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de la percepción,
la consciencia
y la atención
Cómo conocemos el mundo
t A I Principios de organización
del sistema sensitivo
e s Mecanismos corticales
de la visión
€ 0 Audición
le a Somatestesia: tacto y dolor
j si Sentidos químicos: olfato
y gusto
tza Atención selectiva
172 Capítulo 7 - Mecanismos de la percepción, la consciencia y la atención
H
camino a su casa— . El paciente atri
principal son los sentidos: el Capítulo 6 fue el pri buía sus problemas a su «incapaci
mero y éste es el segundo. En el Capítulo 6 se des dad para ver correctamente».
cribe cóm o los conos y los bastones convierten las señales Se encontró que si se ponían enfrente suyo dos o b
nerviosas en señales visuales, y cóm o el sistema retino-ge jetos (p. ej., dos lápices) al m ismo tiempo, sólo podía
ni culo-estriado conduce estas señales nerviosas hasta la ver uno de ellos, ya estuvieran uno al lado del otro, uno
corteza visual primaria. encima de otro o incluso uno oculto parcialmente por
Este capítulo se diferencia del Capítulo 6 en dos p u n el otro. [En su caso], fotografías de caras u objetos in
tos fundamentales. En prim er lugar, en lugar de ceñirse a dividuales, incluso si eran bastante complejas, podían
un sistema sensitivo, examina cada uno de los cinco siste ser identificadas; pero si una fotografía incluía dos
mas sensitivos de exterosensibilidad1, los cinco sistemas objetos sólo podía identificarse uno de ellos cada vez,
sensitivos que interpretan los estímulos procedentes del aunque ese a veces estuviera desvaído, con lo cual el
exterior del organismo: vista, oído, tacto, olfato y gusto. En otro accedía a la percepción del paciente. Si se pre
segundo lugar, en lugar de ceñirse a la conducción de las se sentaba una frase en una línea, solo podía leerse la pa
ñales sensitivas desde los receptores hasta la corteza, este ca labra más significativa, pero si se presentaba una
pítulo se centra en los mecanismos y fenómenos corticales. palabra extendida por toda el área que ocupaba la
Antes de comenzar el prim er apartado de este capítulo, frase previa, podía leerse la palabra en su totalidad. Si
estudiemos el siguiente caso, relatado por Williams (1970). se le mostraban al paciente dibujos que se superponían
Cuando el lector haya llegado al apartado final, estará pre (esto es, un dibujo encima de otro), podía ver uno
parado para diagnosticar al paciente e interpretar el caso. pero negaba la existencia del otro.
Para entender la organización de las áreas sensitivas de la input de m ás de un sistema sensitivo. La mayoría del input
corteza es im portante tener en cuenta que existen tres que recibe la corteza de asociación [polimodal] le llega a
tipos básicamente diferentes: primarias, secundarias y de través áreas de corteza sensitiva secundaria [unim odal].
asociación. La corteza sensitiva primaria de un sistema es Las interacciones entre estos tres tipos de corteza sen
el área de la corteza sensitiva que recibe la mayor parte de sitiva se caracterizan por tres principios prim ordiales:
su input directamente desde los núcleos talámicos de re organización jerárquica, separación funcional y procesa
levo de dicho sistema. Por ejemplo, com o se aprendió en miento paralelo.
el Capítulo 6, la corteza visual prim aria es el área de la cor
teza cerebral que recibe la mayoría de su input del núcleo
Organización jerárquica
geniculado lateral del tálamo. La corteza sensitiva secun
daria 2 de un sistema abarca las áreas de la corteza sensi Los sistemas sensitivos se caracterizan por una organiza
tiva que reciben la mayor parte de su input de la corteza ción jerárquica. Una jerarquía es un sistema cuyos m iem
sensitiva prim aria de ese sistema o de otras áreas de la bros pueden ser asignados a niveles o rangos específicos los
corteza sensitiva secundaria del mismo sistema. La corteza unos respecto de los otros. Por ejemplo, el ejército es un sis
de asociación 3 es cualquier área de la corteza que recibe tem a jerárquico, porque todos los soldados se distribuyen
en rangos según su autoridad. Del m ismo m odo, las es
tructuras sensitivas se organizan en una jerarquía de
1 Algunos los denominan «exteroceptivos» (N. de la T.).
acuerdo con la especificidad y complejidad de su función
2 También llamada corteza sensorial de asociación uttitnodal (N. déla T.).
3 Se refiere a la corteza sensorial que también se denomina de asocia (véase la Figura 7.1). A medida que se avanza por un sistema
ción polimodal (N. déla T.). sensitivo desde los receptores a los núcleos talámicos, a la
7.1 ~ Principios de organización del sistema sensitivo 1 73
Corteza de asociación
J ^
FIG U RA 7.2 Dos modelos de la organización del sistema sensitivo: el modelo inicial era jerárquico, funcionalmente
homogéneo y en serie; el modelo actual, más coherente con los datos, es jerárquico, funcionalmente separado y en paralelo.
En el modelo actual no se muestran las vías descendentes que aportan retroalimentación desde los niveles superiores
a los inferiores.
que quedó ciego del campo visual izquierdo tras la extir no se ha destruido por completo y los islotes de células fun
pación quirúrgica del lóbulo occipital derecho (W eis cionales restantes pueden m ediar algunas capacidades vi
krantz, 2002; Weiskrantz etaL, 1974): suales sin que haya una conciencia de ello (véase Wüst,
Kasten y Sabel, 2002). La o tra es que las vías visuales que
ascienden directamente a la corteza visual secundaria desde
estructuras subcorticales sin pasar a través de la corteza vi
sual p rim aria perm iten m antener algunas capacidades
desconcertado por su propia visuales sin que haya una consciencia cognitiva (véase Ken-
visión ciega tridge, Heywood y Weiskrantz, 1997). Existen algunas
pruebas a favor de ambas teorías, pero la evidencia no es
Pese a que el paciente no era consciente de «ver» concluyente para ninguna de ellas (véase Gross, M oore y
en su campo visual ciego [el izquierdo], se o btu Rodman, 2004; Rosa, Tweedale y Elston, 2000; Schárli,
vieron pruebas de que: a) podía lle H arm an y Hogben, 1999a, 1999b). En realidad, es posible
gar a ver estím ulos [en el cam po que ambos mecanismos contribuyan al fenómeno.
visual izquierdo] con una exactitud
considerable; b) podía diferenciar la orientación Consciencia visual y actividad neural
de una línea vertical de otra horizontal o diago
¿Recuerda el lector el punto clave resaltado en el C apítu
nal, y c) podía diferenciar las letras «X» y «O».
No hace falta decir que se le preguntó repeti lo 6 — que nuestras percepciones visuales a m enudo son
damente acerca de su visión en la m itad izquierda diferentes de la realidad física del input visual—? Esto su
de su campo visual, y su respuesta m ás frecuente cede porque la actividad de las neuronas corticales visua
era que no veía absolutamente nada.... Cuando se les suele asociarse con las propiedades de la percepción más
que con las del estímulo físico (Albright y Stoener, 2002;
le m ostraban los resultados [a través de su campo
Eysel, 2003; Zeman, 2004).
visual derecho, normal] se m ostraba sorprendido
En la Figura 7.6, se ilustra este punto dem ostrando
e insistía varias veces en que creía que sólo lo
que a veces vemos contornos visuales donde no los hay (Al
había «adivinado». C uando se le proyectó un
bright, 1995); éstos se denom inan contornos subjetivos.
vídeo de cóm o alcanzaba y juzgaba la orienta
¿Por qué vemos contornos subjetivos? La razón es que las
ción de las líneas, se quedó francamente asom
neuronas preestriadas (Peterhans y von der Heydt, 1991),
brado (Weiskrantz e t a/., 1974, pp. 721 -726).
e incluso unas cuantas neuronas de la corteza visual p ri
maria (Sheth et a l, 1996), responden como si hubiera con
tornos reales cuando aparecen en sus campos receptores
Se han propuesto dos interpretaciones neurológicas los contornos subjetivos con la orientación apropiada
de la visión ciega. Una consiste en que la corteza estriada (véase la Figura 7.7).
178 Capítulo 7 - Mecanismos de la percepción, la consciencia y la atención
*
secundaria y de asociación
La corteza visual secundaria y las regiones de la corteza de
asociación que participan en el análisis visual se com po
nen todas de diferentes áreas, cada una de ellas especiali
zada en un tipo concreto de análisis visual. Por ejemplo,
el macaco, cuya corteza visual se ha cartografiado exhaus
tivamente, tiene al m enos 30 áreas funcionales distintas de
corteza visual: además de la corteza visual prim aria, hasta
Dirección
del barrido Hb
c *
Campo
BARRIDO
BARRIDO
ahora se han identificado en él 24 áreas de corteza visual suales (p. ej., movimiento o color), los investigadores han
secundaria y 7 áreas de corteza visual de asociación. Las delimitado hasta el m om ento alrededor de una docena de
neuronas de cada área funcional responden con mayor áreas funcionales diferentes en la corteza visual hum ana.
intensidad a diferentes aspectos de los estímulos visuales En la Figura 7.8, se m uestra un m apa de dichas regiones.
(p.ej., su color, su movimiento o su forma); las lesiones se En la mayoría de los casos son similares en cuanto a loca
lectivas de las distintas áreas producen distintas pérdidas lización, características anatóm icas y función a las de los
visuales; y existen diferencias anatómicas entre las áreas. macacos (Courtney y Ungerleider, 1997), pero existen cier
Las diversas áreas funcionales de la corteza visual se tas diferencias (véase Vanduffel et al., 2002).
cundaria y de asociación del macaco están prodigiosa
m ente interconectadas. M ediante estudios de m arcado
anterógrado y retrógrado se han identificado más de 300
Corrientes dorsal y ventral
vías de interconexión (Van Essen, Anderson y Felleman, En el Capítulo 6 se ha visto que la mayor parte de la in
1992). Aunque las conexiones entre las diferentes áreas formación visual llega a la corteza visual prim aria pasando
son prácticamente siempre recíprocas, el principal flujo de por los núcleos geniculados laterales [del tálam o]. En la
información se da en sentido ascendente en la jerarquía, corteza visual prim aria, la información procedente de los
desde las áreas más simples a las más complejas. dos núcleos geniculados laterales se recibe, se com bina y
La tom ografía de em isión de positrones (TEP) y la luego se separa en múltiples vías que proyectan por sepa
RM f se han utilizado para identificar diversas áreas de la rado a las diversas áreas funcionales de la corteza visual se
corteza visual en seres hum anos. Se ha registrado la acti cundaria y, después, a las de la corteza de asociación (véase
vidad cerebral de los sujetos m ientras Cabeza y Nyberg, 1997; Logothetis, 1998).
inspeccionaban diversos tipos de estí Muchas de las vías que transfieren información prove
mulos visuales (véase, p. ej., Grossman niente de la corteza visual prim aria a través de diversas
et al., 2000; Kourtzi y Kanwisher, 2000). Identificando las áreas especializadas de la corteza secundaria y de asocia
áreas de activación asociadas con diversas propiedades vi ción form an parte de dos corrientes principales: la co
J x
FIG U RA U Áreas de la corteza visual descubiertas hasta el momento en seres humanos. Sus denominaciones se basan en
la similitud con las áreas de la corteza visual del macaco, más estudiado. (Basado en Tootelletal, 1996.)
180 Capítulo 7 - Mecanismos de la percepción, la consciencia y la atención
rriente dorsal y la corriente ventral (C ourtney y Ungerlei formación. A puntaron que la función de la corriente d o r
der, 1997; Ungerleider y Mishkin, 1982). La corriente dor sal pudiera ser dirigir las interacciones com portamentales
sal fluye desde la corteza visual p rim aria a la corteza con los objetos, mientras que la de la corriente ventral
preestriada dorsal, y de ahí a la corteza parietal posterior. sería mediar la percepción consciente de los objetos. Ésta
La corriente ventral fluye desde la corteza visual prim a es la teoría del «control del comportamiento» frente a la
ria a la corteza preestriada ventral y de ahí a la corteza in- «percepción consciente» (véase Logothetis y Sheinberg,
ferotemporal (véasela Figura 7.9). 1996).
Ungerleider y Mishkin (1982) propusieron que las co La teoría del «control del com portam iento» frente a la
rrientes visuales dorsal y ventral realizan funciones visua «percepción consciente» puede explicar fácilmente los
les diferentes. Sugirieron que la corriente dorsal está dos hallazgos neuropsicológicos que constituyen la base
implicada en la percepción de «dónde» se localizan los de la teoría del «dónde» frente al «qué». A saber, la teoría
objetos, y la corriente ventral lo está en la percepción de del «control del com portam iento» frente a la «percep
«qué» son los objetos. ción consciente» sugiere que los pacientes con daño de la
La principal im plicación de la teoría del «dónde» corriente dorsal pueden tener un bajo rendim iento en
frente al «qué» y de otras teorías de procesamiento para pruebas de localización y m ovim iento debido a que la
lelo de la visión es que las lesiones de algunas áreas de la mayoría de este tipo de pruebas im plican medidas m ani-
corteza pueden suprim ir ciertos aspectos de la visión, de pulativas; y que los pacientes con daño de la corriente ven
jando otros intactos. De hecho, la prueba más convincente tral pueden tener un bajo rendim iento en pruebas de
de la influyente teoría del «dónde» frente al «qué» deriva reconocim iento visual porque la mayoría de dichas p ru e
de la comparación de los efectos específicos de la lesión de bas im plican un inform e verbal, y por lo tanto, cons
las corrientes dorsal y ventral ( véase Ungerleider y Haxby, ciente.
1994). Los pacientes con una lesión en la corteza parietal El mayor respaldo de la teoría del «control del com
posterior suelen tener dificultades para alcanzar con pre portam iento» frente a la «percepción consciente» es la
cisión objetos que no tienen dificultad en describir; y a la confirmación de sus dos premisas bá
inversa, los pacientes con una lesión en la corteza infero- sicas: 1 ) que algunos pacientes con
temporal a m enudo no tienen problemas para alcanzar há lesiones bilaterales que afectan a la co
bilmente objetos que les cuesta describir. rriente ventral no tienen una experiencia consciente de ver
Aunque la teoría del «dónde» frente al «qué» cuenta con y, au n así, pueden interaccionar con los objetos bajo guía
muchos partidarios, existe una interpretación alternativa visual, y 2 ) que algunos pacientes con lesiones bilaterales
de los mismos datos (Goodale, 1993; Milner y Goodale, de la corriente dorsal pueden ver objetos de m anera cons
1993). Goodale y Milner argum entaron que la diferencia ciente, pero no son capaces de interactuar con ellos bajo
clave entre la corriente dorsal y la ventral no es el tipo de orientación visual. A continuación se describen dos de
información que transmiten, sino en qué se emplea esa in estos casos.
Corriente
dorsal
Corteza
visual
primaria
El descubrimiento de que existen áreas de la corteza rales en la corteza hum ana que son específicos para el re
hum ana que parecen estar especializadas en el reconoci conocimiento visual de categorías específicas de objetos,
miento facial ha motivado la búsqueda tales com o caras, parece ser que están intercalados con
de áreas corticales que pudieran estar circuitos para reconocer otros objetos. Quizá es por esto
especializadas en la percepción de por lo que no es probable que el daño cerebral produzca
otras categorías de objetos. Se ha inform ado de varias. Por casos de agnosia que sean específicos para una sola clase
ejemplo, los estudios que han utilizado neuroimagen fun de objetos.
cional han identificado diferentes áreas de la corriente
ventral hum ana que parecen activarse específicamente
ante la vista de seres hum anos (Downing et al., 2001), Gondusión intermedia
gatos (Haxby et a l, 2001) o casas (Epstein y Kanwisher, Antes de acabar este apartado sobre percepción visual, re
1998). vise el lector mentalmente los temas que se han examinado:
Hay dos cosas im portantes que el lector tiene que saber la conclusión visual, la visión ciega, los contornos subje
acerca de estas áreas específicas de categorías para el reco tivos, la prosopagnosia, las corrientes dorsal y ventral y los
nocimiento visual de objetos ( véase Grill-Spector, 2003). casos de D. B., D. F., A. T. y R. P. Esta exposición tendría que
Primero, hay más de un área de la corriente ventral que res haber reforzado su conocim iento de los tres principios
ponde a cada categoría de objetos; y segundo, se da una del procesamiento perceptivo que se presentaron al p rin
gran superposición entre las áreas que responden a diver cipio de este capítulo: organización jerárquica, separación
sas categorías de objetos. Así pues, si existen circuitos neu- funcional y procesamiento paralelo.
Audición
La función del sistema auditivo es percibir el sonido de ellos. La amplitud, frecuencia y complejidad de las vi
para ser más precisos, percibir los objetos y los aconteci braciones de las moléculas del aire se perciben respectiva
mientos a través de los sonidos que producen— . Los so mente com o volumen, tono y timbre.
nidos son vibraciones de las m oléculas del aire que Los tonos puros (vibraciones de ondas sinusoidales)
estimulan al sistema auditivo; los seres hum anos oímos sólo existen en el laboratorio y en el estudio de grabación
sólo las vibraciones moleculares que oscilan entre 20 y de sonido; en la vida real, el sonido siempre se asocia con
20.000 hertzios (ciclos por segundo). En la Figura 7.10 se patrones complejos de vibraciones. Por ejemplo, en la Fi-
ilustra el m odo en que los sonidos se registran norm al gjra 7.11 se representa la onda sonora compleja que se aso
mente com o ondas, y la relación entre las dimensiones fí cia con una nota de clarinete. La figura también ilustra que
sicas de la vibración de los sonidos y nuestra percepción cualquier onda sonora compleja puede descomponerse
Amplitud Volumen
Alto Bajo
Frecuencia Tono
WWWUÌ1W
Bajo (grave) Alto (agudo)
Cuando
se suman,
estas ondas
sinusoidales
producen
este sonido
del
clarinete.
FIG U RA 7.11 Descomposición de un
sonido -en este caso, el sonido de un
clarinete- en sus ondas sinusoidales
componentes mediante análisis de Fourier. Forma de la onda
Cuando se suman, las ondas sinusoidales del sonido del clarinete
producen la onda del sonido complejo.
matemáticamente en una serie de ondas sinusoidales de di les de acción en los axones del nervio auditivo — una
versa frecuencia y amplitud. Estas ondas sinusoidales com rama del VIII par craneal, el nervio estato-acústico— . Las
ponentes producen el sonido original al sumarse todas vibraciones del líquido coclear se desvanecen finalmente
ellas. Com o se expuso en el Capítulo 6, el análisis de Fou- al llegar a la ventana redonda, una m em brana elástica en
rier es el procedimiento matemático para descomponer las la pared de la cóclea.
ondas complejas en las ondas sinusoidales que las forman. El principio fundamental de la codificación coclear es
Una de las teorías de la audición sostiene que el sistema au que las diferentes frecuencias producen la máxima esti
ditivo ejecuta un análisis tipo Fourier de los sonidos com mulación de células ciliadas situadas en diferentes puntos
plejos en térm inos de sus ondas sinusoidales. a lo largo de la m em brana basilar — las frecuencias más
altas producen la mayor activación cerca de las venta
nas5— . Así pues, las múltiples frecuencias constituyentes
El oído que componen cada sonido complejo activan las células ci
La Figura 7.12 es u n a ilustración del o íd a Las ondas so liadas en muchos puntos distintos a lo largo de la m em
noras viajan a través del conducto auditivo y hacen que la brana basilar, y las múltiples señales originadas por u n
membrana timpánica vibre. Estas vibraciones se trans sonido complejo son transm itidas fuera del oído p o r m u
fieren luego a los tres huesecillos — los pequeños huesos chas neuronas auditivas diferentes. Al igual que la cóclea,
del oído medio: el martillo («malleus»), el yunque («incus») la mayoría de las demás estructuras del sistema auditivo se
y el estribo («stapes»)— . Las vibraciones del estribo de disponen conform e a la frecuencia. Así, del mismo m odo
sencadenan las vibraciones de la m em brana llamada ven que la organización del sistema visual es básicamente re-
tana oval, lo cual a su vez transfiere las vibraciones al ti no tópica, la organización del sistema auditivo es básica
líquido de la cóclea, que tiene form a de caracol (kokhlos m ente tonotópica.
significa «caracol terrestre»). La cóclea es u n largo tubo Esto nos lleva al principal misterio sin resolver del p ro
enrollado que contiene una m em brana interna que la atra cesamiento auditivo. Imagínese el lector en un am biente
viesa casi hasta su extremo. En esta m em brana interna se acústico complejo, com o u n a fiesta. La música está so
sitúa el órgano receptor auditivo, el órgano de Corti. nando, la gente baila, com e y bebe, y se m antienen num e
Todo cambio de presión que se produce en la ventana rosas conversaciones en torno suyo. Dado que las
oval viaja por el órgano de C orti en form a de onda. El ó r frecuencias com ponentes de cada sonido individual acti
gano de C orti está com puesto por dos m em branas: la van m uchos puntos a lo largo de su m em brana basilar, la
m em brana basilar y la m em brana tectorial. Los recepto cantidad de puntos activados simultáneamente en un m o
res auditivos, las células ciliadas, se apoyan sobre la mem m ento dado por los ruidos de la fiesta es enorme. Pero de
brana basilar, y la membrana tectorial se extiende sobre alguna forma su sistema auditivo se las arregla para clasi
las células ciliadas. En consecuencia, una desviación del ó r ficar estos mensajes de frecuencia individuales en catego
gano de Corti en cualquier punto a lo largo suyo produce rías por separado y combinarlas, de m odo que usted oiga
una fuerza de esquileo sobre las células ciliadas en ese
m ismo punto (Corwin y Warchol, 1991). Dicha fuerza es
tim ula las células ciliadas, desencadenando así potencia 5 Es de suponer que el autor se refiere a la ventana oval (N. de la T.).
7.3 - Audición 185
Nervio Canales
Cóclea
/
(desenrollada)
redonda
Ventana Membrana
oval timpánica
Membrana
Células ^ 9ano
ciliadas [ corti
Membranal
Nervio
auditivo
cada fuente de sonidos complejos independientem ente Del oído a la corteza auditiva primaria
(véase Fengy Ratnam, 2000). Por ejemplo, usted oye la con
versación de la persona que está cerca suyo como u n a se No existe una vía auditiva principal a la corteza com para
cuencia de sonidos por separado, pese a que contiene ble a la vía retino-genículo-estriada del sistema visual. En
muchas de las mismas frecuencias componentes proce vez de ello, existe una red de vías auditivas ( véase Master-
dentes de otras fuentes. ton, 1992), algunas de las cuales se ilustran en la Figura
En la Figura 7.12 se m uestran tam bién los conductos 7.13. Los axones de cada nervio auditivo establecen sinap-
semicirculares —los órganos receptores del sistema ves sis en los núcleos cocleares homolaterales, desde donde
tibular— . El sistema vestibular transm ite inform ación múltiples proyecciones conducen a las olivas superiores,
sobre la dirección y la intensidad de los movimientos de localizadas en el m ismo nivel neural. Los axones de las cé
la cabeza, lo que nos ayuda a m antener el equilibrio. lulas olivares se proyectan a través del lemnisco lateral hasta
18 6 Capítulo 7 - Mecanismos de la percepción, la consciencia y la atención
Cisura
longitudinal
Cisura
Prosencéfalo
Corteza auditiva
primaria
Núcleo geniculado
medial (tálamo)
Tubérculo
cuadrigómino inferior
(tectum)
M esencèfalo
lateral
cocleares
Rom bencéfalo
los tubérculos cuadrigéminos inferiores, donde form an consiste en que, al igual que otras áreas de la corteza cere
sinapsis con las neuronas que proyectan a los núcleos ge bral, la corteza auditiva prim aria está organizada en co
niculados mediales del tálamo, los cuales a su vez se p ro lum nas funcionales (véase Schreiner, 1992): todas las
yectan a la corteza auditiva primaria. Obsérvese que las neuronas que se encuentran a lo largo de una trayectoria
señales de cada oído se transm iten tanto a la corteza au vertical de un microelectrodo insertado en la corteza a u
ditiva homolateral com o a la contralateral. ditiva prim aria (esto es, insertándolo en sentido perpen
dicular a las capas corticales) dan su respuesta óptim a
ante sonidos del m ismo rango de frecuencias. El segundo
Corteza auditiva primaria se refiere a que, del mismo m odo que sucede en la cóclea,
En los seres hum anos, la corteza auditiva prim aria se lo la corteza auditiva prim aria está organizada tonotópica-
caliza en el lóbulo tem poral, oculta a la vista tras la cisura m ente (véase Schreiner, Read y Sutter, 2000): las regiones
lateral (véase la Figura 7.14). Hay dos franjas de corteza au posteriores son más sensibles a las frecuencias más altas.
ditiva secundaria adyacentes a la corteza auditiva prim a Poco se sabe acerca de las neuronas de la corteza audi
ria. Se piensa que existen dos o tres áreas de corteza tiva secundaria en el primate, ya que responden débil e in
auditiva prim aria y unas siete áreas de corteza auditiva se consistentem ente a los tonos puros que por lo general
cundaria (véase Semple y Scott, 2003). utilizan los investigadores. Rauschecker, Tian y Hauser
Se han identificado dos im portantes principios de o r (1995), basándose en lo que se sabía sobre las neuronas de
ganización de la corteza auditiva prim aria. El prim ero la corteza visual secundaria, pensaron que podrían avan
7.3 - Audición 187
Corteza
auditiva
primaria
Corteza
auditiva
secundaría
Cisura
la te ra l
zar más en el estudio de neuronas de la corteza auditiva se bérculos cuadrigéminos superiores, que reciben input au
cundaria si empleaban estím ulos más complejos — las ditivo, se disponen conform e a u n m apa del espacio audi
neuronas de la corteza visual secundaria responden a es tivo (King, Schnupp y Thom pson, 1998). Las capas
tímulos visuales complejos, pero su respuesta a puntos de superficiales de los tubérculos cuadrigéminos superiores,
luz es exigua— . Estos investigadores encontraron que, en que reciben input visual, están organizadas retinotópica-
los m onos, los tonos puros son más mente. Así pues, parece ser que la función general de los
J eficaces para activar las neuronas de la tubérculos cuadrigéminos superiores es localizar el origen
' corteza auditiva primaria, pero que los del input sensorial en el espacio.
chillidos de los m onos son más eficaces para activar las Muchos investigadores interesados en la localización
neuronas de su corteza auditiva secundaria. Mediante RMf del sonido han estudiado a las lechuzas debido a que éstas
se ha docum entado una pauta sim ilar de activación pre- son capaces de localizar la fuente del
ferencial de la corteza auditiva prim aria y secundaria por sonido m ejor que cualquier otro ani
los sonidos puros y complejos, respectivamente (Wessin- mal cuya audición se haya estudiado
ger et al., 2001). Esto sugiere que la corteza auditiva se or- (véase Konishi, 2003). Éstas cazan por la noche y necesi
^ n iz a jerárquicam ente en seres hum anos y prim ates tan poder localizar a los ratones de campo 6 basándose ex
(Semple y Scott, 2003). clusivamente en el sonido susurrante que hacen los ratones
en la oscuridad (véase Cohén y Knudsen, 1999).
Localización del sonido
La localización espacial del sonido está mediada por los m í Efectos del daño de la corteza auditiva
deos lateral y medial de la oliva superior, aunque de dis Los esfuerzos por precisar los efectos del daño de la cor
tinto modo. Cuando un sonido se origina a la izquierda de teza auditiva se han visto dificultados por el hecho de que
una persona, prim ero alcanza el oído izquierdo, y es más la mayor parte de la corteza auditiva
intenso en el oído izquierdo. Algunas neuronas de la oliva hum ana se sitúa en las profundidades
superior medial responden a ligeras diferencias en el tiempo de la cisura lateral. Por consiguiente,
de llegada de las señales desde los dos oídos, m ientras que pocas veces se destruye en su totalidad, y de ser así, se p ro
algunas neuronas de la oliva superior lateral responden a duce inevitablemente una lesión que se extiende al tejido
ligeras diferencias en la am plitud de los sonidos proce que la rodea. Com o resultado de este problema, los inten
dentes de los dos oídos (váweHeffher y M asterton, 1990). tos de averiguar los efectos del daño de la corteza auditiva
La oliva superior medial y la lateral proyectan a los tu se han basado en gran parte en estudios de sujetos no
bérculos cuadrigéminos superiores (que no aparecen en la Fi hum anos.
gura 7.13), así com o a los tubérculos cuadrigéminos
inferiores. A diferencia de la organización tonotópica ge
neral del sistema auditivo, las capas profundas de los tu 6 O campañoles (N. de la T.).
188 Capítulo 7 Mecanismos de la percepción, la consciencia y la atención
Sorprendentemente, las lesiones bilaterales totales de la Kelly, 1988), aun cuando las lesiones afecten a una parte sus
corteza auditiva primaria en mamíferos de laboratorio no tancial de la corteza auditiva secundaria. No obstante, tales
producen alteraciones permanentes en su capacidad para lesiones alteran la capacidad de localizar sonidos breves y
detectar la presencia de sonidos (véase, p. ej* Kavanagh y de reconocer secuencias rápidas y complejas de sonidos.
Sin duda el lector ha experim entado una am plia variedad tante sobre la piel. La presión provoca una salva de dispa
de sensaciones que emanan de su cuerpo. Éstas se cono ros en todos los receptores, lo cual se corresponde con la
cen por lo general com o somatestesia7. El sistema que sensación de ser tocado: sin embargo, tras unos cuantos
m edia estas sensaciones corporales — el sistema somato- cientos de milisegundos, sólo los receptores de adapta
sensitivo— consiste de hecho en tres sistemas distintos ción lenta permanecen activos y la calidad de la sensación
aunque relacionados: 1) un sistema de exterosensibilidad [a cambia. De hecho, a m enudo se es del todo inconsciente
veces designado exteroceptivo], que detecta los estímulos de una presión constante en la piel; por ejemplo, corrien
externos aplicados a la piel; 2 ) u n sistema depropiosensi- tem ente no se siente la sensación que produce la ropa
bilidad [o propioceptivo], el cual registra la información sobre el cuerpo hasta que se centra la atención sobre ello.
concerniente a la posición del cuerpo que proviene de los En consecuencia, cuando se intenta identificar objetos m e
músculos, articulaciones y órganos del equilibrio, y 3) un diante el tacto, se tocan con las m anos de m odo que la
sistema deinterosensibilidad [o interoceptivo] (véaseCraig, pauta de estimulación cambia continuam ente. La identi
2002), que proporciona inform ación general sobre el es ficación de los objetos por el tacto se llama estereognosia.
tado en el interior del cuerpo (p. ej„ tem peratura y tensión
arterial). Esta exposición trata casi exclusivamente del sis
tem a de exterosensibilidad, el cual abarca tres divisiones Discos Terminaciones
algo distintas: una p ara percibir estímulos mecánicos Terminaciones de nerviosas / x - „
(tacto), o tra para estímulos térmicos (tem peratura) y otra de Rufflnl Merkel lihrAc Corpúsculos
,,Dres de Pacini
para estímulos dolorosos (dolor).
Receptores cutáneos
Existen varios tipos diferentes de receptores en la piel
(véase Johnson, 2001). En la Figura 7.15 se representan cua
tro de ellos que se encuentran tanto en la piel con vello
como en la piel lam piña [glabra], como es la de las palmas
de la mano. Los receptores cutáneos más sencillos son las
terminaciones nerviosas libres (terminaciones neurona-
les que no tienen estructuras especializadas), las cuales
son especialmente sensibles a los cambios de tem peratura
y al dolor. Los receptores cutáneos más grandes y más p ro
fundos son los corpúsculos de Pacini, con form a de ce
bolla. Puesto que se adaptan rápidam ente, responden
mejor a distorsiones repentinas de la piel. Por lo contra
rio, los discos de Merkel y las terminaciones de Ruffini se
adaptan am bos lentamente y dan la m ejor respuesta a in
flexiones graduales de la piel y a estiramientos graduales
de la piel, respectivamente.
Para apreciar el significado funcional de los receptores
de adaptación rápida y los de adaptación lenta hay que Glándula Tejido
considerar qué sucede cuando se aplica una presión cons sudorípara graso
Vértebras
cervicales
Vértebras
torácicas
Vértebras
lumbares
Vértebras
sacras
VISTA LATERAL
Lemnisco medial
Núcleo
del trigémino
dorsal
sensitiva
de la piel
FIG U R A 7.17 Gordón dorsal
del sistema del lemnisco mediaL
parietal posterior. Los entusiastas de las anécdotas neuro- ral contiene tres fascículos diferentes: el fascículo espino-
científicas querrán seguram ente añadir a su colección el talámicoy que proyecta al núcleo ventral posterior del tá
hecho de que las neuronas del cordón dorsal que se origi lam o (al igual que el cordón dorsal del sistem a del
nan en los dedos de los pies son las neuronas de mayor lon lemnisco-medial); el fascículo espinorreticulary que p ro
gitud del cuerpo hum ano. yecta a formación reticular (y de ahí a los núcleos para-
El sistema anterolateral se presenta en la Figura 7.18. fasciculares y núcleos intralaminares del tálam o) y el
La mayoría de las neuronas de la raíz dorsal del sistema fascículo espinotectaly que proyecta al tectum (tubérculos
anterolateral form an sinapsis en cuanto entran en la m é cuadrigém inos). Las tres ramas del nervio trigém ino lle
dula espinal. Los axones de la mayor parte de las neuro van información acerca de dolor y tem peratura de la zona
nas de segundo orden decusan y luego ascienden al de la cara hasta los m ism os lugares del tálamo. La in fo r
encéfalo en la p arte anterolateral contralateral de la m ación de dolor y tem peratura que llega al tálam o se
m édula espinal; sin embargo, algunas no decusan sino envía entonces a SI y SU, la corteza parietal posterior, así
que ascienden hom olateralm ente. El sistema anterolate- com o a otras partes del encéfalo.
7.4 - Somatestesia: tacto y dolor 191
Núcleos talámicos
Prosencéfalo
parafasclcular,
Tectum
Mesencèfalo
Formación
reticular
Fascículo
espinotalámico
Fascículo
espinotectal
Fascículo
espinorreticular
Médula espinal
Mark, Ervin y Yakolev (1962) evaluaron los efectos de y dolor agudo; pero no tuvieron efecto alguno en el dolor
las lesiones talámicas sobre el dolor crónico en pacientes crónico, profundo: Por lo contrario, las lesiones que afec
en fases avanzadas de cáncer. Las lesiones en los núcleos taban a los núcleos parafasciculares e ^
ventrales posteriores, que reciben input tanto del fascí intralaminares, los cuales reciben input
culo espinotalámico com o del cordón dorsal del sistema del fascículo espinorreticular, reduje
del lemnisco-medial, produjeron una pérdida m oderada ron el dolor crónico agudo sin alterar la sensibilidad cu
de sensibilidad cutánea al tacto, cambios de tem peratura tánea.
192 Capítulo 7 Mecanismos de la percepción, la consciencia y la atención
Pie
Dedos
del pie
Genitales
Dientes
Lengua
Faringe
Abdomen
Cisura
Corteza Corteza
central
somatosensitiva somatosensitiva
primarla (S I)
J , secundarla (S il)
FIG U RA 7.19 Localizaciones de la
corteza somatosensitiva primaria (SI) humana
y un área de la corteza somatosensitiva
secundaria (Sil) con la tradicional
representación del homúnculo
somatosensitivo. Siempre me ha
desconcertado algo de esta representación del
homúnculo somatosensitivo: el cuerpo está al
revés, mientras que la cabeza está en su
posición normaL Parece ser que esta
representación tradicional es errónea. Los
resultados de un estudio de RMf sugieren que
la representación de la cara también está
invertida. (Sen/os et al., 1999.)
7.4 - Somatestesia: tacto y dolor 193
a SI en la circunvolución poscentral, y gran parte de ella plejas y específicas (vátseCaselü, 1997), lo que sugiere que
se extiende en el interior de la cisura lateral. La región Sil existe un esquema jerárquico anterior-posterior (Iwamura,
recibe la mayor parte de su input de SI y por tanto se con 1998).
sidera corteza somatosensitiva secundaria. A diferencia de Los campos receptores de muchas neuronas de la cor
9 , cuyo input es predom inantem ente contralateral, Sil re teza somatosensitiva prim aria, al igual que los de las neu
cibe un input considerable de am bos lados del cuerpo. ronas de la corteza visual, pueden dividirse en áreas
Gran parte del output de SI y de Sil se dirige a la corteza excitadoras e inhibidoras antagonistas (DiCarlo y Johnson,
de asociación del lóbulo parietal posterior. 2000; Di Cario, Johnson y Hsaio, 1998). En la Figura 7.20,
Existen otras varias áreas de corteza somatosensitiva se ilustra el campo receptor de una neurona de la corteza
en los seres hum anos (véase Kaas y Collins, 2001). Por somatosensitiva prim aria que responde a un roce suave de
ejemplo, hay dos estrechas bandas, u n a a cada lado de SI, la piel (M ountcastle y Powell, 1959).
y o tra adyacente a SIL Cada una está organizada som ato-
tópicamente, pero la función de cada una está aún por
aclarar. Efectos del daño de la corteza
Kass y colaboradores (1981) hallaron que la corteza somatosensitiva primaria
somatosensitiva prim aria se com pone de cuatro bandas Como ocurre con los efectos del daño de la corteza audi
funcionales, cada una con una organización som atotó- tiva, los efectos del daño de la corteza somatosensitiva
pica semejante, pero particular. Cada banda de corteza prim aria suelen ser sorprendentem ente m oderados. C or
somatosensitiva prim aria presenta la máxima sensibili lan, M ilner y Rasmussen (1970) evaluaron las capacida
dad ante un tipo diferente de mpuf so m ato sensitivo (p. ej., des somatosensitivas de pacientes con epilepsia antes y
a un roce suave o a la tem peratura). Así pues, si se regis después de una ablación unilateral que incluía a SI. Tras
trara la actividad de las neuronas a lo largo de una línea h o la intervención, los pacientes m anifestaron dos alteracio
rizontal que cruzase las cuatro bandas, se encontrarían nes contralaterales leves: una disminución de la capacidad
neuronas que «prefieren» uno de los cuatro tipos diferen para detectar un roce suave y una dism inución de la ca
tes de estimulación táctil, todas ellas procedentes de la pacidad para reconocer los objetos m ediante el tacto (esto
misma parte del cuerpo. Asimismo, se encontraría que al es, u n a deficiente estereognosia). Estas anomalías eran
desplazarse desde la zona anterior a la posterior las prefe bilaterales sólo en los casos en los que la lesión unilateral
rencias de las neuronas tenderían a ser cada vez más com invadía SIL
EXCITADORA
Área
excitadora
INHIBIDORA
Area
EXCITADORA
inhibidora
INHIBIDORA
FIG U RA 7.20 Campo receptor de una neurona de la corteza somatosensitiva primaria. Obsérvense las áreas excitadoras
e inhibidoras antagonistas.
194 Capítulo 7 - Mecanismos de la percepción, la consciencia y la atención
El caso de la tía B., que perdió Como en el caso de la tía B., la som atoagnosia a m e
la mitad de su cuerpo nudo se acom paña de anosognosia — la falta de cons
ciencia de los pacientes neuropsicológicos de sus propios
Ya era h o ra de ver a la tía B. — en realidad, no era mi síntom as— . La som atoagnosia tam bién suele acom pa
tía, pero crecí pensando que lo era— . Era la mejor ñarse de negligencia contralateral — la tendencia a no
amiga de m i madre. Había sufrido un accidente cere responder a los estímulos contralaterales a una lesión en
brovascular en el hemisferio derecho. el hemisferio derecho— . (En el Capítulo 8 se verá algo más
Mientras íbamos hacia su habitación, uno de los es sobre la negligencia.)
tudiantes de medicina describió el caso. «Hemiplejía
izquierda [parálisis del lado izquierdo]», se m e dijo. Las paradojas del dolor
La tía B. estaba acostada de espaldas, su cabeza y
ojos vueltos a la derecha. «Betty», la llamé. No tía Betty Una paradoja es una contradicción lógica. La percepción
sino Betty. Yo tenía 37 años: había dejado de llamarla del dolor es paradójica en tres aspectos importantes, razón
«tía» hacía tiem po — dos años, por lo menos— . por la cual se ha escogido el dolor para estudiarlo p arti
Me acerqué a su cama por el lado izquierdo, pero cularmente. Las tres paradojas del dolor se explican en los
la tía B. no volvió su cabeza ni sus ojos para mirarme. tres subapartados siguientes.
«Hal», llamó. «¿Dónde estás?» El potencial de adaptación del dolor Una de las p a
Volví su cabeza suavemente hacia mí. Hablamos.
radojas del dolor es que una experiencia que en todos los
Estaba claro que no tenía problemas para hablar, ni
aspectos parece ser tan mala, de hecho es extremadamente
pérdida de m em oria ni confusión. Estaba tan lúcida
im portante para nuestra supervivencia. Para el dolor no
como de costumbre. Pero sus ojos seguían m irando a
existe un estímulo especial; es una respuesta ante una es
la derecha, com o si la parte izquierda de su m undo no
timulación (potencialmente dañina) excesiva de cualquier
existiese.
tipo (véase Craig, 2003). La m ejor m anera de explicar el
Tomé su m ano derecha y la sostuve delante de sus
valor que tiene el dolor es exponer el caso de una persona
ojos. «¿Qué es esto?», le pregunté.
que no lo experimenta:
«Mi mano, p o r supuesto», dijo en un tono que me
dio a entender lo que pensaba acerca de m i pregunta.
«Bien, entonces, ¿qué es esto?» le dije m ientras su
jetaba su inerte m ano izquierda de m odo que ella p u
diese verla. El caso de la Srta. C., la mujer
que no sentía el dolor
El caso de insensibilidad congènita al dolor m ejor d o
8 Para no confundir la estereoagnosia, o astereognosia, con su antónim o,
cum entado es el de la Srta. C., una joven canadiense,
estereognosia, puede emplearse el térm ino esteroanestesia, aunque su uso
estudiante en la Universidad de McGill en Montreal...
está m enos extendido (N. de la T.).
7.4 - Somatestesia: tacto y dolor 195
Melzack y Wall (1965) propusieron la teoría de la gicos podrían bloquear el dolor a través de un circuito sen
puerta de control9 para explicar la capacidad de los fac sible a las endorfinas que desciende desde la SGP.
tores cognitivos y emocionales de bloquear el dolor. Pos En la Figura 7.22 se representa el circuito analgésico
tularon que las señales que descienden del encéfalo pueden descendente sugerido inicialmente por Basbaum y Fields
activar circuitos neurales de com puerta de la m édula es (1978). Propusieron que el output de la SGP excita a las neu
pinal para bloquear las señales de dolor aferentes. ronas serotoninérgicas de los núcleos del rafe (un grupo de
Tres descubrimientos condujeron a la identificación de núcleos serotoninérgicos en la parte central del bulbo ra
un circuito descendente de control del dolor. Primero fue quídeo), que a su vez proyectan hacia abajo por el cordón
el descubrimiento de que la estimulación eléctrica de la sus dorsal de la m édula espinal y excitan a intem euronas que
tancia gris periacueductal (SGP) tiene efectos analgésicos bloquean en el asta dorsal las señales de dolor aferentes.
(que bloquean el dolor): Reynolds (1969) logró realizar Las vías analgésicas descendentes han sido objeto de
una intervención quirúrgica en ratas sin más analgesia que exhaustiva investigación desde que Basbaum y Fields p ro
la proporcionada por la estimulación de la SGP. Segundo pusieron el prim er modelo en 1978. Con el fin de incor
fue el descubrimiento de que la SGP y otras regiones del en porar el cuerpo de datos acumulados, se han desarrollado
céfalo contienen receptores especializados para los fárma m odelos de los circuitos analgésicos descendentes m ucho
cos analgésicos opiáceos como la morfina. Y tercero fue el más complejos (véase Borszcz, 1999; McNally, 1999). To
aislamiento de varios analgésicos opiáceos endógenos (que davía sigue siendo una parte esencial de la mayoría de
se producen en el interior del cuerpo), las endorfinas, que estos modelos un com ponente descendente que implica la
vimos en el Capítulo 4. En conjunto, estos tres hallazgos su actividad opiácea en la SGP y la actividad serotoninérgica
gieren que las sustancias analgésicas y los factores psicoló en los núcleos del rafe.
Los opiáceos
I inhiben la actividad
de las intemeuronas
inhibidoras de la SGP.
Esto aumenta la actividad
de las neuronas cuyos axones
descienden a los núcleos
del rafe.
La actividad de los axones
2 que descienden de la SG P
excita a las neuronas del rafe
cuyos axones descienden
en el cordón dorsal
de la médula espinal.
La actividad serotoninérgica
3 de los axones de la columna
dorsal excita a las intemeuronas
inhibidoras raquídeas
que bloquean las señales
de dolor aferentes.
N
9 También conocida como teoría del control de entrada o hipótesis del Señales de
dolor aferentes
control regulado (N. de la T.).
7.5 Sentidos químicos: olfato y gusto 197
Al olfato (olorj y e l i s i o (sabor o degustación) se les da el bargo, todavía no existe una prueba clara de que los olo
nombre de sentidos químicos porque su función es ins res hum anos puedan servir com o un motivo de atracción
peccionar el contenido químico del ambiente. El olor es la sexual. La mayor parte de los sujetos no encontraron los
respuesta del sistema olfativo a las sustancias químicas olores antes citados especialmente atrayentes.
transportadas en el aire que son atraídas por inhalación O tra particularidad de los sentidos químicos que ha
hacia los receptores de las fosas nasales, y el gusto es la res atraído la atención es el hecho de que intervienen en
puesta del sistema gustativo a las sustancias químicas en algunas form as de aprendizaje. Com o se aprendió en el
solución en la cavidad bucal. Capítulo 5, los animales que sufren problemas gastroin
Al comer, el olfato y el gusto actúan conjuntamente. Las testinales tras haber ingerido un alimento determ inado ad
moléculas de comida excitan tanto los receptores del gusto quieren una aversión condicionada a ese gusto. A la inversa,
como los del olfato y producen una impresión sensorial in se ha com probado que las ratas manifiestan preferencias
tegrada a la que llamamos sabor. A m enudo se infravalora por los sabores que encontraban en la leche m aterna o en
la contribución del olfato al sabor, pero no caeremos en el aliento de sus congéneres (Galef, 1989). Y que las ratas
este error si recordamos que quiénes carecen de olfato tie macho adultas que fueron criadas al nacer por hem bras
nen dificultad para distinguir el sabor de la m anzana del que olían a limón copulaban más vigorosamente con ratas
de la cebolla. que oliesen a limón (Fillion y Blass, 1986 — fenómeno
Posiblemente, el aspecto más interesante de los senti que acertadamente se ha denom inado quiero una chica
dos químicos es el papel que representan en el com porta que sea justo como la que se casó con mi viejo papá (Dia
miento social de muchas especies (véase, p. ej., DeCatanzaro mond, 1986)— .
et a l , 2000; Luo, Fee y Katz, 2003). Los miembros de m u
chas especies liberan ferom onas — sustancias químicas
que influyen en la fisiología y el com portam iento de los
Sistema olfativo
congéneres (miembros de una misma especie)— . Por ejem En la Figura 7.23 se ilustra el sistema olfativo. Los recep
plo, M urphy y Schneider (1970) de tores olfativos se localizan en la parte superior de la nariz,
m ostraron que la conducta sexual y la inmersos en una capa de tejido m ucoso llamada m ucosa
agresiva del hámster están controladas olfativa. Tienen sus propios axones, que atraviesan una
por las feromonas. El hám ster macho norm al ataca y m ata parte porosa del cráneo (la placa o lámina cribrosa) y en
a los machos desconocidos que se introducen en su colo tran en los bulbos olfativos, donde for
EN EL CD
nia, m ientras que m ontan y fecundan a las hem bras des m an sinapsis con las neuronas que
conocidas sexualmente receptivas. Sin embargo, el hámster proyectan a través de las cintillos olfa Consulte
Investigar la
macho que no es capaz de oler a los intrusos no se invo tivas hasta el encéfalo.
olfacción: la nariz
lucra en conductas agresivas ni sexuales. Murphy y Schnei Se han identificado aproxim ada reconoce. En este
der confirm aron la base olfativa del com portam iento m ente un millar de tipos de receptores módulo encontrará
agresivo y sexual del hámster de una m anera particular acoplados a proteínas, cada uno sensi todo k) que
m ente enrevesada. Untaron a un macho intruso con un ble a diferentes olores (véase Gibson y siempre quiso
exudado de las secreciones vaginales de una hem bra se Garbers, 2000). En los mamíferos, cada saber acerca de la
olfacción y el
xualmente receptiva antes de introducirlo en una colonia célula receptora olfativa contiene u n sistema olfativo.
de desconocidos y, al hacerlo, le convirtieron en un objeto tipo de m olécula proteica receptora
de deseo en vez de un objeto de asesinato para los demás. (Serizawa et a l , 2003). A esto se alude com o la regla de un
La posibilidad de que los seres hum anos liberen fero receptor olfativo-una neurona (Lewcocky Reed, 2003). Los
monas sexuales ha suscitado un considerable interés de investigadores han intentado descubrir el principio fun
bido a su potencial económico y de recreo. H a habido cional por el cual los diversos receptores se distribuyen en
varios hallazgos sugerentes. Por ejemplo, 1) la sensibilidad la mucosa olfativa. Si tal principio existe, todavía no se ha
olfativa de las mujeres es mayor cuando están en periodo descubierto. Parece ser que cada tipo de receptor está dis
de ovulación; 2 ) el ciclo m enstrual de las mujeres que perso por toda la mucosa, lo que no aporta indicios sobre
viven juntas tiende a sincronizarse; 3) los seres hum anos la organización del sistema.
— en especial las mujeres— son capaces de saber el sexo de Pese al hecho de que cada tipo de receptor olfativo pa
una persona basándose en el aliento o en el olor de las axi rece repartirse por la mucosa olfativa, de alguna m anera
las y 4) los hom bres pueden determ inar el m om ento del todos los receptores olfativos con la misma proteína re
dclo m enstrual de la m ujer por su olor vaginal. Sin em ceptora proyectan al mismo enclave general del bulbo ol-
198 Capítulo 7 - Mecanismos de la percepción, la consciencia y la atención
Corteza Tálamo
orbitofrontal (núcleo
Bulbo Corteza
olfativo piriforme
Amígdala
Proyecciones
Bulbo difusas
olfativo al sistema
ss fl \ Lámina límbico
i cribosa
\ Fosa
FIGU RA 7.23 Sistema olfativo humano. | nasal
fativo (véase Lewcock y Reed, 2003). Conform e a ello, di tem a sensitivo cuyas vías sensitivas principales llegan a la
ferentes olores producen diferentes pautas de actividad corteza cerebral sin pasar antes por el tálamo.
espaciales en los bulbos olfativos; pautas que pueden de De la región amígdala-corteza piriforme parten dos
tectarse con la técnica de 2-desoxiglucosa (León y Johnson, vías olfativas principales. Una proyecta difusamente al sis
2003). Puesto que cada tipo de receptor responde en di tem a límbico y la otra, a través de los núcleos dorsome-
verso grado a una am plia variedad de olores, parece ser que diales del tálamo, proyecta a la corteza orbitofrontal —la
cada olor está codificado por un procesamiento de sus región de la corteza situada en la cara interna de los lóbu
componentes — esto es, por el patrón de actividad que los frontales, cercana a las órbitas (cuencas oculares)— . Se
presentan muchos tipos de receptor (Doty, 2001)— . piensa que la proyección límbica media la respuesta em o
Las células receptoras olfativas difieren de las células re cional a los olores y que la proyección talámica-orbito-
ceptoras de otros sistemas sensitivos en algo im portante. ffontal interviene en su percepción consciente. Poco se
A lo largo de la vida de cada individuo se originan nuevos sabe acerca de cóm o las neuronas que responden a dife
receptores olfativos para reemplazar a los que se han de rentes olores se organizan en la corteza (véaseSavic. 2002).
teriorado (Doty, 2001). Una vez creados, la nueva célula re
ceptora desarrolla axones, los cuales crecen hasta que
Sistema gustativo
alcanzan el punto apropiado en el bulbo olfativo.
Cada cintilla olfativa proyecta a varias estructuras del Los receptores del gusto se encuentran en la lengua y en
lóbulo tem poral medial, incluyendo la amígdala y la cor partes de la cavidad bucal; suelen hallarse en grupos de
teza piriforme —un área de la corteza temporal medial ad unos cincuenta form ando botones gustativos. En la su
yacente a la amígdala— . La corteza piriforme se considera perficie de la lengua, los botones gustativos con frecuen
corteza olfativa primaria. El sistema olfativo es el único sis cia se sitúan alrededor de pequeños abultam ientos,
7.5 Sentidos químicos: olfato y gusto 199
llamados papilas. La relación entre los receptores gustati ciertos sabores (salado y am argo); en cambio se ha com
vos, los botones gustativos y las papilas, se ilustra en la Fi probado que influyen en la actividad de algunos recepto
gura 7.24 (véase Gilbertson, Damak y Margolskee, 2000). res gustativos actuando directamente sobre sus canales ió
A diferencia de los receptores olfativos, los receptores del nicos (M ontm ayeur y Matsunami, 2002).
gusto no poseen axones propios: cada neurona que trans Las principales vías a través de las que se conducen las
mite impulsos desde un botón gustativo recibe input de señales gustativas a la corteza se m uestran en la Figura
muchos receptores. 7.25. Las neuronas gustativas aferentes dejan la boca for
En un principio se pensaba que existen cuatro sabores mando parte délos pares craneales facial (VII), gfosofarín-
primarios — dulce, ácido, amargo y salado— y cuatro cla geo (IX) y vago (X), los cuales llevan la inform ación
ses de receptores gustativos, uno para cada sabor prim a procedente de la punta de la lengua, la parte posterior de
rio. Se asum ía que la percepción de cada sabor era el la lengua y la parte posterior de la cavidad bucal, respec
resultado del grado de actividad relativo producido en tivamente. Todas estas fibras convergen en el núcleo so li
estos cuatro tipos de receptores. tario del bulbo raquídeo, donde establecen sinapsis con
Esta sim ple teoría del procesam iento de los com neuronas que proyectan al núcleo ventral posterior del tá
ponentes del gusto presentaba varios problem as im lamo. Los axones gustativos del núcleo ventral posterior
portantes (véase Smith y Margolskee, 2001). Uno es que proyectan a la corteza gustativa primaria, que está cerca de
actualmente está claro que al m enos existen cinco sabores la región de la cara en el hom únculo somatosensitivo, y a
primarios; el umami (sustancioso o sabroso) es el quinto. la corteza gustativa secundaria, que está oculta tras la ci
Otro problem a es que muchos sabores no pueden crearse sura lateral (Sewards y Sewards, 2001). A diferencia de las
com binando los básicos (Schiffman y Erickson, 1980). proyecciones de otros sistemas sensitivos, las del sistema
Otro más, que no parece haber receptores específicos para gustativo son prim ordialm ente homolaterales.
Surperfície de la lengua
Papilas
gustativo
Receptores
gustativos FIG U RA 7.24 Receptores gustativos,
botones gustativos y papilas en la superficie
de la lengua. En la fotografía pueden verse dos
tamaños de papilas; sólo las papilas más grandes
contienen botones y receptores gustativos.
200 Capítulo 7 - Mecanismos de la percepción, la consciencia y la atención
Corteza Núcleo
gustativa ventral
primaria posterior
(tálamo)
Corteza
gustativa
secundaria Corteza
gustativa
primaria
Núcleo
solitario
Nervio
vago
Cavidad bucal
Nervio
Glosofaríngeo
Lengua
Aunque aún no existen pruebas de que haya un p ro nervios olfativos a su paso por la lámina cribrosa. Una de
cesamiento com ponente simple del gusto a nivel de re ficiencia no tan completa de olfacción se ha relacionado
ceptores, los registros electrofisiológicos de neuronas del con una am plia serie de trastornos neurológicos, inclu
sistema gustativo, tanto periféricas com o centrales, sugie yendo enfermedad de Alzheimer, síndrome de Down, epi
ren que se da algún tipo de procesamiento com ponente lepsia, esclerosis m últiple y enferm edad de Parkinson
(véase Smith y Margolskee, 2001). La mayoría de las neu (véase Doty,2001).
ronas gustativas responden a una serie de diversos gustos La ageusia es poco frecuente, probablem ente debido a
diferentes, y parece ser que cada gusto en particular está co que las señales sensitivas que parten de la boca son tran s
dificado en el encéfalo por el perfil de actividad de grupos portadas a través de tres vías independientes. No obs
de neuronas (p.ej., alto en unos y bajo en otros). tante, en ocasiones se ha observado ageusia parcial,
restringida a los dos tercios anteriores de la lengua en
un o de sus lados, tras u n a lesión del
Daño cerebral y sentidos químicos oído del m ismo lado del cuerpo. Ello
La dificultad de oler se llama anos m ia; la dificultad de sa se debe a que la ram a del nervio facial
borear, ageusia. La causa neurològica más frecuente de (VII) que transporta la información gustativa proveniente
anosm ia es un golpe en la cabeza que provoque el despla de los dos tercios anteriores de la lengua pasa a través del
zamiento del encéfalo dentro del cráneo y desgarre los oído medio.
7.6 Atención selectiva 201
¡P lE X P L O E SU C E R BR
Ahora que el lector ha llegado al apartado final de este capítulo, respuestas correctas se presentan en la parte inferior de esta pá
a la atención selectiva, debería examinar su cerebro para com gina. Antes de seguir adelante, revise los datos relacionados con
probar sus conocimientos sobre los sistemas sensitivos. Com sus errores y omisiones.
plete cada frase con el nombre del sistema adecuado. Las
1. La corteza inferotemporal es un área de la corteza 7. La sustancia gris periacueductal y los núcleos del rafe
__________________________secundaria. participan en el bloqueo de la percepción del
2. Las corrientes dorsal y ventral forman parte del sistema
8. Una vía del sistema__________________________ proyecta
3. La corteza__________________________primaria está desde la amígdala y la corteza piriforme a la corteza
organizada tonotópicamente. orbhofrontal.
4. Los tubérculos cuadrigéminos inferiores y los núcleos a Partes de los núcleos ventrales posteriores son núcleos
geniculados mediales son componentes del sistema de relevo talámico tanto del sistema somatosensitivo
como del_________________________ .
5. El cordón dorsal del sistema del lemnisco medial y el 10. A diferencia de las proyecciones de todos los demás
sistema anterolateral son vías del sistema sistemas sensitivos, las proyecciones del sistema
_________________________ son básicamente
6. Los núcleos ventrales posteriores, los núcleos homolaterales.
intralam¡nares y los núcleos parafasciculares son todos
núcleos talámicos del sistema_________________________ .
Atención selectiva
Sólo percibimos conscientemente un pequeño subgrupo por mecanismos neurales de arriba a abajo (desde los n i
de los m uchos estímulos que excitan nuestros órganos de veles superiores a los inferiores), m ientras que la atención
los sentidos en un m om ento determ inado y en gran m e exógena se supone m ediada por m ecanism os neurales
dida ignoramos el resto. El proceso por lo que esto ocurre de abajo a arriba (desde los niveles inferiores a los supe
es la atención selectiva. riores).
La atención selectiva presenta dos aspectos: m ejora la La atención es un aspecto extremadamente im portante
percepción de los estímulos que son su objetivo e interfiere de la percepción. No hay m ejor explicación de su im por
en la percepción de los estímulos que no son de su inte tancia que el fenómeno de ceguera al cam bio (Rensink,
rés. Por ejemplo, si se centra la atención en un aviso de me- 2002). Para estudiar la ceguera al cambio, se le m uestra al
gafonía potencialm ente im portante en un aeropuerto sujeto la imagen de una foto en una pantalla de ordena
aum enta la posibilidad de captarlo, pero a la vez disminuye dor y se le pide que señale cualquier cambio que se p ro
la posibilidad de captar un comentario hecho por un com duzca en la imagen en cuanto lo advierta. De hecho, la
pañero de viaje. imagen se com pone de dos imágenes alternantes con un
La atención puede centrarse de dos m odos distintos: desfase inferior a una décima de segundo entre ellas. Las
mediante procesos cognitivos internos {atención endógena) dos imágenes fotográficas son idénticas excepto en un de-
o m ediante sucesos externos (atención exógena) — véase
Treue (2003)— . Por ejemplo, la atención puede concen
trarse en la superficie de una mesa porque se están bus OA|jejsn8
cando las llaves (atención endógena) o puede retirarse de (01) 'OApeisnS (6) 'oAqejjO (8) 'jqop (¿) 'OAij|suaso;euios
allí porque el gato ha volcado una lám para (atención exó (9) 'OAj*jsuasoieiuos (s) 'OAqipne (fr) 'OAjjipne
gena). Se piensa que la atención endógena está m ediada (£) '|ensA (z) '|ensjA (i) .ojqojdD ns ajojdxj e sejsandsay
202 Capítulo 7 Mecanismos de la percepción, la consciencia y la atención
talle im portante. Por ejemplo, las dos en el c d ral en el sistema visual. Entrenaron a m onos para que cen
imágenes de la Figura 7.26 son idénti Consulte traran la m irada en un punto de fijación de la pantalla
cas salvo en que en una de ellas falta la el módulo Ceguera m ientras registraban la actividad de las neuronas en una
foto en el centro de la pared. Podría al cambio. Rara región preestriada que form a parte de la corriente ventral
pensarse que cualquiera se daría cuenta poder apreciarla, la y es especialmente sensible al color. En uno de los experi
inm ediatam ente de que la foto de la ceguera al cambio m entos registraron la actividad de neuronas individuales
ha de
pared aparece y desaparece. Pero esto experimentarse Es que responden a franjas de luz, ya sean rojas o verdes, en
no es lo que sucede — la mayoría de algo que va a sus campos receptores. Cuando se entrenaba al m ono para
los sujetos pasan muchos segundos m i querer compartir realizar una tarea que requería prestar atención a la señal
rando la foto y buscando, según se les con sus amigos. roja, la respuesta a la señal roja aum entaba y la respuesta
ha dicho, algún cambio antes de repa a la señal verde disminuía. Lo contrario sucedía cuando el
rar en la foto que desaparece y reaparece— . Cuando fi m ono prestaba atención al verde.
nalmente sucede, se quedan extrañados de haber tardado Experimentos similares a éstos en monos se han llevado
tanto en darse cuenta. a cabo en seres hum anos utilizando técnicas de neuroi-
Por qué ocurre la ceguera al cambio? Porque, en con magen funcional. Por ejemplo, Corbetta y colaboradores
tra de nuestra impresión, cuando observamos u n a escena (1990) presentaron a sus sujetos una
no conservamos ningún recuerdo de las partes de la escena colección de estímulos en movimiento,
en las que no centramos nuestra atención. Al m irar la es coloreados y de distintos tamaños, pi
cena de la Figura 7.26, la mayoría de los sujetos prestan diéndoles que discriminaran entre los estímulo basándose
atención a las dos personas y no notan que la foto de la en su movimiento, color o forma. Prestar atención a la
pared desaparece del espacio de pared que hay entre ellas. forma o al color produjo un aum ento de actividad en re
Ya que no guardan recuerdo de las partes de la imagen a giones de la corriente ventral; prestar atención al m ovi
las que no han atendido, no se dan cuenta de que esas miento lo produjo en una región de la corriente dorsal.
partes cambian. En otro estudio sobre atención realizado en sujetos
El fenómeno de la ceguera al cambio no ocurre sin hum anos, Ungerleider y Haxby (1994) m ostraron a los
que haya breves intervalos (a saber, menores de 0,1 se sujetos una serie de caras. Se les preguntó si las caras eran
gundos) entre las imágenes, aunque apenas provocan un de la misma persona o si estaban colocadas en la misma
parpadeo. Sin los intervalos, no se requiere m em oria y los posición con respecto al marco. Cuando los sujetos aten
cambios se perciben inmediatamente. dían a la identidad, las regiones de la corriente ventral es
M oran y Desimone (1985) fueron los prim eros en de taban m ás activas; cuando atendían a la posición, lo
m ostrar los efectos de la atención sobre la actividad neu- estaban las de la corriente dorsal.
<0,1
segundo
FIGU RA 7.26 Fenómeno de ceguera al cambio. Estas dos ilustraciones se alternaron continuamente, con un breve (menos de
0.1 segundo) intervalo entre cada presentación, y se les pidió a los sujetos que informaran de cualquier cambio que apreciaran.
Sorprendentemente, a la mayoría de ellos les llevó varios segundos notar la desaparición y reaparición de la foto situada en el centro
de la pared. (Fotografías preparadas por James Enns, Department ofPsychology, University of British Columbio.)
Revisión de los temas 203
El tem a de las implicaciones clínicas ha sido el predom i tulo se ha centrado en casos clínicos particulares que ponen
nante en este capítulo, pero lo hem os enfocado desde una de manifiesto la organización de los sistemas som atosen-
perspectiva diferente. Los capítulos an sitivos indemnes. Los casos siguientes han desempeñado
teriores se han centrado en cóm o la un papel clave en este capítulo: el paciente con sim ultag
investigación biopsicológica está con nosia visual; El Dr. P., paciente con agnosia visual que con
duciendo al desarrollo de nuevos tratamientos; este capí fundió a su m ujer con un som brero; Karl Lashley, el
204 Capítulo 7 - Mecanismos de la percepción, la consciencia y la atención
psicólogo fisiológico que se sirvió de su escotom a para de los sistemas sensitivos a sujetos hum anos utilizando
convertir la cabeza de un amigo en un modelo de papel de las técnicas de neuroimagen funcional
pared con rayas; D. B., el hom bre con visión ciega; D. F., de la neurociencia cognitiva. H a apren
que dem ostró m ediante su precisión para asir objetos que dido que el estudio com parativo de
percibía el tamaño, la forma y la orientación de objetos que ciertas especies ha sido particularm ente útil para pro p o r
no podía describir; A. T., que podía describir el tam año y cionar información, debido a su especialización evolutiva
la form a de objetos que no podía asir con precisión; R. P., (p. ej., las capacidades de localización auditiva de la lechuza
un paciente con un prosopagnosia típica; la tía B., la pa y la propensión de la corteza auditiva
ciente con som atoagnosia que perdió la parte izquierda de secundaria de los m onos a responder a
su cuerpo, y la Srta. C., la estudiante que no sentía el dolor los chillidos de los monos). Y ha apren
y m urió como consecuencia de ello. dido cóm o la reflexión crítica ha lle
Los otros tres temas principales se han desarrollado asi vado a una reevaluación del concepto ¡ pgra tecturas «
m ismo en este capítulo. El lector se ha de prosopagnosia. relacionadas con
docum entado sobre cóm o se ha ex el Capítulo 7, véase
tendido el estudio de la organización la copia impresa.
Palabras clave
Ageusia, 200 C orteza pirifo rm e, 198 Núcleos dorsom ediales, 198 Teoría de la p u e rta de c o n tro l,
Agnosia, 181 C orteza preest riad a , 175 Núcleos geniculados m ediales, 196
A nosm ia, 200 C orteza sensitiva p rim aria, 172 186 Teoría del «control del
A nosognosia, 194 C orteza sensitiva se c u n d a ria [de Olivas superiores, 185 com portam iento» frente a la
A tención selectiva, 201 asociación uní m odal], 172 O rganización jerárq u ica, 172 «percepción consciente», 180
B otones gustativos, 198 D erm atom a, 189 ó rg a n o de C o rti, 184 Teoría del «dónde» frente al
Bulbos olfativos, 197 E ndorfinas, 196 Percepción, 174 «qué», 180
C eguera al cam bio, 201 Escotom a, 176 Procesam iento paralelo, 174 Term inaciones nerviosas libres,
C élulas ciliadas, 184 E stereoagnosia, 194 Prosopagnosia, 181 188
Cóclea, 184 Estereognosia, 188 P rueba de p erim etría, 176 Tonotópico, 184
C onclusión visual, 176 Fenóm eno de la fiesta, 203 R etinotópico, 184 T ubérculos cuadrigém inos
C onductos sem icirculares, 185 Ferom onas, 197 Sabor, 197 inferiores, 186
C o n to rn o s subjetivos, 177 H em ianopsia, 176 Sensación, 174 V entana oval, 184
C ordón dorsal del sistem a H om únculo som atosensitivo, 192 Separación funcional, 174 V ía sc o rtic o fu g a le s, 174
del lem nisco m edial, 189 H tesecillos, 184 Sim ultagnosia, 203 V isió n ciega, 176
C ordón d o rsa l, 189 Lemnisco m edial, 189 Sistem a an te ro la tera l, 189
C orpúsculos de Pacini, 188 M em brana basilar, 184 Sistem a vestibular, 185 EN EL CD
C o rrien te dorsal, 180 M em brana tectorial, 184 Sistemas sensitivos d e ¿Necesita
C orriente v e n tra l, 180 M em brana tim pánica, 184 exterosens ibilidad ayuda para estudiar
C orteza cingulada a n te rio r, 195 Mucosa olfativa, 197 [exteroceptivos], 172 las palabras clave
C orteza de asociación, 172 Negligencia co n tra la tera l, 194 Som atoagnosia, 194 de este capítulo?
C orteza in ferotem poral, 175 Nervio auditivo, 184 Som atotópico, 192 Revise las fichas
C orteza orbitofiron tal, 198 Núcleo solitario, 199 Sustancia g ris periacueductal, informáticas breves
C orteza parietal p o sterior, 175 Núcleo v e n tra l posterior, 189 196 del Capítulo 7.