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TALLER GRUPAL

Cuando estaba en la universidad tuve una experiencia que me generó esta pregunta. Recuerdo
que tuve que hacer una investigación; el salón se dividió en dos grupos y cada equipo tenía un
responsable. El jefe de mi equipo se llamaba Antonio; el del otro, Luis. Tanto Luis como
Antonio eran estudiantes destacados e inteligentes; sabían cómo organizar al grupo del que
eran responsables para obtener el mejor resultado posible.

Llegó el día de presentar la investigación y ambos proyectos obtuvieron buenas notas. Mi


grupo estaba bastante contento; sin embargo, el otro no parecía estar en buenos términos. Lo
que pasó fue que Luis hizo la mayoría del trabajo y no incluyó a las demás personas. Esto
ocasionó que nuestros compañeros sintieran que no aportaron nada para el resultado que
obtuvieron, y eso les hizo sentir que su participación no fue importante. Este no fue mi caso:
Antonio nos incluyó en la elaboración de la investigación y nos hizo sentir necesarios para esta
tarea.

¿Qué pasó? Luis y Antonio eran capaces, inteligentes y organizados, pero la interacción que
tuvieron con las personas que los rodeaban no fue la misma. Tiempo después volví a pensar en
esto y noté que cada caso difería por cómo cada responsable de equipo había tratado a sus
compañeros. Comparto esta historia contigo para brindar un ejemplo con el que puedas
relacionarte. ¿Has conocido a una persona como Luis o a una como Antonio? Lo que
diferencia a Antonio y a Luis es que el primero es carismático y el segundo no.

Teniendo este recuerdo en mente, yo te pregunto: ¿qué es el carisma? ¿Qué no lo es? ¿De
qué se trata esta cualidad? ¿De qué depende? Todos tenemos a un amigo que irradia un no sé
qué que le hace iluminar el cuarto donde se encuentra o divertir a las personas a su alrededor.
Lo vemos y podemos notar cómo es esa persona que se lleva bien con todos, que parece que
tiene una vida sin preocupaciones o a quien las oportunidades no le faltan. ¿Qué es lo que nos
hace tener esta percepción de él? Quienes estamos en su presencia nos sentimos a gusto y en
confianza (como Antonio nos hizo sentir en el trabajo que hicimos en la universidad), pero tal
vez no sea tan sencillo definir por qué sentimos esto. Como Antonio, probablemente ese
amigo sea una persona carismática.

¿Cómo empiezo a ser carismático?

A veces tenemos la idea de que el carisma es algo así como un atributo de la personalidad que
está allí en el aire, como algo inaprehensible para la mayoría de los individuos. La realidad es
muy distinta a esto. Tener carisma no es cuestión de suerte ni mucho menos tiene que ver con
un orden escondido que el universo resguarda para unas personas sí y para otras no. ¿Notaste
cómo, además de “cualidad” o “atributo”, me referí al carisma como “habilidad? Cuando
menciono la palabra “cualidad” para nombrar al carisma quiero decir que es una facultad que
algunas personas tienen naturalmente, casi sin esfuerzo; mejor dicho, se les hace muy fácil ser
cálidas y desenvueltas. Sin embargo, cuando digo que es una “habilidad” también resalto con
eso que el carisma es una capacidad que puede aprenderse y practicarse. Así como uno se
cultiva para saber pintar o cocinar, también puede hacerlo para ser una persona carismática.
Ser carismático implica un conjunto de actitudes y comportamientos que tienen que ver con
cómo manejas tu cuerpo, palabras y acciones.

Para empezar a desarrollar esta nueva habilidad que quieres volver parte de ti, tendrás que
trabajar contigo mismo y con las interacciones que tienes con el mundo fuera de ti. Es decir,
para ser carismático hay que hacer una transformación total del interior y del exterior.
Este libro lo escribí con la finalidad de compartir contigo las herramientas que podrán
convertirte en la persona carismática que buscas ser. Sobre este libro: qué ofrece, qué hacer y
cuál es la meta. Para convertirte en pintor, por ejemplo, necesitas los instrumentos y
conocimientos de un pintor para saber cómo ilustrar el escenario de tu preferencia. Para ser
carismático necesitas lo mismo: instrumentos y conocimiento. Dicho de otra manera, precisas
de la teoría y la práctica del carisma para ser una persona que irradie esta cualidad. Este libro
te ofrece lo que necesitas.

A lo largo de mi vida he estudiado bastante sobre el tema del carisma. Cuando estaba en la
universidad y tuve esa experiencia con Antonio y Luis fue cuando realmente entendí que el
carisma que tiene una persona puede cambiar todo lo que sucede en un espacio o entre un
grupo de personas. Por eso, a partir de ese momento me dediqué a trabajar en mi propio
carisma. Lo que hice primero fue identificar qué tan carismático era yo y qué tan carismáticas
eran las personas más cercanas a mí. Me di cuenta en este pequeño trabajo de campo de
cómo actuaban, hablaban y se manejaban estas personas que me rodeaban, y tomé nota de
esos detalles. Aunado a eso, también consulté literatura que tratara el tópico del carisma. Para
rematar, tomé los conocimientos que fui adquiriendo y los contrasté con lo que sabía sobre mí
mismo y mis niveles de carisma para tener una idea más clara de qué era lo que tenía que
empezar a reflejar en mi vida. En esencia, me ocupé de desarrollar la teoría y la práctica del
carisma.

En este libro te compartiré lo que he llamado las reglas del carisma; las he armado a lo largo de
los años a partir de la experiencia que he tenido con mi propio carisma. No fue fácil, pues tuve
que pasar por un proceso de prueba-error y de reflexión para saber qué funcionaba y qué no.
Sin embargo, tampoco es imposible lograr volverse una persona más carismática: todo es
cuestión de constancia y práctica. Estas reglas provienen de muchas ideas, conceptos y
observaciones que he ido anotando hasta llegar a puntualizarlas en dieciséis reglas del
carisma. Cada una le da título a cada capítulo de este libro. La meta de este libro es que tú
cultives tu personalidad, carácter y habilidades para que acrecientes tu carisma. ¿Cómo
puedes lograrlo? Cada capítulo te brindará conocimiento teórico y herramientas de práctica.
Primero, el libro te dará información que podrás leer e internalizar para luego reflexionar
sobre ella; segundo, te ofrecerá ejercicios que te aconsejarán cómo probar cada regla.

En este punto es importante mencionar lo siguiente. En el camino a ser una persona


carismática no hay posibilidad de fallar. Lo único que puede pasar es que a veces propicies
escenarios que te agraden o no. En ocasiones te resultará lo que has aprendido y practicado
con otra regla; en otras, no. Eso está bien. Lo que hay que destacar es que mientras seas una
persona constante y comprometida, podrás seguir avanzando en este camino. Tómate tu
tiempo para meditar cada regla o avanza tan rápido como puedas: aquí no hay lugar para el
fracaso, pues no se trata de eso. Lo que importará es el recorrido que tú decidas armar para ti
mismo y cómo lo experimentes a tu propio ritmo. La única forma de fallar es si te rindes por
completo. No obstante, sí puedo aconsejarte algo. Estas reglas funcionan mejor si las vuelves
parte de tu día a día. Como cualquier otra actividad, el carisma necesita ser cultivado
continuamente para que pueda dar buenas cosechas.

En este texto se te presenta un método con las reglas del carisma de manera que puedas
convertirte en la persona carismática que siempre has querido ser. Te aseguro que estas reglas
funcionan porque las he probado y me han dado fruto. Lo que me queda hacer es ofrecértelas
y acompañarte a través de estas páginas.
Para concluir la introducción, no me queda más que decirte que el arte de ser carismático
nunca se deja de aprender. Todos los días son una posibilidad para familiarizarse mejor con
este atributo de la personalidad. Al final del libro, si has sido constante y perseverante, verás
cómo tus relaciones interpersonales mejorarán y las oportunidades se abrirán ante ti. Las
personas disfrutarán estar contigo porque se sentirán bien a tu alrededor; sentirán que es fácil
hablar contigo y que eres agradable, abierto y desenvuelto. Probablemente se pregunten qué
es lo que les hace tener esa percepción de ti, como tú también lo hacías en un principio por tu
amigo carismático. Pues bien, sin más preámbulo, te dejo con las reglas del carisma.

Vivimos en un mundo donde la información nunca falta. Noticias, notificaciones de mensajes o


redes sociales, tendencias en Twitter, hashtags de retos populares, correos de la oficina... todo
esto está presente los siete días de la semana, las veinticuatro horas del día. ¿Cómo
esperamos dirigir nuestra atención ininterrumpida hacia alguien o algo? ¿Has intentado
sentarte a leer un libro, jugar una partida de cartas o tomar un trago con amigos sin agarrar
tu celular ni una sola vez? Yo apostaría que sí, pero has fallado. No es tu culpa. Estamos, diría
yo, en medio de una batalla que la gana quien logra captar nuestra atención por más tiempo.
Piensa cuántas veces el ganador es Facebook, Twitter, el periódico, un videojuego, una llamada
de trabajo o lo que fuere; y piensa cuántas veces es una persona quien tiene nuestro interés.
La mayoría de las personas tiene un teléfono inteligente, y estos dispositivos son la
herramienta perfecta para estar conectado al resto del mundo, pero ¿cuántas veces nos
desconectan de nuestros alrededores inmediatos?

Esta dificultad para estar presente no está ocasionada exclusivamente por nuestros celulares.
Los medios de comunicación y los procesos dentro de las empresas para comunicarse con su
planta laboral, por ejemplo, cada día están especializándose más para estar presentes en
nuestras vidas. ¿Cuántas veces te han llamado de la oficina mientras estás almorzando?
¿Cuántos anuncios ves en la televisión o en los espectaculares de las calles promocionando
el mismo producto? Es muy difícil organizar tu tiempo si continuamente tienes que estar
yendo de un lado a otro, dirigiendo tu atención a distintas causas y personas.

En este contexto, ¿te ha pasado que estás hablando con alguien que parece que no está
realmente en el cuarto? Esta persona está frente a ti, pero sabes que su mente está en otro
lado. Le haces una pregunta para tratar de regresarla al planeta tierra y ella te responde:
“¿qué dijiste?”. Admito que es frustrante.

Ahora te invito a que veas hacia adentro: ¿has sido esa persona? La primera regla del carisma
es estar presente porque considero que es lo más básico para tener una buena interacción con
las personas. Tanto como por ti como por los demás, estar presente puede cambiar tu vida.

Estar presente significa concentrar tus pensamientos y acciones en el momento en el que


estás. Si una amiga te está contando una anécdota, se trata de que la escuches, la veas a los
ojos, de que no agarres tu celular o busques cualquier excusa para desviarte de lo que sucede
frente a ti. Piensa, dentro del contexto que planteé en un inicio, lo raro que es sostener una
conversación por más de diez minutos donde las dos partes estén en la misma sintonía y
realmente viviendo el momento que comparten. Si es tan raro como creemos, imagina qué
sorprendente debe ser que haya una persona dispuesta a brindar su atención e interés a un
grupo de personas o a un individuo. Esa persona puedes ser tú, ¡y te aseguro que disparará tus
niveles de carisma!

El carisma se trata de construir buenas relaciones y de propiciar que las demás personas
sientan que son relevantes (porque todas lo somos a nuestra manera). Cuando domines esta
regla del carisma, verás cómo las personas a tu alrededor empezarán a sentirse especiales y
valoradas porque comprenderán que tienen toda tu atención. Seguir esta regla resultará en
que tu conexión con la gente mejorará porque sentirá que te importa y te tomas el tiempo de
plantar tus pies en las situaciones en las que te encuentras.

Voy a ejemplificar cómo es una persona carismática que está presente. ¿Sabes quién es Barack
Obama? Seguramente sí. Muchos podrían estar de acuerdo en que es un sujeto bastante
popular. Ahora quiero preguntarte: ¿y sabes quién es Michelle Obama? Tal vez la reconozcas
incluso mejor que a Barack. Esto sucede porque el matrimonio Obama, además de ser famoso
por su carrera política, también es memorable por su gran carisma. Barack y Michelle son
personas sonrientes, atentas y amables.

Claro, tienen que serlo, pero no dudo que de verdad estén interesados en las personas que
cruzan camino con ellos porque la habilidad que tienen para estar presentes es muy buena.

No es en el matrimonio Obama, no obstante, en el que me quiero concentrar, sino en Michelle


Obama. ¿Supiste que Michelle publicó un libro sobre su trayectoria personal y profesional?
Hizo una gira promocional del texto y ésta fue grabada y compartida en una plataforma de
streaming. Un buen ejercicio es que veas ese documental o, si no tienes acceso a él, que
busques en internet algún video donde se muestre a Michelle interactuando con las demás
personas. Nota cómo ella está totalmente presente en cualquier contexto. Ya sea en un círculo
de diálogo con estudiantes de una preparatoria, una junta con funcionarios públicos o un
conversatorio donde fue invitada, a ella se le puede ver enfocada y concentrada en dedicar
toda su persona al evento que le corresponde. Te voy a confesar algo: yo creo que a las
personas que nos agrada Michelle Obama es porque sentimos que la conocemos de toda la
vida. ¿Por qué crees que pasa esto? Es porque se puede notar, incluso a la distancia, cómo ella
es una persona que está ahí para compartir contigo su atención, tiempo e interés. Por lo tanto,
me atrevo a decir que Michelle Obama tiene un carisma que se compara con el de muy pocas
personas.

Entiendo que estar presente puede ser algo difícil, y como dije antes, no es culpa de nadie.
Simplemente así es el mundo en el que vivimos. Sin embargo, no significa que es imposible
desarrollar este rasgo del carisma. A continuación, te daré dos técnicas que puedes practicar y
que te ayudarán a estar más presente en tus interacciones.

La primera es bastante sencilla. Cuando sientas que tu atención se está desviando en medio de
una plática, ten un movimiento de seguridad. A lo que me refiero con esto es que te
recomiendo tener un ademán que te sirva para recordarte que tu mente está empezando a
perderse y, por lo tanto, tú estás dejando de estar presente. Algo que me funcionó a mí fue
frotar mis manos la una con la otra, como un jugueteo entre mis palmas y dedos. Suena un
poco extraño, pero te prometo que no lo es.

La clave de esta técnica es que vincules la idea de estar presente con una señal exterior y
corporal (como frotarte las manos, pensar en tu respiración, enderezar tu postura). El chiste es
que esta señal puedas sentirla. Así, tendrás como resultado que cuando realices ese
movimiento sabrás que tienes que traer tu mente de vuelta al cuarto contigo y con las demás
personas. La segunda técnica es que puedes intentar identificar las palabras clave de los
relatos que te cuenten otras personas. ¿Qué significa esto? ¿Recuerdas cómo en la escuela
intentabas localizar los cinco o seis conceptos clave que sabías iban a venir en el examen? No
te aprendías toda la página de texto, sino que ponías tu esfuerzo en resaltar las palabras más
importantes y representativas del tema. Cuando presentabas la prueba, ya sabías de qué se te
estaba hablando. Bueno, sucede lo mismo en una conversación: intenta identificar esas las
palabras clave. ¡Este truco te ayudará a engarzar las ideas principales de la plática y será más
fácil recordar el tema aún tiempo después de que lo hayas escuchado! El interés puesto en
nuestras charlas siempre es bien recibido.

Ejercicio #1

Este primer ejercicio consiste en poner en práctica las dos técnicas para estar presente que te
mencioné hace unas líneas. Primero, inventa un movimiento de seguridad que puedas utilizar
en una conversación y que te recuerde estar presente cuando tu mente empiece a perderse.
Cuando lo hayas hecho, ¡úsalo! Segundo, intenta identificar las palabras principales del tema
que estés platicando e intenta crear una cadena de conceptos en tu mente que te ayude a
enfocarte en quienes te rodean y en lo que te dicen.

Te aconsejo que practiques estas técnicas que te ayudarán a mejorar tu presencia en los
eventos o conversaciones en las que te encuentres. Al principio será complicado porque no es
algo que se acostumbre a hacer, pero te aseguro que después de dominar estos trucos, ¡te
pasarán desapercibidos! Pronto ya no necesitarás recurrir a estos métodos para recordar estar
presente, pues ya lo harás casi en automático. En la actualidad, es difícil estar presente. Por
ello, si logras dominar estas prácticas que fungen como adyuvantes para mejorar tu acto de
presencia, ¡destacarás por tu atención y carisma!

Nota:

 Identificar la importancia de la oralidad en el texto anterior, y responder a los


interrogantes propuestos.
 Identificaste a su personaje ideal para cualquiera de las respuestas justificar el porqué.
 Identificar los siguientes aspectos de los personajes del texto, de acuerdo a ello
plasmar en el del cuadro según la lectura y según el grupo proponer un perfil ideal de
factor interno y externo:

FACTOR INTERNO FORTALEZAS(F) DEBILIDADES(D)


USAR SUPERAR
1…………………………………. 1………………………………….

2. ……………………………….. 2. ………………………………..

3. ……………………………….. 3. ………………………………..

4. ……………………………….. 4. ………………………………..
FACTOR EXTERNO

OPORTUNIDADES(O) ESTRATEGIA FO ESTRATEGIA DO


APROVECHAR
1…………………………………. FO1 DO1
2. ……………………………….. FO2 DO2

3. ……………………………….. FO3 DO3

4. ………………………………..
FO4 DO4

AMENAZAS(A) ESTRATEGIA FA ESTRATEGIA DA


EVITAR
1…………………………………. FA1 DA1

2. ……………………………….. FA2 DA2

3. ……………………………….. FA3 DA3

4. ……………………………….. FA4 DA4

 Identificar los siguientes aspectos del cuadro a nivel general:

PERFIL REAL PERFIL IDEAL


ACTORE Personal Cultural académico Personal social Cultural académico
S social axiológico axiológico
Demuestro Promuevo la Manejo Soy responsable, dinámico, Oriento la Superviso con
responsabilida identidad teorías decidido y disciplinado. labor excelencia.
d en sus institucional. sobre la educativa
funciones. gestión acorde a la
educativa. axiología
de la IE.
Director
Promuevo Practico los Conozco el Solidario, consecuente y Respeto la Manejo de
trabajo en principios y PEI. perseverante. opinión metodologías de
equipo. valores ajena. asesoramiento.
institucionales
.

Líder

Abogado

Orador
Integrantes del grupo:

1.

2.

3.

4.

6.

7.

8.

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