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El alentador informe que dio a Pablo sobre la «fe en Cristo Jesús» de los colosenses y
su «amor en el Espíritu» fortaleció al apóstol durante su primer encarcelamiento en
Roma. El que Pablo lo llame «mi compañero de prisiones por Cristo Jesús» (Filemón
23) podría referirse a un verdadero encarcelamiento de Epafras (aunque la alusión pu-
diera ser a un cautiverio «espiritual» y no «físico»).
CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN
SIERVO DE JESUCRISTO
No permitas que nadie te desprecie por ser joven. Al contrario, trata de ser un ejemplo
para los demás cristianos. Que cuando todos oigan tu modo de hablar, y vean cómo
vives, traten de ser puros como tú. Que todos imiten tu carácter amoroso y tu confianza en
Dios.
1 Timoteo 4: 12 TLA
INTRODUCCIÓN
¿Cuál debe ser la actitud de alguien que es guiado por un ministro joven?
Hay por lo menos cinco áreas de nuestra vida en las que el ministro debe ser ejemplo:
i.
la manera de hablar,
ii. la conducta,
iii. la caridad,
iv. la fe y
I.
irreprochable, alguien a quien no se le pueda acusar de nada malo.
II. marido de una sola mujer, debe tener una sola esposa.
I.
que gobierne bien su casa,
II. que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar
XIV. que no sea un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
No debe ser alguien con poco tiempo de haber creído en Jesucristo, pues puede volverse
orgulloso, y entonces recibirá el mismo castigo que Satanás.
XV. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga
en descrédito y en lazo del diablo.[3]
Adicional a esto hemos estado estudiando en estos meses anteriores y en este capítulo
cuatro los requisitos funcionales del ministerio. ¿Qué es lo que hace a alguien un buen
ministro de Jesucristo? Seguro que no es la popularidad ni la cantidad de gente que tiene en
su congregación.
Ejercítate para la piedad.[7]
5. LABORIOSO
Modelo, imagen, patrón. El ejemplo personal es la retórica más poderosa. Una vida piadosa.
Toda vida que carece de virtud espiritual realmente carece de impacto en los demás. Y no
me refiero con impacto a la apariencia o a la superficialidad, sino a la profundidad, a la
transformación.
Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará
con vosotros.[13]
Pues bien no sólo era Pablo, como él y con él había muchos buenos siervos de Jesucristo que
también eran ejemplo a los hermanos:
Lo que a Timoteo le faltaba en experiencia y edad tenía que ser contrarrestado con una vida
ejemplar. Timoteo tenía que ganarse ese respeto.
¿Qué edad tenía Timoteo? No lo sabemos a ciencia cierta, pero lo seguro era que Timoteo ya
no era un adolescente. Para los griegos un hombre se consideraba joven hasta los cuarenta
años. Así que podemos suponer que tenía menos de cuarenta años.
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.[19]
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al
diablo. No permitamos que la ira se convierta en pecado. Indignación tal que lleva a
palabras hostiles, malas palabras, paleas, eso debe estar erradicado de la vida del ministro.
El que robaba, no robe más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para
que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida
salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a
fin de dar gracia a los oyentes. No hay lugar en la vida del siervo del Señor para
chistes verdes, para vulgaridades. Eso no quiere decir que no nos podamos reír, claro que el
humor sano es necesario y útil.
Un hombre es lo que vive no lo que dice. Eso es lo que impactaba del ministerio de
Jesús: Cuando terminó Jesús estas palabras, la gente estaba admirada de su
doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.[21]
¿Y cómo enseñaban los escribas? Los maestros judíos de la época de Jesús decían pero no
hacían. Eso acaba con cualquier ministerio:
En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan
que guardéis, guardadlo y hacedlo; pero no hagáis conforme a sus obras, porque dicen,
pero no hacen. Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de
los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Antes bien, hacen todas sus
obras para ser vistos por los hombres, pues ensanchan sus filacterias y extienden los
flecos de sus mantos; aman los primeros asientos en las cenas, las primeras sillas en las
sinagogas, las salutaciones en las plazas y que los hombres los llamen: "Rabí, Rabí".
»Pero vosotros no pretendáis que os llamen "Rabí", porque uno es vuestro Maestro, el
Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra,
porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros, porque
uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros sea vuestro
siervo, porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
»Pero ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos
delante de los hombres, pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque devoráis las casas de las viudas,
y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.
»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis mar y tierra para hacer
un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.
»¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que decís: "Si alguien jura por el Templo, no es nada; pero
si alguien jura por el oro del Templo, es deudor". ¡Insensatos y ciegos!, porque ¿cuál es
mayor, el oro o el Templo que santifica al oro? También decís: "Si alguien jura por el
altar, no es nada; pero si alguien jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor". ¡Necios
y ciegos!, porque ¿cuál es mayor, la ofrenda o el altar que santifica la ofrenda? El que jura
por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él; y el que jura por el Templo, jura
por él y por el que lo habita; y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel
que está sentado en él.
»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque limpiáis lo de fuera del vaso y del
plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego!, limpia primero
lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera quede limpio.
»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque edificáis los sepulcros de los
profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: "Si hubiéramos vivido en los
días de nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en la sangre de los
profetas". Con esto dais testimonio contra vosotros mismos de que sois hijos de aquellos
que mataron a los profetas. ¡Vosotros, pues, colmad la medida de vuestros
padres! ¡Serpientes, generación de víboras!, ¿cómo escaparéis de la condenación del
infierno?[22]
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.[23]
Vivir sacrificadamente a favor del pueblo de Dios. De eso Pablo es ejemplo de amor:
porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia.
Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que
acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio
del evangelio de la gracia de Dios.[25]
Y yo, con el mayor placer, gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor
de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.[26]
Lo que se requiere de los administradores es que cada uno sea hallado fiel.[27]
La historia ha demostrado las tragedias que desencadenan las caídas de los líderes
cristianos en el área sexual.
Y es este aspecto todos somos propensos a caer, por eso hay que mantenerse firme. Así que
el que piensa estar firme, mire que no caiga.[30]
Dime con quien anda y te diré quién eres. Rodeémonos de gente de corazón puro que amen
al Señor.
CONCLUSIÓN
Debemos ser íntegros, vivir lo que predicamos. Solo así podemos ser realmente los siervos
que nuestro Dios desea que seamos.
Que lo que digamos compruebe lo que hacemos. Lo que hacemos habla más fuerte que lo
que decimos.
Debemos ser ejemplo en todos los aspectos de nuestra vida. Un hombre que no es un
ejemplo a los demás en estas áreas que hemos mencionado hoy debería no ocupar una
posición de liderazgo espiritual, porque no está cumpliendo con los estándares establecidos
por Dios mismo.
Quizás no seamos perfectos pero debemos procurar serlo y mantenernos en ese camino. Mis
ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; El que ande en el camino de
la perfección, éste me servirá.[32]
Estamos invitados a servir a nuestro Señor, pero no podemos hacerlo de cualquier manera,
por eso es necesaria la preparación. Como vamos camino hacia la perfección, vamos
buscando lo excelente, debemos entonces procurar ser excelentes siervos de Jesucristo.
Ya hemos recibido seis consejos que debemos ir incorporando en nuestra vida de servicio y
veremos que Dios nos lleva a cumplir su propósito en nuestra vida: