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Riqueza submarina de Colombia

Colombia es una de las cinco naciones con mayor diversidad marina en el planeta.
Gracias a sus condiciones biogeográficas es considerado un país privilegiado
porque cuenta naturalmente con costas en dos océanos y con gran variedad de
ecosistemas marinos y costeros.
De los 2’070.408 kilómetros cuadrados de área que posee el país, 892.102 km2
corresponden a aguas jurisdiccionales. La línea de costa está compuesta por
aproximadamente 3.531 km sobre el océano Pacífico y el mar Caribe, que se
extienden a lo largo de doce departamentos, con una población residente en las
zonas costeras e insulares de alrededor de 6.300.000 habitantes para el año 2019,
de los cuales cerca del 87% correspondiente a la región Caribe
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible ha querido construir una entidad
con visión integradora en la cual el mar, la costa y sus recursos se conviertan en
elementos fundamentales de su objeto misional y en beneficio de la construcción
de un país sostenible.
Sin embargo, los ecosistemas marinos enfrentan varias amenazas, tanto por
acciones humanas como por procesos naturales que han causado pérdidas en la
cantidad y calidad de los recursos marinos y costeros. Algunas de estas
amenazas son variaciones en el nivel del mar, cambios de temperatura, polución
marina, sobrepesca, uso de artes de pesca inapropiadas o destructivas, extracción
indiscriminada de material biológico, desarrollo urbano, y vertimientos industriales,
entre otras.

La política ambiental colombiana centra su interés en una nueva forma de orientar


la explotación de los ecosistemas más sensibles e importantes y ha iniciado el
Programa de Ecosistemas Estratégicos para garantizar la oferta de bienes y
servicios ambientales esenciales para el desarrollo humano sostenible; con ello
promueve el desarrollo económico y social y garantiza el mantenimiento de la
diversidad biológica y cultural y previene catástrofes. Estos ecosistemas se
constituyen en imprescindibles para la Nación por su importancia ecológica, su
riqueza, su productividad y su biodiversidad. En esta clasificación se enmarcan
tanto los ecosistemas continentales, como los costeros y marinos que tienen una
importante área de influencia; son de carácter local, regional, nacional o
internacional, como los que están situados en zonas fronterizas, o los que son
considerados patrimonio natural de la humanidad por su función ecológica a nivel
global; este es el caso de la Amazonia, el Chocó Biogeográfico y el archipiélago
de San Andrés y Providencia.

Fronteras marítimas

Colombia, es el único país de Sudamérica con costas sobre los dos océanos.
Cerca del 50 por ciento nuestro territorio nacional corresponde a áreas marítimas
e insulares, lo cual determina una inmensa riqueza y un privilegio oceanopolítico y
estratégico. Colombia limita por el océano con los siguientes Estados: Ecuador,
Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Jamaica, Haití y República
Dominicana.

El espacio marítimo de Colombia corresponde a un 44,86% aproximadamente del


territorio nacional, cuenta con el mar caribe y el océano pacifico como ya lo había
mencionado, con un área de 589.000 km2 y 339.100 km2 respectivamente lo que
equivale a un área marítima total de 928.600 km2. Esta área al igual que las
fronteras terrestres tiene límites con las áreas marítimas de los vecinos países. El
articulo 101 de la constitución política nos dice:

De esta manera Colombia comparte más fronteras marítimo que terrestres, limita en la mar caribe
y en el océano pacifico con Panamá y costa rica, hay varios componentes que conforman los
espacios marítimos del país, la ley 10 de 1978 establece las líneas base, así mismo la constitución
nacional declara que forman parte de Colombia.

 El subsuelo
 El mar territorial
 La zona contigua
 La plataforma continental
 La zona económica exclusiva y el espacio aéreo sobre estas áreas

Con cada uno de los países que se tiene límite marítimo hay un tratado que rige bajo unos
aspectos acordados, si ejercerá soberanía sobre el área marina que les corresponde a cada país,
además de esto cada país acordó proteger los recursos naturales para beneficio de sus
comunidades y prestarse facilidades con el fin de explotar y utilizar los recursos vivos de sus zonas
Explotación de la pesca industrial
La riqueza de los océanos no es infinita, por lo que anteponer los intereses comerciales a la
sostenibilidad puede tener consecuencias catastróficas.

La sobreexplotación pesquera es sin duda uno de los problemas más acuciantes


que padecen los océanos. No solo amenaza la supervivencia de muchas especies
animales, sino también la de los ecosistemas donde viven, una coyuntura que
podría derivar en una catástrofe de consecuencias inimaginables. La sobrepesca,
entendida como la situación en que se capturan tantos ejemplares de una
especie marina que resulta imposible la repoblación, no es un fenómeno
nuevo, si bien con el desarrollo de la pesca industrial, en la segunda mitad del
siglo XX, se convirtió en una cuestión global de gran magnitud.
 
El problema comenzó cuando, debido al aumento de la población en los países
desarrollados, se duplicó la demanda de pescado por ser una fuente barata de
proteínas. Los tradicionales barcos de pesca fueron sustituidos por grandes flotas
comerciales que, al tener pocas restricciones y para maximizar las ganancias, no
dudaron en usar técnicas de captura extremadamente agresivas e invertir en
tecnología de última generación para llenar sus bodegas. En este contexto, las
naves se convirtieron en gigantescas factorías flotantes capaces de localizar
y atrapar toneladas de pescado para luego procesarlo y congelarlo. En el
momento en que la industria pesquera tocó techo y comenzaron a notarse los
efectos de la pesca abusiva, lo que sucedió hace unas décadas, se buscó una
mayor regulación en el sector, aunque esto no ha sido suficiente para dar un giro
drástico a la situación.
Las prácticas pesqueras indebidas y dañinas es el principal detonante de esta
situación, una que está dañando no solo a un importante número de especies que
habitan en el mar, sino también al entorno marino e incluso a los pueblos que
viven de la pesca.

La Haya y su fallo sobre el caso Nicaragua-Colombia


Una disputa que estuvo más de 20 años en la Corte Internacional de Justicia de
La Haya llegó, al menos en teoría, a su fin este jueves 21 de abril, cuando los
jueces del tribunal con asiento en Países Bajos entregaron su fallo respecto a una
causa abierta contra Colombia en diciembre de 2001.
Ese año, Nicaragua presentó un reclamo por más de 50.000 kilómetros cuadrados
de mar, cuyo veredicto fue conocido en 2012. En él, los jueces reconocían la
soberanía colombiana del archipiélago de San Andrés, pero otorgaban casi 75.000
kilómetros cuadrados de mar al país centroamericano.
La historia pudo terminar ahí, pero no. Para evitar futuras demandas de otros
países, Colombia renunció al Pacto de Bogotá, cuyos firmantes reconocen la
jurisdicción de La Haya, y sus patrullas siguieron navegando por las aguas
cedidas a Nicaragua, lo que Managua denunció ante la Corte Internacional en
2013. El fallo del jueves, que se refiere a esa denuncia de hace casi nueve años,
básicamente pide a Colombia cesar de forma inmediata con su interferencia en la
zona, que habría hostigado a pesqueros y barcos de investigación nicaragüenses.
Fue un fallo de nueve votos contra seis.
a continuación voy proyectar un video de la cronología histórica por el conflicto que ha venido
viviendo los países de Colombia y nicaragua por el territorio de san Andrés y providencia

https://youtu.be/VezRfzTFxGg

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