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INT.
Moisés fue conocido como un libertador, desde joven quiso figurar cuando
intento defender un israelita de la mano de un egipcio que lo maltrataba, le
tocó huir porque su asesinato se supo y peligraba su vida, 40 años después
reaparece moisés, más longevo pero con un carácter, tenía sensibilidad por
su pueblo, algo más que suficiente para Dios usarlo como instrumento y
libertar el pueblo.
Cuando Josué es llamado por Dios, ya había sido procesado y formado como
líder, aprendió de un buen referente como Moisés, y el pueblo veía en él una
gracia, en repetidas ocasiones le hacían saber que si Dios iba con él, ellos le
seguirían.
En la Biblia dice que los valientes son como “agudas saetas”. Las saetas son
como flechas, y cuando habla de agudas, hace referencia a una característica
especial en ellas. Esas flechas somos nosotros y nuestra característica en
particular es la valentía.
(Salmos 120:4)
Lecciones que podemos aprender con este versículo bíblico:
1. Podemos ser valientes ante el peligro porque sabemos que Dios está con
nosotros.
Hay una guerra y todos somos parte de ella. Es nuestra elección si nos
preparamos o no para enfrentarla. Queremos recibir bendiciones pero no las
peleamos. Dios espera que seamos como Josué y logremos derribar esos
muros que no nos dejan ver las cosas que Él ha preparado para nosotros.
Podemos ser como Josué y obedecer todos sus preceptos, podemos ser
conquistadores. Josué no dudo de Dios y puso su confianza completamente en
él. E hizo todo lo que Dios había designado, por lo que su recompensa fue
entrar a la tierra prometida.
Ser esforzados y valientes es una cualidad que nos diferencia de los demás
ejércitos. Los otros ejércitos pueden tener fuerza y valentía, pero nosotros
tenemos a Jehová de los ejércitos, que es más grande que cualquier cosa. Por
eso somos diferentes, nuestra fuerza viene de Dios, así que con él lo podemos
lograr todo (Efesios 6:10).
APLICACIÓN
¡Qué promesas más hermosas Dios le da a Josué! Si Josué ejerce valentía y
esfuerzo como Dios quiere, Dios promete acompañarlo y prosperar todo lo
que hace (Josué 1: 8-9). Las promesas del pacto son grandes, y no hay mayor
bendición que tener el favor de nuestro Dios.
Sin embargo, debemos entender bien esta promesa dentro del contexto
bíblico, porque muchas veces citamos estos versículos fuera de su contexto. Si
preguntamos: ¿Cumplió Josué las condiciones para recibir la promesa? Bueno,
fue un siervo muy fiel en casi todo, pero Josué también tuvo fallas – algunas
serias. Se le olvidó consultar a Dios en el caso de los Gabaonitas, por ejemplo
(ver capítulo 9), un error grave. Y si Josué no cumplió, ¿quién realmente ha
cumplido? Nosotros no hemos cumplido. Otros no cumplieron. Parece
esfumarse nuestras esperanzas de recibir las bendiciones de Dios.
La respuesta tiene que ver con la figura de Josué. Dios estaba eligiendo a Josué
como cabeza de su pueblo. Dios siempre se ha relacionado con su pueblo a
través de un individuo que representa a Dios ante el pueblo. Así Josué sería el
nuevo mediador, tal como Moisés había sido. Por eso él recibe este encargo
tan serio, y debía comunicar todo lo que Dios decía al pueblo.