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PLAZAS DURAS Y AUMENTO DE TEMPERATURA EN LA CIUDAD DE

BOGOTÁ, COLOMBIA

ROLANDO STEVEL FONSECA MELO

MÁSTER EN URBANISMO, DISEÑO Y PLANEAMIENTO URBANO


MÓDULO 5.3 DISEÑO Y ESPACIO PÚBLICO

UNIVERSIDAD DE SEVILLA
OBJETO

Identificar si existe una relación entre el aumento de la superficie construida de


plazas duras y el incremento de la temperatura en el área metropolitana de la ciudad
de Bogotá, Colombia.

OPORTUNIDAD DE INVESTIGACIÓN

La ciudad de Bogotá ha sido la principal receptora de los flujos migratorios internos


en Colombia, los cuales se han producido por múltiples factores: el desplazamiento
forzado producto del conflicto armado; el poco desarrollo de la industria
agropecuaria; la alta concentración de servicios sociales en las ciudades (salud,
educación), entre otros. Esto ha generado que la superficie urbanizada crezca, tanto
en la ciudad como en los pueblos aledaños a la capital. Esto se puede representar
analizando el comportamiento del mercado de vivienda en Bogotá y sus municipios
aledaños. De acuerdo con información de La Galería Inmobiliaria, en el primer
semestre de 2015, el país registró un total de 11,6 billones de pesos en ventas de
vivienda, de las cuales, el 36,8% hicieron parte de la región Bogotá y sus municipios
aledaños: valorado en aproximadamente 4,3 billones de pesos. Dentro de la región,
Bogotá realizó ventas por 2,9 billones de pesos, mientras en los municipios aledaños
fueron del orden de 1,4 billones. Las cifras evidencian el auge de las ventas de los
municipios aledaños a la capital, pues estas representaron, en el primer semestre de
2015, la mitad de las ventas de Bogotá (Herrera, 2015). La región de Bogotá y los
municipios de Cundinamarca representan un poco más de la tercera parte de metros
cuadrados aprobados en licencias de construcción en el país.

Ahora, la ciudad de Bogotá ha presentado un calentamiento promedio del área


urbana de 0.5°C entre enero de 2002 y enero de 2020, con un rango que oscila entre
3.2 °C y -2.7°C de diferencia (Orozco, 2020).
Imagen 1. Temperaturas superficiales obtenidas del satélite MODIS para los años 2002, 2008, 2014 y
2020. El límite está definido por imágenes Landsat del 2001, 2010 y 2018 respectivamente (Orozco
2020).
Se evidencia en las imágenes un aumento significativo de temperatura en los
municipios de la sabana del norte y occidente de la ciudad, principalmente, elemento
que coincide con el crecimiento de la superficie endurecida en el área metropolitana

ESTADO DE LA CUESTIÓN

La isla de calor urbana es un fenómeno que se produce en las áreas urbanas y


suburbanas como consecuencia de la utilización de materiales con una alta capacidad
de absorción y retención del calor solar (albedo), muy superiores a las de los
materiales naturales o de las áreas rurales menos desarrolladas (Gartland, 2008).

Hay un conjunto de patrones que se suelen repetir en todas las ciudades donde se
producen las islas de calor, los cuales de forma muy escueta y somera pueden
resumirse en (Gartland, 2008):

1. Se caracterizan por ser espacios con temperaturas más altas que sus entornos
más próximos (ámbitos periurbanos con densidades más bajas), pero con
distintos patrones de comportamiento según la parte del día que se
considere. Normalmente, en la puesta de sol se alcanza las mayores
diferencias térmicas.
2. La temperatura del aire suele estar condicionada por el calor de las superficies
urbanas, es decir, por aquellos ámbitos de la ciudad donde los materiales
empleados tienen valores de albedo inferiores a elementos naturales (37%
aprox.).
3. Estas diferencias de temperatura se acentúan cuando las condiciones del
tiempo son de vientos en calma y cielos despejados.
4. Cuanto mayor grado de desarrollo urbano y menos vegetación, mayor tamaño
e intensidad de la isla de calor (Gráfico 2).
5. Este fenómeno suele generar la aparición de inversiones térmicas entorno a
los 2 km de altitud sobre las ciudades, provocando la concentración de
contaminantes e impidiendo su dispersión.
Aunque depende de factores relativos a los ecosistemas, las tecnologías
implementadas en los sistemas generales de la ciudad, entre otros, estos son algunos
de los efectos usuales del fenómeno de las islas de calor:

1. Aumento del consumo de energía para refrigeración de los edificios que tiene
lugar en las ciudades.
2. Trastornos como el agotamiento por deshidratación, calambres, síncopes,
golpes de calor, la aparición de enfermedades cerebrovasculares (Miron et al.
2007; Martínez et al. 2004)
3. incremento de la mortalidad y la aparición de serios problemas respiratorios.
4. Disminución de actividades comerciales debido a la baja afluencia de
ciudadanos en el espacio público

La intensidad de la isla de calor es una medida de su fuerza o magnitud y se refiere a


la máxima diferencia de temperatura que es capaz de alcanzar, en su máximo
térmico dentro de la capa de dosel urbana (CDU) , con respecto a la de su entorno
natural más inmediato para un momento determinado.

El espacio edificado: La principal relación entre la isla de calor y el espacio edificado


(superficie de la ciudad) tiene que ver con la aparición de nuevos materiales no
naturales (hormigón, acero, asfalto, etc.), cuyo comportamiento, con respecto a la
capacidad de absorción y reflexión del calor, es muy distinto a las zonas naturales.

Densidad de población: La densidad de población es otro elemento con incidencia


directa sobre la isla de calor, asociada tanto al uso residencial como al de las
actividades económicas. Tal y como describe Sailor (2004), la distribución espacial de
la isla de calor a lo largo del día (mañana, tarde y noche) es explicada, en gran
medida, por los cambios de densidades que tienen lugar en la ciudad.

Superficies ajardinadas: La influencia de las zonas ajardinadas sobre la isla de calor ha


sido objeto de estudio para muchos autores (Bello, 1995), quedando demostrada su
capacidad mitigadora (Tabla 1). Esta capacidad de mitigación por parte de las zonas
verdes se debe, principalmente, al mecanismo natural de refrigeración
(evapotranspiración), aunque también, en menor medida, a la existencia de suelo
natural en vez de pavimentos de alquitrán o similares.

Intensidad vehicular: La intensidad vehicular tiene incidencia directa sobre la


localización, tamaño e intensidad de la isla de calor. Al igual que la densidad de
población, este factor permite explicar, en parte, la variación espacial y temporal de
la isla de calor en función del tráfico, viéndose incrementada su superficie e
intensidad cuando tienen lugar los mayores flujos vehiculares.

Sobre las plazas o jardines duros

Se puede definir a una plaza como un espacio público abierto destinado a albergar
diversas actividades, el cual se encuentra inserto en la trama del espacio urbano y
“rodeado de edificios, que lo delimitan y lo definen.”(Paolo Favole. “La Plaza en la
Arquitectura Contemporánea”. 1995). La plaza pública es un lugar que actúa como
contenedor para el desarrollo de diferentes actividades de interacción y encuentro
de la comunidad. En diseño urbano, se conoce como «plaza dura» a aquella clase de
soluciones para la urbanización de espacios públicos que constan de una extensa
superficie, normalmente, de granito u hormigón, sin apenas presencia de vegetación
y, muy habitualmente, con escaso mobiliario urbano (Chinchilla, 2021)
OBJETIVOS E HIPÓTESIS INICIALES

Partiendo de la hipótesis de que hay una correlación directa entre el aumento de la


temperatura y la construcción de plazas duras, se proponen los siguientes objetivos:

- Construir un índice de correlación entre variables de orden ambiental (calidad


del aire, arbolado urbano, temperatura) y el área de superficie construida de
plazas duras en el área metropolitana de la ciudad de Bogotá
- Desarrollar una metodología para estimar la energía que acumula (albedo)
por día el área de superficie de plazas duras en la ciudad de Bogotá
- Proponer una serie de recomendaciones que pueda mitigar el aumento de
temperatura en Bogotá

CONCLUSIONES

La decisión de arborizar las plazas duras desde la perspectiva ambiental y climática


parece simple, sin embargo, es usual que muchas de estas plazas tengan valores
patrimoniales, arquitectónicos, culturales o económicos que dificulten esta decisión.

Nicolás Asencio (2020) nos propone una serie de parámetros para analizar a la hora
de toma de decisiones sobre la modificación de estas plazas:

- Contexto
- Inserción en la ciudad
- Diálogo con el barrio
- Colectividad
- Morfología, escala y proporción
- Accesibilidad
- Relación con lo edificado
- Usos
- Seguridad
- Pavimento
- Mobiliario urbano
- Iluminación

El uso de herramientas de sistemas de información geográfica es un camino efectivo


para identificar correlación entre variables ambientales y las superficies de plazas
duras. Investigando sobre este aspecto, se encuentra la herramienta Climate
Engine20, la cual utiliza un producto derivado del sensor Landsat 8 denominado
Temperatura Superficial de la Tierra21. Dicho producto es una capa en formato raster
con una resolución espacial de 30 metros, en donde el valor de cada pixel es un dato
de temperatura del terreno, permitiendo así conocer su distribución espacial y,
estimar la Isla de Calor Urbana de superficie (ICU).

La modificación de las plazas duras puede suponer un conflicto de uso del suelo entre
diferentes fenómenos. Es usual que eventos masivos como conciertos o demás
espectáculos se desarrollen en este tipo de plazas. Con arbolado y enjardinamiento,
este tipo de eventos se verían afectados significativamente.

Valdría la pena profundizar en metodologías de land art para el emplazamiento de


estructuras móviles temporales que aporten a la refracción de la energía solar
durante el día, para disminuir la intensidad del albedo, y así mismo mitigar el efecto
de islas de calor.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES

GARTLAND, L. (2008). Heat islands: understanding and mitigating heat in urban areas.
Earthscan. London, UK.

Alfonso Gálvez SalinaS (2013). CRITERIOS PARA LA PLANIFICACIÓN Y EL DISEÑO DE


CORREDORES FLUVIALES URBANOS PARA LA MITIGACIÓN DE LA ISLA DE CALOR
(URBAN HEAT ISLAND) José Laboratorio de Planificación Ambiental. Universidad de
Granada.

MIRÓN, I. J. et al. (2007). “Evolución de los efectos de las temperaturas máximas


sobre la mortalidad por causas orgánicas en Castilla La Mancha de 1975 a 2003”. Rev.
Esp. de Salud Pública, 81, 375–385.

MARTÍNEZ, F. et al (2004). “Valoración del impacto de la ola de calor del verano de


2003 sobre la mortalidad”. Gag Sanic, 18 (Supl 1), 250–258.

Luz Angela Orozco Arquez (2020) Análisis del fenómeno de isla calor con sensores
remotos y estaciones climáticas en Bogotá, Colombia. Universidad del Norte.
Barranquilla, Colombia.

Jorge Armando Herrera (2015) La construcción en el área metropolitana de Bogotá.


Observatorio de desarrollo económico. Secretaría Distrital de Desarrollo Económico.
2015.
SAILOR, D. J., & LU, L. (2004). “A top–down methodology for developing diurnal and
seasonal anthropogenic heating profiles for urban areas”. Atmospheric Environment,
38(17), 2737–2748. doi:10.1016/j.atmosenv.2004.01.034

BELLO, V. (1995). La isla de calor nocturna y los usos del suelo en Alcalá de Henares.
Anales de geografía de la Universidad Complutense, 15, 119–130. Retrieved from
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=86409&orden=1&info=link

Izaskun Chinchilla (2021) LA CULTURA DE LA PLAZA DURA. Ethic.

Nicolás Asencio Hernandez (2020) Espacio público Contemporáneo - Releyendo


Barcelona desde sus plazas duras. Universidad Politécnica de Madrid.

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