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2 Bioestratigrafía 1
Estratigrafía
Ing. Luis G. Chiquín M.
BIOESTRATIGRAFÍA
7.3 Introducción
La bioestratigrafía esta basada en los fósiles en rocas sedimentarias. Sus tareas son agrupar estratos en unidades
caracterizados por contenido fósil, y aplicarlos a fechar y correlacionar sucesiones sedimentarias. La
bioestratigrafía ha hecho posible correlacionar rocas sedimentarias a escala global, y constituye la base para
clasificación estratigráfica global de sucesiones sedimentarias en combinación con dataciones radiométricas
y otros métodos de datación de edad. La aplicación bioestratigráfica de fósiles se basa en el hecho de que,
durante el curso del tiempo geológico, la evolución biológica tomó lugar donde algunas especies se extinguieron
y otras nuevas aparecieron. Por lo tanto, cualquier especie en particular será representado sólo en los sedimentos
depositados dentro de un limitado lapso de tiempo, y se puede usar para reconocer este lapso de tiempo o parte
de él.
Fig. 7.1 Campos de aplicación de los métodos micropaleontológicos en actividades de exploración y evaluación de petróleo (basado en
Copestake 1993).
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Fig. 7.2 Tendencias de distribución e importancia de los principales grupos de microfósiles en diferentes tipos de rocas.
Los microfósiles se encuentran en las rocas precámbricas, pero rápidamente el desarrollo de muchos grupos
centrales comenzó en el Cámbrico (Fig. 7.3). Cada parte de la columna estratigrafía del Cámbrico al tiempo
reciente contiene uno o varios grupos de microfósiles que son potencialmente útiles con fines
bioestratigráficos o paleoecológicos. Según la composición del esqueleto, los microfósiles pueden organizarse
en cinco grupos, que comprenden varias divisiones taxonómicas:
(1) Microfósiles calcáreos: foraminíferos calcíticos y aragoníticos, heterótrofos unicelulares; ostrácodos,
crustáceos microscópicos; calpionélidos, de origen incierto; carófitas, órganos reproductores de algas;
nanoplancton calcáreo, algas unicelulares.
(2) Microfósiles arenosos: foraminíferos aglutinados, heterótrofos unicelulares.
(3) Microfósiles silíceos: radiolarios, heterótrofos unicelulares; diatomeas, algas unicelulares;
silicoflagelados, algas unicelulares; ebridianos, heterótrofos unicelulares.
(4) Microfósiles fosfatados: conodontos, vertebrados primitivos.
(5) Microfósiles de paredes orgánicas: acritarcos, de origen incierto; prasinofitas, quistes de algas
verdes; quitinozoos, de origen incierto; clorofitas, algas de agua dulce, colonias de algas;
dinoflagelados, algas unicelulares.
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Fig. 7.3 Esquema de la distribución estratigráfica de grupos de microfósiles desde el Precámbrico hasta la actualidad, ordenados según
composición esquelética (modificada después de Haq y Boersma 1978).
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Fig. 7.4 Modo de vida y hábitats de los principales grupos de microfósiles en ambientes acuáticos
Los miembros del grupo presente de microfósiles de pared orgánica se producen en una amplia gama de
hábitats contrastantes (Fig. 7.4). El polen y las esporas son producida por la flora terrestre y de agua dulce.
Ellos son transportados lejos en el mar y muestra decreciente frecuencia a medida que aumenta la distancia de
fuente. Se utilizan comúnmente en la estratigrafía de depósitos terrestres y marinos marginales en ausencia
de otros fósiles, aunque aportan una baja resolución de edad. Algas clorofitas de agua dulce (como
Botryococcus) también son propensos a ser transportados a áreas marinas. Algas marinas prasionofitas y los
acritarcos son comunes en aguas salobres marinas marginales y ambientes poco profundos. Los dinoflagelados
(algas microscópicas, planctónicas) son la mayoría comunes en la plataforma marina y aguas oceánicas, y son
ampliamente utilizado con fines estratigráficos.
Los foraminíferos se encuentran en una amplia variedad de ambientes que van desde mar abierto hasta aguas
de estuarios, y se utilizan ampliamente en estudios estratigráficos y análisis de facies. Ambientes marinos
marginales (como marismas o terreno pantanoso debajo del nivel del mar, estuarios y lagunas) se caracterizan
por ensamblajes bentónicos de baja diversidad compuestos por aglutinados y componentes mixtos calcáreo-
aglutinados. La baja diversidad de especies de naturaleza restringida de estos conjuntos reduce su aplicabilidad
estratigráfica. Las áreas normales de la plataforma marina son tipificadas por faunas calcáreas de alta
diversidad y frecuencia creciente de especies planctónicas hacia el talud de la plataforma.
El componente foraminífero planctónico alcanza su máximo en áreas batiales. Esta plataforma y ensamblaje
batial forman una excelente base para la determinación de la edad y correlación estratigráfica. La cantidad
de foraminíferos bentónicos y planctónicos calcáreos disminuye pendiente abajo a través de la isoclina o
misma pendiente y desaparece por debajo de la profundidad de compensación de carbonato de calcio. Por debajo
de este nivel, el fondo marino está poblado por especies aglutinadas, generalmente de carácter cosmopolita,
que proporcionan una base adecuada para estratígrafos y aplicación ambiental.
La distribución ambiental de los diversos grupos de microfósiles en la cuenca Mesozoico del Mar del Norte
y la sucesión Cenozoica es bien conocida debido a la exploración predominante de petróleo y gas (Fig. 7.5).
La distribución de microfósiles en esta área refleja el patrón de distribución batimétrica de los distintos grupos.
Depósitos abisales por debajo de la profundidad de compensación de carbonato están dominados por
radiolarios y foraminíferos aglutinados cosmopolitas. Los sedimentos de la plataforma batial y exterior
están caracterizados por una alta dominancia de foraminíferos planctónicos y nanoplancton calcáreo. Los
sedimentos de la plataforma media contienen abundantes foraminíferos calcáreos bentónicos y
dinoflagelados (algas microscópicas, planctónicas). Los depósitos deltaicos se caracterizan por esporas,
polen y foraminíferos aglutinados. En yacimientos no marinos (terrestre) los fósiles más comunes son las
esporas y el polen (palinomorfos, Palinología).
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Fig. 7.5 Distribución paleoambiental relacionada con la profundidad de los principales grupos de microfósiles en la cuenca del Mar del
Norte (Triásico a Terciario), y posición del principal reservorio de petróleo y facies de roca generadora (de Copestake 1993)
7.3.2.3 Redeposición
La erosión de sedimentos que contienen fósiles con el subsiguiente transporte y la redeposición de microfósiles
puede conducir a serios problemas de datación y correlación. Los palinomorfos (polen y esporas) son
particularmente propensos a la redeposición debido a su pequeño tamaño y peso. Los conodontos también
tienen un alto potencial de redeposición porque sus esqueletos de fosfato de calcio son muy resistentes a
corrosión por intemperie y transporte. La redeposición se sospecha si aparecen microfósiles en capas
estratigráficas de niveles más altos de lo esperado. Microfósiles retrabajados pueden distinguirse por cambios
de color y rastros de envoltura.
definirse por la aparición y desaparición local (zona de rango local) de la especie. El intervalo de tiempo
representado por la biozona puede diferir de un lugar a otro.
En los regímenes oceánicos profundos, la distribución latitudinal de cada especie se define generalmente por la
temperatura y química de la masa de agua. Por lo tanto, la extensión regional (lateral) de las biozonas y las
cronozonas del taxón son de carácter restringido. Fuera de su área de distribución de estratigrafía óptima, el
rango de la especie marcadora puede variar considerablemente debido a factores ambientales. En tales sitios la
cronozona no se puede definir y se utiliza el término biozona. La correlación entre regiones tropicales y
regiones oceánicas templadas es difícil, debido al bajo número de biota o grupo de flora y fauna que incluyen
indicadores de especies comunes zonales confiables a ambas áreas. Interdigitación de biozonas (zona de rangos
locales) e integración con la magnetoestratigrafía y la quimioestratigrafía son útiles aproximaciones a este
tipo de correlación.
7.3.3 Biozonas
La unidad básica de bioestratigrafía es la biozona que es un cuerpo de estratos definido por su contenido
fósil. Durante la historia de la bioestratigrafía, una variedad de nombres ha propuesto definiciones de unidades,
pero sólo hay tres tipos básicos de zonas: zonas de intervalo, zonas de ensamblaje y zonas de abundancia.
Zonas definidas en las sucesiones sedimentarias suelen estar dispuestas en un esquema zonal, que se puede
desarrollar para una amplia región e incluso para aplicaciones globales.
Fig. 7.6 Esquema de los cinco tipos de intervalo zonas bioestratigráficas mostradas por ocurrencias de microfósiles vertical X, Y y Z. Las
líneas son rangos de taxón, las barras horizontales son la primera y la última ocurrencia.
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La zona de última aparición sucesiva es el tipo más comúnmente utilizado en bioestratigrafía, porque las
muestras se derivan principalmente de recortes de pozos de perforación. En tales conjuntos de muestras, las
primeras apariciones no son confiables debido a contaminación al fondo del pozo (cavernas). Posiciones
precisas de las primeras apariciones se requieren para reconocer los primeros cuatro tipos de zona de
intervalo. La zona de rango del taxón o Acrozona y la zona de primera aparición sucesiva son las más
aplicadas en la zonificación de secciones en tierra.
Fig. 7.7 Esquema del conjunto bioestratigráfico de zona de ensamblaje y zona de abundancia.
Fig. 7.8 Distribución relacionada con las facies de un taxón fósil imaginario que ejemplifica la diferencia entre una cronozona
taxonómica (global) y una biozona de rango de taxón (local).
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Las biozonas de las sucesiones sedimentarias están dispuestas en esquemas zonales, que son las principales
herramientas de correlación. El fósil índice o guía ideal para definir una biozona debe pertenecer a un grupo
fósil que experimentó una rápida evolución biológica y tuvo una distribución global. No debería haber
tenido requisitos de condiciones ambientales especiales, y debería haber sido cosmopolita con respecto al
hábitat. Uno de esos grupos de fósiles es el graptolito, que son comunes en lutitas Cámbrico-Silúrico. Eran
planctónicos y flotaban en la superficie del agua de mar. Sin embargo, incluso este tipo de plancton puede
mostrar un patrón de distribución que está influenciado por corrientes oceánicas y temperaturas, etc. En la
actualidad, los microfósiles se utilizan cada vez más para fines de correlación bioestratigráfico particularmente
por parte de la industria del petróleo. Varios grupos de animales y plantas (por ejemplo, conodontos,
foraminíferos planctónicos, radiolarios y esporas y polen) tienen distribuciones amplias y tienen la ventaja
que incluso muestras pequeñas, por ejemplo, los pozos, proporciona material adecuado para el tratamiento
estadístico.
Aunque los fósiles siempre son útiles en las correlaciones estratigráficas, ahora evitamos definir importantes
fronteras geológicas, por ejemplo, la que existe entre el Ordovícico y el Silúrico, mediante ocurrencias fósiles.
Tal límite tendría que ser movido cada vez que uno encuentre una nueva aparición de cierto fósil. Los períodos
geológicos están actualmente definidos por normas de comités internacionales que seleccionan una sección tipo
con sedimentación continua y preferentemente registro fosilífero, y el límite está físicamente marcado como un
punto fijo en la sección. El límite entonces esta inequívocamente definido. Todos los medios disponibles pueden
entonces ser utilizados, incluidos los fósiles, para correlacionar el límite con otras áreas. Este es el principio del
límite arbitrario. En realidad, no es del todo arbitrario. Intentamos ponerlo en una sección con un potencial
óptimo para la correlación con otras áreas y la escala de tiempo global (Figura 7.9).
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Fig. 7.9 Escala de tiempo geológico para el Eón Fanerozoico (Geological Time Scale Foundation 2012).