente ilícito se conecta básicamente a lo siguiente: la calidad o no de órganos del Estado respecto de las
personas autoras del hecho; y las condiciones en que tales personas actúan.
A) El comportamiento de los órganos del Estado: Es un principio básico el de que, por regla general, se atribuyen al
Estado los hechos de sus órganos o agentes en tanto que integrantes de la organización estatal. Cabe ahora considerar
entonces a quienes se entiende por órganos o agentes del Estado: El artículo 4.2 del proyecto de la C.D.I. nos da la solución
al establecer:
“Se entenderá que órgano incluye toda persona o entidad que tenga esa condición según el Derecho interno del
Estado”
Esta remisión al Derecho Interno se funda en la capacidad del Estado para auto organizarse, e implica que el D.I.
considera la pertenencia a la organización del Estado como un presupuesto para apreciar su responsabilidad internacional,
tal como establece el artículo 4.1 del proyecto citado:
“Se considerará hecho del Estado según el D.I. el comportamiento de todo órgano del Estado, ya sea que ejerza
funciones legislativas, ejecutivas, judiciales o de otra índole, cualquiera sea su posición en la organización del Estado y
tanto si pertenece al gobierno central como a una división territorial del estado”
De este modo queda claro que, si bien el D.I. hace uso del Derecho Interno para determinar a quienes se entiende como
órgano estatal, luego le es indiferente si dicho órgano pertenece a cualquiera de los poderes clásicos o si sus funciones son
de carácter internacional o interno. Además de responder por los actos de sus órganos “stricto sensu”, el Estado responderá
también:
▪ Por la conducta de entidades públicas territoriales u otras que estén facultadas por el Derecho Interno para ejercer
prerrogativas del poder público (Artículo 4.1. proyecto de la C.D.I.) (i.e. municipios, regiones, provincias o entidades
federadas, reservando la cuestión de la responsabilidad directa o indirecta del Estado Federal a las reglas de su propia
estructura política)
▪ Por la conducta de órganos puestos a disposición del Estado por otro Estado (Art. 6 proyecto de la C.D.I.)
▪ Por la conducta de órganos del Estado, o de personas o entidades facultadas para ejercer atribuciones del poder
público, que actúen excediéndose en su competencia con arreglo al Derecho Interno (Art. 7 ídem): alude a la
irrelevancia para el D.I. de que el acto haya sido o no ultra vires, responde por ambos.
La C.D.I. propugna considerar atribuibles al Estado esta amplia variedad de actos basándose en la idea de seguridad que
debe presidir las relaciones internacionales, ya que de seguirse el criterio contrario se le daría al Estado una escapatoria para
sustraerse a su propia responsabilidad.
B) El comportamiento de los particulares: los hechos realizados por los particulares no se considerarán como actos del
Estado a los efectos de considerar la posible responsabilidad de éste, salvo las excepciones siguientes:
▪ La actuación de hecho de una persona o grupo de personas bajo las instrucciones, dirección o control del Estado (Art.
8 ídem)
▪ Principio de la debida diligencia: si bien al Estado no le serán atribuibles los hechos de los particulares, sí podrá
resultar responsable por su pasividad o falta de diligencia en la prevención o represión de tales actos, en cuyo caso el Estado
no estaría asumiendo como suyos los actos de los particulares, sino por su propia omisión en cuanto constitutivos la
violación de una obligación internacional de vigilancia y protección. (tales son los argumentos del Fallo relativo al
“Personal Diplomático y Consular de los EEUU en Teherán” (1980), ver anexo)
C) El comportamiento de movimientos insurrecionales: Si los comportamientos de los particulares no pueden ser
tenidos por hechos del Estado a los efectos de la responsabilidad internacional, a fortiori no podrán serlo los hechos
realizados por movimientos insurrecionales, en su condición de entes dotados de un aparato institucional propio, distinto y
paralelo al del Estado en cuyo territorio están establecidos y capaces por ello de incurrir por si mismos en responsabilidad
internacional.
Con movimientos insurreccionales nos referimos a tales entes, como grupos insurgentes, rebeldes con estatuto de
beligerancia, movimientos de liberación nacional, frentes revolucionarios, todos los cuales tienen como objeto de lucha i)
crear un nuevo Estado, a expensas del estado constituido, o bien ii) sustituir el gobierno de un Estado por un nuevo
gobierno, actuando en el territorio de ese Estado.
La regla entonces es que el Estado no responde por los hechos realizados por estos grupos, aunque haciendo dos
salvedades:
▪ Principio de la debida diligencia: si bien al Estado no le serán atribuibles los hechos de los movimientos insurgentes,
sí podrá resultar responsable por los hechos de sus propios órganos consistentes en dejar de cumplir sus obligaciones de
vigilancia, prevención y represión a su cargo en relación con la actuación de los rebeldes. Lo más común es que se aduzca la
omisión del deber de represión ex post (castigo de los autores de los hechos ilícitos una vez sofocada la rebelión) para
justificar la responsabilidad, ya que es muy difícil para un Estado poder prevenir y reprimir eficazmente durante la
contienda los hechos dañosos del movimiento insurreccional.
▪ Cuando los hechos de los movimientos insurreccionales resultaren triunfantes en torno a su objeto, ya sea que i) este
movimiento se convierta en el nuevo gobierno de un Estado o ii) que su actuación de lugar a la creación de un nuevo
Estado en el territorio de un estado preexistente. (Art. 10 proyecto de la C.D.I.)
2.4.2.2. El elemento Objetivo o elemento de la Violación
Consiste en que el comportamiento atribuible al Estado constituye una violación de una obligación internacional a su
cargo, elemento al cual muchos autores agregan otro: la producción de un daño, a resultas de dicha violación.
El proyecto de la C.D.I. establece al respecto en su artículo 12:
“Hay una violación de una obligación internacional por un Estado cuando un hecho de ese Estado no esta de
conformidad con lo que de él exige esa obligación, sea cual fuere el origen o la naturaleza de esa obligación”
Es decir que lo que constituye la esencia misma de la ilicitud es el contraste entre el comportamiento adoptado en la
realidad y el que jurídicamente se debiera haber tenido.
Además, es de destacar que para poder calificar de ilícito un hecho es preciso que la obligación a la que dicho hecho
contraría esté en vigor al tiempo de la realización de éste, respecto del sujeto responsable. (Art. 13 del proyecto de la C.D.I.)
2.4.3. Circunstancias que excluyen la ilicitud
La exoneración de la responsabilidad internacional resulta del hecho de que, en ciertas circunstancias excepcionales, el
comportamiento del Estado (o, en su caso, de otro sujeto de D.I.) se ve exento de la tacha de ilicitud y tal como expresa en
ese sentido la C.D.I., “toda circunstancia que excluya la ilicitud de un hecho tiene necesariamente el efecto e excluir
igualmente la responsabilidad”. Esto sin perjuicio de aquellas circunstancias que, aún excluyendo la responsabilidad, no
excluyan a la vez la ilicitud del hecho: y así a partir de la distinción de origen penalista entre i) causas de justificación, que
suprimen el carácter antijurídico del hecho, y ii) causas de inimputabilidad, que descartan el reproche de la conducta, si bien
no pueden volverla conforme a Derecho)
En conclusión entonces, el Estado solo es responsable por los hechos antijurídicos que de algún modo le son
imputables, y no por aquellos que aún pudiendo causar daño a otro Estado o súbdito extranjero, sea conforme al Derecho
internacional.
Como causas de exclusión de la ilicitud, y por ende de la responsabilidad internacional, la C.D.I. recoge en su proyecto
las siguientes:
A) Consentimiento del Estado perjudicado (Art. 20 proyecto de la C.D.I.): Se da con una doble limitación: por un lado
es condición básica que el mismo sea valido, es decir, no este viciado por la coacción, el error o el dolo; por otro lado, no
podrá servir de causa de exoneración de la responsabilidad si la obligación violada dimanase de una norma de Ius Cogens
internacional (Art. 26), como por ejemplo el consentimiento dado por un Estado a una invasión de su propio territorio por
parte de otro Estado.
B) Contramedidas Legítimas (Art. 22 ídem): constituyen reacciones legítimas frente al ilícito ajeno y, por tanto, de
exclusión de la responsabilidad del Estado que reacciona. Dichas contramedidas, ha dicho la jurisprudencia, deben
i. ser adoptadas como respuesta a un hecho internacionalmente ilícito,
ii. dirigidas al Estado responsable del mismo
iii. y recién luego de la petición del Estado responsable de que cese ese hecho o lo repare;
iiii. ser proporcionadas a los daños sufridos y
v. ser reversibles, en la medida en que su objeto es incitar al Estado autor del hecho ilícito a cumplir sus obligaciones
internacionales.
(Profundización de esta causa de exoneración como modo de hacer efectiva la responsabilidad del Estado, en el punto
2.6.2. de esta unidad.)
C) Fuerza mayor o caso fortuito (Art.23 ídem): cuando el hecho internacionalmente ilícito se debe a una fuerza
irresistible o un acontecimiento imprevisto, ajenos al control del Estado, que hacen materialmente imposible cumplir con la
obligación. No procede esta causa de exclusión cuando i) la situación de fuerza mayor se deba al comportamiento del
Estado o ii) éste haya asumido el riesgo de que se produjera dicha situación.
D) Peligro extremo (Art. 24 ídem): se da cuando el autor del hecho no tiene razonablemente otro modo, en una
situación de peligro extremo, de salvar su vida o la de otras personas confiadas a su cuidado, con excepción de que i) dicha
situación peligrosa se deba al Estado que la invoca o bien ii) que el hecho en cuestión provoque un peligro aún mayor.
E) Legítima defensa (Art. 20 ídem): si bien es una causa de exoneración de la responsabilidad, debe aceptarse con los
condicionamientos estrictos con que aparece configurada en el Art. 51 de la Carta de N.U., a saber: respuesta a una agresión
actual, carácter provisional del hecho, subordinación al control del Consejo de Seguridad, etc.
F) Estado de necesidad (Art.25 ídem): implica que i) el hecho es el único modo de salvaguardar un interés esencial del
Estado contra un peligro grave e inminente, ii) que ese hecho no afecte gravemente a un interés esencial del Estado
(responsable del cumplimiento de la obligación) respecto del cual la obligación existe, y iii) que el Estado no haya
contribuido a que sobrevenga el estado de necesidad.
2.5. El contenido de la responsabilidad internacional del Estado
2.5.1. Consecuencias jurídicas de un HII (Hecho Internacional Ilícito)
Al comenzar esta unidad dijimos que la responsabilidad internacional implicaba una consecuencia jurídica, quizás la
más característica, de la comisión de un hecho internacionalmente ilícito. Ahora bien, el proyecto de la C.D.I. especifíca a
partir del artículo 28, una serie de consecuencias jurídicas que en su conjunto hacen al contenido de la misma
responsabilidad internacional, tal como establece el artículo recién citado:
“La responsabilidad internacional del Estado que, de conformidad con las disposiciones de la primera parte, nace de
un hecho internacionalmente ilícito produce las consecuencias jurídicas que se enuncian en la presente parte”

​Estas consecuencias son, a saber:


• Continuidad del deber de cumplir la obligación (Art. 29 proyecto de la C.D.I): El deber del Estado responsable del
hecho ilícito, de cumplir con la obligación violada, subsiste independientemente de las consecuencias jurídicas que surgan.
• Cesación y no repetición (Art. 30 ídem): El Estado responsable estará obligado a i) poner fin al hecho, si continúa, y
ii) ofrecer las garantías adecuadas de no repetición, si las circunstancias lo exigen.
• Reparación (Art. 31 ídem): alude a la obligación del Estado responsable de pagar íntegramente el perjuicio,
abarcativo del daño tanto material como moral, causado por el hecho internacionalmente ilícito.
Como venimos diciendo, la consecuencia normal del hecho internacionalmente ilícito es la responsabilidad
internacional, la cual se conecta visiblemente con el derecho subjetivo lesionado, es decir, se es responsable frente a
alguien. Aquí entra a jugar la noción de daño, el cual a su vez da lugar a la obligación de reparar.
La doctrina actual considera que la obligación de reparar puede ser entendida en sentido lato, cubriendo en realidad dos
aspectos:
Por un lado la compensación del perjuicio (reparación stricto sensu), que implica la reparación del daño material o
moral causado por el hecho internacionalmente ilícito; por otro lado, y este es el aspecto innovador, la cesación de la
situación ilícita o vuelta a la legalidad que se da en los supuestos en que el hecho en cuestión constituye el origen de una
situación ilícita que persiste o se prolonga en el tiempo. (i.e. en el fallo sobre el personal diplomático y consular de EEUU
en Teherán, la Corte no solo obligo a Irán a reparar el perjuicio sino que también estableció la obligación de hacer cesar la
situación ilícita que persistía: la detención como rehenes del encargado de negocios y demás personal diplomático y
consular de EEUU, solicitando su inmediata liberación para ser confiadas a la Potencia Protectora (ver resumen del fallo en
anexo).
Por su parte, el proyecto de la C.D.I. recoge este doble alcance de la reparación en sus artículos 30 y 31.
2.5.2. Las formas de reparación
El Estado cuenta con diversos medios para liberarse de la responsabilidad derivada del hecho internacionalmente ilícito,
que podrían resumirse básicamente en tres:
• Satisfacción (Art. 37 proyecto de la C.D.I.): es la forma particularmente adecuada para enjugar los daños morales
ocasionados al Estado (ofensa al honor o la dignidad). Incluye una serie de prestaciones como la presentación de excusas, el
castigo de los culpables, el pago de una suma simbólica, e incluso la verificación por una instancia imparcial internacional
del carácter ilícito del hecho. Esta medida, de ser usada, tiene una doble limitación: debe ser proporcionada con relación al
perjuicio ocasionado y no puede adoptar una forma humillante para el Estado responsable.
• Restitución (Art. 35 ídem): es en principio la forma más perfecta de reparación en la medida en que apunta a
restablecer el estado anterior de las cosas (statu quo ante), borrando todas las consecuencias del hecho ilícito. Puede
consistir en una abrogación de una disposición interna contraria al D.I. y anulación de sus efectos, la puesta en libertad de
una persona, la restitución de dinero o documentos, la liberación y devolución de buques capturados, etc. Sin embargo una
restitución integra es, de hecho, imposible, algo a que viene a suplir la tercer forma de reparación: la indemnización.
• Indemnización (Art. 36 ídem): tiende a cubrir cuantitativamente el resarcimiento de los daños sufridos “que no hayan
sido reparados por… el pago en efectivo”, es decir, el Estado responsable está obligado a indemnizar el daño causado por el
hecho ilícito en la medida en que éste no haya sido reparado por la restitución. En general debe regirse por la regla de la
proporcionalidad, esta es, ajustarse en lo posible a la entidad del daño sin ser inferior ni superior a éste.
Así concluimos en que, mientras la satisfacción es la forma más adecuada de reparación de los perjuicios no materiales,
la restitución y la indemnización operan en el campo de los daños patrimoniales, tal como estableció el T.P.J.I. en el fallo de
la fábrica de Chórzow (ver fallo en anexo)
2.5.3. Violaciones graves de obligaciones para con la comunidad internacional en su conjunto
Si bien para el artículo 12 del proyecto de la C.D.I. es indiferente la naturaleza de la obligación violada que constituye
un hecho internacionalmente ilícito, cabe preguntarse si no habrá hechos que, por contradecir reglas básicas de la
convivencia internacional y ciertas exigencias éticas de carácter esencial, pueden dar lugar a un régimen de responsabilidad
internacional particularmente severo y hacer posible, a su vez, que Estados distintos del Estado directamente perjudicado
invoquen su comisión para exigir responsabilidad al Estado autor del hecho. Es así como surge una nueva categoría de
hechos, la de los Crímenes internacionales, los que expresan precisamente la contradicción de ciertas conductas estatales
con aquellas reglas básicas de convivencia internacional. Estas reglas pueden diferenciarse entre normas imperativas de D.I.
(ius cogens internacional) y obligaciones respecto de la comunidad internacional en su conjunto (obligaciones erga omnes),
que si bien coinciden sustancialmente, mientras las primeras centran su atención en la prioridad que ha de darse a ciertas
obligaciones fundamentales, las segundas se focalizan en el interés jurídico de los Estados de exigir su cumplimiento y su
posibilidad de invocar la responsabilidad de otro estado que incurra en violación.
La C.D.I. denominó en principio a esta categoría como “crímenes internacionales”, pero luego de su aprobación
definitiva en segunda lectura la pasó a denominar como “violaciones graves de obligaciones contraídas en virtud de normas
imperativas de D.I. en general”, y las reguló en los artículos 40 y 41 del citado proyecto.
El artículo 40 establece dos criterios para distinguir estas violaciones graves de las demás violaciones:
i) uno de ellos centrado en el carácter de la obligación violada, debiendo ser una obligación contraída en virtud de una
norma imperativa de D.I. (ius cogens internacional), es decir, aquellas normas sustantivas de comportamientos que prohíben
lo que ha llegado a considerarse intolerable porque representa una amenaza para la supervivencia de los Estados y sus
pueblos y para los valores humanos más fundamentales. (i.e. esclavitud, tortura, genocidio, apartheid, etc.)
ii) el otro criterio requiere que la violación sea grave, lo que alude a su carácter sistemático, flagrante o manifiesto.
El artículo 41, por su parte, dispone de las consecuencias jurídicas resultantes de la violación a dichas obligaciones,
entre las cuales mencionamos:
i) El deber de cooperación de todos los Estados para poner fin, por medios lícitos, a tales violaciones;
ii) La carga para los demás estados de no reconocer la licitud de dichas violaciones (i.e. frente a la ocupación del
territorio de un Estado preexistente, el reconocimiento del Estado invasor);
Por último, es menester considerar que la doctrina insiste que toda controversia que surja acerca de un crimen
internacional deberá ser sometida al Tribunal de la Haya, sin perjuicio de las competencias que puedan corresponder al
Consejo de Seguridad.
2.6. Los modos de hacer efectiva la responsabilidad del Estado
2.6.1. La invocación de la responsabilidad:
Es el derecho que tiene un Estado de adoptar medidas de carácter relativamente oficial, como la presentación de una
reclamación o la iniciación de procedimientos ante un órgano internacional de solución de controversias, contra el Estado
autor del hecho internacionalmente ilícito.
El proyecto de la C.D.I. prevé en su artículo 42 la legitimidad subjetiva para invocar este Derecho, identificando tres
supuestos en los que el Estado puede considerarse lesionado:
I) si la obligación violada existe con respecto a ese Estado individualmente;
II) si la violación de una obligación colectiva le afecta especialmente (i.e. la contaminación de la alta mar en violación
del Art. 194 de la Conv. de N.U. sobre el Derecho del mar, que tuviera consecuencias particularmente graves para ciertos
Estados ribereños);
III) si el cumplimiento de la obligación por el Estado responsable es una condición necesaria para su cumplimiento por
todos los demás Estados respecto de los cuales la obligación existe, de modo que la violación de ésta es de tal índole que se
considera que afecta per se a todos los Estados (i.e. obligaciones interdependientes establecidas en los tratados sobre
desarme o sobre zonas libres de armas nucleares).
Invocada la responsabilidad, el estado lesionado tendrá la obligación de notificar la reclamación al otro Estado
supuestamente autor del hecho ilícito.
Además del Estado lesionado, otros Estados pueden tener interés jurídico en invocar la responsabilidad del Estado autor
del hecho ilícito, supuesto contemplado por el artículo 48 del proyecto, basándose en que las obligaciones violadas protegen
intereses colectivos de un grupo de Estados o de la comunidad internacional.
2.6.2. Contramedidas
Concepto: remisión punto 2.4.3 apartado B). Reacciones de un E frente a otro que produce un HII del cual aquél es
víctima.
Además de considerarse una causa de exoneración de la responsabilidad internacional, el proyecto de la C.D.I. reguló
esta forma de hacer efectiva la responsabilidad internacional a partir el artículo 49, estableciendo lo siguiente:
Objeto y límites de las contramedidas (Artículo 49)
“1. El Estado lesionado solamente podrá tomar contramedidas contra el Estado responsable del hecho
internacionalmente ilícito con el objeto de inducirlo a cumplir las obligaciones que le incumban en virtud de lo dispuesto
en la segunda parte.
2. Las contramedidas se limitarán al incumplimiento temporario de obligaciones internacionales que el Estado que
toma tales medidas tiene con el Estado responsable.
3. En lo posible, las contramedidas serán tomadas en forma que permitan la reanudación del cumplimiento de dichas
obligaciones.”
Obligaciones que no pueden ser afectadas por las contramedidas (Artículo 50)
“1. Las contramedidas no afectarán:
a) La obligación de abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza, como está enunciada en la Carta de las
Naciones Unidas;
b) Las obligaciones establecidas para la protección de los derechos humanos fundamentales;
c) Las obligaciones de carácter humanitario que prohíben las represalias;
d) Otras obligaciones que emanan de normas imperativas del derecho internacional general.

​2. El Estado que tome contramedidas no quedará exento del cumplimiento de las obligaciones que le
incumban:
a) En virtud de cualquier procedimiento de solución de controversias aplicable entre dicho Estado y el Estado
responsable;
b) De respetar la inviolabilidad de los agentes, locales, archivos y documentos diplomáticos o consulares.”
Proporcionalidad (Artículo 51)
​“Las contramedidas deben ser proporcionales al perjuicio sufrido, teniendo en cuenta la gravedad del hecho
internacionalmente ilícito y los derechos en cuestión.”
Condiciones del recurso a las contramedidas (Artículo 52)
“1. Antes de tomar contramedidas, el Estado lesionado:
a) Requerirá al Estado responsable, de conformidad con el artículo 43, que cumpla las obligaciones que le incumben
en virtud de la segunda parte; y
b) Notificará al Estado responsable cualquier decisión de tomar contramedidas y ofrecerá negociar con ese Estado.
2. No obstante lo dispuesto en el apartado b) del párrafo 1, el Estado lesionado podrá tomar las contramedidas
urgentes que sean necesarias para preservar sus derechos.
3. Las contramedidas no podrán tomarse y, en caso de haberse tomado, deberán suspenderse sin retardo injustificado,
si:
a) El hecho internacionalmente ilícito ha cesado; y
b) La controversia está sometida a una corte o un tribunal facultados para dictar decisiones vinculantes para las
partes.
4. No se aplicará el párrafo 3 si el Estado responsable no aplica de buena fe los procedimientos de solución de
controversias.”
Terminación de las contramedidas (Artículo 53)
“Se pondrá fin a las contramedidas tan pronto como el Estado responsable haya cumplido sus obligaciones en relación
con el hecho internacionalmente ilícito de conformidad con lo dispuesto en la segunda parte.”
3. La responsabilidad internacional del Estado por hechos no prohibidos por el D.I.
En el ámbito de la responsabilidad internacional podemos distinguir dos planos: el común de la responsabilidad por
hecho ilícito, tratado en el punto 2 de esta unidad, y el excepcional de la responsabilidad SIN hecho ilícito o por riesgo, esta
es aquella que resulta de actividades en principio no prohibidas aunque potencialmente generadoras de daños en razón de
los excepcionales riesgos que comportan. Este plano de responsabilidad internacional es aplicable a sectores como la
exploración espacial, la utilización de energía nuclear o las actividades susceptibles de afectar al medio ambiente.
Las reglas y principios de D.I. relativos a este nuevo tipo de responsabilidad surgida a raíz de los avances tecnológicos,
distan de estar bien establecidos y requieren más precisos desarrollos, dado que además suelen estar contenidas en
convenios particulares y adolecen por tanto de un alcance restringido. Lo cierto es que la escasa regulación de esta clase de
responsabilidad opera en dos campos: por un lado estipula la cooperación en la prevención de eventos dañosos (estándares
técnicos sobre instalaciones, etc.); por otro aborda la cuestión de la reparación de los daños, una vez consumado el evento
dañoso.
La C.D.I. por su parte, decidió prescindir del tratamiento de la responsabilidad por riesgo en su proyecto de
responsabilidad de los Estados, conciente de las dificultades que la materia presentaba. No obstante, esta decisión no
impidió que la Comisión estudiara también esta otra forma de responsabilidad y así presentara un proyecto de artículos
aplicable a “las actividades no prohibidas por el Derecho Internacional que se realicen en el territorio de un Estado o que
de alguna otra manera estén bajo la jurisdicción o control de dicho Estado y que entrañen un riesgo de causar, por sus
consecuencias físicas, un daño transfronterizo sensible” (Artículo 1). Este trabajo de la C.D.I. encierra, entre otras, las
siguientes ideas principales:
Riesgo (Art. 2): todo aquel que implique una alta probabilidad de causar un daño transfronterizo sensible y una baja
probabilidad de causar un daño transfronterizo catastrófico.
Prevención (Art.3): El Estado de origen (aquel en cuyo territorio se realizan las actividades de riesgo) deberá adoptar
todas las medidas necesarias para prevenir o, en todo caso, minimizar el riesgo de causarlo. Esto supone que las actividades
mencionadas en el artículo 1 de éste proyecto requerirán para su desarrollo de la autorización previa del Estado de origen, la
cual deberá basarse en la evaluación del daño transfronterizo que pueda causar tal actividad, incluida la evaluación de
impacto ambiental, todo esto fundado en el Principio de la diligencia debida.
En cuanto a las consecuencias perjudiciales surgidas de estos actos no prohibidos, en relación con el daño, radica aquí
una diferencia fundamental con el otro tipo de responsabilidad: mientras que todo acto ilícito entrañaría una obligación de
reparar, un acto no prohibido solo entrañaría tal obligación si causase dicho perjuicio.
4. Derecho Penal Internacional: La responsabilidad criminal internacional del individuo:
4.1. Ideas generales
Por regla general, solo a través del Estado pueden las normas del D.I. afectar al individuo. Éste por tanto no es sujeto
normal de las relaciones regidas por dicho orden jurídico. Sin embargo…
Excepcionalmente, puede un individuo ser sujeto de las relaciones regidas por el D.I, en la medida en que alguna de
aquellas reglas le atribuyan derechos y obligaciones de carácter internacional y sobre todo, la posibilidad de hacer valer esos
derechos o de responder por la violación de esas obligaciones directamente en el plano internacional.
Ahora bien, especificándonos en el campo de la responsabilidad internacional, no existe en principio, obstáculo para
considerar al individuo como sujeto de una conducta que represente en sí misma un hecho internacionalmente ilícito, pero
una cosa es el individuo-sujeto del hecho ilícito y otra cosa es el sujeto-responsable del mismo; por ende, no obstante la
posibilidad del individuo de infringir una regla de D.I., normalmente no será responsable por ello en el plano
internacional: solo excepcionalmente el acto ilícito del individuo puede suscitar su responsabilidad directa en este plano en
razón de la índole y de la gravedad del acto.
En el caso excepcional recién mencionado, corresponde al D.I. aplicar una sanción, para lo cual este ordenamiento
jurídico no dispone de órganos susceptibles de alcanzar al individuo, y el hecho de que los Estados tengan la obligación
jurídico-internacional de castigar no transforma al propio Estado en órgano de la sociedad internacional. De ahí surge, pues,
que dicha sanción se relaciona con la cuestión de la responsabilidad individual, distinta de la eventual responsabilidad del
Estado, tal como dispone el Artículo 58 del Proyecto de la C.D.I. sobre responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícito:

Responsabilidad individual
“Los presentes artículos se entenderán sin perjuicio de cualquier cuestión relativa a la responsabilidad individual, en
virtud del derecho internacional, de cualquier persona que actúe en nombre de un Estado.”
Dicha responsabilidad individual esta ligado, en definitiva, a la existencia de una jurisdicción internacional penal,
tratada en el último punto de esta unidad.
4.2. Crímenes internacionales: concluida la segunda guerra mundial y con el objeto de enjuiciar a los responsables de
los que, de modo genérico se llamaron crímenes de guerra, se concertó en Londres, entre los Gobiernos de los Estado
Unidos, Francia, Inglaterra y la U.R.S.S., un Estatuto que incorporaba una Carta del Tribunal Militar Internacional
encargado de juzgar aquellos delitos, agrupado en cuatro categorías:
• Crímenes contra la paz: abarca la preparación, desencadenamiento y prosecución de una guerra de agresión o en
violación de los acuerdos internacionales, así como la participación en un plan concertado para realizar tales actos.
• Crímenes de Guerra (en sentido estricto): incluye los asesinatos, malos tratos o deportación, para trabajos forzados u
otros fines, de las poblaciones civiles en los territorios ocupados; asesinato o malos tratos a los prisioneros de guerra;
ejecución de rehenes; saqueo de bienes públicos o privados, destrucción de ciudades o pueblos sin motivo)
• Crímenes contra la Humanidad: también incluye toda clase de asesinato, exterminio, reducción a esclavitud,
deportación o en general cualquier otro acto inhumano cometido contra poblaciones civiles, antes o durante la guerra,
persecuciones por motivos políticos, religiosos o raciales; siempre bajo la condición de que tales actos, independientemente
de contraríen las leyes del país donde sos perpetrados, hayan sido cometidos en relación a un crimen que caiga bajo la
competencia del tribunal.
• Conspiración y complot: abarca a los dirigentes, provocadores, organizadores y cómplices que hubieran participado
en un plan concertado para cometer cualquiera de los crímenes ya definidos.
Se ha planteado la cuestión de si, respecto de las categorías constituidas por los crímenes contra la humanidad y contra
la paz, la Carta y el fallo del Tribunal de Núremberg no supondrían una aplicación ex post facto de supuestas reglas de D.I.,
de dudosa validez por no estar claramente establecida la responsabilidad individual en el momento de realizar los actos
imputados, contrariando así el principio de que no habrá delito sin previa tipificación (nullum crimen sine lege). En cuanto a
los crímenes contra la paz, el Tribunal de Núremberg intentó probar que ya estaban sancionados por el D.I. general, al
menos desde que a partir del Pacto de renuncia a la guerra (Pacto Briand-Kellogg, 1928) se consideraba prohibida la
agresión. En lo que concierne a los crímenes contra la humanidad, su incriminación a posteriori constituía el aspecto más
innovador y revolucionario de los principios de Londres, en la medida que su falta de tipificación prevista en normas
internacionales desproveía a los fallos contra los autores de los mismos de justicia formal, aunque no material.
Luego de los juicios de Núremberg, la A.G. de N.U. encargó a la C.D.I. la formulación de los principios de Núremberg
y la preparación de un proyecto de Código interacional de delitos contra la paz y la seguridad de la humanidad, encargo éste
último cuyo texto definitivo fue aprobado por la misma Comisión en 1996, restringiendo la aplicación material de dicho
proyecto a la agresión, el genocidio, los crímenes de guerra y crímenes contra el personal de N.U. y el personal asociado.
Este ámbito de aplicación rationae materiae viene a corresponderse luego con la competencia material de la Corte Penal
Internacional, creada en 1998 y desarrollado por esta unidad en el punto 4.3.
A estas categorías cabe agregar otras clases de delitos que si bien la Carta no incluye, son también considerados
crímenes internacionales:
• Genocidio: como declara la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio (1948), éste es un tipo
de hecho delictivo que por atentar contra reglas jurídico-humanitarias que tutelan intereses individuales y colectivos
esenciales, constituyen la más grave expresión de los crímenes contra la humanidad. Conforme expresa el Art. II, se
entiende por genocidio lo siguiente:
“(…) cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o
parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:
a) Matanza de miembros del grupo;
b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o
parcial;
d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.”
La Convención fue objeto de ciertas críticas, en primer lugar por limitarse a regular como sujetos responsables
únicamente a individuos, sea cual fuere su calidad (gobernante, funcionario o particular), dejando de lado la inclusión de la
responsabilidad del Estado; en segundo lugar, la convención apenas contiene previsiones relativas a la prevención,
propiamente dicha, del genocidio; en tercer y último lugar, resulta este cuerpo normativo vago en cuanto a la incriminación
internacional, limitándose a mencionar una posible corte penal internacional que sea competente respecto de aquellas de las
Partes contratantes que hayan reconocido su jurisdicción, lo que equivale a dejar la represión en manos de los tribunales
nacionales. En la práctica, la aplicación de esta convención se limitaría entonces a los casos en que haya un cambio
revolucionario de gobierno o en que el adversario sea derrotado por la potencia vencedora, en tanto no exista una
jurisdicción internacional ad hoc.
4.3. La Corte Penal Internacional
4.3.1. Antecedentes:

Si bien la creación de este Tribunal Penal Internacional tiene su fundamento original en los tribunales militares de
Núremberg y Tokio, que tuvieron como fin juzgar a los imputados de los crímenes recogidos en el Estatuto o Carta de
Londres y perpetrados en Alemania y Japón, respectivamente, la necesidad de un mecanismo permanente para juzgar estos
crímenes se fortaleció ante las atrocidades cometidas en ciertos conflictos recientes, que dieron lugar a que el Consejo de
Seguridad de N.U. creara tribunales internacionales ad hoc, siendo éstos los fundamentos más próximos de la actual C.P.I.
Así, en 1993 se decide crear el Tribunal internacional para el enjuiciamiento de los presuntos responsables de violaciones de
Derecho internacional humanitario cometidas en el territorio de la ex Yugoslavia. Luego, en 1994 se crea un segundo
tribunal ad hoc, en este caso para Ruanda, y finalmente en el 2000 el C.S. concluye un acuerdo con Sierra Leona para crear
un Tribunal Especial con el fin no solo de enjuiciar la responsabilidad por infracciones graves cometidas en ese país desde
1996, sino también para lograr su ordenamiento.
Todos estos tribunales ad hoc creados por N.U. tuvieron como objetivo hacer exigible la responsabilidad del individuo
en el plano del D.I. al juzgar conductas individuales que constituyan violaciones graves de principios y reglas
internacionales de carácter taxativo; fueron a su vez de carácter excepcional y no permanente y su creación buscó suplir la
falta de regulación por el Derecho Interno, mediante órganos y procedimientos estatales propios, encargados de dilucidar las
consecuencias de la comisión por el individuo de los delitos internacionales ya mencionados.
En parte por estos trágicos hechos motivadores de la creación de los tribunales mencionados, así como por el desarrollo
alcanzado por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y por el Derecho Penal Internacional, se celebró en la
ciudad de Roma una Conferencia Diplomática de plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de una
Corte Penal Internacional, en cuya acta final, suscrita el día 17 de julio de 1998, se estableció la Corte Penal Internacional.
Se trata entonces del primer organismo judicial internacional de carácter permanente encargado de perseguir y condenar los
más graves crímenes, cometidos por individuos, en contra del D.I.
4.3.2. Composición y competencia

La Corte esta integrada por 18 jueces con dedicación exclusiva, quienes duran 9 años en sus funciones, un fiscal, un
secretario y los demás funcionarios (personal) necesarios para su funcionamiento. El artículo 34 del Estatuto de Roma de la
C.P.I, establece la siguiente composición:
“La Corte estará compuesta de los órganos siguientes:
a) La Presidencia;
b) Una Sección de Apelaciones, una Sección de Primera Instancia y una Sección de Cuestiones Preliminares;
c) La Fiscalía;
d) La Secretaría.”
Además cuenta con una Asamblea de Estados Parte, legislado a partir del artículo 112 del Estatuto y cuya función es
defender los intereses de estos Estados en la C.P.I.
En cuanto a la competencia de la C.P.I., podemos distinguir según sea personal o material. La Parte II del estatuto en
cuestión legisla al respecto:
• Competencia Material
Artículo 5
Crímenes de la competencia de la Corte
“1. La competencia de la Corte se limitará a los crímenes más graves de trascendencia para la comunidad
internacional en su conjunto. La Corte tendrá competencia, de conformidad con el presente Estatuto, respecto de los
siguientes crímenes:
a) El crimen de genocidio;
b) Los crímenes de lesa humanidad;
c) Los crímenes de guerra;
d) El crimen de agresión.”

​Entre los artículos 6 a 8 de Estatuto se definen cada uno de éstos delitos, que debido a su extensión remito a su
lectura directa en dicho cuerpo normativo.
• Competencia Personal: Solo podrá juzgar individuos que sean ciudadanos de los Estados parte o bien que hayan
cometido el delito en el territorio de uno de estos Estados.
Artículo 25
Responsabilidad penal individual
“1. (…) la Corte tendrá competencia respecto de las personas naturales.
2. Quien cometa un crimen de la competencia de la Corte será responsable individualmente y podrá ser penado de
conformidad con el presente Estatuto.
3. De conformidad con el presente Estatuto, será penalmente responsable y podrá ser penado por la comisión de un
crimen de la competencia de la Corte quien:
a) Cometa ese crimen por sí solo, con otro o por conducto de otro, sea éste o no penalmente responsable;
b) Ordene, proponga o induzca la comisión de ese crimen, ya sea consumado o en grado de tentativa;
c) Con el propósito de facilitar la comisión de ese crimen, sea cómplice o encubridor o colabore de algún modo en la
comisión o la tentativa de comisión del crimen, incluso suministrando los medios para su comisión;
d) Contribuya de algún otro modo en la comisión o tentativa de comisión del crimen por un grupo de personas que
tengan una finalidad común. La contribución deberá ser intencional y se hará: (…) (ver condiciones en estatuto)
4. Nada de lo dispuesto en el presente Estatuto respecto de la responsabilidad penal de las personas naturales afectará
a la responsabilidad del Estado conforme al derecho internacional.
Artículo 26
“La Corte no será competente respecto de los que fueren menores de 18 años en el momento de la presunta comisión
del crimen.”
Conforme a estas disposiciones entonces, no serán objeto de la pretensión punitiva las personas jurídicas, salvo como
hecho agravante por asociación ilícita, ni tampoco lo serán los Estado en particular, ni los menores de 18 años.
4.3.3. Relación de la C.P.I. con N.U.: El artículo 2 del Estatuto de Roma legisla al respecto:

“La Corte estará vinculada con las Naciones Unidas por un acuerdo que deberá aprobar la Asamblea de los Estados
Partes en el presente Estatuto y concluir luego el Presidente de la Corte en nombre de ésta.”
Se entiende por tanto que es un órgano independiente de N.U. pero relacionado con ésta organización a través de un
acuerdo. Esta independencia se manifiesta clara mente en los hechos, dado que muchos de los miembros de N.U., como
Estados Unidos, China, Rusia, Israel, Chile, entre otros, no han firmado ni ratificado el Estatuto de la Corte lo que denota la
política de evitar someter a organismos supranacionales este tipo de casos.
ANEXO:
Proyecto de la C.D.I. en Responsabilidad Internacional
Fallo de la fábrica de Chórzow (1929)
Fallo del Canal de Corfú (1949)
Fallo relativo al “Personal Diplomático y Consular de los EEUU en Teherán” (1980)
Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional

41

BOLILLA 15
EL ARREGLO PACÍFICO DE LAS CONTROVERSIAS INTERNACIONALES
1- LAS CONTROVERSIAS INTERNACIONALES,
a) Ideas generales y precisiones terminológicas
Significa un conflicto internacional entre 2 o más personas internacionales y que puede poner en peligro la paz
internacional. El DIP moderno busca que los conflictos entre los Estados se resuel​van pacífica//, con exclusión de métodos
violentos.
Es necesario hacer la siguiente distinción terminológica:
• Situación: crisis en estado latente o potencial;
• Conflicto: existe discrepancia entre sujetos de DI que puede llevarlo a actuar en contra de otro.
"
• La noción de "controversia internacional fue definida así por la Corte Permanente de Justicia Internacional, en 1924 "es
"
un desa​cuerdo sobre un punto de dcho o de hecho, una oposición de tesis jurídicas o de intereses entre dos Estados . Los
métodos de solución de controversias son la negociación, los buenos oficios, la mediación, la con​ciliación, el arbitraje y el
arreglo judicial. (Art. 33 de la Carta). Y la noción de diferencia ha sido dada por el T.P.J.I. como “un desacuerdo sobre un
punto de derecho o, de hecho, una contradicción de tesis jurídicas o de intereses entre dos personas”
b) Controversias jurídicas y políticas
La doctrina y la práctica distinguen dos clases de controversias inter​nacionales:
• las de tipo jurídico: son aquellas en las cuales las partes se hallan en desacuerdo acerca de la interpretación o
aplicación del dcho vigente,
• las de tipo político: son aquellas en las cuales una de las partes busca la modificación del dcho existente.
En realidad, todas las controversias son susceptibles de una solución jurídica, según que haya o no una norma que dé la
razón a una de las partes. Si no la hay, entonces la parte actora debe sufrir un "no ha lugar". Pero hay ocasiones en que un
Estado no busca la aplicación del orden vigente, sino su subver​sión.
c) Marco jurídico
• Los primeros intentos de codificación de estos métodos tuvieron lu​gar en las conferencias de la paz de La Haya de
1899 y 1907, en donde se suscribieron convenciones sobre la materia, donde dispusieron que las partes intentarán no
recurrir a la fuerza para solucionar sus conflictos. Posterior//, los tra​tados multilaterales que codifican el dcho internacional
incluyen procedimientos de solución pacífica. Por ejemplo, la Convención de Viena sobre el dcho de los tratados de 1969 en
la sección que trata del procedimiento que deberá seguirse con respecto a la nulidad o ter​minación de un tratado, el retiro de
una parte o la suspensión de la aplicación de un tratado, dispone en su art. 65(3): "Si, por el contrario, cualquiera de las
demás partes ha formulado una objeción, las partes deberán buscar una solución por los medios indi​cados en el art. 33 de la
Carta de las NU".
• Con el Tratado de Versalles en 1919 se da nacimiento a la 1ª OI conocida c/ Sociedad de Naciones, la cual en su a rt.
12, si bien no prohibía utilizar la guerra, se entendía c/ moratoria de guerra. Ante el conflicto se debía someter ante el
arbitraje o el consejo. Después de 3 meses del laudo arbitral o dictamen del consejo, podía tener lugar la guerra.
• Con el Pacto Brian-Kellog de 1928 entre Francia y EE.UU., se sostuvo que ante una controversia se prohíbe el uso de
la fuerza o guerra para solucionarlo. Luego se incorporaron otros países.
• En 1933 el Pacto Saavedra Lamas, a diferencia del anterior pacto, dispuso que los conflictos debían solucionarse por
medios pacíficos como las negociaciones directas, buenos oficios y mediación.
• La Organización de las NU, c/ entidad con voca​ción universal y en cumplimiento de su fin principal que es el
manteni​miento de la paz y la seguridad internacionales, establece en el art. 33.1 de la Carta lo siguiente:
"1. Las partes en una controversia cuya continuación sea susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la
seguridad internacionales tratarán de buscarle solución, ante todo, mediante la negocia​ción, la investigación, la mediación,
la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su
elección. "2. El Consejo de Seguridad, si lo estimase necesario, instará a las partes a que arreglen sus controversias por
dichos medios."
Además su art. 1 dispone como uno de sus propósitos “mantener la paz y seguridad internacionales”. En su art. 2 inc 3
sostiene que “los miembros arreglarán sus controversias por medios pacíficos, de tal manera que no se pongan en peligro ni
la paz y la seguridad internacional ni la justicia”.
• La solución de controversias a través de las organizaciones interna​cionales
El desarrollo de las organizaciones internacionales las hace desempe​ñar un creciente papel en este tema, sobre todo la
ONU c/ organis​mo universal –que dedica su capítulo sexto al arreglo pacífico de controversias– y los organismos regionales
de carácter político c/ la OEA. Obvia//, las organizaciones pueden intervenir en aquellos asuntos que les competen directa//,
cuando son ellas las que entran en conflicto con otros Estados u otras organizaciones. Pero el factor fundamental es que
estos sujetos del DIP intervienen en conflictos que afectan a los Estados entre sí.
a) El Consejo de Seguridad: La carta de la ONU lo faculta a intervenir, pero restringe su competencia a los conflictos
que pueden poner en peli​gro la paz y la seguridad internacionales. El CS es el órgano encargado de solucionar los conflictos
y puede intervenir de ofi​cio, pero tb a solicitud de la AG, por requerimien​to del Secretario Gral, o por iniciativa de cualquier
Estado, incluso por un Estado no miembro de la OI c/ indica el art. 35 inciso 2 de la Carta. El procedimiento tiene varias
etapas:
– el Consejo inicia una investigación que sirve p/ fijar los hechos y p/ verificar si justifican su intervención;
– si está satisfecho tocante lo anterior, el CS invita a las partes a solucionar el conflicto mediante la amplia panoplia del
art. 33 de la Carta. Si las partes no se ponen de acuerdo, el CS puede recomendar un método y si la controversia es de índole
jco exhortárlo a que inicien el procedimiento judicial ante la CIJ. Si las partes no hallan la solución y la situación pone en
peli​gro la paz y la seguridad internacionales, el Consejo podrá efectuar re​comendaciones con los términos de arreglo que
estime apropiados. (Art. 37, inciso 2.)
b) La Asamblea General: Posee tb ciertas facultades en aquellas cuestiones que pongan en peligro la paz y la
seguridad in​ternacionales, pero obvia// subordinadas a las del Consejo, que en esta materia tiene responsabilidad primordial.
La AG, según el art. 11, párrafo 2: "podrá discutir toda cuestión relativa al mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales que presente a su consideración cualquier Miembro de las NU o el CS o que un Estado que no es miembro
de las NU presente de con​formidad con el art. 35, párrafo 2, y salvo lo dispuesto en el art. 12, podrá hacer recomendaciones
acerca de tales cuestiones al Estado o Estados interesados o al CS o a éste y a aquéllos." Y el art. 12, párrafo 1 dice:
"Mientras el CS esté desempeñando las funciones que le asigne esta Carta con respecto a una controversia o situación, la
AG no hará recomendación alguna sobre tal controver​sia o situación, a no ser que lo solicite el CS."
c) El Secretario General: Tb juega hoy un papel imp en esta materia, sobre todo ejerciendo funciones de bue​nos
oficios y de mediador en los conflictos internacionales. Por el art. 99 de la Carta, podrá llamar la atención del CS hacia
cualquier asunto que, a su entender, ponga en peligro la paz y seguridad inter​nacionales.
d) Los acuerdos regionales: El capítulo 8 de la Carta menciona el importante papel que en esta materia deben jugar los
acuerdos regionales. El art. 52, párrafo 2 expresa que los Miembros de la ONU que formen parte de organismos regionales,
harán todos los esfuerzos posibles p/ lograr el arreglo pa​cífico de aquellas controversias de carácter local por medio de estos
acuerdos antes de someter la cuestión o situación al CS. Por lo tanto, los organismos regionales tienen mecanismos propios
de solución de conflictos. De todos modos, siempre estos acuerdos re​gionales están subordinados en última instancia al CS,
ya que p/ adoptar medidas coercitivas se precisa la autorización de este órgano, de conformidad al art. 53 de la Carta.
d) Naturaleza del arreglo pacífico de controversias
Tiene dos características, que se deducen de los textos mencionados anterior//.
• se trata de una obligación general, impuesta por el dcho internacional moderno, por la cual los Estados deben arreglar
sus controversias por medios pacíficos y según algunos autores que dicha obligación procede de una norma de jus cogens.
• los Estados conservan una amplia libertad en la elección del medio que emplearán p/ solucionar sus diferencias.
¿Obligación de jus cogens?: En cuanto a la primera característica, la existencia de una obligación se basaría, entre otros
fundamentos, en el art. 2.3 de la Carta: "Los miembros de la Organización arreglarán sus controversias inter​nacionales por
medios pacíficos de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia."
Sin embargo, el lenguaje utilizado en todos esos instrumentos no es terminante: "tratarán de buscarle solución" (art. 33
citado) "procurar un arreglo pronto y justo" (Res. 2625), unido a la existencia del 2º rasgo, esto es, la libre elección de
medios por las partes, lleva a aquellos autores a decir que la obligación es de comportamiento, no de resultado cuyo
incumplimiento es muy difícil de comprobar y por ende de problemática sanción.
Tocante la calificación de obligación de comportamiento, hay cierta anarquía en la doctrina. En el proyecto de la CDI
sobre responsabili​dad de los Estados se define la obligación de comportamiento, c/ aquella en que se especifican los medios
que el Estado debe emplear p/ cumplirla y su violación c/ la realización de una conducta que no coincide con la que requiere
la obligación. C/ se ve, en la nomenclatura utilizada por la CDI tales obligaciones admiten tb un incumpli- súbito y no son
siempre difíciles de hacer cumplir, por ej si hay un plazo.
Entendemos, que la obligación de arreglo pacífico deja a las partes la posibilidad de acudir a cualquier medio que no sea
la fuerza, ya sean los nombrados en el art. 33 o cualesquiera "otros medios pacíficos de su elección", c/ reza también la
misma norma.
A nuestro modo de ver, es una obligación sui generis de un contenido especial cuyo cumplimiento se basa entera// en la
buena fe de las partes. En efecto, hay una obligación de tratar de llegar a un acuerdo de buena fe, una obligación de sentarse
a la mesa del arre​glo pacífico, pero no de alcanzar dicho acuerdo, c/ es lógico. Ponerse de acuerdo sobre algo puede ser
filosófica// imposible. La obligación del uno dependería tb de la actitud del otro, por eso es que se li​mita a intentar algún
procedi- pacífico de buena fe.
La antigua Corte Permanente de Justicia Internacional, órgano de la Sociedad de Naciones, la definió c/ una obligación
"no sólo de entrar en negociaciones, sino de continuarlas todo lo posible con miras a concluir acuerdos". Tam​bién la CIJ, en
los asuntos relativos a la plataforma continental del Mar del Norte, definió la obligación de negociar:
"Las partes están obligadas a entablar negociaciones a fin de lograr un acuerdo y no simple// a proceder a una
negociación formal...es​tán obligadas a comportarse de manera que las negociaciones tengan sentido, lo que no sucede
cuando una de ellas insiste en su propia po​sición sin pensar en la posibilidad de modificarla".
En el mismo sentido, la Corte Permanente, afirmó que la obligación de negociar consistía: “...no sólo en entablar
negociaciones sino también en proseguir éstas lo más lejos posible con miras a concertar acuerdos”.
Parece difícil imaginar una obligación de jus cogens concebida en tales términos. La que sí es imperativa, y asumible
por cada uno de los Estados individual//, es la obligación de no resolver la controversia por la fuerza.
e) Principios de la materia
• Libertad de elección de medios: Este segundo rasgo tiene, entre sus fundamentos, el fallo de la CPJI en el caso del
Estatuto de Carelia oriental:
"Está perfecta// establecido en DI que ningún Estado puede ser obligado a someter sus controversias con otros Estados a
la mediación, al arbitraje o a cualquier otro medio de solución pacífica sin su consentimiento." Esto quiere decir que cada
una de las partes no está obligada, en DI general, a seguir un procedimiento en particular, pero no que no estén obligadas a
ningún medio. Su obligación es tratar de resolver la con​troversia por algún medio. Sin embargo se debe tener en cuenta que
no se podrá escoger el medio, cuando con anterioridad se haya dispuesto otra cosa.
También en la Carta de la ONU, art. 33, en la Res. 2625. XXV, en la Declara​ción de Manila y en la práctica y doctrina
internacionales, total// pacíficas al respecto.
• En cuanto al principio del consentimiento, se refiere a aquel consentimiento otorgado previo a someterse a un medio
pacífico de controversias del sujeto internacional.
f) Procedimientos : General// se distingue entre:
• Procedimientos no jurisdiccionales, políticos o diplomáticos. Son la negociación, los buenos oficios, la mediación, la
investigación o encues​ta y la conciliación.
• Procedimientos judiciales. Son el arbitraje y el arreglo judicial.
Tradicionalmente se distinguían los pacíficos de los no pacíficos. La obligación de resolver pacíficamente es reciente
dentro del DI en el S. XX, en el Convenio de la Haya de 1907 para el arreglo pacífico de conflictos internacionales. Otra
clasificación distingue entre medios diplomáticos, de los jurídicos. Diplomáticos son aquellos en que intervienen los
órganos normales de las relaciones internacionales, como los agentes diplomáticos, ministros del exterior, etc. Cabde
destacar dentro de éstos los buenos oficios, las negociaciones diplomáticas y la mediación. Dentro de los medios
diplomáticos tb se incluyen las comisiones de investigación y conciliación.
Los medios jurídicos son el arbitraje y el arreglo judicial, lo que supone voluntariamente someterse las partes a un
órgano judicial, que solucione la diferencia sobre la base del DI, salvo decisiones ex aequo et bono.
A SU VEZ HAY QUE ADVERIR QUE LA CLASIFICACIÓN DE LOS MEDIOS DE SOLUCIÓN DE
CONTROVERSIAS, SON NORMAS DE ORDEN PÚBLICO PORQUE HACEN A LA EXISTENCIA Y DESARROLLO
DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL. De cuerdo al art. 2 inc. 3 de la Carta de UN podemos distinguirlos entre
medios pacíficos y no pacíficos.
2- LOS MEDIOS DIPLOMÁTICOS DE SOLUCIÓN (los pacíficos)
A) La negociación
La negociación diplomática directa es el método más utilizado. Ofrece ventajas que derivan de la relación directa y
exclusiva entre las partes y de la falta de formalismo en el procedimiento. Entre los incon​venientes está la eventual asimetría
en la importancia política y econ de los Estados, que posibilita la presión de los más fuertes p/ imponer sus intereses.
B) Buenos oficios y mediación
En los demás métodos diplomáticos ya interviene un tercero, gene​ral// otro Estado o una personalidad internacional y
moderna// algún representante de un organismo internacional, que busca facilitar la solución. En este procedimiento (buenos
oficios), el tercero toma la iniciativa de acercar a las partes distanciadas por el conflicto sin participar direc​ta// en las
negociaciones, sin proponer soluciones.
En la mediación, en cambio, el tercero elabora una propuesta de so​lución luego de escuchadas ambas partes, sobre la
que éstas tendrán que pronunciarse. La propuesta no es vinculante y por ende las partes pueden no aceptarla, lo que no
impide al mediador presentar nuevas propuestas.
La mediación y los buenos oficios pueden ser solicitados por las partes u ofrecidos por terceros Estados o
personalidades internacionales. En 1979 (Tratado de Montevideo), la mediación papal ayudó a la Ar​gentina y Chile a salir
de una situación prebélica en relación con la di​ferencia en la zona del Canal Beagle.
C) La Comisión de investigación:
Este método se aplica fundamenta// a determinar los hechos motivo de la controversia, puesto que muchas veces son los
hechos mis​mos los cuestionados por las ptes. Determinados que son los hechos, suele suceder que el dcho sea clara//
aplicable, o bien que, sobre su base, puedan instalarse otros procedimientos, en especial la conciliación.
En la práctica se crea general// una Comisión Mixta de expertos que elaboran un dictamen sobre la realidad de los
hechos planteados. La AG de las NU, por Resolución 46/59, de 1991, recomendó a los órganos encargados del
mantenimiento de la paz y seguridad internacionales la utilización de este método p/ pre​vención de los conflictos.
D) La Comisión de conciliación
Es parecido a la investigación, ya que autoriza la deter​minación de los hechos de la controversia, y a la mediación,
puesto que busca finalizar la controversia mediante una propuesta de la Comisión de Conciliación basada en el dcho
internacional.
Normal// se designa una comisión de conciliación compuesta por 3 o 5 miembros: cada Estado nombra 1 o 2 de su
nacionalidad y el o los restantes se designan de común acuerdo. La comisión elabora un informe, en el cual se determinan
los hechos, se estudian todos los aspectos del caso y se propone una solución que no es obligatoria.
La conciliación es el método más utilizado en los grandes convenios multilaterales de codificación, y en algunos casos
se establece su obliga​toriedad, o sea, que las partes tienen la obligación de sentarse a la mesa de la conciliación, aunque,
desde luego, las propuestas que la Comisión les someta no son vinculantes.
3- LOS MEDIOS JURISDICCIONALES DE SOLUCIÓN
Puede tb utilizarse un órgano jurisdiccional (árbitro o juez) p/ resolver la controversia. Aunque la aceptación de su
jurisdicción sea voluntaria, una vez emitido el laudo arbitral o el fallo judicial en su caso las partes quedan obligadas a
cumplirlo. Esta obligación encuentra su fundamento en un tratado previo que ambas celebraron, un compro​miso en el que
fijaron la competencia del árbitro o en el caso de solu​ción judicial, uno en que someten el caso al tribunal judicial de que se
trate. Si una de las ptes no acata la decisión judicial o arbitral incurre en resp. internacional.
C/ queda dicho, existen dos modos jurisdiccionales de solu​ción: el arbitraje y el arreglo judicial. La distinción
fundamental consiste en que uno es ad hoc y el otro permanente. El arbitraje, por ser ad hoc, requiere el establecimiento por
las partes, p/ cada caso, de un tribunal con competencia determinada y de un procedimiento. El arreglo judicial utiliza un
tribunal permanente, con sus jueces ya designados, con un procedimiento establecido de antemano y una competencia
general dentro de la cual debe caer el caso de que se trate. La CIJ es la más im​portante instancia judicial de las NU, de la
que es órga​no judicial principal. Existe hoy tb un tribunal p/ resolver las disputas sobre el dcho del mar, con sede en
Hamburgo.
A) El arbitraje. Los Convenios de La Haya de 1899 y 1907
En la E. Media, el Papa y el Emperador del Sacro Imperio arbitraron muchas veces las disputas entre los príncipes
cristianos. Tras el surgimiento de los grandes Estados nacionales cayó en desuso, pero volvió a utilizarse a mediados del
siglo pasado.
La Argentina ha sido muy partidaria del arbitraje internacional c/ medio de solución pacífica de controversias. Lo utilizó
muchas veces p/ sus conflictos limítrofes y en 1919 lo propuso en la Sociedad de Naciones c/ procedimiento obligatorio.
Inicial// desempeñado por Jefes de Estado, el arbitraje pasó a ser materia p/ juristas especializados nombrados por las
partes, que nor​mal// designan un arbitro cada una. Los árbitros "neutrales" deben ser elegidos de común acuerdo por ambos
litigantes y el Presidente será necesaria// un neutral.
Suelen nombrarse árbitros o jueces ad hoc por las partes, esto es, árbi​tros o jueces que en alguna medida representan a la
parte que los nombró. Esto constituye un rasgo característico del procedi- in​ternacional que lo diferencia de los procedi-s
inter​nos, donde un juez sospechado de parcial puede ser recusado, o bien excusarse. En la CIJ, en cambio, los jueces de la
nacionalidad de las partes en un juicio no se excusan; permanecen en su puesto y si una de las partes carece de un juez
permanente de su na​cionalidad, tiene dcho a nombrar un juez ad hoc p/ el asunto.
Los Convenios de La Haya de 1899 y 1907 establecen que:
"el arbitraje internacional tiene por objeto arreglar los litigios entre los Estados mediante jueces por ellos elegidos y
sobre la base del respeto al dcho.... El convenio de arbitraje implica el compromiso de someterse de buena fe a la sentencia
arbitral".
• La Corte Permanente de Arbitraje: Aquellas convenciones crearon la Corte Permanente de Arbitraje, que no es otra
cosa que una lista de juristas, formada a razón de cuatro por cada Estado signatario, de entre los cuales los litigantes pueden
ele​gir libre// los que formarán el tribunal, y de una oficina con sede en La Haya. Este tribunal en la práctica ha funcionado
poco, pero ha servido c/ antecedente p/ promover el arbitraje internacional.
• Arbitraje facultativo y obligatorio: Si bien el procedimiento es voluntario, podemos dis​tinguir, según el momento en
que se presta ese consentimiento, entre ar​bitraje facultativo y obligatorio. El primero tiene lugar cuando las partes pactan el
arbitraje después del nacimiento de la controversia me​diante un tratado, en el que se eligen los árbitros, se establece cómo
funcionará el tribunal (lugar, plazos, etc), se delimita el objeto del liti​gio, se pacta el dcho aplicable y eventual// el
procedimiento, etcétera.
El segundo tiene lugar cuando las partes acordaron, antes de que surgiera la controversia, someter todas o algunas de sus
futuras dispu​tas ante un órgano arbitral, c/ en los tratados generales de arbitraje. Tales tratados pueden ser bilaterales o
multilaterales y combinar el ar​bitraje con otros medios pacíficos de solución.
Otras veces, un tratado sobre cualquier otra materia, incluye una cláusula compromisoria que obliga a ir a un arbitraje
en caso de discre​pancias sobre la interpretación o aplicación del tratado.
• El compromiso arbitral: El arbitraje se instrumenta, en todos los casos, a través de un com​promiso arbitral. Cuando no
hay tratado general ni cláusula compro​misoria alguna, el compromiso es el fundamento jurídico del arbitraje. Cuando, en
cambio, existen tales otros instrumentos, aún es necesario el compromiso que individualiza la cuestión a la que se aplican
los ins​trumentos generales y delinea la competencia del árbitro al fijar los términos de la diferencia.
El compromiso es indispensable en todos los casos. Por ejemplo, la Argentina y Chile tenían suscrito el Tratado General
de Arbitraje de 1902, por el cual se someterían al arbitraje de S.M. Británica "todos los asuntos, de cualquier naturaleza que
fueren" que pudieran surgir entre ambos países. Pero la competencia del árbitro p/ cada uno de esos asuntos sólo queda
definida después que ambas partes determi​nan, de común acuerdo, el alcance de la controversia entre ambas. Así, en el
asunto del Beagle, las partes trazaron en el mapa un área dentro de la cual el árbitro debía determinar la línea del límite entre
ambos países. El Convenio de 1902 permitía al árbitro fijar el com​promiso arbitral en caso de que las partes no acordaran
sus términos: esa cláusula otorgaba al Convenio su carácter automático; sin ella po​día muy bien suceder que no obstante la
obligación general de arbi​trar, el propósito del Convenio se frustrara por falta del consenso de las partes sobre el contenido y
alcance de la disputa y por ende sobre la competencia del árbitro. En la disputa sobre el Río Encuentro, c/ la Argentina y
Chile no pudieron ponerse de acuerdo sobre sus términos, el árbitro británico lo determinó por sí mismo, en abril 1° de
1965.
• El dcho aplicable: Las partes determinan, normal// en el tratado previo o en el compromiso arbitral, qué dcho deberá
aplicar el árbitro. Pueden pe​dirle que aplique el dcho internacional general, o un tratado particu​lar, o aun que el caso sea
resuelto exaequo et bono, o sea por la equidad. Muchos tratados generales antiguos decían que el árbitro de​bía aplicar "los
principios del dcho internacional", lo que significa​ba simple// que se aplicaría ese dcho.
Que la controversia sea resuelta en equidad significa que el árbitro no deberá aplicar ninguna norma jurídica, sino más
bien sus propias per​cepciones de lo que es justo o injusto según las circunstancias del caso. Puede suceder que las partes no
estén conformes con las soluciones que el dcho contenga en relación con el asunto que quieren dirimir y sientan que la
mejor solución sería prescindir de aquellas soluciones y remitirse a la decisión de una persona justa.
• El procedimiento: El procedimiento del tribunal arbitral puede ser establecido ya sea directa// por las partes o
indirecta// si éstas delegan al tribunal su redacción.
General// comprende dos fases: la instrucción escrita y las au​diencias orales. La instrucción comprende la presentación
por las partes de memorias y contramemorias, y en su caso de réplicas y dúplicas. En las audiencias orales los abogados y
los agentes de las partes discuten la cuestión planteada y examinan y analizan la prueba presentada. Los medios de prueba
más utilizados son la prueba documental, testimo​nial, pericial, dictámenes de expertos, etc. El procedimiento, tanto de los
tribunales arbitrales corno de las Cortes internacionales es normal-// flexible y poco formal. Los árbitros suelen otorgar sin
mayores dificultades prolongaciones a los plazos procesales y las pruebas nuevas suelen ser admitidas hasta poco antes de la
sentencia.
Concluido el procedimiento, el tribunal se retira a deliberar y dicta el laudo arbitral, que habitual// se funda en dcho c/
una sen​tencia judicial y se admite que las disidencias se expresen por sep/do. En el siglo pasado, los árbitros, general// Jefes
de Estado, no se molestaban demasiado en fundar sus laudos, pero esa actitud fue cam​biando con el tiempo, particular//
desde que la función arbitral fue recayendo más y más en personas privadas.
• El laudo arbitral: El efecto jurídico principal del laudo, es que es vinculante p/ las partes y produce los efectos de la
cosa juzgada, pero única// entre las partes y sólo p/ ese caso. Debe cumplirse de buena fe; en caso de incumplimiento sólo
cabe ejercer los mecanismos de la responsabilidad internacional. De todos modos, en el estado actual de la evolución del
DIP, los Estados son general// escrupulosos en el cumplimiento de los laudos arbitrales.
La sentencia deberá ser fundada y la instancia es única, por lo que no existe un tribunal de alzada que pueda revisar la
resolución. Sin embargo, son admisibles ciertos recursos ante el mismo Tribunal Arbitral. Ellos son:
– El de interpretación, cuando haya surgido entre las partes controversia respecto a la interpretación o el alcance del
laudo.
La Argentina y Chile utilizaron, en dos ocasiones, el recurso de inter​pretación del Laudo arbitral de S.M. Británica de
1902. La primera fue en el asunto del Río Encuentro, en la que se recurrió al mismo ár​bitro británico en 1965 puesto que
surgió una diferencia de hecho en la Comisión mixta de límites al intentar la demarcación de la frontera, y la segunda en
Laguna del desierto. En ambos casos, el trecho dispu​tado se encontraba dentro de la zona resuelta por el árbitro en 1902. El
última// citado sirve doble// de ejemplo del recurso de in​terpretación, porque se acudió a él en interpretación del fallo
británico y luego la propia sentencia del tribunal arbitral fue objeto de un recur​so en el mismo sentido por parte de Chile. Es
también una muestra de la flexibilidad del procedimiento arbitral, porque por un compromiso ad-hoc las partes se apartaron
del árbitro fijado en el Tratado de Paz y Amistad de 1984 y eligieron a un tribunal compuesto por tres juristas
latinoamericanos.
– El de revisión, que tiene lugar cuando una de las partes alega un hecho nuevo con posterioridad al cierre del
procedimiento. Ese hecho debió ser desconocido de la parte que lo alega –y no debió serlo por su negli​gencia– y del
Tribunal y su naturaleza debe ser tal que ejerza una influen​cia decisiva sobre la sentencia. El Tribunal podrá ordenar la
suspensión del cumplimiento del laudo hasta tanto resuelva sobre su modificación.
• Nulidad del laudo
Con respecto a la validez del laudo, en forma excepcional se puede ejercer un recurso de nulidad, en caso en que hayan
existido ciertos vi​cios importantes. La CDI, en su Informe a la AG sobre la tarea realizada en 1958, presentó un "Modelo de
reglas sobre proce​dimiento arbitral", que la AGNU señaló a la atención de los Estados Miembros p/ que las tomaran en
consideración y las utilizaran al re​dactar tratados de arbitraje o compromisos "cuando lo consideren oportuno y en la medida
"
en que lo estimen apropiado . Las causales allí admitidas son:
– Exceso de poder del tribunal, esto es, cuando el tribunal falló excediéndose en su competencia.
Este exceso de poder puede referirse a un fallo más allá del alcance del compromiso, c/ cuando el Rey de Holanda, en el
caso de la Frontera N. E. entre Estados Unidos y Canadá, invitado a elegir en​tre dos líneas de frontera, eligió una tercera.'
Algo semejante suce​dió en el Laudo de S.M. Británica de 1902, dictado en el asunto entre la Argentina y Chile sobre el
límite en la cordillera sur, donde el árbitro eligió una línea que no era la propuesta por ninguna de las partes. No obstante su
falta de competencia p/ hacerlo según los términos del compromiso arbitral, las partes en el litigio no lo objetaron.
– Corrupción de un miembro del tribunal.
– Falta de motivación de la sentencia o infracción grave de una regla fundamental de procedimiento.
– Nulidad del convenio en que figura la estipulación o el compromi​so arbitral, según las normas del dcho de los
tratados.
4- ARREGLO JUDICIAL
El arreglo judicial es un procedimiento por el que las partes someten la solución del litigio a un órgano judicial
permanen​te, integrado por jueces independientes constituido en forma institu​cionalizada, que emite una sentencia
obligatoria sobre la base del dcho internacional –aunque tb pueda hacerlo en algunos ca​sos, ex aequo et bono a pedido de
partes– y a través de un procedi​miento preestablecido.
Los tribunales internacionales son parecidos a los internos, pero los diferencia el hecho que la jurisdicción internacional
es siempre volunta​ria, y la forma de ejecución de la sentencia, ya que no disponen de ór​ganos ejecutivos a su servicio c/ en
el dcho interno.
• Antecedentes: Los primeros antecedentes de creación de tribunales internacionales permanentes son el Tribunal de
Presas y el tribunal creado en 1907 por la Convención p/ el Establecimiento de un Tribunal Centroamericano de Justicia,
con sede en Costa Rica, que actuó entre 1908 y 1918, año en que dejó de funcionar por no renovarse el tratado instituyente.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, se creó por el art. 14 del Pacto de la SN un Tribunal Permanente de Justicia
Internacional que, actuando entre 1922 y 1939, intervino en 22 casos y emitió 27 opiniones consultivas. Este tribunal, por la
alta competencia de sus jueces y la importante labor desarrollada, sirvió c/ antecedente a la CIJ, creada al consti​tuirse la
Organización de las NU. Funciona con un estatuto similar al de la antigua Corte Permanente y es el único tribunal universal
con competencia gral existente hasta el presente.
• Cortes regionales y con competencias específicas
Aunque los Estados son renuentes a someter sus litigios a tribunales internacionales y prefieren otros sistemas de
solución menos comprometidos p/ ellos, empieza a incrementarse su número.
Hay tribunales regionales, c/ el de las Comunidades europeas en Luxemburgo, continuador del tribunal de la
Comunidad europea del carbón y del acero creado en 1951 o el de los países del Pacto Andino, establecido por el Acuerdo
de Cartagena de 1969. En el orden de los DD.HH., la Corte interamericana en San José de Costa Rica, producto de la
Convención interamericana de los DD.HH. de 1969 y la Corte europea creada en 1950.
Tb existen tribunales con competencias específicas, creados por tratados multilaterales del tipo de la Convención sobre
el Dcho del Mar, suscrita en Jamaica en 1982. Este instrumento establece su propio órgano judicial, que quedó plena//
constituido en 1997, con competencia en materias de dcho del mar y ratione personae sobre las partes en la Convención de
Montego Bay de 1982.
Los tribunales creados por el CS, con competen​cia p/ juzgar a los criminales internacionales en la antigua Yugoslavia y
en Ruanda no son permanentes, sino que se cerrarán cuando su tarea se cumpla. Cuando entre en vigor el Tratado de Roma
de 1998, t​b comenzará la existencia de la Corte penal internacional con com​petencia p/ juzgar crímenes internacionales.
A) La Corte Internacional de Justicia (1945, La Haya)
Su Estatuto forma parte de la Carta, y está basado en el de la CPJI, c/ lo reconoce el art. 92. Todo miembro de la ONU
es ipso facto parte en el Estatuto y aun los no miembros pueden serio, de acuerdo con las condiciones que en cada caso fije
la AG a recomendación del CS. (Art. 93.) La CIJ está inte​grada por 15 jueces, elegidos conjunta// por la AG y el CS en
votaciones sep/das.
Al examinar la costumbre internacional, en particular la llamada "nueva costumbre" advertimos el papel que algunas
instituciones, c/ la AGNU, la CIJ, o incluso la CDI, tienen en la formación de la consciencia internacional respecto a la
aparición de una nueva norma consuetudinaria, a la que pueden virtual// "cristalizar" o declarar.
• Los jueces: Los requisitos p/ ser Juez los establece el estatuto en su art. 2: deben gozar de "alta consideración moral" y
reunir "las condiciones requeridas p/ el ejercicio de las más altas funciones judiciales en sus respectivos países" o ser
"jurisconsultos de reconocida competencia en materia de DI". Cuando las partes en un juicio care​cen de jueces de su
nacionalidad, puede designar cada una un juez ad hoc. El de la nacionalidad de alguna de las partes, o de ambas si se da el
caso, permanecen en su consideración c/ jueces plenos.
No puede haber dos jueces nacionales del mismo Estado. Cada juez dura en su cargo 9 años, y puede ser reelegido. En
su elección se procura que estén representados, por lo menos, los principales sistemas jcos del mundo.
De hecho, el criterio de la distribución geográfica equitativa que se aplica tanto en la Corte c/ en el resto de las NU
cum​ple con ambos requisitos.
a) Jurisdicción
i) Contenciosa
La Corte ejerce dos tipos de funciones, una contenciosa, y otra consultiva.
Tocante la primera, su competencia se extiende a todos los litigios que las partes le sometan y a todos los asuntos
especial// previstos en la Carta o en los tratados y convenciones vigentes, c/ lo establece el art. 36.1.
Pueden recurrir a la Corte, todos los Estados Miembros de las NU, tb pueden hacerlo Estados no miembros en las
condiciones que fije el CS. En todos los casos, este procedimiento contencioso va a concluir con la adopción de sentencias
obligatorias.
Cada Miembro de la ONU se compromete a cumplir las decisiones de la CIJ en los litigios en que sean partes (art. 94.1
de la Carta) y si alguna de ellas no cumpliere con las obligaciones que el fallo le im​ponga, la otra podrá recurrir al CS, el
que podrá, si lo considera nece​sario, "hacer recomendaciones o dictar medidas con el objeto de que se lleve a efecto la
ejecución del fallo." (art. 94.2.)
La jurisdicción contenciosa se ejerce exclusiva// en​tre Estados (arts. 34.1 del Estatuto) y es voluntaria. El
consentimiento puede ser dado, c/ en el arbitraje, con anterio​ridad o con posterioridad al surgimiento de un hecho litigioso.
• Consentimiento otorgado con anterioridad. Si es anterior, se deriva necesaria// de alguna de las siguientes
posibilidades:
– Las cláusulas opcionales, o sea las declaraciones del art. 36.2 del Estatuto: "Los Estados partes en el presente Estatuto
podrán declarar en cualquier momento que reconocen c/ obligatoria ipso facto y sin convenio especial, respecto a cualquier
otro Estado que acepte la misma obligación, la jurisdicción de la Corte en todas las contro​versias de orden jco que versen
sobre: a) la interpretación de un tratado; b) cualquier cuestión de DI; c) la existencia de todo hecho que, si fuere establecido,
constituiría violación de una obligación internacional; d) la nat o extensión de la reparación que ha de hacerse por el
quebrantamiento de una obligación internacional.
Las declaraciones de aceptación podrán hacerse incondicional// o a condición de reciprocidad por parte de varios o
determinados Estados, o por determinado tiempo (art. 36.3) y las relativas a la CPJI se consideran extendidas a la actual
Corte por el término que les quede de vigencia (art. 36.5)."
Las declaraciones presentadas han sido condicionadas por importantes reservas, que muchas veces desvirtúan el
propósito de la declaración.
– Un tratado general de solución pacífica de controversias, c/ la Convención Europea p/ arreglo pacífico de
controversias de 1957, o un tratado bilateral c/ el Tratado General sobre solución de controversias entre la República
Argentina y la de Chile, de abril 5 de 1972.
Asimismo, la jurisdicción concedida a la Corte Permanente por una gran cantidad de tratados bilaterales en materia de
conciliación, arre​glo judicial y arbitraje, fue transferida a la CIJ.
– Una cláusula compromisoria, que puede ser gral o particular, en un tratado sobre otra materia.
No son pocos los tratados de paz, amistad, comercio y navegación que traen cláusulas compromisorias de carácter gral,
o sea p/ someter todas las controversias entre los países miembros a la Corte. Al​gunos, c/ en los bilaterales mencionados en
el párrafo anterior, dieron origen a casos en la Corte. En cuanto a las cláusulas particula​res, esto es, que someten las
diferencias en cuanto a la interpretación y aplicación del propio tratado a la Corte, hay tb una gran canti​dad que las incluyen
y que en algunos casos fueron base de la jurisdic​ción de la Corte. Algunas importantes convenciones codificadoras traen
anexos protocolos de acceso facultativo p/ la jurisdicción obli​gatoria de la Corte.
• Consentimiento otorgado con posterioridad
Normal//, el consentimiento dado a posteriori lo es por un pac​to especial, o compromiso, según lo admite el art. 36.1 en
su pri​mera parte, que a diferencia con el que conduce a un arbitraje, no necesita nombrar a los miembros del tribunal, que ya
están nombrados, ni especificar el procedimiento, puesto que tb preexiste al caso, ni referirse al dcho aplicable, a menos que
opten por la equidad.
El consentimiento tb puede ser otorgado incluso luego de in​coado el asunto en la Corte por la solicitud de un solo
Estado, si el otro lo acepta ya sea en forma expresa o implícita//, según la doc​trina del forum prorrogatum que elaboró la
propia Corte.
• Competencia personal
Dijimos que son los Estados los únicos sujetos que tienen personería p/ litigar en la CIJ. Pero la AG de la ONU y el CS
se encuentran facultados p/ solicitar opiniones con​sultivas a la Corte, de conformidad a lo dispuesto por el art. 96 de la Carta
de la ONU. Asimismo, la Corte funcionó c/ tribunal de al​zada, en instancia consultiva, del Tribunal Administrativo de las
NU y con respecto a las decisiones del Tribunal Administrativo de la Organización Internacional del Trabajo, aunque
actual// no lo haga más.
ii) Consultiva
La otra función que ejerce la Corte es consultiva, siguiendo una práctica anglosajona. A solicitud de la AG o del CS, la
CIJ puede emitir una opinión sobre cualquier cuestión jca que se le plantee (art. 96.1). A su vez, la AG puede autorizar a
otros órganos de la ONU o a organismos especiali​zados p/ que requieran de la CIJ tales opiniones, siempre sobre cuestiones
jcas que surjan dentro de la esfera de sus actividades (art. 96.2.).
Los órganos de la ONU que han sido autorizados son entre otros el Consejo Económico y Social, el Consejo de
Administración Fiduciaria, la Comisión interina de la AG y en su momento la Comisión de peti​ciones de revisión de los
fallos del Tribunal Administrativo. Los orga​nismos especializados, entre otros, son la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), la Organización de la ONU p/ la Agricultura y Alimentación (FAO), la Organización de la ONU p/ la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Mundial de la Sa​lud (OMS), el Banco Mundial (BIRF), el
Fondo Monetario Internacio​nal (FMI), la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), la Unión Internacional de
Telecomunicaciones (UIT), la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La jurisdicción consultiva implica cuestiones delicadas, y en la práctica las consultas son hechas en respuesta a
situacio​nes reales. En cuanto al procedimiento, es éste bastante formal y parecido al contencioso. Se escucha a los Estados y
OI interesadas y en ciertos ca​sos los Estados pueden nombrar jueces ad hoc.
Las opiniones consultivas, que carecen de obligatoriedad, en ciertos casos son vinculantes. Lo eran cuando se podía
acudir a la Corte en impugnación de una sentencia de alguno de los tribunales administra​tivos del sistema (el de las NU y el
de la OIT, según sus Estatutos), y lo son p/ algunos casos particulares en la actualidad, c/ por ej p/ las cuestiones que puedan
presentarse entre OI o entre éstas y Estados, en la interpre​tación o aplicación del Convenio sobre dcho de los tratados entre
Estados y OI o de éstas entre sí. (Viena, 1986, art. 66).
b) Competencia
• Competencia contenciosa: es la más amplia en el sentido de que con base en ella se juzga el mayor numero de
asuntos. Se debe distinguir entre general y especial, ésta última es por la que el TIJ conoce y decide una controversia
determinada sobre la base del consentimiento de las partes en la controversia manifestada por un acuerdo en concreto
(compromiso), por una cláusula compromisoria contenida en un tratado vigente o mediante la aceptación de ambas partes
contendientes en la cláusula llamada facultativa o de aceptación gral de la jurisdicción del TIJ.
La Gral está basada en el estatuto del TIJ por el que los E reconocen dicha competencia general del TIJ para resolver
controversias jcas entre ellos de acuerdo con el DI, en su condición o calidad de tribunal de Justicia encargado de resolver
dichas controversias declarando el dcho de las ptes.
Especifica: El consentimiento de los E debe manifestarse tanto antes como después del nacimiento de la controversia.
Distinguir en razón de:
a) Por razón de la persona: solo los E pueden ser parte en casos ante la Corte. Los particulares no tienen acceso en
ninguna via. Las OI no tiene acceso en la via contenciosa. Está abierto a los E pero no a todos:
1) Estados que sean parte en el estatuto del tribunal: a) E miembros de la UN que son ipso facto partes en el estatuto de
la CIJ, y b) Otros E que han llegado a ser partes en el Estatuto por cumplir las “condiciones que determine en cada caso la
AG a recomendación del CS”
2) a los E que no son parte en el estatuto, y en las condiciones fijadas por el CS en resolución 9 de 1946 las condiciones
son, depositar declaración aceptando la jurisdicción del tribunal, comprometerse a cumplir de buena fe la decisión del trib, y
aceptar todas las obligaciones de los miembros de las UN por el 94 de la carta.
b) Por razón de la materia es competente para entender todas las diferencias de orden jco que le sean sometidas por
los Estados partes en las misma. Son diferencias de este tipo las que versen sobre un punto de DI o sobre una situación de
hecho que lleve aparejado unas consecuencias jurídicas internacionales. Es necesario que las ptes hayan manifestado su
voluntad de someter el asunto al Tribunal. El TIJ no puede pronunciarse en vía contenciosa sobre asuntos que las partes no
le hayan sometido bien directa o indirectamente. Para aceptar jurisdicción del tribunal tenemos las siguientes formas:
1) acuerdo especial, compromiso à mismo que del arbitraje. Asunto ya nacido.
2) Mediante Tratados o convenciones vigentes en las que se prevé el sometimiento al Tribunal para todos los casos que
se presenten en el futuro. Existen tratados en los que se prevén esas cláusulas compromisorias.
3) Cláusula facultativa: art 36.2 dice: Los Estados parte podrán declarar en cualquier momento que reconocen como
obligatoria ipso facto y sin convenio especial, respecto e cualquier otro estado que acepte la misma obligación la
jurisdicción de la coste en todas las controversias de orden jco que versen sobre: a) interpretación de un tratado, b)
cualquier cuestión de DI c) la existencia de todo hecho que, constituiría violación de oblig int, d) naturaleza o extensión de
la reparación que ha de hacerse por el quebrantamiento de una obligación internacional.
4) Pcpio del forum prorrogatum aplicado a la jurisdicción internacional es otra de las formas de aceptación. El
consentimiento de las partes es deducido de una actitud del demandante implícito. Al contestar la dda de otro Estado,
realizar actos distintos de la presentación de una excepción de incompetencia del tribunal, que sirven al Tribunal como base
para declarar su propia competencia.

• Competencia del tribunal para decidir sobre su ppia competencia y otras competencias contenciosas de base
exclusivamente estatuaria
TIJ tiene facultad de decidir sobre su propia competencia. Art 36.6 del estatuto: “en caso de disputa en cuanto a si la
corte tiene o no jurisdicción, la corte lo decidirá” Se consagra en este art. lo que para el arbitraje desde antaño consagró el
DI y nunca fue discutido. Otras competencias de base estatuaria serían:
a) indicar medidas provisionales cautelares o de resguardo
b) excepciones preliminares y demandas reconvencionales
c) admitir o negar solicitudes y declaraciones de intervención de terceros
d) decidir admisibilidad de ddas de interpretación de un fallo y sobre revisión tb
e) revisarlo al fallo
Supuesto especial de la rebeldía del Estado à es una posición más política que jca, y no tiene o no debe tener efecto
sobre la continuación del proceso y no modifica la condición de parte del E incompareciente, y tampoco la libera de la
obligación de cumplir el fallo y res iudicata (cosa juzgada).
• Competencia Consultiva del Tribunal:
El TIJ tiene la facultad de emitir dictámenes respecto de cualquier cuestión jurídica según el 65 del estatuto. Esta
competencia tiene tb base estatuaria.
¿Quien puede pedir dictámenes?: Estados NO, OI Sí. Los E pueden intervenir ante el Tribunal y pedirle exposiciones
escritas y orales. Se les avisa a los E que tengan derecho a comparecer ante la corte frente al inicio de una investigación para
dar un dictamen. Ratione materiae es competente en vía consultiva para pronunciarse sobre “cualquier cuestión jurídica”,
quedando afuera las cuestiones políticas y de hecho.
c) El procedimiento contencioso: Tiene varias fases y está regido por el Estatuto y el Reglamento que la Corte se dio a
sí misma y que fue modificado en 1972 y 1978.
• Un juicio se incoa por notificación a la Corte del compromiso por una o ambas partes, o una solicitud si hay otras
bases de jurisdicción. El Secretario deberá notificar a los Estados partes y a otros Estados con interés en el pleito del objeto
de la cuestión planteada.
• La fase escrita, basada en el pcpio de contradicción, se inicia con la presentación de una memoria y su contestación,
pudiendo conti​nuar con réplicas y eventual// dúplicas. En esta situación las ptes invocan todos los elementos de hecho y de
dcho de los que preten​dan valerse. Tb suele sustanciarse en esta etapa la prueba docu​mental.
Excepciones preliminares y medidas provisionales
Puede haber excepciones preliminares, negando la competencia de la Corte o la admisibilidad de la demanda, oponibles
normal// por el demandado en su contestación. La Corte deberá resolverlas previa// a que se abra la parte sustantiva o de
fondo, ya sea p/ rechazarlas o p/ aceptarlas, en cuyo caso la acción incoada no prosperará. La CIJ ha admitido tomar estas
medidas provisionales incluso antes de decidir sobre su competencia. Finalizada esta parte, a veces los tribunales podrán
decidir de oficio medidas de instrucción o solicitar dictámenes periciales.
— La fase oral se utiliza p/ que las partes examinen sus argumentos y pruebas, respecto a los que el Tribunal suele
hacer preguntas. Even​tual// puede substanciarse la prueba testimonial. Salvo excepcio​nes, estos debates son públicos.
— Final// viene la fase deliberativa y de dictado de la sentencia. El proceso de la adopción de la decisión es normal//
reservado; cada juez podrá dejar a salvo su opinión en forma de disidencia o de opi​nión sep/da. Las decisiones se toman por
mayoría y en caso de empate decide el Presidente. Obvia//, la decisión es obligatoria p/ las partes y deberá estar fundada en
DI.
• Los fallos: Son siempre obligatorios pero exclusiva// p/ las partes en litigio y sólo respecto del caso planteado. (Art.
59 del Estatuto.) Esto quiere decir que no existe la doctrina del precedente obligatorio o stare decisis del dcho anglosajón.
Las senten​cias deben contener un resumen del caso y estar fundadas en DI. Se hará mención de las opiniones sep/das o
disidentes en su caso. C/ en el arbitraje, la sentencia pone fin al pleito, ya que no hay tribunal de alzada y sólo se admiten los
recursos establecidos en el estatuto.
• El recurso de interpretación y de revisión: (igual que en el caso del arbitraje) La CIJ reconoce el recurso de
interpretación, en caso de desacuerdo sobre el sentido o el alcance del fallo (art. 60), y el recurso de revi​sión basado en la
aparición de un hecho nuevo de tal importancia que hubiera sido decisivo al momento de dictar el fallo y que fuera
descono​cido por el Tribunal y la parte que lo alega en ese instante. Es común la presentación de recursos de interpretación,
siendo el recurso de revi​sión escasa// utilizado en la práctica.
• Cumplimiento: Los Estados habitual// acatan la sentencia. Es pertinente a este respecto el art. 94 del Estatuto de la
CIJ: "1. Cada Miembro de las NU se compromete a cumplir la decisión de la CIJ en todo litigio en que sea parte. 2. Si una
de las partes en un litigio dejase de cumplir las obligaciones que le imponga un fallo de la Corte, la otra parte podrá recurrir
al CS, el cual podrá, si lo cree necesario, hacer recomendaciones o dictar medidas con el objeto que se lleve a efecto la
ejecución del fallo".
En la práctica internacional de la CIJ sólo Irán y los EE.UU. desco​nocieron reciente// fallos de la Corte, el 1º en el
asunto del personal diplomático y consular de los EE.UU. en Teherán (1980) y el 2º en el asunto de las actividades militares
en y contra Nicaragua (1986). En ambos supuestos los fallos se pronunciaron en rebeldía, con la franca oposición de Irán y
EE.UU. respectiva// que no aceptaban la jurisdicción del Tribunal.
Demandas reconvencionales: consiste en la interposición por la parte demandada de una acción contra la demandante,
ante el mismo órgano jurisdiccional y en el mismo proceso, para que sea resuelta en la misma sentencia. deben darse las
siguientes condiciones:
1) instancia principal presentada con demanda y no con compromise. La diferencia es delimitada por las partes en el
compromiso, sería ilógico que una de las partes hiciera a posteriori una petición contradictoria con la contenida en el
compromiso
2) pretensión en demanda entra dentro de la competencia del T.
3) exista una conexión directa tanto respecto de los hechos como del Dcho aplicable entre los objetos de la demanda
reconvencional y ppal
4) se formule en la contramemoria y figure entre las conclusiones contenidas en ésta.
Intervención, de un tercer Estado: art 62 del E: si un E considerase que tiene interés de orden jco que puede se afectado
por la decisión de un litigio podrá pedir a la Corte que le permita intervenir. Es necesario interés jurídico en conexión con
la demanda principal.

Procedimiento de la intervención: demanda que debe ser depositada antes de cerrarse el procedimiento escrito, y que
deberá indicar (aparte de nombre de agente y asunto), a) interés jco que le afecte, b) objeto preciso de la intervención, y c)
ligamen a efecto de la competencia del Tribunal exista entre E interviniente y las ptes.
Este artículo se refiere a la interpretación que pudiera hacerse en un proceso de una convención en la que pudieran ser
partes otros E no litigantes. Estos otros E tendrán dcho a intervenir, pero si ejercen ese dcho, la interpretación contenida en
el fallo será obligatoria para ellos (art 63).
El T decidirá su admisión con prioridad sobre el asunto ppal. Fijará plazo para que el E interviniente presente
observaciones durante la fase oral del procedimiento ppal.
d) El procedimiento consultivo

Comienza con petición de dictamen ante TIJ, se hace por el Secretario gral en nombre de una OI, o un alto
funcionario de ella, pero no por los Estados ni por los particulares.

Forma: serán expuestas a la corte mediante solicitud escrita en la que se formule en términos precisos la cuestión
respecto de la cual se haga la consulta. Se acompañan los documentos. Recibida la solicitud de dictámen, el Tribunal la
notificará a todos los E que tengan dcho a comparecer a la corte.

Nombramiento de juez ad hoc en el consultivo no es frecuente. En la fase escrita los E y OI que recibieron la
comunicación, podrán presentar sus observaciones escritas dentro del plazo que fija el Tribunal.

Fase oral: tribunal decidirá si hay lugar a ella.
El procedimiento consultivo finaliza con la emisión del dictamen, que es leído en audiencia pública. El art. 107 especifica
su contenido: a) fecha b) nombre jueces, c) expoisición del procedimiento, d) hechos, e) fundamentos de dcho, f) respuesta a
la pregunta al tribunal, g) nro y nombre de los jueces de mayoría, h) texto que hace fe.

41

BOLILLA 16
EL NO USO DE LA FUERZA
1- LA GUERRA: “Conflicto en su forma más grave entre tribus, pueblos o Estados. Supone el enfrentamiento
organizado entre pueblos humanos armados con el propósito de controlar recursos naturales y/o recursos humanos o
perseguir el desarme, sometimiento y en última instancia destrucción o aniquilamiento del enemigo cuyos orígenes son los
más diversos.
La palabra guerra viene del término germano werra que significa contienda; y en latín el origen es bellum y de allí viene
la palabra bélico, beligerante.
El tema del uso de la fuerza por los Estados es fundamental p/ el dcho de gentes, c/ p/ el ordenamiento jco de cual​quier
comunidad establecer la distinción entre el uso legal y el ilegal de la fuerza. Dos aclaraciones: la 1ª es que la expresión
"fuerza" se refiere exclusiva// a la fuerza ar​mada que utiliza un Estado contra otro, no a la llamada "agre​sión económica" ni
a la presión política; la 2ª, que no está comprendi​do el uso de la fuerza por el CS en vir​tud de sus funciones en las que ejerce
una acción coercitiva. Hoy en día, la prohibición del uso o amenaza de la fuerza constituye una norma de jus cogens.
2- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL STATUS JCO INTERNACIONAL DE LA GUERRA. IUS AD BELLUM,
IUS IN BELLO.
El DI durante siglos admitió la guerra como medio de solución de los conflictos entre Estados y desarrolló un conjunto
de normas específicas al res​pecto. El DI, en consecuencia, pudo dividirse en dos grandes partes: las normas aplicables en
tiempo de paz (Derecho de la paz) y las normas aplicables en tiempo de guerra (Derecho de guerra). Los autores del siglo
XVI al siglo XVIII, y muy es​pecialmente los teólogos juristas de la escuela de Salamanca, Francisco de Vitoria (1483-
1546), Luis de Molina (1535-1600) y Francisco Suárez (1548-1617), se ocupan de las condiciones que deben reunirse para
que los príncipes puedan legítimamente iniciar una guerra y desarrollan lo que se ha llamado la doctrina del ius ad bellum
(dcho a la guerra). Dicha doctrina sigue la pauta marcada por santo Tomás de Aquino (1224-1274) según el cual la «gue​rra
justa» (bellum iustum) debía reunir las siguientes condiciones: 1) ha de ser decidida por la autoridad de un príncipe; en
lenguaje actual habría que decir por una autoridad soberana: 2) ha de existir una «causa justa», es decir, ha de ser debida a
una iniuria o violación del Derecho, y 3) tiene que darse una «recta intención» de los beligerantes, o sea que el soberano que
declara la guerra debe buscar el bien común y no debe iniciar-la por odio, venganza o codicia. Esto no supone una
admisibilidad de la guerra a condición de que se den estas condiciones.
Durante el siglo XIX se abandonan las consideraciones etico-jurídicas de la doctri​na del ius ad bellum y la guerra se
concibe como un atributo del Estado al que puede recurrir, en una sociedad carente de mecanismos centralizados que tengan
la exclusi​va de imponer el respeto del dcho mediante la coerción, como medio de autotutela o como medio de asegurar su
conservación. La guerra se concibe como una relación entre «naciones civilizadas», lo que hace que entre los beligerantes se
apli​quen reglas que tratan de evitar daños innecesarios (ius in bello), y por esto dichas reglas no se aplican en los conflictos
originados por la expansión colonial o los conflic​tos internos. Por ello, al admitir la guerra como un medio de solución de
conflictos, el DI desarrolló un conjunto de normas que definen las prácticas aceptables mientras se está en guerra y que
regulaban la conducta de los Estados beligerantes y eran conocidas como ius in bello (dcho en la guerra). Durante el siglo
XX se ha registrado una evolución en las relaciones internacio​nales en virtud de la cual se ha logrado una progresiva
limitación de las posibilida​des que tienen los Estados de recurrir a la fuerza armada.
La segunda convención adoptada por la Conferencia de la Paz celebrada en La Haya en 1907 relativa a la prohibición
del uso de la fuerza para el cobro de deudas contractua​les, conocida con el nombre de Convención Drago-Porter, constituye
el primer hito sig​nificativo en el desarrollo de la prohibición del uso de la fuerza en las relaciones inter​nacionales. La idea
de esta prohibición se debía al argentino Luis María Drago (1859-1921) como consecuencia de las represalias, bloqueos
marítimos y bombardeos de puertos, ejer​cidos en 1902 por Italia, Alemania y el Reino Unido contra Venezuela, por su
demora en el pago de deudas. El Convenio, que también lleva asociado el nombre del delegado nor​teamericano general
Horacio Porter, establece el compromiso de no recurrir a la fuerza contra un país deudor, salvo que éste no acepte la
solución del conflicto mediante el ar​bitraje.
a) El uso de la fuerza hasta la Sociedad de Naciones: La guerra, en el DI clásico, se consideraba c/ una facultad
inherente a la soberanía: no estaba prohibida. No obstante, la "Escuela española de DI", en el s. XVI había intentado una
distinción entre guerras justas e injustas, siendo las 1ª aquellas que reunían las sig condi​ciones: tenían una justa causa, se
acudía a ellas por necesidad (por la carencia de otro medio p/ obtener justicia), eran conducidas de manera tb justa y estaban
precedidas de una declaración por el soberano. Según Grocio, la guerra no era legítima a menos que res​pondiera a una causa
justa, c/ por ejemplo la respuesta a un agra​vio o el intento de hacer prevalecer un dcho injusta// negado. Pero en los hechos
le bastaba al Estado "creer" que actuaba en persecución de una causa justa p/ que la guerra fuera legítima.
Ya hacia el s. XVIII, el predominio del positivismo hizo que se abandonara esa posición y se admitiera el dcho soberano
de cada Estado de recurrir a la guerra por cualquier razón que fuera. Sin embargo, ciertas limitaciones se impusieron a la
conducción de la guerra a través del llamado jus in bello, limitaciones que buscaban establecer con claridad la posición de
los neutrales y humanizar las hostilidades.
b) El dcho de la Sociedad de Naciones: Cierta reglamentación de la guerra fue introducida por el Pacto de la SN a
través de sus arts. 10 a 16, que originaron algunas restriccio​nes al jus ad bellum. Un im​p rasgo del Pacto fue que, el dcho de
los Estados a acudir a la guerra en último extremo p/ arreglar sus diferen​cias intern, la considera sin embargo un recurso
excepcional y un motivo legítimo de preocupación de toda la comunidad intern.
La guerra contra la integridad territorial o la independencia políti​ca de un miembro estaba prohibida por el art 10, pero
la conse​cuencia prescrita p/ tal caso era apenas una reunión del Consejo p/ que emitiera opinión sobre los medios p/
asegurar el cumplimiento de esta obligación violada. Esta aparente prohibición cuasi general de​bía, sin embargo, conciliarse
con el art 15, par., por el cual en caso de que una controversia hubiere sido sometida al Consejo y su decisión no hubiere
sido tomada por unani​midad, entonces "los miembros de la Sociedad se reservan el dcho de proceder c/ lo juzgaran
necesario p/ el mantenimiento del dcho y de la justicia".
La guerra estaba prohibida por el art 12 respecto a una con​troversia, cuando se produjera antes de los 3 meses "desde el
fallo ar​bitral o judicial o el informe del Consejo" (moratoria) que recayera sobre dicha controversia. A esta moratoria de la
guerra se añadía, en el caso de las controversias, la prohibición de la guerra contra todo miembro de la Sociedad que se
conformara con una sentencia de la CPJI, o con un informe del Consejo adoptado por unanimidad. En tales casos, el
miembro que recurría a la guerra era "con​siderado c/ habiendo cometido un acto de guerra contra todos los demás miembros
de la Sociedad" y el Consejo recomendaba "a los Go​biernos interesados los efectivos militares, navales o aéreos con los
cua​les los miembros de la Sociedad contribuirán respectiva// a las fuerzas armadas destinadas a hacer respetar los
compromisos de la Socie​dad".
El Pacto no se refirió a los usos de la fuerza menores que la guerra, con lo que su contribución al tema se redujo a
realzar la legitimidad de la defensa propia y la creciente calidad de dchos que iban adquiriendo modalidades menores del
uso de la fuerza, en la mis​ma medida en que se ponían algunos inconvenientes a la utilización irrestricta de la fuerza.
c) El pacto Kellogg-Briand: En 1928 se celebró el Tratado general de renuncia a la guerra, original// entre el Secretario
de Estado de los EE.UU. (Ke​llogg) y el Canciller francés (Briand), pero al que fue accediendo posterior// la casi totalidad de
los países entonces independientes. El art. 1 condenaba "el recurso a la guerra p/ re​solver las controversias internacionales"
y consignaba la renuncia por las partes a la guerra "c/ un instrumento de política nacional en sus relaciones recíprocas."
El Pacto fue invocado en varias ocasiones, dio fundamento a la doc​trina Stimson, de no reconocimiento de situaciones
originadas en la fuerza y fue confirmado en varios instrumentos internacionales, entre otros el Pacto Antibélico Saavedra
Lamas. Es de señalar que nada se decía respecto a los otros usos de la fuer​za, y que tampoco se mencionaba el dcho de
legítima defensa.
De resultas de la creciente distinción entre "guerra" y otros "usos menores que la guerra" que comenzaban a insinuarse
en la práctica in​ternacional y de la participación de un creciente número de Estados en el Pacto, cuyas disposiciones
centrales muy posible// alcanzaron el rango de costumbre internacional, el dcho anterior a 1945 parecía prohibir la guerra
pero autorizar otros usos de la fuerza que no configuraran técnica// una guerra, c/ los motivados por la defensa de los
nacionales en peligro, las represalias o incluso la inter​vención humanitaria. Esta comprobación es imp p/ compren​der la
polémica que divide actual// a la doctrina respecto a los alcances del uso legítimo de la fuerza con posterioridad a la Carta
de las NU.
d) El Pacto antibélico de Saavedra Lamas: En 1932, el Gobierno arg a través de su Canciller, Saavedra Lamas,
propuso al de Brasil la conclusión de un pacto antibélico. Fue suscrito por la Arg, Brasil, Chile, México, P/guay y Uruguay
y adhirieron luego, Bolivia, Costa Rica, Honduras, Cuba, la República Dominicana, Nicaragua, El Salvador, EE.UU.,
Ve​nezuela, Perú, Colombia, Haití, Guatemala y Panamá. Accedieron a él potencias extracontinentales, c/ Italia, Bulgaria,
Noruega, Ru​mania, España, Checoslovaquia, Finlandia, Grecia, Portugal, Turquía y Yugoslavia.
En su art. 1, el Pacto condenaba las guerras de agresión y propugnaba el arreglo pacífico de las controversias
internacionales de cualquier clase que fueran. En el art. 2 declaraba que entre las partes contratantes las cuestiones
territoriales no debían ser solucionadas por la violencia y que no se reconocerían los arreglos territoriales obteni​dos
violenta// ni la validez de la ocupación o adquisición de terri​torios por la fuerza de las armas. Incluía tb un procedimiento de
conciliación.
e) El dcho de la Carta: El art. 2(4) de la Carta de las NU reza: "Los miembros se abstendrán, en sus relaciones
internacionales, del uso o la amenaza de la fuerza contra la integridad territorial o la inde​pendencia política de cualquier
Estado, o de cualquier otra manera contraria a los Propósitos de las NU." C/ se ve llena los vacíos hasta entonces existentes
en el DIP, puesto que se refiere al uso de la fuerza, no ya a la guerra, con lo cual remedia el defecto del Pacto Briand-
Kellogg, y además incluye a la amenaza de la fuerza dentro de la prohibición. Asimismo, va más allá del art. 10 del Pacto
cuando extiende la prohibición al uso o amenaza de la fuerza "de cualquier manera contraria a los Propósitos de las NU".
Este capital principio fue corroborado en varias resoluciones de la AG, algunas de gran importancia c/ la 2131 so​bre la
no intervención en los asuntos internos de los Estados, la 2625 sobre principios de DI, o la 3314 so​bre definición de la
agresión.
Tales resoluciones, junta// con el art. 2(4), han consagrado la prohibición gral del uso de la fuerza c/ una regla del dcho
consuetudinario. La doctrina no parece dividida en cuanto a que la prohibición gral del uso de la fuerza es una norma
imperativa del dcho de gentes. En cambio, está sujeto a debate el alcance exacto de la regla, así c/ el de ciertas excepciones
derivadas pcpal// de la legítima defensa.
• ¿Dentro de la Carta, o más allá de la Carta?: Una corriente sostiene que todo el dcho del uso de la fuerza por los
Estados está contenido en la regla general del art. 2(4) con su excepción del art. 51 (legítima defensa) y que el dcho
consuetudinario, cualquiera que haya sido el anterior a la Carta, ha sido derogado por ésta.
La opuesta sostiene que la Carta no ha sustituido entera// el dcho consuetudinario anterior a 1945 y que por ende el uso
legítimo de la fuerza tiene un alcance considerable// mayor que el que le asigna la anterior posición.
Los Estados que favorecen la posición más restrictiva son, por lo gene​ral, aquellos de tradición pacifista o militar//
menores, que buscan limitar al máximo las oportunidades de los más poderosos de utilizar la fuerza legal//. A la inversa,
estos últimos se cuentan en​tre los partidarios de la escuela permisiva.
• Alcance de la regla general del art. 2(4): ¿Su alcance entraña una prohibición absoluta o deja terreno sin cubrir? Y
¿cuál es el alcance de la excepción de legítima defensa? Entre estos dos parámetros, esto es, la extensión que tienen tanto la
norma prohibitiva c/ la excepción, se mueve la legalidad del uso de la fuerza por los Estados.
Tocante lo 1º, la fórmula es ambigua: no es lícito utilizar la fuerza contra "la integridad territorial o la independencia
po​lítica" de un Estado Miembro. Eso querría decir, sostienen los permisi​vos, que puede utilizarse la fuerza si no va dirigida
contra estos dos bienes jca// protegidos. No sería mayor obstáculo a esta inter​pretación la otra frase del mismo art., que la
prohíbe cuando se use "de cualquier manera en contra de los Propósitos de las NU", porque habría en efecto algunos usos de
la fuerza, permitidos además en el antiguo dcho consuetudinario, que podrían ser consi​derados compatibles con aquellos
Propósitos. Ya vimos que tales usos serian los dirigidos a proteger la vida y los bienes de nacionales en peli​gro en el
extranjero; las represalias armadas en ciertos casos y la llamada intervención humanitaria.
Uno de los máximos representantes de la escuela permisiva, Bowett, utiliza el argumento mencionado relativo al texto
literal del art. 2.4 y añade que de ninguna forma dicho art. debe in​terpretarse c/ la restricción del dcho consuetudinario
anterior a la Carta, desde que en la Carta nada se dice al respecto. Por ende, los usos limitados de la fuerza con ciertos
propósitos deben ser permitidos. En cambio, un defensor de la posición restrictiva, Brownlie sostiene que las expresiones
"integridad territorial e independencia política" se refieren a la totalidad de los dchos de un Estado en el DI y son
comprensivas de todo lo que el Estado es. La frase final, relativa a los Propósitos de las NU, habría sido incluida p/ asegurar
que la fuerza tampoco debía emplearse contra entidades no estatales, (colonias o protectorados).
De cualquier modo, los usos de la fuerza en todos los casos producidos en los últimos 20 años fueron calificados por los
Estados protagonistas c/ formas de legítima defensa, o sea que, sin poner en tela de juicio el universal alcance del art. 2(4),
se ampararon en la excep​ción. O sea, entonces, que la interpretación amplia de los conceptos inte​gridad territorial e
independencia política prevalece en la práctica.
3- LA LEGÍTIMA DEFENSA ALCANCE DE LA EXCEPCIÓN
Aunque la legítima defensa sólo tiene sentido si existe una prohibición del uso de la fuerza, hubo oportunidades en que
los Estados la alegaron p/ justificar cier​tos usos de la fuerza ante otro Estado y evitar, por ej una decla​ración de guerra o una
represalia armada. En 1837, cuando la rebelión canadiense de ese año contra Gran Bretaña. Aunque EE.UU. era neutral,
algunos ciudadanos norteamericanos fletaron un buque, el Caroline, que ayudó considerable// a los rebeldes y atacó a
buques británicos.
En los años 1841-42 en una correspondencia diplomática con Gran Bretaña, el Secretario de Estado norteamericano,
Webster aclaró el concepto de su país respecto a la legítima defensa, considerando que no había un es​tado de guerra entre
Gran Bretaña y EE.UU. y que el Caroline era de bandera neutral. Eso hacía oportuna la definición de la legítima defensa
frente a un uso de la fuerza que no equivalía a la guerra.
Gran Bretaña debía probar, en los términos de Webster, "una necesi​dad de defensa propia urgente, abrumadora, que no
dejara lugar a la elección de los medios ni tiempo a la deliberación". Además, y p/ le​gitimar su incursión dentro del
territorio de los EE.UU., los bri​tánicos debían establecer que no habían hecho "nada irrazonable o excesivo, desde que los
actos justificados por la necesidad de la defensa propia deben ser limitados por esa nec y mantenidos clara// dentro de sus
límites."
Esta definición de la legítima defensa pasó a convertirse en la del dcho consuetudinario de la época y exigía la presencia
de 3 elementos:
• que la acción fuera respuesta a una amenaza apremiante,
• que la amenaza no pudiera evitarse por otros medios (necesidad), y
• que la fuerza utilizada fuera proporcional al peligró.
Aunque el caso del Caroline refleja un concepto más bien anglosajón de la legítima defensa, en sentido de que es una
reacción permitida p/ defender los intereses fundamentales del Estado, algunos de los conceptos de Webster han pasado al
-
DI gral. Ellos son que debía existir un ataque armado en desarrollo contra el territorio del Estado que se defendía, pero tb
que era procedente, aún procedente, aun cuando el ataque no se hubiere aún producido, si aquel era inminente (necesidad de
defensa propia "urgente, abruma-dora, que no dejara lugar a la elección de los medios ni tiempo a la
deli​beración"). ​Es la defensa preventiva.
El ataque, o la amenaza de ataque, debía ser dirigido contra intereses estatales, tales c/ el territorio, pero tb contra los
nacionales del Estado, sus bs y otros dchos otorgados por el DI.
Después de 1945: Obvia//, el dcho consuetudinario así descripto va más allá de la letra escueta de los arts. 2(4) y 51 de
la Carta.
Los partidarios de una doctrina restrictiva opinan que la Carta reem​plazó el dcho anterior y que los nombrados arts.
configuran todo el dcho de legítima defensa. Si esto fuera así, sólo cabría la defensa contra un ataque armado. Luego,
cualquier forma de defensa preventiva sería ilegítima, dada la letra de la norma: "si ocurre un ataque armado contra un
miembro de las NU", que indica clara// la necesidad de que el ataque armado se esté desarrollando. Teó​rica//, de todas las
posibilidades que vimos c/ legales en el dcho anterior a San Francisco, sola// la primera quedaría vigente.
Los "permisivos" aducen que el anterior dcho nunca fue abolido por la Carta, y que ésta no especifica que el ataque
armado sea el único caso en que cabe la legítima defensa. Se ci​tan los travaux préparatoires de San Francisco, que indican
que no fue la intención de los redactores limitar la legítima defensa, ya que la disposición sola// se introdujo ante la
insistencia de varios países, y que su mira era resguardar el dcho de sus pactos regionales a ejercer la legítima defensa
colectiva ante un ataque armado mientras el CS de la ONU no tomara medidas. Por otra parte, el art. 51 menciona la
legítima defensa c/ un dcho inmanente, o sea independiente de la Carta y preexistente en la costumbre.
No obstante su fuerza lógica, los anteriores argumentos no han sido entera// convalidados por la práctica intern. La
jurisprudencia del CS tampoco es termi​nante al respecto y en todo caso tiende a favorecer la teoría restrictiva.
El "ataque armado": Hay que reconocer que aún el dcho de la Carta man​tiene ambigüedades, c/ en la expresión "ataque
armado". ¿Cuándo "ocurre" un ataque armado que autorice el uso contrario de la fuerza? ¿Es necesario que las tropas de un
Estado atraviesen las fron​teras de otro o basta un despliegue avanzado p/ configurarlo?.
Obvia//, los usos mayores de la fuerza incluidos en la Reso​lución 3314 caen dentro de sus límites: la invasión del
territorio de un Estado por unidades militares de otro, el bloqueo naval de sus costas, el ataque a sus fuerzas armadas o a sus
bienes en cualquier parte que sea (bases militares, naves de guerra, aeronaves, etc.) siempre que la entidad del ataque lo
justifique. Otras causales de la misma Resolución no son tan evidentes. La prolonga​ción de la permanencia de una fuerza
militar en territorio de otro Es​tado más allá de lo convenido o el uso de mercenarios o de bandas armadas, etc., dan mayor
margen a la interpretación.
Brotóns dice que el DI no obliga a los Estados "a diferir su acción defensiva hasta el momento en que el agresor
consuma su ataque, pues ha de entenderse que el ataque armado existe a partir del momento en que se ponen en marcha los
efectivos que han de desenca​denarlo" y cita c/ ej que "el ataque británico contra Arg por la recuperación de las islas
Malvinas se inició…cuando zarpó en misión de guerra con rumbo al Atlántico sur."
Hay más dificultades en esta materia. El envío de bandas armadas, no regulares, de un país al otro de forma de ejercer la
violencia se consideraría un ataque armado, de acuerdo con el art. 3 (g) de la Resolución de la AG 3314 sobre agresión,
siem​pre que su acción tenga entidad suficiente. En cambio, no configurarían tal ataque otras formas de asistencia a una
facción empeñada en lucha civil contra el gobierno constituido de otro Estado, según opi​nión de la CIJ en el fallo sobre el
asunto de Nicaragua vs. EE.UU.
El gran argumento de la posición permisiva es que no se puede privar a los Estados que están en condiciones de
hacerlo, de la autotutela de ciertos dchos fundamentales que no están protegidos por la comunidad intern organizada debido
a que el CS, no ha estado en condicio​nes de hacerlo y acaso tampoco lo esté en el pre​sente. Por otra parte, la carta de triunfo
de la posición restrictiva es la del abuso que las grandes potencias podrían hacer del concepto amplió de la legítima defensa
p/ lanzar ataques contra países más débiles cuando sus intereses así lo indicaran, lo que convertiría en irrelevante la
pro​hibición del uso de la fuerza.
Legítima defensa colectiva
Ocurre cuando un Estado es víctima de un ataque armado y otros acuden en su ayuda. Requiere de las mismas
condiciones que la individual, excepto que es necesario un pedido for​mal del Estado que sufre el ataque, según lo determinó
tb la CIJ en el caso de Nicaragua vs. Estados Unidos, cuando determinó que no existía ese pedido por parte de Honduras o
El Salvador a Washington ante supuestos o reales ataques de Nicaragua. En disidencia, el Juez Jennings opinó que p/ que
existiera legítima defensa colectiva debiera haber además del elemento "colectivo", tb algo del elemento "propio", esto es, el
ataque debía amenazar tb a los otros Estados.
Tratados de asistencia recíproca y alianzas militares:
La legítima defensa a que hace referencia el art. 51 puede ser «individual o colecti​va». La legítima defensa colectiva
puede entenderse como la respuesta colectiva ante un ataque armado de un Estado dirigido contra varios Estados o bien
como la defensa por uno o más Estados de otro Estado víctima de un ataque armado, no porque los primeros hayan sido
también agredidos, sino basada en el interés general de que se mantengan la paz y la seguridad internacionales. Los trabajos
preparatorios de la Carta indican que esta referencia a la seguridad colectiva se incluyó para salvar lo que en la Conferencia
de San Francisco se llamó «la crisis latinoamericana». Los países americanos habían firmado re​cientemente, el 3 de marzo
de 1945, el Acta de Chapultepec, según la cual cualquier ataque contra un Estado americano sería considerado un acto de
agresión contra todos los Estados americanos. En aquellos momentos los Estados americanos estaban negociando los
compromisos de defensa mútua que más tarde se concretaron en el Tratado intera​mericano de asistencia recíproca TIAR), de
1947, conocido como Pacto de Río. Los Estados americanos quisieron que quedara clara la compatibilidad de dichos
compromisos defensivos con el sistema de la Carta y la fórmula que se negoció fue in​cluir en el art. 51 la referencia a la
legítima defensa colectiva. Con posterioridad, sobre la base de esta disposición, se han celebrado muchos otros tratados que
establecen com​promisos de seguridad colectiva como el Pacto de la Unión Europea Occidental, de 1948 o el Pacto del
Atlántico Norte de 4 de abril de 1949. La legítima defensa colectiva no precisa que exista un tratado que previamente
contemple esta eventualidad y, mucho menos, que exista un grupo constituido de Estados que actúen solidariamente. La CIJ,
en el asunto sobre las actividades militares y paramilitares en Nicaragua y en contra de Nicaragua, consideró que en la
legitima defensa colectiva debían darse dos condiciones: 1) que el Estado en cuyo benefi​cio va a ejercerse el derecho de
legítima defensa «declare que ha sido víctima de un ataque armado» que el Estado que se considere víctima de un ataque
armado solicite la ayuda de los demás.
• OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)
Este organismo internacional es una alianza política y militar. Su misión se define en el Tratado que entró en vigor el 26
de agosto de 1949 y consiste en la defensa conjunta de cualquiera de sus miembros ante el ataque armado de un tercer país,
de acuerdo con el art.51 de la Carta de las NU, por todos los medios que se estimen necesarios. Su ámbito de aplicación
incluye el territorio y dependencias de los países miembros en Europa y América del Norte, así como las aguas, islas, navíos
y aeronaves bajo su jurisdicción en el Atlántico al norte del trópico de Cáncer.
En la actualidad consta de 19 miembros: Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia,
Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Reino Unido (los firmantes originales del tratado), Grecia y Turquía (que se
unieron en 1952), Alemania (que se adhirió como República Federal Alemana en 1955), España (que se unió en 1982),
Hungría, Polonia y la República Checa (que ingresaron en 1999). Su estructura está encabezada por el Consejo del Atlántico
Norte, que se encarga de la dirección política, y un Comité de los Planes de Defensa del que depende el Comité Militar, su
máxima autoridad militar. Tanto el Consejo como el Comité están presididos por el secretario general de la organización,
que se elige por rotación entre los Estados miembros.
• TIAR (Tratado Interamericano de asistencia Recíproca):
Fue adoptado por la Conferencia Interamericana para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad del Continente,
realizada en Río de Janeiro entre el 15 de agosto y el 2 de setiembre de 1947. Tuvo reformas en julio de 1975. Distintos
analistas sostienen que el TIAR nunca funcionó para resolver conflictos que no fueran hegemónicos. Es decir, que no fue
útil frente a conflictos coloniales —tal el caso de Malvinas— o limítrofes entre países de la región. El TIAR, sólo fue
invocado con éxito en 1962 para aplicar sanciones contra Cuba y en 1965 para la intervención militar en República
Dominicana, ambas empresas fogoneadas por Washington.
En 1982, con las tropas propias en las islas y ante la contraofensiva británica que se avecinaba, la Argentina invocó ante
la OEA la aplicación del TIAR, sin resultados.
El tratado se celebra a fin de asegurar la paz por todos los medios posibles, proveer ayuda recíproca efectiva pare hacer
frente a los ataques armados contra cualquier Estado Americano y conjurar las amenazas de agresión contra cualquiera de
ellos. En su art. 1 establece que las Partes Contratantes condenan formalmente la guerra y se obligan en sus relaciones
internacionales a no recurrir a la amenaza ni al uso de la fuerza en cualquier forma incompatible con las disposiciones de la
Carta de las NU o del presente Tratado. Art. 2: “Como consecuencia del principio formulado en el Art. anterior, las Partes
Contratantes se comprometen a someter toda controversia que surja entre ellas a los metodos de solución pacifica y a tratar
de resolverla entre sí, mediante los procedimientos vigentes en el Sistema Interamericano, antes de referirla a la AG o al CS
de las NU. Art. 3: “Las Partes Contratantes convienen en que un ataque armado por parte de cualquier Estado contra un
Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados Americanos, y en consecuencia, cada una de
dichas Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque, en ejercicio del derecho inmanente de legítima
defensa individual o colectiva que reconoce el Art. 51 de la Carta de las NU.
• Pacto de Varsovia (14 de Mayo de 1955)
Alianza militar que unió a la URSS con todos los países europeos del bloque comunista con la excepción de Yugoslavia.
“Las Partes Contratantes, Reafirmando su aspiración de crear un sistema de seguridad colectiva en Europa basado en la
participación de todos los Estados europeos, con independencia de su régimen social y político, que les permita unir sus
esfuerzos en el interés de asegurar la paz en Europa.
Art. 1. Las Partes Contratantes se comprometen, conforme a la Carta de las NU, a abstenerse en sus relaciones
internacionales de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza y a arreglar sus controversias internacionales por medios
pacíficos, de tal manera que no se pongan en peligro la paz y la seguridad internacionales.
Art. 2. Declaran que están prestas a participar, en el espíritu de una sincera colaboración, en toda acción internacional
que tenga por objeto asegurar la paz y la seguridad internacionales, y que consagrarán por completo sus esfuerzos a la
realización de tal objetivo. A ese efecto, tratarán, de acuerdo con los otros Estados que deseen colaborar en esta obra, de que
se adopten medidas efectivas para la reducción general de armamentos, y para la prohibición de las armas atómicas de
hidrógeno y otras de destrucción masiva.
Art. 3. Las Partes se consultarán mutuamente sobre todas las cuestiones internacionales importantes que afecten a sus
intereses comunes, con miras al fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales. Consultarán inmediatamente cada
vez que en opinión de una de ellas surja una amenaza de ataque armado contra uno o varios Estados Partes en el Tratado a
fin de proveer para la defensa colectiva y de mantener la paz y la seguridad.
Art. 4. En caso de ataque armado en Europa contra uno o varios de los Estados Partes en el Tratado, por cualquier
Estado o grupo de Estados, cada Estado Parte en el Tratado en el ejercicio de su derecho de legítima defensa individual o
colectiva conforme al art.51 de la Carta de las NU, prestará al Estado o Estados víctimas de tal ataque una inmediata
asistencia individualmente o por acuerdo con los otros Estados partes en el Tratado, por todos los medios que considere
necesarios incluso el uso de la fuerza armada. Los Estados Partes en el Tratado se consultarán inmediatamente sobre las
medidas colectivas necesarias para restablecer y mantener la paz y la seguridad internacionales. Las medidas tomadas de
acuerdo con este art.se comunicarán al CS conforme a las disposiciones de la Carta de las NU. Tales medidas quedarán sin
efecto tan pronto el CS haya tomado la acción necesaria para el restablecimiento de la paz y la seguridad internacionales.
Art. 5. Las Partes Contratantes han convenido en crear un Mando Unificado de las fuerzas armadas que se colocarán por
acuerdo entre aquellas bajo sus órdenes, actuando sobre la base de principios establecidos de común acuerdo.
4- SISTEMA DE SEGURIDAD COLECTIA DE LA CARTA DE NU: VER Bolilla 16, pág. 15.

5- EL USO DE LA FUERZA FUERA DE LA LEGÍTIMA DEFENSA


Las represalias: Ya habíamos visto en qué consistían las represalias, y cómo éstas son prohibidas cuando impliquen el
uso de la fuerza. En el dcho anterior a la Carta, cuando el uso de la fuerza era en principio libre, las represa​lias armadas eran
permitidas si eran proporcionales a la acción ilegal anterior.
No parece caber duda de que el art. 2(4) prohíbe el uso de la fuerza en las represalias. Pero los autores "permisivos"
sostienen que, si bien tal era la concepción original de la Carta, las graves deficiencias que se originaron en la seguridad
colectiva debido a las fallas en el fun​cionamiento del CS dieron origen a una costumbre nueva que se aparta en cierta
medida de la concepción original.
Recordar que la legítima defensa procede sólo p/ contrarrestar un ataque en desarrollo; una vez finalizado y retiradas las
fuerzas que lo impulsaron, ya no hay legítima defensa sino repre​salias. La posición ortodoxa a este respecto no autoriza el
uso de la fuerza en las represalias, aun en casos extremos c/ cuando responden a un hecho tb de fuerza, ni tampoco cuando
se produce la acumula​ción de eventos. Tal el contenido de la Resolución 2625, que las prohíbe en todos los casos.
Protección de nacionales y bs en el exterior: Vimos que el dcho consuetudinario anterior a la Carta autorizaba estas
"
acciones bajo el rubro de la legítima defensa y vimos que la posición "restrictiva los expulsaba de ese palio al circunscribir
el instituto de la defensa propia sola// contra un ataque armado. En realidad, hay 2 argumentos que la justificarían, a saber
que el atentado a la vida de los nacionales de un Estado equivale a un ataque contra ese Estado y que en todo caso, la acción
no va dirigida contra la integri​dad territorial ni la independencia política del Estado territorial. Eso en cuanto a la vida
misma de los nacionales; tocante los bienes no existen los mismos argumentos y la práctica no registra antecedentes. Hay
que remontarse a 1956, cuando el Reino Unido lo alegó en relación con sus acciones en el Canal de Suez, destinadas a
proteger la vida de sus nacionales pero tb las instalaciones y demás bs en dicho canal.
P/ su legalidad, el dcho anterior requería las mismas condiciones que p/ la legítima defensa: a) que el Estado territorial
no pudiera o no quisiera proteger a dichos nacionales, b) que éstos corrieran un peligro grave e inminente de perder sus
vidas, c) que no hubiera otro medio p/ protegerlos y d) que la acción de represalia se mantuviera dentro de los límites de la
nec. Se agregaba la evacuación del te​rritorio lo antes posible.
Intervención humanitaria: La intervención humanitaria intenta proteger a los nacionales del propio Estado territorial o a
extranjeros no nacionales del Estado inter​viniente. En eso se diferencia de la anterior// considerada, que va dirigida a
proteger a los propios nacionales y que puede llamarse "in​tervención protectora".
Tom Farer la definió c/ “la amenaza o el uso de la fuerza de un Estado contra otro, con el propósito de poner término al
abuso de este último en perjuicio de sus propios nacionales”. Por lo tanto, se trata de un acto de fuerza unilateral que no
toma en cuenta la nacionalidad de las víctimas del abuso." La legalidad de este tipo de intervención es suma// dudosa.
Lucha contra el terrorismo Internacional: El terrorismo internacional es actualmente uno de los desafíos más
apremiantes para la CI. La amenaza terrorista cierne sobre todas las personas y todas las sociedades, y todos los países
tienen la obligación de apoyar la lucha contra el terrorismo de acuerdo con las decisiones de la ONU. Precisamente esto es
lo que se subrayaba en el Documento Final de la Cumbre Mundial de la ONU en 2005, en la que los estados miembros
condenaron todo tipo de terrorismo, sin tener en cuenta su forma o finalidad, y declararon que el terrorismo es en la
actualidad una de las amenazas más serias para la paz y la seguridad internacionales. Es importante que la ONU lidere las
fuerzas antiterroristas mundiales. El trabajo continuo sobre una convención sobre antiterrorismo y una estrategia exhaustiva
son unas de las partes importantes de la lucha de la ONU contra el terrorismo. Es imp que la ONU colabore con otras
organizaciones regionales como la UE, OTAN y OSCE realizando esfuerzos internacionales coordinados.
La Oficina de las NU contra la Droga y el Delito (ONUDD) inició su programa mundial de cooperación técnica sobre el
“Fortalecimiento del régimen jurídico contra el terrorismo” en octubre de 2002. El programa proporciona el marco para la
asistencia especializada que la ONUDD presta a los Estados en la ratificación y aplicación de los convenios, convenciones y
protocolos universales relacionados con la prevención y suppression del terrorismo internacional y el establecimiento de
mecanismos eficaces para la cooperación internacional.
La resolución 1373 (2001) del CS observó una “estrecha relación” entre el terrorismo internacional y la delincuencia
organizada transnacional, el tráfico de drogas ilícitas, el blanqueo de dinero, el tráfico ilícito de armas y el movimiento
ilícito de materials nucleares, químicos, biológicos y de otro tipo potencialmente letales. La AG en su resolución 58/136 de
22 de diciembre de 2003, invitó a los Estados Miembros a proporcionar al Secretario General información sobre la
naturaleza de la conexión entre el terrorismo y otros tipos de delitos para aumentar la sinergia en el suministro de asistencia
técnica. La información recibida de los Estados Miembros, así como los resultados de un examen posterior de fuentes
externas, indica que las conexiones entre el terrorismo y otros tipos de delitos son principalmente de naturaleza operacional,
logística o financiera; es decir, son alianzas de conveniencia.
6- RESOLUCIÓN 3314 (XXIX) DE AG
• Definición de Agresión (art. 1): "Es el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad
territorial o la independencia política de otro Estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de UN, tal como se
enuncia en la presente definición”. Además el art. Hace una explicación estableciendo que el término Estado se utiliza sin
perjuicio de las cuestiones de reconocimiento de que un Estado sea o no miembro de las NU; y que incluye el concepto de
“Grupo de Estados” cuando proceda.
A través de dicha Res. La Asamblea insta a todos los Estados a que se abstengan de actos de agresión y de cualquier
otro uso de la fuerza contrario a la Carta de las NU y a la Declaración sobre los principios de DI referentes a las relaciones
de amistad y a la cooperación entre los Estados.
En 1974, la AG adoptó por consenso la Resolución 3314 (XXIX), so​bre la definición de la agresión, que no aclara
r
mucho las cosas. En su art. 2° dice: «El primer uso de la fuerza armada por un Estado en cont avención de la Carta
constituirá prueba prima facie de un acto de agresión, aunque el CS pueda con​cluir, de conformidad con la Carta, que la
determinación de que se ha cometido un acto de agresión no estaría justificada a la luz de otras circunstancias pertinentes,
incluido el hecho de que los actos de que se trata o sus consecuencias no son de suficiente grave-dad.» Esta disposición
admite la legítima defensa preventiva, pues reconoce que en al​gunos casos «el primer uso» de la fuerza no sea un acto de
agresión. Pero, en definitiva, según la resolución, la cuestión de si se ha cometido un acto de agresión queda en manos del
CS.
Aunque la resolución expresa// dice que no deberá interpretarse en el sentido «de que amplía o restringe en forma
alguna el alcance de la Carta», tiene interés destacar que los actos calificados como agresión (invasión, ataques a fuerzas
armadas, bloqueos de puertos, etc.) incluyen «el envío por un Estado, o en su nombre, de bandas armadas, gru​pos
irregulares o mercenarios que lleven a cabo actos de fuerza armada contra otro Estado de tal gravedad que sean equiparables
a los actos enumerados, o su sustancial partici​pación en dichos actos». De este modo incluye en la noción de agresión, la
llamada «agresión indirecta» aunque sería más correcto referirse al empleo indirecto de la fuer​za. Este concepto se refiere a
la participación de un Estado en el uso de la fuerza por otro (por ejemplo, si permite que desde una parte de su territorio se
realicen acciones armadas contra un tercer Estado, así como si un Estado participa en acciones armadas a tra​vés de bandas
armadas compuestas por nacionales o extranjeros organizadas militarmente como tropas irregulares, mercenarios o
rebeldes).
Al exigir que la calificación de un acto de agresión dependa de la decisión del CS, que un ataque armado sea «de
suficiente gravedad» para justificar la legítima defensa del Estado que lo haya sufrido, y al prohibir el uso de la fuerza en
tér​minos muy amplios, está claro que, a pesar de que en la práctica muchas veces se utili​zan como conceptos equivalentes,
en la Carta de las NU las nociones de «uso de la fuerza» (art. 2, n. 4), «agresión» (art. 39) o «ataque armado» (art. 51) no
siem​pre coinciden y esto constituye la fuente de difíciles problemas de interpretación. Según el DI consuetudinario la
legítima defensa del Estado agre​dido debe ser una respuesta inmediata, necesaria y proporcional al ataque.

7- PROLIFERACIÓN DE ARMAS NUCLEARES: Actual// están vigentes 2 imp Tratados. Uno de ellos, el Tratado
sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares, es de carácter internacional global y el otro el de Tlatelolco, que
comprende la geografía de América Latina y el Caribe.

1- Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares(TNP)


El TNP fue abierto a la firma en 1968 y entró en vigor en el año 1970. La Argentina aún no lo ha firmado por
considerarlo discriminatorio. Dicho tratado prohíbe a cada Estado poseedor de armas nucleares la transferencia de
armamento nuclear u otros dispositivos nucleares explosivos a un Estado no poseedor de armas nucleares (cfr. art.1°). Este
último, no puede recibir o fabricar el citado armamento (cfr. art.2°).
Los Estados no nucleares, que renuncian a la opción del armamento nuclear, asumen la parte más gravosa de la
obligación. Por su parte, los Estados nucleares conservan intangibles sus arsenales, se asisten recíprocamente en materia
tecnológica, prosiguen sus planes de armamento nuclear, despliegan sus armas en territorios propio y/o ajeno y no se
obligan a someter sus actividades nucleares pacíficas a salvaguardias.
Cada Estado no poseedor de armas nucleares, que sea Parte en el Tratado, se compromete a someter sus actividades
nucleares pacíficas a salvaguardias internacionales, institucionalizando una especie de espionaje industrial (cfr. art.3°), que
puede acarrear la divulgación de secretos industriales y/o el entorpecimiento de las actividades de investigación.
Otro aspecto fundamental es el relacionado al desarme. El art.6° dispone: “cada Parte en el Tratado se compromete a
celebrar negociaciones de buena fe sobre medidas eficaces relativas a la cesación de la carrera de armamentos nucleares en
fecha cercana y al desarme nuclear, y sobre un Tratado de Desarme General y Completo bajo estricto y eficaz control
internacional”. Los Estados poseedores de armamento nuclear no han dado cumplimiento a esta disposición. Todo lo
contrario. En los últimos años la proliferación de las armas nucleares ha recrudecido el amparo de la recidiva de la guerra
fría, desatada por las dos superpotencias.
Situación actual. Este Tratado ha sido objeto de grandes críticas porque discrimina entre Estados Poseedores de Armas
Nucleares y Estados No Poseedores de Armas Nucleares, así los primeros pueden fabricar artefactos atómicos, pero a los
segundos les está prohibido. Incluso potencias nucleares como Francia y China no se adhirieron de inmediato, por
considerarlo altamente discriminatorio. También los Estados No Poseedores de Armas Nucleares, han sido grandes críticos
del TNP y no se adhirieron de inmediato.
El TNP ha merecido una dura crítica por parte de un gran número de Estados que han visto en él una actitud
discriminatoria por parte de los Estados Poseedores de Armas Nucleares hacia los Estados No Poseedores de Armas
Nucleares. Sin embargo constituye un intento por disminuir los riesgos de una guerra nuclear limitada o global.
Los Estados no partes del TNP consideran que existen cuatro áreas que no son satisfactorias, y por ello no son parte del
Tratado. La primera de ellas es que el TNP es desigual políticamente entre sus miembros nucleares y los no nucleares, pues
impone obligaciones sobre los segundos que no aplica a los primeros.
En segundo lugar, el TNP perpetúa las ventajas comerciales de las potencias nucleares porque reserva para ellos el
derecho a desarrollar explosivos nucleares con fines pacíficos. Tercero, las medidas para el control de armamentos y aún
para el desarme nuclear son débiles e insuficientes y no compensan las estrictas obligaciones aceptadas por los otros
miembros del Tratado. Finalmente, y en el cuarto lugar, los problemas de seguridad militar de los miembros no nucleares
del Tratado, a esos Estados se les obliga a no fabricar armas nucleares ni adquirirlas
América Latina es un continente libre de armas nucleares y forma parte de un régimen de no proliferación nuclear. El
Tratado de Tlatelolco fue pionero en establecer al continente como una zona libre de armamento nuclear. Por su parte las
superpotencias de la Guerra Fría crearon un Tratado, considerado altamente discriminatorio, que prohibía, la utilización de
la energía nuclear para fines bélicos, la transferencia de tecnología por parte de los Estados poseedores de armas nucleares, a
los países que nos las poseían, para que fabricasen armas, así como también declaraba que sólo cinco países podían fabricar
armamento nuclear, precisamente los cinco miembros permanentes del CS de las NU: Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña,
Francia y China.
Este Tratado a pesar de las críticas que ha recibido por parte de los Estados No Nucleares, ha permitido que un gran
número de países desarrollen programas nucleares para fines pacíficos, pero no ha frenado la proliferación de armas
nucleares, éstas cada día acrecientan su volumen .
Argentina no firmó el TNP porque "ese singular documento, cuya intención declarada es ayudar a impedir una
conflagración nuclear, mientras que los poseedores de monstruosos arsenales nucleares pueden seguir más o menos como
siempre", por ello el delegado argentino ante las NU afirmó que el TNP "desarma a los desarmados". El plan nuclear
argentino era buscar la autonomía al igual que Brasil.
2- Tlatelolco
El Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América latina, fue suscrito en la localidad mexicana de
Tlatelolco en febrero de 1967. Los antecedentes que ayudan a entender el porqué de este Tratado se encuentran, en la crisis
de los cohetes cubanos de fines del año 1962. En esa circunstancia, América latina tomó conciencia de que una incontestada
zona de influencia de Estados Unidos de América (EUA), el Caribe hispanoparlante, podía ser disputado por la Unión de las
Repúblicas Socialistas Soviéticas URSS), luego del establecimiento del gobierno de la “Revolución Cubana” en 1959.
Asimismo, la diplomacia azteca, deseaba evitar una carrera armamentista nuclear entre los países latinoamericanos.
El Preámbulo expresa que los gobiernos de los Estados signatarios desean contribuir a poner fin a la carrera de
armamentos -especialmente los nucleares-, a consolidar un mundo en paz, fundado en la igualdad soberana de los Estados,
el respeto y la buena vecindad. La resolución 2.028 (XX) de la AG de las NU, establece el principio de un aceptable
equilibrio de responsabilidad y obligaciones mutuas para las potencias nucleares y las no nucleares. Finalmente, se
comprometen a mantener libre de armamentos nucleares a toda América Latina.
Las Partes Contratantes se obligan a utilizar -exclusivamente con fines pacíficos- el material y las instalaciones
nucleares, sometidos a su jurisdicción (cfr. art.1°).
En los artículos 2°, 3°, 4° y 5° se realiza una interpretación auténtica de varios conceptos usados en el Tratado.
Conforme al art.2°: “Son Partes Contratantes aquéllas para las cuales el Tratado esté en vigor”. El art.3° dispone que el
término territorio “incluye al mar territorial, el espacio aéreo y cualquier otro ámbito sobre el cual el Estado ejerza
soberanía, de acuerdo con su propia legislación”. A su vez, el art.4° determina cual es la zona de aplicación del Tratado. A
continuación, el art.5° expresa que arma nuclear es “todo artefacto que sea susceptible de liberar energía en forma no
controlada y que tenga un conjunto de características propias del empleo con fines bélicos”.
En los artículos 7, 8°, 9°, 10 y 11 se incluye un Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América
Latina (OPANAL), encargado de supervisar el cumplimiento de las obligaciones derivadas del Tratado y entender en todo
aquello relacionado con las medidas, procedimientos y propósitos consignados en el Tlatelolco. La sede de OPANAL es la
ciudad de México. Se establecen en carácter de órganos de OPANAL: la Conferencia Gral ; el Consejo y la Secretaria.
Los artículos 12, 13, 14, 15, y 16 disponen un sistema de control que comprende la aplicación de salvaguardias,
informes semestrales de las Partes Contratantes, e inspecciones a cargo de la Agencia Internacional de Energía Atómica
(AIEA) y del Consejo de OPANAL.
A continuación, el Tratado se refiere al uso pacífico de la energía nuclear (art.17) y a las explosiones de dispositivos
nucleares que las Partes Contratantes pueden realizar con fines pacíficos (art.18).
El art.20 dispone una serie de medidas aplicables en caso de que cualquiera de las Partes Contratantes no cumpla con
las obligaciones derivadas del Tratado, por ej.: apercibimiento, recomendaciones, notificación al CS de las NU de las
transgresiones.
Más adelante, el art.28 dispone que el Tratado entrará en vigor una vez que se cumplan los siguientes recaudos:
a) que sea ratificado por todos los Estados latinoamericanos y por todos los demás Estados soberanos del hemisferio
occidental, situados al sur del paralelo 35 latitud norte;
b) firma y ratificación del Protocolo Adicional I, por parte de los Estados que, de jure o de facto, tengan responsabilidad
internacional sobre territorios situados en la zona de aplicación del Trabajo;
c) firma y ratificación del Protocolo Adicional II por parte de todas las potencias que posean armas nucleares;
d) celebración de los acuerdos bilaterales o multilaterales, sobre la aplicación del sistema del sistema de salvaguardias
(controles) del OIEA.
Sin embargo, el Tratado entrará en vigor para los Estados que al ratificarlo (o a posteriori) formulen la declaración, en
todo y en parte, de la dispensa de los requisitos enumerados en a), b), c) y d) del art.28.
El Protocolo Adicional I compromete a todos los Estados que, de hecho o de derecho, mantienen situaciones coloniales
en la zona geográfica de aplicación del Tratado, a respetar el estatuto de desnuclearización para fines bélicos que se halla
definido en los artículos 1°, 3°, 5° y 13 de dicho Tratado. Los Estados que mantienen situaciones coloniales son los
siguientes: EUA; Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte; Países Bajos; y Francia. Este último país es el único que
aún no ratificó el Protocolo I, a pesar de que está obligado a hacerlo por mantener el status colonial de la Guayana Francesa.
El Protocolo Adicional II compromete -a los Estados poseedores de armas nucleares- a respetar el estatuto de
desnuclearización para fines bélicos de la América latina; a no emplear armas nucleares; y a no amenazar con emplearlas
contra las Partes Contratante del Tratado de Tlatelolco. Dichos países son EUA, URSS, Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda del Norte, Francia y República Popular China. Este Protocolo ha sido ratificado por todos los países signatarios.
Los Estados signatarios y/o ratificantes de los Protocolos Adicionales I y II interpretan que ellos no son Partes
Contratantes del Tratado Tlatelolco y no están sujetos al sistema de control a que sí están obligados los Estados
latinoamericanos. El Reino Unido, que firmó y ratificó los dos Protocolos, no permite que se realicen inspecciones en la
Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, a pesar de que existen fundadas sospechas de que ha violado el
Tratado. La diplomacia argentina ha denunciado ante organismos internacionales al Gobierno británico por el uso en
acciones bélicas de submarinos propulsados por energía nuclear, dentro de la zona de aplicación del Tratado (p.ej.
hundimiento del crucero ARA General Belgrano).
El sofisma que utilizan las potencias poseedoras de armamento nuclear, para encubrir la notoria asimetría existente, es
que sus obligaciones son formales. Conforme a esta argucia, si dichos países declaran que no han violado las obligaciones
derivadas del Tratado, ya es suficiente, porque no están sujetos a ningún tipo de inspección. Contrariamente, los países
latinoamericanos están sometidos a “obligaciones efectivas”, porque en caso de sospecha de que hayan violado el Tratado,
se les aplican las estipulaciones relacionadas con el sistema de control.
El Tratado de Tlatelolco ha sido firmado y ratificado por casi todos los países latinoamericanos. Las excepciones son
Brasil, Chile, Argentina y Cuba. Los dos primeros han suscrito y ratificado el Tratado, pero no han formulado la declaración
de dispensa (art.28). Por lo tanto, no ha entrado en vigor para ellos. Argentina lo firmó, pero no lo ratificó. Cuba, no lo
firmó ni lo ratificó. De todos modos, la firma y ratificación no es garantía suficiente, por cuanto el Reino Unido, que ha
cumplido con las instancias indicadas, ha sido acusado infructuosamente ante distintos organismos internacionales de haber
empleado y/o emplazado armamento nuclear en las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich de Sur, en ocasión y a
posteriori de la guerra del Atlántico Sur.
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