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Afrontando Los Desastres. Guia de Interv
Afrontando Los Desastres. Guia de Interv
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CONTENIDO
Introducción y descripción 2
Capítulo I. Consecuencias del desastre para la salud mental 7
Una visión general de las consecuencias psicológicas del desastre 7
Las etapas de la respuesta psicológica al desastre 12
Impactos Comunitarios y Sociales de los Desastres 20
Capitulo II. Efectos del desastre sobre grupos específicos 24
Los Niños 25
Las Mujeres 27
Los Mayores 29
Los discapacitados 29
Los Refugiados 30
Trabajadores rescatistas y/o socorristas 32
Capítulo III. Evaluación del Impacto Psicológico de los Desastres 35
Capítulo IV. Principios de intervención después del desastre 42
Seguridad y seguridad material subyacen a la estabilidad emocional 42
Asumir que las respuestas emocionales al desastre son normales 43
Las interacciones deben coincidir con la fase del desastre 45
Integrar la Asistencia Psicosocial con el Programa Global de Rescate 49
Las intervenciones deben llevar la cultura del pueblo 51
Las intervenciones directas tienen una lógica subyacente 53
Los niños tienen necesidades especiales 56
Las mujeres tienen necesidades especiales 59
Los refugiados tienen necesidades especiales 61
Los Trabajadores Rescatistas y/o Socorristas tienen Necesidades Especiales 63
Capítulo V. Técnicas de Intervención Psicosocial 67
Intervención en Crisis 68
Desactivación 69
El debate sobre los incidentes críticos estresantes 71
Técnicas de reducción del estrés 76
Técnicas expresivas 79
Apéndices
Apéndice A: Instrumentos de evaluación 82
Apéndice B: Guiones de relajación 92
Apéndice C: Folletos y carteles 95
Apéndice D: Recursos adicional 102
1
INTRUDUCCIÓN Y PANORÁMICA GENERAL
En todo el mundo la gente conoce la destrucción producida por el clima, la devastación de
los desastres geológicos, el estrago producido por los accidentes industriales y de transporte.
Muchos también conocen la miseria del terrorismo, la violencia política crónica y la guerra.
Durante el último cuarto de siglo XX, más de 150 millones de personas al año han sido
seriamente afectadas por los desastres.
Los efectos físicos de un desastre suelen ser obvios. Decenas o cientos o miles de personas
pierden la vida. Los supervivientes sufren dolor y discapacidad. Los hogares, los lugares de
trabajo, el ganado y el equipo están dañados o destruidos. Los efectos emocionales a corto
plazo del desastre -miedo, ansiedad aguda, sentimientos de entumecimiento emocional y
dolor- también pueden ser obvios. Para muchas víctimas, estos efectos se desvanecen con
el tiempo. Pero para muchos otros, puede haber efectos emocionales a más largo plazo,
tanto evidentes como sutiles.
Algunos de los efectos emocionales son respuestas directas al trauma del desastre. Otros
efectos son respuestas a largo plazo, los interpersonales, sociales y económicos del desastre.
En cualquier caso, en ausencia de intervenciones bien diseñadas, hasta el 50 por ciento o
más de las víctimas de un desastre pueden desarrollar depresión duradera, ansiedad
generalizada, trastorno de estrés postraumático y otros trastornos emocionales. Aún más
que los efectos físicos de los desastres, los efectos emocionales causan sufrimiento
duradero, discapacidad y pérdida de ingresos.
No existe una receta única y universalmente aplicable para responder a los desastres. Los
desastres vienen en muchas formas. Algunos, como terremotos, huracanes y maremotos,
son naturales; otros, como guerras y ataques terroristas, son hechos por humanos. Algunos,
como una violación o un incendio en una casa, afectan inmediatamente sólo a una persona
o a una familia; otros, como una explosión de bomba o un tornado, pueden afectar a cientos
de personas o, como un terremoto o una guerra, pueden afectar a comunidades y naciones
enteras. Algunos, como los asaltos personales y la limpieza étnica, son infligidos
intencionalmente a sus víctimas; otros, como accidentes aéreos o industriales, aunque sean
el resultado de un error humano o tecnológico, no son intencionales. Los desastres pueden
ser de corta duración, aunque devastadores o, como ocurre con el hambre y la guerra,
pueden durar años.
Quizá la mayor fuente de variabilidad, tanto en los efectos del desastre como en las
respuestas más apropiadas, proviene de las diferencias entre los países y las culturas en las
que se produce un desastre. Hay dos componentes principales de esta variabilidad.
En primer lugar, el nivel y los patrones de desarrollo económico varían de un país a otro. Los
países ricos enfrentan desastres con una riqueza de recursos humanos y materiales, una
infraestructura de salud física y mental bien desarrollada, una planificación de emergencia
altamente estructurada y sistemas eficientes de transporte y comunicación. Si bien éstos no
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protegen contra los efectos directos de un desastre, facilitan en gran medida las respuestas
al desastre. Por el contrario, los países pobres carecen de estos recursos. (p.5)1
En segundo lugar, muchas de las características de los países más pobres hacen que su
población sea más vulnerable a los efectos de un desastre. La vivienda por abajo de
estándares es destruida más fácilmente por los fuertes vientos de huracanes y ciclones. Las
viviendas de los pobres, construidas en llanuras inundables y laderas inestables, son
especialmente vulnerables a las inundaciones. La deforestación desestabiliza laderas y
contribuye a la devastación por las inundaciones. La desnutrición crónica y el mal estado de
salud reducen la resistencia a las enfermedades infecciosas en los refugios y los
campamentos de refugiados. Las burocracias gubernamentales ineficientes, escasas de
personal y no preparadas manejan mal los esfuerzos de auxilio.
Por estas razones, aunque los desastres no son más propensos a golpear a los países pobres
que a los ricos, los países pobres del mundo comparten la abrumadora carga de las
consecuencias humanas del desastre. África y Europa tienen aproximadamente la misma
población total. Sin embargo, entre 1992 y 1996, en los países relativamente ricos de Europa,
un promedio de 2,352 personas murieron y 54,820 quedaron sin hogar por desastres cada
año. Durante el mismo período, en los países mucho más pobres de África, un promedio de
7,595 personas murieron y 555,858 se quedaron sin hogar cada año. En este manual, no
asumiremos que existen enormes recursos preexistentes. En la medida en que estén
disponibles, la tarea de respuesta se hace más simple y más fácil, pero muchos de los mismos
principios subyacentes de respuesta al desastre se aplican en todas partes del mundo.
Los desastres afectan no sólo a los individuos, sino que pueden desgarrar el tejido social en
comunidades más grandes, incluso en países enteros. Amenazan los vínculos que unen a las
personas entre sí y al sentido de comunidad. Debido a que tanto el desastre como las
respuestas al mismo afectan a diferentes estratos sociales de manera desigual, pueden
1
NOTA LOS NÚMERO EN ROJO CORRESPONDEN A LA NUMERACIÓN DEL TEXTO EN INGLÉS.
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exacerbar las tensiones sociales (o, al contrario, pueden temporalmente, al menos, atraer a
las comunidades).
Sería imposible e inapropiado dar sugerencias sobre cómo responder a cada posible
variación de las anteriores diferencias. La capacidad de involucrar a las comunidades en un
proceso de aprendizaje mutuo, permitirá que las personas definan sus propias necesidades
y respetar las creencias y tradiciones locales son tan esenciales como las habilidades
específicas de salud mental. Afortunadamente, los principios implicados en la planificación
de las intervenciones parecen aplicables ampliamente, con imaginación y sensibilidad, y
pueden adaptarse su uso en una amplia variedad de situaciones. (p.6)
Debido a que los desastres afectan a las comunidades y a las sociedades, porque afectan a
diferentes países y culturas de manera diferente, y porque muchos de los efectos
psicológicos del desastre son creados o afectados por los efectos sociales y económicos
directos del desastre, conceptualizaremos los efectos del desastre y las respuestas a los
mismos no como puramente psicológicos y no como puramente sociales/económicos, sino
como problemas psicosociales.
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Este manual esboza una variedad de intervenciones psicosociales dirigidas a ayudar a las
personas a sobrellevar los efectos emocionales de los desastres. Está destinado para ser
utilizado por trabajadores de salud mental (psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y
otros consejeros), por trabajadores de atención primaria (médicos, enfermeras y otros
proveedores comunitarios de salud), por personal socorrista, por maestros, y líderes
comunitarios, y por funcionarios gubernamentales y organizacionales interesados en las
respuestas a los desastres. Se pensó como una guía de campo o como la base para los
programas de entrenamiento breves o extendidos en cómo responder a los efectos
psicosociales de desastres.
El capítulo I del manual describe los efectos de los desastres en la salud mental, incluyendo
las diversas etapas de las respuestas a los desastres. El capítulo II se centra en las necesidades
particulares de varios grupos específicos de personas: niños, mujeres, discapacitados,
ancianos, trabajadores de rescate y socorristas, y aquellos que investigan desastres, como
periodistas y trabajadores de derechos humanos. En el capítulo III se examinan cuestiones
relacionadas con la evaluación de las respuestas y necesidades de las víctimas de desastres.
El capítulo IV se centra en los principios generales que subyacen a una amplia gama de
intervenciones psicosociales. En el capítulo V se describen varias técnicas específicas para
responder a los efectos de las catástrofes sobre la salud mental y que se han encontrado
útiles en una variedad de situaciones. Los Apéndices al final del manual incluyen una variedad
de materiales que pueden ser útiles e información sobre recursos adicionales.
Con el fin de mantener este manual en un tamaño manejable, se tuvieron que tomar una
serie de decisiones:
4
1. A lo largo del manual, se enfocan las intervenciones psicosociales a corto plazo
dirigidas a reducir la angustia, mejorar el funcionamiento adaptativo frente a las
demandas prácticas y emocionales creadas por el desastre y prevenir la discapacidad
a largo plazo. Las intervenciones descritas pueden llevarse a cabo no sólo por los
trabajadores de salud mental, sino también por una formación breve de maestros,
sacerdotes, trabajadores sociales, enfermeras y otros trabajadores de la salud. El
manual no aborda el tratamiento intensivo del trastorno de estrés postraumático
establecido, la depresión y otras consecuencias emocionales a largo plazo de los
desastres, lo que requiere una capacitación más amplia y/o una organización a largo
plazo de los servicios de salud mental.
Se podría argumentar que las medidas para prevenir desastres (por ejemplo, alerta
temprana de tormentas), medidas para disminuir los efectos del desastre (por
ejemplo, los códigos de construcción para disminuir la probabilidad de viviendas
serán destruidas) y el desarrollo económico sostenible son más eficaces (p.7) que las
intervenciones psicosociales con individuos o grupos como formas de reducir el
número de desastres. No tengo ningún argumento sobre esta posición. Sin embargo,
los desastres ocurren (incluso cuando se han producido medidas preventivas,
medidas de mitigación y desarrollo sostenible). Las víctimas del desastre, tanto en los
países ricos como en los pobres, no pueden ser ignoradas en nombre de lo que pudo
haber sido o debería haber sido.
2. El término "desastre" puede interpretarse muy ampliamente para incluir una amplia
variedad de incidentes. En un extremo están los eventos traumáticos individuales -
episodios únicos que afectan a una sola persona (por ejemplo, un asalto personal, un
accidente automovilístico). En el otro extremo están las calamidades masivas que
afectan a miles o incluso millones de personas durante un período de muchos años
(por ejemplo, el desastre nuclear de Chernobyl, el genocidio en Ruanda, el huracán
de 1999 y las inundaciones en Centroamérica y sus secuelas). Este manual se centra
más directamente en la parte media de esta gama, en lo que podría llamarse un
desastre "típico": desastres que afectan a algunas decenas de personas (por ejemplo,
un accidente de autobús que mata o hiere a decenas de personas, un número de
familias desamparadas) a través de eventos que son muy calamitosos, pero que
representan un solo episodio de desastre (por ejemplo, un terremoto que mató a
decenas de miles de personas, una explosión de una planta química que mata y ha
dañado a miles). Aunque las observaciones y técnicas de este manual se aplican más
directamente a este "nivel medio" de desastres, muchas de ellas pueden aplicarse,
con modificaciones, a los traumas individuales y a los prolongados y complejos
desastres humanos.
3. Dado que este manual pretende ser una guía práctica, se anexa una lista de recursos
adicionales en lugar de un conjunto completo de referencias. Estos contienen una
5
gran cantidad de información adicional, así como listas de referencia para cualquier
persona que desee revisar temas concretos a mayor profundidad.
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CAPÍTULO I
CONSECUENCIAS PSICOSOCIALES DEL DESASTRE:
UNA VISIÓN GENERAL DE LAS CONSECUENCIAS
PSICOLÓGICAS DEL DESASTRE
El jueves 5 de marzo de 1987, dos terremotos ocurrieron en Ecuador, a unos 85 kilómetros
de la ciudad capital, Quito. Las fuertes lluvias de las semanas anteriores habían suavizado el
suelo de la zona circundante y el terremoto causó enormes derrumbes en las laderas de las
montañas. Los escombros reprimieron los ríos, causando incendios y destruyendo aldeas a
lo largo de los bancos y contaminando el suministro de agua en toda la región. La carretera
principal que une la región con el resto del Ecuador, así como las carreteras secundarias
fueron destruidas. Los oleoductos que unen los principales yacimientos de petróleo del país
con los puertos se cerraron, reduciendo los ingresos petroleros del país en un 50%. Miles de
personas se quedaron sin trabajo, los ríos una fuente primaria de agua, transporte y
alimentos, y las tierras agrícolas, fuente de sustento para miles de personas, se volvieron
inutilizables. Más de 70,000 hogares, así como escuelas, hospitales y edificios públicos fueron
afectados. Mil personas murieron y otras cinco mil se quedaron sin hogar.
***
***
Cientos de ocupantes ilegales se ganan la vida recolectando el vertedero principal de las diez
mil toneladas de basura producidas cada día en Manila, Filipinas. El 17 de julio de 2000,
después de una semana de lluvias monzónicas, la enorme montaña de basura, de 15.2
metros de altura y más de 299,404 m2, se derrumbó. Aunque el peaje completo nunca se
sabe, por lo menos ochocientos de ellos murieron, sofocados hasta la muerte. La
complicación del esfuerzo de rescate fueron los humos venenosos emitidos por la basura
podrida y el hedor de los cuerpos en descomposición.2
2
Los breves relatos de los desastres de Ecuador y Bhopal se basan en los artículos de L.K. Confort y R.S. Murthy
en el International Journal of Mental Health de 1990. El relato del desastre de Manila es del New York Times,
18 de julio de 2000.
7
Imagínese a sí mismo y a su familia víctima de un desastre: un terremoto, un tornado, una
inundación, un accidente aéreo en su comunidad, la amenaza de fusión de una planta
nuclear cercana (p.10), un ataque terrorista. ¿Qué nos sucede cuando pasamos por un
desastre? ¿Qué sentimos y experimentamos bajo tales circunstancias? Casi al instante, en
respuesta a las vistas y los sonidos del evento en sí, nuestros corazones pulsan, nuestra boca
se seca, nuestros músculos tensos, nuestros nervios van en alerta, sentimos ansiedad
intensa, miedo o terror. Si ha habido poca o ninguna advertencia, es posible que no
comprendamos lo que nos está sucediendo. Choque, sensación de irrealidad y temor
dominan. Mucho después del evento, las imágenes, sonidos, olores y sentimientos del
evento persisten como imágenes indelebles en nuestros recuerdos.
A medida que el shock y el terror se disipan, aparecen efectos a más largo plazo. El desastre
desafía nuestras suposiciones y creencias básicas. La mayoría de nosotros, la mayoría de las
veces, creemos que nuestro mundo personal es predecible, benevolente y significativo.
Asumimos que podemos confiar en nosotros mismos y en otras personas y que podemos
hacer frente a la adversidad. El desastre destruye estas creencias. Nos damos cuenta de
nuestra vulnerabilidad. Nos sentimos desamparados y sin esperanza. Nos desesperamos de
nuestra incapacidad para tomar decisiones y actuar de maneras en las que esperaría nuestras
familias y nosotros mismos.
A raíz del desastre, nos lamentamos por la muerte de nuestros seres queridos y nos
maravillamos de nuestra propia supervivencia (y podemos sentirnos indignos o culpables por
haber sobrevivido). También nos afligimos por nuestra casa, por recuerdos personales
atesorados, por documentos perdidos, por barrios familiares perdidos. Si el desastre ha
perturbado las actividades tradicionales de subsistencia de nuestra comunidad o nuestra
comunidad misma, también podemos sentir sentimientos intensos de pérdida asociados con
nuestra identidad cultural y social. La pérdida de nuestro mundo personal, de un sentido de
seguridad, de la creencia en nosotros mismos, en la confiabilidad de los demás o incluso en
la benevolencia de Dios no son sólo pensamientos; provocan sentimientos profundos de
pérdida y dolor.
En los días y semanas posteriores al desastre, podemos experimentar una gran variedad de
trastornos emocionales. Para algunos, el dolor crónico, la depresión, la ansiedad o la culpa
dominan. Para otros, prevalecen las dificultades para controlar la ira, sospecha, irritabilidad
y hostilidad. Sin embargo, otros evitan o se retiran de las otras personas. Para muchos, el
sueño es perturbado por las pesadillas, las horas de vigilia por recuerdos en los que se sienten
como si el desastre estuviera sucediendo de nuevo. No pocos comienzan a abusar de drogas
o alcohol.
Puede haber variaciones culturales en los patrones precisos en los que aparecen los síntomas
relacionados con los desastres, pero informes de países tan diversos como China, Japón, Sri
Lanka, México, Colombia, Armenia, Rwanda, Sudáfrica, Filipinas, Fiji, Bosnia y Inglaterra,
Australia y Estados Unidos, entre otros, muestran que las respuestas emocionales al desastre
son muy similares en todas partes del mundo.
8
La traumatización secundaria: No son sólo aquellos que experimentan directamente el
desastre (las víctimas "primarias") quienes sienten sus efectos emocionales. Las "víctimas
secundarias" -las familias de los directamente afectados, espectadores y observadores, y los
trabajadores socorristas (tanto asalariados como voluntarios) que buscan rescatar a las
víctimas primarias también pueden experimentar serios efectos emocionales. Los
trabajadores médicos y de la salud mental y los funcionarios socorristas que posteriormente
trabajan con las víctimas primarias y secundarias están constantemente expuestos a los
(p.11) efectos físicos y emocionales del desastre sobre otros y pueden ser víctimas de
"traumatismos vicarios". Incluso aquellos que investigan, como los periodistas de desastres,
trabajadores de organizaciones de socorro que hacen evaluaciones de necesidades,
trabajadores de derechos humanos pueden estar traumatizados.
El "segundo desastre": La fuente primaria de trauma emocional es, por supuesto, el desastre
en sí. Pero las fuentes de la traumatización no terminan cuando el desastre ha finalizado (en
un sentido literal) y cuando las víctimas han sido rescatadas. Después del desastre viene "el
segundo desastre" - los efectos de la respuesta al desastre.
A medida que pasan las semanas y los meses, la ira ante la lentitud de la reconstrucción o la
corrupción que impide que los suministros de socorro lleguen a las víctimas puede aumentar
la angustia. En algunos casos, como Nicaragua después del terremoto de 1972 y México
después del terremoto de 1985, tal insatisfacción produjo disturbios políticos generalizados.
Efectos retrasados del desastre: Algunos efectos emocionales del desastre pueden no
aparecer hasta después de un retraso considerable. Para algunas víctimas, el alivio inicial de
haber sido rescatado y el optimismo inicial sobre las perspectivas de recuperación pueden
producir una "etapa de luna de miel". A lo largo de un período de meses o incluso años, esto
9
puede dar lugar a una comprensión de que las pérdidas personales y materiales son
irreversibles. Los seres queridos que murieron no regresarán. Las interrupciones en la familia
son permanentes. Los viejos trabajos no volverán a aparecer. Se ha producido una reducción
a largo plazo del nivel de vida. La depresión y la ansiedad pueden aparecer ahora por primera
vez en algunas víctimas y la tasa de suicidios puede aumentar.
Otras víctimas del desastre parecen inicialmente estar "haciéndolo bien". Sin embargo, esto
puede ser ilusorio. Para protegerse, pueden suprimir o inhibir el procesamiento del impacto
del desastre sobre ellos. Después de un retraso (considerable a veces), estímulos asociados
con el desastre pueden desencadenar recuerdos, echando material previamente suprimido
de nuevo en la conciencia. Como resultado, las respuestas psicológicas al desastre pueden
aparecer "repentinamente", meses o incluso años después. (p.12)
10
No todo el mundo está igualmente afectado por un desastre, y no todos los desastres son
igualmente devastadores en términos psicológicos. Varios factores pueden aumentar el
riesgo de consecuencias psicológicas adversas:
Cuanto más grave sea el desastre y más aterradoras o extremas las experiencias del
individuo, mayor será la probabilidad de efectos psicológicos generalizados y
duraderos. En casos extremos (por ejemplo, los campos de concentración nazi, el
genocidio ruandés, los "campos de muerte" camboyanos), prácticamente todos los
que están expuestos a los acontecimientos traumáticos sufren efectos duraderos.
Algunos tipos de desastres pueden ser más propensos a producir efectos adversos
que otros. En general, es probable que las consecuencias psicológicas de los
desastres infligidos intencionalmente por otros seres humanos (por ejemplo, asaltos,
ataques terroristas, guerras) sean mayores que las de los desastres que pueden haber
sido producidos por actividades humanas pero que no son intencionales (por
ejemplo, explosiones industriales). Éstos a su vez tienen una mayor probabilidad de
producir efectos adversos que desastres puramente naturales (por ejemplo,
huracanes, tornados). (p.13)
Las mujeres (especialmente las madres de niños pequeños), los niños de cinco a diez
años y las personas con antecedentes de enfermedad mental o ajuste social pobre
parecen ser más vulnerables que otros grupos. (Véase el capítulo II para una discusión
extensa del impacto del desastre sobre las mujeres, los niños y varios otros grupos
específicos). Aquellos con una experiencia personal previa de trauma, ya sea
individual (por ejemplo, violación) o colectivo (por ejemplo, terremoto, genocidio)
también suelen ser más vulnerables.
Además de los efectos "psicológicos" de los desastres, algunos de los efectos físicos
(por ejemplo, lesiones en la cabeza, quemaduras, lesiones por aplastamiento,
exposición a toxinas, dolor prolongado) pueden producir directamente, a través de
procesos fisiológicos, efectos psicológicos adversos como dificultad para
concentrarse, dificultades de memoria, depresión e inestabilidad emocional.
11
La "estigmatización" de las víctimas de un desastre dificulta la curación. Una situación
lamentablemente común en la que esto ocurre es cuando parte de la experiencia
traumatizante ha sido la violación. En muchas guerras modernas, la violación se ha
utilizado como arma de guerra. La violación es también un peligro importante para
las mujeres en los campamentos de refugiados. Las víctimas pueden ser incapaces de
decir a sus familias y amigos lo que sucedió, por miedo a ser culpado o incluso
castigado.
Cuanto más grave sea el desastre, menos importan las características de los
individuos. En catástrofes muy graves, prácticamente todos muestran respuestas
emocionales adversas. En los desastres relativamente leves, las diferencias en la
vulnerabilidad de diferentes individuos pueden ser de mayor importancia. (p.14)
La etapa de "rescate"
En las primeras horas o días después del desastre, la mayoría de las actividades de socorro
se centran en rescatar a las víctimas y tratar de estabilizar la situación. Las víctimas deben
alojarse, vestirse, recibir atención médica, proporcionar alimentos y agua. Durante la etapa
de rescate, pueden verse varios tipos de respuesta emocional. Las víctimas pueden cambiar
de un tipo de respuesta a otro o no mostrar una respuesta "típica" de cualquier respuesta
evidente en absoluto.
12
Aumento de la excitación: Las víctimas pueden experimentar intensos sentimientos
de miedo, acompañados de excitación fisiológica: palpitaciones del corazón, tensión
muscular, dolores musculares, trastornos gastrointestinales. Pueden ejercer una
actividad excesiva y expresar una variedad de miedos racionales o irracionales. Este
patrón de respuesta es probable que sea transitorio y puede ser seguido por (o
precedido por) entumecimiento psíquico (véase más arriba).
Ansiedad difusa: Las víctimas pueden mostrar signos difusos de ansiedad: una
respuesta de sobresalto exagerada, incapacidad para relajarse, incapacidad para
tomar decisiones. Pueden expresar sentimientos de abandono, ansiedad por la
separación de sus seres queridos, pérdida del sentido de seguridad y anhelo de alivio.
Conflictos sobre la nutrición: Las víctimas pueden depender de otros, y aun ser
suspicaces, y pueden sentir que nadie puede entender lo que les ha pasado. Algunas
víctimas pueden sentir la necesidad de distanciarse emocionalmente de los demás y
mantener un "labio superior rígido", pueden ser irritables frente a la simpatía. Otros
pueden sentir un fuerte deseo de estar con los demás en todo momento. (p.15)
13
Muchos de estos comportamientos tienen una calidad adaptativa. Los comportamientos de
la mayoría de los afectados por el desastre, aun cuando parezcan anormalmente intensos o
completamente desconocidos, deben ser entendidos como reacciones normales a
condiciones o eventos anormales o devastadores. Aseguran la supervivencia a corto plazo y
permiten que la víctima tome en la información en una tarifa controlable. Pero los síntomas
mismos pueden ser percibidos por las víctimas como socialmente inapropiados, como fuente
de vergüenza, culpa y fracaso, como evidencia de insuficiencia. Los cuidadores y los
trabajadores de rescate, a su vez, pueden responder con irritación o retirada de las víctimas.
La etapa "Inventario"
Una vez que la situación se ha estabilizado, la atención se convierte en soluciones a más largo
plazo. Los esfuerzos heroicos de rescate dan paso a formas burocratizadas de ayuda. Durante
el próximo año o dieciocho meses, la asistencia organizada desde el exterior disminuye
gradualmente y la realidad de sus pérdidas comienza en las víctimas.
En las primeras semanas después del desastre, las víctimas pueden pasar por una fase de
"luna de miel", caracterizada por el alivio de estar seguros y el optimismo sobre el futuro.
Pero en las próximas semanas deben hacer una evaluación más realista de las consecuencias
duraderas del desastre. La desilusión puede establecerse. Los efectos del "segundo desastre"
se hacen sentir.
Durante esta fase, aparece cualquiera de una amplia variedad de síntomas post-traumáticos.
Cualquiera de estos síntomas puede aparecer de forma aislada, pero con frecuencia las
víctimas muestran una serie de estos síntomas. Varios grupos distintos de síntomas son
comunes. Varios de estos -"trastorno de estrés postraumático", "trastorno de ansiedad
generalizada", "trastorno anormal", "depresión postraumática"- merecen especial atención.
Además, muchos patrones restringidos a culturas particulares pueden aparecer. (p.16)
Síntomas Post-traumáticos
dolor, luto, depresión, desesperación, desesperanza
ansiedad, nerviosismo, miedo fácil, preocupación
desorientación, confusión
rigidez y obsesividad, o vacilación y ambivalencia
sentimientos de impotencia y vulnerabilidad
dependencia, aferramiento; o, alternativamente, retiro social
sospecha, hipervigilancia, miedo al daño, paranoia
trastornos del sueño: insomnio, malos sueños, pesadillas
irritabilidad, hostilidad, enojo
mal humor, explosiones repentinas de emoción, inquietud
dificultades para concentrarse; pérdida de memoria
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quejas somáticas: dolores de cabeza, síntomas gastrointestinales, sudoración y
escalofríos, temblores, fatiga, pérdida del cabello, cambios en el ciclo menstrual,
pérdida del deseo sexual, cambios en la audición o la visión, dolor muscular difuso
pensamientos intrusivos: flashbacks, sentir uno está” reviviendo" la experiencia, a
menudo acompañada de ansiedad
evitación de pensamientos sobre el desastre y evitación de lugares, imágenes,
sonidos que recuerdan a la víctima del desastre; evitar discusiones al respecto
problemas en el funcionamiento interpersonal; aumento del conflicto marital
aumento del consumo de drogas y alcohol
quejas cognitivas: dificultad para concentrarse, recordar; lentitud de pensamiento;
dificultad para tomar decisiones y planificación
sentirse aislado, abandonado
Experiencias "disociativas": sentimientos de estar separados de su propio cuerpo o
de sus experiencias, como si no estuvieran sucediendo a usted; sentir que las cosas
parecen "irreal", sentirse como si uno estuviera "viviendo en un sueño"
sentimientos de ineficacia, vergüenza, desesperación
comportamiento autodestructivo e impulsivo
Ideación o intentos suicidas
la "impresión de la muerte": pre-ocupación con imágenes de muerte
Trastorno de estrés postraumático: Los síntomas característicos del trastorno por estrés
postraumático incluyen:
15
c) Síntomas persistentes de aumento de la excitación: dificultad para descanzar o
permanecer dormido; irritabilidad o arrebatos de ira; dificultad para concentrarse;
hipervigilancia; respuesta de sobresalto exagerada.
Este conjunto general de síntomas ha sido reportado en todas partes del mundo. En las
partes menos industrializadas del mundo y entre las personas que provienen de estas áreas,
se ha informado que los síntomas de evitación y adormecimiento son menos comunes y
disociativos y estados como de trance, en los que los componentes del evento son revividos
y la persona se comporta como si experimentara los acontecimientos en ese momento,
pueden ser más comunes.
(c) La ansiedad y la preocupación están asociadas con síntomas tales como inquietud o
sensación al borde; sintiéndose fácilmente fatigado; dificultad para concentrarse o
con la mente en blanco; irritabilidad; tensión muscular; y dificultad para conciliar el
sueño o para quedarse dormido.
Aunque las personas con trastorno de ansiedad generalizada no siempre identifican sus
preocupaciones como "excesivas", ellas reportan una angustia subjetiva debido a su
constante preocupación y pueden afectarlas en áreas sociales, ocupacionales, maritales u
otras áreas. Síntomas somáticos (por ejemplo, manos frías y húmedas, boca seca, náuseas o
diarrea, frecuencia urinaria) y síntomas depresivos también están comúnmente presentes.
Hay una variación cultural considerable en cómo se expresa la ansiedad. En algunas culturas,
se puede expresar más a través de síntomas somáticos, en otros a través de los síntomas
cognitivos (p.18). Los niños pueden revelar sus ansiedades a través de la preocupación acerca
de su competencia (por ejemplo, en la escuela), las preocupaciones excesivas sobre la
puntualidad, el exceso de celo en la búsqueda de aprobación, y un conformismo, estilo
personal perfeccionista.
16
Llega un período de duelo, mientras revisamos nuestros recuerdos del ser querido perdido,
y luego vamos soltando poco a poco los lazos psicológicos y nos liberamos para la vida sin la
persona desaparecida. Todas las culturas tienen rituales que, por mucho que varíen, parecen
destinados a facilitar este proceso.
Sin embargo, el trauma puede interferir con la capacidad de pasar por este proceso
normalmente. Las propias lesiones de la víctima, la pérdida de los apoyos sociales y las
comunidades familiares, la culpa del sobreviviente y el propio trauma psicológico de la
víctima pueden interferir tanto con los rituales esperados como con los procesos internos de
duelo. Las memorias del difunto pueden desencadenar los propios recuerdos de la víctima
del desastre. La rememorización post-traumática puede bloquear a la víctima de confrontar
los recuerdos y pensamientos que son centrales para el duelo. El entumecimiento
postraumático puede interferir con la participación de la víctima en las interacciones sociales
de apoyo.
También puede haber otros obstáculos prácticos para decir adiós. Por ejemplo, los procesos
legales pueden retrasar los procedimientos funerarios, o las preocupaciones de los dolientes
al ver el cuerpo del fallecido debido a lesiones que puede haber sufrido en el desastre, o bien
pueden llevar a los desamparados no tener la oportunidad de ver el cuerpo. La mayoría de
los estudios han indicado que no ver el cuerpo del difunto puede contribuir a un duelo
anormal y que ver el cuerpo, incluso cuando está desfigurado, no es inherentemente
perjudicial. Pocas víctimas que se les ha permitido ver los restos y han aceptado la oferta
lamentan hacerlo.
(b) Dolores distorsionados: El afligido muestra intensa ira y hostilidad que dominan sobre
su tristeza y culpabilidad. Este enojo puede ser dirigido a cualquier persona afligida,
asociado con la muerte del difunto (por ejemplo, los trabajadores socorristas).
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(c) Pena crónica: Los sentimientos de tristeza y pérdida no se disipan. Llanto frecuente,
preocupación con la pérdida son incesantes.
Los Desórdenes en Culturas específicas: Los límites entre ansiedad, depresión, disociación y
trastornos emocionales que tienen síntomas predominantemente somáticos son muy
porosos. Las víctimas a menudo tienen síntomas que atraviesan estas categorías. En muchas
sociedades y grupos culturales, los patrones tradicionales de expresión de la angustia
emocional toman la forma de combinaciones de síntomas que no tienen un equivalente
exacto en las categorías internacionales estándar de enfermedad mental. El término
intermedio respuesta al desastre puede tomar la forma de uno de estos "trastornos
específicos de la cultura". Estos pueden incluir, por ejemplo, susto y (p.20) ataques de nervios
18
(América Latina y el Caribe), amok Pacífico), dhat (India), latah (Sudeste Asiático y Pacífico
Sur) y khoucheraug (Camboya).3
En muchas partes del mundo, el lenguaje convencional para expresar la emoción puede ser
somático (por ejemplo, fatiga crónica, dolores específicos y generalizados, trastornos
gastrointestinales, sentimientos de calor) o temores de enfermedad somática (por ejemplo,
hipocondría, miedos de infección). En algunos grupos culturales, la angustia de un desastre
también puede tomar la forma de un "desorden de trance". Un "trance" es una alteración
temporal, marcada en el estado de conciencia o una pérdida del sentido habitual de la
identidad personal, asociado con ya sea comportamientos estereotipados o movimientos
que se experimentan como más allá del control de uno, o por un estrechamiento de la
conciencia de su entorno inmediato.
La Etapa de “Reconstrucción”
Un año o más después del desastre, el enfoque cambia de nuevo. Puede haber surgido un
nuevo patrón estable de vida. En cualquier caso, la distinción entre el socorro en casos de
desastre y el patrón más amplio de desarrollo social y económico nacional comienza a
disminuir y, eventualmente, desaparece.
Durante esta fase, aunque muchas víctimas pueden haberse recuperado por sí mismas, un
número sustancial continúa mostrando síntomas similares a los de la etapa anterior
("inventario"). Un número significativo que antes no era sintomático ahora puede exhibir
síntomas serios de la ansiedad y de la depresión, cuando se hace evidente la realidad y la
permanencia de sus pérdidas. El riesgo de suicidio en realidad puede aumentar en este
momento. Otros síntomas característicos tardíos incluyen fatiga crónica, síntomas
gastrointestinales crónicos, incapacidad para trabajar, pérdida de interés en las actividades
diarias y dificultad para pensar con claridad.
3
El susto es frecuente entre algunos latinos en los Estados Unidos y entre la gente en México, América Central
y América del Sur. Los síntomas típicos incluyen trastornos del apetito, sueño inadecuado o excesivo, sueño o
sueños con problemas, sentimientos de tristeza, falta de motivación, sentimientos de baja autoestima y
síntomas somáticos. Ataques de nervios es reconocido entre muchos Latinos latinoamericanos,
latinoamericanos y caribeños. Los síntomas comúnmente reportados incluyen gritos incontrolables, ataques de
llanto, temblores, calor en el pecho que se eleva en la cabeza, agresión verbal y física, sensación de estar fuera
de control y a veces experiencias disociativas, episodios de desvanecimiento y gestos suicidas . Amok es
reconocido en Malasia y, bajo diferentes nombres, en Filipinas, Puerto Rico y otros lugares. Se describe como
un episodio disociativo caracterizado por un período de incubación seguido por un arrebato de
comportamiento violento, agresivo o homicida dirigido a personas y objetos, que termina con agotamiento.
Dhat es un término usado en la India para describir un síndrome de ansiedad severa, dolores de cabeza y
cuerpo, pérdida de apetito, preocupaciones hipocondríacas asociadas con la descarga de semen y sentimientos
de debilidad y agotamiento. Latah, que se encuentra bajo varios nombres en el Pacífico Sur y el Sudeste Asiático,
implica hipersensibilidad al susto repentino, a menudo con una repetición aparentemente sin sentido y
automática de las palabras o acciones de los demás y un comportamiento disociativo o de trance. Khoucheraug,
encontrado en Camboya, incluye la preocupación excesiva y la rumia sobre los acontecimientos pasados.
19
traumáticos relativamente circunscritos. Varios estudios sugieren que pueden aparecer
síndromes más complejos en los supervivientes de un trauma prolongado, repetido e
intenso, como los que han sido retenidos (p.21) rehenes que han sido torturados o expuestos
repetidamente a abusos físicos o sexuales crónicos personales, que han sido internados en
un campo de concentración o que han vivido durante meses o años en una sociedad en
estado crónico de guerra civil.
Otras víctimas de traumas prolongados o repetidos y severos han sido descritas como
exhibiendo "trastorno de estrés postraumático complejo". Los síntomas de "trastorno de
estrés postraumático complejo" incluyen:
dificultades para regular el afecto (por ejemplo, depresión persistente, preocupación
suicida, auto-lesión, ira explosiva)
alternancias en la autopercepción (por ejemplo, vergüenza, culpa, sensación de
contaminación, una sensación de diferencia con los demás o desamparo)
alteraciones de la conciencia (por ejemplo, amnesia, estados disociativos transitorios,
pensamientos intrusivos, preocupaciones recurrentes)
dificultades en las relaciones con otros (por ejemplo, aislamiento, interrupción en las
relaciones íntimas, desconfianza persistente)
interrupciones en los sistemas de significado (por ejemplo, pérdida de la fe, sensación
de desesperanza y desesperación)
alteraciones en las percepciones del autor de las atrocidades (por ejemplo, una
preocupación por la venganza, atribuciones irrealistas del poder total al perpetrador
o, paradójicamente, gratitud hacia el perpetrador)
20
Incluso cuando se mantiene la estructura formal de una comunidad, el desastre puede
interrumpir los vínculos que unen a las personas, familias, barrios, grupos de trabajo y
sociedades enteras. Cuando esos lazos se destruyen, los individuos que componen los grupos
afectados pierden amigos, vecinos, una comunidad, una identidad social. Estos efectos
colectivos del desastre (p.22) pueden llegar a ser tan devastadores como los efectos
individuales. Las consecuencias del desastre para las familias, barrios, comunidades y
sociedades son muchas.
La dinámica familiar puede verse alterada. Las muertes o discapacidades producidas por
desastres, las separaciones familiares y la dependencia de los donantes de ayuda pueden
socavar la autoridad de los sostenes de familia tradicionales, suplantar las actividades
tradicionales en el hogar y forzar a la gente a abandonar sus roles tradicionales aceptar
nuevos. Los síntomas de los miembros individuales de la familia afectan sus interacciones
con otros miembros de la familia. La penetración íntima de una comunidad por parte de
personas ajenas puede alterar o desafiar las prácticas tradicionales de crianza de los hijos y
los patrones tradicionales de las relaciones hombre-mujer. A raíz del desastre, el conflicto
marital y la angustia suben; los aumentos en la tasa de divorcio pueden ocurrir, en los meses
siguientes a los desastres. Los conflictos entre padres también aumentan. Se han reportado
aumentos en la violencia intrafamiliar (abuso infantil, abuso del cónyuge).
Los desastres perturban la capacidad de las comunidades de llevar a cabo sus actividades
consuetudinarias o tradicionales, centradas en la identidad individual, comunitaria y social
de las personas, desde actividades laborales y recreativas hasta sus rituales habituales.
Algunas de estas interrupciones son temporales, pero otras son difíciles de revertir. Por
ejemplo, una inundación puede dañar permanentemente la tierra de la granja, induciendo
un regreso a la agricultura tradicional insostenible, o un derrame de petróleo fuera de la
costa puede alterar permanentemente los caladeros tradicionales. Con las personas forzadas
a alejarse de sus hogares y tierras por periodos más cortos o más largos y con los registros
personales y comunitarios perdidos debido a un desastre, aparecen las oportunidades para
el saqueo. Esto puede limitarse a posesiones personales o puede conducir a la pérdida
permanente de herramientas, animales y tierras. La comunidad cuyos miembros ya no
pueden cultivar sus tierras tradicionales, realizar actividades artesanales de producción
artesanal, cazar o pescar de manera tradicional se interrumpe y su sentido de identidad se
ve amenazado.
21
Los desastres imponen una presión sobre los roles sociales tradicionales de la comunidad,
los patrones de estatus social y el liderazgo. La policía, las agencias de vivienda locales y los
centros de salud locales están abrumados y se enfrentan a una nueva tarea de integrar su
trabajo con el voluntariado, a menudo de fuera de la comunidad. Puede haber enojo por las
desigualdades en la distribución de la ayuda después del desastre. Estas desigualdades
pueden exacerbar la brecha entre ricos y pobres. Las agencias de ayuda externas pueden
amenazar las funciones tradicionales de las agencias e instituciones locales. Los expertos
externos pueden representar una amenaza para los profesionales locales. A raíz del desastre,
pueden surgir nuevos líderes en una comunidad, debido al papel de estas personas en la
respuesta al desastre. Pueden aparecer conflictos entre estos nuevos líderes y los líderes
comunitarios tradicionales. (p.23)
La ayuda externa puede ser necesaria a raíz de un desastre, pero también puede promover
un sentido de dependencia de la comunidad. En la medida en que las necesidades de la vida
se suministran desde el exterior, se reducen los incentivos para reanudar las actividades
laborales tradicionales. Esto no es sólo una cuestión de "dependencia" psicológica. La
provisión de alimentos y otros suministros pueden competir con la producción local,
interrumpir los precios y salarios tradicionales y dañar los intentos de recrear los antiguos
patrones productivos. Sumado a esto, el desastre en sí mismo puede haber destruido las
herramientas, talleres, animales u otras necesidades de producción.
Los cismas pueden aparecer en una comunidad, ya que la cohesión se pierde. Un peligro es
el de un chivo expiatorio, ya sea de individuos o usando divisiones tradicionales en la
comunidad (por ejemplo, siguiendo líneas religiosas o étnicas).
En las comunidades con una historia de desastre pasado, ya sea causada naturalmente o por
el hombre, el trauma producido por un nuevo desastre puede volver a despertar viejos
sentimientos. Las memorias de genocidio, guerra civil, opresión social, división racial o étnica
y los sentimientos que producen, y los sentimientos de marginación y desamparo pueden
ser exacerbados.
En algunas comunidades que han tenido que lidiar con desastres naturales repetidos como
inundaciones, sobre una base más o menos regular, el desastre y la respuesta a él pueden
ser integrados en los rituales y sistemas de creencias comunitarios, así como en la estructura
comunitaria y la gente lo puede atribuir a los desastres. Las comunidades pueden tener
rituales tradicionales para tratar con los efectos del desastre. No sólo el desastre, sino la
intervención externa pueden interferir con estos rituales tradicionales, respuestas y
atribuciones de significado y puede ser experimentado como una bendición ambigua o
incluso como una fuente de estrés adicional.
22
Los desastres tienen impactos en individuos, familias y comunidades. Estos no son efectos
distintos, separables. Los efectos devastadores del desastre sobre las personas que
conforman una familia o una comunidad juegan un papel importante en la creación de los
efectos familiares y comunitarios. Aún más importante, los sistemas de apoyo social
desempeñan un papel extremadamente importante para proteger a las personas del
impacto del desastre y del impacto del estrés en general. La disrupción social reduce e
interfiere con los efectos curativos de la familia y de la comunidad y es, por sí misma, una
enorme fuente de estrés entre los individuos que conforman la familia o la comunidad. La
interrupción de la familia o de la comunidad puede ser más devastadora desde el punto de
vista psicológico, tanto a corto plazo como a largo plazo, que el desastre propiamente dicho.
(p.24)
23
CAPÍTULO II
EFECTOS DEL DESASTRE SOBRE GRUPOS ESPECÍFICOS
Los desastres no afectan a todos de la misma manera. A nivel individual, algunos pueden
experimentar un desastre con pocas o ninguna consecuencia psicológica, mientras que otros
pasarán por el mismo desastre y estarán emocionalmente devastados. Más allá de la
variación individual, ciertas categorías de personas son especialmente vulnerables de
maneras específicas.
Las respuestas de las personas a las emergencias se sustentan en sus relaciones continuas
con su comunidad. Las diferencias en el poder o el acceso al poder y los diferentes factores
de estrés previos al desastre y los roles sociales anteriores al mismo afectan el modo en que
las personas experimentan un desastre. En general, los que tienen menos poder y recursos
están más expuestos a los efectos adversos del desastre y sus consecuencias, y tienen más
dificultades para recuperarse del mismo. Los altos niveles de estrés, la falta de recursos, de
información, de acceso al poder, de acceso al transporte, de habilidades comercializables,
de alfabetización y el desastre, hacen que todo se pierda.
Por ejemplo, los cambios estructurales en la economía mundial han afectado negativamente
a las mujeres en muchas sociedades, reduciendo su nivel de vida, socavando su seguridad
doméstica e intensificando su carga de trabajo remunerado y/o no remunerado. Para los
campesinos empobrecidos y desarraigados, la urbanización puede significar una vivienda
menos importante, la reubicación a lugares más peligrosos para el medio ambiente (por
ejemplo, llanuras inundables, laderas propensas a derrumbe) y la exposición a materiales
tóxicos. Las tensiones étnicas, manejables antes de un desastre, pueden convertirse en la
fuente de chivos expiatorios y agudos conflictos étnicos tras el desastre. En la medida en que
la desigualdad en el impacto del desastre está enraizada en los dilemas no resueltos del
desarrollo político, económico y social global, las cuestiones de justicia social y desarrollo
sostenible pueden entenderse como cuestiones de preparación y respuesta a desastres.
En este capítulo, nos enfocamos en asuntos prácticos específicos de cada uno de los grupos
-sus necesidades de atención de la salud, derechos legales, problemas de compensación,
empleo y asuntos de autoempleo y similares, así como problemas psicológicos. Esta
discusión no debe entenderse de una manera demasiado rígida. No todo el mundo en una
categoría dada tiene las experiencias descritas, y un individuo puede caer en más de un grupo
(por ejemplo, ser mujer y de edad mayor). Su objetivo es alertar al lector sobre algunas
cuestiones que pueden aplicarse. Los objetivos, la experiencia y las necesidades deben
evaluarse individualmente.
24
LOS NIÑOS
Hay dos mitos que son barreras potenciales para reconocer las respuestas de los niños al
desastre y que deben rechazarse: (1) que los niños son innatamente resilientes y se
recuperarán rápidamente, incluso de un trauma severo; y (2) que los niños, especialmente los
más pequeños, no se ven afectados por el desastre a menos que sean molestados por las
respuestas de sus padres. Ambas creencias son falsas. Una gran cantidad de evidencia indica
que los niños experimentan los efectos del desastre doblemente. Incluso los niños muy
pequeños se ven directamente afectados por experiencias de muerte, destrucción, terror,
asalto físico personal y por la experiencia de la ausencia o impotencia de sus padres. También
son indirectamente afectados por la identificación con los efectos del desastre sobre sus
padres y otros adultos de confianza (como los maestros) y por las reacciones de sus padres
ante el desastre.
Otra barrera para reconocer las respuestas de los niños al desastre es la tendencia de los
padres a malinterpretar las reacciones de sus hijos. A los padres que ya están bajo estrés, el
retiro, la regresión o la mala conducta de un niño pueden ser entendidos como voluntariosos.
O bien, los padres no quieren que se les recuerde su propio trauma o, buscando algunas
pequeñas evidencias de que su vida está nuevamente bajo control, pueden tener la
necesidad de creer que "todo está bien". En cualquier caso, pueden ignorar o negar la
evidencia de la angustia de sus hijos. El niño, a su vez, puede sentirse ignorado, no
reconocido, no cuidado. Esto puede tener consecuencias a largo plazo para el desarrollo del
niño. En el corto plazo, sintiéndose inseguro, el niño puede inhibir la expresión de sus propios
sentimientos, que él o ella siente angustia, y alejar a los padres aún más.
Entre los niños en edad preescolar (1-5 años), los síntomas de ansiedad pueden aparecer en
forma generalizada como temores sobre la separación, temores a los extraños, temores a los
"monstruos" o animales, o trastornos del sueño. El niño también puede evitar situaciones o
ambientes específicos, que pueden o no tener vínculos evidentes con el desastre. El niño
puede aparecer preocupado con palabras o símbolos que pueden o no estar asociados con
el desastre de manera obvia, o pueden participar en el juego compulsivamente repetitivo
que representa parte de la experiencia del desastre. El niño puede mostrar una expresión
limitada de emoción o puede aparecer un patrón de juego constrictor. Él o ella pueden
aislarse socialmente o puede perder las habilidades de desarrollo adquiridas previamente
(por ejemplo, el entrenamiento de la toilette).
25
Los niños mayores (de 6 a 11 años de edad) pueden participar en juegos repetitivos en los
que el niño reencuentre partes del desastre o repitiendo la historia del desastre. El niño
puede expresar (abierta o sutilmente) preocupaciones acerca de la seguridad y por el peligro.
Pueden aparecer alteraciones del sueño, irritabilidad, o comportamiento agresivo y
estallidos de enojo. El niño puede prestar mucha atención a las preocupaciones de sus padres
o parecen preocuparse excesivamente por los familiares y amigos. La evasión escolar
(posiblemente en forma de síntomas somáticos) puede aparecer. El niño puede mostrar
ansiedad de separación de sus cuidadores primarios, explicaciones "mágicas" para llenar
vacíos de comprensión y otros comportamientos característicos de niños mucho más
pequeños. Pueden aparecer otros cambios en el comportamiento, el estado de ánimo y la
personalidad, la ansiedad y el temor evidentes, el aislamiento, la pérdida de interés en las
actividades y el comportamiento "espacial" o distraído.
A medida que los niños se acercan a la adolescencia, sus respuestas se vuelven cada vez más
como las de los adultos. Los niveles más altos de comportamientos agresivos, el desafío de
los padres, la delincuencia, (p.26) el abuso de sustancias y las conductas de riesgo pueden
ser evidentes. El rendimiento escolar puede disminuir. Se pueden expresar deseos de
venganza. Es especialmente improbable que los adolescentes busquen asesoramiento.
Los niños de todas las edades están fuertemente afectados por las respuestas de sus padres
u otros cuidadores al desastre. Los niños son especialmente vulnerables a sentirse
abandonados cuando están separados o pierden a sus padres. "Proteger" a los niños
enviándolos lejos de la escena del desastre, separándolos de sus seres queridos, añade el
trauma de la separación al trauma del desastre.
26
pérdida de un sentido de individualidad e identidad
pérdida de un sentido de expectativas razonables con respecto a las interacciones
interpersonales
pérdida de un sentido realista de cuándo él o ella es vulnerable o en peligro
sentimientos de vergüenza
reproducción de rituales de aspectos del desastre en juego o dibujo o narración de
cuentos.
En parte, esto puede entenderse como un intento de dominio. Los dibujos pueden tener
imágenes de trauma y extrañas expresiones de imágenes inconscientes, con muchas
elaboraciones y repeticiones.
Reconstituciones cinestésicas (corporales) de aspectos del desastre; gestos
repetitivos o respuestas al estrés que representan a los del desastre
Formación de presagio: el niño llega a creer que ciertos "signos" anteriores al
desastre eran advertencias y que él o ella debe estar alerta para futuros signos de
desastre
Regresión: orinarse en la cama, suciedad, aferramiento, aumento de la ansiedad de
separación.
Trastorno de estrés postraumático: síndromes muy similares a los de los adultos,
aunque posiblemente con menos amnesia, evitación y entumecimiento evidentes.
(p.27)
Para un adulto, aunque los efectos del desastre pueden ser profundos y duraderos, tienen
lugar en una personalidad ya formada. Para los niños, los efectos se magnifican por el hecho
de que la personalidad del niño se está desarrollando. El niño tiene que construir su identidad
dentro del marco del daño psicológico causado por el desastre. Cuando los síntomas
producidos por el desastre no son tratados o cuando el desastre está en curso, ya sea por la
destrucción producida (por ejemplo, por un terremoto) o porque la fuente del trauma es
crónica (por ejemplo, la guerra o la reubicación a un campo de refugiados), las consecuencias
son aún más graves. El niño crece con el miedo y la ansiedad, con la experiencia de la
destrucción o la crueldad o la violencia, con separaciones del hogar y la familia. La infancia
misma, con su juego normal, amor y afecto, se pierde. Las respuestas a más largo plazo de
los niños que han estado traumatizados crónicamente pueden incluir una desensibilización
defensiva. Parecen fríos, insensibles, carentes de emoción en la vida cotidiana. La violencia
puede llegar a ser considerada como la norma, legítima. Se pierde el sentido de un futuro
significativo.
LAS MUJERES
Los roles y experiencias de las mujeres crean una vulnerabilidad especial ante el desastre. En
los países más pobres, las mujeres son más propensas a morir en los desastres que los
hombres. En los países más ricos, también, las mujeres a menudo muestran tasas más altas
de angustia-depresión psicológicos post-desastre: TEPT y ansiedad. Varios aspectos de la
experiencia de las mujeres en el desastre pueden contribuir a estos resultados:
27
A las mujeres se les asigna a menudo el papel de cuidadoras familiares. Como tal, deben
permanecer con y ayudar a otros miembros de la familia. Esto puede afectar su disposición
a abandonar sus hogares cuando un desastre (como una tormenta) amenaza. Si bien su
propio umbral de abandono en realidad puede ser inferior al de los hombres, su voluntad
real para continuar puede depender de su capacidad para salir con sus hijos.
Las mujeres pueden estar más aisladas y en su hogar, debido a sus roles y ocupaciones
tradicionales. Como resultado, pueden tener menos acceso a la información (tanto antes de
un desastre como después). También pueden ser más vulnerables a los efectos físicos de un
desastre en su propia casa, tanto con respecto a su seguridad física como a la integridad de
sus áreas de trabajo.
Después de un desastre, las mujeres pueden enfrentar otra amenaza: la violencia. Esta
amenaza puede tomar varias formas. Dentro de la familia inmediata, el desastre puede llevar
inicialmente a todos los miembros de la familia a unirse en sus esfuerzos para hacer frente a
la crisis. Sin embargo, en el curso de semanas o meses, la tensión continua puede ser divisiva.
A medida que aumenta el estrés familiar, las mujeres pueden estar más expuestas al abuso
físico o emocional de su cónyuge. Otras mujeres, que previamente han huido de su
matrimonio para evitar golpizas, pueden volver a exponerse inadvertidamente a sus
abusadores (por ejemplo, en los refugios). Las mujeres también pueden estar expuestas a
violaciones y otras formas de violencia en refugios o campamentos de refugiados. En
situaciones de guerra, las mujeres y las niñas pueden ser objeto de ataques específicos.
Después del desastre, las mujeres a menudo reciben menos apoyo. Su esposo, como
"cabeza" de la familia, a menudo se convierte en el conducto para la ayuda a la familia, que
puede o no (p.28) ser compartida equitativamente dentro de la misma. En algunos casos de
escasez de alimentos, a las mujeres se les ha dado la prioridad más baja para obtener una
porción de lo que hay disponible. La discriminación con respecto a la comida y la atención
médica en los refugios también ha sido un problema en algunos casos. Las instalaciones de
atención de la salud en refugios y campamentos de refugiados a menudo no satisfacen las
necesidades de las mujeres con respecto a la salud reproductiva y, también reciben una baja
prioridad en el alivio de otras fuentes de presión.
A raíz del desastre, las mujeres que se han quedado viudas pueden tener más dificultades
para volver a casarse que los hombres. Sin habilidades que son vendibles en el mercado de
trabajo remunerado, pueden quedar desamparadas. Alternativamente, los maridos pueden
abandonar la comunidad de desastres, buscando trabajo remunerado en otro lugar, dejando
a sus esposas más dependientes de la ayuda externa y más aislada.
La experiencia de las mujeres en el desastre, hay que enfatizarlo, también puede crear
oportunidades para ellas. Las mujeres pueden tener mejores redes sociales y, por tanto, más
apoyo social que los hombres. Pueden surgir como líderes de organizaciones de base.
Pueden utilizar ayuda del desastre para desarrollar habilidades y adquirir herramientas y
28
asumir roles no tradicionales. Sin embargo, estos cambios no carecen de riesgo, ya que
pueden conducir a conflictos intrafamiliares.
LOS ANCIANOS
Los informes sobre las respuestas de los ancianos al desastre son inconsistentes. En algunos
desastres, no parecen más vulnerables que los jóvenes. En otros, parecen más vulnerables.
A pesar de la inconsistencia en los estudios formales de investigación, hay razones para creer
que los ancianos están en mayor riesgo de efectos emocionales adversos después de un
desastre. Pueden vivir solos y carecer de ayuda y otros recursos. La depresión y otras formas
de angustia entre los ancianos se pasan por alto fácilmente, en parte porque no pueden
adoptar exactamente el mismo patrón de síntomas que los jóvenes. Por ejemplo, la
desorientación, la pérdida de memoria y la distracción pueden ser signos de depresión en
los ancianos. Los ancianos también son más vulnerables a ser víctimas. En el contexto de un
mayor estrés en la familia y en la comunidad, satisfacer sus necesidades especiales puede
tomar una menor prioridad. Un tema en particular que puede aparecer son los sentimientos
de que han perdido toda su vida (pérdida de niños, hogares, recuerdos) y que, debido a su
edad, no hay tiempo suficiente en su vida para reconstruir y recrear. Los ancianos también
son más propensos a ser físicamente discapacitados (ver más abajo).
Esto tiene efectos directos y aumenta la ansiedad y el estrés. El estrés, a su vez, puede
exacerbar una enfermedad mental preexistente. También puede haber necesidades
especiales con respecto a la vivienda o los alimentos.
29
REFUGIADOS DE LA GUERRA Y OTRAS FORMAS DE VIOLENCIA POLÍTICA
La mayor parte de la discusión, en este manual, se centra en las víctimas de "desastres" en
el sentido usual. Sin embargo, la experiencia de los refugiados de la guerra y la violencia
política (e incluso del hambre y otras dificultades económicas) tiene muchas similitudes con
la experiencia de las víctimas de los desastres naturales. Aquellos que han sido torturados o
las víctimas de terrorismo político violento sistemático son especialmente vulnerables a
efectos psicológicos adversos (así como efectos físicos duraderos) de su experiencia.
En un momento dado de la última década, unos quince millones de personas eran refugiados.
Otros veinte millones eran "desplazados internos", refugiados que han abandonado sus
hogares pero no han cruzado las fronteras internacionales.
Los refugiados, por lo general, han experimentado terror personal o han sido testigos del
abuso físico o la muerte de sus seres queridos. Han sufrido la destrucción de sus hogares y
comunidades, la pérdida de sus medios de subsistencia tradicionales y de las posesiones
materiales. Pueden haber sido detenidos por la fuerza o haber pasado períodos en campos
de concentración y, antes de llegar al campamento de refugiados, pueden haber sido
torturados, violados o maltratados físicamente. Su estado personal, la creencia en sí mismos,
la confianza en los demás y las esperanzas para el futuro se han destruido. Se sienten
vulnerables y desconfiados. Se han vuelto dependientes de otros para las necesidades físicas
de la vida. En los campamentos de refugiados pueden experimentar una vivienda deficiente,
la interrupción de las redes personales, la falta de atención médica, la interrupción de la
escolarización de sus hijos, la incertidumbre en cuanto a sus derechos y su situación jurídica
y el futuro. Es probable que el campo de refugiados sea una fuente de estrés constante, con
hacinamiento, falta de privacidad, saneamiento deficiente, largos períodos de inactividad,
ruido, interrupción del sueño y peligros de agresión o violación. (p.30)
Muchas de estas experiencias son especialmente problemáticas para las mujeres. Puesto que
son a menudo las responsables de preservar su hogar y su familia, la interrupción del hogar
y de la familia puede ser especialmente angustiante. Además, puede ocurrir que el no poder
cocinar para su familia puede ser una fuente de estrés. También pueden sufrir cambios en
las relaciones familiares. Si su esposo está muerto, desaparecido, herido, traumatizado o
separado de la familia, la mujer se convierte en la "cabeza" de la familia y debe asumir roles
desconocidos y tradicionalmente masculinos. Esto puede confundir a los niños o provocar
conflictos intrafamiliares. Alternativamente, un hijo inmaduro puede verse obligado a asumir
30
roles inapropiados para su edad. Puede que no haya ningún rol socialmente aceptado para
una madre soltera o viuda. La mujer puede verse victimizada por sus parientes. La falta de
educación o de habilidades comercializables puede hacer que la reintegración en un nuevo
entorno social sea especialmente difícil.
Otro peligro para las mujeres, en los campamentos y refugios de refugiados, es la violación.
La violación puede ser una fuente de vergüenza, culpa, negación de las propias necesidades
de la mujer. Ella puede "escapar" a una enfermedad o quedar socialmente aislada. En
situaciones de guerra, la violación puede tomar la forma de violación masiva o repetida. Esto
puede ser una forma de tortura, dirigida a extraer información de la mujer o de su familia, o
puede ser parte de un programa sistemático de terrorismo de una población civil.
Los niños, especialmente aquellos que han sido separados de sus familias, también son
particularmente vulnerables. Un grupo único son los niños que han servido como soldados.
Además de ser traumatizados y brutalizados por sus experiencias en un momento de
desarrollo sensitivo en sus vidas, son un grupo estigmatizado, aislado de sus comunidades
anteriores.
Para los hombres y las mujeres, ser un "refugiado" puede prolongar el trauma y prevenir la
auto-curación. El modelo usual de respuesta al desastre supone que una vez que este ha
terminado, la víctima se encuentra en un ambiente seguro, pacífico y "postraumático". Para
los refugiados, esto no es cierto. Permanecen en una situación altamente estresante, incluso
repetidamente traumática, y pueden tener pocas perspectivas de escapar de ella.
Al igual que con otras formas de trauma, las respuestas pueden variar de persona a persona.
Un tema central que puede surgir es la desconfianza. La experiencia de muchos refugiados
ha sido que su confianza ha sido repetida y violentamente violada. Han estado expuestos a
la muerte, el peligro y el miedo, a menudo a manos de vecinos o funcionarios del gobierno.
Inicialmente, el campo de refugiados puede parecer un refugio, pero después de varias
semanas, sin un refugio permanente a la vista, las esperanzas del refugiado parecen haber
sido traicionadas una vez más. En este contexto, los sentimientos de ira, traición,
escepticismo y hostilidad son comunes y normales. Los refugiados pueden expresar o
decretar la desconfianza en los oficiales del campamento, los donantes de ayuda, los
trabajadores de salud mental y los familiares al regreso a casa. También pueden ocurrir
chivos expiatorios, aislar a otros en el campo de refugiados, victimizar a individuos o minorías
étnicas. Al parecer, los temores "irracionales" sobre la seguridad personal pueden dominar
el comportamiento. Por ejemplo, una visita a un centro médico puede desencadenar
recuerdos de experiencias de tortura. (p.31)
Otras respuestas comunes que se observan entre los refugiados son el duelo prolongado, la
nostalgia, los miedos prominentes, los trastornos disociativos y las reacciones somáticas
prominentes, incluso varios años después del vuelo inicial. En los campamentos de
refugiados, los intentos de suicidio son relativamente frecuentes (especialmente entre las
víctimas de violación). La violencia doméstica, el abuso físico y sexual de mujeres y niños, la
31
apatía, la desesperanza, los trastornos del sueño y las dificultades de aprendizaje pueden ser
endémicos.
Ser un refugiado distorsiona continuamente las reacciones de la gente. Lo que era útil o
adaptativo antes de convertirse en refugiados (habilidades, creencias, conocimientos,
relaciones) ya no es. Esto plantea muchos problemas para evaluar las necesidades y
respuestas de los refugiados. ¿Por ejemplo, la violencia que sufre un niño, es una respuesta
a la traumatización? ¿Un medio para evaluar a otros en el contexto del campo de refugiados?
¿Un patrón preexistente de personalidad?
Además de las respuestas post traumáticas, como las de las víctimas primarias del desastre,
los trabajadores de rescate y socorro pueden evidenciar ira, rabia, desesperación,
sentimientos de impotencia, culpa, terror o anhelo de un refugio seguro. Estos sentimientos
pueden ser angustiantes y pueden hacer que el trabajador sienta que hay algo mal con ellos.
Su sentido del humor puede desgastarse, o pueden usar el "humor negro" como una manera
de hacerle frente. (p.32)
32
La tolerancia por los fracasos de otros se reduce y la ira hacia otros trabajadores socorristas
o víctimas puede sentirse como un ataque personal. La creencia en Dios u otras creencias
religiosas puede verse amenazada por un sentimiento de "¿Cómo pudo Dios permitir que
esto sucediera?" Después de un período prolongado de tiempo en el trabajo, puede aparecer
evidencia de "agotamiento (burnout)".Los trabajadores de rescate profesionales, como
policías y bomberos, tienen algunas fuentes únicas de vulnerabilidad. Su identidad
profesional puede depender de una auto-imagen de sí mismos como fuertes y resistentes.
Permitirse "sentir" sus emociones acerca de las situaciones a las que están expuestos puede
desafiar su autoestima o hacer que sientan que están dejando a sus compañeros de trabajo
o hacerles sentir que están acercando al ridículo a otros trabajadores. Además, los
trabajadores de rescate profesionales pueden haber estado expuestos a muchas situaciones
traumáticas anteriores. Las nuevas experiencias pueden activar sentimientos no resueltos de
eventos traumáticos pasados.
Las personas que prestan servicios de salud mental a las víctimas de desastres y los
trabajadores socorristas y quienes investigan desastres (por ejemplo, periodistas,
trabajadores de derechos humanos, funcionarios de organizaciones humanitarias que hacen
"evaluaciones de necesidades") también se enfrentan a tensiones especiales. Su papel
central es el testimonio de los sufrimientos de los demás. Pueden identificarse con sus
clientes y compartir sus emociones. La "traumatización vicaria" no es infrecuente. En
contextos de conflicto continuo (por ejemplo, conflicto civil, represión política, campos de
refugiados de guerra), los trabajadores de la salud de todo tipo son cada vez más blanco de
la violencia. El contacto con los supervivientes y el asesoramiento y apoyo a la población local
pueden verse como una amenaza para el Estado, para uno u otro lado del conflicto, o para
fuerzas poderosas en el campo de refugiados. Pueden enfrentar hostigamiento, detención,
arresto o asalto. En algunas situaciones, ellos no pueden invocar la ley para su propia
protección, porque la policía o el ejército son "parte del problema". El resultado puede ser
una mayor sensación de impotencia, ira, miedo y ansiedad, y una preocupación por la
33
seguridad de los clientes y la propia. Puede haber sentimientos (p.33) de traición y pérdida,
de vulnerabilidad, de pérdida en la creencia en un mundo ordenado y justo.
Los trabajadores de todo tipo de desastres enfrentan estrés adicional cuando terminan sus
tareas y regresan a su hogar, a su vida "normal". Su experiencia los ha cambiado de diversas
maneras, a partir de las experiencias de sus familias y en ausencia de preparación tanto de
los trabajadores como de sus familias, pueden aparecer una variedad de conflictos y
tensiones maritales y entre padres e hijos.
Los trabajadores de rescate y socorristas rara vez se preparan con antelación para sus propias
reacciones o para hacer frente a las reacciones de las víctimas primarias. Proporcionar
asistencia psicosocial a estos trabajadores y brindarles un adecuado alojamiento,
alimentación y descanso, incluso cuando éstos no están a disposición de las propias víctimas,
es una prioridad muy alta en los desastres. Puede parecer injusto, pero si los trabajadores de
rescate y socorristas no pueden funcionar eficientemente, no pueden ayudar a nadie más.
(p.34)
34
CAPÍTULO III
EVALUACIÓN DEL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LOS DESASTRES
A raíz de los desastres a gran escala (por ejemplo, huracanes, terremotos, crisis de
refugiados), la identificación de las personas que corren el mayor riesgo de convertirse o
permanecer sintomáticas es una prioridad. También se pueden realizar investigaciones para
determinar exactamente qué sucedió (por ejemplo, para ayudar a prevenir la repetición del
desastre o para identificar deficiencias en los esfuerzos de ayuda o, en algunas situaciones,
para revelar violaciones de los derechos humanos).
Las personas afectadas por un desastre presentan una amplia gama de reacciones. Algunos
pueden necesitar apoyo u otros servicios de inmediato y urgentemente, otros sólo después
de un retraso, y otros no requieren nada. Algunas víctimas pueden experimentar un alivio
inicial al sentirse seguras; algunos refugiados pueden pasar por una "luna de miel" de varias
semanas o varios meses. Si las personas son evaluadas demasiado pronto y se descubre que
no necesitan servicios, es fácil pasar por alto estas reacciones posteriores. Seguimiento de
varios días, semanas o meses después puede identificar a las personas necesitadas que
fueron inicialmente aprobados.
En su mayor parte, es poco probable que las víctimas y los trabajadores socorristas busquen
ayuda por su cuenta. No hay que asumir que, debido a que una persona no ha buscado
ayuda, no la necesitará. Se pueden utilizar varios métodos para identificar a los que necesitan
servicios:
Por categoría: Ciertos grupos son especialmente vulnerables. Entre ellos figuran los
trabajadores socorristas, las víctimas que han muerto en el desastre, las víctimas
atrapadas o sepultadas en el curso del desastre, las víctimas gravemente heridas
(incluidos los que aún se encuentran en los hospitales) o que continúan
experimentando el dolor o la discapacidad física, los niños de cinco a diez años, las
madres de niños pequeños y las víctimas con antecedentes de mala adaptación en el
trabajo o en la escuela o deficiente afrontamiento en períodos previos de estrés
elevado.
35
evitan las miradas, sonidos o lugares asociados con el desastre o que muestran
agitación marcada, irritabilidad, o hipervigilancia, o que presentan la apariencia de
"estar en una niebla", más de un día o dos después del desastre, también están en
riesgo de dificultades continuas.
36
Tenga en cuenta que algunas personas pueden minimizar su sufrimiento, reciente o
pasado, debido al temor de que su historia no sea creída o teman que dejar que su
sufrimiento sea conocido, los estigmatice o conduzca a otras consecuencias adversas.
La estigmatización de las víctimas de violación representa una situación común en la
que la experiencia de una víctima puede presentarse en forma disfrazada (por
ejemplo, preocupación por los síntomas físicos) o no se informa. (p.36)
Tenga en cuenta que hay muchas formas diferentes de hacer frente al trauma.
Algunas de estas formas pueden ser adaptativas.
Fatalismo; creencia en el destino o "karma"; creer que era "la voluntad de Dios" o
"estaba destinado a ser"
Creencias de que la catástrofe y el sufrimiento son una parte normal de la vida y
deben ser examinados para determinar su significado (por ejemplo, "el mal precede
al bien" o "es la manera de Dios de probarme").
Uso de apoyo familiar, comunitario y religioso.
Enfocarse en nuevos sueños o prioridades o un sentido de misión.
Trabajo duro (aprender nuevas habilidades, adquirir un nuevo idioma, ayudar a otros)
como una fuente de renovada autoestima. Distinguir esto de un vuelco en actividad
intensa, insostenible, ya veces inútil.
Ejercer el autocontrol
Otros mecanismos de afrontamiento son menos adaptativos y pueden indicar una necesidad
de intervención. Por ejemplo:
Expresión de estrés en forma somática
Negación y silencio
Prevención
Proyección; culpar y buscar chivo expiatorio
Desamparo y dependencia
Disociación, entumecimiento
37
memoria es un indicador bueno, aunque no perfecto, también. Pregúntele a la
víctima si la gente dice que está olvidada, si ha tenido experiencias como dejar la
estufa encendida u olvidar cosas. La memoria se puede probar brevemente pidiendo
a la víctima que recuerde tres palabras (por ejemplo, "naranja, corbata, 1983")
inmediatamente después de escucharlas y después de un retraso de tres o cuatro
minutos. La mayoría de la gente no tiene problemas con esta tarea. (p.37)
Otras lesiones relacionadas con desastres también pueden causar alteraciones
mentales aparentes. Estos incluyen los trastornos metabólicos debidos a
quemaduras, exposición a toxinas, lesiones por aplastamiento, infección o deficiencia
nutricional. La historia de la víctima antes y en el desastre (obtenida de la víctima o
de la familia) es la mejor guía.
El dolor puede enmascarar la notificación de los síntomas psicológicos.
El abuso de sustancias también puede enmascarar o exacerbar las respuestas
emocionales al trauma.
Presionar a una víctima a revelar lo que les sucedió demasiado rápido, o demasiado
insistentemente puede exacerbar los síntomas de la víctima o incluso
retraumatizarla. Deje que el cliente controle el ritmo de la evaluación. Haga
preguntas amables y escuche. Deje que el cliente decida lo que necesita decirle, tiene
prioridad sobre las nociones predeterminadas de qué información debe recopilarse.
38
detener el proceso en cualquier momento. Ofrecer oportunidades de descanso
durante la evaluación. Advierta que en las horas o días siguientes a la evaluación,
puede haber una exacerbación de los síntomas y que esto es normal, parte de cómo
la gente resuelve el trauma. (p.38)
Tópicos Trans-culturales
Por lo general, quienes proveen consejería de desastres después de los mismos son los
compatriotas de las víctimas y los consejeros están familiarizados con el idioma y la cultura
de estas. Sin embargo, a veces hay consejeros de otros países involucrados. (Este puede ser
el caso a raíz de los desastres a gran escala en los países más pobres).
39
El significado de un evento puede no ser el mismo para un consejero y una víctima
de otra cultura. Por ejemplo, para una víctima de violación, no sólo la violación en sí,
sino una creencia resultante de que es infértil o no matrimonial puede ser de
importancia central. O la estigmatización resultante de la violación puede llevar a la
necesidad de mantenerla en secreto, lo que resulta en la pérdida de apoyo social y la
alienación de la comunidad. En cada caso, un estresante continuo (las creencias, la
alienación) puede ser tan atormentador como el evento original. (p.39)
No existe una fórmula sencilla para cubrir todas las posibilidades. El consejero debe aprender
de los libros, de los informantes, y, sobre todo, de sus clientes.
Un problema particular, que puede surgir cuando los consejeros son de un país extranjero,
involucrados en el alivio de desastres es la necesidad de usar traductores o reclutar gente
local (que puede o no tener experiencia o entrenamiento previo relevante) para funcionar
como consejeros. Tal uso de consejeros o traductores puede afectar el proceso de
evaluación. En el mejor de los casos, facilita la comunicación. En otros casos, algunas víctimas
pueden desconfiar de un forastero (especialmente si el forastero es de una nación que
anteriormente colonizó al país donde ocurrió el desastre), y el uso de un co-consejero o un
traductor local puede aliviar la relación. Pero en otros casos aún, las víctimas, temiendo
vergüenza o retribución, pueden estar menos dispuestas a compartir sus experiencias con
alguien de su propia comunidad que con un forastero.
Incluso cuando no se presentan estos problemas, el uso de traductores puede crear algunas
otras dificultades. El traductor puede carecer de la capacidad de traducir con precisión. Sin
embargo, aunque no se trate de capacidad lingüística, otros factores pueden interferir con
la exactitud de las traducciones. Éstos incluyen: (a) La propia experiencia del traductor del
desastre o sus propias reacciones pueden interferir con su capacidad de traducir con
precisión. b) La relación del traductor con la víctima y con la comunidad de la víctima puede
introducir distorsiones en las traducciones. (c) El traductor puede sentir vergüenza en lo que
le ha ocurrido a la víctima y puede reportar incorrectamente su experiencia. (d) Las versiones
del traductor de la historia de la víctima pueden ser distorsionadas por el papel del traductor
y de la víctima en conflictos étnicos o políticos en la comunidad del desastre.
En cualquier caso, el uso de niños como intérpretes para sus familias es especialmente
problemático y debe evitarse si es posible. Puede violar los roles familiares tradicionales.
Puede hacer que los niños estén al tanto de la información normalmente considerada
inapropiada para ellos. Puede violar las expectativas culturales sobre el papel de los niños
con respecto a los extraños.
No hay una solución simple a estos problemas. Cuando los consejeros locales no están
disponibles, el uso de un consejero bilingüe de fuera de la comunidad inmediata puede ser
la mejor alternativa.
41
CAPÍTULO IV
PRINCIPIOS DE INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL DESPUÉS DE
DESASTRES
La intervención con las víctimas directas de los desastres tiene dos aspectos principales:
reconstruir la comunidad afectada por el desastre e intervenir con víctimas individuales.
(Además, las intervenciones deben dirigirse a los trabajadores rescatistas y socorristas y
otros menos directamente afectados por el desastre).
A veces, estos dos aspectos se han visto en oposición. Por ejemplo, en el contexto de grandes
catástrofes (un gran terremoto, los campamentos de refugiados para las víctimas de la
limpieza étnica), algunos trabajadores humanitarios han argumentado que concentrarse en
la salud mental de las personas es una tarea estramadamente grande. En cualquier caso,
centrarse en la recuperación individual del desastre desvía la atención y los recursos de la
tarea más urgente de promover una recuperación social y económica más amplia. Desde
esta perspectiva, la reconstrucción de redes informales de apoyo social, la reunificación de
familias y comunidades y el apoyo a la reconstrucción física de la comunidad destrozada
tienen prioridad sobre las intervenciones dirigidas a individuos o familias.
Una amplia variedad de técnicas específicas se han utilizado para contribuir al alivio
inmediato de las personas en peligro, para prevenir o mitigar los efectos emocionales a largo
plazo de los desastres. Más adelante en este manual (Capítulo VI), se discutirá a detalle una
serie de estas técnicas específicas. Para ser útiles, las técnicas deben adaptarse a la situación
específica: el tipo de desastre, los recursos humanos y materiales disponibles, los aspectos
específicos de la cultura y la tradición locales. Esta sección del manual se centra en los
principios básicos que guían tanto las técnicas específicas como sus adaptaciones.
42
desastres, esto incluye no sólo la ausencia de temor por la propia vida, sino también la
seguridad contra el bandidaje, el temor a los saqueadores, el miedo a la violación u otros
asaltos en refugios o campamentos de refugiados y temor de que el desastre (p. 42) lleve a
la pérdida permanente de su tierra o su casa. En tercer lugar, debe garantizarse la seguridad
e integridad de su familia. Cuarto, su necesidad a largo plazo de empleos estables, vivienda
adecuada y una comunidad que funcione debe ser cumplida. Esta "jerarquía de necesidades"
tiene varias implicaciones:
• La falta de provisión de las necesidades básicas puede ser una fuente potente de
traumatización por encima y más allá de la crisis creada por el desastre mismo. En
particular, la evacuación innecesaria, las malas condiciones en un refugio o
campamento de refugiados (falta de alimentos, agua, saneamiento, refugio,
amenazas a la seguridad personal), la falta de vivienda adecuada, la incertidumbre
sobre el suministro de alimentos y agua y la separación de los miembros de la familia
una de otra son también causas potentes de problemas de salud mental
subsecuentes.
43
Los síntomas pueden interferir con la persona que hace cosas que son importantes para su
seguridad o bienestar inmediato o para tomar parte en la recuperación de su comunidad.
Las víctimas generalmente no se ven a sí mismas como enfermos mentales y pueden temer
o evitar involucrarse con los trabajadores de "salud mental" y el sistema de "salud mental".
Muchos no buscan espontáneamente la ayuda de los trabajadores de salud mental. La
asistencia psicosocial a raíz del desastre se percibe mejor, en una forma que no requiere que
las personas se consideren "enfermas" o "enfermas mentales".
Use términos de salud no mental para describir los servicios y los que los proveen
(por ejemplo, "trabajadores de servicios humanos", "consejeros comunitarios",
"servicios comunitarios", "servicios de desastre"). Presente los servicios como "ayuda
adicional para las dificultades que alguien podría tener problemas " después de ser
afectado por un desastre.
Es necesario superar el aspecto agresivo y encontrar casos. Utilizar a los residentes
locales, trabajadores de salud en atención primaria, maestros, líderes religiosos y
líderes comunitarios como informantes. El uso de portavoltaje, correos, anuncios de
televisión y radio, folletos distribuidos en escuelas y lugares de trabajo, y anuncios en
iglesias para alertar a la gente sobre la disponibilidad de servicios y las indicaciones
para usarlos. No descuide los lugares informales de reunión (por ejemplo, salones de
belleza, cafés, guarderías). En los refugios, busque activamente señales de angustia
(sollozos, expresiones faciales, lenguaje corporal, agresividad, abuso de sustancias,
etc.).
Los folletos que describen las respuestas comunes a los desastres, signos de angustia
y servicios disponibles pueden dirigirse a las víctimas primarias, padres y maestros de
los niños afectados por el desastre, los trabajadores rescatistas y socorristas y las
familias de estos trabajadores. En el Apéndice C se encuentran varios folletos de
muestra.
44
Utilizar las instituciones de salud no mentales existentes como escuelas, iglesias,
centros comunitarios e instalaciones médicas como base para servicios psicosociales.
Capacitar y utilizar personal de salud no mental (por ejemplo, maestros, trabajadores
de la salud, trabajadores del servicio social, trabajadores religiosos) para
proporcionar servicios psicosociales.
Es esencial buscar la cooperación y el apoyo explícito de líderes comunitarios, líderes
religiosos, maestros, ancianos de la aldea y otros líderes de la comunidad.
Debido a sus roles de liderazgo, puede ser difícil para estas personas reconocer que ellos
también podrían beneficiarse de los servicios psicosociales. Las sesiones educativas o las
sesiones informativas (véase el Capítulo V) pueden proporcionar una vía para proporcionar
información sobre el trauma y sus consecuencias y alentar el apoyo para la provisión de
servicios de traumatología, al tiempo que brindan servicios al mismo tiempo. (p.44)
Los tipos de respuesta que se ofrecen deben coincidir con la fase de las respuestas
emocionales y las necesidades de las actividades de socorro en casos de desastre.
La Fase de Rescate:
Inmediatamente después del desastre, la prioridad más alta para los servicios psicosociales
es el rescate y los trabajadores socorristas, cuyo funcionamiento eficaz continuado es
esencial. Esto puede implicar gestión de crisis, intervención en crisis, resolución de conflictos,
ayuda para resolver problemas o "desactivarlos" (véase el capítulo VI). Muchos servicios
concretos muy pequeños pueden ser emocional y prácticamente útiles. Lleve a los
trabajadores rescatistas café, echarles una mano para limpiar, dar un abrazo, expresar
interés.
Inmediatamente después del desastre, las necesidades más urgentes de las víctimas son un
alivio directo y concreto (por ejemplo, rescatar vidas, garantizar la seguridad física,
proporcionar atención médica, proveer a las víctimas de alimentos, agua, refugio, reunir
familias). Las intervenciones psicosociales dirigidas a las víctimas durante esta fase se
enfocan primordialmente al servicio de estos fines. Al hacerlo, contribuyen a la salud mental
a más largo plazo.
45
desorientación, incoherencia, dificultad para cumplir con las solicitudes de los
trabajadores socorristas o con las reglas del refugio.
Las personas que se ven afectadas indirectamente por el desastre (familias o amigos
de las víctimas, espectadores, incluso los que están viendo los informes repetidos del
desastre en la televisión) también pueden mostrar signos de angustia. Tenga en
cuenta que lo que es útil para una persona puede no serlo para otra. Por ejemplo,
46
una persona puede encontrar que hablar sobre el evento le ayuda a reducir la
angustia, mientras que otra necesitará mantenerse tranquila e introspectiva. Si una
de estas personas depende de la otra para el apoyo (como suele ser el caso, por
ejemplo, con los cónyuges), pueden sentir la falta de la otra respuesta similar a ser
una forma de abandono. Tranquilice a las personas informándolas de que no hay una
respuesta "correcta" y que las personas tienen diferentes necesidades lo que no
significan, de hecho, el abandono, sino la forma en que cada persona necesita lidiar
con el estrés.
Los primeros días o semanas posteriores al desastre pueden ser una fase de "luna de miel",
en la que predominan los sentimientos de alivio y optimismo sobre el futuro de las personas.
Un espíritu de generosidad y mutualidad puede aparecer, y los individuos pueden estar en
un estado de negación acerca de sus pérdidas y los problemas del futuro. Durante esta etapa
muchas personas no son receptivas a las intervenciones psicosociales, o sentirán que no las
necesitan. Sin embargo, otros pueden dar la bienvenida a la oportunidad de hablar sobre sus
reacciones a pocos días del desastre, o encontrar a alguien que pueda ayudarles a planificar
cómo superar los obstáculos que se enfrentan.
La mayor parte de las intervenciones psicosociales dirigidas a las propias víctimas ocurren en
este período. La ansiedad, la tristeza, la irritabilidad, la frustración y el desaliento se
combinan ahora con las pérdidas producidas por el desastre (p.46) y los efectos del estrés
postraumático para producir un nivel relativamente alto de necesidad. Es esencial centrarse
en la identificación de las personas en riesgo y en las intervenciones para reducir el impacto
a largo plazo.
Procurar identificar a los grupos de mayor riesgo o mayor necesidad de servicios (ver
Capítulo III) y concentrar los servicios en estas personas. Los principios de tales
intervenciones se discuten más adelante en este capítulo; algunas técnicas
específicas se describen en el Capítulo V y en el Apéndice A.
La Fase de “Reconstrucción”
Las consecuencias emocionales del desastre pueden seguir apareciendo hasta dos años o
más después del desastre. En parte esto representa reacciones retrasadas, en parte
respuestas a un creciente reconocimiento de las consecuencias irreversibles del desastre. La
experiencia de varios desastres sugiere que la asistencia de salud mental debe permanecer
disponible durante aproximadamente dos años o más después del desastre. Estos servicios
también permiten el seguimiento a largo plazo de los tratados anteriormente. Puede ser útil
establecer y mantener un teléfono "línea directa" (p.47) u otras formas de contactar a los
consejeros si surge la necesidad, para el período después de que los consejeros abandonen
el sitio del desastre.
48
II. La Fase de Inventario Temprano: Primer mes
• Continuar las tareas de la etapa de rescate
• Educar a los profesionales locales, voluntarios y la comunidad con respecto a los
efectos del trauma
• Capacitar a consejeros adicionales de desastres
• Proporcionar ayuda y apoyo práctico a corto plazo a las víctimas
• Identificar a los más expuestos y comenzar la intervención en crisis, "Debate" y
esfuerzos similares
• Comenzar a restablecer la infraestructura comunitaria: empleos, vivienda,
instituciones comunitarias y procesos
PROGRAMAS
Es difícil, si no es que imposible, prestar servicios psicosociales eficaces sin la cooperación y
el apoyo de quienes dirigen y prestan asistencia médica y material, tanto a nivel local como
regional o nacional. Los funcionarios gubernamentales (a nivel local o nacional) a menudo no
reconocen ni dan mucha prioridad a los efectos psicosociales de los desastres. Los
trabajadores rescatistas y socorristas, que se centran necesariamente en las tareas urgentes
y concretas de salvar vidas, proteger la propiedad, garantizar la provisión de alimentos, ropa
y refugio y reconstruir la infraestructura material de la comunidad, pueden considerar los
servicios psicosociales innecesarios o incluso poniéndose a ellos. Es esencial educar a ambos
grupos respecto al impacto de los procesos psicosociales sobre el esfuerzo de socorro, en sí
mismo, y sobre las consecuencias a largo plazo de no responder a los efectos sobre la salud
mental.
49
El desarrollo temprano del enlace con aquellos que dirigen el trabajo de auxilio es esencial.
Formar un grupo de trabajo compuesto por expertos en intervención psicosocial, líderes
comunitarios formales (por ejemplo, los alcaldes de las ciudades), representantes de grupos
influyentes en la comunidad (por ejemplo, iglesias, sindicatos), líderes de la ayuda y
representantes de las víctimas para guiar y apoyar el trabajo psicosocial puede ser muy útil.
Una potencial fuente de discordia es que la estratificación social preexistente (por clase,
casta, género, rural vs. urbana, etc.) puede llevar a que ciertos grupos (por ejemplo, las
mujeres, las personas más pobres) queden fuera del proceso. Conformarse a los patrones
tradicionales de estratificación en nombre de la eficiencia o de "restaurar la estructura de la
comunidad" refuerza esos patrones. La implementación de programas a lo largo de líneas
más igualitarias y participativas puede producir conflictos y nuevas formas de estrés, pero
también puede resultar útil para un grupo más grande de víctimas y producir una comunidad
más integrada y cooperativa después del desastre.
Educar e informar a los funcionarios socorristas sobre varios hallazgos que deberían
influir en las operaciones de rescate y socorro:
a) la importancia de mantener juntos a los grupos primarios (familias, equipos
de trabajo, grupos de personas del mismo barrio o de la misma aldea), si es posible
50
d) la importancia de evitar evacuaciones innecesarias y de permitir que las
personas regresen a sus hogares lo más rápidamente posible
e) la importancia de permitir que el desamparado vea los cuerpos de los que han
fallecido, si así lo desean.
A menudo esto se descuida, pero es muy importante para el bienestar emocional de muchas
personas. Una forma eficaz de fomentar la integración de la asistencia social con los
programas generales de auxilio es que los que prestan asistencia psicosocial se integren
plenamente en el equipo socorrista. Salga con los equipos de distribución de alimentos.
Disponer de un centro de "juego" para los niños, y también atraer a las madres. Sea parte
del equipo de "Debate" u "orientación" para los recién llegados. Asista a las reuniones de
equipo temprano por la mañana o por la noche.
Algunas de las diferencias transculturales que tal vez deban tenerse en cuenta incluyen las
siguientes:
• Algunas sociedades explican el comportamiento en términos "racionales" o
"científicos", otros en términos más espirituales. ¿Dónde en este continuo está la
cultura particular? (p.50)
• ¿Los sentimientos reveladores para los demás son socialmente apropiados? ¿Qué
problemas se plantean al discutir sentimientos o problemas prácticos en presencia de
otros miembros de la familia?
51
• ¿Cuáles son las expectativas sociales con respecto a las funciones de víctima y
consejero? Por ejemplo, ¿cuál es la distancia social apropiada entre ellos? ¿Qué
deferencia se debe dar al ayudante?
• ¿Cuáles son las creencias culturales con respecto al papel del ritual en el tratamiento?
¿Hay expectativas con respecto a las secuencias de interacciones entre una persona
que busca ayuda y el socorrista? ¿Se esperan rituales específicos en el tratamiento?
• ¿Cuáles son las expectativas culturales con respecto al uso de metáforas, imágenes,
mitos y narración de cuentos en una relación de ayuda?
• ¿Cuáles son las formas tradicionales de entender los orígenes de desastres (por
ejemplo, brujería, la voluntad de Dios, el destino, el karma)? ¿Qué implicaciones se
tienen acerca de las expectativas y necesidades con respecto a un sentido de control
personal?
• ¿Cuáles son las expectativas de la gente con respecto al uso de curanderos y los rituales
tradicionales respecto del papel de la "medicina occidental"?
• ¿Cuáles son las expectativas de las personas con respecto a las figuras de autoridad y
especialmente a las que se consideran representativas del gobierno?
Las intervenciones deben ser sensibles a estas diferencias y también pueden aprovecharse.
Para citar varios ejemplos, al trabajar con las víctimas de una erupción volcánica (p. 51) en
Filipinas, los consejeros incorporaron la oración en sesiones de "Debate"; en el trabajo con
veteranos traídos de la guerra de los indios de Navajos (E.U.A.), los curanderos tradicionales
fueron alistados para ayudar a proporcionar servicios y a organizar rituales tradicionales
dirigidos a los guerreros de la limpieza que vuelven de la batalla.
Un camino que ayuda a crear esa sensibilidad es involucrar a la población local en todas las
fases de los servicios psicosociales. Los trabajadores sanitarios locales, los sacerdotes, los
curanderos tradicionales, los dirigentes sindicales, los maestros y los líderes de las
52
comunidades locales deben ser educados sobre las consecuencias psicosociales del desastre
y reclutados para servir como consejero psicosociales. Las modificaciones de las técnicas
descritas en el Capítulo III pueden desarrollarse con su ayuda y participación.
En este contexto, las diferencias entre hombres y mujeres en los estilos de afrontamiento y
en lo que se considera socialmente apropiado también pueden considerarse como una forma
de "diferencia cultural". Las intervenciones deben ser sensibles a las expectativas y
necesidades posiblemente diferentes de las mujeres (por ejemplo, con respecto a hablar
sobre preocupaciones emocionales en una reunión familiar o en un ambiente público).
Para los niños, otros medios de comunicación, incluyendo el juego, el trabajo artístico, el
baile, el juego de roles pueden tener el mismo papel que el hablar con un adulto. Para
algunos adultos, hablar de los eventos puede ser doloroso, o hablar de malos sucesos
puede ser culturalmente proscritos, y medios de comunicación no verbales similares
pueden proporcionar una forma de expresarse.
53
2. Comunicación de la información: La incertidumbre aumenta el nivel de estrés de las
víctimas. La información incorrecta produce confusión, puede interferir con las
respuestas apropiadas y puede provocar tensiones entre las víctimas o entre las
víctimas y los trabajadores socorristas. Proporcionar información exacta y completa
a las víctimas, lo más rápidamente posible, utilizando formas de comunicación
individuales y directas y anuncios públicos en general (por ejemplo, a través de los
medios de comunicación). Combatir los rumores alarmistas. Es esencial contar con
una sola fuente de información en la cual las víctimas puedan confiar (por ejemplo,
un horario fijo, regular y confiable para el intercambio de información por parte de
los funcionarios de auxilio).
54
5. Apoyo Social: La recuperación del desastre es inherentemente social. Restablecer o
crear redes de apoyo social es esencial para hacer frente a las tensiones extremas
creadas por el desastre. Evite romper comunidades existentes. Combatir el
aislamiento de las víctimas individuales (p.53). Reunir familias tiene la más alta
prioridad. Reunir a personas del mismo barrio, equipos de trabajo y otras
agrupaciones preexistentes es útil, y separar a los miembros de esos grupos
preexistentes (y especialmente miembros de la misma familia) es dañino. Sólo en las
situaciones más extremas los niños deben ser separados de sus padres (por ejemplo,
si los padres del niño son abusivos o lo rechazan porque no pueden hacer frente a su
propio trauma o el de su hijo). Si la separación de un niño de sus padres es necesaria
(o si los padres están lesionados o muertos), es urgente mantener al niño con otro
adulto de confianza conocido por ellos (por ejemplo, un familiar, un maestro). El
envío de los niños "para su propia protección" casi nunca es aconsejable. El regreso
de los niños a la escuela y a los adultos a entornos sociales acostumbrados (por
ejemplo, el trabajo) es importante.
Nota: Aunque el apoyo social generalmente ayuda a las personas a lidiar con el estrés,
las expectativas de que uno debe apoyar a otros, si es excesivo, y sentir demasiada
empatía por demasiadas personas puede exacerbar el estrés. La resistencia a la
participación en las redes sociales debe evaluarse caso por caso.
55
los neurolépticos para los síntomas psicóticos), cuando está disponible, puede ser
una respuesta útil a corto plazo.
Un sentido de comunidad, un sentido de identidad social y una red de apoyo social son las
bases esenciales de la salud mental. Son útiles las intervenciones y la defensa para
restablecer la moral de la comunidad, las actividades económicas tradicionales, los servicios
preexistentes de bienestar y servicios personales, las escuelas, los patrones recreativos y de
ocio.
Hay peligros potenciales en los esfuerzos por reconstruir la comunidad antes del desastre.
Algunas de ellas son creadas, directa o indirectamente, por el desastre mismo. Por ejemplo,
pueden surgir conflictos entre líderes emergentes "creados" por la crisis de desastres y
líderes tradicionales o entre líderes locales y expertos y elites externos. Las élites
tradicionales pueden usar sus posiciones tradicionales para monopolizar recursos
posteriores al desastre o para ambiciones de pre-desastre. La crisis creada por el desastre
puede abrir largos defectos inactivos en sociedades o comunidades y puede conducir a
nuevas relaciones dentro de las familias o dentro de una comunidad. Una crisis es una
oportunidad para que surja un cambio en una comunidad. "Construir sobre las fortalezas de
la comunidad" no significa automáticamente buscar restaurar la vieja estructura de la
comunidad en el interés de esfuerzos "eficientes" de socorro, ni significa perpetuar sus
propias creencias en cómo las comunidades o las familias deben estructurarse. Es la
participación en una comunidad, en lugar de una estructura particular de la comunidad, lo
que representa un área de esperanza para las víctimas.
56
Los niños son afectados directa e indirectamente por el desastre, observando y
siendo afectados por las reacciones de sus padres. A menos que exista una fuerte
razón de lo contrario, como una relación abusiva padre-hijo o la ausencia física o
psicológica de los padres, la participación de los niños junto con sus padres debe ser
una parte importante del tratamiento. Animar a los padres a discutir lo que sucedió
en el desastre con sus hijos, para reconocer, aceptar y comprender las reacciones de
sus hijos, y para comunicarse abiertamente sobre sus propias reacciones.
Una barrera para identificar a los niños que necesitan servicios puede ser que los
padres ignoren o nieguen señales de angustia en sus hijos, o padres que atribuyan
comportamientos regresivos tales como orinarse en la cama o comportarse como
"berrinchudos". Se debe educar a los padres acerca de estos temas; así como también
a buscar alternativas para salir de la situación a través de otras rutas (por ejemplo,
escuelas). (p.55)
Los niños pueden tener necesidades especiales concretas: juguetes, ropa de cama,
alimentos especiales, disponibilidad de actividades apropiadas para su edad (grupos
de juego, escuela y tareas domésticas). Los padres también se benefician cuando
estos se proporcionan, ya que los ayudan a hacer frente a las demandas de sus hijos.
También se necesitan servicios continuos de cuidado infantil, para permitir a los
padres regresar al trabajo o para tratar con los aspectos prácticos del regreso a la
función normal.
Si es posible, se debe evitar la separación de los hijos de sus padres. Cuando sea
absolutamente necesario (para la seguridad del niño o debido a la incapacidad de los
padres para cuidar al niño), se deben hacer esfuerzos para asegurar que el niño esté
acompañado por otras figuras familiares importantes en su vida, como un abuelo,
hermano mayor o maestro.
Los niños son especialmente propensos a sacar conclusiones inexactas sobre la causa
del desastre, sus propias acciones y la normalidad de sus sentimientos actuales. Por
57
ejemplo, pueden creer que son de alguna manera culpables por lo que sucedió. La
exploración y corrección de estas ideas es parte del tratamiento.
Los niños más pequeños (hasta diez u once, por lo menos) pueden no ser capaces de
usar el lenguaje de manera efectiva para describir sus sentimientos o para trabajar a
través de sus reacciones. Dibujar, jugar con títeres, juegos de rol o escribir que no
esté enfocado específicamente en el desastre (por ejemplo, poesía, historias) puede
ser una manera útil de permitir una exploración más completa de las respuestas.
Estos enfoques se analizan con más detalle en el Capítulo VI.
Debe darse tiempo a los niños para que experimenten y expresen sus sentimientos,
pero tan pronto como sea posible, se debe buscar el regreso a la estructura de las
rutinas del hogar.
Las escuelas desempeñan un papel clave. Proporcionan un refugio seguro para los
niños durante el día y sirven como localización para encontrar casos y para la
intervención. Al proporcionar un entorno estructurado para el niño, que ayudan al
niño a regular sus reacciones. Un rápido retorno de los niños a la escuela y el
seguimiento de la asistencia y de los síntomas inusuales es útil. (No es raro que los
niños quieran estar con sus padres inmediatamente después de un desastre, sin
embargo, pueden ser necesarios servicios de cuidado infantil). Cuando los niños
regresan a la escuela después de un desastre, no deben ser llevados de inmediato a
las rutinas escolares ordinarias. En su lugar, se les debería dar tiempo para hablar
sobre el evento (p.56) y expresar sus sentimientos al respecto (sin forzar a aquellos
que no desean hablar para hacerlo). Las sesiones en la escuela con clases enteras o
grupos de estudiantes pueden ser útiles. La escuela también puede mantener
reuniones con los padres para discutir las respuestas de los niños y proporcionar
educación a los padres sobre cómo responder a los niños después de un desastre.
Los niños, al igual que los adultos, se benefician al tener un sentido de control sobre
situaciones aterradoras. Involucrar a los niños en tareas apropiadas para la edad y
apropiadas para la situación que son relevantes para las actividades de socorro (por
ejemplo, recolectar suministros para víctimas de desastres o asumir
responsabilidades como cuidar a niños más pequeños en un refugio) es útil tanto
para el niño como para otras víctimas del desastre.
Las repetidas imágenes gráficas del desastre que se muestra en la televisión pueden
generar ansiedad. La exposición a las explicaciones de la televisión del desastre
debería ser limitada. Un adulto debe estar presente para vigilar y proteger al niño de
las imágenes gráficas abrumadoras y para hablar de lo que el niño está viendo.
58
VIII. LAS MUJERES TIENEN NECESIDADES ESPECIALES
Las necesidades de las mujeres a raíz del desastre deben entenderse en el contexto de los
roles, la experiencia y el estatus de las mujeres en la sociedad anterior al desastre. Al mismo
tiempo, cabe destacar que no todas las mujeres tienen las mismas necesidades. Las
diferencias en la nacionalidad, la etnicidad, la edad, la clase social, el estado civil, así como
las diferencias particulares en la personalidad o la historia de trauma pasado afecta a sus
necesidades. Las mujeres ancianas o discapacitadas pueden tener una doble carga de
vulnerabilidad.
Con frecuencia, las mujeres están sub-representadas en las organizaciones formales que se
ocupan de la preparación, alerta y respuesta ante desastres. Como resultado, sus
necesidades no pueden ser escuchadas, tomadas en cuenta o respondidas por aquellos que
toman decisiones sobre las respuestas a los desastres.
Más positivamente, las organizaciones y redes formales e informales de las mujeres pueden
ser una fuente de fortaleza, tanto para las mujeres individuales como para el proceso de
respuesta a desastres en su conjunto. Promover la participación de las mujeres, empoderar
a las mujeres en el proceso de respuesta a desastres, abrir oportunidades a empleos y roles
no tradicionales y usar las habilidades existentes de las mujeres.
Información:
Las mujeres cuyo trabajo se realiza en casa pueden estar relativamente aisladas. Es
posible que se necesiten esfuerzos adicionales o diferentes para advertirles de un
desastre inminente.
En los países más pobres, es probable que haya más mujeres que los hombres
analfabetas o que no hablen la lengua "oficial" del país. Nuevamente, se deben
utilizar diferentes técnicas (p. 57) para advertir a las mujeres acerca del desastre y
para informar a las mujeres de la asistencia disponible.
Proporcionar Asistencia:
Los responsables del diseño de programas de ayuda directa deben analizar
conscientemente las necesidades de las mujeres y la ayuda directa específicamente
a estas necesidades. Por ejemplo:
1. Destinar crédito específicamente a familias encabezadas por mujeres.
2. Proporcionar asistencia y oportunidades de empleo directamente, sin que la mujer
tenga que pasar por un varón (por ejemplo, un esposo o padre).
3. Los programas de reparación o reconstrucción de hogares deben usar diseños
adecuados para el cuidado de niños y las necesidades de ocupación en el hogar. Las
mujeres deben participar directamente en la planificación de tales rediseños.
4. Cuidado: si la ayuda o el crédito se distribuyen a un hogar o en nombre del esposo,
las mujeres pueden obtener menos ayuda que si se distribuye a los individuos.
Hallazgo de casos:
Para identificar a las mujeres que necesitan servicios, vayan donde las mujeres se
reúnen. Esto puede incluir guarderías infantiles, parques infantiles, escuelas,
instalaciones de lavandería, ríos donde las mujeres van a lavar ropa, iglesias, etc.
Tópicos especiales:
Violación: Se necesita una sensibilidad especial para abordar las necesidades de las
mujeres que han sido violadas. En casi todas las sociedades, las víctimas de
violaciones y otras formas de violencia de género (p.58) están estigmatizadas y, en
algunos casos, son severamente castigadas. Las consecuencias de revelar una
violación pueden ser tan traumáticas como el evento en sí.
Las víctimas de violación deben ser contactadas por consejeros del mismo sexo.
Hacer contacto con las víctimas de violación a un ritmo y de una manera que ella
pueda aceptar. Evite cualquier juicio moral de la víctima: La violación nunca es culpa
de la víctima. Asegurar la privacidad de la entrevista y tomar medidas adicionales para
garantizar la confidencialidad. Nótese que la negación y la represión pueden ser
mecanismos de supervivencia, no signos de alteración emocional. Proporcionar
mecanismos para proteger a las víctimas contra la estigmatización y contra
represalias directas. Buscar poner fin al aislamiento de la víctima.
60
Otro tipo de acoso sexual o de género: Las mujeres que han sido víctimas de abusos
físicos dentro de sus familias también presentan necesidades especiales. La pérdida
del servicio telefónico o la imposibilidad de las carreteras a raíz de un desastre puede
hacerlas vulnerables a un nuevo asalto. Las mujeres que previamente han huido de
tal abuso (por ejemplo, a un refugio para mujeres maltratadas) pueden experimentar
una evacuación, después de un desastre, como segunda evacuación. En un refugio
de desastre, pueden volver a ser expuestas a la violencia de la misma persona de la
que habían huido anteriormente. Los esfuerzos conscientes para localizar a las
mujeres aisladas en sus hogares y para protestar contra el abuso posterior deben ser
parte del plan de respuesta a desastres.
Las cuestiones de seguridad física (incluida la seguridad de las mujeres contra el acoso
y violencia sexual), la provisión de alimentos y agua y los servicios médicos siguen
siendo primordiales. (p.59)
Ciertos tipos de víctimas (por ejemplo, los niños no acompañados, las familias
monoparentales, los discapacitados físicos) pueden ser especialmente vulnerables al
aislamiento o la victimización.
61
pueden llevar al temor de que los miembros de la familia fallecidos puedan ser
reaparecidos como espíritus vengativos.
ꟷ El papel desempeñado por los funcionarios de ayuda humanitaria puede amenazar
la autoridad de los viejos líderes o parecer amenazar el control tradicional sobre los
niños.
62
Para las víctimas de la tortura, un tema omnipresente puede ser una falta de
seguridad y la desconfianza. Una necesidad central es garantizar la seguridad de la
víctima de la tortura, tanto en la práctica como en la psicología. La tranquilidad y la
educación sobre los efectos psicológicos de la tortura pueden ser útiles.
Las víctimas pueden necesitar asistencia para resolver los problemas médicos,
sociales y otros más prácticos resultantes de la tortura.
63
Los trabajadores socorristas (incluyendo policías, bomberos y soldados que pueden estar
involucrados en respuestas de desastre) a menudo desarrollan una cultura de
"distanciamiento defensivo". Pueden tratar el estrés usando "humor negro", callosidad
superficial y la creencia de que realizar un trabajo hecho bien es lo más importante que
expresar sus sentimientos. No buscan ayuda y pueden resistirse a ser sujetos de
intervención.
64
a) Reducir la burocracia y el papeleo
b) Promover un sentido de camaradería y apoyo mutuo entre los trabajadores
socorristas
c) Intervenciones para desactivar los conflictos entre los trabajadores o entre los
trabajadores y sus supervisores
d) Proporcionar información adecuada sobre las tareas y el desastre general
e) Provisión de suministros adecuados para el trabajo
f) Desarrollar normas de trabajo y horarios que permitan a los trabajadores socorristas
cumplir con las tareas asignadas
g) Mantener la comunicación entre los trabajadores y sus familias,
h) Proporcionar instalaciones adecuadas para el descanso, el sueño, el lavado y la
alimentación
i) Proporcionar alimentos adecuados, alojamiento y tiempo de descanso para los
trabajadores socorristas
j) Intervenciones medioambientales para reducir el ruido, mejorar el flujo de tráfico y
proporcionar espacio para tomarse un descanso
k) Proporcionar reconocimiento y aprecio por los sacrificios que están haciendo los
trabajadores socorristas
Una de las maneras más importantes de reducir el estrés para los trabajadores socorristas
es proporcionarles un "tiempo de descanso" adecuado o "tiempo de inactividad". Esto debe
proporcionarse lejos del sitio de socorro (por ejemplo, en una tienda separada en el borde
del sitio de operaciones de socorro, o en una habitación en la parte posterior de un refugio).
Se deben hacer esfuerzos para asegurar una detección rápida de las reacciones de
estrés agudo entre los trabajadores y responder de inmediato. La observación de los
trabajadores, la interacción informal entre ellos, incluso en ausencia de signos de
estrés, y el contacto con los supervisores puede ser útil. Permitir que los trabajadores
que muestran signos agudos de angustia para ventilar brevemente puede aliviar el
estrés. Tiempo para dar un corto paseo, tomar una taza de café, o meditar también
puede ser útil. Durante los turnos de trabajo, lo mejor es no remover a los
trabajadores socorristas de la escena de su trabajo. Comunicando que los
sentimientos fuertes son comprensibles y esperables, pero que el rápido retorno a
las tareas de alivio también se espera es útil.
65
llevarse a cabo una sesión más amplia de "desaceleración" (p.63). Es importante que
los trabajadores tengan un lugar donde puedan expresar sus preocupaciones y
reacciones en un ambiente de apoyo y bloquear la crítica destructiva. La técnica de
"desactivación" se describe con detalle en el capítulo V.
No sólo son aquellos que están desempeñando un papel directo en las operaciones
de rescate o de socorro están en riesgo de efectos emocionales negativos. Los
asesores en casos de desastre, los trabajadores de la medicina, los administradores
de las actividades de socorro, los trabajadores de derechos humanos, los periodistas
y los líderes comunitarios involucrados en la reconstrucción también corren peligro,
ya sea por su experiencia directa del desastre o por la "traumatización vicaria" con
tantas víctimas primarias y secundarias del desastre. También se indican la
capacitación, la supervisión de pares o de grupo, el tiempo de descanso adecuado y
otros apoyos, y las sesiones de información para estos grupos. (p.64)
66
Capítulo V
TÉCNICAS ESPECÍFICAS DE INTERVENCIÓN
Intervención en Crisis (Individual)
Qué es: Un conjunto de técnicas para ayudar a las personas a recuperar control sobre una
situación de crisis
Una "crisis" ocurre cuando una persona se enfrenta a una situación peligrosa o seriamente
estresante para la cual no sirven sus mecanismos habituales de resolución de problemas.
Pueden aparecer la ansiedad, el miedo, la culpa y la vergüenza, sentimientos de desamparo
o desesperanza, un sentimiento de desorganización o enojo. Por supuesto, el desastre en sí
representa una crisis para la mayoría de las víctimas. En los días, las semanas y los meses
posteriores a un desastre, pueden surgir crisis adicionales para las víctimas y para los
trabajadores socorristas. Algunos incidentes inesperados o simplemente la acumulación de
estrés a lo largo del tiempo pueden provocar una "crisis”.
El proceso de intervención en crisis implica, en primer lugar, identificar y aclarar los elementos
de la crisis (el problema o cuestión o situación); segundo, desarrollar estrategias de resolución
de problemas; y tercero, movilizar a la persona para que actúe sobre estas estrategias.
67
Intentar abrir la discusión con preguntas sencillas y fácticas, como: "¿Qué pasó?"
"¿Qué le preocupa?" "¿Puede usted decirme algo sobre el suceso?" Muestre interés y
preocupación efectivos.
Haga un seguimiento con preguntas específicas. Reunir información específica más allá
de lo que se ofrece espontáneamente. ¿Qué está sucediendo (o no sucede) que está
produciendo el estado de crisis en curso?
Respetar las necesidades iniciales para minimizar o negar lo sucedido (por ejemplo,
que un ser querido puede haber muerto en el desastre) como autoprotección, a menos
que la persona esté fuera de contacto con la realidad, o esté expresando creencias que
son perjudiciales para su bienestar inmediato. Proporcionar empatía, calidez, apoyo y
tranquilidad. Gestos como una palmadita en la espalda o la oferta de una taza de café
puede ayudar. Reconocer el dolor, el miedo, el sufrimiento, la preocupación. "Debió
haber sido terrible", puedo ver lo preocupado que debes estar. "Puedo imaginar cómo
debiste sentirte." Amable y lentamente, ayude al individuo a entender la situación de
manera más realista.
Esté alerta a lo que es el desastre u otra crisis que aflige a la víctima. No asuma que
sabe la respuesta a esto. Por ejemplo, un desastre tiene muchos aspectos
potencialmente angustiosos. ¿Cuál es? ¿Es una lesión personal? ¿Pérdida de
propiedad? ¿Te preocupas por los seres queridos? ¿Ver a otros heridos? ¿Vergüenza
de cómo actuó la víctima?
68
Detectar signos de enfermedad mental grave (por ejemplo, delirios, negación poco
realista, alucinaciones, pensamientos suicidas y pensamientos violentos agresivos).
(p.66)
Desactivación
Qué es: Un procedimiento informal para ayudar a grupos de trabajadores socorristas a tratar
sus reacciones a incidentes específicos.
69
Desactivar es un procedimiento breve e informal para ayudar a los trabajadores socorristas
a lidiar con los sentimientos y reacciones provocados por un incidente o evento específico.
Puede ser una respuesta a algún incidente inesperado en el curso del trabajo de auxilio (por
ejemplo, un accidente o un descubrimiento espantoso de un cuerpo desfigurado durante las
operaciones de rescate), o a un conflicto (entre dos trabajadores socorristas, entre un
trabajador y un supervisor, o entre un trabajador socorrista y una víctima). La desactivación
proporciona una oportunidad para que los afectados por el incidente se enfoquen en definir
el problema y desarrollar estrategias de resolución de problemas que preserven la
productividad de la unidad de trabajo.
Etapa 1: Establecer las bases para la sesión. Que los trabajadores socorristas sepan que la
meta es que regresen a trabajar lo antes posible. Averigüe lo que pasó: Pida a los miembros
del grupo que informen sobre el evento que condujo a la reunión.
Etapa 3: Explora las estrategias de afrontamiento que los miembros del grupo están usando:
¿Cómo se enfrentan al evento o incidente? ¿Todavía tienen necesidades que no están
satisfechas? ¿Qué les ayudaría ahora? ¿Cuáles son sus planes para tratar este evento (o
eventos similares) en el futuro? ¿Qué podría ayudar en el futuro? (p.68)
Etapa 4: En algunos casos, un breve descanso o diversión (una taza de café, una caminata
corta) o un ejercicio de relajación dirigido (por ejemplo, respiración, visualización - ver más
abajo) puede ser suficiente para permitir a la persona recuperar su propio sentido de
competencia y dirección.
70
El Debriefing4 o debate sobre los incidentes críticos estresantes
Qué es: Una técnica estructurada para ayudar a individuos y grupos a procesar su experiencia
de desastre y a cerrarla.
Cuándo usarla: Periódicamente con los trabajadores socorristas, antes de que vuelvan a sus
actividades normales. Con las víctimas, varios días, hasta un año después del desastre.
Inicialmente el Debriefing es un debate que se desarrolló para usarlo con los trabajadores
rescatistas y/o socorristas, como parte de un programa más amplio de intervenciones
dirigidas a prevenir la aparición de síntomas discapacitantes o a minimizar su efecto
perdurable. Su uso con víctimas directas del desastre es algo polémico. No debe usarse como
una intervención "única" (es decir, una sola intervención, sin ningún otro seguimiento o
apoyo ofrecido) o si no incluye instrucción para lidiar con el estrés. Es cuestionable su uso
rutinario con víctimas de desastres que no muestran signos inusuales de angustia o que no
son vistos como especialmente en riesgo. También es inapropiado usarla cuando están en
curso situaciones en las que el estrés y el peligro son severos. Sin embargo, se ha utilizado,
con éxito reportado, con grupos de víctimas de desastres identificados como teniendo
síntomas o estando en riesgo especialmente alto.
El debriefing crítico del incidente estresante (CISD) es una discusión estructurada del grupo.
Su objetivo es ayudar a las personas a construir un relato de experiencias traumáticas para
ayudar a prevenir que las intensas emociones y experiencias se arraiguen en forma de
síntomas incapacitantes. Permite a las personas compartir poderosamente sentimientos
cargados de ira, desamparo o miedo, de una manera que ayuda a difundirlos. Ellos aprenden
que estas reacciones son experimentadas por otros, también, y son "normales". Aprenden
que, aunque pueden haber tenido diferentes experiencias específicas en el desastre, no
están solos.
4
El debriefing es una técnica destinada a cerrar e integrar acontecimientos potencialmente traumáticos,
introduciendo a su vez aprendizajes emocionales y técnicos. Debe realizarse al menos 72 horas después de
dicho acontecimiento, con una duración aproximada de dos horas, y una revisión posterior transcurridas ocho
semanas.
Se basa principalmente en diferenciar hechos de pensamientos o interpretaciones, y de emociones.
Reconstruirlos de forma coherente y ordenada, tomar conciencia de ellos, nombrarlos, reconocerlos y
acotarlos, para impedir que invadan a la persona que ha vivido el acontecimiento potencialmente traumático,
y aprenda a gestionar sus recuerdos y emociones, dejándolos en el pasado y continuando con su vida hacia
adelante.
71
de supervivientes reunidos en una base ad hoc. El grupo puede contener hasta quince
miembros.
El Debriefing se lleva a cabo al menos unos días después del evento traumático. Si se intenta
demasiado pronto después del desastre, las reacciones emocionales a corto plazo (por
ejemplo, incredulidad, negación, un sentido de irrealidad, reacciones retrasadas) y la
preocupación por tratar asuntos prácticos pueden interferir y la repetición del relato del
desastre puede reforzar una sensación de impotencia. Otras técnicas para ayudar a las
personas a recuperar una red de apoyo, reducir la ansiedad y establecer un sentido de
dominio pueden ser llevadas a cabo mientras tanto. (p.70)
El Debriefing puede seguir siendo una técnica útil meses o incluso varios años después del
desastre. En esta etapa, la corrección de las distorsiones cognitivas y las evaluaciones
inexactas de las propias funciones de las víctimas y las estimaciones inexactas de la amenaza
constante, el conocimiento de las respuestas comunes y el tratamiento de las reacciones al
proceso de socorro y recuperación asumen una mayor importancia.
El Debriefing por lo general implica una sola sesión, con una duración de dos a tres horas. Si
los participantes muestran reacciones persistentes o especialmente intensas, pueden
agregarse sesiones adicionales o puede utilizarse asesoramiento individual como actividad
de seguimiento. Si es necesario, también se puede llevar a cabo una versión abreviada. (Con
los trabajadores socorristas, que continúan estando expuestos al trauma, a menudo se usan
múltiples sesiones más cortas).
Cuando sea posible, es útil que dos consejeros de desastres se reúnan con el grupo. Uno
desempeña el papel principal de liderar el proceso de discusión en grupo, cuestionar,
escuchar y dar información. El segundo está disponible para pasar tiempo con los
participantes que necesitan dejar el grupo debido a su angustia, así como ayudar a guiar el
proceso general del grupo. (Como beneficio adicional, los dos consejeros pueden informarse
mutuamente acerca de sus respuestas a la sesión).
El debate (Debriefing) sobre los incidentes críticos estresantes se realiza a través de una serie
de fases preestablecidas. Puede modificarse de diversas maneras, teniendo en cuenta las
necesidades de las víctimas individuales, las diferencias culturales, los efectos de los
diferentes tipos de desastres, etc. Las directrices que siguen tienen por objeto ser más
sugerentes que un conjunto rígido de reglas.
Fase 1: Introducción: Preséntese y explique cuál es el propósito de la sesión. Dar una visión
general del proceso: (es decir, durará alrededor de dos horas, se les pedirá a las personas
que cuenten sus historias sobre el desastre y sus reacciones, información sobre las
reacciones normales a los desastres será ofrecida). Describir los objetivos (ayudar a las
personas a entender lo que les está sucediendo y por qué, para que puedan manejar sus
reacciones más eficazmente y con un mínimo de ansiedad y perturbación en sus vidas).
Busque normalizar las experiencias de las personas: se esperan síntomas emocionales
72
inusuales, aunque la falta de síntomas también es normal. Responder preguntas. Abordar los
temores de los participantes y los posibles conceptos erróneos (por ejemplo, no es
psicoterapia, la participación no significa que sean "anormales").
Deben establecerse las reglas para la sesión: (a) Nadie está obligado a hablar, aunque se les
anima a hacerlo. (b) No se permitirá juzgar o culpar a otros. (c) Todo el mundo debe escuchar
a los demás y dejar que ellos hablen. (d) Los participantes deben hablar por sí mismos, no
por otros. (e) Si alguien está muy molesto, todavía debe tratar de permanecer en el grupo.
Si tienen que salir para recomponerse, pueden hacerlo (acompañados por uno de los
consejeros, si dos están liderando el grupo), pero deben regresar rápidamente. (f) Los
procedimientos son confidenciales: nadie puede hablar sobre la sustancia de lo que otros
dijeron fuera del grupo (no hay "chismes").
Fase 2: Narrativas: En esta fase, el objetivo es compartir hechos y crear colectivamente una
imagen de lo que sucedió. "Díganos quién es usted y qué pasó desde su perspectiva (p.71).
¿A quién le gustaría comenzar? "Incluya el relato de todos sobre lo que les sucedió (aunque,
de nuevo, los participantes pueden pasar si lo desean). Abstenerse de enfocarse en las
reacciones psicológicas en este momento. Si los participantes empiezan a hablar de sus
reacciones, suavemente diríjalos hacia los "hechos". Con los trabajadores socorristas, el
punto de partida puede ser preguntar cuál fue su papel en el esfuerzo de ayuda, cuánto
tiempo han estado en el trabajo y si había alguna situación problemática.
(a) Pase por la sala y pregunte sobre las reacciones cognitivas de la gente en el momento
del incidente. "¿Cuáles fueron tus primeros pensamientos? ¿Qué pensabas después?
¿Qué hiciste entonces?" Luego, vuelva a las reacciones después de los
acontecimientos. "¿Qué pensaste cuando terminó el evento?".
(b) Ahora pase a los informes de los sentimientos, en lugar de los pensamientos. Pida a
los participantes que describan sus sentimientos, relacionándolos con sus
pensamientos y evaluaciones de la situación. "¿Cómo te sentiste entonces?" "¿Qué
fue lo peor de la experiencia para ti?" "¿Qué aspecto de los eventos te causó/causan
más dolor?" Pregunte sobre las reacciones de la familia de los participantes y otras
personas importantes en sus vidas. Busque cualquier sentimiento de que los
miembros de la familia u otras personas importantes no entendieran lo que les había
sucedido o que los miembros de la familia aumentaron su ansiedad por la forma en
que expresaron su preocupación. Pregunte sobre las reacciones posteriores (por
ejemplo, "esa noche" o "el día siguiente"). Pregunte sobre las reacciones físicas y los
síntomas emocionales.
73
Se esperan expresiones emocionales en esta etapa (y posiblemente en otras). Esto debe ser
aceptado, pero contenido. Si un participante es incapaz de contener sus sentimientos en un
grado en el que sea difícil para el grupo continuar, se le debe pedir que abandone la sala
(acompañado por el co-líder del grupo) hasta que puedan componerse. La expectativa debe
ser que volverán dentro de unos minutos.
Fase 4: Educación: En esta fase, el enfoque se traslada más formalmente hacia la educación,
aunque se pueden realizar intervenciones educativas a lo largo del proceso. (p.72)
(a) Resuma la sesión, reuniendo las narrativas y las respuestas (pensamientos, acciones,
sentimientos).
(c) Enseñar técnicas de manejo del estrés (por ejemplo, ejercicios de relajación).
Enfatice la importancia de descansar, tener una buena dieta, hacer ejercicio. Anime
a hablar con los demás. Fomentar la identificación de medidas concretas que deben
seguirse.
(d) Identificar aquellos que necesitan ayuda inmediata (por ejemplo, desensibilización
de los síntomas fóbicos). Organizar el seguimiento o remisión.
74
(e) Dar información sobre las fuentes de ayuda adicional. Distribuir folletos y carteles
sobre las respuestas a los desastres.
Variaciones y adaptaciones:
1. Con los trabajadores socorristas en caso de catástrofe (suponiendo que no son ellos
mismos víctimas primarias del desastre), la reexaminación es una respuesta no a su
experiencia del desastre en sí, sino a las tensiones y estrés del trabajo. Puede ser útil
llevar a cabo una sesión de debate periódicamente (por ejemplo, una vez por semana
o incluso más a menudo). En cualquier caso, se debe programar una sesión antes de
que los trabajadores socorristas de fuera de la comunidad regresen a sus vidas
"cotidianas".
Una sesión de debate al final del servicio debería centrarse en temas como:
¿Qué tan involucrado terminó usted? ¿Cuál fue su papel? ¿Se sintió preparado para
desempeñarlo? ¿Cuáles fueron sus expectativas iniciales y sus reacciones iniciales?
¿Qué fue especialmente difícil para usted? ¿Qué le hizo sentirse impotente, enojado,
o culpable? ¿Alguna de sus experiencias desencadenaron recuerdos de cosas malas
que le han pasado?
¿Qué salió bien? ¿Qué partes le hicieron sentir bien acerca de la experiencia?
¿Cómo fueron sus relaciones con otros trabajadores socorristas? ¿Cómo te llevabas
con ellos?
¿Cómo ha sido para su familia estar lejos de ellos? ¿Qué cree que son sus expectativas
a tu regreso? ¿Cómo es terminar? ¿Anticipa dificultades para reanudar su vida
normal? ¿Tiene remordimientos al salir?
¿Qué significó para usted esta experiencia? ¿Qué aprendió por sí mismo? ¿Qué
aprendió que pueda ser útil en futuros trabajos de desastre?
75
2. La sesión de información se puede realizar con una variedad de audiencias y bajo una
variedad de restricciones.
Con un grupo muy grande (más de veinte), es imposible que cada persona presente
comparta sus experiencias y el énfasis se desplace hacia las partes educativas. (Con
los trabajadores socorristas que están a punto de regresar a casa, el debriefing debe
ser establecido para que todos tengan la oportunidad de hablar. En esta situación,
dos sesiones más cortas pero más pequeñas es preferible a una sesión más larga,
demasiado grande).
Cuando sea necesario, el Debriefing incluso puede hacerse uno-a-uno.
El Debriefing se puede hacer usando una unidad familiar como el grupo. Esto puede
ser especialmente útil si hay pruebas de que un niño está en peligro o en riesgo de
dificultades futuras.
Qué son: Técnica para ayudar a las personas a reducir el estrés y la ansiedad
Los desastres producen una gran cantidad de estrés y ansiedad, tanto inmediatamente como
durante las semanas y meses que siguen. Una variedad de técnicas puede ser útil para
reducir el estrés y la ansiedad.
Las actividades recreativas, desde juegos de cartas hasta ver televisión y participar en
juegos, pueden ser útiles, tanto para adultos (trabajadores socorristas y víctimas de
76
desastres primarios) como para niños y adolescentes. En parte, éstos sirven como un
desvío, evitando "rumiar" sobre el desastre. También ayudan a restaurar un sentido
de normalidad y control sobre la propia vida.
Ejercicio: La actividad física ayuda a disipar el estrés. Ofrecer oportunidades para los
trabajadores socorristas y las víctimas de desastres primarios (por ejemplo, en un
refugio) para hacer ejercicio: dar un paseo, trotar, participar en un grupo de ejercicios
"clase", participar en un evento atlético, el baile.
Los procedimientos de relajación se pueden usar "según sea necesario" (es decir, en un
momento en que el trabajador socorrista o superviviente se sienta "estresado"), ya sea por
su cuenta o con la ayuda del consejero. Un evento de relajación regularmente programado,
ya sea con ejercicios de relajación, oración, ejercicios de estiramiento, u otras técnicas, se
77
puede ofrecer en un momento constante una o dos veces al día. Muchas personas también
encuentran que después del procedimiento de relajación propio, dos o tres veces al día en
una base rutinaria, aumenta su capacidad de lidiar con el estrés durante todo el día.
Qué son: Técnicas que no requieren la habilidad para categorizar explícitamente los estados
emocionales
A qué personas se dirigen: Niños; adultos que tienen problemas para responder a preguntas
o describir sentimientos en forma verbal
Es difícil para los niños discutir sus problemas emocionales. Sus habilidades verbales están
relativamente poco desarrolladas y carecen de facilidad para categorizar sus emociones. Este
es especialmente el caso de los niños menores de once años, pero incluso los niños y
adolescentes mayores, y no pocos adultos, pueden tener dificultades o inhibiciones para
hablar explícitamente de sus sentimientos. En estos contextos, las técnicas que permiten la
expresión y la exploración de sentimientos en forma no verbal (por ejemplo, juego, arte,
danza, juegos) o en formas que, aunque utilizan palabras, no requieren que la persona
identifique explícitamente y catalogue estados emocionales (por ejemplo, escribir poesía,
juegos de rol, juegos de títeres) son útiles. Estas técnicas pueden ser etiquetadas
colectivamente como "técnicas expresivas".
Subyace a estas técnicas la noción de que el juego, la creación artística y otras actividades
similares son sistemas de comunicación e interacción interpersonal. A través del juego y
actividades similares, el niño revela información significativa acerca de sus problemas
emocionales, procesos de pensamiento interno y estados, deseos y ansiedades.
Al igual que con las técnicas verbales convencionales, los objetivos de las técnicas expresivas
incluyen la ventilación de los sentimientos, la creación de una nueva narrativa sobre eventos
aterradores, la recuperación de un sentido de control y dominio, el trabajo a través del dolor,
la búsqueda y el sentimiento de apoyo de pares y la normalización de reacciones inesperadas
y desconocidas. También ayudan a establecer una relación de confianza entre el niño y el
consejero.
Las técnicas expresivas se usan comúnmente con los niños hasta la edad de once, y con los
niños más jóvenes como dos a cuatro. Se pueden utilizar con personas de cualquier edad, sin
embargo, en lo que sigue, la palabra "niño" se utilizará para indicar a la persona con la que
se utiliza la técnica, con el entendimiento de que el "niño" puede, de hecho, ser un
adolescente o adulto.
Las técnicas expresivas se pueden utilizar con un solo niño, pero también se pueden adaptar
fácilmente para grupos (ya sea ad hoc o una clase de escuela). En algunos casos, los niños
experimentan un desastre, pero los padres no lo experimentan directamente. Este sería el
caso, por ejemplo, si hubo una explosión u otro incidente violento en una escuela. En estas
circunstancias, aunque los padres podrían beneficiarse de las sesiones de debriefing de
79
grupo, los niños podrían ser tratados en sus clases. Sin embargo, si los padres del niño
también son víctimas primarias del desastre o si el niño está especialmente angustiado,
puede ser útil involucrar a toda la unidad familiar. Entonces se podría usar una mezcla de
técnicas expresivas y verbales.
Las técnicas expresivas implican un papel activo del consejero. No se limitan a dejar que el
niño juegue. El juego no dirigido puede ser divertido y sanar al niño. Sin embargo, el juego
monótono, repetitivo, ritualizado por un niño aislado es un signo de trauma. No libera al niño
de la angustia. En terapia expresiva, el consejero participa; establece límites (hace hincapié
en las reglas, fomenta la tolerancia a la frustración, previene la agresión abierta contra los
demás); interpreta ("Me pregunto si te sentías como tu muñeca cuando...").
Al igual que con otras técnicas, el usuario de las expresivas debe ser sensible a la etapa de
respuesta al desastre. Inmediatamente después del desastre, el juego puede ayudar a los
niños a reconocer y ventilar sus sentimientos. Esto ayuda a reducir la ansiedad y proporciona
una oportunidad para ofrecer a los niños información precisa y para la pantalla de los que
sufren de angustia grave. La falta de expresión de emoción intensa en este momento no es
necesariamente un signo de alteración grave, que requiere tratamiento. El niño que ha
perdido a un padre en un desastre, por ejemplo, puede estar en un estado de shock y
negación durante una semana o dos después del evento y puede no ser plenamente capaz
de comunicarse intensamente sobre él durante varias semanas más. Proporcionar repetidas
oportunidades para que el niño se exprese a sí mismo, cuando esté listo, es apropiado. Una
intervención más extensa debe esperar hasta que el niño sea capaz de manejarla.
La escuela puede ser un lugar apropiado para algunas técnicas expresivas (por ejemplo,
escritura de cuentos, juegos de rol). Además, el profesor puede enseñar a los niños acerca
de las respuestas que se esperan después de un desastre, permitir la ventilación de los
sentimientos, enseñar habilidades de afrontamiento y técnicas de resolución de problemas
(a través de juegos de rol, juegos, "completar este cuento" técnicas). Aparte de las
actividades específicas que participan en la escuela, simplemente ir a la escuela
regularmente tiene un efecto curativo. La escuela proporciona estructura y normalidad. Al
80
igual que los trabajadores de desastres se benefician de la expectativa de que, después de
una crisis, deben obtener ayuda pero luego regresar a su trabajo con prontitud, para que los
niños se beneficien de la clara expectativa de que regresarán a la escuela inmediatamente
después de un desastre. Si se necesitan estancias prolongadas o estancias en campamentos
de refugiados y los niños no pueden regresar a su escuela regular, es importante crear una
escuela ad hoc. Los maestros pueden recibir capacitación breve como consejeros de
desastres con un énfasis especial en el trabajo con niños en sus escuelas, usando (p.79)
técnicas expresivas. En algunos contextos, los niños en la mitad de la adolescencia también
han sido entrenados como consejeros de pares.
Juego de muñecas
Muñecas humanas o animales (muñecas comerciales o caseras o de papel) Otros
"accesorios" - soldados de juguete, camiones, etc.
Juego de marionetas
Interacciones libres con títeres
Reconstituciones de experiencias (en desastres o en otros lugares); juego de rol
Narración de historias
El niño cuenta la historia, el adulto la vuelve a contar con una
conclusión/solución/atribución "más saludable"
Hacer libros de historias y poemas y dibujos
Juego de rol; reconstituciones de experiencias reales en el desastre; dramatización de
estrategias de afrontamiento
Simulacros escape del desastre
Historias orales: los adultos cuentan historias sobre la comunidad (a adultos y niños)
Escritura
Diarios de eventos y emociones
Poemas
Cuentos
Técnicas de Relajación
Visualización, con una "palabra mágica" para activar el estado relajado producido
Ejercicio; juegos activos; carreras
81
Relajación muscular
Masaje de cuello y espalda (p.80)
Traducciones: Las traducciones del SRQ a árabe, francés, hindi, portugués, somalí y español
están disponibles a petición de la Organización Mundial de la Salud (véase la nota 4). El SRQ
ha sido traducido a varios otros idiomas, incluyendo Afrikáans, Bahasa Malasia, Bengalí,
filipino, Italiano, Kiswahili, Njanja Lusaka, Shona, Siswati y Sotho del Sur. Las referencias a los
estudios que usan estas traducciones, así como información adicional sobre el SRQ se
pueden encontrar en la Guía del usuario del cuestionario de autoevaluación (ver nota de pie
de página 4). (p.81)
5
El SRQ fue desarrollado por la Organización Mundial de la Salud. Para más detalles sobre su desarrollo, uso y
una bibliografía, véase el documento de la OMS, Guía de los usuarios del cuestionario de autoinforme
(documento WHO/MNH/PSF/94.8), disponible en la División de Salud Mental, Organización Mundial de la
Salud, CH -1211 Ginebra 27, Suiza. Se han añadido los artículos 25-29 para tratar explícitamente los síntomas
post-traumáticos.
82
Cuestionario de auto-reporte
SI NO
____ ____ 1. ¿A menudo tiene dolores de cabeza?
____ ____ 2. ¿Su apetito es pobre?
____ ____ 3. ¿Duerme mal?
____ ____ 4. ¿Usted se asusta fácilmente?
____ ____ 5. ¿Se siente nervioso, tenso o preocupado?
____ ____ 6. ¿Le tiemblan sus manos?
____ ____ 7. ¿Tiene mala digestión?
____ ____ 8. ¿Tiene problemas para pensar con claridad?
____ ____ 9. ¿Se siente infeliz?
____ ____ 10. ¿Llora más de lo habitual?
____ ____ 11. ¿Le resulta difícil disfrutar de sus actividades diarias?
____ ____ 12. ¿Le resulta difícil tomar una decisión?
____ ____ 13. ¿Sufre con su trabajo diario?
____ ____ 14. ¿Se siente incapaz de desempeñar un papel útil en la vida?
____ ____ 15. ¿Ha perdido interés en las cosas? (p.82)
____ ____ 16. ¿Se siente que es una persona sin valor?
____ ____ 17. ¿Ha pasado por su mente la idea de terminar su vida?
____ ____ 18. ¿Se siente cansado todo el tiempo?
____ ____ 19. ¿Tiene sentimientos desagradables en el estómago?
____ ____ 20. ¿Se siente cansado fácilmente?
____ ____ 21. ¿Consume alcohol más de lo habitual?
____ ____ 22. ¿Cree usted que alguien ha tratado de hacerle daño de alguna manera?
____ ____ 23. ¿Ha notado alguna interferencia o cualquier otra cosa inusual con su
pensamiento?
____ ____ 24. ¿Alguna vez escuchas voces sin saber de dónde vienen o que otras personas
no pueden oír?
____ ____ 25. ¿Tienes sueños angustiosos acerca del desastre o son momentos en los que
parece que está viviendo de nuevo sus experiencias en el desastre?
83
____ ____ 26. ¿Evita actividades, lugares, personas o pensamientos que le recuerdan el
desastre?
____ ____ 27. ¿Parece usted menos interesado que antes en sus actividades y amigos?
____ ____ 28. ¿Se sientes muy molesto cuando está en una situación que le recuerda el
desastre o cuando piensas en el desastre?
____ ____ 29. ¿Tiene problemas para experimentar o expresar sus sentimientos? (p.83)
84
II. La Lista de Síntomas Pediátricos (PSC)6
Parte II: No hay normas disponibles. Sobre la base del contenido de los ítems, en el contexto
de una evaluación posterior al desastre, una puntuación de 4 o más sugiere la necesidad de
una evaluación adicional del niño.
6
El PSC fue desarrollado por Michael Jellinek, J. Michael Murphy y colaboradores. Se puede encontrar una
discusión detallada y una bibliografía en su sitio web, http://healthcare.partners.org/psc. He añadido "Parte II",
que aborda más específicamente algunas respuestas comunes a los desastres.
85
Parte I: Un puntaje de 30 o más sugiere un malestar psicosocial de moderado a severo. Esta
puntuación de corte debe considerarse aproximada. No existe una puntuación de corte
universalmente aplicable (p.84) que pueda utilizarse en todas las circunstancias. En algunas
situaciones, el uso de un corte ligeramente inferior puede estar justificado.
Parte II: No hay normas disponibles. Sobre la base del contenido de los ítems, una puntuación
de 2 o más en los ítems 36-38, que sugieren experiencias psicóticas, o una puntuación de 4
o más en los ítems 40-43, que reflejan respuestas post-traumáticas, sugieren la necesidad de
una evaluación posterior de los niños.
86
Lista de Verificación de Síntomas Pediátricos - Formulario de informe para padres (PSC-P)
El nombre del niño: ______________________________________________________
Su Nombre: ____________________________________ Fecha: ____________
Dirección:_________________________________________________________________
__________________________________________________
Instrucciones: Marque bajo el encabezado que mejor describa a este niño.
(p.86)
PARTE I Nunca A veces Siempre
1. Se queja de dolores y dolores.......................................................... _____ _____ _____
2. Pasa más tiempo solo....................................................................... _____ _____ _____
3. Se cansa fácilmente, tiene poca energía………………………………......... _____ _____ _____
4. Nervioso, incapaz de quedarse quieto………………………………............. _____ _____ _____
5. Tiene problemas con el maestro…………………………………................... _____ _____ _____
6. Menos interesado en la escuela………………………………....................... _____ _____ _____
7. Actúa como si estuviera impulsado por un motor………………….……… _____ _____ _____
8. Tiene demasiados sueños……………………………….................................. _____ _____ _____
9. Se distrae fácilmente…………………………………....................................... _____ _____ _____
10. Tiene miedo de nuevas situaciones………………………………................. _____ _____ _____
11. Se siente triste, infeliz………………………………...................................... _____ _____ _____
12. Está irritable, enojado………………………………...................................... _____ _____ _____
13. Se siente desesperado………………………………..................................... _____ _____ _____
14. Tiene dificultad para concentrarse……………………………..................... _____ _____ _____
15. Menos interesado en los amigos…………………………………................... _____ _____ _____
16. Pelea con otros niños……………………………………................................... _____ _____ _____
17. Se ausentó de la escuela ........................................... _____ _____ _____
18. Sus calificaciones en la escuela bajaron…………………………………......... _____ _____ _____
19. Está en contra de sí mismo…………………………….................................... _____ _____ ____
20. Visita al médico pero no encontró nada malo………………………………... _____ _____ _____
21. Tiene dificultad para dormir............................................................... _____ _____ _____
22. Se preocupa mucho…………………………………........................................._____ _____ _____
23. Quiere estar con un familiar más que antes……………….…….............. _____ _____ _____
24. Siente que él o ella es malo……………………………….............................. _____ _____ _____
25. Toma riesgos innecesarios…………………………….................................. _____ _____ _____
26. Se lastima con frecuencia……………………………….................................._____ _____ _____
27. Parece divertirse menos………………………………...................................._____ _____ _____
28. Actúa más infantil que los niños de su edad……………………………….... _____ _____ _____
29. No escucha las reglas………………………………………................................_____ _____ _____
30. No muestra sentimientos…………………………...................................... _____ _____ _____
31. No entiende los sentimientos de los demás (p.87)……..……............. _____ _____ _____
32. Molesta a los demás……………………….................................................. _____ _____ _____
33. Culpa a los demás por sus problemas………………………....................... _____ _____ _____
34. Toma cosas que no le pertenecen………………………............................ _____ _____ _____
35. Se niega a compartir……………………………............................................ _____ _____ _____
87
PARTE II Nunca A veces Siempre
36. Se pone nervioso o asustado o molesto sin razón………………….......... _____ _____ _____
37. Piensa mucho en cosas malas que han pasado................................. _____ _____ _____
38. Hace cosas especiales para que nada malo suceda…………………....... _____ _____ _____
39. Tiene pesadillas o malos sueños....……………………............................. _____ _____ _____
40. Dice que los pensamientos de miedo sólo pasan en su cabeza….... _____ _____ _____
41. Teme a ciertos animales, situaciones o lugares……………................... _____ _____ _____
42. Alardea o se jacta mucho…..……………………........................................ _____ _____ _____
43. Moja la cama por la noche…………………….......................................... _____ _____ _____
44. Se pone nervioso con ruidos fuertes, se sobresalta fácilmente....... _____ _____ _____
45. Repite ciertos actos una y otra vez…………………………........................ _____ _____ _____
88
Lista de Comprobación de Síntomas Pediátricos - Informe Juvenil (PSC-Y)
Nombre: _____________________________________________________
Fecha:___________
Dirección:_________________________________________________________________
(p.88)
Instrucciones: Coloque una marca X debajo del encabezado que mejor se adapte a usted:
89
PARTE II Nunca A veces Siempre
36. Siento que alguien ha estado intentando de hacerme daño...... _____ _____ _____
37. Noto interferencia o algo inusual con mi pensamiento.............. _____ _____ _____
38. Oigo voces y no sé de dónde vienen y que otras personas no pueden oír......................
……………………………………………………………………………………………………… _____ _____ _____
40. Tengo sueños angustiantes acerca de mis experiencias, o a veces me parece que estoy
re-viviendo mis experiencias terribles................................................ _____ _____ _____
41. Evito actividades, lugares, personas o pensamientos sobre el desastre.............................
………………………………………………………………………………………………………. _____ _____ _____
42. Estoy menos interesado de lo que solía estar en mis actividades habituales y
amigos..................................................................................................._____ _____ _____
43. Me siento muy molesto cuando estoy en una situación que me recuerda el desastre o
cuando pienso en el………………………………………………………………………... _____ _____ _____
Interpretación: No hay normas formales disponibles para esta medida. Con base en el
contenido de los ítems, una puntuación de 0 a 15 sugiere que el trabajador probablemente
está lidiando adecuadamente con el estrés de su trabajo. Una puntuación de 16-25 sugiere
que el trabajador está sufriendo de estrés laboral y sería prudente tomar medidas
preventivas. Una puntuación de 26-35 sugiere que se puede quemar. Una calificación
superior a 35 indica probable agotamiento.
90
Cuestionario para el agotamiento del trabajador socorrista
(p.91)
Nombre: _____________________________________________________
Fecha: _________
Instrucciones: Califique cada uno de los siguientes ítems, en términos de cuánto fue de cierto
el síntoma de usted en el último mes.
0 = Nunca
1 = Ocasionalmente (menos de una vez por semana)
2 = Algo a menudo (una o dos veces a la semana)
3 = Frecuentemente (tres o cuatro veces a la semana)
4 = Casi siempre (casi todos los días)
____ 1. ¿Se cansas fácilmente? ¿Se siente fatigado la mayor parte del tiempo, incluso cuando
hayas dormido lo suficiente?
____ 2. ¿Le molesta la gente por sus demandas e historias sobre sus actividades diarias? ¿Los
inconvenientes menores le hacen irritable o impaciente?
____ 3. ¿Se siente cada vez más crítico, cínico y desencantado?
____ 4. ¿Está usted afectado por la tristeza que no puede explicar? ¿Está llorando más de lo
usual?
____ 5. ¿Está usted olvidando citas, plazos, pertenencias personales? ¿Se ha vuelto
distraído?
____ 6. ¿Está viendo amigos y familiares con menos frecuencia? ¿Se encuentra deseando
estar solo y evitando incluso a sus amigos cercanos?
____ 7. ¿Incluso hacer cosas rutinarias le requieren un gran esfuerzo?
____ 8. ¿Está usted sufriendo de dolencias físicas tales como dolores de estómago, de
cabeza, resfriados persistentes, y dolores generales?
____ 9. ¿Se siente confundido o desorientado cuando la actividad del día se detiene?
____ 10. ¿Ha perdido interés en actividades que antes le interesaba o incluso disfrutaba?
____ 11. ¿Tiene poco entusiasmo por su trabajo? ¿Se siente negativo, inútil o deprimido con
su trabajo?
____ 12. ¿Se siente menos eficiente de lo que debes ser?
____ 13. ¿Está comiendo más o menos, fumando más cigarrillos, tomando más alcohol o
drogas para hacer frente a su trabajo?
91
Apéndice B: Guiones de relajación
(p.92)
I. Ejercicio de relajación guiada
[El siguiente es un guion para un ejercicio de relajación que combina respiración y relajación
muscular. Debe ser leído al cliente con voz tranquila y lenta, dando tiempo al individuo para
tomar y mantener la respiración, para dejar salir su aliento lentamente, y para apretar
primero, luego relajar sus músculos lentamente, como se indica en el guion.
“Cierre los ojos y póngase en una posición cómoda. Si lo necesita, puede hacer ajustes ahora
o mientras avanzamos. Movimientos silenciosos no perturbarán su relajación. Ayude a su
cuerpo a relajarse haciendo algunas respiraciones lentas y profundas. Respire hondo ahora.
Aguante la respiración y cuente silenciosamente a tres, cinco o diez. Tome la cantidad de
tiempo que necesite la respiración para que se siente bien. Entonces deje su respiración
fuera en una manera fácil, calmada. Inspire de nuevo y sosténgalo unos segundos... y, cuando
esté listo, vuelva a dejarla salir. Al dejar escapar el aliento, imagínese respirando la tensión
en su cuerpo, a través de su nariz y boca, respirando la tensión mientras respira hacia fuera.
Hágalo otra vez, respirando lentamente...sosteniéndolo... y hacia fuera.
Ahora voy a enseñarle un método fácil de relajación. * Haga un puño apretado con ambas
manos...muy apretado...tan apretado que puede sentir la tensión en sus antebrazos. Ahora,
suéltelo repentinamente...Note la sensación de relajación fluyendo por tus brazos...Haga un
puño con ambas manos de nuevo...y de repente suéltelo. De nuevo, observe la sensación de
relajación en sus brazos...Deje que su mente sienta esta sensación de relajación muscular
por sus brazos...a través de sus hombros...en su pecho...en su estómago...en sus caderas.
Continúe enfocándose en esta sensación de relajación, moviéndola hacia sus piernas...a
través de sus rodillas...en sus piernas...sus tobillos y pies...Ahora deje que esta sensación de
relajación cómoda se mueva desde sus hombros hacia su cuello...hasta su mandíbula y frente
y el cuero cabelludo...Tome una respiración profunda, y al exhalar, puede estar aún más
profundamente relajado...Usted puede profundizar su relajación practicando esto de nuevo.
[Volver al lugar arriba marcado con el asterisco (*) y repetir esta sección una segunda vez].
Sin embargo, usted se siente muy bien ahora mismo. A medida que se vuelve aún más
relajado y cómodo, cada vez que usted respira hacia fuera puede seguir a la deriva aún más
profundo en un estado de comodidad...seguro y sereno...Cuando usted se relaja, como usted
es ahora, usted puede pensar más claramente o simplemente permitirse disfrutar de
sentimientos de confort, serenidad y tranquilidad. Como resultado de esta relajación, puede
sentirse más alerta y más enérgico...Puede disfrutar de una mayor sensación de confianza
personal y control sobre cómo se siente, cómo piensa y qué cree. Usted puede sentirse más
tranquilo, más cómodo, más a gusto y más en control de lo que es importante para
usted....Cuando esté listo, puede abrir los ojos, Puede sentirse alerta, o tranquilo, o tener
cualquier sentimiento que sea significativo para usted en este momento. Al abrir los ojos, es
posible que desee estirarse y flexionarse suavemente, como si estuviera despertando de una
siesta maravillosa.
92
II. Ejercicio breve de relajación muscular
(p.93)
[Lo siguiente es un ejercicio de respiración y relajación muscular para lograr una relajación
rápida. No debe utilizarse hasta que el cliente pueda utilizar la versión más larga (arriba) de
manera efectiva. Al igual que con el guion más largo, debe ser leído en una voz lenta y
tranquila, lo que permite al cliente tiempo para llevar a cabo las instrucciones.]
Tome dos o tres respiraciones profundas. Cada vez, mantenga la respiración durante unos
segundos y luego espere lentamente, concentrándose en la sensación de que el aire sale de
su cuerpo...Ahora apriete los dos puños y apriete los antebrazos y los bíceps...Mantenga la
tensión durante cinco o seis segundos...Ahora relaje los músculos. Cuando relaje la tensión,
hágalo de repente, como si apagásemos una luz...Concéntrese en los sentimientos de
relajación en tus brazos durante 15 o 20 segundos...Ahora tense los músculos de su cara y
tense su mandíbula...Retenga durante cinco o seis segundos... ahora relájese y concéntrese
en la relajación de quince o veinte segundos...Ahora arco de su espalda y presione hacia
fuera de su estómago como tomar una respiración profunda... Manténgalo... y relájese....
Ahora tensar los muslos y pantorrillas y nalgas...Mantenga... y ahora relájese. Concéntrese
en los sentimientos de relajación a través de su cuerpo, respirando lenta y profundamente.
93
III. Ejercicio de visualización guiada (Ejemplo) (p.94)
Lo que sigue es simplemente un ejemplo, no un guion. Los ejercicios de visualización se basan
en la identificación de una configuración que un individuo en particular encuentra relajante.
Puede ser un lugar en particular para sentarse en un bosque, un paseo por el océano, viendo
el sol y la noche en frente de su casa, o alguna otra escena. Lo importante es que el individuo
identifique un lugar donde se sienta seguro y relajado. En el ejemplo de abajo, se está
caminando en un camino a través de los bosques. Una vez más, leerlo al individuo en una voz
lenta y tranquila.
Póngase en una posición cómoda. Cierre sus ojos. Compruebe si su cuerpo se siente bien
apoyado y listo para estar más cómodo. Usted puede ayudar a su cuerpo a comenzar a
relajarse tomando una respiración profunda y fácil, sosteniéndolo por unos momentos y
luego exhalando de una manera calmada. Respire profundo ahora. Aguante la respiración y
cuente silenciosamente a tres, cinco o diez. Tome la cantidad de tiempo que requiera la
respiración para que se sienta bien. Entonces suelte su respiración hacia fuera en una
exhalación fácil, calmada. Inspire de nuevo y sosténgalo unos segundos... y, cuando esté listo,
vuelva a dejarlo salir. Mientras deja salir el aliento, imagine la tensión en su cuerpo que se
encuentra respirando, a través de su nariz y boca, respirando la tensión mientras exhala.
Hágalo otra vez, respirando lentamente...sosteniéndolo... y hacia fuera.
Ahora usted puede dirigirse a un lugar seguro. Imagine que va al bosque que te gusta...
Camina lentamente a través del campo, hacia la línea de árboles... A medida que se acerca,
puede oír el viento que mueve las hojas. Usted ve las hojas verdes contra el cielo azul, y
puede ver las copas de los árboles balanceándose, en un patrón siempre cambiante como la
brisa los mueve... Usted llega al borde del bosque. Al entrar en el bosque, el aire se enfría, y
la fragancia de las hojas en el suelo del bosque le da la bienvenida. A lo largo del camino, la
luz es brillante en algunos lugares, moteada en otros... El aire es fresco, y la brisa enfría los
brazos y la cara. Las hojas crujen bajo sus pies. El olor y los sonidos y las hojas crujen le hacen
sentir feliz y cómodo... Al lado del sendero, un parche de musgo verde se ve suave y fresco...
Se detiene por un momento, y se concentras en las canciones de los pájaros, y los sonidos
de pequeños animales corriendo a través de las hojas... A lo lejos, una paloma gorjea... A
medida que camina, se sientes más y más relajado y cómodo... Ve un pequeño arroyo, el
agua serpentea lentamente, una hoja flotando lentamente por el arroyo . Al lado de la
corriente hay un pedazo de hierba suave, y se sienta en la hierba, viendo la hoja flotar en el
arroyo, oyendo el agua gorgoteando sobre los guijarros. El sol destella en el agua, haciendo
chispas como joyas. Usted escucha la brisa en las hojas, los pájaros cantando, el murmullo
del agua... Mientras que usted se sienta y mira el agua chispeante y que escucha los sonidos
suaves de los pájaros y de las hojas en la brisa y que respira el aire fresco, su cuerpo se hace
cada vez más relajado... Ahora usted se levanta y estira lentamente, estirando cada músculo
de su cuerpo... y lentamente, usted retrase su trayectoria. Camina por el sendero, buscando
con sus ojos pequeñas flores en el matorral, reconociendo un arbusto familiar. Pasa por el
banco de musgo y pronto, el borde del bosque se acerca. Al salir del bosque, el sol brilla
intensamente, el calentamiento de la piel, y se siente seguro, descansado y relajado…. (p.94)
94
Apéndice C: Folletos y carteles.
(p.95)
I. Niños y desastres
II. Cómo lidiar con el desastre
III. Cómo lidiar con el desastre: una guía para los trabajadores socorristas
Un desastre es espantoso para todos. Para un niño, puede ser especialmente aterrador. Los
niños aún no han aprendido una amplia gama de técnicas para controlar el miedo. Incluso
para los adultos, un desastre amenaza el sentido de control de un niño sobre su vida.
Los niños también son fuertemente afectados por las reacciones de sus padres y
otros adultos de confianza (como los maestros) en el desastre. Buscan pistas en los
adultos sobre cómo actuar. Si sus padres y maestros reaccionan con miedo, el miedo
del niño se magnifica. Si ven a sus mayores rebasados por la sensación de pérdida,
sienten sus propias pérdidas más fuertemente.
Los temores de los niños también pueden provenir de su imaginación. Los niños
tienen menos habilidad que los adultos para juzgar qué temores son realistas y cuáles
no. Independientemente de la fuente, las respuestas de un niño a un desastre deben
tomarse en serio. Un niño que siente miedo, sin importar la razón, tiene miedo.
95
Miedos, incluyendo pesadillas y temores de sonidos específicos, visiones u objetos
asociados con el desastre.
Agresividad, desafío, "actuar raro"
Resentimiento, sospecha, irritabilidad
Dolor de cabeza, de estómago, vagas molestias y dolores.
Problemas en la escuela (o negativa a ir a la escuela) e incapacidad para concentrarse
Sentimientos de vergüenza
(p.97)
A veces es difícil para los padres y maestros reconocer las reacciones de los niños ante un
desastre. Todos queremos que todo esté "bien" para nuestros hijos, y tenemos todo tipo de
explicaciones para explicar su conducta: Lo llamamos "voluntarioso" o creemos que "él o ella
lo superará". A su vez, el niño puede sentirse ignorado o incomprendido o no cuidado. A
corto plazo, el aparece el sentimiento de inseguridad, el niño puede inhibir la expresión de
sus propios sentimientos, o puede "comportarse mal" aún más, para llamar la atención y
pedir cuidado. A largo plazo, dejar que los sentimientos del niño no sean apreciados puede
tener consecuencias negativas para el desarrollo del niño.
Asegure a su hijo o hija está a salvo. Sostenga, toque y sea cariñoso con su niño. Pase
más tiempo con su hijo, especialmente a la hora de acostarse. Muchos niños son
calmados por masajes suaves en la espalda y el cuello.
96
Los niños se benefician de la rutina y la estructura. Inicialmente, es posible que desee
relajar las reglas habituales, pero mantener la estructura familiar y las
responsabilidades. Devuelva al niño a la escuela tan pronto como sea posible después
del desastre y espere asistencia regular.
AFRONTANDO EL DESASTRE
(p.98)
Los desastres afectan a la gente de muchas maneras. Los efectos físicos - la pérdida de seres
queridos, el dolor o la discapacidad física, el daño o la destrucción de los hogares y bienes y
pertenencias acariciadas - suelen ser obvias. Los efectos emocionales a corto plazo, como el
miedo, la ansiedad aguda, los sentimientos de entumecimiento emocional o el dolor, son
muy comunes.
Confusión
Dificultad para creer lo que pasó
Buscar información
Buscar ayuda para usted y su familia
Ayuda a otras víctimas de desastres
Cólera súbita
Para la mayoría de las víctimas de desastres, estas respuestas se desvanecen con el tiempo,
pero puede haber efectos emocionales a más largo plazo que no se desvanecen. Los efectos
emocionales de un desastre pueden aparecer inmediatamente o pueden aparecer meses
después. Pueden estar obviamente relacionados con el desastre o su origen puede pasar
inadvertido.
97
Trastornos del sueño: insomnio, malos sueños, pesadillas
Irritabilidad, mal humor, enojo
Dolores de cabeza, problemas digestivos, dolores musculares difusos, sudores y
escalofríos, temblores, pérdida del deseo sexual
Retrospectivas: sentimientos de "volver a vivir" la experiencia, a menudo
acompañada de ansiedad
Evitar pensamientos sobre el desastre; evitación de lugares, imágenes, sonidos
recordando a la víctima del desastre; evitar discusiones al respecto
Aumento del conflicto marital o de otros conflictos interpersonales. (p.98)
Consumo excesivo de alcohol o drogas (p.99)
Dificultad para concentrarse, recordar; pensamiento lento
Dificultad para tomar decisiones y planificar
Sentimientos de disociación entre tu cuerpo y tus experiencias, como si hubieran
ocurrido
Sentimientos de ineficacia, vergüenza, desesperación, culpa
Comportamiento autodestructivo e impulsivo
Ideación o intentos suicidas
Hable con otros acerca de sus sentimientos. Hablar ayuda a aliviar el estrés y le ayuda
a darse cuenta de que sus sentimientos son compartidos por otras víctimas. No estás
solo.
98
No permita que se vuelva inactivo o completamente dependiente de los demás.
Participa en la toma de decisiones que te afectan. Trate de resolver sus propios
problemas.
Vuelva al trabajo y reanude su papel y funciones familiares normales tan pronto como
sea posible.
AFRONTANDO EL DESASTRE
(p.100)
UNA GUÍA PARA LOS TRABAJADORES SOCORRISTAS
Como trabajador socorrista, en caso de desastre, ya sea que usted esté involucrado en los
esfuerzos de rescate inmediatamente después del desastre y los involucrados en el trabajo
de alivio a largo plazo, realiza su trabajo en condiciones difíciles. Usted puede ser una víctima
directa del desastre, y tiene que lidiar con sus propias pérdidas y su propio dolor. Usted
puede estar expuesto a experiencias terribles y que ciertamente están expuestos a las
poderosas emociones y los cuentos angustiosos de otras víctimas. Sus tareas pueden ser
físicamente difíciles, agotadoras o peligrosas, y su trabajo puede dejar poco tiempo para
dormir o descansar adecuadamente. Usted puede sentirse frustrado por la burocracia o por
el sentido de que, no importa cuánto haga, no será suficiente. Y usted está expuesto a la ira
y la aparente falta de gratitud de algunas víctimas.
99
Los trabajadores de desastres enfrentan estrés adicional cuando terminan sus tareas y
regresan a casa, a su vida "regular". Su experiencia ha sido muy diferente de su rutina normal,
mientras que la rutina de su familia ha continuado con poco cambio. Los miembros de su
familia pueden exigirle atención y ayuda, mientras que usted todavía necesita tiempo para
recuperar su equilibrio. Usted puede esperar una buena bienvenida, a la vez que siente cierta
cólera por haberse ido. Usted puede sentir que no puede entender lo que ha ocurrido y que
entre tanto sus experiencias le parecieron superficiales o sin sentido. Las crisis de la vida
ordinaria a Usted le pueden parecer insignificantes, pero a su familia le pueden parecer
importantes. Usted puede ver u oír cosas en casa que le recordará sus experiencias en el
trabajo de alivio, lo que puede desencadenar una reacción emocional inesperadamente
fuerte. Y a veces a usted deseará encontrarse con la excitante camaradería de la operación
de rescate. Todas estas tensiones pueden producir conflictos maritales y entre padres e hijos.
(p.100)
100
con alguien (un consejero de desastre si está disponible). Pero no se permita
a si mismo rumiar con lo que pasó. Regrese al trabajo en unos minutos.
Sea tolerante con lo que otros en casa que quieren compartir. Lo que les ha
sucedido es importante para ellos, así como sus experiencias fueron
importantes para usted.
101
Apéndice D: Recursos adicionales
Impresos
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American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (1998). Practice parameters for the
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stress. Amityville, NY: Baywood.
Enarson, E., & Morrow, B.H. (Editors) (1996). The gendered terrain of disaster through
women’s eyes. Westport, CT: Greenwood Publishing Company.
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disorder: A critical review. Annual Reviews of Psychology, 48, 449-480.
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International Federation of Red Cross and Red Crescent Societies (annual). World Disaster
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Component. International Journal of Mental Health, 19, No. 1 and 2 (whole issue)
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Crets, PO Box 372, 1211 Geneva 19, Switzerland. Tel: (41)(22) 730-4222. Internet:
http://www.ifrc.org.
UNICEF, 3 UN Plaza, New York, NY 10017, USA. Internet http://www.unicef.org
World Health Organization the Division of Mental Health, World Health Organization,
CH-1211 Geneva 27, Switzerland. Internet http://www.who.org
Sharon McQuaide, M.S.W., Ph.D. es una trabajadora social clínica. Anteriormente fue
Jefe de Trabajo Social Clínico y Directora de Educación y Trabajo Social en la Clínica
de Salud Mental Ambulatoria en el Hospital Danbury (Connecticut). Ha enseñado en
la Escuela de Graduados de Servicios Sociales de la Universidad de Fordham y en la
Escuela Smith College de Trabajo Social. Ha escrito extensamente en revistas
profesionales sobre temas de evaluación y tratamiento psicoterapéutico.
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