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APLICACIÓN DE VACUNAS
BOGOTA
2021
RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO POR DAÑOS CAUSADOS POR
APLICACIÓN DE VACUNAS
BOGOTA
2021
2
Contenido
Agradecimientos………………………………………………………………………… 6
Abreviaturas..…………………………………………………………………………… 7
Resumen……………………………………………..………………………………….. 8
Introducción……………………………………………………………………………… 11
Daño………………………………………………………………………………………. 12
Imputación………………………………………………………………………………… 15
Nexo causal……………………………………………………………………………….. 17
Eximentes de responsabilidad………………………………………………………….. 20
Aplicación de la falla probada del servicio en la responsabilidad del Estado por el servicio
médico-sanitario………………………………………………………………………….. 30
3
Una mirada a la responsabilidad patrimonial de la administración pública sanitaria por el
hecho de la vacunación en el derecho comparado .................................................. 47
Francia..................................................................................................................... 48
Reuno unido............................................................................................................ 49
Eximentes de responsabilidad………………………………………………………….. 69
Conclusiones ……………………………………………………………………………. 71
Bibliografía ……………………………………………………………………………… 72
4
Agradecimientos
A Dios y a mi abuelo que está en cielo y me acompañó en esas noches frías de estudio,
ojalá hubiese existido una vacuna en ese momento y aun estuvieras a mi lado. (Kerly
Contreras).
5
Abreviaturas
Rad. Radicado
6
Resumen
7
y los títulos de imputación. Lo anterior teniendo en cuenta que en cumplimiento de la Ley
100 de 1993 se expidió el Decreto 1290 de 19941, cuyo articulado fue recogido por el
Decreto 2078 de 2012, en el que se establecieron las funciones y organización del
Invima, dentro de ellas la farmacovigilancia en el país.
Abstract.
The study of the responsibility of the State, as in charge of the provision of the
health service, derived from the application of vaccines has been oriented mainly under
the criterion of medical responsibility. Thus, the declaration of responsibility of the State
when it comes to medical-assistance activities such as the application of a vaccine, has
been attributed by the State Council under the title of imputation of the failure of the
service, that is, under the regime of subjective responsibility.
1
Mediante el cual se precisan las funciones del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos,
INVIMA, y se establece su organización básica.
8
consequence of the deficient sanitary control in vaccines, the factual elements
themselves must be clearly indicated and the modality of legal imputation according to
which the State should enter into answer, aspects that will be studied in this research
work.
9
Introducción.
10
Es decir, el régimen aplicable resultaría siendo el de la falla en el servicio ya que
es el Estado colombiano el que debe responder en circunstancias donde el ejercicio
anormal de las funciones de control sanitario nacional comprometan la causación de un
daño con ocasión a la aplicación de vacunas que se encontraban vigiladas por el INVIMA,
pues el hecho de certificar o habilitar la fabricación y comercialización de una vacuna sin
la rigurosidad a la que se encuentran sometidas, y que luego llega a causar daño en la
salud de algún consumidor, desconoce el cumplimiento de las obligaciones
constitucionales y legales del Estado colombiano en el campo sanitario; y su reparación
le es exigible, en la medida que pone a disposición y alcance de sus administrados una
vacuna, cuya seguridad sanitaria no ha controlado debidamente.
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Capítulo I. Elementos de la responsabilidad patrimonial del Estado
1.1. Daño.
Por otra parte, para el Consejo de Estado, el daño debe tener un carácter cierto,
esto es, que no sea un daño genérico o hipotético sino el que sufre una persona
determinada en su patrimonio. Consejo de Estado F (22 de febrero 2019) Rad. 73001-
23-31-000-2008-00548-01 (C.P Jaime Enrique Rodríguez Navas). Así mismo, la
certidumbre del daño, es aquel requisito constante, que es ineludible de toda reparación
12
y atañe a la real, verídica, afectiva o creíble conculcación de derecho, interés o incluso
valor jurídicamente protegido (Mancera,2012, Pág. 1).
Como otras características del daño, se encuentra su carácter actual, esto es,
aquel que emana de un hecho que se encuentra ya acontecido y ha producido todas las
consecuencias al momento de ser reclamada la indemnización. En ese sentido, es
entendido como el daño que ya se ha producido y que, existe en el acto, en el instante
en que nace la responsabilidad (Cupis, 1975, Pág. 320).
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1.1.2. Daño Antijurídico.
Así pues, daño antijurídico es aquel que la persona no está llamada a soportar
puesto que no tiene fundamento en una norma jurídica, o lo que es lo mismo, es aquel
que se irroga a pesar de que no exista una ley que justifique o imponga la obligación de
soportarlo. Consejo de Estado, Sección Tercera, (10 de agosto de 2015). Rad. 51167
(C.P. Jaime Orlando Santofimio Gamboa).
Para Juan Carlos Henao (1998, Pag 37) “el daño es la causa de la reparación y la
reparación es la finalidad última de la responsabilidad civil”, lo que implica que el daño
sea el hecho, como atentado material sobre una cosa o, una lesión y el perjuicio sea el
menoscabo patrimonial que resulta del daño, por ser la “consecuencia del daño sobre la
víctima” (Henao, 1998, Pag 78). Igualmente, Enrique Gil Botero distingue entre el daño
evento y el daño consecuencia para referirse al daño y al perjuicio, respectivamente, lo
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cual significa que “el perjuicio es la consecuencia económica del daño” (Botero, 2006,
Pag 88)
En igual sentido, Henao también señala que el daño recae sobre el bien o interés
tutelado por el ordenamiento, mientras que el perjuicio se proyecta sobre la persona. Es
decir que mientras la noción de daño es un hecho, la de perjuicio es una noción subjetiva
apreciada en relación con una persona determinada (Botero, 2006, Pag 88).
1.2. IMPUTACIÓN.
Para el profesor Juan Carlos Henao lo define como “la atribución jurídica de un
daño a una o a varias personas que en principio tienen la obligación de responder”,
incluso ha sido conceptualizada como la estructura luego de haber sido descubierto el
nexo causal. (Curso de Derecho Administrativo, 2003).
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es suprimida mentalmente un hecho que hace que el daño se produzca, se llega a la
causa que es verdadera. Esta Teoría implementa que se configure una concurrencia de
las causas, para ello es, que un mismo daño pueda haberse configurado por múltiples
razones. (Uniandes,2020)
Para Jorge Mosset Iturraspe es aquella que temporalmente se halla más próxima
al resultado, o al momento del hecho dañoso. No obstante, no siempre es la causa del
evento la última circunstancia actuante, y qué decir, por lo demás, cuando las
condiciones se presentan de manera simultánea o compleja” (Ortiz Gómez, 2010, Pag
322)
16
Para la aplicación de esta teoría es necesario la identificación de todas las causas
sine qua non de la producción de los daños y una vez realizado, se debe realizar un juicio
de la probabilidad en abstracto, comprendiendo las reglas de la experiencia, para
establecer si es normal la conducta implementada pueda producir el daño ocasionado.
(Beltrán Pacheco, 2004)
Pueden considerarse que el nexo causal permite la atribución jurídica del daño,
una vez se encuentre establecida la causa que se le atribuya jurídicamente los daños al
agente causante, incluso se ha permitido analizar el fundamento, si el agente ha actuado
con culpa o dolo. (Herrera Montañez, 2016); también tiene como función la determinación
de la reparación del daño, por cuanto delimita hasta donde se debe de responder por
haber causado el daño.
Para el profesor Javier Tamayo Jaramillo en su libro Tratado de responsabilidad civil, los
perjuicios inmateriales son aquellos que se encuentran fuera de los bienes patrimoniales
y que son garantizados por la constitución y las leyes (Jaramillo, Tratado de
Responsabilidad Civil, 2011, Pág. 484).
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convencionales. Además, mediante la sentencia de unificación del 28 de agosto del 2014
se incluyó dentro de los perjuicios inmateriales el perjuicio biológico o fisiológico
relacionado con la órbita psicofísica del individuo y otros perjuicios que afectan valores,
derechos o intereses de la persona. Consejo de Estado ( 28 de agosto de 2014) Radicado
0131172 (CP Olga Mélida Valle de la Hoz).
Es “el dolor que sufre la victima a causa de situaciones que lesionan los bienes
personales (vida, integridad física o moral, dignidad, libertad, buen nombre, honor, etc.),
sin que se excluya la posibilidad de coexistencia de perjuicios, o bien, presentarse ante
situaciones que los ponen en peligro, amenazan la integridad o perturban su goce, por
lo que el daño moral no está necesariamente vinculado al dolor físico o somático,
producto de lesiones, sino también, por el aspecto psicológico respecto de la situación
de los bienes.” (GIL Botero, 2013, Pág. 184).
Puede ser definido el daño a la salud como aquel: “proveniente de una afectación
a la integridad psicofísica, en el ámbito físico, psicológico, sexual o estético, de tal forma
que siempre que el daño consista en una lesión a la salud, será procedente establecer
el grado de afectación del derecho constitucional y fundamental (artículo 49 C.P.), sin
que sea procedente otro tipo de daños.”. Consejo de Estado Sección Tercera, (18 de
octubre de 2018) (C.P Ramiro Pazos Guerrero).
Así mismo, para Gil Botero es “(…) la pérdida o deterioro de la capacidad lúdica o
placentera que puede brindar la integridad corporal y la afectación que en el mundo
exterior produce el daño, lo cual se dijo constituye un perjuicio autónomo e
independiente” (Gil Botero, 2013, Pág. 189).
El Consejo de Estado señaló que esta clase de daño tiene la categoría de ser
inmaterial, autónomo temporal o definitivo. Consejo de Estado, Sección Tercera, Rad.
38988, (28 de agosto de 2014) (C.P. Ramiro Pazos Guerrero). Siendo su objetivo
18
principal “corregir, hasta donde fuere posible fáctica y jurídicamente los agravios contra
la dignidad de la víctima, desaprobar las violaciones a los derechos humanos y
consolidar de garantías a la persona afectada, de tal forma que tenga conocimiento pleno
y veras del origen de los hechos dañosos y se le haga justicia y repare en debida forma
(Figueroa, 2016).
Los perjuicios de orden material son aquellos que atentan contra los bienes de
naturaleza económica y que son medibles o mesurables en dinero (Henao, El daño,
2007), en el Derecho colombiano los perjuicios materiales se dividen en lucro cesante y
daño emergente.
-Daño Emergente.
El daño emergente es definido por Mariño (1999, Pag 6), como: “todas las
erogaciones o gastos que tuvieron que ser sufragados causa-efecto por un hecho
determinado que haya causado un daño a la víctima; o sea, las sumas de dinero y los
bienes y servicios apreciables en el mismo que tuvieron que salir del patrimonio de
alguien por causa del perjuicio causado. También lo son la merma patrimonial que sufre
un tercero como consecuencia directa del siniestro”.
-Lucro cesante.
Al referirse al tema Mariño señaló que el lucro cesante eran “todas las sumas de
dinero que para la fecha del hecho generador del daño no habían ingresado al patrimonio
de la persona, pero que se esperaba recaudar, ya que las devengaba periódica u
ocasionalmente con el empleo o con la actividad económica a la que se dedicaba la
víctima, acorde a sus estudios, capacitación, experiencia, etc.; o si, por el contrario,
estaba en una improductividad transitoria (infante), vienen los ingresos que hubiera
podido percibir una vez alcanzada la mayoría de edad o capacidad productiva” (Mariño,
1999, Pag 4).
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3. EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO.
El caso fortuito es considerado por el profesor Hinestrosa (2002, pág. 775) “como
aquel suceso que ocurre dentro de la ejecución de alguna actividad”.
20
Consejo de Estado, Sección Tercera, (sentencia del 16 de marzo de 2000), expediente
11670 (C.P Alier Eduardo Hernández).
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Referente al hecho de un tercero debe ser causa exclusiva única y determinante
del daño, para que sea convertido en exoneración de responsabilidad, ya que si es
probado que el hecho del tercero pudo haber sido previsto y/o evitado por el demandado
que si no lo hizo, se le debe ser considerado imputable conforme al principio según el
cual “no evitar un resultado que se tiene la obligación de impedir, equivale a producirlo”.
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia del 24 de agosto de 1989 (C.P Gustavo
de Greiff Restrepo).
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Capítulo II. Responsabilidad del Estado por la vacunación como manifestación de
la actividad médico-sanitaria de la Administración
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a fondos de indemnización basados en la solidaridad y dicha responsabilidad
administrativa se ha entendido compartida con los laboratorios bajo las directivas UE
sobre productos defectuosos (2.4).
Antes de entrar en la materia propia de esta tesis, vale la pena hacer un estudio
general de los regímenes de responsabilidad del Estado aplicables en el derecho
administrativo colombiano. Nos ocuparemos en esta sección de la responsabilidad
extracontractual del Estado, excluyendo de la dimensión de nuestra investigación a otras
responsabilidades patrimoniales del Estado. Tales responsabilidades, también afincadas
en el artículo 90 de la Constitución Política, no resultan pertinentes para efectos de
identificar los regímenes aplicables a los daños causados por el hecho de la vacunación,
como lo son la responsabilidad contractual del Estado o el enriquecimiento sin causa de
la Administración.
Para tal fin, haremos uso de la jurisprudencia de la Sección Tercera del Consejo
de Estado, apoyándonos puntualmente en la doctrina. Dicha jurisprudencia ha venido
construyendo tales figuras de forma paciente y a lo largo de la vida republicana nacional.
En ese trasegar, para delimitar esos regímenes se han adoptado aportes no sólo de la
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia y de los derechos francés, español y
hasta argentino, sino también se ha resistido con holgura el embate mismo del cambio
constitucional de 1991, incorporando sin traumatismo las enseñanzas de la
jurisprudencia constitucional.
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constitucional de las autoridades públicas de garantizar los derechos fundamentales de
las personas en el ejercicio de sus poderes exorbitantes.
Por lo demás, es preciso recordar que la responsabilidad del Estado por falla
presunta del servicio entró en desuso desde hace unos veinte años. Dicho régimen
subjetivo se utilizó para imputarle responsabilidad extracontractual a la Administración
en casos muy puntuales, como la responsabilidad por los daños causados con arma de
dotación oficial, Consejo de Estado (31 de julio de 1989), Rad. 2852 (C.P. Antonio José
de Irisarri Restrepo), o en los daños causados a conscriptos Consejo de Estado (28 de
abril de 1989), Rad. 3852 (C.P. Carlos Betancur Jaramillo). Hasta hace unos diez años
se utilizó en la responsabilidad del Estado por actividades médico-sanitarias. Primero,
aceptando la prueba prima facie, en aplicación del principio ‘res ipsa loquitur’ Consejo de
Estado (13 de septiembre de 1991), Rad. 6253 (C.P. Carlos Betancur Jaramillo); (30 de
julio de 1992), Rad. 6897 (C.P. Daniel Suárez Hernández). Luego, aplicando una especie
de amalgama entre la presunción de falla del servicio y la presunción de responsabilidad
(Consejo de Estado, Sección Tercera, 1995) y pasar en la década de los dos mil a la
aplicación de la teoría de la carga dinámica de la prueba Consejo de Estado (10 de
febrero de 2000), Rad. 11878 (C.P. Alier Eduardo Hernández Enríquez). Todo, para
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finalmente retornar a la falla probada del servicio de la Administración por la actividad
médico-sanitaria, pero permitiendo morigerar el rigor de la carga probatoria del
demandante frente al nexo causal aceptando la prueba indiciaria. Consejo de Estado (31
de agosto de 2006), Rad. 15772 (C.P. Ruth Stella Correa Palacio). O incluso, en los
casos de muy difícil prueba, la certidumbre a la luz del “grado suficiente de probabilidad.
Consejo de Estado (13 de noviembre de 2014), Rad. 31182 (C.P. Ramiro Pazos
Guerrero)
Por otra parte, ¿en qué consisten los regímenes de responsabilidad objetiva?
Según se afirmó en la también célebre sentencia del periódico ‘El Siglo’, la
responsabilidad del Estado por el daño especial deriva de la ruptura de la igualdad ante
las cargas públicas que los ciudadanos deben soportar razonablemente al vivir en
sociedad, que genera un daño anormal y excepcional que no está obligado a soportar.
Consejo de Estado (29 de julio de 1947) (C.P. Gustavo Valbuena). Finalmente, la teoría
del riesgo excepcional, que tuvo su primera aplicación en Colombia en la responsabilidad
por causa de trabajos u obras públicas, establece que el Estado ha de responder por la
utilización de medios o recursos técnicos en la prestación de sus servicios que exponen
a los ciudadanos o a sus bienes a una contingencia anormal de daño. Tradicionalmente,
se ha sostenido que dicha responsabilidad se presenta en tres hipótesis. La primera,
cuando el Estado emplea cosas o métodos peligrosos (responsabilidad por riesgo-
método). La segunda, cuando el Estado ejecuta una actividad riesgosa que lo aprovecha
(responsabilidad por riesgo-beneficio). Y la tercera, llamada responsabilidad por riesgo-
alea, cuando se expone a los ciudadanos a un alea cuya existencia se conoce pero cuya
realización es excepcional y respecto del cual no hay criterio razonable para pensar que
éstos pueden exponerse a él en particular (Paillet, 1998, p. 185).
26
Lo anterior, sin que aquel mandato implique modificación de la causa petendi, ni tampoco
que le esté permitido al juez formular una hipótesis alejada de la realidad matera o
establecer arbitrariamente un curso causal hipotético. Consejo de Estado (13 de mayo
de 2015), Rad. 17037 (C.P. Hernán Andrade Rincón); (23 de octubre de 2020), Rad.
62980 (C.P. Marta Nubia Velásquez Rico).
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2.2. Títulos de imputación de la responsabilidad del Estado y su aplicación a la
actividad médico-sanitaria de la Administración
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indemnizatorias favorables, suscita una aplicación particular de tales reglas en cuanto a
la otra cara de la imputabilidad: la imputatio facti (Consejo de Estado (7 de mayo de
2021), Rad. 51564 (C.P. María Adriana Marín)).
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ellas, el deber de información al paciente y la necesidad de que exista su consentimiento,
(iv) La guarda del secreto profesional, (v) Las actividades que están a cargo del personal
paramédico o administrativo, (vi) Las actividades derivadas de las obligaciones de
seguridad, de cuidado y vigilancia asumidas por las clínicas y hospitales para evitar que
los pacientes sufran daños durante su internación y hasta que sean dados de alta.
Consejo de Estado (19 de noviembre de 2020), Rad. 46622 (C.P. Nicolás Yepes
Corrales).
Al igual que en los demás eventos de responsabilidad del Estado, el principio iura
novit curia también encuentra aplicación en el deber de la Administración de indemnizar
los daños causados por la actividad médico-sanitaria. Se ha dicho por la Sección Tercera
del Consejo de Estado que, en primer lugar, el juez de la responsabilidad administrativa
médico-sanitaria deberá aplicar el régimen de la falla probada del servicio cuando se
ventile la acción imperfecta de la Administración o su omisión. Ello obliga al demandante
a probar que, teniendo en cuenta las concretas circunstancias en que debía prestar el
servicio médico-asistencial, la conducta de la Administración pueda considerarse como
‘anormalmente deficiente’ frente al cumplimiento del deber concreto que legalmente le
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corresponde. Como lo veremos en el siguiente acápite, en segundo lugar, dependiendo
del caso en concreto, el juez de la causa podrá, de acuerdo con las circunstancias y de
lo que aparezca probado en el expediente, optar por aplicar el régimen de
responsabilidad objetiva. Consejo de Estado (26 de abril de 2018), Rad. 41390 (C.P.
María Adriana Marín); y (23 de octubre de 2020), Rad. 62980 (C.P. Marta Nubia
Velásquez Rico)
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tres elementos de la responsabilidad del Estado. Por eso, la jurisprudencia de la Sección
Tercera del Consejo de Estado ha insistido en que “(…) la sola intervención -actuación u
omisión- de la prestación médica no es suficiente para imputar la Estado los daños que
duran quienes requieran esa prestación, sino que es necesario que se encuentre
acreditado que la misma fue constitutiva de una falla del servicio y que dicha falla fue
causa eficiente del daño”. Con todo, la jurisprudencia contencioso-administrativa ha
admitido que en los eventos en que exista dificultad para el demandante de probar el
nexo causal, dado el especialísimo carácter técnico inherente a los procedimientos
médico-asistenciales, el juez de la responsabilidad del Estado puede acudir a diversos
medios probatorios, notablemente a la prueba indiciaria, para formar su convencimiento
acerca de la existencia del nexo de causalidad. Consejo de Estado (5 de julio de 2018),
Rad. (45060) (C.P. Marta Nubia Velásquez Rico); (19 de noviembre de 2020), Rad.
46622 (C.P. Nicolás Yepes Corrales); (7 de mayo de 2021), Rad. 51564 (C.P. María
Adriana Marín).
Hoy en día, hay que aclarar, el artículo 167 inciso 2o del Código General del
Proceso, aplicable a los procesos de reparación directa por remisión expresa del artículo
211 del CPACA, permite al juez de la reparación directa distribuir la carga probatoria de
los elementos de la responsabilidad del Estado -incluida la falla del servicio-. De acuerdo
con la norma, dicha inversión del onus probandi de determinado hecho respecto de la
parte que se encuentre en la situación más favorable para esclarecerlo procede de oficio
o a petición de parte y en cualquier momento del proceso antes de fallar, a partir del
decreto de las pruebas a practicarse. La jurisprudencia constitucional ha entendido la
posibilidad de distribuir dinámicamente las cargas probatorias de las partes como una
excepción adecuada y proporcional a la regla actor incumbit probatio. Será el juez de la
causa quien evalúe las circunstancias de cada caso y defina si se dan o no los supuestos
genéricos para recurrir en ciertos casos a la carga dinámica de la prueba. Sin embargo,
en algunos casos particulares, la distribución de la carga de la prueba, al igual que el
decreto oficioso de pruebas, dejan de ser una potestad del juez y se erigen en un
verdadero deber funcional de aquel. Corte Constitucional, (24 de febrero de 2016 (a)),
Rad. D-10902C-086 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio).
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Hasta el momento, no se conoce de ningún caso en el que la Sección Tercera del
Consejo de Estado haya aplicado la mencionada disposición. Sin embargo, la doctrina
ofrece algunas luces para su interpretación en materia de prueba del acto médico
culposo en la responsabilidad médica, que aquí acogemos. Para Tamayo Jaramillo,
inspirado en la doctrina argentina, lo que hace el artículo 167 inciso 2o del Código
General del Proceso es instaurar una presunción de la facilidad de la prueba en el
demandado, por sus conocimientos especializados en la lex artis. Esa presunción
también fundamenta, en el fondo, una presunción de culpa del demandado. No obstante,
si se prueba que también el demandado se encuentra en imposibilidad de probar el hecho
dañoso, la inversión de la carga de la prueba no se justifica pues se vulneraría la igualdad
de armas dentro del proceso. Lo anterior conlleva a que una vez que el juez de la causa
llegue a la convicción razonable de la incapacidad probatoria del demandado, el juez
revoque la presunción de culpa que pesa sobre aquel si el demandante no ofreció medio
probatorio alguno para demostrar el hecho dañoso (Peyrano, 2004, 96, citado por
Tamayo Jaramillo, 2021).
Existen ciertos eventos reconocidos por la Sección Tercera del Consejo de Estado
en los que estas reglas para la aplicación de los títulos subjetivos de imputación de
responsabilidad del Estado por el servicio médico-sanitario han tenido aplicación
concreta. Tales eventos son, entre otros, (i) La responsabilidad médico-asistencial por
actos obstétricos, (ii) La responsabilidad médico-asistencial por incumplimiento del deber
de información al paciente sobre los riesgos y consecuencias de los procedimientos
médico-quirúrgicos, (iii) La responsabilidad médico-asistencial por transmisión de
enfermedades en transfusiones sanguíneas, (iv) El llamado oblito quirúrgico y (v) Los
errores de diagnóstico. A continuación presentaremos la forma como se articula el
régimen de la falla probada del servicio médico-asistencial en estos eventos particulares
de responsabilidad patrimonial administrativa.
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Respecto de la responsabilidad médico-asistencial por actos obstétricos, la
jurisprudencia de la Sección Tercera del Consejo de Estado ha establecido que en esta
clase de actos, considerados “puramente médicos”, el hecho dañoso puede probarse por
el demandante mediante indicios ante la falta de una prueba directa del mismo. En esos
casos, se ha entendido, por ejemplo, que “(…) la presencia de un daño en el momento
del parto cuando el embarazo se ha desarrollado en condiciones normales, se constituye
en un indicio de la presencia de una falla en el acto obstétrico, así como de la relación
causal entre el acto y el daño”. Consejo de Estado (26 de marzo de 2008), Rad. 16085
(C.P. Ruth Stella Correa Palacio). Sin embargo, cuando resulta de lo probado en el
expediente que la atención y valoración gineco-obstétrica de la víctima del daño fue
adecuada y oportuna, le corresponde al demandante probar que hubo un error al
momento de atenderla en su trabajo de parto o en el momento en que presentó la
complicación. Consejo de Estado (7 de mayo de 2021), Rad. 51564 (C.P. María Adriana
Marín)
34
Por tanto, cuando se omite el deber de información al paciente, a pesar de no
constituir falencia alguna en la atención oportuna diligente y científica, ésta genera un
daño autónomo. Tal omisión impide al demandante optar por someterse o rechazar la
intervención quirúrgica, y con ello, pierde la oportunidad de no resultar afectado por una
intervención médico-quirúrgica que pudo haber aceptado o no. Dicho incumplimiento se
produce, verbi gratia, cuando no existe prueba escrita del consentimiento expreso e
informado en los casos en que no se configuró ninguna de las causales del artículo 11
del Decreto 3380 de 1981 para exonerar al demandado de dicho deber de información,
o bien cuando se evidencia que el paciente tan sólo fue informado del procedimiento de
manera general, sin que obre prueba en la historia clínica que hubiera consentido los
riesgos concretos de la intervención médico-quirúrgica a la que se sometería. Consejo
de Estado (22 de junio de 2017), Rad. 37553 (C.P. Jaime Enrique Rodríguez Navas). No
obstante, en ciertos casos, puede entenderse que dio válidamente su consentimiento
informado de forma tácita. Tal consentimiento se deducirá del comportamiento
desplegado por el paciente, cuando resulta que, a la luz del contexto fáctico del caso, es
razonable inferir que ha decidido continuar adelante con el tratamiento pese a conocer o
a haber debido conocer los riesgos del mismo. Por ejemplo, cuando el paciente resulta
ser también un profesional de la salud con amplia experiencia, que conoce los protocolos
necesarios para el suministro del medicamento que le fue aplicado y prosigue con su
aplicación, a pesar de que no figure en la historia clínica un documento con su firma en
el que otorgue su consentimiento expreso para la aplicación del mismo. Consejo de
Estado (23 de octubre de 2020), Rad. 62980 (C.P. Marta Nubia Velásquez Rico)
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resultaba previsible para la entidad demandada la matización del riesgo de contagio por
vía de una transfusión sanguínea, que la entidad demandada tenía medios a su alcance
para atenuar la probabilidad de ocurrencia del mismo y que sobre la demandada pesaba
el deber de agotar tales medios, pero que ésta omitió negligentemente hacerlo,
procederá declarar la responsabilidad del Estado. Dicha responsabilidad se ha aceptado
pacíficamente en los casos en que mediante transfusiones de sangre a pacientes éstos
han resultado contagiados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), debido a que
las entidades demandas no efectuaron pruebas previas de detección del mismo a la
unidad de sangre transfundida a aquellos. Consejo de Estado (12 de noviembre de
2014), Rad. 38738 (C.P. Hernán Andrade Rincón); 2017, 37533; 2017, 47375).
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agotar en la medida de lo posible el conjunto de pruebas que lo llevan a un diagnóstico
acertado; la segunda, consistente emitir un juicio con base en esas valoraciones. El error
en el diagnóstico y el consecuente error en el tratamiento se configuran, concretamente,
en la indebida interpretación de los síntomas que presenta el paciente o la omisión de la
práctica de los exámenes que resultaban indicados para el caso concreto. Ha indicado
la Corporación en comento que cuando el diagnóstico no es conclusivo, porque los
síntomas pueden indicar varias afecciones, se incurre en falla del servicio cuando no se
agotan los recursos científicos y técnicos adecuados al alcance de la entidad demandada
para determinar con precisión cuál es la enfermedad que sufre el paciente. Consejo de
Estado (12 de febrero de 2009), Rad. 16147 (C.P. Ramiro Saavedra Becerra); (3 de
octubre de 2016), Rad. 40057 (C.P. Ramiro Pazos Guerrero).
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agosto de 2020), Rad. 47772 (C.P. José Roberto Sáchica Méndez). Como lo aseveramos
anteriormente, se trata de situaciones de responsabilidad del Estado por riesgo
excepcional debido a la utilización de métodos o cosas peligrosas en el servicio médico-
sanitario destinadas al tratamiento y curación de patologías, o en los casos de la
denominada responsabilidad por riesgo-alea.
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modalidad de riesgo-alea es la que resulta más adecuada para abordar el deber de
indemnizar de la Administración hospitalaria. En las situaciones de infecciones
contraídas en un hospital o centro médico-asistencial, el daño surge por la concreción de
un riesgo que es conocido por la ciencia médica, pero que se torna irresistible puesto
que su concreción depende, muchas veces, de la ‘ineludible mediación del azar’. Con
otras palabras, no se trata de un caso fortuito, puesto que no resulta ajeno a la prestación
del servicio público de salud, sino de un evento previsible y controlable -aunque
irresistible-, puesto que ha sido plenamente documentado y porque la tasa de incidencia.
Dado que la responsabilidad del centro en tales eventos es objetiva, para liberarse de la
obligación de inmunizar éste deberá probar que el paciente ya portaba el cuadro
infeccioso antes de ingresar al hospital o centro médico-asistencial. Consejo de Estado
(29 de agosto de 2013), Rad. 30283 (C.P. Danilo Rojas Betancourth); (29 de noviembre
de 2017), Rad. 39612 (C.P. Stella Conto Díaz del Castillo).
Ahora bien, de los eventos de responsabilidad objetiva del Estado por la aplicación
de vacunas nos referiremos en el próximo acápite. Baste con adelantar que, en tales
eventos, la Administración hospitalaria ha de resultar obligada a indemnizar el daño que
de ello resulte con fundamento en lo desproporcionado que sería, respecto de las cargas
públicas de la vida en sociedad, que los vacunados asumieran los riesgos de la
39
inoculación. Sin embargo, como lo veremos, la responsabilidad del Estado no varía
cuando la vacunación que éste adelanta es voluntaria u obligatoria.
40
menores de edad no se requiere el consentimiento informado de sus padres. Consejo de
Estado (26 de abril de 2018), Rad. 41390 (C.P. María Adriana Marín).
41
daño causado por el hecho de la vacunación obligatoria a cargo del Estado (Consejo de
Estado, Sección Tercera, 2012, 22424; 2020, 47772).
Así las cosas, en la sentencia que viene citándose (Consejo de Estado, Sección
Tercera, 2020, 47772), el alto Tribunal se lanzó a adoptar una clasificación de las
vacunas reconocidas actualmente por la ciencia médica. Existen entonces cuatro tipos
de vacunas principales y dos adicionales que se encuentran hoy en fase de desarrollo:
(b) Las vacunas inactivadas, en las que microorganismos dañinos han sido
tratados con productos químicos o calor, lo que les causa la muerte, no obstante
mantener su estructura. Las vacunas inactivas activan el sistema inmune, pero con
un agente dañino incapaz de reproducirse. Éstas generan una inmunidad de menor
42
intensidad y duración y requiere dosis de refuerzo, como es el caso de algunas
vacunas contra la gripe, la vacuna contra la rabia o la vacuna contra la hepatitis A.
(c) Las vacunas toxoides, en las que ciertos componentes tóxicos procedentes de
organismos, que son los que verdaderamente provocan la enfermedad, son puestos
en inactividad con la ayuda de productos químicos. Así sucede, por ejemplo, con la
vacunas contra el tétanos y la difteria.
(f) Las vacunas de ADN, de desarrollo aún más reciente, que son creadas a partir
del material genético de un agente infeccioso. De acuerdo con la providencia en
comento, “Funciona al insertar ADN de bacterias o virus dentro de células humanas
o animales. Algunas células del sistema inmunitario reconocen la proteína surgida del
ADN extraño y atacan tanto a la propia proteína como a las células afectadas. Dado
que estas células viven largo tiempo, si el agente patógeno (…) que normalmente
produce esas proteínas es encontrado tras un largo período, serán atacadas
instantáneamente por el sistema inmunitario”. Aunque fáciles de producir y almacenar
y con gran potencial, se desconoce si eventualmente pueden llegar a producir
mutaciones.
43
vio en la tarea de desarrollar rápidamente una vacuna para contrarrestar su paso
desolador por todos los rincones del planeta. Hoy las vacunas contra dicha enfermedad,
que además de atacar las vías respiratorias puede afectar considerablemente, usan
distintos tipos de tecnologías (He Q, Mao Q, Zhang J, Gao F, Wang J, Xu M y Liang Z,
2021). Veamos:
(ii) La vacuna de adenovirus, que es la desarrollada por CanSino, por Johnson &
Johnson y por Oxford-AstraZeneca. Basada en la tecnología del vector viral, el material
genético del virus COVID-19 se coloca en una versión modificada de un virus diferente,
el vector viral, que en este caso, es un virus de gripa común con un genoma ADN de
doble secuencia. Estos vectores virales permiten replicar a cabalidad la proteína S del
COVID-19 para que las células puedan hacer copias del antígeno. Su efectividad es
relativamente alta, pero la desventaja es que puede no resultar efectiva para gente con
virus infecciosos recesivos (He Q, Mao Q, Zhang J, Gao F, Wang J, Xu M y Liang Z,
2021).
44
y requieren de varias dosis de refuerzo. Igualmente, su producción requiere de
laboratorios de nivel 3 de bioseguridad, lo que limita su producción en países no
desarrollados (He Q, Mao Q, Zhang J, Gao F, Wang J, Xu M y Liang Z, 2021).
Por otra parte, lo dicen las mismas providencias en cita, la entidad hospitalaria
demandada podrá eximirse de responsabilidad única y exclusivamente probando que la
infección ocurrió como consecuencia de una causa extraña. Esto es, mediando una
fuerza mayor o por el hecho determinante y exclusivo de la víctima o de un tercero
(Consejo de Estado, Sección Tercera, 2018, 41390; 2020, 47772). La Sala de Decisión
en comento ha excluido expresamente al caso fortuito como causal eximente de
responsabilidad del Estado en este evento y en todos aquellos en los que el Estado deba
responder por la concreción de un riesgo excepcional. En su sentir, a pesar de ser
desconocido o permanecer oculto, el caso fortuito hace de todos modos parte del riesgo
implícito de la cosa o actividad peligrosa, con lo cual no constituye causa extraña alguna
para suprimir la imputabilidad del daño (Consejo de Estado, Sección Tercera, 2018,
41390; 2020, 47772).
45
elementos de juicio para considerar que éstos han obrado con descuido o han sido
negligentes (Consejo de Estado, Sección Tercera, 2020, 47772).
Hemos visto, en el acápite anterior, que la responsabilidad del Estado por el hecho
de la vacunación es de carácter objetivo y se funda en el riesgo excepcional, que se
aplica para eventos de vacunación obligatoria y que no puede excluirse sino mediante la
prueba de una causa extraña. Para concluir este estudio, proponemos dar una mirada
general a lo que ocurre en el derecho comparado respecto de la responsabilidad del
Estado por el hecho de la vacunación. Para ello, utilizaremos los ejemplos de Francia y
del Reino Unido.
2.4.1. Francia
46
En el derecho francés, en punto de la vacunación voluntaria, se aplica lo
establecido en el artículo 3o de la Directiva 85/374/CEE de 25 de julio de 19852 sobre la
responsabilidad del hecho de productos defectuosos. Dicha directiva fue transpuesta al
derecho francés en 1988 e incorporada a los artículos 1245 y ss. del Código Civil3. Allí
se ha establecido una responsabilidad sin falta que incumbe al laboratorio productor, al
fabricante de uno de sus componentes, al importador y al distribuidor -cuando no se
pueda identificar al laboratorio productor-, inclusive solidariamente, de la vacuna cuando
el daño ha resultado de un defecto de su producto. Según tal norma de derecho
comunitario, la víctima de la inoculación le corresponde probar, entonces, la existencia
del daño y del nexo causal entre el daño y el defecto de la vacuna. Ello implica que, en
Francia, en esos eventos la responsabilidad de los laboratorios productores debe
buscarse prioritariamente por el demandante antes de acudir a la jurisdicción
contencioso-administrativa a demandar al Estado (Jacquemet-Gauché A. & Lantero C.,
2021).
2
https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/ALL/?uri=celex%3A31985L0374. Fecha y hora de consulta:
30 de noviembre de 2021, 5:34p.m.
3
https://www.legifrance.gouv.fr/codes/section_lc/LEGITEXT000006070721/LEGISCTA000032021490/#L
EGISCTA000032021490. Fecha y hora de consulta: 30 de noviembre de 2021, 5:36p.m.
4
https://www.legifrance.gouv.fr/codes/article_lc/LEGIARTI000020628252#:~:text=Ouvre%20droit%20%
C3%A0%20r%C3%A9paration%20des,est%20d%C3%A9termin%C3%A9%20par%20ledit%20d%C3%A9cre
t. Fecha y hora de consulta: 30 de noviembre de 2021, 5:39p.m.
47
se causan daños por una vacuna mal inyectada, por desconocimiento de las condiciones
mínimas de higiene y asepsia en su aplicación o por la violación del deber de procurar el
consentimiento informado del paciente (Jacquemet-Gauché A. & Lantero C., 2021). En
el fallo AP-HP c. Marzouk, el Conseil d’État estableció que a pesar de que el
establecimiento hospitalario no había obrado de forma culposa, éste era de todos modos
responsable de las consecuencias dañinas para sus usuarios de los defectos de los
productos médicos que éstos utilizan (Conseil d’État, 2003).
5
https://www.legifrance.gouv.fr/loda/id/JORFTEXT000000787078/. Fecha y hora de consulta: 30 de
noviembre de 2021, 5:34p.m.
6
https://www.legislation.gov.uk/ukpga/1987/43. Fecha y hora de consulta: 30 de noviembre de 2021,
5:42p.m.
48
hecho de las vacunas defectuosas no se verá afectada por dichas exclusiones de
responsabilidad7.
Así las cosas, incluso después del Brexit, si una vacuna resulta defectuosa porque
no cumple con los estándares de dicha legislación, el laboratorio productor y demás
implicados en la cadena de distribución deberán responder por los daños que cause el
biológico al demandante.
7
https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=celex%3A32001L0083. Fecha y hora de consulta:
30 de noviembre de 2021, 5:34p.m.
8
https://www.gov.uk/government/consultations/distributing-vaccines-and-treatments-for-covid-19-
and-flu/consultation-document-changes-to-human-medicine-regulations-to-support-the-rollout-of-
covid-19-
vaccines#:~:text=Regulation%20345%20of%20the%20Human,product%2C%20that%20a%20national%2
0licensing. Fecha y hora de consulta: 30 de noviembre de 2021, 5:43p.m.
49
un defecto en un producto médico. En los recientes fallos Wilkes v Depuy [2016] EWHC
3096 (QB), Gee v Depuy [2018] EWHC 1208 (QB) y Bailey & Ors. V GlaxoSmithKline
[2020] EWCH 1766 (QB), las cortes británicas han aceptado que el juez del caso concreto
está obligado a sopesar los beneficios y la utilidad potencial de un producto contra sus
riesgos. Eso se traduce en que éste deberá tener en cuenta los beneficios que genera
una vacuna en un individuo cuando analice si el riesgo de daño por el hecho de la misma
la tornó en defectuosa. Todo ello, sin duda, inclina la balanza a favor de los laboratorios
fabricantes y de las aseguradoras (Caswell, Chesher y Burgess, 2021).
Para terminar, téngase en cuenta que en el Reino Unido, bajo la égida del Vaccine
Damage Payments Act de 1979, quienes se estimen severamente afectados por una
incapacidad física como resultado de haber recibido una vacuna de las que allí se listan,
pueden recibir una indemnización a destajo (forfaitaire) de hasta £120.0009.
9
https://www.legislation.gov.uk/ukpga/1979/17/contents. Fecha y hora de consulta: 30 de noviembre de
2021, 5:43p.m.
50
Capitulo III. Control de la Actividad sanitaria en Colombia
51
coordinar las actividades del sector farmacéutico. Abarca los sectores tanto público como
privado, e implica a todos los protagonistas del ámbito farmacéutico. (Organización
Panamericana de Salud,2004, pág. 01)
52
El Programa Nacional de Farmacovigilancia, se encuentra bajo responsabilidad
del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos INVIMA, en el que vigila
la seguridad, efectividad y calidad de los medicamentos, incluyendo los medicamentos
biológicos tales como las vacunas en la etapa de comercialización luego de haber
obtenido la autorización. (Instituto Nacional de Salud, 2021, Pág. 04)
Las personas que reciben una vacuna, ya sea familiares o cuidadores, los médicos
tratantes, las instituciones prestadoras de servicios de salud, las secretarías de salud y
los laboratorios farmacéuticos, hacen parte del Programa de farmacovigilancia de
Colombia y deben reportar eventos adversos que sean sospechosos. (Invima, Programa
nacional de farmacovigilancia,2021, Pág. 02)
Según la OMS (2015) las vacunas son cualquier preparación destinada a generar
inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Puede
tratarse, por ejemplo, de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados, o
de productos o derivados de microorganismos. El método más habitual para administrar
las vacunas es la inyección, aunque algunas se administran con un vaporizador nasal u
oral”.
53
podría ocasionar a causa de la propia enfermedad. (Organización Panamericana de la
Salud,2007, Pág.10)
54
modificaciones de sus estructuras que sean considerados pertinentes, decidido a ser
sometido a aprobación de la reforma de su estructura tal como consta en el Acta 004 de
la sesión del día 23 del mes de agosto de 2012.
b). Ejecutar las políticas formuladas por el Ministerio de Salud y Protección Social
en materia de vigilancia sanitaria y de control de calidad de los medicamentos,
productos biológicos, alimentos, bebidas, cosméticos, dispositivos y elementos
médico-quirúrgicos, odontológicos, productos naturales homeopáticos y los
generados por biotecnología, reactivos de diagnóstico, y otros que puedan tener
impacto en la salud individual y colectiva. (Presidencia de la República de
Colombia, Decreto 2078 de 2012, art 2).
55
Esta institución en materia sanitaria ha significado ser la base, incluso el modelo
de comparación para todos los actores del Sistema de Salud en Colombia y para
la sociedad en general; es el jefe de comparación que comporta los más altos
estándares de la calidad relacionado con la salvaguarda de la salud de todos los
ciudadanos colombianos en toda su integralidad.
Las funciones del INVIMA conforme al artículo 4 del Decreto 2078 de 2012
establece que (Decreto 2078, 2012, art 4):
56
g) Realizan el control sanitario sobre la publicidad de los productos de su
competencia establecidos en la Ley 9 de 1979 y los decretos reglamentarios.
h) Realizan actividades de información y coordinación con los productores y
comercializadores, sobre el manejo y el uso de los productos.
i) Adelantan campañas de educación sanitaria con los consumidores, sobre los
cuidados en el manejo y uso de los productos cuya vigilancia le es otorgada
por la Ley al instituto.
j) Armonizan y establecen equivalencia, con los países en el cual tenga
relaciones comerciales, en materia de normas referidas a la vigilancia sanitaria
y control de calidad de los productos que se encuentran bajo su control.
k) El desarrollo del sistema de autorización y verificación internacional para
productos objeto de vigilancia.
l) La evaluación y adopción, en el marco de sus competencias, las medidas que
lleguen a ser necesarias para facilitar los procesos de admisibilidad sanitaria
que inicie el país en los mercados internacionales y la coordinación con el
Instituto Colombiano Agropecuario ICA y demás entidades públicas.
m) El otorgamiento del visto bueno sanitario a la importación y exportación de los
productos de su competencia, previo cumplimiento de los requisitos
establecidos.
En el artículo 2 del Acuerdo 003 del 12 de junio de 2006 del Consejo Directivo del
Invima la Comisión Revisora es el máximo órgano consultor del Invima, encargado de
estudiar y conceptuar acerca de los aspectos científicos y tecnológicos de los productos
bajo su vigilancia.
57
recomendaciones técnico-científicos, respecto de los productos de la trata del artículo
245 de la Ley 100 de 1993. (Invima,2017)
En este orden de ideas, el Invima para que logre llevar a cabo sus actividades de
vigilancia y control, en el artículo 29 del Decreto 2078 (Presidencia de la república de
Colombia, 2012) ha definido sus órganos de asesoría y coordinación, en el cual vale la
pena destacar la Comisión Revisora, que inicialmente fue creada por el Decreto 981 de
1975 (Presidencia de la república de Colombia, 1975) que modifico el Decreto 621 de
1974 (Presidencia de la república de Colombia, 1974), este último derogado por el
artículo 43 del Decreto 121 de 1976 (Congreso de la República de Colombia, 1976)
perdiendo de esta forma, vigencia el Decreto 981 (Decreto 121 de 1976, 1975) por
inexistencia de su objeto.
58
Sala Especializada de Medicamentos y Productos Biológicos; Sala Especializada
de Productos Fitoterapéuticos y Suplementos Dietarios; Sala Especializada de
Medicamentos Homeopáticos; Sala Especializada de Alimentos y Bebidas; Sala
Especializada de Dispositivos Médicos y Otras Tecnologías; Sala Especializada de
Reactivos de Diagnóstico in Vitro. (Invima, 2017)
b). - Los medicamentos nuevos cuyo principio activo no ha sido incluido en el Manual de
Normas Farmacológicas o aquel que, estando incluido en él corresponda a nuevas
asociaciones o dosis fijas, o a nuevas indicaciones, o nuevas formas
farmacéuticas, modificaciones que impliquen cambios en la farmacocinética,
cambios en la vía de administración o en las condiciones de comercialización.
59
Incluye también las sales, ésteres, solvatos u otros derivados no contemplados en
los textos reconocidos científicamente en el país.
a). - Evaluación farmacéutica; que tiene por objeto conceptuar sobre la capacidad técnica
del fabricante del proceso de fabricación y de la calidad del producto.
Incluso, en el parágrafo 1 del artículo 27 del Decreto 677, permite que cuando el
producto con el registro que sea solicitado, se encuentre registrado por lo menos de dos
(2) países de referencia y que no haya sido rechazo en ningún país; en la evaluación
farmacológica se requiere un resumen de la información clínica con la bibliografía,
60
además, que la Comisión Revisora puede solicitar información adicional sobre el
producto. (Decreto 677, 1995)
Conforme al artículo 103 del Decreto 677 de 1995, la competencia que tiene el
Ministerio de Salud, el Instituto Nacional de Medicamentos y Alimentos “NVIMA.”, las
Direcciones Seccionales y Distritales de Salud, ejercen la inspección, vigilancia y control
de los medicamentos en Colombia; estas entidades, tienen la obligación de implementar
las medidas de prevención y corrección necesarias para dar cumplimiento a las
disposiciones sanitarias que lleguen a ser aplicables, adoptando medidas sanitarias de
seguridad, adelantando los procedimientos y aplicaciones de las sanciones
correspondientes. (Decreto 677, 1995)
61
El Decreto 677, una vez que es impuesta la medida sanitaria de seguridad, se
debe proceder de forma inmediata a iniciar el proceso sancionatorio, donde se debe
obrar el acta a través de lo practicado en la medida de seguridad. Si en los hechos que
suscitan en el inicio del proceso sancionatorio son constitutivos de violación de la norma
penal, entonces existe la obligación de comunicar a la autoridad competente de la
jurisdicción ordinaria sobre la ocurrencia del hecho, acompañando la copia de las
actuaciones que se han debido adelantar, en el cual no significa en ningún caso que sea
suspendido el proceso sancionatorio. (Artículo 113, Decreto 677 de 1995).
62
Capítulo IV. Responsabilidad patrimonial del INVIMA por la aplicación de vacunas
que contienen registro sanitario
63
Es decir que para efectos de imputar responsabilidad del Estado en cabeza del
INVIMA se debe establecer en primera medida las obligaciones de esta entidad respecto
del control y vigilancia sanitaria que tiene sobre los medicamentos para poder establecer
si por la omisión o violación de estas se establece un nexo causal con el daño
indemnizable. En otras palabras, se debe revisar el cumplimiento de elementos de la
imputación de responsabilidad, que se resumen en la siguiente formula: daño + una falla
en las funciones oficiales de control sanitario a cargo del INVIMA + nexo causal.
Una vez aclarado lo anterior se procede a exponer por qué consideramos que la
responsabilidad del INVIMA debe estudiarse bajo un régimen subjetivo y que el título de
imputación debe ser el de falla en servicio.
64
Contraste entre los presupuestos tradicionales de la responsabilidad del Estado
por aplicación de vacunas y los presupuestos de responsabilidad del INVIMA
65
Ahora bien, respecto de los presupuestos de responsabilidad la Sección Tercera
del Consejo de Estado destaca que quien alega un daño por aplicación de vacunas debe
acreditar su nexo de causalidad, es decir, debe demostrar que la infección que afectó a
la víctima se adquirió como consecuencia de la vacuna, sin que se observe el actuar
médico, a no ser que se esté alegando un eximente de responsabilidad en el que se
predique como causa del daño el hecho de un tercero. Consejo de Estado (26 de abril
de 2018) Rad. 41390 (C.P. María Adriana Marín).
Sin embargo, es dable que se pueda estudiar la responsabilidad del INVIMA bajo
el régimen subjetivo por falla en el servicio porque históricamente la responsabilidad del
Estado ha sido consagrada a partir de la falla, con fundamento en los principios de
legalidad y de buen servicio público dentro de la actuación de las entidades públicas o
los particulares que ejerzan labores públicas.
66
debe probarse la falla respecto al daño, el no cumplimiento de una obligación funcional
y que no se rompe el nexo causal o no existan causales de eximentes de responsabilidad.
Lo que nos lleva a pensar que en el caso del INVIMA al ser el encargado de la
fiscalización sanitaria de los medicamentos, incluidas las vacunas que se distribuyan a
nivel nacional, el juez administrativo entraría a revisar la situación fáctica, seguida de una
revisión del comportamiento del INVIMA en el que se estudie el cumplimiento de lo
previsto en el Decreto 677 de 1995 y demás normas sanitarias que se señalaron en el
capítulo anterior, para poder identificar el porcentaje en cual sea el actuar de esa entidad
la causa efectiva del daño y no que por ejemplo se determine por problemas en la
manipulación de la vacuna.
Así las cosas, para el estudio de responsabilidad se deberán tener en cuenta los
elementos ya mencionados en este texto, estos son, el daño antijurídico, la falla en la
prestación del servicio y el nexo causal entre los dos elementos anteriores.
En relación a la falla en la prestación del servicio, esta puede ser por la omisión,
el retardo, la irregularidad, la ineficiencia o la ausencia de la Administración, estos
elementos caracterizan lo que la doctrina ha definido, en lo que respecta al régimen
subjetivo de responsabilidad, como la necesidad de probar la culpa de la Administración,
dicha culpa entendida como el incumplimiento de los deberes legales que en este caso
corresponden al INVIMA.
67
De acuerdo con lo expuesto, para que se configure la responsabilidad del Estado
por la falla en el control sanitario de una vacuna se deben cumplir los presupuestos
mencionados. Entonces, se debe probar la afectación de la salud de la persona que
recibió el biológico cuyo uso fue aprobado directamente por el INVIMA, sin embargo, esta
afectación debe ser posterior a la vacuna, lo que quiere decir que antes de recibirla la
víctima se encontraba en un estado óptimo de salud o por lo menos no padecía la
afectación que reclama, adicional a esto, debe ser posible identificar a la persona
afectada, que esta no se encontrara realizando ningún acto ilícito y que no estuviera en
la obligación jurídica de soportar el daño.
Eximentes de responsabilidad
68
estudiarse una causal extraña como la fuerza mayor o el hecho exclusivo de la víctima o
de un tercero que en estos casos podría ser el funcionario de la salud que aplicó la
vacuna. No obstante, en lo referente al caso fortuito la misma jurisprudencia ha señalado
que no opera como causal eximente en los casos que se analicen bajo un régimen
objetivo <<toda vez que este hace parte del riesgo implícito de la cosa o actividad
peligrosa y, en tal virtud proviene de la estructura de la actividad de aquel y puede ser
desconocido o permanecer oculto y no constituye una verdadera causa extraña, con
virtualidad para suprimir la imputabilidad del daño>> Consejo de Estado (25 de enero de
2017) Rad. 36816 (C.P. Hernán Andrade Rincón).
Contrario a lo anterior, si se estudia la falla del servicio del INVIMA todas las
causales de eximentes de responsabilidad podrían ser analizadas, siempre y cuando la
fuerza mayor y el caso fortuito revistan un carácter imprevisible e irresistible (Saavedra
Becerra, 2018, p. 1284).
69
Conclusiones
Así las cosas, cuando una vacuna que ostenta el registro sanitario
correspondiente no cuenta con los requisitos técnicos o legales exigibles para preservar
la salud, la responsabilidad derivada de esta actuación debe enfocar su estudio en el
comportamiento del Estado, contrario a lo que se ha venido haciendo en relación con la
responsabilidad médica o el riesgo excepcional.
70
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05001-23-31-000-1999-03218-01(31182) (C.P. Ramiro Pazos Guerrero)
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