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Unidad No. 2.

2 Bioestratigrafía 1
Estratigrafía
Ing. Luis G. Chiquín M.

UNIDAD No. 2.2

BIOESTRATIGRAFÍA

7.3 Introducción
La bioestratigrafía esta basada en los fósiles en rocas sedimentarias. Sus tareas son agrupar estratos en unidades
caracterizados por contenido fósil, y aplicarlos a fechar y correlacionar sucesiones sedimentarias. La
bioestratigrafía ha hecho posible correlacionar rocas sedimentarias a escala global, y constituye la base para
clasificación estratigráfica global de sucesiones sedimentarias en combinación con dataciones radiométricas
y otros métodos de datación de edad. La aplicación bioestratigráfica de fósiles se basa en el hecho de que,
durante el curso del tiempo geológico, la evolución biológica tomó lugar donde algunas especies se extinguieron
y otras nuevas aparecieron. Por lo tanto, cualquier especie en particular será representado sólo en los sedimentos
depositados dentro de un limitado lapso de tiempo, y se puede usar para reconocer este lapso de tiempo o parte
de él.

7.3.1 Naturaleza del registro fósil


7.3.1.1 Campos de Aplicación
La aplicación industrial de la bioestratigrafía esta principalmente basados en microfósiles, debido al hecho de
que estos restos microscópicos comúnmente ocurren en grandes cantidades, y se puede extraer fácilmente tanto
de fragmentos de perforación, núcleos de paredes laterales y núcleos convencionales. La rápida evolución
de muchos grupos de microfósiles hace de ellos herramientas valiosas en el trabajo estratigráfico del subsuelo
(Figura 7.1). Además de las tareas generales de determinación de edad y correlación, sus aplicaciones
incluyen: identificación de discordancias, caracterización y correlación de secuencias sísmicas
(deposicionales), identificación de formaciones, zonificación de yacimientos y modelado paleoambiental.
Estas aplicaciones son cruciales en la exploración de petróleo, contribuyendo significativamente a las
evaluaciones de la distribución del reservorio, evaluación de roca generadora, evaluación de trampas,
estimación de reservas, estudios de desarrollo de campo e impactos en problemas de perforación. El
rápido potencial de evaluación de muestras de microfósiles también es un factor importante en cualquier trabajo
del subsuelo.

Fig. 7.1 Campos de aplicación de los métodos micropaleontológicos en actividades de exploración y evaluación de petróleo (basado en
Copestake 1993).
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7.3.1.2 Distribución de microfósiles


Prácticamente todas las rocas de origen sedimentario contienen microfósiles, aunque su abundancia,
diversidad y estado de conservación son muy variables. Estas características están fuertemente influenciadas
por la edad, ambiente deposicional, composición e historia diagenética de los sedimentos. Lodolitas
marinas o lutitas (mudstone), margas y las calizas suelen tener un particularmente un rico contenido de
microfósiles de alta diversidad (Fig. 7.2). Las areniscas bien clasificadas tienen un contenido de microfósiles
generalmente bajo, ya que la mayoría de los microfósiles son más ligeros y más pequeños que los granos de
arena promedio. Las dolomitas también son pobres en microfósiles porque la mayoría de los organismos fósiles
con calcita primaria se han disuelto durante la dolomitización, o porque los estratos representan un ambiente
evaporítico. Carbones y sedimentos orgánicos relacionados son ricos en microfósiles terrestres (esporas y
polen). Las evaporitas son caracterizadas por pequeñas cantidades de microfósiles, principalmente de origen
terrestre.

Fig. 7.2 Tendencias de distribución e importancia de los principales grupos de microfósiles en diferentes tipos de rocas.

Los microfósiles se encuentran en las rocas precámbricas, pero rápidamente el desarrollo de muchos grupos
centrales comenzó en el Cámbrico (Fig. 7.3). Cada parte de la columna estratigrafía del Cámbrico al tiempo
reciente contiene uno o varios grupos de microfósiles que son potencialmente útiles con fines
bioestratigráficos o paleoecológicos. Según la composición del esqueleto, los microfósiles pueden organizarse
en cinco grupos, que comprenden varias divisiones taxonómicas:
(1) Microfósiles calcáreos: foraminíferos calcíticos y aragoníticos, heterótrofos unicelulares; ostrácodos,
crustáceos microscópicos; calpionélidos, de origen incierto; carófitas, órganos reproductores de algas;
nanoplancton calcáreo, algas unicelulares.
(2) Microfósiles arenosos: foraminíferos aglutinados, heterótrofos unicelulares.
(3) Microfósiles silíceos: radiolarios, heterótrofos unicelulares; diatomeas, algas unicelulares;
silicoflagelados, algas unicelulares; ebridianos, heterótrofos unicelulares.
(4) Microfósiles fosfatados: conodontos, vertebrados primitivos.
(5) Microfósiles de paredes orgánicas: acritarcos, de origen incierto; prasinofitas, quistes de algas
verdes; quitinozoos, de origen incierto; clorofitas, algas de agua dulce, colonias de algas;
dinoflagelados, algas unicelulares.
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7.3.2 Factores que controlan la aplicación estratigráfica


Hay varios factores que influyen en la aplicabilidad de microfósiles con fines estratigráficos. Los más
importantes que tienen un efecto positivo en la aplicación potencial son:
(1) Presencia de partes duras con alto potencial de conservación.
(2) Alta tasa de evolución de taxones o grupos de organismos emparentados.
(3) Amplia distribución regional, o alto potencial de dispersión.
(4) Alto grado de independencia de facies.
(5) Pequeño potencial de redeposición.
(6) Presencia de muchas características morfológicas distintas, aumentando el nivel de precisión de la
identificación del taxon.

Fig. 7.3 Esquema de la distribución estratigráfica de grupos de microfósiles desde el Precámbrico hasta la actualidad, ordenados según
composición esquelética (modificada después de Haq y Boersma 1978).
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7.3.2.1 Modo de vida


El modo de vida o comportamiento (Etología) de los organismos es crucial para la distribución regional de
sus restos fósiles. Como han vivido y la biota fósil o grupo de flora y fauna fósil se pueden organizar en dos
grupos etológicos (Fig. 7.4). Los organismos pelágicos viven libremente en la columna de agua y comprenden
las formas planctónicas (pasivamente flotando) y formas nectónicas (nadando activamente). Los
bentónicos comprenden organismos que viven en el fondo pertenecientes a epibenticos (que viven en la
interfase sedimento/agua) y endobentícos (que viven enterrados en el sedimento). Las formas epibenticos se
encuentran libremente en movimiento o están adheridos a superficies firmes. Los foraminíferos como grupo
revelan la gama ambiental más amplia por estar representado en todas las categorías etológicas excepto los
nectónicos. Los ostrácodos y las diatomeas también tienen un rango relativamente amplio ya que ocurren
tanto en el bentos y hábitats pelágicos como columna de agua. Se considera que los conodontos tienen un
origen nectónico. Acritarcos, dinoflagelados, nanoplancton calcáreos, radiolarios y varios grupos
menores son exclusivamente planctónicos (flotan). Las esporas y el polen ocupan una posición especial
porque son los órganos reproductores de plantas terrestres, pero se dispersan principalmente como plancton
(por el aire o el agua).

7.3.2.2 Distribución Ambiental


El hábitat o sitio de vida de la biota o grupo de flora y fauna es de primordial importancia tanto para fines
estratigráficos y análisis de biofacies. En ambientes subacuáticos no marinos (lagunas, ríos) los grupos
importante de fósiles incluyen diatomeas y ostrácodos (Fig. 7.4). En ambientes salobres marinos marginales
(delta, estuarios) baja diversidad de foraminíferos, ostrácodos y diatomeas son conjuntos dominantes. De la
plataforma somera (ambiente epipelágico o zona fótica, 0-200 m., ambiente mesopelágico de 200-1,000
m) a ambientes batiales (1,000 y 4,000 m) se caracteriza por su alta diversidad de conjuntos de biota bentónica
(viven en el fondo del océano) y pelágica (viven en la columna de agua). En ambientes abisales (4,000-6,000
m), por debajo de la profundidad de compensación del carbonato de calcio (4,500 a 5,500 m), los
microfósiles son exclusivamente silíceos, arenosos o de paredes orgánicas.

Ambiente Marino: Regiones Bentónica y Pelágica con sus subdivisiones


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Fig. 7.4 Modo de vida y hábitats de los principales grupos de microfósiles en ambientes acuáticos

Los miembros del grupo presente de microfósiles de pared orgánica se producen en una amplia gama de
hábitats contrastantes (Fig. 7.4). El polen y las esporas son producida por la flora terrestre y de agua dulce.
Ellos son transportados lejos en el mar y muestra decreciente frecuencia a medida que aumenta la distancia de
fuente. Se utilizan comúnmente en la estratigrafía de depósitos terrestres y marinos marginales en ausencia
de otros fósiles, aunque aportan una baja resolución de edad. Algas clorofitas de agua dulce (como
Botryococcus) también son propensos a ser transportados a áreas marinas. Algas marinas prasionofitas y los
acritarcos son comunes en aguas salobres marinas marginales y ambientes poco profundos. Los dinoflagelados
(algas microscópicas, planctónicas) son la mayoría comunes en la plataforma marina y aguas oceánicas, y son
ampliamente utilizado con fines estratigráficos.

Los foraminíferos se encuentran en una amplia variedad de ambientes que van desde mar abierto hasta aguas
de estuarios, y se utilizan ampliamente en estudios estratigráficos y análisis de facies. Ambientes marinos
marginales (como marismas o terreno pantanoso debajo del nivel del mar, estuarios y lagunas) se caracterizan
por ensamblajes bentónicos de baja diversidad compuestos por aglutinados y componentes mixtos calcáreo-
aglutinados. La baja diversidad de especies de naturaleza restringida de estos conjuntos reduce su aplicabilidad
estratigráfica. Las áreas normales de la plataforma marina son tipificadas por faunas calcáreas de alta
diversidad y frecuencia creciente de especies planctónicas hacia el talud de la plataforma.

El componente foraminífero planctónico alcanza su máximo en áreas batiales. Esta plataforma y ensamblaje
batial forman una excelente base para la determinación de la edad y correlación estratigráfica. La cantidad
de foraminíferos bentónicos y planctónicos calcáreos disminuye pendiente abajo a través de la isoclina o
misma pendiente y desaparece por debajo de la profundidad de compensación de carbonato de calcio. Por debajo
de este nivel, el fondo marino está poblado por especies aglutinadas, generalmente de carácter cosmopolita,
que proporcionan una base adecuada para estratígrafos y aplicación ambiental.

La distribución ambiental de los diversos grupos de microfósiles en la cuenca Mesozoico del Mar del Norte
y la sucesión Cenozoica es bien conocida debido a la exploración predominante de petróleo y gas (Fig. 7.5).
La distribución de microfósiles en esta área refleja el patrón de distribución batimétrica de los distintos grupos.
Depósitos abisales por debajo de la profundidad de compensación de carbonato están dominados por
radiolarios y foraminíferos aglutinados cosmopolitas. Los sedimentos de la plataforma batial y exterior
están caracterizados por una alta dominancia de foraminíferos planctónicos y nanoplancton calcáreo. Los
sedimentos de la plataforma media contienen abundantes foraminíferos calcáreos bentónicos y
dinoflagelados (algas microscópicas, planctónicas). Los depósitos deltaicos se caracterizan por esporas,
polen y foraminíferos aglutinados. En yacimientos no marinos (terrestre) los fósiles más comunes son las
esporas y el polen (palinomorfos, Palinología).
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Fig. 7.5 Distribución paleoambiental relacionada con la profundidad de los principales grupos de microfósiles en la cuenca del Mar del
Norte (Triásico a Terciario), y posición del principal reservorio de petróleo y facies de roca generadora (de Copestake 1993)

7.3.2.3 Redeposición
La erosión de sedimentos que contienen fósiles con el subsiguiente transporte y la redeposición de microfósiles
puede conducir a serios problemas de datación y correlación. Los palinomorfos (polen y esporas) son
particularmente propensos a la redeposición debido a su pequeño tamaño y peso. Los conodontos también
tienen un alto potencial de redeposición porque sus esqueletos de fosfato de calcio son muy resistentes a
corrosión por intemperie y transporte. La redeposición se sospecha si aparecen microfósiles en capas
estratigráficas de niveles más altos de lo esperado. Microfósiles retrabajados pueden distinguirse por cambios
de color y rastros de envoltura.

7.3.2.4 Barreras de facies y bioestratigrafía


Los núcleos de sedimentos de entornos oceánicos profundos generalmente proporcionan secciones no
perturbadas que contienen un continuo registro fósil, comúnmente de alta resolución estratigráfica. A partir de
este tipo de material, la bioestratigrafía combinada con magnetoestratigrafía y quimioestratigrafía
contribuyó en gran medida al desarrollo de un marco biocronozonal global. Aunque con marcadas reducciones,
este marco se ha ampliado a formaciones depositadas en plataforma marina, deltaica y zonas costeras, donde
constituye una base importante para datación y correlación.

La unidad básica de correlación bioestratigráfica es la cronozona del taxón o clasificación y ordenamiento de


organismos, también llamado biocronozona. Como se define a continuación, una cronozona del taxón
representa todos los sedimentos depositado entre el comienzo evolutivo y extinción (zona de rango total)
de su especie marcadora (Fig. 7.8). En contraste, la biozona representa solo aquellos sedimentos en un lugar
dado que contienen uno o varias especies marcadores. En el caso de un solo marcador, la biozona puede
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definirse por la aparición y desaparición local (zona de rango local) de la especie. El intervalo de tiempo
representado por la biozona puede diferir de un lugar a otro.

En los regímenes oceánicos profundos, la distribución latitudinal de cada especie se define generalmente por la
temperatura y química de la masa de agua. Por lo tanto, la extensión regional (lateral) de las biozonas y las
cronozonas del taxón son de carácter restringido. Fuera de su área de distribución de estratigrafía óptima, el
rango de la especie marcadora puede variar considerablemente debido a factores ambientales. En tales sitios la
cronozona no se puede definir y se utiliza el término biozona. La correlación entre regiones tropicales y
regiones oceánicas templadas es difícil, debido al bajo número de biota o grupo de flora y fauna que incluyen
indicadores de especies comunes zonales confiables a ambas áreas. Interdigitación de biozonas (zona de rangos
locales) e integración con la magnetoestratigrafía y la quimioestratigrafía son útiles aproximaciones a este
tipo de correlación.

7.3.3 Biozonas
La unidad básica de bioestratigrafía es la biozona que es un cuerpo de estratos definido por su contenido
fósil. Durante la historia de la bioestratigrafía, una variedad de nombres ha propuesto definiciones de unidades,
pero sólo hay tres tipos básicos de zonas: zonas de intervalo, zonas de ensamblaje y zonas de abundancia.
Zonas definidas en las sucesiones sedimentarias suelen estar dispuestas en un esquema zonal, que se puede
desarrollar para una amplia región e incluso para aplicaciones globales.

7.3.3.1 Zonas de intervalo


Son el tipo de zonas más utilizadas, con límites definidos por eventos fósiles particulares, específicamente la
primera y última ocurrencia de taxones (generalmente especies). Así, la zona de intervalo comprende los
estratos depositado entre estos dos eventos. Hay cinco tipos de zonas de intervalo (Fig. 7.6).
1. La zona de rango del taxón o Acrozona está definida por la primera y la última aparición de un taxón en
particular.
2. La zona de rango concurrente o acrozona concurrente es el intervalo entre la primera aparición de un
taxón y la última aparición de otro taxón.
3. La zona de rango parcial es el intervalo entre la última aparición de un taxón y la primera aparición de otro
taxón que divide el rango de un tercer taxón.
4. La zona de primera aparición sucesiva representa el intervalo entre la primera aparición sucesiva de dos
taxones.
5. La zona de última aparición sucesiva es el intervalo entre la última aparición sucesiva de dos taxones.

Fig. 7.6 Esquema de los cinco tipos de intervalo zonas bioestratigráficas mostradas por ocurrencias de microfósiles vertical X, Y y Z. Las
líneas son rangos de taxón, las barras horizontales son la primera y la última ocurrencia.
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La zona de última aparición sucesiva es el tipo más comúnmente utilizado en bioestratigrafía, porque las
muestras se derivan principalmente de recortes de pozos de perforación. En tales conjuntos de muestras, las
primeras apariciones no son confiables debido a contaminación al fondo del pozo (cavernas). Posiciones
precisas de las primeras apariciones se requieren para reconocer los primeros cuatro tipos de zona de
intervalo. La zona de rango del taxón o Acrozona y la zona de primera aparición sucesiva son las más
aplicadas en la zonificación de secciones en tierra.

7.3.3.2 Otras Biozonas


1. La zona de ensamblaje o Cenozona es una biozona caracterizada por la asociación de tres o más taxones
(Fig. 7.7). Esta zona se reconoce sin tener en cuenta los límites de rango del taxa, y suele ser de importancia
regional.
2. La zona Acme, zona pico o zona culminante se basa en el máximo número de uno o varios taxones, y
también se denomina zona de abundancia. Los taxones máximos están fuertemente influenciados por
condiciones ambientales locales, y por lo tanto esta zona suele tener una importancia estratigráfica local.
3. La cronozona del taxón representa el intervalo entre dos bioeventos únicos: el primer inicio evolutivo de
un taxón y su extinción. Así, esta zona comprende la zona de rango total del taxón, y es de naturaleza global
(Fig. 7.8). La distribución de taxones, sin embargo, está en un grado variable controlado por facies, lo que
conduce al desarrollo de zonas geográficas de distribución taxonómica restringida. Una o varias de esas zonas
del taxón de distribución local pueden incluirse en el rango total del taxón.

Fig. 7.7 Esquema del conjunto bioestratigráfico de zona de ensamblaje y zona de abundancia.

Fig. 7.8 Distribución relacionada con las facies de un taxón fósil imaginario que ejemplifica la diferencia entre una cronozona
taxonómica (global) y una biozona de rango de taxón (local).
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7.3.4 Correlación bioestratigráfica


La correlación bioestratigráfica se basa en el hecho de que, durante el transcurso del tiempo geológico, la
evolución biológica ha tenido lugar, por lo que algunas especies y taxones superiores se han extinguido y han
aparecido otros nuevos. (Figura 7.3). Por lo tanto, cualquier especie en particular será representado sólo en los
sedimentos depositados dentro de un limitado espacio de tiempo. Sin embargo, este método también tiene
muchas limitaciones. Algunos grupos de fósiles se desarrollaron rápidamente, con especies individuales que
solo existieron por un corto período. Otros grupos evolucionaron lentamente y persistieron a lo largo de
periodos largos de tiempo geológico. Algunos organismos fósiles se encuentran sólo en rocas depositadas
en ambientes o facies particulares. Muchos eran dependientes de una determinada salinidad, contenido de
oxígeno y profundidad de agua. Las condiciones del fondo jugaron un papel importante para los animales de
la epifauna o epibénticos (adjuntos) e infaunales o endobénticos (madrigueras) u organismos bentónicos.

Las biozonas de las sucesiones sedimentarias están dispuestas en esquemas zonales, que son las principales
herramientas de correlación. El fósil índice o guía ideal para definir una biozona debe pertenecer a un grupo
fósil que experimentó una rápida evolución biológica y tuvo una distribución global. No debería haber
tenido requisitos de condiciones ambientales especiales, y debería haber sido cosmopolita con respecto al
hábitat. Uno de esos grupos de fósiles es el graptolito, que son comunes en lutitas Cámbrico-Silúrico. Eran
planctónicos y flotaban en la superficie del agua de mar. Sin embargo, incluso este tipo de plancton puede
mostrar un patrón de distribución que está influenciado por corrientes oceánicas y temperaturas, etc. En la
actualidad, los microfósiles se utilizan cada vez más para fines de correlación bioestratigráfico particularmente
por parte de la industria del petróleo. Varios grupos de animales y plantas (por ejemplo, conodontos,
foraminíferos planctónicos, radiolarios y esporas y polen) tienen distribuciones amplias y tienen la ventaja
que incluso muestras pequeñas, por ejemplo, los pozos, proporciona material adecuado para el tratamiento
estadístico.

Aunque los fósiles siempre son útiles en las correlaciones estratigráficas, ahora evitamos definir importantes
fronteras geológicas, por ejemplo, la que existe entre el Ordovícico y el Silúrico, mediante ocurrencias fósiles.
Tal límite tendría que ser movido cada vez que uno encuentre una nueva aparición de cierto fósil. Los períodos
geológicos están actualmente definidos por normas de comités internacionales que seleccionan una sección tipo
con sedimentación continua y preferentemente registro fosilífero, y el límite está físicamente marcado como un
punto fijo en la sección. El límite entonces esta inequívocamente definido. Todos los medios disponibles pueden
entonces ser utilizados, incluidos los fósiles, para correlacionar el límite con otras áreas. Este es el principio del
límite arbitrario. En realidad, no es del todo arbitrario. Intentamos ponerlo en una sección con un potencial
óptimo para la correlación con otras áreas y la escala de tiempo global (Figura 7.9).
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Fig. 7.9 Escala de tiempo geológico para el Eón Fanerozoico (Geological Time Scale Foundation 2012).

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